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Los títulos valores que le fueron retenidos al ahora demandante, los tenía en su
poder Jhon Jairo Henao Agudelo en el momento en que fue capturado por
miembros de la Policía Nacional acusado del delito de extorsión agravada, motivo
por el que debían permanecer bajo custodia de la autoridad competente y sin que
pudieran ser entregados a su titular, toda vez que estos eran objeto de la
investigación penal, pues precisamente la imputación consistía en que los
cheques fueron girados bajo amenazas de muerte y secuestro, motivo por el cual,
encuentra la Sala que la actuación de la Fiscalía se ajustó a los parámetros
constitucionales y legales cuando retuvo los títulos valores por valor de $
42’000.000., hasta que se definiera el mérito del sumario, esto es, el 19 de abril de
1994, cuando en segunda instancia la Fiscalía Delegada ante el Tribunal Nacional
declaró la inexistencia del delito y ordenó remitir las diligencias a la Inspección de
Policía Municipal para que investigara la presunta comisión de una contravención.
(…) es la conducta de la víctima la que impide la atribución de la lesión antijurídica
a la administración de justicia. Una posición contraria supondría desconocer la
existencia de una causa extraña generadora del daño antijurídico, y compelería a
que el Estado se convirtiera en un asegurador universal puesto que se
desencadenaría su responsabilidad con independencia de la imputación fáctica y
jurídica de la lesión. En el caso concreto, los diferentes medios probatorios
allegados al proceso son suficientes para arribar a la conclusión de que el daño en
el caso concreto no es imputable a la administración de justicia, puesto que, fue el
comportamiento inadecuado y reprochable de la víctima lo que ocasionó que se le
vinculara al proceso penal y se le prescribiera la acción cambiaria de la que era
titular. Así las cosas, para la Sala se presenta una clara ausencia de imputación,
toda vez que el daño sólo puede ser atribuido a una causa extraña, sin que exista
la posibilidad de endilgarlo a la parte demanda, motivo por el cual, se negará la
indemnización del perjuicio sufrido por los demandantes, ya que con
independencia del título jurídico aplicable –objetivo o subjetivo de falla del
servicio– lo cierto es que fue el actuar exclusivo de la víctima el factor
determinante en la producción del daño.
CONSEJO DE ESTADO
SECCION TERCERA
SUBSECCION C
I. ANTECEDENTES
1.1. La demanda.
“Capital………………………………………….$ 42’000.000.oo
“Interés Bancario (62 meses)………………...$ 78’120.000.oo
“Sanción del 20%..........................................$ 8’400.000.oo
“TOTAL CONSOLIDADO…………………….$ 251’646.400.oo
II. CONSIDERACIONES
2.1. Competencia
2.2.1. Para acreditar los hechos que sustentan las pretensiones de la demanda, se
allegaron los siguientes medios probatorios:
2.2.1.1 Copia del proceso penal Rad. 10197, adelantado por la Fiscalía Regional
de Barranquilla contra Jhon Jairo Agudelo y otros por el delito de secuestro
extorsivo, del que se destacan las siguientes actuaciones2:
1
A partir de la vigencia de la Ley 1437 de 2011, la competencia para conocer del medio de control
de reparación directa por los daños causados por la administración de justicia, se regirá por las
normas generales de competencia de la jurisdicción contencioso administrativo, comoquiera que el
artículo 309 ibídem derogó el artículo 73 de la Ley 270 de 1996.
2
Este proceso que fue solicitado como prueba por las partes, motivo por el cual fue remitido a este
proceso por la Fiscalía General de la Nación, mediante oficio 571 del 29 de octubre de 2002, visible
a folio 202 del cuaderno 1.
(…)
“1.- Tres (3) cheques del Banco Bogotá oficina Acuario calle 77 No.
67 - 17 número K4086999, K4087000 y K408781 por valor de
$14’000.000.,oo de pesos M/Legal cada uno a nombre de JOSÉ
MARULANDA y aparece firma legible EUNISE IRIARTE número de
cuenta 630002228-3. (…)”. (Folio 769 cuaderno 2).
A folio 939 y siguientes del cuaderno 2, obran diferentes memoriales suscritos por
el apoderado de los procesados y del ahora demandante, ejerciendo la defensa
técnica de los investigados y de su representado, señor José Marulanda, en el que
solicitó entre otras peticiones, la cancelación de la orden de captura con el fin de
que el sindicado se presentara a indagatoria y pudiera esclarecer los hechos
materia de investigación y que se le devolvieran los títulos valores retenidos para
poder ejercer la acción cambiaria ante su girador.
“Lo anterior, por cuanto con la conducta coercitiva llevada a cabo por
JOSÉ BELTIER MARULANDA, vició la voluntad de la víctima
EUNICES SAGRARIO IRIARTE NARVÁEZ, quien constreñida por
las amenazas de muerte y secuestro de alguno de los miembros de
su familia, con el antecedente extraño de la suerte de su cónyuge,
suscribió los tres cartulares por la suma de cuarenta y dos millones
de pesos y además se desprendió de un rodante avaluado en la
suma de diez millones de pesos.
(…)
Ante una nueva solicitud del apoderado de los sindicados de cancelar las medidas
de aseguramiento, la Fiscalía Regional de Barranquilla profirió una nueva
providencia en la que se decidió no revocarlas (folios 543 a 549 cuaderno 3).
Contra la anterior decisión se interpuso recurso de apelación, que fue decidido por
la Fiscalía Delegada ante el Tribunal Nacional, la cual, mediante resolución del 19
de abril de 1994, revocó parcialmente la decisión impugnada, indicando que la
conducta en que incurrió José Marulanda al obligar a la señora Eunices Sagrario
Iriarte Narváez a la entrega de los cheques, era de tipo contravencional,
denominado ejercicio arbitrario de las propias razones, y cuyo conocimiento
correspondía a los Inspectores de Policía. Asimismo, se ordenó continuar con la
investigación del delito de extorsión pero respecto del vehículo automotor que
recibió de la señora Eunices Iriarte y el envió de la copia auténtica de los títulos
valores a la autoridad competente, para que una vez fueran recibidos y se
estableciera el inspector competente, se remitieran los originales que reposaban en
el proceso primario3.
Una vez ejecutoriada la anterior decisión, la investigación del delito de extorsión por
la entrega de un vehículo al señor Marulanda, fue asignada a la Unidad
Especializada de los delitos contra el patrimonio económico público y privado,
Fiscalía Octava Delegada, quien en resolución de febrero 26 de 1996, al resolver
una solicitud del apoderado del investigado, decidió negar el levantamiento de la
medida de aseguramiento contra José Beltier Marulanda, pero le otorgó libertad
provisional bajo caución por ser un delito con una pena inferior a 3 años y ordenó el
levantamiento de la orden de captura que existía en su contra (folios 636 a 639
cuaderno 3). En efecto, la resolutiva de esta providencia es la siguiente:
3
Al respecto, se advierte que revisado en su totalidad el expediente penal allegado a este proceso y los demás
medios probatorios aportados por la partes, esta providencia no obra en el proceso, sin embargo, su contenido
y decisión trasunta en los documentos públicos que obran en el proceso penal y que fueron reconocidos tanto
por la parte demandante y la demandada en las diferentes actuaciones procesales, motivo por el que se dará
por acreditado el hecho de que fue a partir de la decisión del 19 de abril de 1994, proferida por el Fiscal
Delegado Ante el Tribunal Nacional, que se decidió declarar que la conducta endilgada al señor José Beltier
Marulanda no era delito sino una contravención, que debía ser investigada por el Inspector de Policía
Municipal motivo por el que debían ser remitidos los cheques –objeto de investigación- a esa autoridad para
lo de su competencia. En efecto, a folios 636 a 640, y 674 a 679 del cuaderno 3, obran las decisiones
proferidas por la Fiscalía Octava Delegada, Unidad de Especializada de los delitos contra el patrimonio
económico público y privado, que dan cuenta de la existencia de esa decisión.
remisión de los cheques relacionados en la parte motiva de esta
providencia”. (Folio 639 y 640 cuaderno 3).
4
Folio 678 cuaderno 3.
señor José Beltier Marulanda, al proceso penal adelantado por el delito de
extorsión a partir del mes de julio de 1992, que tuvo como consecuencia el
abandono de la actividad comercial que realizaba, de su familia y de su entorno
social, durante más de 4 años.
Así las cosas, no cabe duda para la Sala que el daño que le imputa a la
demandada, esto es, el hecho de tener que vivir huyendo de las autoridades, que
lo alejó de su familia y le impidió realizar actividades económicas, se generó como
consecuencia de su contumacia a cumplir con un deber ciudadano de raigambre
constitucional, razón por la cual no es dable que quiera aprovecharse de tal
conducta, puesto que el hecho de evadirse de la justicia, no le es imputable a la
demandada sino a la parte demandante.
Ahora bien, si observamos con detenimiento el proceso penal que se inició contra
José Beltier Marulanda, se tiene que mediante resolución del 19 de abril de 2004,
el Fiscal Delegado ante el Tribunal Nacional declaró como inexistente la conducta
imputada al ahora demandante; no obstante, la conducta por él desplegada
encuadraba dentro del tipo de contravención denominada “uso arbitrario de las
propias razones”, razón por la cual se envió por competencia a la Inspección de
Policía Municipal de Barranquilla.
Finalmente, debe resaltarse que los cheques eran exigibles desde el 25 de mayo
de 1992, y la retención de los mismos ocurrió desde el 27 de julio de la misma
anualidad, es decir, desde su retención habían transcurrido 2 meses y dos días
para poder ejercer la acción cambiaria, y para que se configurara la prescripción,
debían transcurrir 3 meses y 28 días, sin embargo, este tiempo no fue suficiente
para esclarecer los hechos de la investigación, comoquiera que el investigado no
acudió al llamado de la justicia para rendir indagatoria y aportar las pruebas
necesarias para el esclarecimiento de los hechos, resultando, entonces, imputable
a su conducta el daño alegado en la demanda, pues se reitera, si su conducta
hubiese sido la de un ciudadano que debe cumplir con la recta administración de
justicia, su situación jurídica hubiese sido diferente.
Así las cosas, para la Sala se presenta una clara ausencia de imputación, toda vez
que el daño sólo puede ser atribuido a una causa extraña, sin que exista la
posibilidad de endilgarlo a la parte demanda, motivo por el cual, se negará la
indemnización del perjuicio sufrido por los demandantes, ya que con
independencia del título jurídico aplicable –objetivo o subjetivo de falla del
servicio– lo cierto es que fue el actuar exclusivo de la víctima el factor
determinante en la producción del daño5.
4. Costas
5
En el mismo sentido, consúltense las sentencias del 13 de junio del 2013, expediente 25.207; 9
de abril y 20 de octubre de 2014, expedientes 31.063 y 28.925, respectivamente, proferidas por el
Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección C, MP. Olga Mélida Valle de De la Hoz.
En mérito de lo expuesto, El Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso
Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la ley,
F A L L A: