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UNIVERSIDAD NORORIENTAL PRIVADA “GRAN MARISCAL DE

AYACUCHO”
ESCUELA DE DERECHO
FACULTAD DE DERECHO
NÚCLEO CUMANÁ

CAPITALISMO Y SOCIALISMO

Profe: Abg. Frank Ocanto

Realizado por:
Nathalye Gudiño
C.I 30.444.065

Cumaná, Noviembre de 2020.


Introducción

El Capitalismo de Estado está constituido por formas diversas de


participación directa del estado burgués en la economía del país. Uno de los
elementos decisivos del Capitalismo de Estado radica en la propiedad capitalista
de Estado. El Estado capitalista puede poseer en propiedad bienes de distinto
género: empresas industriales, de transporte, energéticas, vías y medios de
comunicación, tierras y bosques, armamento y reservas de pertrechos de guerra,
importantes recursos monetarios bajo el aspecto de ingresos presupuestarios y de
imposiciones en las instituciones crediticias del Estado.

La economía socialista, es a groso modo, un sistema económico, el cual


consiste en que la mayoría de las empresas y compañías son del estado, sin
exceptuar empresas o compañías de comunicaciones, y estas empresas compiten
entre sí.

Anteriormente dicho, se va explicar el capitalismo y socialista.


El capitalismo es un orden o sistema social y económico que deriva del
usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de
producción, que se encuentra mayormente constituido por relaciones
empresariales vinculadas a las actividades de inversión y obtención de beneficios,
así como de relaciones laborales tanto autónomas como asalariadas subordinadas
a fines mercantiles.

Existe también la propiedad mixta bajo el aspecto de las denominadas


sociedades mixtas, que se forman mediante la adquisición de acciones de las
empresas estatales por compañías privadas capitalistas o bien mediante la
inversión de recursos estatales en las empresas privadas.

En los países imperialistas, el capitalismo de Estado adquiere el carácter de


capitalismo monopolista de Estado. En los jóvenes países en desarrollo, en países
coloniales que han conquistado la independencia política, el capitalismo de Estado
desempeña una nueva función. Constituye un medio de lucha contra el capital
extranjero, extirpa las raíces económicas de su dominio, contribuye a fortalecer y
desarrollar la economía nacional.

El sector estatal estimula cada vez más el rápido auge de las fuerzas
productivas, crea las premisas económicas para que dichos países emprendan la
vía no capitalista de desarrollo. En el período de transición del capitalismo al
socialismo, el capitalismo de Estado representa una forma especial de
subordinación de las empresas capitalistas a la dictadura del proletariado,
establecida con el fin de preparar las condiciones de la socialización socialista de
toda la producción.

El capitalismo de Estado creció considerablemente en la década del setenta,


como resultado del incremento inusitado de la renta petrolera, de la
nacionalización de la industria del petróleo y del hierro y la creación del Fondo de
Inversiones en el año de 1974. Es en la década del ochenta cuando ocurre el inicio
y el cambio cualitativo de su vieja concepción sobre el estatismo y el
intervencionismo. Es el salto hacia una posición no estatal. Mejor dicho, es el
tránsito del estatismo hacia el liberalismo. Esto, como resultado de la crisis estatal
planetaria y la crisis de la economía venezolana que, comenzó a sentirse desde
1979.

En la Venezuela de principios del siglo XX, el surgimiento de las clases


sociales está vinculado con el fortalecimiento del Estado nación en un contexto
histórico signado por la transición de un modelo agroexportador, basado en el
cultivo del cacao y del café, a un capitalismo rentístico petrolero

Por otra parte, en Venezuela durante los gobiernos anteriores al del


presidente Chávez tenía en sus manos todas las empresas básicas, hoteles,
cadenas de alimentación. El estado venezolano privatizó casi todas éstas
empresas, haciéndonos creer que era bueno.

El socialismo es visto por Marx como una etapa entre el capitalismo y el


comunismo. Fue un ideal de sociedad justa e igualitaria que debía importarse en
un mundo que sustituyera al capitalismo, comunidad libre y trabajo común.

Los sistemas sociales trataron de cambiar el ambiente necesario para que se


mejore la calidad de vida de la sociedad y el modo de producción socialista
propugna una distribución más digna de las riquezas y condenan la propiedad
privada de los medios de producción y de cambio. En la economía socialista
predominaba la plusvalía.

Los medios de producción son propiedad de empresas públicas o


cooperativas, y los individuos son compensados con base en el principio de la
contribución individual. La producción puede ser coordinada a través de una
planificación económica o de mercado.

El socialismo es la propiedad común de los medios de producción con el


objetivo de emplearlos para el uso y no la generación de beneficios. Hoy día, salvo
algunas excepciones, no existen regímenes socialistas totalitarios, sino que los
países se sitúan en una escala continua entre economías extremadamente
socialistas y de libre mercado dependiendo de las reformas políticas y económicas
que han implementado. En este proceso, no tan obvio, muchos analistas
argumentan erróneamente sobre casos exitosos y no exitosos del socialismo.

Con la llegada de Hugo Chávez al poder en 1998, las políticas socialistas se


exacerbaron. Los primeros años del gobierno fueron dedicados al control político,
y la economía funcionaba relativamente. A partir del año 2003, la conflictividad
política, llevada de la mano por leyes de corte confiscatorio, hicieron que se
acentuara la intervención en la economía. Nuevamente, con la subida de los
precios internacionales del petróleo, el gobierno incrementó el gasto público, en
especial el llamado gasto social a través de transferencias monetarias que
aparentaban reducir la pobreza. Dentro de esta estrategia, el poder del régimen se
incrementó al entregar a Rusia y China bloques de reservas de petróleo a cambio
de préstamos para consumo presente, dejando al país como un simple peón
dentro de la geopolítica mundial. El caos reciente es el producto del incremento de
las medidas de corte socialistas, en especial la hiperinflación.
Conclusión

Desde la década de los setenta Venezuela ha experimentado un proceso


importante de descentralización política, económica y administrativa, que ha
generado un mayor equilibrio geoeconómico, aunque todavía se mantienen
enormes desequilibrios en la ocupación y aprovechamiento del espacio
geoeconómico venezolano.

Los últimos veinte años del siglo veinte fueron en especial difíciles para la
Economía venezolana que creció entre 1976 y 1996 a una tasa promedio anual de
2,14%, mientras la población crecía en el mismo período a un ritmo de 2,18%
anual, tasa ésta mayor que el nivel de crecimiento económico ya mencionado.
Como consecuencia de ésta situación, Venezuela, según estadísticas del Banco
Mundial, pasó de ocupar el primer lugar en 1976 entre los países latinoamericanos
en cuanto al Ingreso Per Cápita, al octavo puesto en 1996.

Antes de la década de los Ochenta, las expectativas económicas de


Venezuela apuntaban a una enorme facilidad para acceder a una riqueza cada
vez mayor, así como a una cada vez mayor igualdad en el ingreso familiar que
hacia surgir una clase media cada vez más numerosa.

Después de los años Ochenta, la realidad señala un creciente aumento de la


Desigualdad, que se manifiesta en el hecho de que, para el año 2000, el 10% de
la población venezolana concentraba en sus manos cerca del 42% del ingreso
total del país.

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