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Derecho Internacional Publico
Derecho Internacional Publico
DERECHO INTERNACIONAL
PÚBLICO
Órganos Centrales
a) El Jefe de Estado: es el funcionario que tiene a su cargo en forma directa la
conducción de las relaciones del Estado con otro. Los cambios que se produzcan
de quien ejerza la jefatura son regulados por el derecho interno de cada país, así
como los derechos y deberes que tenga conforme al cargo y éstos se traspasan
a quien deba suceder. En la práctica internacional, el Presidente debe ser objeto
de reconocimiento. Y goza de ciertas inmunidades y privilegios dentro de los que
destacan:
a.1) Inviolabilidad de la persona: protección especial garantizada, cuando se
comete un delito contra el Presidente se considera un elemento agravante en la
legislación internacional.
a.2) Inmunidad de Jurisdicción: que impedía ser juzgado fuera de su territorio.
Abarcan: actos realizados en su calidad de persona privada, no de jefe de Estado
(heredero, legatario, autor de un daño); y aquellos realizados como
representante del Estado en el ejercicio de sus funciones públicas.
Este concepto de inmunidad del Jefe del Estado se está transformando desde
la orden de detención que libro el juez Baltasar Garzón contra Augusto Pinochet
en Londres y más recientemente en las acusaciones y ordenes de aprehensión
contra Jefes de Estado en funciones por la violación de los derechos humanos
cometidas contra sus nacionales. Como Omar Al Bashir Presidente de Sudan
en el año 2009.
Órganos Exteriores
a) Los Agentes Diplomáticos: son los enviados oficialmente por un Estado para
que le represente ante otro con el cual tenga relaciones. Se conoce como el
derecho de legación activo (derecho de enviar agentes) y pasivo (obligación de
recibir agentes de gobiernos extranjeros). Su actuación se encuentra regulada
por la Convención de Viena del 18 de abril de 1961. Entran en funciones con el
Placet que debe ser presentado al Jefe del Estado donde ha sido acreditado y
tiene por objeto saber si es una persona grata y si es aceptado recibirá las Cartas
Credenciales que contienen sus instrucciones y que serán presentadas al Jefe
de Estado o al Ministro de Relaciones Exteriores notificando de su llegada al
país, esa fecha marca la precedencia con relación al resto del cuerpo diplomático
y se clasifican en:
Embajadores y Nuncios: es el primer representante del Estado, siendo que en
la práctica el decano del cuerpo diplomático es el Nuncio o enviado del Papa.
Enviados Extraordinarios: el Estado puede designar dependiendo del Estado y
de las relaciones que tenga con este un Ministro Plenipotenciario o también
denominados Internuncios,
Encargados de negocios: que pueden ser permanentes o temporales, ocupan
eventualmente el cargo de Embajadores ante las ausencias de éste por muerte
o traslado a otra legación.
Funciones de los Agentes: Mantener comunicación oficial entre el gobierno
que representan y aquel en el que se encuentran acreditados, transmitir las
comisiones rogatorias en materia civil cuando sea necesario; realizar diligencias
judiciales; ser el negociador cuando se presenten diferencias entre los Estados.
Además informar a su país de todo lo que acontece en el Estado donde está
acreditado. Otorgar protección a sus compatriotas y no interferir en los asuntos
internos siendo prudente en sus comentarios, opiniones y modos en que deba
dirigirse al Gobierno.
Inmunidades de los Agentes: Se les conceden inmunidades y privilegios en
cuanto a su vida, protección y seguridad y también disfruta de otras prerrogativas
como las exenciones fiscales. Podemos mencionar las siguientes:
a) Inviolabilidad o Inmunidad Personal: se aplica al personal diplomático, al jefe
de la misión, consejeros, secretarios y agregados.
b) Correspondencia: protección de los correos que se reciben y se envían
desde y hacia la legación diplomática.
c) Edificios o Sedes: se conoce como la ficción territorial, ya que se entiende
que el territorio donde está la sede diplomática es un pedazo de ese otro país,
es inviolable y solo puede permitirse el ingreso de la policía cuando se comenta
un delito. Por ello la legación es el elemento esencial del asilo.
d) Inmunidad de Jurisdicción: lo coloca bajo el abrigo de las acciones civiles o
penales, por ejemplo no puede ser citado como testigo y su testimonio en caso
de ser necesario se rendirá por escrito; no se le puede citar directamente y sus
bienes no pueden ser embargados. En este punto señala Rousseau que esta
inmunidad de jurisdicción se extiende a: Ratione Personae: a todos los agentes,
sus familiares directos, esposa e hijos y a todo el personal oficial y los
agregados. Ratione Materiae: se extiende a cualquier civil mediante actos
funcionales (en el ejercicio de su cargo) o contra actos privados (a título personal)
y Ratione Temporis: que dura mientras dure la función del cargo.
e) Cortesía: se señala la inmunidad fiscal como la exención de impuestos y el
derecho al culto privado, llamado derecho de capilla.
Termino de la Misión: La misión puede concluirse porque se negoció y firmo un
tratado que pone fin al objeto de la misma; o por la muerte o dimisión del
Embajador; o por decisión del Gobierno que lo nombró; por el retiro de la
delegación ante una ruptura de relaciones diplomáticas como expresión de un
conflicto, siendo de competencia discrecional del Estado y como acto lícito de
uno contra otro.
Derecho consular
Los cónsules: son agentes oficiales de uno Estado que se destinan a
diferentes ciudades donde el Estado tenga interés o agrupe un importante
número de sus nacionales. Se remonta a la Edad Media. Los cónsules tienen
el carácter de auxiliares locales de los agentes diplomáticos y no tienen carácter
representativo. Existen cónsules de carrera y cónsules honorarios. Estos
ejercen sus funciones de acuerdo a las patentes especiales (lettres de provision)
que le son extendidas por el Estado que lo nombra y en un sitio determinado. Su
aceptación se produce mediante el exequátur y no tienen derecho de
precedencia.
Funciones de los Cónsules: básicamente hacer respetar los derechos de sus
compatriotas y ayudarles en sus empresas; de suministrar información a los
particulares y al gobierno lo que comprende el registro de nacimientos,
matrimonios, expedición y visado de pasaportes, funciones de registro civil,
actividades notariales, ejecución de comisiones, rogatorias, pago de pensiones,
subsidios, ayudas y socorros.
Inmunidades de los Cónsules: disfrutan de las mismas que los Agentes
Diplomáticos con la diferencia que en caso de la inmunidad de jurisdicción que
no la poseen para los actos privados o personales, que pueden ser citados.
También pueden disfrutar de inmunidad fiscal y gozan de la inmunidad de su
correspondencia.
Fuentes del Derecho Consular: se diferencian las fuentes del Derecho
Consular Internacional que reposan en los Tratados, es decir, aquellas
contenidas en los Acuerdos de Amistad, Comercio y Navegación de aquellas que
se encuentran en el derecho interno, contenidas en los textos legales nacionales.
Fin de la Misión: La misión puede concluir; por cese de las funciones, por
decisión del Cónsul o por fallecimiento de éste. También por la extinción del
exequátur; por ruptura de las relaciones consulares y/o diplomáticas.
Convención de Viena sobre relaciones consulares
Los Estados Parte en la presente Convención, teniendo presente que han
existido relaciones consulares entre los pueblos desde hace siglos, los
Propósitos y Principios de la Carta de las Naciones Unidas relativos a la igualdad
soberana de los Estados, al mantenimiento de la paz y de la seguridad
internacionales y al fomento de las relaciones de amistad entre las naciones,
considerando que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Relaciones e
Inmunidades Diplomáticas aprobó la Convención de Viena sobre Relaciones
Diplomáticas, abierta a la firma de los Estados el 18 de abril de 1961.
Estimando que una convención internacional sobre relaciones, privilegios e
inmunidades consulares contribuirá también al desarrollo de las relaciones
amistosas entre las naciones, prescindiendo de sus diferencias de régimen
constitucional y social, conscientes de que la finalidad de dichos privilegios e
inmunidades no es beneficiar a particulares, sino garantizar a las oficinas
consulares el eficaz desempeño de sus funciones en nombre de sus Estados
respectivos, afirmando que las normas de derecho internacional consuetudinario
continuarán rigiendo las materias que no hayan sido expresamente reguladas
por las disposiciones de la presente Convención.
Convención De Viena Sobre Relaciones Consulares
Protocolo De Firma Facultativa Sobre Jurisdicción Obligatoria Para
La Solución De Controversias
Los Estados Parte en el presente Protocolo y en la Convención de Viena sobre
Relaciones Consulares, que se denomina en este documento "la Convención",
aprobada por la Conferencia de las Naciones Unidas celebrada en Viena del 4
de marzo al 22 de abril de 1963, expresando su deseo de recurrir a la jurisdicción
obligatoria de la Corte Internacional de Justicia en todo lo que les afecte y se
refiera a la solución de cualquier controversia originada por la interpretación o
aplicación de la Convención, a menos que las partes convengan, dentro de un
plazo razonable, otra forma de solución.
Han convenido lo siguiente:
Artículo I
Las controversias originadas por la interpretación o aplicación de la Convención
se someterán obligatoriamente a la Corte Internacional de Justicia, que a este
título podrá entender en ellas a instancia de cualquiera de las partes en la
controversia que sea Parte en el presente Protocolo.
Artículo II
Las partes podrán convenir, dentro de un plazo de dos meses desde que una de
ellas notifique a la otra que, en su opinión, existe un litigio, en recurrir a un tribunal
de arbitraje, en vez de hacerlo ante la Corte Internacional de Justicia. Una vez
expirado ese plazo, se podrá someter la controversia a la Corte, a instancia de
cualquiera de las partes.
Artículo III
1. Dentro del mismo plazo de dos meses, las partes podrán convenir en adoptar
un procedimiento de conciliación, antes de acudir a la Corte Internacional de
Justicia.
2. La comisión de conciliación deberá formular sus recomendaciones dentro de
los cinco meses siguientes a su constitución. Si sus recomendaciones no fueran
aceptadas por las partes en litigio dentro de un plazo de dos meses a partir de la
fecha de su formulación, se podrá someter la controversia a la Corte, a instancia
de cualquiera de las partes.
Artículo IV
Los Estados Parte en la Convención, en el Protocolo de firma facultativa sobre
adquisición de la nacionalidad y en el presente Protocolo podrán, en cualquier
momento, declarar que desean extender las disposiciones del presente
Protocolo a las controversias originadas por la interpretación o aplicación del
Protocolo de firma facultativa sobre adquisición de la nacionalidad. Tales
declaraciones serán comunicadas al Secretario General de las Naciones Unidas.
Artículo V
El presente Protocolo estará abierto a la firma de todos los Estados que puedan
ser Parte en la Convención, de la manera siguiente: hasta el 31 octubre de 1963,
en el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de la República de Austria; y
después, hasta el 31 en marzo de 1964, en la sede de las Naciones Unidas en
Nueva York.
Artículo VI
El presente Protocolo está sujeto a ratificación. Los instrumentos de ratificación
se depositarán en poder del Secretario General de las Naciones Unidas.
Artículo VII
El presente Protocolo quedará abierto a la adhesión de todos los Estados que
puedan ser Parte en la Convención. Los instrumentos de adhesión se
depositarán en poder del Secretario General de las Naciones Unidas.
Artículo VIII
1. El presente Protocolo entrará en vigor el mismo día que la Convención o el
trigésimo día siguiente al de la fecha en que se haya depositado en poder del
Secretario General de las Naciones Unidas el segundo instrumento de
ratificación del Protocolo o de adhesión a él, si este día fuera posterior.
2. Para cada Estado que ratifique el presente Protocolo o se adhiera a él una vez
que entre en vigor de conformidad con lo dispuesto en el párrafo 1 de este
artículo, el Protocolo entrará en vigor el trigésimo día siguiente al de la fecha en
que tal Estado haya depositado su instrumento de ratificación o de adhesión.
Artículo IX
El Secretario General de las Naciones Unidas comunicará a todos los Estados
que puedan ser Parte en la Convención:
a) las firmas del presente Protocolo y el depósito de instrumentos de ratificación
o adhesión, de conformidad con lo dispuesto en los artículos V, VI, y VII;
b) las declaraciones hechas de conformidad con lo dispuesto en el artículo IV del
presente Protocolo;
c) La fecha de entrada en vigor del presente Protocolo, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo VIII.
Artículo X
El original del presente Protocolo, cuyos textos en chino, español, francés, inglés
y ruso son igualmente auténticos, será depositado en poder del Secretario
General de las Naciones Unidas, quien enviará copia certificada a todos los
Estados a que se refiere el artículo V.
En testimonio de lo cual los infrascritos plenipotenciarios, debidamente
autorizados por sus respectivos Gobiernos, firman el presente Protocolo.
Hecho en Viena, el día veinticuatro de abril de mil novecientos sesenta y tres.
Derecho de legación
Es un derecho para un Estado de enviar agentes diplomáticos a otros Estados
(derecho de legación activa) o de recibirlos de él (derecho de legación pasiva).En
pocas palabras se puede definir como la representación diplomática mantenida
por un gobierno ante en estado donde no tiene Embajada.
Representación diplomática y sus clases
Existen cuatro tipos fundamentales de misiones diplomáticas, la Embajada
(máxima categoría de la misión diplomática, cuyo jefe es un embajador), la
legación (de jerarquía inferior a la Embajada, cuyo jefe de misión es un ministro
residente), La Nunciatura (misión diplomática de la misma categoría que la
Embajada, cuyo jefe se denomina Nuncio y es la representación de la Santa
Sede ante los Estados con los que tiene relaciones diplomáticas) y la
Internunciatura (misión diplomática de la Santa Sede de menor categoría que la
Nunciatura, pues se puede equiparar a la Legación. El jefe de la misión se
denomina internuncio).
Son también misiones diplomáticas en sentido amplio, las delegaciones
permanentes de un Estado ante una organización internacional al frente de las
cuales está un embajador, representante o delegado permanente y las misiones
que los organismos internacionales pueden establecer ante los Estados que
forman parte de las mismas. A una misión diplomática permanente se le suele
llamar embajada, y a quien encabeza la misión se le conoce como embajador.
Las misiones en las Naciones Unidas son conocidas sencillamente como
misiones permanentes y el director de éstas es tanto representante permanente
como embajador. Algunos países dan nombres más distintivos a sus misiones y
al personal de éstas: una misión de la Santa Sede es encabezada por el nuncio
apostólico (o nuncio papal) y se le llama, consecuentemente, nunciatura
apostólica; en cambio, las misiones libias son llamadas agencias populares y los
jefes de misión, secretarios.
En el pasado, una misión diplomática encabezada por un funcionario de rango
secundario (p. ej. un enviado o ministro residente) era conocida como legación.
Hasta principios del siglo XX, lo usual era que los países considerados como
potencias fueran los únicos que se enviaban entre sí embajadores, mientras que
a los demás países enviaban tres tipos de jefes de misión: a) enviados
extraordinarios y ministros plenipotenciarios, b) ministros residentes y c)
encargados de negocios con cartas de gabinete. Los países que no eran
considerados como potencias, tampoco nombraban un embajador, sino que
entre sí o en una potencia, los jefes de misión que acreditaban tenían también el
rango de enviado extraordinario y ministro plenipotenciario, de ministro residente
o de encargado de negocios.
La representación diplomática entre potencias tenía por consiguiente el rango
de embajada, mientras que entre los demás países, o entre una potencia y un
país que no lo era, tenían la categoría de legación. A lo largo de la primera mitad
del siglo XX ,esa distinción fue desapareciendo, y muchos países que
tradicionalmente no habían sido considerados como potencia, empezaron a
nombrar embajadores y a dar a sus legaciones el rango de embajadas. Sin
embargo, esa vieja distinción se conserva en el texto de la Convención de Viena
sobre relaciones diplomáticas suscrita en 1961, que establece en su artículo 14:
"1. Los jefes de misión se dividen en tres clases: a. embajadores o nuncios
acreditados ante los Jefes de Estado, y otros jefes de misión de rango
equivalente; b. enviados, ministros o internuncios acreditados ante los Jefes de
Estado; c. encargados de negocios acreditados ante los Ministros de Relaciones
Exteriores.
2. Salvo por lo que respecta a la precedencia y a la etiqueta, no se hará ninguna
distinción entre los jefes de misión por razón de su clase." Como las categorías
de ministros plenipotenciarios y ministros residentes ya no se usan, también el
nombre de legación es obsoleto y ya no se emplea para referirse a las actuales
representaciones diplomáticas más que de modo figurado.
La figura de los encargados de negocios con cartas de gabinete como jefes de
misión sí sobrevive, pero su oficina recibe el nombre habitual de embajada y no
de legación. En casos de disputa, es común que un país retire al jefe de misión
como muestra de descontento.
Esto es menos drástico que cortar por completo las relaciones diplomáticas, y la
misión puede seguir operando de manera más o menos regular, aunque ahora
esté encabezada por un chargé d'affaires (Encargado de Negocios), el cual tiene
poder limitado. Se hace notar que, durante el periodo de sucesión entre dos jefes
de misión, un chargé d'affaires a.i. (Ad Interim) puede ser nombrado
temporalmente como cuidador; esto no implica ninguna hostilidad hacia el país
anfitrión. El consulado es también una oficina diplomática, pero su ámbito de
acción es diferente, pues se ocupa de proteger a los nacionales de su país, hacer
poderes, documentación al día y otros asuntos de interés de los nacionales de
su país como lo define la Convención de Viena sobre las relaciones consulares
de 1963. Técnicamente, el término "embajada" se refiere al personal que trabaja
en la misión, mientras que la oficina se conoce como "cancillería", aunque tal
distinción rara vez se usa públicamente para evitar confusiones.
Al frente de la misión diplomática está el jefe de misión, definido por el Convenio
de Viena (artículo 19) como la persona encargada por el Estado acreditante de
actuar con el carácter de tal). El artículo 14 del indicado convenio divide a los
jefes de misión en tres clases:
a) embajadores o nuncios acreditados ante los Jefes de Estado;
b) enviados, ministros o internuncios acreditados antes los Jefes de
Estado;
c) encargados de negocios acreditados ante los ministros de
Relaciones Exteriores.
El genocidio
La Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio,
aprobada por la Asamblea General el 9 de diciembre de 1948 y en vigor desde
1951, se refiere a un tipo de hechos delictivos que, por atentar contra reglas
jurídico-humanitarias que tutelan intereses individuales y colectivos esenciales,
constituyen la más grave expresión de los crímenes contra la humanidad.
Según establece en el art. I de la Convención, el genocidio, ya sea cometido
en tiempo de paz o en tiempo de guerra, es un delito de Derecho internacional
que las partes contratantes se comprometen a prevenir y a sancionar.
Conforme al artículo II de la Convención, por genocidio se entiende “(…)
cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la
intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o
religioso, como tal:
Artículo II
Todo Estado tiene derecho de conceder asilo; pero no está obligado a otorgarlo
ni a declarar por qué lo niega.
Artículo III
La esclavitud
Factor temporal
El factor temporal tiene relevancia en dos planos: el de la condición de la
vigencia de la obligación internacional respecto del Estado y el de la
determinación del momento y la duración de la violación de la obligación
internacional en los distintos tipos de hechos ilícitos internacionales.
Hechos complejos
o Son aquellos que entrañan una idea de proceso o sucesión de
comportamientos de uno o varios órganos estatales en relación con
un mismo caso. En este caso habrá violación de la obligación si el
hecho en cuestión se inicia por una acción u omisión que haya
tenido lugar dentro del período durante el cual la obligación se halle
en vigor respecto de ese Estado, aunque tal hecho se complete
después de ese período.
Momento y duración de la violación de la obligación
Hechos instantáneos. La violación de la obligación se produce en el momento
en que el hecho se produce, sin que su perpetración se extienda más allá de
dicho momento, aun si los efectos del hecho se prolongaran en el tiempo (art. 14
del proyecto de artículos de la Comisión de Derecho Internacional de la ONU).
Hechos continuos, compuestos y complejos. En lo que respecta a aquellos
hechos que no son de tracto único (continuos, compuestos y complejos), es
obvio que su mayor o menor prolongación en el tiempo suele suponer en el plano
cualitativo una mayor o menor gravedad del hecho en sí desde el punto de vista
de la lesión del derecho subjetivo y, por tanto, es susceptible de repercutir en el
grado de responsabilidad internacional y, en concreto, en la extensión de la
reparación.
En cuanto a la regulación internacional de la responsabilidad por actos no
prohibidos por el Derecho Internacional, la Comisión de Derecho Internacional le
consagró sus mejores esfuerzos. A criterio de algunos de sus miembros, el tema
aún no estaba listo para codificación, por lo que la labor más bien sería en el
terreno del desarrollo progresivo del derecho internacional.
Sin embargo, los avances en su estudio pusieron de manifiesto que en
algunos subtemas, como el de la prevención y la diligencia debida, no sólo existía
sólida jurisprudencia y doctrina, sino que los Estados estaban familiarizados con
su desarrollo y sus alcances. Asimismo, algunos precedentes, entre los que
pueden citarse el Arbitraje del Trail Smelter entre Canadá y los Estados Unidos
de América, el Caso del Canal de Corfú entre el Reino Unido y Albania, y el
Arbitraje del Lago Lanoux entre Francia y España ofrecían base suficiente para
intentar codificar la normativa básica de la responsabilidad por actos no
prohibidos por el derecho internacional así como por daños transfronterizos.
Conclusión