Está en la página 1de 49

Universidad Nacional Experimental

De los Llanos Occidentales


“Ezequiel Zamora”
Vice-Rectorado de Producción Agrícola
Programa: Ciencias del Agro y del Mar
Subprograma Ingeniería en Recursos Naturales Renovables
Subproyecto: Ecoturismo

Parque Nacional El Guache

Bachiller:
Roberto Carlos Márquez Pimentel
C.I: 19.855.225

Guanare, Mayo del 2021


INTRODUCCIÓN

Los Parques Nacionales y los Monumentos Naturales son territorios estratégicos


para impulsar el desarrollo sustentable del país y asegurar la calidad de vida de su
población, ya que generan beneficios ambientales que incluyen: la provisión de recursos
para la alimentación, la protección del acervo genético, la producción de agua, la
generación de oxígeno, la captura de carbono, la regulación del clima, la prevención de
inundaciones, el resguardo del patrimonio cultural de la nación y ser elementos de
indiscutible valor estético, recreativo, paisajístico, y hasta mágico-religioso.

Sin embargo, sobre estas áreas existe una creciente presión de uso que pudieran afectarlas,
al respecto, trabajos como los realizados por Aranguren, Moncada y Rávago (2002),
Bevilacqua, Cárdenas y Medina (2006) y Vitalis (2007) describen y analizan las causas de
estas situaciones. En todos los casos, la educación de los colectivos es mencionada como un
factor decisivo en la superación de estas deficiencias. Para abordar estas situaciones, el
Instituto Nacional de Parques (INPARQUES) ha diseñado una serie de programas de
manejo que buscan mitigar las diferentes presiones hacia el Sistema Nacional de Parques y,
dentro de estos, se cuenta con un Programa de Educación Ambiental y Participación
Ciudadana (INPARQUES, 1997).

Dentro de los Parques Nacionales, la educación ambiental se ha planteado como un


proceso educativo abierto y permanente, que permite a la comunidad tomar conciencia de
su entorno y formar una actitud crítica y reflexiva frente a la forma de utilizar las áreas y
sus recursos. De acuerdo con Pellegrini (2001), en este proceso interviene tanto el personal
que trabaja dentro de las áreas naturales, como la población que visita y vive dentro y
aledaña a los parques nacionales. Para atender esta diversidad de públicos, la Educación
Ambiental dirigida a promover la conservación y el uso sustentable de estos espacios debe
desarrollarse desde el ámbito de lo formal, lo no formal y lo informal. En el caso específico
de la educación formal, la escuela es una de las instituciones que deban capacitar para el
cambio y educar para la acción, cuyo objetivo ya no puede ser comprender para aceptar,
sino comprender para transformar (Franquesa, 2006).
Ante este reto, el Instituto Nacional de Parques (INPARQUES) debe desarrollar
estrategias que le permitan promover, desde las escuelas, acciones para asegurar la
sustentabilidad de los Parques Nacionales y los Monumentos Naturales. Y para ello, el
punto de partida implica responder interrogantes como: ¿abordan los docentes el tema de
los parques nacionales en el aula?, ¿de qué manera lo hacen?, y finalmente, ¿qué diseños
instruccionales serán los más pertinentes y efectivos?

El presente trabajo, es una investigación de campo que permite buscar y ahondar en


estos aspectos al determinar el conocimiento, la valoración y el uso didáctico de los
Parques Nacionales que tienen y hacen los docentes de un grupo de escuelas bolivarianas.
Esta caracterización se hace con miras a proponer un diseño instruccional que promueva la
conservación y el uso sostenible de estas áreas naturales protegidas. Asimismo, y como lo
plantea Collado (2007), el conocer la visión que tiene el profesorado de los temas
ambientales ayudará a desarrollar acciones para su formación y capacitación continua desde
una perspectiva más realista.

El trabajo forma parte de la línea de investigación "Turismo Sustentable y


Educación Ambiental en áreas naturales y culturales de Venezuela" del Laboratorio de
Ecología Humana del Centro de Investigación en Ciencias Naturales "M. A. González
Sponga" – CICNAT - de la UPEL, Instituto Pedagógico de Caracas.
1. UBICACÍON

El Parque nacional El Guache se ubica en el sector sureste del estado Lara y al


Noreste del estado Portuguesa, se ubica entre las coordenadas 1.064.275 m y 1.059.125 m
Norte y 453.350 m y 443.575 m Este. Posee una superficie de 12.500 hectáreas de relieves
escarpados en un área conformada por numerosas sierras paralelas, entre ellas Agua
Amarilla, Los Ranchitos, Miracuy y El Frío, aisladas unas de otras por la falla de Boconó.
Está caracterizado por la presencia de una importante red hidrográfica conformada por los
ríos Ospino, Guache, Bocoy, Are, El Toco, Morador, comprende el nacimiento de varios
ríos importantes que drenan hacia la cuenca del Río Portuguesa y alimentan la economía
agrícola de la región. Entre los afluentes, destacan las quebradas Los Caribes, San Miguel,
Palmarito, Punto Solo, Las Rosas, Quebrada Negra, Nuezalito, Agua Fría y Piedra Verde.

El parque se encuentra en la región centro occidental del país, en las estribaciones


de la Cordillera de los Andes, en jurisdicción de los municipios Ospino del Estado
Portuguesa y Andrés Eloy Blanco del Estado Lara. Junto a los Parques Nacionales
Yacambú y Terepaima, El Guache forma parte de un grupo de áreas protegidas
ecológicamente interconectadas y que se pretenden unir en un corredor con protección
legal.
Caracterización físico-natural

El Parque Nacional El Guache, se encuentra en la ecoregión de bosques montanos


de los Andes y sus hábitats son bosques húmedos premontano y bosques húmedos
montanos bajos con un gradiente altitudinal que varía desde los 800 hasta los 1.700 msnm,
lo cual condiciona una variación de temperatura entre los 19 y 26 ºC. La precipitación varía
igualmente entre 1.800 y los 2.000 mm anuales. Estos gradientes físicos determinan la
presencia de varios tipos de vegetación, aunque los distintos tipos de flora no están
inventariados, debido a su ubicación geográfica y a la presencia de diversos pisos
altitudinales, se estima que debe ser semejante en términos estructurales y florísticos a la de
los parques Yacambú y Terepaima. Sin embargo los altos niveles de intervención humana
en el bosque hacen la diferencia entre uno y otro parque.

Geología:

Perteneciente al terciario (Ecoceno-Paleoceno). Rocas areniscas y lutiticas,


conglomerados líticos, escasas capas de caliza, sedimentos “Wildflysch” En el Parque
Nacional El Guache, se encuentran esquistos y filitas, de la formación Volcancito y río
Guache, rocas consolidadas, fisuradas con porosidad y permeabilidad bajas, de edad
cretácea y terciaria (Paleoceno), formación Mamey, formación Yacambu y Complejos
Ultramafios del Mesozoico.

Geomorfología: Frente Montañoso del Sistema geográfico andino.

Suelos: Suelos delgados del tipo lluvisoles férricos a veces ácidos.

Hidrografía:

Está caracterizado por la presencia de una importante red hidrográfica conformada


por los ríos Ospino, Guache, Bocoy, Are, El Toco, Morador y sus afluentes, destacándose
las quebradas Los Caribes, San Miguel, Palmarito, Punto Solo, Las Rosas, Quebrada Negra,
Nuezalito, Agua Fría y Piedra Verde. Se configura en medio de un área montañosa con
vertientes empinadas que conjugan diversidad paisajística, potencial turístico y la
investigación.

Vegetación:
De acuerdo a los pisos altitudinales pueden distinguirse: bosque premontano,
montano bajo y siempreverdes. El bosque premontano, es una unidad boscosa entre 800 -
1200 msnm en forma de relictos muy dispersos.
Es posible distinguir cuatro estratos definidos del bosque, uno constituido por
árboles con más de 20m de altura los cuales conforman el dosel, siendo comunes las
siguientes especies: Andira retusa, Billia columbiana, Inga subnuda, Ficus velutina,
Garcinia modruno, Maprounea guianensis entre otras.
Un segundo estrato lo conforman árboles cuyas alturas oscilan de 15-20m., siendo
comunes: Cousapoa villosa, Brownea macrophylla, Byrsonima hypoleuca, Inga punctata,
Miconia prasina, Myrcia acuminata entre otras.
El tercer estrato entre 7-15m., posee especies representativas tales como: Alchornea
grandiflora, Ardisia foetida, Artocarpus altilis, Astronium graveolens, Brownea
grandiceps, Eugenia lambertiana.
El cuarto estrato lo componen árboles con más de 20-30 m. de altura como:
Alchornea triplinervia, Aniva sp, Tabebuia chrysantha, Cecropia sp, Nectandra sp,
Dendropanax arboreus, entre otros.
Este bosque se caracteriza por las presencia abundante de plantas leñosas
siempreverdes cuyos biotipos más comunes son los helechos arborescentes: Cyathea
caracasana, Faramea occidentalis, Piper longispicum, Pouteria baehniana, Billia
columbiana y otras más.
En ellos se distinguen tres estratos verticales, predominando el de menor altura, de
5cm. a 5m., hierbas, sufrútices y arbustos como: Acalypha macrostachya, Ardisia foetida,
Besleria pendula, Miconia prasina entre otras.

Un segundo estrato de 6 a 15m, posee elementos típicos de regeneración y otros


muy específicos como: Brownea latifolia, Cyathea andina, Bunchosia argentea, Mabea
occidentalis, Stylogine longifoliam, Palicourea angustifolia.

El tercer estrato también es denominado sotobosque, aquí se ubican especies con alturas de
5 - 6m de altura como: Aciotis purpurascens, Aphelandra macrophylla, Begonia
formosisima, Heliconia hirsuta, entre otras.

El bosque montano bajo se encuentra desde los 1200 – 1800 msnm, posee moderada
intervención.

Fauna:
Se ha reportado la presencia de mamíferos tales como: el salvaje o guache
Tremarctos ornatus, el mono araguato Alouatta seniculus, los venados matacán Mazama
rufina y caramerudo Odocoileus virginianus, el cachicamo Dasypus novemcinctus, el oso
melero Tamandua tetradactyla, el zorro lavamanos Procyon cancrivorus, la lapa Agouti
paca, el puercoespín Coendou prehensilis. Entre las aves destaca la guacharaca Ortalis
ruficauda, el paují copete de piedra Pauxi pauxi, el turpial Icterus icterus, el azulejo de
montaña Thraupis cyanocephala, el moriche blanco Cissopis leveriana, el gonzalito Icterus
auricapillus, el loro real Amazona ochrocephala.

Entre los ofidios podemos citar la mapanare Bothrops isabelle - Bothrops


venezuelensis- Bothrops colombiensis, coral Micrurus mipartitus- Micrurus isozonus, la
tragavenado Boa constrictor, la ratonera Clelia clelia, así como también diversas lagartijas,
lagartos, iguanas, entre otras variedades.
Pese a que el conocimiento sobre la biodiversidad de El Guache es limitado, en lo
que respecta a la flora del parque se ha emprendido un estudio basado en la recolección e
identificación de las especies dentro del mismo. Existe un compromiso preliminar sobre los
tipos de vegetación, sus estructuras fisionómicas y la composición florística, así como del
uso de la tierra (Nuñez 1990). Actualmente se han ejecutado recaudaciones en distintas
localidades dentro del parque por parte del personal del Herbario Universitario (PORT) de
la Universidad Nacional Experimental de Los Llanos Ezequiel Zamora (UNELLEZ) que
han dado como resultado la detección de 430 especies de flora vascular, agrupadas en 270
géneros y 102 familias, lo cual representa alrededor del 3% de las especies inventariadas
hasta el momento para Venezuela, el 11% de los géneros y 39% de las familias (Niño
2003). Las muestras se pueden consultar en el Herbario Nacional de Venezuela (HNV).

Caracterización socioeconómica

Dentro del parque se localizan un gran número de asentamientos humanos que ya


hacían presencia allí, mucho antes de la creación del área protegida. Aunque la mayoría de
las poblaciones dentro y alrededor del parque son de muy baja densidad, existen sectores
dentro de sus límites en donde el número de vecindarios y habitantes es elevado; sin que se
pueda notar diferencia alguna con las zonas fuera del parque.

Un censo de las poblaciones humanas realizado por INPARQUES en el año 2000,


determinó la presencia de unos doce poblados dentro del parque, en la zona que se
encuentra dentro del municipio Ospino del Estado Portuguesa. Allí viven unas 1.000
personas (INPARQUES 2000), aunque la cifra actual podría ser mucho mayor. Los sectores
más poblados son Sanarito (56 familias, aproximadamente 336 habitantes), El Cielito (126
habitantes) y Jobillal (102 habitantes), cada una de las cuales cuenta con varias escuelas,
servicios religiosos, tendido eléctrico y una gran extensión de tierras cultivadas.

Los poblados, los cafetales y otros cultivos agrícolas conviven con el parque desde
su creación. A lo largo de las carreteras se observan cafetales, escuelas rurales y
deforestación reciente. La principal actividad económica de los habitantes es la caficultura,
sin embargo, otros rubros agrícolas se siembran a baja escala, principalmente para el
consumo familiar. El incremento reciente es de cosechas con fines comerciales, como el
maíz (Zea mays) o las caraotas (Phaseola vulgaris), un punto resaltante es que en la
actualidad cada familia tiene como preferencia una siembra propia para abastecerse con sus
cultivos, esto trae consigo como resultado la expansión de la frontera agrícola.

A diferencia de otros parques de la región, El Guache cuenta con una historia poco
conflictiva con sus pobladores originales, lo que quizás se deba a dos factores: El primero
de ellos es que el parque fue solicitado por la comunidad, lo cual indica que en cierta
medida, hay una buena voluntad hacia el parque. El otro es que el parque en sí, no ha
significado un freno a sus actividades agrícolas, que aún se llevan a cabo, prácticamente sin
ninguna limitación.

Por otra parte, en uno de los sectores menos intervenidos (Palmarito), un tramo de la
carretera que cruza el parque fue abierta apenas en 1988, así que la colonización de algunas
zonas era muy reciente para el momento en que se declaró el área protegida. Al parque se
puede acceder por vía terrestre mediante una red de carreteras de tierra en mal estado que
parten de los pueblos La Aparición y La Estación. Estas carreteras comunican las zonas
bajas del municipio Ospino con los caseríos rurales de Moroturo, Santa Rosa de Guache,
Hacha, Santa Ana, Sanarito, La Laguna, San Bartolo, Santa Bárbara, Palmarito, Jobillal y
Guache de Garabote; todos ubicados dentro del él. Estas carreteras cruzan el parque hasta
los caseríos El Rechazo, Platanal, Bucaritas, Miracuy, Fila Rica y Nuezalito de Guache en
el Estado Lara (INPARQUES 2001). La compleja red de carreteras requiere de vehículos
de doble tracción y algunos tramos resultan intransitables durante la época de lluvias.
El mal estado y la peligrosidad de la carretera hacen que la misma sea poco frecuentada,
salvo por quienes viven dentro del parque, protegiéndolo así de nuevos asentamientos e
invasiones.

Caracterización socio cultural

Los poblados aledaños al Parque Nacional El Guache, son pobladores de zonas


altas, con bajo nivel de educación, principalmente agricultores, que trabajan las tierras
dentro y fuera del parque, sus cultivos principales son el café, musáceas, leguminosas y
maíz, es agricultura de supervivencia en muchos de los casos, ya que varios de los poblados
presentan altos niveles de pobreza, o en muchos casos situaciones extremas, el principal
cultivo que genera más dinero es el café, el cual es llevado fuera de la zona.

Desde el punto de vista cultural, son pueblos religiosos católicos y evangélicos


principalmente, tienen algunas iglesias cerca del parque, no se presentan ninguna etnia
indígena dentro de la zona, la mayoría son pobladores de las tierras bajas del estado que se
establecieron en estos lugares por los recursos disponibles, principalmente agua y sus
suelos fértiles, pues la mayor parte del agua que los pobladores usan tiene sus nacientes
dentro del parque nacional.

Muchas de las actividades agrícolas que se desarrollan dentro del parque son ilícitas,
como la extracción del recurso maderero, y otras actividades, por otro lado, la expansión de
la frontera agrícola amenaza con reducir los linderos del parque y constituye una amenaza
para la fauna y flora del parque.

2. JUSTIFICACIÓN
Los parques nacionales cuentan con una exuberante belleza tanto escénica como
natural, mostrando fauna y flora que no podemos encontrar en ningún otro lugar ya que
cada parque nacional posee características únicas y especies endémicas. Debe ser
consciente de su impacto tanto en el medio ambiente local, así como en la comunidad local
y debe tratar, dentro de los límites razonables, de reducir este impacto. Del mismo modo, el
turista no sólo debe tratar de hacer el menor daño posible, sino también de apoyar a la
comunidad local siempre que sea posible. Hay que destacar que esto no significa
necesariamente que la experiencia sea menos agradable, al contrario. Esta actitud de
comprensión a menudo lleva al viajero a disfrutar aún más de su experiencia.

En el siguiente documento daremos respuesta a algunas interrogantes en cuanto a


turismo dentro de parque nacional se trata, y se pretende buscar soluciones o juntar ideas de
varios expertos en el tema, se trabajara con el PN Guache, que es uno de los más nuevos en
cuanto a decreto se trata, y de los menos atendidos por el gobierno, siendo uno de los
parques más intervenidos y vulnerables.

3. OBJETIVO GENERAL Y ESPECIFICOS


 Generar información de vital importancia para divulgación del parque y del
ecoturismo dentro de su territorio.

 Generar información.
 Investigar de fuentes confiables y profesional.
 Divulgación de la información recolectada.

4. MARCO LEGAL

El Parque Nacional El Guache fue declarado mediante el Decreto No. 2.347 de


fecha 5 de junio de 1.992, promulgado en la Gaceta Oficial No. 4.548-E, del 26 de marzo
de 1.993. Esta área protegida constituye un reservorio hídrico de vital importancia para los
estados Lara y Portuguesa, igualmente se encuentra en su territorio plantas y animales en
peligro de extinción, incluso formaciones vegetales enteras que pueden desaparecer debido
a la presencia de asentamientos humanos los cuales presentan un uso o actividades
incompatibles con la figura legal del parque, generando un impacto negativo (actividades
agrícolas y pecuarias principalmente),

Por ello, entre los objetivos de creación del Parque Nacional El Guache se tiene:

 Proteger las especies florísticas y faunísticas del área, especialmente las endémicas
y las que están en peligro de extinción.
 Conservar y perpetuar recursos biológicos, culturales y paisajísticos de relevancia
nacional.
 Recuperar áreas degradadas por la agricultura dentro del parque nacional.
 Garantizar el recurso hídrico de las nacientes que surten a todo el estado para las
posteriores generaciones.
 Lograr un crecimiento paulatino en el ecoturismo del área
 Lograr controlar las afectaciones directas en el parque por parte de las comunidades.
 Mejorar la calidad de vida de las comunidades por medio del aprovechamiento
sostenible de los recursos del parque nacional.

Bases legales
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su Artículo 128,
enfatiza que el Estado desarrollará una política de ordenación del territorio atendiendo a las
realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales, económicas,
políticas, de acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable, que incluya la
información, consulta y participación ciudadana.

En 1983 se promulga en Venezuela la Ley Orgánica de Ordenación del Territorio


(LOPOT), la cual precisa la elaboración de planes de ordenamiento y reglamento de uso
para las áreas bajo régimen de administración especial (ABRAE), categoría en la cual se
incluyen los parques nacionales, según explica la citada ley.

Posteriormente se aprueba en junio de 1989, el Decreto 276 referido al “Reglamento


Parcial de la Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio sobre Administración y
Manejo de Parques Nacionales y Monumentos Naturales”, donde se señala el proceso de
ordenamiento territorial con un carácter más específico para los parques nacionales y
monumentos naturales.
En el año de 1997 solo el 44% de los parques nacionales y el 9% de los
monumentos naturales disponen de planes de ordenamiento y reglamento de uso, el resto se
rige por la Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio y su respectivo Reglamento.
Este es el caso del Parque Nacional El Guache.

5. GUARDERIA AMBIENTAL
Con el fin de verificar las actividades que se realizan en el Parque Nacional El
Guache, el Instituto Nacional de Parques (Inparques), ente adscrito al Ministerio del Poder
Popular para el Ecosocialismo (Minec), efectuó una inspección en el área protegida,
considerado un importante pulmón vegetal para la región.

Como primera acción se visitó el sector San Bartolo, donde se elaboraron


expedientes administrativos sancionatorios a algunos habitantes del sector, que
presuntamente incurren en ilícitos ambientales.
Asimismo, se inspeccionó el Sector Veralito, donde se pudo apreciar tala y quema
de vegetación, mediana y baja, abarcando diferentes especies como tambor, bucare,
yagrumo, guama, además de siembras de maíz, café, caraota y cambur en aproximadamente
20 hectáreas.
Igualmente, se recaudó evidencias de algunas construcciones de ranchos temporales
ubicados en terrenos de presuntos infractores.
Para operaciones, las autoridades de la institución contaron con la ayuda de los
integrantes del Cuerpo Civil de Guardaparques, especialistas en viveros y el especialista del
ámbito de Guardería Ambiental. Adicionalmente, se hizo una revisión a los viveros
establecidos en el Sector San Bartolo, encontrándose que tienen un 70% de funcionamiento
para las próximas reforestaciones en el Parque Nacional El Guache.

6. PROGRAMAS DEL MINISTERIO DE ECOSOCIALISMO Y AGUA EN EL


ÁREA DE ESTUDIO
Proyectos Pasados

Con relación a la vegetación, sólo se ha realizado una caracterización preliminar de


la misma, en términos la estructura y composición florística de las distintas formaciones
vegetales (Nuñez 1990).

En lo referente a la fauna que habita dentro del parque, el conocimiento es casi


nulo, se carece de listados de especies de, al menos, los vertebrados terrestres y acuáticos.

A pesar de que no existe evidencia de observaciones en campo del Oso Frontino


(Tremarctos ornatus), Goldstein (1993) considera que su presencia en el parque es
ocasional, basándose en información aportada por los lugareños, quienes describen
episodios de cacería de osos y eventos de depredación de ganado por parte del oso. Un
proyecto de investigación a cargo de la Lic. Shaenandhoa García evalúa la distribución,
selección de hábitat y utilización del paisaje por el Oso Frontino en los parques de la Sierra
de Portuguesa.

Por otra parte, Rivera (1994) condujo una evaluación de la integridad biótica del río
Guache, utilizando como indicadores a los peces. El estudio no aporta datos de los sitios de
muestreo en el río Guache para discernir si el trabajo se realizó fuera de los límites del
parque.

Desde el año 2001, gracias al apoyo de WWF-USA, FUDENA inició un proyecto


para la protección legal de un corredor ecológico existente entre los parques nacionales de
la Sierra de Portuguesa (Yacambú, Terepaima, Dinira, El Guache y Guaramacal). Como
parte de este proyecto, estudiantes de la Universidad Simón Bolívar realizaron un ejercicio
usando la metodología de las evaluaciones de impacto ambiental, para determinar
potenciales impactos positivos y negativos, de la unión de los parques El Guache y
Yacambú.

La Fundación Tierra Viva llevo a cabo el proyecto “Desarrollo Sustentable del


Municipio Ospino” el cual tiene como propósito diseñar un modelo integral para el
desarrollo sustentable de la zona alta de este municipio. Como parte del proyecto, esta
organización se propone educar a los productores de café que cultivan en el parque, a fin de
que trabajen usando métodos cónsonos con la preservación del ambiente.

Programas actuales

Actualmente el Ministerio cuanta con un programa de estudio de la fauna y la flora


del sitio, siendo encarda de esto INPARQUES Portuguesa, a cargo de la directora regional
María Daniela de la Trinidad, se está trabajando en conjunto con investigadores de la
UNELLEZ Portuguesa, para la realización de un catálogo de la diversidad de especies del
PN, tanto de Fauna como de Flora, en los años 2019-2020 se inició dicho trabajo.

Por otra parte INPARQUES Portuguesa trabaja en la realización del plan de manejo
de dicho parque, que no cuenta con uno, para así llegar a la creación del PORU.

También se trabaja en conjunto con los guardaparques que realizan guardería


ambiental contantemente, gracias a que dentro del 2019 se reclutaron nuevos miembros
tanto de guardaparques como de Bomberos forestales que sirven contantemente dentro de
las inmediaciones del parque, disminuyendo la tala ilegal, cacería y el apropiamiento de
terrenos del parque destinados a labores agrarias.

7. PRINCIPALES PROBLEMAS AMBIENTALES QUE AFECTAN EL ÁREA


Propiedad de la tierra
Desde antes de su creación, la zona hoy ocupada por el Parque Nacional El Guache
contenía numerosos poblados y tierras cultivadas, los cuales fueron incluidos dentro del
parque sin que hasta ahora haya habido ni planes de reubicación, ni regulación de las
actividades realizadas. No se han pagado derechos de propiedad a los ocupantes y las
tierras usadas con fines residenciales y agrícolas se han expandido.

 Igualmente, fueron incluidos pueblos que por su extensión y degradación de las


tierras ocupadas, no ameritaban formar parte de un parque nacional. Un alto porcentaje de
la superficie del parque corresponde a plantaciones o a bosques intervenidos.

 Un censo de las poblaciones humanas realizado por Inparques en el año 2000,
determinó la presencia de unos doce poblados dentro del parque, en la zona que se
encuentra dentro del municipio Ospino del Estado Portuguesa. Allí viven unas 1.000
personas (Inparques 2000), aunque el número hoy en día podría ser mucho mayor.
Igualmente, en la porción del parque ubicada en el Estado Lara, se encuentran varias
poblaciones humanas que aún no han sido censadas. Al menos unas ocho escuelas se
encuentran dentro el parque, las cuales atienden las necesidades de los niños de los pueblos
dentro y alrededor de El Guache.

 La inclusión de zonas altamente degradadas, y la tenencia de la tierra por parte de


los ocupantes originales, incrementan los problemas relacionados con su uso. 
 

Los pueblos de Jobillal y Sanarito quedaron incluidos completamente en el perímetro de El


Guache, a pesar de que antes de decretar el parque ya presentaban altos niveles de
intervención. En la mayor parte de estos sectores, las construcciones y siembras habían
reemplazado al bosque original (foto © César Aponte).
 
Usos agrícolas
 
El principal problema que afronta El Guache es la permanencia de actividades
agrícolas en una gran extensión de las zonas bajas y medias del parque, así como su
reciente expansión hacia ciertas zonas altas.
 
El uso de las tierras con fines agrícolas es de larga data, al parecer, las montañas que
hoy pertenecen al parque se comenzaron a poblar en los años 20 del siglo pasado, cuando la
población escapaba de una epidemia de fiebre amarilla. A partir de ese momento, el cultivo
del café sustituyó al del cacao en importancia, y se estableció como principal producto
agrícola de la zona montañosa (Márquez, comentario personal).
 
La mayoría de los habitantes del parque se dedican a la siembra de café para el
comercio, y de otros rubros agrícolas (granos, maíz y hortalizas) para el consumo personal.
La caficultura es la principal actividad económica de las poblaciones del parque y
representa uno de los más importantes de todo el Estado Portuguesa. Su cultivo requiere de
tierras altas y se ha difundido entre los habitantes de las montañas, ya que en comparación
con otros rubros, requiere de menos inversión y aporta hasta dos veces mayor remuneración
que el maíz, el arroz o la caña (Castillo et al. 1998).
 
Incluso los bosques más altos, que son los que siempre están en mejor estado, se
encuentran amenazados por la expansión agrícola. Sector el Hacha (foto © César Aponte).
 
Más del 60% de la cobertura boscosa del parque es considerada intervenida (Niño
2003). Los bosques mejor preservados están en sitios con pendientes muy elevadas y
generalmente por encima de los 1.400 m.s.n.m, en donde ya el cultivo de café no es
productivo. 
 
En general, un 54% de las cuencas supuestamente protegidas por el parque, se
encuentran cubiertas por cafetales.
 
                             Conuquero (foto ©  César Aponte)
 
Cada agricultor dentro del parque cultiva parcelas de entre dos y ocho ha de café.
Aunque la principal actividad económica en el parque es el cultivo de café, desde el punto
de vista espacial, la agricultura migratoria (conucos), constituye el principal uso de la tierra
(Marín y Márquez 2003). 
 

                     
El superintendente del parque revisa cuatro hectáreas ilegalmente sembradas de
maíz, caña de azúcar, moras y plátano. Otra plantación de aproximadamente 5 hectáreas
sembrada con caraotas, moras, café, tomate y otras hortalizas, así como animales de corral.
La introducción de la mora como cultivo es reciente y se debe a la baja de los precios del
café (foto © César Aponte).
 
La actividad agrícola implica la deforestación y la contaminación de los suelos y
aguas por agroquímicos. Esta afectación es más intensa en los sectores Jobillal, y Sanarito,
en donde el área boscosa remanente apenas se limita a las zonas más altas y escarpadas, en
las cuales resulta imposible sembrar. El uso de fertilizantes es relativamente común entre
los agricultores, aunque en opinión de Inparques, las cantidades y la frecuencia de uso es
muy baja los cultivos de café, por lo cual los daños son podrían ser menores. Sin embargo,
no existen estudios que indiquen el efecto de los agroquímicos en los suelos y aguas de El
Guache.
 
En el sector Palmarito hay varias alteraciones recientes del uso de la tierra con fines
agrícolas, las cuales han generado conflictos entre los pobladores y las autoridades del
parque. Una parcela de seis ha dedicada a la siembra de cebollas, se inició apenas unos
meses antes de la declaratoria del parque, por una familia proveniente de otra región. Los
derechos de propiedad de los bienes en el terreno (bienhechurías) fueron vendidos a
familias foráneas en un par de oportunidades, y los actuales dueños no reconocen la
autoridad de Inparques. Adicionalmente, la venta de los derechos sobre estas tierras es
ilegal.
 
La ausencia de un reglamento de uso impide normar la actividad agrícola dentro del
parque, así que Inparques ha optado por aconsejar y educar a los agricultores, tratando de
llegar a acuerdos acerca del tamaño de los cultivos y del uso de fuego. Los agricultores de
esta zona nunca han aceptado estos acuerdos y han continuado deforestando para expandir
sus cultivos. Desde que los precios del café comenzaron a bajar, la mayoría de estos
agricultores siembran maíz y caraotas como una alternativa. 
 
Agricultura en Palmarito, fotos © César Aponte.
Además de la agricultura, se han reportado actividades ganaderas dentro de los linderos del
parque (Niño 2003), pero se desconoce la extensión e intensidad de dicha actividad.
 
Carencia de personal, equipos e infraestructura.
 
El Guache no cuenta con personal, vehículos ni infraestructura suficiente para
garantizar la vigilancia permanente del parque. El parque cuenta actualmente con más de 50
guardaparques, pero solo se tiene una estación la cual fue asignada hace poco tiempo, y no
se cuenta con más infraestructuras para la ayuda de la vigilancia y guardería ambiental.
 
No existen puestos de vigilancia dentro del parque, ni señalización suficiente. Con
excepción de unos cuatro letreros colocados y financiados por la Alcaldía de Ospino, la
señalización es prácticamente inexistente. En algunos casos la señalización ha sido
removida por los habitantes del parque. En opinión del superintendente, un guardaparques
más y al menos dos puestos de vigilancia son necesarios.
 
Aunque hay un vehículo de doble tracción asignado a la Dirección Regional de
Inparques en Portuguesa, el mismo se encuentra a disposición de la dirección, en la ciudad
de Guanare a 50 km del parque. Para el momento de nuestra evaluación se encontraba fuera
de servicio. Inparques tampoco cuenta con una oficina en Ospino, la ciudad más cercana al
parque.
 

La señalización del parque aunque buena, es insuficiente. En algunos casos los letreros han
sido removidos por los habitantes del parque (foto © César Aponte).
 
Falta de vigilancia
 
Debido a la carencia de personal, infraestructura y vehículos, es imposible vigilar
permanentemente el parque; así que la presencia de Inparques es prácticamente ocasional y
depende de la colaboración con otras instituciones. El único guardaparques que hay no
puede pernoctar dentro del parque, y sus recorridos y visitas están limitados a la
disponibilidad de apoyo por parte de la Alcaldía de Ospino. Las grandes distancias entre
Ospino y los límites del parque, hacen imposible la acción inmediata en caso de
emergencias.
 
Por otra parte, la falta de un plan de ordenamiento impone limitaciones a la
regulación de actividades no cónsonas con el objetivo del parque. Si bien la agricultura no
está permitida dentro de un parque nacional, los ocupantes originales del área tienen el
derecho de continuar con sus actividades hasta tanto el reglamento de uso del parque norme
las actividades permitidas, reguladas y prohibidas.
 
Cacería ilegal
 
A pesar de que no existen registros, la cacería es uno de los problemas importantes
del parque. Al consultarlos, varios de los habitantes manifestaron cazar venados
(Mazama sp.; Odocoileus  sp.), paujíes (Pauxi pauxi), pavas (Penélope sp.), guacharacas
(Ortalis ruficauda), chácharos (Tayassu pecari), entre otras especies. Uno de los habitantes
del sector La Mucutía, nos manifestó que ya no se encontraban tan fácilmente los paujíes ni
los venados en las cercanías.
 
Entre los habitantes del parque es común la tenencia de perros, los cuales suelen ser
usados para la caza en las poblaciones rurales del país. En un censo realizado por Inparques
(2000) uno de los habitantes del sector El Cielito manifestó haber cazado lapas
(Agouti sp.), venados (Odocoileus sp.; Mazama sp), cachicamos (Dasypus novencinctus),
rabipelados (Didelphis  sp.), zorros (Cerdocyon thous), ardillas (Sciurus granatensis),
pumas (Puma concolor), guacharacas (Ortalis ruficauda), gallinetas (Aves: Rallidae),
pericos (Aves: Psittacidae), tórtolas y palomas (Aves: Columbiformes), tucanes, diostedé y
pico de frasco (Aves: Ramphastidae), así como varias especies de serpientes.
 
Durante el recorrido en los bosques cercanos a La Mucutía, pudimos escuchar
disparos de escopeta que probablemente eran de cazadores.
 
Guacharaca (Ortalis ruficauda). Entre los habitantes del parque o quienes viven en sus
cercanías, es común poseer animales silvestres como mascotas (foto © César Aponte).
 
Extracción de madera
 
En las zonas más bajas del parque (800 m.s.n.m.) el cedro (Cedrella montana) es
muy abundante. En el año 2000 se descubrió mediante una investigación conjunta entre
Inparques y la Guardia Nacional, que en los sectores Jobillal y Santana existía una banda
organizada dedicada a la extracción y comercialización ilegal de cedro. La banda actuaba
con el apoyo de oficiales corruptos de la Guardia Nacional, los cuales fueron detenidos y
enjuiciados. Al parecer, desde entonces se ha detenido la extracción ilegal de madera dentro
del parque. Sin embargo, es necesario monitorear regularmente este problema.
 
Durante nuestra evaluación, observamos rastros de saque reciente de maderas en un
camino dentro del bosque en los alrededores de La Mucutía. Por las características del
camino, probablemente se trate de madera de porte mediano y pequeño, usada para la
construcción de viviendas rurales dentro del parque.
 
Un operativo conjunto entre Inparques, la Guardia Nacional y la Alcaldía de Ospino,
permitió detener una extracción ilegal de madera en el sector Santa Ana del Palmar, en las
inmediaciones del parque ( foto ©  Carlos Márquez).
 
Por otra parte, existen otros usos no comerciales para las plantas maderables del
bosque. Una evaluación llevada a cabo por la Alcaldía del Municipio Ospino reveló que
más del 70 % de los habitantes de todos los sectores del parque utilizan la leña como fuente
principal de energía para preparar sus alimentos y para construir sus casas.
 
Diseño y reglamentación
 
En la opinión de algunos expertos en la materia, la zona donde se encuentra El
Guache no contaba con los requerimientos técnicos para ser decretado Parque Nacional al
momento de su creación. La mayoría de las amenazas que afectan al parque hoy en día, ya
estaban presentes en la zona cuando el parque se decretó. La decisión de crear el parque
respondió a la solicitud de la comunidad de dar protección legal a una zona boscosa
extremadamente afectada, a fin de detener su degradación. Al parecer, los criterios políticos
de entonces, privaron sobre los criterios técnicos y el parque se decretó a pesar de los
problemas ecológicos que tenía la zona.

 Aunque sin detenerla, aparentemente el parque ha funcionado como una


herramienta para disminuir la tasa de expansión de la frontera agrícola en la zona. Sin
embargo no se puede decir que éste funciona como una herramienta de protección del
ecosistema ni de sus propiedades físicas y ecológicas. Probablemente El Guache no logre
cumplir sus dos objetivos: proteger las cuencas altas de los ríos y proteger especies en
peligro como el paují copete de piedra y el oso frontino.
 Por otra parte, en el decreto de creación del parque se instruye al Ministerio del
Ambiente y a INPARQUES a "determinar y señalar en el terreno los linderos del parque
nacional" (República de Venezuela 1992) en un plazo de dos años a partir de la publicación
del decreto, así como a diseñar un plan de ordenamiento para el mismo al término de un
año. Luego de 12 años ninguna de las dos se ha cumplido.
 La carencia de un plan de ordenamiento es importante, ya que este instrumento regularía
las actividades no cónsonas con los objetivos del parque y permitiría planificar la
disminución de las amenazas en el futuro.
 
Propiedad y usos agrícolas de la tierra

Debido a la gran extensión y a la larga data de ocupación de las tierras dentro del
parque, un programa de reubicaciones como el practicado en el Parque Nacional Guatopo,
no resultaría factible desde ningún punto de vista. Los pobladores verían afectados sus
derechos sobre las tierras, generando resentimientos hacia el parque y hacia Inparques,
mientras que por otra parte, el alto nivel de intervención de las tierras actualmente ocupadas
no justificaría su adhesión al parque.

La gran importancia económica del café tanto para los pobladores del parque como
para la economía del Estado Portuguesa, así como el grave estado presupuestario de
Inparques y las limitaciones para ofrecer alternativas de desarrollo económico a los
pobladores del parque, sencillamente hacen impensable una eliminación total de la
caficultura dentro del Parque Nacional El Guache. Sin embargo, la degradación de las
cuencas altas de ríos de gran importancia ecológica y económica, amerita una solución con
la que se pueda garantizar su protección y mejoramiento en el futuro cercano.

Quizás la única solución a largo plazo consistiría en desarrollar un plan extensivo de


desarrollo sustentable, que incluya entre otras actividades, un programa de educación
sostenido en el tiempo, dirigido a los caficultores y a las escuelas, con la finalidad de
promover técnicas de producción agrícola amigables con el ambiente. El plan debería ir
acompañado por un programa de subsidios económicos para aquellos caficultores que
produzcan bajo los criterios ambientales designados.

El programa igualmente debería incluir el compromiso de los agricultores de no


sembrar otras especies diferentes al café, además de ir progresivamente dejando ciertas
zonas de altura para la recuperación de bosques. Todo esto necesariamente implicaría una
garantía por parte del Estado de la estabilidad de los precios del café y de la compra de la
producción.

En la actualidad, un programa con estas características es impulsado por la


Fundación Tierra Viva y apoyado por un comité con diversas organizaciones e instituciones
locales. Más detalles de este proyecto y de su alcance se pueden encontrar aquí.

Carencia de personal, equipos e infraestructura; Falta de vigilancia

En relación a la falta de vigilancia, es necesario incrementar tanto el personal como


la infraestructura del parque. Esto último es posible hacerlo sin costo alguno para
Inparques, aprovechando la excelente relación de la Alcaldía de Ospino con el parque
nacional.

La construcción de los puestos de guardaparques podría llevarse a cabo a través del


Fondo Intergubernamental para la Descentralización (FIDES). Esta entidad gubernamental
aporta fondos a proyectos de mejoramiento de infraestructura mediante las alcaldías,
siempre que estos proyectos sean solicitados por organizaciones de la sociedad civil. En la
actualidad existen excelentes relaciones con la Alcaldía de Ospino, especialmente con la
dirección de desarrollo económico y ambiente, donde el apoyo al Parque Nacional El
Guache es considerado como parte de su gestión. Quizás sería conveniente para Inparques
aprovechar este apoyo de la alcaldía y promover un convenio legal de cooperación que
asegure la continuidad del apoyo en futuras gestiones.

Respecto al personal, se requieren al menos dos guardaparques. Aunque Inparques


no dispone de presupuesto suficiente, es posible contratar personal de manera temporal
mediante el programa de apoyo al voluntariado del Comando Unificado Contra Incendios
Forestales. Este comando, del cual Inparques forma parte, dispone de fondos para la
contratación de personal de apoyo durante la temporada de incendios. Es posible contratar a
personas que vivan dentro o en las cercanías del parque, líderes de las comunidades que
puedan actuar a la vez como guardianes del parque. El personal contratado por esta vía
podría incorporarse a una brigada voluntaria y colaborar en la vigilancia.

8. VISIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA SUSTENTABLE PARA EL


ECOTURISMO

El punto de partida para definir el aporte que los parques nacionales pueden dar a la
construcción de un modelo de sustentabilidad y la concepción sobre la cual construir una
Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable en estas áreas protegidas, es definir
cuál es la concepción que tiene el Instituto Nacional de Parques acerca de lo que es el
desarrollo sustentable. Al respecto, INPARQUES (2003) lo define como:

Proceso que conduce a cambios cualitativos de relevancia y trascendencia en la


sociedad, a través del mejoramiento sustancial en las condiciones de vida del colectivo
nacional, bajo una noción de responsabilidad intergeneracional, equidad y justicia en el uso
de los recursos y en la distribución de la riqueza.

En esta definición, la dimensión social cobra especial relevancia. Aún más si se


contrasta con la visión proteccionista que no consideraba los intereses, ni las necesidades de
los usuarios de estas áreas protegidas, en particular, de aquellos que viven relacionados de
manera directa con sus territorios y sus recursos. También se obviaba el potencial
económico de actividades socioproductivas de bajo impacto y que generan empleos a las
comunidades locales, tal es el caso, del turismo, cuando es manejado bajo un modelo
sustentable. Para el manejo de estas áreas naturales protegidas, el Programa de Educación
Ambiental y Participación

Ciudadana (INPARQUES, 1997) se fundamenta en: "una estrategia de masificación


de información sobre los valores ambientales y culturales, sustentada en la prestación del
servicio de preservación y utilización de los parques en tres áreas de acción: educación,
formación y comunicación y divulgación".
Para alcanzar esta visión se conciben cuatro tipos de acciones educativas o
estrategias de masificación que coadyuvan al logro de sus objetivos. Las cuales, de acuerdo
con Pellegrini (2002), son:

 Comunicación y divulgación, donde se contemplan todos los medios de información


dirigidos a los usuarios (carteleras, videos, Discos Compactos, folletos, entre otros).
 Extensión comunitaria, que son acciones que promueven la sensibilización y
capacitación en áreas prioritarias para las comunidades que viven dentro y aledañas a
los Parques Nacionales.
 Capacitación, se refiere a la continua actualización y formación en áreas prioritarias del
personal que las maneja y los grupos de voluntarios y docentes que emprenden acciones
en pro de la conservación del área.
 Interpretación, implica el desarrollo de infraestructuras y actividades que faciliten la
comprensión de la dinámica del ambiente y promuevan valores ambientales a través de
experiencias directas con el ambiente, lo que provee a los participantes de nuevas
formas de interacción y utilización de estos espacios protegidos.

No obstante, se han planteado la existencia de algunas deficiencias a la hora de


implementar estos programas; las cuales fueron identificadas por Moncada, Pellegrini y
Rávago (2001):

 Muchas actividades no han tenido continuidad, motivado a no contar con los recursos
económicos, la inexistencia de un plan que los oriente y a la falta de personal.
 Carencia de un plan de seguimiento y evaluación de las actividades.
 Poco reconocimiento de la Educación como factor de cambio por parte de los gestores y
los niveles gerenciales. Se menciona sólo como elemento de discurso o "bandera
verde", sin darle el apoyo técnico y político necesario.
 El enfoque de manejo sigue siendo proteccionista, dificultando el cambio hacia un
modelo de manejo más sustentable.

Es sobre este último aspecto que se centra este trabajo, en particular, considerando
el aporte que la EA, enfocada hacia la sustentabilidad, puede dar al logro de un mejor
manejo de las áreas, y debiéndose reformular algunos aspectos como los contenidos
educativos y sus estrategias de intervención social.
9. ESTRATEGIAS Y ACCIONES PARA LA PRACTICA ECOTURÍSTICA EN EL
ÁREA DE ESTUDIO
1. Planificación
La planificación u ordenación del territorio turístico es una herramienta de trabajo
fundamental para evitar los efectos negativos de la actividad turística sobre los ecosistemas
locales y la población residente. Conlleva al menos tres apartados obligatorios:

A) Inventario de recursos

B) Zonificación

C) Estudios de capacidad de carga turística

Con respecto al inventario de recursos estudiaremos los naturales, el histórico


artístico, 1os culturales, los equipamientos turísticos y las infraestructuras. El conocimiento
de estos 5 tipos de recursos nos medirá la potencialidad de nuestra comarca, detectamos sus
insuficiencias y nos sirve pare evaluar el impacto del turismo, pasados unos años, en el
territorio. Un inventario especial obligatorio a llevar a cabo, especialmente en zonas muy
humanizadas, es el listado de impactos ambientales negativos de la comarca para su
inevitable recuperación ambiental y paisajística en lo inmediato.

Con respecto a la zonificación servirá para que cartografiemos nuestro territorio en


función de los usos turísticos que le vamos a dar; desde los más intensivos a los menos
intensivos, en función de la fragilidad del territorio y de la ubicación de infraestructuras.

Al menos zonificaremos 3 zonas:

• Zona de visita muy controlada o vetada. Son zonas de alto valor ecológico, que
pueden estar declaradas como reserva integral, que apenas admiten visitas salvo las
científicas y algunas educativas pero muy restringidas en número. Nunca estarán equipadas
con infraestructuras de alojamiento o similares.

• Zona de visita controlada o mesurada, que permite la visita turística pero siempre
con filtros, en grupos pequeños y casi siempre guiada con monitores especializados.
Es la zona de los grupos educativos numerosos y la de los turistas en grupos
reducidos. En esta zona los ecosistemas son ya humanizados, la mayoría de las veces,
espacios rurales en fase de abandono. En esta zona se ubicarán predominantemente
equipamientos de uso público, de tipo educativo y de alojamiento de pocas cargas turísticas
o estacionales, no estables ni fijas. Si existen pueblos en ellos, encontraremos algunas casas
de agroturismo.

• Zona de visita intensiva. No existe restricción al paso ni a los transportes masivos


y privados (automóvil). Aquí se ubican la mayoría de las infraestructuras de acogida,
preferentemente en los pueblos previamente existentes. Se utilizan espacios ya degradados
como canteras o minas, previamente rehabilitados pare ciertos usos masivos.

Con respecto a la capacidad de carga, nos servirá para calcular el número máximo
de turistas por unidad de tiempo, de superficie o de actividad que queremos en un
determinado ámbito. Gracias a ello no perderá calidad nuestro recurso turístico ni será
sometido a una presión ambiental negativa e irreversible. Esta capacidad de carga tiene que
tener en cuenta a su vez tres perspectivas: la capacidad de carga ecológica de los
ecosistemas, la capacidad de carga social de las poblaciones locales y, por último, la
capacidad de carga perceptiva del turista o su sensación de saturación.

2. Gestión local y consenso de la población local

La promoción del ecoturismo puede nacer de entrada de agentes externos a la


comarca en donde se lleva a cabo, ya sea por parte de la Administración, ya sea de
empresas privadas deseosas de explotar los recursos naturales de la zona. En ambos casos
es imprescindible que no se dé la espalda a la población local e incluso debe ser premisa del
proyecto ecoturístico que los indígenas o residentes se impliquen en el proyecto
especialmente a través de los flujos económicos. Es decir, todo proyecto ecoturístico es una
inyección de dinero en las pobres economías rurales europeas o en las zonas vírgenes del
Planeta.

Esa inyección de dinero debe ser en parte pública, a través de distintos servicios que
la Administración presta, o privado. En el ámbito privado debe ser prioritario el desarrollo
endógeno con capitales y recursos humanos locales. Como política complementaria a estas
economías, debe potenciarse la comunicación directa entre el turista y el habitante local.

No cabe duda, como dice Budowsky, que la integración de las comunidades y


gobiernos locales a los planes de desarrollo del ecoturismo desde sus primeras fases
posibilita el éxito y la continuidad a largo plazo.

3. Actividades

Las tendencias sociológicas dicen entre otras cosas que los nuevos turistas
responden a una mayor segmentación del mercado, quieren vacaciones fragmentadas (en
periodos de 5 a 8 días cada una), valoran más los aspectos medioambientales de sus
vacaciones y son más activos. Que ya no se conforman con tomar el sol, o pasear o comer y
sestear, sino que demandan otro tipo de actividades que se les ofrecen en las zonas
ecoturisticas. Pueden ser predominantemente de tipo deportivo y de tipo cultural y
formativo.

Con respecto a las actividades deportivas las distintas comarcas ofrecen una gran
variedad de propuestas. Las más comunes son:

-Senderismo
-Cicloturismo y bicicleta de montaña
-Equitación y actividades ecuestres
-Piragüismo
-Rafting
-Escalada
-Trekking (rutas de alta montaña)
-Barranquismo
-Recorridos en 4x4
Algunas de estas actividades sólo pueden practicarse en determinados paisajes
naturales y no en otros. Cada comarca tiene su potencial especialización y puede atraer a
turistas sementados de ese deporte.
Algunos de estos deportes exigen la señalización del territorio para favorecer su
visita. Esto lleva a la creación de senderos pedestres, de senderos ecuestres y de senderos
cicloturisticos balizados, que conviene que no se mezclen. Pueden ser compatibles pero
también pueden llegar a conflicto de uso por el territorio. Este tema se tiene que tener en
cuenta especialmente con la caza, que es una actividad conflictiva. Debe de estar regulada y
zonificada para no entrar en conflicto con las demás actividades deportivas. Por último
comentar que estos deportes pueden tener impactos ambientales que conviene minimizar y,
si llega el caso, prohibirlos.

4. Infraestructuras de uso público

Son aquellas que facilitan la visita a nuestra comarca y mantienen la calidad


ambiental del entorno. Podemos citar como indispensables:

- Servicios de limpieza e incendios


- Transporte público
- Centros de interpretación
- Guías y monitores
Los servicios de limpieza se encargarán de mantener limpios los pueblos y
ecosistemas de la zona. Dan calidad en la percepción psicológica de los turistas. E1 servicio
de lucha contra incendios puede ser necesario en zonas calurosas, ricas en masas forestales
que corren riesgo en las épocas de máxima visita turística. Para evitar esos incendios
conviene zonificar y regular la visita a ciertos bosques.

El transporte público tiene como estrategia u objetivo prioritario disuadir al turista


del uso de su vehículo privado. Por ello se tiene que estimular el uso del senderismo tanto a
pie, a caballo o en bicicleta. Llegado el caso se pueden vetar ciertas carreteras y prohibir el
paso por pistas y carriles salvo la de los vehículos autorizados. Así, indirectamente, se
obliga al turista a minimizar sus impactos ambientales de consumo de energía y
contaminación y se da trabajo a empresas locales de transporte que gestionan esas rutas
reguladas.
Los centros de Interpretación cumplen la función de informar, sensibilizar y educar
al visitante sobre los valores naturales y humanos de la comarca o espacio natural
protegido.

Están equipados con tiendas de recuerdos, con maquetas, fotografías, videos,


diaporamas y otras técnicas de comunicación científica. En ellos pueden encontrarse
monitores y guías especializados en el conocimiento de la comarca. Estos guías suelen ser
jóvenes de la zona que recibieron instrucción especial para su oficio por medio de Escuelas-
Taller o cursos similares. Su papel es doble. No sólo educan e informan al foráneo, bajo
precio, sino que vigilan la comarca (guardería o similar) y participan de las investigaciones
que se lleven a cabo por los científicos. Su financiación puede ser privada, a través de los
servicios cobrados a los turistas, o pública, a través de las partidas asignadas por la
Administración competente (Agricultura, medio Ambiente, Deportes, Juventud).

5. Restaurantes, gastronomía y agricultura ecológica

En lo que toca a la comida o al arte del buen yantar, el ecoturismo predica con la
calidad y con los productos locales y a ser posible ecoetiquetados.

De entrada propone como prioritaria la cocina local. Aquellos platos que son
propios de la zona y que lentamente van desapareciendo de las dietas humanas por la
invasión de lo cómodo y de lo rápido representado por la cocina basura y la llamada cocina
internacional.

Volver a los potajes, a las carnes y pescados locales, a los sabrosos quesos del País,
a las bebidas como la sidra y la gran variedad de vino, es obligación dietética y
gastronómica. La compra de productos locales, por otra parte, para la cocina favorece la
economía local y ahorra energía en transporte. Y si además estos productos agrícolas son de
producción ecológica, orgánica o biológica, mejor que mejor, dado que indirectamente
evitamos la contaminación de las aguas y de los suelos (y por ende de nuestro cuerpo) con
pesticidas y abonos químicos. Este interés por lo local puede salvar de la extinción a
algunas razas o ecotipos de animales domésticos que casi ya no encuentran mercado.

6. Despolarización
Frente a un turismo de sol y playa y a un turismo de nieve con una altísima
concentración o localización territorial de las actividades y equipamientos turísticos, el
modelo ecoturístico predica una no concentración o despolarización. Es decir un modelo
con numerosos focos o centros de interés, ninguno de ellos especialmente
sobredimensionado y todos coordinados tanto a nivel de complementación de actividades
como de marketing y promoción de cara al exterior. Con ello se intenta evitar que un sólo
sitio goce de los beneficios económicos y, al tiempo, cargue con las deseconomías
ambientales y sociales.

Pasar de cierto umbral de carga turística implica disfunciones, a veces irreversibles,


tanto humanas como medioambientales.

Se evitarán los "honeypots" o lugares famosos donde todo el mundo quiere ir y que
sufren de saturación.

Una estrategia precisa dentro de esta despolarización es la de la disuasión turística


que busca concentrar a ciertos turistas en espacios de escaso valor ecológico (por ejemplo
minas y canteras rehabilitadas). Se equipan estos espacios con áreas de baño, con zonas de
juego, césped, servicios sanitarios, bares y un amplio parking (gratuito o de pago) y
conseguimos de esta manera alejar a la mayoría de los turistas de los honeypots donde no
queremos que vayan, dada su fragilidad ecológica.

7. Minimización de la contaminación de las basuras y del consumo de energía,


rehabilitación de efectos degradados

Es un programa ambicioso que no sólo contempla los propios equipamientos


turísticos de la zona, sino todas las actividades de la comarca. Los ecoturistas procuran
visitar ámbitos poco contaminados. Si detectan esa contaminación huirán pronto a lugares
más limpios y no contaminados.

Es prioritario controlar la contaminación de las aguas. Tanto si es industrial como


fecal. La implantación de E.D.A.R.es (Estaciones de depuración de aguas residuales) es
imprescindible.

Las basuras deben ser tratadas correctamente. Fomentar el reciclado y en conjunto


la ley de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. Fomentar la agricultura ecológica en la
comarca disminuye la contaminación agrícola difusa de pesticidas y abonos químicos. Con
respecto a la energía deben de buscarse modelos basados en la producción limpia y
renovable de la energía (solar, eólica, geotérmica, biogas...) y en su defecto las
convencionales (combustibles fósiles y energía nuclear), pero buscando la alta eficiencia
energética y el ahorro energético como en la arquitectura bioclimática.

Aquellos paisajes que heredamos dañados o degradados como canteras de caliza,


minas de hierro, basureros clandestinos, suelos erosionados, etc., deben de recuperarse, al
tiempo que pueden ser utilizados como recurso para la estrategia de la disuasión turística.

8. Turismo de calidad antes que de cantidad

No nos engañemos, el número de ecoturistas por el momento es bajo. Sin embargo


es un mercado creciente. Posiblemente sólo un 10% de los turistas actuales se pueda incluir
dentro de la categoría de los ecoturistas. Pero este turista demanda calidad y no le importa
pagar por ello porque es un turista educado, con mucha experiencia viajera y de un nivel
económico medio/alto. Esa calidad que pide la tiene que encontrar en:

- La calidad medioambiental del paisaje (no degradado)


- La calidad de los alojamientos e infraestructuras turísticas
- La calidad de las actividades complementarias
- La calidad humana de los profesionales del turismo
Con respecto a este último punto Se recuerda que la formación o la educación
continuada es un factor de éxito del ecoturismo. Es una de las funciones que tiene que
asumir la central de reservas de cara a la población local rural (a veces con bajo nivel
educativo y profesional).

9. Código de comportamiento ecoturístico

Dicen que el turismo es la forma más lenta de aprender, pero también la más
divertida. El ecoturismo aspira a enseñar al ecoturista a comportarse adecuadamente con la
naturaleza y con la población local y que pueda incorporar esos aprendizajes en la vida
cotidiana. De ahí que en los modelos ecoturístico subyace siempre una estrategia,
llamémosla de educación ambiental, que tiñe de verde las horas del turista e incluso llega a
proponerle un código de conducta. Uno de ellos es el elaborado por la entidad alemana
Studienkreis fur Tourismus.

Entre otras cosas dice:

• Los turistas viajan en medios de transporte público o ecológico. Renuncia


voluntariamente al uso innecesario del coche.

• Los turistas prefieren alojarse en pequeños establecimientos o casas privadas y no en


grandes hoteles.

• Los turistas boicotean los guetos turísticos donde sólo encuentran a personas de la misma
nacionalidad, porque prefieren el contacto con la población local.

• Los turistas comen productos locales y aprecian la cocina local. No imponen sus gustos ni
su tradición culinaria.

• Los turistas practican deportes no perjudiciales para el medio ambiente: paseos a pie, a
caballo, en bicicleta, natación...

• Los turistas evitan los grandes parques temáticos (tipo Port Aventura) y prefieren vivir la
naturaleza y descubrir por si mismos la riqueza antropológica y cultural de la comarca.

• Los turistas participan activamente de los proyectos de protección de la naturaleza, ya sea


con dinero ya sea con su tiempo libre.

• El turista no tiene prisa ni consume un número imposible de lugares y monumentos.

• Los turistas no compran recuerdos que expolien la naturaleza o el arte de la región (pieles
de mamíferos, fósiles...).

• Los turistas se adaptan a las costumbres del país y a sus gustos.

10. BENEFICIOS DEL PROYECTO


Ecoturismo, involucra el turismo a través de áreas de interés natural o ecológico, por
lo general bajo la guía de un naturalista, con el propósito de observar la vida silvestre y
aprender sobre el medioambiente.
Se puede incluso optar por visitar las zonas subdesarrolladas, donde los dólares del
turismo pueden ayudar a que una economía local prospere. El objetivo ideal del ecoturismo
es mejorar el mundo a través de los viajes responsables; mientras que sus efectos
probablemente no estarán a la altura de sus ideales, los viajeros pueden ofrecer beneficios
reales a las comunidades locales y al medioambiente.

Un Ecoturismo bien establecido:

Tiene un impacto mínimo sobre el medioambiente.

Crea conciencia y respeto a la cultura local y el medioambiente.

Ofrece experiencias positivas para todos.

Emplea y beneficia a las comunidades.

Educa a los visitantes acerca de los problemas políticos, sociales y ambientales locales.

El dinero de los turistas se destina a la conservación del área.

Los visitantes se llevan nuevas ideas que influyen en su propio entorno.

Como ecoturista, viajas con algo más que la satisfacción personal en mente. Ayudas
al planeta y permites a la gente llevar una vida más satisfactoria.

Vivimos en un mundo muy diverso, lleno de gente ecléctica que vive de la tierra y
depende de lo que la naturaleza puede proveerles. Ciertas atracciones turísticas (naturales y
creadas por el hombre) pueden estar ubicadas en un área específica, pero eso no significa
necesariamente que vaya a devolverle algo a las comunidades de la zona.

Las comunidades locales, especialmente aquellas que no cuentan con medios


industriales para prosperar, podrían beneficiarse en gran medida de los turistas que respeten
sus tierras, a la vez que proporcionan financiación adicional.

En cambio, las grandes corporaciones tienden a cambiar la forma de vida de muchos


nativos en función de lo que será más rentable para ellos. Cuando esto sucede, los locales a
menudo se reubican y quedan devastados tanto a nivel físico como emocional debido a las
tensiones que se generan con estos traslados.
Mientras cumplas con los siguientes propósitos, nos atreveríamos a decir que el
ecoturismo tiene éxito al:

Construir una conciencia ambiental y cultural. El primer paso para hacer algo es
entender lo que se debería de hacer.

Minimizar el impacto. Si debes hacerlo, viaja en avión. Si puedes evitarlo, prueba a


viajar en tren. Camina o ve en bici en lugar de conducir, o al menos, usa el transporte
público. Respeta los recursos locales y no desperdicies.

Proporcionar experiencias positivas tanto a los viajeros como a los anfitriones. La


primera es un hecho, pero la segunda a menudo se descuida. Respeta a los locales, su
comunidad y apóyalos a ellos y a sus valores.

Proporcionar beneficios financieros directos para la conservación. Si realmente es


ecoturismo, gran parte del dinero que pagas irá destinado a la conservación.

Proporcionar beneficios financieros y el empoderamiento de la población local.


Compra productos locales, auténticos (generalmente de mejor calidad y apoyan al
productor local). De esta manera, obtienen muchos más beneficios financieros que del
turismo masivo – incluso si el número de turistas es menor.

Sensibilizar sobre el clima político, ambiental y social de los países anfitriones. Este
es el objetivo más delicado y difícil de lograr. Nunca es fácil de hacer, y a veces puede ser
incluso difícil de entender del todo.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

En Venezuela existen 43 PNs, con diversos paisajes, flora y fauna que lo convierte
en uno de los diez países con mayor diversidad biológica, los cuales constituyen atractivos
turísticos a nivel mundial, posee una gran variedad de climas, desde las nieves eternas en
los páramos de los PNs del estado Mérida hasta las playas, Tepuyes, en los estados
Amazonas, Bolívar y Oriente de Venezuela y tiene médanos en el Estado Falcón. En
principio los PNs en Venezuela fueron creados para salvaguardar extensas zonas
montañosas como fuentes o cabeceras de agua, cuya concentración se encuentra en los
Andes venezolanos, que ameritan un manejo con criterio de sostenibilidad. El estado
Mérida cuenta con cuatro PNS que atraviesan tres sierras de la Cordillera Andina: La Sierra

Nevada, Sierra de Santo Domingo y Sierra de la Culata. De tal manera, que hoy los
PNs son espacios protegidos que comprenden grandes redes nacionales, con la pretensión
de cubrir la diversidad de los países. Es por ello, que en la concepción y preservación de
todo PN en el ámbito mundial, deben considerarse ciertos principios de adopción universal,
entre los cuales se pueden citar los siguientes:

a) Los PN son instaurados para perdurar, así, dadas sus características esenciales,
encarnan un carácter de patrimonio natural para cada pueblo y la humanidad, puesto que
son el gran reservorio de agua del planeta.

Por tanto, deben existir estrategias para su conservación y mantenimiento que


permitan preservarlos para las generaciones futuras y satisfacer las necesidades actuales. b)
Sus tierras no deben ser utilizadas para beneficio personal o individual, ni sus bienes
explotados comercialmente. c) Deben serles aplicados dos importantes principios: no se
debe excluir a ninguna persona de su disfrute, no se debe mercadear, ni ser objeto de
compra-venta.

Pero, los PNs que poseen grandes riquezas faunísticas, vegetales y otras especies
aún no descubiertas, pueden convertirse, mediante futuras investigaciones, en beneficios
para la humanidad. d) Deben contar con un marco legal que garantice un conjunto de
directrices y lineamientos orientados a mantener un equilibrio socioambiental entre las
comunidades de cada parque y sus condiciones físico-naturales.
BIBLIOGRAFÍA
Castillo J., L. Colmenares, j. Najul, y O. Ron. 1998. Análisis estratégico de la caficultura en
el estado portuguesa. Fundación para el desarrollo de la región centro occidental de
Venezuela. Gobernación del estado portuguesa.

FUDENA. 2001. Establecimiento de un corredor ecológico para la sierra de portuguesa.


Http://www.fudena.org.ve/proyectos2.htm. Consultado el 14 de noviembre de 2003.

Goldstein, I. 1993. Distribución, presencia y conservación del oso frontino en Venezuela.


Biollania 9:171-181.

Goodwin, M. L y Lentino, M. 1990. Lista de las aves. Parque nacional Yacambú, estado
Lara, Venezuela. Sociedad conservacionista AUDUBON de Venezuela. 24 pp.

INPARQUES 2000. Primer censo de poblaciones humanas dentro del parque nacional el
guache, sector 4, estado portuguesa. Dirección regional del instituto nacional de
parques, estado portuguesa.

IUCN 2003. 2003 IUCN red list of threatened species. <www.redlist.org>. Consultado el
20 de febrero de 2004.

Marín a. Y c. Márquez. 2003. Proyecto para el desarrollo de actividades agro ecológicas en


las comunidades asentadas en las cuencas altas de los ríos y en el área asociada al
parque nacional el guache. Junta ambientalista de Opino.

Núñez, q. O. 1990. Levantamiento de información básica en materia de vegetación. Fase ii.


Sector portuguesa - guache. Estado portuguesa. MARNR. Serie informes técnicos,
zona 8/it/318. 89 pp.

Niño, m. 2003. Diversidad vegetal del parque nacional el guache, estado Portuguesa -
Venezuela. XV congreso venezolano de botánica, Mérida. Libro de resúmenes: 73.

República de Venezuela. 1989. Decreto nº 276. Reglamento parcial de la ley orgánica para
la ordenación del territorio sobre administración y manejo de los parques nacionales
y monumentos naturales. Gaceta oficial nº 4,106; 7 de junio de 1989.

República de Venezuela. 1993. Decreto nº 2.345. Declaratoria del parque nacional el


guache. Gaceta oficial nº 4.548 extraordinario; 26 de marzo de 1993.

República de Venezuela. 1996b. Decreto nº 1.486. Especies en peligro de extinción.


Gaceta oficial nº 36,062; 10 de octubre de 1996.

Rivera, g. M. A. 1994. Utilización de la ictiofauna como indicadora de la integridad biótica


de los ríos guache y Guanare, estado portuguesa, Venezuela. Tesis de grado.
Universidad experimental de los llanos Ezequiel Zamora (UNELLEZ), 125 pp.
Rodríguez, J. -. Y Rojas-Suárez, f. 1999. Libro rojo de la fauna venezolana. PROVITA y
fundación polar, Caracas, 472 pp.

Burguera, L. (2005). Ríos y municipios como proyectos socio-ambientales. 2ª edición


actualizada y ampliada. Facultad Arquitectura y Arte, Comisión Universitaria de
Asuntos Ambientales de la Universidad de Los Andes. Ediciones Inmeca. Mérida,
Venezuela.
Casas J. (1993). Los Parques Nacionales en el mundo. Revista El Campo. Boletín de
información agraria. Volumen 128. Número 128, páginas 57-66.
Centro Latinoamericano de Ecología Social - CLAES (2004). Ambiente en América Latina.
Disponible en: http: //www.ambiente.net, Uruguay. Consulta: junio 13 de 2008).
Gabaldón, M. (1992). Parques Nacionales en Venezuela. Serie Parques Nacionales y
Conservación Ambiental. Vol. 1. Inparques-Fundación Banco Consolidado. Stephan
y Thora Amend Editores. Caracas, Venezuela.
Gabaldón, M. (1999). Origen y evolución del Sistema de Parques Nacionales de Venezuela.
Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales. Postgrado en Ordenación del
Territorio y Ambiente, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.
Grimaldo, J. (1999). Bases conceptuales: filosofía y doctrina de Parques Nacionales
(MIMEO). Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Postgrado en
Ordenación del Territorio y Ambiente. Universidad de Los Andes. Mérida,
Venezuela. ISSN 1317-8822 • Año 10 • N° 2 • Julio - Diciembre 2011 • Pg: 405-
418Una mirada a los Parques Nacionales en el mundo. Caso: Parques... • Quintero
de Contreras, María Estella visión gerencial 418
Haines, A. (1974). History. Parque Nacional de Yellowstone. Exploración y
establecimiento. Washington. On.line.book. Disponible en:
http://www.nps.gov/yell/historyculture/. Consulta: octubre 27 de 2011.
ICAE-ULA (2008). Consultas al Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas, de la
Facultad de Ciencias, Universidad de los Andes, durante los meses de: febrero,
marzo y abril de 2008. Venezuela.
Instituto Nacional de Estadística - INE (2009). Estimaciones de la población del estado
Mérida, por Municipios, en base al Censo del 2001. Disponible en:
http://www.ine.gov.ve/poblacion/distribucion. asp. Consulta: marzo 20 de 2009.
INPARQUES (2007ª). Parques Nacionales y otras áreas protegidas: Informe Nacional
2007. Presentado en el II Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y otras
área protegidas en Bariloche, Argentina. Disponible en:
http://www.inparques.gob.ve. (Consulta: mayo 7 de 2008). Venezuela.
INPARQUES (2007b). Consultas al Instituto Nacional de Parques en Mérida, durante los
meses de septiembre, octubre y noviembre de 2007. Venezuela.
Ministerio del Medio Ambiente y Medio Rural y Marino - MMA (2008). Primer informe de
situación de la Red de Parques Nacionales al 01 de enero de 2007. Red de Parques
Nacionales, Madrid, España. Disponible en: http://reddeparques
nacionales.mma.es/parques.
Miller, K. (1980). Planificación de Parques Nacionales para el Ecodesarrollo en
Latinoamérica. Fundación para la Ecología y la Protección del Medio Ambiente.
Madrid, España.
Quintero, M. (2005). La actividad turística como base económica del desarrollo sustentable
de la comunidad de Gavidia, ubicada en el Parque Nacional Sierra Nevada. Revista
economía. Número 21, enero-diciembre. Pp. 59.84. Mérida-Venezuela.
Redparques (2007). Red latinoamericana de cooperación técnica en parques nacionales,
otras áreas protegidas, flora y fauna silvestre. Disponible en:
http://www.fao.org/REGIONAL/LAmerica/redes/ parques/default.htm.
Rincón J.; Matos F.; Sulbarán E. y Zambrano G. (2007). Parques Nacionales del Estado
Mérida. Aventura y Conocimiento. Fonacit-Fundación Bioandina. Centro Editorial
Litorama, C.A. Mérida, Venezuela.
ULA-PDVSA-Gobernación (1999). Mérida Estado Competitivo 2020. Antecedentes para el
análisis de competitividad. Convenio ULA-PDVSA. Material disponible en el
Instituto de Investigaciones económicas (IEES), Facultad de Economía, Universidad
de Los Andes. Mérida, Venezuela.
ANEXOS

También podría gustarte