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La Crítica

Debería dejar de hablar de las faltas de los demás, de ocuparse de las peculiaridades ajenas, y de
descubrir las debilidades del prójimo. Tal conversación es censurable en cualquier persona. Es inútil
y positivamente pecaminosa. Sólo tiende al mal. El enemigo sabe que si los profesos seguidores de
Cristo siguen esta clase de conducta, están abriendo una puerta que le permitirá obrar. 2 Testimonios
para la Iglesia 168

Hablar mal es una maldición doble, que recae más pesadamente sobre el que habla que sobre el
que oye. El que esparce las semillas de la disensión y la discordia cosecha en su propia alma los frutos
mortíferos. Ministerio de Curación 393

Si todos los que profesan ser cristianos empleasen sus facultades de investigación para ver qué males
necesitan corregir en sí mismos, en vez de hablar de las faltas ajenas, habría una condición más sana
en la iglesia hoy. 2 Joyas de los testimonios 24

El hombre verdaderamente convertido, no siente inclinación a pensar o hablar de las faltas de los
demás. Sus labios están santificados, y como testigo de Dios, testificará de la gracia de Cristo que ha
transformado su corazón... Solamente entrarán en el cielo, aquellos que hayan vencido la tentación
de pensar o hablar mal. — Hijos e Hijas de Dios, 350.

La obra de juzgar a su hermano no ha sido encomendada a ningún hombre: ‘No juzguéis’, dice el
Salvador, ‘para que no seáis juzgados, porque... con la medida con que medís, os será medido’. Mateo
7:1, 2. Quien toma sobre sí el trabajo de juzgar y criticar a otros, se expone a sí mismo para que lo
juzguen y critiquen en la misma medida. Los que están listos para condenar a sus hermanos, harían
bien en examinaran sus propias obras y carácter. Hecho honestamente, un examen de esta clase
revelará que ellos también tienen defectos de carácter, y que han cometido graves desatinos en su
trabajo. Si el gran Juez los tratara como ellos tratan a sus compañeros, lo considerarían falto de
bondad y misericordia. Liderazgo Cristiano 86

Los que manifiestan celos y los que critican a los demás, que andan buscando el mal, serán
sacudidos y dejados afuera. Detestan el reproche y desprecian la corrección. Quienes aman el
espíritu del mensaje del tercer ángel no pueden participar del espíritu de Rey de su esposa. 1
Testimonios para la Iglesia 228

Los que critican a sus compañeros de labor abren una puerta por la cual puede entrar el enemigo.
¿Puede haber algo más triste que ver a un hermano que trabaja en contra de su hermano, que
manifiesta sospechas y dudas acerca de la sinceridad del otro? Hay lugar para que todos empleemos
los talentos que Dios nos ha concedido. Todos estamos trabajando con el único propósito de inspirar
fe en la Palabra divina. Por lo tanto, cada cual administre su lengua y obre de tal modo que pueda
estar en armonía con los que trabajan con el mismo fin... Cada Día Con Dios 295
El testimonio de todo creyente en la verdad ha de ser uno. Todas vuestras pequeñas diferencias,
que hacen surgir el espíritu combativo entre los hermanos, son artimañas de Satanás para distraer
las mentes del asunto grande y terrible que tenemos delante. La verdadera paz se producirá en el
pueblo de Dios cuando por medio de un celo unido y la oración ferviente se perturbe en alto grado
la falsa paz que existe. Ahora hay un ferviente trabajo que hacer. Ahora es el tiempo en que podéis
manifestar vuestras cualidades de soldados; que el pueblo del Señor presente un frente unido a los
enemigos de Dios, de la verdad y la justicia... 3 Mensajes Selectos 21

Algunos no han dudado en decir algo o proferir un cargo contra los siervos de Dios y ser celosos y
acusadores. Si pueden encontrar alguna ocasión en que, celosos por la causa de Dios, piensan que los
ministros han dicho palabras decididas, incluso severas, se apresuran a exagerarlas y se sienten con
libertad para adoptar el más amargo y perverso espíritu y culpar a los siervos del Señor con motivos
equívocos. Ya quisiéramos ver qué harían tales acusadores en circunstancias similares y soportando
cargas parecidas. Ya quisiéramos verlos buscar y condenar sus propias ofensas, su propia conducta
arrogante y dominadora y su propia impaciencia e irritación; y, después de haber eliminado todo
pecado de sus vidas, lanzar la primera piedra de censura contra los hermanos que intentan traerlos al
orden. El Dios santo no llevará almas a la verdad para que caigan bajo la influencia que existe en la
iglesia. Nuestro Padre celestial es demasiado inteligente para llevar almas a la verdad y permitir que
sean moldeadas por la influencia de hombres que no han consagrado sus vidas y sus corazones. Esos
hombres no están en armonía con la verdad. No están unidos al cuerpo, sino que son causa de
pérdida para la iglesia. Sus obras se oponen a las de aquellos que Dios emplea para traer almas a la
verdad. 4 Testimonios para la Iglesia 235.

Si se cree que un hermano erró, sus hermanos y hermanas no deben murmurarlo entre sí ni
comentarlo en forma que magnifique los supuestos errores y defectos. Esto es muy corriente, pero
el desagrado de Dios pesa sobre quienes lo hacen, y Satanás se regocija porque puede debilitar y
molestar a quienes podrían ser fuertes en el Señor. El mundo ve su debilidad y juzga esta clase de
personas y la verdad que profesan amar por los frutos que se manifiestan en ellas. 2 Joyas de los
Testimonios 258.

Los ministros y los miembros laicos de la iglesia desagradan a Dios cuando permiten que ciertas
personas les cuenten los errores y defectos de sus hermanos. No deben escuchar estos informes, sino
preguntar: “¿Habéis seguido estrictamente lo ordenado por vuestro Salvador? ¿Habéis ido al
ofensor y le habéis hablado de sus faltas entre vosotros y él solo? Y ¿se ha negado él a escucharos?
Con cuidado y con oración, ¿habéis tomado a dos o tres personas y trabajado con él con ternura,
humildad y mansedumbre, y con un corazón palpitante de amor por su alma?” 2 Joyas de los
Testimonios 260

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