Está en la página 1de 26

El ejercicio de los derechos humanos

No hemos logrado establecer las diferencias entre caridad y el enfoque de derechos

La Razón / Ana María de Granda


00:05 / 16 de diciembre de 2011

La promoción y protección de los derechos humanos ha sido una de las mayores


preocupaciones para las Naciones Unidas desde 1945, fecha en la cual varios países acordaron
impedir que los horrores de la Segunda Guerra Mundial se reproduzcan.

Tres años después, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Asamblea General
ratificó que el respeto a los derechos humanos y a la dignidad de la persona humana "son los
fundamentos para la libertad, justicia y paz en el mundo"; y en 1950, invitó a todos los Estados
miembros de la ONU y  organizaciones interesadas para que cada 10 de diciembre se celebre el
Día de los Derechos Humanos.

Con el transcurso del tiempo, se desarrolló un conjunto de instrumentos y mecanismos para


asegurar su primacía y para hacer frente a las violaciones de los derechos humanos
dondequiera que ocurran. Así se refieren los antecedentes históricos de la promulgación de esta
fecha internacional, donde sociedades enteras no sólo incluyeron en sus legislaciones la
temática como tal, sino que asumieron como una necesidad evitar que los derechos humanos
sean vulnerados.

Sin embargo, en muchos países, como el nuestro, todavía persiste un enfoque equivocado al
momento de entender el ejercicio de los derechos humanos, en especial de grupos vulnerados
como la infancia en riesgo social. Todavía, a nivel práctico no hemos logrado establecer las
diferencias entre caridad o beneficencia y el enfoque de derechos.

Un enfoque de derechos para el desarrollo se define frecuentemente contrastándolo con una


visión que se basa en necesidades. Ambos se fundamentan en el deseo de colaborar con la
supervivencia de las personas y el desarrollo pleno de su potencial. Los dos buscan identificar
un rango de asistencia y acción, necesarios para lograr su objetivo. El punto en el que se
diferencian es en sus fundamentos y en las implicancias que dichos supuestos generan en la
elaboración de una programación.

Al respecto, un enfoque de derechos supone asumir que todos tenemos la responsabilidad


pública, política, moral y legal de asegurar las condiciones de grupos socialmente marginados,
excluidos y estigmatizados. En el caso de los niños, niñas y adolescentes asumirlos como
sujetos de derechos y no objetos de necesidades supondría un gran avance para toda una
sociedad con una visión de desarrollo humano sostenible.

Esta visión compartida permitiría entender que muchos de los atropellos que indirectamente
permitimos como cientos de niños y niñas en las calles, en orfanatos, en albergues transitorios,
separados de sus familias, explotados, maltratados e invisibilizados no debieran bajo ningún
argumento seguir aumentando las estadísticas de pobreza.
No es posible hablar de derechos humanos cuando asumimos que un juguete en Navidad o un
chocolate por el Día del Niño va a solucionar la realidad que a miles les ha tocado vivir. Y es que
no sólo vulneramos con nuestra indiferencia el derecho a la protección y desarrollo que tienen,
sino también el derecho inalienable de ser simplemente niños. No hay futuro ni desarrollo sin
ellos. No hay sociedad que se precie de avanzada si lo seguimos permitiendo. Los derechos
humanos son inalienables y su situación es un espejo del futuro que tendremos.

La responsabilidad civil se define como la obligación de toda persona de pagar por los
daños y perjuicios que cause en la persona o el patrimonio de otra. La responsabilidad civil
es la obligación de pagar por los daños y perjuicios que se causen a una persona o a su

patrimonio.

Su origen puede ser contractual o extracontractual:

 La responsabilidad civil contractual es una sanción convenida por las


partes para el caso de que una de ellas incumpla sus obligaciones.

 El concepto de responsabilidad extracontractual es más amplio, ya que


incluye las indemnizaciones derivadas de daños o lesiones que el perjudicado no
tuviera el deber de soportar. En el derecho comunitario se conoce como
responsabilidad cuasidelictual, término que ayuda a entender el concepto. Así, la
indemnización de un accidente de tráfico es de este tipo ya que, aunque no hay
ningún contrato, el responsable debe indemnizar a la víctima por los daños y
perjuicios que le ha causado.

Qué es la responsabilidad civil


La responsabilidad civil está definida en el artículo 1089 del Código Civil, en el que
se especifica que las obligaciones nacen de:

 La ley.

 Los contratos y cuasicontratos.

 Los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género


de culpa o negligencia.
o Dentro de esta sección, el artículo 1092 del Código Civil señala que
este tipo de actos y omisiones ilícitos pueden derivarse de faltas o delitos. Aunque
actualmente no existen las faltas, el objetivo de este artículo es diferenciar la
responsabilidad civil (que es la que se rige según el Código Civil) de la
responsabilidad penal (que es la que se rige según el Código Penal).

o Conviene precisar que el hecho de que determinados actos u


omisiones ilícitos hagan nacer responsabilidad penal, no determina que esta sea
incompatible con la civil. Por ejemplo, imaginemos que dos personas chocan en la
vía pública. Una de ellas iba distraída mirando el teléfono móvil y la otra no
consiguió esquivarla. Del choque se deriva la caída del segundo, rompiéndosele
las gafas y partiéndosele la ceja izquierda, requiriendo tres puntos. En este caso el
primero tendrá la obligación de indemnizar al segundo (responsabilidad civil).
Imaginemos ahora que el primero no iba distraído, sino que golpeó al segundo
conscientemente y con voluntad dañina. Además de indemnizarlo podría tener que
responder por un delito de lesiones.

Elementos de la responsabilidad civil


La responsabilidad civil exige la concurrencia de tres elementos:

1. Elementos personales. Se trata de la persona que provoca el daño y la


que lo padece. La primera es responsable civilmente de la reparación, restitución o
indemnización frente a la segunda.

2. Lesión. La lesión puede tener forma de incumplimiento contractual o de


daño. Además, puede afectar a la persona o al patrimonio del perjudicado. En el
caso de la responsabilidad civil contractual se pueden establecer penalidades a la
hora de indemnizar la lesión. Y en el caso de la extracontractual, será el juez el
encargado de valorar la lesión.

3. Relación de causalidad. Es necesario que entre la acción u omisión de


quien provoca el daño y la propia lesión exista una relación de causalidad. Así,
nadie tiene por qué responder de daños fortuitos (salvo que su deber sea
evitarlos) o de aquellos imprevisibles o inevitables.

Consecuencias de la responsabilidad civil


Si se determina la concurrencia de responsabilidad civil, el responsable
deberá restituir el bien lesionado o reparar el daño causado. Cuando la
restitución o reparación sean imposibles procederá una indemnización.

En nuestro ordenamiento jurídico rigen dos principios que resultan de aplicación:

 La responsabilidad patrimonial universal determina que todo el


patrimonio del civilmente responsable queda afecto al cumplimiento de una
obligación. Es decir, si en este momento el responsable no dispone de suficientes
recursos para pagar su culpa, seguirá obligado por este pago hasta satisfacerlo,
aunque sea en el futuro.

 El principio de restitución íntegra determina que el civilmente


responsable debe dejar las cosas en el estado en que se encontraban antes de su
intervención. Por eso se prefieren la restitución y la reparación a la indemnización.
Y por eso la indemnización incluye:

o Daños personales, patrimoniales y morales.

o Daño emergente y lucro cesante.

El desplazamiento de la responsabilidad civil


Para evitar el perjuicio patrimonial que puede representar la responsabilidad civil
existe la técnica del seguro. Mediante un seguro puede establecerse que el
asegurador se convierta en responsable solidario de la obligación de restituir,
reparar o indemnizar.
En algunas ocasiones el seguro resulta obligatorio. Pensemos, por ejemplo,
en los seguros de circulación. Los daños derivados de un accidente de tráfico
pueden ser tan elevados que el responsable civil no disponga (ni vaya a disponer
jamás) de suficiente patrimonio como para hacerse cargo de ellos. Gracias al
seguro, el perjudicado resultará indemnizado a cargo del asegurador. Ello sin
perjuicio de que éste repita contra el asegurado.

Muchas profesiones requieren suscribir un seguro de responsabilidad civil. En


otras ocasiones, el seguro se contrata por una cuestión de prudencia.

En definitiva, casi siempre que una persona provoca un daño sobre otra persona o
sus bienes desplegará responsabilidad civil. Tanto a la hora de exigirla como de
defenderse de una demanda, es recomendable contar con un abogado
civil especializado en este tipo de reclamaciones.

Responsabilidad civil
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
La responsabilidad civil es la obligación de resarcir que surge como consecuencia del daño
provocado por un incumplimiento contractual (responsabilidad contractual) o de reparar el
daño que ha causado a otro con el que no existía un vínculo previo (responsabilidad
extracontractual), sea en naturaleza o bien por un equivalente monetario, habitualmente
mediante el pago de una indemnización de perjuicios. Díez-Picazo define la responsabilidad
como «la sujeción de una persona que vulnera un deber de conducta impuesto en interés de
otro sujeto a la obligación de reparar el daño producido». 1 Aunque la persona que responde
suele ser la causante del daño, es posible que se haga responsable a una persona distinta del
autor del daño, caso en el que se habla de «responsabilidad por hechos ajenos», 2como
ocurre, por ejemplo, cuando a los padres se les hace responder de los daños causados por
sus hijos o al propietario del vehículo de los daños causados por el conductor con motivo de la
circulación.
La responsabilidad civil puede ser contractual o extracontractual. Cuando la norma
jurídica violada es una ley (en sentido amplio), se habla de responsabilidad extracontractual, la
cual a su vez puede ser o bien delictual o penal (si el daño causado fue debido a una acción
tipificada como delito) o cuasi-delictual o no dolosa (si el perjuicio se originó en una falta
involuntaria). Cuando la norma jurídica transgredida es una obligación establecida en una
declaración de voluntad particular (contrato, oferta unilateral, etcétera), se habla entonces de
responsabilidad contractual.
Las obligaciones se clasifican habitualmente como de medios y de resultados, y esto tiene una
gran importancia al determinar la responsabilidad civil contractual. El incumplimiento, que es
uno de los requisitos básicos para que la responsabilidad se produzca, dependerá de la clase
de obligación.3

 Cuando una norma o un contrato obligan a una persona a alguna cosa determinada,


sea ésta una acción o una abstención (hacer o no hacer algo), esta obligación se
considera de resultado. Tal es el caso de un transportista que se obliga a llevar
determinada mercancía a un destino en particular. Aquí la responsabilidad es
prácticamente automática, pues la víctima sólo debe probar que el resultado no ha sido
alcanzado, y entonces el demandado no podrá escapar a dicha responsabilidad, excepto
si puede probar que el perjuicio proviene de una causa ajena —por ejemplo, que se debe
a un caso fortuito o de fuerza mayor.
 Por otra parte, en aquellos casos en que una norma o un contrato sólo obligan al
deudor a actuar con prudencia y diligencia, la obligación es considerada de medios. Este
es el caso de la obligación que tiene un médico respecto a su paciente: el médico no tiene
la obligación de sanarlo, sino de poner sus mejores oficios y conocimientos al servicio del
paciente, es decir, de actuar en forma prudente y diligente (aunque hay excepciones, pues
en algunos casos el médico asume una obligación de resultado, como ocurre en la cirugía
estética voluntaria). En estos casos, la carga de la prueba le corresponde a la víctima
o demandante, quien deberá probar que el agente fue negligente o imprudente al cumplir
sus obligaciones.
En el caso de la obligación de medios es más difícil probar la responsabilidad civil, dado que
el incumplimiento no depende sólo de no haber logrado el resultado (en el ejemplo anterior,
sanar al paciente), sino que habría que demostrar que pudo ser posible haberlo logrado, si el
obligado hubiese actuado correctamente...

Responsabilidad extracontractual[editar]
Surge cuando el daño, agravio u otro daño o perjuicio causado no tiene su origen en una
relación contractual, sino en cualquier otro tipo de actividad.
La responsabilidad extracontractual, delictual o aquiliana puede definirse como aquella que
existe cuando una persona causa, ya sea por sí misma, por medio de otra de la que responde
o por una cosa de su propiedad o que posee, un daño a otra persona respecto de la cual no
estaba ligada por un vínculo obligatorio anterior relacionado con el daño producido. Esta área
del derecho civil también se conoce como delitos y cuasidelitos civiles (fuentes de las
obligaciones). Las fuentes principales de las obligaciones extracontractuales son el hecho
ilícito y la gestión de negocios.
Un caso de responsabilidad extracontractual es el que puede surgir por los daños y
perjuicios causados a terceros como consecuencia de actividades que crean riesgos a
personas ajenas a las mismas, como la conducción de un automóvil o el desarrollo de una
actividad industrial.
Otro supuesto es el de la responsabilidad por daños causados por bienes propios: cuando se
desprende un elemento de un edificio y causa lesiones a quien pasa por debajo o cuando
alguien sufre un accidente por el mal estado del suelo. También se es responsable por
los daños y perjuicios que originen los animales de los que se sea propietario.
La responsabilidad puede tener su origen en actos de otra persona, por la que debe responder
un padre por los daños y perjuicios que cause su hijo menor de edad; un empresario por los
que causen sus empleados; y un establecimiento educacional por los causados por sus
alumnos.
Requisitos de la responsabilidad extracontractual[editar]
La responsabilidad extracontractual prevista en las normas legales pertinentes (por ejemplo,
artículos 1708 y siguientes del Código Civil Argentino, 2314 y sgtes. del Código Civil chileno,
1902 del Código Civil Español), entendida como la obligación de reparar el daño causado
tanto por hechos propios como por hechos ajenos, requiere los siguientes presupuestos:

 El hecho, comportamiento causante del daño, incluidas las acciones y omisiones.


Frecuentemente es un comportamiento humano, aunque la ley extiende la
responsabilidad a hechos de las cosas (animales y objetos de propiedad del responsable).
Este comportamiento debe ser antijurídico y puede o no ser su origen ilícito. Se entiende
por antijurídico aquel comportamiento que contraviene el principio alterum non
laedere que comprende una serie de deberes que obligan a seguir un comportamiento
con corrección y prudencia respecto a terceros, para que la convivencia sea posible.

 El daño o agresión ilegítima a bienes, derechos o a la propia persona. El


daño indemnizable o reparable tiene que ser cierto, esto es, realmente existente. Se
excluyen los daños hipotéticos o eventuales. Además el daño tiene que ser actual pero
pueden incluirse los daños futuros cuando éstos surgirán con posterioridad según racional
certidumbre. Se entienden incluidos tanto los daños patrimoniales como los daños
morales. La prueba del daño, de su extensión y alcance corresponde al perjudicado.

 La relación de causalidad o nexo causal entre el comportamiento causante del daño y


el daño. En el caso en que concurran una pluralidad de causas causantes del daño, habrá
que determinar si todas ellas son concausas (teoría de la equivalencia) o si una de esas
causas es la única que merece dicho papel por ser la determinante del daño. Se utilizan
distintos criterios para calificar a la causa como determinante de dicho resultado: que
dicha causa sea posible o probablemente la que haya ocasionado el daño (teoría de la
causa adecuada), que el hecho sea el más próximo al daño (teoría de la causa próxima) o
que el hecho sea el más eficiente o con más fuerza determinante del daño (teoría de la
causa eficiente).

 El criterio de imputación de la responsabilidad. En principio, el Código Civil exigía


exclusivamente un criterio basado en la culpa o negligencia del agente (teoría subjetiva o
por culpa), pero en la actualidad se aceptan criterios distintos a la culpa, como el dolo o
consciencia de que el comportamiento causa el daño, el riesgo o creación de una
situación de peligro (teoría del riesgo) y supuestos de atribución automática o ex lege de
responsabilidad (teoría objetiva o estricta).

El cúmulo de responsabilidades[editar]
Cuando del incumplimiento de una relación contractual se originan daños y perjuicios
causados por tal falta, se está en presencia de lo que la doctrina moderna ha bautizado
como cúmulo de responsabilidades. Este supuesto se verifica cuando coexisten en una misma
causa obligaciones contractuales y, producto de su incumplimiento, obligaciones
extracontractuales. Tal es el caso del incumplimiento de un contrato de una obligación a
término, como pudiera ser la actuación de un grupo musical en un evento; el incumplimiento
de dicha obligación contractual acarrearía consecuencias mayores, que verificarían daños y
perjuicios y darían origen a una obligación extracontractual.

Responsabilidad patrimonial de la administración[editar]


Artículo principal: Responsabilidad del Estado
La responsabilidad adquiere características peculiares cuando el daño o perjuicio es causado
por la administración pública.
Aunque por regla general la administración incurre en responsabilidad por su hecho anormal,
irregular o ilícito (lo que se denomina en los ordenamientos inspirados en el francés falta de
servicio), en ciertos países (como España) o bajo ciertas hipótesis puede incurrir en
responsabilidad también por su actuar normal, sin necesidad de que haya habido ninguna
irregularidad en el hecho que origina el daño.
En tales casos se le exige un grado de responsabilidad más severo que a los particulares, y
se llega en muchos casos a la responsabilidad objetiva, responsabilidad por daños causados
sin dolo ni culpa.
En casos excepcionales, el Estado puede ser responsable de daños y perjuicios causados por
la creación de normas jurídicas válidas, incluso de leyes (responsabilidad del
Estado legislador), cuando resultan perjudiciales para algunas personas concretas, aunque
busquen un bien para la generalidad de los destinatarios. Suele fundarse esta responsabilidad
sin culpa en la noción de ruptura de la igualdad ante las cargas públicas.
El Estado puede ser responsable también por errores judiciales, por accidentes causados por
el mal estado de las carreteras, etc.

Objetivo de la responsabilidad civil[editar]


El objetivo principal de la responsabilidad civil es procurar la reparación, que consiste en
restablecer el equilibrio que existía entre el patrimonio del autor del daño y el patrimonio de
la víctima antes de sufrir el perjuicio. La responsabilidad civil posee un aspecto preventivo,
que lleva a los ciudadanos a actuar con prudencia para evitar comprometer su
responsabilidad; y un aspecto punitivo, de pena pecuniaria.
El rol preventivo puede discutirse en realidad, toda vez que un sistema de responsabilidad
basado en factores subjetivos de atribución no favorece la prevención. Más aún, los sistemas
de responsabilidad que basan su forma institucional en un daño causado y los sistemas
realmente preventivos son de carácter residual o subsidiario. Así, algunos propugnan que son
los duros términos de los sistemas objetivos de responsabilidad los que, basados en
una sanción difícilmente excusable, favorecen realmente la prevención (riesgo creado).

Responsabilidad civil, responsabilidad penal y


responsabilidad moral[editar]
Es importante distinguir la responsabilidad civil de la responsabilidad penal, ya que esta última
tiene por finalidad designar a la persona que deberá responder por los daños o perjuicios
causados a la sociedad en su totalidad, no a un individuo en particular. A la vez, todas estas
especies de responsabilidad jurídica deben distinguirse de la responsabilidad moral, en la cual
los responsables no responden de sus actos ante la sociedad, sino ante su propia conciencia.
Para la responsabilidad penal los daños o perjuicios tienen un carácter social, pues son
considerados atentados contra el orden público lo suficientemente graves como para ser
fuertemente reprobados y ser erigidos en infracciones. Las sanciones penales tienen una
función esencialmente punitiva y represiva, y sólo buscan la prevención de manera accesoria
(ya sea a través de la intimidación y la disuasión, o a través de la rehabilitación del culpable,
de su reeducación o de su reinserción social).
La responsabilidad civil intenta asegurar a las víctimas la reparación de los daños privados
que le han sido causados, y trata de poner las cosas en el estado en que se encontraban
antes del daño y restablecer el equilibrio que ha desaparecido entre los miembros del grupo.
Por estas razones, la sanción de la responsabilidad civil es, en principio, indemnizatoria y
no represiva.
Es importante mencionar que ambas ramas jurídicas pueden coexistir en un mismo hecho. Es
decir, puede aplicarse una pena privativa de libertad, sin perjuicio de la responsabilidad civil
que pudiera acarrear haber incurrido en un hecho licito o ilícito.

2
 En la esfera civil, se
aprecian estas mismas
fases en la evolución de
la protección de los
derechos, aunque con
ciertas matizaciones. En
definitiva, se consagra el
principio de que “nadie
puede tomarse la
1 TEMA 6. EJERCICIO Y PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS Hoy y en Roma se puede entender el
derecho en dos acepciones:  Derecho objetivo: equivale a la norma agendi, y es el conjunto de
reglas o de normas jurídicas por las que se rige una sociedad.  Derecho subjetivo: sinónimo de
facultas agendi nos referimos al poder que el derecho objetivo concede reconoce y protege a los
particulares. El ejercicio de los derechos no depende exclusivamente de la voluntad del titular ,
sino que necesita de la colaboración de otras personas. Derecho de crédito: Paula de 10.000 a
Jaume en este caso se necesita de la conducta activa de una persona (de la deudora) para que
Jaume pueda disfrutar de su derecho de crédito (acreedor). Derecho debe arbitrar una serie de
medios que garanticen una protección de los derechos subjetivos y de eso se encarga el
DERECHO PROCESAL. 1. PRESUPUESTOS PROCESALES: 1. 1. LA JUSTICIA PRIVADA Y SU
EVOLUCIÓN A) La larga evolución que experimenta la protección de los derechos subjetivos
tiene como punto de partida, la “autoayuda” o justicia privada y como final, la hoy llamada
“administración pública de justicia”.  En la esfera penal, por ejemplo, si se produce un
asesinato, cabe distinguir, por orden cronológico, las siguientes fases en la protección de los
derechos subjetivos: 1ª) La de una venganza privada ilimitada (propia de una época
primitiva, por la que el perjudicado o su familia o ambos pueden perseguir al autor del delito
a la familia de éste y a los patrimonios de ambos para resarcirse de los daños causados). 2ª) La
de una venganza privada limitada o “talional”.( que está contemplada en la ley de las xii
tablas , se autoriza la venganza privada pero se limita a los términos concretos de la ofensa
sufrida , “ ojo por ojo”) 3ª) La de una composición voluntaria.(Ley de las XII tablas,
composición significa: suma de dinero , posibilita la entrega de una suma de dinero al perjudicado
como precio de renuncia a la venganza) 4ª) La de una composición legal obligatoria.( comporta
toda violación o vulneración de un derecho es reparada mediante la entrega de una suma de
dinero al perjudicado , nadie puede tomarse la justicia por su mano ) 2  En la esfera civil, se
aprecian estas mismas fases en la evolución de la protección de los derechos, aunque con
ciertas matizaciones. En definitiva, se consagra el principio de que “nadie puede tomarse la
justicia por su mano”, es decir, que el perjudicado debe acudir ante el pretor. En la esfera civil
en un primer momento se somete a un control ritual y luego ya se está obligado a acudir ante
el pretor. 1. 2. LA ACCIÓN (como forma de iniciar el proceso) Y SUS CLASES  La acción en
general: la palabra actio, de agere -actuar, obrar- equivale a nuestro término acción y, hoy,
suele definirse, como el medio que el Estado ofrece a los particulares para la defensa de sus
derechos.  La acción y sus acepciones: 1) En Dº moderno la palabra “acción” presenta dos
acepciones:  En sentido formal (de forma, manera) es el instrumento que abre las puertas de un
procedimiento con independencia de que quien lo utilice tenga razón o no para ello.  En sentido
material (de contenido, objeto o fin de la reclamación) es el medio para lograr el reconocimiento
de un derecho cuando resulta desconocido por alguien. 2) En Dº Romano, basta señalar que no
hay una acción (como categoría genérica, como hoy), sino una pluralidad de acciones y que
su sentido cambia a lo largo de su historia.  Clases de acciones: Según diversos criterios de
clasificación, cabe distinguir diferentes acciones, así:  Por su origen, las acciones pueden ser :
 civiles (contempladas en el ius civile)
Derechos individuales o derechos
colectivos?
El reconocimiento o no de la existencia de derechos colectivos en favor de
determinados grupos o colectividades ha devenido en una de las cuestiones jurídico-
políticas más controvertidas del momento, tanto en España como en otros países de
nuestro entorno.De acuerdo con su propia denominación, los destinatarios de los
derechos humanos, sus sujetos titulares, lo son siempre las personas, los individuos,
los seres humanos. No puede entenderse la existencia de derechos humanos si no
tienen como objetivo la defensa y desarrollo de todos y cada uno de los individuos
que pueblan la tierra, uno a uno considerados. Unamuno reflejaba muy bien esta
idea cuando a la pregunta de quién eres tú, respondía con Obermann: "¡Para el
universo, nada; para mí, todo!".

Hay numerosos derechos (derecho a la vida, a la libertad personal, a la libertad de


domicilio, de pensamiento...) que son perfectamente ejercitables y aplicables de
forma individual. Junto a ellos existen, sin embargo, otros muchos derechos de
carácter social o político (huelga, sindicación, participación política...) cuya puesta
en práctica sólo tiene sentido si se ejercita de forma colectiva. No parece caber duda
alguna, por lo tanto, en lo referente a la posibilidad de un ejercicio colectivo de los
derechos humanos.

Mucho más polémica resulta la posibilidad del reconocimiento de una titularidad


colectiva de los derechos humanos. Es ésta una cuestión sobre la que han corrido
ríos de tinta -y de sangre- desde los inicios de este siglo. Así, los tratados de paz
posteriores a la I Guerra Mundial le otorgaron una especial atención, particularmente
a la hora de regular el ámbito de protección de las minorías étnicas. Por primera vez,
estos tratados pretendían no una protección de orden unilateral convencional, sino
una protección internacional, convirtiendo así esa protección en una cuestión de
orden público internacional, al confiarla a un órgano internacional específico dentro
del ámbito de la Sociedad de Naciones.

El reconocimiento de la protección de las minorías implicó una revolución en el


derecho de gentes ya que suponía poner en cuestión la propia personalidad del
Estado. En virtud de esa protección, una parte de la población del Estado aparecía
configurada con una personalidad jurídica diferente en el orden internacional, no
solamente con respecto a terceros, sino también con respecto e, incluso, contra el
propio Estado. Sin embargo, las minorías como tales carecían de personalidad
jurídica, y por tanto de legitimación, para ejercer sus reclamaciones. Por ello, la
legitimación fue otorgada no a las minorías como tales, sino a individuos o grupos
de personas, los cuales podían ejercer ese derecho como una función especial al
servicio de la comunidad o grupo minoritario. La ausencia del reconocimiento de un
derecho colectivo de las minorías constituyó, precisamente, una de las principales
causas del fracaso del sistema de protección diseñado por la Sociedad de Naciones
en el período de entreguerras.

Consciente de la imposibilidad de hacer efectivos ciertos derechos de forma


individual, y de la consiguiente necesidad de garantizar de forma más apropiada el
ejercicio de los mismos por parte de ciertos colectivos desfavorecidos o
minoritarios, la ONU se vio obligada a tomar cartas en el asunto. Así, el Pacto de
Derechos Civiles y Políticos de 1966 otorgó carácter oficial al reconocimiento y
garantía de ciertos derechos colectivos tales como el derecho a practicar la religión
en comunidad con otros, el derecho a la protección de la familia por parte de la
sociedad y el Estado... Particularmente explícito resulta, en tal sentido, el artículo 27
del citado pacto cuando afirma que "en los Estados en que existan minorías étnicas,
religiosas o lingüísticas, no se negará a las personas que pertenezcan a dichas
minorías el derecho que les corresponde, en común con los demás miembros de su
grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión, y a
emplear su propio idioma".
Este reconocimiento ha obtenido carácter oficial tanto en el ámbito internacional
como en el derecho interno de muchos Estados. Basta con remitirnos a la
Constitución española para percatarnos de la existencia de derechos colectivos,
reconocidos como tales por el propio texto. Sin ánimo de exhaustividad, pueden
citarse el artículo 16, donde se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto
de los individuos y las comunidades...; el artículo 20.3, en el que se garantiza el
acceso a los medios de comunicación social dependientes del Estado de los grupos
sociales y políticos significativos; el artículo 37.1, en el que se garantiza el derecho a
la negociación colectiva laboral entre los representantes de los trabajadores y
empresarios, o el artículo 39.4, que habla de la protección de los niños.

En los últimos años, el grado de reconocimiento de estos derechos ha alcanzado una


notable intensidad. Así lo demuestra la configuración de una categoría de derechos
colectivos a los que la doctrina anglosajona ha denominado derechos de la "tercera
generación", para diferenciarlos de los derechos individuales y político-sociales
clásicos. Entre tales derechos destacarían algunos tan fundamentales como el
derecho al desarrollo, al control de los recursos naturales, a la paz, a la conservación
del medio ambiente, los derechos lingüísticos, educativos, o religiosos, o el derecho
a la autodeterminación. Parece fuera de toda duda, por lo tanto, la existencia de
derechos colectivos, junto a los individuales. Como señala de forma tajante Gros
Espiell, relator especial de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y
Protección a las Minorías de la ONU, "la pretendida incompatibilidad entre ambos
tipos de derechos no es admisible".

Por ello, el debate sobre si existen o no derechos colectivos parece, en mi opinión,


bastante estéril. Quizás una forma de evitar la polémica consistiría en hablar no de
derechos colectivos, sino de derechos individuales colectivizados cuya existencia y
protección sólo tienen sentido en el marco de un determinado grupo o colectivo.

No resulta tan estéril ni baladí, sin embargo, la cuestión de cómo hacer compatibles
los derechos colectivos con los derechos individuales y, particularmente, la cuestión
de cómo garantizar la libertad de los individuos dentro del grupo. Ya he señalado
antes que el último destinatario de los derechos humanos no son los grupos, sino las
personas, los individuos concretos miembros de esos grupos. Es ésta una cuestión
que, al igual que cualquier otro caso en el que se producen conflictos entre diversos
derechos, debe resolverse en el marco de las reglas de juego democráticas y,
particularmente, en el juego de la regla de las mayorías y minorías.

Derechos colectivos
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Derechos colectivos son los derechos cuyo sujeto no es un individuo (como es el caso de
los derechos individuales), sino un conjunto colectivo o grupo social. Mediante esos derechos
se pretende proteger los intereses e incluso la identidad de tales colectivos. Se definieron a
partir del derecho de autodeterminación, y se engloban en los llamados "derechos de tercera
generación" , según la teoría de las tres generaciones de derechos humanos.
El "derecho de autodeterminación de los pueblos" tuvo su primera utilización a gran escala en
los catorce puntos de Wilson, con los que se pretendía acabar con la Primera Guerra
Mundial y establecer una paz definitiva. La Conferencia de Paz de París (1919) no fue una
aplicación de dicho principio, que no obstante fue constantemente aludido en las relaciones
internacionales del periodo de entreguerras y en la Sociedad de Naciones. La decisión del
futuro político de muchos territorios europeos (como por ejemplo, el Sarre) se decidió
mediante consultas populares en forma de referéndum.
En 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó (por 48 votos a favor,
ninguno en contra y 8 abstenciones) la Declaración Universal de Derechos Humanos, que a
partir de entonces ha sido adoptada por cada uno de los Estados. Todos los derechos
especificados en la declaración estaban basados en el individuo, como el derecho a la
no discriminación, a la libertad de movimiento, privacidad, al matrimonio por libre
consentimiento de los esposos, a condiciones justas y favorables en el trabajo, a la
participación en la vida cultural, a una igual protección ante la ley, etc.
No obstante, la Carta de las Naciones Unidas (firmada el 26 de junio de 1945 y en vigor desde
el 24 de octubre del mismo año) recoge expresamente el concepto de "libre determinación de
los pueblos" (en el artículo 1, dedicado a los principios de la Organización, y el artículo 55,
dentro del Capítulo IX, sobre Cooperación internacional económica y social). La
autodeterminación también inspiró el tratamiento que se dio a los territorios coloniales. Los
artículos 73 a 91, que corresponden a los capítulos XI (Declaración relativa a territorios no
autónomos), XII (Régimen internacional de administración fiduciaria) y XIII (Consejo de
Administración Fiduciaria) recogen el régimen de estos territorios. En 1966 se elaboró el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, cuyo primer artículo proclama:
{{cita|Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho
establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico,
social y cultural.
Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y
recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica
internacional basada en el principio del beneficio recíproco, así como del derecho
internacional. En ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios medios de
subsistencia.1}

Derechos individuales es un concepto perteneciente al derecho constitucional,


nacido de la concepción liberal que surgió de la Ilustración, que hace referencia a aquellos
derechos de los que gozan los individuos como particulares y que no pueden ser restringidos
por los gobernantes, siendo por tanto inalienables, inmanentes e imprescriptibles.
En la clasificación los derechos humanos en tres generaciones, aparecen repartidos entre los
de primera y los de segunda generación.

Derechos[editar]
Son los derechos que todos tenemos, por el solo hecho de ser persona. Estos deben ser
reconocidos en cualquier parte del mundo a todos los seres humanos, independientemente de
su situación social, economica, étnica, religiosa, etc.

Historia[editar]
En 1688 en Inglaterra, Jacobo II, tras no encontrar el apoyo necesario para reinar, dejó el
trono sin violencia a Guillermo de Orange. Así triunfó la “Revolución Gloriosa”, que estableció
la monarquía parlamentaria sin dejar un solo muerto y se institucionalizaron los derechos
individuales que tuvieron como base la Carta sobre la tolerancia, así como los dos tratados
sobre el Gobierno Civil de John Locke, quien es considerado como el primero en hacer
mención a “The Individuals Rights”, anteriores y diferente a los derechos humanos.
Si bien el proceso comenzó en Inglaterra, quienes los llevaron a sus últimas consecuencias
fueron los norteamericanos cuando, cambiando la relación entre el gobierno y el ciudadano,
determinaron el papel del gobierno en relación a la protección de los derechos individuales. Y
quizá lo más específico de este cambio fue "el derecho a la búsqueda de la felicidad", con el
reconocimiento del valor ético de los intereses particulares como condición necesaria para el
reconocimiento jurídico y político de los derechos individuales.

Clasificación[editar]
Bien por su evolución histórica o por estar recogidos en dos convenciones internacionales
distintas es por lo que se suelen clasificar los derechos individuales (o fundamentales) en dos
grandes grupos:

 derechos de primera generación, como el derecho a la vida, a la integridad personal, a


la libertad individual, a la libertad de expresión, a la libertad de reunión, a la igualdad ante
la ley, los derechos de propiedad, al libre comercio, a la libertad de movimiento, etc.
 derechos de segunda generación, así llamados porque reciben reconocimiento
constitucional después de la Primera Guerra Mundial y que se refieren sobre todo a los
derechos sociales, como derecho al trabajo, derecho a la salud, derecho a la
educación, derecho a la seguridad social, la libertad de asociación, etc.
Existe una incompatibilidad de naturaleza entre los derechos de primera y segunda
generación así como en la tercera hay diferencias en como son conocidas y en como se han
clasificado por las leyes. Junto con las 3 generaciones se formó la cuarta y quinta generación
de los derechos civiles o humanos. Así como los primeros son derechos negativos, que
obligan al resto de la sociedad (o a los gobernantes) a no atacar o coartar dichas libertades,
los de segunda generación son derechos positivos que imponen una carga y obligación sobre
toda la sociedad de proporcionar unos bienes materiales a sus beneficiarios. Esto se muestra
patente a la hora de aplicarlos: el derecho a la vida o a la propiedad obliga a no arrebatarlas,
sin embargo el derecho al trabajo obliga a proporcionarlo. Esta contradicción tiene su origen
en la cuestión de si somos responsables de las consecuencias de nuestras omisiones;
mientras que los defensores de los derechos individuales dirán que no, los defensores de
los derechos humanos dirán que sí. Entra en consideración también la cuestión de si el fin
justifica los medios; los defensores de los derechos individuales dirán que no, los defensores
de los derechos humanos dirán que sí (o que el bienestar común supera moralmente el
bienestar de los individuos).

Equivalente en el derecho civil continental[editar]


El concepto anglosajón de individual rights que ha influenciado el derecho constitucional
moderno puede tener tres equivalencias en el derecho continental:

 derecho fundamental, que se corresponden plenamente a aquellos derechos nacidos


de la esencia humana, irrevocables, inalienables e imprescriptibles.
 derecho personalísimo, es un concepto propio del derecho civil, que se refiere a
aquellos derechos que son inalienables e imprescriptibles, que solo admiten el goce por
parte de su titular, pero que no se refieren necesariamente a derechos civiles, políticos o
económicos de una persona. El derecho de uso y habitación, propio del derecho civil, es
por ejemplo un derecho personalísimo.
 derecho subjetivo, es la atribución de una pretensión a una persona determinada, la
adjudicación de un crédito, o sea una obligación jurídica de hacer o no hacer, vr gr. pagar
el precio, constituye una obligación para el comprador, y obtener el precio, el derecho
subjetivo equivalente.

Enfoque objetivista[editar]
Ayn Rand, filósofa del objetivismo, aduce que un grupo, como tal, no tiene derechos. El
hombre no puede adquirir nuevos derechos uniéndose a un grupo ni perder los derechos que
posee. El principio de los derechos individuales es la única base moral de todos los grupos o
asociaciones. Ella sostenía que puesto que solo un hombre como individuo puede poseer
derechos, la expresión "derechos del individuo" es una redundancia (la cual uno debe usar
para el propósito de clarificación en el caos intelectual de hoy en día), pero la expresión
"derechos del colectivo" es una contradicción en términos. Los derechos individuales no están
sujetos a un voto público; una mayoría no tiene derecho a cancelar por voto los derechos de
una minoría; la función política de los derechos es precisamente el proteger minorías de la
opresión de las mayorías (y la minoría más pequeña es el individuo). 1

Derecho a la defensa
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
El derecho a la defensa es el derecho fundamental de una persona, física o jurídica, o de
algún colectivo a defenderse ante un tribunal de justicia de los cargos que se imputan con
plenas garantías de igualdad e independencia. Se trata de un derecho que se da en todos los
órdenes jurisdiccionales, y se aplica en cualquiera de las fases del procedimiento
penal (sumario, intermedia y juicio oral) y civil (alegaciones, prueba y conclusiones).
Asimismo, se impone a los tribunales de justicia el deber de evitar desequilibrios en la posición
procesal de ambas partes e impedir que las limitaciones de alguna de las partes puedan
desembocar en una situación de indefensión. Es parte inseparable del concepto conocido
como debido proceso.

Normas de ámbito mundial[editar]


Declaración Universal de Derechos Humanos[editar]

La Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce el Derecho a la defensa a todo ser


humano.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por la Asamblea General de


las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 no es un tratado internacional que vincule
jurídicamente a los Estados que lo firmen, pero sí ha llegado a ser considerada como una
norma de Derecho Internacional consuetudinario, dada su amplia aceptación; además,
algunos ordenamientos nacionales se remiten a ella para la interpretación de sus
propios derechos fundamentales. La Declaración regula el derecho a la defensa en sus
artículos 10 y 11:1
Artículo 10.
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia
por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para
el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11.
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe
su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías
necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos
según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el
momento de la comisión del delito.

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos [editar]


A diferencia de la Declaración, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos sí es un
tratado internacional cuyo cumplimiento es exigible a los Estados que lo han ratificado.
Además, el Pacto creó un organismo independiente, el Comité de Derechos Humanos,
encargado de supervisar el cumplimiento de sus estipulaciones.
El artículo 14.3 del Pacto regula el derecho a la defensa de las personas acusadas de haber
cometido un delito en los siguientes términos:2
3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas:
a) A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y
causas de la acusación formulada contra ella;
b) A disponer del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa y a comunicarse
con un defensor de su elección;
c) A ser juzgado sin dilaciones indebidas;
d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por un defensor de su
elección; a ser informada, si no tuviera defensor, del derecho que le asiste a tenerlo, y, siempre que el
interés de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de oficio, gratuitamente, si careciere de
medios suficientes para pagarlo;
e) A interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener la comparecencia de los testigos de
descargo y que éstos sean interrogados en las mismas condiciones que los testigos de cargo;
f) A ser asistida gratuitamente por un intérprete, si no comprende o no habla el idioma empleado en el
tribunal;
g) A no ser obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable.

El Pacto fue adoptado por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas en
1966, y entró en vigor el 23 de marzo de 1976, tras haber sido ratificado por los primeros 35
Estados.
Normas sectoriales[editar]
En concreto refiriéndonos a los derechos del menor de edad:

 Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de
Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989.3 Artículo que dice así:
Artículo 40. »2. Con ese fin, y habida cuenta de las disposiciones pertinentes de los instrumentos
internacionales, los Estados partes garantizarán, en particular:
a.   (...)
b.   Que todo niño del que se alegue que ha infringido las leyes penales o a quien se acuse de
haber infringido esas leyes se le garantice, por lo menos, lo siguiente:
I.   (...)
II.   Que será informado sin demora y directamente o, cuando sea procedente, por intermedio de
sus padres o sus representantes legales, de los cargos que pesan contra el y que dispondrá de
asistencia jurídica u otra asistencia apropiada en la preparación y presentación de su defensa;
III.   Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano judicial competente,
independiente e imparcial en una audiencia equitativa conforme a la Ley, en presencia de un
asesor jurídico u otro tipo de asesor adecuado y, a menos que se considerare que ello fuere contrario
al interés superior del niño, teniendo en cuenta en particular su edad o situación y a sus padres o
representantes legales;

Normas de ámbito regional[editar]

 Convención Europea de Derechos Humanos  firmada en Roma el 4 de noviembre


de 1950.4
 Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea , redactada en Niza el 7 de
diciembre de 2000.5
 Convención Americana sobre Derechos Humanos  de 1969.

Regulación por Estados[editar]


Chile[editar]
Se halla regulado por la Constitución chilena de 1980,6 que entre otras cosas establece:

 Que toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y
ninguna autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención
del letrado si hubiere sido requerida.
 Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare
la ley y que se hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del hecho.
 La ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y defensa jurídica a quienes no
puedan procurárselos por sí mismos. Esta prerrogativa se materializa por medio
del privilegio de pobreza.
Además, se añadió en reforma constitucional: 7
 La ley señalará los casos y establecerá la forma en que las personas naturales
víctimas de delitos dispondrán de asesoría y defensa jurídica gratuitas, a efecto de ejercer
la acción penal reconocida por esta Constitución y las leyes.
 Toda persona imputada de delito tiene derecho irrenunciable a ser asistida por un
abogado defensor proporcionado por el Estado si no nombrare uno en la oportunidad
establecida por la ley.
Las principales formas de cumplimiento de esta garantía se consagran en la institución
de abogado de turno8 y por organismos como la Corporación de Asistencia Judicial y
la Defensoría Penal Pública.
España[editar]
Se halla regulado por la Constitución española de 1978, el artículo 24 de la cual señala:9
Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley, a la defensa y a la
asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin
dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su
defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia.

De esta manera se establecen mecanismos como los servicios de orientación jurídica,


la Asistencia jurídica gratuita o los abogados de oficio.10
Venezuela[editar]
Análogamente, en Venezuela el derecho a la defensa se encuentra establecido en
la Constitución de Venezuela de 1999, la cual señala:11
El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas; en consecuencia:

 1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y grado de


la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser notificada de los cargos
por los cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y de
los medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas
mediante violación del debido proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho
a recurrir del fallo, con las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley.
 2. Toda persona se presume inocente mientras no se pruebe lo contrario.
 3. Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las debidas
garantías y dentro del plazo razonable determinado legalmente, por un tribunal
competente, independiente e imparcial establecido con anterioridad. Quien no hable
castellano o no pueda comunicarse de manera verbal, tiene derecho a un intérprete.
 4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las
jurisdicciones ordinarias, o especiales, con las garantías establecidas en esta
Constitución y en la ley. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio sin conocer la
identidad de quien la juzga, ni podrá ser procesada por tribunales de excepción o por
comisiones creadas para tal efecto.
 5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar contra sí
misma, su cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto grado de
consanguinidad y segundo de afinidad.
La confesión solamente será válida si fuere hecha sin coacción de ninguna
naturaleza.
(...).11

Estados Unidos[editar]
En los Estados Unidos, el derecho a la defense se encuentra establecido en partes de
la Quinta y Sexta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos,12
Argentina[editar]
Se encuentra regulado en la Constitución de la Nación Argentina que señala13
Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos (...) Nadie puede
ser obligado a declarar contra sí mismo (...)
Artículo 18, Constitución de la Nación Argentina

Es una garantía constitucional que permite que las demás garantías (debido
proceso, principio de inocencia, in dubio pro reo, entre otras) tengan una vigencia
concreta dentro del proceso penal. Toda persona que se encuentre dentro de
un proceso penal esta asistido por este derecho. Esta garantía opera durante todo el
proceso y hasta la ejecución de la pena o la medida de seguridad impuesta.
Se puede dividir en dos tipos de defensa:

1. Derecho de defensa material: es ejercida por el propio imputado/acusado,


quien tiene el derecho a conocer la imputación clara, precisa y
circunstanciada14 que se le dirige, para que la posibilidad de ser oído sea un
medio eficiente de ejercer su defensa. tiene derecho a ser oído durante todo
el proceso (tanto en la etapa de Instrucción como en la etapa del Juicio oral),
es la oportunidad que se le otorga para presentar su versión de los hechos.
Se basa en el principio de contradicción. El derecho a ser oído tiene intima
relación con el dictado de la sentencia, la cual solo debe expedirse sobre los
hechos y circunstancias que contiene la imputación. Esta regla se expresa
como el principio de correlación entre la acusación y la sentencia o también
llamada principio de congruencia. 14
2. Derecho de defensa técnica: es ejercida por la defensa del
imputado/acusado. Es quien vela por el debido proceso.
El imputado debe ser asistido por un defensor letrado, es decir, por un abogado
que, con su conocimiento de las leyes y del proceso, acreciente sus posibilidades
de defensa
Alberto Binder

Además, de esta garantía se derivan ciertas facultades que podrá ejercer el


imputado/defensa durante el proceso para influir en la decisión final, tales como:
ofrecer prueba, examinar la prueba presentada, controlarla y valorarla. 15 Una manera
de verificar el ejercido de este derecho, es que se requiere la presencia ininterrumpida
del imputado durante todo el debate y hasta el dictado de la sentencia; lo cual refiere
al principio de inmediación.
Otras derivaciones de esta garantía son:

 Inadmisibilidad de la reformatio in pejius


 Inadmisibilidad del juicio contra ausentes: es la prohibición que tiene el Estado de
realizar un juicio penal en ausencia del imputado.
 Incoercibilidad del imputado como órgano de prueba: es la prohibición que tiene el
Estado de obligar al imputado a declarar contra sí mismo, regulado en la
Constitución de la Nación Argentina.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación se ha pronunciado en varios fallos y ha ido
dándole un sentido genérico a esta garantía, esto se refleja en el fallo "Lancerón de
Dubois, María Luisa c/ Dirección de Vinos y otras Bebidas Zona Cuyo " (CSJN- 1960)
que se ha pronunciado de la siguiente manera:1617
Es violatoria de la defensa en juicio la resolución administrativa que condena por
infracción a los arts. 12, inc. a), y 13, inc. a), de la ley 12.372, sin haberse dado a la
presunta infractora participación en el proceso de ¨contra verificación¨; desde
que, ,habiéndosele conferido vista cuando ya la prueba estaba producida, se le ha
privado del ejercicio del derecho que expresamente le acuerda el art. 2° del decreto
25.716/51, habida cuenta que tal procedimiento no podía ser reiterado. El art. 18 de
la Constitución Nacional impone la debida defensa para que un habitante de la
Nación pueda ser penado o privado de sus derechos. Ella falta cuando no se ha
dado audiencia al litigante o inculpado en el procedimiento que se le sigue,
impidiéndosele así ejercitar sus derechos en la forma y con las solemnidades
correspondientes

Derecho Romano, Mecanismos De Defensa


De Los Derechos Subjetivos.
14800 palabras 60 páginas
Ver más
Mecanismos de Defensa de los Derechos Subjetivos.

a).- La Acción (Etimología, concepto, Derecho e Interés).

Etimología DE La acción:

La acción se origina en los aforismos del derecho romano: nemo iudex


sine actore (no puede existir un proceso si no hay actor) y nemo procedat
iudex iure ex oficio (no puede existir un proceso de oficio). Es la
evolución máxima del derecho romano.

Del lat. “actionem”, ac. de “actio”, proveniente del participio “actum”


del verbo “agere” – “hacer, poner en movimiento, conducir”, derivado de
la raíz indoeuropea *ag- “conducir, mover” y se encuentra en demás
lenguas como en el griego ἄγω – “ágo” – “conducir, guiar”, o ἀγών –
“agón” – “reunión, encuentro”. En sánscrito se encuentra “ajati” –
“conduce” …ver más… 
Es un derecho subjetivo, y no un simple poder o una facultad inherente al
derecho de la libertad o la personalidad, que pertenece a todas y cada una
de la personas físicas o jurídicas que quieren recurrir al Estado para que
les preste el servicio público de su jurisdicción, cualquiera que sea la
razón o el derecho material que aleguen; esas cuestiones deben
examinarse sólo para determinar si la sentencia debe ser de fondo o
mérito y favorable o desfavorable al demandante, o excepciones previas
cuando la ley lo autorice; pero no pueden excluir la titularidad de la
acción.

Es un derecho autónomo, público, individual o abstracto, que pertenece


al grupo de los derechos cívicos, cuya raíz se encuentra en las garantías
constitucionales del particular frente al Estado y cuyo origen puede ser el
común a todos los derechos de petición a la autoridad, pero que se
diferencia fundamentalmente de éstos por su contenido, su objeto, sus
fines, la calidad de los funcionarios ante quienes debe formularse, las
relaciones jurídicas de que su ejercicio se deducen, la obligatoriedad y,
por lo general, la inmutabilidad (cosa juzgada) de la decisión con que
normalmente concluye un proceso.

LA Acción EN EL derecho romano:

En el derecho romano se entiende por acción la capacidad de amparo


jurídico de un ciudadano romano por parte de un Magistrado.

La acción no es otra cosa que el derecho de perseguir en juicio lo que a


uno se le debe". El juicio o

Derecho de interés público


Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Por derecho de interés público se entiende el conjunto de prácticas y estrategias jurídicas y
judiciales encaminadas a utilizar el derecho como un mecanismo de transformación social.
Este uso emancipatorio del derecho tiene como fines últimos la defensa del interés colectivo,
la promoción de los derechos humanos y la justicia social.
Cuando se habla de derecho de interés público no se hace referencia a un canon o conjunto
específico de normas en determinada materia (como derecho penal o derecho administrativo).
En un sentido amplio, todo el derecho, como producto del legislador (el representante de
la voluntad general) está orientado al interés público. Sin embargo, la noción de derecho de
interés público proviene de una concepción diferente sobre las funciones que el derecho
puede cumplir en la sociedad.

Índice

 1Antecedentes históricos
 2Servicios legales comunitarios
 3Litigio estratégico o de alto impacto
 4Herramientas legales
 5Véase también
 6Enlaces externos
 7Bibliografía

Antecedentes históricos[editar]
Los orígenes de esta concepción alternativa sobre el uso del derecho podrían rastrearse hasta
la idea del "derecho del pueblo" planteada por Friedrich Karl von Savigny y la escuela histórica
del derecho. A pesar del carácter conservador del pensamiento de Savigny, esta idea terminó
influenciando en Europa a toda una corriente de académicos y de abogados de izquierda que
defendían los derechos sociales y las reformas jurídicas como un paso necesario hacia el
socialismo. Fue una manera de conciliar y hacer compatibles las tendencias marxistas con el
derecho.
En Estados Unidos, el realismo jurídico hizo un aporte importante también al recalcar en el
carácter instrumentalista y consecuencialista que deberían tener las decisiones judiciales.
Cabe resaltar también el trabajo de Renato Treves en Italia en la década de los 70's, así como
el movimiento de la Magistratura Democrática.
En América Latina, y tras la influencia europea, las ideas sobre el uso alternativo del derecho
tuvieron acogida principalmente en Brasil en la década de los ochentas. Un estudio
paradigmático que llevó a cabo Boaventura de Sousa Santos sobre las favelas de Río de
Janeiro fue un referente importante no solo para el desarrollo teórico del concepto
de pluralismo jurídico, sino también para introducir una nueva concepción sobre el papel que
el derecho podía jugar frente a los desposeídos. Surgieron así los movimiento de la "Nueva
Escuela Jurídica" (de Lyra Filho) y el “Derecho Insurgente” (de Miguel Presburger), de gran
impacto por aquella época de movilización política y de transición a la democracia.

Servicios legales comunitarios[editar]


Puede consistir en la prestación de servicios legales a personas o grupos de personas,
facilitándoles el acceso a la justicia. La mayoría de los Estados cuentan con un servicio legal
de defensoría pública para las personas que deben enfrentarse a la justicia y no tienen cómo
pagar un abogado. Asimismo, las facultades de derecho suelen contar con consultorios
jurídicos o centros de conciliación, en los cuales estudiantes de últimos semestres prestan
asesoría legal gratuita a personas de escasos recursos.
Litigio estratégico o de alto impacto[editar]
También puede consistir en el litigio estratégico, en el cual se lleva a juicio un caso particular
con el objetivo de crear efectos que trasciendan los intereses individuales y generen cambios
sociales más amplios.
Los objetivos del litigio estratégico pueden ser:

 Cambiar o modificar normas que violan derechos constitucionales.


 Asegurar que la interpretación y la aplicación de ciertas normas y derechos sean las
adecuadas
 Identificar vacíos en la ley
 Crear conciencia sobre un tema específico
 Crear presión para generar cambios sociales
 Promover el debate público y educar a la sociedad
 Empoderar a grupos marginados y movimientos sociales
 Fortalecer a la sociedad civil y movilizar comunidades
 Fortalecer los valores civiles y democráticos del Estado de Derecho

Herramientas legales[editar]
Los canales de uso transformador del derecho dependen del ordenamiento jurídico de cada
país. A nivel general, se pueden enunciar tres herramientas legales comunes:

 La acción de inconstitucionalidad (en algunos países conocida como queja


constitucional) que se entabla ante el Tribunal Constitucional.
 El recurso de amparo (en algunos países conocida como acción de tutela o acción de
amparo)
 Las acciones contencioso-administrativas (acción de grupo, acción de nulidad, acción
de restableimiento del derecho)

 ¿Qué es una acción de clase?


 Renuncia de responsabilidad
 Las acciones de clase son demandas hechas por un representante a
nombre de grupos de personas en situaciones similares. Las demandas de
acciones de clase son un procedimiento de litigio no tradicional que permite
a un representante con reclamaciones típicas demandar ó defender a
nombre de, y apersonarse en juicio por una clase ó grupo de personas
cuando el asunto ó las cuestiones son de interés común a personas tan
numerosas que hacen impracticable llevarlas a todas ante un tribunal.
 Hable hoy con un abogado calificado en Demandas colectivas
 Este artículo pretende ser útil e informativo, pero los asuntos legales
pueden llegar a ser complicados y estresantes. Un abogado calificado en
demandas colectivas puede atender a sus necesidades legales particulares,
explicar la ley y representarlo en la corte. Dé el primer paso ahora y
póngase en contacto con un abogado calificado en demandas
colectivas cerca suyo para hablar sobre su situación jurídica particular.
 DEFINICIÓ N DE ORIGEN
 La palabra origen, que deriva del término latino orīgo, refiere
al comienzo, inicio, irrupción, surgimiento o motivo de algo.
A partir de este significado, el término tiene múltiples usos.

 El origen de una persona, en este sentido, puede asociarse a su tierra


natal o a la de su familia. Por ejemplo: «El tenista de origen sueco
anunció que se retirará de la actividad profesional», «Mi sueño es
viajar a Galicia, la tierra de mis orígenes», «¿Cuál es el origen de
este escritor? Por su acento, parecería oriundo de algún país
centroamericano».
 El origen también puede referirse al principio o la causa de algo,
ya sea material o simbólico: «El origen de la inseguridad se encuentra
en la desigualdad y en la falta de oportunidades», «El blues y el
country están entre los orígenes del rock», «Desconozco el origen de
este asunto, pero ya lo averiguaré».
 El concepto de denominación de origen (D.O. o D.O.C.), por su
parte, es una denominación oficial que se atribuye a algunos
productos y que sirve para garantizar su procedencia. Esta referencia,
por lo general, se aplica a alimentos cuyas cualidades dependen de la
región en la que se obtienen o se elaboran.
 En este sentido, en España nos encontramos con un amplio número de
denominaciones de origen tales como, por ejemplo, la de los
Pedroches que avala la exquisitez del jamón ibérico de bellota, la de
Montilla-Moriles que en este caso hace lo propio con el vino que se
produce en dicha zona de la provincia de Córdoba, o la del Queso
Manchego que ensalza el sabor de este producto elaborado con leche
de oveja de Castilla la Mancha.
 En el ámbito cinematográfico podemos resaltar la existencia de una
película que toma por título Origen y que vio la luz en el año 2010.
Christopher Nolan es el director de dicha producción, protagonizada
por el exitoso actor Leonardo DiCaprio, que gira entorno a la figura de
un singular personaje interpretado por aquel, se trata de una persona
que tiene la capacidad de adueñarse de los secretos de los individuos
durante el sueño.
 Esta habilidad tan singular ha hecho que dicha figura se convierta en
un auténtico fugitivo al que distintos personajes intentan dar caza lo
que se traduce en que nunca pueda disfrutar de una vida normal. Por
eso, para poder cambiar esta circunstancia, toma la decisión de darle
un giro a la capacidad que tiene. En concreto, opta por, en vez de
apropiarse de los sueños de otras personas, implantar en aquellas
determinadas ideas.
 Sin embargo, ese cambio vital que intenta lograr no será nada fácil
pues alguien, que se adelanta siempre a sus movimientos, parece
intentar a toda costa evitar que cumpla con los nuevos propósitos que
se ha marcado.
 Por último, cabe destacar que “El origen de las especies” (o “The
origin of species” en su inglés original) es un libro escrito
por Charles Darwin (1809–1882). Fue publicado el 24 de
noviembre de 1859 y agotó la totalidad de sus ejemplares impresos
en la primera jornada que estuvo disponible. En la
obra, Darwin expuso por primera vez el concepto de selección
natural y su teoría de la evolución.

También podría gustarte