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Confesiones de una mascara
Periodista inquisitivo, militante peronista y cuadro montonero, Horacio Verbitsky
sostiene que, para quienes participaron en politica durante los 70, la Argentina no tiene
ningtin futuro satisfactorio,
2 de 2000
| ara acceder a la oficina de Horacio Verbitsky no hace falta sortear dispositivos de
seguridad. Ni nada es semejante a la enn. Fl lugar es un sitio oscuro ubicado en el
primer piso de un edificio fascinante y algo senil, erguido ante las narices mismas de
Tribunales, de cuya custodia se ocupa una portera que sonrie. Asi que, a simple vista, a
la hora de parir sus revelaciones todo lo que tiene el hombre para defenderse de la side,
la cia y el Resto del Mundo es a la encargada.
Lo que esconde la oficina es un agujero negro, y el agujero negro oculta un truco:
cuando se abre la puerta y se traspone el umbral, parece que todo queda en otra parte,
fuera del tiempo. Hay algo opresivo en ese lugar sin ventanas. Aun con las tres
fotografias de Naomi Campbell —desnuda, extraordinariamente hermosa— que
Verbitsky puso hace un tiempo en la pared atiborrada de afiches, pinturas, historietas.
Aun asi hay algo opresivo, algo de disciplina monacal concentrada, en el espacio
invadido de archivos, libros e historia; algo de muy rica, dolorosa e intensa historia
personal y colectiva,
Elhombre est sentado a la mesa de trabajo con el televisor encendido y tiene los
parlantes del equipo a sus espaldas. La notebook, también encendida, esta a su
izquierda, en diagonal con la pila de eds. Esta visita de hoy es la segunda parte de una
entrevista iniciada hace unas euantas semanas. La vez anterior, el entrevistador habia
quedado con las ganas de preguntarle al azar sobre su relacién con su universo rockero
remoto. Qué hacia Verbitsky, por ejemplo, en el afio 1967, cuando aparecié Sgt.
Pepper's y él tenia 25 4
—A mi me gustaban los Rolling Stones ~cuenta-. Uno de mis hijos suele recordarme:
"Ese sefior tiene tu edad”. Es que Mick Jagger, Muhammad Ali y yo somos del mismo
afio. Pero mis {dolos musicales en esa época eran [Anibal] Troilo y [John] Coltrane.
Verbitsky gira y pone en marcha la compactera. "A ver qué sale", dice, coqueto. Y sale
Coltrane, por supuesto.~Yo tuve una formacién musical temprana y amplia desde chico, mi madre tocaba el
piano, tangos. En casa se escuchaba Duke Ellington, George Gershwin, Marian
Anderson, Bach. Por la formacién que recibi, para mila miisica signifieaba otra cosa,
el placer puro. No existia un conflicto social vinculado con la misica.
Para sus contemporéneos més jvenes, Verbitsky es bésicamente el temible
centroforward de Pagina/12 y el autor, entre una decena de libros, de Robo para la
corona (250 mil ejemplares) y El vuelo. A gusto del que escribe, es responsable de las
més rigurosas y Kicidas reflexiones sobre el reinado menemista y otras fébulas
edificantes de la historia nacional. Es tam- bién presidente del Centro de Estudios
Legales y Sociales (cels) y miembro de Human Rights Watch y la Asociacién
Periodistas. Es abundante lo que puede decirse sobre su persona y a su persona no le
disgusta que se subrayen las abundancias. Pero por el momento interesa despegarse
del presente e ir lejos hacia atrés.
UCRANIA/BUENOS AIRES, 1907. Ese fue el aiio de la legada de los primeros
Verbitsky a la Argentina. En poco tiempo més, con el aluvién inmigratorio, en lo que
habia sido la Gran Aldea vivirfan mas extranjeros que argentinos. Bernardo Verbitsky,
futuro periodista y escritor, padre de Horacio, ven‘a en la panza de su madre, que
procedia de Ucrania. Dos afios antes, tras la derrota de la revolucién antizarista de
1905, un tio abuelo de Bernardo habia sido colgado en la horca. El temor ala
persecucién, aliado a los otros temores de la pobreza y los pogroms, estimulé Ia partida
its
y, como suele suceder en tanto descendiente de inmigrantes, pregunta por
qué habré sido que sus abuelos eligieron estas tierras. En 1912 la que lleg6 fue la
familia materna, también originaria de Ucrania. Mamé Verbitsky era otro bebé en el
barco. El abuelo hufa del reclutamiento obligatorio del ejército.
El nene nacié en 1942 y tres aiios después su familia se fue a vivir a Ramos Mejia.
Calles de tierra, tres o cuatro casas en la manzana recién trazada, cl lechero pasando
con las vacas y el sonido de los cencerros ingresando por las ventanas. "A m{ me resulté
totalmente natural ser argentino.”
Bernardo Verbitsky fue periodista del diario Critica en la década del go y luego paso
por Noticias Graficas, un diario fundado por un Mitre descarriado. Ese Verbitsky,
referente cultural hoy olvidado, en los afios felices del peronismo escribia notas de corte
politico. Su hijo Horacio recortaba esos articulos, armaba carpetas y con ellas
presentaba trabajos pricticos triunfales en la escuela, Tan triunfales eran que un 5 de
octubre, Dia del Camino, la maestra le sefialé al alumno Verbitsky que habia ido
demasiado lejos: "Quiero aclarar que antes de Perén también habfa caminos en la
Argentina”.Eran los afios del aluvién zoolégico eaido sobre los contornos de Buenos Aires. Cada vex
que los Verbitsky iban o venian en tren, vefan desde lo alto del terraplén lo que al nivel
del mar aparceia disimulado: "Un laberinto de callejuclas, curvas, casillas precarias”.
—Un dia papa dijo: "Vamos a bajar a ver qué es eso". Bajamos, y descubrimos una
ciudad oculta dentro de la ciudad. Comenzé a ir los fines de semana para hablar con la
gente que vivia abf, para conocer sus problemas. Muchas veces me llev6. Eseribié una
nota en Noticias Graficas donde por primera vez.se utilizé la expresién "villa miseria".
Luego escribié la novela Villa miseria también es América con todas las historias que
habia escuchado abt, en la villa Maldonado; historias que me impresionaban, aun
cuando nosotros éramos muy pobres, no teniamos gas y calentabamos agua en
cacerolas para poder darnos un bafio semanal.
Aunque no siempre acepta extrapolar los recuerdos de infancia y adolescencia como
una educacién sentimental forjadora del Verbitsky futuro —el periodista inquisitivo, el
militante peronista, el cuadro montonero— las imagenes son fuertes. A las 12 del
mediodia del 16 de junio de 1955, Verbitsky iba como todos los dias rumbo al Colegio
Nacional Buenos Aires y quedé atrapado en uno de los peores fotogramas de la historia
nacional: el bombardeo de la Marina sobre Plaza de Mayo. "No llegué a entrar en el
colegio. En Diagonal Norte se veian las rafagas de las ametralladoras de los aviones.
Usaban balas trazadoras que ntes, para que el piloto
pudiera regular la punterfa,’
e velan como Iineas fosfores
Tres afios antes, la familia se habia mudado a otro barrio de Ramos Mejfa, gente de
clase media. La madre era ingeniera y habia disefiado la casa. Pero planificaron una
mudanza en cuotas. Asi que Bernardo Verbitsky y su hijo hicieron de avanzada y se
dispusieron a pasar la primera jornada sin luz, esperando que a la mafiana siguiente el
resto de la familia trajera nuevos bartulos. Avanz6 la noche y padre e hijo se metieron
ena cocina con un par de bancos, una vela y una radio,
Ahi escuchamos la noticia de la muerte de Eva Per6n. Era sobrecogedor, era la
sensacién de que estaba pasando algo muy grave y muy trascendente, que era una
pérdida terrible.
En medio del clima creado por su relato, Verbitsky hace una pausa y cierra con una
tipica semisonrisa suya, de esas que distancian las cosas y pretenden decir aqui no ha
pasado nada.
Creo que por suerte mis recuerdos infantiles son recuerdos infantiles. No esti
ideologizados.EL PERRO, LA MASCARA. No resulta agradable ni a la eseritura ni a la leetura andar
repitiendo cada tantas Iineas un apellido de sonido tan ripioso como "Verbitsky". Como
ciertas reglas de decoro impiden llamarlo Horacio, al autor de esta entrevista no se le
ocurre otra solucién técnica que llamarlo el Perro, cosa de matizar y de paso entrarle al
personaje por otro lado. Medio mundo en el gremio de periodistas, més una inmensa y
variada periferia, sabe que a Verbitsky se lo conoce como "el Perro", Aun cuando pueda
sostenerse que el Perro tiene un caracter... dificil, no necesariamente necesita
intimidar mediante ladridos. Lo que preocupa en él, y por momentos confunde, es su
mascara, su insoportable aplomo, su presunto sosiego e invulnerabilidad.
Cada tanto, durante la conversacién, impone un silencio. Cuando retoma el discurso
parece que vuelve de lejos, y nunca se sabe qué esperar de él: si una palabra cortante, si
alguna vanidad o si emocién pura, la que comparte se diria que generosamente, Hace
un tiempo, una hermorragia
barrio. Pero no parece que vengan sélo de ahi la tristeza y el cansancio.
intestinal estuvo a punto de mandar al Perro al otro
El Verbitsky oficial, The Professional, es el que emergié en 1960 haciendo el pronéstico
del tiempo en Noticias Gréficas. A los 23 afios era jefe de redaccién del semanario
Confirmado y mas adelante fue estratega de La Opinién, el diario fundado y dirigido
por Jacobo Timerman, Existe el otro Verbitsky, menos conocido pero fundido con el
anterior. Aquel chico que visitaba la villa Maldonado de la mano de su padre, el que
corrié bajo las bombas en la Plaza de Mayo y comenz6 a militar en el peronismo en
1961 en un grupo variopinto en el que habia otro periodista: Pedro Leopoldo Barra
Alguna vez ambos entrarian a trabajar en Clarin, El Perro recuerda lo insélito que
resultaba su amigo al menos para la formalidad que imperaba en el gran diario
argentino, Dicen que Barraza iba vestido con sandalias, musculosa, sin medias y con
una carterita tejida que le colgaba del hombro. Cuando trasponfa la entrada y pasaba
junto al busto del fundador del diario, don Roberto Noble, Barraza lo interpelaba con
su decir tartamudo:
si tt-te despertaras y vieras a ttt-todos estos a-alcahuetes, tt-e morias de nuevo.
Leopoldo Barraza fue secuestrado y asesinado por la Triple A en 1974. Para entonces, el
Perro ya venia transitando largamente su educacién sentimental. Habia conocido a
Rodolfo Walsh en 1963, cuando Walsh volvié de su viaje a Cuba, en donde fundé la
agencia Prensa Latina junto con Rogelio Garcia Lupo y Jorge Ricardo Masetti. Con
‘Walsh, hacia 1968, hicieron el semanario de la cgt de los Argentinos, la que lideraba el
dirigente combativo Raimundo Ongaro. Asi que fue sélo entonces cuando los dos,
Verbitsky —el periodista y el militante— confluyeron en uno, gracias, entre otras cosas, a
Ta aceleracién de la historia y a la radicalizacién de un proceso politico que derivarfa en
la participacién de Walsh y Verbitsky en la agrupacién Montoneros. Visto desde el
2000, habré quien suponga que involucrarse en semejante apuesta era el resultado de
un convencimiento feliz o de un error monstruoso, pero que en cualquiera de las dosvariantes la apuesta no contenfa ni dudas ni fisuras. Sin embargo, ya en 1969,
Verbitsky sostuvo una densa conversacién con Walsh en la que anticipé el abismo en el
que iba a cacr el pais.
—Después de la etapa de la egt de los Argentinos y del Cordobazo comienza todo el
trabajo clandestino de las organizaciones revolucionarias, Eran decisiones muy pesadas
las que habia que tomar y varios éramos muy escépticos sobre lo que estaba pasando y
lo que se veta venir. Pero la idea de marginarse de ese proceso nos resultaba
insoportable, aun cuando uno estuviera en desacuerdo en mas de un aspecto. Bs que
af estaban todas las personas y todos los valores significativos para nosotros. De modo
que después de unos meses de distancia con Rodolfo, volvimos a hablar y le dije que yo
iba a seguir haciendo lo que habia que hacer, que no estaba dispuesto a marginarme.
—éQué diferencia de edad tenian?
Quince. Fl tenia quince afios mas que yo. Es una cosa muy impresionante sentir que
yo soy ahora més grande que todos ellos. [El poeta, narrador y militante montonero]
Paco Urondo, que tenfa doce aiios mas que yo, murié a los 46. Rodolfo murié a los 50
Y yo tengo ahora 58. A mi me cuesta mucho entender el tiempo que ha pasado, mas de
veinte afios. El tiempo es algo muy dificil de entender.
LA CHARLA SE MONTONERIZA antes de lo previsto y eso exige una pausa. Aunque
Horacio Verbitsky nunca oculté su militancia, hasta hace unos afios debié responder a
acusaciones segiin las cuales él era, junto con Walsh, el mAs peligroso miembro de la
inteligencia montonera. No sdlo la derecha ligada al gobierno militar le formulaba las
acusaciones, sino que incluso algunos sobrevivientes setentistas se preguntaban, entre
la duda y la malicia, “como hizo el Perro para sobrevivir" a la iltima dictadura. Mas de
una vez él explieé que tras la muerte de Rodolfo Walsh, desde la clandestinidad,
continué durante un tiempo haciendo funcionar las redes de informacién que habian
armado juntos, Mas adelante -ya abierto de Montoneros, pero siempre clandestino-
escribié recetarios de cocina y un libro de yoga, se alquil6 como escritor fantasma y
abrié un estudio de traduccién. Desde la recuperacién de la democracia, en la
percepeién de quien eseribe, Verbitsky fue sumamente cuidadoso a la hora de revisar
en piblico su militancia montonera. Asi que cuando avanza en sus recuerdos y le digo
que me sorprende su naturalidad, responde:
‘0, siempre que me preguntan, yo contesto. Mis responsabilidades en Montoneros
nunea fueron importantes organicamente, posiblemente porque yo era un
rompepelotas, porque no les resultaba confiable. Pero me dejaron hacer cosas que otros
no podrian haber hecho porque requerian ciertas habilidades especificas, como la
edicién del diario Noticias (el periédico que manejaron los Montoneros hasta su
clausura por [el ex secretario privado de Perén] José Lopez Rega y que llegé a tener
picos de venta de hasta 180 mil ejemplares) y después la difusidn de la prensaclandestina. Pero, en lo que era la estructura organizativa de Montoneros, mi nivel fue
siempre bajo.
Elrelato vuelve a 1969, un afio antes de la aparicién pitblica de Montoneros con el
secuestro del general Aramburu, Cuenta el Perro que por entonees se le habia dado por
leer textos sobre la historia argentina de fines del siglo xix, Alli se deseribia la derrota
de las filtimas montoneras del interior como cara opuesta del triunfo del proyecto
liberal. Parece ser que las imagenes de aquellas antiguas derrotas se le sobreimprimian
y le anticipaban lo que iba a suceder con el proyecto en que se metfa, Sin embargo,
siguid. Leo en voz alta una frase que deslizé durante una entrevista publicada en The
Buenos Aires Herald.
—El haber participado en ese proceso es algo de lo cual yo de ninguna manera me
arrepiento. Ahora, el resultado que tuvo fue espantoso y dentro de ese proceso se
hicieron cosas horrendas que a mi me dan vergiienza. Yo tuve la suerte de que no me
tocara participar de ninguna operacién donde hubiera que matar a alguien, de lo cual
me alegro mucho. Pero eso no quiere decir que me sienta irresponsable de todo lo que
pas6. Ha habido mucho sufrimiento y se han cometido actos atroces antes los cuales
uno no puede ser de ninguna manera insensible o indi
~éA qué hechos concretos te referis?
—Pienso en algo que no hizo Montoneros, sino el erp: la muerte de Ta hijita del capitan
{Eduardo] Viola. Me da vergiienza que haya ocurrido esa monstruosidad. Es
importante hacer una aclaracién: el erp también se sintié profundamente
convulsionado por lo que ocurrié, al punto que suspendié los ataques personales y se
dividié la organizacién. Pero también esté el caso de la muerte de la hija del almirante
Jorge Lambruschini como consecuencia de una bomba que puso en su casa
Montoneros, en 1979. Hacia dos afios que yo no estaba en la organizaci6n, pero igual
me parecen actos miserables que no se justifican con ninguna ideologia. No tomaron el
minimo recaudo para impedir que murieran las dos eriaturas.
—En el consenso actual no se cuestiona sélo la falta de recaudos sino lo anterior: la
legiti
idad de la violencia politica.
Yo no hago una condena metafisica del uso de las armas. Creo que hay momentos de
la historia en los que nada es mas justificado que el recurso de las armas. Si yo hubiera
sido un judio polaco del gueto de Varsovia habria participado en el levantamiento de
Mordejai Anilevich contra la ocupacién nazi. Ese me parece uno de los actos més
legitimos y nobles de la historia de este siglo. A la inversa, creo que hay otras
cireunstancias en las que el uso de las armas para lograr objetivos politicos es
repugnante. Ejemplos: la practica de la Triple A 0 el terrorismo de Estado. Entre
ambos extremos hay una gama intermedia infinita. En la Argentina de la década del60 y principios del 70, después de décadas de represién, proseripeién e imposibilidad
de llevar adelante un proceso democritico, el recurso a las armas fue legitimo. Lo cual
no quiere decir que fueran legitimos todos y cada uno de los actos armados que se
realizaron.
Se hace un silencio en la conversacién.
No queda claro
Verbitsky impone la proxima pregunta o si va a seguir desovillando.
Tras unos segundos retoma el relato, aceptando que en algiin caso no le result nada
facil hablar del pasado, a veces por no saber cémo conjugar su lealtad con la propia
historia con la aceptacién péblica de lo peor de esa misma historia.
~A mi con esto me pasa una cosa que es muy dificil. El primer acto ptiblico de
Montoneros, Aramburu, es una de esas barbaridades de las cuales yo siento vergiienza.
Cuando a Aramburu le solicitan su iltima voluntad y él pide "Atenme los cordones de
los zapatos", Firmenich se agacha y se los ata. Creo que Aramburu comprendié una
cosa que Firmenich ni sospech6, al punto que después alegremente la conté (a La
Causa Peronista, el semanario oficial de Montoneros). Aunque Aramburu fuera el
golpista del 55, el fusilador del 56 y uno de los grandes responsables de todo lo que vino
después en el pais, en ese momento era un hombre prisionero y solo. Se comport con
una entereza y una dignidad que no tuvieron quienes lo secuestraron y mataron de esa
forma miserable. Cuando eso ocurrié yo no estaba en Montoneros sino en las [Fuerzas
Armadas Peronistas] fap, y nosotros emitimos un documento muy critico sobre el
episodio.
En noviembre de 1972, Perén volvié por primera vez a la Argentina. Las fap se
evaporaron y Verbitsky se integré en Montoneros. Después vendria Ezeiza.
—Yo me pregunto: si tenfamos esa visién de lo de Aramburu y suscribimos ese
documento tan critico, ée6mo pudimos integrarnos después en Montoneros? La tnica
explicacion es el clima de la época. Esa organizacion que habia iniciado su actuacién
piiblica con el secuestro de Aramburu y que luego habfa movilizado a capas enormes de
la juventud, tenia un papel politico muy importante para cumplir. Si uno queria
participar politicamente, Montoneros era una opcidn atractiva.
Asi que Verbitsky continué, hasta 1977. Hay quienes pasaron por lo mismo: aquellos
miilitantes que, porque les resultaba insoportable la idea de renunciar a lo que ha
por mas dudas y miedos que tuvieran, murieron finalmente, algunos en la triste
“contraofensiva” decidida por la conduceién de Montoneros fuera del pats.
cfan,
josotros plantedbamos nuestro desacuerdo en documentos, por vias internas, en
discusiones. Pero no se nos planteaba la idea de irnos por respeto a los compaiieros quehabian arriesgado todo y que habfan dado su vida. Lo hubiéramos sentido como una
traicién. Walsh mismo planted la necesidad del repliegue y comenzé a escribir
firmando con su nombre y apellido, empezando por la Carta Abierta ala Junta Militar.
Pero no rompié con la organi- zacién. Siguié de otra manera, imponiendo sus
condiciones: si les gusta, bien, y si no... Lo mismo en mi caso: yo no me fui, a mi me
fueron.
HOMBRE EN EL HIELO. El Perro se instalé en su oficina de Tribunales en 1982,
cuando la derrota en Malvinas permitié que gente como él emergiera del hielo. Para
cuando acababa la glaciacién ya estaba demasiado habituado al encierro y la
clandestinidad. Cuando le pregunto si la soledad tiene algin efecto virtuoso para la
prictica del periodismo dice que si. "La escritura en si es una tarea solitaria. Uno
puede disimularlo, contrariarlo, pero el hecho esencial es que es un acto solitario". Esta
frase pertenece a la segunda entrevista. En la primera no estaba Noem{ Campbell
triplicada sobre la pared y abajo no estaban pintando el hall, el edificio era ms
interesante en estado ruinoso.
La primera entrevista finalizaba asi, con las ruinas,
—Extrafio a muchos compaiieros muertos y desaparecidos, y tengo desaparecidos en mi
familia, La ausencia de todos ellos ha empobrecido a toda la sociedad. La dictadura es
un gran agujero negro para mi, pero lo es también para toda la sociedad argentina.
‘Vuelvo semanas después. El Perro rie de buena gana por teléfono cuando explico que a
la entrevista le falta y que estamos obligados a jugar el juego de Moria Casan: si querés
orar, llora. Hay que dotar al Perro de emociones.
—Decime a quiénes extrafiés y con qué imagenes recurrentes, si las hay.
trafio a Piri Lugones, que fue secuestrada en diciembre de 1977. En realidad, se
entregé porque no soportaba vivir sin su compaiiero, al que habian secuestrado
previamente. Y pese a que habia caido gente que conoeia su casa, ella se qued6 ahi,
sabjendo que la iban a busear, porque tenfa la fantasia de que asi tal vez se iba a
encontrar con su compafiero. Era un placer verlos jugar como adolescentes
enamorados. Piri tenia més de 50 afios y él més de 40. Antes de su secuestro estuvo
refugiada en mi casa. Habfa tenido un esguince, asi que estuvo en cama quince dias.
Jugbamos a las visitas. Yo golpeaba la puerta, hola, adelante, quién es. Yo pasaba, le
levaba un café y me sentaba al lado y charlébamos. Son cosas que extrafio mucho,
Creo, sélo creo, que la voz le tiembla un poco cuando lo dice. Se supone entonces que
uno debe anotar: "Su voz parece quebrarse”. Se me ocurre que todo esto es una pajeria
perversa, gratuita, por lo menos ante la pregunta triste que no quiere salir de ahf: équérepresentan para los demas los muertos de Verbitsky? éHay alguien ahi que se
conmueve?
Verbitsky hace silencio y sigue.
—Extrafio, naturalmente, a Rodolfo, con quien comparti buena parte de mi vida
militante. Extrafio a Alberto Camps, que fue uno de los tres sobrevientes de la Masacre
de Trelew en 1972 y a quien mataron en septiembre de 1977. Es una de las personas
mas buenas que he conocido.
La vez anterior habia hablado de la dificultad de escribir sobre Montoneros, de la
imposibilidad de escribir sobre Walsh estando tan involucrado, siendo que es su propia
vida la que est ahi. En cuanto a Montoneros, decfa también que ya no se le ocurre
nada demasiado revelador que agregar.
Pero habras fantaseado la escritura de la biografia de Wals!
-Si, claro, Por supuesto.
—éCuédles son las trabas concretas?
La falta de distancia es muy importante como obstaculo. Pero hay otros problemas.
Cuando pensé en escribirla la estructura que se me imponfa era el modelo de Mitre en
las historias de San Martin y Belgrano. Es decir, tomar al personaje de Rodolfo como
un hilo conductor, en distintos momentos de la historia contempordnea. ¥ tampoco he
sido capaz de afrontar eso. No sélo por la cuestién del afecto personal sino por la
dificultad de hacer una revision critica de la historia, Podria hacerla tomando
distancia y con frialdad, del mismo modo que puedo tocar cualquier otro tema. Pero yo
sentiria que eso serfa un tratamiento insincero. Hay cosas que yo no puedo tratar con
distancia, y sin distancia no sé si puedo o si en verdad vale la pena. El resultado es que
nolo hago.
Verbitsky juega con la idea de que algin dia, "cuando sea grande", volver a sus
origenes de periodista cultural. Pero dice que hacer literatura no, que ése fue el
territorio de su padro, “territorio vedado". Aun cuando se Ie clogien las virtudes de su
prosa o sus méritos de narrador —evidentes en los articulos recopilados en su libro
Hemisferio derecho-, si se habla de un Verbitsky literario él insiste en hacerse el
distraido. Peor resulta cuando se le pregunta sobre los efectos que provoca la
admiracién del projimo.
0 lo entiendo muy bien, no he asumido eso y cada ver. que ocurre me sorprende. He
aprendido a manejarlo con discrecién. Yo he tenido tanto més reconocimiento del quemerezco.
Le digo que me parece que lo que esté diciendo es un lugar comin horrible y para
colmo televisivo, que no le creo, En el silencio desagradable que se abre parece decirme
“Es tu problema, macho". El Perro insiste.
—Basicamente, no lo entiendo, es ajeno a mi, Todo lo que he hecho es muy pequeiio,
tiene muy poco valor. Por supuesto, hice siempre lo mejor que pude, entregandome al
maximo.
-"Tiene muy poco valor" édesde qué referencia? éLa trascendencia? éLa gran
literatura? éLa responsabilidad histérica?
—Es pequefio en referencia a mi propia historia. Creo que es apenas un hilo suelto de lo
que podria haber sido un tejido muy rico, muy colorido, y que fue destruido por lo que
sucedié. No veo lo que yo hago mas que como un hilo suelto, que no da ni puede dar
nunca razén de aquel tejido al que pertenecia. Es algo insuficiente, deslucido. Ese es mi
sentimiento més profundo.
Esto debe provocar un tipo de infelicidad hacia adelante. Una declaracién de
impoten
yo no pertenezco a algo, si ya no estoy con ellos, ya no puedo,
-¥ es asf. Uno sigue viviendo y sigue haciendo las cosas que eree que puede y debe
hacer. Pero realmente creo que de todo lo que he hecho en estos aiios... Lo que puede
quedar, rescatarse, no es una obra sino una actitud de no desviarse, de no doblarse.
Creo que de la obra no va a quedar nada,
Por un instante siento que hay algo atroz en lo que dice. Por supuesto: hay una
tragedia que nos abraza y nos envuelve. Pero cuando el Perro dice que lo suyo es
insuficiente, un hilo suelto de lo que nunca ser4, lo siguiente es imaginarlo encerrado a
perpetuidad en su oficina oscura, solo, clandestino. Sélo ély su notebook en el planeta
Dictadura, sabiendo que jamés se va a poder ganar. Lo terrible es preguntarse hasta
dénde esa imagen de lucha crispada y solitaria nos representa, ya sea en la
identificacién o, peor, en la indiferencia.
—El tuyo es un planteo desolador...
—Pero es que por supuesto que no tenemos salida. Lo que pasé es siniestro y no hay
ninguna salida para quienes hemos vivido y participado en esa época. Por suerte el pafs
yel mundo siguen, mas alla de nosotros. Pero para los vejestorios sobrevivientes, claro
que no hay salida, no hay ninguna salida.Eoamone neat Owesrorates