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Mi tema de romano

Objeto
Concepto
La prestación (praestare) designa el objeto de la obligación, esto es, el
comportamiento positivo o negativo que el deudor debe observar en favor del
acreedor. El objeto de la obligación no es el bien material a que ésta puede
referirse, sino a un comportamiento, que, a su vez, eventualmente, se refiere a un
bien material. Contenido Según Paulo la prestación que puede consistir en un dar
(dare), en un hacer (facere), en un no hacer (non facere) o en un prestar
(praestare).
- El dar (dare) supone constituir un derecho real o prestar un servicio. - Observar
determinada conducta (facere). - Abstenerse de hacer algún comportamiento (non
facere). - Garantizar una deuda de dar o hacer (praestare), también se entiende
como cualquier prestación.
División - Objeto directo: Es la conducta que debe realizar el deudor la cual puede
consistir en un dar, un hacer, un no hacer, un prestar o un permitir. - Objeto
indirecto: Es el contenido de esa conducta positiva o negativa.
Características - Posible: física y jurídicamente. Opera el principio que a lo
imposible no está obligado nadie (impossibilium nulla obligatio est). - Lícito: No
estar en contra de la ley, ni de la moral, de lo contrario es nula. - Determinado o
determinable: el objeto debe ser identificado por el deudor, el acreedor o por un
tercero. - Carácter patrimonial: posibilidad de ser valorable en dinero. - Estar
constituida en interés del acreedor.

Acción.
En el derecho romano se entiende por acción la capacidad de amparo jurídico de
un ciudadano romano por parte de un Magistrado.
Concepto.
En las Inst. Iust. 4, 6 pr. se esboza lo que, probablemente, corresponde a la noción
posclásica de la misma (D'Ors, 2004: 122): "La acción no es otra cosa que el
derecho de perseguir en juicio lo que a uno se le debe". El juicio o procedimiento
al que se hace referencia es organizado por el pretor y se divide dos etapas o
fases: in iure y apud iudicem. La primera de estas fases tiene lugar ante el pretor y
su denominación "in iure" es orientadora acerca de su objetivo principal, esto es,
que debe servir para que tenga lugar la discusión propiamente jurídica. A su turno,
la fase "apud iudicem" no se realiza ya ante el pretor, sino ante el juez. En esta
fase, ya no tiene lugar una discusión jurídica en sentido estricto (p. ej., si el
contrato es uno de compraventa o uno de arrendamiento de obra), ya que esto
último fue delineado antes, en la fase "in iure", sino que tiene lugar propiamente la
prueba de las alegaciones de las partes. Es decir, lo que en definitiva resuelve
el juez es si las partes han probado los hechos que han alegado; por tal motivo, a
partir de la opinión que el juez se forma de esta cuestión de hecho, dicta su
sentencia.
Es conveniente remarcar que el concepto de acción (o sea, su contenido material)
varía de conformidad al tipo de procedimiento en que las partes se ven envueltas.
Existen tres grandes procedimientos en la historia del derecho romano: el
procedimiento de las acciones de la ley (legis actiones), el procedimiento
formulario (agere per formulam) y el procedimiento cognitorio (cognitio
extraordinem).
De las características de la actividad que asumen tanto las partes -pero también
el pretor, en los dos primeros procedimientos, es posible extraer el concepto
de acción que prevalece en cada uno de ellos. En el procedimiento de las
acciones de la ley el concepto de actio se identifica con los actos rituales que las
partes deben observar. En el procedimiento formulario, actio es el equivalente a lo
que hoy identificamos como un acto jurídico procesal. D'Ors (2004:121)
define actio como "la actuación enderezada a resolver una controversia mediante
una decisión definitiva (iudicatum) fundada en la opinión (sententia) de un juez
privado". Debe agregarse, para una exacta comprensión de la noción de actio en
el procedimiento formulario, lo que destaca García Garrido (2006: 41), en el
sentido de que esta actuación se concreta en la formula que se pide al pretor.

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