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Bachiller:
Roberto Carlos Márquez Pimentel
C.I: 19.855.225
Sin embargo, sobre estas áreas existe una creciente presión de uso que pudieran afectarlas,
al respecto, trabajos como los realizados por Aranguren, Moncada y Rávago (2002),
Bevilacqua, Cárdenas y Medina (2006) y Vitalis (2007) describen y analizan las causas de
estas situaciones. En todos los casos, la educación de los colectivos es mencionada como un
factor decisivo en la superación de estas deficiencias. Para abordar estas situaciones, el
Instituto Nacional de Parques (INPARQUES) ha diseñado una serie de programas de
manejo que buscan mitigar las diferentes presiones hacia el Sistema Nacional de Parques y,
dentro de estos, se cuenta con un Programa de Educación Ambiental y Participación
Ciudadana (INPARQUES, 1997).
Geología:
Hidrografía:
Vegetación:
De acuerdo a los pisos altitudinales pueden distinguirse: bosque premontano,
montano bajo y siempreverdes. El bosque premontano, es una unidad boscosa entre 800 -
1200 msnm en forma de relictos muy dispersos.
Es posible distinguir cuatro estratos definidos del bosque, uno constituido por
árboles con más de 20m de altura los cuales conforman el dosel, siendo comunes las
siguientes especies: Andira retusa, Billia columbiana, Inga subnuda, Ficus velutina,
Garcinia modruno, Maprounea guianensis entre otras.
Un segundo estrato lo conforman árboles cuyas alturas oscilan de 15-20m., siendo
comunes: Cousapoa villosa, Brownea macrophylla, Byrsonima hypoleuca, Inga punctata,
Miconia prasina, Myrcia acuminata entre otras.
El tercer estrato entre 7-15m., posee especies representativas tales como: Alchornea
grandiflora, Ardisia foetida, Artocarpus altilis, Astronium graveolens, Brownea
grandiceps, Eugenia lambertiana.
El cuarto estrato lo componen árboles con más de 20-30 m. de altura como:
Alchornea triplinervia, Aniva sp, Tabebuia chrysantha, Cecropia sp, Nectandra sp,
Dendropanax arboreus, entre otros.
Este bosque se caracteriza por las presencia abundante de plantas leñosas
siempreverdes cuyos biotipos más comunes son los helechos arborescentes: Cyathea
caracasana, Faramea occidentalis, Piper longispicum, Pouteria baehniana, Billia
columbiana y otras más.
En ellos se distinguen tres estratos verticales, predominando el de menor altura, de
5cm. a 5m., hierbas, sufrútices y arbustos como: Acalypha macrostachya, Ardisia foetida,
Besleria pendula, Miconia prasina entre otras.
El tercer estrato también es denominado sotobosque, aquí se ubican especies con alturas de
5 - 6m de altura como: Aciotis purpurascens, Aphelandra macrophylla, Begonia
formosisima, Heliconia hirsuta, entre otras.
El bosque montano bajo se encuentra desde los 1200 – 1800 msnm, posee moderada
intervención.
Fauna:
Se ha reportado la presencia de mamíferos tales como: el salvaje o guache
Tremarctos ornatus, el mono araguato Alouatta seniculus, los venados matacán Mazama
rufina y caramerudo Odocoileus virginianus, el cachicamo Dasypus novemcinctus, el oso
melero Tamandua tetradactyla, el zorro lavamanos Procyon cancrivorus, la lapa Agouti
paca, el puercoespín Coendou prehensilis. Entre las aves destaca la guacharaca Ortalis
ruficauda, el paují copete de piedra Pauxi pauxi, el turpial Icterus icterus, el azulejo de
montaña Thraupis cyanocephala, el moriche blanco Cissopis leveriana, el gonzalito Icterus
auricapillus, el loro real Amazona ochrocephala.
Caracterización socioeconómica
Los poblados, los cafetales y otros cultivos agrícolas conviven con el parque desde
su creación. A lo largo de las carreteras se observan cafetales, escuelas rurales y
deforestación reciente. La principal actividad económica de los habitantes es la caficultura,
sin embargo, otros rubros agrícolas se siembran a baja escala, principalmente para el
consumo familiar. El incremento reciente es de cosechas con fines comerciales, como el
maíz (Zea mays) o las caraotas (Phaseola vulgaris), un punto resaltante es que en la
actualidad cada familia tiene como preferencia una siembra propia para abastecerse con sus
cultivos, esto trae consigo como resultado la expansión de la frontera agrícola.
A diferencia de otros parques de la región, El Guache cuenta con una historia poco
conflictiva con sus pobladores originales, lo que quizás se deba a dos factores: El primero
de ellos es que el parque fue solicitado por la comunidad, lo cual indica que en cierta
medida, hay una buena voluntad hacia el parque. El otro es que el parque en sí, no ha
significado un freno a sus actividades agrícolas, que aún se llevan a cabo, prácticamente sin
ninguna limitación.
Por otra parte, en uno de los sectores menos intervenidos (Palmarito), un tramo de la
carretera que cruza el parque fue abierta apenas en 1988, así que la colonización de algunas
zonas era muy reciente para el momento en que se declaró el área protegida. Al parque se
puede acceder por vía terrestre mediante una red de carreteras de tierra en mal estado que
parten de los pueblos La Aparición y La Estación. Estas carreteras comunican las zonas
bajas del municipio Ospino con los caseríos rurales de Moroturo, Santa Rosa de Guache,
Hacha, Santa Ana, Sanarito, La Laguna, San Bartolo, Santa Bárbara, Palmarito, Jobillal y
Guache de Garabote; todos ubicados dentro del él. Estas carreteras cruzan el parque hasta
los caseríos El Rechazo, Platanal, Bucaritas, Miracuy, Fila Rica y Nuezalito de Guache en
el Estado Lara (INPARQUES 2001). La compleja red de carreteras requiere de vehículos
de doble tracción y algunos tramos resultan intransitables durante la época de lluvias.
El mal estado y la peligrosidad de la carretera hacen que la misma sea poco frecuentada,
salvo por quienes viven dentro del parque, protegiéndolo así de nuevos asentamientos e
invasiones.
Muchas de las actividades agrícolas que se desarrollan dentro del parque son ilícitas,
como la extracción del recurso maderero, y otras actividades, por otro lado, la expansión de
la frontera agrícola amenaza con reducir los linderos del parque y constituye una amenaza
para la fauna y flora del parque.
2. JUSTIFICACIÓN
Los parques nacionales cuentan con una exuberante belleza tanto escénica como
natural, mostrando fauna y flora que no podemos encontrar en ningún otro lugar ya que
cada parque nacional posee características únicas y especies endémicas. Debe ser
consciente de su impacto tanto en el medio ambiente local, así como en la comunidad local
y debe tratar, dentro de los límites razonables, de reducir este impacto. Del mismo modo, el
turista no sólo debe tratar de hacer el menor daño posible, sino también de apoyar a la
comunidad local siempre que sea posible. Hay que destacar que esto no significa
necesariamente que la experiencia sea menos agradable, al contrario. Esta actitud de
comprensión a menudo lleva al viajero a disfrutar aún más de su experiencia.
Generar información.
Investigar de fuentes confiables y profesional.
Divulgación de la información recolectada.
4. MARCO LEGAL
Por ello, entre los objetivos de creación del Parque Nacional El Guache se tiene:
Proteger las especies florísticas y faunísticas del área, especialmente las endémicas
y las que están en peligro de extinción.
Conservar y perpetuar recursos biológicos, culturales y paisajísticos de relevancia
nacional.
Recuperar áreas degradadas por la agricultura dentro del parque nacional.
Garantizar el recurso hídrico de las nacientes que surten a todo el estado para las
posteriores generaciones.
Lograr un crecimiento paulatino en el ecoturismo del área
Lograr controlar las afectaciones directas en el parque por parte de las comunidades.
Mejorar la calidad de vida de las comunidades por medio del aprovechamiento
sostenible de los recursos del parque nacional.
Bases legales
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su Artículo 128,
enfatiza que el Estado desarrollará una política de ordenación del territorio atendiendo a las
realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales, económicas,
políticas, de acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable, que incluya la
información, consulta y participación ciudadana.
5. GUARDERIA AMBIENTAL
Con el fin de verificar las actividades que se realizan en el Parque Nacional El
Guache, el Instituto Nacional de Parques (Inparques), ente adscrito al Ministerio del Poder
Popular para el Ecosocialismo (Minec), efectuó una inspección en el área protegida,
considerado un importante pulmón vegetal para la región.
Por otra parte, Rivera (1994) condujo una evaluación de la integridad biótica del río
Guache, utilizando como indicadores a los peces. El estudio no aporta datos de los sitios de
muestreo en el río Guache para discernir si el trabajo se realizó fuera de los límites del
parque.
Programas actuales
Por otra parte INPARQUES Portuguesa trabaja en la realización del plan de manejo
de dicho parque, que no cuenta con uno, para así llegar a la creación del PORU.
Un censo de las poblaciones humanas realizado por Inparques en el año 2000,
determinó la presencia de unos doce poblados dentro del parque, en la zona que se
encuentra dentro del municipio Ospino del Estado Portuguesa. Allí viven unas 1.000
personas (Inparques 2000), aunque el número hoy en día podría ser mucho mayor.
Igualmente, en la porción del parque ubicada en el Estado Lara, se encuentran varias
poblaciones humanas que aún no han sido censadas. Al menos unas ocho escuelas se
encuentran dentro el parque, las cuales atienden las necesidades de los niños de los pueblos
dentro y alrededor de El Guache.
El superintendente del parque revisa cuatro hectáreas ilegalmente sembradas de
maíz, caña de azúcar, moras y plátano. Otra plantación de aproximadamente 5 hectáreas
sembrada con caraotas, moras, café, tomate y otras hortalizas, así como animales de corral.
La introducción de la mora como cultivo es reciente y se debe a la baja de los precios del
café (foto © César Aponte).
La actividad agrícola implica la deforestación y la contaminación de los suelos y
aguas por agroquímicos. Esta afectación es más intensa en los sectores Jobillal, y Sanarito,
en donde el área boscosa remanente apenas se limita a las zonas más altas y escarpadas, en
las cuales resulta imposible sembrar. El uso de fertilizantes es relativamente común entre
los agricultores, aunque en opinión de Inparques, las cantidades y la frecuencia de uso es
muy baja los cultivos de café, por lo cual los daños son podrían ser menores. Sin embargo,
no existen estudios que indiquen el efecto de los agroquímicos en los suelos y aguas de El
Guache.
En el sector Palmarito hay varias alteraciones recientes del uso de la tierra con fines
agrícolas, las cuales han generado conflictos entre los pobladores y las autoridades del
parque. Una parcela de seis ha dedicada a la siembra de cebollas, se inició apenas unos
meses antes de la declaratoria del parque, por una familia proveniente de otra región. Los
derechos de propiedad de los bienes en el terreno (bienhechurías) fueron vendidos a
familias foráneas en un par de oportunidades, y los actuales dueños no reconocen la
autoridad de Inparques. Adicionalmente, la venta de los derechos sobre estas tierras es
ilegal.
La ausencia de un reglamento de uso impide normar la actividad agrícola dentro del
parque, así que Inparques ha optado por aconsejar y educar a los agricultores, tratando de
llegar a acuerdos acerca del tamaño de los cultivos y del uso de fuego. Los agricultores de
esta zona nunca han aceptado estos acuerdos y han continuado deforestando para expandir
sus cultivos. Desde que los precios del café comenzaron a bajar, la mayoría de estos
agricultores siembran maíz y caraotas como una alternativa.
Agricultura en Palmarito, fotos © César Aponte.
Además de la agricultura, se han reportado actividades ganaderas dentro de los linderos del
parque (Niño 2003), pero se desconoce la extensión e intensidad de dicha actividad.
Carencia de personal, equipos e infraestructura.
El Guache no cuenta con personal, vehículos ni infraestructura suficiente para
garantizar la vigilancia permanente del parque. El parque cuenta actualmente con más de 50
guardaparques, pero solo se tiene una estación la cual fue asignada hace poco tiempo, y no
se cuenta con más infraestructuras para la ayuda de la vigilancia y guardería ambiental.
No existen puestos de vigilancia dentro del parque, ni señalización suficiente. Con
excepción de unos cuatro letreros colocados y financiados por la Alcaldía de Ospino, la
señalización es prácticamente inexistente. En algunos casos la señalización ha sido
removida por los habitantes del parque. En opinión del superintendente, un guardaparques
más y al menos dos puestos de vigilancia son necesarios.
Aunque hay un vehículo de doble tracción asignado a la Dirección Regional de
Inparques en Portuguesa, el mismo se encuentra a disposición de la dirección, en la ciudad
de Guanare a 50 km del parque. Para el momento de nuestra evaluación se encontraba fuera
de servicio. Inparques tampoco cuenta con una oficina en Ospino, la ciudad más cercana al
parque.
La señalización del parque aunque buena, es insuficiente. En algunos casos los letreros han
sido removidos por los habitantes del parque (foto © César Aponte).
Falta de vigilancia
Debido a la carencia de personal, infraestructura y vehículos, es imposible vigilar
permanentemente el parque; así que la presencia de Inparques es prácticamente ocasional y
depende de la colaboración con otras instituciones. El único guardaparques que hay no
puede pernoctar dentro del parque, y sus recorridos y visitas están limitados a la
disponibilidad de apoyo por parte de la Alcaldía de Ospino. Las grandes distancias entre
Ospino y los límites del parque, hacen imposible la acción inmediata en caso de
emergencias.
Por otra parte, la falta de un plan de ordenamiento impone limitaciones a la
regulación de actividades no cónsonas con el objetivo del parque. Si bien la agricultura no
está permitida dentro de un parque nacional, los ocupantes originales del área tienen el
derecho de continuar con sus actividades hasta tanto el reglamento de uso del parque norme
las actividades permitidas, reguladas y prohibidas.
Cacería ilegal
A pesar de que no existen registros, la cacería es uno de los problemas importantes
del parque. Al consultarlos, varios de los habitantes manifestaron cazar venados
(Mazama sp.; Odocoileus sp.), paujíes (Pauxi pauxi), pavas (Penélope sp.), guacharacas
(Ortalis ruficauda), chácharos (Tayassu pecari), entre otras especies. Uno de los habitantes
del sector La Mucutía, nos manifestó que ya no se encontraban tan fácilmente los paujíes ni
los venados en las cercanías.
Entre los habitantes del parque es común la tenencia de perros, los cuales suelen ser
usados para la caza en las poblaciones rurales del país. En un censo realizado por Inparques
(2000) uno de los habitantes del sector El Cielito manifestó haber cazado lapas
(Agouti sp.), venados (Odocoileus sp.; Mazama sp), cachicamos (Dasypus novencinctus),
rabipelados (Didelphis sp.), zorros (Cerdocyon thous), ardillas (Sciurus granatensis),
pumas (Puma concolor), guacharacas (Ortalis ruficauda), gallinetas (Aves: Rallidae),
pericos (Aves: Psittacidae), tórtolas y palomas (Aves: Columbiformes), tucanes, diostedé y
pico de frasco (Aves: Ramphastidae), así como varias especies de serpientes.
Durante el recorrido en los bosques cercanos a La Mucutía, pudimos escuchar
disparos de escopeta que probablemente eran de cazadores.
Guacharaca (Ortalis ruficauda). Entre los habitantes del parque o quienes viven en sus
cercanías, es común poseer animales silvestres como mascotas (foto © César Aponte).
Extracción de madera
En las zonas más bajas del parque (800 m.s.n.m.) el cedro (Cedrella montana) es
muy abundante. En el año 2000 se descubrió mediante una investigación conjunta entre
Inparques y la Guardia Nacional, que en los sectores Jobillal y Santana existía una banda
organizada dedicada a la extracción y comercialización ilegal de cedro. La banda actuaba
con el apoyo de oficiales corruptos de la Guardia Nacional, los cuales fueron detenidos y
enjuiciados. Al parecer, desde entonces se ha detenido la extracción ilegal de madera dentro
del parque. Sin embargo, es necesario monitorear regularmente este problema.
Durante nuestra evaluación, observamos rastros de saque reciente de maderas en un
camino dentro del bosque en los alrededores de La Mucutía. Por las características del
camino, probablemente se trate de madera de porte mediano y pequeño, usada para la
construcción de viviendas rurales dentro del parque.
Un operativo conjunto entre Inparques, la Guardia Nacional y la Alcaldía de Ospino,
permitió detener una extracción ilegal de madera en el sector Santa Ana del Palmar, en las
inmediaciones del parque ( foto © Carlos Márquez).
Por otra parte, existen otros usos no comerciales para las plantas maderables del
bosque. Una evaluación llevada a cabo por la Alcaldía del Municipio Ospino reveló que
más del 70 % de los habitantes de todos los sectores del parque utilizan la leña como fuente
principal de energía para preparar sus alimentos y para construir sus casas.
Diseño y reglamentación
En la opinión de algunos expertos en la materia, la zona donde se encuentra El
Guache no contaba con los requerimientos técnicos para ser decretado Parque Nacional al
momento de su creación. La mayoría de las amenazas que afectan al parque hoy en día, ya
estaban presentes en la zona cuando el parque se decretó. La decisión de crear el parque
respondió a la solicitud de la comunidad de dar protección legal a una zona boscosa
extremadamente afectada, a fin de detener su degradación. Al parecer, los criterios políticos
de entonces, privaron sobre los criterios técnicos y el parque se decretó a pesar de los
problemas ecológicos que tenía la zona.
Debido a la gran extensión y a la larga data de ocupación de las tierras dentro del
parque, un programa de reubicaciones como el practicado en el Parque Nacional Guatopo,
no resultaría factible desde ningún punto de vista. Los pobladores verían afectados sus
derechos sobre las tierras, generando resentimientos hacia el parque y hacia Inparques,
mientras que por otra parte, el alto nivel de intervención de las tierras actualmente ocupadas
no justificaría su adhesión al parque.
La gran importancia económica del café tanto para los pobladores del parque como
para la economía del Estado Portuguesa, así como el grave estado presupuestario de
Inparques y las limitaciones para ofrecer alternativas de desarrollo económico a los
pobladores del parque, sencillamente hacen impensable una eliminación total de la
caficultura dentro del Parque Nacional El Guache. Sin embargo, la degradación de las
cuencas altas de ríos de gran importancia ecológica y económica, amerita una solución con
la que se pueda garantizar su protección y mejoramiento en el futuro cercano.
El punto de partida para definir el aporte que los parques nacionales pueden dar a la
construcción de un modelo de sustentabilidad y la concepción sobre la cual construir una
Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable en estas áreas protegidas, es definir
cuál es la concepción que tiene el Instituto Nacional de Parques acerca de lo que es el
desarrollo sustentable. Al respecto, INPARQUES (2003) lo define como:
Muchas actividades no han tenido continuidad, motivado a no contar con los recursos
económicos, la inexistencia de un plan que los oriente y a la falta de personal.
Carencia de un plan de seguimiento y evaluación de las actividades.
Poco reconocimiento de la Educación como factor de cambio por parte de los gestores y
los niveles gerenciales. Se menciona sólo como elemento de discurso o "bandera
verde", sin darle el apoyo técnico y político necesario.
El enfoque de manejo sigue siendo proteccionista, dificultando el cambio hacia un
modelo de manejo más sustentable.
Es sobre este último aspecto que se centra este trabajo, en particular, considerando
el aporte que la EA, enfocada hacia la sustentabilidad, puede dar al logro de un mejor
manejo de las áreas, y debiéndose reformular algunos aspectos como los contenidos
educativos y sus estrategias de intervención social.
9. ESTRATEGIAS Y ACCIONES PARA LA PRACTICA ECOTURÍSTICA EN EL
ÁREA DE ESTUDIO
1. Planificación
La planificación u ordenación del territorio turístico es una herramienta de trabajo
fundamental para evitar los efectos negativos de la actividad turística sobre los ecosistemas
locales y la población residente. Conlleva al menos tres apartados obligatorios:
A) Inventario de recursos
B) Zonificación
• Zona de visita muy controlada o vetada. Son zonas de alto valor ecológico, que
pueden estar declaradas como reserva integral, que apenas admiten visitas salvo las
científicas y algunas educativas pero muy restringidas en número. Nunca estarán equipadas
con infraestructuras de alojamiento o similares.
• Zona de visita controlada o mesurada, que permite la visita turística pero siempre
con filtros, en grupos pequeños y casi siempre guiada con monitores especializados.
Es la zona de los grupos educativos numerosos y la de los turistas en grupos
reducidos. En esta zona los ecosistemas son ya humanizados, la mayoría de las veces,
espacios rurales en fase de abandono. En esta zona se ubicarán predominantemente
equipamientos de uso público, de tipo educativo y de alojamiento de pocas cargas turísticas
o estacionales, no estables ni fijas. Si existen pueblos en ellos, encontraremos algunas casas
de agroturismo.
Con respecto a la capacidad de carga, nos servirá para calcular el número máximo
de turistas por unidad de tiempo, de superficie o de actividad que queremos en un
determinado ámbito. Gracias a ello no perderá calidad nuestro recurso turístico ni será
sometido a una presión ambiental negativa e irreversible. Esta capacidad de carga tiene que
tener en cuenta a su vez tres perspectivas: la capacidad de carga ecológica de los
ecosistemas, la capacidad de carga social de las poblaciones locales y, por último, la
capacidad de carga perceptiva del turista o su sensación de saturación.
Esa inyección de dinero debe ser en parte pública, a través de distintos servicios que
la Administración presta, o privado. En el ámbito privado debe ser prioritario el desarrollo
endógeno con capitales y recursos humanos locales. Como política complementaria a estas
economías, debe potenciarse la comunicación directa entre el turista y el habitante local.
3. Actividades
Las tendencias sociológicas dicen entre otras cosas que los nuevos turistas
responden a una mayor segmentación del mercado, quieren vacaciones fragmentadas (en
periodos de 5 a 8 días cada una), valoran más los aspectos medioambientales de sus
vacaciones y son más activos. Que ya no se conforman con tomar el sol, o pasear o comer y
sestear, sino que demandan otro tipo de actividades que se les ofrecen en las zonas
ecoturisticas. Pueden ser predominantemente de tipo deportivo y de tipo cultural y
formativo.
Con respecto a las actividades deportivas las distintas comarcas ofrecen una gran
variedad de propuestas. Las más comunes son:
-Senderismo
-Cicloturismo y bicicleta de montaña
-Equitación y actividades ecuestres
-Piragüismo
-Rafting
-Escalada
-Trekking (rutas de alta montaña)
-Barranquismo
-Recorridos en 4x4
Algunas de estas actividades sólo pueden practicarse en determinados paisajes
naturales y no en otros. Cada comarca tiene su potencial especialización y puede atraer a
turistas sementados de ese deporte.
Algunos de estos deportes exigen la señalización del territorio para favorecer su
visita. Esto lleva a la creación de senderos pedestres, de senderos ecuestres y de senderos
cicloturisticos balizados, que conviene que no se mezclen. Pueden ser compatibles pero
también pueden llegar a conflicto de uso por el territorio. Este tema se tiene que tener en
cuenta especialmente con la caza, que es una actividad conflictiva. Debe de estar regulada y
zonificada para no entrar en conflicto con las demás actividades deportivas. Por último
comentar que estos deportes pueden tener impactos ambientales que conviene minimizar y,
si llega el caso, prohibirlos.
En lo que toca a la comida o al arte del buen yantar, el ecoturismo predica con la
calidad y con los productos locales y a ser posible ecoetiquetados.
De entrada propone como prioritaria la cocina local. Aquellos platos que son
propios de la zona y que lentamente van desapareciendo de las dietas humanas por la
invasión de lo cómodo y de lo rápido representado por la cocina basura y la llamada cocina
internacional.
Volver a los potajes, a las carnes y pescados locales, a los sabrosos quesos del País,
a las bebidas como la sidra y la gran variedad de vino, es obligación dietética y
gastronómica. La compra de productos locales, por otra parte, para la cocina favorece la
economía local y ahorra energía en transporte. Y si además estos productos agrícolas son de
producción ecológica, orgánica o biológica, mejor que mejor, dado que indirectamente
evitamos la contaminación de las aguas y de los suelos (y por ende de nuestro cuerpo) con
pesticidas y abonos químicos. Este interés por lo local puede salvar de la extinción a
algunas razas o ecotipos de animales domésticos que casi ya no encuentran mercado.
6. Despolarización
Frente a un turismo de sol y playa y a un turismo de nieve con una altísima
concentración o localización territorial de las actividades y equipamientos turísticos, el
modelo ecoturístico predica una no concentración o despolarización. Es decir un modelo
con numerosos focos o centros de interés, ninguno de ellos especialmente
sobredimensionado y todos coordinados tanto a nivel de complementación de actividades
como de marketing y promoción de cara al exterior. Con ello se intenta evitar que un sólo
sitio goce de los beneficios económicos y, al tiempo, cargue con las deseconomías
ambientales y sociales.
Se evitarán los "honeypots" o lugares famosos donde todo el mundo quiere ir y que
sufren de saturación.
Dicen que el turismo es la forma más lenta de aprender, pero también la más
divertida. El ecoturismo aspira a enseñar al ecoturista a comportarse adecuadamente con la
naturaleza y con la población local y que pueda incorporar esos aprendizajes en la vida
cotidiana. De ahí que en los modelos ecoturístico subyace siempre una estrategia,
llamémosla de educación ambiental, que tiñe de verde las horas del turista e incluso llega a
proponerle un código de conducta. Uno de ellos es el elaborado por la entidad alemana
Studienkreis fur Tourismus.
• Los turistas boicotean los guetos turísticos donde sólo encuentran a personas de la misma
nacionalidad, porque prefieren el contacto con la población local.
• Los turistas comen productos locales y aprecian la cocina local. No imponen sus gustos ni
su tradición culinaria.
• Los turistas practican deportes no perjudiciales para el medio ambiente: paseos a pie, a
caballo, en bicicleta, natación...
• Los turistas evitan los grandes parques temáticos (tipo Port Aventura) y prefieren vivir la
naturaleza y descubrir por si mismos la riqueza antropológica y cultural de la comarca.
• Los turistas no compran recuerdos que expolien la naturaleza o el arte de la región (pieles
de mamíferos, fósiles...).
Educa a los visitantes acerca de los problemas políticos, sociales y ambientales locales.
Como ecoturista, viajas con algo más que la satisfacción personal en mente. Ayudas
al planeta y permites a la gente llevar una vida más satisfactoria.
Vivimos en un mundo muy diverso, lleno de gente ecléctica que vive de la tierra y
depende de lo que la naturaleza puede proveerles. Ciertas atracciones turísticas (naturales y
creadas por el hombre) pueden estar ubicadas en un área específica, pero eso no significa
necesariamente que vaya a devolverle algo a las comunidades de la zona.
Construir una conciencia ambiental y cultural. El primer paso para hacer algo es
entender lo que se debería de hacer.
Sensibilizar sobre el clima político, ambiental y social de los países anfitriones. Este
es el objetivo más delicado y difícil de lograr. Nunca es fácil de hacer, y a veces puede ser
incluso difícil de entender del todo.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
En Venezuela existen 43 PNs, con diversos paisajes, flora y fauna que lo convierte
en uno de los diez países con mayor diversidad biológica, los cuales constituyen atractivos
turísticos a nivel mundial, posee una gran variedad de climas, desde las nieves eternas en
los páramos de los PNs del estado Mérida hasta las playas, Tepuyes, en los estados
Amazonas, Bolívar y Oriente de Venezuela y tiene médanos en el Estado Falcón. En
principio los PNs en Venezuela fueron creados para salvaguardar extensas zonas
montañosas como fuentes o cabeceras de agua, cuya concentración se encuentra en los
Andes venezolanos, que ameritan un manejo con criterio de sostenibilidad. El estado
Mérida cuenta con cuatro PNS que atraviesan tres sierras de la Cordillera Andina: La Sierra
Nevada, Sierra de Santo Domingo y Sierra de la Culata. De tal manera, que hoy los
PNs son espacios protegidos que comprenden grandes redes nacionales, con la pretensión
de cubrir la diversidad de los países. Es por ello, que en la concepción y preservación de
todo PN en el ámbito mundial, deben considerarse ciertos principios de adopción universal,
entre los cuales se pueden citar los siguientes:
a) Los PN son instaurados para perdurar, así, dadas sus características esenciales,
encarnan un carácter de patrimonio natural para cada pueblo y la humanidad, puesto que
son el gran reservorio de agua del planeta.
Pero, los PNs que poseen grandes riquezas faunísticas, vegetales y otras especies
aún no descubiertas, pueden convertirse, mediante futuras investigaciones, en beneficios
para la humanidad. d) Deben contar con un marco legal que garantice un conjunto de
directrices y lineamientos orientados a mantener un equilibrio socioambiental entre las
comunidades de cada parque y sus condiciones físico-naturales.
BIBLIOGRAFÍA
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