Fue un movimiento político que se dio principalmente después de la segunda guerra
mundial en América Latina, políticamente trata de desplazar el centro del poder oligárquico agroexportador hacia una industrialización y modernismo basado en el crecimiento del mercado interno. Se trató de una alianza de clases y grupos compuesto por sectores de la burguesía industrial, pequeña burguesía, profesionales, sectores militares, trabajadores, campesinos. Ideológicamente expresa un nacionalismo, antiimperialista, que pretende defender e interpretar los intereses populares. Busca la justicia social, realizar reformas sociales. Una de sus características es el liderazgo personal de un jefe, el caudillismo. El líder populista se presentaba directamente como defensor del pueblo. En Guatemala, el movimiento populista estuvo representado por los gobiernos de Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz Guzmán, de 1944 a 1954. De acuerdo con Theotonio Dos Santos, en su artículo “La Superación del Populismo”, las condiciones sociales que generaron el populismo están en franca descomposición por los siguientes hechos: La burguesía industrial ya no es una clase ascendente en lucha contra el gobierno oligárquico, por el contrario es una clase en el poder que domina el sector dinámico más fuerte de la economía. Además es una clase más homogénea y concentrada, formada fundamentalmente por el gran capital internacional, representado por sus gerentes en el país y que domina frecuentemente el aparato estatal, la mayoría de la opinión pública y la vida política del país. En estas condiciones, no cabe ya interés alguno en un movimiento popular progresista que lucha por el industrialismo (ya victorioso), por el nacionalismo antimperialista (ya superado) y antioligárquico (dado que la oligarquía rural agroexportadora se ajustó a las reglas del juego del gran capital y lucha por sobrevivir en cuanto le es posible). La clase obrera ya no es una clase en formación, recién venida del campo, sus sectores de base están constituidos por una población urbana con cerca de treinta años de tradición obrera, sindical y reformista. Se ha desarrollado por ello una concepción de una clase obrera exclusiva, que lucha primordialmente por mantener sus derechos adquiridos frente a la mayoría de la población no integrada al sistema.