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MARYORIE TAMOY

CAPÌTULO I

LA UNIÓN DE NACIONES SURAMERICANAS – UNASUR

La Unión de Naciones Suramericanas es una organización


intergubernamental dotada de personalidad jurídica internacional, la integraron
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú,
Surinam, Uruguay y Venezuela, cuyo principal objetivo es construir, de manera
participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural,
social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo
político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el
financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la
desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación
ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del
fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados.

En reunión los de América del Sur el 1° de septiembre de 2000, se vio la


necesidad de establecer una continuidad geográfica y una comunidad de
valores que concurrieran en una agenda común de desafíos y oportunidades.
Lo cual se materializó con la Declaración de Cusco de 2004, en el marco de la
III Reunión de Presidentes de América del Sur. Sin embargo, en este período,
específicamente en 2002, se adoptó la declaración sobre la Zona de Paz
Sudamericana, que declara a América del Sur como zona de paz y
cooperación, y reitera para la región los principales compromisos
internacionales asumidos por los Estados que participan en este proceso:
"Proscripción del uso o la amenaza del uso de la fuerza entre los Estados, del
emplazamiento, desarrollo, fabricación, posesión, despliegue, experimentación
y utilización de todo tipo de armas de destrucción en masa y su tránsito y el
compromiso de establecer un régimen gradual de eliminación de las minas
antipersonales" (Cano Linares, 2010).

El año 2004 fue clave para la consolidación de los objetivos de la


Comunidad Suramericana de Naciones (CSN), ya que se fomentó, por un lado,
el fortalecimiento de la institucionalidad existente en los procesos de
integración regional (ALADI, CAN y MERCOSUR) y, por otra parte, se planteó
la convergencia de estos procesos en un área de libre comercio sudamericano.
Sin embargo, las comisiones designadas para trabajar estos objetivos se
centraron más en el fortalecimiento de las instituciones del CSN y en la
búsqueda de la integración económica, a través de diversos mecanismos de
cooperación política, social y cultural, por tanto, como áreas prioritarias se
definió el diálogo político, la integración energética, los mercados financieros,
las telecomunicaciones y la justicia social.

Así, a partir de 2005 se celebraron tres reuniones ordinarias de Jefes y


Jefas de Estado y de Gobierno de la Comunidad Suramericana de Naciones,
en las cuales se definió, entre otras: una agenda prioritaria y el plan de acción
la celebración de una Cumbre Energética Suramericana; el cambio de nombre
a UNASUR; el establecimiento de un modelo de integración basado en la
solidaridad, cooperación, soberanía, paz, respeto, democracia, pluralismo y
desarrollo sostenible; la creación de los Consejos Suramericanos de Lucha
contra el Narcotráfico; Infraestructura y Planeamiento, Desarrollo Social y la
creación del Consejo Suramericano de la Educación, Ciencia, Cultura y
Tecnología (COSECCTI) pero solo hasta 2008 se suscribió en Brasilia (Brasil)
el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas en una reunión
extraordinaria de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno de la UNASUR.

Uno de los motivos para la conformación de la UNASUR fue motivada por


la intervención abierta de EEUU en la vida política de Bolivia, después que Evo
Morales fuera electo presidente. El presidente Morales conversó con los
presidentes de Argentina y Brasil, Néstor Kirchner y Lula da Silva primero, y
más tarde también con Hugo Chávez, de Venezuela, y acordaron que lo
pertinente era crear un organismo autónomo a la OEA.

De esta manera, luego de su constitución como UNASUR se celebró la IV


Reunión ordinaria de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno, en la cual se
suscribió la declaración de Georgetown se aprobó el Protocolo Adicional del
Tratado Constitutivo de la UNASUR sobre compromiso con la democracia; se
creó el Consejo Suramericano de Economía y Finanzas; y ya en el marco de la
V Reunión, se suscribió la Declaración de Asunción respecto al proyecto de
decisión sobre la creación de un Consejo Electoral de UNASUR.
La UNASUR se consideró como la "integración de la integración"; lo
importante es destacar que este proceso más que una cooperación lo que
busca es vincular los procesos de integración existentes a través de los
criterios de convergencia que tengan como base la proyección social y los
valores, es decir, una vocación integradora de los pueblos y no solo de las
economías; por tanto, puede decirse que su objetivo principal se centró "en el
acuerdo comercial entre la Comunidad Andina y MERCOSUR, además de la
integración física en la región suramericana y la proyección de la integración
energética" (Cano Linares, 2010).

La UNASUR es una organización internacional con personalidad jurídica


internacional, con objetivos claros que obedecen a la necesidad de los Estados
latinoamericanos de crear un bloque regional, que pudiese responder a las
realidades de Latinoamérica, y sobre todo, que permitiese un desarrollo
sostenible para la región. Sin embargo, el marcado carácter
intergubernamental, representado en la unanimidad para la toma de decisiones
de sus órganos, la debilidad de su estructura institucional, la carencia de
órganos supranacionales y de un derecho derivado del mismo, la ubica más en
el campo de la cooperación que de la integración

En la actualidad, la UNASUR solo cuenta con tres miembros Guyana,


Surinam y Venezuela, debido a los problemas políticos gestados en Venezuela
en el año 2017, que generaron desacuerdos que dividió al bloque y llevó a los
Gobiernos opuestos al presidente venezolano Nicolás Maduro, y varios países
miembros decidieron abandonar la organización. Los desacuerdos y divisiones
generados entre los miembros llegaron al punto en que el organismo operó,
desde el 31 de enero de 2019, sin Secretario General, ni acuerdos en la
agenda o consenso sobre las reuniones de los órganos colectivos de decisión.
Cada vez eran más repetidos los enfrentamientos políticos entre los distintos
gobiernos. En este marco se creó, en agosto de 2017, el Grupo de Lima con el
objetivo de presionar al gobierno de Venezuela a que renuncie.

El 20 de abril de 2018, una semana después de la VIII Cumbre de las


Américas en Lima, y dos días después del nombramiento de la presidencia pro
tempore boliviana de UNASUR, se presentaron las bajas indefinidas de
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú. La decisión fue anunciada
con la consigna de no reincorporación hasta que “se garantice el
funcionamiento adecuado de la organización”. (Negrete, 2018) UNASUR se
quedó con menos de la mitad de los miembros, sin fondos suficientes, ni poder
de decisión y, por lo tanto, relegada a ser un organismo testimonial.

Con la pandemia generada en todo el planeta este organismo no ha


tenido reunión ni acuerdos. Sin embargo con la misma dinámica política, el
expresidente boliviano, Evo Morales anunció que en abril de 2021 tendrá lugar
un encuentro para fundar la Unión de Naciones Suramericanas de los pueblos
(Runasur). “Se creó una comisión integrada por Bolivia, Argentina, Venezuela
y Ecuador que organizará un Encuentro del 24 al 26 de abril, destinado a
impulsar Unasur de los pueblos (Runasur)”, anunció Morales. El exmandatario
latinoamericano agregó que la mencionada actividad regional contará con la
“participación de indígenas, obreros profesionales e intelectuales"
provenientes de 12 países.  El Gobierno de Bolivia reanudó a través de un
comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores reafirmó el compromiso de
esa nación suramericana con "la integración latinoamericana como única vía
para hacer frente a la crisis sanitaria, económica y ambiental que atraviesa
actualmente nuestra región", refiere el texto. (Telesur)
CAPÍTULO II

La Alianza Bolivariana para las Américas-Tratado de Comercio de los


Pueblos (ALBA-TCP)

La Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe o ALBA como se la conoce


comúnmente, es una propuesta de integración enfocada para los países latinoamericanos y
caribeños que pone énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Se concreta en
un proyecto de colaboración y complementación política, social y económica entre países de
esta región, promovido inicialmente por Cuba y Venezuela como contrapartida del Área de
Libre Comercio de las Américas o ALCA, impulsada por Estados Unidos. El ALBA parte de la
visión solidaria de la integración latinoamericana, pero que se materializa en la suscripción de
acuerdos de cooperación concretos.

El ALBA defiende la idea de que “el comercio y la inversión no deben ser fines en sí
mismos sino instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable”. La idea fue
presentada por el presidente Hugo Chávez en diciembre de 2001 durante la III Cumbre de Jefes
de Estado y Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe. El ALBA, es por lo tanto, reflejo
de la consolidación de la “Revolución Bolivariana” que se lleva a cabo en nuestro país.
REFERENCIAS

Cano Linares, M. A. (2010). La Unión Suramericana de Naciones: un ambicioso e


innovador proceso de construcción de integración regional. Revista Electrónica
Iberoamericana  , 10-37

Morales. Publicado 20 noviembre 2020


https://www.telesurtv.net/news/bolivia-reanuda-participacion-integracion-
latinoamericana-20201120-0041.html

¿Qué le pasó a la UNASUR?


Mar, 05/22/2018 - 18:30 -- anegrete
Autor: 
Armando Negrete
http://www.obela.org/analisis/que-le-paso-a-la-UNASUR

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