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Consideraciones generales
La notación griega
1.-Armand Machabey, La Notation Musicale, Colección "Que Sais-je?", Presses Universitaires de France,
Paris, 1952, p. 6., traducción nuestra
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musicalizado. Sabemos por los tratados que la notación rítmica se estructuró a partir de
signos convencionales que permitían agrupar las sílabas átonas en torno a las tónicas
según un principio cuasi universal: una sílaba larga vale dos breves. Así obtenemos los
agrupamientos de vocalizaciones de sílabas en grupos binarios, ternarios o de más notas:
Hyphen (equivalente a dos notas adyacentes ligadas por la misma vocal), melisma
(equivalente a una bordadura inferior, o sea, a tres notas), kufisma (equivalente a una
bordadura superior, o sea a tres notas) y Teretisma, (equivalente a una doble bordadura de
cinco notas).
La notación Paleobizantina
El influjo del idioma griego se traslada a Bizancio en los primeros siglos de la era
cristiana, donde se practica aún hoy el rito ortodoxo griego. Allí se desarrolla toda una
teoría rítmica del lenguaje que va a tener su correspondiente musical. Ya Denis de
Halicarnaso estimaba en una quinta el intervalo al cual se elevaba la voz en un recitativo.
Todas las palabras comportaban para él al menos una sílaba aguda (tónica o acentuada).
Aristófanes de Bizancio (S. III a.C) tuvo ya la idea de anotar las inflexiones de la voz por
medio de signos puestos arriba de las sílabas: agudo (oxeia , representado con el signo /)
para la elevación de la voz en un intervalo de segunda ascendente; grave (bareia ,
representado con el signo \) para su retorno a la cuerda de recitación, intervalo de
segunda descendente; y circunflejo (perispomene , representado por el signo ^)para los
acentos débiles (bordaduras). Las frases finales se indicaban con un stigma o punto final.
Vemos aquí una clara demostración de cómo la altura y la duración están en estrecha
simbiosis, sin posibilidad alguna de separarlas. 2
2.-Laexistencia de himnos versificados en la litur ica griega ortodoxa es otra prueba del influjo del ritmo en
la música y la poética.
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No podemos hablar con propiedad de una notación musical sino hasta el siglo IX
de nuestra era. En este siglo aparece el neuma , un sistema de organización de los sonidos
en grupos binarios o ternarios según sus acentos. Por mucho tiempo se ha hablado de
neuma como un derivado del griego pneuma , que significa aliento. 4 Pero también el
griego nos ofrece la palabra neuma (sin p) que se traduce como signo , y que va más en
correspondencia con el sentido de la quironomía.
Lo cierto es que a partir del siglo IX, y sobre todo con el advenimiento de la
notación cuadrada en el S. XII gracias a la utilización de la pluma de oca en la escritura, el
neuma se convierte en una prolongación de la sílaba, dos o tres veces su valor original (o
sea, el del punctum ).
3.-A diferencia del Ut-Re-Mi-Fa-Sol-La-Si que derivan de la práctica de la solmización, y que se utilizan en
los países de lenguas latinas.
4.-Recordemos que el neuma es una unidad indivisible: debía cantarse con un solo aire o aliento, lo que hoy
llamaríamos una sola articulación.
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La notación modal
El primer modo es el más antiguo, y establece la base del sistema, que es de carácter
obviamente ternario. Donde aparecen dos breves, la segunda es siempre más larga, en
virtud de la ternaridad que establece el sistema, y a este fenómeno se llamó alteración (del
latín alter : el otro). Aquí se encuentra esbozado la base de los tres conceptos que
presidirán la teoría mensural: la perfección (ternaridad), la imperfección (binaridad) y la
alteración (adaptación de la figura a lo ternario o binario según sea el caso).
A esta teoría debemos añadir las ligaduras, derivadas directamente de los neumas
gregorianos, y que constituye un problema aún no dilucidado del todo.Lo que nos
interesa resaltar es que ya para esta época las ligaduras no tienen el mismo sentido de
acentuación que el neuma, sino que la acentuación ha sido reemplazada por el modo
rítmico.
La notación franconiana
La notación modal da paso a una notación mensural creada entre otros por Francon
de Colonia, conocida como notación franconiana. Esta notación no introduce signos
nuevos, sino que crea con los signos antiguos todo un sistema de escritura rítmica mucho
más sencillo que el anterior. Dilucidar las diferencias entre una y otra notación rebasaría
totalmente a las dimensiones de un trabajo de esta índole. Lo que si se puede afirmar es
que la diferencia de fondo entre la notación modal y la mensural es que aquella da
diferentes interpretaciones a los mismos signos, dependiendo de razones externas: modos,
ligaduras, plicas, etc. ; en tanto que ésta tiende a que los signos tengan un valor propio
mucho menos complejo. Esta escritura se basa en la aplicación de un color rojo para
definir una disminución del valor de la nota.
La notación proporcional
No podemos decir, sin embargo, que los problemas de la notación rítmica cesan en
el siglo XVI. Con el advenimiento de nuevos estilos, de nuevas técnicas compositivas, se
crean nuevos problemas que hay que resolver a nivel de la notación. Cabe decir sin
embargo que la notación, a partir del siglo XVII hasta nuestro siglo tuvo una
homogeneidad y una estabilidad no conocida hasta entonces. Problemas rítmicos como los
planteados por las Variaciones Goldberg de Bach, donde observamos dos cifras de
compás simultáneas, obedecen más a los problemas de prolación del medioevo que a un
avance en los esquemas rítmicos imperantes en la época.
El primer gran teórico de nuestro siglo que se ocupa de este problema es Olivier
Messiaen, quien en su Technique de mon langage musicale expone lo que será el punto
de partida de la nueva notación: el concepto de "valeur ajouteé". Este valor agregado
disuelve el pulso que venía a manera de tactus desde el siglo XII, para convertirse en
unidad de valor, una especie de máximo común divisor que no es equivalente al pulso:
2.-Valores exactos sin compás. Aquí la barra de compás indica únicamente un final
de frase (como en el canto gregoriano) o la anulación de alteraciones previas. No es
práctico para obras orquestales que necesitan de un levare más o menos constante. Ej.
Reprises par Interversion para órgano, de Olivier Messiaen
Bibliografía