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“EL HOMBRE TRISTE”

ESCENA I “EL AZAR”

(Se escuchan diversos sonidos, trenes, voces, idiomas, etc. Y vemos proyectarse en
pantallas imágenes de cuerpos, objetos, animales, títulos, etc. Que simbolizan los
sueños del hombre triste).

Voces en off.- Que quieres hacer ..., ¡ma que pale¡..., Und der halfisch..., representar la
vida ..., ¡información¡..., Si no lo encuentro lo creare..., Megazone, azone, zone..., hoy
es el colmo..., You are a monkey, monkey, monkey..., cigarritooo..., Sich man nicht...

(Los sonidos comienzan como un susurro y van subiendo junto con la velocidad de las
imágenes hasta llegar a un clímax. Pausa. Oscuro total).

Fausto.- (En off) Todos los sueños se resumen en uno solo: amar; salir de la tristeza,
porque los hombres que están en la oscuridad no se ven.

(Se enciende la luz, vemos a Fausto sentado en una cama de hotel; junto a El Alma de
Fausto, ambos en pijamas).

El Alma.- (Dirigiéndose al público). Esta es la casa del hombre triste; en sus rincones
puedes guardar tu tiempo, las paredes son frías y el techo está plagado de sapos,
insectos y aves que no te dejan dormir con su ¡plit!, ¡plit! y su ¡flagt!, ¡flaht!; puedes
traer tu rabia pero no reclamar, esta es la casa del hombre triste, puedes traer tu rabia,
pero no dejes de venir.

Fausto.- No estoy triste, estoy cansado; Hace cinco años que vivo en hoteles, desde los
diecisiete padezco una enfermedad secreta y al igual que algunos hombres recuerdan
con precisión la fecha de su primer beso, yo puedo indicar la fecha de mis primeros
ataques; a los trece años la soledad, a los diez años el ridículo, a los cinco años mi
primer ataque de aburrimiento y desde que nací, una inmensa necesidad de llorar.

El Alma.- Somos unos obsesos, no hay duda; obsesiones fúnebres, melancolía, delirio,
desesperación, suicidio; un deseo inmenso de hundirse sin remedio, de tocar fondo...

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Fausto.- (Irónico), ¡Eha!, Yo cuando llego al fondo comienzo a excavar. Por ejemplo,
hace unos días me preparaba para salir, y cuando me acomodaba el sombrero, me miré
en el espejo... -¿quién es ese hombre?. Me resultaba imposible reconocerme, identifiqué
mi abrigo, mi pañuelo, mi sombrero; pero no sabía quién era... ¡no era yo!... Duró unos
treinta segundos. Pero no he logrado recuperarme.

El Alma.-¿De qué?.

Fausto.- Del terror, fue el instante...

(El Ángel Azul, vestida de mucama, de manera muy sexi, entra y le entrega una carta a
El Alma y sale, El Alma le entrega el sobre a Fausto)

Fausto.- (Leyendo del sobre) Este sobre guarda una moneda: abra el sobre, coma, tome
la moneda, coma, hágala girar en el aire y atrápela; colóquela en el dorso de su mano y
lea fuertemente: ES DIFICIL TOMAR UNA DECISION, mire a su alrededor, espere,
espere más tiempo. Vuelva a leer: TODOS LOS SUEÑOS DEL HOMBRE SE
RESUMEN EN UNO SOLO: AMAR, SALIR DE LA TRISTEZA, PORQUE LOS
HOMBRES QUE ESTAN EN LA OBSCURIDAD NO SE VEN. Punto, adiós y mucha
suerte. Posdata: es difícil tomar una decisión ¿verdad?, Pero es más terrible no tomar
ninguna, o peor aún, no tomarla jamás.

(Fausto dobla el sobre y lo guarda en el bolsillo de su pijama, mira la moneda y


comienza a lanzarla una y otra vez)

Fausto.-Cara... cara... cara... cara... cara... (Pausa, mira sorprendido a El Alma)

Alma.- ¡¿Cara?!

(Fausto lentamente muestra sus manos vacías. La moneda ha desaparecido)

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ESCENA II “EL ENCUENTRO”

(Se escuchan fuertes ladridos de perro, mientras se proyectan imágenes bizarras en las
pantallas. Pausa. Tocan a la puerta)

Fausto.-(Sobresaltado) Adelante.

(Tocan una vez más a la puerta)

Fausto.- ¡Adelante!

Voland.-(En off). Debes decirlo tres veces.

Fausto.-(Sorprendido) ¡¿Adelante?!. ¡Está abierto!.

Voland.-(Entrando, jovial y simpático) ¡Hey!, ¡hey!, ¡hey!... ¡Fausto!..., así me gustas!


Deja de jugar con la pesadumbre, quita esa cara de melancolía. ¡Tienes que cuidarte los
nervios!... (Descubriendo a el Alma) ¡Ah!... ¡El Alma de Fausto!, seguro que
acabaremos por entendernos!.

Alma.- ¿Quién demonios es usted?

Voland.-¡Yeap!... Tú lo has dicho... ¡Mefistófeles!, del griego Mephusto-Philis:


Enemigo de la luz, espíritu de la negación, príncipe de los infiernos, corruptor,
destructor, mentiroso... en fin, todo aquello que llaman: ¡El Mal!... ¡Ha!, me has hecho
sudar...

Fausto.-¿Satanás?...

Voland.- Amigo mío, llámame Voland. Te preguntarás ¿Por qué estoy aquí?... Sabía
que estabas triste; ¿cómo era?... (imita a Fausto, burlón) “desde que nací, solo siento
una inmensa necesidad de llorar... ¡Hips!, El estremecimiento invade mi ser, las
lágrimas suceden a las lágrimas. (Aúlla de dolor) ¡Vamos!, El hombre debe ser fuerte,
generoso, fecundo, en perpetua emanación. Siempre satisfecho de producir, de
manifestarse, de ser... ¿No lo deseas?, No sabes lo que haces... (Truena los dedos y
entra el Ángel Azul con un traje para Fausto, se lo entrega y sale)... Te sugiero que te
vistas. Hay luna llena, el tiempo es corto y hay que salir volando a la noche para
aprender lo que es la vida.

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(Fausto y su Alma discuten un momento en secreto)

Fausto.- (Dirigiéndose a Voland) ¿Eh? ... No sé... No creo que... aunque quizás... Pero
no, no sé, tal vez... Es que no creo qué... (Pausa)

Voland.-Es difícil tomar una decisión, ¿verdad?. Amigo mío, heme aquí. En esta hora
aprenderás más de lo que aprenderías en un año.

Fausto.- No sé... (Le regresa el traje a Voland)

Voland.-¡Shhh!. Conocerás el pequeño mundo. (Voland truena los dedos y aparece el


Ángel Negro, abruptamente toma el traje y se lo avienta a la cara a Fausto)

El Ángel Negro.- Basta de palabrerías. En el infierno tenemos leyes. Vístete.

(Fausto asiente y comienza a vestirse)

ESCENA III “LA CREACCION DEL MUNDO”

(Entran técnicos del foro y bajo las órdenes del Ángel Negro meten a escena mesas,
sillas, luces, mamparas, etc... para crear una discotheque. Entran actores y músicos por
doquier).

El Ángel Negro.- Esto me gusta, ¡Acción!, ¡Cuidado con esas mamparas...! En su firme
maestro, en su firme... los cigarros deben quedar prendidos... cuidado con las copas...
Actores, a sus lugares,,, Sonido, prevenido al track... cabina: prevenida la luz catorce,
quince y dieciséis... (Entra corriendo una actriz a ocupar su lugar). Permítanme.
(dirigiéndose a la actriz) Llegas tarde... (Pausa). ¿Dónde estabas?...

Actriz.-Me tardé porque...

El Ángel Negro.- (Soltándole una cachetada) ¡A tu lugar!. (Pausa. Mirando a todos)


¡Imbéciles...! (Aparte). ¡Extras!... (A Voland que está sentado en una mesa sonriendo).
Estamos listos señor... (Gritando hacia la cabina) Prevenidos al qiu. (Sale el Ángel
Negro. Se van los técnicos del foro, y los actores se congelan en una posición. Fausto y
su Alma se sientan a la mesa de Voland)

Voland.-(Con una bebida en la mano y exhalando el humo de un cigarro). Hay veces


que me gustaría olvidarlo todo, y despertarme un buen día delante de una luz virgen,

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como al día siguiente de la creación. (Una voz a capella entona un aria de ópera). ¡Ah,
la nostalgia!. Créanme, de planetas y soles no sé nada, solamente veo como se fatigan
los mortales. Por ejemplo: ¿Qué tenemos aquí?: Un Hombre Triste.

Alma.-Ya nos queremos ir.

Voland.-¿Por qué?... Estamos caníbalmente bien. Felices, gruñendo como quinientos


marranos. (Gruñe. Cesa el canto operístico, y en las pantallas aparecen imágenes
psicodélicas. En su mano aparece una pastilla). Hay que retar a Dios, solo él vale la
pena. (Se toma la pastilla)

(Entra música estridente y los actores bailan al ritmo. Voland se pone de pie y baila
brindando y repartiendo pastillas por doquier. Fausto y su Alma intentan salir, pero los
personajes les obstruyen el cambio).

Fausto.- (Gritando). ¡Ya me quiero ir!

Voland.-(Gritando). ¿No lo sientes? ¡Cada día es una fiesta!. ¡La gente no siente al
diablo aunque lo tenga cerca!.

Alma.-¡Fausto! ¡Fausto!.

Fausto.-Me voy, me voy.

Voland.-(Deteniendo la música y realentando la acción general). ¡Fausto!, Presta


atención: la bestialidad va a descubrirse con toda su magnificencia.

(Entra música y aparece El Ángel Azul cantando ante un micrófono una canción
seductora. Fausto la observa embelesado. Por el extremo opuesto aparece Margarita que
atraviesa el escenario volando, solamente El Alma de Fausto la observa y la sigue.
Voland observa al Alma de Fausto y sonríe. Sale música. Oscuro).

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ESCENA IV “EL PACTO”

(Se ilumina una parte del escenario, y vemos unos baños públicos con tres puertas.
Fausto está vomitando adentro de un baño. El Alma de Fausto mira el techo sumido en
sus pensamientos. Voland está ante el espejo metiéndose cocaína)

Fausto.-(En off). Puta mierda, coño, puerca vaca, puta madre, me cago, me lleva la
chingada, hijo de tu puta madre, infeliz, pendejo, bastardo, deficiente, cabrón, culero,
puto mamavergas, pedazo de cagada, imbécil, cobarde, traidor, maldita sea...(Saliendo
del baño)... ¡Me cago en la vida!.

Voland.-(Cínicamente) ¡Ay, Ay, Ay... cuanta rabia!, ¿Por qué?...

Fausto.-No sé. Me siento mal.

Alma.-(Sentándose en proscenio) Cuando te enamoras hay noches en blanco que ni el


más cruel de los verdugos habría podido inventar, de esas noches sales hecho polvo,
alucinado, estúpido, sin recuerdos ni presentimientos y sin saber quién eres. En esas
noches la luz parece tan inútil (se queda deshojando una margarita).

(Voland atiende amablemente a Fausto. Le lava la cara, lo seca, lo peina y lo arregla


mientras canta).

Fausto.-¿Qué quieres de mi?

Voland.-Nada.

Fausto.-No. El diablo es egoísta y siempre busca lastimarnos o destruirnos.

Voland.-El mal es en la misma medida que el bien una fuerza creadora, bueno..., aunque
el mal es el más activo de los dos, pues con demasiada frecuencia el bien haraganea.
Cosa que no es mi culpa.

Fausto.-¡Blasfemas!

Voland.-Con esa actitud estas echando a perder todo. Solo quiero mostrarte lo que
nunca ha visto ningún mortal.

Fausto.-¿Qué quieres enseñarme, pobre diablo... manjares, oro, placeres?

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Voland.-Todos esos tesoros te los puedo dar.

Fausto.-¡El paraíso perdido!. Voland, nada me tienta, nada me dice nada. Durante
mucho tiempo he estado enamorado de la tristeza. Y si algo llegara a seducirme, a
hacerme feliz, no me importaría perder mi alma.

Voland.-Piénsalo bien.

Fausto.-Si un día le digo al fugaz momento: “Detente instante, eres tan hermoso”,
puedes tomar mi alma y quemarla en el infierno.

Voland.-Un hombre sin alma es el hombre más solo.

Fausto.-Yo jamás detendría al instante... ¿quieres apostarlo?

Voland.-Trato hecho.

(De las otras dos puertas del baño salen el Ángel Negro y El Ángel Azul con un
pergamino y un tintero).

Voland.-Yo confío en tu palabra, pero...

El Ángel Negro.- En el infierno tenemos leyes.

(El Ángel Azul lee el contrato, mientras el Ángel Negro ayudado por demonios instala
aparatos médicos, sondas, etc, para extraer la sangre de Fausto y con ésta firmar el
contrato).

El Ángel Azul.- Si me permiten caballeros: “Contrato que celebran por una parte:
Voland, príncipe de las tinieblas y señor del inframundo; y por la otra parte: Fausto, el
hombre triste; con respecto a el empeño de el Alma del señor Fausto la cual queda en
prenda bajo las siguientes cláusulas:

PRIMERA.- Se declara que la apuesta ha sido establecida por el Sr. Fausto en


plena libertad de su albedrío.

SEGUNDA.- El Sr. Voland se obliga a mostrar al Sr. Fausto lo que nunca ha visto
ningún mortal, así como a ofrecerle una vida llena de placeres y lujos, cubriendo
todos los gastos por su cuenta y a su entera satisfacción.

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TERCERA.- Ambas partes convienen en que el trato será interrumpido en caso de
que el Sr. Fausto declare: “DETENTE INSTANTE, ERES TAN HERMOSO”.

CUARTA.- Si se cumpliera la tercer cláusula, el Sr. Fausto se compromete a


entregar su Alma a el Sr. Voland en un plazo infinitesimal y sin prórroga absoluta.

QUINTA.- Una vez entregada el Alma del Sr. Fausto, ésta pasará a ser propiedad
del infierno, el cual se reserva para su propia conveniencia todos los derechos para
el uso o mal uso que se haga de la misma”... ¿Firman los señores?.

(Voland y Fausto firman con la sangre de Fausto. El Ángel Negro y el Ángel Azul salen
con el contrato seguidos por los demonios. Voland y Fausto se estrechan las manos.
Entra música. Fausto y Voland salen. Vuelven a entrar el Ángel Negro, el Ángel Azul y
los demonios que toman y juguetean con el Alma de Fausto. En las pantallas se suscitan
imágenes donde Fausto y Voland firman cheques, vales, bauchers, etc., como una
síntesis temporal de su recorrido por el mundo. Oscuro. Por otro lado aparece Margarita
en un balcón. Luz de luna. El Alma de Fausto la observa).

Margarita.-De varias cosas haz dos, tres y tres, uno. Así eres rico. Uno con tres es
cuatro. Tres, cuatro, tres es cuatro, tres, dos, uno, la vuelta al mundo, de cuatro a tres va
uno; de tres a cuatro va uno, el placer; así pues, uno y uno, tres y cuatro; de tres a uno
van dos; de dos a tres va uno; de tres a dos, uno, uno, dos y tres, el paraíso perdido. Y
uno, dos, de dos y uno, uno de uno a dos y uno, por lo tanto: uno.

(Sale Margarita y el Alma de Fausto se queda como embrujado)

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ESCENA V “EL DESIERTO”

(El Alma de Fausto está el centro del escenario vacío)

El Alma.-Yo soy el Alma del hombre triste, yo soy el Alma de Fausto. Esta es mi casa.
El más bello y más triste paisaje del mundo. (Dibuja un círculo en el aire) Me encanta
hablar con dibujos. Mi casa tiene una puerta, (la dibuja) una chimenea, (la dibuja) una
nube, (la dibuja) y montañas. Hoy saqué una silla al jardín de mi casa, y me senté a
observar... vienen tiempos difíciles, ¿cómo va el mundo hoy?... ¿de izquierda a derecha,
o de derecha a izquierda?. Hola señora, ¿cómo están sus penas?, y usted señor, ¿qué tal
ese dolor?. Vienen tiempos difíciles, pero la vida es bella y hay que sacar a pasear al
perro. (Dibuja un perro en el aire y comienza a pasearlo. Aparece Margarita cruzando el
escenario velozmente, el Alma la observa. Margarita sale) Yo veo a Margarita en todas
partes solo que no sé cómo encontrarla... eso hace que me sienta perdido y con temor,
yendo de aquí para allá sin saber que decir, con la mirada llena de angustia. (Pausa) La
amo.

(Entra el Ángel Negro con zancos en pies y manos simulando una araña gigante.
Acechando a el Alma de Fausto).

El Ángel Negro.- ¡Imbécil!. El amor es un sentimiento totalmente anormal. Un


sentimiento que va acompañado de todos los estados turbios que suelen caracterizar a
una mente trastornada: angustia, desesperación, desconfianza mórbida, relámpagos de
felicidad, egoísmo llevado hasta la ferocidad. El amor es el estado más peligroso para el
alma de un simple mortal.

(El Ángel Negro acorrala a el Alma de Fausto y cuando está a punto de soltarle un
golpe se escucha fuertemente el sonido de un avión despegando, Oscuro, salen)

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ESCENA VI “EL ENCUENTRO”

(Entra luz. Vemos a Fausto y Voland cayendo lentamente en paracaídas, mientras


Margarita y diversos personajes citadinos cruzan el escenario, durante el tiempo de la
caída el movimiento es en cámara lenta)

Voland.-Para nacer de nuevo primero tienes que morir. ¡Ay, si! !ay, si!. Para posarte en
el seno de la tierra primero tienes que volar. ¡Shua! ¡shua!.

Fausto.-¡Ah, mi espalda!... Basta, basta ya, estoy cansado de viajar.

Voland.-Costa Rica, Perú, Chile, Santiago, Argentina, Madrid, Roma, Ostia Anticua,
Viterbo, Bologna...

Fausto.-Bueno, solo una noche más, mañana nos vamos. ¡El colmo, perdí el boleto y el
dinero!, así es la vida, ¿qué le vamos a hacer?... Es así, es así...

Voland.-Londres, Bexhill-on-sea, Brigton, Amsterdam, Londres, Roma, Florencia,


Venecia, Lido Centro, Veintle Miglias...

Fausto.- Y lo que me ha dicho la gente en este viaje: Cuanto miedo para decir te quiero,
gracias por tus canciones, adiós, espérame, no te mueras, quiero volverte a ver...
(Mientras Fausto dice estos textos los actores lo repiten).

Voland.-...París, España, Barcelona, Valencia, Bilbao, Pamplona, Madrid, Marruecos,


Marrakech, ... ¡Almasarajk!.

Fausto.-Pobre de mí tan viejo y cansado, tan muerto y pálido, tan infeliz.

Voland.-Por Dios que tuvimos suerte. Toda la suerte del mundo, hemos vuelto a nacer,
bobito. Tu y yo. Feliz cumpleaños, señor, feliz cumpleaños.

Fausto.-¡Voland! ? ¿Cuánto tiempo hemos viajado?.

Voland.-Exactamente: siete meses, veintiún días, nueve horas, seis minutos, uno, dos,
tres segundos.

(Se escucha una fuerte explosión. Fausto y Voland, han llegado al piso, sueltan los
arneses del paracaídas. Todos los personajes se mueven en tiempo normal, y salen de
escena. Solo quedan Fausto y Margarita)

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Fausto.-(Chocando con Margarita, la cual cae al piso) Perdón, bella señorita, (le ofrece
la mano)

Margarita.-¡No soy señorita, ni bella y sé pararme sola!. (Se levanta y sale)

Fausto.-Pero que hechicera es esta niña, jamás había visto nada igual, ¿o quizá sí?,,, Yo
la conozco. ¡Este encuentro ya lo viví!

Voland.-(Entrando burlón) ¡Deja vu!, Hermoso deja vu, este momento ya lo viví...

Fausto.-Déjame en paz.

Voland.-Perdón bobito, ¿puedo hacer algo para contentarte?

Fausto.-Mmhh... ¡Si!, quiero esa niña.

Voland.-¿Cuál?

Fausto.-La que acaba de pasar.

Voland.-¿Margarita?... no, no, no, no, no. Sobre ella no tengo poder alguno.

Fausto.-Te lo voy a decir claro y sin ambigüedades: si esa dulce joven no duerme hoy
en mis brazos, al llegar la media noche, todo queda roto entre tú y yo... ¡bobito!.

El Ángel Azul.- (Entra con pergamino en mano y lee), CLAUSULA SEGUNDA: “El
señor Voland se obliga a mostrar al señor Fausto lo que nunca ha visto ningún mortal,
así como ofrecerle una vida llena de placeres y lujos; corriendo todos los gastos por su
cuenta y a su entera satisfacción”. (Sale)

Volando.-Si pones así las cosas... Será esta noche.

Fausto.-¿Será mía?.

Voland.-No hay duda. Yo soy Mefísto. Los niños son niños y los juegos, juegos son.

(Voland aparece una batuta con la cual dirige el movimiento de la siguiente escena
como un director de orquesta)

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ESCENA VII “LA TRAGEDIA”
(Entra música. Voland dirige el movimiento desde un rincón. Entran demonios
cargando a Fausto y Margarita realizando una danza donde éstos se encuentran y se
separan. Las pantallas presentan la imagen de un universo que se construye hasta
terminar en un cielo estrellado. En el medio del escenario vemos la cama de Fausto; los
demonios depositan a Fausto y Margarita en la cama, al tiempo que una enorme tela los
cubre. Vemos sus siluetas que danzan mientras se desnudan. En el momento final de la
música la tela cae sobre ellos. Salen los demonios, Voland desaparece en la oscuridad y
la gran tela se sumerge lentamente por el centro de la cama. Fausto y Margarita se
incorporan bruscamente, y se sientan en la cama. El cielo en las pantallas desaparece.
Se miran sorprendidos despertando de un sueño)

Margarita.-Casi se me doblan las rodillas.

Fausto.-Nunca me había dolido tanto el cuerpo.

(Ambos sonríen tímidamente)

Margarita.-Estoy toda despeinada.

Fausto.-Estas hermosa.

(Vuelven a reír. Silencio. Comienzan a vestirse pudorosamente. En la pantalla vemos a


el Alma de Fausto que viene corriendo).

Fausto.-(Terminando de vestirse) Bueno, ya me voy, adiós.

Margarita.-Adiós.

(Entra el Alma corriendo y se lanza sobre Fausto para detenerlo).

El Alma.-(Abrasándolo), ¡Dile que la amas, que jamás tu corazón había latido con tanta
fuerza!, ¡que tus ojos, tus labios y tus manos están extasiados!. Confiésalo, no te puedes
ir.

Fausto.-(Soltándose del abrazo) ¿Margarita?... (Pausa).

Margarita.-(Ilusionada) ¿Sí?...

Fausto.-No... nada.

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El Alma.-(Deteniendo a Fausto) No te vayas.

Fausto.-(Dirigiéndose a Margarita súbitamente) !Quédate a vivir conmigo!.

Margarita.-¡Sí!.

(Entran músicos y tocan una alegre y escandalosa melodía, el Alma baila. Durante el
tiempo que dure la canción, Margarita y Fausto se miran inmóviles y sin decir nada.
Termina melodía. Oscuro)

ESCENA VIII “INFIERNO”

(Entra luz y en el escenario vemos solamente a Margarita y a Fausto congelados en la


posición de la escena anterior. Entra Voland, hace un gesto y Fausto se descongela)

Voland.-(Durante este texto Voland en momentos baila a la Fred Astaire) ¡El seductor!,
¡El súper seductor! Cogido de la nariz, por una niña, por una chiquita, por un angelito,
por una... ¡bobalicona! Pobrecito.

Fausto.-¿Qué quieres?.

Voland.-Salvarte.

Fausto.-¡¿Salvarme?! ¿De qué?

Voland.-De la catástrofe, de la angustia, del delirio, de la locura, del espanto. En fin, de


todo aquello a lo que llaman... ¡Amor!.

Fausto.-¿Y tú que sabes? Serpiente. Tú no puedes amar.

Voland.-¡Mi querido Fausto!, No soy omnipotente; pero sé algunas cosillas. El amor es


una pesadilla inverosímil, es el horror absoluto. Es el sistema de Dios para volver a los
hombres un juguete ¡Ah!, ¿Qué digo?, ¡Menos que un juguete!; Una... Nada.

Fausto.-(Se ríe burlándose de Voland) ¡Vaya broma!; el diablo revelándome las trampas
de Dios.

(Entra el Ángel Negro toma a Fausto y lo lanza, cae sobre él y lo golpea)

El Ángel Negro.- (Lleno de ira) ¡Dios, creó al hombre lleno de miedos para que no
soportara la verdad, para que la evitara y le fuera intolerable!.

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Voland.-¡Fausto! (El Ángel negro cesa de golpearlo y sale) Aunque no lo creas he
llegado a apreciarte como a un hermano, después de todo, ¿cuánta diferencia existe
entre un hombre triste y un Ángel caído?. Fausto, mi miserable Fausto, permíteme
mostrarte el infierno, permíteme mostrarte lo que es ser amado.

(Margarita se descongela y comienza a llamar a Fausto)

Margarita.-¡Fausto!...

(Aquí vemos entrar a todos los demonios disfrazados de Margarita, acechan a Fausto y
lo llaman; de igual forma en las pantallas vemos imágenes de Margarita por doquier,
como una pesadilla)

Margarita 1.- ¡Fausto!...

Margarita 2.- ¡Fausto!...

Margarita 3.- ¡Fausto!...

Margarita.-Te amo soy tuya...

El Ángel Negro.- (Disfrazado de Margarita, toma bruscamente a Fausto), ¡Eres mío!, di


que eres mío...

El Ángel Azul.- (Disfrazada de Margarita. Besando a Fausto) Hazme el amor (lo besa).
Hazmelo otra vez, otra vez, (lo besa)...

El Ángel Negro.- ¡Eres mío!, si miras a alguien más te mato...

Margarita.-Soy tuya...

(Fausto intenta escapar inútilmente. El ritmo va subiendo vertiginosamente; hasta


mezclar las voces en un escándalo desquiciante; Voland hace un gesto que congela a
todas las Margaritas)

Voland.- ¡Sin escape Fausto!. Mi miserable Fausto. Esto es el amor; un infierno


disfrazado de felicidad.

(Voland hace un nuevo gesto y salen todas las Margaritas. Fausto está abrumado,
sudoroso y aterrado. Voland aparece un arma y se la da a Fausto).

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Voland.-Solo hay un camino para escapar a toda esta demencia.

(Fausto toma el arma y la lleva a la boca, en las pantallas vemos la imagen de Margarita
que corriendo se acerca desde lejos)

Margarita.-(Voz en off). ¡Fausto!, ¡Fausto!...

(Fausto aprieta el arma contra su cabeza, tiembla, duda, mira a Voland, mira la pantalla,
repentinamente gira y dispara contra la pantalla; Margarita aparece saliendo de ésta con
las ropas bañadas en sangre, Fausto deja caer el arma al mismo tiempo que entra el
Alma).

El Alma.- (Sosteniendo el cuerpo de Margarita que cae) El amor es un sentimiento


totalmente anormal, un sentimiento que va acompañado de todos los estados turbios que
suelen caracterizar a una mente trastornada. El amor es el estado más peligroso para el
alma de un simple mortal.

ESCENA IX “INSTANTE”

(El Ángel Negro y el Ángel Azul entran aplaudiendo a Voland)

El Ángel Azul.- ¡Maestro! Bravo, bravo.

El Ángel Negro.- Delicioso, sutil... tan negro como la desesperación.

Voland.-¡Grazie! !Grazie! Grazie tantti, grazie a tutti.

Fausto.-(Incrédulo) ¿Qué? ¿Qué es esto? ¿Qué pesadilla? ¡Monstruos!.

Voland.-(Como dando una lección) Aquí estamos; otra vez en el límite de la razón, en
el punto donde los mortales pierden la cabeza. ¿Por qué entran en relación con nosotros
si somos monstruos?... espíritus infinitos, perros negros. Los mortales se lanzan a volar
sin recordar que sienten vértigo; ¿nosotros nos metemos con ellos o son ellos los que se
meten con nosotros?.

(Margarita comienza a elevarse, el cielo del escenario se ilumina)

El Alma.-(A Fausto que está impávido) ¡Sálvala!, ¡Fausto!, ¡Sálvala!.

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Fausto.-(A punto de llorar) ¡Voland! Sálvala.

Voland.-¿Sálvala?, (Irónico), yo no puedo salvar vidas. ¡Sálvala!, (Ríe) ¿quién la mató?,


¿Tú o yo?.

El Ángel Negro.- Quiero esa niña.

Voland.-¿Cuál?

El Ángel Azul.- La que acaba de pasar.

Voland.-¿Margarita?... No, no, no, no, no, Sobre ella no tengo poder. Alguno.

El Ángel Negro.- Te lo digo claro...

El Ángel Azul.- Y sin ambigüedades...

Voland.-Si no duerme hoy en mis brazos... todo queda roto entre tú y yo; ¡bobito!.

El Ángel Azul.- CLAUSULA SEGUNDA: bla, bla, bla.

(Fausto cae al piso)

El Alma.-(Mirando a Margarita elevarse) ¡Detén el instante! - (Fausto lo mira


sorprendido)- ¡Detén el instante!.

(Voland truena los dedos y el Ángel Azul saca el pergamino y lee rápidamente las
cláusulas tercera, cuarta y quinta del contrato, Fausto mira a El Alma)

El Alma.-¡Detenlo!.

(Fausto se incorpora en silencio. Reta con la mirada a Voland)

Fausto.-¡Detente instante, eres tan hermoso!.

(Margarita comienza a volar sobre el escenario y el público con el cielo iluminado y las
pantallas llenas de estrellas. Entra música. El Alma se acerca a Fausto y lo abraza)

El Alma.-Gracias.

(El Alma de Fausto voltea a los demonios y se entrega. Fade out

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ESCENA X “EL AZAR”

(Entra luz, vemos a Fausto sentado en la cama como en la primera escena. Está solo,
sorprendido, despertando de un sueño. Lentamente se incorpora y se dirige a algo que
ve brillar en el piso. Lo levanta y lo mira, es la moneda que desapareció en la primera
escena; la lanza al aire y la atrapa, la pone en el dorso de su mano, cubriéndola. Vemos
entrar a el escenario a diferentes personas, cuantas más se puedan, las cuales llegando a
su lugar lanzan una moneda al aire y la cubren sobre el dorso de la mano)

Fausto.-(Al público) Sólo merece el Amor, aquel que se ve obligado a ganarlo todos los
días, el que cae en la locura del Alma, aquel que abandonado por sus demonios dice al
fugaz momento: “Detente, eres tan bello”. (Muestra sus manos vacías, la moneda ha
desaparecido. Oscuro. Suena la misma música alegre del final de la escena VII. Cae el
telón.)

Marzo 2000 Roma, Italia.

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