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Padre de la fe, amigo del Dios Eterno fue llamado, no precisamente por hacer
como a él le pareció, dice la palabra que él le creyó al Padre Eterno y le fue
contado por justicia Gálatas 3:6… es que le hizo caso en todo ¿sí? Moverse de
país, pelear, dar sus diezmos, circuncidarse, ofrecer a su hijo como ofrenda... cada
una de las instrucciones que le dio el Señor, él las hizo al pie de la letra.
Lo que pasa es que claro, es necesario ese discernimiento de la palabra que se nos
es dada, solamente y únicamente a través del Espíritu Santo del Dios Eterno. Pero
es que hasta viéndolo lógicamente, déjeme le cuento.
Esos que dicen que por ejemplo los diezmos, la circuncisión, el Shabat o día de
descanso en sábado, son para los judíos, se pierden de un detalle en la historia
impresionante, que es inevitable negar. Esas bendiciones, esos regalos del Dios
Eterno, fueron permitidos a Abraham, un gentil de Ur de los Caldeos que
justamente le creyó a Yehováh de los ejércitos. Pero un momento, según la línea
genealógica, el que leyó leyó, de Abraham vino Isaac y de Isaac vino Jacob que
fue llamado por el Ángel de Yehováh, Israel y de Israel vinieron 12 hijos que
conformaron las 12 tribus de Israel, y una y solo una de las cuales es Judá de
donde se llama a los judíos… no le busque que los privilegios no fueron solamente
para los judíos. Que ellos hayan decidido obedecer las bendiciones porque no es
más que eso, no justifica que lo obviemos, lo ignoremos o los desechemos. Decir
que esas bendiciones son solo para los judíos es, con todo respeto, ignorancia,
pero el completo desconocimiento y aceptación de que no son más que
bendiciones del Dios Eterno para sus hijos, los que obedientemente quieran
obedecer Su palabra y sus mandamientos, para que vivan en Su buena, agradable
y perfecta voluntad. Porque déjeme mostrarle lo que significan y para quienes va
dirigido… y si usted se cuenta, bienvenido:
Pero claro, es normal que el hombre se quiera quitar de las bendiciones, porque
cuando uno está en desobediencia y quiere y se decide a obedecer, cuesta.
Para concluir algo que seguro no había contemplado como un regalo del Padre
Eterno que lo ama y lo está esperando a que se decida a estar en el orden que por
él fue establecido, de quien más le puedo hablar qué de nuestro Señor Jesús, de
Yeshúa nuestro Salvador, el campeón y perfeccionador de nuestra Fe, nuestro
mejor y más alto ejemplo:
Que el Padre Eterno los bendiga y los llene con Su gracia y con Su Shalóm.