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OBRAS
REPRESENTATIVAS
Género Lírico: Autores
venezolanos
LA BARCA DEL
PASADO
Caracas fue la cuna
y Angostura la eternidad.
Por los montes andaba la Patria sin
bautismo,
cuando llegó a los llanos, curva de
caminar,
y entre tus aguas se fundió contigo
y fue contigo un solo llanto y un solo
rugido tenaz.
Y bajaste con ella. Te cabalgó. Su
trenza
era la espiga del escudo y tú eras el
caballo sin paz.
Obra número 2
CAMINOS
Y dijo el preso que no lloró nunca:
—Ya eso ocurrió y ocurrirá de
nuevo;
aquí está el sol metido en agua
fresca;
aquí está el huerto, aquí está el
horizonte
y aquí el camino que no tiene atajo.
Todos volvimos la cabeza.
Estaba recio y limpio en la sombra
del patio
y nos mostró, bajo el sol de su risa,
sobre el país de su pecho
la voluntad de sus manos.
CANTO DE LOS HIJOS EN MARCHA
Obra número 3
Madre, si me matan,
que no venga el coche para los
entierros,
con sus dos caballos gordos y
pesados,
como de levita, como del Gobierno.
Que si traen caballos, traigan dos
potrillos
finos de cabeza, delgados de remos,
que vayan saltando con claros
relinchos,
como si apostaran cuál llega primero.
Obra número 4
La Renuncia
He renunciado a ti. No era posible.
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.
El que es
Si alguien me toca, sólo me toca a mí, a ese
mí orgulloso, ese mí que no deja franquear
su claustro, y no a ese otro alguien,
informe, vasto, neutro, que hace gestiones
en la oscuridad.
Herirás al que puedes herir, a que no
importa defender, al que no es nada.
No lastimarás a nadie, lastimarás a ese
nadie que me cierra el paso.
No temas. Sufre mi guardián. El que debe
desprenderse como fruto que he cultivado,
usé y abandono.
El otro, oscuro, humilde y quieto, no
necesita protección.
No será tocado ni herido. Ni padece ni se
queja.
No será destruido.
Obra número siete
LA CÁRCEL
Vuelta a la Patria
¡Ah del mortal ciego
confía su ventura a la esperanza...!
La ley universal cumplióse luego,
y vi en el alma, presta,
la mía disiparse,
cual mira en lontananza
torcer el rumbo en dirección opuesta
el náufrago al bajel que vio acercarse.