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3 Trescientos Millones ARLT 1932
3 Trescientos Millones ARLT 1932
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A MODO DE EXPLICACIÓN
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Roberto Arrt.
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PRÓLOGO
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137
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¡as y pantuflas n egras. más <2'TICOi'VC1Jrlas que la proa de una
piragua. Pana de estopa roja y gesto desaforado.
ESCENA ÚNICA
138
ROCAMBOLE. - Eso .. . . ejes de fuerza como este mango
de látigo ...
HOl'lBRE CÚBICO. - En tomo de estos ejes como en tomo
de este mango de látig~ se acumulan los sueños de los hom
bres. De manera que el eje se conserva independiente de su
lorma . como el vino del barril ...
GALÁN. - Muy bien por el hombre caldera ...
HOMBRE CÚ¡j,CO. - Si yo tuvi era brazos le daba a usted
una lección.
ROCAMBOLE. - Eso les pas a a ustedes. que son apren
dices de fantasmas. pero yo wy Rccambole desde que tengo
uso de inteligencia.
DEMONlO. - i Qué gracia 1. .. También a usted lo labricó
la imaginación de un novelista.
. GALÁN. - De cualquier modo, el hombre es esclavo de
su su eño ... E s decir. esclavo nuestro. Así. yo antes de hacer
este papel de galán hice el de pirata mel ancó lico y degolla
dor. Fué un chico que d e, pués se · suicidó porque la hija de
la c.arbonera . que era ,:;u vecina, no quería es'caparse con él
en una barca de oro. Así decía el chico.
ROCAMBOLE..- Si empezamos a contar lo que dijeron
los chicos y lo que cada uno ha sido. es historia d e nunca
acabar ...
HOMBRE CÚBICO. - ¿Ya mí no me encuentran absurdo'l
¿ A que no adivinan quién me imaginó asi?
REINA B,ZANTINA. - Algún ca lderero loco.
HOl'IBRE CÚBICO. - Me ofende que me trate así. No.
no es un calderero mi pi'\dre. no, sino un geómetra. Quiere
inventar un aparato d e buzo que resista todas las presiones
submarinas. Ayer. para no ir más lejOS, me convirtió la ca
beza en una elíptica , después en el parale!ó gramo de fuerzas.
hasta que por fin me la rgó con este trián gulo por cráneo.
DEMONIO. - Es desagradable semejante calabaza.
HOMBRE CÚBICO. - Y vaya a saber en qué termina ...
GALÁN. - Realmente uno hace todos los papel es.
REINA BIZANTINA. - Igual que los artistas ...
DEMONIO. - Que un día son porteros ...
ROCAM LlOLE. - Y otro generales . . .
GALÁN. - O emperadores .. .
HOMBRE CÚBICO. - Sin embargo, da gusto oÍroe ha
blar ...
REI NA BIZANTINA. - Si por mi fuera me pasaría el santo
día y 'a noche charlando.
GALÁN. - (A la' Reina Bizantina). Usted como de cos
lumbre . ..
REINA B IZANTIN A. - - SÍ, a visitarlo a mi corre.dor de sar
din a s . . .
CAL,' N. - i Oh . el hombre ... , el homhre ! . ..
REINA B'7ANTlNA. - Camina todo el dia. Sus b otines
parece n los del Judío Errante. Con su sombrero se podría
¡flstf'lnr unA Q'l'ase:rlf\. Y ". -te d e ~P\.fTapfldf) . em e I·iemblp\. cuan
do el jefe le hAce una observación. por la noche sueña que
es ernlJe.rador d e Biz¡:,n c fo.
T~OCAMf\OLE. - Debe ser ~n tret e nido. 1,
REI NA BIZANTINA. - Es tri, te y fantás tico. Unas veces
se imagina que le h ece la guerra a los reyes de Europa . otras
que. .. .
!
DEMONlO. - (Al Gdán) . ¿y usted continúa con esa 1
· ?· . . .
ehICñ.
REIl"A Br~AN TI NA. ¿y <Tué se hi z ~ de la jorobadita? .,
GALÁN. - L a v ;< 'tn todas las noches.
R OCAl'IBOLE. - i F s cierto ('ue es muy conheJ., echa?
G A' .ÁN. - ]-lAr, 'ble v ", a la. Además de ser feo. es per-
Yer~a. Tipne lo.e: clpdos caP o <:: ", "" v una v e ml ga 1"''1 la nar1z.
A pesa r Je su f~(h ~. estoy obli'lado a fin "irme d osesr¡era da
mente: f''f''\¡:-rilorado. ~ T nnto cru e no Cfuf'da conForme I' i no
l .....
r"'P fl:rrod i )lo anh" plf¡,¡. F"p.... se (rne v ive en un enarto ¡.... f..,.,.. .......
,
Al . . . . . . "''''J1tArme rleh . . dp ""~rre r¡o~T;:>f'1("ntf'riaIT1 e J"l~'" FI~l : (d"'rla
140
;
,
I¡,
Ga¡án . Es más divertido que pasarse las horas con un geu
'1
. 1 é eL.
me tr a {mD
REINA B IZANTI NA. - Déjense de Interrumpir u stedes . . ,
(Al Galán). ¿ Y ella qué dice?
GALÁ N. - Se. re tue rce las manos y me ~up!i ca que me
retire. que la madre me puede ver. y l o curioso es que es
huérfana; pero ella h"ce más sabosa a la comedia diciéndome:
"Querido. anda . ándnte antes que mamá n os sorprenda ... "
DEMONIO. - Interesante.. . ¿y usted qué le contesta?
GALAN. - A l llegar a este punto, yo ya no tengo que
contesta rle nada. sino tomB da dulcemente d e 1" cintura y . ..
HOMBRE CÚBICO. - IOh1. .. i Oh!. .. i O h 1. .. (E, tos
jah! son alaridos (( hora ). Yo quiero h acer el papel d e Ga lá n ,
aunque sea con una jorobada ...
REINA BIZANTINA. - (Al fiombre Cúbico). iQué fogoso
es usted r . .. Sosiéguese, h ombre.
DEMON'O. - IJar iJa!. ..
ROCAMllOLE. - Ca!dera parece nuevo en n egocios de
imagil1adón ...
GALÁN. _. Le rega lo el papel .. .
Ho~wRE Cúnlco. - Sí. hace poco que soy fantasma . . .
ROCM.tBOLE. - Ya se acostumbrará. Aquí, CO;110 usted
me ve, con est" ~a l era cochambrosa y polainas indecentes,
he h ec ho el papel de marqués y figuro en una novela de
cuarenta tomos.
REINA B IZANTINA. - ¿Cuarent" tomos, ,eñor Rocambo!e?
Roc.'MnoLE. - (QuUándose el sombrero). Ni uno más ni
uno menos, que los ~scr'Íbió el muy in signe sel'lor Ponson du
T errai J.
DEMONIO. - i Cusrcnta tomos! ...
GALÁN. -- ¿y usted es siempre el persona je? ..
ROCA}\'[BOLE. - Soy !;iempre e! mismo per.::o naje a través
de d istin tos nomb res . Una vez me llamo el Hombre Gris , otra
el ¡Vlarqués de C h ame",. otras ...
H OMBRE CÚBICO. - iAs i sí que da gu sto ser perso
naje!. ..
ROCAMOOLE. - Y le he hech o ganar millates y millares
de francos a mi patrón. el ilu stre , eñor Ponson du Terrai!.
HOMBRE CÚB ICO. - j Cuarenta t ornos ¡ . ..
141
ROCAMBOLE. - Que ha n leido todas las te~Jef"S , mo~
distil'as y planchadoras del mundo : ..
D EI''iONlo. - ¿y usted señor Rocambole, sigue Ilel a' su
• . t a,? . . .
SltVlen
ROCAMBOLE. - No merece ser sirvienta, sino gran se
ñora .. .
REINA B,ZANT,NA. - i Qué honor para ella T..•
RocAJVlOoLE. "- ¡Vji pape! es fácil y simpático . aunque
ustedes duden . ..
HO~IBRI' Cúmco. "- ¡Cómo no l e vamos a creer 'al per
sonaje de cuarenta {-omos ~
ROCAMBOLE. - Los hombres tien e una simpatía desco
munal por los pi ll etes y bribones ...
GAL,\N . . _ . Posiblemente porque en cada hombre h ay un
pillete .. ,
REINA B,ZANTINA. - Eso cae de bien como aceite a la
,
,.
ensal ada .
DEMONIO. - O anillo al dedo .. .
GALÁN. -- ¿ y su pape l cuál es?
ROCAMBOLE. - Cuando ia sirvienta , e acuesta. ca n sada
de trabaiar todo el d ía . yo me acerco y le digo: "Señorita.
soy e l H ombre de Negocios; ven go a comunicarle que ha ;
h eredado treinta millones" .
REINA B,ZANTINA. - ¿ Cuánto?
ROCAMaOLE. - Me equivoqué. Son trescien tos millones.
HOJVIBRE CÚBICO. - ¡Pero es una barbarid,d! ¿Por qué
trescientos millones 7 ¿No podrían ser treinta mil pesos?
ROCAMBOLE. - Si un ciudadano, pudiendo soñar que h e
reda trescientos millone" se imagina que h ereda treinta mil
pesos. merece que lo fusilen por la espa lda. ,
CALAN. - (Al fi ambre Cúbico). i Había sido taca ño •
usted . Ca ldera! Economiza .ha sta en los sueños ...
REINA B,ZANT1NA. - (Dip lomá tica). No está acostumbra
do a soñar el amigo Caldera.
HOMB RE CÚBICO. "- Yo no quiero que me llamen Cal
dera .. . •,
•
REINA B,ZANTINA. - Bueno , no se enoje; lo ll amaremos
Querubín.
HONBRE CÚBICO. - Ve, ese nombre me gusta .. ,
DEMONIO, - E n cambio. mi hombr e es un ct.i quil in de
catorce años , El también , como los hombres d e u stedes. me
llama an tes de dormir: Soy su demonio. Me lla ma así. su
"demonio". Estcy obligado a· presentarme iodas las n oches
y decirle: "Soy Lucifer; puedo concederte tod os los poderes
de la ti erra , El eg í. q ué preferís ser: ¿ el hombre más lindo
d e l mundo, el más fu erte. el más sébio. el más ri co ?" Y mi
muchac hito se convierte una noche en el chi co má s ruerle.
otra en el más sabio . . . Creo . que esta noche qui ere vencer a
Ton)' C anzon eri en e l primer round, y por knock-out. ..
GAUí. N. - (Pensolivomenle), El hombre . " (Camina p o r
el estrado y s o ¡,,,. tu. roto desele un extremo a los otros), ¿Qué
me dicen u sted es del h om6re? ..
REINA B,ZANT,NA, - E s inrinilamnte trisle,.,
DEMONIO, - Dios le ha d a do un a lma cambi ante como
el maL"
R OCAM IlO LE. _ . I3uscn el suFrimiento : eso es evidente.
HOM BR E Cú mco, - Más ; busca la feli ci da d " ,
REI NA BIZANTi NA, - He visto hombres terribles: e3taban
entre Dios y la b estia.
D U. I ON IO. - C onvengamos que casi siempre están más
cerca d e las b esti as que de Dios. ¿eh?
GALÁ.N, - S í ; no todas las vece s es agradable ser ins
!rum ~ n to de la imaginaci ón d e los hombres,
ROCAi\'lBOLE. - A mí francamente me gusta tomarme en
serio.
!-JOiVIBRE CÚBICO, - ¿Qué quiere decir con eso?
ROCAiVlROLL - Que cuando hago el personaje de al gún
drama , me gm ta sufrir y soña r como si fuera hombre d e carne
y hueso en vez de fantasma.
REINA BIZANTI NA, - ¿De modo que si usted pudi era
con cederl e trescielltos millones a la sirvienta se los facilitaría?
ROCAiVlSOLE. - C la ro, ¿Se imaginan mtedes lo que sig
nifican trescientos mill ones electivos, conta ntes y sona ntes 7
¿Trescientos millones en bill etes de a cien pesos ? Diez bille
tes form 2n un espesor de un mil í m e ~ro.
HOi'IBRE C ÚBICO, - Está hecho el cá lculo: se formaría
una columna de trescientos metros de altura ,
( "·{,\ L \N . ~ - '\i ''1uy .IJ~en "'d
,,' por \_, ' deCl
U: era , q tuero 't po r Q
' ue
rubín,
ROCAM ROLE. - E so .. ' Un pilar alto como la torre de;
EiffeI, . . ¿ Se im a ginan u stedes un a sirvien ta con tal canti·
d , d d e dinero 7
( JA LÁN . - S i ("1 ho mb re supiera que t odo lo efUe sue ñ a
que d a impre so en e s ~a z ona a str¿Jl, se espantaría. N o pod ría
creer en e-l poder d e su i mag< ¡ ~,«d ón.
ROCAlIvU30LE. - Yo Cf(-' O que hqy h omh res cuya im a g'jn a
ción frbrj ca
mundos y In.'. rr1. nnidades en lo s espacios .
HOM BR E CÚB! CO. - S i es co"w u sted dice . tamb ién de,
b en ('.':ear r,)o n stru.os es p el uz nantes . ..
DEl.lON10. - Es me jor no habtar d e esos a suntos. , .
RUNA BIZA!' Tl NA. - S í. po!que a m í ::;e n,e pone la piel
d e ga :lin a , .. U n a vez di stin guí a un monstruo galop ar en
1RS <" ~
LIn I €.J Ia s . . .
GA L.~N. - Sl e1 ho mbre tuvie ra la vista m á s sensible
nos v ería ...
ROU M EOL E. - iQ"é simple es 'u sted l C laro (jue nos
ven . E l hombre (rue jo íma ¡:;'nó a u sted l o ve a usted . .. Sí
nosotr os $om os hij os de su fanta si8 .
GAL.o.N. - L o que ,!u ería dee;, es que todes 10$ hom
hre s nos v ería n ccm o v~'n a ios pájaros y a las nubes, . .
ROCAH n OL E. -- .L\Ig ú n dja n os v erán.
J:-fO!'-1B R E C {¡ mco. - ' S.i eso ocurre, lo s hombres no se
atreverá n a p ensar ...
DEMONIO. - ¡Muv bien por Calderal iEs todo un fi
lósofo ! '
HO'lBR E CÚBICO, - (Co?> tOllO laCl'>C<lOsD). Yo no qu iero
qu e m e llamen Caldc,".
REI N A BIZAN TINA. -I"Jo; ocurr irá q ue los seres -h uma nos
en vez de p ensa r mon ~ tru o!;i dR des ca vi larán CO,SDS lindas . . .
.' -" (iALAN. - (Ll.evánc!ose L-a m.ano a la· orcjo ), S iento qu e
llaman ...
L iNA voz ¿D6nde estás, r:nÍ reina?
R EMOTA . -
REI NA BIZAN T IN A. - (rvl0 V~2Ildo d.e3a.!entad amente los
lH'az() s). Ya voy. mi au gusto esposo ... (S ede) .
ROC." HBOLE . - ¡vIoldito sea. ¿Dónde de jé mi lá tigo 7
144
UNA VOz. - Te esto)" esperando, amor ... Ven : a;f¡ot .. .
Vení.
C."LÁN. - Es la contrahecha y el diablo . .. ¡Ma ldita
oea mi suerte! (Sale).
TERCERA voz DISTANTE. - Quiero ser el hombre lindo
d el mundo.
D EMONIO. -- Mi chico. Voy vol ando. (Sale).
OTRA voz LE.JANA. - R ocambole . . . ¿Dónde es tás, H om
b re Gris?
R OCAM BOLE. - (Enfútico ). Ya va el gran criminal. Ya
va, p ero va arrepentido de sus crímenes ... (S ale).
H OMBRE CÚBICO. - (D eso lado en las semitini eblas). E sta
noche mi geómetra no me ll ama. ¿Qu é hago si ,e olvida
de mí? Me dejará revestido de esta forma absurda. iY la cara
qu e muestra la lun a! ... (S e apoya en una roca). ¿Qué hago
sin br'lzos y con esta catadura interplanetaria? (El H ombre
Cúbi co empieza a sollozar co n mugidos a tra vés de la corne
ulla ele su boca. Una lun.a gris como un. huevo de av es truz
lo guiña un ojo al {"'nto che en la desolación de. la n oche astral.
UNA voz LEJANA. ·- ¿Dónde estás. b ribón lciangulnr? ..
HOMBRE C ÚBICO. - (S dtando). Gracias a Dios que no
se olvidó de mí ... (Sale bamboleándose parcddo (L un mons
truo marciano).
TELON
145
PERSONAJES
ROCAMBOLE
HOMBRE C Ú B:CO
REINA BIZANTiNA
GALÁN
DEMONIO
SIRV1ENTA'
rVluERTE
j'VTARlNERO
CAPIT.\N
A7UCENA (V;cin 1')
NIÑERA
J ACAy0
í'ENlCENTA (Hija)
P .H RON A
GALANr'To
Huo DE L A P AT RONA
V oees - Etcétera
"
e/ 17 de junio de /932.
, I
,, " ",
AcrO PRIHERO
CUADRO PRI ME RO
ESCENA 1
S IRVIEN TA. (Re costada en el lecho. con las manos
-
bajo la nuca. guarda un momento de si /!encio ). S i yo fuera
rica e sto no me pasaría. (Pe rm.aneoe nuevanl2'¡n..te ·en silencio
y se re piten los z«mhidos de los tJ-anvías que pasan, todos los
ruidos d e la noche <m 1" ciudad. La S¡¡-vien t<J se ha incorpo
rado en la Cilma. y pe¡-manece sentada en la cabeoera del
lecho tomándose ¡(];S rodillas con las manos). Digo que si fu era
rica esto no me pasaría. (Se oye un ruido blando en el piso, y la
Simienta envuelt a en una frazada, <lueda revelada encen
146
díendo la lu:: . se (,u.:'OrCQ al espG jo y se rn:ra,i. F sío y
[U,.2qO
flaca y fe a. .. N¡ la muerte me querría . . .
ESCENA TI
De ¡u,nio (t la p r. .:3-i'ta se Je& ;Wend2, C0jc.a.ndo con escrú
pulos de alcah,[l eta. la f"·}u€rte. Se cuhre la ca[,c'ZQ C':> 11 1':'1.
pafw i.ón que torna más r:g ido y d uro su rosÍJ'o d ~ l'n ~!JS (Te
yeso. con ojos clcs nivclcd 0s a le !a:"g::J de la nar: .::; t':Jc::Ü::C-:1.
Urws ele lala y ojeras ele bet ún.
tvIUEnTE. - ¿Me llam a bas . que ri úhl? ..
SIRVIENTA, - (Fr<Jn re ol espe jo, to cándo se el TCS ¿:-O sir. vDl
ver la cal'BZ!l). A a ui en llamo es a la vida.
MUERTE. - (J)et·e n¡j,,, en m eelio Jel cuarto). T e reco
mendaron comieras jamón d el d 'ublo y que te abri ¡r,ms. y.
'en camb io . como un a 'l ujuriosa te mj r.:l~ los d :enl"es en el es;;ejo.
Además. ses d escortés : ¿ no rr:e oheces a : ien to ?
(La Si rv;enta Ol1lln::a h.as!n el taSur 8te, y {uejo p 31-m.a :l ~C2
se."ltacl" en la orilla ele él c:m las manos a:>oyaJos e" el C'.:'n l.;; "
)' los codos e" las rodillas. M ira fr en~c " sí. La Mus.!e. d 8!2
niela, la observa )
MUERTE. - T oda s u stedes son igua'es. Llar.litn a la
Ml,erte y cuando ll efOo me reciben con cara la rga como sí r,'e
h icieran un Favor. Todé:vía no he encontrado un a~ma pia
dosa que me ofrezca un vaso de vino.
SmvIENTA. - fVlás ti ene traza d e rufiana (!ue d e Muerte.
D éj ere hanqui!a.
Iv1uEnTE. - (Dogmática, atisb a en rededo r). Ves. eso
te p ~sa por no come r jamón dd ¿ ir. bl o. Si pasearas en au~o
móvi l y fu eras a la Opera en yez de echar snn g:e por la
boca vend erías salu d, y la salud es un " ar'en cosa . ·h ij ;ta.
Un a gran cosa. Por otra pade. continúas sIn cf:'ecerme asien to.
SIRVIENTA. - Soy sirvienta y no tengo más que un bi!n.
quHo e n mi cuarto.
]\ ltJERTE. -- Tú hes ido a la escuda ¿ n o?
(r.Q .c.:'H.fVr
· .c n ¡ a 1a . I
I':H,:-a
. I
: ~('Lr...:"~O
• ('omo (_~ca.'.
gl1 ']SS . O
el ,,¿. ,-,
,. . !r?: ,-::: ~e
,
hay con (;sto ?")
/47
1
l\1UEllTE. - ¿Yen la escuela no te han enseñado a ser
r t"'sy.: edu f) ga ro n 1(':$ mayores? ,
SI RV I EN TA. - Si én tese en la cama , si quiere ...
j\ ¡UER TE. - Es que d c b~ ten er pu' gas tu cama. Ustedes
1[5 fórnu las so n t ~J.O descuidadas ...
S I RV i EN TA . - En ton ces sié ntese e n el suelo.
f\l uERTE. - Yo no soy gitana pElra sentarme en el suelo.
SIRVIENTA. - Enton ces quédese parad a.
¡"·lUERTE. - (Siem p,e gimndo la cabeza y husmeando en
,,,.do,). C hiqui ta. ¡.sabés qu e sos m ol educada ?
S' RV' ENTA. - D ios mío. usted más que la Muerte parece
una pnr1'C'ra po r lo cha rl atana.
¡" ¡UERTE. - ¿ y qu ién te dice que no sea una parte ra ?
¿No h , ~o acaso sa lir de este mundo a lo s vivos para que
enlren otros ? Ad emás. si es toy aq uí es porque me has lla
mado. ¿O te crees que , ay sordaí Hace muc ho tiempo que
me lI amás. Buen o. me re d icho : vamos a complace rl a a esta '
c hica. Y ac: ui estoy. hermosa . ..
SIRVI ENTA. - (Obs arucindok). ¡Q ué trazo horri b le!. ..
j\IUWTE. - Queridi la . . . , yo tombién he sido joven.
SIRVIEl'ó TA. - Es q ue yo no quiero morir. N o quiero.
f\luERT E. - Hágase tu vo :untad, pichona . La gente
mU Prt' en reali dad cuundo quiere mor ir. Q u :en tiene la vo
lunlad de vivir. vive. S e arrastra . pero vive. ¿No te has fija
do. por ejemp lo, en e $OS viejos avaro s que agonizan años y
a ño~ entre telarañ(1s? ..
S IRVIENTA. - Bueno .. " hablaste demas iado.,. podés
irte ...
!"IU ERTE. -- (Acercándose co;eanclo). ¿ S abés qu e sos
linda. chico "l (La Sirvient". al oír lo s pasos sordos de la Muer
te, se pone viotentamente eLa pie, con el rostro rígido, la mi
rudo clauada en el horizon.te ). Sos linda ... A ver ... son
reí. (La Siru ie!1tCl mu er¡uea hipnoii=rLda). Ci erto que sos lin
da ... ¿ Silbés que q uisiera verte desnud a? .. A ver ... (Hace
s<,nta, a ta Sirvi enta en el banqUillo y le abre la frazada de
modo qu e los senos quedan al d escubierto. La M uerte retro
cc>de con movimientos de dromed ario y es tud ia a la m uchach-a
como a n pi ntor (l !"U mode:o. LU'2g0 le señala el seno izquierdo
a'ar[Janelo el brazo). ¡Qué lás tim a] ¡A llí está el tirabuzón
148
que te agujerea el pecho. Y sos linda ... Bueno, vos tenés
la"cul p ... " IQuié~ te manda no comer jamó n del diablo!
ISI te al,mentaras a e pollos asados no te pasaría eso! ¡y sos
linda! (Menea la cabeza pensativam'mte). Si no trabaj "as de
sirvienta podrías vivir un tiempo . (Confidencialmente) . ¿Po r
qué no te busc8.s un v: e :o rico? Los y' ej os S'J(1 lujuriosos y
cegatone<. Un vk jo te din ía jar.16n eL! d ·o bl ) . n o te q uede
dud o. y te ll a marí a su p a l~r>ita. su t,erna pal or,t e. (S c· o".
chan ¡res golpes en las tablas de la puerta. La M,,(! r(e s·o
escurre p or un muro el e papel, y la Sirvien.ta. escalo friada..
cierra sobre su pecho la frazada. Golpoon otras tres ueees y
se abre la puerta),
ESCENA III
149
S my: r:l" TA. - Sí, v a saLiD. ... l Qué b ue nB. la dut:utsa. T.. ,
A r::í se me c~\ an bs~ ! t:.g~ ir:1as cuund e> leí, esa parte. Y u sted
se c;ucdó per:.sa.!1 do en París.
rOe;\M~o ' E. - Eso e3 v,,:dad COl7l0 la B;blia. Yo me
cTc -'é !",F'Y"'¡::,':1r_d o en ' P8.. ;-Ís . Y cl,;:J,:"d ') cm á ngel ~e ~r e - tr e Hora
ror el d"sti,.,,,. de. un
'
fan tasm~. el fantasm a cob:a vida. su
S<3 n ,gre SOr:! ag:ranas .. .
Srp.V~l-:':TA , - i OT.~é "farol P :? fC . a ve"!". Déj ~'j:ne crue lo t o
ere.e. (S e (~ Cerco y le '!'J'~ lpa lo ¡:: !1.oii:bíOS ). Efer:t; va'mente, u sted
ex ~ st~ . ¿Por qc¿ V2 tan. vestido a lél a nti :;u 3 ? .I-1oy se venden
unifnrmes ue
chófer y cocI: eros muy baratos . '.
PO" ". M~()! F.. -1 1" i'1" ffel C ",b,J~ rl" en "na m ujer .,.
,' ; rr.V' ENTA. - T(!:~ b~é n me (cu erdo de B8 Cat?t ...
P OCt-.!'. l ':', 'JI E. - Eq~ si cue una ~erdub.r¡ :::L Pero tam -:
f:' f :l
D .C.1 ,_,-o ",e' ...
1;,; ,' ._ (Í . T'
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pa;a d '? d :ca:.-!."p a l a:- bp f'r:'.a~ ob:·as. P ero u sted nunca conoci ó
un hOlYi bT€ 80bre el qu e h ub ier a.n escrito cu crenta to mos , ¿no
es verdf!d ? (S(' pa se a enfálicaf!w n t e por le. pieza). Cuaren ta
tom os. ¿ 1\10 es cierto que es u n honor 7
SmviENTA. - (Con a:.tm.:rr'.ció n ingenua). Y daro que es
un honor, y h :..: n g::-unde. 1Cuarenta tomos I
R8c A~moL E. ,- Es ío que yo d:go. Cua renta tonos. ¿U s
ted sr.be que m e lee to de el m und o?
S !RV! EN TA. - Si viera todo lo que lloré cuando leía sus
aventuras .. .
150
ROCANBOL'E. - y si mi muy ncble patrón (vII.Je'lue a des
cubrirs e), el señor Ponson du Terrad, no hubiera muerto, se
escribe otros cuarenta tomos, ISe da cuenta! Y en vez de
I
,
I
cuarenta hubieran sido ochenta tornos ... Entonces sí que mi !
felicidad habría sido completa. " i Ochenta tomosl ... Pero
hay que conformarse, ¿ no le parece, señorita ! Todos los días
nacen miles de personas y se mueren otras tantas y nadie
escribe una línea sobre ellos. En cambio, sobre mí se han
escrito cuarenta tomos. Dígame, ¿no I.e parece que tengo
razón d e estar orgulloso?
S'R"'F.NTA. - y bien orgulloso. " Si fuera yo no sé lo
que haría ...
ROCAM13 0L E. - No es que yo sea vanidoso .. , peTO tam~
bién hicieron películas.
SIRVIENTA. - Las vi. En series ...
ROCAMBOLE. - No pusieron ni la décima p ar te d e los
cuarenta lomos ... Lo que hay es que Jos empresarios de cine
son unos ladrones ... ¿Usted no cree que es · la envidia? ..
(Confidencialm en te). Hay mucha gente que me tiene envidia.
(Lamentán.dose). ¿y por qué? .. ¿Quiere decirme por qué,
señorita 7 Por que el muy noble ser,or Ponson du Terrai!
(toma 'al quitarse el sombrero) escribió cuarenta tomos sobre
mí. .. aunque a decir la verdad yo no he venido a hacer mi
propio elogio aquÍ, no, sino para algo nlucho más importante.
Usted ha recibido una herencia ...
SIRVIENTA. - iUna herencia T•••
ROCAi'lBOLE. - Sí. treinta millones ...
SIR"'ENTA. - iTreinta millonesl ...
ROCAMBOLE. - Me equivoqué... Queria decir .. . tres
cientos millones . . .
SIRVIENTA. - (Llevando las manos al pecho). lEs posi
ble! . .. ¿Trescientos millones?
ROCAMBOLE. - Con. cincuenta y tres centavos ...
SlRVIENTA. - (Tambaleándose en la silla). Estoy marea
da ... No sé ...
ROCAMBOLE. - Pero usted ya no es la sirvienta, ¿me
entiende? No. Usted es la huérfana. (Enfáticamente). La
pobre huerfanita. La huérfana menesterosa.
SIRVIENTA. - Es¡'o es demasiado. No lo resisto , señor ...
ROCAMBOLE, - Hay que resistirlo. .. ¿ Qué haría enton
ces si se escribieran cuarenta tomos sobre su vida? ¿ Cómo
resistiría? He resistido yo.,.
SIRVIENTA. - (Tímidamente). Es que trescientos millones
no son cuarenta tomos ...
ROCAMBOLE. ·- (Indignado). Señorita.,., por favor ...
Usted no va a comparar la despreciable e innoble can'tidad
de tresci entos mdJon es con cuarenta tomos. Trescientos mi
llones los tiene cualquier salchichero enriquecido, cualquier
tendero de N ueva Yorf<. cualquier a nalfabeto australiano, , ..
pero cuarenta tomos .. " no m e indigne. señ orita", ¿Usted
puede cita r algún hombre wbre el cual se hayan escrito cua
renta tomos ? ¿ Puede citarlo? Contésteme,
S,RV,ENTA. - N o, en verdad.
ROC"MBOLE. - (SatisfecllO. respimndo) , Ya ve, , " no hay
que confundir ... (Im perativo). Usted es la huérfa na, " Yo he
descubierto al que le robó los trescientos millones ... y se los
entrego a u s.ted; magn ánim amente le entrego trescientos mi
llones con cincuenta y tres centavo s. (Descarga un bulto en
,,1 suelo). Y usted me firma recibo a hora . (Extrae un papel elel
bolsillo )1 una estiloc¡rúfica). ,
S,RVIENTA. - ¿ Firmar recibo 7
ROCAM DOLE. - Los principios son princlplOs, señorita.
Hay que resp etarlos . Esta es
una operación comerci al. Yo le
entregn a usted trescientos millono; y u sted me firma recibo.
No salgamos después con que yo no le he entregado ...
SIRVIENTA. -- Pero, señor.,.
,
•
• 1
,
•
r,
"
,,
CUADRO SEGUNDO .1
ESCENA 1 ~ "
ESCENA II
Con andar (le gato so'apado se cue/a CL 1" eseenCl, tras
la Sirvien/.a, el Capitán , E ste obsgrva un instante a la criada.
y d espués sonríe con sonrisa fisgona.
.:.;,
de este m"do la marav illa de fa imaginación creadora y el
poder SOñador de la Sirvienta).
roja!
CAPITÁN. - Un efecto d e sol.
SIRVIENTA. - ¿ y ese camino tan 'blanco?
CAPITÁ N. - No es ca mino. sino canal aban¿onado. Se
ha llenado de lirios d e Agua.
SIRVIENTA. - V ea si no parece de diamante esa cascada
junto a los á rboles rojo s .. .
C APITÁN. - Grana dos en flor. Es la estación.
SIRVIENTA. - Yo sabía . perfectamente que eran grana
dos . .. Pero no se lo d ije para d ejarl e a usted' ese gusto,
Capitán.
CAPIT ..\N. - i O ué curioso J
SlRV1ENTA. - Se me ocurre que d ebe ser desabrido un
viajero q ue no pretl unte n a da y 10 ,abe todo. Viajar sabiendo
no tendría gracia. Y. además, ¿cómo luciría sus conOCImIen
to, el capitán del barco? ¿No le parece? .. ¿y esa torre de
oro ?. . . . A } SI
tOra ' que n o se, . ..
CAPIT,\N. -Mármol ama rillo. Pertenece al ca stillo de un
, grande de E sp a ña.
S'RVIENTA. - i Qué curiosa la coincidencia, Capitán J
C~P¡T.~N. -¿Qué coincidencia?
SIRVIENTA. - Este pai saje es idéntico a uno que v i en
"La Esfera". Me acuerdo perfectamente .
154
CAPITÁN. - iAh T.. ' La revista española ... Sí, efectiva.
mente. ahora recuerdo yo también qu~. lo reproduj o. Ve . en
aquel monte se dice que se reúnen los gitanos .
SIRVIENTA. - Se distingue bien a la pastora ...
ESCENA 1II
Aparece el, Garán caracteri:aJo como en el prólogo. So
bre la h amaca de la Sirvienta cae un ci lindro de luz bknoa,
{ría y lunar.
GALÁN. - (De pie ¡,,"'fa Q la hamaca). Señorita ... , se
ñorita . ..
SIRVIENTA. - ¡Ah 1 E , u s ted ...
CALV<. - (Le ntamente). Sí. soy yo .. " soy yo ...
(La Sirpienfa lo nlira (In instante, y lu. ef:JO ~-es.u.e lve seguiT
el juego de la comedóa amorosa)
S,RVIENTA. - ¡Ah!. .. Es usted ... , es usted ...
,
GAL,\N. - ¿Me permite decirle que la amo?
S,RV,ENTA. - (Con dub,ra irónica). ¿ No podría decír
~
¡ melo de otra manera?
.r: GALAN. -- (Sorf"Pnclido). ¿Por qué?
SIRVIENTA. - (Siempre con su madito iTÓnico). Porque
de esa manero se me han declarado varios dependientes de
tienda. hlrmoci a y panndería.
GALÁN. - JOh, no me compare}.' .. Usted desea que yo
sea un escogiJo .
SIRV IENTA. - Sí .... un poco más t'xpresivo.
GALÁN. - ¿ Quiere que me arrodi'le?
SIRV1ENTA. -- i Oh! ... No. es viejo y, además. se le mano '.
157
juré interiormente que sí u sted m e daba su mano la haría
mi esposa ante Dios y los hombres.
SJRV1ENTA. - ¿ Por qué n o habla de otTa manera? Si yo .,
luera hombre me declararía en otra forma . . . .~
GALÁN. - (M<ill!Umúrado). ¿ Puede decirme qué papel .
hago yo aquí 7 ¿ Soy yo o es u sted la que se tiene que declarar?
SIRVIENTA. - ¡No se enoje. hombre! ... P ero u sted es
bastante es túpido como g al án . ¿A quién se le o curre decirle
R una mujer: iTe amor Eso se dice en el teatro ; en la rea·
lidad se proc ede de otra man era. En la rea .l¡d" d. cuando un
hombre desea a una mujer, trata d e eng Eñarla. Lo creía m5.s
inteligente. A nosotras l as mujeres nos gustan los deJacha.
tados . . . ' '
GALÁN. - Hay que vrVlr para ver ... y creer ...
SlRVIENTA. - Sea positivo. Yo soy un a mujer positiva
como todas I 1. 5 mujf:'res. Y a
mujeres no les gu-tan los
¡<'l B
prólogos en el amor. No , señor Galán . convénzase u5 ~ed . (lm·
peraliva). Le voy a d ar una lección. Siéntese en esa hamaca.
(Eí Gal~ÓJf1 se si-enta ; la Sif'vienfa rc¡'¡-o cede, lueg o se acerO[!
in clinándos'e sohre él) . Buen o, ha ga d e cuenta que yo EO)' el
homb re y usted la mujer. (Dice en l'OZ muy d :l.lce). Niña ...
me gust;Hla estar como un ga tjt~ en tu re;;azo . (Se incli na
1
·1
mujer lataL
millones.
.' galanes .. ,
159
.:-.
guna joven cita corre a m~ encuentro y rne estrecha contra su
pecho? .. ¿ P or qué las ciudades no se derrumban cuando
paso y los gobernadores no me coronan de Hores .... y el
cordero no come pasto junto al león. ni el león juega COI);.
el cabrito. si mi comzón está repleto de amor? .. " ,
SlRVIENTA. - E so e s interesa nte.
/60
..
161
ESCENA IV
ESCENA V
GRISELDA. - Esta mujer está loca .. .
fl«das ...
AzUCENA. - ¿Qué tenemos que ver nosotras con su lío 7...
GRISELDA. - No se olvide que somos fantasmas como
usted.
CAPITÁN. - Su imaginación es base de "Rocambole" J
su geografía la estudió en la revista "La Esfera".
l62
GRISELDA. - Lo único que ha leído y h a visto.
163
'.~ .
"
GALÁN. - y esta mujer tiene una endiablada fu erz.a de
obsesión.
GRISEl.DA. - No es cierto.
pensamiento. .
AZUCENA. - Lo que yo me pregunto desde hoy es en
qué va a term 'i nar esto.
GAI..ÁN. - Somos como los actores de una obra d e teatro.
CAPITÁN. - La autora es ella ...
GRISELDA. - Con la diferencia que sólo ella nos ve.
AZUCENA. - De cualquier manera. tengo unas ganas bár
baras de irme.
CAPITÁN. - Sí .. " uno se harta de fanto chadas.
GALÁN. - Las ligaduras que me ataban se aflojan ...
GRISELDA. - Efectivamente.
CAPITÁN. - Ella está con el pensamiento en otra parte.
(Nue¡,amente la luz decneCe en escena, hasta m,blorse el pai
saje en la incertidumbre de b noche)
GALÁN, - Levantemos el vuelo. (V ánse. La escena que
da desierta durarúe algunos minutos. En ese silencio se oye
eje<:lItado a la di~ tancia en el piano "Asturias", de Albéniz.
Todo se oscurece tqtalmente, y, como en "V cw:vd'ro anterior, se
repi/M los pasos de la criada, que camina en su cuchitril),
CUADRO TERCERO
ESCENt\ 1
Al encenderse la luz la escena aparece desierta. En lo
extensión del muro anteriormente ocupucTa por el puente de
1<: nave s~ abre aflo),a. un ventanal inmenso con vitraux de co- .
lores, emplomados, )' una. hoja entreabierta que deja ver hi
leras de oliuos y cordones de m<>ntes. La primera personn qu:e
aparece en escena es una Niñera, cofia blanca, y U100l criatura· .
de meses en los brazos. Tras ella, par puerta lateral, entra el.
Galán del brazo Je la Sirvienlla.
164
GAl.ÁN. - Baeno. hasta luego, querida.
ESCENA 1I
E SCENA III
t6i
- .
SIRVIENTA. - "Ustedes sí que están bien ...
¿Es rubia?
SIRVIENTA. - No. tiene el cabello negro.
GRISELDA. - ¿ Viste cómo acerté yo?
"SIRVIENTA. - La nariz es del padre... En cambio. la
frente y la boquita 'i gual a la mía.
AzUCENA. - iQué monada debe ser! Me muero por
verla.
GRlSELOA. - ¿ y Adolfo?
SIRVIENTA. - Salió hace un momentito.
AzUCENA. - lY que tal es la vida de oasada, che?
GRISELDA. - ¿ Sos feliz? ..
SIRVIENTA. - Si .... dentro de lo relativo.
J\ZUCENA. - i Qué fría lo decís!
SIRVIENTA. - Te soy ; incera. no vale la pena de casar, e.
GRISELDA. - ¿ Adolfo no se porta bien?
SIRVIENTA. - No es eso ... Además. no sé por qué me
parece que de un tiempo a esta parte Adolfo anda preocupado.
ESCENA IV
166
ESCENA V
ESCENA VI
ESCENA VII
GALÁN. - Afortunadamente.
167
GRISELDA, - ¿No quiere que lo acompañe?
GALÁN, - No quiero líos. tramoyas ni complicaciones;
bastante me amargan ,La vida las corcovadas y las demente6.
· '. para entramparme con fantasmas,
NIÑERA, - Como si usted no lo fuera,
GALÁN, - No discuto eso", pero me voy, (Sale el Ga
lán y defrá.s. enoorvados y graves. uno tras olro, los fantasrnaJI
¿el drama, Lentamente se' apag,a la iluminación brujesca del
decorodo, En la desolación gris del rectángulo de los sueño.
aparece, alcahueta y oojoonclo. r:a Muerte, Espía por un "..
quicio"l cuarto de la Sirvienta),
MUERTE, - Todavía no está a punto la palomita fanta
.iosa. Todo esto le pasa por no comer jamón del diablo,
TELóN
168
de! ensueño por una carbonería de anrabal. 'A los costados del
escena.
Personajes reales: SiRVIENTA, PATRONA.
ESCENA 1
CENICIENTA, - Dios mío, ¿por qué no me diste una ma· r
dre buena como a las otras chicas 7 ¿Por qué estoy sola e.
este mundo, Señor de los Cielos, si yo nun ca he hecho nin gún
mal? (Tras de la pila visible pora el público, en esla escerna.
la Sirvienta trola de precipitarse hacia la 'éliña, pero Rocambo
le la contiene con un gesto, y luego saca de su bolsillo unl
revólver, La Sirvienta se sosiega. [ 'a Cenicienta incorporán
dose). iDios mío, si vos existís hacé que encuentren a mi ma
mita ! (Cuando la Cenicienta pronl./.Tlcia estas polabras pene
tm al antro por el p'aSil'lo un hombre gigantesco, el rostro
manchaiclo de carbón, gorra de visera de hule y blusa proleta
/69
,~--
ria. El gandul, llamado Compadre Vulcano, escucha la im·
p'k.ración de la Cenicienta, avanza hasta ella en punlas da
pie, La toma de la oreja y exclama:} ,
VULCANO. - Así correspondés a mis sacrificios. Invocan
do a Dios para que perjudique mi comercio.
170
",.. tremeoe juntando los brazos encogidos por e1 codo al cuerpo).
'. Ya ves si soy bondadoso. No te corté la lengua. ¿ Quién me
lo impedía? En la T aberna de la Sangre le corté la lengua a
'una chica. Que lo diga el maldito Rocambole si no se la
.corté. Ya ves. P ero escuchando' los pedidos de mi tierno ca.
razón no te corté l a lengua.
171
¡'
ESCENA II
/72
.
F·
VIEJO. - (Sardónico). Se explica que quiera ya estar en
...i establecimiento. (Dirigiéndose a la Cenicienta). Tengo mu ,:
r
chas chicas como tú... eso sí... bien vestida~ y mejor ali
mente).
tramposo.
CENICIENTA. - No . señor. .
ESCENA III
173
,
ViEJO. - Con su revólver interrumpe nuestros tratos co
merciales.
SIRV1ENTA. - iCállese. bandido!
trate de bandido.
SIRVIENTA. - i Y de rufián espantoso!
VIEJO. - Yo no puedo tolerar esto. Soy un comerciante.
Ejerzo una profesión lícita. Pago patente. Soy útil a la so
ciedad. E stoy al día con mi matrícula. (E! Viejo patea el PÍSO
i.n dignado). ¿Por qué viene a interrumpir nuestras transaccio
nes comerciales ?
ROCAMBOLE. - He dicho buenas 'tardes y nadie me ha
contestado.
VULCANO. - ¿Qué me importa a mí que usted me desee
buenas tardes?
VIEJO. - ¿Quién diablos es usted para que nosotros le
honremos con nuestro saludo?
SIRViENTA. - (A la Cenici,mta). .V en aquí, pobre cria
tura.
CENICIENTA. - Sí. señora ... Usted tiene cara de buena.
(Se poone al lado de k; Si4'vi-e<nta).
VULCANO. - (A Rocambole). Usted está violando las le
yes ... Me amenaza a mano armada ...
ROCAMBOLE. - Soy el ex presidiariO. lSoy Roeambole!
.••
11
'.
n es donde nos metemos. Además la tormenta es con
Vulca,r'l:o. si no me equÍvoco.
el señor I
CENICIENTA. - Señora. este viejito queda ll evarme a un
colegio.
..
,;-. . VIEJO, - Digan si no da gusto tanta inocencia. Lo que
•
yo quiero es dejar constan cia de que no he atentado contra
a l colegio?
siempre a sus órdenes. (Se retira camin~.. do para atrás, CO'Tt e¡l
ESCENA IV , i,
I
ROCAMBOLE, - Bueno .. , ahora que estamos solos vamos
a conversa r. am igo Vulcano. ¿Dónde está tu legítima esposa?
VU LCANO, - En la cárcel.
ROCAMBOLE, - ¿Tus hijos?
VULCANO. - En preSidio,
. ROCAMBOLE. - ¿ D e manera que toda la familia veranean
do 7 Vives más tranquilo y solitario que un can ónigo. L os pa
rientes no te molesta n,
VULCANO. -Ni la policía tampoco , Me h e regenerado,
, ,1
-:' vivo, y os juro. señor R ocambole. que n o hay satisfacció n más
grande que vivir honradamente. (Volviéndose a la Sirvienta),
,"
/75 I
I
,"
'
SlRV1ENTA. -1 Cállese 1 (Va!c01W intenta dar un paso n~
adelante).
ROCAMBOLE. - Queridito .... como te muevas otra vez te
limpio el corazón de porquerías. (Valcano retrocede). Hable
mos seriamente. ¿De dónde sacaste esta chiquita ?
VULCANO. - M e [a di6 a cuidar u na mujer cu ando era
una tierna criatura.
ROCAMIlOLE. - H abla lisa y llanamen te. ¿Quién era esa
mujer?
VULCANO. - La madre .
ROCAMBOLE. - ' Estás mintiendo, Vulcano .
VULCANO. - El padre murió en presidio.
ROCAMBOLE. - Compadre Vulcano. hay que mostrar el
juego o terminaremos mal.
VULCANo.-Vino [a madre y me dijo : "T e entrego esta
perlita de mis ojos".
ROCAMBOLE. - Me estoy aburriendo. ¿ De m odo que la
chiquilla te la dió la madre?
VULCANO. - Lo juro bajo mi honrada palabra.
ROCAMBOLE. - (A la Siroienta). Descúbrale la espalda.
señora.
176
ROCAMllOI.E. -- Pi chón, ten és que cantar _ __ hay que can .
'i
,
..
tar, querido _. _
VULCANO. - ¿ y si no canto?
ROCA..'1BOLE. - Vos sabés que me enesta mucho m~os . .
trabajo enfriarte que decirlo. . , ..
ri" \ 'ULCANO. - Bueno . patrón, cantaré como un canario. '
~
177
, .
VULCANO. - 10h! loh! se me desgarra el corazón . No,
yo no le :le pegado ... con alambres, no.
ROCAMBOLE. - ¿Así que te pegaba con alambres?
CENICIENTA. - Pero decía que era por mi bien,
SIRV(ENTA. -IMonstruo! ... ¡Monstruo! ¿No le da ver
güenza? ..
RocAMBoLE. - Hay que arregl ar cuentas. Compadre Vd- '
cano. Mataste al padre, Robaste a la hij a. D estruis te la vida
de una dama c!¡gnÍsima. Ten és que arrodillarte, Vulcano.
VULCA NO. - Yo no quiero morir.
ROCAl'>1BOLE. ~ Si tu gusto es morir parado, no te ngo in .
conveniente. (Vulcano se a,·,oddla. Rocambo1e, con voz to
nante :) Le cortaste la lengua a la muc!ita de la Taberna de la
Sangre, VuIcano. Asesinaste a tus semejantes.
VULCANO. - iPerdón!
ROCAMBOLE. - Que te perdone la esposa cuyo marido
mataste.
SIRVIENTA. - Yo no pueda perdon~rlo.
VULCANO. - ¡Perdón!
ROCAMBOLE. - Que te perdcne la madre cuya hija ro
baste. .
SlRVIENTA. - No puedo. ,. R ezaré por él ...
VULCANO. - Yo no quiero que recen sohre mi tumba,
Yo quiero vivir. Comer_
ROCAMBOLE. - Que te p erdone la sociedad que ofendis
te con tus graves crímenes. Tenés un minuto para
encomendar tu alma a Dios .
CENICIENTA. - Yo lo perdono, señor Rocamhole.
no se arrastra y le besa los pies).
ROCAMBOLE. - ¿Lo perdonas de todo corazón, niña?
CENICIENTA. - Sí, señor R ocambole. Le perdono
porque no me cortó la lengua ni me dejó ciega .
ROCAMBOLE. - Miserable, la súplica de es te ángel sa
tu inmunda piel. (La Sirvienta y la niña retroceden. /:<.()c(,m-!:
bole saca rápidamente un frasco del borsiHo )' dioe:) Pero
mo no puedes quedar sin castigo ...
178
(Le arroja el conlendo rIel frasco a los ojos; Vulcarto ¿anU!
un terrible grito y se l.evemta moviendo '11os brazos al mismo
tiempo q.{M aúllo) . .
ESCENA V
TELON
;
J
, '
,"
179
,i
~.
,,
O,,? i.
ACTO TERCERO
ESCENA 1
SlRVlENTA. - Sufrir.
,. \ / tE.JA l -Tristezus.
/80
VII!,l A 2' - Cuando me acuerdo , ' ,
cabello negro. .
VIEJA l ' - Lo tenés blanco como el nuestro.
S,RV,ENTA. - T engo una hija perdida .. .
V,EJA 2' - Delira. No mbe lo que dice.
V,EJA l' - ¿No te acordás que [a encontró Rocambole
.. 7· . . .
a t u h110.
VIEJA 2'. - En la carbonería del Compadre Vulcano.
VIEJA l' - Y que ahora es una señorita.
SIRVIENTA. - Sí ... No me acord aba,
VIEJ A 2' - Vos estás trascordada.
V,EJA l' - Es la vejez.
VlEJ A 2' - Nosotras estamos más fuertes que ella .
\'lrEJ Al' - y más jóvenes.
V,EJA 2' - Es que sufrió mucho.
181
VIEJA 2' - (Haciendo lo mismo qwe la ViJeja 1~). Hasta
mañana, querida.
SIRVIENTA. - Hasta ' mañana.
ESCENA II
La Sirvicml.a, sentada, y la Cenicienta, su hija.
HIJA. - ¿Cómo te va, mamita querida? Te traigo una,
flores. (Le pone las floJ'es en el regazo).
SIRVIENTA. - (Reanimán.dos,e .lentamente). ¿Cómo estás,
hijita? ¿ De dónde venÍ's?
182
SlkVIENTA. - ¿ Cómo es eso?
HIJA. - Sí. que volás. De pronto el mundo se h ace chi
quito para toda tu voluntad y en los talones sentís una Fuer
za elástica... Parece que si q uisieras de un salto podrías
!.Iega.r a las estrellas. . -:
SIRVIENTA. - Son tus veinte a ños.
HIJA. - Mamita. .. d ecime... ¿¡as otras mujeres son
com o y07 ¿Sueñan como sueño yo? ¿Sienten como siento yo?
SIRVIENTA. - A lgunas . .sÍ.
HIJA. - Mam ita. tengo que d eci rte una cosa. E stoy ena
morada .
SIRV1ENTA. -lAh!. .. ¿Sí? . .
HIJA. - ¿No te disgusta?
SlRV1ENTA. - No ... me encanta ...
HIJA. - (Arrodillándose al ¡a,Jo). T e vaya cont"r. ma
mita . .. (Súbila tranSición). E s obligatorio que una h ija se
arrodi lle al lado de la m adie para con ta rle que está enamo
rada ...
SIRVIENTA. - No . algunas le hacen esa 'confesión a la
madre mientras que la madre recalienta unas milanesas.
HIJA. - Sos muy chistosa. mamita . .. mirá que me voy
a enojar . . .
SI RVIENTA. - Bueno, preciosa ... no te enojés . ..
HIJ A. -¿No es cierto que estoy predosa ?
SIRV1ENTA. - S í. estás muy linda.
HIJA. -¿Te acordás qué fea era cuando estaba en la
carbonería del Compadre Vulcano? Bueno, com o te decia, es
alto. rubio. b u en mozo.
SIRVIENTA. - ¿Joven? ..
H,JA. - P ero. claro.
SIRVIENTA. - ¿No está ca sado?
HIJA. - Yo me enojo con vos, mamita. Estoy enojada.
No se pu ede habla r en serío con vos. ¿Por qu é no me pre
guntás cuántos hijos tiene? ¿O si es tuvo procesado por cri
minal ?
SIRVIENTA. - . Disculpá , mi hijita ... estoy con el p ensa
te quiere?
183
HIJA. - No es mI novio. marnita . .. o sí . . . sí ... nOvio
es. .. siempre que vos no te opongas.
SIRVIENTA. - ¿ y es por él que ves el campo lleno de .
flores? . .
HIJ A. - Y no el campo... hasta las nubes. . . (A"""
cándose) . Si supieras qué bueno es ...
SIRVIENTA. - Todos los novios son buenos.
HIJA. - Parece que estuvieras envidiosa de que yo ten
ga novio . . .
SIRVIENTA. - (Retrocediendo). ¿Qué has dicho 7 ...
HIJA. - (Abrazándola). Perdóname, mamila.
SIRVIENTA. - (Aparte). A veces los autores les tienen en
vidia a sus persona jes. Quisieran destruirlos.
•
HIJA. - ¿ Qué decís, mamila 7 ...
SIRVIENTA. - Quiero que seas feliz ... ·h ijita querida. Yo
no te he dicho nada para ofenderte, sino que nosotros los
viejos tenemos el corazón lleno de tristeza ...
HIJA. - Estás triste, mamila ... ¿de. qué? .,
SIRVIENTA. - Te casarás ... te irás . .. y yo me quedaré
otra vez sola ... sola olra Vez. ,. (Se aparta de la muchacha,
}' sentándose sobre una butaoa, se pone a llorar).
HIJA. - Mamila ... ¿por qué 1I0rás? .. Si vos no que
rés . ..
SIRVIENTA. - Sí. yo quiero. Quiero que seas feliz, hijita '.
querida. Que toda la ti erra t~ parezca siempre llena de fia
res. Que tu esposo te quiera eternamente.
ESCENA III
Entra el Lacayo de librea verde, con una bandeja en la
mano.
/84
•
simple. La muchacha corre a su encuentro y lo toma de la
mano. La Sirvienla se levanta).
ESCENA IV
,.
}'.:
lS5
,
"
. I't
(Griselda y Azucena, la Cenidenta, el Galancito y el Lacayo '
se dan la mano y comienzWl a dla.nzar en circulo en torno del"
rnonIoncilo humano, oantando al tiempo que en paso de am'l- ',¡
za leV<lJntan 'd esaforadamente las piernru:}
ESCENA V
Enfático y lúgubre, entro. Rocambole con paso tardo.
Mi.ro. la danza de los p<2TSOl1JO'jes de humo, luego una cólera
tremenJd'a se apodera de él y, esgrimiendo el látigo, lo des
carga sobre las espaldas de los fanta smas. Se desbandan és
tos y hu)"en de La escena'. El ex presidiario se quita las gafas, .
la galera , coloca e l IMigo de cochero en el s;u;elo , se arrcdi¡lb
frente a la Sirvienta y la besa en la .frente con gesto com
pungido.
TELON FINAL
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