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lejos, a unas dos millas, sus

FRANCISCO, casetas, se tapaba la nariz


Posibles pistas de trabajo: con las manos.
DESDE LA FE,
Mas una vez que, por gracia
Pensemos en aquella persona que está cerca de nosotros BESA AL LEPROSO Y
y virtud del Altísimo, co-
(amigos, compañeros de clase) y no me gusta escuchar o pa- LO QUE LE PARECÍA menzó a tener santos y pro-
sar mucho tiempo con él → Cambiemos nuestra forma de AMARGO, SE LE vechosos pensamientos, se
mirarlos (“y aquello que me parecía amargo, se convirtió VOLVIÓ DULZURA encontró cierto día con un
en dulzura”), escuchémosle aunque no nos agrade, pase- Y TÚ leproso, y, superándose a sí
mismo, se acercó a él y le dio
mos más tiempo con él. ¿ESTÁS DISPUESTO A un beso. Desde este momen-
BESAR AL LEPROSO? to comenzó a tenerse más y
más en menos, hasta que,
por la misericordia del Re-
Nos ponemos en el lugar de la persona marginada y → pen- dentor, consiguió la total
En la Vida Primera de Tomás victoria sobre sí mismo.”
samos cómo nos sentiríamos en cada situación (no tener
de Celano, la primera biografía que
para comer, rechazo de tu familia, no tener vivienda, …). se escribe sobre San Francisco, se
nos cuenta así cómo cambió la for-
ma que tenía Francisco de ver a le-
prosos:
“El santo enamorado de la
perfecta humildad se fue a
donde los leprosos; vivía con
Busquemos realidades de marginación en nuestro entorno ellos y servía a todos por
más próximo (ancianos, enfermos, inmigrantes, …) → Pense- Dios con extremada delica-
mos formas de actuar (pasar un rato con ellos todas las deza: lavaba sus cuerpos in-
semanas, llamarlos por teléfono, …) fectados y curaba sus úlce-
ras purulentas, según él mis-
mo lo refiere en su testamen-
to: «Como estaba en pecado,
me parecía muy amargo ver
leprosos; pero el Señor me
Pensar otras formas de marginación que se pueden dar en condujo en medio de ellos y
otros entornos diferentes a los nuestros (drogadicción, pros- practiqué con ellos la miseri-
titución, cárceles) → ¿Qué puedo hacer yo desde aquí? cordia» (Test 1-2). En efecto,
tan repugnante le había sido
la visión de los leprosos, co-
mo él decía, que en sus años
de vanidades, al divisar de
Probablemente una de las si-
En la época de Francisco, los tuaciones de mayor marginalidad
leprosos eran los grandes margina- que se vive en nuestros días es la
dos de la sociedad en que vivía. Sin del colectivo de drogodependien-
embargo, él superando el rechazo tes. Aunque no los vemos habitual-
que inicialmente le producían los mente, existen. Son personas, que
leprosos y movido por el amor de normalmente han tenido una vida
Dios, se lanzó al servicio de los más complicada y han terminado, por
necesitados de su tiempo hasta el diferentes circunstancias, arrastra-
extremo de que lo que en un prin- das a esta situación. Actualmente
cipio le parecía desagradable, le sufren el rechazo de instituciones y
terminó pareciendo dulce. de toda la sociedad, e incluso de
sus propias familias, como ocurría
En nuestra época, hay muchas con los leprosos en tiempos de
formas de marginalidad y pobreza. Francisco, que eran obligados a vi-
Seguro, que a todos se nos ocurren vir fuera de las ciudades. Los dro-
muchas situaciones injustas, unas godependientes también son apar- Cuando te acercas a la reali-
veces cerca de nosotros, y otras, tados hasta aquellos lugares donde dad y conoces a las personas, des-
lejos. La injusticia existente en no se les puede ver y donde la so- cubres que son “víctimas” de esta
nuestra sociedad actual, es la que ciedad no quiere saber nada de sociedad, donde muchas veces falta
a nuestro alrededor, o bien
al final acaba produciendo margi- ellos. Este rechazo además de au- el amor, la compresión, donde no
sobre las que están algo más lejos o
nalidad, discriminación y pobreza. mentar el dolor, lo único que consi- se perdonan los errores, o ya no
no podemos ver.
gue es que el problema sea cada hay segundas oportunidades.
vez mayor, y aparezcan otras com- Laura Pulido ofs
plicaciones (de salud, judiciales, Siguiendo el ejemplo de Fran-
…). cisco, todos estamos llamados, a
acabar con cualquier forma de dis-
criminación o marginalidad, si de-
jamos, como en su día le ocurrió a Subraya lo que del texto te haya
Francisco, que en nosotros actúe la llamado más la atención
palabra de Dios y vivamos la Fe.
Todos en nuestro día a día pode- Toma alguna nota que creas
mos hacer muchas cosas, ya que interesante
todas nuestras acciones repercuten
sobre los demás. Bien directamen-
te sobre las personas que tenemos

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