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“SAUSSURE, EL SIGNO, LA DEMOCRACIA”

Prof. Nidia Maidana

“...Eternizando la lengua, Saussure desahucia el origen (de ahí su


indiferencia respecto de la etimología): la lengua no es vista en un proceso
de filiación, la herencia es desvalorizada; el método científico deja de ser
explicativo y se vuelve descriptivo: el espacio de la palabra deja de ser el
de una ascendencia o una descendencia, pasa a ser el de una
colateralidad: los elementos de la lengua no son ya hijos, sino
conciudadanos unos de otros: la lengua en su devenir mismo, deja de ser
un dominio feudal para convertirse en una democracia: los derechos y
deberes están limitados por la coexistencia, la cohabitación de individuos
iguales.”
Roland Barthes.
Los inicios del Siglo XX traen aparejados una serie de cambios que redibujan el contexto
económico, político, social, científico de Occidente e instalan de modo contundente la red
de significaciones que establece el modo de ver la realidad y el hombre, los hechos y las
acciones propios de lo que se conformó como el imaginario social de la modernidad. Si
bien los movimientos producidos en cada una de las esferas mencionadas impactan y
repercuten en las restantes, nos interesa focalizar nuestra atención en los desarrollos
científicos, ya que es justamente en este ámbito y en este período en donde tiene su
origen el pensamiento semiótico que atraviesa todo el Siglo.
El campo científico se caracteriza en esta época por la búsqueda de un objeto de
estudio específico para cada disciplina, la adopción de métodos que garanticen la
producción del conocimiento, y el rigor en la sistematización de los mismos a la par que
se combate contra la subordinación de las nuevas disciplina que comienzan a
constituirse al expansionismo de las ya consolidadas. Es el caso de la semiología,
campo de estudio que nos ocupa, en el cual uno de sus recorridos, el que se
corresponde con la semiología europea, comienza a delinearse a partir de las
investigaciones del lingüista suizo Ferdinand de Saussure (1857-1913).
Este marco de producción de los inicios del Siglo XX abona a las claras el
pensamiento de Saussure y determina sus preocupaciones respecto al estatuto
científico de la lingüística de su época. Por entonces la lingüística asumía una
perspectiva histórica, realizando estudios en los cuales se comparaban las lenguas
entre sí y se elaboraban repertorios etimológicos a partir de los cuales se establecían
relaciones entre las familias de lenguas, fundamentalmente atendiendo a las lenguas
romances y a las germánicas.
Saussure, que no reniega de los estudios históricos, sí observa la escasa
preocupación lógica y teórica que lo mismos presentan, razón por la cual revisa sus
postulados y adopta una nueva perspectiva en relación con los estudios sobre el
lenguaje que lo sitúan como el iniciador de la lingüística moderna.
Los alcances de su propuesta trascienden el campo de la lingüística, ya que por un
lado, sienta las bases de lo que más adelante constituirá la semiología, esbozando su
programa de investigación por lo que, desde una perspectiva epistemológica,
numerosos semiólogos entre los que cabría mencionar a Roland Barthes, Algirdas J.
Greimas, Umberto Eco, entre otros, lo consideran el “padre” o “fundador” de la
semiología. Mientras que, por otra parte, algunas de las categorías que Saussure
desarrolla en el campo de la lingüística son puestas a prueba en los estudios
semiológicos.
Les proponemos a continuación una lectura “en clave semiológica” de la propuesta de
Ferdinand de Saussure, esto es, recuperar aquellas categorías a partir de las cuales
se construye el pensamiento semiológico posterior, para lo cual partiremos de las

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relaciones entre dos áreas disciplinares, la lingüística y la semiología, con el propósito
de situarnos en el concepto de lengua, que es el objeto de estudio que Saussure
postula para la lingüística y recuperar la idea de signo, presupuesto de la concepción
de lengua como sistema.

1. “El problema lingüístico es primordialmente semiológico”


“...se suele pasar por alto la necesidad o la utilidad de una ciencia El texto Curso de
semiológica. Para nosotros, por el contrario, el problema lingüístico es Lingüística General
presenta los resultados de
primordialmente semiológico... Si se quiere descubrir la verdadera
los trabajos de investigación
naturaleza de la lengua, hay que considerarla en lo que tiene de común
que Saussure efectúa en el
con todos los otros sistemas del mismo orden...” campo de la lingüística. Los
Ferdinand de Saussure. mismos fueron dados en
tres seminarios dictados
El epígrafe que elegimos para dar apertura a este apartado reúne en pocas frases, Ginebra entre 1906 y 1911
una serie de cuestiones de orden epistemológico que preocupaban a Ferdinand de y publicados tres años
después de su muerte por
Saussure a la hora de abordar investigaciones en el campo de la lingüística. Estos sus discípulos Charles Bally
planteos se encuentran en los capítulos introductorios del “Curso de Lingüística y Albert Sechehaye en
General”, texto básico que reúne el renovador pensamiento de Saussure. 1916.
La edición que citaremos en
En primer término Saussure explicita la necesidad de instaurar un espacio sistemático este capítulo es la vigésima
segunda publicada por
de reflexión que se destine a la indagación de los diversos sistemas de signos
Losada en la ciudad de
utilizados por el hombre en sus intercambios sociales, a este espacio disciplinar lo Buenos Aires, en 1983
denomina “semiología”. Sin embargo, a pesar de la temprana postulación de
Saussure, el proyecto semiológico, toma impulso casi cincuenta años después, a
partir de la recuperación que de él realizan otros investigadores, entre los que
podríamos citar a Roland Barthes, Claude Bremond, Tzvetan Todorov, Christian Metz.
Para Saussure, la vindicación de una ciencia general que explique qué son los signos y
cuáles son los principios que los rigen es fundamental, ya que le permite incluir en ella
los estudios lingüísticos, en tanto - y este es uno de los aportes fundamentales del
pensamiento saussureano – define la lengua en términos de “sistema de signos”. En
este sentido la lengua es homologable a otros sistemas: el alfabeto de lo
sordomudos, el alfabeto morse, los ritos simbólicos, las formas de cortesía. Al definir
la lengua en esos términos confronta con la idea común de su tiempo de concebir las
lenguas como una nomenclaturas, esto es un catálogo de nombres que se
corresponden con objetos o estados del mundo. Al adoptar esta perspectiva da un
primer paso en la construcción de un objeto de estudio adecuado para la lingüística,
desde donde abarcar de modo coherente el conjunto del campo por explorar.
Dice Saussure:
“La lengua es un sistema de signos que expresan ideas, y por eso
comparable a la escritura, al alfabeto de los sordomudos, a los ritos
simbólicos a las formas de cortesía... Sólo que es el más importante de
todos esos sistemas.
Se puede, pues, concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en
el seno de la vida social. Tal ciencia sería parte de la psicología social, y
por consiguiente de la psicología general. Nosotros la llamaremos
semiología (del griego semeion ‘signo’). Ella nos enseñará en qué
consisten los signos y cuáles son las leyes que los gobiernan. Puesto que
todavía no existen, no se puede decir qué es lo que ella será; pero tiene
derecho a la existencia, y su lugar está determinado de antemano. La
lingüística no es más que una parte de esta ciencia general. Las leyes que
la semiología descubra serán aplicables a la lingüística, y así es cómo la
lingüística se encontrará ligada a un dominio bien definido de los hechos
humanos”. (1916 [1983], 60).

Es así como Saussure, con el propósito de marcar dominios en los campos del saber,
establece relaciones y deslindes entre distintas disciplinas, subordinando a la

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lingüística como una parte de la semiología, aquella destinada a un tipo específico de
signos, los lingüísticos. Y vinculando a su vez a la semiología con la psicología social.
Estas relaciones son posibles en la medida que para este lingüista, la lengua es una
institución social previa a los hablantes y de naturaleza mental.
Cabe destacar también que, desde esta perspectiva, la lengua es el más importante
de los sistemas de signos, y por lo tanto se constituye como un paradigma para la
reflexión y en consecuencia las formulaciones que sobre la lengua realiza la
lingüística pueden erigirse en modelo general de toda la semiología. Esta es una de
las razones por la cual las categorías de la lingüística son tomadas como insumos
para la investigación de otros sistemas sígnicos que presentan distintos niveles de
complejidad por lo que estas formulaciones son revisadas y puestas en crisis en la
dialéctica conceptual de los estudios semiológicos.

2. El pensamiento dicotómico de Saussure: las antinomias


lingüísticas.
Una de las características centrales del pensamiento de Saussure es construir su Sobre el pensamiento
teoría sobre la base de una serie de conceptos binarios, dicotómicos y opositivos que dicotómico de Saussure,
generan distinciones a modos de dualidades en relación dialéctica aptos para dar Sazbón (1997, 14) ha
hecho ver que aquel fue el
cuenta de la complejidad del lenguaje: Por ejemplo: el lenguaje está constituido por la
gran revelador de las
lengua y el habla; el signo lingüístico se compone de significante y significado; el antinomias lingüísticas y
sistema de la lengua se organiza en sintagma y paradigma. De tal modo que cada uno que su punto de vista
de los términos de los diferentes pares sólo vale por su oposición al otro, son en peculiar consiste en hacer
notar que el lenguaje es
suma, entidades o niveles relacionales carentes de toda realidad sustancial, pero
siempre un objeto doble,
sumamente pertinentes a la hora de operar con el lenguaje. cuyas dos partes se
suponen recíprocamente.
2.1. Lengua y habla: elementos constitutivos del lenguaje.

Una de las primeras distinciones que establece Saussure es la que le posibilita la


constitución de un objeto de estudio diferenciado y propio para la lingüística,
atendiendo a su concepción de que esta disciplina, a diferencia de otras ciencias que
operan con objetos dados de antemano, debe adoptar un punto de vista para crear su
objeto. Ese objeto, como hemos señalado antes, es la lengua.
Lo interesante es la operación que realiza Saussure para recortar la lengua del ámbito
más amplio en el que se manifiesta que es el del lenguaje.
Saussure caracteriza el lenguaje como:
“...el lenguaje es multiforme y heteróclito; a caballo en diferentes
dominios, a la vez físico, fisiológico y psíquico, pertenece además al
dominio individual y al dominio social; no se deja clasificar en ninguna de
las categorías de los hechos humanos, porque no se sabe cómo
desembrollar su unidad.” (1916 [1983], 51)

La heterogeneidad de elementos presentes en el lenguaje, no permite la adopción de


un punto de vista unificado, y hace que varias disciplinas reclamen para sí su estudio
por lo que Saussure propone configurar mediante una abstracción un objeto
homogéneo e invariante. Con este objetivo analiza un intercambio comunicacional
entre dos interlocutores A y B para despejar lo accesorio y accidental y buscar en él lo
esencial de la facultad del lenguaje

“El punto de partida del circuito comunicacional está en el cerebro de uno de


ellos, por ejemplo en A, donde los hechos de conciencia que llamamos
conceptos se hallan asociados con las representaciones de los signos
lingüísticos que sirven par su expresión. Supongamos que un concepto dado
desencadena en el cerebro una imagen acústica correspondiente: éste es

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un fenómeno enteramente psíquico, seguido a su vez de un fenómeno
enteramente fisiológico: el cerebro transmite a los órganos de la fonación un
impulso correlativo a la imagen; luego las ondas sonoras se propagan de la
boca de A al oído de B: proceso puramente físico. A continuación el circuito
sigue en B un orden inverso; del oído al cerebro transmisión fisiológica de la
imagen acústica, en el cerebro asociación psíquica de esa imagen con el
concepto correspondiente...” (1916 [1983], 56)

Luego de analizar en este circuito las diversas naturalezas de los procesos – psíquico,
fisiológico, físico – que lo conforman, hace hincapié en la facultad mental asociativa y
coordinativa, ya que ésta desempeña el primer papel en la organización de la lengua
como sistema. Esta facultad es la que posibilita la asociación entre los conceptos con
la representación de los signos lingüísticos. Y aquí Saussure propone pasar del acto
individual al social ya que la evidencia demuestra que entre todos los individuos
ligados a una comunidad de hablantes se establece una especie de promedio: todos
reproducirán los mismos signos unidos a los mismos conceptos.
Saussure se pregunta, entonces, por el origen de esa cristalización social que
determina el hecho antes mencionado y en qué parte del circuito podemos hallar su
causa. En las respuestas a estos interrogantes lograr deslinda la lengua del ámbito
del lenguaje y proponer el concepto de habla, para englobar en ella las realizaciones
comunicacionales individuales y concretas. En palabras de Saussure:
“¿Cuál es el origen de esta cristalización social?¿Cuál de las partes del El enfoque sociológico de la
circuito puede ser la causa?... concepción de lengua en
Saussure, se corresponde
La parte física puede descartarse desde un principio: cuando oímos hablar con muchos aspectos de la
una lengua desconocida, percibimos bien los sonidos, pero, por nuestra doctrina sociológica de
incomprensión quedamos fuera del hecho social. Durkheim, coetáneo de
Saussure, quién organiza
La parte psíquica tampoco entra en juego en su totalidad: el lado ejecutivo los fundamentos de la
queda fuera, porque la ejecución jamás está a cargo de la masa, siempre sociología. Para ambos las
es individual y siempre el individuo es su árbitro; nosotros la llamaremos instituciones sociales
el habla (parole). actúan como una norma
impuesta a la colectividad;
Lo que hace que se formen en los sujetos hablantes acuñaciones que la coerción que ejerce y la
llegan a ser sensiblemente idénticas en todos es el funcionamiento de las autonomía de que goza son
sus características
facultades receptivas y coordinativas. centrales. El individuo
¿Cómo hay que representarse este producto social para que la lengua registra pasivamente – y
actualiza con sus acciones-
aparezca perfectamente separada del resto? el funcionamiento de un
Si pudiéramos abarcar la suma de las imágenes verbales almacenadas en sistema cuya dinámica es
independiente de su arbitrio.
todos los individuos, entonces toparíamos con el lazo social que (Sazbón, 1997, 16)
constituye la lengua. Es un tesoro depositado por la práctica del habla en
los sujetos que pertenecen a la misma comunidad, un sistema gramatical
virtualmente existente en cada cerebro, o mejor dicho en los cerebros de
un conjunto de individuos, porque la lengua no está completa en ninguno,
no existe perfectamente más que en la masa.
Al separar la lengua del habla se separa a la vez: 1º lo que es social de
lo que es individual; 2ª lo que es esencial de lo que es accesorio o
más o menos accidental.. “ (1916 [1983], 57).
Los conceptos de <lengua> y <habla> constituyen las primeras antinomias propuestas
por Saussure: la lengua es la parte social del lenguaje y sólo existe en virtud de una
especie de contrato establecidos entre los miembros de una comunidad; el individuo
por sí sólo no puede crearla ni modificarla y tiene necesidad de un aprendizaje para
conocer su funcionamiento. Por otra parte existe una interdependencia entre la lengua
y el habla. La lengua es necesaria para que el habla sea inteligible y produzca todo
sus efectos, pero el habla es necesaria para que la lengua se establezca: oyendo a
los otros es como cada uno aprende su lengua materna, que no llega a depositarse en
nuestro cerebro más que al cabo de innumerables experiencias.

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2.2. La concepción binaria del signo

La noción de signo lingüístico es central en la teoría saussureana. El signo es


considerado por Saussure como la unidad lingüística, elemento base de la
organización particular de signos que es el sistema de la lengua. Aunque no
necesariamente el concepto de signo lingüístico se identifique con la idea de palabra
como unidad de ese sistema.
Para Saussure el signo lingüístico es una entidad de naturaleza mental, compuesta de
dos planos inseparables, ambos también de naturaleza mental. La novedad que
Saussure otorga a este concepto reside justamente en esto: no considerarlo como un
nombre que remite a una cosa exterior al lenguaje, sino como un compuesto de dos
elementos íntimamente conexos: una imagen sensorial cuya representación es mental
y un concepto, obviamente, también de naturaleza mental.
Reponemos a continuación la serie de reflexiones a partir de las que Saussure va
ciñendo esta noción:
“La unidad lingüística es una cosa doble, hecha con la unión de dos
términos (…) Lo que el signo une no es una cosa y su nombre, sino un
concepto y una imagen acústica. La imagen acústica, no es el sonido
material cosa puramente física, sino su huella psíquica. Está unida al otro
término de la asociación, el concepto, generalmente más abstracto.
El carácter psíquico de nuestras imágenes acústicas aparece claramente
cuando observamos nuestra lengua materna. Sin mover los labios o la
lengua podemos hablarnos a nosotros mismos o recitarnos un poema
(…)”(1916 [1983], 129)
Es decir un signo es la combinación de un determinado concepto o idea y de la imagen
acústica, que no es el sonido puramente material sino la huella psíquica que este
sonido imprime en nuestra mente. Para evitar la ambigüedad terminológica. Saussure
designa los componentes del signo por medio de nombres que se relacionan
recíprocamente al mismo tiempo que se oponen: llama significado al concepto y
significante a la imagen acústica.

Concepto
Significado

Imagen acústica
Significante

Saussure hace hincapié en la relación de interdependencia entre el significado y el


significante. Referirnos a un significante implica necesariamente postular la existencia
de un significado. Así por ejemplo cuando pronunciamos el significante ‘árbol’
inmediatamente se asocia a estos sonidos el concepto de árbol. O a la inversa, a un
concepto le asignamos un significante. En esta perspectiva ninguno de los dos planos,
tomados aisladamente, pueden ser considerados como signo ya que el concepto
mismo de signo implica la presencia de sus dos componentes.

2.2.1. Principios del signo lingüístico

Además de definir el concepto de signo lingüístico, Saussure propone algunos rasgos


que lo caracterizan a los que denomina los “principios” del signo. Estos principios
tienen la peculiaridad de determinar aspectos sustanciales de los signos lingüísticos
que posibilitan diferenciarlos de otros.

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Ellos son:
ƒ Lo arbitrario del signo.
ƒ Carácter lineal del significante.
ƒ Inmutabilidad del signo.
ƒ Mutabilidad del signo.
Desarrollaremos a continuación los dos primeros principios.

Primer principio: lo arbitrario del signo

El principio de la arbitrariedad del signo lingüístico atañe a la relación entre el


significante y el significado y es un principio que domina toda la lingüística.
Para facilitar la comprensión de
este principio les proponemos un
Dicho en términos sencillos: no hay ninguna razón lógica, natural o causal para que a
ejemplo. Tomemos el sustantivo
determinada secuencia de sonidos, a determinado significante le corresponda el español “perro”: el significado que
significado que la lengua le ha asignado. Es decir que la unión de los componentes le asignamos es una convención
arbitraria ya que no existe relación
del signo responde a una relación fundada en lo arbitrario. fónica ni gráfica que enlace la idea
de perro con los sonidos
En palabras de Saussure: p-e-r-r-o que componen su
significante.
“El lazo que une el significante al significado es arbitrario; o bien, puesto
Pero además la misma idea de
que entendemos por signo el total resultante de la asociación de un perro responde a diversos
significante con un significado, podemos decir más simplemente: el signo significantes de acuerdo con la
lingüístico es arbitrario. lengua de que se trate, así en
inglés es dog, en alemán hund,
Así, la idea de sur no está ligada por relación alguna interior con la en italiano cane, en francés
secuencia de sonidos s-u-r que le sirve de significante; podría estar chien.
representada tan perfectamente por cualquier otra secuencia de
sonidos…” (1916 [1983], 130)
Para Saussure la prueba irrefutable de este primer principio es la presencia de las
numerosas lenguas que designan con diversos significantes significados más o menos
similares. Sin embargo, Saussure aclara que la palabra arbitrario necesita una
observación ya que ésta no debe dar la idea de que la asociación entre significado y
significante depende de la libre elección de los hablantes, sino que dicha asociación
se apoya en una convención social. Una comunidad lingüística depende para
comunicarse de dicha convención, cada nuevo hablante que se integra a una lengua
acepta las reglas convencionales por las cuales determinados significantes están
atados a sus respectivos significados. A partir de esta observación considera oportuno
incorporar el término “inmotivado” con el fin de hacer más evidente que la unión entre
significante y significado no guarda ningún lazo natural.
Segundo principio: carácter lineal del significante
Tal como lo anunciamos en el título este principio es inherente al plano del
significante y depende de la naturaleza del mismo. Al respecto Saussure señala:
“El significante por ser de naturaleza auditiva, se desenvuelve en el
tiempo únicamente y tiene los caracteres que toma del tiempo: a)
representa una extensión, y b) esa extensión es mensurable en una sola
dimensión; es una línea…” (1916 [1983], 133)
Dijimos que el significante lingüístico es una “imagen acústica”, su naturaleza es
auditiva y está constituido por una serie de sonido – mentales- unidos en forma
sucesiva. Esto implica que para poder pronunciar un significante lingüístico debemos
pronunciar la serie de fonemas que lo componen necesariamente uno tras otro, ya que
las cualidades de nuestro aparato fonador así lo requieren.
Este hecho produce que desde que se pronuncia el primer fonema de una palabra y
los sucesivos correspondientes al resto de las palabras que integran la frase que un
hablante quiere emitir, transcurra un tiempo. Por lo tanto el significante se
desenvuelve como una línea en la dirección temporal.

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Saussure recurre a una comparación para aclarar el concepto: “los significantes
acústicos no disponen más que de la línea del tiempo; sus elementos se presentan
uno tras otro formando una cadena…”(1916) [1983], 134). El carácter lineal de los
signos lingüísticos se destaca inmediatamente cuando los representamos por medio
de la escritura, donde la sucesión en el tiempo es sustituida por la línea espacial que
sugiere la secuencia de los signos gráficos.

2.2.1.1 Contrastaciones semiológicas: aproximación a los signos visuales.

Si bien Saussure, como anticipamos, se dedica de modo exclusivo al estudio de los


signos lingüísticos, a partir de sus aportes es posible intentar una caracterización de
los signos visuales. Dada la preponderancia que las imágenes visuales presentan en
las sociedades contemporáneas, esta primera aproximación, puede resultar útil en la
medida que supone un esfuerzo por comprender el carácter de construcción semiótica
presente en las imágenes. Realizaremos un examen en donde consideremos los dos
aspectos presentes en el signo, significante y significado para operar con las
diferencias presentes en los signos a partir de los principios postulados por
Saussure.
Les proponemos para el análisis dos ejemplos del campo del diseño en donde la
presencia de distintos sistemas de signos, el lingüístico y el visual, posibilita su
contrastación.

a. Diseño editorial: la articulación de los signos en el espacio de la


página:

La presente página corresponde a la revista mexicana de diseño “a! DISEÑO”. El


artículo se refiere al reconocido diseñador japonés Shiro Kuramata (1934-1991) a
propósito de una exposición de sus trabajos realizada en México. La página está
compuesta por una imagen y una columna de texto, cuya disposición, ajustada al
perímetro de la imagen, otorga dinamismo a la sintaxis compositiva. Nos interesa,
en este punto, desnaturalizar los mecanismos de lectura a fin de seguir indagando
en la problemática del signo. “...ahora que Shiro duerme”.
Revista a!DISEÑO (página 24),
En un primer acercamiento a la página, como describimos antes, nuestra mirada Año 6 Nº 31, México, 1997.
capta dos bloques: la imagen y el texto. Detengámonos en primera instancia en el
texto. Está integrado por una secuencia de signos lingüísticos que en el pasaje hacia la
escritura adquieren características visuales en donde se hace patente la linealidad. Sin
embargo y debido justamente al 2º principio de los signos lingüísticos, la linealidad, para
poder alcanzar el significado del texto, nuestra mirada debe recorrer las sucesivas líneas
que éstos signos van formando que además se articulan en oraciones dispuestas en
renglones para cuya lectura rige en occidente una norma fija: de izquierda a derecha y
desde arriba hacia abajo.
Hagamos el intento ahora de pensarnos receptores japoneses que desconozcan el
español. Aunque realicen el mismo ejercicio de recorrer las sucesivas líneas
compuestas de signos que constituyen el texto, difícilmente pueden alcanzar el
significado y esto debido al primer principio del signo lingüístico, la arbitrariedad. Para
que estos signos lingüísticos se hagan comprensibles a un lector japonés debería
mediar el proceso de la traducción a fin de sustituir los significantes del español y
reemplazarlos por los significantes del japonés que se correspondan con conceptos
similares.
Ahora bien ¿Qué sucede con la imagen? La imagen también es signo visual, pero
frente a la misma tanto el receptor de lengua japonesa como el de lengua española
pueden reconocer el objeto que representa y además atribuirle un concepto “esto es
un mueble”. También difiere el modo de percepción de este tipo de signos visuales ya

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que la captación de los mismos se realiza a “golpe de vista” en una situación
comprometida con el desarrollo sobre el espacio bidimensional del plano.
Podríamos preguntarnos entonces, ¿qué es lo que diferencia a los signos lingüísticos
de los visuales, aunque compartan, como en el caso del ejemplo, características de lo
visual? ¿Cómo podríamos explicar dichas diferencias?
Apelaremos para ello a la oposición entre: arbitrariedad y motivación y linealidad y
espacialidad.
La primara característica que analizaremos, como en el caso de los signos
lingüísticos, se refiere a la relación que vincula al significante con el significado.
Habíamos señalado para los signos lingüísticos que es una relación arbitraria fundada
en la convención social. También existen convenciones sociales para sostener el
vínculo entre los significantes visuales y sus significados, pero están fundadas en
ciertas “semejanzas” que los significantes visuales recuperan de los objetos que
representan. Por esto se dice que la relación entre los dos términos del signo visual
es de ‘motivación’. En el ejemplo anterior, el mueble de Kuramata, podemos ver cómo
la fotografía reproduce algunos aspectos de semejanza perceptiva con el mueble de la
realidad: su forma curvilínea, el perímetro negro que recorre las aristas de este
volumen y que en este caso percibimos como una línea etc.
El carácter “motivado” que presentan los signos visuales se vincula con los elementos
que constituyen sus significantes: a diferencia de los signos lingüísticos –compuestos de
fonemas y grafemas- los significantes visuales se componen de formas, colores, texturas
etc. Estos elementos combinados en los signos visuales, tienen la capacidad de
reproducir algunas condiciones de la percepción semejantes o similares a las que se
perciben en el objeto. Así, los signos serán más motivados cuantos más elementos
integren.
Volvamos al ejemplo del mueble diseñado por Kuramata: en este caso una
reproducción fotográfica en blanco y negro. Lo que recupera fundamentalmente son
características de la forma: la disposición en curvas, la similitud entre los cajones, la
forma circular de las pequeñas manijas. Si la reproducción fotográfica hubiese sido en
color, descubriríamos que este objeto es de un blanco grisáceo, que sus manijas son
plateadas al igual que las ruedas que lo soportan, que recorre todo su perímetro
frontal una línea negra intensa. Si además la fotografía fuese tomada con un lente
macro, podríamos precisar cuestiones relativas a la textura de los materiales con que
está realizado. Vemos como en la media en que se incorporan elementos en el plano
del significante visual, se aumenta el grado de motivación de los signos.

b. Diseño y publicidad: la articulación de los signos en el espacio del afiche.

Les proponemos a continuación un ejemplo clásico de la historia del diseño. Se trata de


carteles publicitarios diseñados por A. M. Cassandre (1901-1968) realizados en 1932.

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Los carteles se colocaron uno a continuación de otro para formar una secuencia
similar a las del cine. Integran dos sistemas de signos, en la parte inferior se ubican
los signos lingüísticos presentando un desarrollo lineal sobre el que se despliegan los
signos visuales. Éstos representan un atildado caballero en tres momentos distintos
del movimiento de beber. Hay una estilización de la figura humana y los elementos
que la rodean, que acentúan la geometrización de las formas y la planimetría de la
imagen, ambos rasgos característicos del estilo de Cassandre. Sin embargo podemos
reconocer que estos signos son motivados en la medida en que es posible el
reconocimiento de una escena. También, es posible reconocer la evolución de la
escena en la medida en que se van incorporando en los afiches los componentes del
significante visual: aumento de la superficie coloreada, focalización de zonas
realizadas mediante el tramado de texturas.
En cambio la arbitrariedad de los signos lingüísticos se pone de manifiesto al
enfrentarnos a la descripción del producto realizada en lengua francesa, ya que como
hablantes del español, no contamos con una competencia en esa lengua para poder
decodificarlos.

3. La lengua: sistema de valores

Hemos verificado hasta aquí, la coherencia que se establece en la teoría saussureana


al proponer como uno de sus pilares básicos el concepto de lengua entendida como
sistema de signos. En primer término, a partir de esta concepción hicimos hincapié en
la configuración de campos disciplinares específicos para su abordaje. Seguidamente
recuperamos la idea de signo, como la unidad de este sistema. A continuación nos
referiremos al modo en que estas unidades se relacionan entre sí, para lo cual vamos
a detenernos a la noción de valor lingüístico.
La concepción de la lengua como un sistema de valores, supone admitir, que sus
unidades mínimas, los signos que la componen, sólo pueden ser caracterizados a
partir de las relaciones opositivas que establecen con los restantes signos del
sistema. El valor es una relación de oposición que cada elemento de la lengua
mantiene con los restantes, de modo que, ese elemento se caracteriza por ser lo que
no son otros elementos.
Para explicarlo Saussure parte del papel de intermediaria que le asigna a la lengua:
“El papel característico de la lengua frente al pensamiento no es el de
crear un medio fónico material para la para la expresión de las ideas, sino
el de servir de intermediaria entre el pensamiento y el sonido, en
condiciones tales que su unión lleva a deslindamientos recíprocos de
unidades: El pensamiento, caótico por naturaleza, se ve forzado a
precisarse al descomponerse. No hay pues, ni materialización de los
pensamientos, ni espiritualización de los sonidos, sino que se trata de ese
hecho en cierta medida misterioso: que el “pensamiento sonido” implica
divisiones y que la lengua elabora sus unidades al constituirse entre dos
masas amorfas” (1916, [1983], 192.

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La lengua demarca unidades en el plano del pensamiento, que constituyen los
conceptos, y en el plano del sonido, que constituyen imágenes acústicas, en cuya
unión, posibilitada por la facultad asociativa y coordinativa del lenguaje, se constituyen
los signos lingüísticos. Ahora bien, Saussure destaca que en esa segmentación, la
elección que se decide por tal o cual porción acústica para tal idea es arbitraria y que
esto es así porque las unidades son identificadas en un sistema de valores
enteramente relativos. Con este razonamiento subraya Saussure que las ideas de
arbitrariedad y valor son solidarias al expresar que:
“...lo arbitrario del signo nos hace comprender mejor por qué el hecho
social es el único que puede crear un sistema lingüístico: La colectividad
es necesaria para establecer valores cuya única razón de ser está en el
uso y en el consenso generales; el individuo por sí solo es incapaz de fijar
ninguno. Además la idea de valor, así determinada, nos muestra cuán
ilusorio es considerar un término sencillamente como la unión de cierto
sonido con cierto concepto. Definirlo así, sería aislarlo del sistema del que
forma parte; sería creer que se puede comenzar por los términos y
construir el sistema haciendo la suma, mientras que, por el contrario, hay
que partir de la totalidad solidaria para obtener por análisis los elementos
que encierra.” (1916 [1983], 194).
El párrafo que presentamos a continuación, sintetiza el pensamiento de Saussure en
relación con la noción de valor:
“Todo lo precedente viene a decir que en la lengua no hay más que
diferencias. Todavía más: una diferencia supone términos positivos entre
los cuales se establece; pero en la lengua sólo hay diferencias sin
términos positivos. Ya se considere el significante, ya el significado, la
lengua no comporta ni ideas ni sonidos preexistentes al sistema
lingüístico, sino diferencias conceptuales y diferencias fónicas resultantes
de ese sistema. Lo que de idea o materia fónica hay en un signo importa
menos que lo que hay a su alrededor en los otros signos. La prueba está
que el valor de un término puede modificarse sin tocar ni a su sentido ni a
su sonido, con sólo el hecho de que un término vecino haya sufrido una
modificación.” (1916 [1983], 203).

4. A un siglo de Saussure
En un texto de reciente publicación, los investigadores Palo Fabbri y Gianfranco
Marrone, efectúan un recorrido crítico sobre el campo de estudio de la semiótica en el
que revisan su programa de investigación habida cuenta del punto de inflexión en el
cual se encuentra la disciplina debido al avance que sobre su objeto de estudio y su
tradición investigativa han tenido otras disciplinas. Con este motivo ponen en valor los
aportes que consideran fundamentales en el campo, y vuelven a reconsiderar el lugar
de Saussure como fundador de la semiología. Al respecto plantean:
“¿Por qué justamente el trabajo de un lingüista debería ser tomado como
fundamento teórico de la semiótica- y no, supongamos, el de un filósofo,
un crítico literario, el de un antropólogo o un sociólogo? Las respuestas
posibles podrían ser muchas. Aquí vamos a indicar solamente tres,
estrechamente ligadas entre sí: i) porque Saussure ha preferido el análisis
de la lengua al estudio del lenguaje; ii) porque ha entendido al signo ya no
más como un reenvío referencial – externo a la lengua- , entre palabra y
cosa, sino como una relación de significación - interna a la lengua – entre
una imagen acústica y un concepto iii) porque ha advertido que el valor del
signo no está tanto en esta relación de significación entre sus dos
elementos constitutivos, cuanto en las relaciones el signo establece con
otros signos en el interior de un sistema.” (Fabbri y Marrone 2000: 58)
Por último podemos agregar que investigadores posteriores como Hjelmslev, Barthes,
Martinet, Prieto, tendrán en el modelo saussureano pistas para examinar la estructura
lingüística. Por otro lado cabe mencionar que es, entre otros aportes, a partir de las
oposiciones que plantea Saussure que el estructuralismo postulará nuevos conceptos
y abrirá uno de los caminos en las indagaciones semióticas.

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PROYECTOS FUNDACIONALES: CHARLES SANDERS PEIRCE

Prof. Isabel Molinas

La ciencia de los signos es la ciencia de la constitución histórica del


sujeto. En esto pensaba probablemente Peirce cuando escribía: “Puesto
que el hombre sólo puede pensar mediante palabras u otros signos
externos, éstos podrían replicar: ‘Tú no significas nada que no te hayamos
enseñado nosotros y por tanto sólo significas en la medida en que diriges
alguna palabra como interpretante de tu pensamiento’. De hecho, pues,
los hombres y las palabras se educan recíprocamente: todo incremento de
información en un hombre entraña –y es entrañado por- un incremento de
información de una palabra...” (CP 5.313-314)
Umberto Eco (1984 [2000]) Semiótica y Filosofía del Lenguaje

1. Principales conceptos
Planteado el objetivo de realizar una introducción al campo de los estudios semióticos
y explicitar sus principales aportes en el dominio de las ciencias humanas y sociales,
los textos de Charles Sanders Peirce (1859-1914) nos interesan por dos motivos
fuertemente implicados entre sí: por un lado, es él quien introduce por primera vez el
término semiótica para denominar a una teoría general de los signos -estrechamente
vinculada a la lógica- y, por otro, porque con especial énfasis desde la segunda mitad
del siglo XX ha sido objeto de numerosas relecturas, en especial, en el ámbito de las
investigaciones referidas a los lenguajes visuales.
Decíamos que, en el momento de enunciar los alcances de la Semiótica, Peirce la
define como “teoría general de los signos” y la vincula con la Lógica:
La lógica en su sentido general es, creo haberlo demostrado, solamente
otra palabra que designa a la semiótica, una doctrina cuasi necesaria y o
formal de los signos. Al describir a la doctrina como ‘cuasi necesaria’ y/o
formal, tengo en cuenta que observamos los caracteres de tales signos
como podemos y, a partir de dichas observaciones, por un proceso que no
me niego a llamar abstracción, somos inducidos a juicios eminentemente
necesarios, relativos a lo que deben ser los caracteres de los signos
utilizados por la inteligencia científica. (CP 2.227 o Peirce 1987: 244)
Lectura
Con respecto al modo en que se plantea dicha relación, Deladalle (1990 [1996]: 163)
señala que “para Peirce la lógica es una teoría de la inferencia a partir de los signos DELEDALLE, Gérard (1990)
mediante signos”. La experiencia directa -dice Peirce- no es ni cierta ni incierta porque Leer a Peirce hoy. Barcelona:
Gedisa, 1996.
no afirma nada... No implica error porque no da prueba de ninguna otra cosa más que (Disponible en biblioteca de
de su propia apariencia. No es exacta, porque deja mucho en la imprecisión; aunque la FHUC-UNL)
tampoco sea inexacta: no tiene ninguna falsa inexactitud (CP 1.145). Profundicemos
en esta idea a partir de uno de los ejemplos propuestos por el autor:

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En esta maravillosa mañana de primavera veo a través de la ventana
una azalea en plena floración. ¡No, no!, ésto no es lo que veo; pero es Aclaración
la única manera que puedo describir lo que veo. Esto es una
CP –Collected Papers-,
proposición, una frase, un hecho. Pero lo que percibo no es una
las citas se han hecho de
proposición, ni una frase, ni un hecho sino sólo una imagen que hago acuerdo con los estándares
inteligible, en parte, mediante una declaración sobre el hecho. Esta ya consagrados: CP, para la
declaración es abstracta, pero lo que veo es concreto. Hago una abreviación del título,
abducción siempre que expreso en una frase lo que veo. La verdad es seguido del número de
que la fábrica de nuestro conocimiento, en su totalidad, es un espeso volumen y del parágrafo
referido en el texto en
filtro de pura hipótesis confirmada y limada por la inducción. El inglés. Se transcribe la
conocimiento no puede dar ni el más pequeño paso adelante con sólo traducción incluida en Obra
la observación, debe hacer a cada paso abducciones (MS 692). Lógico Semiótica, Peirce
1987, Madrid: Taurus.

MS -Manuscritos inéditos
Tal como se explicita en la cita anterior, la semiosis es un proceso de significación de Peirce-, citado en
por el cual la representación determina en quien la recibe una interpretación Thomas Sebeok y Jean
Umiker-Sebeok (1979)
mental que consiste en remitir dicha representación a su objeto. En la base de Sherlock Holmes y Charles
este proceso de significación encontramos un concepto de signo triádico que S. Peirce. El método de la
investigación. Barcelona:
Peirce define de la manera más general: algo que está por algo –objeto Paidós: 1994, pág. 30.
fundamento del signo-, en alguna relación –representamen- y para alguien, su
interpretante (CP 2.228). El objeto referencial no es lo que el signo representa, sino
un sentido atribuido. El signo representa al objeto sólo en algún aspecto o
disposición y si bien existe algo fuera del signo, sólo puede decirse en y por el signo.
Veamos un par de ejemplos construidos a partir de dos lenguajes diferentes:
Canción final
Las rosas de papel no son verdad Aclaración

y queman Jaime Gil de Biedma


(Barcelona: 1929-1990)
lo mismo que una frente pensativa integró la generación de los
50 y su obra es actualmente
o el tacto de una lámina de hielo. una de las más leídas.
Puede verse: Las personas
del verbo. Barcelona:
Lumen, 1998.
Las rosas de papel son, en verdad,
demasiado encendidas para el pecho.
Jaime Gil de Biedma (1990) poemas póstumos
¿Qué rasgos hacen que las rosas de papel no sean las flores de un jardín pero ardan y
quemen como ellas? En el poema se plantea la cuestión de la diferencia entre objetos
y signos y la capacidad de la poesía para decir ciertos aspectos que involucran al
lector: la pasión, lo femenino, el emblema de Venus, el erotismo, la belleza...

René Magritte (1961) La tumba de los luchadores

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Con respecto a la obra de Magritte: ¿qué aspecto del signo rosa es enunciado a partir
del procedimiento retórico de la hipérbole? Al respecto, Marcel Paquet (1994) señala: Lectura
“Una rosa es una rosa es una rosa... la famosa constatación de Gertrude Stein puede PAQUET, Marcel (1994)
leerse como comentario a este cuadro. Esta descomunal rosa roja de acusados René Magritte: El
pensamiento visible. Madrid:
rasgos ejerce una especie de atracción erótica”. En ambos ejemplos, más allá de la Taschen.
polisemia de los textos, lo que nos interesa es reconstruir un mismo procedimiento
semiótico: algo está por algo (imagen de la rosa o idea que a través de la metáfora se
quiera comunicar), para alguien y en algún aspecto o disposición formal.
En relación con el concepto de signo y la posible serie infinita o interminable de
representaciones, Peirce escribe:
La más simple de las que presentan interés filosófico es la idea de signo o
representación. Un signo representa la idea que produce o modifica. Es un
vehículo que transmite a la mente algo desde afuera. Aquello que
representa se llama su objeto; aquello que transmite, su significado, y la
idea que origina, su interpretante. El objeto de la representación sólo
puede ser una representación de la cual el interpretante es la primera
representación. Pero se puede pensar que una serie interminable de
representaciones, cada una de las cuales representa la anterior, requiere
un objeto absoluto como su límite. (CP 1.339 o Peirce 1987: 167)

Un hipotético límite a la semiosis ilimitada es explicado por el autor mediante el Aclaración


recurso de un –imaginario- objeto absoluto, del cual supuestamente tenemos -pero Peirce propone distinguir el
jamás tendremos- el conocimiento total, de tal manera que pueda detenerse la espiral objeto inmediato que es el
infinita de las asociaciones. Al respecto aclara: objeto tal como es
representado, entonces,
El significado de una representación puede ser tan sólo una dependiente del signo.
Y por otra parte, el objeto
representación. (…) el interpretante es tan sólo otra representación a la dinámico, que es la
cual se entrega la antorcha de la verdad, y en calidad de representación “realidad” que, por algún
tiene a su vez su interpretante. He aquí otra serie infinita. (CP 1.339 o medio, arbitra la forma de
determinar el signo y su
Peirce 1987: 167) representación.
Tal como hemos visto, se postula un signo triádico que tiene la posibilidad de ser
traducido en uno nuevo estableciéndose lo que se denomina semiosis ilimitada:
Cualquier cosa que determina alguna otra -su interpretante- para que se
refiera a un objeto al cual él mismo se refiere –su objeto-; de la misma
manera el interpretante se convierte a su vez en un signo, y así ad
infinitum. (CP 2.303 o Peirce 1987: 274)
A partir de esta concepción de semiosis y sobre la base de la composición triádica del
signo, Peirce plantea el análisis de tres categorías o correlatos lógicos (primeridad,
segundidad y terceridad) que son el objeto de estudio de la faneroscopia, es decir, de
la “descripción de lo que está frente a la mente o en la conciencia, ‘tal como aparece’,
descripción que no hay que confundir con la explicación del modo en que la mente
funciona, se desarrolla y se altera, que es una suerte de fisiología de la mente” (CP
8.203).
El examen fanesroscópico permite identificar tres aspectos en cada uno de los
elementos inicialmente reconocidos en un signo y diferenciar nueve clases de signos.  Lectura
Sobre la base de dichas categorías, Claudio Guerri (1998, 2000, 2001, 2003) Sugerimos la lectura de:
describe y construye un ícono diagramático -denominado nonágono semiótico-, un GUERRI, Claudio (2003)
modelo operativo apto para la investigación en distintos campos del conocimiento. Tal “El nonágono semiótico: un
ícono diagramático y tres
como señala Guerri (2003: 157) resulta especialmente valioso poder pasar de una niveles de iconicidad”,
propuesta lógico-semiótica a un modelo operativo que se presenta con la forma de un Iconismo. El sentido de las
imágenes, revista deSignis
diagrama que da cuenta de las relaciones de un proceso semiótico: es, en términos
Nº 4, Barcelona: Buenos
de Peirce, el modo en que un objeto inmediato organiza la experiencia “dinámica” del Aires. (Incluido en la
objeto dinámico, ofreciéndolo como un modelo operativo para el análisis. Incluimos a selección bibliográfica)
continuación una breve explicación de la propuesta metodológica elaborada por Guerri

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y el análisis de un corpus de piezas de Diseño Gráfico realizado a partir de dicha
metodología.

2. Propuesta de una metodología de base lógico-semiótica


En la introducción que hicimos sobre los aportes de Peirce en el ámbito de la
Semiótica señalamos que su importancia radica en que ha sido objeto de numerosas
lecturas meta-críticas que cuestionan la transposición de categorías de la lingüística y
de la teoría literaria al estudio, por ejemplo, de los lenguajes gráficos. La filiación de la
Semiótica con la Lógica y su posible interpretación en términos de una teoría del
conocimiento, es un rasgo valioso a la hora de pensar el estatuto de cientificidad de
áreas que surgieron más vinculadas a la práctica profesional que al saber científico,
como es el caso del diseño de comunicaciones visuales y la arquitectura, entre otros.
Incluimos a continuación información sobre las publicaciones y reuniones científicas
en las que se expuso el planteo que vamos a retomar. El propio autor señala como
antecedentes directos del artículo publicado en deSignis 4–revista de la Asociación
Latinoamericana de Semiótica (FELS)- las presentaciones realizadas en los congresos
de la Sociedad de Estudios Morfológicos de la Argentina (SEMA) –entre ellos el Primer
Congreso Internacional de Santa Fe en 2001- y el X Congreso Internacional de la
Deutsche Gesellschaft für Semiotik (DGS) en Kassel 2002. Aunque no se incluyan
entre las notas del artículo, también cabría señalar el V Congreso Internacional de la
FELS de Buenos Aires en 2002, y el último Congreso de la Asociación Internacional de
Semiótica, realizado en Lyon en 2004, instancias en las que también se mostró la
pertinencia del modelo para el análisis de otras prácticas, por ejemplo en el campo de
las investigaciones de mercado. Para quien desee profundizar en la génesis de este
planteo proponemos la siguiente selección bibliográfica:
GUERRI, C. (1988) “Semiotic characteristics of the architectural design based on the
model by Charles Sanders Peirce”, en Semiotic Theory and Practice, Proceedings of
the III Congress of the IASS-AIS, Palermo 1984 de M. Herzfeld y L. Melazzo (eds.),
347-356. Berlín: Mouton.
_____ (2000) “Gebaute Zeichen: die Semiotik der Architektur” en Die Welt als Zeichen
und Hypothese de Uwe Wirth (Ed.). Frankfurt: Suhrkamp, mayo 2000.
_____ (2001) “Lenguajes, Diseño y Arquitectura” en Cuadernos 17. Facultad de
Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Jujuy, 211-250.
_____ (2003) “El nonágono semiótico: un ícono diagramático y tres niveles de
iconicidad”, Iconismo. El sentido de las imágenes, revista deSignis Nº 4, Barcelona:
Buenos Aires, 157-174.
Incluimos a continuación una síntesis de las principales cuestiones que retomaremos
en la lectura de la selección de piezas de diseño:
1. El punto de partida es el concepto triádico de signo que –según Peirce- cuando
es graficado se presenta como un ícono diagramático. Es decir, un esquema
que puede estar en lugar de su objeto –y posibilitar el conocimiento del
mismo- en virtud de su economía y eficacia para representarlo. Si, además,
tenemos en cuenta que cada aspecto del signo es un signo, para cada uno de
dichos aspectos se reconocerán tres clases de signos organizados a partir de
tres correlatos lógicos. “A partir de las nueve categorías peirceanas se
construye otro ícono diagramático, el nonágono semiótico, modelo operativo
apto para la investigación sistemática en distintos campos del conocimiento”
(Guerri 2003: 157).
2. En la elaboración del modelo se hace manifiesta una clara intención
pragmática, una operatividad que se origina en la propuesta lógico-filosófica

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de Peirce pero se diferencia de ella. Dos aclaraciones para trabajar con el
nonágono: la primera tiene que ver con la necesidad de establecer desde la
terminología empleada la distancia epistemológica con el primer planteo de
Peirce. Es por ello que se retoma de Magariños de Morentin (1984: 195) la
organización de la grilla y la utilización de los términos Forma, Existencia y
Valor -para designar a los tres aspectos del signo- y la combinación de estos
nombres para la denominación de los nueve lugares lógicos. La segunda
aclaración tiene que ver con el modo de operar con la grilla construida: “La
misma no debe entenderse como una mera clasificación de entes agrupables
en clases de objetos, sino como un diagrama que organiza las relaciones de
un proceso semiótico” (Guerri 2003: 158).
3. En el artículo que estamos comentando el modelo ha sido utilizado para el
análisis del signo Arquitectura y se mencionan antecedentes referidos al
estudio del diseño gráfico y a la investigación de mercado. Desde nuestra
propia experiencia académica también podemos mencionar su pertinencia
para indagar en otras áreas del conocimiento:
ƒ Desde derivaciones de la semiótica en el campo de la didáctica: hemos
profundizado en el análisis de la implementación de reformas educativas
en jurisdicción del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe
referidas a la enseñanza de la Literatura Argentina en la Escuela Media-
Polimodal (investigación realizada en el marco de una Beca de la
Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe y presentada en el V
Congreso de la Asociación Argentina de Semiótica, realizado en Córdoba en
1995).
ƒ Para abordar el estudio del diseño de comunicaciones visuales: desde
1994 se opera con el nonágono semiótico en las asignaturas del área
Comunicación de las carreras de Diseñador Gráfico en Comunicación Visual
y Licenciatura en Diseño de la Comunicación Visual (FADU-UNL). Se ha
comenzado a trabajar para su incorporación en el espacio del Taller, en
tanto herramienta para la evaluación de las “pre-entregas” que dan cuenta
de las sucesivas etapas de un proceso de diseño.
ƒ En el ámbito del recientemente creado Ciclo de Licenciatura en Periodismo
y Comunicación (FHUC-UNL): en la asignatura “Lenguaje y Comunicación”
se han realizado abordajes de diferentes prácticas comunicativas en las
que se puso de manifiesto la utilidad del modelo para dar cuenta de las
relaciones entre argumentos y estrategias comunicativas.
4. En síntesis: “El nonágono, en tanto diagrama, se caracteriza por: 1) ser una
estructura vacía que da cuenta de lugares lógicos de relaciones y no de
contenidos fijos; 2) privilegiar la relación entre los lugares a los efectos de la
construcción cognitiva y no de la “esencialización” de cada uno de ellos, y 3)
favorecer la interpretación de un signo y su aplicación metodológica a la
investigación o a un proceso proyectual, a través de una nueva nominación
que es, a su vez, relacional: Forma de la Forma, Existencia de la Forma,
etcétera” (Guerri 2003: 160).
Antes de plantear el análisis de un repertorio de piezas de diseño gráfico,
transcribimos dos cuadros: la grilla que organiza los diferentes aspectos que
acabamos de mencionar y un primer abordaje del signo Diseño Gráfico. El análisis del
mismo ha sido realizado por Claudio Guerri –con la colaboración de María Ledesma,
profesora titular regular de la cátedra de Comunicación (FADU-UBA). Para ejemplificar
hemos elegido tres afiches de The Media Foundation, “red global de artistas,
escritores, estudiantes, educadores y empresarios con sede en Canadá, que definen
su rol de activistas en sociedades de la información, en contra de las estructuras

Universidad Nacional del Litoral 15


económicas existentes y con el propósito de forjar un cambio importante en las formas
de vida del siglo XXI. El argumento central de la serie a la cual pertenecen las piezas
elegidas es la promoción de cambios en el comportamiento de los consumidores,
instándolos a abstenerse de comprar cuando el consumismo se impone sobre las
necesidades “reales” de los ciudadanos. Puede reponerse la serie completa, un
detalle de las principales actividades del grupo y los postulados de su trabajo en
www.adbusters.org

F FORMA E EXISTENCIA V VALOR


posibilidad actualización necesidad o ley

Icono-Icónico Icono-Indicial Icono-Simbólico


F FORMA Forma de la Forma Exist. de la Forma Valor de la Forma
posibilidad

Cualisigno Icono Rhema


Indice-Icónico Indice-Indicial Indice-Simbólico
E EXISTENCIA Forma de la Existencia Existencia de la Exist. Valor de la Existencia
actualización

Sinsigno Indice Dicisigno


Símbolo-Icónico Símbolo-Indicial Símbolo-Simbólico
V VALOR Forma del Valor Existencia del Valor Valor del Valor
necesidad o ley
Legisigno
Símbolo Argumento

Cuadro 1: Diagrama de los nueve aspectos del signo según la terminología modificada
que propone Magariños de Morentin (1983: 91) y la original de Peirce.

DISEÑO El aspecto formal o la pura posibilidad de llegar a


Forma ser diseño Grafico, pero a la vez la única
posibilidad desde la cual puede ser ‘dicha’ la
especificidad de la disciplina.
TECNOLOGIA El aspecto existencial o la manifestación material
Diseño Gráfico Existencia de Diseño Grafico, un aspecto lógicamente
posterior al Diseño pero visible en la
documentación de diseño.
El aspecto del valor o la función en tanto
Valor COMUNICACION necesidad social que puede valorarse en una
instancia posterior a la producción o ‘entre
líneas’ en la documentación de diseño.

Cuadro II: primera partición triádica del signo Diseño Gráfico en sus tres aspectos o
subsignos.
Explicitados algunos de los principales argumentos del grupo de activistas que
denuncian los riesgos del consumismo reconstruyamos el diseño de cada una de las
piezas a partir de una primera puesta en relación de los aspectos que componen el
signo. En el Cuadro I (incluido en la página anterior) se contempla la identificación de:
ƒ Cualisigno, Sinsigno y Legisigno (CP 2.244), determinados por la relación del
signo consigo mismo.
ƒ Ícono, Índice y Símbolo (CP 2.247), determinados por la relación con su Objeto
Dinámico.

Universidad Nacional del Litoral 16


ƒ Rhema, Dicisigno y Argumento (CP 2.250), determinados por la relación con el
Interpretante.

→ Con respecto a la relación del signo consigo mismo cabría profundizar en el


repertorio de posibilidades formales -cualisigno- disponibles en la lengua –idioma
inglés- y en los lenguajes visuales. Se trata de pensar en las posibilidades de
representación a partir de signos y de procedimientos para la combinación de los
mismos, muchos de las cuales ya han sido organizados bajo la forma de géneros más
o menos estables. En la primera pieza observamos que la utilización de la línea se
hace –podríamos decir en un tiempo dos- luego de haber sido empleada para el diseño
de un gráfico de barras. El desvío se plantea a partir de la interrupción y la inclusión
de líneas curvas donde está previsto encontrarse con líneas rectas. Otra alteración
con respecto a un universo conocido de signos es la escritura en espejo de las letras y
números que completan la información del código de barras. Planteada la ruptura de lo
previsible, la adición de la figura humana que irrumpe en la base de la representación
puede interpretarse como la posible intervención de los sujetos en la sociedad de
consumo y la salida que esto podría suponer en los hijos de quienes hoy podrían
generar un cambio. En síntesis, el afiche retoma un diseño conocido –el gráfico de
barras- para alterar su forma y resignificar su vinculación con la economía. Modificada
la línea recta y los números y letras que cifran la información se invalida su lectura. El
sentido de la imagen se ancla en la leyenda de la campaña: “Día de la no compra”,
una nueva parodia de tantos días pautados desde un calendario comercial con el
propósito de aumentar las ventas.
Cumplida la instancia del diseño es necesario considerar cuáles son las posibilidades
tecnológicas –sinsigno-, es decir, cuáles son los medios con los que se dispone para
editar los afiches y que efectivamente existan en el mundo como signo de una idea o
posicionamiento ideológico frente a la sociedad de consumo. Si hablamos de
comunicaciones masivas es necesario pensar en papel ilustración, off set e impresión
color. Ahora bien, tanto las posibilidades formales como existenciales cobran valor en
la medida en que dichos signos comporten un sentido, en virtud de las posibilidades
de significación de los signos –legisigno. Estas significaciones están organizadas bajo
la forma de saberes, de explicaciones disponibles que pueden ser actualizadas a
partir de una representación. En el caso de la pieza que estamos analizando cabría
considerar aspectos referidos a la política, la economía, la sociología, la psicología y el
marketing, entre otros. Cada una de estas disciplinas contempla cuestiones que están
en la base del mensaje que se desea transmitir.
→ Con respecto a la relación del signo con su objeto, al describir al cualisigno –Forma
de la Forma- hemos avanzado en cuestiones referidas a la organización de la pieza de
diseño y a su existencia en el mundo. Si incluimos en el análisis la segunda pieza
seleccionada, es interesante pensar en la metonimia que hace visible el desplazamiento
entre la representación del carrito de supermercado -verdadero ícono del mismo- y el

Universidad Nacional del Litoral 17


dibujo de una red diferente, destinada al tiempo libre vivido en espacios abiertos. Podría
afirmarse que el afiche existe en el mundo en tanto índice de una conducta de repudio
frente a la sociedad de consumo. Cuando se plantea su valor en tanto símbolo se hace
manifiesto que se ponen en juego unos pocos elementos –recurrentes- en la
construcción de la significación de las piezas: “el consumismo nos ata mientras que
adoptar otro tipo de costumbres podría liberarnos...”
→ Con respecto a la relación del signo con el interpretante, es central la
identificación de la denuncia y el enunciado de una actitud de cambio –principales
argumentos de las campañas promovidas por el grupo- que definen el diseño de una
estrategia comunicativa, la adopción de una determinada estética –rhema- y el valor
de estos afiches con respecto a otras campañas existentes en el mismo contexto de
circulación -dicisigno. Lo interesante en este punto es volver a pensar la relación con
los demás aspectos del signo, especialmente la elección de posibilidades formales,
su organización y la atribución de significados para decir un concepto simple, cuya
comunicación es vivida como protesta simbólica, como renuncia a partir del “frenesí
del consumidor”. Se incluye a continuación una de las piezas que anuncian el día de
la no compra en el 2004, punto de partida de una futura lectura.

Actividad:

Seleccionar una serie de piezas –tres o más- producidas por el Consejo Publicitario
Argentino u otro organismo que suscriba la realización de campañas de bien público. A
partir de las mismas: (1) realice una primera descripción en la que se identifiquen
aspectos referidos al diseño, la tecnología y la comunicación; (2) retome el Cuadro I y
a partir del reconocimiento de los argumentos de la campaña enuncie las estrategias
comunicativas de cada texto; (3) contraste el concepto de signo triádico de Peirce con
el propuesto por Saussure (sugerimos retomar la diferenciación entre signos
lingüísticos y visuales incluida en el apartado anterior) y evalúe la pertinencia del
enfoque propuesto para el análisis de comunicaciones visuales. En este último punto
les proponemos volver sobre la cita de Eco incluida como epígrafe de este apartado y
proponer una interpretación de la misma. Si pensamos mediante signos, ¿cómo
operan las imágenes en la conformación semiótica de la conciencia?

3. La semiótica: un programa de investigación sobre el sentido


En el inicio de este capítulo hicimos referencia a las mutuas implicancias entre
pensamiento y lenguaje. Explicitados, entonces, algunos de los posibles abordajes a
la problemática del sentido a partir de herramientas semióticas, el siguiente
comentario de Fabbri y Marrone resulta especialmente esclarecedor para quienes se
proponen encarar la tarea de análisis de los signos:

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“El lenguaje no es el instrumento de una simple mediación entre objeto y FABBRI, Paolo y MARRONE,
sujeto, después de ser y pensamiento (como muchas veces se pensó en el Gianfranco (2000)
Semiótica in nuce Roma:
interior de la historia de la filosofía); el lenguaje es en todo caso el lugar Meltemi, 2000. Dado Que
de su recíproca constitución. Dicho en otros términos, sujeto y objeto, sin no se dispone de versión en
los lenguajes no tienen razón de ser. Si el estructuralismo nació para español, transcribimos
edificar, a partir de esta idea tan simple como innovadora, una nueva fragmentos de la traducción
forma de estudio de los hechos humanos y sociales, la semiótica ha del italiano preparada para
cultivado la ambición de proponerse como metodología de estas ciencias la Licenciatura en Artes
Visuales (FADU-UNL, 2001)
estructurales, como instrumento de traducción y de síntesis entre ellas, en por el Prof. Arq. Claudio
nombre de algunas categorías generales de la significación y de la Guerri y revisada por Isabel
comunicación.” (Fabbri y Marrone 2000: 14) Molinas.
La Semiótica se configura como un programa de investigación sobre el sentido, cuyo
trabajo se distribuye –con fines propedéuticos para quien busca interiorizarse en su
trabajo específico- en cuatro niveles de investigación estrechamente vinculados. Al
respecto volvemos sobre el texto Semiótica in nuce de Fabbri y Marrone en el que se
caracteriza cada uno de dichos niveles:
“i) El análisis empírico de conjuntos significantes
En el primero de estos niveles el trabajo semiótico es sobre todo análisis
empírico de conjuntos significantes, es un encuentro concreto con un
corpus de datos ricos en sentido de los cuales es necesario dar cuenta.
Sin algún contacto directo, sensible y sensato con el mundo, ninguna
ciencia de la significación sería posible. Mucho antes de configurarse
como una hipótesis general sobre el funcionamiento de los lenguajes y de
la comunicación, la semiótica hace propia la exigencia fundamental de una
descripción de aquellos lenguajes y de aquella comunicación, y por lo tanto
de un valor pragmática del trabajo intelectual.
ii) El método y la construcción del texto
Aclaración
Sin embargo, un análisis empírico de este tipo, para tener real eficacia
En oportunidad de la edición
explicativa, tiene necesidad de un método preciso que permita dirigir
del material impreso para la
hacia aquellos conjuntos significantes una mirada orientada, una ya mencionada Licenciatura
exploración que vaya a la búsqueda de pertinencias preestablecidas, es en Artes Visuales, las citas
decir, que transforme la primitiva percepción -de alguna presencia de de Fabbri y Marrone y el
sentido- en un verdadero y propio texto. El análisis semiótico es, desde texto de Magariños de
este punto de vista, análisis textual, porque reorganiza los datos Morentin que se transcribe a
continuación fueron
sensibles a examinar en términos de formas precisas, o sea, sistemas y
incluidos para profundizar en
procesos de significación. De allí que, la noción de texto no comprende la especificidad de la crítica
solamente los textos propiamente dichos -los soportes materiales de arte, entendida como
escritos de los cuales se ocupan los filólogos- ni tampoco de todos los “discurso descriptivo,
productos comunicativos de cualquier otro lenguaje (gestual, icónico, interpretativo y valorador de
musical, etc.), sino que desde una acepción más general, cualquier las obras” (Calabrese 1994:
10). Caracterizamos a este
porción de realidad significante puede ser estudiada desde una discurso como interfase en
metodología semiótica. Esta metodología habilita el análisis de aquellos la constitución de un saber
rasgos formales de cierre, coherencia, cohesión, articulación narrativa, específico, el de una teoría
multiplicidad de niveles, etc., que pueden ser contrastados con mayor del arte (Guerri-Molinas, en
facilidad en los textos propiamente dichos. Guerri 2001)

iii) La teoría
Para ello, no todos los métodos son buenos. Más que acercarse al texto
o a modelos entre sí incomparables o con categorías interpretativas
heteróclitas, es necesario que el método usado sea sometido al examen
de una teoría que integre modelos y categorías, interdefiniéndolos entre sí.
De tal manera, las categorías de análisis devienen conceptos,
reorganizados en un cuadro de conjunto que controle, no solo el valor
heurístico respecto de mundo, sino también el rigor teórico en sí mismo. Si
el análisis tiene que ser eficaz, es necesario que se base en una teoría
definida. Pero, dicha teoría, no será fundada a priori, sino que se basará a
su vez en el éxito de trabajos precedentes de análisis. Esto impide
cualquier forma de distinción entre un momento teórico -presuntamente
puro- y un momento interpretativo que se deriva de él más o menos
mecánicamente. En efecto, el análisis semiótico de los textos, no trabaja
con un método elaborado precedentemente, sino que indica la dirección de
una teoría aún por hacerse. En otras palabras, el análisis no es un fin en
sí mismo, ni mucho menos sirve para poner de manifiesto la derivación de

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una hermenéutica mas o menos disfrazada. En todo caso el análisis
apunta a la teoría general del sentido y de la significación: poniendo al
sentido en condiciones de significar, el análisis da lugar a nuevas
hipótesis teóricas y metodológicas, trazando el camino para una
verificación parcial de esos análisis. De aquí surge una célebre
comparación (Greimas 1976a): como el etnólogo, frente a otras culturas,
es llevado a poner en discusión a sí mismo y a sus propias categorías
interpretativas, de la misma manera el semiólogo frente al texto, debe
saber abandonar sus propias miradas estereotipadas en nombre de más
eficaces instrumentos de descripción y de comprensión. El texto es el
“salvaje” del semiólogo: las resistencias que este texto le ofrece se
transforman en estímulos para la investigación ulterior.
iv) La reflexión filosófica
Finalmente, es necesario que los conceptos, después de haber sido
definidos y contrastados teóricamente, sean sometidos al examen de una
reflexión filosófica más amplia que valore las consecuencias
epistemológicas, ejercitando una suerte de control al vértice, o sea,
instaurando una conversación u otras formas de reflexión filosófica sobre
los mismos campos de indagación. En este sentido, la semiótica es una
filosofía del lenguaje, pero de tipo muy particular; se trata, podríamos
decir, de una filosofía con otro medios; no aquellos del puro análisis
conceptual, sino los de un análisis textual fundado metodológica y
teóricamente.
Obviamente, estos cuatro niveles de la semiótica no son separables entre
sí porque, si bien son de naturaleza diferente, se integran en un proyecto
común de investigación. La relación jerárquica entre los niveles es de tipo
lógico, no valorativo, y no excluye una necesaria circularidad: allá donde el
análisis empírico tiene necesidad, además de los métodos adecuados, de
nociones teóricas que esos métodos justifiquen, la reflexión
epistemológica tiene a su vez necesidad de soporte textual que la ancle a
la fertilidad de la empíria. Y así siguiendo: epistemología, teoría, método y
análisis empírico no pueden y no deben proceder autónomamente, so
pena la falacia explicativa y la falta de comprensión de los fenómenos
propuestos como objeto del propio saber.” (Fabbri y Marrone 2000: 8-9)
La secuencia análisis empírico-método-teoría-filosofía problematiza la concepción que
tengamos de la semiótica. Por un lado, una meta-semiótica en la que el objeto de Web
estudio son los modelos de los textos que explican la significación y, por otro, la
tendencia que se centra en el funcionamiento semiótico de un texto real (Lotman Mediante Una inscripción
1984 [1996]: 77). Al respecto Magariños de Morentin señala que: gratuita se puede acceder a
todos los archivos de
“Siempre teniendo presente el objetivo de aplicar la semiótica para la SEMIOTICIANS, grupo de
explicación del proceso social de producción de la significación -o discusión dirigido por Juan A.
significaciones vigentes-, resulta que mientras que los MODELOS Magariños de Morentin:
circunscriben las posibilidades exploratorias de modo que sólo pueden www.archivo-semiotica.com
encontrarse en el mundo las relaciones que el modelo propone, las
OPERACIONES no proponen ningún conjunto de relaciones previo, sino que
dejan abiertas las posibilidades a lo que resulte de su aplicación. De
este modo, cumple el objetivo constructivo.
Por otra parte, las operaciones permiten un trabajo relativamente
objetivo, en cuanto menos vinculado a la subjetividad del analista, ya Lectura
que deberán satisfacer el requisito de ser transferible en el sentido de
que un tercero puede aprender a utilizarlas y alcanzará -al utilizarlas- los Para profundizar en los
conceptos de ATRIBUCIÓN,
mismos resultados, si las aplica al mismo discurso social. Cumple, de SUSTITUCIÓN y SUPERA-CION
esta manera, con el objetivo que Peirce postula para la investigación de puede verse: Los
establecer ‘una conclusión a la cual llegaría cualquier hombre que haya fundamentos lógicos de la
seguido el mismo método y que lo haya exigido suficientemente.’ (CP Semiótica y su práctica de
7.316) Juan A. Magariños de Morentin,
31 y 61-106. Buenos Aires:
Considero como operaciones semióticas fundamentales las de Edicial, 1996.
ATRIBUCIÓN -de un valor a una forma; identificación de un Objeto
semiótico por sus relaciones sintácticas o contextuales-, SUSTITUCIÓN -o
interacción entre una semiosis sustituyente y otra semiosis sustituida;
semantización del Objeto Semiótico por su contraste diferencial- y
SUPERACIÓN -de las contradicciones evidenciadas por la aplicación de las

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precedentes semiosis sustituyente y sustituida, con emergencia de un
nuevo lenguaje; historicidad del Objeto Semiótico en función de la
pragmática de su enunciación-.” (Magariños de Morentin 1999, en
SEMIOTICIANS)

Actividad:

Leer el artículo “Hacia un modelo semiótico para la teoría del cuento” de Lauro Zavala
(1998) –incluido en la selección bibliográfica- e intentar identificar los cuatro niveles
de análisis enunciados por Fabbri y Marrone (2000) en la propuesta de lectura que se
describe. Sugerimos profundizar en el reconocimiento de operaciones que tienen lugar
en el juicio abductivo, la contextualización que posteriormente se propone realizar de
las mismas y la diferencia que se establece entre la experiencia de la lectura y una
explicación de dicha experiencia desde los aportes de la teoría.

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