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JUICIO: FISCALIA CIVIL, COMERCIAL Y DEL TRABAJO C/ F. M.

D. V. S/ COBRO EJECUTIVO EXPEDIENTE N° 210/19

Concepción, 2 de octubre de 2019.-

VISTO el Expediente del presente juicio: "FISCALIA CIVIL,


COMERCIAL Y DEL TRABAJO C/ FI. M. D. V. S/ COBRO EJECUTIVO –
N° 210/19

CONSIDERANDO:
I.- Que con fecha 30.05.2019 (de hojas 1 a la 8) se presenta el Sr. Fiscal
Civil, Comercial y del Trabajo de 1ra Instancia del Centro Judicial de Concepción a
los fines de llevar adelante el juicio ejecutivo en contra de M. D. V. F., con domicilio
en calle S/N° - La Cocha (Tucumán), por la suma de pesos VEINTE MIL ($ 20.000)
con más sus intereses, gastos y costas.

El Sr. Fiscal funda su demanda en la Resolución Nro. 132 de fecha


20.12.2018 del Centro de Medicación Judicial del Centro Judicial de Concepción,
donde se aplica una multa por el importe de VEINTE MIL pesos ($ 20.000).

La multa aplicada surge del art. 13 segundo párrafo de la Ley n° 7844. La


ley indica que, si la mediación fracasare por la incomparecencia injustificada de
cualquiera de las partes a la primera audiencia, cada uno de los incomparecientes
deberá abonar una multa cuyo monto será el equivalente a dos (2) veces la retribución
básica que le corresponda percibir al mediador por su gestión, suma que será destinada
al Fondo de Financiamiento, es decir al propio funcionamiento del sistema de
mediación (art. 28 L. 7844).

Con la demanda, el Sr. Fiscal adjunta prueba documental: copia


debidamente certificada de la Resolución N° 132 de fecha 20.12.2018, cédulas de
notificaciones Nros. 7016/189/18 y 200/189/18, expedidas por el CENTRO DE
MEDIACIÓN JUDICIAL.

Además, manifiesta que el título ejecutivo que se acompaña se encuentra


firme y consentido por la parte demandada, según las constancias del expediente de
mediación.

II.- En hojas 10 se otorga la intervención de ley al Sr. Fiscal como parte


actora del proceso, constituyéndosele domicilio en su público despacho, se agrega la
prueba documental.

Se ordena intimar a la parte demandada en su domicilio, al pago de $


20.000 en concepto de multa, más $4000 en concepto de los gastos que puedan ocurrir
en el proceso.

III.- En hojas 13 el Sr. Juez de Paz de la Cocha informa: “Me constituí


domicilio indicado siendo las hs. 09.00 y después de varios intentos y al no ser
atendido – se fijó puerta principal de la vivienda – art. 157 CPCC” (sic).
IV.- Con fecha 04 de Julio de 2019 (hojas 14), por lo informado por el
oficial de justicia (Mandamiento fijado en puerta) y al no encontrarse trabada la Litis
por no cumplirse con la forma de notificación establecida en la hoja 10 del expediente,
se ordenó mandar una nueva intimación de pago.

V.- Entre hojas 15 a 20 se encuentra una presentación realizada por la Sra.


F. al Sr. Fiscal donde informa lo siguiente: “1. (…) soy discapacitada, y he tomado
conocimiento del juicio del rubro. 2. Que no he podido asistir a la audiencia de
mediación por razones de salud, de las que informé a mi abogado en ese momento.
3. Que realmente carezco de todos bienes de fortuna, vivo en casa de mi padre de 84
años que sufre de Alzheimer, dedicándome a su cuidado y al de mis hijos menores de
edad, uno de los cuales padece una pérdida progresiva de visión”, entre otras
argumentaciones que se analizarán llegado el momento.

VI.- En hojas 21 se presenta el Sr. Fiscal: manifiesta que con la Sra. F. han
formulado un acuerdo de pago a mejor fortuna en los términos del art. 889 y conc. del
Código Civil y Comercial.

Además, el Sr. Fiscal considera que se trata de una persona en estado de


vulnerabilidad. Indica que la vulnerabilidad no sólo surge por la situación económica
que atraviesa la Sra. F. sino por tratarse de una persona con discapacidad, que además
ha manifiesta buena voluntad y predisposición para el cumplimiento de las
obligaciones aquí demandadas.

VII.- A hojas 22, se decidió frente a la solicitud de suspensión de la causa


hasta tanto la Sra. F. tenga mejor fortuna, realizar una audiencia oral citando a todas
las partes del proceso. El motivo de la audiencia oral fue analizar el estado de
vulnerabilidad de la Sra. F.

La audiencia oral se celebró con fecha 16 de agosto de 2019, con la


intervención del Juez a cargo del Juzgado de Cobros y Apremios N°2, la Sra. F. con
la representación Defensoría Oficial Itinerante, el Sr. Fiscal Civil, Comercial y del
Trabajo del Centro Judicial de Concepción y la participación del Gabinete Psicosocial
de la Excma. CSJ Tucumán.

A hojas 29 se encuentra el correspondiente informe social y ambiental


previamente ordenado en la audiencia de hojas 26.

VIII.- A partir de hojas 33, corresponde el dictado de la sentencia.

IX.- Naturaleza del crédito que se ejecuta. Antes de ingresar al


tratamiento específico del tema a decidir, cabe destacar que si bien la multa de $
20.000 que se ejecuta en el juicio responde a un crédito del Centro de Mediación del
Poder Judicial de Tucumán (Arts. 28 y 29 de Ley 7.844), representativo de dinero
público, en tanto debiera integrar el Fondo de Financiamiento destinado: a. El pago
de los honorarios que se les debiera abonar a los mediadores, en los casos previstos
en el Art. 26 bis. b. Las erogaciones que implique el funcionamiento del Centro de
Mediación Judicial; c. Cualquier otra erogación relacionada con el funcionamiento
del sistema de Mediación.
La finalidad de establecer sanciones es la de salvaguardar, propiciar y
restablecer el orden que la ley propugna, pero de ninguna manera ello puede
convertirse en una fuente de recursos para el Estado, aún cuando de la aplicación de
cierto tipo de sanciones, como lo son las multas, pueda derivarse en un flujo de
ingresos a las arcas estatales (CSJN, 267:457). Por lo tanto, tiene una predominante
naturaleza penal (Fallos: 202:293; 287:76; 289:336; 290:202; 308:1224; 156:100;
184:162; 239:449; 267:457; 184:417; 235:501; 287:76; 290:202; ídem CSJTuc.,
sentencia Nº 540, del 11/6/2009 en "Instituto Provincial de Lucha contra el
Alcoholismo I.P.L.A. vs. Amado Jorge s/ Cobro ejecutivo"; en similar sentido
puede verse CSJTuc., sentencia Nº 642 del 08/9/2010, en "COPAN Cooperativa
de Seguros Ltda. s/ Recurso de apelación"; ídem autos: CSJTuc, Provincia de
Tucumán -D.G.R.- vs. Las Dulces Norte S.A. s/ Ejecución fiscal).

X.- Control de oficio del título de la ejecución. Ello obliga a realizar el


análisis del título ejecutivo y de los elementos configurativos de la sanción aplicada
desde una perspectiva de los derechos y garantías vinculados a la materia penal (art.
18 de la CN).

Además, del control desde el prisma de la naturaleza penal de la causa,


debe tenerse especial atención a la denuncia de “vulnerabilidad”, realizada por la Sra.
F. y el propio Sr. Fiscal, mediante un control adecuado sobre la compatibilidad de la
multa aplicada con los Pactos y Convenciones internacionales de Derechos Humanos,
es decir un adecuado control de convencionalidad de la sanción base de la ejecución
promovida.

Para ello seguimos especialmente a la Corte Internacional de Derechos


Humanos en la causa Myrna Mack Chang vs. Guatemala, del 25 de noviembre de
2003, donde se manifestó por examen de convencionalidad entre las normas del Pacto
de San José de Costa Rica y otras convenciones internacionales a las que nuestro país
es parte, con disposiciones del Derecho interno. En Almonacid Arellano y otros vs.
Gobierno de Chile, de 26 de septiembre de 2006, en cuanto sostiene la CIDH que:
“…el Poder Judicial debe ejercer una especie de “control de convencionalidad”
entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial
debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del
mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la Convención
Americana” … (En el mismo sentido: Caso La Cantuta Vs. Perú. Sentencia de 29
de noviembre de 2006, párr.173).

En Trabajadores Cesados del Congreso vs. Perú, de 24 de noviembre


de 2006 y Boyce y otros Vs. Barbados, Sentencia de 20 de noviembre de 2007, la
CIDH termina de aceptar, sin más, el control difuso de convencionalidad: “…Cuando
un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención Americana, sus
jueces también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque el efecto útil
de la Convención no se vea mermado o anulado por la aplicación de leyes contrarias
a sus disposiciones, objeto y fin”. Es decir, los órganos del Poder Judicial deben
ejercer no solo un control de constitucionalidad, sino también deben ejercer también
un control “de convencionalidad” ex officio entre las normas internas y la
Convención Americana (Trabajadores Cesados del Congreso vs. Perú, de 24 de
noviembre de 2006). Dicho criterio jurisprudencial de la Corte IDH fue consolidado
y reiterado más tarde en los casos “Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña v. Bolivia”, del 1
de septiembre de 2010, punto 202; “Gomes Lund y otros v. Brasil”, del 24 de
noviembre de 2010, punto 176; y en “Cabrera García y Montiel Flores v. México”,
del 26 de noviembre de 2010, punto 225 (En el mismo sentido: Caso Heliodoro
Portugal Vs. Panamá. Sentencia de 12 de agosto de 2008, párr.180; Radilla Pacheco
Vs. México. Sentencia de 23 de noviembre de 2009, párr. 339; Fernández Ortega y
otros. Vs. México. Sentencia de 30 de agosto de 2010, párr. 236; Rosendo Cantú y
otra Vs. México. Sentencia de 31 de agosto de 2010, párr.219; Liakat Ali Alibux
Vs. Surinam. Sentencia de 30 de enero de 2014, párr. 151).

En Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Sentencia de 26 de


noviembre de 2010, se destaca que los jueces y órganos vinculados a la administración
de justicia en todos los niveles están en la obligación de ejercer ex officio un “control
de convencionalidad” entre las normas internas y la Convención Americana,
evidentemente en el marco de sus respectivas competencias y de las regulaciones
procesales correspondientes. En esta tarea, los jueces y órganos vinculados a la
administración de justicia deben tener en cuenta no solamente el tratado, sino también
la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última
de la Convención Americana (En el mismo sentido: Caso Liakat Ali Alibux Vs.
Surinam. Sentencia de 30 de enero de 2014, párr. 151; Caso de personas
dominicanas y haitianas expulsadas Vs. República Dominicana. Sentencia de 28
de agosto de 2014, párr. 311).

Incluso se ha sostenido con el caso Gelman Vs. Uruguay. Sentencia de 24


de febrero de 2011 que: “[239] … también debe primar un “control de
convencionalidad” […], que es función y tarea de cualquier autoridad pública y no
sólo del Poder Judicial”.

En conclusión, con base en el control de convencionalidad, es necesario


que las interpretaciones judiciales y administrativas y las garantías judiciales se
apliquen adecuándose a los principios establecidos por la CIDH (Caso Atala Riffo y
Niñas Vs. Chile. Sentencia del 24 de febrero de 2012; Fontevecchia y D´Anico v.
Argentina, Sentencia del 29 de noviembre de 2011).

En idéntico sentido nuestra CSJN, en el año 2007, incorporó


jurisprudencialmente el control de convencionalidad en la causa “Mazzeo” (Fallos:
330:3248). En este sentido la interpretación de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos debe guiarse por la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH), que importa una insoslayable pauta de interpretación
para los poderes constituidos argentinos en el ámbito de su competencia.

En la Causa Rodríguez Pereyra, Jorge Luis y otra c/Ejército Argentino


s/daños y perjuicios, del 27 de noviembre de 2012, nuestra CSJN sostuvo que tras la
reforma constitucional de 1994 deben tenerse en cuenta las directivas que surgen del
Derecho internacional de los Derechos Humanos.

Señala que: “La jurisprudencia reseñada no deja lugar a dudas de que los
órganos judiciales de los países que han ratificado la Convención Americana sobre
Derechos Humanos están obligados a ejercer, de oficio, el control de
convencionalidad, descalificando las normas internas que se opongan a dicho
tratado. Resultaría, pues, un contrasentido aceptar que la Constitución Nacional que,
por un lado, confiere rango constitucional a la mencionada convención (art. 75, inc.
22), incorpora sus disposiciones al derecho interno y, por consiguiente, habilita la
aplicación de la regla interpretativa -formulada por su intérprete auténtico, es decir,
la Corte Interamericana de Derechos Humanos- que obliga a los tribunales
nacionales ejercer de oficio el control de convencionalidad, impida, por otro lado,
que esos mismos tribunales ejerzan similar examen con el fin de salvaguardar su
supremacía frente a normas locales de menor rango”. Con referencia a la
interpretación auténtica y sus efectos en las jurisdicciones nacionales y locales se
dijo que “…la interpretación de la CADH debe guiarse por la Jurisprudencia de la
Corte IDH, que importa una insoslayable pauta de interpretación para los poderes
constituidos argentinos en el ámbito de su competencia y, en consecuencia, también
para la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a los efectos de resguardar las
obligaciones asumidas por el Estado argentino en el sistema interamericano de
protección de los Derechos humanos”.

Desde una perspectiva local, nuestra Excma. Corte Suprema de Justicia de


Tucumán, en la causa “Provincia de Tucumán -D.G.R.- vs. Benjamín Paz S.R.L.
s/ Ejecución fiscal”, Sentencia N° 1121, en un juicio de ejecución fiscal, cobros y
apremios, asumió el debido control de convencionalidad. A partir del análisis
efectuado por la CSJT en la causa mencionada, considero que el control de
convencionalidad no es extraño al fuero y que se encuentra dentro de nuestras
competencias. La CSJT postula, con cita del caso “Cabrera García Montiel c.
México” que: “El 'control de convencionalidad' debe realizarse por cualquier juez o
tribunal que materialmente realice funciones jurisdiccionales … El 'control difuso de
convencionalidad' convierte al juez nacional en juez interamericano: en un primer y
auténtico guardián de la Convención Americana, de sus Protocolos adicionales
(eventualmente de otros instrumentos internacionales) y de la jurisprudencia de la
Corte IDH que interpreta dicha normatividad”.

De acuerdo con lo considerado, dentro del estudio del título se realizará un


adecuado control de convencionalidad ex officio, atento al estado de vulnerabilidad
que surge del expediente que tengo a la vista.

XI.- En esta instancia de análisis corresponde, atento a las facultades


conferidas por el art. 492 del C.P.C.y.C. de la Provincia de Tucumán (ver:
PODETTIJ.R.: Tratado de las Ejecuciones, Bs. As. 1997, nº 151; PALACIO, L.:
Derecho Procesal Civil, Bs. As. 1982, nº 1069; FALCÓN: Código…, sobre el art.
551, punto 9.5.; FENOCHIETTO-ARAZI, Código…, sobre el art. 531 § 2, y
también a propósito del art. 551 § 2 a.), examinar la concurrencia de los recaudos
legales establecidos en el art. 484 y 485 del C.P.C.y.C. de Tucumán, para determinar
si el título con el cual se promueve la demanda de ejecución es un instrumento hábil
(título hábil) o no. Lo que implicará la suerte de la demanda, prosperar la ejecución o
ser la misma rechazada.

Es por ello que el C.P.C.y.C. de Tucumán, dispone en el artículo 492 lo


siguiente: Art. 492.- INTIMACIÓN DE PAGO Y EMBARGO. "El juez examinará el
instrumento con que se deduce la ejecución y, si hallara que es de los comprendidos
en los artículos 484 y 485 o en otra disposición legal, y que se encuentran cumplidos
los presupuestos procesales, librará mandamiento de pago y embargo por la suma de
dinero que se reclamara, más el importe que provisoriamente se calculara para
responder a los gastos de ejecución."

Ello así, cabe destacar que la existencia y la habilidad del título constituyen
presupuestos inexorables para el ejercicio de la acción ejecutiva. Corresponde al juez
examinar la concurrencia de los recaudos legales al momento de despachar el
mandamiento de intimación de pago y, aún a falta de oposición del ejecutado, al
momento de dictar sentencia de trance y remate. La Excma. Corte Suprema de Justicia
de la Provincia de Tucumán destacó que éste deber legal viene impuesto asimismo a
los tribunales de alzada porque el control de oficio de los presupuestos de
admisibilidad, es una de las características del juicio de tipo ejecutivo (CSJT,
Sentencia n° 800, 21.08.2009; CSJT, Sentencia n° 1082, 10.11.2008; CSJT,
Sentencia n° 1178, 28.12.2005; CSJT, Sentencia n° 251, 26.04.2004; CSJT,
Sentencia n° 344, 19.05.2004, entre otros pronunciamientos).

Por ello, la jurisprudencia reiteradamente ha dicho que la inhabilidad de


título debe ser decretada por el juez, si el título no reúne los requisitos necesarios, no
obstante que no haya sido opuesta por la parte demandada o no receptada.

Además, se infiere que, del mismo modo que de la incontestación de la


demanda en un juicio ordinario, no ha de seguirse, necesariamente, una sentencia de
condena haciendo lugar a la demanda, con mayor razón todavía ello es predicable del
juicio ejecutivo, donde la vía ejecutiva es un privilegio otorgado en consideración de
la habilidad del título mismo. Como lo enseñan correctamente los autores: “el
principio nullaexecutio sine título” se extiende a la existencia misma del juicio
ejecutivo (FENOCHIETTO-ARAZI, op. cit., sobre el art. 531 § 2), y por ello, cabe
incluso “la posibilidad de que la inhabilidad de título sea declarada de oficio por el
tribunal de alzada....” (PALACIO, L.: op. cit., nº 1069). Es por ello que la facultad
descripta está sumamente aceptada para juzgados de ejecución de primera instancia y
del análisis efectuado, no es admisible sostener el silogismo que postula que a falta
de oposición de excepciones debe conducir “forzosamente” al dictado de una
sentencia de condena, de trance y remate, en nuestro caso, más cuando el crédito
ejecutado tiene naturaleza penal.

Cuando nos adentramos al estudio del título base de la ejecución, surge


necesario advertir, incluso, siguiendo a FRANCISCO MARTINEZ, que el título es
siempre una declaración documental de la autoridad pública, pero no es “puramente”
el certificado de deuda o la boleta de deuda, o en nuestro caso la resolución del Centro
de Mediación que se acompaña a hojas 2 a 5 del expediente judicial, sino que el título
ejecutivo viene constituido en un momento que precede al libramiento de dicho
certificado, de la certificación o de la boleta de deuda, es decir del propio
procedimiento o proceso y de su regularidad, que desde un orden lógico y cronológico
lo constituye y que surge agregado a la presente ejecución: “El título ejecutivo es
aquel que ha satisfecho con regularidad el proceso de su formación” (FRANCISCO
MARTINEZ, “El título en la ejecución fiscal”, Impuestos, C. XXXIV-B, pág.
1709, Buenos Aires; Idem Cámara de Apelación en lo Contencioso
Administrativo de San Martín, Registro de Sentencias definitivas N° 6 F° 35/55,
Expte. N° SI-2909-2011, “Fisco de la Provincia de Buenos Aires C/ Ghiglione
Mario R. S/ Apremio”).

A más de ello, cabe remarcar que el hecho de que nos encontremos en un


proceso de cobro ejecutivo, ejecución fiscal o apremio, no es óbice para que el juez
entienda en el fondo del asunto que nos atañe, incluso de realizar un control de
convencionalidad como se lo ha sostenido.

Al respecto, es menester citar que la Corte Suprema de Justicia de la


Provincia de Tucumán fijó el criterio, entre otros fallos, de que “…en una visión
superadora de un derecho puramente ritualista, se viene sosteniendo –aún en
ejecuciones- que no puede exagerarse el formalismo hasta el extremo de admitir una
condena por deuda inexistente…” (“Provincia de Tucumán –DGR- C/ Las Dulces
Norte S.A. S/ Ejecución Fiscal”; Sentencia de fecha 14/10/2015, CSJT).

Nuestro máximo tribunal local considera que: “...la existencia de la deuda


como su exigibilidad son de la esencia de todo proceso de ejecución, resulta entonces
que planteada la cuestión, los tribunales deban considerar si se trata, la ejecutada,
de deuda existente y exigible, pues no se puede llegar al extremo del rigor formal de
condenar a una deuda cuya inexistencia o inexigibilidad luzca palmariamente de las
constancias mismas de la causa" (CSJTuc., sentencias N° 1078 del 03/11/2008,
"Provincia de Tucumán -DGR- vs. Cajal Emma A. s/ Ejecución fiscal"; N° 92
del 02/3/2010,“Provincia de Tucumán -D.G.R.- vs. Materiales Saavedra S.R.L. s/
Ejecución fiscal”; citados en CSJTuc., sentencia N° 281 del 24/4/2012, “Comuna
Rural de Delfín Gallo vs. YPF S.A. s/ Apremios”).

XII.- Atento lo manifestado, corresponde ahora ingresar al análisis del


fondo de la cuestión a resolver. Las cuestiones a dilucidar en el presente juicio son las
siguientes: ¿La demandada y su grupo familiar están inmersos en una situación de
vulnerabilidad que debe ser atendida?; Si la respuesta anterior es afirmativa, entonces:
¿Resulta ajustada a Derecho la multa que se ejecuta, teniendo en cuenta los pactos
internacionales que se incorporaron a nuestra Constitución?; ¿Fue pasible de una
defensa eficaz la accionada atento la naturaleza que ostente la multa aplicada?;
Además, ¿Puede quedar suspendido el proceso indefinidamente hasta mejor fortuna
de la demandada, conforme lo solicitan?. En fin, todas las respuestas a estos
interrogantes conducirán al resultado del presente proceso, que adelanto, debe ser
rechazado, conforme lo fundamento a continuación.

XIII.- El estado de intersección de vulnerabilidad. Del cotejo con el


expediente judicial y del expediente del Centro de Mediación, surge inequívoco el
estado de vulnerabilidad de la Sra. F.

Se observa una situación de intersección de vulnerabilidad producida en el


hecho de ser una mujer discapacitada, tener a su cuidado a sus dos hijos menores, uno
de los cuales tiene problemas de visión y además estar al cuidado de un adulto mayor
con Alzheimer. Potencia el estado de vulnerabilidad el hecho de haber recurrido al
poder judicial a los fines de solicitar alimentos para sus hijos y dentro del proceso de
mediación, ser multada con una suma por demás de irrazonable al tratarse de una
persona sin recursos, por el hecho de no poder concurrir a las audiencias dispuestas,
en tanto estaba enferma, producto de su propia discapacidad.
Ello surge a hojas 17, con el Certificado de Pobreza emitido por la Policía
de Tucumán con fecha 03/07/2019, en el cual se establece que la Sra. F. M. del V. es
una persona carente de bienes y de fortuna.

En hojas 18 (Certificado Médico para Acreditación en ANSeS) y 19


(Certificado Médico expedido por Hospital Público) surge que la Sra. F. padece la
enfermedad de Asma Bronquial. Constituye un porcentaje estimado de 80% de
incapacidad laboral.

A más de ello, a hojas 21, el Sr. Fiscal considera que la Sra. F. es una
persona en estado de vulnerabilidad, no sólo por su situación económica, sino también
por tratarse de una persona con discapacidad.

A hojas 20 las declaraciones efectuadas por la Sra. F. indica que es una


persona discapacitada, que no pudo asistir a la audiencia de mediación -donde se
tratarían los alimentos para sus hijos- por razones de salud, situación que explicó a su
abogado. Además, manifiesta carecer de bienes de fortuna. Indica vivir en casa de su
padre de 84 años que sufre Alzheimer, dedicándose a su cuidado y al de sus dos hijos
menores de edad, uno de los cuales padece una pérdida progresiva de la visión.

A hojas 29 y 30 el Informe Social realizado por la Lic. Claudia Patricia


Arnedo, Trabajadora Social del Centro Judicial Concepción, podemos extraer de
manera clara el estado de vulnerabilidad de la Sra. F. en el siguiente sentido:

“La perito interviniente Lic. C. Patricia Arnedo, se constituye el día 26-


08-19, en horario matutino, en la ciudad de La Cocha, donde reside l Sra. F., no
pudiendo acceder a la misma, por cortes de ruta … Al momento de la intervención,
se aplican técnicas de visita en domicilio, observación, entrevistas semidirigidas a la
Sra. F. … Se efectúa el presente Informe Social, realizando un corte transversal de la
realidad socio económico familiar, factible de ser modificada en todas sus variables.
… Composición del Grupo Familiar conviviente: … F. M. del V., de 37 años de edad,
DNI: , soltera, con estudios primarios completos, ama de casa, pensionada por
invalidez. Convive con: F. S. E., padre, de 84 años de edad, viudo, jubilado, padece
de Alzheimer, cuenta con la cobertura de la Obra Social de PAMI. A. L. R., hijo, de
14 años de edad, estudiante, concurre a 2° año del nivel secundario, en la escuela
Técnica de La Cocha. A. Y. S., hija, 14 años de edad, estudiante, concurre a 2° año
del nivel de secundario, en la Escuela Técnica de La Cocha.

Situación Habitacional:

Se observa un amplio terreno sin límites perimetrales. … Le sigue un


amplio patio de tierra, donde se ubican dos quincho de techo de totora, piso de
cemento rustico. Al fondo del lote se localiza la casa que ocupa la Sra. F.. … La
vivienda que ocupa la Sra. F. es una edificación de material, sin terminar, construida
en block y ladrillos, sin revestimientos, piso de cerámico solo en las habitaciones, el
resto de cemento rustico, el techo de chapa sin cielo raso. Consta de una cocina
precaria, solo tiene una mesita, cocina a gas, algunos enseres, un baño instalado,
tres dormitorios, el 1° cuarto es compartido por L. y su abuelo, hay una cama de dos
plazas. El 2° cuarto es de uso de la dicente y el 3° dormitorio es ocupado por Y. …
Tiene un patio trasero de tierra, con una pileta de lavar ropa, un gallinero, con una
casilla de madera de un ambiente, para guardar cosas. …

Situación socioeconómica: … Las necesidades básicas no son cubiertas de


manera suficientes.

Valoración situacional: … La Sra. F. relata que su padre está a su


cuidado, quien requiere de su atención permanente por padecer de Alzheimer, se
encuentra en tratamiento médico, … a través de su obra social Pami. … Con respecto
a su estado de salud la entrevistada expresa que tiene Asma se encontraría en
tratamiento médico …

En cuanto al presente juicio la Sra. F. se encuentra imposibilitada de


pagar la multa, dado que sus ingresos son insuficientes para cubrir las necesidades
de su grupo familiar, y no puede realizar actividades laborales por el momento
porque debe cuidar de su padre.

Del abordaje profesional tipo situacional y con la información obtenida


en entrevista domiciliaria y lo observado se deprende que es un grupo familiar
monoparental, la figura materna es la encargada de la organización familiar, a cargo
de un adulto mayor con problemas de salud, y dos menores de edad. Con NBI,
ingresos que no logran cubrir en su totalidad los gastos del hogar. Es cuanto se puede
informar." (sic)

Por último, a hojas 26, surge el acta de la audiencia de orden celebrada con
fecha 16 de agosto de 2019, donde se detalla lo siguiente: “…En este momento toma
la palabra el Sr. Fiscal Dr. Morón, ratificando todo lo dicho en el escrito presentado
en los presentes autos. Toma la palabra la Sra. F. y en sus dicho dice: que me llega
una notificación para que me presente a una audiencia de mediación a la cual no
pude asistir por encontrarme enferma, soy ama de casa, no tengo estudio, tengo una
pensión por discapacidad, tengo a cargo a dos hijos y a mi padre, tengo una ayuda
del padre de mis hijos cobrando una pensión alimenticia de $ 2.000 y considero que
mi situación económica no mejorara porque no puedo salir a trabajar, porque tengo
que cuidar de mi padre y de mis hijos, también quiero dejar en claro que la Fiscalía
me ayudo con dinero para el boleto para poder asistir a esta audiencia. Tomando la
palabra el Dr. Iriarte “Juez”: preguntando si en el momento de la notificación le
informaron de que si no se presentaba se le realizarían una multa. Contestando la
Sra. F., que no le dijeron nada, yo le comento a mi abogado que no podía ir a la
audiencia y el me contesto que no me haga problema, después me llega la notificación
de intimación, vuelvo a hablar con mi abogado y me dijo lo mismo que no me haga
problemas que él lo solucionaría...”.

De la audiencia celebrada advierto la extrema preocupación de la Sra. F.


por la situación generada por no haber estado presente en la audiencia de mediación
donde se trataron los alimentos para sus hijos menores y en el hecho que dicha
situación le ha generado una deuda para ella impagable.

Por lo expuesto, considero que en el presente juicio se encuentra


demostrada en la causa la vulnerabilidad de la Sra. F., incluso en la intersección de
múltiples vulnerabilidades, generando una situación de hipervulnerabilidad o
vulnerabilidad agravada, por factores compuestos: discapacidad, salud, género,
situación económica, educación, edad de los niños menores a su cuidado, edad y salud
del adulto mayor a su cuidado, cuestión que ha imposibilitado un adecuado acceso a
justicia, dentro del proceso de configuración de la multa, su aplicación y ejecución.

Esto nos conduce a aplicar para el caso concreto la protección estricta en


base al diálogo de fuentes entre los derechos humanos, las normas constitucionales, y
las normas y principios del derecho sancionador, ponderando un adecuado control de
convencionalidad al caso concreto que se trata, que en definitiva es la aplicación de
una sanción a una mujer en estado de vulnerabilidad agravada por diversos factores,
asociada la multa por la inasistencia a una audiencia de mediación donde procuraba
los alimentos para sus hijos menores, uno de ellos con discapacidad. De esta manera,
resulta indispensable juzgar en base a perspectiva de la intersección de la
vulnerabilidad, procurando garantizarle a la Sra. F. un verdadero acceso a justicia y
una tutela judicial efectiva (art. 25 y 8 de la Convención Americana de Derechos
Humanos -en adelante C.A.D.H.; art. 18 de la CN, 75 inc. 22 y art. 1 y 2 CCC)
atendiendo a su particular situación.

XIV.- Del efectivo acceso a justicia: Por ello, en primer lugar, cabe
destacar que el derecho de la Sra. F. de tener un efectivo acceso a la justicia se vio
frustrado por su situación de vulnerabilidad.

El acceso a la justicia se caracteriza por la posibilidad concreta y efectiva


de emplear los mecanismos y/o estructuras judiciales o extrajudiciales que instituye
el Estado para la plena defensa y ejercicio de los derechos reconocidos a las personas
por la Constitución Nacional (arts. 16 y 18); la Constitución Provincial (arts. 24 y 40
inc. 9); y las declaraciones, pactos y convenciones internacionales incorporadas al
derecho argentino, en especial, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre (art. XVIII); la Declaración Universal de los Derechos Humanos (arts. 7,
8 y 10); el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (arts. 2 y 14); y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (arts. 8 y 25), entre otros.

La jerarquía de las citas normativas en la que se sustenta el derecho de


acceso a justicia enunciadas precedentemente, nos pone en aviso que estamos en
presencia de un derecho prevalente, pues el valor jurídico en consideración es nada
más y nada menos que el derecho de ocurrir a los tribunales para hacer valer los
propios derechos, y el derecho a la igualdad de oportunidades para su efectivo
ejercicio. (Cámara Civil y Comercial Común, Sala 1, sentencia N° 7 de fecha
12/02/2016)

Al respecto, es menester citar la siguiente doctrina: “… en un sistema legal


igualitario moderno, que pretenda garantizar y no solamente proclamar los derechos
de todos, el acceso a la justicia es intrínseco al derecho fundamental de toda persona
de recibir una respuesta estatal o alternativa a sus conflictos sociales…”
(Cappelletti, Mauro y Garth, Bryant, El acceso a la justicia. La tendencia en el
movimiento mundial para hacer efectivos los derechos, México, Fondo de
Cultura Económica, 1996, p. 13.).

“Sabemos que la pobreza produce exclusión y marginación, sufrimiento,


hambre, desnutrición y enfermedades, limita las libertades y las oportunidades
sociales, impide o limita el acceso a la educación y a la cultura, condena a vivir en
hábitats inadecuados, en condiciones insalubres de vida e inseguridad por el entorno,
ocasiona o profundiza discapacidades, provoca violencia y conflictos armados,
excluye de la participación democrática y ciudadana, y aumenta gravemente la
vulnerabilidad. Pero también, aunque este dato se diga menos, impide o limita el
acceso a la justicia.” (Medina, Graciela, Acceso a justicia de personas en
condición de vulnerabilidad. Las 100 Reglas de Brasilia. En género, discapacidad
y pobreza, LA LEY 14/11/2017, 14/11/2017, 1 - LA LEY2017-F, 663).

Incluso, “Desde esta óptica, se ha señalado que la igualdad tiene un claro


valor instrumental, siendo su verdadero sentido el de situar a los ciudadanos y
ciudadanas en unas condiciones tales que puedan, desde ellas, acceder a otros bienes
superiores, protegidos constitucionalmente, que pueden considerarse como objetivos
supremos de la Constitución. Así, la igualdad como principio, se erige en el criterio
con arreglo al cual el derecho positivo debe estructurarse y aplicarse en orden a
alcanzar la igualdad como situación”. (O'Donnell, Agustina y Gamberg,
Guillermina, Impuestos para la igualdad de género, Diario Tributario,
Aduanero y Financiero. 259 - 18/09/2019).

“La Comisión Interamericana ha identificado a las mujeres como un


sector social particularmente afectado por la pobreza y en particular desventaja en
el ejercicio de sus derechos económicos, sociales y culturales. Ejemplo de ello es su
estudio temático reciente sobre Lineamientos para la elaboración de indicadores de
progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales, en donde la CIDH
reconoció el carácter inmediato de la obligación de no discriminar y de garantizar
la igualdad en el ejercicio de los derechos, económicos, sociales y culturales, e
identificó a las mujeres como un sector tradicionalmente discriminado y excluido en
el ejercicio de estos derechos. En la misma línea, en su informe sobre Acceso a la
justicia como garantía de los derechos económicos, sociales y culturales. Estudio de
los estándares fijados por el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, la CIDH
reconoció que las mujeres enfrentan obstáculos significativos en su acceso a la
justicia cuando son vulnerados sus derechos económicos, sociales y culturales”.
(CIDH, informe “El trabajo, la educación y los recursos de las mujeres: la ruta
hacia la igualdad en la garantía de los derechos económicos, sociales y
culturales”. OEA/Serv.L./V/II.143.Doc.59 de fecha 3 de noviembre de 2011,
párrafo 2.)

XV.- En segundo lugar, la vulnerabilidad demostrada en la presente causa,


nos lleva a lo establecido por la “Declaración de Cancún” (2.002) y las “Reglas de
Brasilia sobre acceso a la justicia de las personas en condición de vulnerabilidad”
(2008).

La primera (Declaración de Cancún) remarcó la necesidad de implantar


una perspectiva de género en el marco general del acceso de la mujer a la justicia,
mediante la adopción de una política de igualdad de género por parte de las Cortes y
Superiores Tribunales, que tenga impacto en todas las áreas y en todos los niveles
institucionales, tanto en su organización interna, como en el servicio brindado.
Por su parte, las “Reglas de Brasilia” sobresaltan la importancia de la
participación de funcionarios y operadores de la justicia en la labor del diseño, la
divulgación y la capacitación en orden a la aplicación de las condiciones necesarias
que garanticen a las personas en situación de vulnerabilidad el efectivo acceso a la
justicia. (Cámara Penal, Sala 3, sentencia de fecha 02/07/2019)

Incluso, las Reglas 3 y 4 definen el concepto de las personas en situación


de vulnerabilidad, al establecer lo siguiente: "(3) Se consideran en condición de
vulnerabilidad aquellas personas que, por razón de su edad, género, estado físico o
mental, o por circunstancias sociales, económicas, étnicas y/o culturales, encuentran
especiales dificultades para ejercitar con plenitud ante el sistema de justicia los
derechos reconocidos por el ordenamiento jurídico. (4) Podrán constituir causas de
vulnerabilidad, entre otras, las siguientes: la edad, la discapacidad, la pertenencia a
comunidades indígenas o a minorías, la victimización, la migración y el
desplazamiento interno, la pobreza, el género y la privación de libertad. La concreta
determinación de las personas en condición de vulnerabilidad en cada país
dependerá de sus características específicas, o incluso de su nivel de desarrollo social
y económico."

Cabe destacar que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, mediante


Acordada Nº 5/2009, se adhirió a las “Reglas de Brasilia sobre acceso a la Justicia de
las Personas en Condición de Vulnerabilidad” aprobadas por la Asamblea Plenaria de
la XIV Edición de la Cumbre Judicial Iberoamericana, haciendo lo mismo la Corte
Suprema de Justicia de Tucumán mediante Acordada N° 515/13. Posteriormente, la
corte local mediante Acordada N° 600/19 se adhirió a la actualización aprobada por
la Asamblea Plenaria de la XIX edición de la Cumbre Judicial Iberoamericana de
Quito.

Del análisis del expediente de mediación y de las declaraciones vertidas


por la Sra. F., se observa la ausencia de información sobre las consecuencias que
traería aparejado la no presentación a la audiencia de mediación, además de no
contemplarse la situación de la discapacidad y enfermedad que la Sra. F. padece. A
más, su situación económica quedó reflejada en las constancias de autos, incluso con
el aporte económico del Sr. Fiscal para que pueda concurrir a la audiencia de orden
producida en hojas 26.

XVI.- También, podemos traer a colación la Recomendación N° 29


CEDAW (Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer), que establece concretamente lo siguiente: "Pese a las contribuciones
de la mujer al bienestar económico de la familia, su inferioridad económica se refleja
en todas las etapas de las relaciones familiares, debido a menudo a las
responsabilidades que asumen respecto de los dependientes; Con independencia de
la vasta gama de arreglos económicos dentro de la familia, las mujeres comparten en
general, tanto en los países en desarrollo como en los países desarrollados, la
experiencia de verse más perjudicadas económicamente que los hombres en las
relaciones familiares y tras su disolución; La igualdad sustantiva solo puede lograrse
si los Estados partes examinan la aplicación y los efectos de las leyes y políticas y
velan por que estas garanticen una igualdad de hecho que tenga en cuenta la
desventaja o exclusión de la mujer; Por lo que respecta a las dimensiones económicas
de las relaciones familiares, un enfoque basado en la igualdad sustantiva debe
abordar cuestiones como la discriminación en la educación y el empleo, la
compatibilidad entre las exigencias laborales y las necesidades familiares y las
repercusiones de los estereotipos y roles de género en la capacidad económica de la
mujer.".

La CEDAW, con jerarquía constitucional (Art. 75 Inc. 22 de la


Constitución Nacional), obliga a la legislación interna y a los operadores del sistema
a abordar desde tal mirada un diferente análisis de las causas que involucran
cuestiones de género.

Por estos motivos, corresponde dar al caso esta perspectiva, porque el


cristal debe ser mirado desde el profundo estado de vulnerabilidad de una mujer que
tiene dificultades económicas, discapacidad y cargas de familia, que recurrió al
servicio de justicia para ser protegida y amparada jurídicamente, reclamando
alimentos al progenitor de sus hijos para sus hijos, uno de ellos discapacitado, en la
causa que dio origen a la multa que aquí se ejecuta. (Cámara Civil en Familia y
Sucesiones, Sala 2, Sentencia N° 173 de fecha 18/06/2019)

Por ello, resulta por demás de irrazonable que la misma mujer que reclama
alimentos al progenitor de sus hijos, sea multada por no asistir a una audiencia de
mediación que persigue el cobro de dicha asistencia económica.

Incluso es contraria al principio de “progresividad” o “no regresividad”


que surge del plexo normativo supraconstitucional, vigente en el derecho nacional, en
cuanto el art. 13 de la Ley 7.844 torna más gravosa la situación de no asistir a la
audiencia de alimentos por parte de la solicitante, conforme surge del propio texto del
Código Procesal Civil y Comercial (ex art. 401 CPCC, actual art. 402 C.P.C.C.) que
se aplicaba con anterioridad a la Ley de Mediación Obligatoria, donde se tenía por
única sanción de la inasistencia al “desistimiento”, pudiéndose volver a solicitar sin
perder ningún derecho, sin imposición de ninguna multa a la peticionante. El referido
principio de “progresividad” o “no regresividad” ha sido consagrado en el artículo 26
de la Convención Americana de los Derechos Humanos, vinculada a los Derechos
Económicos Sociales y Culturales y se proyecta a los Derechos Civiles y Políticos
que incluyen a las garantías procesales en el marco del principio de interdependencia
e indivisibilidad de los Derechos Humanos.

Desde la interpretación de lo analizado, se consideró que el principio de


progresividad y no regresividad, es aquél “que determina que los Derechos Humanos,
tanto en su reconocimiento como en su efectividad y protección, deben avanzar en un
sentido creciente hacia su plena realización” (Wlasic, Juan Carlos, “Manual Crítico
de Derechos Humanos”, 2ºed., Buenos Aires, La Ley, 2011, páginas 52 y 53). En
efecto, el principio de progresividad como criterio hermenéutico en materia de
derechos humanos “forma parte del bagaje teórico tanto del derecho internacional de
los derechos humanos, como del derecho constitucional doméstico, al menos en
materia de derechos sociales, aunque su aplicabilidad no tiene por qué limitarse a ese
campo” (Courtis, Christian -compilador-, “Ni un paso atrás. La prohibición de
regresividad en materia de derechos sociales”, 1º ed., Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Editores Del Puerto, 2006, página 3).
Frente a situaciones de extrema vulnerabilidad, no es admisible de modo
alguno la regresividad de derechos. La “intersección de vulnerabilidad” resulta un
indicador de la inequidad. La intensidad de la situación de vulnerabilidad requiere una
intensidad proporcional en el modo en que se garantiza el ejercicio del derecho, en
nuestro caso el acceso a justicia.

Siguiendo esta línea de pensamiento cabe tener presente que la Corte


Suprema de Justicia de la Nación manifestó “… que los principios de igualdad y de
prohibición de toda discriminación resultan elementos estructurales del orden
jurídico constitucional argentino e internacional (Constitución Nacional, arto 16;
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, arto 2°; Declaración
Universal de Derechos Humanos, arts. 2° y 7°; Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, arts. 2.1 y 26; Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, arts. 2° y 3°, Y Convención Americana sobre Derechos
Humanos, arts. 1.1 y 24, además de los tratados destinados a la materia en campos
específicos: Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial; Convención sobre los Derechos del Niño -art 2°_ y
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer)”. (Sisnero, Mirtha Graciela y otros c/ Taldelva
SRL y otros s/ amparo; CSJN, 20/08/2014)

XVII.- Por otro lado, y atendiendo a la situación de que la accionada tiene


hijos por los cuales reclamó alimentos, podemos mencionar que la convención de los
Derechos de niños, niñas y adolescentes, enfoca la mayor protección de todos ellos,
buscando en cada acto maximizar el superior interés de los mismos.

Por ello, como se dijo anteriormente, resulta contrario al valor Justicia


imponer una sanción económica (por no poder asistir a una audiencia) a una mujer en
situación de vulnerabilidad que acudió al Poder Judicial para obtener recursos
económicos para sus hijos. Es decir, no sólo no logra que prospere su reclamo de
alimentos para los niños, sino que además adquiere una deuda no prevista, que no
contempla en absoluto su condición económica y discapacidad.

De esta manera, con arreglo al compromiso internacional asumido por el


Estado argentino (art. 75 inc. 22 C.N.) en la Convención sobre los Derechos del Niño,
los tribunales están obligados a considerar primordialmente el “interés superior del
niño”, en toda medida que se tome concerniente a los mismos (art. 3).

XVIII.- El mismo análisis corresponde realizar con respecto al padre,


como adulto mayor, de la Sra. F., el cual se encuentra a su cuidado y con problemas
de salud.

Es del caso señalar que el 15 de junio de 2015 la Asamblea General de la


Organización de los Estados Americanos (OEA), adoptó la “Convención
Interamericana sobre la Protección de Derechos Humanos de las Personas Mayores”,
la cual fue aprobada por la República Argentina mediante la Ley Nº 27.360 (B.O.
31/05/2017). La Convención establece estándares precisos, adaptados a las
necesidades específicas de las personas mayores, para ciertos derechos que ya se
encontraban previstos en otros instrumentos internacionales de derechos humanos, a
la vez que reconoce nuevos derechos fundamentales para este colectivo al que se
identifica como especialmente vulnerable.

En virtud de esta Convención, la Sra. F. y su padre tienen derecho a que no


haya injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, familiar, hogar o unidad
doméstica, o cualquier otro ámbito en el que se desenvuelvan.

“El envejecimiento y la discapacidad -los motivos más comunes por las


que se accede al status de jubilado- son causas predisponentes o determinantes de
vulnerabilidad, circunstancia que normalmente obliga a los concernidos a contar con
mayores recursos para no ver comprometida seriamente su existencia y/o calidad de
vida y el consecuente ejercicio de sus derechos fundamentales, por ello, las
circunstancias y condicionantes de esta etapa del ciclo vital han sido motivo de
regulación internacional, generando instrumentos jurídicos específicos.” (García
María Isabel c/ AFIP s/Acción meramente declarativa de inconstitucionalidad,
26/03/2019, Fallos 342:411).

Por lo expuesto, resulta justificada la inasistencia a la audiencia de


mediación. Considero, en consecuencia, que no resulta ajustada a Derecho la multa
que aquí se ejecuta.

XIX.- Otro factor a tener en cuenta resulta el hecho que, sumado a lo


anterior, la demandada fue pasible de una defensa ineficaz al momento de la
aplicación de la multa en cuestión.

Esto es así, debido a que el letrado interviniente no justificó la inasistencia


de su defendida a la mediación.

Posteriormente, y de manera inconducente, se limitó a solicitar beneficio


para mediar sin gastos, lo cual fue rechazado por el Centro Judicial de Mediación.

Relacionado con esto, la Corte Suprema de Justicia de la Nación consideró:


"Que, si bien no es obligación de la asistencia técnica del imputado fundar
pretensiones de su defendido que no aparezcan, a su entender, mínimamente viables,
ello no la releva de realizar un estudio serio de las cuestiones eventualmente aptas
para ser canalizadas por las vías procesales pertinentes, máxime porque se trata de
una obligación que la sociedad puso a su cargo" (Fallos: 310:2078). A esta altura,
resulta claro que, en el proceso de mediación, la Sra. F. no tuvo una defensa eficaz
por parte de su abogado patrocinante luego de la multa aplicada, menoscabándose de
esta manera su derecho de defensa. (CIDH, Ruano Torres y otros Vs. El Salvador,
sentencia de fecha 05/10/2015)

Asimismo, consultada por este magistrado en la audiencia realizada en


fecha 16/08/2019, la Sra. F. afirma que su abogado interviniente en la solicitud de
alimentos no le advirtió sobre las consecuencias de la inasistencia a la audiencia de
mediación fijada.

XX.- Finalmente, resulta menester tener en cuenta que la actora presenta a


hojas 21 un “acuerdo de pago a mejor fortuna”, firmado por ambas partes, solicitando
además la suspensión de los plazos procesales hasta tanto se cumplimente con el pago.
Sin embargo, a hojas 26 surge que, en la audiencia convocada por este Juzgado la
demandada manifestó que: “(…) soy ama de casa, no tengo estudio, tengo una pensión
por discapacidad, tengo a cargo dos hijos y a mi padre, tengo una ayuda del padre de
mis hijos cobrando una pensión alimenticia por $2.000 y considero que mi situación
económica no mejorará porque no puedo salir a trabajar”. Situación corroborada por
informe social hojas 29 a 30, que manifiesta; “…En cuanto al presente juicio la Sra.
F. se encuentra imposibilitada de pagar la multa, dado que sus ingresos son
insuficientes para cubrir las necesidades de su grupo familiar, y no puede realizar
actividades laborales por el momento porque debe cuidar de su padre”.

De esta manera, resulta evidente que el estado de vulnerabilidad agravado


acreditado difícilmente sea modificado, y es probable que su fortuna no mejore dentro
de un plazo razonable, prolongando la causa y la angustia de la Sra. F. en el tiempo,
contradiciendo el principio de una justicia pronta y oportuna, perpetrándose un
desgaste jurisdiccional innecesario de mantener los plazos procesales suspendidos a
la espera de una mejora económica que la misma demandada y el informe ambiental,
consideran que difícilmente suceda. Además, de considerar que el instituto del pago
a mejor fortuna no tiene aplicación en la causa, al tratarse de una eminente naturaleza
penal y financiera, cuestión esta que resulta indisponible.

XXI.- Por lo anteriormente expuesto, corresponde rechazar la presente


ejecución por inexistencia de deuda, por todos los extremos analizados.

XXII.- Atento a la naturaleza de la presente resolución, se impone las


costas por el orden causado (art. 105 inc. 1 del CPCyC).

Por ello,

RESUELVO:

PRIMERO: RECHAZAR la ejecución de la multa de VEINTE MIL


pesos ($ 20.000) - Resolución Nro. 132 de fecha 20.12.2018 del Centro de
Medicación Judicial del Centro Judicial de Concepción, iniciada por la Fiscalía Civil,
Comercial y del Trabajo de la I° Instancia del Centro Judicial de Concepción, en
contra de F. M. DEL V., DNI N° , por lo considerado.

SEGUNDO: Costas, por el orden causado.

TERCERO: Diferir pronunciamiento de honorarios para su oportunidad.

CUARTO: LENGUAJE COMPRENSIBLE PARA LA


DESTINATARIA: “Me dirijo a vos María y aprovecho esta oportunidad para
explicarte que he decidido rechazar la demanda por la multa que te dijeron ibas a tener
que pagar, porque considero injusto que no se haya tenido en cuenta tu situación
personal de salud al no haber ido a la audiencia en la que solicitabas alimentos para
tus hijos menores, uno de ellos con discapacidad visual e incluso por cuidar a tu papá
de 87 años con Alzheimer, como nos contaste en la reunión que tuvimos.

He tenido en cuenta a la hora de tomar la decisión, que tus derechos están


reconocidos como derechos humanos, por razones de género, discapacidad, situación
económica tuya y de tu familia, por los derechos de los niños, niñas y adolescentes y
por los derechos de los adultos mayores, tal como nos lo contaste.

Por eso, yo considero que no tenés que pagar esta multa. Pero para que esto
pase debemos esperar cinco días hábiles sin que el Sr. Fiscal se oponga a mi decisión.

Lamento tu preocupación y la verdad reconozco que has tenido una muy


buena disposición de pago, pero te repito, entiendo que en esta causa no debes pagar
nada.

Esta sentencia podes leerla en este momento, porque tu abogado Agustín


que trabaja en la Defensoría Civil Itinerante tendrá a su cargo esta tarea, sin perjuicio
que puedas pedirme que lo haga yo también. Estoy a tu disposición para explicarte
cualquier duda que tengas.

HÁGASE SABER

Fdo. Adolfo A. Iriarte Yanicelli

Juez

Ante Mi.-

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