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Nunca debemos cantar sin antes hidratar nuestras cuerdas vocales y realizar ejercicios de
vocalización.
No debemos generar tensión al cantar. Si sentimos mucha presión en la zona del cuello o en
alguna parte de la cara suspende el ejercicio y busca una forma cómoda de hacerlo. Pues de
allí radica la importancia de aprender a colocar y apoyar bien la voz.
Debemos conocer nuestro tipo de Voz y tesitura, realiza un repertorio de por lo menos 5
canciones por una tonalidad cómoda.
Autoevaluarse con respecto a la respiración ¿me quedo sin aire muy rápido? ¿Me sobra
mucho aire después de cantar? ¿Me cuesta respirar entre palabras? ¿Mi respiración se
escucha demasiado fuerte?
Practica tu repertorio con varios tipos de apoyos y colocaciones hasta que tú mismo (a)
descubras cual es la que te permite cantar más cómodo (a), sin complicaciones y con buen
sonido.