La caracterización de la filosofía como creación de conceptos, según la cual
éstos son el objeto propio de aquella, y a ninguna otra disciplina le competen, la
exposición del concepto como multiplicidad virtual constituida por una serie de ordenadas intensivas y de zonas de indiscernibilidad, la instauración de una imagen del pensamiento o un plano de inmanencia que secciona el Todo de la experiencia como campo no filosófico de presupuestos, y finalmente, la animación de unos personajes conceptúales como condiciones del ejercicio del pensamiento filosófico.
La filosofía no es contemplación, ni reflexión, ni comunicación. Es la actividad que
crea los conceptos, La filosofía tiene que decirnos cuál es la naturaleza creativa del concepto y cuáles son sus concomitantes: la mera inmanencia, el plano de inmanencia y los personajes conceptuales.