Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente.
(Salmos 51:12)
Mientras Amelia, de 19 años de edad, esperaba en el consultorio del
médico, reconoció que a traves de los altavoces se interpretaba el conocido himno ¡Cuan tiernamente el Señor nos convida! Recordar las palabras la hizo sonreír. ¡Quizá una canción cuya letra dice “Vienen las sombras, se acerca la muerte” nos sea la música de fondo más apropiada para un consultorio médico!
A algunos, este antiguo himno les resuelta demasiado sentimental,
pero el mensaje del estrillo puede ser alentador para el pecador descarrido: Venid, venid, Si estáis candados venid; ¡Cuan tiernamente Jesús os invita! ¡Oh, pecadores, venid!
Cuando un creyente sustituye la voluntad de Dios con la suya, se
halla en un estado de alejamiento, fuera de la comunión con el Señor y en una condición nada envidiable. Aunque a veces cedemos ante nuestra naturaleza egocéntrica, Dios siempre está dispuesto a recibirnos de vuelta. Debido a su misericordia y a sus piedades, se goza cuando abandonamos nuestros caminos rebeldes, regresamos a Él y le pedimos perdón (Salmo 51:1-2; Lucas 15).
¿Tu memte y tu corazón se han alejado de tu Salvador? Jesús te