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PROPUESTA 1

FOMENTAR EL CONSUMO RESPONSABLE Y


LA PRODUCCIÓN ECOLÓGICA.
1. Introducción
Vivimos en una sociedad que favorece el consumismo, nos hemos acostumbrado a
usar y tirar. El marketing nos bombardea con anuncios cuyo objetivo es hacernos
engranajes de un sistema que reduce a las personas al papel de consumidores
obedientes.
El consumo responsable es un concepto que defiende que los seres humanos
deben cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus necesidades reales y a
las del planeta, escogiendo opciones que favorezcan el medio ambiente y la
igualdad social.
2. Desarrollo
El consumo responsable es una actitud que implica la toma de decisiones bien
pensadas sobre los productos que se compran o los servicios que se contratan
considerando las consecuencias ambientales, sociales y económicas.
La idea de un consumo responsable, consciente y crítico, empleando eficientemente
los recursos de los que se dispone, tiene que ver con un modelo de consumo
respetuoso con el medio ambiente que satisfaga las necesidades básicas de una
comunidad o población y reduzca los excesos y el daño ambiental.
Como ejemplos se podría mencionar una dieta balanceada con comida saludable,
comprar alimentos que no hagan daño a las personas o el medio ambiente,
considerar adquirir frutas y verduras de agricultores locales, hacer un uso eficiente
de los recursos naturales y energéticos, o considerar opciones de movilidad que no
contaminen, entre otros.
Según cifras publicadas por Naciones Unidas se calcula que cada año alrededor de
un tercio de todos los alimentos producidos el equivalente a 1.300 millones de
toneladas valoradas en 1 billón de dólares acaba pudriéndose en el cubo de la
basura o bien se estropea debido al transporte y los métodos de recolección
deficientes.
Si se busca avanzar hacia un modelo de consumo responsable, adquirir frutas y
verduras de agricultores locales es una opción válida.
Será ineludible acordar un cambio de hábitos o del modelo alimentario para sentar
las bases de una alimentación sostenible que evite la explotación desmedida y el
agotamiento de los recursos esenciales.
Justamente, el consumo responsable y la producción es uno de los 17 Objetivos
Globales de la Agenda para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y
mediante este ODS se busca reducir la huella ecológica a través de un cambio en
la producción y consumo de recursos y así conseguir un crecimiento económico y
desarrollo sostenible.
• Consumir alimentos más frescos y menos procesados
El consumo responsable se basa en dos máximas: consumir menos y que lo que se
consuma sea lo más sostenible y solidario posible. En esa línea, se aconseja
consumir los alimentos naturales que están mínimamente procesados y que, por
ende, están lo más cerca posible de su sabor original y evitar aquellos fuera de
estación. También es importante tener en cuenta la procedencia de los mismos ya
que los que se importan de países lejanos resultan menos sostenibles puesto que
es mayor la distancia que recorren hasta el destino final.
Además implica elegir los productos, no sólo por su precio o su calidad, sino también
porque son respetuosos con el medio ambiente y porque las empresas que los
elaboran cumplen con los derechos humanos.
• Usar sistemas de transporte que no contaminen
Si las distancias son cortas, la bicicleta es una buena opción como medio de
transporte más eficiente en el uso de energía. Otra opción es utilizar el vehículo de
vez en cuando y decantarse por el transporte público que es una de las opciones
que utilizan menos energía por pasajero. En el caso de los autos, se recomienda
comprar los más eficientes y darles el mantenimiento adecuado.
• Premiar a las empresas con compromiso ecológico
Apoyar a comercios que evitan el desperdicio de alimentos. El objetivo es recuperar
los alimentos en perfecto estado del mercado ‘gourmet’ y destinarlos a comedores
sociales para que la comida pueda ser aprovechada por personas que necesitan.
De esta forma se reduce el desperdicio de alimentos y también se beneficia a
personas en situación de vulnerabilidad quienes disfrutan de los platos.
• Reducir el impacto como turistas
El turismo ejerce un gran impacto en el mundo. ¿Qué se puede pensar de aquellos
turistas que transforman los lugares de ensueño en basureros? Para ayudar a la
economía local de destino, en el viaje conviene buscar alojamiento, posadas,
restaurantes, casas rurales que sean administradas por gente del lugar que respete
e impulse el medio ambiente y la cultura local.
• Hacer un uso adecuado de los recursos naturales
Ahorrar los recursos con los que se tengan contacto diariamente como por ejemplo
el cuidado del agua y la energía eléctrica. Con acciones que se pueden realizar día
a día se puede disminuir su uso como por ejemplo comprar bombillas más
eficientes, sustituir los aparatos electrodomésticos viejos por otros que hagan un
uso más eficiente de la energía y apagar las luces en habitaciones vacías.
• Fomentar valores y campañas medioambientales
El daño a la atmósfera y el cambio climático pareciera un problema de grandes
dimensiones y la reacción podría ser ¿Qué puede hacer un individuo? Sin embargo,
se podría revertir el daño ocasionado por el cambio climático siempre y cuando se
haga el esfuerzo necesario para modificar la forma actual de consumir y producir.
Una buena opción sería apoyar aquellas iniciativas de consumo sostenible, cuyos
valores sean compatibles con uno, para hacerlo duradero en el tiempo. Por tanto
hacer el cambio del consumo masivo que se aparte de las lógicas del mercado
tradicional e impulse un modelo sostenible necesariamente tiene que alimentarse
de la adopción de nuevos hábitos, y eso lleva tiempo y constancia.
3. Conclusión
Es seguir excediéndose en el uso de los medios que ofrece la Tierra no es una
opción viable de largo plazo. La cuestión es cómo cambiar los modelos de consumo
y producción con suficiente rapidez como para seguir el ritmo del crecimiento
económico, lo que no puede lograrse simplemente mediante cambios tecnológicos.

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