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Abarca
parte del
subtema
1.2 Origen
de los
sismos
Completar
información,
con la pag.
13 de la
Guía para
la
elaboración
de atlas de
riesgo
Abarca
parte del Abarca
subtema parte del
1.2 Origen subtema
de los 1.2.1
sismos Tectónica
de placas
Abarca
parte del
subtema
1.3
Escalas
sísmicas
Abarca
parte del
subtema
1.3
Escalas
sísmicas
Abarca
parte del
subtema
1.3
Escalas
sísmicas
Nota:
Usar
mapa de
CFE
Utilizar
este
mapa
I. INTEGRACIÓN DE INFORMACIÓN PARA LA ESTIMACIÓN DEL PELIGRO
SÍSMICO
RESUMEN
Empleando el procedimiento que aquí se presenta será posible estimar el nivel de peligro
sísmico en dos niveles, básico (Título 1.6) y detallado (Título 1.7), para la integración del apartado
correspondiente en un Atlas de Peligros a nivel estatal o municipal.
En el primer nivel se pueden identificar índices del grado de peligro de manera sencilla, en
función de mapas regionales incluidos en este documento. Con base en esos resultados se podrán
establecer criterios generales para realizar inspecciones y evaluaciones de la seguridad de las
edificaciones, recomendaciones, campañas de divulgación, etc., que contribuyan a la mitigación del
riesgo sísmico.
Asimismo, para un conocimiento detallado del peligro sísmico se propone una lista de
estudios que, realizados con las directrices sugeridas, producirán resultados útiles para la
elaboración y mejoramiento de normas técnicas para el diseño de obras civiles y la planeación del
uso de suelo, particularmente en valles aluviales.
Para aquellos casos en que la elaboración del Atlas municipal o estatal se encargue de manera
total o parcial a consultores externos, la presente metodología puede servir, además de fuente de
información, como referencia técnica para la realización de los estudios señalados.
1.1. INTRODUCCIÓN
1.1.1. Antecedentes
Ante la gran cantidad de información disponible acerca de daños por temblor en diferentes
partes del mundo, se piensa que cada vez hay más temblores. Una revisión somera de un catálogo
sísmico mundial o regional, que cubra un periodo considerable (50 ó 100 años), dejará ver que no
hay variación en el número de temblores por unidad de tiempo. En realidad, lo que sí muestra un
crecimiento importante son, por una parte, las áreas ocupadas por los asentamientos humanos que,
en la mayoría de los casos, carecen de una planeación adecuada y se desarrollan sobre terrenos
proclives a la amplificación del movimiento sísmico, empleando técnicas constructivas
inadecuadas. Asimismo, debe tomarse en cuenta que el número de estaciones de registro sísmico
aumenta constantemente, por lo que el número de temblores reportados, sobre todo de magnitudes
bajas y moderadas, también crece.
La litosfera está dividida en varias placas, cuya velocidad de desplazamiento es del orden de
varios centímetros por año. El territorio mexicano se encuentra afectado por la interacción de
cinco placas tectónicas (figura 1.1). En los límites entre placas, donde éstas hacen contacto, se
generan fuerzas de fricción que impiden el desplazamiento de una respecto de la otra, Usar esta
generándose grandes esfuerzos en el material que las constituye. Si dichos esfuerzos sobrepasan información
la resistencia de la roca, o se vencen las fuerzas friccionantes, ocurre una ruptura violenta y la para
liberación repentina de la energía acumulada. Desde el foco (o hipocentro), ésta se irradia en completar
forma de ondas sísmicas, a través del medio sólido de la Tierra en todas direcciones. subtema
1.5
Regionaliza
ción
sísmica de
la
República
14
INTEGRACIÓN DE INFORMACIÓN PARA LA ESTIMACIÓN DEL PELIGRO SÍSMICO
Figura 1.2 - Epicentros de temblores con magnitud 7 ó mayor, ocurridos en o cerca del
territorio nacional durante el siglo XX
Los epicentros de la mayor parte de los terremotos de gran magnitud (mayores o iguales que
7; figura 1.2), que llegan a ocasionar grandes daños, se ubican en las costas de Jalisco, Colima,
Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. También han ocurrido, aunque con menor frecuencia,
grandes sismos en el centro y sur de Veracruz y Puebla, norte y centro de Oaxaca y Chiapas, en la
zona fronteriza entre Baja California y los Estados Unidos e incluso en el Estado de México y
Sonora.
La profundidad típica de los eventos costeros es de 15 a 25 km, mientras que los eventos con
epicentros tierra adentro suelen tener profundidades alrededor de 60 ó 70 km.
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CAPÍTULO I
II Sentido sólo por muy pocas personas en posición de descanso, especialmente en los pisos altos de los edificios.
Objetos suspendidos pueden oscilar delicadamente.
III Sentido muy claramente en interiores, especialmente en los pisos altos de los edificios, pero mucha gente no lo reconoce
como un terremoto. Automóviles parados pueden balancearse ligeramente. Vibraciones como al paso de un camión.
Duración apreciable.
IV Durante el día sentido en interiores por muchos, al aire libre por algunos. Por la noche algunos despiertan. Platos, ventanas
y puertas agitados; las paredes crujen. Sensación como si un camión pesado chocara contra el edificio. Automóviles
parados se balancean apreciablemente.
V Sentido por casi todos, muchos se despiertan. Algunos platos, ventanas y similares rotos; grietas en el revestimiento en
algunos sitios. Objetos inestables volcados. Algunas veces se aprecia balanceo de árboles, postes y otros objetos altos.
Los péndulos de los relojes pueden pararse.
VI Sentido por todos, muchos se asustan y salen al exterior. Algún mueble pesado se mueve; algunos casos de caída de
revestimientos y chimeneas dañadas. Daño leve.
VII Todo el mundo corre al exterior. Daño insignificante en edificios de buen diseño y construcción; leve a moderado en
estructuras corrientes bien construidas; considerable en estructuras pobremente construidas o mal diseñadas; se rompen
algunas chimeneas. Notado por algunas personas que conducen automóviles.
VIII Daño leve en estructuras diseñadas especialmente; considerable en edificios corrientes sólidos con colapso parcial; grande
en estructuras de construcción pobre. Paredes separadas de la estructura. Caída de chimeneas, rimeros de fábricas,
columnas, monumentos y paredes. Muebles pesados volcados. Eyección de arena y barro en pequeñas cantidades.
Cambios en pozos de agua. Conductores de automóviles entorpecidos.
IX Daño considerable en estructuras de diseño especial; estructuras con armaduras bien diseñadas pierden la vertical; grande
en edificios sólidos con colapso parcial. Los edificios se desplazan de los cimientos. Grietas visibles en el suelo. Tuberías
subterráneas rotas.
X Algunos edificios bien construidos en madera, destruidos; la mayoría de las obras de estructura de ladrillo, destruidas junto
con los cimientos; suelo muy agrietado. Rieles torcidos. Corrimientos de tierra considerables en las orillas de los ríos y en
laderas escarpadas. Movimientos de arena y barro. Agua salpicada y derramada sobre las orillas.
XI Pocas o ninguna obra de albañilería quedan en pie. Puentes destruidos. Anchas grietas en el suelo. Tuberías subterráneas
completamente fuera de servicio. La tierra se hunde y el suelo se desliza en terrenos blandos. Rieles muy retorcidos.
XII Destrucción total. Se ven ondas sobre la superficie del suelo. Líneas de mira (visuales) y de nivel, deformadas. Objetos
lanzados al aire.
Para conocer y comparar objetivamente el tamaño de los terremotos se necesita una medida
que no dependa, como la intensidad, de la densidad de población ni del tipo de construcción
afectada. La manera de evaluar el tamaño real de un sismo se basa en registros sísmicos y está
relacionada con la cantidad de energía liberada, la cual es independiente de la ubicación de los
instrumentos que lo registran.
En 1932, Charles Richter desarrolló una escala estrictamente cuantitativa, aplicable a sismos
ocurridos en regiones habitadas o no, utilizando las amplitudes de las ondas registradas por un
sismógrafo. Su escala tiene aplicación para sismos superficiales y relativamente cercanos.
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INTEGRACIÓN DE INFORMACIÓN PARA LA ESTIMACIÓN DEL PELIGRO SÍSMICO
32 de magnitud 7
Un temblor de magnitud 1,000 de magnitud 6
8 32,000 de magnitud 5
equivale a 1´000,000 de magnitud 4
Por tanto, es fácil notar que un sismo de magnitud 4, como los que llegan a ocurrir varias
veces por semana a lo largo de la costa occidental de México, no es la mitad de uno de magnitud 8,
cuyo periodo de repetición en una determinada región puede ser de varias décadas.
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II. ELABORACIÓN DE MAPAS DE PELIGROS VOLCÁNICOS
RESUMEN
En comparación con otros desastres naturales, los causados por actividad volcánica son poco
frecuentes aunque letales. Sin embargo, el costo asociado a este tipo de desastres es alto, debido a
que son capaces de afectar amplias regiones alrededor de los volcanes y pueden llegar a extenderse
a grandes distancias. Una adecuada evaluación de los peligros volcánicos debe estar basada
primordialmente en la reconstrucción de la historia eruptiva de cada volcán. En este trabajo se
indica en términos generales cuáles son los requerimientos para la elaboración de mapas de peligros
volcánicos.
2.1 INTRODUCCIÓN
Los peligros volcánicos son más sencillos de manejar en comparación con otros peligros
naturales, ya que su lugar de origen es puntual y por la extensión limitada del área en la cual existen
volcanes activos.
Los mayores desastres han ocurrido en volcanes con muchos años de inactividad. Estos
periodos de ausencia de actividad propicia el olvido y la falta de interés en la historia eruptiva de
estos volcanes, lo que trae consigo consecuencias catastróficas.
Contar con el conocimiento de los peligros volcánicos que pudieran presentarse en un volcán
determinado, dará como resultado una reducción en pérdidas humanas y económicas. Además,
permitirá una mejora en técnicas de construcción de viviendas y edificaciones en general,
implementación de medidas restrictivas a la construcción en áreas de peligro y al desarrollo de
mejores planes de evacuación y mitigación de desastres.
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CAPÍTULO II
En México hay más de 2,000 volcanes, de los cuales alrededor de 15 se consideran activos o
peligrosos. En la figura 2.1 se muestran las zonas volcánicas de México, así como la ubicación de
algunos de los volcanes considerados como de alta peligrosidad.
Figura 2.1 Zonas volcánicas de México señaladas con líneas punteadas y algunos volcanes
considerados peligrosos (Tomado de USGS/CVO, 2003)
De acuerdo con el catálogo de Volcanes de México del Smithsonian Institution (Siebert et al, 2003),
existen en México 68 volcanes y campos volcánicos clasificados como Cuaternarios o geológicamente
recientes (volcanes formados durante la era en que aparece el Hombre, y que comprende los últimos 1.8
millones de años). De especial importancia son los volcanes que han mostrado actividad en los últimos
10,000 años, periodo al que se denomina “holoceno
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ELABORACIÓN DE MAPAS DE PELIGROS VOLCÁNICOS
Se originan durante las erupciones explosivas debido al rápido movimiento del material, su
energía disminuye con la distancia desde su centro de emisión, pero pueden llegar a tener la energía
suficiente para causar daños a estructuras distantes. Erupciones moderadas pueden producir pequeños
daños a distancias mayores de 10 km del volcán, especialmente rotura de cristales y heridas al
proyectarse éstos. En la erupción del Volcán Tambora en Indonesia, en 1815, se reportó una onda de
choque que produjo la ruptura de vidrios de ventanales ubicados a 400 km de distancia.
Las avalanchas de escombros son grandes deslizamientos que pueden ocurrir en un volcán,
producidos por la inestabilidad de los flancos del mismo. Este tipo de fenómeno puede producirse por
una intrusión de magma en el edificio volcánico, por un sismo de gran magnitud o por el
debilitamiento de la estructura del volcán, produciéndose la destrucción parcial del mismo.
Las avalanchas de escombros son muy móviles. La mayor parte de los estratovolcanes han
sufrido al menos un evento de este tipo durante su historia geológica. Las avalanchas pueden alcanzar
grandes dimensiones que provocan la destrucción total de lo que encuentra a su paso. El alcance es de
pocas decenas de kilómetros, aunque en ocasiones, debido a la acción de la gravedad, el material
puede llegar a recorrer distancias de hasta 100 km y cubrir varios cientos de kilómetros.
Es la manifestación volcánica más conocida, y presentan poco peligro para las personas. Los
flujos de lava son derrames de roca fundida, originados en un cráter o en fracturas de los flancos del
volcán, que descienden por los flancos y las barrancas del mismo a bajas velocidades. La lava avanza
a bajas velocidades, que disminuye conforme se va enfriando hasta sólo unos pocos metros por hora o
por día. Estos flujos generan daño parcial o la destrucción total a las construcciones, por
enterramiento, trituración o incendio. Los domos de lava actúan en ocasiones como "tapones" que
dificultan la liberación de gases desde el interior del volcán, dando lugar a explosiones que pueden
producir flujos piroclásticos.
Los sismos volcánicos son de magnitudes pequeñas y raras veces ocurren en sitios alejados del
volcán. Cuando un sismo es de origen volcánico, el movimiento de la tierra es rápido. Los daños
producidos por ellos son insignificantes, pero es importante destacar que muchas zonas volcánicas
también son zonas sísmicas. Los efectos dañinos de los sismos volcánicos generalmente se detectan
en las áreas aledañas, cerca de 10 km del cráter. Sin embargo, éstos pueden tener como consecuencia
eventos tales como avalanchas de escombros, o contribuir en eventos como el colapso estructural del
volcán mismo.
Los volcanes emiten gases durante las erupciones, incluso si el volcán no está en erupción,
las grietas del subsuelo facilitan el movimiento de los gases hacia la superficie a través de pequeñas
aberturas por medio de las llamadas fumarolas. En ocasiones, la liberación de los gases se produce en
grandes cantidades. Más del 90% de todo el gas emitido por los volcanes es vapor de agua, el cual en
su gran mayoría es agua subterránea proveniente de lluvias y ríos
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