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Un Ángel
entre nosotros
COLECCIÓN CAPSE
INDICE
I. Introducción
II. El Ángel Encarnado
III. Doctor y Ángel
IV. Bandoneón Arrabalero
V. El Guerrero desencantado
VI. El Mensajero
VII. La Operación Quirúrgica
VIII. Nicoya
IX. Akenatón González
X. Respuestas de Mi Otro Yo
Referencias.
1. WWW.LINOMARCOSBUDINO.COM.AR
2. Dr Eneas Riú, autor de libro “¿Puede el alma enfermar al
cuerpo? y Eneagrama y Personalidades Homeopáticas.
EL ANGEL ENCARNADO
FIN
DOCTOR Y ANGEL
“¡Dos por cuatro!. ¡Qué dos por cuatro!...¡ Dos por dos,
macho!. Dos – por – Cuatro es la milonga. ¿Captás, junás bien lo
que explico?.”
“Me dijo algo de la ley judía, que Clarita tenía que casarse
con un paisano por la biblia y no sé que cosas raras - ¡ bueno esto
fue hace más de cuarenta años,....casi medio siglo!.”
...
“Hay latidos, doctor...........hay latidos...... el paciente está
reaccionando”
.. .
...
AGAPITO ZARRATEA, Baterista.
No había cumplido aún los dieciséis años cuando, por esas raras
combinaciones del destino, Agapito Zarratea se trepó a un balcón de la calle
San Martín para ver el ensayo de los músicos del conjunto “Malayunta” y se le
iluminó el corazón, los pulmones y la glándula pineal al escuchar el solo de
batería del “Roly Estévez”, un adulto disfrazado de adolescente que había
integrado las mejores orquestas del rock gringo de los años setenta.
Era bastante tímido y además, terco como una mula. Tenía sus
razones el pobre. Con el nombre de pila lo habían denigrado, antes de empezar
a hablar.
“Agapito, señor”
* * * * *
A las seis de la mañana, como de costumbre, sonó el
despertador. El sabor amargo, así como el dolor en la boca del estómago
volvieron a mortificarla. La almohada estaba manchada con sangre seca, de
pérdidas sufridas por la noche. Al pasar la mano por su cara advirtió cáscaras
pegadas en la piel. “Dios mío, apurá los tiempos para que se termine pronto”-
suplicó pensando.
* * * * *
Los esposos acordaron tener treinta días de reflexión para decidir si era
conveniente comentarle a Abramidis el episodio del viaje a Necochea, sin
embargo, las tradicionales ausencias de reservas de comentarios llegaron
hasta los oídos de Vicenta, la mujer del escritor, en menos que canta un gallo.
Preocupada, en su momento, MaMaNi le fue confiando a sus amigas
íntimas la visión de Facundo, con el compromiso del secreto, que obviamente
no se cumplió.
Cerró los ojos para acariciar los rayos dorados que se filtraban por los
árboles, adormeciéndose brevemente, con el tiempo suficiente como para
escuchar una voz interior que le decía: “¡Que esté presente el Doctor Ortíz!
¡Que esté presente el Doctor Ortíz!”
Herrada ligó ese mensaje con la visión, pero no hallaba la forma de unir
racionalmente ambas puntas, por lo que intentó alejarlo de su mente.
“No sabría decirle cual será mi función en esa intervención, pero con
mucho gusto lo acompañaré a mi amigo, el Doctor Carreras, que ya me ha
autorizado a colocarme fuera de las cámaras por razones comerciales. Quiero
que se quede tranquilo con su conciencia Farmacéutico, y descuide que allí
estaré” – lo tranquilizó el único Doctor Ortíz posible.
“¡ Pero nada hermano – se rió el Doctor – todo el mundo sabe que jamás
me moví del lugar!”
El viaje en el tiempo
Poco sabía Frank que cosa eran los dioses, pero quiso probar
esa bebida, totalmente prohibida en su familia.
“Frank”- respondió.
El cumpleaños número 70
F i n
----Raudán Madán “
RESPUESTAS DE MÍ OTRO YO