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Documento TOL6.830.753

Jurisprudencia
Cabecera: Sentencia de la Audiencia Nacional que condena a dos jóvenes como autores
responsables de un delito de desórdenes públicos. Los acusados participaron en los actos violentos
ocurridos en una manifestación desarrollada en el casco viejo de Pamplona el 11 de marzo de 2017.
La sentencia rechaza el recurso de apelación de la Fiscalía, que pedía una condena por un delito de
desórdenes públicos terroristas. La Sala alega que para que se pueda condenar por dicho delito, éste
debe ser cometido por una organización o grupo terrorista o bien cometerlo al amparo de estos.
Jurisdicción: Penal
Ponente: Enrique López López
Origen: Audiencia Nacional
Fecha: 08/10/2018
Tipo resolución: Sentencia
Sección: Primera
Número Sentencia: 10/2018
Número Recurso: 10/2018
Supuesto de hecho: La Audiencia Nacional confirma la pena de dos años de cárcel a cuatro jóvenes
por cometer actos violentos en una manifestación en el casco viejo de Pamplona en marzo de 2017.
En el caso concreto analizado los magistrados descartan que los acusados actuaran al amparo de la
organización terrorista ETA, algo que, de contrario, requiere una prueba suficiente para poder
calificar los desórdenes de terroristas
Numroj: SAN 3463/2018
Ecli: ES:AN:2018:3463

RESUMEN:

La Sala de Apelación de la Audiencia Nacional ha confirmado la condena a dos años de cárcel por un
delito de desórdenes públicos a cuatro jóvenes que participaron en los actos violentos ocurridos en
una manifestación desarrollada en el casco viejo de Pamplona el 11 de marzo del pasado año.
La sentencia rechaza así el recurso de apelación de la Fiscalía, que pedía una condena por un delito
de desórdenes públicos terroristas y no genéricos al entender que los hechos se corresponderían con
lo que se conoce como "kale borroka" y que actuaron bajo el amparo de ETA. Frente al recurso del
Ministerio Público se habían opuesto algunos acusados, que pedían la confirmación de la sentencia
de instancia, dictada por la Sección Segunda de la Sala de lo Penal el pasado mes de junio.
La Sala de Apelación examina en su resolución la evolución legislativa en cuanto al delito de
desórdenes públicos de naturaleza terrorista y señala que para que se pueda condenar por dicho
delito, éste debe ser cometido por una organización o grupo terrorista o bien cometerlo al amparo de
estos.
En el caso concreto analizado los magistrados descartan, -al contrario que la Fiscalía y tal y como ya
consideró la Sección Segunda- que los acusados actuaran al amparo de la organización terrorista
ETA, "algo que, de contrario, requiere una prueba suficiente para poder calificar los desórdenes de
terroristas".
Los jueces subrayan que con la nueva regulación tan solo se requiere que el delito lo cometa una
organización terrorista o, de forma individual, al amparo de esta, y que ya no se precisa aquella
pertenencia o cooperación, de la tal suerte, indican, que ahora basta una ligazón más débil o menos
intensa que no requerirá la concurrencia de una cooperación en sentido normativo. "Ahora bien
-puntualizan- aquella ligazón requiere prueba, en primer lugar, de la existencia de organización o
grupo criminal y, en segundo lugar, actuar bajo el amparo de aquella".
Aplicado este criterio al caso concreto, explica la Sala, "hay una plena compatibilidad entre los

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hechos probados que se refieren al desarrollo del acto criminal en sí mismo y a la aseveración de que
no se actuaba con la protección o amparo de la banda terrorista o cualquier otra, lo cual niega no solo
la falta de apoyo logístico sino la ausencia de directrices u órdenes e incluso que la intención de los
condenados fuera actuar en nombre o coadyuvando en algo a la organización ETA y ello no porque
no hubiera ocurrido, sino porque a juicio de la Sala no se ha acreditado en el acto del juicio oral".
La Sala subraya que la sentencia recurrida declaró probado que desde la iniciativa de la izquierda
radical abertzale autodenominada "Errepesoari Autodefensa" se promovió una manifestación en el
transcurso de la cual un grupo de individuos, con las tareas perfectamente distribuidas y que usaban
guantes, embozados mediante capuchas y camisetas que ocultaban su rostro, actuando con el
propósito de alterar de forma grave la paz y tranquilidad ciudadanos, realizaron violentos incidentes
de orden público y ataques perfectamente organizados. También que en dicha manifestación se
gritaban consignas como "BORROKA DA BIDE BAKARRA" ("la lucha es el único camino"),
"Gora ETA" ("Más ETA" o "Viva ETA") y "Euskal Presoak" ("Presos Vascos").
Ahora bien, apunta la Sala, "tras valorar la prueba practicada se llega la conclusión de que en el caso
concreto no existe en el atestado policial ni en las declaraciones de los agentes policiales ninguna
referencia precisa a la participación de una organización terrorista o grupo concreto, más allá de que
la manifestación se desarrolle en el contexto de unas jornadas de lucha bajo una iniciativa
denominada "errepresioari autodefensa", que engloba una serie de entidades, vinculadas a lo que
dichos agentes han definido como izquierda abertzale radical, disidente de la línea oficial".

ENCABEZAMIENTO:

Sentencia AUDIENCIA NACIONAL - SALA APELACIÓN

CALLE GARCIA GUTIERREZ, 1

Tfno: 917096590

Fax: 917096333

N.I.G.: 28079 27 2017 0000663

ROLLO SALA: APELACION CONTRA

SENTENCIA RAR 10/2018

O.Judicial Origen: AUD.NACIONAL SALA PENAL SECCION 2 de MADRID

Procedimiento: ROLLO SALA PA: 5/2018 (DIMANANTE DILIGENCIAS


PREVIAS-PROCEDIMIENTO ABREVIADO 24/2017 DEL JUZGADO CENTRAL DE
INSTRUCCIÓN NÚM. 3)

SENTENCIA Nº 10 /2018

EXCMO SR. PRESIDENTE

D. JOSE RAMON NAVARRO MIRANDA

ILMOS SR MAGISTRADOS:

D. ELOY VELASCO NÚÑEZ

D. ENRIQUE LÓPEZ Y LÓPEZ (Ponente)

En Madrid, a ocho de octubre dos mil dieciocho.

VISTO por este Tribunal, constituido por los Ilmos. Sres. Magistrados señalados arriba, en grado de

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APELACIÓN la presente causa penal, (Rollo RAR nº. 10/2018 de la Sala de Apelación de la
Audiencia Nacional), seguida antes como Diligencias Previas-Procedimiento Abreviado 24/2017, del
Juzgado Central de Instrucción nº 3 de esta Audiencia Nacional, resuelta en sentencia nº 23/2018, de
1/06/2018 en Rollo 5/2018 de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, y
seguido por un delito de desórdenes públicos terroristas, en la que fueron partes, como acusador
público el Ministerio Fiscal, representado por el Ilmo. Sr. Jose Perals Calleja, la mercantil Plus Ultra
de Seguros SA, en concepto de actor civil, y como acusados:

1. Modesto , con DNI NUM000 , nacido en Rentería (Guipúzcoa) en fecha NUM001 -1996; fue
detenido el día 11 de marzo de 2017, acordándose la prisión provisional y permaneciendo en dicha
situación hasta el día 7 de noviembre de 2017;

2. Patricio , con DNI NUM002 , nacido en Rentería (Guipúzcoa) en fecha NUM003 -1997; fue
detenido el día 11 de marzo de 2017, acordándose la prisión provisional y permaneciendo en dicha
situación hasta el día 7 de noviembre de 2017;

3. Romeo , con DNI NUM004 , nacido en Rentería (Guipúzcoa) en fecha NUM005 -1997; fue
detenido el día 11 de marzo de 2017, acordándose la prisión provisional y permaneciendo en dicha
situación hasta el día 7 de noviembre de 2017; asistido por el letrado don Iñigo Iruin Sanz.

4. Severiano , con DNI NUM006 , nacido en Beasain (Guipúzcoa) en fecha NUM007 -1 992,
asistidos por el letrado Don Aiert Larrarte Alonso.

En la presente causa en la que son partes el Ministerio Fiscal y los referidos apelados.

Es Ponente el Ilmo. Sr. D. ENRIQUE LÓPEZ Y LÓPEZ.

ANTECEDENTES DE HECHO:

PRIMERO. - La Sección 2 ª de lo Penal de la Audiencia Nacional dictó, en el Rollo de Sala nº


5/2018, en fecha de 1 de junio de 2018, SENTENCIA siendo declarados los siguientes hechos
probados:
"A ) En los días previos al 11 de marzo de 2017, desde la iniciativa de la izquierda radical abertzale
autodenominada "ERREPRESIOARI AUTODEFENTSA" se promovió una movilización para acudir
ese día, a las 18.30 horas, a la Plaza de San Francisco de Pamplona. Para ello se repartieron carteles
en diversos lugares del País Vasco y Navarra convocando una "manifestazio nazionala". También se
publicitó el día 9 de marzo en la calle Mercaderes de Pamplona en la que medianteuna pancarta con
la leyenda "ERREPRESIOARI AUTODEFENTSA" animaban a participar en la movilización.
La mencionada iniciativa "ERREPRESIOARI AUTODEFENTSA" se publicitó también en internet,
presentándose como una "Nueva iniciativa contra la represión", señalando en la página "la haine.org"
que " transmitimos el siguiente comunicado al pueblo trabajador vasco ", diciendo, entre otras cosas,
lo siguiente:
"hemos tomado Ia decisión de empezar a desarrollar mecanismos antirrepresivos eficientes" (...)
"la explotación sobre la clase trabajadora se neutraliza y materializa mediante la alienación" (...)
"La represión se materializa mediante los aparatos de estado oficiales, que obtienen el poder
legislativo, ejecutivo y judicial" (...)
"Mediante estos instrumentos de alienación, lo que en un principio era explotación directa y visible,
se ha ido empañando. La consciencia de la explotación que sufrimos cada vez es menor hasta el
punto de considerar la propia explotación como parte de nuestras vidas." (...)
"En cuanto a la situación específica de Euskal Herria, hoy y desde hace ya tres o cuatro años nos
encontramos en una situación peculiar. Desde que se materializó el cambio de estrategia en Euskal
Herria se ha dado una progresiva desaparición de los mecanismos antirrepresivos existentes, quitando
unos pocos barrios y pueblos". (...)
"Por ello, debemos articular nuevamente la forma de bloque en el plano ofensivo y defensivo y ante
los ataques directos e indirectos generar mecanismos antirrepresivos" (...)
"con el propósito de materializar la respuesta equivalente podremos en marcha una dinámica a nivel
de Euskal Herria con el fin de: empezar a crear redes internas, activar masa entorno la dinámica y dar

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una respuesta a los ataques recibidos". (...)
Terminaba diciendo: " El trabajo politico y práctico hecho durante el mes lo plasmaremos en una
manifestación nacional el día 11 de marzo, que saldrá de la Plaza San Francisco (Iruña) con el
objetivo de materializar Ia respuesta" .
" JoTaKe!!!", "Gora Euskal Herria Askatuta!!! "
El día 11 de marzo de 2017 tuvo lugar en el Casco viejo de Pamplona la 'Manifestación Nacional"
convocada por la Izquierda radical abertzale, y más concretamente bajo la iniciativa autodenominada
'ERREPRESIOARIAUTODEFENTSA', manifestación que no se encontraba preceptivamente
comunicada a la Autoridad Gubernativa ni autorizada por esta.
B) En el transcurso de la manifestación un grupo de individuos con las tareas perfectamente
distribuidas y que usaban guantes, embozados mediante capuchas y camisetas que ocultaban su
rostro, actuando con el propósito de alterar de forma grave la paz y tranquilidad ciudadana, realizaron
violentos incidentes de orden público y ataques perfectamente organizados y planificados contra las
Fuerzas de Seguridad y causaron daños en diversos bienes mediante el lanzamiento de piedras,
botellas de cristal y artificios explosivos pirotécnicos que motivaron que tuvieran que acudir los
Bomberos ante el posible incendio de edificios y bienes.
Los acusados participaron en estas acciones en el ámbito de la campaña de violencia (kale borroka)
que estaba previsto desarrollar por el entorno de la izquierda radical abertzale y que había anunciado
desde días antes. Y así, los acusados se desplazaron a Pamplona desde la provincia de Guipúzcoa,
donde residían, el mismo día 11 de marzo de 2017 para participar en la manifestación que se inició
sobre las 18.30 horas en la Plaza San Francisco de Pamplona con la intención de provocar disturbios
en la ciudad.
Comenzada la manifestación se concentraron en el lugar unas cuatrocientas personas, encabezándola
varias de ellas con caretas blancas portando una pancarta con la leyenda 'ERREPRESIOARI
AUTODEFENTSA'.
En un momento dado por la calle Eslava accedieron a la Plaza unas seis u ocho personas vestidas
completamente de negro, encapuchados y con bragas de cuello, portando cada uno de ellos unas
bolsas grandes, de color azul y blanco a cuadros, de gran peso, integrándose en la multitud.
La manifestación se dirigió por la Plazuela del Consejo hacia la calle Zapatería, gritando los
asistentes las consignas "BORROKA DA BIDE BAKARRA" ("la lucha es el único camino")
"GORA ETA" ("Más ETA" o "Viva ETA") y "EUSKAL PRESOAK" ("Presos Vascos"). En la
misma calle Zapatería procedieron a encender varias bengalas, continuando con consignas "a favor
de la lucha" y lanzando petardos y cohetes. Y en la zona de Pozoblanco, los manifestantes tomaron la
calle Comedias con la intención de enfrentarse a la policía uniformada que en esos momentos se
encontraba en la plaza del Castillo y en el paseo de Sarasate, comenzando a lanzar piedras de forma
muy violenta contra los policías uniformadosde la plaza del Castillo, así como contra los
establecimientos comerciales del lugar. En ese momento en el lugar había numerosas personas ajenas
a los hechos transitando por la zona.
Los policías tuvieron que efectuar un amago de carga policial, dispersándose los manifestantes por la
zona de Pozoblanco hacia el Ayuntamiento, continuando los disturbios por diversas zonas del centro
de la ciudad por espacio de dos horas, causándose daños al mobiliario urbano, establecimientos
comerciales y bancarios. Concretamente, cruzaron en la vía pública contenedores de basura y vidrio,
quemando alguno de ellos, intentaron quemar los cajeros automáticos de la Caja Rural de Navarra en
la calle Chapitela esquina con Mercaderes y atacaron establecimientos comerciales de esa zona: el
Burger King de la calle Mercaderes nº 17, la entidad CaixaBank de la calle Estafeta nº 24, el cajero
de la empresa ATM de la calle Estafeta con la calle Mercaderes y los cajeros de la calle Zapatería nº
17 y de la calle Pozoblanco nº 9-11.
También lanzaron artefactos pirotécnicos que llegaban a la plaza del Castillo, donde estaba la Policía
uniformada, teniendo que acudir los bomberos pues una vivienda de la calle del Carmen se vio
afectada. Entre otros actos, lanzaron al interior del Bar Tinglado, sito en la calle San Nicolás, varios
petardos de gran potencia, impactando contra las personas que se encontraban en el interior de dicho
local. En uno de los petardos lanzados había un papel pegado con la inscripción "TINGLAO",
indicativa de que los petardos estaban preparados para ser lanzados a ese local.
C) Los acusados acudieron a la manifestación con intención de participar en los actos violentos que
se produjeron, participando activamente en los mismos. Desde al menos una hora antes de comenzar
la manifestación ya se encontraban en el centro de Pamplona, reunidos con otras personas.
Concretamente, Modesto sobre las 18.05 horas participó en la preparación de una pancarta que se

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llevó a la manifestación y que él mismo posteriormente portó. Además, Modesto en la plaza
Navarrería fue de las personas que procedió a enfrentarse a la Policía tirando objetos contundentes,
portando él mismo una botella de cristal.
Sobre las 19.15 horas Modesto , Patricio y Romeo arrastraron un contenedor de vidrio volcadodesde
la plaza de la Catedral hasta la plaza de la Navarrería. Y poco después arrastraron un contenedor
portátil de vidrios ardiendo. Seguidamente se dirigieron por la calle Dormitaleria en dirección a la
cuesta Labrit. En ese momento fueron interceptados por agentes policiales, siendo detenido en el
lugar Modesto y un menor de edad, que se abalanzaron contra los agentes policiales intentando evitar
la detención; saliendo a la carrera los otros dos, Patricio y Romeo , que fueron detenidos poco
después por otros agentes policiales que los interceptaron.
El acusado Severiano participó también en la manifestación, transitando por la calle Pozo Blanco,
procediendo en un momento dado a colocarse una prenda de color claro alrededor de su cuello. Y a
continuación se agachó a recoger unas piedras de las que instantes antes habían depositado en el
centro de la calle los jóvenes que totalmente vestidos de negro habían portado en bolsas ocultos en el
interior de la manifestación. Después de haber recogido las piedras, Severiano se dirigió a la
confluencia de las calles Pozo Blanco con San Nicolás y procedió a lanzar las piedras contra las
Fuerzas de Seguridad que se encontraban en la Plaza del Castillo. Fue identificado por la Policía tras
el visionado de las cámaras de video de la calle Pozo Blanco.
D) El día siguiente, 12 de marzo de 2017, se publicó en la página de internet
http://amnistiaaskatasuna.blogspot.com.es/ un comunicado titulado " Ante los incidentes provocados
por la policia en Iruñea ", difundido por el "Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión",
mostrando su solidaridad con los cuatro detenidos (los tres primeros acusados y el menor de edad),
atacando a la Policía y a las fuerzas políticas legales y diciendo, entre otras cosas:
"El Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión quiere reivindicar el legitimidad que tiene el
pueblo para llevar adelante su derecho a la libertad de expresión sin pedirle permiso a nadie. El
pueblo es políticamente adulto como para andar mendigando sus derechos, y mucho menos a esas
fuerzas de ocupación a las que no queremos. iFuera de aquí!" (sic).
E) Como consecuencia de los hechos ocurridos en la tarde del 11 de marzo de 2017 se causaron las
siguientes lesiones a personas:
1. A Edemiro , quien paseaba por el centro de Pamplona y al ver los incidentes se refugió de la
manifestación en el interior del bar Tinglado, en la calle de San Nicolás, 4. Los radicales tiraron un
explosivo dentro del local que le causó lesiones en la espalda consistentes en quemadura de primer
grado en región lumbar izquierda, que requirieron un tratamiento consistente en limpieza y
desinfección en centro de salud y curas diarias en ámbito domiciliario, tardando 10 días en curar en
los que estuvo incapacitado para sus ocupaciones habituales. Así mismo, le destrozaron las prendas
de vestir que llevaba como consecuencia de la explosión, tasados pericialmente en 500euros .
2. A tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía que sufrieron lesiones por impacto de objetos
contundentes:
- El nº NUM008 , sufrió dos erosiones en codo izquierdo por impacto de una piedra, precisando una
primera asistencia facultativa y tardando 6 días en curar en los que estuvo incapacitado para sus
ocupaciones habituales.
- El nº NUM009 , sufrió un hematoma en rodilla izquierda por impacto de una piedra, precisando una
primera asistencia facultativa y tardando 6 días en curar en los que estuvo incapacitado para sus
ocupaciones habituales.
- El nº NUM010 , sufrió un hematoma en dedos 2º y 3º de pie derecho por impacto de una piedra,
precisando una primera asistencia facultativa y tardando 6 días en curar en los que estuvo
incapacitado para sus ocupaciones habituales.
Y se ocasionaron los siguientes daños en diversas propiedades:
1. En la vivienda del primer piso y en el local que corresponde con la CALLE000 n° NUM011 , se
causaron daños en cristal y fachada, valorados en 112,13euros .
2. En el establecimiento comercial "La Perla Vascongada", sito en la Calle Zapatería 17, se causaron
daños en el cajero ATM, gestionado por la compañía Euronet, valorados en 4.699,81euros .
3. En la vivienda del primer piso de la CALLE000 n° NUM012 - NUM013 , se causaron daños en
los cristales de tres ventanas, valorados en 185,98euros.
4. En el establecimiento de alimentación, sito en la Calle Estafeta , 2, "COME COME", se causaron
daños en los cristales del comercio, valorados en la cantidad de 290euros.
5. En el establecimiento de alimentación, sito en la Calle Estafeta , 2, "COME COME", en el que se

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causó un incendio en un cajero automático de la empresa EURONET, se causaron daños por
17.039,89euros .
6. En la sucursal bancaria Caja Rural de Navarra, de calle Mercaderes 6, se causaron daños valorados
en 343,16euros , ocasionados en puerta de entrada de la sucursal.
7. Se causaron daños en 5 persianas y 2 repisas de ventanas de la vivienda de la CALLE001
NUM014 - NUM015 por importe de 150euros .
8. En el establecimiento denominado "Slide", sito en Ia CALLE000 , por fractura de una de las lunas
de la fachada, se causaron daños tasados en 1.218 euros.
9. En el local Burger King sito en Ia calle Mercaderes número 16, se causaron daños por
2.739,69euros .
10. Por rotura de una mesa de mármol con las patas de hierro que estaba en Ia puerta y que pertenecía
a Ia empresa ubicada en calle Zapatería n° 20 Bajo, "La Repostería", se causaron daños por 80euros .
11. Se causaron daños en el balcón de Ia vivienda de la CALLE000 NUM012 piso NUM016 , por
120euros .
12. Se causaron daños en los contenedores de vidrio tipo iglú pertenecientes a la Mancomunidad de
la Comarca de Pamplona, por 2.292,95euros .
No ha quedado acreditado que los acusados actuaran con la protección o amparo de la organización
terrorista ETA o de ninguna otra."
SEGUNDO. - Notificada dicha resolución, interpusieron contra la misma Recurso de Apelación el
Ministerio Fiscal interesando la estimación del recurso y la revocación de la sentencia recurrida,
dictándose otra en la que se condene a los acusados en los términos del escrito de conclusiones del
Ministerio Fiscal.
TERCERO.- Admitido el recurso, tramitado de acuerdo con lo dispuesto en el vigente artículo 790,
al que se remite el art. 846 ter, ambos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , se dio traslado a las
demás partes, habiéndose presentado alegaciones por la representación de Modesto , Romeo ,
Patricio y Severiano , interesando la desestimación del recurso interpuesto por el Ministerio Fiscal, y
confirmación de la sentencia y se elevaron las Actuaciones a esta Sala de Apelación de la Audiencia
Nacional.
CUARTO. - Por resolución de fecha 23-07-2018 se señaló para la celebración de la vista el día
4-09-2018 y una vez celebrada quedó visto para sentencia.
II. HECHOS PROBADOS
ÚNICO. - Se aceptan los hechos declarados probados en la Sentencia apelada

FUNDAMENTOS DE DERECHO:

PRIMERO. - El recurso lo interpone el Ministerio Fiscal contra la sentencia dictada, de


conformidad en lo establecido en los art, 846 bis c) apartado b ) y 790.2 LECrim , y ello por entender
que los hechos declarados probados constituyen un delito de desórdenes terroristas y no de
desórdenes públicos genéricos, al haber existido una indebida aplicación de los arts. 573 , 573 bis 4 ,
557.1 Bis 1 2ª, 3ª y 6ª del Código Penal .

En segundo lugar, hace alusión en su recurso a la posibilidad de la revocación de la sentencia


absolutoria. Sostiene que la sentencia recurrida puede ser revocada por esta Sala de Apelación, al
consistir el motivo de recurso en una cuestión jurídica de índole sustantiva, citando para ello la STS
841/2017 , en la que basándose en la doctrina del TEDH se permite la revisión de sentencias
absolutorias cuando el Tribunal Supremo actúa dentro de los márgenes de la infracción de ley,
revisando cuestiones puramente jurídicas, corrigiendo errores de subsunción o fijando criterios
interpretativos uniformes.

El Ministerio Fiscal en su recurso parte de que los hechos declarados probados, y ocurridos en el
centro de Pamplona el 11 de marzo de 2017, fueron preparados días antes por la izquierda abertzale
mediante cartelería y actos de anuncio de los que denominaban una manifestación nacional y todo
ello promovido desde una plataforma de la izquierda radical abertzale; se dice que se reconoce que
tales hechos se corresponderían con lo que se conoce como "kale borroka" (lucha callejera) en los
que los manifestantes coreaban vivas a ETA; por ello, entiende que no se trata de unos desordenes
públicos ordinarios realizados casualmente por un grupo de jóvenes, sino una actuación planificada y
organizada con una finalidad terrorista y para sembrar el caos y alterar la paz pública siguiendo las

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directrices del entramado de la organización terrorista ETA que en esa fecha no se había "
autodisuelto". A renglón seguido, nos recuerda lo que ha sido ETA y sus diversas frentes, y a su vez
como la banda terrorista, junto a los atentados desplegaba lo que se denominaba un terrorismo de
baja intensidad como complemento a su acción armada. Como consecuencia de ello el Ministerio
Fiscal sostiene que los condenados actuaron bajo el amparo de ETA.

También nos recuerda que este procedimiento se ha tramitado por la Audiencia Nacional como
consecuencia del ATS de 14 de junio de 2017 en el cual se dice: "Se han ejecutado los hechos
mediante conductas concertadas dirigidas a crear un estado de terror e inseguridad ciudadana, por lo
que al menos de forma indiciaria nos encontramos ante hechos que pueden ser perfectamente
subsumidos en el delito de terrorismo del art. 573 del Código penal en concurso con el resto de los
anteriormente enumerados, de lesiones, daños, desordenes públicos, incendio y atentado. En cuanto a
laparticipación los tres detenidos concurrieron al lugar donde habría de celebrarse la manifestación,
en el transcurso de la cual llevaron a cabo las acciones descritas, en consonancia y colaboración con
otra parte de los manifestantes, con los que compartieron consignas, modos de actuación y medios
utilizados para crear el clima de terror que allí se produjo, es obvio el concierto y la comunicabilidad
de las acciones desplegadas por cada uno de ellos, surgiendo una situación de coautoría, cuya
concreción corresponde a otra fase procesal ." El Ministerio Fiscal entiende que estos indicios se han
constatado y que los condenados han actuado al amparo de la banda terrorista ETA, y para ello nos
recuerda la nueva conceptualización del terrorismo individual, así como la jurisprudencia que se ha
ido conformando en torno al concepto de terrorismo callejero o "Kale borroka".

La defensa de los acusados Modesto y otros, impugna el recurso, solicitando la confirmación de la


sentencia recurrida, y para ello, se arguye que el Ministerio Fiscal no respeta los hechos probados de
la sentencia, se dice que introduce hechos nuevos ajenos al relato fáctico de la misma, y que además
no respeta los elementos de tipicidad del artículo 573.4 bis CP . La defensa del condenado Severiano
también se opone al recurso por entender que no pueden ser variados los hechos probados, entiende
que no se pueden concebir los hechos como delito de terrorismo.

SEGUNDO.- La posible revocación de una sentencia absolutoria por el órgano judicial ad quem ha
sido recientemente tratada por la STC 36/2018, de 23 de abril , que, si bien se refiere al Tribunal
Supremo, entendemos de plena aplicación a este órgano de apelación. En su fundamento quinto
efectúa un buen análisis de la evolución de la doctrina constitucional relativa al derecho a un proceso
con todas las garantías y al derecho de defensa ( art. 24.2 CE ), vinculada a las condenas o la
agravación de estas en vía de recurso, que reproducimos:

" Retomamos aquí la síntesis de doctrina constitucional efectuada en la STC 146/2017 , FFJJ 6 y 7,
cuando indicaba que el derecho a un proceso con todas las garantías ha sido objeto de un detenido y
extenso análisis en numerosas sentencias, inspiradas en la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos (entre otras, SSTEDH de 26 de mayo de 1988, asunto Ekbatani c. Suecia , o de 27 de junio
de 2000, asunto Constantinescu c. Rumania). En la STC 167/2002, de 18 de diciembre , FFJJ 9 a 11,
el Pleno de este Tribunal Constitucional, señaló que elrespeto a los principios de publicidad,
inmediación y contradicción, que forman parte del contenido del derecho a un proceso con todas las
garantías ( art. 24.2 CE ), impone inexorablemente que toda condena articulada sobre pruebas
personales se fundamente en una actividad probatoria que el órgano judicial haya examinado directa
y personalmente en un debate público, en el que se respete la posibilidad de contradicción.

Desde entonces se ha consolidado una doctrina constitucional, reiterada en numerosas resoluciones


(entre las últimas, SSTC 126/2012, de 18 de junio, FJ 2 ; 22/2013, de 31 de enero, FJ 4 , y 43/2013,
de 25 de febrero , FJ 5), según la cual resulta contrario a un proceso con todas las garantías que un
órgano judicial, conociendo a través de recurso, condene a quien había sido absuelto en la instancia o
empeore su situación como consecuencia de una nueva fijación de los hechos probados que
encuentre su origen en la reconsideración de pruebas cuya correcta y adecuada apreciación exija
necesariamente que se practiquen en presencia del órgano judicial que las valora -como es el caso de
las declaraciones de testigos, peritos y acusados (así, entre otras, SSTC 197/2002, de 28 de octubre,
FJ 4 , o 1/2010, de 11 de enero , FJ 3)-, sin haber celebrado una vista pública en que se haya
desarrollado con todas las garantías dicha actividad probatoria.

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Por el contrario, en aplicación de esta doctrina constitucional, también se ha declarado que no cabrá
efectuar ese reproche constitucional cuando la condena pronunciada en apelación o la agravación de
la situación, a pesar de no haberse celebrado vista pública, tenga origen en una alteración fáctica que
no resulta del análisis de medios probatorios que exijan presenciar su práctica para su valoración
-como es el caso de pruebas documentales (así, SSTC 272/2005, de 24 de octubre, FJ 5 , o 153/2011,
de 17 de octubre , FJ 4), o de pruebas periciales documentadas (así, SSTC 143/2005, de 6 de junio,
FJ 6 , o 142/2011, de 26 de septiembre , FJ 3)-; o, también, cuando dicha alteración fáctica se derive
de discrepancias con la valoración de pruebas indiciarias, de modo que el órgano judicial revisor se
limite a rectificar la inferencia realizada por el de instancia, a partir de unos hechos que resultan
acreditados en ésta, argumentando que este proceso deductivo, en la medida en que se basa en reglas
de experiencia no dependientes de la inmediación, es plenamente fiscalizable por los órganos que
conocen del recurso sin merma de garantías constitucionales (así, SSTC 43/2007, de 26 de febrero,
FJ 6 , o 91/2009, de 20 de abril , FJ 4). Por último, también se descarta una vulneración del derecho a
un proceso con todas las garantías cuando la condena o agravación en vía de recurso, aun no
habiéndose celebrado vista pública, no derive de una alteración del sustrato fáctico sobre el que se
asienta la Sentencia de instancia sino sobre cuestiones estrictamente jurídicas (así, SSTC 143/2005,
de 6 de junio, FJ 6 , o 2/2013, de 14 de enero , FJ6).

Más en concreto, y centrándose en la cuestión de la acreditación de los elementos subjetivos del


delito, se vino considerando, también en proyección de la doctrina de la STC 167/2002 , que, desde
la perspectiva de la exigencia de inmediación, el elemento determinante para concluir la eventual
vulneración del derecho a un proceso con todas las garantías era verificar si el razonamiento judicial
sobre la concurrencia de ese elemento subjetivo por el órgano judicial de segunda instancia se
fundamentaba en elementos de prueba que exigieran inmediación (por todas, entre las últimas, SSTC
127/2010, de 29 de noviembre, FFJJ 3 y 4, o 126/2012, de 18 de junio , FJ 3); o, por el contrario, se
vinculaba con pruebas que no tuvieran carácter personal (así, STC 137/2007, de 4 de junio , FJ 3) o
sobre la base de un control de la razonabilidad de la inferencia llevada a cabo en instancia, a partir de
unos hechos base que se dan por acreditados, argumentando que, en este último caso, se trata de una
cuestión de estricta valoración jurídica que no exige la reproducción del debate público y la
inmediación (entre otras, SSTC 328/2006, de 20 de noviembre FJ 3 , o 184/2009, de 7 de septiembre
, FJ 2).

6. Las indicadas garantías del acusado en la segunda instancia fueron ampliadas a consecuencia de
los diversos pronunciamientos del Tribunal Europeode Derechos Humanos, y en lo referente a la
acreditación de los elementos subjetivos del delito, este Tribunal, perfilando el criterio de la STC
184/2009 , afirmó "que también el enjuiciamiento sobre la concurrencia de los elementos subjetivos
del delito forma parte, a estos efectos, de la vertiente fáctica del juicio que corresponde efectuar a los
órganos judiciales, debiendo distinguirse del mismo el relativo a la estricta calificación jurídica que
deba asignarse a los hechos una vez acreditada su existencia. De este modo, si bien la revisión de la
razonabilidad de las inferencias a partir de la cual el órgano a quo llega a su conclusión sobre la
inexistencia de dolo -u otro elemento subjetivo del tipo- no precisará de la garantía de inmediación si
tal enjuiciamiento no se produce a partir de la valoración de declaraciones testificales, sí deberá venir
presidido, en todo caso, por la previa audiencia al acusado" ( STC 126/2012, de 18 de junio , FJ 4).

Tal ampliación era el corolario de la recepción de las SSTEDH de 10 de marzo de 2009, asunto Igual
Coll c. España , § 27; 21 de septiembre de 2010, asunto Marcos Barrios c. España, § 32 ; 16 de
noviembre de 2010, asunto García Hernández c. España , § 25; 25 de octubre de 2011, asunto
Almenara Álvarez c. España, § 39 ; 22 de noviembre de 2011, asunto Lacadena Calero c. España, §
38 ; 13 de diciembre de 2011, asunto Valbuena Redondo c. España , § 29; 20 de marzo de 2012,
asunto Serrano Contreras c. España , § 31. A las que siguieron con posterioridad las SSTEDH de 27
de noviembre de 2012, asunto Vilanova Goterris y Llop García c. España , y de 13 de junio de 2017,
asunto Atutxa Mendiola y otros c. España (§§ 41 a 46).

Esta última merece una especial referencia. En ella se constata que el Tribunal Supremo, pese a que
reprodujo los hechos que habían sido considerados probados en la Sentencia absolutoria dictada por
el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, efectúa una nueva valoración de los distintos

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elementos de prueba que ya habían sido examinados por el órgano de instancia: por una parte medios
de carácter documental y, por otra, testimonios propuestos tanto por la parte acusadora como por los
demandantes, así como las declaraciones de estos últimos, y concluyó que los acusados se habían
negado "de manera consciente y deliberada" a acatar la resolución del propio Tribunal Supremo. La
STEDH consideró que el Tribunal Supremo procedió a una nueva valoración de las pruebas sin haber
tenido un contacto directo con las partes y, sobre todo, sin haber permitido que estas últimas
expusieran sus argumentos en respuesta a las conclusiones expuestas (asunto Serrano Contreras,
anteriormente citada, § 36). Finalmente, el Tribunal Europeo razonó que el Tribunal Supremo, para
llegar a esa distinta interpretación jurídica del comportamiento de los demandantes, se pronunció
sobre circunstancias subjetivas que conciernen a los interesados, a saber, que eran conscientes de la
ilegalidad de sus actos. La Sentencia entendió que ese elemento subjetivo ha sido decisivo en la
determinación de la culpabilidad de los demandantes, pues el Tribunal Supremo sí que concluyó que
hubo intencionalidad por parte de los demandantes sin valorar directamente su testimonio, conclusión
que contradice las conclusiones de la instancia que sí había oído a los acusados y a otros testigos (§§
41 y 42). El Tribunal Europeo de Derechos Humanos indicó que las cuestiones que debían ser
examinadas por el Tribunal Supremo requerían la valoración directa del testimonio de los
demandantes (asunto Serrano Contreras, anteriormente citada, § 39). Y habida cuenta de todas las
circunstancias del proceso, concluyó que los demandantes han sido privados de su derecho a
defenderse en el marco de un debate contradictorio, en consecuencia, por lo que ha habido violación
del derecho a un proceso equitativo garantizado por el artículo 6.1 del Convenio (§§ 45 y 46)."

Tras este exhaustivo resumen de la doctrina de nuestro Tribunal Constitucional que a su vez se
refiere a la del TEDH, advertimos ciertas dificultades para que en el presente caso se pueda proceder
a una agravación de la pena, si se llegara a la conclusión de que los hechos declarados probados
pueden subsumirse en el tipo de desorden públicos de naturaleza terrorista, de tal suerte que la
sentencia recurrida determina en sus hechos probados la ausencia de uno de los elementos del tipo
del art. 573. Bis 4 que recordemos prescribe que: "El delito de desórdenes públicos previsto en el
artículo 557 bis, así como los delitos de rebelión y sedición, cuando se cometan por una organización
o grupo terrorista o individualmente, pero amparados en ellos, se castigarán con la pena superior en
grado a las previstas para tales delitos."; la citada sentencia expresa que "No ha quedado acreditado
que los acusados actuaran con la protección o amparo de la organización teorista ETA o de ninguna
otra".

De ello se desprende que una sentencia condenatoria en apelación supondría alterar un presupuesto
fáctico que incide nada más y nada menos en el elemento del tipo que convierte los desórdenes
públicos ordinarios en desordenes públicos terroristas, el sujeto activo del tipo o el medio de
comisión. El propio Ministerio Fiscal alega que en la sentencia recurrida se recoge su propio escrito
de calificación si bien se introduce la siguiente frase "No ha quedado acreditado que los acusados
actuaran con la protección o amparo de la organización terrorista ETA o ninguna otras"; a renglón
seguido se hace un resumen de los hechos probados que confirmaría en su opinión que deberían
haberse calificado se terroristas y por ello haberse aplicado el art. 573. Bis 4 del Código Penal .

En este punto conviene recordar lo que expone la Circular 1/18 de la FGE : "En un primer momento,
el TC estimó que, a diferencia del recurso de casación, "el recurso de apelación en el procedimiento
penal abreviado, tal y como aparece configurado en nuestro ordenamiento, otorga plenas facultades o
plena jurisdicción al Tribunal ad que para resolver cuantas cuestiones se planteen, sean de hecho o de
Derecho" ( SSTC nº 172/1997, de 14 de octubre ; 120/1999, de 28 de junio ; ATC nº 220/1999, de 20
de septiembre ).A partir de la STC nº 167/2002, de 18 de septiembre , se modificó este criterio. La
resolución precitada se ocupó del alcance de las garantías constitucionales para quien resulta
condenado en la segunda instancia, tras la revisión de una previa absolución, inspirándose en la
doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (entre otras, SSTEDH de 26 de mayo de 1988,
caso Ekbatani contra Suecia , o de 27 de junio de 2000, caso Constantinescu contra Rumania). Según
esa doctrina, el respeto a los principios de publicidad, inmediación y contradicción impone
inexorablemente que toda condena articulada sobre pruebas personales se fundamente en una
actividad probatoria que el órgano judicial haya examinado directa y personalmente en un debate
público. Se ha consolidado una doctrina constitucional, reiterada en numerosas resoluciones (entre
otras, SSTC nº 126/2012, de 18 de junio ; 22/2013, de 31 de enero ; o 43/2013, de 25 de febrero ),

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según la cual resulta contrario a un proceso con todas las garantías que un órgano judicial,
conociendo a través de recurso, condene a quien había sido absuelto en la instancia o empeore su
situación como consecuencia de una nueva fijación de los hechos probados que encuentre su origen
en la reconsideración de pruebas cuya correcta y adecuada apreciación exija necesariamente que se
practiquen en presencia del órgano judicial que las valora. Junto con la generalización de la segunda
instancia, el Preámbulo de la nueva Ley 41/2015 declara que se "ha considerado oportuno completar
la regulación del recurso de apelación con nuevas previsiones legales relativas al error en la
valoración de la prueba como fundamento del recurso", respondiendo a las exigencias del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos y de nuestro Tribunal Constitucional. Las disposiciones que a tales
efectos introduce la reforma de 2015 en cuanto al motivo consistente en el error en la valoración de
la prueba plantean algunas dificultades, que hacen necesario dar algunas pautas exegéticas. Parece
igualmente procedente dar algunas directrices sobre los demás motivos de apelación."

TERCERO. - Centrada así la cuestión, la cuestión litigiosa queda reducida a decidir si los
condenados han actuado o no bajo el amparo de una organización terrorista; como se ha adelantado
la sentencia recurrida declara expresamente probado que no se ha acreditado que los acusados
actuaran con la protección o amparo de la organización terrorista ETA o de ninguna otra. Tres son las
cuestiones a resolver, una previa, el análisis del nuevo precepto cuya aplicación se pide por el
Ministerio Fiscal, el art. 573 bis 4 CP ; en segundo lugar si se dan o no los elementos del tipo, entre
los que destaca de forma principal que se cometan por una organización o grupo terrorista o
individualmente pero amparados en ellos, y en tercer lugar, si esto fuera así, si se podría revocar la
sentencia en tal sentido, como propone el Ministerio Fiscal al tratarse en su opinión, de un error de
subsunción, o por el contrario, estamos ante una labor que exige una nueva valoración de la prueba.
Recordemos en este sentido que el TEDH ha apreciado la vulneración del Artículo 6 1º del CEDH
cuando la revisión condenatoria se realiza modificando la apreciación de los hechos, pero ha
considerado, "a contrario sensu", que es admisible la revisión de sentencias absolutorias, aun cuando
no se celebre nueva audiencia del acusado, si se trata exclusivamente de decidir sobre una cuestión
estrictamente jurídica, es decir de modificar la interpretación de las normas jurídicas aplicadas por el
Tribunal de instancia, ( SSTEDH de 10 de marzo de 2009, caso Igual Coll c. España ; 21 de
septiembre de 2010, caso Marcos Barrios c. España ; 16 de noviembre de 2010, caso García
Hernández c. España ; 25 de octubre de 2011, caso Almenara Álvarez c. España ; 22 de noviembre
de 2011, caso Lacadena Calero c. España ; 13 de diciembre de 2011, caso Valbuena Redondo c.
España ; 20 de marzo de 2012, caso Serrano Contreras c. España y STEDH de 27 de noviembre de
2012, caso Vilanova Goterris y Llop García c. España ).Es decir, es acorde a tal doctrina la revisión
cuando esta Sala se limita a corregir errores de subsunción y a fijar criterios interpretativos uniformes
para garantizar la seguridad jurídica, la predictibilidad de las resoluciones judiciales, la igualdad de
los ciudadanos ante la ley penal, y la unidad del ordenamiento penal y procesal penal, sin alterar
ningún presupuesto fáctico.

3.1.- El delito de desórdenes públicos de naturaleza terrorista .

No podemos soslayar el importante cambio que se ha producido en el año 2015 a través de la LO


2/2015, en lo que se refiere a los delitos de terrorismo, y en concreto al de desórdenes públicos.
Precisamente una de las defensas se introduce en este estudio y realiza lo que denomina un recorrido
histórico del delito de desórdenes públicos como delito terrorista, concluyendo que con la redacción
actual solo se puede castigar como delito de naturaleza terrorista los desórdenes públicos previstos en
el art. 557 bis, y no el tipo básico del 557, y a su vez que posee una doble modalidad de comisión,
bien por una organización o grupo terrorista, o individualmente, pero amparados en los anteriores; en
su opinión la norma exige un elemento estructural u organizativo para su configuración.

La reforma operada mediante la LO 2/2015 establece en su exposición de motivos que: "La sección
2.a lleva por rúbrica «De los delitos de terrorismo» y comienza con una nueva definición de delito de
terrorismo en el artículo 573 que se inspira en la Decisión Marco 2002/475/JAI del Consejo de la
Unión Europea, de 13 de junio de 2002 , sobre la lucha contra el terrorismo, modificada por la
Decisión Marco 2008/919/JAI, de 28 de noviembre de 2008. La definición establece que la comisión
de cualquier delito grave contra los bienes jurídicos que se enumeran en el apartado 1 constituye
delito de terrorismo cuando se lleve a cabo con alguna de las finalidades que se especifican en el

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mismo artículo: l.ª) Subvertir el orden constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el
funcionamiento de las instituciones políticas o de las estructuras económicas o sociales del Estado, u
obligar a los poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo; 2.ª) Alterar gravemente la
paz pública; 3.a) Desestabilizar gravemente el funcionamiento de una organización internacional; 4.ª)
Provocar un estado de terror en la población o en una parte de ella....El artículo 573 bis establece la
pena que corresponde a cada delito de terrorismo, partiendo de que si se causa la muerte de una
persona se aplicará la pena de prisión por el tiempo máximo previsto en el Código Penal ."

Esta reforma busca su asiento en la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU 2178/2014, y
también trata de dar respuesta al terrorismo internacional justificándose, de acuerdo con su
Preámbulo, en la necesidad de adaptar nuestra legislación ante las nuevas amenazas que plantea el
terrorismo internacional de corte yihadista. Tradicionalmente la doctrina mayoritaria, además de
requerir la utilización de la violencia, ha venido construyendo la noción de terrorismo en torno a dos
elementos esenciales: de un lado, el elemento teleológico, referido a la finalidad política o propósito
de destruir o desestabilizar el orden político, y, de otro lado, el elemento estructural u organizativo,
que implica que solo quepa considerar que es terrorismo la violencia política ejercida desde una
estructura organizada.

La sección 2ª lleva por rúbrica «De los delitos de terrorismo» y comienza con una nueva definición
de delito de terrorismo en el artículo 573 CP , en redacción dada por la LO 2/15, que se inspira en la
Decisión Marco 2002/475/JAI del Consejo de la Unión Europea, de 13 de junio de 2002, sobre la
lucha contra el terrorismo, derogada por la Directiva (UE) 2017/541 del Parlamento Europeo y del
Consejo, de 15 de marzo. La definición establece que la comisión de cualquier delito grave contra los
bienes jurídicos que se enumeran en el apartado 1 constituye delito de terrorismo cuando se lleve a
cabo con alguna de las finalidades que se especifican en el mismo artículo: 1.ª) Subvertir el orden
constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el funcionamiento de las instituciones políticas
o de las estructuras económicas o sociales del Estado, u obligar a los poderes públicos a realizar un
acto o a abstenerse de hacerlo; 2.ª) Alterar gravemente la paz pública; 3.ª) Desestabilizar gravemente
el funcionamiento de una organización internacional; 4.ª) Provocar un estado de terror en la
población o en una parte de ella. En el caso de estos delitos los sujetos activos en la regulación
anterior habían de ser quienes «pertenecen, actúan al servicio o en colaboración con organizaciones o
grupos terroristas», que se definían legalmente en el art. 571. Eliminada tal referencia por la LO 2/15
, ya no se habla de pertenencia o colaboración, ha de entenderse respecto de quienes promovieran,
constituyeran, organizaran o dirigieran una organización o grupo terrorista o quienes participaran
activamente en la organización o grupo, o formaran parte de ellos, a que se refiere el art. 572. De esta
manera se configuran estos delitos no ya por la pertenencia al grupo u organización terrorista, sino
que se definen cuáles son los delitos de terrorismo. En este sentido se elimina la cláusula residual de
comisión de cualquier otra infracción por los grupos terroristas, en los que se preveía una mayor
pena, más concretamente se elimina el art. 574 que sancionaba cualquier infracción que «Los que
perteneciendo, actuando al servicio o colaborando con organizaciones o grupos terroristas, cometan
cualquier otra infracción con alguna de las finalidades expresadas en el apartado 3 del art. 571, serán
castigados con la pena señalada al delito o falta ejecutados en su mitad superior».

En la actualidad, los delitos terroristas son los expresamente previstos que se cometan con alguna de
las cuatro finalidades que se establecen. Tras la LO 2/15 estos delitos se configuran como delitos de
terrorismo, no como delitos de pertenencia a organización o grupo terrorista, facilitándose la
persecución individual del elemento terrorista. LA LO 2/15 da una nueva definición de delito de
terrorismo, al establecer que la comisión de cualquier delito grave contra los bienes jurídicos que se
enumeran en el apartado 1 (contra la vida o la integridad física, la libertad, la integridad moral, la
libertad e indemnidad sexuales, el patrimonio, los recursos naturales o el medio ambiente, la salud
pública, de riesgo catastrófico, incendio, contra la Corona, de atentado y tenencia, tráfico y depósito
de armas, municiones o explosivos, previstos en el presente Código, y el apoderamiento de
aeronaves, buques u otros medios de transporte colectivo o de mercancías), constituye delito de
terrorismo cuando se lleve a cabo con alguna de las finalidades que se especifican en el mismo
artículo 572 CP : 1.ª) Subvertir el orden constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el
funcionamiento de las instituciones políticas o de las estructuras económicas o sociales del Estado, u
obligar a los poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo; 2.ª) Alterar gravemente la

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paz pública; 3.ª) Desestabilizar gravemente el funcionamiento de una organización internacional; 4.ª)
Provocar un estado de terror en la población o en una parte de ella.

Pero además también se consideran delitos de terrorismo los previstos en el número 2 del art. 573 del
CP , los delitos informáticos tipificados en los artículos 197 bis y 197 ter y 264 a 264 quater cuando
los hechos se cometan con alguna de las finalidades a las que se refiere el apartado anterior, y por
último en el número tres se dice que, asimismo, tendrán la consideración de delitos de terrorismo el
resto de los delitos tipificados en este Capítulo. Podemos pues colegir que delitos de terrorismo son
los delitos graves descritos de forma exhaustiva en el art. 573.1 siempre que estos delitos se cometan
con algunas de las finalidades ( elementos subjetivos del injusto) que se describen en este artículo;
además serán delitos de terrorismo os delitos informáticos tipificados en los artículos 197 bis y 197
ter y 264 a 264 quater cuando los hechos se cometan con alguna de las finalidades a las que se refiere
el apartado anterior, y por último tendrán la consideración de delitos de terrorismo el resto de los
delitos expresamente tipificados en el Capítulo VII del Título XXII del Código Penal (tenencia o
depósito de armas, actos de colaboración, captación, adoctrinamiento, adiestramiento o formación de
terroristas, y trasladarse a un territorio extranjero controlado por un grupo u organización terrorista,
financiación del terrorismo, delitos de colaboración con organización, grupo o elemento terrorista,
enaltecimiento del terrorismo, incitación al terrorismo); a estos, tenemos que añadir lo establecido en
el art. 573 BIS, donde se determinan las penas de los delitos de terrorismo en función de su resultado,
en el que se introduce en el número cuatro unos delitos no previstos en el art. 573, tales cuales son
los desórdenes públicos, junto con los de rebelión y sedición; en lo que se refiere a estos último tan
solo se agrava la pena por su naturaleza terrorista cuando constituyen el tipo agravado del art 557
Bis, y siempre que se cometa por una organización o grupo terrorista o individualmente pero
amparados en ellos; de ello se infiere, como expresa la defensa antes aludida, que solo pueden
penarse como delito terrorista los desórdenes públicos, como es el caso, cuando se dan las
circunstancias agravantes del art. 557 bis del CP .

El texto definitivamente aprobado no fue el inicial propuesto en el proyecto de ley de reforma del
Código Penal, puesto que se introducía en el art. 573. 1 también los desórdenes públicos, y la
propuesta sobre el art. 573.bis 4 . tan sólo preveía la agravación de la pena de los delitos de rebelión
y de sedición, cuando se cometan por una organización o grupo terrorista; se introdujeron sendas
enmiendas que tuvieron como fin excluir a los desórdenes públicos del número 1 del art. 573, así
como y la actual redacción del art. 573 bis 4. Quizá este cambio tenga algo que ver con la nueva
redacción que da la LO 1/15 de 30 de marzo a la regulación de los desórdenes públicos en general;
como se dice en la propia Exposición de motivos, la anterior regulación de la alteración del orden
público -de origen decimonónico- no definía el delito, sino que yuxtaponía una serie de conductas
punibles, lo que generaba problemas de tipicidad, en algunos casos, y concursales en otros. Estos
problemas se solucionan mediante la definición de «alteración del orden público» a partir de la
referencia al sujeto plural y a la realización de actos de violencia sobre cosas y personas.; recordemos
que el nuevo tipo penal del art 557 de Cp . dice: "Quienes actuando en grupo o individualmente, pero
amparados en él, alteraren la paz pública ejecutando actos de violencia sobre las personas o sobre las
cosas, o amenazando a otros con llevarlos a cabo, serán castigados con una pena de seis meses a tres
años de prisión"; como vemos se redacta de forma muy similar a la redacción el art. 573 bis 4. cp .

Esta nueva redacción prescinde de dos aspectos incluidos el anterior artículo 557.1, en primer lugar,
basta con que concurra una pluralidad de personas en la realización de los hechos, siendo indiferente
que éstos se lleven a cabo por quienes actúen en grupo o individualmente, siempre que, en el segundo
caso, obren bajo el amparo del grupo al que se refiere el tipo; desaparece el elemento subjetivo del
injusto, habida cuenta que la nueva redacción sólo contempla la alteración de la paz pública como
una consecuencia de la acción del sujeto o sujetos activos, pero sin que sea necesario que los
intervinientes actúen guiados por ese designio, a diferencia de lo establecido en el anterior 557.1. El
tipo exige una alteración del orden realmente producido, pero no ya con la finalidad de alterar la paz,
de manera que deja de configurarse como un delito tendencial, donde la finalidad de atentar contra la
paz pública constituía, elemento subjetivo del injusto. Se distingue así entre paz pública y orden
público, el orden público representa el funcionamiento regular de la convivencia ciudadana, la paz,
en cambio, no exige el funcionamiento ordenado de la vida pública; se define como «tranquilidad y
quietud», o como «sosiego y buena correspondencia» de unos con otros y se opone a la guerra, a las

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riñas y disensiones, pero no al desorden. La STS núm. 987/2009 de 13 octubre, señala que tanto la
doctrina científica como la jurisprudencia de la Sala 2 .ª distinguen entre orden público y paz pública,
en el sentido de que aquel es el simple orden en la calle, en tanto que la paz pública, concepto más
amplio se integraría por el conjunto de condiciones externas que permiten el normal desarrollo de la
convivencia ciudadana, el orden de la comunidad y en definitiva la observancia de las reglas que
facilitan esa convivencia - STS 1321/1999 -, y por tanto permiten el ejercicio de los derechos
fundamentales de las personas - STS 1622/2001 -. En idéntico sentido la doctrina científica lo define
como «la tranquilidad en las manifestaciones colectivas de la vida ciudadana...» La LO 1/15 de 30 de
marzo, tipifica, como supuestos agravados, únicos susceptibles de generar la naturaleza terrorista de
los actos, los de porte de armas, exhibición de armas de fuego simuladas, realización de acciones
violentas especialmente peligrosas para la vida o la integridad de las personas, o comisión de actos de
pillaje.

Volviendo a los delitos de terrorismo de los números 1 y 2 del art 573 del CP , queda claro que en
primer lugar, hay que destacar que se prescinde definitivamente del elemento estructural, de modo
que el legislador opta por aplicar el concepto a la comisión de una serie de delitos con determinados
propósitos, siendo indiferente que quien los cometa pertenezca, actúe al servicio o colabore con un
organización o grupo terrorista, o sea un individuo que lo haga sin estar integrado en una estructura
de esta índole. En cualquier caso, esta decisión legislativa supone, en definitiva, la posibilidad de
aplicar la normativa antiterrorista tanto a sujetos que actúen por adhesión a las pretensiones de un
grupo terrorista en activo, como también a individuos aislados que actúen por motivaciones
personales no enmarcadas en la estrategia de una estructura terrorista, en tanto persigan alguno de los
genéricos fines enumerados en la descripción típica. En definitiva, el legislador establece en el
apartado primero un listado heterogéneo y cerrado que supone una ampliación considerable de las
infracciones que antes se preveían en los arts. 572 y 573, del cual como ha dicho se excluyó en el
trámite parlamentario los desórdenes públicos, de lo que podemos colegir que no es un olvido, sino
una decisión expresa del legislador. Como se ha dicho, además de los delitos informáticos, hay que
sumar la cláusula general que especifica que tendrán la consideración de delitos de terrorismo el resto
de los que se tipifican en el capítulo ( apdo. tercero); y, finalmente, los desórdenes públicos del art.
557, la sedición y la rebelión, cuando se cometan por una organización o grupo terrorista, o
individualmente, pero amparados en ellos ( art. 573 bis.4 CP ).

En lo que se refiere al delito de desórdenes públicos, recordemos que con anterioridad a la citada
reforma operada por LO 2/2015, los desórdenes públicos cometidos en este mismo contexto no
estaban contemplados como un delito terrorista específico, sino de forma indirecta mediante la
cláusula residual del artículo 574 del Código Penal que establecía que "los que perteneciendo,
actuando al servicio o colaborando con organizaciones o grupos terroristas, cometan cualquier otra
infracción con alguna de las finalidades expresadas en el apartado 3 del artículo 571, serán castigados
con la pena señalada al delito o falta ejecutados en su mitad superior". Tras la reforma, el legislador
de una forma clara y decidida, (recordemos que obedece a unas enmiendas) mantiene el pretérito
elemento grupal, de tal suerte que conserva su naturaleza de delito especial cuando es cometido por
una organización o grupo terrorista ( elemento normativo), mientas que se prescinde como sujeto
activo de aquellos cuando se trata de una acción individual, si bien se mantiene como referencia
comisiva en tanto en cuanto deben cometerse "amparados en una organización o grupo ferrosita", lo
cual nos introduce en un elemento descriptivo del tipo que se refiere al modo de acción, pero siempre
referido a la existencia del elemento normativo en cuanto a la existencia de una organización o grupo
terrorista que, siempre debe concurrir, directamente como sujeto activo o indirectamente dando
amparo o amparándose aquellos. En el caso de los desórdenes públicos, rebelión y sedición, no es
necesario acreditar que concurren las finalidades del art. 573 del CP , de tal suerte que las mismas
van ínsitas cuando sea cometido por un sujeto actico cualificado ( organización o grupo terrorista)" o
cuando se actúa al amparo de los mismos; esto es coherente con el hecho de que en los desórdenes
públicos ordinarios desaparece el elemento subjetivo del injusto, habida cuenta que la nueva
redacción sólo contempla la alteración de la paz pública como una consecuencia de la acción del
sujeto o sujetos activos, pero sin que sea necesario que los intervinientes actúen guiados por ese
designio.

3.2.- Expresión: "Cuando se cometan individualmente, pero amparados en ellos (organización o

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grupo terrorista)

Delimitado el tipo, lo importante es que además del desorden público calificado por la efectiva
alteración de la paz pública, con las agravaciones del art 557 bis del CP , antes descritas, concurra
como sujeto activo una organización o grupo criminal, o se causen de forma individual pero siempre
al amparo de aquellos. Recordemos que en el tipo básico de desórdenes públicos basta con que
concurra una pluralidad de personas en la realización de los hechos, siendo indiferente que éstos se
lleven a cabo por quienes actúen en grupo o individualmente, siempre que, en el segundo caso, obren
bajo el amparo del grupo al que se refiere el tipo; parece claro que la pluralidad de personas al
margen de la acción individual es necesaria para que se dé el tipo básico, puesto que esta acción
individual se debe realizar al amparo del grupo que debe concurrir necesariamente en el momento de
la comisión, aunque no en la comisión.

En el caso de los desórdenes públicos terroristas nos introducimos quizá en la mayor dificultad del
tipo penal, definir lo que es amparo y que este se produce en el ámbito de una organización o grupo
terrorista. La defensa propone una interpretación literal, y en este sentido debemos tener en cuenta
que amparar es un verbo transitivo y como tal significa proteger o favorecer a alguien que lo
necesita, pero también es un verbo pronominal, y en este modo significa servirse de una persona o
una cosa para protegerse de algo. La sentencia recurrida refiere que dicha expresión, sólo puede ser
interpretada, en el sentido de que la organización o grupo terrorista preste algún tipo de apoyo,
protección o cobertura material a los autores, respondiendo en todo momento su conducta a las
directrices y estrategia definida por la propia organización terrorista.

Para interpretar este concepto debemos partir de un principio general, y es que la intervención penal
en una sociedad democrática debe responder a determinados estándares de racionalidad que se
convierten en verdaderos imperativos constitucionales, uno, destinado al legislador y, el otro,
destinado a los jueces. El primero, supone que el legislador sólo puede seleccionar y castigar aquellas
conductas que supongan ataques intolerables a bienes jurídicos de relevancia constitucional
(principio de intervención mínima). Cualquier extralimitación en la configuración de los tipos de
prohibición que no respete la necesaria correspondencia con dicho fin exclusivo de protección
supone un menoscabo del espacio de libertad constitucionalmente protegido para todo ciudadano y,
por tanto, susceptible de ser tachada de arbitraria por el máximo garante de la Constitución (principio
de interdicción de la arbitrariedad); En segundo lugar, los jueces tienen la obligación de no ampliar
de manera injustificada los espacios de prohibición acudiendo a reglas de interpretación analógica
extensivas que superen el sentido literal posible de los elementos descriptivos o normativos de los
tipos (principio de interpretación estricta). También tienen la obligación de no castigar conductas que
carezcan de contenido material para lesionar el bien jurídico; no basta una mera antijuricidad formal
para que la acción caiga dentro del espacio de protección de la norma. Si no hay lesión del bien
jurídico no puede existir responsabilidad penal (principio de exclusiva protección de bienes jurídicos
o de exigencia de antijuricidad material en la conducta infractora).

Recordemos que determinar que el desorden público se produce al amparo de una organización
terrorista, supone imponer la pena superior en un grado, y habrá que tener muy en cuenta lo anterior.
En el presente caso debemos descartar que el acto lo comete una organización o grupo terrorista, y
solo nos queda por determinar si se ha actuado o no amparados en una organización o grupo
terrorista. Lo que es una organización o grupo terrorista constituye un elemento del tipo de carácter
normativo y debemos acudir al Código Penal y a la interpretación jurisprudencial que ha dado a tales
conceptos, mientras que "actuar al amparo" es un elemento descriptivo del tipo, entendiendo por
elemento descriptivo aquel término legal cuyo contenido viene determinado por el sentido que el uso
del lenguaje da a la expresión, se trata de realidades naturalísticas, perceptibles por los sentidos, a los
que el lenguaje se refiere con expresiones comunes; recordemos que son determinados estados y
procesos corporales y anímicos que deben ser comprobados caso por caso por el juez
cognoscitivamente; por contra por un elemento normativo entendemos aquel término legal que exige
una valoración, una decisión sobre su contenido, de tal suerte que los elementos normativos se
refieren a aquellos datos que no pueden ser representados e imaginados sin presuponer lógicamente
una norma. Se trata de presupuestos del injusto típico que sólo pueden ser determinados mediante
una especial valoración de la situación del hecho. Ahora bien, esta dicotomía entre elementos

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descriptivos y normativos no es tan nítida como la doctrina sostiene, y ello debido a la porosidad del
lenguaje y al sentido descriptivo empleado en el del Derecho penal, los términos vendrían cargados
de valoraciones.

Las organizaciones y grupos terroristas están definidos en el art 571 del CP "A los efectos de este
Código se considerarán organizaciones o grupos terroristas aquellas agrupaciones que, reuniendo las
características respectivamente establecidas en el párrafo segundo del apartado 1 del artículo 570 bis
y en el párrafo segundo del apartado 1 del artículo 570 ter, tengan por finalidad o por objeto la
comisión de alguno de los delitos tipificados en la sección siguiente.", mientras que la expresión que
se cometan amparados, merece un mayor esfuerzo de interpretación. El art. 557 del CP utiliza un
expresión análoga, "quienes actuando en grupo o individualmente pero amparados en él", parece que
esta actuación individual debe concurrir siempre con una acción del grupo coetánea, de tal suerte que
en el momento de la comisión del delito se ampara en la presencia del grupo; por el contrario, en el
art 573 bis 4 de CP , entendemos que este amparo abarca más situaciones, de tal modo que no es
necesario que el grupo u organización terrorista estén presentes a través de alguno de sus miembros
en el momento de la comisión del delito. Existe también otra previsión análoga, mas relacionada con
el tipo en cuestión, en el art. 505. 2 del CP: "Quienes, amparándose en la existencia de
organizaciones o grupos terroristas, calumnien, injurien, coaccionen o amenacen a los miembros de
corporaciones locales, serán castigados con la pena superior en grado a la que corresponda por el
delito cometido." Creemos que esta previsión legal recoge parte del elemento del tipo del injusto del
art. 573 bis 4, de tal suerte que este amparo lo puede ser mediante la simple insinuación, aviso o
advertencia de que se está actuando coadyuvando, reivindicando o asumiendo de alguna manera los
fines y objetivos de las organizaciones terroristas. Creemos que es correcta la interpretación que hace
la Sala de instancia del concepto "que la organización o grupo terrorista preste algún tipo de apoyo,
protección o cobertura material a los autores, respondiendo en todo momento su conducta a las
directrices y estrategia definida por la propia organización terrorista", s lo que añadimos que
rellenaría el tipo la advertencia más o menos expresa de que se actúa de tal modo, incluso aunque no
existiera concierto o directriz expresa, y máxime en casos en los que las organizaciones o grupos
terroristas asumen a posteriori actos de simpatizantes con los que no tiene previa ligazón o relación
previa, como ocurre por ejemplo en el ámbito del terrorismo yihadista. Creemos que la interpretación
de término amparo puede llegar incluso al sentido en el que se utiliza en el art. 505 del CP , este es
cuando el amparo los es sobre la mera existencia de organizaciones o grupos terroristas, encontrando
una interpretación auténtica que a la vez nos obliga a realizar otra de carácter sistemático. Mas como
hemos advertido, la cuestión radica en determinar si este elemento del tipo concurre en el caso
concreto.

3.3.- El caso concreto. -

El Ministerio Fiscal justifica el motivo de su recurso en que los propios hechos probados que la
sentencia declara se puede inferir la concurrencia de este elemento, y en tal sentido destaca que la
iniciativa de la movilización se promovió desde la izquierda abertzale autodenominada "
ERREPRESIORARI AUTODEFENSA", que se repartieron carteles convocando a una "
MANIFESAZIO NAZIONALA, etc. ( pág. 2 de su informe); por ello sostiene que la manifestación
fue una actuación planificada y organizada con una finalidad terrorista para sembrar el caos y alterar
la paz pública; con base en ello llega a la conclusión que la que la Sala a quo no entiende acreditada,
y es que esto lo hayan hecho siguiendo las directrices del extrañado de la organización terrorista
ETA. En nuestra opinión no existe dificultad o inconveniente alguno para sostener lo primero y lo
segundo, que exista el grado de organización y violencia descrito y que no se ejecute al amparo de
ninguna organización terrorista, porque así se razona en la sentencia recurrida, como luego veremos.

En lo que se refiere al término "amparo" el Ministerio Fiscal propone que se interprete teniendo en
cuenta la nueva dimensión del tratamiento del terrorismo, cometido en la actualidad mediante
acciones individúales por sujetos que pueden no estar formalmente al servicio de una estructura
criminal, y por ello se debe entender rellenado los elementos del tipo siempre que se actué siguiendo
sus designios o con la misma finalidad terrorista; el Ministerio insiste en que no es necesario que se
dé una protección específica de la organización terrorista, sino actuar conforma a sus postulados,
porque se hace al amparo intelectual de dicha organización y con la finalidad de conseguir sus

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objetivos a través de métodos violentos; se entiende que la doctrina de las sentencia recurrida
impediría aplicar los delitos de terrorismo a los denominados lobos solitarios, yendo en contra de la
Resolución del Consejo de Naciones Unidas 2178, citada en el Preámbulo de la LO 2/2015. No
compartimos este criterio, no podemos olvidar que la sentencia recurrida se refiere a un delito de
desórdenes públicos, delito que junto con la rebelión y sedición sigue manteniendo en lo que al
terrorismo se refiere, el elemento grupal actuando directamente o individualmente al amparo de la
organización, de lo que se deriva que la sentencia no contradice en modo alguno la nueva
conceptualización del terrorismo bajo el signo de la acción individual, sino que en este caso, los
condenados no actuaban al amparo de la organización terrorista, algo que de contrario, requiere una
prueba suficiente como para poder calificar los desórdenes de terroristas, y aquí es donde radica la
cuestión, en la valoración la prueba y no en un error de subsunción.

La Sala no subsume los hechos en el tipo del art 573 bis 4, sencillamente porque entiende que no
resulta acreditado uno de los elementos del tipo, y ello no es incompatible ni incoherente, con el resto
de los hechos probados, así como con el grado de organización y violencia desplegada por los
condenados. Nada contradice la jurisprudencia citada por el Ministerio Fiscal la solución jurídica
ofrecida por la Sala de instancia, y no pone en cuestión la criminalización que a lo largo de la
reciente historia se ha hecho de las organizaciones adláteres de la banda terrorista ETA que le han
servido de apoyo en todos los referentes descritos por el Ministerio Fiscal, pero aquí es donde radica
la diferencia.

Como hemos adelantado, hasta la reforma de 2015 los desórdenes públicos de naturaleza terrorista se
castigaban mediante el tipo residual del art. 574 del CP "los que perteneciendo, actuando al servicio o
colaborando con organizaciones o grupos terroristas, cometan cualquier otra infracción con alguna de
las finalidades expresadas en el apartado 3 del artículo 571, serán castigados con la pena señalada al
delito o falta ejecutados en su mitad superior"; esto es, se requeriría que además del antiguo tipo del
557 "Serán castigados con la pena de prisión de seis meses a tres años los que, actuando en grupo, y
con el fin de atentar contra la paz pública, alteren el orden público causando lesiones a las personas",
concurriera una previa pertenencia, un actuar al servicio o una mera colaboración, y siempre guiados
por las finalidades establecidas en el art. 571.3 " subvertir el orden constitucional o alterar
gravemente la paz pública"; con la nueva redacción, tan solo se requiere que el delito del art. 557 bis
lo cometa una organización terrorista o de forma individual al amparo de la misma, y creemos
predicable a este concepto de "amparo" gran parte de la doctrina sentada en torno a la "kale borroca"
o lucha callejera, si bien ya no se requiere aquella pertenencia o cooperación, de tal suerte que ahora
basta una ligazón más débil o menos intensa que no requerirá la concurrencia de una cooperación en
sentido normativo; ahora bien, aquella ligazón requiere prueba, en primer de la existencia de la
organización o grupo criminal, y en segundo lugar del actuar bajo el amparo de aquellas. Incluso si
tenemos en cuenta la interpretación del término que puede desprenderse de su uso en el art.505.2 del
CP "amparándose en la existencia", ello requerirá prueba de dicho amparo y, cuando menos intenso o
material sea el vínculo con la organización terrorista y la actuación del grupo o individualmente
considerado del sujeto, mas prueba se requerirá acreditar que se actúa con esta inteligencia
asociativa, colaborativa, o de la clase que sea.

De todo ello tenemos que colegir que no estamos ante un problema de subsunción jurídica, sino ante
un problema de valoración de la prueba, algo que no se ataca en el recurso. Como hemos advertido
hay una plena compatibilidad entre los hechos probados que se refieren al desarrollo del acto
criminal en sí mismo y a la aseveración de que no se actuaba con la protección o amparo de la banda
terrorista ETA o cualquiera otra, lo cual niega no solo la falta de apoyo logístico, sino la ausencia de
directrices u órdenes e incluso que la intención de los condenados fuera actuar en nombre o
coadyuvando en algo a la organización ETA, y ello no porque no hubiera ocurrido, sino porque a
juicio de la Sala no se ha acreditado en el acto del juicio oral. En la sentencia recurrida se destaca que
"El PN nº NUM017 , secretario del atestado, a preguntas del Fiscal manifestó que había unas 400
personas, que a los cinco minutos empezaron los lanzamientos de piedras, que gritaban los cánticos
habituales, que hubo una lluvia de piedras contra los agentes uniformados "con mucha violencia" y
que era sábado buen tiempo, que las calles estaban abarrotadas de gente. Sobre las entidades
convocantes afirma que había carteles en el casco viejo, que la manifestación estaba vinculada a la
izquierda abertzale disidente, "la más radical, señalando" en el folio 529 un comunicado posterior

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publicado en el blog "Amnistía Ta Askatasuna" de 12 de marzo de 2017, que dijo aglutinar al sector
disidente más radical. A preguntas de la Defensa reconoció que el atestado no se abre por terrorismo
y que a los detenidos no se les ocupó ningún objeto relacionado con los incidentes, así como que
hubo "unaviolencia tremenda" con mucho riesgo para las personas que circulaban por la calle".

También se dice que "El PN nº NUM018 , instructor del atestado, Jefe de la Brigada de Información
de Navarra, y responsable del dispositivo manifestó.... Sobre las entidades convocantes manifestó
que aparecen en el anexo 1 (folio 525), que pertenecen a la izquierda abertzale, la parte disidente de
la línea oficial, más radical, que se trata de una dinámica que empieza con la convocatoria de una
serie de actividades y que culmina con la manifestación. A preguntas de la defensa reconoció que en
el atestado la alusión a la izquierda abertzale no va acompañada de referencia a ninguna organización
y que "la página web donde se convocó si tuviera vinculación con organización terrorista estaría
cerrada ".

Sobre esta base, la propia sentencia concluye : "Pero además, nos encontramos en el caso concreto
que no existe en el atestado policial ni en las declaraciones de los agentes policiales ninguna
referencia precisa a la participación de una organización terrorista o grupo concreto, más allá de que
la manifestación se desarrolle en el contexto de unas jornadas de lucha bajo una iniciativa
denominada "errepresioari autodefensa", que engloba una serie de entidades, vinculadas a lo que
dichos agentes han definido como izquierda abertzale radical, disidente de la línea oficial. No ha
quedado aclarado cuál es la línea oficial, ni si esa línea es precisamente la de los restos de una ETA
crepuscular, pues no se han investigado las personas físicas convocantes, que aparecen claramente
identificadas en fotografías, ni tenemos ningún dato sobre las entidades convocantes o sobre sus
conexiones con la organización terrorista ETA, o sobre la página "lahaine.org" en la que se publicó la
convocatoria, respecto de la que el instructor de atestado ha descartado vinculación con organización
terrorista.En cuanto a los antecedentes de los acusados, tampoco tenemos ningún dato sobre
existencia de antecedentes policiales o judiciales, ni sobre su relación con grupos u organizaciones
terroristas, cuestión sobre la que los agentes que han declarado en el plenario reconocieron no haber
efectuado ninguna indagación ." Como consecuencia de todo ello se desecha la aplicación del art.
573 bis 4 del Código Penal , y como se puede deducir sin mayores elucubraciones, la Sala de
instancia ha valorado la prueba y ha llegado a una conclusión probatoria, en este caso negativa, y esto
es lo que se objeta por parte del Ministerio Fiscal; no estamos pues, ante una cuestión de subsunción
jurídica donde la valoración jurídica es lo esencial, sino ante una cuestión de valoración de la prueba,
la cual se ha formulado, y así consta en los párrafos que hemos trascrito de la sentencia.

Como es sabido el art 792.2 de la LECrim establece que la sentencia de apelación no podrá condenar
al encausado que resultó absuelto en primera instancia ni agravar la sentencia condenatoria que le
hubiera sido impuesta por error en la apreciación de las pruebas en los términos previstos en el tercer
párrafo del artículo 790.2 de la LECrim , y este precepto establece que cuando la acusación alegue
error en la valoración de la prueba para pedir la anulación de la sentencia absolutoria o el
agravamiento de la condenatoria, será preciso que se justifique la insuficiencia o la falta de
racionalidad en la motivación fáctica, el apartamiento manifiesto de las máximas de experiencia o la
omisión de todo razonamiento sobre alguna o algunas de las pruebas practicadas que pudieran tener
relevancia o cuya nulidad haya sido improcedentemente declarada, lo cual viene a recoger la
evolución jurisprudencial antes referida, señalando las exigencias que debe cumplir el escrito de
formalización del recurso de apelación cuando se alegue error en la valoración de la prueba para
pedir la revocación de la sentencia absolutoria o el agravamiento de la condenatoria. Para poder
articular este motivo deberá justificarse alguna de estas circunstancias: 1) La insuficiencia o la falta
de racionalidad en la motivación fáctica; 2) El apartamiento manifiesto de las máximas de
experiencia; o 3) La omisión de todo razonamiento sobre alguna o algunas de las pruebas practicadas
que pudieran tener relevancia o cuya nulidad haya sido improcedentemente declarada, lo cual exige
según la Circular 1/2018 de la FGE que " A la vista de la nueva redacción del art. 790.2 LECrim , es
imprescindible que, en los escritos de interposición de un recurso de apelación por error en la
valoración de prueba, cuando se pretenda la anulación de la sentencia o la agravación de la condena,
se mencione y justifique uno de los tres referidos supuestos, sin que sea bastante una mención
genérica." Esta Circular prosigue destacando los criterios que sobre la declaración de nulidad de
sentencias absolutorias ha acuñado la jurisprudencia, y que pueden ser orientativos a la hora de

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deslindar los supuestos que, por exceder de la simple discrepancia valorativa, pueden fundamentar el
recurso de apelación, y creemos que no concurre ninguno.

En la sentencia se declara probado que desde la iniciativa de la izquierda radical abertzale


autodenominada "ERREPRESIOARI AUTODEFENTSA" se promovió una movilización y que se
repartieron carteles convocando una "manifestazio nazionala" y a su vez que "en el transcurso de la
manifestación un grupo de individuos con las tareas perfectamente distribuidas y que usaban guantes,
embozados mediante capuchas y camisetas que ocultaban su rostro, actuando con el propósito de
alterar de forma grave la paz y tranquilidad ciudadana, realizaron violentos incidentes de orden
público y ataques perfectamente organizados", también que en la manifestación se gritaban consignas
como "BORROKA DA BIDE BAKARRA" ("la lucha es el único camino") "GORA ETA" ("Más
ETA" o "Viva ETA") y "EUSKAL PRESOAK" ("Presos Vascos"), pero tras valorar la prueba
practicada se llega la conclusión de que en el caso concreto no existe en el atestado policial ni en las
declaraciones de los agentes policiales ninguna referencia precisa a la participación de una
organización terrorista o grupo concreto, más allá de que la manifestación se desarrolle en el
contexto de unas jornadas de lucha bajo una iniciativa denominada "errepresioari autodefensa", que
engloba una serie de entidades, vinculadas a lo que dichos agentes han definido como izquierda
abertzale radical, disidente de la línea oficial. Se dice en la sentencia que " No ha quedado aclarado
cuál es la línea oficial, ni si esa línea es precisamente la de los restos de una ETA crepuscular, pues
no se han investigado las personas físicas convocantes, que aparecen claramente identificadas en
fotografías, ni tenemos ningún dato sobre las entidades convocantes o sobre sus conexiones con la
organización terrorista ETA, o sobre la página "lahaine.org" en la que se publicó la convocatoria,
respectode la que el instructor de atestado ha descartado vinculación con organización terrorista "
Queda claro que no es una cuestión de mera subsunción, y por ello no cabe la revocación en tal
sentido, y que por otro lado, en la valoración de la prueba efectuada no se puede identificar alguna
cusa que determina las posible nulidad de la sentencia.

Por todo ello se debe desestimar el recurso planteado por el Ministerio Fiscal.

QUINTO. - A tenor de los Arts. 124 C.P . y 240 LECrim . no se hace especial pronunciamiento de
las costas causadas en esta instancia.

Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación,

FALLO:

Que debemos desestimar el recurso de apelación formulado por el Ministerio Fiscal contra la
sentencia de fecha 1 de junio de 2018, y en su consecuencia confirmar en todos sus extremos la
sentencia dictada por la Sección Segunda de la Sala de lo Penal.
Notifíquese la presente resolución a las partes, indicándoles que contra esta Sentencia cabe
interponer Recurso de Casación, por infracción de ley y por quebrantamiento de forma en los
supuestos previstos en el Art. 847 LECrim , en el plazo de cinco días a contar desde el siguiente al de
la última notificación practicada de la presente Resolución, para su preparación conforme al Art. 856
LECrim , mediante escrito autorizado por Abogado y Procurador.
Así por esta Sentencia de la que se llevará certificación al Rollo, juzgando, lo pronunciamos,
mandamos y firmamos.
PUBLICACION. - Dada y pronunciada fue la anterior Sentencia por los Ilmos. Sres. Magistrados
que la firman y leída por el Excmo. Sr. Presidente en el mismo día de su fecha, de lo que yo, la
Letrada de la Administración de Justicia. Doy fe.

El presente texto proviene del Centro de Documentación del Poder Judicial. Su contenido se
corresponde íntegramente con el del CENDOJ.

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