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Actividad 1 búsqueda de caso

Ansia sexual infantil

Presentado por

María Fernanda Martínez Zamora


María Emilse pachón García

Docente
Cielo robles

Asignatura
Escuelas psicológicas dinámicas

Universidad iberoamericana
Psicología virtual
Abril 2020
Caso clínico de neurosis

Ansia sexual infantil

«Mi vida sexual empezó muy temprano. Me acuerdo de una escena de mi cuarto a
quinto año (desde mi sexto año poseo recuerdo completo), que años después me afloró con
claridad. Teníamos una gobernanta joven, muy bella, la señorita Peter.^ Cierta velada yacía
ella, ligeramente vestida, sobre el sofá, leyendo; yo yacía junto a ella y le pedí permiso para
deslizarme bajo su falda. Lo permitió, siempre que yo no dijera nada a nadie. Tenía poca
ropa encima, y yo le toqué los genitales y el vientre, que se me antojó curioso. Desde
entonces me quedó una curiosidad ardiente, atormentadora, por ver el cuerpo femenino.
Todavía sé con qué tensión aguardaba en los baños, adonde aún me permitían ir con la
señorita y mis hermanas, que ella entrara desvestida en el agua. Tengo más recuerdos, de
mi sexto año. Había entonces en casa otra señorita, también joven y bella, que tenía
abscesos en las nalgas y al anochecer solía estrujárselos. Yo acechaba ese momento
para saciar mi curiosidad. También en el baño, aunque la señorita Lina era más recatada
que la primera. (Respuesta a una pregunta que yo le hice entretanto: "Yo no dormía
regularmente en la habitación de ella, casi siempre en la de mis padres".) Recuerdo una
escena, yo debo de haber tenido 7 años.* Estábamos sentados juntos, al anochecer, la
señorita, la cocinera, otra muchacha, yo y mi hermano, menor que yo en un año y
medio. De repente escuché, de la conversación de las muchachas, que la señorita Lina
decía: "Con el pequeño es claro que una lo podría hacer, pero Paul" (yo) "es demasiado
torpe, seguro que no acertaría ". No entendí con claridad a qué se referían, pero sí entendí el
menosprecio y empecé a llorar. Lina me consoló y me contó que una muchacha que había
hecho algo parecido con un niño que le habían confiado fue encarcelada por varios meses.
No creo que haya hecho algo incorrecto conmigo, pero yo me tomaba libertades con ella.
Cuando me metía en su cama, la destapaba y la tocaba, lo cual ella consentía, quieta. No era
muy inteligente y evidentemente sentía una gran necesidad sexual. Con 23 años de edad, ya
había tenido un hijo, cuyo padre se casó después con ella, de suerte que hoy se titula
"señora Hofrat".^ Suelo verla todavía por la calle.

»Ya a los 6 años padecía de erecciones y sé que una vez acudí a mi madre para
quejarme. Sé también que a raíz de ello tuve que superar unos reparos, pues yo vislumbraba
el nexo con mis representaciones y mi curiosidad, y por entonces tuve durante algún tiempo
la idea enfermiza de que los padres sabrían mis pensamientos, lo cual me explicaba por
haberlos yo declarado sin oírlos yo mismo. Veo en eso el comienzo de mi enfermedad.
Había personas, muchachas, que me gustaban mucho y por quienes yo sentía un
urgentísimo deseo de verlas desnudas. Pero a raíz de ese desear tenía un sentimiento
ominoso, como si por fuerza habría de suceder algo si yo lo pensaba, y debía hacer
toda clase de cosas para impedirlo».
(Preguntado, indica, como ejemplo de esos temores; «Aíi padre moriría».)
«Pensamientos sobre la muerte del padre me han ocupado desde temprano y por largo
tiempo, dándome gran tristeza». En esta oportunidad escucho asombrado que su padre, por
quien se inquietan sus temores obsesivos de hoy ha muerto hace ya varios años.

Primera tópica

Inconsciente: según Freud, es la fuente de nuestras motivaciones.


Teníamos una gobernanta joven, muy bella, la señorita Peter.^ Cierta velada yacía ella,
ligeramente vestida, sobre el sofá.

Consciente: según Freud, es todo aquello que nos damos cuenta en un momento particular.

Tenía poca ropa encima, y yo le toqué los genitales y el vientre, que se me antojó curioso.
"Con el pequeño es claro que una lo podría hacer, pero Paul" (yo) "es demasiado torpe,
seguro que no acertaría, No entendí con claridad a qué se referían, pero sí entendí el
menosprecio y empecé a llorar.

Preconsciente: según Freud , se refiere a aquellos recuerdos que no están disponibles en el


momento pero que somos capaces de traer a la consciencia.

Tengo más recuerdos, de mi sexto año. Había entonces en casa otra señorita, también
joven y bella, que tenía abscesos en las nalgas y al anochecer solía estrujárselos. Yo
acechaba ese momento para saciar mi curiosidad.

Recuerdo una escena, yo debo de haber tenido 7 años. Estábamos sentados juntos, al
anochecer, la señorita, la cocinera, otra muchacha, yo y mi hermano, menor que yo en
un año y medio.
Segunda tópica

Ello: impulsos y pulsiones.

Cierta velada yacía ella, ligeramente vestida, sobre el sofá, leyendo; yo yacía junto a ella y
le pedí permiso para deslizarme bajo su falda. Lo permitió, siempre que yo no dijera nada a
nadie.
Ya a los 6 años padecía de erecciones y sé que una vez acudí a mi madre para quejarme.
En esta oportunidad escucho asombrado que su padre, por quien se inquietan sus temores
obsesivos de hoy ha muerto hace ya varios años.

El Yo: la razón y la cordura.


Pero a raíz de ese desear tenía un sentimiento ominoso, como si por fuerza habría de
suceder algo si yo lo pensaba, y debía hacer toda clase de cosas para impedirlo».

El super yo: ética y moral

tuve durante algún tiempo la idea enfermiza de que los padres sabrían mis pensamientos, lo
cual me explicaba por haberlos yo declarado sin oírlos yo mismo.

La libido: termino de medicina de psicoanálisis de manera general para denominar el deseó


sexual de una persona.

Desde entonces me quedó una curiosidad ardiente, atormentadora, por ver el cuerpo
femenino
pero yo me tomaba libertades con ella. Cuando me metía en su cama, la destapaba y la
tocaba.
Había personas, muchachas, que me gustaban mucho y por quienes yo sentía un
urgentísimo deseo de verlas desnudas.
Bibliografías

Clásicos de la Psicología. Sigmund Freud: el padre del psicoanálisis. (2016, mayo 27).
Recuperado 18 de abril de 2020, de https://canalbiblos.blogspot.com/2016/05/clasicos-de-
la-psicologia-sigmund-freud.html

Fau, M. E. (2009). Sigmund Freud. Clásicos resumidos (pp. 6-13).

(1909- 1972). freud caso hombre de las ratas. 18 de abril del 2020, de casos Sitio web:
http://www.bibliopsi.org/docs/carreras/obligatorias/CFG/psicopatologia/schejtman/tercer%
20conjunto/Freud,%20Caso%20hombre%20de%20las%20ratas,%20Tomo%20X.pdf

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