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El escarabajo de oro

El escarabajo de oro es uno de los relatos contenidos en las Narraciones extraordinarias


del célebre escritor norteamericano Edgar Allan Poe. Su protagonista es William
Legrand, un misántropo apasionado por la entomología. Junto a un viejo criado negro,
Júpiter, Legrand vive en una isla cercana a la costa de Carolina del Sur.

Legrand encuentra en los alrededores una especie desconocida de escarabajo; por su


color, dorado brillante con manchas negras, y sobre todo por su peso, parece como si
estuviera hecho de oro. El mismo día del hallazgo recibe la visita de un amigo (el autor
del texto), a quien da cuenta de su descubrimiento y le dibuja la forma del insecto. El
amigo ve en el dibujo una curiosa semejanza con una calavera, y Legrand, atónito por la
diferencia entre lo que se había propuesto dibujar y el extraño resultado, comienza a
reflexionar. A partir de este instante, el comportamiento de Legrand se vuelve hasta tal
punto extraño que incluso el fiel Júpiter llega a creer que está loco.

Un mes después de este incidente, el amigo recibe una nota de Legrand convocándole
urgentemente. Al llegar junto a Legrand se entera de que ha organizado una misteriosa
expedición y, no queriendo contrariarle en sus caprichos, acepta participar en ella. Los
tres hombres, guiados por Legrand, recorren la isla hasta llegar al pie de un gigantesco
tulípero. Siguiendo las instrucciones de su señor, Júpiter trepa a la copa y encuentra en
ella una calavera.

A partir de un punto determinado por la caída del pesado escarabajo a través del ojo
izquierdo de la calavera, Legrand descubre, trazando una recta entre el árbol y dicho
punto y prolongándola cincuenta pies, el emplazamiento de un fabuloso tesoro,
enterrado en otro tiempo por un pirata perseguido. El resto de la narración está
destinado a exponer, por boca de Legrand, la serie de deducciones rigurosamente
lógicas que le han conducido a este descubrimiento.

Casualmente, el trozo de papel en que Legrand había trazado el dibujo del escarabajo
era un viejo pergamino hallado en la playa, cerca de los restos de una antigua quilla. El
pergamino estaba escrito con un pigmento que se hacía visible al acercarlo a una fuente
de calor; como su amigo había acercado el papel al fuego, apareció la calavera, lo que le
sugirió que podía tratarse de un documento de un pirata. Aplicando un calor uniforme a
todo el pergamino, descubrió que contenía un criptograma que logró descifrar; el
mensaje así obtenido (verdaderamente sibilino) le proporcionó los elementos que le
llevaron a localizar el emplazamiento del tesoro.

El escarabajo de oro ocupa un lugar especial en la obra de Edgar Allan Poe. Lejos de
tener el carácter angustioso y morboso de sus demás narraciones, se caracteriza por el
rigor casi matemático de los razonamientos prestados por el autor a su personaje
principal y por la impecable precisión del detalle concreto, que hacen posible y lógica
una historia que en principio parecía inverosímil. En tanto que centrado en la resolución
de un enigma, cabe situarlo junto a los relatos protagonizados por Augusto Dupin (Los
crímenes de la calle Morgue, El misterio de Marie Rogêt y La carta robada), que han
valido a Poe la consideración de fundador y maestro de la literatura detectivesca.

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