Está en la página 1de 6

Documento

Título: Vulneración del derecho a la identidad en el derecho de daños


Autores: Fico, Daniela - Kerszberg, Natalia
Publicado en: DFyP , Volúmen 2018 (noviembre) , Página 190
Sumario: I. Introducción.— II. El caso.— III. Punto de partida: presupuestos de la responsabilidad civil.— IV.
La cuestión probatoria: carga dinámica de la prueba.— V. Conclusión.
I. Introducción
Los vertiginosos cambios sociales de las últimas décadas, han transformado el Derecho Privado; y
particularmente el Derecho de Familia, debido a su fuerte carácter cultural y dinámico. Los vínculos familiares
fueron modificándose y complejizándose de la mano de estos cambios sociales, culturales, históricos y políticos,
que generaron un fuerte impacto en todas las estructuras de la sociedad.
Hasta mediados del siglo XX, no se admitía ningún tipo de indemnización entre los miembros de la familia
por daños producidos entre ellos, reflejando los conceptos estructurados que se tenían tanto de la
responsabilidad civil, como del Derecho de Familia. En este sentido, la existencia del modelo de familia
patriarcal ocasionó que durante años, se privilegiara la estructura familiar, impidiéndose la aplicación de normas
sobre la responsabilidad civil en el seno de la familia (1).
En la actualidad, se ha resignificado este modelo tradicional por los diversos modelos que coexisten, en
respeto de la autonomía en clave de derechos humanos. Este pasaje ha incluido un sinfín de normas que
permitieron privilegiar la personalidad y la autonomía del sujeto familiar frente a la existencia de un grupo
organizado en sentido jerárquico (2).
La conceptualización y regulación de las relaciones paterno-filiales se modificó, hasta llegar a lo que hoy
conocemos como Responsabilidad Parental. El desarrollo del Derecho Internacional de los Derechos Humanos
y su incorporación al bloque constitucional argentino a partir de la reforma de 1994, generó nuevos conceptos
en torno a las relaciones entre padres e hijos, abriendo un abanico protector sobre los segundos, y limitando el
poder de los primeros.
Si bien el Código derogado no incluía normas específicas sobre la admisibilidad de daños y perjuicios por
falta de reconocimiento voluntario de los hijos, la jurisprudencia partidaria de esta omisión como un obrar
antijurídico, fundado en el deber de no dañar a otro, fue aumentando. Este criterio ha sido recogido por el
Código Civil y Comercial, que incorpora la posibilidad de reparación del daño causado al hijo por falta de
reconocimiento.
En el caso que nos toca comentar, la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento
Judicial de Dolores admitió la demanda de daños y perjuicios de una hija contra su progenitor por falta de
reconocimiento, pese a que el mismo se había producido, con anterioridad al reclamo y sin haberse acudido a la
instancia judicial para su emplazamiento.
II. El caso
II.1. Hechos
En el fallo en estudio, la titular del Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 2 del Departamento Judicial de
Dolores, rechazó la demanda incoada por la Sra. A. R. W. por daño moral por falta de reconocimiento contra su
progenitor y le impuso las costas del proceso.
Estas actuaciones, se iniciaron con posterioridad al reconocimiento filial que efectuara el demandado. Del
relato de los hechos, surge que luego de una comunicación extrajudicial, el demandado procedió a realizarse en
forma privada el respectivo análisis de histocompatibilidad genética, del que surge el vínculo genético que lo
une con la actora. Seguidamente, concurrió al Registro Civil a fin de formalizar el reconocimiento pertinente.
La Jueza de Primera Instancia sostuvo que el demandado demostró su disponibilidad habiéndose sometido al
análisis de rigor y efectuado el reconocimiento pertinente sin necesidad de acción judicial y en forma voluntaria;
por otro lado, consideró que de las constancias de la causa no surge en forma inequívoca que el demandado
conociera su paternidad respecto de la actora, con anterioridad a la realización del examen de ADN, lo que se
condice con el comportamiento por él desplegado. Así rechazó la demanda e impuso las costas a la perdidosa.
Contra esta decisión apela la accionante, quien se agravia al considerar que se había acreditado que el
demandado teniendo efectivo conocimiento acerca del embarazo de su madre, eligió negarle su derecho a la
identidad. Asimismo, expresa que los testimonios no fueron debidamente valorados, siendo que a su entender
resultaban hábiles, directos y uniformes respecto de los acontecimientos ventilados en autos. Por lo que, afirma
que el daño que ha sufrido debe ser resarcido y solicita que las costas sean impuestas por su orden.

© Westlaw Thomson Reuters 1


Documento

II.2. Decisión de la Cámara


La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Dolores, revoca el fallo de
primera instancia y admite la demanda de daños y perjuicios, con el voto en disidencia de la jueza pre opinante.
En este sentido, la Dra. Canale expresa que el daño moral en materia filiatoria deviene de una
responsabilidad subjetiva, con fundamento en la culpa o dolo de quien sabiendo, o debiendo saber, que es padre,
se sustrajo a su deber jurídico del reconocimiento. Considera que atento las circunstancias del caso, se debe
determinar si el demandado tenía conocimiento previo de su paternidad o si bien lo ignoraba.
De esta forma, expresa que deben analizarse los presupuestos de la responsabilidad civil, ya que considera
que no es el "no reconocimiento" el hecho material que per se genera responsabilidad.
Analizadas las pruebas producidas por la actora, quien sólo aporta prueba testimonial, se desechan por
considerar a los declarantes de "oídas" y poco eficaces para de acreditar los hechos invocados, puesto que lo han
conocido sólo por que otros se los han contado.
Entendiendo que la actora es quien debía acreditar que su progenitor, aun teniendo conocimiento de su
existencia, omitió reconocerla espontáneamente, considera que de las constancias de la causa no surge en forma
inequívoca que el demandado conociera su paternidad con anterioridad a la realización del examen de ADN. Por
lo que considera que al estar ausente el elemento subjetivo que constituye el factor de imputación del cual
deriva la eventual responsabilidad del padre no reconociente, se debe desestimar la demanda incoada y
confirmarse la sentencia traída en apelación como también respecto de las costas, pues no se verifica ningún
elemento que permita aparatarse de la regla general respecto de la carga en costas que debe soportar el vencido.
Este criterio no es acogido por la Dra. Dabadie, quien sostiene que no se habría configurado eximente
alguna a la responsabilidad del demandado.
Siguiendo la jurisprudencia de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires sostiene que la falta de
reconocimiento del progenitor constituye un hecho ilícito que genera su responsabilidad civil, por conculcación
del derecho subjetivo del hijo a su identidad biológica. También afirma que la voluntariedad del reconocimiento
paterno no desliga al progenitor del cumplimiento de ese deber, lo que constituye en antijurídica la conducta de
quien teniendo conocimiento de su paternidad no reconoce a su hijo/a en tiempo propio.
Expresa que la conducta reconociente del demandado sólo tiene apariencia de voluntariedad, lo que no
resulta suficiente para destruir la relación causal consolidándose como eximente, toda vez que el demando no
realizó en forma voluntaria actos suficientes para reconocer a su hija, sino que lo hizo como consecuencia de
una convocatoria. Observa que para destruir la relación causal el demandado debía probar la existencia de
alguna eximente, a fin de acreditar que el reconocimiento de su hija fue temporáneo y voluntario, hecho que no
se da en el proceso dado que debió ser convocado por carta documento.
En relación con la carga probatoria, sostiene que debe desplazarse a quien no realizó el reconocimiento
oportuno, toda vez que al no haber intervenido en este proceso la progenitora de la actora, a esta, como hija
reclamante, se le torna dificultoso acreditar la relación íntima que hubo entre sus progenitores y la conducta del
demandado ante el conocimiento que pudo tener de su concepción y nacimiento.
Al valorar la prueba, da relevancia y valor a las declaraciones testimoniales, que pretendieron acreditar si en
el devenir histórico, existieron elementos suficientes para entender que el demandado sabía o debía saber
razonablemente de la existencia de un hijo fruto de su relación íntima con la madre de la actora.
Asimismo, y respecto los testimonios de la parte demandada, sostiene que estos no desvirtúan las
declaraciones prestadas por los testigos, como así tampoco acreditan las ofrecidos por la actora negativas dadas
en el responde de demandada.
Por lo que concluye que no hay duda de que el demandado no demostró en ningún momento el menor
interés por saber si había o no progenie de la unión, como tampoco hubo voluntariedad para el reconocimiento
pues se lo debió citar y a raíz de esa convocatoria advino el reconocimiento filiatorio. Que encontrándose sobre
él la carga probatoria, este debió acreditar su real desconocimiento del nacimiento y no lo hizo, por lo que no
puede alegar eximente alguna en este proceso indemnizatorio.
En este mismo sentido vota la Dra. Janka, por lo que se revoca la sentencia apelada y se hace lugar a la
acción por indemnización de daño moral interpuesta por la actora, condenando al demandado a pagar la suma de
cincuenta mil pesos con más los intereses. Se imponen las costas de ambas instancias al accionado en su
condición objetiva de vencido.
Analizaremos a continuación distintos enfoques de la responsabilidad impuesta al demandado.
III. Punto de partida: presupuestos de la responsabilidad civil
© Westlaw Thomson Reuters 2
Documento

Conforme con las normas que gobiernan la responsabilidad civil, el principio general de la procedencia de la
reparación del daño causado a la víctima está dado por la concurrencia de ciertos requisitos propios de la
materia (3).
Tal como esbozaba la Dra. Canale en el fallo en análisis, se debe tener presente que no es el "no
reconocimiento" el hecho material que per se genera responsabilidad civil, sino que será necesario que
concurran los restantes presupuestos de la responsabilidad civil: el factor de atribución, el hecho dañoso y la
relación causal entre la conducta y el daño; los que analizaremos seguidamente.
III.1. Hecho antijurídico
La antijuridicidad como elemento de la responsabilidad civil, consiste en la violación del principio de
alterum non laedere sin que exista causa de justificación alguna para causar el daño (4). En este sentido, el
Código consagra un concepto de antijuridicidad amplio, entendido como la contradicción entre la conducta del
agente y el ordenamiento jurídico considerado en forma integral (5).
En materia de filiación, se puede cuestionar: ¿cuál es el hecho o conducta ilícita que obliga a reparar?
¿Existe una obligación jurídica de reconocer a los hijos?
Antes de la sanción del Código Civil y Comercial, la doctrina mayoritaria y jurisprudencia, coincidía, a
pesar de no existir una norma que expresamente lo imponía, el reconocimiento de un hijo, ya era un deber para
progenitor. En consecuencia, el incumplimiento voluntario configura una conducta antijurídica susceptible de
ser reparada.
Este deber jurídico de reconocer la descendencia nada tiene que ver con el hecho de que el reconocimiento
sea considerado un acto voluntario por parte de quien lo realiza, ya que tal característica está relacionada con su
carácter unilateral. Tal como lo expresa María Victoria Famá, "la circunstancia de que (el reconocimiento)
dependa de la iniciativa privada, no implica que el ordenamiento niegue el derecho del hijo a ser reconocido por
su progenitor". Esto es así, ya que de otra manera no podría existir una acción judicial para lograr el
cumplimiento compulsivo del estado filial, si no existiera ese deber correlativo de reconocer al hijo (6).
Los hijos tienen derecho al emplazamiento filial y que este corresponda con su realidad biológica, y en
consecuencia, al desarrollo de su identidad. Por eso, su omisión vulnera el derecho a la identidad consagrado los
arts. 7º y 8º de la Convención de Derechos del Niño y en el art. 11 de la ley de Protección Integral de Niñas,
Niños y Adolescentes 26.061.
Cabe resaltar, que son los progenitores quienes deben llevar a cabo la determinación del vínculo jurídico,
siempre que exista vínculo biológico. Si bien el reconocimiento es un acto voluntario, no es potestativo ni
discrecional del reconociente. Si este no ocurre, constituye un obrar ilícito que vulnera el derecho a la identidad
del hijo y se debe posibilitar la acción judicial para lograr el emplazamiento forzado. Tal como sostiene Azpiri
(7), en derecho de familia, todo derecho se encuentra relacionado con un deber correlativo. El reciente art. 587
del CCYCN ha establecido expresamente que el daño causado al hijo por la falta de reconocimiento es
reparable.
Analizado el acto antijurídico, corresponde determinar de qué modo se configura dicha omisión, el que está
dado, por el comportamiento del reconociente.
III.2. Factor de atribución
El factor de atribución, es siempre subjetivo, a título de culpa o dolo, de conformidad con lo establecido en
el art. 1724 del Código Civil: "La culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la
obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y
la impericia en el arte o profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera intencional o
con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos".
La culpa como factor de atribución, está dada por la omisión de la diligencia debida, según la naturaleza de
la obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. En este caso, debemos preguntarnos:
¿qué conducta se le exigió al progenitor? ¿Cómo se entiende, en el caso en comentario, la debida diligencia con
la que debió actuar y no lo hizo?
La jurisprudencia ha sostenido que la falta de reconocimiento voluntario de un hijo por parte del progenitor
importa un obrar antijurídico, susceptible de producir un daño cuyo resarcimiento requiere la prueba de que el
supuesto padre sabía o debía saber de la paternidad que se le atribuye, razón por la cual el reclamo será inviable
cuando aquel ignoraba su paternidad (CNCiv., sala H, 23/12/2010, LL AR/JUR/91586/2010).
Es decir, que el progenitor será responsable si incumplió intencionalmente su deber jurídico; pero no lo será,
si acredita que ignoraba la existencia del hijo, o que tenía otros fundamentos para descreer razonablemente de su

© Westlaw Thomson Reuters 3


Documento

paternidad, habiéndose mostrado dispuesto a realizarse la prueba biológica (8).


Entendemos que la falta de reconocimiento debe ser dolosa o culposa para poder ser reprochada, por lo que
el accionado tendría que haber estado en condiciones de producir el emplazamiento y no haberlo hecho. Si no
existe conocimiento de la situación de hecho que se le pretende atribuir, no puede haber responsabilidad por la
falta de reconocimiento, ya que esta omisión no genera per se responsabilidad. Al tratarse de un presupuesto de
responsabilidad subjetiva, el ilícito se configura con la negativa injustificada de reconocimiento o sometimiento
a la prueba biológica.
Nos adelantamos a considerar improcedente la indemnización reclamada, si el padre recién tomó
conocimiento de su posible paternidad a través de una carta documento cursada poco tiempo antes de la
promoción de la acción de filiación y aquel se sometió voluntariamente a la realización de las pruebas genéticas
pertinentes, pues tales circunstancias impiden endilgarle una obstinada negativa al acto de reconocimiento.
Respecto a la conducta tomada por el progenitor, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires ha
dicho que: "el demandado si bien en principio realizo una negativa genérica de la situación, que resulta lógica al
desconocer la existencia del hijo, y haber tomado conocimiento de su posible paternidad a través de la carta
documento cursada poco tiempo antes de la demanda, luego no entorpeció el trámite del proceso, y contribuyo a
su esclarecimiento al prestarse a la prueba inmunológica, que en este tipo de acción resulta determinante" (9).
En este caso, no hay certezas, a prima facie, que el accionado haya conocido la existencia de su hija. La
sentencia está basada únicamente en las declaraciones de testigos allegados a la actora, prueba, que entendemos,
no es suficiente ni reviste un carácter imparcial para probar que el demandado, sabía o conocía el vínculo
biológico que lo unía a la actora. Es cierto que en los procesos de familia las personas más allegadas son
quienes suelen tener mejor conocimiento de los hechos, pero sus dichos, también suelen ser sospechables de
parcialidad e influenciables para favorecer a alguna de las partes.
Entendemos el argumento que hace posible que en una ciudad de pocos habitantes existieran sospechas
sobre su paternidad, o que por las fechas y relación entre los involucrados, el accionado podría haber tomado
conocimiento de su paternidad antes de la notificación fehaciente, tal como lo mencionan los amigos y
familiares que ofrecieron su declaración testimonial. Pero también creemos que el derecho tiene que poder
basarse en elementos concretos y no suposiciones.
La mera posibilidad de engendrar un hijo por haber mantenido una relación sexual, no constituye un hecho
antijurídico. Por lo tanto, no se le puede exigir al demando el reconocimiento de aquellos niños que pueda
suponer son hijos suyos por haber mantenido relaciones íntimas con sus progenitoras, como tampoco el inicio
de acciones judiciales tendientes a conocer con certeza si existe nexo bilógico con cada uno de ellos.
La realidad es que los únicos elementos probatorios que dan plena fe de la comunicación al demandado
sobre su posible paternidad, son la carta documento y la prueba genética producida pocos días antes del
reconocimiento espontaneo que el accionado hiciera en el Registro Civil.
No nos encontramos ante una negativa a someterse a la prueba genética en el marco de un proceso judicial
ni extrajudicial. Se ha dicho que la viabilidad del resarcimiento requiere la prueba de que el supuesto padre haya
sabido o debido saber de la paternidad que se le atribuye. Al contrario, en este caso, la actitud asumida por el
demandado demuestra su voluntad de despejar las dudas que razonablemente podían existir sobre su paternidad,
colaborando con la realización de la prueba genética y realizando el reconocimiento una vez obtenido el
resultado positivo.
La omisión en el reconocimiento filial, no puede ser considerada antijurídica cuando el progenitor no tenía
conocimiento de su descendencia, ya que en este caso, al no haberse probado culpa ni dolo, no habrá factor
subjetivo de imputación, y por lo tanto, tampoco habrá responsabilidad civil (10). Compartimos que no debe
prosperar la acción de daños y perjuicios cuando el progenitor ignoraba su paternidad. Su obrar debe ser doloso
o, al menos culposo, para que pueda imputársele una conducta antijurídica (11). Dicho de otro modo, no debe
prosperar la acción de daños y perjuicios cuando el progenitor ignoraba su paternidad.
III.3. Daño. Reparación de consecuencias extra patrimoniales
No podemos aseverar que la mera carencia de un vínculo filial implique automáticamente una situación
desventajosa para el hijo. Solía pensarse que esta falta de emplazamiento creaba una situación anómala que la
colocaba en una posición desventajosa desde el punto de vista individual y social. No creemos que hoy en día
una persona sufra inconvenientes en sus vinculaciones sociales por carecer de un vínculo filial. Es que si
apuntamos al respeto de los distintos modelos de familia, debemos apartarnos de la idea de la doble filiación
como orden lógico.
Las relaciones parentales pueden consistir en uno solo o en dos vínculos filiales. Si bien el Código le da un
© Westlaw Thomson Reuters 4
Documento

amplio tratamiento a los progenitores afines, generándoles un abanico de derechos y responsabilidades que
puede a veces colocarlos como "terceros padres" o "padres adicionales", el art. 558 es preciso, al indicar que
ninguna persona puede tener más de dos vínculos filiales. Esto quiere decir, que podemos ser hijos de una o de
dos personas. Hasta hace no muchos años, no se reconocía la parentalidad unipersonal, se acostumbraba a
pensar a la familia constituida por dos progenitores.
Los cambios agigantados en la sociedad, abrieron ventanas a nuevos tipos de familias. Quizá no son
cambios en los modos de constituir una familia, sino en el reconocimiento de derechos que deben garantizarse
hacia todas ellas, de acuerdo con el principio de no discriminación y protección integral de la familia.
En este sentido, sí podemos pensar que al momento del nacimiento de la actora (más de 30 años atrás) y
residiendo en un pequeño pueblo donde su familia era conocida por casi todos los habitantes, el hecho de no
haber tenido un emplazamiento filial, podría haberle causado un daño.
También debemos tener presente que a los fines de la cuantificación del daño moral derivado de la falta de
reconocimiento filiatorio debe tenerse en cuenta la conducta totalmente omisiva de la propia actora desde que
llegara a la mayoría de edad hasta la promoción de la demanda, lo que contribuye en la producción del daño.
Así lo ha establecido la jurisprudencia (12). Ello, sin embargo, no le quita ilicitud a la conducta del progenitor
que no ha reconocido pese a tener conocimiento de su paternidad.
No podemos pensar en un daño automático por el solo hecho de no haber tenido a su padre durante su
infancia. Sobre todo, existiendo la posibilidad de que este padre por más de haber sido emplazado como tal y
cumplido con las obligaciones impuestas por ley, también hubiera podido ser un padre ausente y generado un
daño en su hija.
Existen múltiples conductas de los padres que dañan a los hijos y no son sancionadas con indemnizaciones
por daño moral. En la práctica, solemos explicar que no podemos obligar a un adulto a querer y que el amor a
un hijo, no puede ser impuesto judicialmente, por ser una cuestión que queda fuera de la órbita jurídica. Es
probable que el desamor de un progenitor emplazado como tal, dañe más que la falta de reconocimiento y la
ausencia de este vínculo filial. El daño en sí, no radica en ese vacío por el desamor de uno de sus progenitores,
sino en el daño a su identidad.
La incorporación de los tratados internacionales al orden constitucional, reafirmó el respeto a la identidad de
los niños, la que únicamente puede ser garantizada mientras conozcan su realidad biológica. La interpretación
de las normas civiles, conforme al art. 2º del Cód. Civ. y Com. debe hacerse teniendo en cuenta estos tratados,
en este caso, la Convención de Derechos del Niño, el art. 18 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y el deber de preservar su identidad.
En el ámbito de los derechos extraeconómicos, se protege a la persona como ser humano a través de su
integridad física, sentimental, espiritual donde se encuentra la protección de los derechos personalísimos, como
lo es el derecho a la identidad (13).
III.4. Relación de causalidad entre conducta y daño
Necesariamente debe existir entre la falta de reconocimiento espontáneo, hecho generador del ilícito, y el
daño reclamado una relación de causalidad adecuada. No hemos visto acreditado, que la falta de reconocimiento
haya sido el motivo, en este caso, de los padecimientos de la actora.
IV. La cuestión probatoria: carga dinámica de la prueba
El art. 710 del CCYC consagra el principio "favor probationes" al establecer que los procesos de familia se
rigen por los principios de libertad, amplitud y flexibilidad de la prueba. En su segundo párrafo, se consagra la
figura de las "cargas dinámicas", que establece que quien cuente con mayores elementos materiales para probar
un hecho, debe hacerlo.
Entendemos que la aplicación de la teoría de las cargas probatorias dinámicas no exime a ninguna de las
partes del esfuerzo probatorio (14). Sin embargo, este principio no se ve aplicado en el caso en comentario, ya
que la actora acredita ampliamente el daño sufrido, pero no así la culpa del demandado en el reconocimiento
tardío, es decir no logra probar que el mismo a sabiendas que era su hija, no la reconoció.
Si bien el Código contempla la posibilidad de reclamar daño moral y parte de la doctrina tiende a presumir
la existencia de un daño ante la falta de reconocimiento filial cuando se presente una acción antijurídica (15),
esto no importa un daño presumido, ni que la carga de la prueba recaiga automáticamente sobre el demandado.
Por otro lado, debe analizarse que se pone en cabeza del demandado la prueba de su desconocimiento, es
decir de un hecho negativo. Debe tenerse en cuenta que la máxima "Negativa non sunt probanda" (los hechos
negativos no se prueban) es válida en cuanto se refieran a la negativa o desconocimiento de los presupuestos de

© Westlaw Thomson Reuters 5


Documento

hecho de los cuales el adversario pretende derivar un efecto jurídico favorable a su posición procesal, no así en
el caso que la norma erige el hecho negativo como presupuesto de un efecto determinado (16). Los hechos
negativos, no son susceptibles de prueba directa, sino que deben inferirse de la demostración de la existencia de
hechos positivos deberán probarse hechos positivos de los cuales se deduzca la verdad del hecho negativo
afirmado.
V. Conclusión
Creemos que la hipótesis planteada por el Código en su art. 587, es incompleta, ya que las causas del no
reconocimiento temporáneo pueden ser diversas. No siempre implica un obrar ilícito imputable al reconociente.
Por más que la identidad de la hija, se pueda encontrar lesionada siempre, no puede castigarse del mismo modo,
al progenitor que al verificar el vínculo biológico la reconoce voluntariamente, que a aquel que ante su negativa,
es emplazado judicialmente (17).
Estas diversas cuestiones debieran haber sido reguladas por la norma que omite cualquier desarrollo de los
posibles daños en esta materia, limitándose a efectuar una remisión a las normas generales de responsabilidad
civil. Todas estas cuestiones fueron planteadas jurisprudencialmente con anterioridad a la sanción del Código.
Lamentablemente, se ha perdido la oportunidad para que la nueva legislación recogiera estas cuestiones para
brindar solución a la multiplicidad de situaciones que pueden darse.
(1) MEDINA, Graciela, "Daños en el Derecho de Familia", Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2008, 2ª ed. ps.
19/20.
(2) Ibidem, p. 21.
(3) FAMA, María Victoria, "Filiación por naturaleza y por técnicas de reproducción humana asistida", Ed.
La Ley, Buenos Aires, 2017, t. II, p 388.
(4) Ibidem, p. 411.
(5) Ibidem.
(6) Ibidem, p. 413.
(7) AZPIRI Jorge, "Juicios de Filiación y Patria Potestad", Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2014, p. 292.
(8) RIVERA, Julio C. - MEDINA, Graciela (dir.), "Código Civil y Comercial de la Nación Comentado",
Ed. La Ley, 2015, t. II.
(9) SCBA, 09/09/2009, "M.d.O., F.Y. c. B.,H.", LLBA, 2010 (febrero), p. 50, en FAMÁ, María Victoria,
ob. cit., p. 422.
(10) JALIL, Julian E., "Daños derivados de la omisión de reconocimiento del padre en el Código Civil y
Comercial", publicado en DFyP, 2016 (septiembre), nro. 22.
(11) SOLARI, Nestor, "Procedencia del daño moral en un caso de filiación", Ed. La Ley, 2009-F-193.
(12) CCiv. y Com. Mercedes, sala I, 17/04/2012, LLBA, 2012 [junio], p. 564, AR/JUR/16909/2012.
(13) GHERSI, Carlos A., "Derecho a la identidad, daño moral y daño psicológico, como categorías
autónomas", publicado en DFyP, 2103 (diciembre), p. 237.
(14) GUAHNON, Silvia, "Cuestiones probatorias en los procesos de familia en el Código Civil y Comercial
de la Nación", publicado en Revista de Derecho de Familia, Ed. Abeledo Perrot, septiembre 2015, nro. 71.
(15) BERGER Sabrina, "La falta dolosa de reconocimiento paterno. Daño derivado de la omisión de
deberes de responsabilidad parental", publicado en RCCyC, 2017 (diciembre), 51.
(16) PALACIO, Lino E., "Derecho Procesal Civil", Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2017, 4ª ed.,
actualizada por Carlos Enrique Camps, t. II, p. 1586.
(17) SOLARI, Néstor, "Daños y perjuicios por la falta de reconocimiento del hijo. Su recepción en el
Proyecto de Reforma", publicado en DFyP, 2013 (noviembre), 37; RCyS 2014-II,12.

© Westlaw Thomson Reuters 6

También podría gustarte