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OBJETIVOS:
ÍNDICE:
1. Introducción
5. Bases teóricas
Bibliografía
1. INTRODUCCIÓN
La Educación para la Salud (EpS) es una de las disciplinas más jóvenes
en el ámbito de las ciencias de la salud. Clásicamente, el término EpS
sugería la comunicación hacia fuera y hacia debajo de conocimientos
sobre la salud, a individuos a los que se suponía desprovistos de los
mecanismos cognitivos sobre el modo de evitar las enfermedades. Así,
Gilbert consideraba en los años 40-50 que la EpS consistía en ?instruir a
las gentes en materia de higiene, de tal forma que apliquen los
conocimientos adquiridos al perfeccionamiento de la salud?
Definir la EpS es una tarea compleja, máxime cuando como hemos visto
es una disciplina joven y sometida a cambios. Una de las mayores
dificultades proviene de la aparición del término ?promoción de la
salud?. En palabras de Pilar Nájera: ?¿por qué los servicios hasta hace
poco llamados de educación para la salud? pasan a ser denominados de
promoción de la salud, en ocasiones sin modificar nada más que su
nombre?
La confusión respecto a los términos lleva a que cada persona haga sus
propias interpretaciones dependiendo de su experiencia en la disciplina.
No obstante, parece apropiado incluir en esta introducción la definición
de ambos conceptos extraídas del Glosario de términos de la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con respecto a la EpS, la OMS dice lo siguiente:
2. CONCEPTO DE EpS
La relación de los problemas con las conductas nos interesa puesto que
la EpS es una herramienta que se dirige precisamente a actuar sobre la
conducta. Los problemas de salud en los que no existe una asociación
establecida epidemiológicamente entre la conducta y el problema se
intentan resolver con otras acciones del sistema sanitario que resultan
más apropiadas que la EpS.
En este sentido, para una situación como la que se ha vivido
recientemente, de aumento de la incidencia de casos de meningitis
meningocócica, la actuación más apropiada consiste en la vacunación
masiva de la población con mayor riesgo de sufrir el problema, si
procede por razones epidemiológicas.
Una vez que hemos resuelto que existe una relación, establecida a
través de estudios epidemiológicos, entre algunas conductas y los
problemas de salud, el siguiente paso consiste en analizar los factores
que determinan esas conductas. Este es uno de los aspectos más
importantes para desarrollar intervenciones educativas que consigan
realmente un cambio conductual. Si asumimos, por ejemplo, que el
mayor determinante del hábito tabáquico consiste en la falta de
conocimiento sobre los efectos negativos sobre la salud y nuestra
intervención se dirige exclusivamente a aumentar los conocimientos, es
evidente que no tendremos éxito en el cambio de conducta. En general,
los fumadores saben muy bien que el fumar no es saludable y a pesar
de ello siguen fumando. Por tanto, tendremos que investigar cuáles son
en realidad los determinantes de esa conducta para poder dirigir
nuestras acciones hacia ellos.
IV Ejecución de la intervención
Nuestra intervención puede estar muy bien diseñada pero de nada sirve
si a la hora de ponerla en marcha no es utilizada o aceptada por las
personas u organizaciones a las que va dirigida. Diversas
investigaciones demuestran que de todos los materiales de EpS que son
enviados a las Instituciones educativas, sólo entre un 5 y 10% son
utilizados por los profesores. Es importante, por tanto, la participación
de las personas que van a recibir el programa durante la fase del
diseño, para que exista una adecuación de los métodos a sus valores,
para que sientan que existe una ventaja relativa para ellos si adoptan
las medidas incluidas en el programa, etc.
V Evaluación de la intervención
Realizar EpS siguiendo todos estos pasos no es una tarea fácil. Requiere
tiempo, recursos, tanto humanos como materiales, convencimiento de
su utilidad, y formación. Elementos que se distribuyen de manera muy
desigual en nuestro sistema sanitario. Por ejemplo, en APS que es
dónde más se deben desarrollar acciones de EpS y de Promoción de la
Salud dirigidas a la prevención primaria, se concentran tan sólo el
26,2% del total de enfermeras, matronas y fisioterapeutas y el 41,8%
de los médicos, muy ocupados, al parecer, en atender la presión
asistencial curativa, de manera que no tienen tiempo para otras
actividades.
Pero, ¿cuál es la importancia que tiene la EpS entre todas las acciones
que se pueden llevar a cabo para resolver los problemas de salud y
elevar los niveles de salud de la población? Para analizar esta
contribución, estudiaremos a continuación la modificación de los
problemas de salud en este siglo y la relación de estos problemas con
las conductas.
Con este modelo, las personas son capaces de asociar rápidamente sus
acciones, con los efectos. (v.g.: una relación sexual con una enfermedad
venérea; estar en contacto con alguien que tiene gripe y tener la gripe,
etc.). En el momento actual, la patología prevalente es la crónica y
degenerativa con factores causales artificiales (tabaco, plomo, mercurio,
productos generados en los procesos de producción industrial, etc.),
inespecíficos (muchos de estos factores pueden estar implicados en la
génesis de muchos problemas de salud) y de acción lenta (todos
conocemos el tiempo que tardan en provocar efectos los agentes
carcinogénicos del tabaco, por ejemplo). De tal manera que las personas
no asocian sus acciones con los efectos, dificultando las acciones de
EpS. Además, con el avance de la ciencia ha habido una mejora en el
conocimiento de estos factores, se reconoce la multicausalidad y se
enfatiza la importancia de los factores sociales y psicológicos, en
definitiva el "estilo de vida", en la génesis de los problemas de salud.
El Artículo seis de ese mismo capítulo señala que las actuaciones de las
Administraciones Públicas estarán orientadas, entre otras, a la
promoción de la salud y a promover el interés individual, familiar y
social por la salud mediante la adecuada educación sanitaria de la
población.
Al ser, la EpS, una disciplina muy joven que forma parte integrante de
las Ciencias de la Salud desde hace apenas cincuenta años, ha tenido
que adaptarse, al igual que ha sucedido con otras disciplinas
relacionadas con la salud, a los cambios ocurridos en el patrón de
mortalidad y morbilidad mencionado, así como a la manera de
enfrentarse a la multitud de factores ligados al estilo de vida que
condicionan los problemas de salud. El fundamento de la EpS tradicional
lo constituía la concepción biomédica de la salud y la enfermedad, con lo
cual su objetivo consistía en prevenir la enfermedad, fundamentalmente
infecciosa, como ya hemos visto. La EpS actual se basa en la concepción
holística de la salud, que reconoce un peso importante a los factores
conductuales como determinantes de la salud, y su objetivo consiste en
mantener y promocionar la salud, haciendo hincapié, tanto en las
conductas de las personas como en el ambiente.
El ambiente social.
Son muy complejos puesto que las conductas que los generan tienen
que ver con el logro de placer (uso de drogas: tabaco, alcohol, etc.;
alimentación), la intimidad (relaciones sexuales), el sentirse aceptado
por los iguales (tabaco, alcohol, etc.), el deseo de poder (estrés, uso de
estimulantes, pocas horas de sueño, ejercicio indiscriminado), etc. Por
ese motivo es importante que las personas, poco acostumbradas a
participar, se involucren en la planificación de las acciones de EpS, para
no traspasar los límites de la ética.
5. BASES TEÓRICAS
Tratamiento
de los
problemas
EpS en la escuela:
Los temas de EpS responden en todas las etapas educativas a una serie
de tópicos que pueden resumirse en los siguientes:
Cada uno de los temas debe tratarse en espiral, de modo que aumente
progresivamente la profundidad del estudio.