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Módulo 2
Módulo 2
Identificar cronológicamente la aparición y desarrollo de los Derechos Humanos en México, a partir del recuento
histórico de sus diversos textos jurídicos fundamentales.
Introducción
Las herramientas jurídicas de las que se dispone para hacer efectivo el ejercicio de los Derechos Humanos, han
atravesado una serie de movimientos sociales, en aras de dejar plasmado en la legislación nacional vigente, el vehículo
para la defensa y protección de estos Derechos. Ante ello, se hace necesario adentrarnos en el conocimiento del
contenido de dicha legislación.
El mapa conceptual que se presenta a continuación, puede ayudarte a organizar la temática abordada en este módulo:
La Constitución de 1814
En el medio de la Guerra de Independencia, en 1812 se inició un proyecto denominado Elementos Constitucionales y en
1813 se publicó el documento Los Sentimientos de la Nación de José María Morelos y Pavón, que sirvieron como
fundamento para la Constitución de 1814 (también conocida como Constitución de Apatzingán y oficialmente titulada
Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana) que fue finalmente promulgada el 22 de octubre de
ese año.
La Constitución de 1814 reconoce ciertos derechos como: igualdad, libertad, seguridad jurídica, propiedad, derechos
políticos, en materia educativa y en materia de trabajo.
La Constitución de 1824
Es una Constitución que tomó como modelo la Constitución de Cádiz de 1812 y la Constitución de Estados Unidos de
América de 1787. Esta Constitución no contenía un catálogo de derechos humanos, ya que se consideró que los mismos
se determinarían mediante leyes sabias y justas que correspondía a los Estados de la Federación dictar. No obstante,
podemos encontrar el reconocimiento de ciertos derechos en algunos de sus artículos: libertad, seguridad jurídica,
propiedad, derechos políticos y en materia de derechos de autor.
En relación a derechos fundamentales instituidos en este documento, se encuentran los de: nacionalidad, igualdad,
libertad y propiedad, seguridad jurídica y derechos políticos. Cabe señalar que aún se habla de derechos naturales,
haciendo referencia a los derechos del hombre y también a las obligaciones de todos los ciudadanos; se mantiene a la
religión Católica como oficial (reconocida así desde las constituciones Apatzingán y de 1824).
En 1843 se reformaron las Leyes Constitucionales para quedar como Bases Orgánicas del Estado Mexicano de 1843,
conteniendo también el reconocimiento de algunos derechos; manteniendo el corte centralista y a la religión católica
como la del Estado.
En esta Acta Constitutiva encontramos los siguientes derechos: igualdad, libertad, seguridad jurídica, propiedad y
derechos políticos.
Una de las mayores contribuciones de esta acta de reforma es la referente al nacimiento del juicio de amparo mexicano
en términos federales, puesto que desde 1841 se había establecido en el estado de Yucatán.
A pesar de que el concepto del Juicio de Amparo tardó en madurar y ser reglamentado, se sentaron las bases en dicha
acta, cuyo alcance fue fundamental para la defensa de garantías individuales en nuestro país y cuya reciente reforma
(06 de junio 2011) abre una nueva etapa para la defensa jurisdiccional de los derechos humanos.
La Constitución de 1857
Como presidente sustituto Ignacio Comonfort firma el 5 de febrero de 1857 la nueva Constitución de los Estados Unidos
Mexicanos que en su sección primera con el título “De los derechos del hombre” se reconocen las garantías de libertad
de expresión, la de libertad de asamblea y la de portación de armas. Asimismo, se reafirmó la abolición de la esclavitud
y eliminó la prisión por deudas civiles, las formas de castigo por tormento, incluyendo la pena de muerte, prohibió los
títulos de nobleza y se instaura el principio de legalidad y de irretroactividad. En materia de Amparo, se refiere en
general de actos de autoridad. Se comienza a hablar de derechos en el trabajo y la educación, pero quedan aún algunos
temas sin tocar, por ejemplo, el religioso y los derechos de la mujer.
La Constitución de 1917
En el periodo comprendido entre 1877 a 1911 Porfirio Díaz concentró las atribuciones del Congreso y del órgano
judicial, situación que - entre otras causas - condujo a la Revolución Mexicana de 1910 liderada por Francisco I.
Madero. Tras los asesinatos de Madero y su vicepresidente, Pino Suárez, en 1913, se produce el levantamiento conocido
como la Revolución constitucionalista encabezada por Venustiano Carranza. Al triunfó de ésta, se convocó a un
Congreso en 1916, pero lo que se había concebido como una reforma a la Constitución de 1857, dio origen a la
promulgación de la Constitución de 1917, que a pesar de que textualmente indica ser una reforma a la de 1857, es un
hecho que el proyecto que acuñó Carranza fue modificado y aunque no se tocaron los principios básicos como soberanía
popular, división de poderes y derechos individuales se incluyeron ideas revolucionarias que dieron paso a garantías
sociales y a la creación de instituciones que brindan beneficios para los mexicanos hasta nuestros días.
En años subsecuentes, particularmente en las décadas de los setentas, ochentas, noventas, así como recientemente, se
dieron importantes reformas constitucionales en materia de amparo y Derechos Humanos.
En el apartado siguiente se analizarán los derechos fundamentales que consagra actualmente la Constitución mexicana
y a partir del reconocimiento histórico de los mismos, lo que refleja el desarrollo que se ha logrado en la salvaguarda
de la dignidad humana dentro de este instrumento.
En la Constitución, los derechos fundamentales están previstos principalmente, pero no únicamente, en el Capítulo I,
llamado “De los derechos humanos y sus garantías”, los identificaremos según se trate de derechos de igualdad,
libertad, seguridad jurídica, política, de propiedad y sociales.
Derechos de Igualdad
Según la definición de J. Jesús Orozco Henríquez y Juan Carlos Silva Adaya, “los derechos o garantías de igualdad
establecen el goce y disfrute de los derechos y libertades previstos en el orden jurídico mexicano para toda persona,
por igual, sin distinción alguna”. De este concepto podemos distinguir la ausencia de discriminación, de esclavitud, de
títulos nobiliarios, entre otros.
Goce para toda persona de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados
internacionales en los que México sea parte, sin distinción alguna.
Prohibición de la esclavitud.
Prohibición de cualquier tipo de discriminación motivada por origen étnico o nacional, género, edad,
discapacidades, condición social, condiciones de salud, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil
o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y
libertades de las personas.
Igualdad de derechos ante la ley del hombre y la mujer.
Derechos de Libertad
Para Miguel Carbonell, los derechos de libertad son -en términos de derechos fundamentales- aquellos que generan
ámbitos de inmunidad en favor de los individuos y que no pueden ser traspasados por el Estado, es decir se constituyen
como límites negativos para el poder público, obligándolos a no interferir tratándose de conductas amparadas por estos
derechos.
Conforme a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente, los derechos de libertad más importantes
son:
Libertad de trabajo, profesión, industria o comercio. Significa que las personas podrán elegir la labor que
mejor les convenga, siempre y cuando sea lícita.
Prohibición de trabajos forzosos y derecho a la justa retribución.
Nulidad de los convenios atentatorios contra la libertad personal.
Posesión de armas en el domicilio para la seguridad y legítima. Todas las personas podrán tener en su
domicilio para su seguridad y defensa, algún tipo de arma, siempre y cuando ésta sea de las permitidas por la
ley y exista previa autorización de la autoridad correspondiente.
Libertad de tránsito y de residencia. Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella,
viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto
u otros requisitos semejantes.
Libertad de expresión. Toda persona podrá expresar libremente sus ideas por cualquier medio de
comunicación (escrito, oral u otro), con la salvedad de los casos en que estas expresiones, ataquen la moral o
los derechos de otros o constituya la comisión de algún delito.
Derecho a la información.
Libertad de imprenta.
Libertad de conciencia, creencia o religión.
Libertad de cultos.
Libertad de asociación, de reunión en general y con fines políticos.
Libertad de manifestación o reunión pública para presentar a la autoridad una petición o protesta.
Como Carbonell lo señala, este tipo de derechos son lo que más clara relación guardan con el concepto de Estado de
derecho, en el sentido que los órganos públicos y sus operadores deben respetar la ley dentro de su funcionamiento y
organización pero sobre todo en su relación con el ciudadano.
Derecho a una administración de justicia expedita, completa, imparcial y gratuita, así como prohibición de
hacerse justicia por propia mano.
Prohibición de prisión por deudas civiles.
Separación entre procesados y sentenciados, así como entre mujeres y hombres.
Derechos de los reclusos.
Derechos de los Menores infractores.
Garantías del proceso penal A) Recordemos que el proceso penal será acusatorio y oral y se regirá por los
principios de publicidad, contradicción, concentración, continuidad e inmediación.
Derechos de toda persona imputada B) Presunción de inocencia, a declarar o guardar silencio, a recibir
información, a ofrecer testigos y pruebas a ser juzgado en audiencia pública, a que se le faciliten los datos
para su defensa, a ser juzgado antes de cuatro meses o un año según corresponda, a tener un defensor, etc.
Derechos de la víctima u ofendido C) Recibir asesoría jurídica, coadyuvar con el ministerio público, recibir
atención médica y psicológica, reparación del daño, a que se salvaguarde su identidad, solicitar medidas
cautelares, entre otras.
Prisión preventiva sólo por delitos que ameriten pena privativa de la libertad. Y no podrá extenderse más allá
de lo acordado en la sentencia por falta de honorarios o alguna responsabilidad civil.
Competencia del Ministerio Público para investigar y perseguir los delitos. Esto compete también a las
policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta función.
Imposición de penas exclusiva de la autoridad judicial, así como su modificación y duración.
Derecho a la procuración de justicia.
Prohibición de tortura, malos tratos y penas inusitadas o trascendentes.
Derechos Políticos
Son las facultades o prerrogativas conferidas de manera exclusiva a los ciudadanos mexicanos, para participar en la
vida política del país. Con lo que se crea un nexo entre el ciudadano y el Estado, así como entre gobernantes y
gobernados. A continuación, se enumeran los derechos políticos que prevé nuestra Carta Magna:
Derechos de Propiedad
Dichos derechos se refieren a las formas de posesión de la tierra, de manera específica, a:
Propiedad originaria de la nación, propiedad privada como función social y sujeta al interés público.
Clases de propiedad agraria: comunal, ejidal y pequeña propiedad.
Prohibición de los latifundios y límites de la pequeña propiedad.
Derechos Sociales
Aun y cuando en el módulo anterior se abordó el tema de las garantías sociales, vale la pena recordar que los derechos
sociales persiguen como objetivo primordial, el bienestar individual y colectivo de las personas, tanto en lo económico
como en lo cultural, para lograr una vida digna.
Los derechos sociales que contempla nuestra Ley Fundamental son en términos generales y por los rubros específicos,
los siguientes:
EDUCACIÓN
TRABAJO
Derecho a un trabajo digno y socialmente útil, así como a la gratuidad por los servicios de
colocación.
Jornada máxima de trabajo y mayor remuneración en caso de trabajo extraordinario.
Día de descanso semanal.
Salario mínimo remunerador y medidas protectoras del salario.
Participación en las utilidades de las empresas.
Medidas de previsión social.
Capacitación o adiestramiento para el trabajo.
Derecho a una indemnización o a la reinstalación en el trabajo en caso de ser despedido por el
patrón sin causa.
Irrenunciabilidad de los derechos de los trabajadores.
Derechos laborales especiales para los menores de edad.
Derechos laborales especiales para las madres trabajadoras.
Derechos de los trabajadores mexicanos que van al extranjero.
Derechos laborales de carácter colectivo.
Administración de la justicia laboral.
Derechos de los trabajadores al servicio de la Federación y del Distrito Federal.
Derechos de otros trabajadores públicos.
Derecho de los trabajadores a disfrutar de condiciones de higiene y seguridad en sus centros de
trabajo, así como de medidas para la prevención de accidentes de trabajo.
Derecho de los trabajadores a recibir una indemnización en caso de accidente de trabajo o
enfermedad profesional.
Derecho a los servicios que comprende la seguridad social.
Derecho de los trabajadores al servicio del Estado a ciertos servicios adicionales.
Derechos de los trabajadores en materia de vivienda.
SALUD
FAMILIA Y NIÑOS
AGRARIOS
Complementariamente a todos estos derechos, podríamos hablar de los de paz, el respeto a la soberanía nacional, la
autodeterminación de los pueblos, la solidaridad internacional, la preservación de los recursos naturales y la protección
al medio ambiente, reconocidos como derechos humanos de Tercera Generación. A esta manera de clasificar los
derechos se le suman los derechos civiles y políticos como Primera Generación, y los derechos sociales, económicos y
culturales como de Segunda Generación. Esta clasificación, si bien obedece al desarrollo histórico de los derechos,
tiene sobre todo fines didácticos.
Cabe señalar, que no sólo los anteriores son derechos humanos, sino también los que se encuentran plasmados en los
tratados internacionales, en las Constituciones Locales, en las leyes y códigos federales, en las leyes locales, entre
otros.
Con estos cambios a la constitución de junio de 2011, incluida la reforma al Artículo 29, se logra un cambio conceptual
del sistema jurídico mexicano, que tiene como consecuencia el fortalecimiento de los derechos de la persona y la
protección de su dignidad, toda vez que este modelo hoy en día ha sido adoptado por el derecho internacional de los
derechos humanos, del derecho comunitario, por la doctrina constitucional moderna y por el derecho comparado.
Aunado a lo anterior se tomó muy en cuenta la necesidad de actualizar nuestra Constitución en esta materia,
incorporando el derecho internacional de los derechos humanos, tomando siempre en cuenta que los derechos humanos
tiene un carácter exigible y corresponde a la Constitución establecer los mecanismos de protección a los mismos,
garantizando permanentemente su eficacia.
Por ello se agrega al Artículo 29 Constitucional el siguiente listado de los derechos y garantías que no podrán
suspenderse ni restringirse por ningún motivo:
La no discriminación,
El derecho a la vida,
La prohibición de la desaparición forzada,
La prohibición de la tortura,
El principio de legalidad y retroactividad,
La prohibición a la pena de muerte,
El reconocimiento de la personalidad jurídica,
A la integridad personal,
A la protección a la familia,
Al nombre,
A la nacionalidad;
Los derechos de la niñez;
Los derechos políticos;
Las libertades de pensamiento, conciencia y de profesar creencia religiosa alguna;
La prohibición de la esclavitud y la servidumbre;
Ni las garantías judiciales indispensables para la protección de tales derechos.
Los límites por tanto, serán todas las afectaciones a la naturaleza de la persona humana; esto significa que ante la
eventualidad de la restricción o suspensión del ejercicio de los derechos, este no sea un listado inalterable; puede
haber derechos que no sea necesario suspender o restringir, por lo tanto pueden quedar protegidos de acuerdo a la
situación específica; por esto mismo en el propio texto constitucional , se establecen principios para su interpretación
que señalan en primer lugar la proporcionalidad al riesgo enfrentado, la legalidad, racionalidad, proclamación,
publicidad y no discriminación como sustento para no dejar insuspendibles aquellos derechos y garantías que no se
correspondan con la circunstancia de excepción que se decrete.