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TRABAJO 5. LENGUA Y LITERATURA 3° A.

La comunicación literaria
Todos nosotros alguna vez habremos escuchado o leído la historia de Caperucita Roja u otra
historia infantil similar. Y es probable que eso haya ocurrido más de una vez con el mismo cuento.
En ese caso, es seguro que cada vez han aparecido variantes en los detalles de la narración, aunque
el narrador fuera el mismo. Lo que no cambió en todo caso es el esquema básico de la historia, esto
es, una serie de informaciones básicas sin las cuales el cuento no sería el mismo. Es probable que
los caracteres argumentales hayan surgido a partir de un hecho real y al pasar de generación en
generación se haya ido convirtiendo en la narración que hoy conocemos.

 Leé el siguiente cuento.

Decía mi amigo que era difícil vivir en San Telmo, principalmente a la noche, por lo de la
inseguridad. Pero, difícil, difícil, peor, creo, es vivir en el microcentro, cuando todas las oficinas
cierran y se quedan los porteros solos hasta el otro día.
Yo recordaba lo que le pasó a la portera de un edificio de San Martín y Sarmiento, una viuda que
vivía con su hija de doce años en el último piso y mantenía a su madre, muy viejita y muy enferma
que no se quería ir de su departamento, también muy alto, en un edificio antiguo del Bajo de
Retiro. La pobre mujer atormentaba por teléfono a su hija y a su nieta, sobre todo de noche, para
pedir cosas no siempre necesarias. Un día era el remedio para la tos, otro era una bebida fresca,
otro, lo que fuera.
Una noche fría, con mucha niebla, la anciana llamó casi desesperada: se le habían terminado las
píldoras para el corazón, que no podía dejar de tomar.
La chica decidida, le propuso a la madre buscar una farmacia de turno, para comprar el
medicamento (le llevaría la receta al día siguiente) y correr hasta lo de la abuela, para que la
pobre mujer no se quedara sin su remedio.
Cuando llegó a la puerta de calle, miró hacia todos lados: no había un alma. Caminó hasta
Corrientes. La farmacia más cercana estaba a unas tres cuadras. Allá fue. Al cruzar Florida, notó
que alguien la seguía. No le dio importancia al principio, pero media cuadra más adelante lo tenía
casi a su lado. Era un hombre de edad indefinida, con vestimenta oscura bastante sucia. Alcanzó a
ver un rostro contraído y una mirada de pocos amigos. Oyó que algo le decía, tal vez un piropo o
una grosería típica de un borracho. Tuvo ganas de correr.
Por suerte, la farmacia estaba abierta y la atendieron con bastante rapidez. Cuando salió, el
hombre seguía allí, a pocos metros. Era necesario despistarlo. Para eso, corrió, dobló en cada
esquina con distintos rumbos, se escondió varias veces en zaguanes para mirar hacia atrás. Lo
había eludido, por fin.
Tocó el timbre en el edificio donde vivía su abuela y casi inmediatamente sonó la chicharra del
portero eléctrico. La chica entró, llamó al ascensor, y se sintió segura después de tanto susto. Tal
vez, pensó, lo mejor era quedarse a dormir con su abuela y regresar a su casa al día siguiente.
La puerta estaba entreabierta. Y allí ocurrió lo que todavía no podemos creer los que conocemos la
historia: el misterioso hombre de la calle terminó de abrir la puerta, desde donde la muchachita
pudo ver a su abuela, tendida en el suelo en un charco de sangre. Lo que me extraña es que ningún
diario haya publicado la noticia.
El autor ha realizado una “reescritura” del cuento tradicional mediante transformaciones que no
afectan demasiado su sentido profundo, pero dan una versión un carácter personal más definido.

1. Explicá cuáles son los puntos en común con Caperucita Roja.


2. Determiná cuál es el elemento dominante en este relato: incertidumbre – miedo – peligro -
3. Nombrá los indicios que lo manifiestan.

En esta reescritura, se pone de manifiesto una intención comunicativa especial: no interesa tanto
contar como sugerir, los hechos se parecen a la realidad pero no pertenecen estrictamente a ella (los
diarios no dieron cuenta del suceso), más bien hay una “realidad” creada por el autor, con sus
propias leyes, su tiempo, su espacio y sus personajes. Y sobre todo, hay un intento de que todo
contenga una forma de belleza, más allá de lo lindo o feo que resulte de cada episodio del relato.
Estamos frente a una comunicación literaria.

La ficción y la no ficción. La ficcionalización


El siguiente fragmento pertenece a un poema del escritor chileno contemporáneo Nicanor Parra. En
él relata su primera visión del mar, que resultó impresionante para un muchachito que había vivido
toda su vida en los valles centrales de Chile:

Se canta al mar

………………………................ y sin medir, sin sospechar siquiera,


Siempre había vivido mi familia la magnitud real de mi campaña,
en el valle central o en la montaña. eché a correr, sin orden ni concierto,
De manera que nunca, ni por pienso, como un desesperado por la playa
se conversó del mar en nuestra casa. y un instante memorable estuve
Sobre este punto yo sabía apenas frente a ese gran señor de las batallas,
lo que en la escuela pública enseñaban Entonces fue cuando extendí los brazos
y una que otra cuestión de contrabando sobre el haz ondulante de las aguas,
de las cartas de amor de mis hermanas. rígido el cuerpo, las pupilas fijas,
Descendimos del tren entre banderas en la verdad sin fin de la distancia,
y una solemne fiesta de campanas sin que en mi ser moviérase un cabello,
cuando mi padre me cogió de un brazo ¡como la sombra azul de las estatuas!
y volviendo los ojos a la blanca Cuánto tiempo duró nuestro saludo
libre y eterna espuma que a lo lejos no podrían decirlo las palabras.
hacia un país sin nombre navegaba, Sólo debo agregar que en aquel día
como quien reza una oración me dijo nació en mi mente la inquietud y el ansia
con voz que tengo en el oído intacta: de hacer en verso lo que en la ola y ola
“Este es, muchacho, el mar”. El mar sereno, Dios a mi vista sin cesar creaba.
el mar que baña de cristal la patria. Desde ese entonces data la ferviente
No sé decir por qué, pero es el caso y abrasadora sed que me arrebata:
que una fuerza mayor me llenó el alma Es que, en verdad, desde que existe el mundo,
la voz del mar en mi persona estaba.
El poema relata su primera experiencia frente al mar. Nada lo había preparado para enfrentar lo que
estaba viendo: en su casa no se hablaba del mar; lo que aprendió en la escuela le resultaba
insuficiente. Su primer contacto es, pues, una “blanca, / libre y eterna espuma que a lo lejos / hacia
un país sin nombre navegaba”. Los adjetivos que emplea para evocar esa primera experiencia
“blanca”, “libre” y “eterna” intentan transmitirnos una idea de inmensidad, tanto en tiempo como en
espacio. El mar es enorme, desmedido, dilatado, navega a lo desconocido. Es el “sereno” “gran
señor de las batallas” que inspira reverencia y atrae sin remedio. Este contacto con el mar es tan
impresionante que provoca un cambio en el niño que intenta abrazarlo.

Actividad
1. ¿Habrá sucedido realmente esto que dice Parra? Justificá tu opinión con palabras del texto.
2. ¿Qué detalles mencionados demuestran cuán conmovedora fue su experiencia?
3. Según los versos finales, lo ocurrido ¿fue un “encuentro” o un “reencuentro” con el mar? ¿Por
qué?

Habitualmente se considera que los sucesos referidos en un periódico o en un texto científico se


pueden verificar; pertenecen al orden de los hechos reales, se manejan con datos comprobables y
son, por lo tanto, no ficcionales. La intención del emisor de esos textos es informar; la función del
lenguaje usada es informativa.
En muchas ocasiones diarios y revistas traen noticias insólitas. A veces, sorprende encontrar una
que convierte en realidad un relato que se conoce desde que uno es chico. Así sucede, por ejemplo,
en esta fantástica versión del mito de Tarzán, el hombre mono.

CANTARA CON UN CORO EN GRAN BRETAÑA


La increíble historia de un chico ugandés que fue criado por monos.
A los 3 años lo abandonaron en la selva. Se lo creía muerto, pero vivió 3 años con una manada de
monos Lo rescataron en 1991. En su readaptación aprendió a cantar. Ahora tiene 14 años y una voz
maravillosa.

La versión más fantástica del mito de Tarzán tiene un representante real: un adolescente ugandés
que, tras haber sido criado por monos, cantará en Gran Bretaña. Lo hará como integrante de un coro
de 20 chicos africanos, una experiencia que lo ha ayudado a acercarse a la civilización.
Probablemente John Ssabunnya, de 14 años, haya presenciado el asesinato de su madre, en 1988.
Tenía 3 años cuando fue abandonado en la selva. Su padre desapareció, y en la tribu pensaron que el
niño había muerto. El segundo capítulo de la historia -revelada por la BBC de Londres, que el
miércoles 13 emitirá un documental-, ocurrió en 1991, cuando una manada de monos Vervet
fastidiaba a un grupo de mujeres que recogía leña en un claro de la selva. Les llamó la atención un
simio muy sucio, que chillaba y corría en cuatro patas como los demás, pero sin pelos en el cuerpo.
Las mujeres volvieron al poblado con la noticia, y la tribu entera fue al claro para cazarlo. Atado a
un árbol, gritaba espantado ante los rostros humanos. Los monos intentaron rescatarlo, y hubo que
ahuyentarlos a pedradas. Finalmente fue enviado al orfanato cristiano Kamuzinda, a 160 kilómetros
de Kampala, la capital de Uganda, donde viven 1.500 chicos. Un miembro de la tribu lo identificó
como el chico que había desaparecido tras la muerte de su madre. Se logró ubicar al padre, pero éste
se negó a reconocerlo: John se había acostumbrado a trepar a los árboles y a hacer los mismos
gestos que los monos, que lo habían alimentado con frutas, nueces y bayas. Se cree que el padre
murió poco después, en la guerra civil. El tercer capítulo de la vida de John fue aún más duro.
Estaba desnutrido, lleno de parásitos y cicatrices, y había olvidado su lengua, relató El País de
Madrid, en un anticipo del documental. Estaba deprimido y se iba a los rincones para comer. Molly
y Paul Wassuna, los directores del orfanato, terminaron adoptándolo. Pero necesitaban ayuda, y
recurrieron a Douglas Candland, un psicólogo estadounidense de la Universidad de Buckneell,
Pennsylvania, considerado como una eminencia mundial en conducta animal. Candland creyó en la
existencia de un Tarzán ugandés recién cuando estudió toda la documentación. Intrigado, viajó al
Africa, donde se le unió Debbie Cox, directora de un albergue para animales salvajes en Uganda,
experta en devolver a su hábitat a los monos cazados clandestinamente. El chico no terminaba
nunca de adaptarse ni lograba hablar correctamente. Pero tenía muy buena voz, y se pensó que el
canto podía ayudarlo a volver al mundo que había abandonado de pequeño. El último capítulo de la
historia de John comenzó con su encuentro con Hillary Cook, una odontóloga de Sheffield (Gran
Bretaña). Hillary estaba recorriendo Uganda, ofreciendo atención dental a uno de los pueblos más
pobres del mundo.Cook colaboró en la organización de la gira británica del Coro de Niños La Perla
del Africa, que actuará en iglesias de Merseyside, Glasgow, Sheffield, Londres y Gales. John aún
sigue hablando en voz baja -comenta la odontóloga-. Pero cuando canta, tiene una voz maravillosa.
Este año, el chico volvió a reunirse con un grupo de monos. Candland y Cox quedaron atónitos: el
chico sabía cómo comunicarse con los simios, y se encontraba a gusto con ellos. Los expertos
decidieron entonces intentar descifrar el lenguaje que compartieron el hombre y el mono.

Actividad
1. La noticia sobre el muchacho criado por monos se dio a conocer sólo a partir de la intervención
de John en el coro. Imaginá cuáles habrán sido las razones. ¿Qué elementos tiene en común esta
crónica con la historia de Tarzán de Edgar Rice Burraughs?
2. De seguro, alguna vez habrás mirado la película o serie de TV. ¿Qué características tiene el
personaje de Tarzán? ¿Dónde transcurren sus aventuras, qué cosas suelen suceder, quiénes
acompañan al protagonista?
3. Leé nuevamente el cuento de Payró ”Mujer de artista”. Determiná: lugar, tiempo, personajes,
costumbres o datos históricos que sugieran que se trata de un cuento realista. Descubran
expresiones utilizadas por el narrador para que el lector crea que la historia es verdadera.
4. Buscá en diarios o revistas alguna historia que te llame la atención y analizá su contenido,
determinando si se trata de un hecho real y el punto de vista del narrador.

El oficio del escritor consiste en convertir hechos humanos (supuestos o reales, externos o
psíquicos) en una historia, imaginada por él, que imita la vida; en descubrir significados ocultos en
los actos humanos y construir sus ficciones a partir de ellos; o en enlazar coherentemente datos
obtenidos – de la memoria popular, de otras fuentes históricas o literarias- con sus propias
hipótesis, y crear un relato desprendido de la fuente original. El proceso mediante el cual esta
transformación se lleva a cabo es llamado ficcionalización.

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