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Universidad Adventista de Nicaragua

Profesor: Lic. Rudy López

Carrera: Lic. en Psicología

Estudiante: Dalia Carolina Vega

Materia: Psicología Fisiológica

Temas: Análisis de la información visual: función de la corteza estriada. Análisis de la


información visual: función de la corteza visual de asociación.

Fecha: 03 de Marzo, 2020


Análisis de la información visual: función de la corteza estriada.

La corteza estriada (área V1) consta de seis capas y varias subcapas. Recibe la
información visual desde las capas magnocelulares, parvocelulares y
coniocelulares del núcleo geniculado dorsal (NGL).

La información de V1 se envía al área V2, la primera región de la corteza visual


de asociación. El sistema magnocelular es filogenéticamente más primitivo, es
ciego al color y sensible al movimiento, la profundidad y a pequeñas diferencias de
luminosidad.

Los sistemas parvocelular y coniocelular tienen un origen más reciente. El


sistema parvocelular recibe información de los conos "rojo" y los "verde" y puede
discriminar los más pequeños detalles. El sistema coniocelular proporciona
información adicional acerca del color, que recibe de los conos "azul".

La corteza estriada (V1) está organizada en módulos, cada uno rodeando un par
de blobs de CO, que pueden verse mediante la tinción de la citocromo oxidasa,
enzima que se encuentra en las mitocondrias.

Cada mitad del módulo recibe información de uno de los ojos, pero ya que la
información se comparte, la mayoría de las neuronas responden a la información
procedente de ambos ojos. más altas, a la orientación, a la disparidad retiniana y
al movimiento.

Las neuronas de la corteza estriada responden a varias características diferentes del


estímulo visual, entre ellas orientación, movimiento, frecuencia espacial, disparidad
retiniana y color.

En la corteza estriada, la información procedente de las células ganglionares


sensibles al color se transmite, a través de las capas parvocelulares y coniocelulares
del NGL, a unas células específicas que se agrupan en los blobs de citocromo
oxidasa (CO).

Las neuronas de los blobs de CO son sensibles al color y a los enrejados


sinusoidales compuestos por frecuencias bajas, mientras que las neuronas
situadas entre los blobs son sensibles a los enrejados sinusoidales de frecuencias
espaciales
Análisis de la información visual: función de la corteza visual de asociación.

La corteza visual está compuesta por la corteza estriada y dos vías de la corteza
visual de asociación. La vía ventral, que finaliza en la corteza temporal inferior, se
relaciona con la percepción de los objetos, por lo tanto, las lesiones de esta región
alteran la percepción visual de los objetos. Además, neuronas individuales de la
corteza temporal inferior responden mejor a estímulos complejos y continúan
haciéndolo incluso si el objeto se desplaza a otra localización, cambia de tamaño,
se coloca sobre un fondo diferente o queda parcialmente oculto. La vía dorsal, que
acaba en la corteza parietal posterior, se relaciona con la percepción del
movimiento, la localización, la atención visual y el control de los movimientos
oculares y los de las manos.

En la corteza visual existen, al menos, dos docenas de subregiones diferentes,


dispuestas jerárquicamente. Cada región analiza una característica particular de la
información visual y transfiere los resultados de este análisis a otras regiones de la
jerarquía. Sin embargo, cierta información procedente de la corteza de asociación
se envía de vuelta a la corteza estriada. Las neuronas de las bandas finas de V2
reciben de los blobs de la corteza estriada (V1) información referente al color,
mientras que de las bandas gruesas y las pálidas reciben información sobre la
orientación, la frecuencia espacial, el movimiento y la disparidad retiniana,
procedente de las regiones interblob de V1.

El daño del área V4 suprime la constancia del color (percepción exacta del color
en diferentes condiciones de iluminación) mientras que el daño del área V8 causa
acromatopsia cerebral, pérdida de la visión de color pero no de la percepción de la
forma. También se ha descrito un trastorno opuesto a la acromatopsia: un
paciente con una extensa lesión de la corteza extraestriada que era prácticamente
ciego pero podía reconocer los colores. Según parece, las lesiones de su cerebro
habían destruido las regiones de la corteza visual de asociación responsables de
la percepción de la forma, pero no las de la percepción del color.

Los estudios de neuroimagen funcional indican que regiones específicas de la


corteza participan en la percepción de la forma, el movimiento y el color, y nos
permiten descubrir la correspondencia entre la anatomía del sistema visual
humano y del de animales de laboratorio. Los seres humanos que han sufrido un
daño en la vía ventral de la corteza visual de asociación tienen dificultades para
reconocer los objetos mediante la vista, aunque a menudo pueden detectar
pequeños detalles -trastorno que se denomina agnosia visual-. La prosopagnosia
-dificultad para reconocer rostros- se debe a lesiones del área facial fusiforme
(AFF), una región situada en la base del lóbulo temporal derecho. El desarrollo de
esta región puede ser consecuencia de una amplia experiencia en ver caras.
Asimismo, la experiencia con otros estímulos complejos, tales como criaturas
artificiales (greebles), induce el desarrollo de circuitos neuronales dedicados a la
percepción de dichos estímulos.

En el área corporal extraestriada (ACE), una región adyacente al AFF, hay


neuronas que responden cuando se ven cuerpos o partes del cuerpo; a su vez, el
área de lugar parahipocámpica (ALP) responde a escenas visuales que
representan emplazamientos determinados. Los niños recién nacidos prefieren
mirar estímulos parecidos a caras, preferencia que puede implicar mecanismos
subcorticales. Los bebés privados de input visual durante los primeros meses
debido a cataratas congénitas presentan en etapas posteriores de la vida
dificultades para discriminar rostros. El área facial fusiforme no se desarrolla en
personas con autismo, posiblemente por una falta de motivación para adquirir
experiencia en reconocer la cara de otras personas.

La lesión del área V5 (también llamada área TM) afecta a la capacidad del
animal para percibir el movimiento, mientras que la lesión de la corteza parietal
posterior altera la percepción de la localización espacial de los objetos. El daño de
la corteza visual de asociación humana que corresponde a la región V5 dificulta la
percepción del movimiento, produciendo un trastorno conocido como acinetopsia.
Además, la estimulación magnética transcraneal de V5 provoca una alteración
temporal y los estudios de neuroimagen funcional demuestran que la percepción
de estímulos en movimiento activa esta región. Tanto en monos como en seres
humanos, el área TSMd, una región de la corteza extraestriada adyacente al área
V5, al parecer está especializada en percibir el flujo óptico, una de las señales que
utilizamos para percibir la dirección en la que avanzamos.

La capacidad de percibir formas a partir del movimiento -reconocimiento de


movimientos complejos de personas indicados mediante luces situadas en
diferentes partes de su cuerpo- probablemente se relacione con la capacidad de
reconocer a las personas por su modo de andar. Según parece, esta capacidad
depende de una región de la corteza cerebral situada en el margen ventral del
extremo posterior del surco temporal superior. La corteza visual de asociación
recibe información del sistema motor sobre los movimientos oculares e
información de la corteza visual sobre el movimiento de la imagen retiniana, y
determina qué movimientos se deben al movimiento de la cabeza y de los ojos y
cuáles a movimientos producidos en el entorno.

Algunas personas con agnosia visual causada por lesiones en la vía ventral
conservan la capacidad de percibir el significado de acciones mímicas o de
reconocer a amigos por su forma de andar, lo que indica que la vía dorsal de la
corteza visual de dicvhas personas está intacta en gran parte. La mayor parte de
la corteza visual de asociación del final de la vía dorsal se localiza en el surco
intraparietal: las regiones IPL e IPV participan en la atención visual y el control de
los movimientos sacádicos de los ojos; las regiones IPV y IPM lo hacen en el
control visual de los movimientos de alcance y señalamiento de objetos; la región
IPA, en el control visual de asir y manipular objetos, y la región IPC, en la
percepción de la profundidad de la estereopsia.

Goodale y su equipo sugieren que la principal función de la vía dorsal de la


corteza visual de asociación se califica mejor por "cómo" que por "dónde". La
función de la corteza parietal posterior en el control del alcance, aprehensión y
manipulación de objetos requiere información, procedente de la visual, acerca del
movimiento, la profundidad y la localización.

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