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Educación

Su educación fue inicialmente dirigida por Leónidas,12 un austero y estricto maestro macedonio que daba
clases a los hijos de la más alta nobleza, que lo inició en el ejercicio corporal pero también se encargó de su
educación. Lisímaco, un profesor de letras bastante más amable, se ganó el cariño del Magno llamándole
Aquiles, y a su padre, Peleo.12 Sabía de memoria los poemas homéricos y todas las noches colocaba la
Ilíada debajo de su cama.13 También leyó con avidez a Heródoto y a Píndaro.

Se cuentan numerosas anécdotas de su niñez, siendo la más referida aquella que narra Plutarco:14 Filipo II
había comprado un gran caballo al que nadie conseguía montar ni domar. Alejandro, aun siendo un niño, se
dio cuenta de que el caballo se asustaba de su propia sombra y lo montó dirigiendo su vista hacia el Sol. Tras
domar a Bucéfalo, su caballo, su padre le dijo: «Búscate otro reino, hijo, pues Macedonia no es lo
suficientemente grande para ti».9

Alejandro y Aristóteles. El notable filósofo se ocupó de la formación intelectual y académica de Alejandro


durante cinco años.
Según coinciden algunos historiadores antiguos, especialmente Calístenes, quien narra la participación de
Alejandro en su adolescencia de los Juegos Olímpicos (a petición de Filipo), en la cual obtuvo victorias en
competencias de carros.9

A los trece años fue puesto bajo la tutela de Aristóteles,9 el filósofo que más influyó en la filosofía y las
ciencias. Durante cinco años sería su maestro, en un retiro de la ciudad macedonia de Mieza. Aristóteles le
daría una amplia formación intelectual y científica en las ramas que este abordó, como filosofía, lógica,
retórica, metafísica, estética, ética, política, biología, y otras tantas áreas.

Muy pronto (340 a. C.) su padre lo asoció a tareas del gobierno nombrándolo regente, a pesar de su
juventud.15 Recibía personalmente a los enviados persas, deseosos de que Macedonia pagase los altos
tributos exigidos por Darío. Les conversaba amablemente, y así obtenía información, acerca de las travesías
de rutas tierra-mar, la preparación del ejército persa, valioso para las acciones que desarrolló en el futuro. En
el 338 a. C. dirigió la caballería macedónica en la batalla de Queronea, siendo nombrado gobernador de
Tracia ese mismo año.15 Desde pequeño, Alejandro demostró las características más destacadas de su
personalidad: activo, enérgico, sensible y ambicioso. Es por eso que, a pesar de tener apenas dieciséis años,
se vio obligado a repeler una insurrección armada.15 Se afirma que Aristóteles le aconsejó esperar para
participar en batallas, pero Alejandro le respondió: «Si espero, perderé la audacia de la juventud».

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