El origen sobre la disputa de la soberanía de Venezuela sobre el territorio
esequibo tiene sus orígenes en la época de la colonia cuando la zona estuvo controlada por los conquistadores españoles hasta que el país se independizó definitivamente de la gran Colombia. Ocurrido ese suceso el reino de los países bajos le hizo entrega a gran bretaña el control sobre Guyana y Surinam sin quedar claro sus límites con Venezuela. Fue designado un explorador británico quien trazo una polémica delimitación que llegó hasta territorio venezolano al oeste del rio esequibo, causando controversia pues el gobierno nacional reconocía ese territorio como parte suyo. Venezuela busca el apoyo de EEUU para denunciar la incursión británica y se establece la disputa limítrofe bajo la doctrina Monroe que reclama una “América para los americanos”. El imperio británico acepta la mediación estadounidense para someter el litigio a un arbitraje internacional mientras Venezuela invoca el uti possidetis iuris, principio del derecho internacional que garantiza la administración de territorios que históricamente le pertenecen. En esa época se da inicio al arbitraje internacional bajo la modalidad del Laudo Arbitral de Paris que favoreció a gran bretaña y se estableció una línea
limítrofe conocida como "línea Schomburgk" como la frontera entre ambos
países. Mas tarde Venezuela denuncia con pruebas que comprometían la imparcialidad del jurista encargado de llevar el arbitraje, lo que conlleva a realizarse la denuncia ante la ONU. Ocurrido esto, Venezuela y gran bretaña suscriben el pacto conocido como Acuerdo de Ginebra para buscar una solución pactada a la disputa. Transcurre el tiempo y el documento queda en el limbo, en el que dice explícitamente, de no hallarse una solución a la controversia, la ONU debe hallar otros mecanismos de solución. Actualmente y de forma unilateral Guyana decide llevar el asunto limítrofe ante la CIJ que se declara competente en el asunto a lo que Venezuela decide no participar en el nuevo arbitraje alegando que la CIJ no tiene jurisprudencia en el asunto, que solo le compete a la ONU e invoca el Acuerdo de Ginebra