Meucci

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EL TELÉFONO SE INVENTÓ EN LA HABANA.

Hasta el pasado 16 de Junio (2002) se acreditaba el invento del teléfono al estadounidense


Alexander Graham Bell, pero en esa fecha el Congreso de los Estados Unidos reparó la injusticia
histórica reconociendo que el verdadero inventor fue el italiano ANTONIO MEUCCI.

La reivindicación, 134 años después de la muerte de Meucci, establece que este presentó su
TELETRÓFONO ( antecesor del teléfono) en Nueva York en 1860, mientras que la patente de
Bell, obtenida 16 años después, fue resultado del acceso fraudulento a los materiales de Meucci
Nacido el 13 de abril de 1808 en Florencia, Italia, donde realizó estudios de ingeniería mecánica,
Antonio Meucci emigró a Cuba a donde llegó el 16 de Diciembre de 1835 y comenzó a trabajar
como tramoyista del teatro Tacón.

En los altos del mismo teatro montó un taller de galvanoplastia. Las 60 pilas Bunsen con que
contaba le sirvieron a Meucci para realizar experimentos de electroterapia sobre diversos amigos
enfermos de la Habana donde tales tratamientos se hicieron bastante populares. En 1849, cuando
preparaba uno de tales tratamientos, un paciente emitió una exclamación que Meucci afirmó haber
oído a distancia, en otra habitación.
“ Reconocí – diría después el inventor- que había obtenido la trasmisión de la palabra humana por
medio de un alambre conductor unido a varias pilas para producir electricidad y le di
inmediatamente el nombre de telégrafo parlante

Al año siguiente de su hallazgo, el 23 de Abril de 1850, Meucci partió para Estados Unidos. El
primero de Abril de 1850 llegó a Nueva York con el objeto de desarrollar y promover su
descubrimiento en aquel país. Allí continuó sus experimentos habaneros hasta lograr, hacia
1860 ..” un excelente resultado con la trasmisión de la palabra casi exacta...” entre dos aparatos
conectados directamente mediante alambres.

Para atraer a posibles inversionistas organizó en ese mismo año una actuación con una cantante
cuya voz fue escuchada considerable distancia ( La noticia fue publicada en un importante
periódico neoyorkino). En 1870 ya lograba trasmitir la señal telefónica a “... una distancia de cerca
de una milla...”.

Una explosión en un barco de vapor en la propia Nueva York le causó a Meucci graves lesiones y
el ingreso en un hospital. Para sobrevivir , su esposa vendió a un comerciante los materiales e
incluso el prototipo del teléfono por solo seis dólares. Luego, cuando el inventor trató de recuperar
sus preciados objetos, el comerciante le dijo que todo había sido revendido a “...un hombre
desconocido...”..que fue imposible encontrar.

Imposibilitado de reunir los 250 dólares que requería la patente definitiva del invento. Meucci sólo
pudo conseguir registrar sus intenciones de patente, el 28 de Diciembre de 1871 y dirigirse a los
directivos de la Western Union para mostrarles el invento e intentar explotarlo. Le respondieron
que carecían de tiempo para ello, y tras dos años de reclamar la devolución de los materiales
enviados en 1874 le comunicaron que los habían perdido.

Años después con motivo de la acción entablada por la American Bell Telephone Company contra
la Western, se descubrió que la Bell tenía un acuerdo para pagarle a la Western un 2 % de los
beneficios de explotación del invento de Meucci.

En 1876 Alexander Graham Bell pidió una patente referida al teléfono. Enterado, Meucci protestó
a través de un abogado en la Oficina de patentes donde le respondieron que los papeles de
intención de patentes a su nombre se habían perdido. Investigaciones posteriores descubrieron la
existencia de relaciones ilícitas entre funcionarios de la oficina de Patentes Y la compañía Bell.
En 1886 tuvo lugar un juicio que Meucci no ganó contra todas las otras fuerzas mucho más ricas
y poderosas. Sin embargo el secretario de estado Norteamericano declaró que existían pruebas
de la prioridad inventora de Meucci contra las patentes de Bell cuya celebración se dilató y la
muerte de Meucci, el 18 de Octubre de 1889 dejó olvidado por largo tiempo el asunto.

( fuente: José A. Lozano Teruel, “ La verdad digital” Murcia, España) en: PUNTO CU
Mensuario de informática y comunicaciones numero 3 octubre de 2002

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