Está en la página 1de 2

En el drama tenemos que Pirgopolinices, el militar fanfarrón, logró la posesión contra su

voluntad de Filocomasia, que era la amante de un joven ateniense, llevándola a Éfeso,


compró como esclavo a Palestrión, al que obtuvo de unos piratas que lo habían capturado.
Imprevistamente, Palestrión era sirviente del joven ateniense amante de Filocomasia, ahora
mujer por la fuerza de su nuevo amo. El ingenioso esclavo se convierte en el principal
artífice para que Filocomasia y el joven ateniense se reúnan y regresen a Atenas, para que
quien había ocasionado esta situación quede burlado y castigado y, como premio a su
ingenio y su fidelidad a su primer amo, para él mismo convertirse en liberto.

La primera situación en la que se ve envuelto Palestrión en la cual utiliza las discrepancia


de información para sus fines es en la segunda escena del segundo acto; luego de una
conversación entre Palestrión y Periplectómeno en la que el anciano le informa al esclavo
que uno de sus compañeros vio a la joven Filocomasia besar a Pleúsicles en su casa,
Palestrión queda aturdido ya que no sabe qué hacer para cubrir ese percance, está en blanco
durante un rato mientras Periplectómeno le habla como si todo tratara de una guerra en la
que el enemigo es el militar y todos aquellos que no saben del romance entre los jóvenes
atenienses, ellos son aliados porque están a favor de la causa siendo el ingenioso esclavo el
cerebro de todo este plan; él es quien debe guiar al resto para que no los descubran y así
evitar los castigos de Pirgopolinices.

“mira pues que proyecto tengo, y el engaño que preparo. Contaré que una hermana gemela
de Filocomasia acaba de llegar de Atenas, acompañada de su amante, y que ellas dos se
parecen como dos gotas de agua… diré que los recién llegados se han hospedado en tu
casa, que son tus huéspedes.” (Plauto 272)

Continua este engaño con la primera escena del tercer acto, tras lograr convencer a
Escéledro de que no era Filocomasia la joven a la que vio en los brazos de un desconocido
en la casa del Periplectómeno sino que era su hermana gemela; Palestrión sale de la casa
del anciano con intenciones de celebrar con sus cómplices que su primer plan funcionó a la
perfección y acordar el segundo plan pero antes se asegura de que no haya algún “enemigo”
que lo escuche y lo delate por lo que eleva la voz y empieza a hablar en términos de guerra
para que solo Periplectómeno y Pleúsicles lo entiendan, y para que si algún desconocido los
escucha piense que son soldados.
La segunda situación en la que se ve envuelto Palestrión es en la cuarta escena del cuarto
acto; Acroteleutia, Milfidipa, Pleúsicles y Palestrión ya están afinando los últimos detalles
del plan que consiste en que la joven cortesana finja estar perdidamente enamorada del
militar para que éste pretenda casarse con ella y así deje que Filocomasia vuelva a su tierra
natal con su amado, quién se hará pasar por un marinero que viene por encargo de su madre
a buscarla. En esta escena los personajes se manifiestan más emocionados ya que falta poco
para concretar su plan en el que engañaran a Pirgopolinices por lo que emplean vocabulario
de guerra pero con cierto tono de burla como lo hace Acroteleutia, quien finge actuar como
militar al recibir las órdenes de Palestrión.

“Pales:- quiero que el militar sea burlado fina, elegante y magníficamente.

Acro.- ¡es un placer, ¡por Cástor!, cumplir órdenes como esta!....

Acro- ¡ Ya lo creo! Tengo que fingir que estoy locamente enamorada de él.” (IV, 314)

También podría gustarte