La demanda de servicios pediátricos presentó una caída significativa
Colapso sanitario infantil obligó a cambiar la práctica de
la medicina pediátrica Las herramientas digitales representaron un gran cambio en la práctica de la medicina pediátrica. Los médicos pudieron llegar a población desatendida.
Por un inesperado colapso sanitario en la infancia y adolescencia, producto de la pandemia
del COVID-19, la medicina pediátrica se enfrenta a un gran reto al intentar, con poca experiencia científica, contrarrestar los efectos de la pandemia en la población pediátrica. Durante el transcurso y desarrollo de la pandemia del COVID-19 en el mundo, los especialistas en medicina pediátrica veían venir complicaciones en la salud integral de la población pediátrica, sin embargo, las consecuencias de la pandemia llegaron a ser mucho más graves causando un inesperado colapso sanitario en la infancia y adolescencia en el mundo, que representa, hasta el día de hoy, un gran reto para los pediatras quienes se enfrentan a este con poca preparación médica, experiencia, recursos y evidencia científica. La población pediátrica ha tenido menos visibilidad durante la pandemia del COVID-19 por su poca representación dentro del número de afectados. De acuerdo con un estudio realizado por la Asociación española de pediatría, los infantes y adolescentes son tan solo el 2% de la población perjudicada, lo que significa una disminución de la priorización de esta población frente a otros pacientes con mayor riesgo, como adultos mayores o personas con preexistencias médicas. Por tal razón, según el estudio, la demanda de asistencia en los servicios pediátricos ha caído significativamente frente al año 2019. La pediatría no solo se ha visto afectada por la disminución en la demanda de sus servicios, sino que también ha tenido que hacerle frente al colapso sanitario en la infancia y adolescencia producto de la pandemia. Los pocos recursos debido a la distribución de estos priorizando otras especialidades médicas, la poca preparación médica para enfrentar la pandemia, la débil evidencia científica para la atención pediátrica, la invisibilización de la población pediátrica por su poca representación porcentual (2%) en el número de afectados por el COVID-19 y otros problemas de salud integral para la infancia y adolescencia como la pobreza, la falta de educación sanitaria, la desnutrición, los efectos negativos en la salud mental y la profundización de la desigualdad, son retos a los que diariamente se enfrentan los médicos pediatras. No obstante, dichas condiciones han representado, para bien, un cambio en la práctica de la medicina pediátrica que no hubiera sido posible sin una situación como la actual. De acuerdo con el doctor Fabio Rodriguez Morales, pediatra y profesor de la Universidad de La Sabana, el mayor cambio y lección que la pandemia de COVID-19 pudo dejar a la pediatría fue el incentivo para emplear herramientas tecnológicas como la telemedicina o la educación remota para llegar a la población desatendida, brindar información y compartir experiencias con la comunidad médica sobre los nuevos avances en la medicina pediátrica y capacitar a los pacientes sobre los cuidados que debían tener en una situación como la actual. ‘’Definitivamente, la pediatría como especialidad médica tiene un papel fundamental permitiendo esa transferencia de conocimiento a padres y cuidadores de la primera infancia, infancia y adolescencia sobre lo relevante de modificar los estilos de vida inapropiados y de riesgo en la salud.’, indicó el doctor Rodriguez al referirse al papel que ha tenido la pediatría durante la pandemia de COVID-19.