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Investigacién arqueolégica en Cantona, Puebla Angel Garcfa Cook*, Leonor Merino Carrién* “Bun isee es propuss aria las autoridades académi- cas y administrativas del war a realizaci6n de un programa de investigacién arqueolégica para el norte de la Cuenca de Oriental y para la zona arqueolégica de Cantona. A diferencia de otros proyectos de area reall- zados con anterioridad por los autores del presente, en esa ocasion planteamos iniciar los trabajos de campo ‘en Cantona, Puebla, por una o dos temporadas y, con posterioridad, ya fuese en forma paralela o de manera independiente, nos avocariamos al recorrido arqueol6- gico del érea, la que cubre alrededor de 2 500 km, Inicialmente nos propusimos estudiar detalladamen- te el asentamiento de Cantona y su desarrollo; no esta- ba contemplado realizar exploraciones y restauraci6n de estructuras arquitecténicas. Sin embargo y con el fin de protager de mejor manera el sitio arqueolégico, ‘se acordé explorar, restaurar y habiltar una parte para que el ptiblico lo visitara. Todavia falta analizar mas de la mitad de la documentacién recuperada en la pri- mera temporada de trabajos de campo, pero creemos conveniente adelantar alguna informacion de lo que por el momento conocemos de esta gran ciudad pre- hispanica. Proyecto arqueolégico Cantona A través del tiempo, el valle poblano-tlaxcalteca ha te- nido gran importancia en el desarrollo cultural del Alti- plano Central de México, La ubicacién geografica en el paso obligado entre la costa del Golfo, el sur y sur- este de México a la Cuenca de México, hacen de esta * Direocién de Investigacién y Canservacién del Patrimonio ‘Arqueo}6gico, WAH. regién participe de un gran dinamismo y por tanto ha jugado un papel de gran relevancia en el tréfico, re- cepcién y distribucion de bienes, en el intercambbio de ideas y on la captacién, asimilacién y transformacién de elementos culturales, los que, ademas de propiciar el desenvolvimento de esta regién, otorgaron un sello propio al Altiplano Central de México. Miltiples publicaciones dejan ver la importancia del valle poblano-tlaxcalteca a través del tiempo; sin em- bargo, poco se sabe sobre los grupos que habitaron en la Cuenca de Oriental, vecina al este del valle po- blano-tlaxcalteca. Son escasos los trabajos, en lo que a la investigaci6n arqueolégica se refiere, llevados a cabo, a pesar de que, por la misma situacién de su ubicacién geogréfica —extremo oriente del Altiplano Central— debié tener una gran actividad cultural durante la época prehispénica, sobre todo a partir de la presencia de grandes nicleos de habitacién agricola, sedentaria, Se sabe sobre los asentamientos mayo- res —villas, pueblos y ciudades— sobre todo en el, sur de la cuenca. Hacia el norte central sobresale Cantona, debido tanto.a sus dimensiones y compleji- dad como a su ubicacién en el terreno: construida so- bre un malpals, esta ciudad prehispénica se conoce ena literatura desde al menos la mitad del siglo pa- sado. Existen varias publicaciones acerca del lugar, donde destacan las caracteristicas y dimensiones del asentamiento —se le ha calculado hasta 200 km=—; generalmente coinciden en su ubicacién temporal, como correspondiente al Preclésico. Durante los tiltimos 25 afios, se han llevado a cabo investigaciones arqueolégicas en el valle poblano- tlaxcatteca y parte suroeste de la Cuenca de Oriental —6 000 km?—, |o cual ha permitido tener una idea del desarrollo cultural durante la época prehispdinica en 55 15°1996 esta regién y valorar la enorme importancia de a ubi- cacién geografica del drea en cuestién: como paso obligado del Altiplano Central al Goifo central y al sur —Guerrero y Oaxaca— y sureste de nuestro pais. En diversos trabajos se ha propuesto {a existencia de un amplio corredor de 10 km promedio de ancho, paartiendo del norte de Apizaco (cerra Ahuatepec al norte de Tetla) y de la loma la Cruz (al noroeste de Cuaxama- lucan), se dirige al sureste pasando por Huamantia, donde se bifurca una parte (0 dos), sigue hacia el oriente rumbo al Golfo central y a otra va hacia el sur, Acatzingo, Puebla, para de ah( continuar hacia Tehuacdn-Oaxaca. A este corredor 0 amplio pasillo le hemos bautizado con el nombre de Corredor Teotihuacano 0 Ruta Co- mercial Golfo-sur al Altiplano Central. (Garcia Cook, 1976a, 1976b, 1981; Garcia Cook-Merino Carrion, 1977, 19914, 1991). Se conocen, la ruta mencionada inicialmente (Api- zaco-Huamantla-Acatzingo), las ciudades, pueblos y villas que caracterizan este Corredor Teotinuacano; so- bre otras rutas probables, atin no se han definido con precision los diversos asentamientos que formaban parte de esta supuesta ruta comercial, tanto para la &poca teotihuacana como para otros periodos, Se sabe también que este Corredor Teotihuacano © Ruta Co- ‘mercial Gotfo-sur al Altiplano Central es cerrado por el 650 d.n.e., deteniendo el tréfico de mercancias 0 bie- nes de consumo procedentes del Golfo y de Oaxaca con rumbo a la Cuenca de México, situacién, entre otras, que repercute en la caida de Teotihuacan De Cantona se ha escrito como una gran ciudad, que, segtin Eduardo Noguera (1958) y Diana Lopez de Molina (1982b, 1983, 1984 y 1986), tuvo una ocupa- ccién durante el Precidsico superior @ inicio del Clasico. Por nuestra parte, no compartimos con la propuesta so- bre la cronologia de Cantona, y la consideramos una ‘ocupacién mas tardia. Con base en la importancia de la regién y las ca- racteristicas de sus asentamientos, sobre todo para el caso de la region Puebla-Tlaxcala, y sabiendo del gran tréfico de “mercancias” que tuvo lugar, al menos, en a parte media y sur de la Cuenca de Oriental, entre el inicio de nuestra era y el siglo vi, se propone a manera de hipétesis, que: Cantona inicia la apertura de este fuerte corredor comercial, llamado Corredor Teatihua- cano.o Ruta Comercial Golfo-sur al Altiplano Central al inicio de nuestra era?, 0 Zes Cantona a quien se debe su cierte, que hemos ubicado hacia el siglo vi? Ademas de la investigacion de esta gran ciudad ar- queolégica, se habilité una parte del sitio con el fin de lograr detener el intenso saqueo del que ha sido obje- to, propuesta que tuvo un fuerte apoyo por parte de ARQUEOLOGIA GARCIA /MERINO Jas autoridades del NaH y se logr6, incluso, fa adquisi- ci6n de buena parte de los terrenos en los que est ubicada la zona arqueolégica. Alinicio del proyecto, se realizé un plano del asenta- miento, con base en el andlisis de una fotografia aérea en infrartojo, escala 1:3500, con el fin de lograr una res- titucién fotogramétrica detallada de! asentamiento; tam bign se realizé Ia elaboracién de planos con bajaescala —1:1000— y su corroboracién topagratica y detalla- damente directa. Con lo anterior se logré un plano de- tallado del sitio, en e! que se pueden imbricartodas las estructuras arquitect6nicas y demas transformaciones realizadas en este gran asentamiento. E! objetivo principal de este proyecto de investiga- cin es la definicién cultural y temporal de Cantona y el papel que dicha ciudad jugé en su regién geograica y en el resto del Altiplano Central y otras regiones adya- centes —valle poblano-tlaxcalteca, Sierra de Puebla, Golfo central—y los lugares mas distantes con los que tuvo contactos. La primera fase del Proyecto Arqueolégico Cantona, se centré en la realizacién del plano del sitio, la detini- ci6n cronolégica de su ocupacién y la habilitacién de una parte del asentamiento. Ubicacién geografica Cantona se ubica en la parte central norte de la Cuen- ca de Oriental; ocupa parte de los municipios de Tepe- yahualeo de Hidalgo —dos terceras partes del sitio—y ede Cuyuaco, en el estado de Puebla. Sus coordena- das geogréficas son: 19°32'10" a 19°96'44" de latitud norte, y de 97°28'15" a 97°31'57" de longitud oeste, con una altura sobre el nivel dal mar qua varia de los 2.475 ma los 2600 m. El asentamiento fue construido sobre un malpais, correspondiente a un derrame ba- saitico del Pleistoceno rodeado por depésitos aluviales (Reyes Cortés, 1979). Hacia el sureste del sitio se en- cuenta el certo Pizarro —la mayor eminencia regio- nal—con una altura de 3 100m; al suroeste inmediato, se yergue el Cerro de las Aguilas que alcanza escasos 2.740 msnm (Fig. 1). El érea norte de la Cuenca de Oriental, en la que se plantea llevar a cabo posteriormente un reconocimien- to. arqueolégico de superficie, se localiza entre las coor- denadas geograticas: 19°22'30" a 19°50'00" de latitud norte, y de los 97°16'00" a 97°44'00" de longitud oeste; su drea es de alrededor de 2 500 kms, en la que existen alturas que oscilan entre los 2 300 a 3 500 msn. Elclimaen la region es templado seco, Cwb deKoep- en, con una precipitacién de escasos 700 mm anua- 56 INVESTIGACION ARQUEOLOGICA EN CANTONA Figura 1. Ubicacién geogrifica de Cantona Jes (Garclaet al, 1975), una temperatura media anual de 16°C y la presencia de 20 a 40 dias con heladas (J4uregui, 1968). Esta regién presenta una vegetacion semidesértica en la mayor parte y con algunas coni- feras sobre los 2 500 msnm; se encuentran también afloramientos de obsidiana —como en Oyameles, Za- ragoza, C. Pizarro, C. Pinto, C. Derrumbadas y Pico de Orizaba—, abundantes rocas volcdnicas, aunque tam- bign algunas calizas de origen sedimentario y bancos de arcillas, Ademas estén presentes depésitos lacus- tres —de agua salada y de agua dulce—, asi como algunas corrientes de temporal, que drenan hacia la cuenca cerrada de Oriental (Jéuregui, op. cit; Reyes Cortés, op. cif) No debe olvidarse que las condiciones actuales de la Cuenca de Oriental no pueden generalizarse para el pasado. De acuerdo con investigaciones de carécter ambiental, se sabe que el clima existente en esta ro- gién ha sufrido cambios a través del tiempo, variacién climatica que tuvo sus efectos, desde luego, en el cam- bio de la cubierta vegetal y, por supuesto, en la fauna, ARQUEOLOGIA 15°1996 asi como en otras condiciones ambientales —agua, suelos, procesos erosivos, etcétera—, variaciones cli- maticas que permiten entender los diversos niveles de ocupacion humana y la distinta explotacién de los recursos de los diversos grupos humanos que la ha- bitaron, cambios en el paisaje natural que ayudan a en- tender en buena medida el comportamiento humano en la regi6n a través del tiempo (Lauer, 1979) Antecedentes de trabajos realizados en Cantona Cantona se conoce en a literatura, al parecer, al menos desde el siglo xvit. De acuerdo con Enrique Juan Pala- ios (1922), se alude a Cantona desde 1790 en las Ga- cetas de Alzate. Es, sin embargo, a Henri de Saussure (1858) a quien se ha considerado como su descubri- ‘dor, ya que él mismo indica que la encontré en 1855. Nicolas Leén (1903), a principios del presente siglo, pu- 87 1511996 ARQUEOLOGIA GARCIA / MERINO blica un texto, “Los monumentos arqueolégicos en Cantona”, en un semanario dela época. Enrique Juan Palacios (1922, 1923, 1999), quien mencioné lo de las Gacetas de Aizate, también escribe sobre Cantona y le otorga temporalidad, situéndola en el Preciasico (Arcaico). Miguel Sarmiento (1930, 1934, 1938 y 1938), en la década de los afios treinta, visité en diversas oca- siones la zona arqueolégica, elaboré un croquis con la ubicacién del sitio, tomé fotogratias, realiz6 diver- 08 informes para sus superiores y publicé una carta en un diario de Puebla. También, en los afios treinta, Paul Gendrop (1938) visité Cantona y entregé un infor- meal Departamento de Arqueologia. Ignacio Marquina, por su parte, incluyd a Cantona en elAtlas Arqueoligi- co de la Republica Mexicana de 1939. En 1954, Leonard Loreau escribe también sobre Cantona, y en 1958 Eduardo Noguera da, asimismo, su versién sobre esta zona arqueolégica, en un suple- mento del So! de Puebla. Con la creacién de! Instituto Poblano de Antropologia e Historia, en 1959, se dama- yor importancia institucional a Cantona de esta mane- ra.el profesor Fausto Marin Tamayo, primer director del \PaH, presenta un anteproyecto para explorar dicha zona arqueolégica, Aun cuando el proyecto no se rea- liz6, si desperté el interés de Luis Vazquez Rangel, se- undo director delirats, quien visité a zona en repetidas ocasiones, recolecté materiales de superficie y al pa- recer realizé algunas excavaciones. Vazquez Rangel (1961) incluy6 a Cantona en el Catdlogo de Sitios Ar queolégicos de! Estado de Puebla. También, en 1959, Eugenia Shepperd realizé un informe sobre Cantona, que entregé a la Direoci6n de Monumentos Prehispa- nicos, y Franz Termer publicé en 1965 su versién sobre dicha ciudad prehispanica (citado en Tschohl-Nickel, 1972). Peter Tschohl y Herbert Nickel, como parte de las investigaciones muttidisciplinarias llevadas a cabo por la Fundacién Alemana para la Investigacion Cientif- ca en la regién poblano-tlaxcalteca, realizaron un Ca- télogo Arqueolégico y Etnohistérico, y, en un primer volumen, publicado en 1972, incluyeron a Cantona, otorgando amplia informacién historiogréfica. En relacién con la Cuenca de Oriental y, ademas de los trabajos efectuados por Linné (1942), en la década de los setenta, se lleva a cabo un proyecto de investi- gacién arqueoldgica en dicha cuenca (Lorenzo, 197% Pérez, 1978, 1979 y 1980) e indirectamente se mencio- naa Cantona. Lo mismo sucede con los estudios reali- zados sobre geologia o sobre los lagos-crater de esta Cuenca de Oriental (Reyes, 1979; Gasca, 1962; Yahes- Garcfa, 1962; Ferriz, 1985; Moya, 1987). Recientemente, también se ha investigado en esta cuenca, dedicdndose sobre todo ala region de San Salvador el Seco (Guevara, 1990; Morlett et al., 1993) y, en particular, se realizé una, tesis de licenciatura en arqueologia con base en el sitio de Cuauhyehualuico, Puebla (Mora, 1991) Diana Lépez de Molina inicia en 1980 un proyecto de investigacién arqueolégica en esta zona, realizan- dose un vuelo especial para lograr fotografias aéreas, con escala 1:8000, del area basica del asentamiento de Cantona, y una restitucién fotogramétrica del sitio, escala 1:5000. Para el resto del érea, utiiz6 estereopares, con escala 1:50000. El proyecto durd tres afios con tres temporadas, durante las cuales so inicié el “mapeo” del sitio, se corroboré la restitucién directamente en el campo y se hicieron las rectificaciones y se refirieron Jos detalles correspondientes. Al mismo tiempo, se efec- tué un muestreo de materiales culturales presentes en la superficie del sitio. Seguin los informes, se logré el 180% del mapa, el cual no se ha publicado. Lépez de Molina realizé tres informes y publicé cua- tro articulos correspondientes a cada una de las tempo tadas (Lopez de Molina, 1980, 1981, 1982a, 1982b, 1983, 41984, 1986a, y 1986b), publicaciones que dieron a cono- cet croquis parciales del sitio, escasas fotogratias y al- ‘gunos comentarios sobre el asentamiento, que certifican yaclaran lo apuntado por otros autores que conocieron Cantona con anterioridad, y al parecer aceptando la pro- ‘puesta temporal, indicada por ellos, de que el sitio pue- Figura 2. Asentamiento de Cantona; croquis general. INVESTIGACION ARQUEOLOGICA EN CANTONA ARQUEOLOGIA 1541996 de ubicarse en el Precidsico superior y el Clasico tem- prano. Salvo lo mencionadio, se desconoce mayor infor- macién de los resultados de este proyecto. En febrero de 1993, se inicié el trabajo de campo del Proyecto Ar- queolégico Cantona (Garcia Cook, 1992; 19934, 1993b; 1994, 1994b, 1994c y 1994d). Los trabajos realizados en el sitio Los trabajos de campo se iniciaron con un recorrido preliminar general, con base en las fotogratias, en es- cala 1:8000 existentes. Este reconocimiento inicial, ademas de darnos una idea general del asentamien- toy de obtener materiales de todo el sitio, permitié, al mismo tiempo, la realizacin de un croquis preciso —con escala 1:8000— del area total que cubre este sitio (Fig. 2) Se obtuvieron 42 unidades de muestreo, en total, co- rrespondiendo 30 a la Unidad Sur, 7a la Unidad Central y5ala Unidad Norte. Seleccién de las unidades arquitecténicas a explorar Como era preciso iniciar los trabajos de exploracion, restauracién y Habilitacién de una parte del sitio, con el fin de que plidiese ser abierto para su visita publica, y ademés de que estas exploraciones permitieran contar conmateriales de contextos controlados e informacién sobre elementos arquitecténicos, sistemas constructi- vos, épocas de construccién y todo el ciimulo de infor- macion que las excavaciones nos podrlan arrojat, se decidié comenzar estos trabajos antes de haber con- cluido el recorrico arqueologico de superficie. Con base ‘en.el conocimiento del lugar, apoyado en un andlisis de las fotografias aéreas, se decidieron las unidades arqui- tecténicas a explorar y el circuito de la visita. Los traba- jos de exploracién de estas unidades dieron en marzo de 1998 con la Calzada 1 y concluyeron en agosto de 1994 (Figs. 3 y 4). Las unidades arquitectonicas programadas para su exploracién y habilitacién fueron: fa Calzada 1; el Pa- 59 1541996 Figura 4. Ubicacién de las estructuras arquitecténicas explo- radas y habiltadas. tio 2; el Patio 13; el Acceso Poniente; e! Conjunto del Juego de Pelota 5; el Conjunto de! Juego de Pelota 6; el Conjunto del Juego de Pelota 7; la Plaza Oriente; E Palacio; la Plaza Central o de la Fertilizacion de la Tie- tra; las Terrazas-habitaci6n; la Unidad 12 y la Calzada 2, conjuntos arquitecténicos que conforman una mues- tra representativa de las caracteristicas arquitecténicas més sobresalientes de esta ciudad (Figs. 5, 6,7 y 8). La exploracién de otras unidades, como el Conjun- to del Juego de Pelota 23, ol Juego de Pelota 22, e| Muro-Calzada, y una pequefia porcién del Foso, per- mmitirian una mejor comprensién de la complejidad ar- quitecténica de Cantona. Posteriormente se trabajé también la Calle 20 y buena parte de otra via de co- municacién —que permite también la circulacién de la visita en la actualidad— que es un apéndice o ra- mal de la Calzada 2. El planteamiento sobre la exploraci6n y habilitacién de trece unidades arquitectonicas se cumplié en un 95%, ya que falt6 explorar la pirdmide que cierra por el oriente al Conjunto del Juego de Pelota 5, la gran pird- ARQUEOLOGIA _ GARCIA / MERINO Figura 5. Cantona: vista parcial de las calzadas 1 y 2, Inicio en parte baja de! asentamiento. mide que forma parte —en su angulo SE— del Palacio y parte —la mitad oriente— de la pirémide que cierra por el este a la Plaza Oriente; en total se exploraron y habilitaron alrededor de nueve hectéreas, menos del 1% de la superficie total del asentamiento de Cantona. Exploracién y restauracion Generalidades. La arquitectura de Cantona es sui generis, diferente a lo conocido para Mesoamérica. Su sistema constructivo, sin el uso de cementante para amarrar las piedras, la hacen distinta a la gran mayo- Figura 6. Vista parcial de las calzadas 1 y 2. Unidad 12 a la Iequierda, Patio 2 y Muro-Calzada a la dereche. 60 INVESTIGACION ARQUEOLOGICA EN CANTONA _ARQUEOLOGIA 1551996 Se . ae See Figura 7. Vista parcial: primer plano interior, el acceso po- niente; parte central, conjunto de Juego de Pelota 5. Parte ‘superior izquierda, el conjunto de Juego de Pelota 6, y extre- ‘mo superior derecho, parte de los conjuntos de Juego de Pelota7 y 23. rfa de las zonas arqueol6gicas restauradas y abiertas ala visita piblica. Si bien es cierto que Cantona no es el Unico sitio del México antiguo en el que las cons- trucciones se realizaron colocando piedra sobre pie- dra, sin el uso de argamasa o cementante, si es de lla- mar la atencién y a la vez sorprender el hecho de que una ciudad tan grande —mas de 12 km?— haya sido Construida de esta manera; contiene ademés una serie de elementos arquitecténicos tan elaborados y comple- jos como sus innumerables calles elevadas, sus miit- yA OLY Vista parcial de la Gatzada 1. ples juegos de pelota —varios integran conjuntos ar- quitecténicos con un gran nimero de estructuras—, miles de residencias 0 de “patios-habitacionales”, pla- zas cerradas con grandes plataformas y piramides, en- tre otros (Fig. 9). Elasentamiento de Cantona utiliza y explota el medio en toda su extensién. La ciudad no sdlo se adapta a la topografia del terreno, sino que la aprovecha, la adapta asus necesidades, la integra a su traza ylautliza otrans- forma segiin su conveniencia. Resultado, una arquitec- tura muy original, con un gran juego de voldmenes y tuna asimetra total, asimetria buscada, planeada como tal, no resultado de la casualidad o de la falta de control en sus construcciones (Fig. 10). Del mismo modo, el hecho de que Cantona esté ubicada sobre un malpais le otorga caracteristicas par Figura 9. Vista de! conjunto del Juego de Pelota 7. Primer plano, izquierda, el recinto, en seguida la cancha, con sus tres marcadores centrales, y la pirémide que cierra el con- Junto, La Plaza |, al extremo superior derecho. ticulares y condiciones también especificas. La base ‘geomorfolégica en la que se encuentra el asentamien- to, un derrame basdltico —o basaitico andesitico— con vegetacién propia de un malpais: pastizales, palmas 0 yucas, matorral y coniferas, carece de suelos. Aun cuando la vegetacién est4 presente en el sitio desde hace algunos miles de afios, no ha logrado desarrollar abundante suelo y, por tanto, éste es muy delgado, donde se le encuentra, o ausente en buena parte del asentamiento, de acuerdo a la topogratia del terreno. Todo esto sirvid de limitante y otorgé caracteristicas especificas a las construcciones. 61 1511996 _ARQUEOLOGIA GARCIA / MERINO Figura 10. Paso de fa Plaza ila fa Plaza / del conjunto de Jue- go de Pelota 5. Se obsena la asimetria arquitect6nica, Las construcciones en Cantona: muros, muros de con- tencion —de terrazas y plataformas— y basamentos, tle- nen nlcleos muy poco compactados, ya que son realizados con bloques de piedra —grandes o media- ‘nos— y, aun cuando en muchas ocasiones son acom- pahadas de piedra més chica, sin embargo, carecen casi en su totalidad de tierra 0 de grava. Existen sus excep- ciones, sobre todo y al parecer en las estructuras arqui- tectonicas ‘mds importantes’, en las que se observa mayor ntimero de piedra chica, grava y tierra, y las pie- dras mayores —medianas y grandes— fueron mejor acomodadas, pero la gran mayoria del relleno de las estructuras esta mal hecho, con miltiples y grandes huecos entre las piedras que lo conforman y mal com- pactado. Todo esto se debe sefialar con el fin de que se entienda mejor la forma en que se realizaron los tra- bajos de restauracién y habilitacién en esta gran urbe prehispénica: Cantona. Asimismo, la forma de llevar a cabo las exploracio- nes de las estructuras arquitect6nicas dependié de las condiciones del asentamiento. Precisamente por la ausencia de sedimento, en su gran mayoria, si no es que ena totalidad, las estructuras eran visibles en su- perficie, situaci6n que facilit6 el acercamiento para la

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