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Una Navidad Monstruosa
Una Navidad Monstruosa
ESCENA I
ESCENA II
Rogelio 2: Sí, me lo has repetido como unas ciento trece veces. Anda, deja
ya de hablar y vamos a escondernos, que las pisadas se oyen cada vez más
cerca.
(Se ocultan los dos detrás de la estantería. Entra la bruja Mariana, muy
sigilosa. Mira hacia todos lados para asegurarse de que no hay nadie.)
Bruja Mariana: (Al público.) Bueno, pues voy a aprovechar ahora que no
está la bruja Elisenda para robarle uno de sus ingredientes. Hoy iba a
enseñarme a preparar un filtro de amor y necesitaba..., a ver... (Los enumera
con los dedos de la mano.) Una ramita de cilantro, un vaso de agua del lago
cogida en noche de luna llena, unas escamas de trucha plateada, dos alas de
murciélago, una pluma negra de cuervo y cuatro conchas de caracol trituradas.
(Se dirige a la estantería, coge un bote y lo mete en su bolsa.) Me llevaré el
agua de la laguna, así Elisenda no podrá preparar el filtro.
Rogelio 2: (Saliendo de detrás de la estantería.) ¿Así que eres tú la que
le robas los ingredientes a Elisenda?
Bruja Mariana: ¿Yo? Yo no... yo, ¡ay!, que me han pillado.
(Entra la bruja Elisenda.)
Bruja Elisenda: ¡Vaya!, Mariana, por fin te encuentro. (Mira a los dos
detectives. Después mira a la bruja Mariana.) Pero... ¿qué está pasando
aquí?
Bruja Mariana: Verá, bruja Elisenda, se lo explicaré todo. Yo soy la que le
ha estado quitando los ingredientes de las pociones.
Bruja Elisenda. ¿Tú?
Bruja Mariana: Sí, yo. Es que me encuentro tan bien a su lado que no
quería que llegase la hora de separarnos. Y cuando terminara el trabajo de fin
de carrera, tendría que marcharme. Así que se me ocurrió este truco. Si
faltaban ingredientes, no podría enseñarme las pociones, el aprendizaje se
retrasaría y yo estaría más tiempo aquí, con usted.
Bruja Elisenda: (Rascándose la barbilla.) Así que ese era el motivo...
Bruja Mariana: Discúlpeme, bruja Elisenda, ya me voy y la dejo en paz.
No volverá a ver la punta de mi gorro en la vida.
Bruja Elisenda: ¡Qué locura estás diciendo! ¿Adónde vas a ir tú?
Estamos en Navidad. Además, ya tengo más de quinientos años y la memoria
empieza a fallarme. Necesito alguien que me eche una mano. He decidido
nombrarte mi ayudante. Si tú quieres, claro.
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
(Los niños retiran los árboles y ponen otra vez la mesa y el sofá. Entra la
familia de vampiros. Baja la música 2 hasta desaparecer.)
ESCENA VI