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Evolución histórica
A- Origen: Antigüedad.
a. Código de Hammurabi
Junto a las primitivas comunidades rurales, también el rey, los templos y personas
privadas habían adquirido derechos de propiedad sobre los terrenos y el suelo.
Hammurabi consideraba como el más importante negocio jurídico, en el campo de las
relaciones agrarias, el contrato de arrendamiento. Una parte considerable de las
tierras del templo y de palacio era arrendada a terceras personas.
El arrendatario estaba obligado a labrar y sembrar el campo, a regarlo regularmente y
a llevar a cabo la recolección a su debido tiempo. Los terrenos se arrendaban por 3
años y en el último año el arrendatario debía entregar la parte de beneficio que se
había acordado. Si no cultivaba el campo y no entregaba lo acordado según contrato,
estaba obligado a cultivar el terreno debidamente durante el año siguiente, a entregar
al propietario lo convenido y a devolverle el terreno. El precio de arriendo era una parte
(generalmente la tercera) de la cosecha obtenida.
La mayor parte de los preceptos protegen a los propietarios de tierras. A cambio, el
arrendatario quedaba protegido para aquellos casos en los que no obtuviera el
rendimiento acordado, sin que pudiera imputársele la culpa, por ejemplo debido a
catástrofes naturales. En estos casos estaba autorizado a exigir del dueño de la tierra
que se prolongase por otro año el contrato de arrendamiento.
Las leyes de Hammurabi también contienen preceptos especiales para los pastores.
El contrato con los pastores, en el que se fijaba también el salario, debe ser hecho por
una duración de un año. Las responsabilidades de los pastores estaban fijadas
legalmente (ej. si dejaba que pereciera el ganado por su propia desidia, estaba
obligado a devolver cabeza por cabeza; tenía que preocuparse del normal crecimiento
del ganado, tenía que tener cuidado de que el rebaño que le había sido confiado no
resultase afectado por una epidemia, etc.).
El pastor era responsable de la pérdida de la res, si no podía atestiguar bajo juramento
que se había tratado de una intervención de fuerza mayor o de un desgraciado e
inevitable suceso imprevisto, por ejemplo el ataque de un león.
Resulta sorprendente la escasa atención que se dedica en la legislación
mesopotámica a las instalaciones de riegos, a pesar de que su perfecto estado y su
correspondiente capacidad de rendimiento fuera indispensable para el desarrollo de la
agricultura.
Las tierras del rey eran cultivadas por gentes que pagan un tributo anual, parte
en productos agrícolas y parte en plata. El palacio, a su vez, proporcionaba a los
cultivadores bueyes, aperos de labranza y agua para el regadío. Los rebaños del rey
eran apacentados por pastores particulares que eran contratados para ello, y entre
cuyas obligaciones estaba velar por su multiplicación anual, pagando una cantidad de
plata por el beneficio que les produjera el tener a los animales a su disposición.
Por su parte, las Leyes de las XII Tablas dice Bonfante, son un verdadero código
agrario. El derecho agrario no se confundía con el derecho civil, coexistiendo ambas
disciplinas jurídicas dentro de sus modalidades propias.
c. La Biblia.
C- Derecho Romano.
En el derecho Romano fueron conocidas y reguladas las figuras del “rus” y del
“fundus” (el primero era el campo destinado al cultivo; mientras que el segundo era el
campo con los accesorios necesarios para el desarrollo e la actividad). Se regularon
también los “contratos agrarios” como los arrendamientos y las aparcerías. Se
otorgaron ciertos privilegios a los agricultores, como la quita de solemnidades en el
derecho hereditario y la prescripción bienal (2 años) a favor de quienes cultivaban un
campo abandonado. Pero, lo cierto y como principio concluyente es que el Derecho
Romano, el derecho agrario y el derecho civil existían bien diferenciados y sin
confundirse.
D- Edad Media:
Pronto las relaciones agrarias sobrepasaron a las normadas por el Código Civil
y sus normas resultaron impropias para la actividad, sobre todo por la vigencia del
principio pacta sunt servanda consagrado por el 1197. Es inaplicable a la actividad
agraria.
Fueron 2 los motivos que llevaron a los Estados a adoptar esta medida de
intervención en la economía agraria: 1 la evolución del sistema capitalista:
generadora de grandes concentraciones monopolistas que terminan alterando
el equilibrio del mercado; 2 el riesgo de la actividad agraria: tanto del ambiente
natural, como del mercado.
Todo ello hizo que el Estado intervenga en el mercado, ya sea actuando en los
precios, en la oferta, o en la demanda; sugiriendo como resultado un gran
cúmulo de legislación agraria en todo el mundo para adaptar la legislación a las
necesidades agropecuarias.
2.1- Concepto
Algunas definiciones:
IMPORTANTE:
2.3- Caracteres
Otra enumeración:
◆ Derecho tuitivo: tiene tendencia a proteger y defender,
tanto el factor humano como el natural.
◆ Los intereses que protege responden a fines concretos
determinados por el ciclo biológico.
◆ De aspecto publicístico: la actividad agropecuaria es un
instituto público e incide en la alimentación de la población.
◆ Factor de promoción y progreso.
◆ Sus normas se aplican a un ámbito determinado.
◆ Con influencias regionales definidas.
◆ Con influencias de la sociología y la política debido a la
producción agropecuaria y a las modalidades de la vida rural.
◆ Sus intereses son concretos, referidos al hombre y los
vínculos con la producción.
2.4- Principios
Tal vez el tema que más dificultad ha ofrecido en la construcción de una teoría general
del derecho agrario es aquel que se refiere a los principios generales que lo rigen.
Entre los que afirman la existencia de principios generales y los han enumerado se
encuentra Frassoldati, quien en el 1º Congreso Internacional de Derecho Agrario de
1954 señaló que los mismos eran:
1. El de la buena cultivación: principio fundamental de la materia según
el cual el productor debe cultivar según la buena técnica y
racionalmente.
2. El de la dimensión mínima del fundo: pues la superficie de la tierra
debe ser lo suficientemente extensa para que la actividad sea
productiva. Este principio está sentado en el art. 2326 de nuestro
Código Civil (Ley 17.711), según el cual las cosas son también
indivisibles cuando de su división resultara antieconómico su uso.
3. El de la inescindibilidad de los resultados completos del año
agrícola: es decir, el principio de la duración mínima de los contratos
agrarios y las relaciones laborales.
4. El de colaboración entre las partes en los contratos agrarios.
5. El de la cooperación entre los fundos: este principio impone la
solidaridad entre los propietarios de tierras colindantes en beneficio de
la explotación agrícola.
Sin embargo, esta enunciación ha sido criticada por la doctrina de la negación sobre la
base de que ninguno de los cinco principios son específicos y exclusivos del
derecho agrario. Así, por ejemplo, la colaboración y cooperación a la que se hace
mención es propia de todos los tipos de contratos, no sólo de los agrarios.
Ballarín Marcial, otro de los que sostienen la existencia de los principios del derecho
agrario, enumeró los siguientes: 1) Función social de la propiedad; 2) Protección
de la empresa agraria familiar, basada en lo posible en la propiedad sobre la
tierra que se cultiva; 3) Distribución de la propiedad; 4) Acceso a la propiedad
para crear explotaciones familiares; 5) Fomentar la dimensión mínima de las
explotaciones agrarias; 6) Tratar de evitar la gran propiedad o las grandes
extensiones; 7) Fomentar la conservación y protección de la empresa agrícola
familiar; 8) Fomentar la asociación entre empresarios agrarios; etc.
Entre nosotros, Vivanco habla de las metas-fines que persigue la política agraria en la
búsqueda de soluciones a los problemas agrarios, y entre ellas enuncia: a) la
conservación de los recursos naturales renovables, tales como el suelo, el agua, la
atmósfera, la fauna y la flora; b) el incremento racional de la explotación; c) la
seguridad y el progreso social.
Manifiesta Vivanco que de estos fines de la política agraria surgen los principios
jurídicos primarios o fundamentales.
Carroza y Luna Serrano -críticos-, afirman que para que una rama tenga
autonomía científica tiene que tener principios propios y ninguno de éstos pueden ser
considerados específicos y exclusivos del derecho agrario. Para estos autores, la
agrariedad está presente cuando se cumple un proceso biológico y se utiliza para
producir. Modernamente la doctrina entiende que es autónomo por los institutos
propios: propiedad agraria, empresa agraria, contratos agrarios. Y todos ellos poseen
agrariedad.
Otros autores, finalmente, dicen que este asunto de los principios del derecho
agrario constituye un falso problema, que no es necesario para que una rama del
derecho logre su autonomía que se rija por principios propios; en realidad, todas las
ramas del derecho se rigen por principios más generales que, en realidad, pertenecen
a otras ramas o al derecho en general.
2.5. Objeto:
El tema que ahora nos ocupa ha sido profundamente analizado por los
agraristas; desde aquellos que, al igual que niegan la autonomía y existencia de
principios propios del Derecho Agrario, niegan también que posea un objeto propio;
pasando por aquellos que aceptan su existencia y enumeran una multiplicidad de
ellos; hasta los que, finalmente, sostienen que dicho objeto se ha ido ampliando de tal
manera que actualmente el Derecho Agrario tiende a disolverse dentro de un Derecho
Ambiental más amplio (derecho de los recursos naturales o del ambiente).
Según Carrozza el contenido del derecho agrario son los tres institutos básicos
de la materia: contratos agrarios, propiedad agraria y empresa agraria. El común
denominador de estos tres institutos de derecho civil, ahora objeto del Derecho Agrario
es, como puede apreciarse, la agrariedad.
Importante: pienso que pese a todas las teorías sobre el objeto que
desarrollé anteriormente, por lo que han dado en clases la cátedra
sostiene que el objeto del derecho agrario está compuesto por: la
propiedad agraria, empresa agraria y contratos agrarios.
2.6- Método
• Jurídico: se integra de 2 etapas; una inductiva donde el
legislador elabora mediante inducción la norma genérica que ha de
resolver el problema concreto. Es decir, del caso particular extrae la
norma general. Y otra faz deductiva dónde el intérprete, frente al caso
concreto a resolver, aplica la normativa del principio genérico contenido
en la ley.
• Sistemático: requiere la reestructuración lógica de los puntos
básicos del derecho agrario, de modo que sean un desarrollo armónico
con fines pragmáticos.
• Histórico: importante para corroborar la certeza o no, en la etapa
inductiva, del acierto de la solución a darse. El legislador detendrá su
vista en la experiencia del pasado.
• Sociológico: el estudio del derecho agrario debe ser
estableciendo la relación inmediata que existe entre leyes e
instituciones agrarias y realidades sociales.
La discusión acerca del problema de la autonomía del Derecho Agrario surge entre
los años 1928-30 con la Revista de Derecho Agrario en Italia, donde se registró una
elevada discusión doctrinaria acera de la naturaleza del Derecho Agrario y su
autonomía.
Se ha dicho que resulta inconveniente el empleo del término autonomía, pues aquello
significa bastarse a sí mismo y es indudable que ninguna rama del derecho puede
tener tal pretensión; ya el rosarino Fontanarrosa decía que el derecho se presenta
como una sola e inmensa institución y que su división en distintas ramas obedece a
razones prácticas de estudio.
El derecho agrario, al igual que múltiples ramas del derecho, posee distintos grados de
dependencia con el resto, ya sea con el derecho comercial, laboral y sobremanera con
el civil. Este problema de la autonomía suele estudiarse tradicionalmente a través de
distintos aspectos o fases de ella, a saber, la autonomía didáctica, legislativa, científica
y, modernamente, la autonomía jurisdiccional.
a- Teorías negatorias:
Por esto es que debe aceptarse que la autonomía didáctica del derecho agrario,
aconsejada no sólo por los autonomistas, sino también por quienes, como Arcangeli,
que si bien niegan su autonomía científica por no poseer principios propios, aconsejan
su estudio independiente por razones prácticas, en nuestro país sólo se ha logrado
parcialmente.
Según Brebbia, no sólo debe enseñarse por separado nuestra materia a nivel
universitario sino que propone, además, que la misma se lleve a cabo en base a sus
institutos. Es decir, comenzar por una parte general en donde se desarrolle la historia
de la materia y la comprensión del concepto de agrariedad, para luego dar paso a
institutos específicos como la noción de empresa, propiedad agraria en sus distintas
manifestaciones, los contratos agrarios –distinguiendo los constitutivos de la empresa
agraria de los que sirven para su ejercicio-, para hacer finalmente hincapié en la
acción del Estado frente a los problemas actuales de la agricultura.
Codificación:
En nuestro país han sido dictados desde 1865 códigos Rurales Provinciales,
como el de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, etc., más bien tienen sentido
reglamentarista y de policía. La importancia de los mismos es el rescate de normas
hasta entonces de carácter consuetudinario, como disposiciones sobre cercos,
medianerías, marcas y señales.
Por otro lado, después de la primera y segunda guerra, y sobre manera debido al
surgimiento del constitucionalismo social, las constituciones comenzarán a plasmar los
postulados sociales y productivos en las cartas magnas, las primeras manifestaciones
las encontramos en las constituciones mexicana y alemana.
Ya hemos visto que la primera Guerra Mundial tuvo una influencia decisiva en el
nacimiento del derecho agrario como consecuencia de la crisis del derecho
constitucional clásico y el advenimiento de lo que se ha dado en llamar
constitucionalismo social o constitucionalismo de los derechos sociales.
Si bien hasta la sanción del CC de Vélez, las provincias podían dictar cod.
Rurales (amparados por el 108 de la CN), según el cual las provincias pueden dictar
leyes o códigos sustanciales hasta tanto el congreso nacional no los dictase, con la
sanción del CC. Comienza a regir la prohibición del art. 108, es decir las provincias ya
no podían dictar leyes sustanciales en esa materia
.
Sin embargo, las provincias como Santa Fe, Corrientes, Catamarca y Córdoba,
sancionaron sus respectivos códigos rurales, a pesar de que el código civil ya existía.
La justificación, errónea como se verá, la encontraron en el art. 75 inc. 12 en cuya
numeración no figuraba el Cód. Agrario, y como no había sido delegado, las provincias
mantenían la facultad de dictarlos.
Debe tenerse en cuenta que la facultad implícita que se ejerce debe ser
la consecuencia de un poder expresamente delegado a la Nación que
encuentre en él su apoyo, es decir que sea el medio para ponerlo en
movimiento.
4) Poderes reservados por las provincias: aquellos que no han sido expresa o
implícitamente delegados y que consiguientemente se han reservado. En la
práctica son escasos y se reducen a disposiciones de derecho público de
carácter reglamentario y policíaco y ello es así por cuanto las normas de derecho
privado pueden ser dictadas solamente por el Congreso. Entre los poderes
reservados por las provincias debe señalarse el de colonización sobre las tierras
de propiedad provincial.
• Justicia agraria
Resulta necesario por parte de las provincias la organización de un fuero
agrario dentro del poder judicial con jueces versados en derecho agrario;
regidos por procedimiento especial y acorde incluidos en códigos o leyes de
procedimientos, en armonía con la naturaleza. Este fuero debe comprender
todas las cuestiones agrarias y las materias contenciosas y no contenciosas,
siguiendo en lo contencioso el principio de oralidad, concentración,
improrrogabilidad de la jurisdicción e impulso procesal de oficio.
ARTICULO 27. “La Provincia estimula y protege el ahorro popular en todas sus formas
y lo orienta hacia la propiedad de la vivienda urbana y del predio para el trabajo rural e
inversiones en actividades productivas dentro del territorio de la Provincia.”
La jurisdicción agraria.
Si ésta es una de las características del derecho agrario, resulta difícil pues
sostener que pueda ser aplicada dentro del sistema que caracteriza al fuero civil.
Y no sólo es necesaria la organización de un fuero agrario, sino que dicha
organización debe ser apta para el cumplimiento de los fines del derecho agrario, y
contar con un procedimiento acorde con la naturaleza especial de la materia. Se debe
tratar de un proceso judicial breve y acotado en sus términos.
En el proceso agrario las partes no pueden resolver sus diferencias respondiendo
exclusivamente a intereses particulares, violando los principios de orden público que
presiden esta rama del derecho. El orden público se impone a la decisión de las
partes.
Más tarde, por medio del decr. 3739/58 se dispuso acordar la competencia en
materia rural a los tribunales del trabajo, mientras no se constituyeran los tribunales
rurales, pero luego por ley 9299 se vuelve a modificar su organización disponiéndose
que las materias propias del fuero rural serían de competencia de los juzgados de paz
letrada, y finalmente, la ley 9682, restituyó la competencia agraria a los tribunales del
trabajo.
Podría sintetizarse las idas y vueltas del fuero agrario bonaerense diciendo que
en definitiva a la fecha debe aplicarse el decr. Ley 21.209/57 con el procedimiento en
él indicado, con excepción del juicio de desalojo que fue modificado.
✓ "Articulo 61, Inciso i): Desalojo urbano por intrusión, falta de pago y/o
vencimiento de contrato. Consignación y cobro de alquiler. Los procesos
que versen sobre materias de competencia del fuero rural previstas en
los Decretos Leyes 868/57 y 21.209/57."
En él encontramos algunos de sus artículos que sin duda traducen las ideas más
importantes de dicho Código:
La fuente material agraria: Siendo el objeto de las fuentes materiales los temas
a los que debe atender el legislador con su actividad, vamos a ver que en el campo del
Derecho Agrario, son éstos de diversa índole y pueden resumirse básicamente en los
siguientes: suelo, sanidad animal y vegetal, regulación de la actividad agropecuaria,
problemas relacionados a la producción y comercialización de los productos.
Fuente formal agraria: las fuentes formales por su parte son los distintos modos
de manifestarse el derecho, o de otra manera, es el instrumento por medio del cual se
expresa o traduce la voluntad del legislador.
Algunas fuentes formales son:
Aun cuando el derecho agrario es una rama autónoma del derecho no se encuentra
aislado, sino en relación más o menos estrecha con otras ramas jurídicas.
Uno de los medios que tiene el estado para hacer política agraria es el poder de
policía, instituto estrechamente vinculado a lo constitucional.
A través del derecho constitucional se precisa si se está frente a una ley común
(jurisdicción provincial) o especial (de jurisdicción nacional).
ARTÍCULO 228.- Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser
divididas en porciones reales sin ser destruidas, cada una de las cuales forma
un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a la cosa misma.
Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en
antieconómico su uso y aprovechamiento. En materia de inmuebles, la
reglamentación del fraccionamiento parcelario corresponde a las autoridades
locales.
Pese a esto es importante destacar los cambios que llevo a cabo el CCC en
materia de contratos pues ha modificado ciertos elementos de los contratos
como lo son el precio y el plazo y esto nos podría llevar a pensar si ahora, y
como han quedado las modificaciones, no se podrían utilizar estos nuevos
artículos del CCC para ciertos contratos agrarios. ¿La razón? Algunos
agraristas piensan que los nuevos plazos y precios del código son más
aplicables a los contratos agrarios que los establecidos anteriormente en el
Código de Vélez.
4- Otra modificación importante para la doctrina es la del art 320. El cual obliga a
llevar contabilidad a los sujetos que lleven a cabo actividad económica
agropecuaria y se excluyen, por otro lado, las actividades agropecuarias y
conexas no ejecutadas u organizadas en forma de empresa.
Finalmente el articulo, en su parte final hace un gran aporte al definir que se r
actividades conexas.
5.4. Con el Derecho Comercial: Si bien la actividad agraria es civil las nuevas
orientaciones hacen que el productor agrario, sin dejar de ser tal, se transforme
frecuentemente en empresario agrario para su mejor organización, y conforme
estructuras asociativas regidas por la norma comercial, en cuanto se encuentren
comprendidas por la ley 19.550.
Otra vinculación se da cuando el productor agrario recurre al crédito prendario
(warrants, prenda agraria, etc.), lo mismo que cuando comercializa sus productos
agropecuarios (esto último en ciertos casos).
Empero, dice Vivanco, el derecho comercial rige la actividad lucrativa, mientras
que el derecho agrario rige la actividad productiva.
5.6. Con el Derecho Administrativo: Son múltiples los nexos vinculantes entre
ambas ramas dada la naturaleza mixta de nuestra disciplina, ubicada, en parte, dentro
del derecho público. El papel que desempeña el estado en la actividad agraria es
preponderante: a) en importantes instituciones agrarias, (ej. Régimen de aguas: el
derecho agrario requiere el auxilio del derecho administrativo en la forma y modo de
discernir la concesión; b) en todo lo que conforma el campo de la política agraria: c)
existen órganos estatales dedicados a la investigación agrícola, a la experimentación y
aun a la producción agropecuaria (ej. El INTA).