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Contexto económico

Coyuntura económica

Alemania es la mayor potencia económica en Europa y la cuarta mundial. Sin embargo,


debido a la pandemia de COVID-19, se estima que la economía del país se contrajo en
6% en 2020 (FMI). De hecho, el sector manufacturero —aunque no esté afectado
directamente por las restricciones— experimentó una fuerte reducción de su actividad
debido a una demanda limitada tanto de los mercados internos como externos; mientras
que los servicios hoteleros y de esparcimiento se vieron particularmente afectados por
las medidas de distanciamiento social y las preocupaciones sanitarias, tanto durante la
primera como la segunda ola de la epidemia. Se prevé que la recuperación en el
consumo privado y las exportaciones impulsarán el crecimiento en 2021 y 2022 (4,2% y
3,1% respectivamente —previsiones del FMI de octubre de 2020), aunque la situación
depende fuertemente de la situación del COVID-19. En su actualización más reciente de
enero de 2021 del Informe sobre las Inversiones en el Mundo, el FMI revisó sus
proyecciones del crecimiento del PIB de Alemania, indicando 3,5% en 2021 y 3,1% en
2022 (lo que corresponde a una diferencia con respecto a las proyecciones de octubre de
2020 de la OMC de -0,7% en 2021).
Tras caer por primera vez en 18 años bajo los criterios de 60% de Maastricht, la relación
de la deuda con el PIB de Alemania aumentó drásticamente en 2020, llegando a 73,3%.
Esto se debió a las medidas sin precedentes para luchar con la pandemia de COVID-19
y estabilizar la economía, que representaron 4,7% del PIB en 2020 y 2,1% en 2021,
según la Comisión Europea. Además, en torno a 38% del PIB fue dedicado para aportes
en liquidez bajo forma de garantías públicas para préstamos. Claramente, el presupuesto
de 2020 no podía prolongar la política “schwarze Null” (deuda cero), se estima que la
balanza del gobierno se volvió en un déficit de 5,8 del PIB, antes de contraerse a 1,8%
este año y 1% en 2022 (previsión del FMI, aunque las previsiones de la Comisión
Europea son mucho menos optimistas, con un déficit previsto de 4% en 2021 y 2,5% en
2022). Al mismo tiempo, se prevé que la relación de la deuda con el PIB baje a 72,2%
este año y a 68,5% en el año siguiente. La inflación del precio al consumidor fue
estimada en 0,5% en 2020, debido a una energía más barata y la baja del IVA, que se
aplicó en la segunda mitad del año. Aun así, se prevé que aumente, pero sigue estando
controlada en menos de 1,5% gracias a una sobrecapacidad en el sector de servicios y
una débil demanda. El saldo de la cuenta corriente de Alemania debiera mantener un
superávit, pero decaerá significativamente, ya que las exportaciones caen más rápido
que las importaciones debido a la baja demanda de los principales socios comerciales
del país.
El desempleo subió a 0,8% entre febrero y julio de 2020, y fue estimado en 4,3% en
2020 (un alza de 1,4% en comparación con la cifra históricamente baja de mediados de
2019). La tasa de desempleo debiera permanecer estable este año y el próximo, a pesar
del impacto económico negativo de la pandemia de COVID-19 (4,2% en 2021 y 3,7%
en 2022, según el FMI). Con un PIB per capita (PPP) de 56.052 USD, Alemania hace
parte de los países más rico del mundo (Banco Mundial). No obstante, según datos de
Destatis, en torno a 17,4% de la población del país se encuentra en riesgo de pobreza o
exclusión social (2019, últimos datos disponibles), y se prevé que este índice aumente
tras la crisis de COVID-19.

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