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UNIDAD I

INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO AGRARIO

1. El derecho Agrario: evolución histórica, utilidad de su estudio.

Evolución histórica

A- Origen: Antigüedad.

Afirma Brebbia, que la actividad agraria ha sido la primera de todas las


actividades económicas; la alimentación y el vestido son necesidades primarias
experimentadas en todos los tiempos y lugares, y es por esto que los juristas agrarios
consideran que esto trajo como consecuencia necesaria que las primeras normas
jurídicas (consuetudinarias) tuvieran por objeto reglar, aunque fuera de modo
elemental, la actividad agraria.

En la antigüedad, la agricultura fue definida como “la labranza y el cultivo de la


tierra”, siendo la agricultura en un primer momento, una actividad totalmente libre y sin
límites, cada persona podía trabajar la tierra y vivir de ella, obteniendo los frutos de
manera liberal.

B- Primeras normas jurídicas agrarias: código de Hamurabi, Ley de las XII


tablas, La Biblia.

Las primeras manifestaciones jurídicas fueron de derecho agrario y como


ejemplos tenemos en Babilonia al Código de Hammurabi y posteriormente las Leyes
de las XII Tablas.

a. Código de Hammurabi

El Código de Hammurabi es una colección de leyes babilónicas dictadas durante


el reinado de Hammurabi (1792 a 1750 a.C), estas 282 leyes incluyen economía,
familia, delitos criminales y leyes civiles.

Algunas de esas primeras manifestaciones jurídicas agrarias que se encontraban en


este código, se encontraban relacionadas a temas específicos como la propiedad de la
tierra, el arrendamiento de la misma, los pastores de ganado, las tarifas de los
jornales, esclavos, etc.

Junto a las primitivas comunidades rurales, también el rey, los templos y personas
privadas habían adquirido derechos de propiedad sobre los terrenos y el suelo.
Hammurabi consideraba como el más importante negocio jurídico, en el campo de las
relaciones agrarias, el contrato de arrendamiento. Una parte considerable de las
tierras del templo y de palacio era arrendada a terceras personas.
El arrendatario estaba obligado a labrar y sembrar el campo, a regarlo regularmente y
a llevar a cabo la recolección a su debido tiempo. Los terrenos se arrendaban por 3
años y en el último año el arrendatario debía entregar la parte de beneficio que se
había acordado. Si no cultivaba el campo y no entregaba lo acordado según contrato,
estaba obligado a cultivar el terreno debidamente durante el año siguiente, a entregar
al propietario lo convenido y a devolverle el terreno. El precio de arriendo era una parte
(generalmente la tercera) de la cosecha obtenida.
La mayor parte de los preceptos protegen a los propietarios de tierras. A cambio, el
arrendatario quedaba protegido para aquellos casos en los que no obtuviera el
rendimiento acordado, sin que pudiera imputársele la culpa, por ejemplo debido a
catástrofes naturales. En estos casos estaba autorizado a exigir del dueño de la tierra
que se prolongase por otro año el contrato de arrendamiento.

Las leyes de Hammurabi también contienen preceptos especiales para los pastores.
El contrato con los pastores, en el que se fijaba también el salario, debe ser hecho por
una duración de un año. Las responsabilidades de los pastores estaban fijadas
legalmente (ej. si dejaba que pereciera el ganado por su propia desidia, estaba
obligado a devolver cabeza por cabeza; tenía que preocuparse del normal crecimiento
del ganado, tenía que tener cuidado de que el rebaño que le había sido confiado no
resultase afectado por una epidemia, etc.).
El pastor era responsable de la pérdida de la res, si no podía atestiguar bajo juramento
que se había tratado de una intervención de fuerza mayor o de un desgraciado e
inevitable suceso imprevisto, por ejemplo el ataque de un león.
Resulta sorprendente la escasa atención que se dedica en la legislación
mesopotámica a las instalaciones de riegos, a pesar de que su perfecto estado y su
correspondiente capacidad de rendimiento fuera indispensable para el desarrollo de la
agricultura.

Las tierras del rey eran cultivadas por gentes que pagan un tributo anual, parte
en productos agrícolas y parte en plata. El palacio, a su vez, proporcionaba a los
cultivadores bueyes, aperos de labranza y agua para el regadío. Los rebaños del rey
eran apacentados por pastores particulares que eran contratados para ello, y entre
cuyas obligaciones estaba velar por su multiplicación anual, pagando una cantidad de
plata por el beneficio que les produjera el tener a los animales a su disposición.

b. Ley de las XII Tablas.

Por su parte, las Leyes de las XII Tablas dice Bonfante, son un verdadero código
agrario. El derecho agrario no se confundía con el derecho civil, coexistiendo ambas
disciplinas jurídicas dentro de sus modalidades propias.

c. La Biblia.

En la Biblia se encuentran 3 institutos sobre la actividad agraria:


✓ La ley del espigueo: por el cual, las espigas que caían en la cosecha eran
dejadas a los pobres, huérfanos y forasteros;
✓ El año sabático: por el cual se establecía que cada 6 años debía dejarse
descansar la tierra sin cultivarla por el termino de un año;
✓ Y el jubileo: a los 50 años se conmemoraba el día del perdón, por el cual
los propietarios recuperaban la tierra.

C- Derecho Romano.

En el derecho Romano fueron conocidas y reguladas las figuras del “rus” y del
“fundus” (el primero era el campo destinado al cultivo; mientras que el segundo era el
campo con los accesorios necesarios para el desarrollo e la actividad). Se regularon
también los “contratos agrarios” como los arrendamientos y las aparcerías. Se
otorgaron ciertos privilegios a los agricultores, como la quita de solemnidades en el
derecho hereditario y la prescripción bienal (2 años) a favor de quienes cultivaban un
campo abandonado. Pero, lo cierto y como principio concluyente es que el Derecho
Romano, el derecho agrario y el derecho civil existían bien diferenciados y sin
confundirse.
D- Edad Media:

En la Edad Media, la propiedad de la tierra respondía al concepto de


soberanía; existían institutos como la propiedad feudal, el contrato de vasallaje y los
siervos. El vasallo era un noble de categoría inferior u hombre libre que pide
protección a un noble de categoría superior, su señor feudal. Le juraba fidelidad, daba
asistencia y prestaba servicio militar en su favor, recibiendo a cambio el control y
jurisdicción sobre la tierra y sus campesinos o pobladores. El feudo se concedía en
usufructo: tierra+campesinos. Los campesinos eran siervos del vasallo o señor feudal,
quienes trabajaban sus tierras y debían pagarle impuestos (generalmente entregando
las cosechas); a cambio recibían su protección.

E- Campo prehispánico: Incas, mayas, aztecas.

El fenómeno agrario también se presentó en América, sobre todo en países


como México y Perú, en los que la cultura precolombina tuvo gran importancia. Se
conocieron instituciones como el calpulli, parcela que pertenecía en propiedad
colectiva al pueblo pero que se otorgaba en usufructo. Puede decirse que esta es la
primera manifestación social del uso de la tierra.

En Perú estaba la Mita y el Yanaconazgo que eran formas de trabajo agrario


realizado por los indígenas que estaban de esta forma atados a la propiedad de la
tierra.

F- Influencia del Código de Napoleón:

La Rev. Francesa puso fin al feudalismo y se alzó con las banderas de la


libertad, igualdad y fraternidad. El más fiel exponente de sus ideales lo constituyo el C.
de Napoleón de 1804 enmarcado en un tinte esencialmente individualista que olvidó
por completo regular la actividad agraria. Con su sanción se produce un verdadero
proceso de desagrarización, sobre todo a partir de la regulación dada al dominio con
sus características de absoluto, exclusivo y perpetuo, denotando su falta absoluta a la
consideración del principio productivista y social.

La influencia de este código fue fuerte en el nuestro, donde Vélez reguló el


dominio de igual forma, concediéndole al propietario incluso el derecho a destruir la
cosa. La tierra fue objeto de innumerables divisiones que no tuvieron en cuenta que
por ello las parcelas resultan antieconómicas. Y en materia de contratos sólo se reguló
la locación de cosas como figura nominada.

Pronto las relaciones agrarias sobrepasaron a las normadas por el Código Civil
y sus normas resultaron impropias para la actividad, sobre todo por la vigencia del
principio pacta sunt servanda consagrado por el 1197. Es inaplicable a la actividad
agraria.

Para Brebbia Vélez no hizo más que reflejar la realidad socioeconómica de su


tiempo y que tras la “Primera Guerra Mundial” y recién comenzó a hablarse
propiamente de un Derecho Agrario como consecuencia de las profundas reformas
operadas a raíz de dicho enfrentamiento bélico y del cambio de ideas que éste terminó
generando

G- Nacimiento Moderno del Derecho Agrario. Florencia 1.922

Tras la Primera Guerra Mundial, el Derecho Agrario pasa a adquirir fisonomía


propia al desaparecer las causas que habían originado su subordinación al mundo del
Derecho civil.

Tres son los aspectos fundamentales en este moderno Derecho Agrario:

1. El Constitucionalismo Social (en el plano jurídico): Es un


movimiento que hace primar los intereses de la comunidad por sobre los
intereses particulares. También podemos afirmar que es la incorporación de
nuevos derechos económicos y sociales en la Constitución de cada país, y
comienza con la Constitución de México de 1917, que nacionaliza sus recursos
de agua y tierra, e impone medidas a la propiedad privada en beneficio del
interés público.

Es la llamada propiedad en función social, que implica reconocer que el


dominio sigue siendo un d´ subjetivo, pero no es absoluto ni perpetuo, sino que
existen límites a la disponibilidad y goce de la tierra. En Argentina, en este sentido,
se dictan las Leyes de Colonización que establecen restricciones y límites a la
propiedad de la tierra, en beneficio del interés público.
También, la derogada Constitución de 1949 establece que la propiedad tiene
una función social.

Respecto al derecho comparado, el constitucionalismo social tiene sus


primeras manifestación en la Constitución Nacional de México de 1917, la de
Alemania de 1919, la de Italia de 1948, entre otras.

2. La intervención del Estado en la economía agraria: la crisis


que la Primea Guerra Mundial produce en la economía de los países hizo que
el Estado abandonase su indiferencia frente a los problemas económicos que
afectan la producción, comercialización e industrialización de los productos
agropecuarios y se volcara hacia una fuerte y marcada intervención en dichas
áreas.

Fueron 2 los motivos que llevaron a los Estados a adoptar esta medida de
intervención en la economía agraria: 1 la evolución del sistema capitalista:
generadora de grandes concentraciones monopolistas que terminan alterando
el equilibrio del mercado; 2 el riesgo de la actividad agraria: tanto del ambiente
natural, como del mercado.

Todo ello hizo que el Estado intervenga en el mercado, ya sea actuando en los
precios, en la oferta, o en la demanda; sugiriendo como resultado un gran
cúmulo de legislación agraria en todo el mundo para adaptar la legislación a las
necesidades agropecuarias.

En este sentido, Villegas afirma que el art 14 de nuestra CN garantiza el “libre


comercio”, deja de ser una facultad de obrar sin estorbos para pasar a
convertirse en un derecho condicionado a las leyes que reglamentan su
ejercicio. Así el artículo 14 pasa a tener las restricciones impuestas por los
intereses generales y permanentes de las colectividad.

3. Nuevos movimientos doctrinarios: la Guerra sirvió como


elemento generador de nuevas ideas. Así, tras el conflicto belico, va a surgir un
nuevo derecho con dos postulados básicos. En primer lugar equilibrar las
clases sociales y en, segundo lugar, buscar la protección de la parte
económicamente más débil. Esto se conoció como “idea socializadora del
derecho”.
Entre las nuevas ideas destacadas de la época se destacan los estudios
iniciados en Europa acerca de la “realidad sociológica de la empresa de
producción económica”.

En Italia se destaca en 1922 la aparición de un movimiento doctrinario, que se


manifiesta con la fundación de la “Revista de Derecho Agrario” y del Instituto de
Derecho Agrario Internacional y Comparado”. Dentro de esta escuela se dieron
los debates más interesantes de la época, acerca de temas tales como la
autonomía del derecho agrario, su método científico, etc.

Utilidad de su estudio: la agricultura moderna y las nuevas tecnologías hacen


que el fenómeno agrario comience a interralacionarse con lo industrial, con los
mercados, con la ecología, con el medio ambiente y los recursos naturales. Junto al
avance de la ciencia y la tecnología se hace necesaria la especialización y
actualización profesional en este campo del saber jurídico. Es importante también para
revertir las relaciones jurídicas agrarias injustas, colaborando con la dignificación del
campesino, procurando una normativa especial que fomente su producción
agroalimentaria y la distribución más equitativa de los alimentos en los repartos
regionales, nacionales e internacionales.

2.1. Concepto. 2.2.- Naturaleza Jurídica, 2.3.- Caracteres, 2.4.- Principios,


2.5.- Objeto, 2.6.- Método.

2.1- Concepto

Hubo distintas definiciones de Derecho Agrario, para algunos era el derecho de


la agricultura, para otros de la propiedad, otros identificaban al derecho agrario con la
empresa agraria, otros con la actividad agraria, otros con los bienes del derecho
agrario, otros con los sujetos del derecho agrario.

Algunas definiciones:

1. Originariamente se consideró que el Derecho Agrario es aquel que


regula la actividad de los agricultores (criterio subjetivo). Así como el
Derecho Comercial comenzó siendo el Derecho de los comerciantes, el
Agrario nació siendo el Derecho de los empresarios agrícolas. En esta
posición se encontraba Bassanelli.
2. Más tarde se pasó de aquella concepción a la que define al Derecho
Agrario como aquel que regula los actos agrarios, es decir, como el
Derecho de la agricultura (criterio objetivo). Esta definición simple
propuesta por Carrozza peca de incompleta por el defecto de tener que
definir posteriormente qué es la agricultura.
Es decir, para Carroza el derecho agrario es el derecho de la agricultura
entendida como el complejo ordenado y sistematizado de los institutos
típicos que regulan la materia agricultura sobre el fundamento del ciclo
biológico que lo distingue. ¿Qué es lo que une a los institutos del
derecho agrario, cuál es el mínimo denominador común? La agrariedad.
La actividad agraria consiste en el desarrollo de un ciclo biológico
vegetal o animal, ligado directa o indirectamente al disfrute de las
fuerzas y de los recursos naturales, la que se resuelve económicamente
en la obtención de frutos vegetales o animales destinados al consumo
directo, o bien previa a una o más transformaciones.
3. También se ha intentado identificar al derecho agrario como aquél que
tiene por objeto la regulación del fundo, hacienda o propiedad
agraria, es decir, animales, cultivos, máquinas, enseres y demás bienes
que componen la organización de la producción). El inconveniente de
esta definición es saber cuando un bien es agrario o civil. En este grupo
se encuentra Maroi.
4. Pérez Llana lo define como el conjunto de normas y principios jurídicos
autónomos que regulan las distintas fases de la explotación
agropecuaria, cuyo objetivo es aumentar la riqueza nacional y luego
producir una justa distribución entre el productor y la comunidad
5. Vivanco dice que es el orden jurídico que rige las relaciones sociales y
económicas que surgen entre los sujetos intervinientes en la actividad
agraria.
6. Modernamente (después de la Segunda Guerra Mundial), y dada la
complejidad de la actividad agraria, se definió al Derecho Agrario como
aquél que regula la Empresa Agraria, entendida ésta como la
organización de los factores de producción destinados a obtener
animales y plantas. Esta definición incorpora al sujeto (empresario
agrario), la hacienda (propiedad agraria) y la actividad (acto agrario). Ya
no importa tanto el sujeto dado que estos actos pueden ser realizados
por individuos, familias o sociedades y también por entes de derecho
público, dada la participación que en la mayoría de los países estos
entes asumen en la producción y fiscalización de las actividades del
agro, sino más bien la actividad organizada de todos estos factores. Esta
definición choca con el inconveniente de la vaguedad de la noción de
empresa y de la existencia de numerosos productores pequeñísimos no
empresarios que quedarían fuera de la regulación.
7. Finalmente encontramos definiciones amplias o mixtas que agrupan
todo lo antes dicho diciendo que “el Derecho Agrario es el conjunto de
normas –públicas o privadas- que regulan la propiedad agraria, los
sujetos, la actividad de explotación y la empresa agraria, tendientes, a su
vez, a la defensa del agricultor, la producción de alimentos animales y
vegetales, la estabilidad social, el desarrollo y protección del equilibrio
ecológico y el aprovechamiento racional de los recursos”. Como vemos,
a las cuatro posturas anteriores, agrega el contenido social del Derecho
Agrario, la protección del medio ambiente y los recursos naturales, etc.

IMPORTANTE:

Definición de Maiztegui: “Conjunto de principios e institutos propios como la


propiedad, empresa y contratos agrarios que estudian aspectos internos y externos de
la actividad agraria, con el fin de contribuir al desarrollo humano del productor y a la
obtención sustentable de una mayor riqueza agropecuaria y su justa distribución en
beneficio del productor y de la comunidad.”

2.2- Naturaleza Jurídica


La doctrina moderna en forma unánime está de acuerdo en que el Derecho
Agrario ocupa una posición dualista, ya que en él se encuentran normas que
pertenecen tanto al Derecho Público como al Privado, las cuales interactúan en
perfecta armonía. Por lo tanto, el derecho agrario tiene carácter MIXTO.
No obstante, el Derecho Privado ha sido la esfera en que primero se desarrollo
con los contratos.
Respecto a ejemplos de normas de Derecho Público en el campo del Derecho
Agrario, podemos citar las leyes sobre sanidad animal y vegetal, las cláusulas de
orden público en los contrato de arrendamiento (ej. sobre duración), etc.

2.3- Caracteres

Los dados en clases:

✓ Novísimo: porque es nuevo


✓ Interdisciplinario: porque requiere de la utilización de otras ramas del
derecho
✓ Tras disciplinar: porque requiere de la utilización de otros cuerpos
disciplinarios (sociología, agronomía, ciencia veterinaria, etc.)
✓ Regional: depende de cada zona o lugar y de los recursos, y las
actividades que allí se desarrollen.
✓ Convocación Universalista: las personas han tenido en todo momento
la necesidad básica de alimentación y eso lo hace universal.

Otra enumeración:
◆ Derecho tuitivo: tiene tendencia a proteger y defender,
tanto el factor humano como el natural.
◆ Los intereses que protege responden a fines concretos
determinados por el ciclo biológico.
◆ De aspecto publicístico: la actividad agropecuaria es un
instituto público e incide en la alimentación de la población.
◆ Factor de promoción y progreso.
◆ Sus normas se aplican a un ámbito determinado.
◆ Con influencias regionales definidas.
◆ Con influencias de la sociología y la política debido a la
producción agropecuaria y a las modalidades de la vida rural.
◆ Sus intereses son concretos, referidos al hombre y los
vínculos con la producción.

2.4- Principios

Tal vez el tema que más dificultad ha ofrecido en la construcción de una teoría general
del derecho agrario es aquel que se refiere a los principios generales que lo rigen.

Sostienen la inexistencia de principios generales propios del derecho agrario los


integrantes de la llamada escuela jurídica formal (teoría negativa). Parten de la
afirmación de la inexistencia de la autonomía del derecho agrario, pues los principios
que lo rigen son los propios del derecho civil. Entre ellos se encuentran Carrozza,
Arcangelli, Bassanelli.

Entre los que afirman la existencia de principios generales y los han enumerado se
encuentra Frassoldati, quien en el 1º Congreso Internacional de Derecho Agrario de
1954 señaló que los mismos eran:
1. El de la buena cultivación: principio fundamental de la materia según
el cual el productor debe cultivar según la buena técnica y
racionalmente.
2. El de la dimensión mínima del fundo: pues la superficie de la tierra
debe ser lo suficientemente extensa para que la actividad sea
productiva. Este principio está sentado en el art. 2326 de nuestro
Código Civil (Ley 17.711), según el cual las cosas son también
indivisibles cuando de su división resultara antieconómico su uso.
3. El de la inescindibilidad de los resultados completos del año
agrícola: es decir, el principio de la duración mínima de los contratos
agrarios y las relaciones laborales.
4. El de colaboración entre las partes en los contratos agrarios.
5. El de la cooperación entre los fundos: este principio impone la
solidaridad entre los propietarios de tierras colindantes en beneficio de
la explotación agrícola.

Sin embargo, esta enunciación ha sido criticada por la doctrina de la negación sobre la
base de que ninguno de los cinco principios son específicos y exclusivos del
derecho agrario. Así, por ejemplo, la colaboración y cooperación a la que se hace
mención es propia de todos los tipos de contratos, no sólo de los agrarios.

Ballarín Marcial, otro de los que sostienen la existencia de los principios del derecho
agrario, enumeró los siguientes: 1) Función social de la propiedad; 2) Protección
de la empresa agraria familiar, basada en lo posible en la propiedad sobre la
tierra que se cultiva; 3) Distribución de la propiedad; 4) Acceso a la propiedad
para crear explotaciones familiares; 5) Fomentar la dimensión mínima de las
explotaciones agrarias; 6) Tratar de evitar la gran propiedad o las grandes
extensiones; 7) Fomentar la conservación y protección de la empresa agrícola
familiar; 8) Fomentar la asociación entre empresarios agrarios; etc.

A pesar de este intento, las mismas críticas ha recibido esta clasificación. No se


trataría de principios sino de metas o finalidades que debe satisfacer el derecho
agrario. Por esta razón el autor, posteriormente, reformuló esta enumeración
aclarando que en realidad se trata de finalidades o valores que trata de realizar el
derecho agrario.

Entre nosotros, Vivanco habla de las metas-fines que persigue la política agraria en la
búsqueda de soluciones a los problemas agrarios, y entre ellas enuncia: a) la
conservación de los recursos naturales renovables, tales como el suelo, el agua, la
atmósfera, la fauna y la flora; b) el incremento racional de la explotación; c) la
seguridad y el progreso social.
Manifiesta Vivanco que de estos fines de la política agraria surgen los principios
jurídicos primarios o fundamentales.

Carroza y Luna Serrano -críticos-, afirman que para que una rama tenga
autonomía científica tiene que tener principios propios y ninguno de éstos pueden ser
considerados específicos y exclusivos del derecho agrario. Para estos autores, la
agrariedad está presente cuando se cumple un proceso biológico y se utiliza para
producir. Modernamente la doctrina entiende que es autónomo por los institutos
propios: propiedad agraria, empresa agraria, contratos agrarios. Y todos ellos poseen
agrariedad.
Otros autores, finalmente, dicen que este asunto de los principios del derecho
agrario constituye un falso problema, que no es necesario para que una rama del
derecho logre su autonomía que se rija por principios propios; en realidad, todas las
ramas del derecho se rigen por principios más generales que, en realidad, pertenecen
a otras ramas o al derecho en general.

En realidad, al decir de Brebbia, actualmente el problema de la autonomía está


más ligado a la falta de un objeto propio que a la eventual existencia de principios
generales que, como hemos visto, es todavía materia opinable.

2.5. Objeto:

El tema que ahora nos ocupa ha sido profundamente analizado por los
agraristas; desde aquellos que, al igual que niegan la autonomía y existencia de
principios propios del Derecho Agrario, niegan también que posea un objeto propio;
pasando por aquellos que aceptan su existencia y enumeran una multiplicidad de
ellos; hasta los que, finalmente, sostienen que dicho objeto se ha ido ampliando de tal
manera que actualmente el Derecho Agrario tiende a disolverse dentro de un Derecho
Ambiental más amplio (derecho de los recursos naturales o del ambiente).

En un principio el objeto, del derecho agrario se fundó en el esencial tipo de


propiedad, la fundiaria con estricta función social (derecho romano). Luego, en los
inicios del Derecho Agrario (Bolla -1920) se identificó al objeto de este derecho con
la propiedad agraria (la tierra rústica). Más tarde, hubo un desplazamiento de la
centralidad del objeto desde la propiedad agraria hacia la empresa pasando a ser ésta
la principal, ya que la propiedad y los contratos tienen una relación instrumental con
ella.

Finalmente, habla Brebbia, de un alargamiento del objeto del derecho agrario,


o sea en la relación con la incursión de la ecología, el ambiente, el agroturismo, las
marcas, denominaciones de origen, los productos orgánicos, la comercialización
internacional, la política de subsidios, las políticas económicas.

Según Carrozza el contenido del derecho agrario son los tres institutos básicos
de la materia: contratos agrarios, propiedad agraria y empresa agraria. El común
denominador de estos tres institutos de derecho civil, ahora objeto del Derecho Agrario
es, como puede apreciarse, la agrariedad.

En realidad, sostiene el autor, que el único objeto del Derecho Agrario es la


empresa agraria, entendida ésta actividad profesional organizada; los contratos
agrarios y la propiedad agraria no son más que instrumentos de dicha actividad. Ahora
bien, ¿qué es la agrariedad?, ¿qué se entiende por actividad agraria? ¿cuándo un
contrato, una propiedad o una empresa es agraria? Carrozza se encarga de definirlo
en su llamada teoría agrobiológica como la actividad dependiente de un ciclo
biológico, vegetal o animal, ligada directa o indirectamente a la utilización de los
recursos naturales como la tierra y el agua; destinado a la obtención de frutos –
animales o vegetales- para el consumo directo, o bien, previa transformación de los
mismos. Esta actividad, dependiente de ciclos biológicos está, además, ligada a
las fuerzas de la naturaleza, lo que la distingue de otro tipo de actividad dominada por
el hombre.

Finalmente, no debemos olvidar, que el Derecho Agrario posee una íntima


relación con el Derecho Ambiental y los recursos naturales, lo que no quiere decir que
deban confundirse totalmente, sino que el objeto del Derecho Agrario se ha ampliado
hoy en día hacía la protección del suelo, su utilización racional, su ejercicio sustentable
o sostenible, el mantenimiento de la diversidad biológica, etc

Importante: pienso que pese a todas las teorías sobre el objeto que
desarrollé anteriormente, por lo que han dado en clases la cátedra
sostiene que el objeto del derecho agrario está compuesto por: la
propiedad agraria, empresa agraria y contratos agrarios.

2.6- Método
• Jurídico: se integra de 2 etapas; una inductiva donde el
legislador elabora mediante inducción la norma genérica que ha de
resolver el problema concreto. Es decir, del caso particular extrae la
norma general. Y otra faz deductiva dónde el intérprete, frente al caso
concreto a resolver, aplica la normativa del principio genérico contenido
en la ley.
• Sistemático: requiere la reestructuración lógica de los puntos
básicos del derecho agrario, de modo que sean un desarrollo armónico
con fines pragmáticos.
• Histórico: importante para corroborar la certeza o no, en la etapa
inductiva, del acierto de la solución a darse. El legislador detendrá su
vista en la experiencia del pasado.
• Sociológico: el estudio del derecho agrario debe ser
estableciendo la relación inmediata que existe entre leyes e
instituciones agrarias y realidades sociales.

3. Autonomía del Derecho Agrario y sus diversas manifestaciones:

La discusión acerca del problema de la autonomía del Derecho Agrario surge entre
los años 1928-30 con la Revista de Derecho Agrario en Italia, donde se registró una
elevada discusión doctrinaria acera de la naturaleza del Derecho Agrario y su
autonomía.

Se ha dicho que resulta inconveniente el empleo del término autonomía, pues aquello
significa bastarse a sí mismo y es indudable que ninguna rama del derecho puede
tener tal pretensión; ya el rosarino Fontanarrosa decía que el derecho se presenta
como una sola e inmensa institución y que su división en distintas ramas obedece a
razones prácticas de estudio.

El derecho agrario, al igual que múltiples ramas del derecho, posee distintos grados de
dependencia con el resto, ya sea con el derecho comercial, laboral y sobremanera con
el civil. Este problema de la autonomía suele estudiarse tradicionalmente a través de
distintos aspectos o fases de ella, a saber, la autonomía didáctica, legislativa, científica
y, modernamente, la autonomía jurisdiccional.

a) Autonomía científica o doctrinaria: es este aspecto el más fundamental e


importante de toda la discusión acerca de la autonomía o especialidad1 del Derecho
Agrario. El problema de la autonomía científica consiste en saber si el Derecho
Agrario constituye una rama jurídica o autónoma.

b) Autonomía didáctica: consiste en la posibilidad de enseñar y estudiar al derecho


agrario a nivel terciario. En argentina casi siempre se lo estudio junto con el derecho
de minería. No hay uniformidad en los planes de estudio, en nuestra facultad se la
estudia separadamente como en la Plata y Rosario, en la UBA existe la cátedra de
Recursos Naturales que comprende al derecho agrario, minería y ambiental. Brebbia
señala la utilidad de estudiarlo por separado dada la importancia del mismo en nuestro
país.

c) Autonomía legislativa: Consiste en la posibilidad de sanción de leyes o cuerpos de


leyes que reglen orgánicamente la materia agraria; la culminación de esta autonomía
es la codificación.

d) Autonomía Jurisdiccional: aquí lo que vamos a analizar es si es conveniente o no


la existencia de un fuero agrario o una jurisdicción agraria.

3.1- Autonomía científica o doctrinaria: Existe autonomía científica cuando los


diversos institutos que componen una determinada rama del derecho, son susceptibles
de una sistematización orgánica de la cual resulta un ordenamiento completo en sus
distintas partes, suficiente como para constituir el objeto de un estudio jurídico.
Cuando tiene principios generales propios aplicables a toda la materia agraria.
En cuanto al debate se han dado básicamente dos posiciones fundamentales con
origen en Italia:

1. La escuela jurídica formal: contraria a la autonomía, civilista y representada


fundamentalmente por Arcangeli, seguida por Bassanelli y actualmente defendida por
Irti.
2. La escuela técnica económica: que se pronuncia a favor de la autonomía,
fundada por Bolla y que se funda en criterios históricos, económicos e ideológicos.

a- Teorías negatorias:

• Escuela Jurídica Formal, Civilista o Negatoria


(Arcangelli): expresa que no es base para la autonomía que
haya una enseñanza especial o que se dicte un código agrario,
sino que una rama del derecho tiene propiamente autonomía
doctrinaria si posee principios generales comunes a toda aquella
rama del derecho y propios solamente de ellos. Sostiene que el
derecho civil puede solucionar los problemas emergentes de la
actividad agraria. Los intereses rurales no se distinguen de los
civiles y deben estar regidos por la misma ley.

• Teoría de la empresa agraria (Irti): postura negatoria,


expresa que antes el Derecho Agrario era abrazado por el
Derecho Civil a través del instituto de la propiedad y ahora lo es
por el instituto de la empresa. Se funda en el siguiente silogismo:
La empresa es un instituto unitario del derecho civil; para el
código de 1942 el derecho agrario es el derecho de la empresa
agraria; entonces el derecho agrario es derecho civil. Critica
Carroza esta tesis porque el instituto de la empresa es un
instituto propio de todo el derecho privado y no único del
derecho civil.

• Teoría de los recursos naturales (Pigretti): agrupa los


recursos naturales enumerando: el suelo, yacimientos minerales,
sólidos, líquidos y gaseosos, el agua, la flora, la fauna, el
espacio aéreo y los recursos panorámicos o escénicos. Dos
caracteres: 1) la resistencia que se opone a su utilización, y 2) la
interdependencia en que se encuentran.

b- Teorías que afirman su autonomía:

• Autonomista o Escuela Técnica Económica (Bolla):


afirma la existencia como rama autónoma, se funda en la
hacienda del agricultor cuya organización necesita un
reglamento propio. Arcangelli refutando esto sostiene que
cualquier actividad agrícola requiere una hacienda grande o
chica, pero siempre resta saber si las normas particulares que
rigen esta hacienda no se encuentran bajo la influencia de
principios generales. Brebbia, citando a este autor expresa que
el fundo tiene una función específica en la producción agraria,
sistematizado el suelo, sucede un segundo momento en el cual
la actividad agraria se ejercita. El ejercicio presupone una
coordinación de los factores de la producción agraria, esto es el
fundo, el capital y el trabajo. Así puede comprenderse este
complejo denominado hacienda. Conclusión: la hacienda
agrícola moderna es la unidad técnica económica que coordina
la tierra, el capital y el trabajo.

• Teoría de la explotación agropecuaria (Mugaburu):


funda la autonomía del derecho agrario en la explotación
agropecuaria y el conjunto de relaciones que lo integran. Dice
que hay un elemento esencial y específico del derecho agrario,
la explotación agropecuaria, que es la actividad que tiene un fin
lucrativo y que puede ser la siembra, y todas las actividades del
ambiente campestre y que involucra a todas las personas que
llevan adelante esa explotación, que está integrada por: el
capital base (la tierra y los elementos auxiliares del capital), el
trabajo agropecuario y el ánimo de lucro.

• Teoría Agrobiológica (Carrera-Rinquelet los cuales


inaguran la ESCUELA ARGENTINA DE DERECHO
AGRARIO): Carrera expresa que tierra y vida son dos
elementos constitutivos esenciales de la actividad agraria sin las
cuales no existe acto agrario; la actividad agraria se produce
cuando el hombre con su trabajo explota la tierra para hacerla
producir a través de un proceso agrobiológico. Rinquelet
establece que la ciencia agrícola es fundamentalmente biológica.
Para lograr el derecho agrario hay que partir de la ecología pues
sin vida y sin tierra y sin clima no hay agricultura. El contenido
que le da especificidad es la necesaria presencia de dos factores
esenciales, naturaleza y vida, que se expresan por medio de un
proceso agrobiológico realizado en la tierra por el hombre.

En síntesis, Caracterizan a la actividad agraria como industria


genética. La tierra y la vida son dos elementos constitutivos
esenciales de la actividad agraria, sin los cuales no existe
actividad agraria. A ello debe sumarse la actividad del hombre
que con su trabajo ayuda a que pueda cumplirse el proceso
biológico.

Carroza admite el ciclo biológico aún sin tierra, y pone énfasis en


el proceso y no en los elementos que lo integran.

• Estudio del derecho agrario por institutos y Teoría de


la Agrariedad (Carroza es el que la elabora tomando como
referencia la teoría de la Escuela Argentina de Derecho
Agrario): este autor insiste en cambiar el método y en buscar el
fundamento de la autonomía no en los principios jurídicos sino
en una noción extrajurídica, para construir el significado de la
agrariedad o de lo agrario. En su íntima esencia la actividad
productiva agraria consiste en un ciclo biológico vegetal o
animal, ligado directa o indirectamente al disfrute de las fuerzas
y de los recursos naturales que se resuelven económicamente
en la obtención de frutos vegetales o animales destinados al
consumo directo o bien previa a una o más transformaciones.
Expresa que no es la especie del bien lo que importa sino el
procedimiento que se utiliza para obtenerlo.

3.2- Autonomía didáctica: concepto y antecedentes: la autonomía didáctica


de una disciplina jurídica consiste en la posibilidad o conveniencia de enseñar dicha
materia a nivel terciario o universitario como disciplina autónoma y no dentro de alguna
otra de las llamadas materias universitarias.

Originariamente en nuestro país, la enseñanza del derecho agrario comenzó


como un anexo al derecho minero.

En el año 1900 en la UBA comienza a enseñarse por primera vez el derecho


rural. Comienza entonces una larga etapa en que ambas asignaturas se impartieron
conjuntamente, a pesar que desde esa época ya se advertía y aconsejaba la
importancia práctica de un curso propio acerca de la legislación agraria.

Actualmente, salvo excepciones como Santa Fe y La Plata, su enseñanza se


desarrolla unida a la del derecho minero.
Más aún, existe una tendencia actual de aglutinar dentro de una cátedra de
derecho ambiental lo relativo al derecho agrario, minero, forestal y de los recursos
naturales.

Por esto es que debe aceptarse que la autonomía didáctica del derecho agrario,
aconsejada no sólo por los autonomistas, sino también por quienes, como Arcangeli,
que si bien niegan su autonomía científica por no poseer principios propios, aconsejan
su estudio independiente por razones prácticas, en nuestro país sólo se ha logrado
parcialmente.

En el 1º Encuentro Nacional de Profesores de Derecho Agrario llevado a cabo en


Sana Fe en 1982 por mayoría se declaró que por razones científicas, legislativas y
didácticas, el de Derecho Agrario debe enseñarse como un todo individualizado y
distinto de otras ramas del derecho.

El derecho minero es regulador de una actividad puramente extractiva, y por


ende con un objeto diverso al del derecho agrario, no tiene otro punto de contacto en
común que no sea la naturaleza, pero es necesario entender, que esta mera
circunstancia no es suficiente como para justificar una enseñanza compartida.
Por otro lado, tampoco puede confundirse la enseñanza del derecho ambiental
con la del derecho agrario ya que ambos regulan actividades esencialmente
diferentes. Mientras que el derecho ambiental procura la protección y conservación de
los recursos naturales y la ecología, el derecho agrario es eminentemente económico
y productivo.

Según Brebbia, no sólo debe enseñarse por separado nuestra materia a nivel
universitario sino que propone, además, que la misma se lleve a cabo en base a sus
institutos. Es decir, comenzar por una parte general en donde se desarrolle la historia
de la materia y la comprensión del concepto de agrariedad, para luego dar paso a
institutos específicos como la noción de empresa, propiedad agraria en sus distintas
manifestaciones, los contratos agrarios –distinguiendo los constitutivos de la empresa
agraria de los que sirven para su ejercicio-, para hacer finalmente hincapié en la
acción del Estado frente a los problemas actuales de la agricultura.

Finalmente, en el 1º Congreso Internacional de Profesores de Derecho


Agrario de 1996 se dejaron definitivamente sentadas las bases para la enseñanza
futura de la disciplina agraria en una cátedra independiente de la minera y de la
ambiental, declarando su autonomía científica y didáctica y solicitando la actualización
constante de los contenidos de la materia dada la importancia de la misma para
nuestro país eminentemente agroexportador.

Además, se solicitó que no se confunda al derecho de la agricultura con el


derecho de los recursos naturales ni con el derecho ambiental, sin que ello signifique
desconocer la íntima relación que existe entre los recursos naturales renovables y la
industria agropecuaria.

3.3- Autonomía legislativa.

Codificación:

Carroza afirma que ligar el concepto de autonomía legislativa a la accidentalidad


de las codificaciones es un error, toda vez que dicha unidad legislativa también puede
obtenerse fuera de un código, a lo mejor sobre la base de textos únicos o de grandes
leyes. De esta manera, el autor señala que tanto en Italia como Argentina ha sido en
vano la espera de un código, lo que ha obligado a dictar un sinnúmero de leyes
especiales, pero que sin embargo no hay que ligar la autonomía legislativa a la
accidentalidad de la codificación, ya que la dicha unidad se puede obtener también
fuera de un código, sobre la base de grandes leyes como ha hecho Brasil (Estatuto de
la Tierra 1964).

En nuestro país han sido dictados desde 1865 códigos Rurales Provinciales,
como el de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, etc., más bien tienen sentido
reglamentarista y de policía. La importancia de los mismos es el rescate de normas
hasta entonces de carácter consuetudinario, como disposiciones sobre cercos,
medianerías, marcas y señales.

3.3. a) Constitucionalismo social:

Con respecto a la temática Constitucional, Carrozza formula una clasificación de


las constituciones, según contengan o no una explícita enunciación de los principios
relativos a la agricultura. Entre las que no contienen principios se encuentran la
constitución argentina de 1853, y en general todas aquellas dictadas durante el siglo
XIX y antes de la Primera Guerra Mundial; en ellas, el fenómeno productivo no tenía
relevancia autónoma porque estaba comprendido dentro del derecho de propiedad.
La productividad de la tierra dependía del libre uso que de ella hiciera su dueño.

Por otro lado, después de la primera y segunda guerra, y sobre manera debido al
surgimiento del constitucionalismo social, las constituciones comenzarán a plasmar los
postulados sociales y productivos en las cartas magnas, las primeras manifestaciones
las encontramos en las constituciones mexicana y alemana.

Ya hemos visto que la primera Guerra Mundial tuvo una influencia decisiva en el
nacimiento del derecho agrario como consecuencia de la crisis del derecho
constitucional clásico y el advenimiento de lo que se ha dado en llamar
constitucionalismo social o constitucionalismo de los derechos sociales.

El eje básico sobre el que gira el constitucionalismo social es la función social


de la propiedad, es decir, una idea de propiedad sujeta a las modalidades que dicte el
interés público.

Su primera manifestación es la Constitución mexicana de 1917, donde el


Derecho Agrario alcanza por primera vez en el mundo jerarquía constitucional. El
estado ya no será abstencionista y comenzará a ocupar un papel importante en la
regulación de la vida social .

Este principio de que la propiedad debe constituir un servicio para el bienestar


general, adquirió vigencia universal y fue institucionalizado en todas las constituciones
dictadas después de la Segunda Guerra Mundial, como la italiana de 1948, la cual
impone límites a la extensión de la propiedad privada, según la región y la zona
agraria, obligaciones de mejorar la tierra, etc.

Vemos, entonces, que la concepción clásica del dominio basada en el


individualismo es reemplazada por una concepción de tinte social. El dominio
privado sigue siendo protegido por el estado pero éste ya no es absoluto. Lo que se
buscó con las llamadas leyes de reforma agraria es la máxima utilización del suelo
agrario y su fraccionamiento entre una cantidad cada vez mayor de agricultores.

En nuestro país, si bien la jerarquía constitucional de estos principios sólo se


logró con la Constitución de 1949 (luego derogada), una importante influencia se vio
plasmada en la Ley de Colonización Nº 12.636 de 1940 que en su art. 1º estableció
que “la propiedad de la tierra queda sujeta a las limitaciones y restricciones que se
determinan en esta ley de acuerdo al interés colectivo”.

3.3. b) El constitucionalismo social en los países del MERCOSUR: la carta


magna brasilera de 1988 incorpora los elementos sociales a su redacción; tal es el
caso de la regulación de la propiedad privada.

Según la constitución brasilera la propiedad privada debe cumplir una función


social y ello ocurre cuando atiende simultáneamente a un aprovechamiento racional y
adecuado, a la utilización adecuada de los recursos naturales y la preservación del
medio ambiente y una explotación que favorezca el bienestar de propietarios y
trabajadores.

3.3. c) Algunas Constituciones extranjeras (Italia 1948, Portugal 1976,


España 1978): la 2da GM tendrá, al igual que la primera, gran influencia en la
evolución jurídica posterior, y surgirán constituciones nuevas en países como
Alemania, Francia e Italia, sin contar las del mundo socialista, en las que se ratifica la
concepción de la propiedad como algo que debe cumplir una función social, y sobre
todo, triunfará definitivamente la idea de la empresa y de la explotación agraria como
base del ordenamiento jurídico de la tierra.

Entre las constituciones posteriores a la 2da guerra debe señalarse a la italiana


de 1948, que forma parte de aquellas que Carrozza llama explícitas, porque contiene
principios agrarios. En su art. 44 establece: “A fin de conseguir el racional rendimiento
del suelo y de establecer equitativas relaciones sociales, la ley impone obligaciones y
vínculos a la propiedad de la tierra, fija límites a su extensión según la región y la zona
agraria, promueve e impone el saneamiento de las tierras, la transformación del
latifundio y la construcción de la unidad productiva, ayudará a la pequeña y a la
mediana propiedad”. De lo dicho se desprenden dos principios: el racional
aprovechamiento del suelo y establecer equitativas relaciones sociales.

Otra de las modernas constituciones es la española de 1978, no contiene


normas explícitas referentes a la regulación jurídica de la agricultura, como si lo hace
la italiana, pero incorpora declaraciones de carácter general de donde pueden
obtenerse dichos principios.

La moderna constitución portuguesa de 1976 incluso propone un específico


plan de reforma agraria al igual que la mexicana, previendo la eliminación de los
latifundios y la recomposición de los minifundios. Obliga al Estado a promover la
constitución de cooperativas de producción, adquisición, venta y transformación de
bienes y servicios. También establece que en la ejecución de la reforma agraria,
deberá darse participación a los trabajadores y pequeños y medianos agricultores. De
todas las constituciones modernas esta es la más socialista y agrarista.

3.3. d) Constitución Nacional: Facultades de la Nación y provincias en


materia Agraria: Poderes delegados, implícitos y concurrentes:

Como decíamos, nuestro derecho constitucional agrario debería incluirse,


teniendo en cuenta la fecha de su sanción, dentro de aquellas que en la clasificación
de Carrozza no contienen principios explícitos relativos a la agricultura, y en ella
el derecho de propiedad aparece consagrado como un derecho inviolable.

La época en que fue sancionada nuestra Constitución y las ideas políticas y


económicas imperantes explican de alguna manera que no contenga principios
agrarios expresos. El derecho agrario se hallaba, según autores de la época,
suficientemente legislado en el Código Civil mediante la regulación del instituto
de la propiedad privada; la agricultura era una forma de ejercer ese derecho de
propiedad.

La falta de preocupación de la época por la regulación constitucional de la


agricultura se encuentra evidenciado en el art. 67, inc. 11 de la CN (art. 75, inc. 12
después de la reforma de 1994), que al enumerar los códigos que corresponde dictar
al Congreso Nacional, no incluye el agrario o rural. Ya lo decía Alberdi en sus bases:
“todo el derecho constitucional agrícola se reduce a la no intervención reglamentaria,
dejar hacer, no estorbar”.

No obstante lo expuesto, Brebbia considera que se pueden encontrar principios


agrarios dentro de la Constitución de 1853-60, aunque estos no sean explícitos. La
idea de poblar el país (gobernar es poblar) es una clara manifestación del interés por
la actividad agropecuaria. Los primeros gobiernos patrios advirtieron que el desarrollo
agrario debía asentarse fundamentalmente en la inmigración.
Y efectivamente la Constitución de 1853 propició el desarrollo de la política
agraria fundada en la inmigración, la distribución de la tierra pública y la
colonización. De esta manera, el vasto territorio nacional fue paulatinamente
destinado a la actividad agropecuaria.

Como hemos visto anteriormente, y como desarrollaremos acto seguido, la


Primera y Segunda Guerra Mundial provocan un cambio de rumbo fundamental en la
política y el derecho a nivel mundial. Unas de las manifestaciones más importantes de
esos efectos es el llamado constitucionalismo social por medio del cual se resalta la
función social de la propiedad, es decir, una idea de propiedad sujeta a las
modalidades que dicte el interés público.

Si bien aquellos principios ya habían sido incluidos en nuestra legislación


nacional, no recibieron consagración sino hasta la reforma constitucional de 1949,
Constitución derogada luego en 1957, aunque mantuvo los llamados derechos
sociales.

La reforma de 1994, si bien no incorporó principios fundamentales de derecho


agrario, si lo hizo con principios muy allegados a él: la protección del medio
ambiente.

Facultades de la Nación y provincias en materia Agraria: Poderes


delegados, implícitos y concurrentes:

Nuestra CN estructura un sistema de gobierno federal según el cual corresponde


a las provincias los poderes no delegados expresamente por la CN al gobierno federal,
y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales.

Nuestra CN es, desde este punto de vista, una concesión de poderes al


gobierno federal.

El primer problema que se presenta en cuanto a este sistema de delegación de


poderes es el referido a la no inclusión del Cód. Agrario en la enumeración del art. 67
inc. 11, hoy 75 inc. 12, entre aquellos que corresponde dictar al congreso nacional.

Si bien hasta la sanción del CC de Vélez, las provincias podían dictar cod.
Rurales (amparados por el 108 de la CN), según el cual las provincias pueden dictar
leyes o códigos sustanciales hasta tanto el congreso nacional no los dictase, con la
sanción del CC. Comienza a regir la prohibición del art. 108, es decir las provincias ya
no podían dictar leyes sustanciales en esa materia
.
Sin embargo, las provincias como Santa Fe, Corrientes, Catamarca y Córdoba,
sancionaron sus respectivos códigos rurales, a pesar de que el código civil ya existía.
La justificación, errónea como se verá, la encontraron en el art. 75 inc. 12 en cuya
numeración no figuraba el Cód. Agrario, y como no había sido delegado, las provincias
mantenían la facultad de dictarlos.

Esta justificación es incorrecta, en primer lugar porque a la sanción de la CN el


derecho agrario no existía como disciplina autónoma, y por esta razón no fue
incorporada en el mencionado art. Sin embargo, también es cierto que las posteriores
reformas han reformado el art. 75 inc. 12 incorporando el cód. Laboral y de seguridad
social, pero olvidando incluir el cod. Agrario.

1) Poderes legislativos expresamente delegados a la Nación:


• El derecho privado: entre los poderes expresos que la CN confiere a la
Nación, el más importante resulta del inc. 12 del art. 75 según el cual
corresponde al congreso nacional la sanción de la llamada legislación común,
esto es una expresión del principio de unidad de legislación.
A pesar de que dicho inciso no se refiere al cód. Rural, consideramos que su
sanción es también facultad del gobierno federal. Por lo tanto, es indiscutible la
atribución del congreso de legislar sobre derechos reales, entre ellos la
propiedad agraria en sus distintas manifestaciones.

• Regulación del comercio agropecuario y su contralor: es también


facultad expresa de la nacion la regulación del comercio marítimo y terrestre
con las naciones extranjeras y las provincias entre sí, inc. 13 el 75.

El comercio de granos y de carnes ha desbordado los ámbitos locales,


para constituir tráfico interprovincial e internacional, hoy el país constituye un
inmerso mercado por lo que es correcto que corresponda al gobierno federal su
regulación y contralor.

Además, la CSJN ha declarado en conocidos casos la constitucionalidad


del control de comercio en todas sus formas o manifestaciones.

2) Los poderes implícitos: la denominada “cláusula elástica” contenida en el


artículo 75 inc. 32 establece que compete al Congreso dictar todas las leyes y
reglamentos que sean convenientes para poner en ejercicio los poderes
antecedentes y todos los otros concedidos por la presente constitución al
gobierno de la Nación.

Los poderes implícitos se explican porque sería impropio de una


constitución incluir una enumeración exhaustiva y taxativa de todos los que
competen a la Nación.

Debe tenerse en cuenta que la facultad implícita que se ejerce debe ser
la consecuencia de un poder expresamente delegado a la Nación que
encuentre en él su apoyo, es decir que sea el medio para ponerlo en
movimiento.

• Policía Sanitaria: atributo que posee todo Estado, potestad de


regulación amplia y genérica para promover el bienestar común; con arreglo a
nuestra organización federal el principio es que corresponde a las provincias,
como lo ha declarado reiteradamente la Corte y sostiene pacíficamente la
doctrina. No obstante el poder puede ser ejercido por la Nación dentro del
territorio provincial cuando le ha sido expresamente conferido por la
Constitución o es una consecuencia forzosa de otras facultades
constitucionales.

• La legislación sanitaria animal en las leyes posteriores a la N° 3959: en


el proyecto de ley sanitaria animal se discutió a quien correspondía el poder de
policía sobre la materia siendo tres las posturas a) corresponde a la Nación, b)
corresponde a las provincias en principio, pero podría ser ejercido por la
Nación cuando le ha sido expresamente conferido por la constitución o es una
consecuencia forzosa de otras facultades constitucionales, c) Cullen piensa
que hay que atender al interés protegido. Si es general corresponde a la
Nación y si es locas a las provincias.
La Ley 3.959 reglamentó la defensa sanitaria de los animales en todo el
territorio de la Nación contra la invasión de enfermedades contagiosas,
exóticas y la acción de epizootias ya existentes. La ley abarcaba los lugares
sujetos a jurisdicción exclusiva del gobierno nacional, es decir, sólo se aplicaba
a territorios federales, al tráfico interprovincial e internacional o
excepcionalmente cuando hubiere riesgo de traspaso de la enfermadad de una
provincia a otra.

La Ley 17.160, que derogó a la anterior, dispuso que el Poder Ejecutivo


reglamentaria todo lo concerniente con la habilitación, fiscalización sanitaria, e
inspección del mercado de ganados, ferias, mataderos, etc. Y en general todos
aquellos donde se elaboren o depositen productos animales cuando los lugares
estén sujetos a jurisdicción federal. El control se refería a los casos de
jurisdicción específica nacional y quedaba por lo tanto ajeno el orden y tráfico
interno de cada provincia.

La Ley 18.811 -ley federal de carnes- extiende el poder federal a


aquellos establecimientos industriales y de faena, aun aunque sus productos se
comercialicen dentro de una misma provincia, es decir aún cuando no afecte el
comercio interjurisdiccional. Los establecimientos afectados al comercio federal
están regulados por normas federales y su aplicación es a cargo también del
gobierno federal. En Cambio los establecimientos afectados al tráfico y
consumo local están regulados por normas federales, pero su aplicación
corresponde a organismos locales. El fundamento de dicha reforma es que las
enfermedades no reconocen fronteras geográficas o legales para extenderse y
propagarse.

Finalmente, la actual Ley 22.375 de 1981, similar a la 18.811 (que


deroga) autoriza al Poder Ejecutivo Nacional a reglamentar en todo el país el
régimen de habilitación y funcionamiento de los establecimientos donde se
faenan animales (construcción, ingeniería sanitarias, aspectos higiénicos
sanitarios de elaboración, industrialización o transporte de carnes) acordando a
las provincias el contralor del cumplimiento de sus disposiciones en sus
respectivas jurisdicciones a través del SENASA (Servicio Nacional de Sanidad
y Calidad Agroalimentaria).

El fundamento de la actual ley es establecer un régimen uniforme en


todo el territorio en aspectos tan trascendentes para la economía y la salud del
país.

3) Los poderes concurrentes: aquellos que teniendo el mismo objeto la


constitución atribuya a la Nación y a las provincias y resultan principalmente del art. 75
inc. 18 y 125.
El art. 75 inc. 18 atribuye al congreso nacional la facultad de proveer todo lo
conducente a la prosperidad del país, el adelanto y bienestar de las provincias,
promoviendo la inmigración y la colonización de tierras de propiedad nacional.
El art. 125 expresa que las provincias pueden promover la inmigración y la
colonización de tierras de propiedad provincial.
Por supuesto que en el ejercicio de las facultades concurrentes debe descartarse
la idea de simultaneidad y que por lo tanto las provincias no podrán ejercerlas sobre el
mismo objeto y en el mismo momento que la Nación.

• La colonización: las cláusulas constitucionales mencionadas autorizan


a la Nación y a las provincias a colonizar sus propias tierras fiscales, y por lo
tanto estas últimas no han delegado y por el contrario se han reservado el
derecho de disponer de sus tierras públicas y colonizar sobre la base de su
distribución.

• El régimen forestal: Una parre de la doctrina sostiene que es facultad


concurrente el llamado régimen forestal, por no existir en la Constitución
Nacional mención expresa a los bosques y a que a las provincias no se les
prohíbe legislar sobre este punto.
Otro grupo sostiene que si bien es cierto que la Constitución no se refiere de
modo explícito a los bosques, la facultad de legislar acerca de ellos
corresponde a la Nación, no obstante que la ley vigente incorpora un sistema
de adhesión de las provincias a la misma. El fundamento es que la industria
forestal afecta de modo directo a otras industrias que utilizan la madera como
así también al comercio internacional, sin olvidar su importancia en materia
ambiental, la conservación de los suelos, las corriente de agua, la flora y la
fauna y en general todo el ecosistema. Es esa importancia lo que hace
necesario una regulación uniforme en todo el territorio.
Si bien es cierto que la Constitución Nacional no se refiere de modo explícito a
los bosques, la facultad de legislar acerca de ellos corresponde a la Nación
(CSJN).

4) Poderes reservados por las provincias: aquellos que no han sido expresa o
implícitamente delegados y que consiguientemente se han reservado. En la
práctica son escasos y se reducen a disposiciones de derecho público de
carácter reglamentario y policíaco y ello es así por cuanto las normas de derecho
privado pueden ser dictadas solamente por el Congreso. Entre los poderes
reservados por las provincias debe señalarse el de colonización sobre las tierras
de propiedad provincial.

PODER DE POLICIA: por regla reservado a las provincias.

• Reglamentación de la unidad económica: Este poder reservado consiste en la


posibilidad de cada provincia de reglamentar la superficie mínima de la unidad
económica en materia de inmuebles rurales con arreglo al art. 2326 del Código
Civil, que luego de prohibir la división de las cosas cuando ello convierta en
antieconómico su uso y aprovechamiento, confiere a las provincias el
mencionado poder reglamentario.
Brebbia señala la inconveniencia de un poder acordado tan ampliamente a las
provincias que ha hecho que cada una de ellas lo haya reglamentado de
distinto modo y en base a criterios dispares para su determinación, lo que hace
que tierras de idéntica caracterización agroeconómica y separadas sólo por
límites puramente políticos, sean objeto de un tratamiento distinto.

• Justicia agraria
Resulta necesario por parte de las provincias la organización de un fuero
agrario dentro del poder judicial con jueces versados en derecho agrario;
regidos por procedimiento especial y acorde incluidos en códigos o leyes de
procedimientos, en armonía con la naturaleza. Este fuero debe comprender
todas las cuestiones agrarias y las materias contenciosas y no contenciosas,
siguiendo en lo contencioso el principio de oralidad, concentración,
improrrogabilidad de la jurisdicción e impulso procesal de oficio.

3.3 e)- La materia agraria en las Constituciones provinciales


- Constitución provincial de Santa Fe

ARTICULO 27. “La Provincia estimula y protege el ahorro popular en todas sus formas
y lo orienta hacia la propiedad de la vivienda urbana y del predio para el trabajo rural e
inversiones en actividades productivas dentro del territorio de la Provincia.”

ARTICULO 28. “La Provincia promueve la racional explotación de la tierra por la


colonización de las de su propiedad y de los predios no explotados o cuya explotación
no se realice conforme a la función social de la propiedad y adquiera por compra o
expropiación.
Propende a la formación, desarrollo y estabilidad de la población rural por el estímulo y
protección del trabajo del campo y de sus productos y el mejoramiento del nivel de
vida de sus pobladores.
Facilita la formulación y ejecución de planes de transformación agraria para convertir a
arrendatarios y aparceros en propietarios y radicar a los productores que carezcan de
la posibilidad de lograr por sí mismos el acceso a la propiedad de la tierra.
Favorece mediante el asesoramiento y la provisión de los elementos necesarios el
adelanto tecnológico de la actividad agropecuaria a fin de obtener una racional
explotación del suelo y el incremento y diversificación de la producción.
Estimula la industrialización y comercialización de sus productos por organismos
cooperativos radicados en las zonas de producción que faciliten su acceso directo a
los mercados de consumo, tanto internos como externos, y mediante una adecuada
política de promoción, crediticia y tributaria, que aliente la actividad privada realizada
con sentido de solidaridad social.
Promueve la creación de entes cooperativos que, conjuntamente con otros
organismos, al realizar el proceso industrial y comercial, defiendan el valor de la
producción del agro de la disparidad de los precios agropecuarios y de los no
agropecuarios.
Protege el suelo de la degradación y erosión, conserva y restaura la capacidad
productiva de las tierras y estimula el perfeccionamiento de las bases técnicas de su
laboreo.
Resguarda la flora y la fauna autóctonas y proyecta, ejecuta y fiscaliza planes
orgánicos y racionales de forestación y reforestación.!

Constitución de la Provincia de Entre Ríos

ARTÍCULO 68 “El Estado fomentará y protegerá la producción y, en especial, las


industrias madres y las transformadoras de la producción rural; a cuyo objeto podrá
conceder, con carácter temporario, primas, recompensa de estímulos, exoneración de
impuestos y contribuciones u otros beneficios compatibles con esta Constitución; o
concurrir a la formación de sus capitales, y al de los ya existentes, participando de la
dirección y de la distribución de sus beneficios.
Igualmente fomentará y orientará la aplicación de todo sistema, instrumento o
procedimiento, que tienda a facilitar la comercialización de la producción aunque para
ello deba acudir con sus recursos o crédito. Impulsará las condiciones esenciales para
la diversificación, industrialización y participación equitativa en toda la cadena de valor
de la producción, posibilitando el incremento de su rendimiento de manera
sustentable. Resguardará al pequeño y mediano productor, y garantizará su
participación en el Consejo Económico y Social.
Procurará para la población rural el acceso a la propiedad de la tierra y promoverá su
defensa.”

ARTÍCULO 86 “La Provincia promueve la unidad económica productiva


mediante leyes que contemplen el arraigo del productor entrerriano, el crecimiento y
desarrollo progresivo de las actividades productivas locales y el estímulo de la
tenencia de la tierra por sus residentes.
La legislación desalentará la especulación y la existencia de latifundios y el uso
de la tierra en grandes superficies continuas o discontinuas, mediante regímenes
tributarios, alícuotas progresivas u otras políticas activas.
Resguardará el orden público en relación con la adquisición de inmuebles
rurales por personas físicas o jurídicas extranjeras no residentes en el territorio
nacional.”

3.3 f) Diferencia entre Código Agrario Nacional y Código Rural:

Con respecto a la diferencia entre Código Agrario Nacional y Código Rural,


debemos destacar el art 75 inc. 12 de la CN, el cual le da poder al Congreso de
la Nación a dictar códigos de fondo pero no nombra a un Código Agrario. La
pregunta sería, ¿Por qué no fue nombrada la materia agraria en la CN de 1853?
Según Brebbia fue porque la materia agraria para esa época no tenía la
importancia suficiente. Sin embargo, la CN a lo largo de los años fue sufriendo
una serie de reformas, en las cuales, tampoco se incluyó al Código Agrario al art
75 inc. 12. A esto, Brebbia afirma que al legislador no le pareció trascedente
agregar esta materia.

Otra de las preguntas que podemos llevar a cabo siguiendo el razonamiento


sería si la Nación, aunque no esté nombrado expresamente, podría sancionar un
Código Agrario. Parte de la doctrina, contesta que si y lo fundamentan afirmando
que las provincias delegaron al Congreso facultades de legislar en lo sustancial.

En síntesis, debemos afirmar que Argentina no posee un Código Agrario


Nacional el cual debería ser sancionado por el CONGRESO pero sí tiene Códigos
rurales provinciales. Los mismos son materia reservada a las provincias.
Los códigos rurales que prácticamente tienen todas las provincias resuelven
problemas menores que hacen a la conveniencia del hombre de campo. Estos códigos
son muy antiguos pero continúan vigentes para ciertas cuestiones.

3.4. Autonomía jurisdiccional


Cuando hablamos de fuero agrario hablamos de si existen o no Tribunales del
Derecho Agrario. ¿Existe jurisdicción del Derecho Agrario específica en el país? La
respuesta es NO!

Entonces, ¿Quienes resuelven? Los jueces comerciales o civiles, y en materia


de trabajo agrario el juez laboral. Todo el problema se va a resolver con el Art. 75,
inc.12 que establece que esta es una facultad de las provincias.

La jurisdicción agraria.

La distinta naturaleza de las cuestiones sometidas a la decisión de los jueces hizo


necesaria la división del trabajo de los organismos judiciales, y a su especialización.
Así, en la evolución del derecho procesal, se separan primeramente las causas civiles
de las penales, porque son las que mayores diferencias presentan. Más tarde se crean
fueros exclusivos para entender al derecho comercial; nace así la competencia en
razón de la materia.
Sin embargo, es indudable que la diversidad de fueros multiplica las cuestiones
de competencia, que inciden poderosamente en el retardo de la justicia. Esta
circunstancia ha hecho que se tienda a unificar los fueros, empezando por los que
menos diferencias presentan, como el civil y el comercial.

Concepto y necesidad: el reconocimiento del Derecho Agrario como disciplina


autónoma tiene como lógico corolario que sus principios e instituciones sean juzgados
por tribunales especiales, distintos de los civiles. Más aún si se tiene en cuenta la
influencia del orden público en las normas de Derecho Agrario.

Si tenemos en cuenta la diversa naturaleza del derecho civil y el agrario, resulta


indispensable la separación de ambos fueros. El derecho rural involucra preceptos de
orden público, por un lado, y de orden privado por el otro, mientras que el fuero civil
sólo involucra cuestiones de orden privado.

Si ésta es una de las características del derecho agrario, resulta difícil pues
sostener que pueda ser aplicada dentro del sistema que caracteriza al fuero civil.
Y no sólo es necesaria la organización de un fuero agrario, sino que dicha
organización debe ser apta para el cumplimiento de los fines del derecho agrario, y
contar con un procedimiento acorde con la naturaleza especial de la materia. Se debe
tratar de un proceso judicial breve y acotado en sus términos.
En el proceso agrario las partes no pueden resolver sus diferencias respondiendo
exclusivamente a intereses particulares, violando los principios de orden público que
presiden esta rama del derecho. El orden público se impone a la decisión de las
partes.

Y lo expuesto se traduce en una necesaria limitación de la autonomía de las


partes en el proceso, y en la mayor facultad que debe tener el juez en la dirección
e impulso del proceso, que debe ser de oficio y debe tender a equilibrar la posición
de los litigantes.

Finalmente, debe instituirse una etapa conciliatoria obligatoria, que ha


demostrado, aun dentro del imperfecto sistema creado por la ley 13.246 como
veremos, su aptitud para solucionar gran cantidad de pleitos.

En síntesis, las características especiales de la materia agraria hacen


necesario un modus procedendi apropiado para el cumplimiento y la
satisfacción de sus necesidades; un proceso diverso del juicio ordinario y
también más simplificado.

3.4. a) Antecedentes: Cámaras Paritarias de Conciliación y Arbitraje:

En 1921, la ley 11.170 creó, si bien en forma rudimentaria, el primer antecedente


de un tribunal especial para la resolución de los conflictos emergentes de
arrendamientos rurales. Se trataba de un órgano arbitral no permanente constituido
para dirimir el monto de la indemnización de mejoras. Era una forma de resolver este
tipo de conflictos, más no la creación de un tribunal o comisión especial como sí lo
hizo la provincia de Santa Fe, como veremos a continuación.

En 1932 la ley 2.291 dictada por la Provincia de Santa Fe creó un tribunal


agrario para resolver conflictos suscitados entre propietarios y arrendatarios o
aparceros. Se organizo en cada comuna una Comisión Paritaria Permanente de
arrendamientos rurales, integrada por 2 agricultores arrendatarios y 2 propietarios
arrendadores de la zona, debiéndose fijar el canon por simple mayoría. En caso de
empate el presidente de la comisión de fomento decide. El fallo era apelable ante la
Dirección de fomento agrícola ganadero.
En 1940 por Decreto 68.344 se organizó una Comisión Arbitral para el
reajuste del precio del arrendamiento y aparcería. Se trataba de un ente
administrativo de carácter voluntario, cuya función era lograr el advenimiento de las
partes.

En 1942 la ley 12.771 disuelve la Comisión Arbitral anterior y dispone que el


precio del arrendamiento podía ser reajustado a pedido de una de las partes ante la
Cámara Arbitral que ella creaba sin perjuicio de la competencia de los tribunales
nacionales o provinciales, pero sometido el conflicto a la jurisdicción de la Cámara
Arbitral, él no podía ser luego planteado a la justicia.

En 1943, con la Revolución, el decreto 14.001 establece rebajas en el precio de


los arrendamientos que devienen en obligatorias y automáticas, disolviéndose la
Cámara Arbitral. En lo sucesivo la Dirección de Arrendamientos y Aparcerías
rurales (organismo administrativo) tuvo a su cargo el control del nuevo ordenamiento
jurídico, que constituye una entidad de policía agraria en materia de locaciones.

Posteriormente la ley 12842 establece que la ejecución de las resoluciones de


los organismos administrativos debía hacerse por vía judicial.

En resumen, los primeros antecedentes de un fuero agrario en nuestro país


comenzaron a desarrollarse dentro del orden administrativo y con funciones limitadas
al reajuste del arrendamiento. No se infringía el orden jurídico, ya que se trataba de
organismos que intervenían solamente cuando las partes se sometían voluntariamente
a ellos, y sin perjuicio siempre del derecho de recurrir a la justicia ordinaria.

Segundo período: Cámaras Paritarias Arbitrales Obligatorias.

Finalmente, en 1948, con la sanción de la ley 13.246 de Arrendamientos y Aparcerías


Rurales, se crea las Cámaras Paritarias de Conciliación y Arbitraje Obligatorio y
se incorpora, además, un nuevo régimen para los contratos de arrendamientos y
aparcerías rurales.

Este organismo, de carácter administrativo y que dependía del Ministerio de


Agricultura, ya no sólo resolvería simples cuestiones de fijación de cánones, sino
también amplias cuestiones de fondo suscitadas entre arrendadores, arrendatarios y
aparceros (art. 47). Las sentencias o decisiones de la Cámara tenían carácter de cosa
juzgada, y su única restricción era que no podían ejecutar dicha sentencia, debiendo
delegar esa función en la justicia ordinaria. Si bien en un comienzo la CSJN resolvió
que la creación de las cámaras paritarias obligatorias no violaba el Constitución por
entender que las cuestiones agrarias sometidas a ellas trascienden los límites de cada
provincia y que por ello debían ser decididas por estos órganos con un criterio general;
en 1960 el alto tribunal cambió levemente de parecer al respecto. En efecto, a partir de
1960, la CSJN sostuvo que las Cámaras son organismos administrativos que ejercen
funciones jurisdiccionales, y que si bien su creación no infringe la Constitución, sus
decisiones deben quedar sujetas a control judicial suficiente, para impedir que ejerzan
un poder discrecional. Esto quiere decir, que debe garantizarse a los particulares la
posibilidad de interponer recurso ante la justicia ordinaria.

Tercer período: derogación de las Cámaras Paritarias Obligatorias.

En 1963 se declaran inconstitucionales las leyes que creaban y atribuían


competencia a las Cámaras Paritarias y se reconoció, finalmente, la necesidad de
creación de órganos judiciales locales competentes en las cuestiones agrarias. Por tal
circunstancia, se recomendaba a los gobiernos provinciales la pronta creación de un
fuero agrario provincial. En realidad no se derogaron a las Cámaras mismas, sino su
competencia obligatoria, siendo de allí en adelante tribunales arbitrales voluntarios.

3.4. b) Proceso agrario. Caracteres: son necesarios procedimientos


caracterizados por la oralidad, inmediación, concentración e impulsión de oficio. Se
tiende además a que la resolución del juez esté respaldada con el dictamen de
expertos que estén en contacto con la economía y la sociedad (asistencia técnica).
Las características directrices del proceso agrario se han dirigido en 3
direcciones:
1) Simplificación del proceso, oralidad e inmediatez.
2) Impulso de oficio, para garantizar la satisfacción de
intereses públicos.
3) Garantías concedidas a las partes en consideración con
sus diferencias económicas.

3.4. c) El proceso y fuero agrario en Buenos Aires: el Dec. Ley 21.209/57,


decreto 22987/57 y ley 11.911: en enero de 1957 la provincia de Bs. As. Organizó el
fuero agrario como parte integrante del PJ, es decir, aún antes de que dictara por la
Nación el dec. Ley 1638/63.

El fuero agrario estaba conformado originariamente por una Cámara de


Apelaciones en lo Rural, Juzgados de Primera Instancia en lo Rural y
Comisiones de Conciliación y arbitraje.

Más tarde, por medio del decr. 3739/58 se dispuso acordar la competencia en
materia rural a los tribunales del trabajo, mientras no se constituyeran los tribunales
rurales, pero luego por ley 9299 se vuelve a modificar su organización disponiéndose
que las materias propias del fuero rural serían de competencia de los juzgados de paz
letrada, y finalmente, la ley 9682, restituyó la competencia agraria a los tribunales del
trabajo.

Podría sintetizarse las idas y vueltas del fuero agrario bonaerense diciendo que
en definitiva a la fecha debe aplicarse el decr. Ley 21.209/57 con el procedimiento en
él indicado, con excepción del juicio de desalojo que fue modificado.

La ley 11911 de la Provincia de Buenos Aires lleva a cabo modificación a la Ley


Orgánica del Poder Judicial. Los principales cambios a destacar son:

✓ "Artículo 50 - Los Juzgados de Primera Instancia en lo Civil y Comercial


ejercerán su jurisdicción en todas las causas de las materias Civil,
Comercial y Rural de orden voluntario o contradictorio, con excepción de
la que corresponde a los Tribunales de Familia, de Menores y Juzgados
de Paz."

✓ "Articulo 61, Inciso i): Desalojo urbano por intrusión, falta de pago y/o
vencimiento de contrato. Consignación y cobro de alquiler. Los procesos
que versen sobre materias de competencia del fuero rural previstas en
los Decretos Leyes 868/57 y 21.209/57."

✓ El artículo 3 de la Ley 11911 afirma que “Los Juzgados de Primera


Instancia en lo Civil y Comercial y los Juzgados de Paz aplicarán en
materia rural el trámite del juicio sumario y demás disposiciones del
Código de Procedimiento en lo Civil y Comercial, salvo que
correspondiere trámite ejecutivo o que el proceso estuviese regido por
normas especiales.”

El Proceso Agrario en el Proyecto de Código Rural de Entre Ríos del


Instituto de Derecho Agrario y Minería, año 2004.

FUE PREPARADO POR EL INSTITUTO DE DERECHO AGRARIO Y MINERÌA DEL


COLEGIO DE ABOGADOS DE ENTRE RIOS

En él encontramos algunos de sus artículos que sin duda traducen las ideas más
importantes de dicho Código:

ARTICULO 1º:-“Finalidad: Este Código constituye el conjunto orgánico y sistemático


de normas jurídicas dictadas para regular la actividad agraria en todo el territorio de la
Provincia de Entre Ríos en ejercicio de las facultades no delegadas a la Nación y que
son propias conforme a las disposiciones de la Constitución Nacional y Provincial, con
la finalidad esencial de orientar, promover y regular la explotación agropecuaria en
cualquiera de sus especializaciones y las actividades conexas a ellas, la protección y
conservación de los recursos naturales renovables y la preservación de lo medio
ambiente. “

Con respecto al tratamiento del proceso agrario en este anteproyecto, debemos


afirmar que se encuentra en el libro séptimo denominado “Del Régimen Jurisdiccional
y Procesal Rural”.
Respecto a los Tribunales Agrarios y el Fuero rural el anteproyecto dice que:

ARTICULO 420º:”Créase como parte integrante del Poder Judicial de la Provincia de


Entre Ríos, de acuerdo con lo dispuesto en la Constitución Provincial y la Ley
Orgánica de Tribunales,(L.O.T.) los tribunales rurales cuya organización competencia
y procedimiento se regirán por las normas que este Código estatuye.”

“DE LA ORGANIZACIÓN Y COMPETENCIA:


El fuero rural estará integrado por:
a) Por el Superior Tribunal de Justicia en pleno, actuando excepcionalmente en casos
de recursos extraordinarios o de inaplicabilidad de ley.-
b) La Cámara de Apelaciones Rural.
c) Los Juzgados de Paz, interviniendo con competencia en asuntos rurales.-
d) Por los defensores de pobres y ausentes.-“

Respecto al procedimiento judicial rural el anteproyecto establece:

ARTICULO 434º: El ordenamiento agrario es jurídicamente autónomo y especial en


cuanto a su materia y contenido. Es prohibida la aplicación de otras disposiciones no
agrarias en ausencia de fuentes formales. Y es nula toda aplicación normativa
encargada de desnaturalizar el sistema.
Los principios generales del Derecho Agrario servirán para interpretar e integrar las
normas escritas.
Cuando la jurisprudencia conformada por la Cámara de Apelaciones Rural, o el
Superior Tribunal de Justicia en su caso, interprete, integre o delimite las normas
tendrá el mismo valor de la disposición interpretada, integrada o delimitada. En
ausencia de norma escrita deberá recurrir a los principios generales del Derecho
Agrario.
La costumbre y los usos locales servirán de fuente complementaria siempre y cuando
amplíen, ratifiquen o mejoren esta normativa sin oponerse a ella.
ARTICULO 438º:
“En la jurisdicción agraria, independientemente de la cuantía, habrán diferentes tipos
de procesos:
a) Los juicios ordinarios agrarios, en los cuales se discuten asuntos para los cuales no
existe una tramitación especial;(Se sustituyó agroambientales por "agrarios")
b) Los contencioso administrativos donde sea parte cualquiera de las instituciones del
sector público agroambiental y el asunto se encuentre dentro de esta competencia. Se
denominarán contencioso administrativos agroambientales o civiles de hacienda
agraria.-(Antecedente Instituto)
c) Los procedimientos especiales contemplados en este Código; y,
d)Los procedimientos de ejecución de las sentencias de los Jueces de Paz, con
competencia rural y las demás agregadas en este Código.”

4. Fuentes del derecho agrario: la Constitución, los Tratados, la Ley, la


costumbre, la jurisprudencia, la doctrina, los Códigos Rurales:

Fuentes formales: (formas de expresión) la Constitución nacional, los tratados


internacionales, las leyes nacionales y provinciales, así como los decretos y
reglamentos del PEN.
Fuentes materiales: son las causas que general el derecho. La opinión de los
doctrinarios tanto nacionales como extranjeros cumplen un rol preponderante en el
derecho agrario.
Las fuentes formales pueden ser:
• Directas: la ley, la costumbre.
• Indirectas: jurisprudencia y principios generales del derecho.

La fuente material agraria: Siendo el objeto de las fuentes materiales los temas
a los que debe atender el legislador con su actividad, vamos a ver que en el campo del
Derecho Agrario, son éstos de diversa índole y pueden resumirse básicamente en los
siguientes: suelo, sanidad animal y vegetal, regulación de la actividad agropecuaria,
problemas relacionados a la producción y comercialización de los productos.
Fuente formal agraria: las fuentes formales por su parte son los distintos modos
de manifestarse el derecho, o de otra manera, es el instrumento por medio del cual se
expresa o traduce la voluntad del legislador.
Algunas fuentes formales son:

✓ Constitución: (más arriba está desarrollada la relación entre derecho


agrario y la CN)
Nuestro derecho constitucional no contiene principios explícitos relativos
a lo agrario. A mediados del siglo XIX el derecho agrario y sus
instituciones básicas estaban todavía contenidas en el código civil y este
no establecía regulación alguna de la agricultura que se confundía con el
derecho de propiedad (ello explica porque el art. 75 inc 12 no menciona
el código agrario).
La constitución de 1853 propicia el desarrollo de la política agraria
fundada en la inmigración, la distribución de las tierras públicas y la
colonización.
El preámbulo ya anticipaba el propósito de asegurar los beneficios de la
libertad para nosotros y para nuestra posteridad.

Luego con la Constitución de 1994, aparecieron artículos como el 41 o el


124 que permitieron una relación más directa entre el derecho
constitucional y el derecho agrario.
✓ Tratados: el derecho agrario también encuentra como fuente a los
tratados internacionales celebrados entre países.
Según Pastorino el derecho internacional es fuente de derecho agrario,
especialmente en dos campos compactos. El derecho surgido de la
Organización Mundial del Comercial y el Derecho surgido del Mercosur.
Obviamente existen otros convenios relacionados a la agricultura,
agroquímicos, trabajo en la agricultura, sobre la biodiversidad, los
recursos naturales, etc.
✓ La Ley: la ley agraria como el conjunto de normas jurídicas tendientes a
regular la actividad agraria en cualquier de sus expresiones.
✓ Costumbres: La costumbre agraria, si bien no constituye una verdadera
fuente formal del derecho, lo cierto es que en nuestro derecho agrario
tiene una gran significación, fundamentalmente a la hora de dirimirse
problemas de interpretación.
✓ Jurisprudencia: constituida por precedentes de los fallos judiciales de
trascendencia, encargadas de resolver las controversias suscitadas a raíz
de la interpretación de la ley.
✓ Doctrina: es el saber de los juristas agrarios que se va elaborando
gracias a sus investigaciones; contribuye especialmente para el
perfeccionamiento del derecho y de la legislación agraria.
✓ Códigos rurales: La sanción del CC, desprovisto de toda regulación de
la agricultura no impidió que las provincias dictaran sus respectivos
Códigos rurales sobre la base del Código rural de BS AS.
Los Códigos rurales que prácticamente tienen todas las provincias
argentinas resuelven problemas menores de la vida del hombre en el
campo. Estos códigos son muy antiguos pero continúan vigentes.

5. Relaciones con otras disciplinas jurídicas:

Aun cuando el derecho agrario es una rama autónoma del derecho no se encuentra
aislado, sino en relación más o menos estrecha con otras ramas jurídicas.

5.1- Con el derecho constitucional.

Nuestra constitución de 1853 no contenía principios relativos a la agricultura; en ella la


propiedad privada aparece como un derecho inviolable; empero, en cuanto a esto
último ya hemos visto cómo de todos modos la legislación agraria fue introduciendo el
principio de la función social de la propiedad, aspecto que fue receptado por la
derogada constitución de 1949.

Sin embargo, la constitución de 1853 propició el desarrollo de la política agraria


fundada mediante la inmigración, la distribución de la tierra pública y la colonización.

El art. 14 y el 17 de la CN, al tiempo que reconocen y garantizan el derecho de


propiedad individual, subordinan su ejercicio a las leyes reglamentarias, amén de
consagrar la facultad expropiatoria del estado.

Uno de los medios que tiene el estado para hacer política agraria es el poder de
policía, instituto estrechamente vinculado a lo constitucional.

La CN regula las potestades legislativas de la nación y de las provincias.


Las normas constitucionales conforman un valioso aporte para resolver el dominio de
los cauces hídricos que surcan el país.

A través del derecho constitucional se precisa si se está frente a una ley común
(jurisdicción provincial) o especial (de jurisdicción nacional).

El art. 123 faculta a las provincias a emprender planes de colonización de tierras


de su propiedad.

Aporte de la clase de Spano:

Spano afirma que la relación entre la CN y el derecho agrario en un principio (CN


de 1853) es indirecta pues no había ninguna norma en la constitución que haga
especial tratamiento al derecho agrario.
Sin embargo, en el año 1994, con la reforma de la CN, surgen nuevos artículos
como el 41 o el 124 de los cuales se desprende un mejor tratamiento del derecho
agrario y es por eso que hoy en día podríamos hablar de una relación más directa
entre el derecho agrario y el constitucional.

Artículo 41.- “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente


sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las
actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin
comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de
preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de
recomponer, según lo establezca la ley.

Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la


utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información
y educación ambientales.

Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los


presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias
para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales.

Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o


potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.”

Artículo 124.- “Las provincias podrán crear regiones para el


desarrollo económico y social y establecer órganos con facultades para
el cumplimiento de sus fines y podrán también celebrar convenios
internacionales en tanto no sean incompatibles con la política exterior de
la Nación y no afecten las facultades delegadas al Gobierno federal o el
crédito público de la Nación; con conocimiento del Congreso Nacional. La
ciudad de Buenos Aires tendrá el régimen que se establezca a tal efecto.

Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos


naturales existentes en su territorio.”

5.2. Con el Derecho Civil: el derecho agrario se desprende de este por su


insuficiencia para resolver los problemas del agro. No obstante, la relación existente es
que las normas del CC son de aplicación subsidiaria.
En el CC de Vélez no se trato a la actividad agraria ya que en la época no se
entendía que la actividad agraria sea tan importante, pues solo se la consideraba de
subsistencia, y no tenía el valor de otras actividades tales como la minería, la cual en
aquellos años producían mayores riquezas.
El CCC vino a modificar la relación entre el derecho civil y comercial y el derecho
agrario porque trae normas nuevas que permiten hablar de una relación más directa
entre ambas ramas del derecho.
Vamos a hablar de algunas de dichas normas.

1- El CCC habla de los derechos colectivos. Aquí podemos relacionarlo con la


tematica de los RRNN y su caracrte de uso común

ARTICULO 240.- “Límites al ejercicio de los derechos individuales sobre


los bienes. El ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes
mencionados en las Secciones 1ª y 2ª debe ser compatible con los derechos
de incidencia colectiva. Debe conformarse a las normas del derecho
administrativo nacional y local dictadas en el interés público y no debe afectar
el funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna,
la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según
los criterios previstos en la ley especial.”

2- El art 228 trae a colacion la tematica de la unidad económica agraria de una


manera indirecta ya que el artículo expresamente afirma:

ARTÍCULO 228.- Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser
divididas en porciones reales sin ser destruidas, cada una de las cuales forma
un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a la cosa misma.
Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en
antieconómico su uso y aprovechamiento. En materia de inmuebles, la
reglamentación del fraccionamiento parcelario corresponde a las autoridades
locales.

3- Con respecto al tema de locación de cosas es interesante destacar el 1187:


ARTICULO 1187.- “Definición. Hay contrato de locación si una parte se obliga
a otorgar a otra el uso y goce temporario de una cosa, a cambio del pago de un
precio en dinero.
Al contrato de locación se aplica en subsidio lo dispuesto con respecto al
consentimiento, precio y objeto del contrato de compraventa.”

Es importante aclarar que a los contratos agrarios no se le aplica la normativa


de la locación de cosas del CCC sino que se aplica la 22298 cobre
arrendamiento rural.

Pese a esto es importante destacar los cambios que llevo a cabo el CCC en
materia de contratos pues ha modificado ciertos elementos de los contratos
como lo son el precio y el plazo y esto nos podría llevar a pensar si ahora, y
como han quedado las modificaciones, no se podrían utilizar estos nuevos
artículos del CCC para ciertos contratos agrarios. ¿La razón? Algunos
agraristas piensan que los nuevos plazos y precios del código son más
aplicables a los contratos agrarios que los establecidos anteriormente en el
Código de Vélez.

Ejemplo de estos cambios son los arts 1133 y 1197:

ARTICULO 1133.- “Determinación del precio. El precio es determinado


cuando las partes lo fijan en una suma que el comprador debe pagar, cuando
se deja su indicación al arbitrio de un tercero designado o cuando lo sea con
referencia a otra cosa cierta. En cualquier otro caso, se entiende que hay si las
partes previeron el procedimiento para determinarlo.”

ARTICULO 1197.- “Plazo máximo. El tiempo de la locación, cualquiera sea su


objeto, no puede exceder de veinte años para el destino habitacional y
cincuenta años para los otros destinos.
El contrato es renovable expresamente por un lapso que no exceda de los
máximos previstos contados desde su inicio.”

4- Otra modificación importante para la doctrina es la del art 320. El cual obliga a
llevar contabilidad a los sujetos que lleven a cabo actividad económica
agropecuaria y se excluyen, por otro lado, las actividades agropecuarias y
conexas no ejecutadas u organizadas en forma de empresa.
Finalmente el articulo, en su parte final hace un gran aporte al definir que se r
actividades conexas.

ARTICULO 320.- “Obligados. Excepciones. Están obligadas a llevar contabilidad


todas las personas jurídicas privadas y quienes realizan una actividad económica
organizada o son titulares de una empresa o establecimiento comercial, industrial,
agropecuario o de servicios. Cualquier otra persona puede llevar contabilidad si
solicita su inscripción y la habilitación de sus registros o la rubricación de los libros,
como se establece en esta misma Sección.

Sin perjuicio de lo establecido en leyes especiales, quedan excluidas de las


obligaciones previstas en esta Sección las personas humanas que desarrollan
profesiones liberales o actividades agropecuarias y conexas no ejecutadas u
organizadas en forma de empresa. Se consideran conexas las actividades
dirigidas a la transformación o a la enajenación de productos agropecuarios
cuando están comprendidas en el ejercicio normal de tales actividades. También
pueden ser eximidas de llevar contabilidad las actividades que, por el volumen de
su giro, resulta inconveniente sujetar a tales deberes según determine cada
jurisdicción local.”

5- En materia de familia el articulo 499 sobre atribución preferencial también trae


su aporte:

ARTICULO 499.- Atribución preferencial. Uno de los cónyuges puede


solicitar la atribución preferencial de los bienes amparados por la propiedad
intelectual o artística, de los bienes de uso relacionados con su actividad
profesional, del establecimiento comercial, industrial o agropecuario por él
adquirido o formado que constituya una unidad económica, y de la vivienda por
él ocupada al tiempo de la extinción de la comunidad, aunque excedan de su
parte en ésta, con cargo de pagar en dinero la diferencia al otro cónyuge o a
sus herederos. Habida cuenta de las circunstancias, el juez puede conceder
plazos para el pago si ofrece garantías suficientes.

6- Por último en materia de derechos reales, se derogo la ley de superficie


forestal, ley 25509 y comenzó a regularse al derecho de superficie en el CCC.

5.3. Con el Derecho Penal: el campo delictivo no reconoce fronteras y éste


puede configurarse dentro de todas las instituciones que constituyen nuestra materia.
Sin embargo hay delitos que tienen como escenario el campo solamente y apuntan a
proteger como bien jurídico la propiedad agraria (ej. El abigeato).

5.4. Con el Derecho Comercial: Si bien la actividad agraria es civil las nuevas
orientaciones hacen que el productor agrario, sin dejar de ser tal, se transforme
frecuentemente en empresario agrario para su mejor organización, y conforme
estructuras asociativas regidas por la norma comercial, en cuanto se encuentren
comprendidas por la ley 19.550.
Otra vinculación se da cuando el productor agrario recurre al crédito prendario
(warrants, prenda agraria, etc.), lo mismo que cuando comercializa sus productos
agropecuarios (esto último en ciertos casos).
Empero, dice Vivanco, el derecho comercial rige la actividad lucrativa, mientras
que el derecho agrario rige la actividad productiva.

5.5. Con el Derecho Ambiental: debe tender a la interdependencia con los


recursos naturales renovables de los cuales se sirve para llevar adelante la actividad
productiva. A pesar de ser el derecho agrario eminentemente económico y el derecho
ambiental de esencia conservacionista, existe entre ambos una relación de conexidad
y de convergencia (explotación y producción sustentable).

5.6. Con el Derecho Administrativo: Son múltiples los nexos vinculantes entre
ambas ramas dada la naturaleza mixta de nuestra disciplina, ubicada, en parte, dentro
del derecho público. El papel que desempeña el estado en la actividad agraria es
preponderante: a) en importantes instituciones agrarias, (ej. Régimen de aguas: el
derecho agrario requiere el auxilio del derecho administrativo en la forma y modo de
discernir la concesión; b) en todo lo que conforma el campo de la política agraria: c)
existen órganos estatales dedicados a la investigación agrícola, a la experimentación y
aun a la producción agropecuaria (ej. El INTA).

5.7. Y con las Ciencias Sociales:


5.7. a) Sociología Rural: se refiere al estado sanitario de la población rural,
religión, la familia campesina, la juventud rural, escuela, comunidad, cooperación y
competencia en el poblado, adaptación y aislamiento de la población rural a la
comunidad y relaciones con otras comunidades.
5.7. b) Economía agraria: tiene por objeto los problemas económicos sociales
en la agricultura. Trata de interpretar las relaciones económicas-alimentarias de la
agricultura respecto a la economía del consumo, de la industria y del comercio.
Representa en una porción esencial una doctrina de mercado.
5.7. c) Política Agraria: hay una ciencia política que se encarga de estudiar los
problemas y propone las soluciones, en cambio la política agraria práctica son los
medios que utiliza el Estado para cumplir con los objetivos fijados en la política en
general, aplicando los estudios de ciencia política.

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