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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO BOLÍVAR
ESCUELA CIENCIAS DE LA SALUD
“Dr. Francisco Battistini Casalta”
DEPARTAMENTO DE PUERICULTURA Y PEDIATRÍA

ESTUDIO CLÍNICO EPIDEMIOLÓGICO DE LAS COMPLICACIONES EN


PACIENTES PEDIÁTRICOS MENORES DE 5 AÑOS CON DIAGNÓSTICO DE
DESNUTRICIÓN. SERVICIO DE EMERGENCIA PEDIÁTRICA DEL
COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO “RUIZ Y PÁEZ”, ESTADO
BOLÍVAR, DURANTE EL PERIODO ENERO 2016 – ENERO 2019

Asesor (a): Anteproyecto presentado por:


Dra. Mónica Gómez Canache Molina, Gilda Elisa
C.I.: 19.910.858
Martínez Saldivia, Marilenny
C.I.: 20.936.025

Ciudad Bolívar, febrero de 2020


ÍNDICE

AGRADECIMIENTOS.......................................................................................................iii
DEDICATORIA...................................................................................................................vi
RESUMEN.........................................................................................................................viii
INTRODUCCIÓN................................................................................................................9
JUSTIFICACIÓN...............................................................................................................25
OBJETIVOS........................................................................................................................27
Objetivo General...............................................................................................................27
Objetivos Específicos........................................................................................................27
METODOLOGÍA...............................................................................................................28
Tipo de investigación........................................................................................................28
Universo............................................................................................................................28
Muestra..............................................................................................................................28
Criterios de inclusión.........................................................................................................28
Métodos e instrumentos.....................................................................................................28
Procedimientos..................................................................................................................29
Presentación de resultados.................................................................................................29
RESULTADOS....................................................................................................................30
Tabla 1...............................................................................................................................30
Tabla 2...............................................................................................................................33
Tabla 3...............................................................................................................................35
Tabla 4...............................................................................................................................36
Tabla 5...............................................................................................................................37
Tabla 6...............................................................................................................................38
Tabla 7...............................................................................................................................39
Tabla 8...............................................................................................................................40
DISCUSIÓN........................................................................................................................41
CONCLUSIONES...............................................................................................................45
RECOMENDACIONES.....................................................................................................46
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS..............................................................................47
ANEXOS
APÉNDICES
iii

AGRADECIMIENTOS

Primeramente al que se lleva todos los méritos, y al que merece toda la gloria y toda
la honra de mis logros, al Dios eterno que por medio de su hermosa palabra ha logrado
fortalecerme, dotarme de la sabiduría en abundancia, paciencia y ha estado conmigo a cada
instante; aferrándome a su palabra cuando dice; “…Esfuérzate y se valiente. No temas ni
desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por donde quiera que vayas”. Josué
1:9.

Gracias a mis padres por ser los principales promotores de mis sueños y
metas, que con su amor, apoyo incondicional, palabras de ánimos oportunas y respaldo
espiritual han sido el motor para avanzar cada día a lograr mis sueños. De igual manera,
agradezco a mis hermanos, sobrinos, tíos y el resto de mis familiares porque con su
confianza y apoyo también han formado parte de este logro.

Gracias a esos hermanos llamados amigos que nos regala Dios, dentro de las
cuales no puedo dejar de nombrar a las mejores; Flor González por su apoyo incondicional
y por demostrarme que la distancia no es obstáculos para formar parte importante de cada
logro, a Grecia Ramos por ser mi apoyo y guía siempre en esta hermosa carrera que
compartimos y a Marilenny Martínez por compartir juntas toda esta aventura.

Gracias a la tutora de tesis, la Dra. Mónica Gómez por aceptar trabajar junto
a nosotros en la realización de nuestro trabajo de grado, y con su dulce y paciente forma de
ser ha sido grato y agradable la culminación de este trabajo.

Gracias a todos y cada uno de los doctores que han formado parte de mi
formación académica y a la Universidad de Oriente, núcleo Bolívar, por ser la casa de
estudio en donde todos estos años he recibido la instrucción y formación necesaria para
lograr ser profesional de la salud.
Gilda Canache
iv

AGRADECIMIENTOS

A DIOS todopoderoso por darme salud, vida, constancia, perseverancia y guiarme e


iluminarme a escoger este mundo tan hermoso como es la carrera de Medicina.

A MIS PADRES José Ramón Martínez Ramos y Argelia María Saldivia de


Martínez por sembrar en mí los mejores valores, por ser mi guía fundamental, ser mi mejor
ejemplo a seguir, mi mayor inspiración, por siempre estar allí brindándome su apoyo
incondicional y dar lo mejor de ellos para que hoy esto fuese posible, gracias mami y papi
por todo su apoyo y por creer en mí.

A mis hermanos Josibel, Gustavo, Yesenia, José R que siempre han estado para
darme todo su apoyo y amor e impulsarme a ser mejor persona cada día, gracias hermanos
los amo.

A mis tíos Marleny, Saida y Domingo (papá negro) gracias tíos por estar siempre a
mi lado por sobre todas las cosas para brindarme su apoyo absoluto, por cada uno de sus
consejos, por guiarme como profesional de la salud y por todo su amor.

A mi amigo incondicional, el hermano que me regalo la vida Luis E Vásquez,


GRACIAS manito por tu gran apoyo, gracias por brindarme tu amistad sincera y enseñarme
que no importa la distancia cuando se trata de una amistad de verdad, gracias por cada uno
de tus consejos y palabras cada vez que las necesito, por estar siempre para guiarme y
apoyarme.

A dos personas muy especiales que también formaron parte de este largo camino,
gracias por cada uno de sus chistes, consejos, por cada una de sus palabras motivadoras y
su apoyo, cariño y amor, gracias por enseñarme que no se necesita ser de la misma sangre
para quererse como familia, gracias Sra. Beatriz G y Sr Simón Q.
v

A Gilda Canache por acompañarme a lo largo de esta carrera y ahora en nuestro


trabajo de grado. Lo estamos logrando Gil.

A mi tutora de tesis Dra. Mónica Gómez por su cariño, amabilidad, profesionalismo


y dedicación a quien debo agradecerle todo su apoyo y darle las gracias por permitirme
desarrollar este trabajo de investigación que sin su ayuda no lo hubiésemos podido lograr.

A Grecia Ramos por todo su apoyo y guiarme con cada una de sus herramientas
para llevar a cabo este trabajo.

A la Universidad de Oriente la casa más alta por acogerme a lo largo de este camino
y brindarme los mejores profesores y tutores cada uno con sus herramientas y
conocimientos necesarios y fundamentales para mi formación como Médico Cirujano.

A mis compañeros de estudios en general por ser un apoyo más, porque de una u
otra forma, también forman parte de todos mis conocimientos, enseñanzas adquiridas para
mi formación como profesional.

Marilenny Martínez
vi

DEDICATORIA

Este trabajo va dedicado principalmente a Dios porque gracias a Él todo es posible.

De igual forma, a mis padres por su constancia, apoyo, dedicación y sacrificio


durante todos estos años para lograr la culminación de esta hermosa carrera; y a mis
hermanos y demás familiares por su amor y apoyo.

Va dedicado a todo el personal de salud en formación y al que le pueda


servir de ayuda para motivos de estudio, investigación e información. Sabiendo que
esforzarse para llevar una nutrición adecuada, es la mejor inversión para tu cuerpo y mente
que puedes hacer.

Gilda Canache
vii

DEDICATORIA

Quiero dedicarle este trabajo primeramente a DIOS, la Virgen del Valle y Dr. José
Gregorio Hernández por guiarme y acompañarme a lo largo de mi carrera y por siempre
estar en cada una de las metas que me he propuesto.

A mi Abuelo Pablo Saldivia porque desde siempre creyó en mí, por ser mi ángel
guardián desde que no se encuentra en esta vida terrenal, este logro también es tuyo abuelo,
se lo orgulloso y feliz que debes sentirte ahora, seré tu Doctorcita, me encantaría ver esa
sonrisa en tu cara y lleno de orgullo decirme lo lograste mi cachetona, te amo, te extraño y
extraño esos abrazos apretados, gracias por todo tu amor y cariño abuelo.

A mis padres por ser mi pilar fundamental, por brindarme todo su amor, cariño y
comprensión, por enseñarme cada una las herramientas y valores necesarios al salir de casa
gracias mami y papi a ustedes les debo quien soy ahora, son mi gran orgullo y mi mayor
motivación, este logro es mas de ustedes que mío, sin ustedes no lo hubiese podido lograr
gracias mil gracias, los amo.

A mis hermanos Josibel y Gustavo por siempre estar a mi lado para apoyarme,
guiarme, motivarme, que al igual que mis padres son mi mayor motivación de seguir
adelante, sin ustedes este logro tampoco hubiese sido posible, los amo

A mis sobrinos Bárbara, Camila, Ahinara, Luisana y Maximiliano por ser esa carga
de energía, amor y cariño ustedes también forman parte de este logro mis chiquiticos, tía
los ama infinitamente.

A mi familia en general que de una u otra forma me apoyaron, me motivaron a


seguir adelante y contribuyeron para que este logro fuera posible, gracias familia en
especial a mis tíos Saida, Marleny y Domingo los amo.

Marilenny Martínez
viii

UNIVERSIDAD DE ORIENTE
NÚCLEO BOLÍVAR
ESCUELA CIENCIAS DE LA SALUD
“Dr. Francisco Battistini Casalta”
DEPARTAMENTO DE PUERICULTURA Y PEDIATRÍA

ESTUDIO CLÍNICO EPIDEMIOLÓGICO DE LAS COMPLICACIONES EN


PACIENTES PEDIÁTRICOS MENORES DE 5 AÑOS CON DIAGNÓSTICO DE
DESNUTRICIÓN. SERVICIO DE EMERGENCIA PEDIÁTRICA DEL
COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO “RUIZ Y PÁEZ”, ESTADO
BOLÍVAR, DURANTE EL PERIODO ENERO 2016 – ENERO 2019
Asesor (a): Dra. Mónica Gómez. Autores: Canache, G., Martínez,
M. Año 2020.

RESUMEN

Introducción: La desnutrición es un síndrome de origen dietético originado por un


deficiente consumo de nutrientes en relación con los requerimientos fisiológicos del
individuo. Se produce cuando la ingesta de energía es inferior al gasto energético total
durante un periodo de tiempo considerablemente prolongado, en especial en niños y
lactantes. Objetivo: Determinar la incidencia, diagnóstico y manejo de las complicaciones
de la desnutrición en pacientes menores de 5 años que ingresaron a la emergencia del
Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”, Ciudad Bolívar – Estado Bolívar,
durante el periodo Enero 2016 – Enero 2019. Metodología: Estudio retrospectivo, de
campo, descriptivo, de corte transversal. La muestra estuvo conformada por 330 pacientes
menores de 5 años con diagnóstico de desnutrición, que cumplieron los criterios de
inclusión. Resultados: De los 330 pacientes con desnutrición la edad más frecuente fue <5
meses con 46,1% (n=152), seguido por 1 año con 22,7% (n=75), ambos sexos obtuvieron
valores del 50% (n=165) cada uno. 51,2% (N=169) de los pacientes presentaron
Kwashiorkor, mientras que un 48,8% (N=161) Marasmo, siendo los sistemas más afectados
el gastrointestinal en un 30,8% y el hematológico con 18,0%. El 94,2% (n=311) recibió
tratamiento médico. El 37,3% (n=123) de los pacientes con Kwashiorkor recibió
hemoderivados. El 73,4% (N=242) tuvieron una estancia hospitalaria menor a 7 días.
Fallecieron el 30,0% (n=99), de los cuales el 19,4% (N=64) fueron con Kwashiorkor y el
10,6% (N=35) con Marasmo. Conclusiones: El tipo de desnutrición más frecuente fue
Kwashiorkor, sin predominio de sexo, en < 5 meses, afectando mayormente el sistema
gastrointestinal, ameritando uso de hemoderivados y estancia hospitalaria < 7 días,
falleciendo menos de la mitad.

Palabras clave: desnutrición, kwashiorkor, marasmo.


INTRODUCCIÓN

Los términos alimentación y nutrición describen dos procesos que, aunque están
íntimamente ligados, son diferentes. Los alimentos son sustancias que se ingieren para
subsistir. De ellos se obtienen todos los elementos químicos que componen el organismo,
excepto la parte de oxígeno que se toma de la respiración 1.

La alimentación es el conjunto de acciones que permiten introducir en el organismo


humano los alimentos, o fuentes de las materias primas que precisa obtener, para llevar a
cabo sus funciones vitales. La alimentación incluye varias etapas: selección, preparación e
ingestión de los alimentos. Consiste en un proceso voluntario 2.

La nutrición en cambio, es el conjunto de procesos por los cuales el organismo


digiere, absorbe, transforma, utiliza y excreta los nutrientes contenidos en los alimentos con
el fin de obtener energía, construir y reparar las estructuras corporales y regular los
procesos metabólicos. Es por tanto un proceso involuntario y automático 3.

El estado nutricional de una persona es la resultante del equilibrio entre la ingesta de


alimentos y sus requerimientos de nutrientes. A su vez, el aprovechamiento de los
nutrientes ingeridos depende de diversos factores como la combinación de alimentos o las
condiciones del sistema gastrointestinal que los recibe 4.

Los requerimientos de nutrientes dependen del estado fisiológico de la persona. Los


momentos de máxima demanda corresponden a aquellos de mayor reproducción celular, es
decir los periodos de rápido crecimiento como la gestación, los primeros años de vida y la
adolescencia 5. Las demandas de nutrientes tambien se incrementan durante etapas de
metabolismo acelerado, como por ejemplo durante las enfermedades agudas 6.
10

Lo anterior resulta útil para entender como aquellas sociedades incapaces de


asegurar un aporte suficiente de nutrientes para todos sus miembros y tienen una alta carga
de morbilidad; son justamente aquellas que tienen los mayores problemas de déficit
nutricional infantil 7.

La asimilación deficiente de alimentos (en cantidad y calidad) por el organismo,


conduce a un estado patológico de distintos grados de seriedad, de distintas manifestaciones
clínicas, que se llama desnutrición. Además, en la edad infantil, es el resultado de la falta de
una atención adecuada y la aparición de enfermedades infecciosas 8,9.

La desnutrición por tanto es un síndrome de origen dietético originado por un


deficiente consumo de nutrientes en relación con los requerimientos fisiológicos del
individuo. Se produce cuando la ingesta de energía es inferior al gasto energético total
durante un periodo de tiempo considerablemente prolongado, en especial en niños y
lactantes. Aunque a menudo desnutrición y malnutrición se emplean como sinónimos, los
conceptos son distintos. La malnutrición incluye todas las situaciones en que la nutrición es
anormal (por defecto o por exceso) con respecto a uno o varios nutrientes; sin embargo la
desnutrición indica un inadecuado aporte calórico, habitualmente asociado a un escaso
aporte proteico. La desnutrición suele ser mixta (calórico-proteica), pero excepcionalmente
afecta de modo preferente a uno de estos dos componentes 10.

Los factores, acontecimientos o características que pueden afectar en alguna medida


el estado nutricional se enmarcan en el análisis de diversas causas, en función de la
orientación de las intervenciones y en el análisis de la seguridad alimentaria y nutricional.
Es así como se obtiene una cadena de causas que ponen en evidencia aquellas que son
generalmente una insuficiencia cuantitativa y cualitativa de la ración alimentaria y de
enfermedad, la cual es principalmente de origen infeccioso y estos casos, a su vez, están
relacionados con otras causas 11.
11

La clasificación de estas cadenas de causas se puede agrupar en tres categorías,


inmediatas, subyacentes y básicas. Las causas inmediatas se encuentran en el nivel
individual y tienen dos dimensiones: la ingesta alimentaria y la presencia de enfermedades.
Las causas subyacentes operan a nivel familiar y comunitario. Comprenden tres categorías:
seguridad alimentaria de las familias, prácticas de cuidado materno-infantil y entorno
saludable y servicios de salud. Mientras que, las causas básicas incluyen una serie de
factores que operan a nivel estadal, nacional e internacional, desde la disponibilidad de
recursos naturales, a entornos socio-económicos y a contextos políticos 12.

Las consecuencias de la desnutrición son diferentes dependiendo de su causa. A


corto plazo, causa la pérdida de los depósitos energéticos y de masa muscular. En la
mayoría de los niños desnutridos se observa una disminución de la tasa metabólica
absoluta, de la actividad física y del gasto energético total. A largo plazo, la desnutrición en
la infancia también produce consecuencias sobre la regulación energética, especialmente el
retraso en el crecimiento en niños con desnutrición crónica 10.

La respuesta metabólica inicial es el descenso de la tasa metabólica. Para aportar


energía, en primer lugar el organismo degrada grasa parda. Sin embargo, más tarde, cuando
estos tejidos pierden sus reservas, el cuerpo puede usar proteínas para obtener energía, lo
que conduce a un balance negativo de nitrógeno. Se degradan las vísceras y los músculos, y
se pierde peso. Esta pérdida de peso de los órganos es más marcada en el hígado y el
intestino, en el corazón y los riñones, y menor en el sistema nervioso 13.

Se ha demostrado que el niño desnutrido es más susceptible a las infecciones. Éstas


constituyen uno de los factores que más contribuye a incrementar la morbilidad y
mortalidad cuando se asocia a la desnutrición protéico-calórica. Tal es el caso de la diarrea,
el sarampión y las enfermedades respiratorias. Por otro lado, la presencia de las infecciones
promueve el desarrollo de la desnutrición, lo que implica que por lo general ésta y las
infecciones aparecen juntas y se retroalimentan entre sí 14.
12

La desnutrición puede clasificarse de diferentes maneras. Según su causa, pueden


ser primarias debido a una subalimentación, sea debido a deficiencia en la calidad o
deficiencia en la cantidad de alimentos consumidos, secundarias cuando existe alguna
patología que altera la absorción intestinal, condiciona una pobre biodisponibilidad
alimentaria y un incremento en los requerimientos, y mixtas cuando hay la asociación de
los dos anteriores. Según el tiempo de evolución, son agudas cuando se afecta el peso y no
la talla y crónicas cuando existe compromiso sobre la talla y el peso 15.

La suma de signos clínicos específicos pueden encuadrar la desnutrición en tres


grandes grupos. Kwashiorkor o energético proteica, ocurre por la baja ingesta de proteínas,
sobre todo en pacientes que son alimentados con leche materna prolongadamente, o en
zonas endémicas donde los alimentos sean pobres en proteínas animales o vegetales.
Usualmente se presenta en pacientes de más de un año de edad, en particular aquellos que
han sido destetados de la leche materna tardíamente, la evolución es aguda 16.

Las manifestaciones clínicas son con una apariencia edematosa, el tejido muscular
es disminuido, pueden acompañarse de esteatosis hepática y hepatomegalia, lesiones
húmedas de la piel (dermatosis). El comportamiento del paciente es usualmente asténico.
Pueden cursar con alteraciones hidroelectrólicas caracterizadas por hipokalemia e
incremento del tercer espacio. Cursan con hipoalbuminemia e hipoproteinemia marcada.
Una vez que se inicia el tratamiento la respuesta es acelerada y satisfactoria. Las
complicaciones más asociadas son infecciones del aparato respiratorio y digestivo 17.

En la desnutrición marasmática o energético-calórica, los pacientes que la


presentan se encuentran más adaptados a la deprivación de nutrientes. Este fenómeno se
debe a que cuentan con niveles incrementados de cortisol, una reducción en la producción
de insulina y una síntesis de proteínas eficiente por el hígado a partir de las reservas
musculares. La evolución es crónica, se asocia a destete temprano. La apariencia clínica es
más bien de emaciación con disminución de todos los pliegues, de la masa muscular y
tejido adiposo; la talla y los segmentos corporales se verán comprometidos. La piel es seca,
13

plegadiza. El comportamiento de estos pacientes es con irritación y llanto persistente,


pueden presentar retraso marcado en el desarrollo. Las complicaciones más frecuentes son
las infecciones respiratorias, del tracto gastrointestinal, así como la deficiencia específica
de vitaminas. La recuperación, una vez iniciado el tratamiento, es prolongada 18.

Kwashiorkor-marasmático o mixta: Es la combinación de ambas entidades clínicas,


esto es, cuando un paciente presenta desnutrición de tipo marasmática que puede
agudizarse por algún proceso patológico (infecciones por ejemplo) que ocasionará
incremento del cortisol de tal magnitud que la movilización de proteínas sea insuficiente,
las reservas musculares se agoten y la síntesis proteica se interrumpa en el hígado
ocasionando hepatomegalia, aunado a una hipoalbunemia que disminuya la presión
oncótica desencadenando el edema. Esta es una forma muy severa de desnutrición aguda.
En algunos niños y niñas, predominan los signos del marasmo y en otros los signos del
kwashiorkor 17.

El marasmo difiere del kwashiorkor en varios aspectos. El niño marásmico está


consumido en vez de hinchado; su pelo es mate y seco pero no está decolorado; la piel es
delgada y rugosa y carece de elasticidad pero no se desprende. El niño no rechaza el
alimento ni muestra la misma apatía hostil que en el kwashiorkor. La demacración es tan
intensa que los ojos, de mirada fija, parecen enormes, y en ciertos casos puede haber rigidez
de las extremidades inferiores debida a espasmo muscular. No se sabe todavía porqué
aparece el marasmo en vez del kwashiorkor, aunque parece ser que en este último
interviene algún factor que desencadena una serie de alteraciones en las reacciones
químicas del organismo, tal vez en el complejo proceso de renovación constante de las
proteínas, fenómeno que provoca la aparición de los signos característicos 19.

El niño marásmico suele estar mucho menos expuesto al agotamiento proteínico, y


muere debido principalmente a que la diarrea y los vómitos, o las otras causas de su estado,
producen una gran deshidratación y tal desgaste de todos los tejidos, adiposo, muscular,
paredes intestinales, etc., que éstos son incapaces de seguir desempeñando sus diversas
14

funciones biológicas. Es, por desgracia, demasiado frecuente que los niños marásmicos
ingresen en el hospital en tan grave estado que no puede hacerse nada por salvarlos 19.

Se han encontrado diferentes patrones de metabolismo intermediario en ambos tipos


de desnutrición. En la fase aguda, hay regulación a la baja de la movilización de proteínas y
lípidos que es más marcado en el paciente con kwashiorkor. Además tienen menores
concentraciones intracelulares y tasa de síntesis de glutatión. Estas diferentes respuestas
metabólicas frente a la desnutrición severa podrían estar detrás de la habilidad del
marasmático para sostener el metabolismo de aminoácidos y lípidos durante los periodos de
baja ingesta, mientras que en el niño con kwashiorkor, la mayor supresión del
desdoblamiento de proteínas genera escasez de aminoácidos esenciales y condicionalmente
esenciales, y estas deficiencias podrían afectar el metabolismo proteico, mientras la menor
disponibilidad de lípidos altera el metabolismo energético 20.

Los pacientes marasmáticos se han definido como metabólicamente “ahorradores”


mientras que los pacientes con kwashiorkor funcionan metabólicamente más libres. Todo
esto ha llevado a la hipótesis de que presentan respuestas diferentes frente al mismo insulto
nutricional en base a unas diferencias metabólicas pre existentes 20.

Estas diferencias metabólicas pueden derivarse de la exposición in útero, que induce


al desarrollo de respuestas plásticas que adaptan el metabolismo del feto a un ambiente
posnatal anticipado. Un ambiente prenatal limitante se traduciría en menor peso al nacer.
Un estudio realizado, a partir de este modelo, genera la hipótesis de que los niños de menor
peso al nacer poseen un fenotipo metabólico que, tras la exposición a la desnutrición
severa, desarrollarán más probablemente marasmo, mientras que los de mayor peso al nacer
desarrollarían kwashiorkor, y así lo encontraron al revisar el peso al nacer de niños con
kwashiorkor y marasmo encontrando una diferencia estadísticamente significativa 21.
15

Históricamente, el kwashiorkor era el resultado de una deficiencia en la ingesta de


proteínas en la dieta y por lo tanto presencia de hipoalbuminemia. Sin embargo, los datos
clínicos no soportan esto dado que no hay evidencia de que los niños con kwashiorkor
ingieran en promedio menos proteína que los niños con marasmo; el edema mejora mucho
antes que los cambios en los niveles de albumina sérica y los niños con kwashiorkor
pueden perder su edema recibiendo dietas terapéuticas muy bajas en proteína. Aunque está
claro que kwashiorkor se relaciona con una mala dieta, los factores determinantes más
sobresalientes de esa relación siguen siendo un enigma 22.

Para realizar el diagnóstico de desnutrición severa, la Organización Mundial de la


Salud (OMS) define malnutrición aguda severa como una circunferencia superior del brazo
< 11.5 cm, un puntaje z de peso para la talla (P/T) < -3 o la presencia de edema bilateral. En
ausencia de evaluación antropométrica, también puede diagnosticarse por la presencia de
emaciación severa visible, definida como la presencia de emaciación muscular en la región
glútea, perdida de la grasa subcutánea o prominencia de las estructuras óseas
particularmente en el tórax 21.

Los estándares de crecimiento representan la distribución de una medida


antropométrica en una población y reflejan su estado de nutrición. Constituyen una
herramienta muy útil para el seguimiento longitudinal de niños y permiten detectar
individuos y/o grupos de riesgo nutricional. Como patrón internacional, se dispone de la
versión 2000 del CDC (Center for Disease Control) de niños norteamericanos. En Europa
se ha elaborado un patrón multicéntrico pero solo para niños de 0-5 años (Euro-Growth
2000). Recientemente la OMS ha desarrollado y propuesto unos nuevos patrones de
referencia internacional que incluyen las medidas de peso, longitud/estatura, perímetro
craneal, perímetro del brazo y pliegues tricipital y subescapular y los cálculos de la relación
peso/talla y del índice de masa corporal (IMC). Incluyen datos de niños de 0-5 años
alimentados con lactancia materna, procedentes de diversos países del mundo. Los datos se
presentan en tablas o en gráficos tanto de percentiles como de puntuaciones Z 23.
16

Los examenes de laboratorio tienen una utilidad limitada para el diagnóstico o


evaluación de la malnutrición. Se utilizan algunas pruebas bioquímicas que dan resultados
diferentes en los niños con kwashiorkor y con marasmo nutricional o en los que tienen
malnutrición moderada. En el kwashiorkor hay una reducción en las proteínas totales del
suero y sobre todo de la fracción albúmina. En el marasmo nutricional la reducción es en
general mucho menos marcada. A menudo, debido a las infecciones, la globulina sérica es
normal o incluso elevada. La albúmina sérica cae a niveles bajos o muy bajos tan sólo en el
kwashiorkor clínicamente evidente. Los niveles de albúmina sérica no son útiles para
predecir el desarrollo inminete de kwashiorkor en casos moderados de malnutrición. Sin
embargo, cuanto más grave sea el kwashiorkor, la albúmina sérica será más baja, pero los
niveles de albúmina sérica no son utiles para evaluar la malnutrición menos grave 24.

Varios años atrás, el manejo de la desnutrición aguda severa se realizaba


principalmente a nivel intrahospitalario, en centros de atención con servicio de pediatría o
en centros de alimentación terapéutica, siguiendo el protocolo de manejo de la OMS de
1999. Sin embargo, los niños y niñas con desnutrición aguda sin complicaciones médicas
pueden recibir el tratamiento médico y nutricional en su hogar, evitando así costos sociales
y económicos, y riesgos del manejo intrahospitalario. La evidencia muestra que alrededor
del 80% de los niños con desnutrición aguda se pueden tratar en el hogar. El manejo
intrahospitalario de la desnutrición aguda continúa siendo indicado cuando existen
complicaciones o patologías agregadas que requieren manejo especializado 25.

A pesar de ello, la OMS establece que asignar a un niño con desnutrición aguda
severa a recibir tratamiento hospitalario deberá basarse fundamentalmente en el estado
clínico, incluido el apetito, pero también en las circunstancias sociales, por ejemplo, en la
existencia de una discapacidad o de otras condiciones que pudieran dificultar el
tratamiento, tales como problemas importantes de carácter social o de acceso a la atención
26
.
17

Los niños con desnutrición aguda severa hospitalizados podrán ser transferidos a la
atención ambulatoria cuando las complicaciones médicas, entre ellas el edema, se estén
resolviendo y el niño tenga buen apetito y esté clínicamente bien y alerta. La decisión de
trasladar a los niños de la atención hospitalaria a la ambulatoria deberá basarse en el estado
clínico, y no en datos antropométricos concretos tales como un perímetro braquial o un
peso para la talla (en decúbito o bipedestación) determinado 26.

La atención hospitalaria habitual de la desnutrición aguda severa comprende dos


fases: la estabilización inicial, durante la cual se tratan las complicaciones potencialmente
mortales, y la rehabilitación nutricional, durantela cual se recupera el crecimiento 26.

Como las principales causas de muerte son la deshidratación, alteraciones


electrolíticas, hipoglicemia e infecciones, el tratamiento debe empezar con la corrección de
estas. La sepsis se presenta en el 15-60% de los niños con malnutrición severa complicada,
por lo tanto es necesario iniciar antibióticos de amplio espectro. Los pacientes tienen alto
riesgo de desarrollar choque como resultado de su compromiso cardiaco, alteración de la
integridad capilar por la sepsis o por perdida de líquidos por diarrea. Debe realizarse un
monitoreo frecuente y un manejo oportuno 21.

Estos pacientes generalmente tienen niveles bajos de hemoglobina (6-10 g/dl),


aunque rara vez tienen perdida aguda de sangre. La transfusión puede empeorar la falla
cardiaca y se ha identificado como un factor de riesgo para muerte. La OMS recomienda
transfundir solo si la hemoglobina es < 4 g/dl. Debe administrarse suplementos de
vitaminas A, D, ácido fólico y algunas del complejo B 21.

En cuanto a la rehabilitación nutricional, la OMS en el año 2000 definió las


orientaciones para el manejo hospitalario de estos niños, las cuales periódicamente han sido
actualizadas. Se basa en recomendar formulas especiales (F-75/F-100) y en el manejo de
dos fases durante el tratamiento 21.
18

En la fase de estabilización se administra como alimentación terapéutica la F-75, un


preparado lácteo con un bajo contenido en proteínas. En la fase de rehabilitación se
recomienda administrar la F-100, preparado lácteo con un mayor contenido proteínico y
calórico. La OMS recomienda pasar de la F-75 a la F-100 una vez que el tratamiento de la
sepsis y los trastornos metabólicos esté haciendo efecto, lo cual suele venir indicado por
una recuperación del apetito. La transición a la administración de F-100 en la fase de
rehabilitación debe ser gradual: se sustituye la F-75 por un volumen igual de F-100 durante
2 días aproximadamente y luego se le va ofreciendo al niño una cantidad de alimento
terapéutico cada vez mayor. El aporte calórico recomendado durante este periodo es de
entre 100 y 135 kcal/kg/día 26.

Los niños hospitalizados que presenten una desnutrición aguda severa con
complicaciones y estén aumentando de peso rápidamente con la F-100 pasarán a tomar
alimentos terapéuticos listos para el consumo y se los observará para comprobar que
aceptan esta alimentación antes de transferirlos a un programa de atención ambulatoria 26.

En la transición del siglo XX al XXI, la desnutrición infantil se ha constituido en


uno de los problemas más importantes de los países no industrializados. No existen cifras
exactas sobre su prevalencia en el mundo, y es incluso difícil hacer cálculos rigurosos al
respecto, pues dependen tanto de las definiciones como de las metodologías usadas para su
estudio 27.

Se estima que 178 millones de niños menores de cinco años en el mundo sufren de
desnutrición crónica (baja talla para la edad), la cual es responsable de 35% (3.5 millones)
de muertes en este grupo de edad. La desnutrición ocurre durante la gestación y los
primeros dos años de vida y tiene efectos adversos sobre la salud y el desarrollo de
capacidades 28.
19

Según datos suministrados por diversos organismos internacionales como la


Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), se estima
que un total de 780 millones de niños menores de 15 años para el año 1993 en el mundo
presentan desnutrición crónica. Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL) para el año 2003, en un capítulo especial dedicado al tema del hambre
realizado en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU,
sostiene que el 11% de la población latinoamericana está subnutrida, casi un 9% de la
población infantil menor de 5 años sufre desnutrición aguda (bajo peso) y un 19,4%,
desnutrición crónica (baja talla) respecto a la edad 29.

La malnutrición aguda grave afecta a más de 17 millones de niños y niñas en todo el


mundo. A pesar de los notables progresos alcanzados en los últimos años, en 2013
aproximadamente 2,9 millones de niños de 65 países tuvieron acceso a tratamiento, cifra
que representa tan sólo el 17% de los niños del mundo que lo necesita 30.

Se calcula que en 2013 fueron admitidos a tratamiento por malnutrición aguda grave
9 millones de niños y niñas en todo el mundo. Esta cifra representa un avance importante si
se compara con la cifra de poco más de un millón de niños admitidos en 2009 (Sección de
Nutrición de UNICEF, 2013). Sin embargo, resulta claramente insuficiente si se compara
con la carga mundial de 17 millones de niños y niñas que padecen malnutrición aguda
grave (UNICEF, OMS, Banco Mundial, 2014). Los niños que sufren malnutrición aguda
grave tienen nueve veces más probabilidades de morir que los que están bien alimentados
30
.

El hambre y la desnutrición afectan a cerca de 53 millones (10%) de personas de


América Latina y el Caribe. Casi 9 millones (16%) de niñas y niños menores de cinco años
padecen desnutrición crónica o retardo en talla. De los países de la región, Guatemala era el
país que registraba la más alta prevalencia de niños con desnutrición crónica (49%),
seguido de Honduras (29%) y Bolivia (27%). Brasil y México concentraban más del 40 por
ciento del total de casos de baja talla para la edad por su elevada densidad demográfica,
20

aunque no tenían prevalencias tan elevadas (11% y 18% respectivamente), según datos
suministrados en 2013 por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) 31.

Además de los 9 millones de niños desnutridos, se estima que hay 9 millones


adicionales que están en riesgo de desnutrirse o que en la actualidad presentan algún grado
leve de desnutrición, haciendo un total aproximado de 18 millones de niñas y niños que
necesitan atención inmediata preventiva para evitar un mayor deterioro en su estado
nutricional. De este total, aproximadamente 13 millones tienen menos de 3 años de edad,
etapa crucial para intervenir y evitar daños irreversibles por el resto de sus vidas 31.

Según UNICEF, un número en aumento de niños en Venezuela está sufriendo de


desnutrición como consecuencia de la prolongada crisis económica que afecta al país. Si
bien no se dispone de cifras precisas debido a la data oficial limitada de salud y nutrición,
hay claros indicios de que la crisis está limitando el acceso de los niños a servicios de salud
de calidad, medicamentos y alimentos 32.

Las últimas cifras oficiales publicadas por el Instituto Nacional de Nutrición en


2009 situaron la desnutrición aguda (relación bajo peso / talla) en niños menores de cinco
años en 3,2%. Sin embargo, estudios no oficiales más recientes señalan tasas
significativamente mayores de desnutrición aguda en los niños. El Informe Global de
Nutrición 2016 estimó una prevalencia de 4,1% de desnutrición aguda, mientras que El
Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2017 sugirió que la
subalimentación (una medida del hambre que indica la proporción de población con un
consumo de energía inadecuado) en Venezuela aumentó de 10,5% a 13% entre 2004-2006
y 2014-2016 32.

El informe trimestral de Cáritas de agosto de 2017 mostró que el 15,5% de los niños
de las comunidades evaluadas tenía algún nivel de desnutrición aguda (en comparación con
el 11,1% en el trimestre anterior), mientras que un 20% de los niños estaban en riesgo de
21

desnutrición. Los resultados recientes de estas evaluaciones, si bien no son representativas


de la mayor parte de la población, son un indicativo del continuo deterioro en el estado
nutricional de la niñez en Venezuela 32.

En algunos estudios de la Fundación Bengoa en distintas localidades de Venezuela


se observa que la desnutrición en sus formas moderada y severa ha venido en ascenso. En
241 niños de 3 a 5 años en tres escuelas en las ciudades de Maracaibo, Mérida y Caracas en
zonas periurbanas, de niveles socioeconómicos bajos en 2017 el porcentaje de niños con
talla adecuada para su edades fue de 72,2%, la prevalencia de retraso de crecimiento
moderado y severo (talla baja y talla muy baja) de 11,7% y en riesgo se observa 14,9%. El
retraso afecta a 12 niños de cada 100, los cuales tienen alterado su crecimiento físico y lo
más grave, es que puede existir un compromiso importante en su desarrollo intelectual. La
situación de vulnerabilidad se complica al observar que 15 de cada 100 niños se encuentran
en situación de riesgo de talla baja. Igualmente el deterioro nutricional se expresa en el
porcentaje de niños desnutridos agudos (indicador peso-talla), emaciados y emaciados
severos que alcanza 12,2% , en riesgo 29,0%, peso adecuado 54,8% y sobrepeso 0,4% 33.

Un estudio realizado en hogares indígenas del Perú, donde buscaban determinar la


prevalencia de desnutrición crónica y anemia en niños menores de 5 años, se encontró que
la desnutrición afectó al 43,0% y la anemia al 43,5% de los niños. No existió una
asociación estadísticamente significativa entre desnutrición crónica con el sexo ni edad del
niño, ni entre la anemia y sexo del niño. Sin embargo, sí se encontró asociación entre la
edad del menor y la anemia (p <0,001) 34.

Otro estudio realizado también en Perú, a través de un análisis descriptivo espacial


por regiones y un análisis espacial distrital a partir de los indicadores reportados por el
Sistema de Información del Estado Nutricional, determinó que el 23,9% de menores de
cinco años evaluados en Perú durante el 2010 y el 18,0% de evaluados en 2016 presentaron
desnutrición crónica (reducción de 5,9 puntos porcentuales). Se identificó una reducción de
22

7,6 puntos porcentuales en el área rural y la persistencia de prevalencias por encima de 30%
en una sola región (Huancavelica) 35.

Una investigación realizada en el departamento de Antioquia, Colombia arrojó un


riesgo de malnutrición por déficit del 7,6% en menores de 17 años; y según el IMC del
17,7%. La malnutrición fue más prevalente en los niños de sexo masculino menores de 17
años, con asiento en la zona urbana, alimentación insana cuya familia tenía ingresos por
debajo de salario mínimo legal vigente para el año 2014 36.

Asímismo, en Córdoba (Colombia) determinaron el estado nutricional de la


población infantil de 6 meses a 5 años de un municipio, encontrando que el sexo
predominante fue el masculino con un total de 276 niños (52 %) frente a 257 niñas (48 %).
Toda la muestra objeto del estudio pertenecía al régimen subsidiado, es decir, de bajos
recursos. Según los resultados antropométricos, solo el 1,5% de las niñas y el 1% de los
niños presentaban desnutrición aguda moderada. Además, el 69 % del total de la muestra
presentó una alta prevalencia de anemia en todas sus clasificaciones (leve, moderada,
severa) 37.

Otros estudios realizados en indígenas y no indígenas menores de 5 años de zonas


rurales en Paraguay, ponen de manifiesto que la prevalencia de desnutrición global fue del
2,4 % y 2,6 %, riesgo de desnutrición 22% y 5,1%, desnutrición crónica 35,9% y 12,8%,
sobrepeso 28,9% y 12,9%, respectivamente. Se observó un consumo frecuente de frutas en
ambas poblaciones, seguida del consumo de proteína vegetal en población indígena y de
proteína animal en los no indígenas. El 69,2% de los niños indígenas y el 3,7% de los niños
no indígenas vivían en la pobreza extrema. Los principales problemas nutricionales
encontrados fueron la desnutrición crónica, el riesgo de desnutrición y el sobrepeso. Los
niños más fuertemente afectados son los indígenas, que sobreviven en difíciles condiciones
socioeconómicas 38.
23

En otro estudio se pudo arribar a una estimación de los trastornos de la nutrición


frecuentemente observados y las patologías asociadas durante diez años a nivel de la
consulta de nutrición pediátrica del Hospital Jorge Lizarraga en Valencia, Venezuela.
Encontrando que la frecuencia del diagnóstico de desnutrición resultó significativamente
mayor 75,68% (p<0,01). El grupo de edad de los lactantes fue el más afectado. La
desnutrición actual leve, subclínica y la forma crónica compensada se presentan con
frecuencias significativamente mayores (p<0,01). La desnutrición primaria se observó en
74,1% de los casos y la secundaria en 25,90% 39.

A su vez, el estudio citado anteriormente detalla que dentro de las patologías


asociadas, la disfunción tubular renal representó 33%. Los trastornos neurológicos y los
síndromes polimalformativos 16,45%. Las Cardiopatías Congénitas, Enfermedades
Metabólicas, Hematológicas y Endocrinológicas ocuparon el tercer lugar 13,92%. 21
pacientes presentaron trastornos gastrointestinales (13,3%). La patología respiratoria 8,9%.
La patología quirúrgica y las enfermedades infecciosas 7% 39.

Así mismo, se llevó a cabo una investigación en el servicio de Pediatría del Hospital
Universitario Dr. Ángel Larralde del Estado Carabobo, Venezuela, para evaluar el estado
de desnutrición de los pacientes, encontrando como resultados que de 580 pacientes, 61
resultaron desnutridos. Se registró una edad promedio de 4,69±0,47 años, predominaron los
lactantes con 42,62% masculinos 55,74%, el estrato socioeconómico IV (pobreza relativa)
con 68,85%. El motivo de ingreso más común fueron las patologías respiratorias. La
desnutrición predominante fue la moderada 63,93% en su mayoría del estrato IV 40.

Cada año, la desnutrición causa la muerte de tres a cinco millones de niños menores
de 5 años. Las imágenes de niños hambrientos en contextos de emergencia son ya parte de
la conciencia pública, pero la realidad es que la inmensa mayoría de los pequeños que
sufren desnutrición lo hacen en silencio, muy lejos de los ojos del resto del mundo 41.
24

Las dietas carenciales suponen un problema cotidiano para millones de niños. Los
signos de la desnutrición son tan comunes (un niño de poca estatura o un niño que ha
perdido un peso considerable) que no se ven como una enfermedad o un sufrimiento pero lo
son. Cuando la dieta de un niño no ofrece todos los nutrientes que su cuerpo necesita para
mantener su funcionamiento normal, no sólo merma su crecimiento sino que aumenta su
vulnerabilidad ante enfermedades comunes. Por esta razón, un simple resfriado o una
diarrea aguda pueden acabar con la vida de un niño desnutrido 41.

En virtud de todo lo expuesto anteriormente y considerando las repercusiones


negativas para los niños afectados, se plantea la realización de esta investigación que
propone determinar la incidencia, diagnóstico y manejo de las complicaciones de la
desnutrición en pacientes menores de 5 años, con el fin de que se generen intervenciones
oportunas y eficaces en los distintos niveles de atención y continuar aportando datos a esta
línea de investigación.
25

JUSTIFICACIÓN

Los niveles de nutrición no son solo un resultado del desarrollo social y económico
en general, sino que también son un aspecto esencial que afecta a la salud, la productividad
y el bienestar general. Las personas que están desnutridas tienen menos defensas ante las
enfermedades, enferman más fácilmente y con mayor frecuencia y son menos capaces de
recuperarse rápidamente y completamente de la enfermedad 42.

La desnutrición y las carencias de micronutrientes pueden ser particularmente


perjudiciales para los niños, dejándolos vulnerables ante las enfermedades infecciosas y, en
última instancia, causando trastornos físicos y cognitivos. La desnutrición crónica puede
causar retraso en el crecimiento (altura baja para la edad) y emaciación (peso bajo para la
altura). Las dietas que no aportan suficientes micronutrientes pueden conducir a
enfermedades graves, incluyendo anemia, retraso mental y ceguera permanente. Tanto la
desnutrición como las deficiencias de micronutrientes pueden afectar al funcionamiento
cognitivo de los niños, impidiéndoles alcanzar su pleno potencial en la escuela, afectando
por tanto a sus futuras oportunidades de empleo e ingresos y perpetuando así el ciclo de la
pobreza 42.

La desnutrición infantil sigue siendo una realidad, que erosiona la capacidad de


crecimiento, aprendizaje, y desarrollo de las nuevas generaciones. Además de las
consecuencias físicas, la desnutrición implica consecuencias económicas para los países
afectados. Convirtiéndose en una pesada hipoteca de futuro, así, los desnutridos de hoy
serán los pobres de mañana 43.

En lo económico, el coste de la desnutrición y las deficiencias de micronutrientes se


estima entre el 2 y el 3% del PIB mundial debido a su impacto en el desarrollo humano, la
productividad y el crecimiento económico. La desnutrición es también una de las
principales vías por las que la pobreza se perpetúa de generación en generación 42.
26

Por todo esto, el presente estudio es relevante debido a que se determinará la


incidencia, diagnóstico y manejo de las complicaciones de la desnutrición en pacientes
menores de 5 años que ingresaron a la emergencia del Complejo Hospitalario Universitario
“Ruiz y Páez”, durante el periodo Enero 2016 – Enero 2019. La información que se
recolectará en este estudio permitirá a futuro utilizarse como herramienta para el diseño de
estrategias de solución en servicios de salud, además la realización de esta investigación
podrá contribuir a largo plazo en la disminución de la desnutrición infantil en Venezuela.
27

OBJETIVOS

Objetivo General

Determinar frecuencia, clínica y manejo de las complicaciones de la desnutrición en


pacientes menores de 5 años. Servicio de emergencia del Complejo Hospitalario
Universitario “Ruiz y Páez”, Estado Bolívar, durante el periodo Enero 2016 – Enero 2019.

Objetivos Específicos

1. Determinar la edad y sexo de los pacientes.


2. Clasificar a los pacientes según el tipo de desnutrición.
3. Especificar el tipo de desnutrición severa según su forma clínica.
4. Determinar los sistemas más afectados.
5. Distribuir los pacientes según la edad y tipo de desnutrición severa.
6. Correlacionar el tratamiento aplicado con la evolución del paciente.
7. Determinar la frecuencia del uso de hemoderivados en pacientes desnutridos
severos con anemia.
8. Relacionar el tipo de desnutrición severa con la estancia hospitalaria.
9. Relacionar la mortalidad con el tipo de desnutrición severa.
28

METODOLOGÍA

Tipo de investigación

Estudio retrospectivo, de campo, descriptivo, de corte transversal.

Universo

El universo estuvo representado por la totalidad de pacientes pediátricos que


ingresaron a la emergencia del Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”, Ciudad
Bolívar – Estado Bolívar, durante el periodo Enero 2016 – Enero 2019.

Muestra

La muestra estuvo conformada por todos los pacientes con diagnóstico de


desnutrición (N=355) que ingresaron a la emergencia del Complejo Hospitalario
Universitario “Ruiz y Páez”, durante el período de tiempo del estudio, que cumplieron con
los criterios de inclusión de esta investigación.

Criterios de inclusión

 Pacientes con diagnóstico de desnutrición.


 Pacientes menores de 5 años de edad.
 Pacientes que ingresaron a la emergencia en el periodo comprendido entre Enero
2016 – Enero 2019.

Métodos e instrumentos
29

Para el cumplimiento de los objetivos planteados se revisaron las historias clínicas


de los casos y se llenaron las fichas para la recolección de la información. En la ficha se
registraron el número de historia, nombre y apellido, sexo, edad, peso, talla, tipo de
desnutrición, complicaciones asociadas, tratamiento usado, evolución, uso de
hemoderivados, estancia hospitalaria y si hubo muerte o no del paciente (Apéndice A).

Una vez obtenidos la edad, el peso y la talla, dichos datos fueron llevados a las
tablas (peso/talla, peso/edad, talla/edad) de percentiles de la Fundación Centro de Estudios
Sobre Crecimiento y Desarrollo de la Población Venezolana (FUNDACREDESA). De esta
manera se determinó en qué rango de desnutrición se encontraban los niños según el
percentil en que se ubicaron (ANEXO 1).
- Desnutrición leve (entre el percentil menos 3 y el percentil 3).
- Desnutrición moderada (entre el percentil menos 4 y el percentil menos 3).
- Desnutrición severa (por debajo del percentil menos 4).

Procedimientos

Se elaboró una carta dirigida a la coordinadora del departamento de Registro y


Estadísticas de Salud del Complejo Hospitalario Universitario Ruiz y Páez (Apéndice B), a
fin de solicitar la autorización y colaboración para la realización del trabajo de
investigación. Por último, bajo la asesoría de un experto estadístico se procesaran los datos
obtenidos.

Presentación de resultados

Los datos fueron procesados con estadística descriptiva y se presentaron en tablas


de frecuencia simple de una y doble entrada (con números y porcentaje). Para el análisis
estadístico se utilizó el test exacto de Fisher y el paquete estadístico SPSS para Windows,
Versión 22.0.
30

RESULTADOS

En la muestra de 355 pacientes desnutridos se encontró que, el sexo predominante fue


el femenino con 51,3% (N=182) con respecto al masculino con 48,7% (N=173). Respecto
al grupo etario, el 63,9% (N=227) del total se encontró en < 1 año, seguido por 1 a 2 años
con 27,3% (N=97), el intervalo entre 3 a 4 años con 6,2% (N=22) y los de 5 años con 2,6%
(N=9). Para el primer grupo de edad, se evidenció que el sexo predominante fue el
femenino, con valores de 32,4% (N=115); en el segundo grupo etario se observó el mismo
fenómeno anterior; mientras que, por el contrario en el tercer grupo etario se evidencia que
predomina el sexo masculino con 3,4% (N=12) (Tabla 1).

Del total de la muestra de pacientes desnutridos, el 50,1% (N=178) cursaron con


desnutrición severa, el 27,9% (N=99) con moderada y el 22% (N=78) con leve. Según la
relación peso/edad, la mayoría de los pacientes, el 29% (N=103) presentó desnutrición
severa, el mismo fenómeno ocurre para la relación peso/talla y talla/edad (Tabla 2).

Del total de pacientes con desnutrición severa, el 69,1% (N=123) presentó, según su
forma clínica, un diagnóstico de desnutrición tipo Kwashiorkor, mientras que un 30,9%
(N=55) tipo Marasmo (Tabla 3).

Además, se evidenció que varios de los pacientes desnutridos severos presentaron


más de un sistema afectado, encontrándose así un total de 375 afecciones. El sistema más
afectado fue el gastrointestinal con un 30% (N=112), seguido por el sistema renal con un
23,7% (N=89), y en tercer y cuarto lugar el sistema hematológico y piel con 19,7% (N=74)
y 14,9% (N=56), respectivamente (Tabla 4).

En los pacientes desnutridos severos <1 año de edad, la desnutrición tipo


Kwashiorkor prevaleció por encima de la Marasmática, con valores 43,8% (N=78) y 23,1%
(N=41), respectivamente, este mismo fenómeno se repite en todos los grupos etarios.
(Tabla 5).
31

Se evidenció que a un 93,3% (N=166) de los pacientes se les aplicó tratamiento


médico a base de antibióticos, principalmente metronidazol, amikacina y cefalosporinas, en
comparación con un 6,7% (N=12) que se les aplicó tratamiento sintomático. Por otra parte,
se encontró que un 69,7% (N=124) de los pacientes tuvieron una evolución clínica
satisfactoria. Al correlacionar las variables encontramos que, los pacientes en tratamiento
con antibióticos obtuvieron una evolución satisfactoria en un 64,1% (N=114) y no
satisfactoria en un 29,2% (N=52). Aquellos pacientes tratados sintomáticamente
evolucionaron de manera satisfactoria en un 5,6% (N=10) (Tabla 6).

Del total de los pacientes con desnutrición severa, un 68% (N=121) ameritó el uso
de hemoderivados. Relacionando las variables se encontró que, los pacientes con
Kwashiorkor ameritaron más el uso de hemoderivados que los pacientes con Marasmo, con
51,1% (N=91) y 16,9% (N=30), respectivamente (Tabla 7).

Respecto a la estancia hospitalaria, el 68% (N=121) de los pacientes tuvieron una


estancia menor a 7 días, el 18% (N=32) entre 8 y 14 días, y apenas un 6,7% (N=12) entre
15 y 21 días. Para el primer intervalo de tiempo antes señalado, se evidenció que
predominó Kwashiorkor con 51,1% (N=91) sobre Marasmo con 16,9% (N=30). En el
segundo intervalo de tiempo, a diferencia del grupo anterior, predominó el Marasmo con
9,6% (N=17) sobre el Kwashiorkor con 8,1% (N=15). Sin embargo, en el tercer intervalo,
predomina nuevamente Kwashiorkor con 4,5% (N=8) con respecto a Marasmo con 2,2%
(N=4) (Tabla 8).

Con respecto a la mortalidad, se evidenció que solo el 31,5% (N=56) de los


pacientes desnutridos fallecieron, a diferencia del 68,5% (N=122) que evolucionaron
satisfactoriamente. El mayor porcentaje de mortalidad se observó en pacientes desnutridos
tipo Kwashiorkor con 21,9%, (N=39) con respecto al Marasmo con 9,6% (N=17) (Tabla 9).
32

Tabla 1

Pacientes con diagnóstico de desnutrición según edad y sexo. Emergencia del


Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”. Ciudad Bolívar – Estado Bolívar.
Enero 2016 – Enero 2019

Sexo
Edad Femenino Masculino Total
N % N % N %
< 1 año 115 32,4 112 31,5 227 63,9
1 – 2 años 49 13,8 48 13,5 97 27,3
3 – 4 años 10 2,8 12 3,4 22 6,2
5 años 8 2,3 1 0,3 9 2,6
Total 182 51,3 173 48,7 355 100

Fuente: Historias Clínicas. Datos Recogidos por los autores.


33

Tabla 2

Pacientes con diagnóstico de desnutrición clasificados según tablas de


FUNDACREDESA. Emergencia del Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y
Páez”. Ciudad Bolívar – Estado Bolívar. Enero 2016 – Enero 2019

Relaciones
Estado
P/E P/T T/E Total
Nutricional
N % N % N % N %
Desnutrición
20 5,6 5 1,4 53 15,0 78 22,0
leve
Desnutrición
51 14,4 7 2,0 41 11,5 99 27,9
moderada
Desnutrición
103 29,0 15 4,2 60 16,9 178 50,1
severa
Total 174 49,0 27 7,6 154 43,4 355 100

P/E: peso/edad; P/T: peso/talla; T/E: talla/edad


Fuente: Historias Clínicas. Datos Recogidos por los autores.
34

Tabla 3

Pacientes pediátricos según clasificación clínica de desnutrición severa.


Emergencia del Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”. Ciudad Bolívar –
Estado Bolívar. Enero 2016 – Enero 2019

Tipo de Desnutrición N %
Kwashiorkor 123 69,1
Marasmo 55 30,9
Total 178 100

Fuente: Historias Clínicas. Datos Recogidos por los autores.


35

Tabla 4

Pacientes pediátricos con diagnóstico clínico de desnutrición severa según


sistemas afectados. Emergencia del Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y
Páez”. Ciudad Bolívar – Estado Bolívar. Enero 2016 – Enero 2019

Sistemas Afectados N %
Gastrointestinal 112 30,0
Hematológico 74 19,7
Renal 89 23,7
Piel y mucosas 56 14,9
Cardiovascular 4 1,1
Neurológico 10 2,7
Respiratorio 23 6,1
Metabólico 5 1,3
Psicomotor 2 0,5
Total 375 100

Fuente: Historias Clínicas. Datos Recogidos por los autores.


36

Tabla 5

Pacientes pediátricos con diagnóstico clínico de desnutrición severa según edad


y tipo de desnutrición. Emergencia del Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y
Páez”. Ciudad Bolívar – Estado Bolívar. Enero 2016 – Enero 2019

Tipo de Desnutrición
Edad Kwashiorkor Marasmo Total
N % N % N %
< 1 años 78 43,8 41 23,1 119 66,9
1-2 años 38 21,4 12 6,7 50 28,1
3-4 años 4 2,2 2 1,1 6 3,3
5 años 3 1,7 0 0 3 1,7
Total 169 69,1 55 30,9 178 100

Fuente: Historias Clínicas. Datos Recogidos por los autores.


37

Tabla 6

Pacientes pediátricos con diagnóstico clínico de desnutrición severa según tratamiento


aplicado y su evolución. Emergencia del Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y
Páez”. Ciudad Bolívar – Estado Bolívar. Enero 2016 – Enero 2019

Tratamiento
Evolución Sin Antibiótico Con Antibiótico Total
N % N % N %
Satisfactoria 10 5,6 114 64,1 124 69,7
No satisfactoria 2 1,1 52 29,2 54 30,3
Total 12 6,7 166 93,3 178 100

Fuente: Historias Clínicas. Datos Recogidos por los autores.


38

Tabla 7

Pacientes pediátricos con diagnóstico de desnutrición severa tratados con


hemoderivados según clasificación clínica. Emergencia del Complejo Hospitalario
Universitario “Ruiz y Páez”. Ciudad Bolívar – Estado Bolívar. Enero 2016 – Enero
2019

Tipo de Desnutrición
Uso de Hemoderivados Kwashiorkor Marasmo Total
N % N % N %
Si 91 51,1 30 16,9 121 68,0
No 32 18,0 25 14,0 57 32,0
Total 123 69,1 55 30,9 178 100

Fuente: Historias Clínicas. Datos Recogidos por los autores.


39

Tabla 8

Pacientes con diagnóstico clínico de desnutrición severa y su estancia hospitalaria.


Emergencia del Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”. Ciudad Bolívar –
Estado Bolívar. Enero 2016 – Enero 2019

Tipo de Desnutrición
Estancia Hospitalaria Kwashiorkor Marasmo Total
N % N % N %
< 7 días 91 51,1 30 16,9 121 68,0
8 – 14 días 15 8,1 17 9,6 32 18,0
15 – 21 días 8 4,5 4 2,2 12 6,7
22 – 28 días 6 3,4 2 1,1 8 4,5
> 29 días 3 1,7 2 1,1 5 2,8
Total 123 69,1 55 30,9 178 100

Fuente: Historias Clínicas. Datos Recogidos por los autores.


40

Tabla 9

Pacientes con diagnóstico clínico de desnutrición severa y su mortalidad.


Emergencia del Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”. Ciudad
Bolívar – Estado Bolívar. Enero 2016 – Enero 2019.

Tipo de Desnutrición
Mortalidad Kwashiorkor Marasmo Total
N % N % N %
Si 39 21,9 17 9,6 56 31,5
No 84 47,2 38 21,3 122 68,5
Total 123 69,1 55 30,9 178 100

Fuente: Historias Clínicas. Datos Recogidos por los autores.


41

DISCUSIÓN

De los 355 pacientes desnutridos que conformaron la muestra para el estudio se


evidenció que el 51,3% de pacientes atendidos fueron del sexo femenino y el otro 48,7%
del sexo masculino. Lo que concuerda con otros estudios, como en el de Acevedo, et al
(2004) donde buscaban determinar la prevalencia y características epidemiológicas de la
desnutrición tipo Kwashiorkor y marasmo Kwashiorkor en niños < 5 años el ingreso en un
servicio de referencia pediátrica paraguayo, encontrando un 56,6% de prevalencia para el
sexo femenino, sobre 43,4% para el masculino. Así mismo, Rodríguez et al (2010) en su
estudio para conocer la prevalencia de desnutrición en los niños de 0 a 6 años adscritos a
una Unidad de Medicina en Sonora, México, encontraron que el 41,6% de la población
fueron del sexo femenino y el 58,4% del sexo masculino. A diferencia de Coronado (2014)
quien encontró que el género más afectado fue el sexo masculino con un 56%, respecto al
sexo femenino con un 44%, en un estudio donde se buscaba describir los factores que se
asocian a la desnutrición en niños menores de 5 años en un puesto de salud en Guatemala 44,
45, 46
.

Con respecto al grupo etario predominante, el 63,9% resultaron ser lactantes


menores de 1 año, seguido por 1 a 2 años con 27,3%. Los resultados contrastan con un
estudio realizado por León, et al (2009) donde la edad varió de 3 meses a 60 meses, con
predominio del grupo de 6 a 11 meses y de 12 a 23 (22,1% y 17,9%, respectivamente) en
una investigación sobre el estado nutricional en niños menores de 5 años en un consultorio
de Babahoyo (República del Ecuador). Así mismo, Furgiuele (2006) en su investigación
titulada: desnutrición en el servicio de pediatría de un hospital universitario del Estado
Carabobo, Venezuela, predominó el grupo etario de los lactantes con 42,62%, respecto a
los preescolares 47, 40.

De los pacientes desnutridos, el 50,1% presentaron desnutrición severa, el 27,9%


moderada y el 22% (N=78) leve. Resultados diferentes encontró Furgiuele (2006) en su
investigación donde la desnutrición predominante según la severidad fue la moderada con
63,93%, luego la leve con 31,15% y por último la severa con 4,92%. De igual manera,
42

Cáritas de Venezuela (2017) realizó un monitoreo de la situación nutricional en niños


menores de 5 años en 7 estados de Venezuela (Dto. Capital, Vargas, Miranda, Zulia, Lara,
Carabobo, Bolívar) encontrando que 16,2% de los niños tienen desnutrición moderada y
severa (desnutrición aguda global) y 20,9% de los niños tienen desnutrición leve 40,48.

En cuanto al tipo de desnutrición severa, Kwashiorkor prevaleció por encima del


Marasmo con 69,1% y 30,9% respectivamente. Concordando estos resultados con los de
Ramírez et al (2011) quienes diagnosticaron 73,3% niños con Kwashiorkor, 23,3% con
Marasmo y 3,3% Kwashiorkor marásmico, en un hospital infantil de Colombia. Así mismo,
De León (2016) en cuya investigación se buscaba medir las características clínicas,
epidemiológicas y de laboratorio en pacientes pediátricos con desnutrición proteico calórica
aguda severa en un hospital de Guatemala, encontró en los pacientes desnutridos 52%
Kwashiorkor, 42% marasmo y 5% mixto 49,50.

La mayoría de los pacientes desnutridos severos presentaron más de un sistema


afectado, encontrándose un total de 375 afecciones. Los más afectados fueron el sistema
gastrointestinal con un 30%, renal con 23,7%, seguido por el hematológico con 19,7% y
piel con 14,9%. Resultados diferentes fueron obtenidos por Barbella et al (2003), en un
estudio sobre las patologías asociadas a la desnutrición infantil durante diez años a nivel de
la consulta de nutrición pediátrica del hospital Jorge Lizarraga, en el estado Carabobo,
Venezuela, donde el sistema más afectado fue el renal (33%), seguido por el
gastrointestinal (13,3%), neurológico (10,1%), respiratorio (8,9%), y hematológico (4,4%)
en octavo lugar 39.

Respecto al tipo de desnutrición severa, Kwashiorkor prevaleció por encima de


Marasmo en los niños menores de 1 año de edad con 43,8% respecto a 23,1%. Resultados
contrarios obtuvieron Ortega et al (2010), quienes buscaban caracterizar a los niños con
malnutrición proteico-energética grave, atendidos en una clínica de Timor Leste (país del
Sudeste Asiático) en el que de los 234 niños portadores de kwashiorkor predominó en el
grupo de edad de 3 a 5 años con 125 niños para un 53,4%, mientras que en los 468 niños
que tenían marasmo el predominio fue en el grupo de 0-2 años con 321 niños para un
68,6% 51.
43

De los 178 pacientes desnutridos severos, 69,7% tuvieron una evolución clínica
satisfactoria, además 93,3% recibieron tratamiento médico a base de antibióticos y 6,7%
sintomático. Lo que concuerda con el estudio de Bilbao et al (2012) donde el 75% de los
niños egresaron vivos con un estado nutricional normal, buen apetito y una ganancia de
peso por encima de 10g/Kg/día, significa que tuvieron una evolución clínica satisfactoria.
De igual manera, se evidenció que el 94,2% de los pacientes recibieron tratamiento médico
mientras que, el 5,8% tratamiento sintomático, este estudio se realizó en los pacientes con
diagnóstico de desnutrición aguda ingresados en el Servicio de Pediatría de un Hospital de
Guatemala, con el objetivo de describir las características clínicas y la evolución de niños
con desnutrición aguda 52.

Con respecto al uso de hemoderivados, 68% de los pacientes con desnutrición


severa ameritaron su uso. Según estudio realizado por León et al (2007) en un hospital de
Bucaramanga – Colombia, donde buscaban evaluar el uso de la albúmina en el tratamiento
de niños hospitalizados con desnutrición edematosa, encontraron que del total de pacientes
48% recibieron albúmina, 68% glóbulos rojos, 28% plasma fresco congelado y 12%
plaquetas 53.

En el mismo orden de ideas, el 68% de los pacientes desnutridos tuvieron una


estancia hospitalaria menor a 7 días, el 18% entre 8 y 14 días, y apenas un 6,7% entre 15 y
21 días. Lo cual está en concordancia con los resultados obtenidos por López (2017) quien
buscaba determinar el estado nutricional, sus comorbilidades y los días de estancia
hospitalaria en niño/as menores a 24 meses de vida atendidos en un hospital de Honduras,
donde el 85,1% de los pacientes tuvieron entre 1 – 10 días de estancia, el 9,6% entre 11 –
20 días y solo un 5,3% tuvieron más de 20 días de hospitalización. A diferencia de
Weisstaub et al (2006) en su estudio donde buscaban medir la prevalencia y características
de los niños internados por desnutrición severa en un hospital de Cochabamba, Bolivia
encontraron que la hospitalización (mediana y rango) de los niños que no fallecieron fue de
24 días 54,55.

Finalmente, la investigación reportó que solo el 31,5% de los pacientes desnutridos


fallecieron, de los cuales 21,9% fueron Kwashiorkor y 9,6% Marasmo. Lo que se
44

correlaciona con Weisstaub et al (2006), donde 24 de los niños ingresados al estudio


murieron, lo que da una tasa de mortalidad general de 20%, siendo la tasa de letalidad de
los niños con Kwashiorkor del 25% y la de los niños marasmáticos 16% 55.
45

CONCLUSIONES

 El sexo más afectado fue el femenino, siendo la edad más frecuente < 1 año.
 La desnutrición predominante fue la severa, dentro de ella Kwashiorkor obtuvo
resultados superiores con respecto a Marasmo.
 El sistema gastrointestinal y hematológico fueron los más afectados en los pacientes
desnutridos severos.
 En los pacientes < 1 año, la desnutrición tipo Kwashiorkor prevaleció por encima de
la Marasmática.
 La mayoría de los pacientes desnutridos severos recibieron tratamiento médico a
base de antibióticos con evolución clínica satisfactoria.
 Los pacientes con Kwashiorkor ameritaron más el uso de hemoderivados que los de
Marasmo.
 La mayoría de los pacientes tuvieron una estancia hospitalaria < 7 días.
 Menos de la mitad de los pacientes desnutridos severos fallecieron.
46

RECOMENDACIONES

 Tomar conciencia de que la desnutrición es una “emergencia vital”.


 Abordar estrategias efectivas de educación sobre nutrición en las maternidades,
hospitales, ambulatorios y colegios.
 Fomentar en la población materna el control de los niños en la consulta pediátrica
sucesiva.
 Estimular la lactancia materna y educar a las madres sobre la importancia de la
lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad, así como la importancia de
una adecuada introducción de los alimentos.
 Realizar al ingreso hospitalario una historia clínica detallada con antecedentes
neonatales, perinatales, alimentación durante el primer año de vida, condiciones
socioeconómicas del niño, examen físico completo que conlleve a un diagnóstico
nutricional integral al ingreso del paciente para mejorar la calidad del tratamiento y
evitar complicaciones.
 Realizar estudios de investigación con muestras de mayor tamaño no solo en el
Hospital Universitario Ruíz y Páez, sino también en todo el país, para crear una
vigilancia permanente de la incidencia de desnutrición a fin de presentar resultados
a los entes competentes para poder buscar posibles soluciones.
47

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Rev Soc Bol Ped. 45(2): 90-4.
54

ANEXOS
ANEXO 1

TABLA DE PESO, TALLA, CIRCUNFERENCIA CEFÁLICA Y


CIRCUNFERENCIA DE BRAZO DE LAS VENEZOLANAS Y VENEZOLANOS
(FUNDACREDESA)
56

APÉNDICES
57

APÉNDICE A

UNIVERSIDAD DE ORIENTE
NÚCLEO BOLÍVAR
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD
DEPARTAMENTO DE PUERICULTURA Y PEDIATRÍA

Ficha de recolección de datos

Fecha: _____________

I. DATOS DEL NIÑO:


1. Número de Historia: _________
2. Nombre y Apellido: ________________________
3. Edad: _________
4. Sexo: Femenino: ( ) Masculino: ( )
5. Peso: _________ Talla: __________
6. Tipo de Desnutrición: Kwashiorkor ( ) Marasmo ( ) Mixta ( )

7. Complicaciones asociadas por sistemas:


o _________________________________
o _________________________________
o _________________________________
o _________________________________
o _________________________________
o _________________________________

8. Tratamiento usado:
o _________________________________
o _________________________________
o _________________________________
o _________________________________
o _________________________________
o _________________________________

9. Evolución: Satisfactoria ( ) No Satisfactoria ( )


10. Uso de Hemoderivados: SI ( ) NO ( )
11. Estancia hospitalaria: _______________
58

12. Fallecimiento: SI ( ) NO ( )
APÉNDICE B

Ciudad Bolívar, junio 2019.

T.S.U. Diógenes Delgado


Departamento de Registro y Estadísticas de Salud.
Presente.

Sirva esta para saludarle mientras le solicitamos con el debido respeto, toda la
colaboración que pueda brindarnos para la elaboración de la investigación titulada:
ESTUDIO CLÍNICO EPIDEMIOLÓGICO DE LAS COMPLICACIONES EN
PACIENTES PEDIÁTRICOS MENORES DE 5 AÑOS CON DIAGNÓSTICO DE
DESNUTRICIÓN. SERVICIO DE EMERGENCIA DEL COMPLEJO
HOSPITALARIO UNIVERSITARIO “RUIZ Y PÁEZ”, ESTADO BOLÍVAR,
DURANTE EL PERIODO ENERO 2016 – ENERO 2019 , que será presentada a
posteriori como trabajo de grado como requisito parcial para optar por el título de médico
cirujano.

En el mencionado trabajo a realizar contaremos con la asesoría de la Dra. Mónica


Gómez, y el periodo de recolección de muestra serán entre los meses julio - septiembre
2019, utilizando como instrumento un formulario de recolección de datos.

Esperando recibir de usted una respuesta satisfactoria que nos aproxime a la


realización de esta tarea.

Se despide,

Atentamente.

_____________________________ _____________________________
Br. Canache, Gilda Br. Martínez, Marilenny
C.I.: 19.910.858 C.I.: 20.936.025

_____________________________ _____________________________
Profesor Asesor Jefe de Departamento

Tesistas
Universidad de Oriente – Núcleo Bolívar.
Escuela de Ciencias De La Salud Dr. Francisco Battistini Casalta.

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