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Evaluación Psicológica: ESQUEMAS DE ENLACE OBJETIVOS, MODELOS Y METODOLOGÍA

Acuña, M.I, & Alarcón, E. (2020).


Material de Lectura Previa. Uso interno.

Una de las dificultades frecuentes al conceptualizar los procesos de evaluación psicológica es la


confusión entre el proceso y los instrumentos o técnicas que se utilizan en el mismo. Esta
dificultad posiblemente se vea originada en las prácticas testitas, frecuentes en el siglo pasado.
Por el contrario, la metodología (diseños e instrumentos, técnicas, etc.) es una de las etapas que
configura un proceso, pero sin la definición adecuada del problema, de la demanda y la
formulación pertinente de las hipótesis, esta metodología será siempre insuficiente.
A los fines de explorar algunas categorías de los instrumentos, técnicas y pruebas psicológicas
que configuran la llamada “metodología de la evaluación psicológica”, se realizará un recorrido
que nos permita reflexionar sobre la implicancia de los objetivos y los modelos en las decisiones
metodológicas dentro del proceso de evaluación psicológica.
La interdependencia entre las fases del proceso de EP es evidente en la idea expresada por Alonso
Tapia (2014) al señalar que los objetivos de evaluación y los supuestos sobre los factores que
influyen en el comportamiento condicionaran el desarrollo “orquestando las decisiones
encaminadas a maximizar la validez y utilidad del análisis, explicación y predicción del
comportamiento humano realizados”. Y que: “la organización del proceso de evaluación depende
también de las condiciones o criterios que se considera que deben reunir los métodos utilizados
a lo largo del mismo para garantizar la validez y utilidad de todo el proceso” (p. 27).

Fernández Ballesteros, R. (2013, p. 37). Imagen reproducida con el permiso de la autora.


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Entrevista
Las entrevistas se utilizan en diversos contextos y con diferentes fines. Pueden constituir un fin
en sí mismas, pero también pueden funcionar como el marco dentro del cual se desarrollan otras
actividades y procedimientos de evaluación. El grado de estructuración de una entrevista
dependerá de sus objetivos.

Veamos las siguientes definiciones:


# 1: La entrevista representa uno de los métodos más antiguos y de uso más frecuente para la
recolección de información referida a lo que la persona expresa de manera verbal pero también
a lo que comunican sus posturas, gestos, movimientos oculares, etc.; aunque por supuesto el
énfasis principal está en el contenido verbal. A raíz de esto, se define a la entrevista como: “un
intercambio verbal cara a cara en el cual una persona, el entrevistador, intenta obtener
información o expresiones de opinión o creencia de otra persona o personas” (Maccoby &
Maccoby, 1954 citado por Aiken, 2003, p. 350). El grado en que una entrevista es estructurada
depende de sus metas.
# 2: Es un instrumento destinado a recoger datos mediante el autoinforme o heteroinforme de
la persona evaluada. Es la técnica más utilizada como procedimiento insustituible para la primera
recogida de información (Oliva Marquez, 2010).
# 3: “La entrevista es un instrumento psicológico en el que un profesional (entrevistador),
establece una conversación con un paciente, candidato o entrevistado. Es un proceso
intersubjetivo en el cual se reduce la subjetividad del entrevistador al ser una persona entrenada
profesional y éticamente, para dilucidar las pautas de conducta manifiestas y latentes; o sea,
conscientes e inconscientes del entrevistado, en el entendimiento de que el entrevistador sabe y
es consciente de los objetivos de la entrevista, además de que posee un conocimiento pleno de
alguna o varias teorías de la personalidad. Hay que enfatizar algo que ya dijimos: la entrevista es
un proceso técnico profesional del cual el entrevistador tiene conciencia clara, dado que durante
la entrevista se llevan a cabo procesos de comunicación manifiestos y latentes que también
podríamos llamar conscientes e inconscientes” (Nahoul Serio, 2014, p. 37).

Existen numerosos criterios de clasificación de las entrevistas tales como: la cantidad de


participantes: individual vs grupal, la modalidad: presencial vs virtual, el nivel de estructuración:
desde cerrada o estructurada a abierta o libre (e incluso totalmente libre o abierta en el caso de
algunas corrientes dentro del psicoanálisis)1.
Pensemos algunos ejemplos… nos encontraremos con entrevistas estructuradas para recoger
información referida a patrones conductuales o sintomáticos cuando nos interesen los factores
que influyen en los síntomas o en la conducta a los fines de recoger información para objetivos
diagnósticos o valorar un cambio conductual2. Cuando necesitamos recoger información sobre
las condiciones de aparición o de mantenimiento de una conducta problema o de un síntoma, el
formato que nos resultará más apropiado para la recogida de información será sin dudas el
semiestructurado. En definitiva, en el momento del proceso de evaluación que nos encontremos,

1Sobre estas cuestiones volveremos al profundizar en cuando desarrollemos el contenido de Entrevista.


2Cabe aclarar que, una entrevista nunca sería suficiente para elaborar un diagnóstico ni valoración. Como
veremos más adelante la triangulación de información requiere que consideremos una diversidad
metodológica que garantice la comparación de criterios evaluativos.
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la pregunta: ¿qué tipo de información se necesita recoger? nos permitirá llegar a una decisión
consistente con los supuestos sobre el comportamiento que guían nuestra evaluación.
En el cuadro -presentado en la primera página- hay una particularidad con respecto a la
entrevista. ¿Podés identificarla? ¿Por qué que no aparece la entrevista dentro de las técnicas
señaladas por cada modelo? Anota todas las ideas que tienes al respecto.
IDEAS

Autoinforme
Se define como autoinforme, todo mensaje verbal que emite una persona como producto de la
introspección y la autoobservación. Claramente, este concepto -al igual que el de entrevista-, es
notablemente amplio, e incluirá una gran diversidad de tipos según las variables que estemos
registrando: conductas motoras, fisiológicas, cogniciones, emociones, experiencias subjetivas,
descripciones, calificaciones, clasificaciones o construcciones sobre sí mismo/a o sobre eventos
externos, atribuciones de causalidad, estrategias o secuencias de eventos que se usan para
resolver un problema, narraciones, expectativas, etc.; según el tipo de operación interna que
exijan del sujeto; según el momento en el que se produce el evento que se informa; según el tipo
de elaboración o inferencia que se sobre ellos realice el/la evaluador/a; según el formato de
pregunta que contengan y según el tipo de respuesta que exijan.
Los cuatro tipos de auto informes más frecuentemente utilizados para la recogida de información
en los procesos de evaluación psicológica son: cuestionarios, inventarios y escalas, autorregistros,
pensamiento-en-voz-alta, la entrevista3 y la autobiografía (Fernández Ballesteros, 2013).
Si volvemos a nuestro cuadro inicial, podremos ver cómo en el modelo conductual aparece una
categoría general y en los demás se comienzan a precisar los tipos. No olvides anotar las ideas de
por qué crees que esta información se presenta así.
IDEAS

Técnicas psicométricas
Los tests o técnicas psicométricas comprenden un conjunto de técnicas que pueden
caracterizarse según el tipo de variable que midan y según el formato de tareas que sean
requeridas para su medición. Así, se pueden distinguir las pruebas o test de ejecución máxima y
los test de comportamiento típico. En las primeras se les solicita a las personas evaluadas que
respondan mediante sus conocimientos y realicen una determinada tarea o resuelvan un
problema. Por lo tanto, habrá una o varias formas correctas e incorrectas de hacerlo y ellas serán
las que permitirán observar las diferencias entre las personas que respondan. Por ejemplo, si
estamos midiendo conocimiento matemático con un elemento que indica la siguiente pregunta:

3La entrevista es un tipo de autoinforme. La información requerida puede referirse al propio sujeto a a
otras personas o eventos relevantes.
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¿Cuánto es 2 x 2?; y las posibles respuestas son: a) 6, b) 8 y c) 4; solamente c) es correcta. A partir


de ello, luego podré identificar las diferencias entre quienes eligieron a, b y c.
En cambio, en el segundo grupo, veremos que se mide -preferentemente mediante
autoinformes- el comportamiento típico de las personas, por lo que no podría considerarse como
correcta o incorrecta una respuesta. Por ejemplo, si estamos midiendo rasgos de personalidad,
frente al ítem: “me gustan las revistas de mecánica”, la elección de la opción verdadero o falso (o
de acuerdo vs en desacuerdo y otros formatos de respuesta) no podría considerarse como
correcta o incorrecta. En este caso, también las diferencias individuales se observan a partir de la
comparación de los puntajes de una persona con los puntajes del grupo al que pertenece.
Recuerde que volveremos sobre este tema para profundizar las características y usos de estas
técnicas. Observemos el cuadro inicial, ¿podrías identificar en qué modelos aparecen las
técnicas psicométricas como acabamos de describirlas? No olvides anotar las ideas de por qué
crees que esta información se presenta así.

IDEAS

Técnicas objetivas
Esta nominación agrupa a un conjunto de tareas y procedimientos que se encuentran altamente
estructurados y permiten optimizar la recogida, puntuación y/o análisis de la información
mediante recursos mecánicos o informatizados. Como condiciones se destaca la utilización de
instrumentación y material estándar, máximo control y estructuración en la administración, las
respuestas no pueden ser alteradas voluntariamente y son registradas, codificadas y/o
procesadas independientemente del /la evaluador/a.
Inicialmente se trataba de instrumentos con aparatología mecánica, sin embargo, los avances
tecnológicos han provocado la incorporación continua de elementos electrónicos e
informatizados. También de manera paulatina, se fue ampliando el alcance de las variables y las
aplicaciones en procesos como la evaluación neuropsicológica, la orientación vocacional, la
selección de personal, etc. Según el tipo de variable que evalúan, se han clasificado como:
técnicas objetivas motoras, cognitivas, perceptivas y psicofisiológicas. (Calero, Márquez, Vizcarro
& Fernández Ballesteros, 2013).
En el modelo médico, con una relevancia de clasificaciones nosológicas -bajo las que se agrupan
las conductas anormales- se destaca el empleo de aparatos motrices y fisiológicos. Los
indicadores concretos proporcionados por las pruebas son ponderados y leídos en función de
criterios psicopatológicos predefinidos.
Desde el marco conductual radical, las técnicas objetivas han permitido el estudio funcional y
controlado de la conducta, en condiciones ambientales específicas. El registro de la señal emitida
por el instrumento es entendido como una muestra directa de la asociación estímulo- respuesta.
Por este motivo, su interés principal se orienta a los registros fisiológicos y motrices.
Dentro de los enfoques conductuales más flexibles, se han ido introduciendo otros tipos de
variables mediadoras (por ej. las cognitivas y psicofisiológicas) en la transacción conducta-
persona- ambiente. Esto ha demandado el uso de otras técnicas objetivas, tales como aquellas
que proporcionan información sobre expresiones fisiológicas de procesos o estados psicológicos.
Por su parte, desde el modelo cognitivo la conducta se ha explicado a partir de procesos y
estructuras mentales internas, tales cómo la memoria, la percepción, la atención, entre otras. Su
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utilidad es apropiada tanto con fines descriptivos como explicativos. Esto ha incentivado la
elaboración de pruebas objetivas de gran sofisticación tecnológica, facilitando que los procesos
de evaluación neuropsicológica sean más ágiles, flexibles y centrados (Fernández Ballesteros,
2013).
Observemos nuevamente el cuadro inicial, ¿podrías identificar en qué modelos aparecen las
técnicas objetivas como acabamos de describirlas? No olvides anotar las ideas de por qué crees
que esta información se presenta así.
IDEAS

Técnicas proyectivas
Bajo esta categoría se agrupa un conjunto de procedimientos para el estudio de la personalidad
tal como es propuesta por los desarrollos teóricos psicodinámicos o dinámicos. Este abordaje se
nutre principalmente de la teoría psicoanalítica, pero siendo abierto a los aportes de otras
perspectivas como la psicología de la Gestalt. Se asume un posicionamiento que hace foco en lo
dinámico y estructural del comportamiento, orientado a dilucidar tendencias internas opuestas,
así como los elementos que conforman la organización y el funcionamiento psíquico (Maganto
Mateo & Ávila Espada, 1999).
Una de sus principales características es la ambigüedad estimular de los materiales y tareas, es
decir estímulos verbales o visuales escasamente estructurados tales como: “dibuje una persona”
o “frente a una lámina con una mancha de tinta: ¿qué podría ser esto?”.
De esta manera, la variedad de respuestas también será verbal, gráfica, etc. dependiendo de cada
tipo de técnica: temáticas, expresivas, estructurales, asociativas y constructivas. La clasificación
e interpretación de las respuestas es sin dudas una de las cuestiones de mayor divergencia en el
campo de la evaluación psicológica con respecto a la validez de este grupo de técnicas (véase
Calero et al., 2013 y Mirotti, 2000).
Dada la escasa evidencia empírica y la ausencia de actualización de los estándares de uso, como
es el caso particular de las técnicas proyectivas expresivas o gráficas, y de los altos niveles de
inferencia sobre el comportamiento, la utilización frecuente de estas técnicas en los procesos de
evaluación -dentro de nuestro contexto- parece responder más a una cuestión de economía y
accesibilidad, que de utilidad o validez.
¿Cuáles son las técnicas proyectivas sobre las que escuchaste? Indícalas a continuación:

Te proponemos que observes el siguiente esquema e investigues un ejemplo de cada una de las
técnicas indicadas.
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Esquema 1. Técnicas y modelos.

Referencias bibliográficas

Aiken, L. (2003). Tests psicológicos y evaluación. Ed. Pearson.


Alonso Tapia, J. (2014). Evaluación psicológica: coordenadas, contextos, procesos y garantías. Editorial
Universidad Autónoma de Madrid. Recuperado de
https://elibro.net/es/ereader/uncoma/53971?page=27.
Calero, M.D, Oliva Márquez, M., Vizcarro, C., Fernández Ballesteros, R. (2013). Otras técnicas:
objetivas y proyectivas. En Fernández Ballesteros, R. (Dir). Evaluación Psicológica. Conceptos,
métodos y estudios de casos (pp. 275- 295). Ed. Pirámide
Fernández Ballesteros, R. (2013). Conceptos y modelos básicos. En Fernández Ballesteros, R. (Dir).
Evaluación Psicológica. Conceptos, métodos y estudios de casos. (pp. 27-59). Ed. Pirámide
Fernández Ballesteros, R. (2013). Los autoinformes. En Fernández Ballesteros, R. (Dir.). Evaluación
Psicológica. Conceptos, métodos y estudios de casos (pp. 235-270). Ed. Pirámide.
Maganto-Mateo, C., & Ávila-Espada, A. (1999). El diagnóstico psicodinámico. Aspectos conceptuales.
Clínica y Salud, Año IX, 10, (3), 287-330.
Mirotti, M. (2000). Introducción a las técnicas proyectivas. Ed. Brujas.
Nahoul Serio, V. (2014). Técnica de la entrevista con adolescentes. Integrando modelos psicológicos.
Ed. Brujas. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/uncoma/78143?page=44.
Oliva Márquez, M. (2010). La entrevista. En Fernández Ballesteros, R. (Dir.). Evaluación Psicológica.
Conceptos, métodos y estudios de casos (pp. 269-292). Ed. Pirámide.
Santacreu, J. y Froján, M.X. (2000). El proceso de intervención clínica en modificación de conducta.
Madrid: UAM

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