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En los últimos años el campo de la ecología fue tomando terreno en el

subconsciente de la sociedad, no se sabe si es por moda o por conciencia


social. Gracias a esto la creación de reservas y parques naturales está en gran
expansión, también el movimiento del ecoturismo, las campañas de protección
del hábitat animal. Pero lo que sí se plantean los expertos es el paradigma de
conservar el área tal y como esta o de intervenir con la presencia humana. 
En el año 1972 las Naciones Unidas celebran la primera conferencia “Cumbre
para la tierra”, donde abordaron la situación ambiental frente a la expansión del
capitalismo, dado que el crecimiento económico influía en dicha situación. Pero
en los siguientes años esta teoría fue descartada argumentando que el
capitalismo podía tener un desarrollo amigable con el ambiente y la sociedad,
que si bien generaban desastres
 ecológicos podían sobrellevarlos por la economía de mercado. 
A fines del XIX se crea el Parque Nacional Yellowstone (Ee Uu se impuso
como precursor del primer parque nacional), con el fin de ”preservar grandes
extensiones de tierra en su estado original como santuarios para la vida
silvestre y la conservación de los paisajes” (Galafassi, 2005: 42). Esta iniciativa
tan novedosa para la época ofrecía a la élite la idea de tener un breve contacto
con la naturaleza lejos de la opulenta ciudad, donde podían respirar un poco de
aire fresco, ver animales en su hábitat y donde también tenían la posibilidad de
hacer pesca deportiva. 
 
 Muchas especies sensibles a los cambios desaparecen beneficiando a
criaturas más pequeñas y más adaptables, las cuales transportan la mayoría
de los patógenos que pueden pasar a los humanos. El número de ratas,
murciélagos y otros animales que albergan enfermedades que pueden
provocar pandemias  como -COVID-19- aumenta.
Un estudio publicado en la revista NATURE encontró que las poblaciones de
animales que tienen enfermedades zoonóticas (riesgosas para los seres
humanos ) eran 2,5 más grandes en ambientes degradados, aumentó un 70%
en comparación a los ecosistemas sanos.

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