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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOMAS DE ZAMORA

FACULTAD DE DERECHO

TERRORISMO
INTERNACIONAL

Materia: Derecho Internacional Público


Autor: Martín García
INTRODUCCIÓN.

La caída del Muro de Berlín anunció a los desprevenidos el fin de la Guerra Fría. Este final
de juego erigió como triunfador a los Estados Unidos, o mejor dicho, al capitalismo. Este
triunfo dio pie a la aparición de la tan mentada ‘globalización’. Nunca antes la realidad
mundial había reflejado tal uniformidad de ideas políticas y económicas. Tal es la magnitud
del fenómeno que ya nadie se ruboriza al hablar de la muerte de las ideologías, ni nadie
puede hacerse el desentendido al esbozarse la idea del pensamiento único. Este sistema
hegemónico, hoy plantea la necesidad de reformular los conceptos acerca de la seguridad
internacional con el objetivo de acabar con el ‘nuevo demonio’ que atormenta a la
humanidad: el terrorismo internacional.

Dentro de este contexto se nos plantea el estudio de un tema muy actual que para la gran
mayoría puede pasar como inadvertido, como fuera de moda, como un mero trabajo de
antropología, o bien como una reseña historiográfica con dejos de repulsión o nostalgia,
según el sector del espectro político donde el autor se encuentre parado. Más allá de estas
consideraciones subjetivas se torna imperativo abordar la cuestión del terrorismo
internacional tratando de brindar una metodología adecuada a una masa de información
amorfa con la que se encuentra el investigador a la hora de abordar el estudio del tema.

Necesariamente para hablar de terrorismo internacional a principios del siglo XXI


necesitamos referirnos a sus antecedentes históricos. Allí nos encontramos con que el
terror, desde tiempos inmemoriales, siempre ha sido un accesorio del poder, o una efectiva
herramienta en la consecución del poder.

Mucho se ha escrito acerca del terrorismo y nos ha resultado interesante embarcarnos en


una pequeña síntesis de las motivaciones que pueden llegar a promover este tipo de
situaciones extremas. La descripción de las motivaciones nos hizo pensar que podría
diferenciarse distintos tipos de terrorismo y tratamos de plasmarlo en este trabajo.

Ahora si el lector espera encontrarse con una definición categórica de terrorismo


lamentamos la desilusión, ya que cada autor define al terrorismo como más le conviene.
Vaya a saber ¿por qué? ¿Por conveniencia política? ¿Por comodidad intelectual? Quedan
planteados los interrogantes. Cabe decir que como base de nuestro trabajo nos inclinamos
por no cerrarnos a una única definición de terrorismo tratando de revisar la amplia gama de
definiciones que se van amalgamando desde la extrema izquierda hasta la más recalcitrante
derecha como son las definiciones que surgen de los manuales de la tristemente célebre
“Escuela de las Américas”, centro de adoctrinamiento de los represores de nuestro
continente americano. Esta variedad de definiciones nos sirvió para demarcar con algo de
exactitud el objeto del presente trabajo.

Los organismos internacionales se han ocupado largamente del tema y nuestra tarea no
quedó exenta de analizar esa cuestión. Las nuevas virulencias despertadas luego del
atentado al World Trade Center han acelerado los tiempos de los organismos
internacionales en la toma de decisiones respecto al tema.
No caben dudas acerca de que ya no es la extrema izquierda la protagonista del terrorismo.
Hoy quienes esgrimen la violencia como bandera son los grupos fundamentalistas
islámicos: los ‘nuevos demonios’ del siglo XXI. El poder siempre encuentra la excusa
necesaria para aplicar su fuerza represiva.

Desde el 11 de setiembre del 2001 el mundo ha dado a luz a nuevos interrogantes. ¿Hasta
donde llega la invulnerabilidad de la primera potencia mundial? ¿Es posible que el
terrorismo termine con el Orden Mundial impuesto a partir de la Guerra del Golfo? ¿Es ésta
la última batalla global contra el imperialismo estadounidense? Éstos, entre otros, son los
grandes dilemas que atraviesa hoy la comunidad internacional. Lo que también es cierto es
que entraron en colisión la hegemonía capitalista sosteniendo su lado más oscuro: el
terrorismo estructural; y, por otro lado, el viejo fantasma del terrorismo con una forma
nueva que rompe con todos los clisés que hasta ahora conocíamos del terrorismo
internacional.

Así las cosas, opinamos como la costarricense Elizabeth Odio Benito, una de las juezas
recientemente nombradas para la Corte Penal Internacional, con sede en la ciudad
holandesa de La Haya, que dijo: "No es aplicando un terrorismo de diferente naturaleza
como se combate al verdadero terrorismo".1

1
GAMEZ, Pablo: “No al terrorismo” Entrevista exclusiva concedida por la jueza a Radio Nederland, 06-02-
03.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL TERRORISMO.

Ya en nuestra introducción dijimos que los orígenes del terror como elemento accesorio del
poder se remontan a épocas inmemoriales. Quiénes han hecho un estudio metodológico del
terrorismo encuentran entre los musulmanes shiíes del s. XII las primeras prácticas
relacionadas con el terrorismo.

Más lejos en el tiempo pero sin irnos tan lejos geográficamente y mirando un poco nuestra
propia historia nos encontramos con que hubo una época en que el pueblo selk’nam, más
conocidos como los onas (primitivos habitantes de Tierra del Fuego), fue gobernado por las
mujeres (matriarcado) y “atemorizaban a los hombres con apariciones fingidas; pero cuando
los varones descubrieron el secreto mataron a las mujeres mayores y desde entonces
gobernaron valiéndose también del temor”.2 Este secreto, era revelado a los jóvenes al llegar
a la pubertad en una ceremonia llamada kloketen.

El terror tampoco faltó en la sangrienta colonización llevada a cabo por los españoles en
América Latina: “Juan Chalimín fue apresado y posteriormente asesinado y descuartizado.
Sus miembros fueron enviados para ser expuestos públicamente a distintas ciudades de
nuestro territorio para escarmiento y temor de nuestros hermanos”.3

Este primer momento del terrorismo se caracterizó por la falta de metodologías y la


imposibilidad determinar que ideología movilizaba tales actos. Aunque la constante
histórica nos demuestra que siempre se vislumbran cuestiones de dominación y poder.

Un segundo momento en la evolución del terrorismo podría decirse que tuvo lugar en la
época de la Revolución Francesa, el terror revolucionario impuesto por Robespierre se cobró
miles de víctimas, entre ellos, los reyes Luis XIV y María Antonieta. Esta metodología
resurgiría con la Revolución Bolchevique. En Francia, luego de las Guerras Napoleónicas,
izquierda y derecha utilizaron el terrorismo.

Hacia 1820 aparece lo que a nuestro criterio podría considerarse como primer ejemplo claro
de terrorismo internacional: la sociedad secreta de los Carbonarios. Esta sociedad tuvo un
importante papel en la historia de Europa y en la formación de la República Italiana.
Utilizando la simbología cristiana (consideraban a Jesucristo como el Primer Carbonario y
Gran Maestre de la Sociedad) llegaron a ejercer tal influencia que obligaron al papa Pío VII
a dictar una constitución apostólica, en setiembre de 1821, donde condenaba la pertenencia
a esta organización: “les prescribimos que se aparten de dicha Sociedad, de sus asambleas,
reuniones, agregaciones, conventículos, bajo pena de excomunión”.4 Decimos que es
precursora del terrorismo internacional porque también actuó en España durante el Trienio
Revolucionario (1820-1823), en la revolución parisina de 1830 y en los sucesos de los
Estados Pontificios (1831). La sociedad de los Carbonarios fue el punto de partida para la
posterior aparición de agrupaciones más abiertas como la Joven Italia de Mazzini, la Joven
Francia, la Joven Hungría, y otras secretas como La Charbonnerie transformée de
Buonarroti, etc.
2
ROLLANO, Damián: “Aborígenes de Argentina” www.laeducacion.com
3
HEREDIA, Víctor: “Taki Ongoy” Texto N° 5, Buenos Aires, 1986.
4
PIO VII: Constitución Apostólica “ECCLESIAM A JESU CHRISTO” Roma, 13 de setiembre de 1821.
Sería inacabable la lista sucesos vinculados al terror sufridos e infligidos a lo largo de la
historia por la humanidad pero no podemos pasar por alto los acontecimientos
protagonizados por el nacionalismo imperialista japonés contra el shogunado de Tokugawa
que culminó con la restauración de Meiji en 1868, la actividad del Ku Klux Klan en lo que
se refiere a las acciones terroristas cometidas contra los antiguos esclavos de raza negra en
los Estados Unidos al finalizar la Guerra de Civil en 1865.

El tercer momento del terrorismo podría decirse que tiene lugar con las teorizaciones acerca
del terrorismo revolucionario por parte de filósofos como Bakunin, Nechayev, entre otros. A
fines del s. XIX se vivió en toda Europa una ola de atentados filo-anarquistas contra altos
mandatarios y, también, contra ciudadanos comunes. Los revolucionarios rusos de finales de
ese siglo y principios del s. XX no dejaron de tener un fuerte componente terrorista.

En 1907, aparece “Reflexiones sobre la violencia” de Georges Sorel. Este teórico de la


violencia dio argumentaciones intelectuales que fueron validas tanto para la izquierda como
para la derecha. El fascismo nace de la crítica sindicalista, con un fuerte componente
soreliano, al marxismo racionalista ortodoxo. Y por otro lado, Antonio Gramsci lo defiende
ardorosamente.5

Durante la primer parte del s. XX aparecen organizaciones apoyadas por gobiernos


establecidos, como el caso de Bulgaria o la Italia fascista de Mussolini, que operaban más
allá de las fronteras de sus países como el caso de la Organización Revolucionaria Interna de
Macedonia, la Ustashi Croata, y el IRA. Este tipo de terrorismo internacional apoyado por
algún Estado caracterizó el hecho del asesinato de Francisco Fernando de Habsburgo, en
Sarajevo en 1914 que desencadenó la 1º Guerra Mundial.

La influencia de las ideas anarquistas se hizo notar en todo el mundo a través de actos
terroristas hasta los albores de la 2º Guerra Mundial.

Finalizada la 2º Guerra Mundial surge la Declaración Universal de Derechos Humanos


“considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han
originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha
proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en
que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria (…)”.6 A pesar de este avance en
el campo de los derechos a finales de la década de los cuarenta, algunos radicales judíos,
como la banda Stern y el Irgun Zvai Leumi, utilizaron el terrorismo contra las comunidades
árabes y otros grupos en su lucha por la independencia de Israel.

Otro ingrediente que debe ser tenido en cuenta en la evolución histórica de las metodologías
terroristas es la “Guerra Fría” época en la que se hace evidente el desarrollo de actividades
5
GRAMSCI, Antonio (1919): “Georges Sorel ha permanecido siendo lo que había sido Proudhom, es decir,
un amigo desinteresado del proletariado. Por esto sus palabras no pueden dejar indiferentes a los obreros”.
Citado por BARDINI, Roberto en su artículo “De la guerra y sus definiciones” Revista Tiempo de
Reflexión Año 2 N° 4.
6
ORGANIZACIÓN DE NACIONES UNIDAS: “Declaración Universal de Derechos Humanos”
Preámbulo, 10 de diciembre de 1948.
terroristas, aprovechando el progreso de las nuevas tecnologías. Esto se nota especialmente
en el impacto que provoca la difusión de los atentados a través de los medios de
comunicación, lo que facilita la promoción y la denuncia de las diferentes causas móviles de
los actos terroristas.

Durante la década del ’60 se vivió una época de plena ebullición en lo que se refiere a actos
terroristas, guerras de guerrillas, guerras de liberación y todas las formas de violencia que
pudo conjeturar la mente humana. El recrudecimiento de la cuestión en Medio Oriente y el
fervor a causa de la Revolución Cubana en América Latina fueron disparadores de la
organización de agrupaciones afectas a estos métodos.

Mientras tanto desde Estados Unidos se gestaba un remedio “contra todos los males de este
mundo”, una nueva forma sistematizada de terrorismo de estado que se aplicó duramente en
América Latina durante la década del ’70: la Doctrina de la Seguridad Nacional. Este
elemento acabó con las agrupaciones insurgentes que llevaban adelante causas de liberación,
principalmente en América Latina.

La DSN marca el itinerario del estamento castrense latinoamericano en su funcionalidad a


los intereses foráneos “lo especializó en la lucha contra-insurgente para combatir al
“enemigo interno” y cuando éste ya no era amenaza, les cambió el libreto por el de la droga.
Desde el 11 de setiembre de 2001, se fija como derrotero la lucha contra el ‘terrorismo’”.7

No obstante, cabe señalar los poderosos signos de vitalidad que han dado las agrupaciones
terroristas árabes en los últimos 35 años donde debemos reseñar los hitos más importantes:
el asesinato de atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos de Munich en 1972; la toma de
la embajada americana en Teherán en 1979, con el conocimiento y ayuda del nuevo
gobierno Irani fueron tomados cincuenta y dos rehenes americanos por cuatrocientos y
cuarenta y cuatro días; en 1986 una discoteca en Berlin, Alemania Oriental fue
bombardeada y Estados Unidos por medio de fuentes de inteligencia relacionó a Libia con el
bombardeo; en los años 90’ el terrorismo fundamentalista dirigido contra el gobierno
socialista de Argelia desembocó en una guerra civil, en la que tanto el Gobierno como los
islámicos radicales utilizaron el terror; y por último, nuestro país fue víctima del terrorismo
de signo islámico en dos oportunidades durante la década del ’90: la voladura de la
Embajada de Israel (1992) y el atentado contra la sede de la AMIA (Asociación Mutual
Israelí-Argentina) en 1994.

En base a esta breve síntesis, podemos decir que, en la actualidad las expresiones terroristas
de origen occidental se encuentran acotadas a grupos que actúan dentro de sus propios
territorios (el caso ETA, por ejemplo). El protagonismo en estos tiempos en términos de
terrorismo internacional, sin ningún lugar a dudas, es propiedad de los grupos
fundamentalistas islámicos.

7
VELASQUEZ RIVERA, Edgar: “Historia de la Doctrina de Seguridad Nacional” Universidad de Cauca,
Colombia, 2002.
¿PODEMOS DEFINIR AL TERRORISMO?

En su sentido más amplio, el terrorismo es la aplicación de la violencia contra personas o


grupos para cambiar el resultado de algún proceso político, económico o social.

Pero técnicamente tendríamos que ajustarnos a este concepto “en el derecho internacional
vigente no existe ninguna definición de este término. El terrorismo internacional está
siendo estudiado desde hace años por un comité ad hoc de las Naciones Unidas, pero
hasta la fecha no ha podido encontrarse ninguna definición aceptable por el conjunto
de los Estados. El término engloba una serie de actos y de comportamientos que
comprenden lo que es indiscutiblemente ilegal para todo el mundo y lo que se considera
legal por algunos e ilegal por otros. Sin perjuicio del análisis de las causas que pueden
provocarlo y quizás explicarlo -sin llegar por ello a justificarlo- el terrorismo constituye en
general una violación de los derechos humanos, razón por la cual es un tema clave de la
política internacional actual (entre las numerosas resoluciones relativas al terrorismo
internacional adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, v. la más
reciente: 40/61 del 9 de diciembre de 1985). Si nos limitamos al ámbito del derecho de los
conflictos armados, puede observarse que la noción de terrorismo no se aplica a los ataques
lanzados contra combatientes y objetivos militares, a condición de que los actos de
violencia en cuestión sean perpetrados por combatientes y que los medios empleados sean
lícitos.

En cambio, están proscritos los atentados contra la población civil y los bienes de carácter
civil, sean cuales sean los medios empleados y los móviles invocados.

Entre la licitud de actos de violencia de guerra contra los combatientes y los objetivos
militares, por una parte, y la prohibición de actos de terrorismo contra la población civil y
los bienes de carácter civil, por otra, existe toda una gama de posibilidades cuya
interpretación es motivo de controversia.

Sea como fuere, las pretensiones tendientes a liberar de toda reglamentación jurídica los
actos de terrorismo contra la población civil o los bienes de carácter civil utilizando el
método de la guerrilla, en caso de ocupación o de guerra de liberación nacional, no
encontrarán jamás la aprobación general para reconocer su licitud.

Actualmente, el derecho de los conflictos armados, aunque no da la definición de los actos


de terrorismo, los prohíbe contra las personas civiles en los conflictos armados,
internacionales o nacionales”.8

Ahora bien, más allá de esta justificación de la indefinición internacional sobre el tema, el
terrorismo ha sido definido de diferentes maneras:

8
VERRI, Pietro: “Diccionario de Derecho Internacional de los Conflictos Armados” Comité Internacional
de la Cruz Roja (Colombia) en coedición con Tercer Mundo Editores, 1998.
Tiene su definición gramatical que extraemos del diccionario de la Real Academia
Española, lo define así: "(del latín terror) m. Dominación por el terror. // 2. Sucesión de
actos de violencia ejecutados para infundir terror".9

Manuel Ossorio, lo define como: "actos violentos en contra de personas, la libertad, la


propiedad, la seguridad común, la tranquilidad pública, los poderes públicos y el orden
constitucional o contra la Administración pública".10

De Santo define terrorismo como “sistema de lucha revolucionaria que consiste en


provocar un clima de terror e inseguridad mediante atentados individuales y colectivos.
(...) Las nuevas formas del mismo (desviación del vuelo de aviones, secuestros, etc.) se
utilizan por grupos a los que los Estados o la comunidad internacional no reconocen una
existencia organizada”11.

Hay una definición de terrorismo adoptada por la ONU y el Grupo de Los Siete (el G-7),
que dice: “es la violencia política motivada y premeditada contra objetivos contrarios a su
ideología usualmente con intenciones de influir a una audiencia”.12

Karl Marx hizo referencia al terror revolucionario como medio para poner en marcha la
revolución social. Lenin no aceptaba este punto de vista ya que consideraba que su
utilización implicaba el desprestigio de la revolución a los ojos del pueblo. El comandante
Ernesto “Che” Guevara sostuvo una posición similar considerando que el terrorismo es un
arma negativa que no conduce a los fines perseguidos y, por el contrario, puede determinar
que el pueblo termine oponiéndose al movimiento revolucionario aunque no descartó el uso
del terrorismo en determinadas oportunidades: “el terrorismo debe considerarse como
factor valioso cuando se utiliza para ajusticiar algún connotado dirigente de las fuerzas
opresoras, caracterizado por su crueldad, por su eficiencia en la represión, por una serie
de cualidades que hacen de su supresión algo útil”.13

Siguiendo con las definiciones obtenidas de las tendencias revolucionarias de izquierda


citamos a Marighella: “El terrorismo es una acción, usualmente envolviendo el planteo de
una bomba o una explosión de fuego de gran poder destructivo, el cual es capaz de influir
perdidas irreparables al enemigo. (...) Aunque el terrorismo generalmente envuelve una
explosión, hay casos en el cual se puede llevar a cabo por ejecución y la quemazón
sistemática de instalaciones, propiedades, y depósitos norteamericanos, plantaciones,
etcétera. Es esencial señalar la importancia de los fuegos y de la construcción de bombas
incendiarias como bombas de gasolina en la técnica de terrorismo revolucionario”.14

9
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: “Diccionario de la Lengua Española” www.rae.es 22° Edición,
Madrid, 2001.
10
OSORIO, Manuel: “Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales” Edit. Heliasta Ediciones,
Buenos Aires, 1994.
11
DE SANTO, Víctor: “Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas, Sociales y de Economía” Editorial
Universidad, Buenos Aires, 1996.
12
Autor Desconocido: “ETA: Nueva política de Aznar, y otras miradas al terrorismo”
www.analisisinternacional.com
13
GUEVARA, Ernesto “Che”: “La guerra de guerrillas: un método” Depto. de Instrucción del Minfar, La
Habana, 1961.
Los militares argentinos definen el terrorismo como una: "serie de actos de violencia,
destinados a infundir terror por medio de la eliminación de personas. Crea un estado
físico y espiritual que prepara a la población para su captación y conquista y que facilita
su dominación. El terrorismo tiene un objetivo aparente y sin mayor sentido en sí mismo,
como es la difusión del miedo, pero su finalidad real ulterior es lograr en definitiva,
sojuzgar al pueblo, a través de la aplicación de una metodología activa y esencialmente
torturante"15.

T. P. Thornton define terrorismo como un "acto simbólico orientado a influir en la


conducta política por medios anormales y que implican la práctica de la amenaza o la
violencia”.16

Paul Wilkinson define al terrorismo como "uso sistemático del asesinato, el daño y la
destrucción, o la amenaza de ellos, para crear un clima de terror, a fin de dar publicidad a
una causa, y de intimidar a un sector más amplio para que satisfaga los objetivos de los
terroristas”.17

Grant Wardalaw destaca que el terrorismo político es el "uso, o la amenaza de uso, de la


violencia por parte de un individuo o grupo, lo mismo si actúa a favor como en contra de
la autoridad establecida, cuando esa acción pretende crear una angustia extrema y/o
efectos inductores de miedo sobre un grupo seleccionado y mayor que el de las víctimas
inmediatas, con el propósito de obligar a este grupo a que acceda a las demandas políticas
de los perpetradores".18

Edward Luttwak define como terrorismo al "uso de la violencia en contra de civiles


ejercida por organizaciones encubiertas o clandestinas con propósitos políticos".19

El politólogo Michael Stohl escribe con un criterio inusual "debemos reconocer que por
convención -y hay que subrayar que es sólo por convención- se describe normalmente el
gran uso de poder y la amenaza del uso de la fuerza como diplomacia coercitiva y no como
una forma de terrorismo,"20 aunque comúnmente implica "la amenaza y a menudo el uso de
violencia para lograr lo que se describiría como propósitos terroristas, si no fuera porque
las grandes potencias siguen exactamente la misma táctica."21

14
MARIGHELLA, Carlos: “Mini-manual del guerrillero urbano” Junio de 1969. Extraído de los manuales
instructivos de la Escuela de las Américas.
15
FUERZAS ARMADAS ARGENTINAS: “Diccionario de Terminología en Uso de las Fuerzas Armadas
Argentinas”
16
THORNTON, Thomas Perry: “El terror como arma de agitación política” Harry Eckstein ed., Internal
War, 1964.
17
WILKINSON, Paul: “Terrorismo y el Estado Liberal” Macmillan, London, 1977.
18
WARDLAW, Grant: “Terrorismo politico” Editorial Ejército, Madrid, 1986.
19
LUTTWAK, Edward y KOEHL, Stuart: “The Dictionary of Modern War”, Harper-Collins, New York,
NY, 1991.
20
STOHL, Michael: Citado por CHOMSKY, Noam “Terrorismo y fundamentalismo”, Grecia, 11 de
octubre de 2002.
21
Ibidem.
Podríamos preguntarnos con todo derecho ¿Existe un criterio unánime para conceptuar este
fenómeno? La respuesta sería: no. Esta situación se debe a la diversidad de hechos
violentos que acontecen, desde el secuestro de un avión de línea comercial, pasando por los
jóvenes suicidas palestinos, remitiéndonos a asesinatos políticos cometidos en épocas de
paz y pasando por la voladura de embajadas y de centros comerciales, todos pueden ser
denominados como hechos terroristas. De esta variedad surge la imposibilidad de unificar
criterios.

A pesar de los años que lleva debatiéndose el tema, las conferencias que han acontecido
respecto al tema, los miles de artículos que pueden encontrarse sobre la cuestión, nos
encontramos con la gran paradoja de que no existe una definición técnica posible.

En marzo de 2002 la Organización de la Conferencia Islámica se reunió para discutir sobre


la lucha contra el terrorismo internacional . Se llegó a un acuerdo para una definición de
terrorismo pero también se dejó en claro que se rechazaba cualquier intento de asociar el
terrorismo con la lucha del pueblo palestino por un Estado independiente. El artículo 1 de
la Convención contiene una definición de terrorismo indiscutible: “... cualquier acto de
violencia o amenaza, prescindiendo de sus motivaciones o intenciones, perpetrado con
el objetivo de llevar a cabo un plan criminal individual o colectivo con el fin de
aterrorizar a la gente o amenazarla con causarle daño o poner en peligro su vida,
honor, libertad, seguridad, derechos...”22. Pero luego tenemos el artículo 2 que reza: “La
lucha de los pueblos, incluida la lucha armada contra el invasor extranjero, la
agresión, el colonialismo y la hegemonía, que persigue la liberación y la
autodeterminación de acuerdo con los principios del derecho internacional no se
considerará un crimen terrorista”23. Es una ecuación prácticamente imposible de
resolver, incluso después del 11 de setiembre se ha tornado improbable llegar a una
definición de terrorismo en la Asamblea General de la ONU.

Teniendo en cuenta estos variados puntos de vista se torna dificultoso intentar una
definición que se aplique al fenómeno objeto de este trabajo: el terrorismo internacional.

22
CONVENCIÓN DE LA CONFERENCIA ISLAMICA: Citada por TOSCANO, Roberto “Por una
definición de terrorismo” Diario El País, 3 de julio de 2002.
23
Ibidem.
MOTIVACIONES DEL TERRORISMO.

Diversos motivos dan origen a los actos terroristas. Los estudiosos del terrorismo los
clasifican en tres categorías: racional, psicológico, y cultural. Aunque un atacante terrorista
también puede ser motivado por combinaciones de éstas.

Motivación Racional.

El terrorista racional piensa con sus metas y opciones, haciendo un análisis de costes y
beneficios. Él intenta determinar si hay maneras menos costosas y más eficaces de alcanzar
su objetivo. Para evaluar el riesgo, él pesa las capacidades defensivas del blanco contra sus
propias capacidades para atacar. El análisis racional del terrorista es similar al de un
comandante militar o de un empresario de negocio distintas posibilidades.

Motivación Psicológica.

La motivación psicológica para el terrorismo deriva del descontento personal del terrorista
con su vida.

La otra característica común del terrorista psicológicamente motivado, es la necesidad


pronunciada de pertenecer a un grupo. Con algunos terroristas, la aceptación del grupo es
un motivador más fuerte que los objetivos políticos indicados de la organización.

Motivación Cultural.

Las culturas forman valores y motivan el accionar de las personas, que pueden parecer
irracionales a los observadores no nativos. Es por éste motivo que muchas veces desde
nuestra concepción occidental de la vida moderna condenamos livianamente el proceder de
otras culturas ya milenarias como por ejemplo, la islámica.

Un motivo cultural importante del terrorismo es la amenaza a la supervivencia étnica del


grupo. El miedo de la exterminación cultural conduce a la violencia.

Todos los seres humanos son sensibles a las amenazas a los valores por los cuales se
identifican. Éstos incluyen lenguaje, la religión, la calidad de miembro de grupo, y el
territorio patrio o nativo. La posibilidad de perder cualesquiera de éstos puede accionar
acciones violentas.

La religión puede ser la más volátil de identificadores culturales porque abarca los valores
más profundos del ser. Una amenaza para la religión pone no solamente el presente en
riesgo, sino también su cultura y futuro. Muchas religiones, incluyendo al Cristianismo e
Islam, han utilizado la fuerza para la consecución de sus fines. El terrorismo en el nombre
de la religión puede ser especialmente violento.
TIPOLOGÍAS DE TERRORISMO.

Wilkinson presenta cuatro tipos de terrorismo: criminal, psíquico, de guerra y político.


Además expone que el terrorismo político se divide en tres tipos:

• terrorismo revolucionario,
• terrorismo subrevolucionario; y
• terrorismo represivo.

Este autor entiende por cada uno de estos tres tipos lo siguiente: en terrorismo
revolucionario "uso de tácticas sistemáticas de violencia terrorista con el propósito de
promover la revolución política"24; a la segunda tipología la define como el terror usado
"por motivos políticos distintos a la revolución o represión gubernamental"25; a la tercera y
última tipología la define como "el uso sistemático de actos terroristas de violencia para
suprimir, degradar o sojuzgar a ciertos grupos, individuos o formas de comportamiento,
considerados indeseables por el opresor".26

Si continuamos indagando en el tema nos encontraremos con otras tantas variantes, como
detallamos de aquí en más:

• El Narco-terrorismo.

Se llama de esta manera a la utilización del trafico de drogas para promover los objetivos
de ciertos gobiernos y organizaciones terroristas. El narco-terrorismo atenta contra los
derechos humanos esenciales como el derecho a la vida y a la integridad física; a la
tranquilidad y al honor; a la participación política, a la libertad de expresión y
comunicación, para mencionar solamente los más vulnerados.

Los jóvenes constituyen hoy el segmento más afectado de la población por la droga, el
delito y la violencia. Las organizaciones de narcotraficantes los utilizan.

• El Terrorismo Nuclear.

Originado en el tráfico ilegal de material radiactivo es una de las tipologías más delicadas,
porque a las sustancias con que se trafica se les puede dar uso militar o terrorista y porque
también puede producir catástrofes humanitarias.

Los organismos internacionales de seguridad consideran a las centrales nucleares como


blancos probables de futuros atentados terroristas.

La mayoría de países que integran la comunidad internacional impulsa el desarme nuclear


con el objeto de poner fin al peligro que corren las vidas de millones de personas en todo el
planeta a causa de la propagación de armas nucleares. Se torna imperativa la firma y
24
Op. cit.
25
Op. cit.
26
Op. cit.
ratificación a Tratados como el de no proliferación de armas nucleares, para garantizar la
paz mundial.

• Terrorismo de Estado.

La crudeza de esta tipología no difiera de las otras a las que ya hemos hecho referencia. Tal
vez sea la forma más trágica y brutal de ejercer el terrorismo, ya que es el propio Estado el
responsable de velar por la seguridad y el bienestar de los individuos.

Es el uso sistemático, por parte del gobierno de un Estado, de amenazas y represalias,


considerado a menudo ilegal dentro incluso de su propia legislación, con el fin de imponer
obediencia. Por su naturaleza es difícil de identificar, el ciudadano debe convivir todos los
días con él cuando se ha instaurado un régimen afecto a esta metodología. Las formas más
desarrolladas de terrorismo de Estado, para las que el término fue inventado, han sido los
sistemas empleados en el siglo XX bajo el fascismo y el comunismo. Asimismo, la práctica
de terror desde el poder se extendió durante las décadas del 60’, 70’ y ’80 bajo regímenes
militares que aplicaron la siniestra Doctrina de la Seguridad Nacional.

Estos regímenes totalitarios se caracterizaban por un monopolio de los medios de


comunicación, la imposición de una ideología única basada en la falsa exaltación del
patriotismo, y un aparato represivo clandestino, que incluía a integrantes de todas las
fuerzas de seguridad del Estado entrenados especialmente para exterminar a quienes
militaban en el campo popular y también se montaban campos de concentración para
torturar e incluso exterminar a los opositores al régimen.

Una de las nuevas y más temidas tipologías terroristas es el:

• El Terrorismo Biológico.

Es el que utiliza para sus actos armas biológicas.

Lo que hace aterradora a esta tipología es su fácil manejo y su gran poder de destrucción,
basta con verter pequeñas cantidades de estos agentes biológicos para que sean efectivos,
gracias a su auto-propagación. Pueden causar un gran número de bajas utilizando pequeñas
dosis.

• El Terrorismo Fundamentalista

Este tipo de terrorismo tiene como basamento ideas religiosas. Se propaga el terror y la
violencia con una justificación mística. Actualmente sobresale la metodología vinculada
con los hombres suicidas, que con la idea de que encontrarán la salvación dando la vida por
su dios, mas allá de su muerte, provocan la muerte de otras personas.

Estas son las características de los fundamentalismos religiosos:


- Interpretación literal de los textos sagrados. No hay lugar para la interpretación
intelectual;
- rechazo del pluralismo religioso y la tolerancia porque "debilitan la fe";
- oposición a la secularización y creen que el adaptarse al mundo moderno debilita las
convicciones religiosas; y
- conservan a rajatabla las creencias ancestrales.

Los encargados de instrumentar la represión contra los grupos insurreccionales en América


Latina formados en la Escuela de las Américas, tenían un largo listado de tipologías de
terrorismo:

- Clasificados según el alcance de sus actividades: Terrorismo Nacional, Terrorismo


Transnacional y Terrorismo Internacional.
- Clasificados por su motivación: Terrorismo de grupos minoritarios y nacionalistas,
Terrorismo Separatista, Terroristas Marxistas Revolucionarios (éstos a su vez
subclasificados en: Marxistas-Leninistas, Trotkistas, Maoístas, y Castrista-
Guevarista), Terroristas Anarquistas, Terroristas Mercenarios Ideológicos,
Terroristas Contra-terroristas, Terroristas Neo-Fascistas, Terroristas
Ultraderechistas, Terroristas del Establecimiento.

La clasificación precedente también tiene en cuenta los elementos fundamentalistas y los


relacionados con el narcotráfico. Y subrepticiamente, incluye métodos de lucha
revolucionaria como tipologías de terrorismo.
EL TERRORISMO INTERNACIONAL. CONCEPTO.

Acercándonos a nuestro punto, desde una óptica progresista Noam Chomsky dice que el
terrorismo existe en diferentes variedades. Se trata de terrorismo internacional cuando el
acto terrorista o las actividades de apoyo implican cruzar fronteras nacionales. Puede
tratarse de terrorismo a gran escala dirigido contra grupos grandes, o terrorismo en menor
escala, enfocado hacia individuos. Puede ser terrorismo de Estado o terrorismo individual,
dependiendo del nivel de la operación.

Parados en la otra punta del espectro ideológico encontramos un concepto que surge de los
manuales de instrucción de la Escuela de las Américas y señalan que el terrorismo
internacional es ejercido por grupos que están bajo el control del gobierno, operan a través
de fronteras internacionales y sus acciones representan los intereses nacionales de ese
gobierno. Y citan como ejemplo acabado de terrorismo internacional a los escuadrones
asesinos iraníes que intentaban asesinar a ex-oficiales iraníes y personas anti-Khomeini y
los escuadrones asesinos enviados por el COL Quaddafi son clasificados de la misma
manera.

De todos modos, de la Vega desarrolla un interesante concepto acerca del terrorismo


internacional que encuadra el objeto de nuestro presente trabajo: “Las acciones terroristas
en el campo internacional reconocen diversos orígenes: a) en contra de ejércitos de
ocupación; b) acciones intimidatorios de un estado contra otro en el marco de una guerra
regular o fuera de ella; c) el terrorismo que se opone al orden internacional; en el caso a)
es la acción desplegada por grupos nacionales que se oponen a la ocupación extranjera y
no tienen otro medio que recurrir a la metodología terrorista con el fin de deteriorar a las
fuerzas enemigas, crearles una sensación de impotencia e inseguridad al no poder
enfrentar ni prevenir los ataques, y lograr el apoyo de la población y prepararla para
iniciar la lucha guerrillera con el propósito de conquistar la liberación. El punto b) se
refiere al terrorismo ejercido por estados en el marco de una guerra declarada o en el de
una latente. El primero quedó tipificado en los bombardeos que los Estados Unidos
desencadenaron en poblaciones civiles de Vietnam y el segundo en las acciones bélicas
israelíes contra los países árabes. El apartado c) nos remite al terrorismo que se dirige en
contra del orden mundial basado en el dominio por medio de las armas nucleares. En este
caso se trata de grupos terroristas particulares, con apoyo o no, en forma oficiosa, de
algunos estados que se oponen al “equilibrio del terror” originado en las superpotencias,
y ven a sus acciones como la única forma de luchar en un mundo en donde las guerras
convencionales y el derecho internacional bélico han sido superados por las nuevas
condiciones.

Además, de estas formas de terrorismo internacional, la dinámica de los acontecimientos


políticos van determinando la adecuación del terror a las distintas realidades. El terror
adquiere múltiples formas, desde las que se encauzan a través de grupos armados como el
caso de los “contras” de Nicaragua, subvencionados y dirigidos por los Estados Unidos,
hasta organizaciones que actúan en forma localizada, pero que indudablemente responden
a una dirección internacional que tiene como finalidad mantener una situación de
inestabilidad latente. Este efecto es buscado tanto por grupos declaradamente
“izquierdistas” como las brigadas rojas italianas o por organizaciones de derecha. Ambas
expresiones se confunden en la consecución de objetivos similares, por lo que su aparente
irracionalidad hace sospechar un origen común. Todo indica, en estos casos, que la
finalidad es hacer creer que existe un permanente peligro izquierdista, con el fin de que,
cuando sea necesario, se pueda recurrir a una represión contra las agrupaciones de este
sector de el espectro ideológico. (...)

En síntesis, se puede afirmar que el terrorismo internacional es utilizado por una multitud
de sectores que se ubican en un amplio espectro: las potencias hegemónicas que recurren
a él, bajo diversas formas, para mantener su dominación; los grupos que luchan por la
liberación de sus naciones de origen; las organizaciones que se oponen al terror de las
armas nucleares y los estados que lo aplican indiscriminadamente contra sus enemigos
para crear la desmoralización y debilitarlos radicalmente.”27

Para tomar un claro ejemplo citaremos la guerra de EE.UU. contra Nicaragua, que dejó
decenas de miles de muertos y al país centroamericano en ruinas. Nicaragua apeló a la
Corte Internacional de Justicia, la que condenó a EE.UU. por terrorismo internacional ("el
uso ilegal de la fuerza"), ordenando que desistiera y que pagara indemnizaciones. EE.UU.
respondió a la decisión de la Corte escalando considerablemente la guerra, y vetando una
resolución del Consejo de Seguridad llamando a todos los estados a respetar la ley
internacional. La escalada incluyó órdenes oficiales de atacar "objetivos blandos”, es decir,
objetivos civiles indefensos, -como colectivos agrícolas y clínicas sanitarias- y de evitar el
ejército nicaragüense. Los terroristas pudieron implementar esas instrucciones, gracias al
control total del espacio aéreo nicaragüense por EE.UU.

La guerra terrorista de EE.UU. no fue "terrorismo," fue "contraterrorismo" según los


estándares doctrinarios. Y los estándares de EE.UU. dominan en casi todo el mundo, como
consecuencia del poder de EE.UU.

Teniendo a la vista los acontecimientos más recientes (la ocupación de Irak por las tropas
aliadas lideradas por EE.UU) no citamos el ejemplo más extremo; citamos el caso
Nicaragua porque no es controvertido, considerando la decisión de la Corte Internacional, y
porque los esfuerzos inútiles de Nicaragua de utilizar métodos legales, en lugar de hacer
estallar bombas en Washington, suministran un modelo para la actualidad, y no es el único.

Hay una definición de terrorismo internacional adoptada por la ONU y el Grupo de Los
Siete (el G-7), que se tipifica cuando las acciones involucran ciudadanos o territorios en
más de un país.28

En la actualidad, el concepto de terrorismo internacional se encuentra en pleno proceso de


reformulación. El repudio básicamente se mantiene, se admiten múltiples variantes surgidas
de las formas empleadas. En esta pluralidad reside la diversidad de valoraciones del
terrorismo y la legitimidad de que goza en los grupos, etnias, partidos o naciones que a lo

27
Op. cit.
28
Autor desconocido: “ETA: Nueva política de Aznar y otras miradas al terrorismo”
www.analisisinternacional.com
largo de los siglos han justificado tales manifestaciones de violencia de acuerdo a sus
intereses.

El margen de la aceptación del terror como instrumento de una idea, sin embargo, se ha
reducido notablemente en las últimas décadas. Tanto el avance del Derecho Internacional y
del Derecho Humanitario, como la consolidación del ‘ideal democrático’, han puesto a la
violencia política en una esquina jurídicamente punible, éticamente condenable y
políticamente ilegítima.
CONCLUSION

Las palabras, las clasificaciones y las definiciones, han perdido en buena parte el peso
dogmático de antaño. Esto tal vez ha sido provocado por el acto impacto que produce el
bombardeo constante de información que llegó de la mano de los avances tecnológicos.

A pesar de esto y gracias a ello, hemos intentado analizar un problema complejo que aún no
se ha resuelto ni siquiera en los más altos niveles de decisión internacional. Hemos
observado su evolución histórica, sus diferentes tipologías y como se ha intentado definirlo
desde todos los matices del pensamiento político mundial. Y hemos comprobado que la
búsqueda de una definición para el terrorismo internacional es, antes que nada, una
búsqueda de esencias; de poco sirve estudiar el fenómeno terrorista clasificándolo
sistemáticamente, ya que hemos comprobado que muchas veces éstos acontecimientos se
caracterizan por la imprevisibilidad y la constante innovación en sus “modus operandi”.

Con haber intentado dar una noción de terrorismo internacional ya hubiéramos tenido
suficiente trabajo como para una monografía o, mejor dicho, para una tesis. No obstante,
nuestro trabajo esboza una síntesis de la evolución de la violencia en los conflictos
políticos, los intentos internacionales por procurar un marco jurídico que condene al
fenómeno terrorista, y la actualidad del problema. Con todo, hemos averiguado que la
comunidad internacional a más de 30 años de haberse planteado formalmente el problema
no lo ha resuelto.

Hemos comprobado que los intentos por definirse respecto al tema se aceleran después de
un atentado de magnitud contra un símbolo del capitalismo, en el territorio de la primer
potencia mundial. No ha sucedido lo mismo cuando los ataques terroristas se concretaban
en un país del Tercer Mundo, como el nuestro.

Con la mera observación concluimos que dos hechos terroristas nunca son tan disímiles
como para no encontrar elementos comunes, ni tan idénticos como para no encontrar sus
diferencias. ¿Habría que apuntalar la problemática de acuerdo a sus diferencias o en base a
sus semejanzas?

Existen similitudes en la irracionalidad del hecho, en las metodologías, pero también puede
subdividirse de acuerdo a la motivación, a la ideología y un sinfín de caracteres que tornan
inoperante toda clasificación. El acto de terrorismo internacional hace que discutamos
acerca de situaciones particularísimas como, por ejemplo, lo es el derecho de resistencia a
la opresión que tienen todos los pueblos del mundo. Estas discusiones ya se han
sistematizado hace más de 30 años. Es posible que sea una discusión eterna.

Por nuestra parte creemos que definir el fenómeno del terrorismo internacional sería
irrelevante. Ya que los organismos internacionales se han encargado de brindar los
instrumentos legales que hacen punible el uso indebido de la violencia. Así como los
Estados lo han tipificado en sus ordenamientos internos.
Por último, ahondando en el estudio del terrorismo internacional nos convencemos cada
vez más que el llamado “Gendarme del Orden Mundial”, “Protector de las Democracias del
Mundo” y demás epítetos, es quién ha engendrado la mayoría de grupos fundamentalistas
islámicos y quién mas atrocidades terroristas ha cometido en todo el globo. Tal vez, esta
forma de terrorismo estructural –como la denomina Chomsky- sea la que mayor cantidad
de muertes irracionales ha ocasionado y la que ha avivado con más ímpetu respuestas
terroristas de baja intensidad.

Por nuestra parte, no dudamos en afirmar que el terrorismo es un acto negativo, destructivo
de los derechos fundamentales del hombre. En este trabajo hemos esbozado la siniestra
ecuación que desvela a la comunidad internacional desde hace muchos años. Se aplique la
violencia en el establecimiento de un estricto orden mundial, se aplique en nombre de la
liberación de los oprimidos, en esta ecuación todos restan. Resta para los juiciosos
preceptos que dicta el pensamiento único y resta para la victoria final del Hombre Nuevo.

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