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1

La Espada

Dmitri se situó en el balcón más alto de la Torre, el viento azotaba su cabello con
una mordida que decía que se acercaba el otoño cuando se adhirió la parte
posterior de la camiseta a su cuerpo. El invierno había terminado, y la primavera, así
como la mayor parte del verano habían pasado mientras Rafael y Elena dormían; el
atardecer se cernía en el horizonte. ̶ Caminé con Rafael por los colores del otoño
más de una vez, ̶ le dijo a la mujer que estaba a su lado. ̶ Hojas de naranja, carmesí
y amarillo llovían abajo sobre nuestras cabezas.

Honor sacó la mano que había empuñado en el bolsillo de sus pantalones. El abrió
la suya, y le permitió entrelazar sus dedos con los suyos. ̶ ¿Hay más problemas?

Sí, puedo sentir cómo se construyen. ̶ Él y el resto de los Siete habían resistido a
todos los retadores hasta la fecha, gracias a la ayuda de aquellos en la Cátedra que
se negaron a permitir que los carroñeros se precipitaran. Incluso ahora, enormes
aves rapaces daban vueltas en el cielo y los pumas dormían en Central Park,
mientras que el escuadrón más experimentado de Caliane patrullaba las fronteras
de la ciudad.

¿Por qué los desafíos tan rápido? ̶ Honor pasó su mano libre por la piel desnuda de
su brazo. ̶ Ni siquiera ha pasado un año.

El ejército que vino con Favashi podría haber regresado, pero no fue por elección.
Son personas de Lijuan de principio a fin, y han estado susurrando en los oídos de
los parásitos como Charisemnon que este territorio es suyo para tomar. ̶ Ángeles
menores, también, había intentado a montar un desafío.

Dmitri había decapitado al primero.

Illium había quemado el segundo hasta el suelo con su poder.

Venom había usado dos cuchillos afilados para cortar el tercero en pedazos.

Nadie más se había atrevido en el intermedio, pero lo harían.

Acabo de recibir el último informe de Jason: Sus agentes han confirmado que la
gente de Lijuan está difundiendo el rumor de que la desaparición de Rafael está
relacionada con la de Favashi, que ella lo infectó con el veneno que llevaba dentro
de ella. Los bastardos están diciendo que está bien muerto o moribundo y que el
más fuerte debe hacerse cargo de su territorio antes de los vampiros empiecen a
crecer en la sed de sangre. ̶ Dmitri también estaba siendo acusado de actuar ‘por
encima del cadre’ al continuar manteniendo el territorio.

Como si él tuviera intenciones de hacerse cargo. Tontos.

Apoyando su cabeza contra su hombro, Honor vio a un cóndor volar para aterrizar
justo a su lado. ̶ No estarás dejando que todos los rumores acerca de que eres un
traidor lleguen a ti, ¿verdad? ̶ Un tono severo. ̶ Porque tendré que enojarme mucho
si lo estás haciendo.

Hubiera sonreído si su corazón no estuviera tan oscuro de furia ante las amenazas
que flotaban en el aire; su esposa lo conocía demasiado bien. ̶ He tratado con ello
antes. ̶ Nadie fuera del círculo cercano a Rafael parecía aceptar o entender que él
estaba donde quería estar. Él y Rafael tenían una relación de lealtad y confianza
que la Cátedra no podía esperar comprender.

Antes de ser Arcángel y su segundo, ellos eran amigos. Esa amistad sólo se había
profundizado después de que el sire cayó enamorado de Elena. Antes de eso,
Rafael había caído en el frío de la inmortalidad, distante de una manera que había
comenzado a borrar al amigo que había luchado junto a Dmitri en muchas batallas. ̶
Estoy más preocupado por los vampiros.

Al menos la sed de sangre aún no ha sido un problema.

No. ̶ Dmitri había enviado a Andreas a lidiar con el primer beso de vampiro que
había tratado de flexionar su musculo.

El ángel guerrero había puesto esas cabezas vampíricas en picas y las apuntaló en
una plaza de la ciudad.

A Dimitri le gustaba Andreas, sabía lo que era hacer un punto y era tan
implacablemente leal a Rafael como Dmitri.

Ningún otro beso se había atrevido a hacer tanto como una mirada a hurtadillas.

No durará, ̶ le dijo a Honor. ̶ Tendré que ser cada vez más brutal.

Los vampiros eran impulsados por la sed de sangre, eso era un hecho de la vida.
Dimitri tiempo atrás había disciplinado sus propios impulsos y había ayudado a
Honor a hacer lo mismo, por si su calma mortal y reflexión no hubieran actuado
sobre la perfección durante su transición.
Era posible que su constante proximidad a él le ayudara, pero sin tener eso en
cuenta, su esposa era uno de los jóvenes vampiros más estables que conocía. Sin
embargo, ella todavía practicaba en perfeccionar su control con la dedicación de
una mujer que había sido una cazadora del gremio antes de que ella se convirtiera
en un vampiro.

Muchos otros vampiros, sin embargo, eran arrogantes ante el peligro y no se


molestaban en hacerlo. Sin el control de un Arcángel, esos vampiros pronto
comenzarían a olvidar el miedo y provocarían una carnicería. Su única opción sería
una ola fría y rápida de muerte que tallara el terror en los corazones de los mortales
y de los vampiros.

El cóndor que había estado sentado a su lado despegó en un barrido irregular de


alas que golpearon la pierna derecha de Honor. Rodeando el aire en la parte
delantera de ellos, abrió el pico y liberó un estridente chillido. Los pájaros volaron
desde cada techo en la ciudad en el mismo instante. El viento se levantó, golpeando
en ellos como un enojado oponente.

Con los pies bien abiertos para mantener su posición, el suave ébano de su cabello
cayendo detrás de ella, Honor dijo: ̶ ¿Qué está pasando?

Dmitri no lo sabía, pero sus ojos se volvieron hacia el Enclave, donde el sire estaba
tan inmóvil como la muerte, y Elena estaba perdida dentro de una crisálida que no
mostraba pulso o cualquier otra manifestación de vida.

2
El Durmiente
La Arcángel Cassandra se volvió inquieta en su sueño. La Paz no llegaría, su mente
parpadeaba con imágenes de un futuro que no quería ver. Pero nunca había sido
una elección para ella. Los ojos abiertos o cerrados, garras afuera o guardadas, vio.

Los hilos del tiempo.

Brillante y resplandeciente.

Oscuro y roto.

Enredado y sedoso.

Ella vio.
Sí, bueno, no estoy convencido de todo el asunto de la predestinación.

Esa voz, tan joven, tan temeraria, tan decidida. El niño había alterado el tiempo,
destrozado el futuro vislumbrado.

Profecía mía, ̶ Cassandra dijo entre dientes en su Sueño roto, su vasta mente
detectando las energías ascendentes, el futuro transformándose una vez más.

Un Arcángel en el Sueño no naba ninguna energía, no podía afectar el mundo. Esto


era conocido, nunca había sido cuestionado. Protegía tanto al Durmiente como al
mundo.

¿Pero quién podría predecir los sueños o las pesadillas de un antiguo ser inmortal?
¿Qué terribles cambios podrían ser forjados en el mundo sin intención o
pensamiento?

Pero Cassandra colgaba en el borde crepuscular entre la vigilia y el Sueño, con una
conciencia gris del mundo externo.

Ella estiró sus brazos y los envolvió alrededor de una energía que quemaría el
mundo.

3
La Legión
La Legión estaba sentada mirando, su paciencia sin fin. El tiempo era algo que no
tenía significado para ellos. El enlutado Bluebell les hablaba a veces. Él les dijo que
habían pasado seis meses, luego siete. La Legión le preguntó qué quería decir eso.

Él dijo: ̶ Una mariposa monarca emerge de su crisálida en diez días. Un niño crece
en el útero durante nueve meses. La tierra completa una vuelta alrededor del sol en
doce meses. Se necesitan décadas para que una semilla se convierta en un
poderoso roble. Un niño angelical no se considera adulto hasta que ha vivido cien
años. Siete meses es... una gota en el pozo del tiempo.

Bluebell dijo esto, pero la Legión veía nuevas líneas de dolor en su rostro con cada
día que pasaba en silencio en la habitación donde la Legión vigilaba.

Su arcángel dormía inmóvil bajo una manta de araña blanca que venía de la
crisálida que había encerrado a Elena.
Elena, que era la mitad de los Aeclari. Elena, que hacía crecer las cosas. Elena,
quien tenía una casa de cristal que siempre era verde y cálida. Elena, que era una
guerrera.

Elena, que hablaba con la Legión de una manera que nadie más les había hablado.

Elena, que yacía en silencio dentro de una crisálida.

Los filamentos de esa crisálida se habían extendido rápidamente por la habitación


en la hora pasada, como si se alimentara de una energía que la Legión no podía
ver, no podía sentir.

La medianoche del cabello de Rafael apenas era visible, el gran ancho de sus alas
oscurecidas. La crisálida que había sido demasiado pequeña ya no era visible.

¿Crece la crisálida?

No podemos ver.

No podemos saberlo.

No puede crecer en una hora.

Los filamentos crecen.

Y crecen

Seda de nieve cubre las paredes.

No podemos saborear la energía.

Pero los filamentos susurran sobre la habitación.

La crisálida debe crecer.

No podemos ver.

Es muy pequeña

¿Dónde encajarán sus alas?

Bluebell nos hizo recordar mariposas.

Nos olvidamos de las mariposas.


Nos mostró una crisálida demasiado pequeña.

Pero Elena no es una mariposa. Un ángel no emerge de una crisálida.

¿Por qué se extienden los filamentos?

¿Crece la crisálida?

No podemos ver.

Las voces eran él y él era las voces. Eran legión.

Observamos, ̶ dijo el Primario. ̶ Protegemos.

Pero las cosas se alteraban delante de ellos, un tenue resplandor emanaba de


donde habían estado los Aeclari antes de que los filamentos oscurecieran tanto el
cuerpo de Rafael como la crisálida de Elena.

Más allá de las puertas del balcón, ahora parcialmente cubiertos con la seda nevada
de los filamentos, Bluebell se giró. Sus ojos se abrieron de par en par al ver el
océano de filamentos, el resplandor. Pero antes de que pudiera abrir las puertas
cerradas, una voz familiar entró en todas sus mentes.

Salgan ahora mismo. Fue una orden de un arcángel. Despejen los cielos arriba.
Vacíen la tierra a su alrededor. Vayan.

La Legión se movía mientras la última palabra resonaba en sus mentes. Eran la


Legión de Rafael, la Legión de Elena, y se les había dado una orden.

Bluebell no era de la Legión. Era uno de los Siete. Único. Con su propia mente.

Tormento retorció la cara, pero inclinó la cabeza, y el Primario lo vio formar la


palabra, ̶ Señor.

Todos ellos se movieron.

Bluebell cayó al césped, y luego corrió dentro de la casa.

La Legión se dividió en cuatro partes y barrió el área. Los seres alados ya estaban
volando hacia el río a gran velocidad, sus rostros austeros y sus mandíbulas
determinadas. La Legión se dejó caer frente a los coches que circulaban por la
carretera más cercana. Los coches no estaban tan cerca de la casa del Aeclari, pero
el arcángel no había dicho qué tan lejos había que despejar.
Cuando los dos primeros coches se detuvieron con un chillido que causó que un
olor ardiente se elevara a sus fosas nasales, la Legión abrió las puertas y sacó a los
sorprendidos vampiros. Un grupo de la Legión se elevó en el aire, dos por vampiro.
Otro grupo encontró cuatro humanos en un tercer coche, el ganado de un vampiro
que se dirigía a casa.

El ganado asustado lloriqueaba al ser tomado por la Legión, pero no luchó.


Tampoco lo hicieron los vampiros después de ver a los ángeles corriendo desde el
Enclave hasta el agua.

Una luz dorada salió de las ventanas de la casa de los Aeclaris.

Muchos de los ángeles que corrían sobre el agua tenían vampiros o humanos en
sus brazos, sacándolos de sus hogares, fuera del peligro. Bluebell fue uno de los
últimos en salir del Enclave, y aunque la Legión no hablaba con muchos fuera de los
Aeclari, le hablaron: ¿La gente de los Aeclari está a salvo? Esto era importante. La
Legión lo sabía. Los Aeclaris tenían vínculos con los que vivían en la casa.

Sí, los saqué. Bluebell, que podía volar más rápido que el Primario y a veces corría
con los coches de la Espada y Víper, cayó del acantilado con sus alas lamidas por
una luz dorada tan brillante que era difícil de mirar. En una mano, sostenía una gran
cosa rectangular, en las otras cosas que reconocieron.

Varios de la Legión volaron hacia él, y se llevaron las cosas.

No entendían el porqué de las cosas, pero estaban ligadas a los Aeclari en su


mente. Los llevaremos a la Torre.

La mayoría de los ángeles siguieron volando hacia Manhattan, y los de la Legión


que transportaban vampiros o mortales también continuaron.

Pero el Primario se volvió una vez que él estaba sobre el centro del río, como lo
hicieron aquellos de sus hermanos que sólo volaban sus propios cuerpos.

Bluebell se detuvo frente a ellos, el azul plateado de sus alas se extendió y su cara
se inundó con la ardiente luz dorada que había convertido el río en oro.

Y la luz, creció, creció, y creció.

Hasta que, por fin, la luz era tan brillante que se convirtió en fuego e incluso el
Primario no pudo soportarlo y levantó su brazo frente a sus ojos. Lo último que vio
fue un intenso brillo blanco.

El golpe de la explosión los hizo retroceder a todos.

4
Rafael se despertó con un lado de la cara en la suciedad tan caliente que brilló, su
descanso terminó prematuramente y su nuevo corazón aún no estaba listo. Se
había dado cuenta, que se había herido bajo el peso de la violenta liberación de
energía y expuesto el pequeño corazón mortal dentro. Ese pequeño corazón había
explotado por la presión.

Fragmentos nadaron en su sangre, abriéndose paso a través de todo su sistema.


Un sistema desprovisto de fuego salvaje.

Desprovisto, también, del rayo dorado. Despreocupado por la perdida y la agonía en


su pecho, abrió los ojos... y miró a esos de plata líquida.

Sostuvo esa mirada fundida por una eternidad.

Ella no respondió, la plata nublada y nebulosa antes de bajar las pestañas de


nuevo.

Aturdida, se dijo, ella simplemente estaba aturdida y emergiendo de un largo sueño.


Había sido arrancada demasiado pronto de la crisálida que la consumiría a ella
incluso cuando la rehízo. Le tomaría tiempo despertarse completamente.

El mundo brillaba a su alrededor, el fuego dorado crepitaba, un capullo formado por


energía pura.

La había visto por última vez en un sueño compartido, mientras luchaban contra la
fuerza cruel de la Cascada para salvar su mente, sus recuerdos, a ella. Al final, esta
había sido su única opción, que Rafael liberara la violencia bruta de su poder y
esperara con ello interrumpir fatalmente el proceso de la crisálida, arrancando a
Elena del agarre de las maquinaciones de la Cascada.

Pero a pesar de que había golpeado su poder en la tierra, se arremolinaba en el aire


a su alrededor, como si hubiera habido tanto que incluso la tierra no podía
contenerlo.

A Rafael no le importaba nada. Su único enfoque era Elena.


El abanico cerrado de sus pestañas arrojó sombras sobre su piel, sus labios suaves,
y él casi podía creer que ella simplemente estaba descansando a su lado en la
cama.

Pero incluso al dormir, su Elena nunca estuvo tan inmóvil, nunca tan serena.

Una pesadilla lo carcomía: que lo peor había sucedido, que la crisálida había
logrado su propósito y creado un ser con la cara de Elena, pero sin su alma, sin sus
recuerdos, sin su risa y su espíritu.

Sus uñas se clavaron en la tierra, la arena dura y caliente.

Se obligó a tomar el resto de ella. La crisálida había sido demasiado pequeña. Lo


había visto por sí mismo. No podía sostener el cuerpo fuerte y ágil de su cazadora,
no tenía espacio para las alas del guerrero que era su consorte.

A su alrededor había fragmentos agrietados de la crisálida. La superficie interna de


las piezas rotas se arremolinaba con fuego salvaje, oro blanco con violentos
remolinos de azul...y ahora, un tono opalescente se transformó desde la
medianoche hasta el amanecer y luego regresó de nuevo. La piel de Elena brillaba
más que el fuego salvaje, como si tuviera una luz dentro. La Cascada había tratado
de convertirla en un depósito de poder, para que él pudiera tener una fuente de
combustible extra cuando entrara en la guerra en el horizonte. Había intentado
convertir a su Elena en nada más que un depósito.

Como si él la cambiase por el poder.

Como si él estuviera vivo sin ella.

Como si él no renunciara a la eternidad por ella.

Rafael había detenido el horrible proceso no deseado. Pero para salvar el alma de
su Elena, sus recuerdos, había tenido que hacerlo mientras la crisálida era
demasiado pequeña. Su cuerpo no había tenido tiempo de crecer. Era pequeño,
deforme. Ella estaba gravemente herida y él era el responsable.

Su mano se apretó sobre la tierra, sus ojos picaban.

Los cerró con fuerza y la próxima vez que los abrió, sus pupilas se habían ajustado
a la penetrante luz dorada que los empapaba. Vio a su Elena otra vez. ¿Por qué
estaba sobre sus rodillas?...

Rafael contuvo el aliento.


Ella no estaba deformada, no estaba herida de una manera que significaría siglos
de dolor constante. Ella estaba completa. En algún momento, logró abrazar las
rodillas contra su pecho, enrollando su cuerpo alrededor de él. Como un niño en el
útero...pero Elena no era una niña.

Mientras él miraba, ella suspiró y comenzó a desenrollarse, una mariposa


emergiendo de una Crisálida demasiado pequeña. Parecía imposible a pesar de que
lo estaba mirando ocurrir. Y entonces lo entendió. Su cuerpo había hecho un
intercambio.

Elena estaba entera, pero a un precio.

Sus piernas eran largas, las piernas de su alta cazadora, que podía arrastrarlo por
un beso con una mano en la nuca.

Sus brazos eran del tamaño adecuado para lanzar cuchillos y disparar una ballesta
y entrenar con él con destreza y humor. Su cara había comenzado a llenarse,
aunque sus pómulos todavía cortaban como el vidrio contra su piel.

Luego vino el precio: ella era de lejos demasiado delgada de los hombros hacia
abajo, sus costillas una jaula prominente y sus clavículas sobresaliendo. Delgada no
era lo suficiente para describirla. Estaba demacrada, sus huesos unidos por
tendones y cubiertos por una capa translúcida de piel. Esa piel continuó brillando
suavemente desde adentro hacia fuera, haciendo que su dura cazadora como las
uñas pareciera un ser etéreo de otro mundo que cayó a la tierra antes de que
estuviera lista.

La enfurecería, pero un cuerpo tan terriblemente frágil, nada más que huesos,
tendón y una luz luminosa hacia adentro, podría doblarse, curvarse y caber dentro
también, de una pequeña crisálida sin perder piezas de sí misma.

Había hecho el trato correcto porque la carne podía nutrirse.

Los miembros faltantes podrían tardar un eón en regenerarse para ser un inmortal
tan joven...porque la Elena frente a él no era mortal. No con ojos de plata líquida.

A Rafael no le importaba si ella era mortal o inmortal; pasara lo que pasara, ellos
entrarían juntos en eso. Esa fue su promesa. Se preocupó por su cuerpo físico solo
en la medida de que no podía soportar que ella sufriera. Todo lo que realmente le
importaba era si ella había vuelto con él; con su corazón de Elena, su alma de
Elena, su coraje de Elena.

Le había dado un pedazo de su corazón, pero solo para que ella pudiera hacerlo
suyo.

Rafael nunca había tenido miedo, excepto cuando se trataba de su amante


guerrera. Él era un arcángel, más allá del miedo. Pero en ese momento el miedo
cerró sus manos frías alrededor de su garganta.

Con el aliento apretado en los pulmones, se obligó a tomar el resto de su cara.


Mechones cortos de cabello casi blanco le cubrían la mejilla. Huesos finos debajo de
su piel translúcida, pero esa piel era el dorado oscuro de Elena. El resplandor no la
había descolorido.

Como si su sangre fuera oro líquido y la luz de ella brillara.

Ella parpadeó, sacudió la cabeza una pequeña fracción. A su alrededor cayeron las
últimas piezas de la crisálida mientras sus piernas se desplegaban en toda su
longitud. Sus ojos se abrieron de nuevo y cuando se encontraron con los suyos,
eran claros, una plata pura sin el gris de la humanidad. Eso, sin embargo, podría
significar que lo peor había sucedido. Que su Elena era inmortal pero perdida para
él para siempre, un contenedor de energía sin alma propia.

Prefiero morir como Elena que vivir como una sombra.

Su mano se dobló dolorosamente y luego se volvió a apretar, la suciedad y la arena


se aplastaron contra la piel de su cuerpo. Haría lo que había prometido. La acabaría
si ya no fuera su Elena. No permitiría que una cáscara vacía, una corrupción de la
vida, caminara alrededor con la cara de su consorte. No permitiría que la cascada
degradara su Elena. Pero primero, él lo sabría.

Con cada músculo de su cuerpo bloqueado, extendió su mente. Elena mía.

Sin respuesta, sin sensación de presencia dentro de su cabeza.

Apretó la mandíbula. Aún no había terminado.

Su habilidad para hablarle mentalmente en la mente había sido robada mucho antes
de la crisálida. Lo que habían hecho juntos, arrancándola de la crisálida,
rompiéndola antes de que terminara de consumirla, podría haber agravado el daño.
El pedazo de su corazón que le había dado a ella tenía un poder increíble, pero su
cuerpo podría no haber sabido cómo utilizarlo para proteger su mente contra las
fuerzas que lo atacaban.

Ella había sido su Elena en el sueño donde se habían encontrado antes de que él
lanzara su poder, pero él no tenía idea de cuánto tiempo había pasado durmiendo.
¿Le había tomado segundos gastar su poder? ¿Días? ¿Meses? ¿Qué le había
pasado a su mente y a la de su consorte durante ese tiempo?

Hbeebti. Su voz era cruda. Y su corazón, estaba hecho pedazos dentro de él. Un
nuevo corazón crecería en su lugar, ya estaba comenzando, aunque vaciló y
tartamudeó, frenado por su falta de poder. Elena.

Nada, no había respuesta.

No tenía arma, ni energía para formar fuego de ángel, pero era un arcángel. Su
fuerza base era suficiente para romperle el cuello y arrancarle extremidad por
extremidad.

Con la boca abierta en un bostezo, parpadeó de nuevo y dio una sacudida más
fuerte a su cabeza, mechones de su cabello flotando en la energía dorada, y su
frente cubierta con el ceño fruncido. Su pulso latía, su corazón regenerándose
absorbía energía de sus extremidades, porque los brazos y las piernas no eran una
prioridad cuando tenías un corazón para crecer.

No había mucho que pudiera matar a un arcángel. Quemarlo a ceniza por un fuego
normal, se despertaría, tal vez después de años, pero despertarían. Soplarlos en
pedazos por cualquier cosa que no fueran los poderes de otro arcángel, lograrían
eventualmente regenerarse de una sola pieza y elevarse nuevamente. Solo otro
arcángel podría matar a un

arcángel.

Algunas leyes de la naturaleza eran fundamentales. Incluso la Cascada no podía


alterarlas.

Su creciente corazón continuó sacando energía de otras partes no esenciales de su


cuerpo.

Rafael podría perder algo de carne durante el proceso, incluso podría perder un
brazo o una pierna, pero no sería nada en el esquema de su vida inmortal. Nada
similar a la fragilidad de Elena. Su cazadora, que nunca había sido frágil, juraría una
racha azul al tomar conciencia de su estado actual.

No podía esperar para sentir su ira, pelear con ella por su obstinada necesidad de
recuperar rápidamente su fuerza.
Probablemente querría comenzar a levantar pesas antes de que ella pudiera
caminar. Él le entregaría las malditas pesas si ella solo hablara con él, le dijera que
lo habían logrado, que la Cascada no había ganado esta batalla.

A su alrededor, la energía dorada continuaba brillando y formando pequeños


remolinos en el aire, pequeños relámpagos ocultos dentro de él.

Él alcanzó una vez más su mente. Elena, ¿me oyes? Le dolía el pecho.

Si ella se había ido, esto era todo para él. Había vivido más de mil quinientos años.
Fue suficiente. Si Lijuan se hubiera vuelto monstruosa mientras él y Elena dormían,
haría todo lo posible para quemar ese flagelo porque Elena querría que él hiciera
eso, pero no viviría miles de años sin ella.

Él no podría vivir otro día sin ella. Guerrera mía, dijo con su mente, repitiendo las
palabras en voz alta.

Su cuerpo se sentía pesado, letárgico, pero levantó la mano para acunar su mejilla.
Suavemente, muy gentilmente. Su piel se sentía como el fino papel de arroz que su
madre solía usar para envolver dulces caseros para él cuando era niño. Se había
desgarrado tan fácilmente. Él no desgarraría a su Elena.

Cálida, ella estaba cálida. Pero sus ojos, estaban cerrados de nuevo. Plata brillaba
contra el diáfano caparazón de sus párpados. ¿Si la crisálida la hubiera consumido
de fuera hacia dentro? ¿Había detenido el proceso a tiempo? ¿O se había
demorado demasiado y ella había sido consumida hasta la mota más pura, solo
para comenzar de nuevo, esta vez como una cáscara vacía destinada a retener
energía?

Si era esto último, la mujer que amaba más allá de la vida, más allá de la eternidad
había desaparecido, su historia de amor terminó y su existencia inmortal con ella.
Que así fuera. Pero él lo sabría primero. El estaría seguro. ̶ Hasta que hables,
esperaré. ̶ Sabría al instante en que abriera la boca si él tenía una criatura de la
Cascada o a su Elena.

¿Y si ella nunca hablaba? Esa sería una respuesta en sí misma.

Su cazadora no era una mujer para guardar silencio.

Al final, ̶ dijo, ̶ Antes de liberar el poder en mi cuerpo, hablé con Cassandra Tú y yo,
hbeebti, cambiamos la profecía. ̶ Quería que Elena abriera los ojos y le preguntara si
su malignidad finalmente iba a morir, quería escucharla gemir cuando él le dijera lo
que Cassandra había dicho:

El futuro se alinea.

Los caminos son elegidos.

La muerte llega.

Tal muerte, hijo de las llamas

Diosa de la pesadilla.

Espectro sin sombra.

Ascendiendo a su Reino de la Muerte.

Alas de plata. Alas de azul.

Corazón mortal. Sueños rotos.

Romper. Romper. Romper.

Un desgarro. Una tumba.

Ya veo el final. Veo...

No es exactamente una mejora con respecto a la última,

Arcángel. ̶ Eso es lo que Elena diría si estuviera despierta.

Muchos portentos oscuros y devastadores, y ahora ¿hay una tumba también?


Genial, simplemente genial.

¿Había sido su tumba y la de Elena lo que Cassandra había visto? Porque si llegara
la muerte, se acostarían juntos en la tierra.

No permitiría una separación, no en vida y no en la muerte. Cualquiera que fuera su


futuro, lo enfrentarían juntos. Nunca divididos. Pero si esta no era su cazadora, ella
ya lo había dejado. Él tendría que seguirla. ̶ Elena, despiértate para mí, ̶ susurró en
el tartamudeo de su corazón roto.

Un susurro de acero cálido en su mente. ¿Umm? Un sonido somnoliento.


Su pequeño corazón regenerándose comenzó a latir tan fuerte como si estuviera
completamente formado. Debido a que ese murmullo somnoliento, sonaba como su
Elena. ¿El acero caliente? Esa era su fuerza templada de corazón. ̶ ¿Cazadora del
Gremio?

Ella bostezó y se acercó, hasta que su aliento besó su piel. Corrió su pulgar sobre
su mejilla con un cuidado inconmensurable, con miedo de engancharlo y romper la
superficie frágil. ̶ Elena, despierta. ̶ Por favor.

Levantando una mano que era demasiado delgada, sus huesos definidos contra su
piel luminosa, se frotó la cara sin quitar su mano de la mejilla. Cuando dejó caer la
mano, le dirigió una mirada burlona. ̶ Arcángel, ¿te arde el pelo?

5
Rafael dejó de respirar. Los golpes en su pecho se convirtieron en un rugido en sus
oídos. ̶ ¿Es así? ̶ No le importaba.

Pero a Elena sí. Antes de que él pudiera detenerla, ella extendió un brazo tan
delgado que estaba apenas allí, y le dio unas palmaditas en el pelo, como si
apagara las llamas. ̶ Ahí.

Cuando ella retiró la mano, él no vio marcas de quemaduras.

Ella frunció el ceño y miró su palma, luego su cabello nuevamente. ̶ Están de vuelta. ̶
Dejando solo el extraño fuego, puso su mano sobre la que él tenía sobre su mejilla. ̶
Creo que estoy brillando. ̶ Su voz era ronca, la de una mujer que se despertaba
después de un sueño profundo. ̶ ¿Estoy brillando?

Rafael asintió, apretando la arena y la suciedad con su mano libre. La tierra era real.
Las pequeñas piedras que se clavaban en su palma eran reales. Su consorte era
real. Estaba hablando con él.

Maldita sea. ̶ Ella se movió aún más cerca, y su respiración se volvió superficial. Le
tomó minutos hablar de nuevo, sus pulmones y su corazón luchando por
mantenerse al día con su necesidad de moverse. ̶ No quiero ser una cazadora que
brilla en la oscuridad. ̶ Una sonrisa repentina que alcanzó los ojos que eran los de
ella, incluso si eran todos plateados sin gris. ̶ Al menos vamos a coincidir. Estás en
llamas. Yo brillando. ̶ Pero su sonrisa de deleite se desvaneció casi antes de que se
completara. ̶ Tengo piernas. Brazos. Ojos.

Ella giró su mano frente a ella, examinando la frágil estructura. ̶ Mis huesos son
como cerillas. ̶ Una nariz arrugada. ̶ ¿Crees que soy tan frágil como aparezco?
Rafael asintió de nuevo, su alma se extendía desde su pequeña bola acurrucada.
Elena era ella misma El resto podrían resolverlo.

Ugh. ̶ Dejando caer su mano, se quitó un mechón de cabello de la cara, luego


extendió la mano para tirar de ese cabello.

¿Me estoy volviendo loca, o tengo plumas pequeñas en las puntas de mi cabello?

Rafael no se había dado cuenta, su enfoque en saber quién o qué existía en el


cuerpo de su consorte, pero él vio que ella tenía razón.

Su cabello había llegado a la mitad de la espalda a la crisálida. Ahora, apenas


rozaba su mandíbula y al final de cada hebra había una pluma diminuta, diminuta,
muy diminuta del mismo tono que su cabello. ̶ Tu Bluebell estará celoso de que ya
no tiene el cabello más inusual en el mundo angelical. ̶ Negro con punta azul.

Nadie se dará cuenta. Tienes que mirar muy de cerca. ̶ Ella dejó caer su mano sobre
la suya donde descansaba en su mejilla. ̶ Creo que las plumas se confundieron y
terminaron en el lugar equivocado en mi cuerpo. ̶ Una mirada sombríamente
embrujada. ̶ Siento la necesidad de estirar los músculos de mis alas... pero no hay
peso em mi espalda. La crisálida era demasiado pequeña.

Rafael no vio señales de las alas extraordinarias de medianoche y el amanecer que


eran de su consorte. Ni siquiera sabía si sus propias alas habían sobrevivido a la
liberación cataclísmica de poder. Movió los músculos que levantarían uno.

El jadeo de Elena fue suave. Arcángel.

Con la cabeza demasiado pesada para levantarla, puso el ala sobre ella... y vio que
era puro fuego blanco. Un caldero de fuego blanco. Un infierno sin fin.

Eso explica por qué se te pone el pelo en llamas: vas a ser un infierno para los
muebles. ̶ Ella levantó una mano sin miedo, esta guerrera consorte suya. El fuego
se aferró a ella cuando retiró su mano, pero no se quemó.

Ninguna parte de él la dañaría jamás.

Ella se rió, tocando el fuego sobre su palma como una pequeña mascota.

Por un momento, ella había olvidado su propia pérdida. ̶ Esas alas son realmente
rudas. ̶ Después devolviendo la llama a su ala, como si le devolviera una pluma, ella
empujó contra el arco de esta. ̶ Puedo sentir músculos, tendones y huesos. ¿Crees
que podrás girar la estructura inferior para disparar también cuando lo desees?
¿Entonces no habrá nada físico para atacar?

Lo descubriremos. ̶ Él le apartó el pelo de la cara. ̶ ¿Recuerdas el sueño?

Si. Lo recuerdo todo. ̶ Presionó una mano sobre su corazón.

Eso fue algo raro para hacer, Arcángel.

Presionando su frente contra la suya, él sonrió. ̶ ¿Qué otra mujer puede decir que su
amante realmente le dio su corazón?

Sus labios se torcieron, pero la desolación permaneció. ̶ Hazlo, susurró ella. ̶


Arranca la tirita rápido.

Se levantó un poco, luego apartó la mano de su mejilla para correrla bajando por su
columna vertebral. Y se congeló.

Puedo sentir algo. ̶ Cambiando para poder mirar su espalda, se dio cuenta de que
ella contenía el aliento. Y él también.

Lo que vio era diferente a todo lo que sabía. ̶ Es un tatuaje ligeramente elevado de
alas. ̶ Perfecto en cada detalle intrincado, hasta los filamentos de cada pluma. ̶ Con
todos tus colores. ̶ Un rico negro sombreado hacia afuera hasta el índigo, el azul
más profundo y el amanecer, con primarias de un brillante oro blanco.

El aliento de Elena golpeó su piel en una exhalación caliente e irregular. ̶ ¿Alas de


bebé? ̶ La esperanza era una canción en su voz. ̶ ¿Como con el sobrino de Aodhan?

Los bebés angelicales nacían más con la impresión de dónde irían las alas a crecer
que con alas reales. ̶ Esto no es lo mismo, le dijo. ̶ Esas alas son transparentes y
muestran claramente pliegues donde el ala eventualmente se extenderá sobre la
espalda a medida que se desarrolla el bebé. En un bebé, no puedes ver el ala en su
forma completa.

Ahora lo recuerdo. Como un rompecabezas de origami, con múltiples capas


plegadas.

Sí. ̶ Elena, por el contrario... ̶ El tatuaje es de tus alas completas, solo en un tamaño
proporcional al lienzo de tu espalda.

Un pequeño silencio antes de que Elena dijera: ̶ ¿Fue así la primera vez? ¿Cuándo
fui hecha?
Y se dio cuenta de que, en todo su tiempo juntos, esa era la única pregunta que ella
nunca le hizo. Porque sus alas eran una maravilla que aceptó sin necesidad de
mayor conocimiento. ̶ No, ̶ respondió. ̶ Tus alas crecieron como las de un ángel
adulto harían después de una amputación. Alas desnudas cubiertas solo por una
pelusa de plumas de bebé emergieron lentamente de tu espalda. Una vez que toda
el ala estaba allí, las plumas comenzaron a crecer hacia afuera de tu espalda. ̶ Pasó
los dedos sobre el elegante arco de un ala.

Un escalofrío la recorrió. ̶ Puedo sentir tu toque y es casi como si estuvieras


acariciando esa parte sensible de mi ala. ¿Por qué, si toda la estructura de mi ala se
ha ido? ̶ Fue un susurro áspero y enojado. ̶ ¿Por qué quiero abrirlas y cerrarlas si
son para siempre estáticas? Las alas tatuadas no pueden volar, no pueden abrirse,
no pueden temblar debajo de tu toque.

Bajándose de nuevo para estar frente a ella, puso su mano sobre su mejilla de
nuevo. ̶ Las alas sin sustancia pueden caber dentro de una crisálida que también es
pequeña. ̶ Su cazadora feroz había luchado para recuperar todo de sí misma. ̶
Hiciste la única elección que podías.

Ella puso su mano sobre su muñeca, su agarre inesperadamente fuerte. ̶ Bueno,


apesta y quiero patear algo, pero en este momento, probablemente me rompería el
pie intentando. ̶ El siguiente sonido de su garganta fue de rabia sin palabras.

No podía arreglar esto para ella, no podía explicar un tatuaje diferente de cualquiera
jamás visto. En cambio, él envolvió su forma tensa con ira en sus brazos, su
guerrera consorte que había vuelto a él desde el borde del abismo, y que no lo hizo
conocer el significado de la rendición. ̶ Sobrevivimos a los intentos de la Cascada de
separarnos. ̶ él le recordó.

Sobreviviremos a esto también.

Elena se aferró a su arcángel mientras él la sostenía, su abrazo feroz en su


posesividad Sin lágrimas prometió una ola de furia al rojo vivo. La Cascada no
sentiría más dolor de ella.

Ella podría haber perdido las gloriosas alas de medianoche y amanecer que habían
sido suyas, pero había vuelto a su arcángel como ella misma, y él también estaba
completo, sin daños físicos por la masiva liberación de energía.

Aunque, con un arcángel, no era tan simple.

Ella apretó su agarre.

Cuánto tiempo se abrazaron, ella no lo sabía. Su ala estaba pesada sobre ella a
pesar de su aspecto ardiente, y su pecho cálido, su olor a él. Solo Rafael. Ella lo
inhaló como si fuera aire y se instaló en sus células. Cuando ella finalmente volvió a
enderezar su cuerpo, anclado por él, porque estaban juntos, sus ojos se posaron en
la marca de la Legión en su sien.

La vista la hizo mirar hacia abajo, debajo de su pecho izquierdo, hacia el espejo
oscuro. Eso se había ido, su piel sin marcas. Empujó la brillante translucidez y las
delgadas "grietas" de luz se extendieron bajo su piel. Era extrañamente encantador. ̶
Sí, no es normal.

La risa de Rafael fue profunda, un sonido que sintió en sus huesos. Y sus ojos... el
color era un azul tan puro que dolía, y en ese azul había un amor que la marcaba. ̶
Yo creo que es un eufemismo, hbeebti.

Por fin, se movieron hacia sus espaldas, con Elena acostada en el ala de Rafael
mientras lo había hecho tantas veces desde que se habían encontrado. Parpadeos
de fuego blanco bailaban sobre su piel como luciérnagas y eso la hizo sonreír.

Su arcángel había salido con sus alas intactas. La suyas, podría soportar perderlas,
le dolía como una perra, pero ella trataría. ¿Pero qué Rafael perdiera las suyas? No,
era una imposibilidad que ella se negaba a contemplar.

Por encima de ellos se arremolinaba una luz dorada con relámpagos. ̶ Eso se
parece a tu nuevo poder nacido en la Cascada. También se siente así. ̶ Portentoso,
frío y violento, de una manera que no tenía motivo. Solo un poder tan fuerte que
buscaba tomar total el control, remodelar el titular en su imagen.

¿Por qué está dando vueltas?

Su arcángel no parecía muy interesado en esa particular rareza. El volvió a ponerse


de lado y estaba jugando con su cabello; mientras ella miraba, él examinó las
pequeñas plumas en los extremos de los hilos con intensa fascinación. Sus labios
se curvaron. Ella no lo apresuró y el tiempo pasó lentamente en su capullo de
energía.

Cuando Rafael finalmente levantó la vista, dijo: ̶ Lo envié a la tierra. Debe haber sido
demasiado...

Rafael. ̶ Ella golpeó su palma contra la pared de tierra a su lado. Una pared que
brillaba con un poder dorado, completo con rayos ocultos. ̶ Nuestra gente. ̶ Su
corazón tronó, ese enorme corazón que de alguna manera había logrado encajar
dentro de ella y se sentía bastante normal... a excepción del ritmo extraño que
también era demasiado grande y ruidoso.
Los ojos de zafiros aplastados se encontraron con los de ella y casi podía ver cómo
se desarrollaba el tiempo cuando regresó a ese momento crucial. ̶ Emití una
advertencia justo antes de conectar a tierra el poder. Envié la advertencia al límite
de mi alcance.

Con la mandíbula dura, dijo: ̶ Pero el tiempo entre la advertencia y la puesta a tierra
puede no haber sido suficiente, no tengo forma de juzgar el paso del tiempo entre
donde estábamos y aquí. ̶ Las líneas marcaban su frente.

Escuché el eco desvanecido de la voz de Illium, reconoció la orden, pero si eso era
real o mi mente llenando los vacíos, no lo sabremos hasta que salgamos.

Elena tragó saliva. Ningún ángel, o vampiro, mortal podría haber sobrevivido al tipo
de poder en las venas de Rafael. El poder que había liberado. El poder que los
encerró en un misterioso fuego relámpago.

Agarrando su miedo por sus amigos, su familia, en un puño apretado, se concentró


en la extrañeza a su alrededor y, levantando su mano, pasó los dedos por el poder.

Destellos de rayos dorados cayeron desde arriba para aferrarse a su piel, como
había sucedido. antes de que todo se fuera al infierno. No había nada
intrínsecamente malo con el poder, la había asustado por lo fuerte que era y lo
distantemente inmortal que hizo a Rafael, pero el poder en sí no era malévolo.
Podría ser moldeado y rehecho para ser lo que necesitaba. En su forma cruda, sin
embargo, era una tormenta violenta.

En nuestro sueño compartido, te dije que lo liberaras. ̶ La culpa la royó. ̶ Si la gente


murió...

Rafael se movió sobre su codo y colocó su otra ala sobre ella nuevamente.
Encerrándola en sí mismo. ̶ Tomamos la decisión juntos. ̶ Su mirada se negó a
permitirle mirar hacia otro lado.

Nos ocuparemos de las consecuencias juntos.

Elena puso una mano sobre su ala y asintió. Esa fue su promesa: Juntos. Siempre. ̶
¿Qué tan débil eres? ̶ Su falta de poder podría ser una sentencia de muerte. La
Cátedra respetaba solo la fuerza más brutal, porque un arcángel sin poder no podía
controlar a los vampiros en su territorio. Y ahora, con la Cascada en juego, el poder
se había convertido en un arma aún más visceral.

Tu corazón explotó durante la liberación de energía, ̶ dijo.

Está en mi torrente sanguíneo ahora. ̶ Parecía no preocupado en lo más mínimo por


tener un poco de corazón mortal flotando en su cuerpo.
Ella todavía no podía creer que él hubiera hecho eso: darle un pedazo de su
corazón de arcángel, y luego puso el moribundo en la cavidad creada cuando él
arrancó el suyo.

Mi nuevo corazón se está regenerando más lentamente de lo que debería y mis


extremidades se sienten pesadas, ̶ agregó, pero me he sentido así antes, hace
mucho tiempo después de una batalla donde luché hasta la última gota de fuerza en
mi cuerpo. Un poco de tiempo para que mis energías se recuperen y estaré en
vuelo.

Él frunció el ceño. ̶ Que mis alas son de fuego... No puedo explicarlo excepto a
teorizar que el fuego blanco ahora es parte de mi carne y hueso. Integral para mí,
como un brazo o una pierna. Incluso ahora, siento que mi cuerpo aprovecha esa
fuerza para reconstruir mi corazón.

Elena vio que el fuego blanco comenzaba a parpadear y chisporrotear mientras


hablaba.

Desplazándose mirando, sostuvo esos ojos de azul prusiano que le quemaron el


alma. ̶ No será suficiente. ̶ Ella no podía permitir que él la protegiera de la verdad. ̶
No con toda la locura pasando con la Cascada. Todos los demás arcángeles tienen
nuevos poderes. Serías vulnerable, considerado débil. Presa fácil.

Rafael fue a responder cuando Elena sintió una repentina sacudida brillante que
golpeó su torrente sanguíneo. Ella jadeó. Ambos miraron fijamente la parte de su
mano donde un zarcillo de energía dorada había estado bailando. ̶ Hizo eso solo...

La energía entró en ti. ̶ Rafael levantó una ceja. ̶ Elena mía, parece que debes
heredar mis habilidades en la Cascada.
6
Voy a ser consorte del primer arcángel hecha, ̶ Rafael continuó, mientras todavía
estaba boquiabierta ante la idea de todo ese poder mortal en el cuerpo de ella, ̶
emprenderé mis deberes con la mayor solemnidad. Lanzaré grandes bolas e
invitaré...

Ella tocó su arcángel altamente divertido en el hombro. ̶ No te atrevas incluso a


bromear sobre eso. ̶ No importaba que un fino zarcillo se hubiera hundido en ella,
este poder no era suyo. Sabía a Rafael, un pedazo de él que se había desprendido
de su cuerpo.

La sacudida del único zarcillo tembló a través de su torrente sanguíneo, parecía


hacer que su sangre brillara con mayor intensidad. Su piel se sentía electrificada. ̶
¿Está mi cabello de pie como el de Einstein?

Es mi arrepentimiento eterno que no haya podido convencer a ese mortal de que se


convirtiera en vampiro.

¿Conocías a Einstein? Espera, no, deja de distraerme. ̶ Ella jadeó de nuevo.

Un segundo zarcillo de poder acababa de caer de la tormenta de arriba para golpear


en su torrente sanguíneo.

Las cejas de Rafael se juntaron. ̶ Tus ojos eran de plata líquida cuando primero los
abriste. Ahora se han desvanecido a un tono más mortal cerca de la pupila, pero
hay un brillo profundo en ellos.

Un cazador que brilla en la oscuridad con ojos asimismo brillantes y probablemente


sangre radiactiva. Justo lo que siempre soñé ser.

Ignorando su murmurada diatriba, Rafael inclinó la cabeza más cerca. ̶ Tú también


pareces haber adquirido una pizca de un azul particular alrededor de las pupilas. Es
extremadamente débil, como una mancha en el borde del negro.

Bueno, tenías que ir a darme un pedazo de tu corazón. ̶ Su boca se secó por el


renovado recuerdo de cómo literalmente había arrancado su corazón por ella. Ella
abofeteó sus manos en su pecho. ̶ Alguna vez vuelves a hacer algo así y te usaré
para objetivo de práctica.

Su sonrisa arrugó sus mejillas, iluminó esos ojos extraordinarios con una luz interior
que eclipsó el rayo dorado que se arremolinaba cada vez más rápido sobre ellos, un
huracán en ciernes. ̶ Te compraré los cuchillos.
Con los labios temblorosos, intentó fruncir el ceño, falló.

Supongo que ser un brillante palillo de dientes no es tan malo, dijo con una sonrisa
propia. ̶ Apuesto a que puedo hacer buen dinero en el circuito de programas de
entrevistas.

Su sonrisa se hizo más profunda. ̶ Ciertamente lo harás, mi Elena.

Sí que estaba. ̶ Déjame mirarte a los ojos, ver el daño. ̶ No había visto nada
preocupante hasta ahora, pero a ella le preocupaba qué más había perdido. El
mundo era un lugar letal para un arcángel sin poder. Pero ella vio lo que siempre
había visto: un azul tan profundo que era la eternidad.

Su respiración se hizo más fácil. ̶ Tus ojos son tan sobrenaturales como siempre.

Soy un arcángel. ̶ No fue una jactancia, solo una declaración de hecho.

La donación de un pedazo de su corazón había cambiado fundamentalmente su


cuerpo entonces apenas inmortal. Su propio cuerpo, se dio cuenta, era demasiado
poderoso para ser impactado por un pequeño corazón humano. ̶ ¿Por qué lo
guardaste?

No le preguntó a qué se refería. ̶ Para ser un poco mortal para ti.

Le ardían los ojos. Acercándose aún más bajo la cálida pesadez de sus alas, ella
apartó mechones de cabello de su rostro, el color más oscuro que la noche. La
marca de la Legión en su sien derecha era opaca, plana. Incluso cuando su
estómago se retorció ante esta indicación adicional de todo lo que había perdido
para salvarla, un tercer zarcillo del poder de la Cascada cayó sobre el dorso de su
mano... perforando por dentro.

¿Duele? ̶ Rafael ya no sonreía. ̶ Estás apretando los dientes.

Me entran alfileres y agujas por todo el cuerpo cuando entra.

Flexionando la mano que había recibido el último golpe, la levantó deliberadamente


al poder que era una tormenta cada vez más turbulenta sobre ellos. Se deslizó
dentro de ella en gotas de fuego. ̶ Diez, ̶ dijo al final, contando cada zarcillo mientras
se hundía en ella.

Entonces se detuvo.
El poder bailaba sobre su piel, se enroscó alrededor de su muñeca y se entrelazó
con su cabello, pero no penetró su piel. Ella observó la tormenta, sintió un susurro
comprensivo al borde de su mente, justo fuera del alcance del oído. ̶ Me siento llena,
̶ no hay ninguna parte para que el poder pueda ir ahora.

La voz de Rafael era de granito cuando dijo: -Antes de interrumpir el proceso, la


Cascada intentaba convertirte en un depósito de energía.

¿Entonces soy un depósito parcial? ̶ Pensando en eso, se encogió de hombros. ̶ Yo


siempre sostuve una o dos gotas de fuego salvaje para ti. ̶ Ella colocó una mano al
lado de su hombro, palma arriba en una invitación silenciosa; Rafael cerró la suya
por encima. ̶ No me importa mantener un poco más de poder en reserva. ̶ Le daría a
Rafael una pequeña ventaja en batalla, aunque diez gotas no eran exactamente un
cambio de juego cuando había renunciado a todo su poder.

A pesar de que... Su garganta se secó, su pulso un bajo retumbante. Rafael.

Un rayo dorado se volvió repentinamente eléctrico sobre la piel de Rafael, su


cabello, sus alas. El azul de Prusia se convirtió en oro mientras la energía jugaba en
sus iris.

Sin previo aviso, el poder se estrelló contra él con una fuerza tan violenta que su
cuerpo se puso rígido, su columna vertebral una barra de hierro. Ella fue a tratar de
combatirlo, con que, ella no lo sabía, pero él apretó su mano y la sostuvo contra la
tierra.

El pánico una mariposa atrapada en su cráneo, ella cerró su mano libre sobre la de
él y se aferró a su arcángel mientras el poder aullaba a su alrededor, hacia él. Su
cabello sopló en los vientos huracanados que existían dentro de la tormenta. Su piel
se quebró con vetas de oro que sanaron en un instante, solo para que volviera a
suceder de nuevo. Su cabello se volvió dorado con la gran cantidad de energía
vertiéndose en él. Sus ojos eran de oro fundido rotos con un rayo.

Cuando trató de conectar su mente con la de él, todo lo que escuchó a cambio fue
estática rugiendo, como si él estuviera parado en medio de un túnel de viento, sus
palabras robadas antes de que llegaran a ella. Su propio cabello hacia atrás de su
cara y los rayos cayeron sobre su piel solo para rebotar, ella se acercó tanto como
pudo con sus manos entre ellos. Ella nunca lo dejaría ir.

Un resplandor cegador que obligó a sus ojos a cerrarse, un rugido final en sus
oídos, seguido de un "pop" cuando la presión se igualo...Y se acabó.

Ella parpadeó abriendo los ojos para calmarse por completo. La tierra a su alrededor
seguía brillando, pero estaba pulsando rojo ahora.

Como si se hubiera liberado tanto calor que cosas que no deberían arder habían
comenzado a hacerlo. La energía dorada de la Cascada ya no se arremolinaba por
encima y alrededor de ellos.

Estaba dentro de Rafael.

Inmóvil, ella lo miró fijamente.

El mar estrellado en su mente, salino y familiar...pero infinitamente más frío. Hasta


que sus venas eran hielo y su aliento eran partículas de escarcha.

¿Entonces? preguntó su arcángel.

Ella soltó una risita ligeramente histérica. ̶ Hablando de brillar en la oscuridad. ̶ Su


piel estaba iluminada desde adentro, sus ojos eran de un color dorado vivo, su
cabello cubierto de llamas. Cuando ella las bateó, la maldita energía saltó a su
mano y bailó sobre su piel. ̶ Supongo que la Cascada no está interesada en que
estés sin poder.

El estómago era un gran nudo.

Solo busca el caos. No hay caos en un solo poder. ̶ Rafael formó las palabras del
Primario con una intrincada concentración, como si hacer algo tan mundano como
formar palabras estuviera muy por debajo de él ahora. Como si hubiera ascendido
más allá de ser un arcángel.

A la mierda eso.

Elena aplastó un puño a través del hielo, pateó el nudo de miedo que atravesaba su
estómago al bordillo. Ella no había sobrevivido a ser consumida por una maldita
crisálida, entonces volver a la vida con un corazón arcangélico dentro de su pecho y
con un tortuoso tatuaje con sensibilidad en lugar de alas, para perder a Rafael por
un poder que quería darle forma a un ser lo suficientemente monstruoso como para
luchar contra Lijuan.

La maldita Cascada podría irse a caminar.

Rompiendo su apretón de manos, ella agarró su rostro en sus manos y golpeó su


boca sobre la suya. Todo su cuerpo se encogió ante la profunda sensación de
regreso a casa, de estar exactamente donde ella necesitaba estar. Te extrañé,
Arcángel.
Envolviendo los brazos alrededor de su cuello, ella lo abrazó con fuerza y profundizó
el beso.

La mente de Rafael se aclaró en un solo segundo apasionado, el sabor de Elena


cortando a través del frío de enorme poder. Nunca había sido así de potente, ni
siquiera antes de la crisálida. Hasta que sintió que su mente podía alcanzar todos
los rincones de su territorio. Hasta que podía ser un dios.

Elena lamió su lengua sobre la de él.

La necesidad carnal y el amor abrasador chocaron, y una vez más fue un hombre,
terrenal y de este mundo. No un arcángel con delirios de divinidad. No el espejo de
Lijuan. Era Rafael y estaba con su fuerte, terca, y peligrosa consorte. No había
distancia con su cazador, y nunca la habría.

Metiendo una mano en su cabello, agarró los mechones con un poderoso puño, y la
bebió. Estaba furioso con ella por estar tan herida, por hacerlo cortar sus alas.
Saber que ella no tenía control sobre eso no importaba. No en este momento.

No pudo contener la furia dentro.

Ella la sintió, y le devolvió el beso aún más fuerte, el acero y el calor de ella en su
mente y fuertes tirones en el cuero cabelludo de las manos que ella había encerrado
en su cabello.

Pasando la palma por su costado, se estremeció ante el hueso apenas enfundado la


caja torácica de ella. ̶ Necesitas comida.

Su aliento eran jadeos duros; dentro de él, el poder continuó furioso, un huracán sin
fin.

Elena lo miró por un largo segundo...antes de echar la cabeza hacia atrás y reír
desde lo más profundo de su vientre. Si su beso lo había castigado, su risa lo
poseía a él. Él solo la miraba, bebiendo de un espectáculo que había temido que
nunca más volvería a ser testigo.

Cuando finalmente se las arregló para soltar risitas que la mantenían encendida de
nuevo y haciendo que sus mejillas se arrugaran, dijo: ̶ ¿Qué es tan divertido?

Un fuerte resoplido.

Se llevó la mano a la boca, trató de reprimir las risas y falló. Su propia sonrisa se
hizo más profunda en sus mejillas. Ambas alas se extendieron sobre ella ahora, él
movió su mano hacia su cadera. El hueso era filoso y duro, su piel más que
delgada,
pero Elena puso su mano sobre la de él y dijo: ̶ Cógeme como siempre lo has
hecho.

Rafael fue a discutir y vio la determinación implacable en la mirada risueña de ella.


Somos nosotros. Cálido acero en su mente. La maldita Cascada no puede
arruinarnos. Y si mis huesos están huecos, prefiero saberlo ahora.

7
Rafael fue quien apretó los dientes esta vez. ̶ Tus huesos no son huecos. O te
habría aplastado la mano antes. ̶ Un recordatorio de que ella había salido ilesa de
su brutal agarre, él curvó su mano más firmemente sobre su cadera. ̶ Me reservo el
derecho de cambiar de opinión en cualquier momento.

Estás sonando muy al Arcángel de Nueva York. Es super sexy. ̶ Ella lo besó otra
vez, los bordes de la risa en las comisuras de su boca, migajas de mortalidad que
ella había llevado a través de una transición imposible.

Él cayó en el beso. El poder infundido por un rayo se arqueó a su alrededor,


pasando de él para envolverla, solo para volver a él. El poder sintiéndose... más
cálido en cada regreso, como si ella lo besara mientras la besaban.

No sabía cuánto tiempo se besaron, pero el polvo de ángel brillante cubría sus
labios cuando se separaron. Su sabor cubriendo el suyo.

Marcándose uno al otro de nuevo.

Me reía porque la comida es como un fantasma persistente y muy molesto que me


persigue. ̶ Trazó las líneas de la marca de la Legión, que Rafael podía sentir
ardiendo con un frío poder inmortal. ̶ He estado comiendo por una eternidad y
todavía voy y pierdo todo este peso.

Ella chasqueó los dedos. ̶ Voy a escribir un libro de estilo de vida para ir con mi
reality show. Incluirá lo que yo llamo la Dieta Cascada. Comételo todo incluyendo la
cocina en sí, si lo deseas, y sal con un peso negativo.

No me divierte.

Sus labios se levantaron, sus ojos bailaron. ̶ Pero eres hermoso.


Otro beso, sus brazos se envolvieron flojamente alrededor de su cuello como si
estuvieran acostados perezosamente en su cama. ̶ ¿Cómo está el poder?

Convirtiéndose en mío. ̶ El beso de su consorte había cortado su intento inicial de


darle forma mientras estaba abrumado por el repentino impulso violento. ̶ La
Cascada es tonta al creer que puede moldearme en la imagen que desea.

Estás hablando de eso como si la Cascada fuera algo vivo.

Ella se mordió el labio inferior. ̶ Aunque, sí, seguía arrojando obstáculos en mi


camino cuando estaba persiguiendo a Archer. Definitivamente parecía haber una
mente detrás de eso.

Si, es un agente del caos, entonces no tiene que ser sensible. Simplemente tiene
que detener lo que detendría el caos, y reforzar lo que lo alienta.

Una fuerza decidida e implacable. ̶ Ella dejó escapar un aliento que causó que una
pequeña pluma bailara en el aire.

Desearía que fuera real para poder matarlo.

Sí. ̶ Su visión era un rayo destrozado, su corazón un órgano que latía fuerte y cierto,
se había curado por completo en el instante en que el rayo dorado lo golpeó. ̶ En
este momento, sin embargo, tenemos un problema más apremiante, ̶ Dándole la
espalda miró hacia arriba y hacia arriba y hacia arriba. ̶ ¿Ves cielos azules?

Elena entrecerró los ojos. Pero se distrajo antes de encontrar los cielos que Rafael
había visto. ̶ ¿Es mi imaginación o es la mitad de una silla lo que sobresale de la
parte superior del....?

Miró a su alrededor, realmente viendo su entorno por primera vez. Sí, ella había
notado la suciedad, pero sus neuronas acababan de procesarla como: "Suciedad,
está bien".

Aparentemente, dichas neuronas pensaron que era normal despertarse en tierra


caliente.

En su defensa, ella había simplemente escapado de una crisálida que quería comer
su cerebro. Y el poder flotante de la Cascada había bloqueado los vertiginosos
lados de la pequeña caverna en la que yacían, una caverna iluminada solo por su
resplandor y el de él, con la tierra agregando un poco de rojo ascua para el
ambiente.
¿Estamos en el fondo de un agujero en la tierra? ̶ Ella tocó la pared más cercana a
ella, salió con tierra caliente en sus dedos. No se quemó, tal vez porque ella brillaba
más que la tierra. ̶ ¿Dónde está nuestra cama?

Quemada a cenizas por ahora.

La preocupación, caliente y aguda, se disparó de nuevo, no por la cama o su hogar,


sino por sus amigos y familiares.

¿Crees que Deacon me pondrá en la parte superior de su lista otra vez? ̶ dijo ella,
porque era más fácil pensar en cosas inocuas que ceder ante la frenética voz de
miedo de que su supervivencia hubiera significado la muerte para aquellos que
amaban. ̶ Quiero decir, soy la mejor amiga de su esposa.

Perdemos nuestra casa y lloras la pérdida de tus armas. Ahora en verdad lo sé.
Eres mi Elena.

También lloro que mis aretes de ámbar, y tu anillo se hayan ido. ̶ Ella frunció el
ceño. ̶ Voy a rectificar eso de una vez.

Aquí. ̶ Mientras ella miraba atónita, él buscó en la tierra sobrecalentada y sacó una
pieza brillante particular. ̶ Creo que esto es ámbar.

Su boca se abrió. En realidad, se abrió. Obligándola a cerrarse antes de que se


congelara en esa posición, ella dijo: ̶ ¿Tú haces ámbar?

Teníamos muchos árboles en nuestra tierra. El ámbar es resina de árbol fosilizado.

Su maravilla tuvo una inmersión nauseabunda. ̶ Entonces, ¿o la oleada del poder


sobrealimentado arcangélico aceleró el proceso... o hemos estado dormidos un
billón años? ̶ Todos los que conocían podrían haberse ido, el mundo cambiado en
formas en que no podría comprender.

No puedo comunicarme con nadie, así que es posible, pero no creo que esto último
pueda ser verdad. ̶ Puso el trozo enfriado de ámbar claro en su palma. ̶ Paramos el
proceso de la crisálida temprano, y todo el objetivo era que pudieras ser un depósito
de poder para cuando Lijuan se levantara. No creo que tu arcángel favorito planee
dormir una eternidad.

Exhalando, ella asintió. ̶ Hombre inteligente. ̶ Levantó el ámbar frente a su cara. ̶


Esto es hermoso. ̶ No era impecable en su claridad como había pensado al
principio, sino con burbujas en el interior que parecían explosiones en miniatura
atrapadas para siempre en movimiento. Eso parecía apropiado para la forma en que
se había formado la pieza.

Sin casa, sin armas, no... ̶ Ella gimió. ̶ Mi invernadero.

Rafael extendió su brazo para que ella pudiera acostarse sobre él. ̶ Te regalaré uno
aún más grande.

Todas tus cosas, Rafael. Esa hermosa pintura de Aodhan.

Su corazón dolido ante la idea de que toda esa belleza fuera destruida.

Nos pintará una mejor.

Sus hombros comenzaron a temblar. ̶ ¿Esa será tu respuesta para todo? ¿Haremos
una versión mejor?

Sí, ̶ dijo el arcángel que alguna vez no tuvo sentido del humor, pero que ahora
bromeaba con ella con absoluta seriedad a pesar del frío y embriagador poder que
lo llenó hasta el borde, se derramó de sus ojos, y bailó en su cabello.

Montgomery no va a estar satisfecho con la nueva decoración. ̶ Porque esto era su


hogar a su alrededor. Esa silla medio enterrada en lo alto, la pieza al azar de la
vidriera soldada a la tierra, una pequeña y asombrosamente bien conservada
estatuilla sentada al final, cerca de los pies de Rafael.

Le diré que nos robe los tesoros para renovarlos.

Elena soltó una carcajada... pero la posibilidad más oscura y sombría que ella no
quería enfrentar era una garra en su mente. Aquella donde la advertencia de Rafael
no había sido escuchada. Aquella donde Montgomery y Sivya habían estado en la
casa cuando fue destruida. Aquella donde la explosión arrasó con Manhattan.

Ella no podía pensar eso y sobrevivir. Ella necesitaba una jodida victoria sobre la
Cascada, un gran dedo levantado hacia la fuerza que destruiría sus vidas en su
búsqueda de lo que sea que buscaba.

Tu ira es chispas en mi mente. He extrañado tu furia,

Cazadora del Gremio.

Elena no se había dado cuenta de que había mantenido la conexión mental entre
ellos. Había sido tan fácil. ̶ Huh, parece que tu loco trasplante de corazón está
impulsando mi fuerza de mente a mente. ̶ Una buena ventaja cuando no estaba muy
segura sobre el resto de ella. Porque, ¿y si ella literalmente no pudiera subir de
peso? ¿Qué pasaba si el proceso interrumpido significaba que sería un esqueleto
ligeramente armado para siempre?

No hay necesidad de entrar en pánico por el momento. Guárdalo para después.


Muchas cosas por las que estresarse antes de llegar a eso.

Con esa alegre conversación para sí misma, levantó la vista otra vez, entrecerró los
ojos. ̶ Ese podría ser el cielo, aunque no me cites al respecto. ̶ Si era así, era un
milagro que no estuvieran nadando en lava porque estaban en el fondo.

¿Estabas tratando de derretirnos un túnel a China para que pudiéramos atacar a Su


Maldad con sigilo?

Es un pensamiento. ̶ Excavó algo más del suelo junto a ellos.

Mira, Elena.

Era otro trozo de ámbar, pero este tenía una flor perfectamente conservada. Su
corazón floreció como si nada. Levantándose, puso ambos trozos al lado de la
estatuilla, luego se recostó contra su arcángel.

El tatuaje rozó algo y la sensación la recorrió como si hubiera enganchado una


pluma en una protuberancia.

Apretando la mandíbula, se obligó a respirar. Y decidió ignorar toda la situación por


ahora.

Porque, en la lista de artículos que inducían el pánico, había actualmente un claro


campeón. ̶ ¿Por qué nadie asoma la cabeza por ese agujero? ̶ dijo ella, y salió como
una escofina.

¿Por qué Bluebell no nos está gritando ya? ̶ Su garganta se volvió gruesa, sus ojos
ardientes. ̶ ¿Por qué Sara no está arrancando una tira de mi piel por hacerle esto de
nuevo? ¿Dónde está todo el mundo?

8
La Legión
La explosión cegadora había enviado a la Legión en espiral a las aguas del río, sus
alas incapaces de lidiar con el masivo aplastamiento de energía. Bluebell había
entrado a su lado.
Pero todos salieron a través de la agitación del agua, habiendo estado lo
suficientemente lejos de la explosión para que el impacto hubiera sido doloroso,
pero no catastrófico. Ninguna embarcación había estado lo suficientemente cerca
como para sufrir daños, todos los ángeles más débiles ya muy lejos.

Les llevó tiempo recuperar su capacidad de volar; la conmoción cerebral de la


explosión aún resonaba en sus cabezas cuando comenzaron a levantarse del agua.

Y aunque el Bluebell tenía plumas, y sus alas eran mucho más pesadas en el agua
que la forma más elegante de la Legión, reaccionó más rápido. El agua fluyó de sus
alas en un brillo de gotas que reflejaban la luz del sol.

Levantándose junto a la figura flotante de Bluebell, el Primario siguió su mirada.

Donde una vez estuvo la casa de los Aeclari, ahora había una burbuja de lo que
parecía ser lava fundida.

La lava no forma grandes burbujas sobre la tierra.

La lava no mantiene su forma.

La lava es de la tierra, un secreto luminoso.

La lava no debería estar aquí.

Mientras sus hermanos hablaban dentro de su mente, él y Bluebell se elevaron más


alto en silencio, lo suficientemente alto como para atreverse a volar a través de la
construcción imposible.

La lava estaba viva, deslizándose y moviéndose con lánguida gracia en tonos de


rojo, naranja y amarillo y todo lo demás. Sin embargo, mantuvo su forma. En el
mismo centro había un pequeño círculo claro, pero estaba invadido por calor fundido
antes de que pudieran acercarse lo suficiente para ver lo que había dentro.

Más cerca y las plumas de Bluebell se chamuscarían, la piel del Primario


comenzaría a ulcerarse y desprenderse.

¿Te recuerda algo? ̶ Murmuró Bluebell, mientras el sudor rodaba por su cara, el
vapor un halo a su alrededor. Sus alas mojadas ya no goteaban, el calor
evaporando el agua antes de que saliera de sus plumas.

El Primario consideró el sumidero de abajo, envió la pregunta a sus hermanos.


Todos dijeron una palabra y él también:
Cassandra.

Sí. ̶ El Bluebell retrocedió del calor, una emoción indescifrable en su cara. ̶ La última
vez que creó un sumidero de lava, se tragó a un vampiro. Este ahora... ̶ Oscuridad
en los ojos del color de las monedas antiguas que el Primario había visto en el
profundo. ̶ Esperemos. Nosotros veremos.

Esperamos. Nosotros vemos.

9
¿Err, Arcángel? Eso ya no parece cielo azul. ̶ Ella esperaba que no fuera cielo en
absoluto, porque un mundo con un cielo fundido y mortal no era un mundo en
cualquier tipo de buena forma.

La respuesta de Rafael fue inesperada. ̶ Cassandra todavía puede estar cayendo en


el sueño. ̶ Un rayo dorado vivía en sus ojos, misterioso y desconocido. ̶ La perdí
justo al final, antes de conectar a tierra el poder, pero el descenso al sueño es un
proceso largo. Si algún vestigio de ella permanece despierto, podría estar
protegiéndonos.

Elena miró el punto muy por encima, vio en él ecos del sumidero que había
comenzado todo esto. ̶ Mientras ella no esté susurrando profecías espeluznantes en
mi cabeza, yo no tengo ningún problema con Cassandra. ̶ La Antigua era solo una
mensajera.

Ella se sentó en una ola de esfuerzo. Y tardíamente se dio cuenta de un hecho


pertinente. ̶ Estoy desnuda. ̶ Toda la piel brillante, el cabello electrificado y los
pulmones sin aliento.

Asumiendo que esa es Cassandra y ella nos dejará pasar, puedes usar tu glamour,
¿para escondernos? ̶ Ella no deseaba mostrar a Nueva York su huesudo trasero.

El glamour es un juego de niños con la cantidad de poder que hay actualmente en


mi sistema. ̶ Con el pelo todavía ardiendo en los extremos y un rayo rajando su piel,
Rafael se sentó junto a ella y levantó la vista. Era hermoso sin comparación.
También era peligroso y letal y un poder.

Los músculos de su mandíbula se tensaron. ̶ Parte de mí no desea salir a la


superficie.

Con el pecho apretado hasta el borde del dolor, ella siguió su mirada. ̶ Tenemos que
tener esperanza. ̶ Estaba hablando tanto para sí misma como para su arcángel. ̶ Sin
esperanza gana la Cascada.

Esperanza. ̶ Rafael rozó su ala sobre su espalda y el tatuaje susurró sensaciones a


través de ella, como si ella también tuviera plumas sobre una estructura inferior de
ala, hueso, tendón, músculo y nervios.

Sus alas fantasmas eran tortuosas en muchos sentidos, pero ¿esto? Elena se glorió
en ello.

Se pusieron de pie juntos... y ahí fue donde golpeó el primer obstáculo. Sus piernas,
delgados palillos de dientes no podían soportar su cuerpo. Ella se habría arrugado si
Rafael no la había atrapado, la abrazó. ̶ Esperanza, ̶ dijo de nuevo cuando la furia
fría quemó sus facciones.

Esperanza, ̶ gruñó, y no era la promesa más sincera, sí, ella sabía que el arcángel
estaba enojado, pero ella lo tomaría dadas las circunstancias... e intentaría no dejar
que su ira se arraigara. Elena P. Deveraux, Cazadora del Gremio y consorte de un
arcángel, no estaba dispuesta a dejar que la Cascada torciera su personalidad hasta
la amargura y la desesperación. Ella iba a poseer esta nueva oportunidad en la vida.

Rafael extendió sus alas. ¡Espera! ̶ Elena asintió hacia el área detrás de la gloria de
sus alas. ̶ El ámbar y la estatuilla.

Rafael se agachó sobre una rodilla, su brazo apretado alrededor de sus caderas
para evitar que se cayera. Usó su mano libre para agarrar los objetos preciosos y
pasarlos hasta ella. Aferrándose a su pecho desnudo, dijo: ̶ Hagamos esto.

Una última mirada de unos ojos que eran del color equivocado y vivos con mortal
poder antes de que Rafael la levantara en sus brazos.

Elena presionó un beso al musculo pectoral izquierdo y esperó.

Levantando sus alas, se levantó en un despegue vertical sin esfuerzo.

Elena gritó ante la sensación: el vuelo era hermoso y nunca se cansaría de eso. Y
esto, podría ser su último momento de felicidad si lo que estaba más allá era un
páramo devastado.

Bajando la cabeza, Rafael la besó y ella probó el poder, el amor, Rafael, antes de
que se separaran y volvieran la cara hacia arriba. ̶ Juntos, ̶ dijo ella, su voz firme.
Su respuesta fue inmediata y absoluta. ̶ Siempre.

El "cielo" rojo anaranjado comenzó a desaparecer a medida que se acercaban a la


cima, cayendo a ambos lados como puertas fundidas que se hundían en la tierra.
Los dos salieron disparados hacia arriba y afuera. La temperatura estaba al borde
del frío, el sol brillante.

El oro se encontró con la plata... y se volvieron uno para mirar hacia abajo.

Su casa se había ido. También el invernadero. Los daños causados por la explosión
se evidenciaron por los árboles rotos y lo que parecía un auto volcado en una
maraña demadera destrozada, pero su vecino más cercano estaba a cierta distancia
y la casa parecía intacta, excepto por fragmentos de vidrio que brillaban en la hierba
alrededor. Sus ventanas se habían volado.

Nada se movió en esa dirección. Sin pájaros, sin personas, sin automóviles.

Los cielos estaban vacíos.

Debemos mirar hacia la Torre.

Elena apretó los músculos abdominales. ̶ Hazlo.

Todo el aire salió de ella un instante después. Directamente en su línea de visión y


no a diez metros de distancia se cernían dos caras conocidas. ̶ Bluebell. ̶ Un
susurro. ̶ Y el Primario.

Ambos parecían un poco peor por el desgaste, pero por lo demás bien. En ese
instante, parecían estar discutiendo, tanto como el Primario discutiría con
cualquiera.

Más allá de ellos flotaban innumerables alas más de color gris de la legión...sus
siluetas contra los rascacielos de Manhattan.

¿Puedes preguntar por Montgomery y Sivya? ̶ Su mayordomo y cocinero eran los


más propensos a haber estado en la casa cuando explotó.

Rafael habló mentalmente con el Bluebell de Elena inmediatamente después de la


solicitud de ella. Illium Él también necesitaba saber esta respuesta.

La cabeza del ángel de alas azules se volvió hacia ellos. Sus ojos escanearon los
cielos en una búsqueda inútil: Rafael y Elena eran invisibles dentro del glamour.
¿Padre?

Rafael vio al ángel tragar con dificultad incluso desde esta distancia, su cuerpo
sostenido con una rigidez estricta.

Elena y yo hemos regresado, dijo Rafael, porque él no retendría el dolor de su gente


¿Montgomery y Sivya?

Seguros. Illium se estremeció, cada músculo de su cuerpo parecía desbloquearse.


Nosotros despejamos a todos dentro de un radio grande y tu hogar ya era una zona
de exclusión aérea con fronteras muy patrulladas. No debería haber víctimas.

Rafael le transmitió las palabras de Illium a Elena. Un brillo de humedad en sus iris.
Cerrando los ojos con fuerza, habló con una voz cargada de emoción tácita. ̶ Voy a
tomar eso como una victoria.

Como lo haré yo. ̶ No se habían levantado sobre los cuerpos fríos de otros, no
habían robado vida enviando a otros al abismo.

Padre, ¿qué debo hacer ahora?

Rafael nunca había escuchado a Illium sonar tan incierto, tan sacudido. Vigilar este
abismo hasta que pueda volver a rellenarlo. Los lados parecían haber sido forzados
compactos por su poder. El agujero debería llenarse si pudiera derrumbar esas
paredes.

Jason está en la ciudad. Los ojos de Illium todavía los buscaban, aunque estaba
bien consciente de la capacidad de Rafael para crear glamour. Juntos podemos
cuidarlo.

Tu Bluebell necesita vernos, ̶ murmuró Rafael a Elena. ̶ Le preguntaré a él si quiere


venir a la Torre.

Yo también tendría que vernos, si una crisálida nos comiera, y entonces


explotáramos la casa. ̶ Los mechones de su cabello ondeaban alrededor de su
rostro en el suave pero crujiente viento, las diminutas plumas brillaban un toque a la
luz del sol.

La cara de Illium estaba marcada por la necesidad cuando Rafael hizo la invitación,
pero él era uno de siete de Rafael por una razón. Cuadrando los hombros, dijo,
esperaré a Jason y derrumbaremos el agujero primero. ¿Debo hacer una carrera
adentro para recuperar algo salvable?

Por eso el ángel de alas azules era una de las personas más confiables de Rafael.
Tenía coraje e inteligencia, ambos. No, Illium, pensándolo bien, tú y Jason deberían
mantenerse alejados del abismo. No sé si hay restos del poder nacido en la
Cascada que permanecen dentro y cómo esos remanentes reaccionarán ante
cualquiera que no sea Elena y yo.

Rafael podría sobrevivir incluso si estuviera enterrado bajo toneladas de roca y tierra
infundidas con las energías salvajes de la cascada, pero Illium era demasiado joven.
Vigila hasta que regrese.

Luego iremos juntos a la Torre.

Padre. Ellie...

Ella es la Ellie, que conoces. Su estado físico le importaría tan poco a Illium como le
importaba a Rafael .

Rafael habló junto al Primario. No tenía necesidad de anunciar su regreso y el de


Elena: habían pasado unos treinta segundos después de que habían salido del
agujero, pero la Legión volvió a ser un murmullo en el fondo de su mente. Él sabía
que su consorte también los escuchó, porque eran tan suyos como de ella.

Rafael Aeclari. Elena Aeclari. ¡Nosotros esperamos! ¡Han venido!

Whoa. ̶ Elena hizo una mueca. ̶ Creo que están tratando de susurrar, pero
setecientos setenta y siete susurros dan un golpe. ̶ Pero a pesar del aluvión de
ruido, sus labios se curvaron, ̶ Es bueno estar en casa.

Elena Aeclari. Rafael Aeclari.

¿Que necesitan?

Somos tu legión.

Ayuda a Illium a vigilar el abismo, ordenó Rafael.

Dirigió sus siguientes palabras al Primario e Illium a la vez. Contáctame una vez que
el abismo cambie de alguna manera. No se acerquen más de lo que están ahora.

Padre. Dos mentes, dos voces mentales muy distintas, el resto de la Legión
desvaneciéndose a un murmullo de fondo.
Rafael voló hacia Manhattan, inclinando su vuelo para que el viento de su paso le
lanzara el pelo a Illium a la cara. La risa sobresaltada del ángel se hizo fuerte en el
borde. El tipo de borde que provenía de un alivio tan visceral que era doloroso.

Acercándose las manos a la boca un segundo después, el ángel de alas azules gritó
̶ ¡Ellie, salvé tu ballesta!

En los brazos de Rafael, la cara de Elena se rompió en una sonrisa tan amplia que
iluminó los lugares fríos dentro de él. Mientras ella existiera, él siempre sería un
poco mortal, pero tendría que tener cuidado con este poder nacido en la Cascada.
Eso continuaba luchando para manipularlo, continuaba intentando empujarlo a una
frialdad que haría que las decisiones más crueles y despiadadas parecieran
sostenibles.

Eso es amor verdadero si alguna vez lo escuché, ̶ dijo a su consorte encantado.

Voy a besarlo la próxima vez que lo vea, ̶ prometió.

Supongo que como es tan leal resistiré el impulso de golpearlo.

La risa de Elena lo envolvió cuando los dos volaron a través de las aguas picadas
del Hudson. Mientras lo hacían, habló a los demás de sus Siete quienes estaban
dentro de su alcance mental: Dimitri, Jason, Venom.

Una forma de cabello oscuro apareció en un balcón alto de la Torre momentos


después. Aunque no era más que un pinchazo desde esta distancia, Rafael no tenía
ninguna duda de que era el vampiro que había caminado a su lado durante un
milenio: Dimitri. Su amigo y su espada.

Tu suite está lista. La voz de Dimitri era tan dura como la piedra. Keir está en la
ciudad, como lo está Nisia.

Envía ambos a vernos. Entendió la dureza en su segundo: Rafael había sido lo


mismo cuando había encontrado a Dmitri nuevamente después de que su amigo
había sido secuestrado, torturado y destrozado de una manera que lo había
cambiado para siempre. Algunas emociones eran demasiado grandes para
mostrarlas. Tenían que estar contenidas en un puño apretado para que no te
aplastaran.

Rafael, ¿qué tan malo es?


Cuando Rafael repitió la pregunta de Dmitri a Elena, ella resopló. ̶ Dile al Señor
Oscuro que respiramos pero que también resplandecemos. Y que, si intenta
cualquier juego de olor, afilaré mis brazos de palillo de dientes y lo apuñalaré con
ellos.

Con los labios curvados, Rafael transmitió el mensaje.

Veo que la mala influencia de pelo blanco todavía está contigo. A pesar de las
palabras cortantes, el tono de Dmitri había comenzado a desmoronarse, ya que se
permitió creer en su regreso.

La voz de Jason fue la siguiente en la cabeza de Rafael.

Padre. ¿Deseas un informe?

Y ese era Jason, fiel hasta el hueso, pero incapaz de hablar de emociones para
cualquiera menos la mujer que amaba. Pronto.

Por ahora, maneja las fronteras. Estoy adivinando que la explosión fue espectacular.
Puede llamar la atención.

Jason confirmó que la explosión iluminó el cielo de toda la ciudad. Lady Caliane
envió a su mejor escuadrón a Nueva York para ayudar a proteger nuestras
fronteras. Voy a unirme a ellos con un escuadrón de la Torre.

La voz de Venom se deslizó en su mente en un flujo sinuoso. Padre. Ha sido


demasiado larga la espera.

El vampiro con los ojos de una víbora a menudo se consideraba sofisticado y


urbano, pero la voz de Venom no tenía sofisticación entonces, estaba abierta de
alguna manera que Rafael sabía que el vampiro solo hacía para unos pocos. Él
respondió sin palabras, con el tipo de contacto mental que solo un arcángel podía
hacer.

Mientras lo hacía, enormes pájaros alados despegaron del techo de un rascacielos


por debajo de ellos.

Rafael, ¿son esos cóndores? ̶ Arqueando la cabeza hacia un lado, Elena parpadeó, ̶
Juro que acabo de ver a un jaguar tomando el sol en un techo. ̶ Se frotó sus ojos.

Rafael había captado la misma impresión fugaz de una piel manchada de negro y
oro. Deteniéndose en el aire, se volvió para comprobar.
Él y Elena miraron a la espléndida bestia juntos. Como si los sintiera levantó la
cabeza y bostezó, dejando al descubierto un conjunto de caninos relucientes.

Esta tierra pronto será demasiado fría para tales criaturas, murmuró Rafael.

No, mira, alguien ha puesto lámparas de calor para que se sienten debajo. ̶ Como la
bestia perezosamente movió la cola de un lado a otro, Elena susurró: ̶ No mires
ahora, pero hay un montón de pumas en ese otro techo.

Elijah. ̶ Un arcángel que había sido general en el ejército de Caliane, y quién podría
mandar sobre las aves rapaces, así como a grandes felinos.

Debe haberlos enviado para ayudar a proteger tu territorio mientras estábamos


perdidos en villa extraña.

No es el primer pensamiento que vendría a la mente de otro arcángel ̶ Murmuró


Rafael. ̶ Sin embargo, creo que estoy de acuerdo contigo. ̶ Tal vez fue la gota de
humanidad en él, o tal vez fue la relación que había construido con el Arcángel de
América del Sur, pero no creía que Eli intentaría anexarse su territorio.

Reanudó su viaje a la Torre.

10
Venom estaba esperando junto a Dmitri ahora, su cuerpo sostenido en esa forma
lánguida que era natural para él, pero no había nada débil en el miembro más joven
de los Siete de Rafael. Estaba tan tieso como Dmitri. Que nadie más esperara en
los balcones, a excepción de los sanadores, le dijo a Rafael que, sus hombres no
habían informado a nadie más de su regreso.

Pasó deliberadamente cerca del balcón, como lo había hecho con Illium.
Mantuvieron los pies debajo del golpeteo, con la cabeza en alto como si siguieran su
ruta de vuelo hacia el balcón que conducía a la suite de él y Elena en la Torre.

Las puertas estaban abiertas, Keir y Nisia al otro lado.

¿Puedo extender la mano y empujar a Nisia? ̶ Elena susurró, a pesar de que su voz
no escaparía al poder del glamour. ̶ ¿Lo sentirá ella?

Con los labios curvados, Rafael dijo: ̶ ¿Te duele lo que te dijo Nisia?

Ella nunca había terminado de contarle sobre esa conversación, pero no difícil de
imaginar que Nisia convirtiera a Elena en una víctima desprevenida de su agudo
sentido del humor.

Tal vez. Solo un poco. ̶ Sus dientes mordieron su labio inferior cuando pasaron los
curanderos, extendió una mano para tocar la parte expuesta de la clavícula de Nisia.

La sanadora saltó, su mano subió a su pecho y su sencillo vestido de remolino azul


medianoche. ̶ Gusano, ̶ dijo ella muy precisamente después de eso enviando a
Elena a un paroxismo de risa.

Rafael tuvo que obligarse a dejarla ir. Acostándola en su cama, él se obligó a no


ayudarla mientras Elena se levantaba en una posición sentada y comenzó a tirar de
la sábana sobre su cuerpo. Herida o no, su consorte seguía siendo una guerrera y
así era como la trataría.

Psst. ̶ Elena señaló el armario. ̶ Pantalones, Arcángel.

Mientras admiro esa deliciosa vista.

Rafael levantó una ceja, sus labios se levantaron ligeramente las esquinas; en
verdad, había olvidado su propio estado de desnudez en su preocupación por ella. ̶
Vivo para obedecerte, hbeebti, ̶ dijo, y encontró un par de pantalones marrones
oscuros que solía usar mientras entrenaba con Elena o sus Siete.

Pregúntame algún día acerca de un tiempo hace más de mil años cuando estaba en
una compañía de unos guerreros que solo usaban pintura en la piel cuando
entraban en batalla, dijo después.

Imágenes o no sucedió, ̶ dijo, un poco sin aliento cuando terminó de meter la


sábana debajo de sus axilas.

Él se rio, y hubiera pensado que era imposible solo unos momentos antes.

Detrás de ellos, Keir y Nisia habían cerrado las puertas del balcón, ahora cerraban
las cortinas a través de ellas. Elena y Rafael rara vez las usaban. Más a menudo,
las puertas estaban protegidas solo por cortinas de gasa blanca. Nadie en la ciudad
era lo suficientemente suicida como para aterrizar en este balcón e intentar mirar
dentro, pero Rafael agradeció el cuidado de los sanadores. Elena elegiría cuando
quería mostrarse ella misma, nadie le robaría esa elección.

Nisia encendió las luces.

La luz brillante hizo que la forma demacrada de Elena fuera más notoria,
demasiadas sombras y huecos en ella. Con las tripas apretadas y los hombros
anudados, Rafael tuvo que luchar para mantener su voz firme. ̶ ¿Lista?
Ambos ya han visto todo lo que hay que ver, así que sí, hagámoslo. ̶ Palabras
pragmáticas de un guerrero, pero su mirada era suave cuando se encontró con la
suya, vulnerable en cierto modo que no mostraba a nadie más en el mundo.

Ven aquí primero.

Su mano estaba cálida en su mejilla, su beso feroz. ̶ Sé que me veo como una bolsa
de huesos, pero soy yo y estamos juntos.

Palabras que lo desafiaron a hacer cualquier cosa menos a dejar de creer. En ella.
En ellos. ̶ Escribiremos nuestro próximo capítulo de la manera que queramos, y
seguiremos pateando el trasero del destino.

Él tomó otro beso, su mano apretada en su cabello y su lengua agresiva. Pero


cuando se separaron, él fue quien se sintió dueño. Marcado.

Levantándose, con el pelo cayendo sobre la frente, dijo: ̶ No un capítulo. Muchos.

Una sonrisa rápida. ̶ Un maldito tomo, ̶ prometió. ̶ Oh, ¿y puedes encontrarme un


teléfono? Si no llamo a Sara, ella me arrancará el cuero cabelludo. Beth, Eve, mis
abuelos...Rafael, tengo tanta gente en mi familia ahora.

Ninguno de los cuales te reprenderá por el tiempo que lleva tener esta consulta. ̶
Con eso, dio un paso atrás y dejó caer el glamour.

Keir y Nisia eran sanadores experimentados que habían visto mucho durante
milenios de su existencia, pero ambos respiraron audiblemente ante la primera vista
de Elena y Rafael. Keir, su rostro oscuro sin edad apretó sus exuberantes labios y
se inclinó para besar a Elena suavemente en la frente. El marrón dorado de sus alas
brillaba bajo las luces del techo.

Nisia, mientras tanto, levantó una ceja. ̶ No has estado bebiendo mi poción, por lo
que veo.

No sé. ̶ Elena se encogió de hombros. ̶ Tal vez son parásitos internos.

Resoplando, la sanadora sacudió la cabeza. ̶ Es bueno ver que estar encerrada en


una crisálida no ha hecho nada para dañar tu personalidad ganadora.

Bueno, Elena. ̶ Keir se sentó en la cama a un lado, la seda negra de su cabello


cortado en capas que rozaron su mandíbula. ̶ Siempre eres mi paciente más
interesante.
Oye, Rafael brilla como una bombilla y sus ojos son de oro.

En los arcángeles, se esperan cosas muy extrañas.

Entonces llamaron suavemente a la puerta y Rafael se dio cuenta de que Dmitri le


había dicho a otra persona de su regreso. Abriendo esa puerta sin exponer a Elena,
él tomó la bandeja en las manos de Montgomery. El vampiro llevaba un traje negro
sobre una camisa blanca crujiente, estaba tan fresco y sereno como siempre... y la
bandeja tembló.

Gracias, Montgomery. ̶ Rafael aceptó la bandeja llena de comida y bebida. ̶ Mis


disculpas por volar la casa que mantuviste tan hermosamente. ̶ Ninguno de los dos,
Elena ni Rafael eran del tipo de llenar una casa con pequeños toques domésticos
que la convirtieran en un hogar, ese era el dominio de Montgomery.

Una sonrisa temblorosa. ̶ Tengo tres almacenes llenos de tesoros. Ahora tendré
espacio para exhibirlos.

Dejando la bandeja a un lado en una mesa dentro de la puerta, Rafael salió y luego
—Por primera vez en un eón— abrazó a Montgomery. El vampiro que era su
mayordomo había sido un hombre contenido desde el principio, no uno para ceder
ante muestras de emoción. Pero hoy, él abrazó a Rafael de regreso y aguantó con
una fuerza que habría sorprendido a aquellos que solo vieron su elegante superficie.

Ninguno de los dos dijo nada, y cuando se separaron, los rasgos de Montgomery se
establecieron en sus líneas compuestas habituales y sus manos ya no temblaban. ̶
No sabía si se necesitaba comida, pero siempre come después de Anshara y eso es
lo más parecido a esto que podría imaginar.

Es necesario. Dile a Sivya que prepare los platos favoritos de Elena.

Ella ya ha comenzado a hacerlo.

Al regresar a la habitación, Rafael asintió con la cabeza a su mayordomo antes de


cerrar la puerta. Cuando se volvió, fue para ver que Elena tenía un sanador a cada
lado de ella, los dos frunciendo el ceño mientras la revisaban usando sus
habilidades curativas e instrumentos médicos sacados de grandes cajas abiertas en
el piso.

¡Oh hombre que bien huele!

Colocando la bandeja en el regazo de su consorte, Rafael iba a salir a hablar con


Dmitri y Venom antes de volar hacia Illium, pero Elena lo fulminó con la mirada. ̶
Necesitas comer también.
Para su sorpresa, se dio cuenta de que lo hacía. Mientras un arcángel comía de vez
en cuando, él realmente no sentía hambre excepto en circunstancias exigentes; hoy,
roía en él. Se sentó en la cama y, de repente, el enorme palmo se llenó de alas. Keir
y Nisia estaban siendo escrupulosos acerca de sostener las suyas cerca de sus
cuerpos, no podían hacer mucho.

No hay necesidad de desperdiciar su energía en la etiqueta adecuada, ̶ les dijo. ̶ Ni


Elena ni yo lo consideraremos una violación si nos rozan los cuerpos.

Nisia hizo un pequeño gesto de reconocimiento, mientras Keir permitió que sus alas
se aliviaran una fracción.

Dejándolos a su trabajo, Elena y Rafael comieron con un enfoque determinado que


tuvo la bandeja despejada en diez minutos. Rafael miró a Elena. ̶ ¿Más?

Ella acarició la sábana sobre su estómago peligrosamente cóncavo. ̶ No sé a dónde


va, pero sí.

No le sorprendió lo más mínimo abrir la puerta del dormitorio y encontrar una


bandeja fresca esperando.

Después de que los dos demolieron la comida, Rafael dirigió sus ojos sobre su
consorte. ̶ Ya no estás brillando tanto.

Ella examinó la piel en el dorso de su mano. ̶ Creo que tienes razón. ̶ Entonces fue
su turno de ser examinado. ̶ Tus ojos comienzan a mostrar toques de azul.

Extendió su brazo cuando Nisia lo solicitó. ̶ Ve, averigua si Lijuan murió mientras
estábamos dormitando.

Eres una eterna optimista. ̶ Se levantó de la cama, pero no se fue. Hbeebti.

Está bien, Rafael. Ojos que se habían asentado en una plata luminosa en los bordes
sangrando en gris, con el más leve indicio de azul más cercano a la pupila, sostuvo
la suya. Ahora que el primer shock ya pasó, puedo manejar el examen del tatuaje en
mi espalda.

No. Rafael no cedería ante esto. Sucede ahora, mientras estoy aquí.

Su cazadora le dedicó una sonrisa torcida. Sí, bien, estoy asustada. ̶ Necesito que
examinen mi espalda ahora, ̶ dijo a los curanderos. ̶ Tengo un tatuaje muy extraño.
Ni Keir ni Nisia discutieron.

Gira, ̶ dijo Keir. ̶ Solo lo suficiente para que podamos ver toda la marca.

Después de caminar hacia la parte de atrás de la cama, Rafael observó a Elena


hacer lo que se le indicó. Su tatuaje era aún más detallado de lo que se había dado
cuenta. Cada filamento se definió con cuidado, hasta la pequeña pluma en la punta
del ala izquierda que siempre le gustó hacer crecer sus filamentos en la dirección
opuesta a todas las demás plumas.

Es como si tus alas se hubieran hecho pequeñas y fueran quemadas en tu espalda. ̶


Nisia pasó un dedo experimental sobre una pluma.

Un relámpago de poder hizo que la sanadora sacudiera su mano hacia atrás con
una sacudida.

Mis disculpas. ̶ Ella tendió la mano. ̶ Eso fue inesperado.

¿Te dolió? ̶ La frente de Elena se arrugó. ̶ Sentí que la energía te golpeaba.

No tanto dolor como... Creo que tu cuerpo me dice que el área es privada y que deje
de hurgar.

Keir tuvo más cuidado cuando lo tocó, pero también se sobresaltó.

A pesar del peligro, los dos sanadores hicieron un examen exhaustivo. Cuando ellos
estuvieron satisfechos de haberla visto en su totalidad, Elena se movió hacia atrás
para apoyarse contra la cabecera. ̶ ¿Malas noticias?

Ninguna noticia es el mejor descriptor. ̶ Las líneas marcaban las esquinas de los
ojos de Keir, grabados desconocidos en una cara que siempre había sido perfecta
en su delicada belleza.

Es tentador comparar tus alas con las de un bebé angelical, pero eso se siente
incorrecto. ¿Nisia?

Estoy de acuerdo. Ellas tienen mucha más capacidad sensorial que las de un bebé. ̶
Nisia frunció el ceño ante lo que estaba leyendo en el dispositivo en su mano. ̶ Los
bebés no sienten sus alas hasta que obtienen una comprensión de lo que son.

Supongo que sería confuso para ellos si no pueden ver lo que hay allí. ̶ Elena tocó
con un dedo la sábana. ̶ Tiene sentido que fuera diferente para un adulto.
Es como si ciertos elementos de tu cuerpo hubieran sido revueltos. ̶ Nisia tocó un
mechón del cabello de Elena. ̶ Tienes pequeñas plumas en el pelo, mientras que
nosotros no encontramos indicios de una estructura inferior del ala en la espalda.

Nosotros hemos descubierto evidencia de que esta marca que llamas un tatuaje se
extiende profundo, a través de todas las capas de tu carne.

Dímelo directamente, ¿Qué es esto? ̶ Su voz firme, y la mirada inquebrantable de


Elena ante la pregunta exigía absoluta honestidad. ̶ ¿Estoy atrapada con un tatuaje
o hay una posibilidad de que mis alas pudieran volver a crecer?

Los ojos atemporales de Keir sostuvieron los de Elena. ̶ No puedo darte respuestas
definitivas. Esto es algo que nunca ha sucedido. ̶ Una sonrisa tan gentil como su
voz. ̶ Tú te mantienes siendo única, Elena.

Nisia, aun mirando su dispositivo, murmuró: ̶ ¿Tienes hambre?

Sí, es raro. ̶ Elena hizo una mueca. ̶ Esos gusanos inmortales son difíciles de matar.

Los labios de Nisia se torcieron. ̶ Tenías, querida, Tenias.

Mostró la pantalla del dispositivo a Keir. ̶ Si estoy leyendo esto correctamente, la


profundidad de tu piel aumentó en un punto de dos milímetros en los minutos desde
que tomé la primera lectura.

Elena se calmó. Arcángel, ¿acaso Nisia acaba de decir lo que creo que dijo?

Sí, así lo creo. Tu cuerpo está quemando combustible rápidamente para


fortalecerte. Sus manos se apretaron a la blancura de los huesos en la cabecera. Es
por eso por lo que un arcángel come con vigor después del profundo y curativo
descanso del Anshara. La comida reemplaza la energía utilizada durante el proceso
de curación. También ayuda a completar las reparaciones finales.

Ella levantó una mano para tocar la suya. Y tengo un pedazo de tu corazón
creciendo en mi pecho.

Nutrición IV, ̶ dijo Nisia después de que ella y Keir terminaron de consultar cada uno
con el otro. ̶ Es una forma mucho más rápida de obtener calorías.

Los sanadores se pusieron en acción con esas palabras, y Elena pronto se


enganchó a un goteo en cada brazo. Mientras Keir explicaba que los IV se
configuraron para liberar su contenido en el transcurso de una hora, un rayo dorado
arrasó las líneas y chupó las bolsas para secarlas.
Whoa.

11
Ocho bolsas más tarde y Elena podía ver el cambio: ella era ahora extremadamente
delgada en lugar de esquelética. La gente podría comentar que ella era pura piel y
hueso, pero no llamarían a la funeraria.

Su tatuaje en el ala, sin embargo, se mantuvo sin cambios.

Keir y Nisia no pudieron encontrar alguna señal de que ella hubiera comenzado a
desarrollar la estructura inferior necesaria para el vuelo. Era un golpe, pero no se
daba por vencida; los cuerpos angelicales eran curados por prioridad.

Los órganos críticos primero, luego piel y extremidades. Las alas caían en la última
categoría.

Detente, ̶ dijo Elena cuando Nisia fue a agarrar las bolsas nueve y diez. ̶ Creo que
he alcanzado la capacidad máxima para procesar calorías de una vez. ̶ Su bostezo
quebró su cara.

Mi cuerpo va a caer pronto, ̶ el letargo repentino pesó sobre sus hombros, hicieron
que sus párpados cayeran, ̶ pero primero necesito hacer algunas llamadas.

Arcángel, dijo mentalmente, con el corazón dolorido, cuando tengas tiempo, ¿Me
podrías traes la colcha que mi mamá hizo para mí? La había dejado en el armario
de almacenamiento todo este tiempo, el dulce recuerdo amoroso de él también
entrelazado con el dolor, pero hoy, ella quería el abrazo de su madre de cualquier
forma que pudiera tenerlo.

Lo haré tan pronto como termine de hablar con Dmitri, él está esperando afuera.

Al presionar un beso en sus labios, Rafael le pasó un teléfono que le había


encargado a Montgomery cuando ella lo menciono, entonces él y los sanadores
salieron.

Keir y Nisia tenían sus cabezas juntas. Los dos necesitaban procesar las lecturas y
muestras que habían tomado, mientras Rafael tenía que reunirse con su segundo.

Ella sabía lo que le había costado dejarla, le lanzó un beso mental. Él se volvió
hacia la puerta, su mirada se disparó con un rayo. ̶ Descansa, hbeebti. Puedes jugar
con tu ballesta mañana.

Ha. ̶ Deslizándose por la cama mientras él cerraba la puerta detrás de él, ella trajo a
colación el teléfono. Le tomó dos intentos ingresar el número de Sara.

Hola. ̶ Una respuesta sin compromiso de la directora del Gremio; ella estaba sin
duda preguntándose cómo demonios había llegado un extraño a través de su línea
privada.

No, no comiste accidentalmente pescado con LSD, ̶ dijo Elena a su mejor amiga,
refiriéndose a su conversación cuando se despertó por primera vez como un ángel.

Silencio desde el otro extremo, antes de que Sara dijera: ̶ Ellie, voy a estrangularte
esta vez.

Elena sonrió a pesar de sus pesados párpados. Porque eran ella y Sara. Real.
Normal. Amigas. ̶ Me veo tan patética y delgada ahora que apuesto a que te
sentirías culpable de hacerlo. ̶ Aunque eso no duraría mucho si ella continuara
procesando combustible a este ritmo. Ya podía sentir sus músculos fortaleciéndose,
sus huesos ganando peso.

Ellie. ̶ La voz de Sara era gruesa. ̶ Voy para allá.

No, dame unos días. Probablemente voy a estar dormida durante la mayoría de
ellos. ̶ Bostezó tanto que estaba segura de que su cara se rompería. ̶ ¿Cómo está
Eva?

Actuando. Ella robó la motocicleta de Ransom del lote de la Academia y se la llevó


para un viaje de placer.

Eva siempre se había portado aterradoramente bien. ̶ Hey, salimos bien y nosotras
una vez robamos un Cadillac.

Prestamos, ̶ dijo Sara deliberadamente. ̶ La directora del Gremio no puede ser un


delincuente.

Otro bostezo gigante rompió la risa de Elena en dos.

Ellie, ¿estás segura de que no puedo correr allí y darte un abrazo?

No aún no. Necesito tiempo de recuperación. ̶ Verla de esta manera desharía


cualquier bien que hubiera logrado con su llamado. ̶ Tengo que llamar a algunas
otras personas antes de que me duerma. Pero he vuelto y no voy a ir a ninguna
parte.
Terminando la llamada con Sara poco después, sus miembros tan pesados ahora
que se sentían como plomo, ella marcó el número de su hermana menor. Era un
milagro que recordara cualquier número con la neblina del sueño en su cerebro.

Beth resultó estar con Majda y Jean-Baptiste Etienne, dos personas quienes ya
habían sufrido torturas y pérdidas inimaginables. Su abuela rompió en llanto por el
sonido de su voz, mientras su abuelo estaba impasible pero agitado.

Beth estaba muda.

Elena lidiaría con esto, encontraría alguna forma de hacer una recompensa
emocional por el dolor que le había infligido, pero lo haría cara a cara no por una
línea telefónica.

Prometiendo volver a llamar pronto, colgó y, con los ojos demasiado pesados para
mantenerlos abiertos, marcó a Eve.

Su media hermana más joven no respondió.

Entonces Elena llamó cinco veces seguidas, hasta que Eve finalmente respondió
con un gruñido, ̶ ¡¿Qué?!

Espero que no hayas rayado la bicicleta de Ransom. Está enamorado de eso ...

¡Ellie! ̶ Fue un grito.

El resto de la conversación fue rápida y excitada y Elena tuvo que hablar con su
hermana de robar otro paseo y acercarse a la Torre y luego ahí.

Después de aceptar a regañadientes esperar para visitarla, Eve dijo: ̶ ¿Debo decirle
a mi padre?

El cuerpo de Elena se puso rígido, la tensión nerviosa actuando como adrenalina en


sus venas.

¿Estás en tu casa?

Sí. Aterrizando. ̶ El roce de los ojos de la adolescente era casi audible. ̶ Me quedé
fuera del toque de queda pasado, luego llegó a casa y decidí beber el caro brandy
de papá. Esa cosa es asquerosa. Vertí la mayor parte en el jardín, pero él está
convencido de que soy una alcohólica.

Beth, Majda y Jean-Baptiste no eran los únicos a quienes les debía una disculpa.
Esta chica no era la pequeña pero dura y estable que había sostenido la mano de
Elena la última vez que se habían visto. La ira vivía en ella ahora. Pero tendría que
esperar hasta que pudiera abrazar a Eve y aferrarse con fuerza.

Llévale el teléfono. ̶ Jeffrey y Elena nunca podrían curar las fracturas entre ellos,
pero ella no se sumaría a su tormento.

Jeffrey Deveraux ya había perdido a su amada esposa y dos queridas hijas. El


hombre que se había casado con Eve y la madre de Amy, Gwendolyn, no era el
mismo Jeffrey que había hecho burbujas con Elena en un patio soleado o el que
había luchado por su derecho a ver los cuerpos de sus hermanas muertas. Ella
había necesitado saber que el monstruo no había hecho que Ari y Belle fueran como
él, por lo que Jeffrey la había llevado a ellas. Él le había tomado la mano. Y había
llorado.

No había sido el mejor padre, pero no merecía el horrible dolor de pensar que había
perdido una tercera hija.

Padre, ̶ oyó decir a Eve, ̶ alguien quiere hablar contigo.

Elena podía imaginar la ceja levantada de su padre ante cualquiera que lo llamara al
teléfono de su hija, sabía que lo más probable era que se quitara las gafas de borde
de alambre mientras consideraba si atender la llamada sin pedir más información.
CEO de un mega imperio con dedos en cada pastel de la ciudad, Jeffrey no era un
hombre al que le gustara la falta de control.

Hoy, sin embargo, todo lo que vio en la cara de Eve lo hizo entrar en la línea.

Jeffrey Deveraux.

Es Ellie.

El silencio esta vez fue penetrante.

Hablaremos más tarde. Dile a Eve que volveré a llamar para avisarle cuando puede
visitarme. ̶ Elena colgó con eso, se sintió cobarde por eso, pero una niña tenía sus
límites.

Acababa de salir de una crisálida que quería consumirla como una sabrosa
merienda y su cuerpo se estaba quedando dormido a su alrededor; ella no estaba
lista para lidiar con Jeffrey y la complicada historia que los unía.
Un eco de memoria, el aroma de su aftershave repentinamente brillante y claro. Él le
había dado su bufanda para que no tuviera frío. Ella la había aceptado porque no
solo había dolor entre ellos, sino mil momentos de infancia feliz y familia. Ella y
Jeffrey, nunca serían fáciles el uno con el otro, pero a veces lograban encontrarse a
mitad de camino, las recriminaciones y el dolor mantenido acorralado.

El roce de una mano delgada en su frente. Duerme, azeeztee.

Maman está aquí para cuidarte. No te preocupes por tu papá, lo arreglaré.

Incluso mayormente dormida, Elena sabía que su madre estaba muerta, que este
era el fantasma de un recuerdo...pero ella decidió creer. Solo por este fragmento de
un momento en que estaba herida y cansada y comenzaba de nuevo. ̶ Maman...

El teléfono se deslizó sin ser percibido de sus dedos, su cuerpo se estrelló en el


sueño. Un rayo bailaba sobre su piel, sus venas una red brillante oculta por la
sabana.

12
Rafael sabía por qué sólo Dmitri había llegado hasta el balcón fuera de la sala de
estar de él y Elena. Él y su segundo tenían una relación única. Rafael podría haber
tenido varios cientos de años cuando se conoció con Dmitri, pero Dmitri había sido
un hombre casado para entonces, un granjero confiado en su piel y abierto en su
amor por su esposa.

Los dos, siempre se habían conocido como iguales.

Cuando salió al balcón, su segundo se volvió y lo miró con ojos oscuros que no
revelaban nada...pero cruzó el espacio para encontrarse con Rafael a mitad de
camino. Levantaron sus manos derechas, se apretaron los antebrazos se inclinó
para abrazar al guerrero. ̶ Es bueno tenerte de vuelta. ̶ La voz potente de Dmitri con
emociones no expresadas pero entendidas. ̶ Estoy pasando una licencia por diez
años de vacaciones a partir de hoy.

¿Tan mal? ̶ Preguntó Rafael mientras retrocedían.

Charisemnon sigue probando suerte, Neha observa en enigmático silencio,


Michaela ha desaparecido en sus montañas, y China ha perdido a tanta gente sin
explicación que grandes extensiones de ella están en silencio.

¿Michaela? ̶ Dijo, eligiendo el detalle más intrigante entre todos los que Dmitri había
recitado.

Su segundo cruzó los brazos, los bíceps tensos y la piel de un tono bronceado que
mantenía su color incluso en pleno invierno. ̶ Jason ha confirmado que ella está en
la fortaleza cerca de Budapest, pero no ha sido vista en vuelo durante al menos
cinco meses. ̶ Un encogimiento de hombros. ̶ Nadie se ha atrevido a portarse mal
todavía en su territorio. Sus generales tienen órdenes de matar ante cualquier signo
de insurrección. Eso es. No hay otro castigo, directamente la decapitación. Es
eficiente.

Rafael no podía estar en desacuerdo con la admiración en la voz de Dmitri. Era una
manera simple y efectiva de mantener un territorio bajo control mientras el arcángel
a cargo iba a la oscuridad. ̶ No es desconocido que los arcángeles se sumerjan
durante meses por un tiempo. ̶ Incluso los miembros de la Cátedra de vez en
cuando necesitaban tiempo para simplemente existir.

Rafael era demasiado joven para sentir el impulso, pero sabía que su madre había
tomado tal tiempo durante sus años como niño. ̶ Michaela no es mucho mayor que
yo, ̶ cuestión de quinientos años, más o menos. ̶ Pero recientemente ha tenido que
lidiar con un 'infante' de carne y posesión de Uram.

Quizás la haya puesto de mal humor.

Dmitri soltó una carcajada. ̶ Puedo verla sentada de mal humor en su fortaleza. Al
menos no está creando más problemas. Charisemnon, por otro lado, es un
gilipollas, es solo el tener a Titus en su frontera lo que lo mantiene bajo control.

¿Los pájaros y los gatos son de Eli?

Un breve asentimiento. ̶ Encontré un maldito lince en el capó de mi Ferrari el otro


día. La cosa me gruñó. ̶ Frunciendo el ceño, continuó. ̶ En otras noticias
interesantes, Suyin pidió reubicarse en Nueva York y comenzar un entrenamiento
de combate. Lo autoricé colocándolo bajo la tutela de Honor.

Rafael levantó una ceja. Con piel de blanco frío y cabello blanco como el hielo, sus
pómulos afilados como cuchillas, la sobrina de Lijuan podría haber sido gemela de
su tía si no fuera por sus ojos oscuros, la mancha debajo de la esquina de su ojo
izquierdo, y su falta de instinto asesino.

Suyin había sido prisionera de Lijuan por miles y miles de años, un ser artístico frágil
tan traumatizado que se estaba desvaneciendo de la vida cuando fue rescatada.

Dmitri asintió con la cabeza. ̶ Yo tampoco esperaba eso, pero Honor dice que es
rápida aprendiendo y expresó querer estar lista para luchar contra Lijuan cuando su
tía se levante de nuevo.

Un motivo para ser respetada. Especialmente después de la tortura que sufrió bajo
Lijuan.

La expresión de su segundo era oscura pero su tono pragmático mientras


continuaba su actualización. ̶ No he sabido mucho de Astaad y Alexander, ambos
han estado ocupados lidiando con tormentas de hielo masivas.

Partes del territorio desértico de Alexander eran susceptibles al hielo, pero el


territorio de Astaad era casi todo tropical.

¿Las islas?

Dmitri asintió con la cabeza. ̶ Los residentes apenas poseen abrigos, mucho menos
equipo de nieve. He enviado suministros y también Michaela y Lady Caliane. ̶ Él
empujó una mano a través del negro de su cabello. ̶ Eso no es todo, Alexander
también ha sido golpeado con inundaciones repentinas, mientras que la temporada
de monzones en el territorio de Neha amenaza con convertirse en el año del
monzón.

¿Elijah?

Plagas de avispas. Los enjambres han matado al menos a diez personas hasta
ahora. ̶ Apoyó sus manos en sus caderas. ̶ Titus y Charisemnon tienen el problema
opuesto a Neha: sequía.

Los incendios forestales corren desenfrenados por la sabana.

Ha empeorado.

Un guiño de su segundo. ̶ Hemos tenido suerte en el esquema de las cosas.

Una pareja de tormentas eléctricas torrenciales, algunos problemas geotérmicos


menores en el área que ya evacuaste y, extrañamente, una infestación de
escarabajos mariquita en un pequeño pueblo. Sin daños por los insectos, pero
asustaron a un montón de personas.

Dmitri levantó una ceja. ̶ ¿Sabías que el miedo a las mariquitas tiene un nombre?
Coccinellidaephobia.
Era algo divertido que debía decirle a Elena. El resto sin embargo... ̶ ¿Favashi?

No hay señales de ella desde que desapareció en la lava con Cassandra. En cuanto
a tu territorio: Lady Caliane me mantiene actualizado cuando no amenaza con
hervirme vivo por no dejar que te vea, y ella dice que mientras Neha tuvo que lidiar
con algunos refugiados de China, no está cerca del número que ella esperaba. Ni
siquiera después de darse cuenta de las aldeas desaparecidas.

La gente de Lijuan es leal. ̶ Muchos dirían al borde de la locura. ̶ ¿Aodhan, Naasir y


Galen permanecen en el Refugio?

Si. Galen quería enviar a los demás a Nueva York, pero les dije que permanecieran
allí. No quería dejarlo sin un poderoso respaldo de seguridad.

Rafael miró a Dmitri. ̶ ¿Qué ha pasado? ̶ Galen era el maestro de armas de Rafael y
capaz de hacer frente a cualquier amenaza, excepto el ataque por uno de la
Cátedra.

Las cosas se mueven bajo el refugio.

El refugio nunca se movía. La leyenda decía que había sido anclado por el poder
cataclísmico de los Durmientes que nunca quisieron despertarse. ̶ ¿No me digas
que crees en la leyenda de los antepasados, Dmitri? ̶ Se susurraba que debajo del
Refugio, dormían los Ancestros, los primeros de la clase de Rafael, los ángeles
viejos que eran otra especie.

Señor, en este punto, estoy listo para creer en la jodida hada de los dientes.

Rafael agarró su segundo por el hombro. ̶ Gracias por sostener mi Torre segura.

La próxima vez, agradecería que le adviertas a tu madre que estás a punto de tomar
una siesta. ̶ Un ceño negro. ̶ La última amenaza de Lady Caliane incluyó que me
dibujaría y descuartizaría.

Sobreviviste. ̶ Lo que era una medida de su temple; La madre de Rafael después de


todo, era un antiguo.

La siguiente pregunta de Dmitri fue tranquila. ̶ ¿Elena? ̶ Una preocupación en sus


ojos oscuros que asombraría a la consorte de Rafael, los dos eran adversarios muy
decididos. La Cascada ha subestimado la voluntad de mi cazadora.
Abrió sus alas para verificar su estado. Permanecieron en llamas, pero la extraña
pluma comenzaba a mostrarse a través, por lo que el fuego blanco era apto para
calmarse en las próximas horas. ̶ Tengo que ir y cerrar el abismo del que nos
levantamos Elena y yo.

Rafael. ̶ Con los brazos cruzados de nuevo y los pies separados, Dmitri se interpuso
en su camino. ̶ Contacta a tu madre antes de que te vayas o juro que ataré tus alas
y te arrastrare dentro para hacer la llamada.

El poder frío en él le susurró que se ofendiera por tal insubordinación, pero Rafael
no tenía intención de convertirse en su títere. ̶ Voy a hacerlo tan pronto como
cumpla una promesa a Elena. ̶ Dmitri tenía razón: Caliane podría haber estado
enojada una vez, podría haberlo dejado sangrando y roto en un campo olvidado,
pero ella se había vuelto cuerda y había estado firmemente de su lado desde
entonces.

Asintiendo, Dmitri se fue para regresar a sus deberes, mientras Rafael volaba del
balcón para dirigirse a la unidad de almacenamiento donde Elena guardaba las
cosas de su infancia. Ella visitaba el espacio regularmente, se aseguraba de que
sus cosas estuvieran libres de polvo, le contaba historias sobre las piezas cuando él
estaba con ella, pero mientras ella le había dado a su hermana Beth cualquier cosa
que ella deseara desde muy adentro, nunca había traído un solo artículo a casa.
Hoy, sin embargo, cuando él regresó con la colcha y la abrió sobre ella, tiró de ella
más cerca y se acurrucó.

Él pasó su mano sobre la seda casi blanca de su cabello, lo que sentía por ella en
una violencia tan grande dentro de él que no tenía nombre. ̶ Hasta el final y más
allá, cazadora mía.

Forzándose a sí mismo fuera de la habitación, cerró la puerta silenciosamente


detrás de sí mismo, luego fue a la pantalla montada en una pared de la biblioteca de
la suite. Podría haber usado un teléfono para llamar a Amanat, pero Caliane no
confiaba en esas cosas. Ella apenas estaba cómoda con el sistema que les permitía
verse mientras hablaban.

La cara que respondió al otro lado era familiar: ojos alzados de dramático verde,
cabello de un profundo rojo profundo, piel que estaba cerca del translúcido y alas de
seda de cobre.

Tasha nunca pasaría desapercibida a través de una multitud.

Sus ojos se abrieron al verlo, un jadeo saliendo de su garganta.

Pero la mujer y guerrera, que había sido su amante cuando eran jóvenes ángeles
que extendían por primera vez sus alas, ya se estaba moviendo fuera de la vista, y
él sabía que ella estaba llamando a su madre.

Tasha era tan leal a Caliane como Dmitri lo era a Rafael.

Cuando Caliane apareció del otro lado, fue con el ceño fruncido en su frente. ̶ Qué... ̶
Se interrumpió, su rostro se suavizó de una manera que solo alguna vez lo hacía
por Rafael. Colocando su mano en la pantalla a su lado, susurró: Mi hijo. Estás en
casa.

Rafael hizo eco de su gesto en este lado, colocando su palma sobre la de ella. ̶ Lo
estamos, hablaremos más tarde, madre.

Debo cuidar mi territorio ahora.

Caliane había sido un arcángel más de lo que Rafael podía imaginar; ella no discutió
en contra de sus prioridades. ̶ Ese vampiro advenedizo al que llamas segundo
necesita aprender cómo hablar con sus mayores, pero él te haría sentir orgulloso.

Serias y con un toque altivo, las palabras de Caliane, sin embargo, tenían la
aprobación de un arcángel que nunca había tenido miedo de tener gente fuerte a su
alrededor. Ella le había enseñado cómo gobernar con el ejemplo.

Hasta la locura. Hasta la muerte.

Nunca dudé que lo haría. ̶ Él inclinó la cabeza. ̶ Me iré ahora.

Antes que lo hagas, ¿tu consorte?

Una vez, esa podría haber sido una pregunta espinosa, pero Caliane y Elena habían
hecho sus paces. Siempre sería una paz extraña con bordes irregulares, pero eso
era lo qué sucedía cuando dos mujeres fuertes chocaban y una de ellas estaba
acostumbrada a ser obedecida en todas las cosas, mientras que la otra obedecía
solo los dictados de su conciencia.

Ella está descansando, ̶ fue todo lo que dijo Rafael; él y Elena tendrían que hablar
cuando se despertara, decidiendo su próximo curso de acción. Hasta entonces, no
compartiría nada de su estado físico.

Después de finalizar la llamada, miró hacia el dormitorio. Un destello de cabello casi


blanco... y el brillo apagado de su piel debajo de la colcha. Su cazadora estaba
acurrucada de lado en una bola apretada, con las rodillas dobladas contra el pecho
y la columna vertebral curvada, su cabeza doblada sobre sus rodillas. El tatuaje en
su espalda pulsaba con luz a tiempo con los latidos de su corazón.

Con la mandíbula apretada, luchó contra el impulso de sacudirla y despertarla de


esa tortuosa posición restringida que le había permitido salir de la crisálida con
todas sus extremidades Perdió la batalla. Elena.

Un murmullo somnoliento en su mente, el cálido acero de su presencia en un beso.

Memoria muscular, se dijo. Eso fue todo. Pero tocó la parte de atrás de su mano a
su mejilla para tranquilizarse con la vida de ella.

Suspirando, se acurrucó más profundamente en la cama… justo cuando caían gotas


de fuego en sus alas para bailar sobre el lado expuesto de su cara. Ella se
estremeció cuando la primera pequeña llama se hundió en su carne, luego otra,
pero no se despertó.

El poder se extendió bajo su piel en un estallido suave que hizo que sus venas
pulsaran a oro luminoso por un sorprendente segundo antes de que el efecto se
desvaneciera en un resplandor. Suave o no, su cazadora permaneció mucho
"brillando en la oscuridad".

Podía imaginar su ceño disgustado cuando se despertara.

Inclinándose, presionó sus labios contra su mejilla. ̶ Si te sirve de consuelo cazadora


mía, mis alas siguen ardiendo y mis ojos están vivos con los rayos.

Arcángel. Un murmullo suave y somnoliento de una mente atrapada en el sueño


más profundo pero consciente de él y de lo que él significaba para ella.

La mano apretada alrededor de su corazón dejó de apretar.

Duerme, hbeebti. Estaré en casa pronto.

Se detuvo el tiempo suficiente para ponerse una túnica sin mangas y guardó en el
bolsillo un conjunto de pequeñas bolsas de muestra que Keir había dejado atrás. ̶
Tus científicos, dijo el sanador, ̶ sin duda apreciarán cualquier muestra que puedas
recuperar del abismo.

Mientras despegaba del balcón de su habitación, prestó atención al rendimiento de


sus alas, comprobó su velocidad.
Todo se sintió como siempre, como si él tuviera carne y sangre, plumas, huesos y
tendones bajo su mando.

Satisfecho con su habilidad para controlar su cuerpo en el aire, barrió los relucientes
rascacielos iluminados por el sol de su ciudad, más allá de las vistosas formas de
árboles en llamas, una última explosión de color antes de su sueño invernal, y sobre
las frías aguas del Hudson. Más tranquilo ahora, brillaba bajo el sol de la tarde,
destellos bailando en su superficie.

Podía ver las alas de Illium desde aquí, el azul salvaje vibrante incluso contra el azul
cristalino del cielo, los filamentos plateados brillantes fragmentos. El ángel se
sostuvo flotando cerca del borde de los acantilados. También había ordenado a
miembros de su escuadrón y de la Legión que crearan una amplia barrera alrededor
del agujero peligroso en el suelo.

Ni un ala no autorizada se movía en el aire, y nadie caminó a ninguna parte de la


visión. Illium, ¿ha habido informes de víctimas en el Enclave?

No. Hice que miembros del escuadrón volaran sobre el área; informaron que no
habían muertos o individuos heridos.

Inclinando su cuerpo para volar por encima de Illium y los demás, Rafael tomó la
herida en la tierra. Desde muy arriba, era una mancha oscura en el paisaje, una
cicatriz que no debería existir.

Ningún poder se arremolinaba dentro o alrededor de él.

Ninguna lava brillaba.

Cayendo, aterrizó en el borde del hoyo. Illium y el Primario llegaron pronto a la tierra
a cada lado de él.

Cuando miró al Primario, vio algo extraño: El Primario ahora estaba casi
completamente incoloro. La transición había comenzado antes de que Rafael se
fuera a dormir en la cama al lado de Elena.

El segundo devenir, eso es lo que la Legión le había dicho a Elena cuando le


preguntó por qué estaban perdiendo los colores que habían comenzado a aparecer
en algunos de ellos.

Como Elena había regresado a la humanidad, la Legión había regresado al gris que
era la paleta de colores con la que habían surgido de la luz profunda.
Pero Elena ya no era mortal y, sin embargo, el Primario seguía sin color. ̶ ¿Ha
terminado el segundo devenir?

El Primario inclinó la cabeza hacia un lado. ̶ No, ̶ dijo después de una pausa para
considerar la pregunta. ̶ Estamos decidiendo.

Dejando el asunto a un lado por el momento, Rafael miró el abismo creado por el
poder que era hielo en sus venas. Tal frío, poder frío. Un poder que le susurró al
oído que Lijuan era un impostor y que era él el verdadero dios.

El que debía ser adorado.

13
Un beso de calor dentro de él, un pulso de vida desafiante.

Un pedazo del corazón de Elena, negándose a entregarlo al frío inmortal.

Rafael apretó su mano. ̶ Voy a volar hacia abajo y asegurarme de que no haya
peligros ocultos. ̶ Como no se convertiría en una herramienta sin sentido para la
Cascada, él no construiría su casa y la de Elena en suelo envenenado.

Illium se agitó. ̶ Señor, acabas de salir. Preferiría que no desaparecieras en el


agujero negro.

El ángel con ojos de oro envejecido y una cara de pura belleza, ahora demacrado
en una forma en que los ángeles rara vez se volvían: era demasiado joven para dar
órdenes a Rafael. Su relación era muy diferente de la que Rafael tenía con Dmitri.

Rafael había conocido a Illium como un recién nacido, lo conocía como un niño
ángel difícil de manejar con alas que apenas podía controlar.

Había visto al joven Illium enamorarse tan locamente que su corazón se había roto
para siempre con la pérdida de su amante mortal. Y él había conocido a Illium como
un joven guerrero que lloraba la pérdida de un amigo que había quedado atrapado
dentro de su propio tormento por doscientos años.

Todas estas cosas y más formaron los lazos entre Rafael e Illium. ̶ Yo no tengo nada
que temer ahí abajo, ̶ dijo, porque el mayor riesgo estaba en su sangre, en el poder
que buscaba constantemente convertirlo en un arma del caos.

Lijuan se creía una diosa, por lo que él debía ser un dios.


La cascada no era más que un martillo contundente.

Si no puedo contactarte, ̶ Illium apretó la mandíbula. ̶ Volaré para buscarte.

Esperemos que no llegue a eso. ̶ Rafael entró en el abismo, sus alas extendidas
para controlar su descenso.

Sus primarias no llegaron a tocar los bordes.

En algunos lugares, las paredes a su alrededor eran vidriosas.

O la energía que había liberado había solidificado minerales naturales en una


superficie vítrea, o pedazos de su hogar se habían adherido a la tierra.

Aquí y allá, vio algún artículo extraño que reconoció—Una cuchara, parte de una
barandilla de la escalera, — pero la mayoría había sido pulverizada.

La tristeza cantó una canción inesperada en su corazón. La casa del enclave era
donde primero le había hecho el amor a Elena. Era un lugar al que todos sus Siete
habían llamado hogar muchas veces a lo largo de sus vidas. Fue donde había
comenzado una amistad con Elijah Y era la casa en la que su madre había venido
para quedarse después de despertarse de la locura.

Pero... había construido esta casa como un arcángel solitario.

La reconstruiría como una mitad de un par irrompible.

La mayor parte de la tierra está simplemente compactada, le dijo a Illium. Debería


poder agitar la suciedad para que las paredes colapsen hacia adentro, eliminando la
mayor parte del agujero. Si queda espacio, lo llenaremos con tierra excavada en
otras áreas.

Ese nuevo rascacielos que se está construyendo en Soho, dijo Illium.

Toneladas de tierra están sentadas alrededor. Pondré un escuadrón en espera para


transmitir todo lo que necesitemos.

Rafael continuó su descenso. No había marcas de quemaduras, nada que indicara


un fuego furioso. Solo cosas aplastadas y rotas que hablaban de la violencia del
poder dentro de él. A mitad de camino, se detuvo y colocó su mano contra el suelo
sintiendo un leve calor, un eco, una huella dejada por la energía que se arrastraba
por sus alas y vivía en su torrente sanguíneo.
Siguió cayendo.

Un destello le llamó la atención. Después de trazar su camino de regreso al lugar,


se río de lo que vio. Excavando cuidadosamente saco el libro encuadernado en
cuero con letras doradas en la espina dorsal, le sacudió el polvo y lo guardó en un
bolsillo lateral de sus pantalones.

Elena estaría horrorizada de que, de todos sus libros, fuera el tomo de Imani sobre
la etiqueta angelical el que hubiera sobrevivido ileso.

No recogió nada más en el camino y pronto se paró con sus pies en la tierra donde
se había despertado con Elena. Trozos de la crisálida rota alrededor de la huella del
cuerpo de su consorte. Agachándose, trató de alcanzar uno.

Se derrumbó en polvo tan fino que era niebla en el aire.

Nada más que un caparazón desechado. Desprovisto de la energía de Elena, no


podría existir. Él por si cualquier caso, tomó una muestra del polvo para los
científicos y la guardó con el digno tomo de Imani.

Cuando volvió a ponerse de pie, se encontró buscando una mente tan vieja que hizo
que le dolieran los huesos.

¿Cassandra?

Silencio. Ni siquiera el lejano murmullo de una presencia. Sin embargo, no tenía


dudas de que el escudo de lava había sido suyo. Tal vez ella ni siquiera se había
dado cuenta, el acto hecho por los últimos vestigios de su mente consciente.

Tendría que hablar con Elena, confirmar si sintió algún remanente de la conciencia
de la Antigua. El arcángel con el terrible don de la previsión siempre había hablado
más con su cazadora.

Elena era la profecía de Cassandra.

Después de echar otro vistazo para asegurarse de que no se había perdido nada,
Rafael extendió sus alas y comenzó el vuelo hacia arriba. Echó un vistazo a las
paredes mientras él volaba, pero lo único que recuperó fue una cuchara doblada y
torcida en una forma tan extraña y complicada que pensó que Elena lo encontraría
intrigante.

Mientras la metía en el bolsillo, pensó si ella querría decorar su nuevo hogar ella
misma... y se rio ante la repentina impresión de absoluta negación horrorizada que
salió fuerte y clara. ¿Cazadora del gremio? Él no se había dado cuenta de que la
había alcanzado hasta su respuesta.

Vete. Estoy durmiendo. Un gruñido de palabras. Desperté con la imagen de


pesadilla de tener que elegir colores de pintura y alfombras para comedores y
salones formales. Yo puedo hacer un nido de nuestra suite, pero para el resto estás
solo.

Su mente ya estaba desvaneciéndose mientras decía las últimas palabras, su


cuerpo demasiado exhausto para hacer otra cosa que descansar.

Pero ella lo había dejado con una sonrisa en su rostro. Los dos pondrían su huella
en la casa de manera que importara, con elementos que tenían significado para
ellos, pero de lo contrario, confiarían en Montgomery. Como Rafael había hecho una
vez antes. Un arcángel relativamente nuevo en ese momento se había contentado
con vivir en la primera iteración de su Torre: el personal de su hogar consistía solo
en su cocinero, Sivya y su asistente. Fue Neha quien le había aconsejado construir
en el Enclave su casa.

Esta tierra es joven como tú lo eres, ̶ le había dicho en su visita. ̶ Te queda bien,
pero tu Torre es una construcción tosca.

Algunos en la Cátedra mirarán hacia abajo por tu falta de una corte formal y te
considerarán más débil debido a eso. Tú debes construir una residencia adecuada
para un arcángel.

Durante la construcción, a la que Rafael había prestado su fuerza, había


comenzado a observar que nada estaba fuera de lugar en ciertos momentos del día.

Las herramientas eran limpiadas y afiladas; agua, hidromiel, alimentos y suministros


de sangre provistos como aparatos de relojería; artículos rotos reemplazados y los
desechos quitados.

Cuando le preguntó a Dmitri quién era el responsable, le presentaron a un vampiro


de cabello oscuro que encontró sus ojos solo en destellos, las cicatrices físicas de
su vida humana como un sirviente eran aparentes en su rostro y en la parte superior
del cuerpo. Pero incluso entonces, Montgomery no se estremeció al estar en
presencia de un arcángel.

Al final de la construcción, Rafael tenía tanta fe en la tranquilidad y el trabajo duro


del vampiro que había puesto a Montgomery a cargo de amueblar toda la casa. Ahí
fue cuando Montgomery se estremeció. ̶ ¡Pero, señor, solo soy un sirviente!

Eres un hombre que nota el más mínimo detalle. Tengo fe en tu habilidad para crear
una casa adecuada para un arcángel.

Le había llevado a Montgomery un año. Había preguntado si podía ir a la corte de


Neha, a la de Titus, a la de Uram, y a la de Lijuan, para poder ver ejemplos del
hogar de un arcángel, y Rafael lo había enviado con un Trace suave y sofisticado
como guía.

Montgomery había regresado con alfombras de seda cuidadosamente anudadas de


la India, tapices de África, un sofá tallado a mano del interior del Territorio de Uram,
pantallas pintadas artesanalmente de China.

También había regresado con una estatuilla que había encontrado "abandonada" en
la corte de Neha.

Rafael tardó dos décadas en darse cuenta de que Montgomery había "rescatado" el
artículo porque no estaba siendo apreciado. Para entonces, el vampiro estaba
manejando su hogar con elegante eficiencia y su tendencia a rescatar objetos de
vez en cuando era un pequeño pecadillo.

Rafael devolvió en silencio lo que tenía que devolver, y Montgomery continuó


asegurándose de que su casa fuera una obra maestra impresionante en las áreas
formales, y un refugio acogedor en lo contrario.

Al emerger a la luz del sol con ese pensamiento, le dijo a Illium y al Primario que
despejaran los cielos y se aseguraran de que nadie hubiera regresado a las casas
cercanas después de su evacuación anterior. ̶ No preveo una segunda explosión,
pero no nos permitamos arriesgarnos.

Solo una vez que los dos confirmaron que el área permanecía desprovista de vida
no autorizada Rafael volvió a caer en el abismo. Deteniéndose a un cuarto del
camino desde el fondo, comenzó a apuntar quirúrgicamente a las paredes con su
poder. De sus manos surgió una fusión de vívido azul y oro dorado.

El arcángel que había sido y el arcángel en el que se estaba convirtiendo.

Tuvo que volver a calcular después de que el primer golpe hizo más daño que bien;
su poder era violentamente fuerte, más que antes de la crisálida. Le tomó tres
golpes para obtener un indicador preciso de lo que se necesitaba. El abismo
comenzó a desmoronarse hacia adentro con lenta gracia debajo de él mientras
volaba, continuando debilitando las paredes a medida que él subía.
Esta vez, cuando salió disparado hacia el sol de otoño, fue para girar y ver la cicatriz
en la tierra que se derrumbaba detrás de él. El rumor del sonido fue enorme y sordo,
y parecía que el suelo se movía en cámara lenta.

Pero el polvo pronto se hinchó en el aire, el rumor cesando cuando la tierra se


asentó. Aflojada por sus golpes, gran parte del suelo compactado se había liberado
nuevamente en el abismo, pero una abolladura significativa se mantuvo.

Alas de azul con bordes plateados en su visión periférica. Yo me encargaré, Padre.

Rafael asintió con la cabeza. Con Elena descansando, su Bluebell no perdería nada
mientras él completaba esta tarea.

Rafael, mientras tanto, necesitaba volar sobre su territorio, tomar stock de lo que
había sucedido en su ausencia, y recordarle al mundo que el Arcángel de Nueva
York había vuelto. Completo, con alas de fuego blanco y un frío poder que había
abierto un agujero en la tela de la tierra.

•••

Elena abrió los ojos a una cocina familiar, el olor cálido de algo horneando en el
aire. Sonriendo, pasó los dedos por el mostrador y gritó los nombres de sus
hermanas mientras caminaba hacia la puerta de atrás. La hierba afuera, esmeralda
reluciente bajo un sol suave, las flores de Marguerite se balanceaban bellamente en
el jardín que había plantado un mes antes.

Elena había ayudado. Había clavado las manos en el suelo y cuidadosamente


colocado cada plántula pequeña.

¿Florecerán pronto, mamá? ̶ Había preguntado.

Sí, estas lo harán. ̶ La cara de huesos finos de Marguerite estaba sombreada por el
gran sombrero blanco que siempre usaba en el jardín, pero Elena la había oído
sonreír. ̶ Ellas son cosas bonitas que crecen rápidamente y solo duran una
temporada, pero ah, qué alegría nos dan durante esa temporada, ¿no?

Elena, con su propio sombrero puesto, sus zapatillas ajustadas y sucias de


"jardinería" en sus pies, asintió. ̶ Sí, este jardín es bonito.

Una belleza fugaz y brillante.

Más allá del jardín, en la parte trasera del patio, Elena vio a una mujer sentada en el
columpio que el papá de Elena había creado usando una tabla atada con cuerdas a
las ramas de un gran árbol Las piernas de la mujer eran largas, el vestido que
cubría su cuerpo un vestido de espuma verde pálido que lamía alrededor de sus
tobillos.

Elena nunca había visto semejante cabello: ondas del color lila más puro caían por
su espalda como el agua, deslumbrante contra la piel blanca perla de la mujer. Sus
alas eran adorables arcos de violeta tan profundo que era azul y sus ojos...

¿Por qué puedo ver tus ojos? ̶ Elena cruzó la hierba para sentarse en el columpio
que había aparecido junto a Cassandra. Aunque se habían conocido solo en sus
pensamientos, ella no tenía dudas de que esta era la Anciana maldita con el don de
la previsión. Y ella sintió que no se sorprendía de que Cassandra estuviera aquí, en
este lugar que era el bolsillo de la memoria de Elena.

Esos ojos de un extraordinario e inesperado verde marino que sangraba a índigo


con bordes de cielo azul claro convertido en incandescente con la luz de la sonrisa
de Cassandra. Auroras gemelas de impresionante belleza.

Este es tu sueño, hija, y parece que no deseas ver sangre. ̶ La sonrisa de


Cassandra se profundizó. ̶ No he visto lo sereno y lo pacífico a través de mis ojos
por una eternidad. Había olvidado que existían tales matices.

Elena pateó el suelo para balancearse suavemente junto a Cassandra. Las faldas
del vestido de la Anciana ondeaban en el viento mientras se balanceaban. Elena vio
que tenía sus propias piernas que iban vestidas con botas de caza negras y
pantalones negros. ̶ ¿Creí que te habías ido a dormir?

Lo hice, pero aún sueño. ̶ Un suspiro. ̶ Desearía no haberlo hecho, pero los sueños
son tan vívidos que perturban mi descanso.

Tu voz es diferente. ̶ Joven, sin el peso de una edad increíble.

Este es un lugar joven. ̶ Las manos unidas alrededor de las cuerdas del columpio y
con los pies descalzos levantados del suelo, Cassandra miró a su alrededor. ̶ La
felicidad vive aquí.

Sí. ̶ Elena empujó a un lado la molesta sensación de que la felicidad no era lo único,
que el sol pronto se nublaría.

¿Acabas de venir de visita?

Cassandra dejó de balancearse y le dirigió una mirada extraña y pensativa con esos
ojos tan encantadores e inquietantes, mechones de su cabello coqueteando con su
mejilla. ̶ Yo no he visitado a nadie por... ̶ Sus manos apretaron las cuerdas.
No tienes que recordar, ̶ Elena la tranquilizó. ̶ A veces no me gusta recordar. ̶ Las
sombras bailaron en las ventanas de la cocina, y Elena se dijo a sí misma que esa
era su madre, moviéndose mientras hacía las galletas favoritas de Elena. O tal vez
era Belle tomando un refresco después de su clase de baile. Incluso podría ser Ari,
buscando un bocadillo. Eso era todo. Nada más. Nada oscuro.

Nunca ha sido recordar el problema. Es la visión. ̶ A pesar de la oscuridad solitaria


de sus palabras, Cassandra comenzó a balancearse nuevamente. ̶ Yo vine a darte
un regalo, profecía mía, pero me resulta difícil formar el pensamiento. La mayor
parte de mí está durmiendo.

También estoy descansando, ̶ compartió Elena, repentinamente segura de eso. ̶ Mis


alas son nada más que color y esperanza. ̶ Su espalda se sentía vacía, faltaba un
peso necesario. ̶ ¿Crees que volaré de nuevo? ̶ En el paisaje onírico, la potente
emoción de la pregunta era una nube distante en el horizonte.

El cabello color lila fluía detrás de Cassandra mientras se empujaba más y más alto
en el columpio. Ella no respondió durante mucho tiempo, pero eso estaba bien,
porque Elena también se balanceaba. Fue de golpe cuando escuchó a Cassandra
hablar de nuevo. ̶ ¡Estamos volando ahora!

Elena se rió y pateó sus pies aún más fuertes.

Y olvidó que Cassandra estaba en su sueño por una razón.


14
Despertando en un bostezo, Elena se frotó los puños sobre sus ojos, ̶ En lo que
respecta a mis sueños, ̶ murmuró a nadie en particular, ̶ ese no fue demasiado raro
en absoluto.

Un susurro que sonaba como alas que se asentaban. Pero no alas angelicales. El
sonido era muy pequeño. Levantó las pestañas y encontró la habitación envuelta en
las profundidades de la luz naranja dorada de la tarde o muy temprano en la noche.
Alguien había retirado las cortinas opacas, pero dejó las cortinas de gasa tal como
estaban.

Esas cortinas se movían en el viento, las puertas del balcón habían sido abiertas.
Esto último no pudo haber sido por mucho tiempo porque la habitación estaba
agradable y cálida... pero había pasado el tiempo suficiente para que una lechuza
blanca como la nieve deambulara dentro. Estiró sus alas otra vez antes de mirarla
con ojos oro brillantes.

Parecía tan real, que no era una ilusión en absoluto. Cuando volvió a salir por las
puertas, la cortina sobre su cuerpo. Ella la vio arrastrarse hacia la puesta de sol,
ligera, silenciosa y encantadora. Un segundo búho se unió a ella momentos
después. Hermosas criaturas sobrenaturales que nunca le habían hecho daño, pero
que habían sido heraldos de todo ese dolor por venir.

Vine a darte un regalo.

Elena jadeó en un suspiro; sin darse cuenta de que contuvo la respiración desde su
primer vislumbre de la lechuza. ̶ Gracias, susurró ella; ella sabía cuánto Cassandra
amaba a sus búhos.

Ninguna mente antigua en su cabeza, ni siquiera una leve señal de que Cassandra
había escuchado.

Extrañamente decepcionada, se incorporó correctamente... y vio las muletas


inclinadas contra la mesita de noche. ̶ Nisia, te amo. ̶ Tenía que ser la sanadora de
la Torre quien había pensado en eso; ella había estado cerca de Elena lo suficiente
como para no esperar un buen comportamiento. Sin muletas, Elena probablemente
habría decidido arrastrarse hacia las instalaciones.

Ella no necesitaba una audiencia mientras hacía sus negocios.

Demasiado de cazador para no entender su cuerpo, sin embargo, pasó varios


minutos estirándose en la cama antes de deslizar sus brazos en las muletas, tomó
un firme agarre de las manijas y se levantó. ̶ ¡Wahoo!

Desafortunadamente, sus celebraciones resultaron prematuras; sus rodillas


comenzaron a arrugarse en el instante en que probó poniendo peso sobre sus
piernas en lugar de las muletas.

Está bien, entonces, no hay cura milagrosa. ̶ No había esperado una, pero una chica
tenía que intentarlo.

Al menos sus brazos y hombros estaban funcionando lo suficientemente bien como


para utilizar las muletas. Se las arregló para cerrar las puertas del balcón y
restablecer las cortinas más gruesas, luego ir al baño y hacer lo que tenía que
hacer. La atractiva ducha era demasiado para resistir, así que, después de pensarlo
un momento, ella abrió el agua, luego se sentó en la enorme cabina de ducha
diseñada para las alas.

Se lavó el cabello hasta la mitad esperando que las pequeñas plumas se cayeran,
pero no, se quedaron felizmente unidas a los hilos de su cabeza. La verdad sea
dicha, ella era del tipo de aficionado a esas plumas. Eran un marcador de
supervivencia en lo que a ella concernía.

Se sentía exuberante ponerse acondicionador en el pelo y luego pasarse una


esponja por su piel después de aplicar un jabón especial con aceite de macadamia
que había comprado en un puesto en Times Square antes de que todo se
convirtiera en crema pastelera.

He estado en una crisálida durante meses, ̶ murmuró.

Merezco un jabón elegante.

El aroma del jabón, el calor del agua en su piel era puro cielo, pero sus músculos
temblaban al final.

No estaba de humor para ser desnudada incluso por Keir y Nisia, ella se felicitó por
haber tenido la previsión de colocar varias toallas correctamente fuera de la ducha.
Después de cerrar el agua, agarró la toalla superior de la pila y se secó el pelo y la
mayor superior parte de su cuerpo mientras aún estaba sentada.

Luego extendió la toalla usada en el piso del cubículo para no resbalar cuando se
puso de rodillas, agarró las muletas de fuera de la puerta y tiró de ella misma a sus
pies. La maniobra la dejó sin aliento, su enorme corazón latiendo dos veces, pero no
lo lamentaba en lo más mínimo.

Su siguiente logro fue llevar su culo flaco al estante de vidrio en el que mantuvo sus
suministros de mimos. Logrando agarrar un tubo grueso de loción corporal usando
los dientes, lo llevó de vuelta a la cama. No era elegante, pero hizo el trabajo.
Colapsando sobre su espalda en la cama, se dio unos buenos minutos para
recuperarse antes de sentarse y, encendiendo una lámpara de noche, comenzó a
aplicar la loción corporal en su piel. Ella examinó su cuerpo con un ojo crítico al
mismo tiempo. Su piel seguía brillando, pero se había calmado en gran medida.

Parecía que la fase de resplandor en la oscuridad de su vida estaba a punto de


desaparecer. Dejando a un lado la misteriosa luminiscencia interna, su piel era su
tono natural: un oro oscuro que llegó a ella a través de la herencia marroquí de su
abuela, pero parecía frágil, sus venas peligrosamente visibles.

Las mejores noticias, sus huesos parecían tener más peso y fuerza normales para
ellos. Le pediría a Nisia que revisara por túneles o huecos parcheados, pero en este
momento, sus huesos parecían ser la parte más fuerte de su cuerpo.

Después de terminar con la loción para el cuerpo, se tocó la cara y la encontró


afilada. Pómulos y mandíbulas definidos lo suficiente para la pista, pero se sentía
como si su piel fuera más fuerte allí. ̶ Esperemos que eso signifique cosas buenas
para el resto de mí. ̶ Recuperado lo suficiente como para intentar un poco más de
mal comportamiento, se dirigió al armario y cogió el pijama de verano que Sara le
había regalado por su último cumpleaños.

Al menos no toda su ropa había sido destruida.

La parte inferior del pijama eran pantalones cortos a rayas rosas y blancas con
encaje blanco, la parte superior, una camiseta rosa suave como la seda con cuello
redondo y estampado blanco, la silueta de dos ángeles besándose a la luz de la
luna. A Elena le encantó, no solo por el diseño, sino por la suavidad de la tela.
También funcionaría para dar acceso a los sanadores a su cuerpo mientras evitaba
destellar el mundo.

Ni siquiera iba a intentar ponerse un sostén. Ni Keir ni Nisia se enterarían de que


tenía senos a menos de que de esos senos comenzaran a brotar zarcillos o
espontáneamente crecieron dos pezones en cada uno. Sonriendo, llevó la ropa de
vuelta a la cama, y se vistió sentada.

Luego, le envió un mensaje a Nisia alertando a la sanadora de que estaba


despierta: no tenía sentido perder el tiempo.

Cuantas más calorías pudieran colocar en ella, más rápido volvería a toda su fuerza.
Luego, con el teléfono entre los dientes, cojeó hacia hasta la sala de estar.
¿Arcángel? Ella extendió la mano con la mente cuando su culo golpeó los cojines
del sofá, la compulsión de que se asegurara de que Rafael estaba bien, no era algo
con lo que pudiera luchar.
No tan cerca de su regreso.

El mar salino se estrelló en su mente, la sensación de Rafael era un toque distante.


Elena-mía.

Un movimiento fuera de las puertas del balcón sin cortinas llamó su atención antes
de que ella pudiera responder. Sus ojos se abrieron de par en par. Pájaros en el
cielo, pero no espeluznantes. Un hecho importante. Cóndores. Tres de ellos
barriendo y sumergiéndose justo al lado del balcón.

A pesar de que todavía estaba sin aliento por el viaje a la sala de estar, consiguió
levantarse y salir cojeando. Sabía que era probable que la temperatura fuera baja,
pero abrió las puertas para poder observar a los pájaros sin la barrera de cristal. No
es que ella fuera estúpida al respecto. Ella se mantuvo firmemente en la puerta, a
una buena distancia del borde abierto del balcón sin barandas.

¿Están los pájaros haciendo algo notable?

La voz de Rafael era más fuerte y más resonante ahora; tenía que estar regresando
hacia Manhattan.

Creo que se van. Los tres pájaros que había visto se habían unido a un grupo
mucho más grande Una nube masiva de ellos, en dirección sur. La vista de tantos
pájaros de presa juntos era más que majestuoso.

He hablado con Dmitri, dijo Rafael después de una breve pausa. Me dice que los
pumas y otros grandes felinos también están saliendo de la ciudad.

Elena se estremeció cuando el viento le quitó el cabello de la cara, pero se quedó


en su lugar, su mirada en la ola de pájaros que partían. Elijah debe haber tenido
noticias del regreso de Rafael, se retiraba del territorio de su compañero arcángel
antes de que Rafael tuviera que pedirlo. Una amistad entre dos arcángeles siempre
sería una cosa de equilibrio fino: había demasiado poder involucrado para que fuera
de otra manera.

Los cóndores ahora eran borrosos, se dio la vuelta y cerró las puertas con el uso
creativo de sus muletas. Justo cuando Nisia entraba por la puerta. ̶ Por supuesto
que no estás descansando como un ser sensible que acaba de salir de una
crisálida. murmuró la sanadora diminuta, su vestido hasta los tobillos de un azul
oscuro que Elena no había debidamente notado antes. Como siempre con la ropa
de trabajo de Nisia, era simple pero bellamente cosida.
En mi defensa, ̶ dijo Elena, ̶ parezco ser la primera persona que no es insecto en
salir de una crisálida, así que imagino que tengo que hacer mis propias reglas. ̶
Cayendo sobre los cojines del sofá otra vez, no exactamente con gracia, pero
bueno, ella no había hecho ni una mueca. Eso contaba como una victoria en su
libro.

Un pensamiento la golpeó. ̶ A no ser que... ¿Por qué hacen criaturas que no sean
insectos cosas como la crisálida? ¿Hay oportunidad de que me vaya a crecer una
cáscara dura o las alas de una mariposa?

Nisia escuchó su corazón usando un estetoscopio prosaico.

Las alas de mariposa son una idea ridícula ¿Sabes de qué tamaño tendrían que ser
para tener alguna esperanza de sostener el peso de un ángel adulto?

Frunciendo el ceño ante lo que sea que el mega corazón de Elena estaba haciendo,
recogió la muñeca de Elena para comprobar su pulso. ̶ Una cáscara dura, por otro
lado, podría ser una excelente medida de seguridad para una consorte que se sigue
rompiendo. Además, ¿por qué crees que sé algo sobre lo que hace una crisálida y
lo que no?

Porque eres una fuente de conocimiento infinito, mi querida Nisia. ̶ Keir caminó con
una sonrisa, su cuerpo vestido con pantalones de color marrón chocolate y una
túnica de un tono similar. Parecía tan monótono, pero nada era aburrido en Keir. Él
era un hombre hermoso, y uno con una paz interior que lo hacía parecer como si
hubiera nacido hace cientos de milenios en lugar de solo tres.

Ves, ̶ le dijo a Nisia, ̶ incluso Keir espera que lo sepas todo.

Aclarándose la garganta de una manera que solo Nisia podía, la sanadora continuó
su examen mientras Keir instalaba las vías intravenosas. Mientras trabajaban, Elena
admiraba las alas de Nisia, gris oscuro con manchas blancas, nunca las había visto
tan cerca. ̶ Tus plumas son muy bonitas. ̶ Mucho más delicadamente hermosas de lo
que jamás se había dado cuenta.

Mirándola como si le hubiera ofrecido un insulto mortal, Nisia pegó cosas plateadas
a las sienes de Elena que condujeron a una máquina que Keir había sacado de otra
habitación. Entonces presionó el estetoscopio contra el pecho de Elena
nuevamente. ̶ Tu corazón se está comportando curiosamente. ̶ La sanadora sonaba
irritada. ̶ Está latiendo en un ritmo que no es el tuyo.

¿Eh? ̶ Elena se rascó la cabeza, los mechones húmedos de su cabello fríos contra
su piel. ̶ ¿Cómo puedes saberlo?
Eres una cazadora. Seguramente sabes que los corazones mortales e inmortales
laten de forma única en sus ritmos.

Quiero decir, sí, los corazones vampíricos pueden ralentizarse hasta el punto de
casi no latir, pero el corazón de Rafael me parece bastante normal. ̶ Se había
quedado dormida más veces de las que podía contar con la cabeza sobre su pecho,
el ritmo constante de su corazón arrullándola en un profundo descanso.

Puede parecer similar, ̶ murmuró Keir, ̶ pero hay otras menores pero reveladoras
variaciones. Cuanto mayor es el ángel, menos poder necesita ejercer el corazón
para mantener el cuerpo funcional. Antes de estar encerrada, el latido de tu corazón
estaba cerca del de un mortal.

¿Está latiendo mi corazón como el de un arcángel ahora? ̶ No podía ver un


inconveniente en eso.

No, no del todo. ̶ Nisia frunció el ceño ante otro dispositivo en su mano. ̶ Está
latiendo como si fueras un inmortal de trescientos años en lugar de uno que apenas
nació.

Sus propias células deben estar fusionándose con el corazón donado de Rafael, ̶
Keir murmuró a Nisia. ̶ La estructura innata de ella, su ADN, todavía se está
transformando.

Los dos cambiaron a otro idioma, el de ida y vuelta rápido.

Esa es otra cosa, ̶ Elena interrumpió cuando la discusión mostró no tener signos de
finalización. ̶ ¿Por qué mi cuerpo aceptó el corazón? ¿Qué pasa cuando el donante
rechaza todas esas cosas?

Ambos sanadores la miraron. Fue Nisia quien dijo: ̶ ¿Te encerraron en una crisálida
como un insecto gigante y te preocupa el rechazo de tejidos?

Sólo digo.

Fue la ambrosía lo que te convirtió en un ángel, ̶ le recordó

Keir. ̶ Ambrosia que vino de Rafael.

Las piezas hicieron clic. Ella y su arcángel siempre habían sido dos partes de un
todo. Acomodándose con una profunda sensación de rectitud dentro de ella, se
detuvo de interrumpir a los curanderos y se concentró en secar los IVs.
No veo signos de un caparazón quitinoso, ̶ dijo Nisia en un momento. ̶ Solo parece
ser tu cabeza la que está dura.

Elena sonrió. ̶ Toma una para conocer otra.

Keir soltó una carcajada, la primera vez que Elena lo había escuchado hacer tal
sonido poco elegante.

Nisia todavía lo estaba mirando cuando los dos se fueron media hora después.
Elena quería visitar a los amigos de la Torre, pasar por el rascacielos verde de la
Legión, pero incluso ella no estaba lo suficientemente loca como para intentar nada
de eso en su estado actual. Entonces ella se sentó con una manta sobre sus
piernas, maldiciendo mentalmente la Cascada usando palabras azules 1 en
múltiples idiomas.

Un golpe en la puerta.

1 Malas palabras- groserias

15
¡Entra antes de que me muera de aburrimiento!

La cara que se asomó por la puerta estaba más delgada que la última vez que la
había visto pero tan ridículamente bonita.

Ella extendió los brazos. Illium entró rápidamente, sus ojos brillaban de emoción,
pero se detuvo un pie delante de ella.

¿Voy a romperte?

Voy a golpearte en un segundo.

Una sonrisa maliciosa antes de que él la abrazara... Con cuidado consciente. Elena
se dijo que fuera paciente; ella también tendría cuidado si volviera un amigo
pareciendo sesenta y ocho por ciento muerto.

Menos mal que no la había visto con el noventa y tres por ciento de muerta.

Te traje un regalo, ̶ dijo cuando retrocedió. Saliendo, él regresó con su ballesta


ligera especial.
¡Eeee! ̶ Elena hizo gestos de agarre.

Riendo, la colocó en sus manos. Luego procedió a chocar con el sofá a su lado y
atacando la bandeja de comida fresca que Montgomery le había dejado. Su ala rozó
su costado, cálida y pesada. Una intensa felicidad desenrollada en lo más profundo
suyo. Esto era normal, su amistad con Illium era algo fácil que no soportaba la
ceremonia.

Mientras comía, ella acarició y mimó su amada ballesta.

No le sorprendió que Illium no mencionara su falta de alas: él probablemente asumió


que volverían a crecer, como era habitual con los ángeles que perdían sus alas en
accidentes o de otra manera. Con el estómago tenso, decidió dejar la mentira por
ahora.

No la golpeó hasta cinco minutos después que una persona que no podía volar no
necesitaba una ballesta especializada.

El golpe dolió. Joder, pensó furiosamente.

Deacon hizo a mano esta ballesta para mí y me encanta. Ninguna maldita Cascada
iba a robarle esa alegría.

Otro pensamiento la sorprendió un segundo después. ̶ ¡Oye, espera! ¿Fuiste dentro


de la casa para conseguir esto? ̶ Su corazón era hielo.

Uh-huh, ̶ dijo Illium con la boca llena de tarta.

Dejando a un lado la ballesta con lenta deliberación, se giró y agarró la delantera de


su túnica de cuero sin mangas. ̶ Déjame entenderlo. ¿Volviste a una casa que
estaba a punto de explotar solo para recuperar mi ballesta?

También salvé la pintura de Aodhan, ̶ dijo el demonio de alas azules al que iba a
matar en el instante en que fuera lo suficientemente fuerte. ̶ Oh, y la espada con
joyas que el Padre te dio.

Él también te va a asesinar.

Illium encogió sus hombros musculosos. ̶ Valia la pena.

¡Nada vale tu vida! ̶ Liberando su forma impenitente, ella recogió la ballesta otra vez.
̶ Debería dispararte con esto.

En lugar de otra respuesta endurecedora, se inclinó cerca.

Ellie, ¿estarás bien?

Escuchó el temblor en su voz, vio la mirada aterrada en sus ojos, su Bluebell que
había llorado tanto tiempo por su amante mortal. No olvidaba las personas a las que
reclamó, y estaría lastimado por un eón si se perdían.

Levantando una mano para acunar el costado de su rostro, ella dijo: ̶ Regresé de
entre los muertos, ¿no? Dos veces. ̶ La primera vez, ella había caído en los brazos
de Rafael, su espalda rota y su conciencia desvaneciéndose. ̶ Mi historial es
bastante bueno.

Illium inclinó la cabeza y la dejó pasar los dedos por el negro azul seda de su
cabello en suaves trazos. Los extraños podían verlos interactuar y creer que era un
presagio de traición, pero esos forasteros no conocían ni su corazón ni el de
Bluebell.

Illium eligió servir a Rafael, su fidelidad a su señor sin lugar a duda. Él no codiciaba
nada de Rafael y había quedado devastado cuando pareció que podría ascender
temprano y tener que abandonar los Siete. Elena todavía estaba preocupada por
eso. Se estaba volviendo cada vez más poderoso, pero no estaba listo para la
Cátedra, no era lo suficientemente fuerte como para resistir su brutal política.

Hoy, por fin sonrió y volvió a la comida.

¿Quieres saber quién preguntó por ti?

Puedo adivinar.

No a todos ellos, no se puede. ̶ Un brillo en sus ojos. ̶ El hombre que vende


rosquillas en el techo y tiene una hermanita que a veces trae al trabajo.

¿Piero? ̶ Pensó en la última rosquilla que había compartido con el exdelincuente de


poca monta, aquel día que había perdido tres plumas: índigo brillante y amanecer,
negro medianoche y gris carbón con añil en los bordes.

Su corazón se había roto un poco más con cada una.

Ridículamente conmovida por la idea de que Piero se había preocupado por ella,
dijo: ̶ ¿Como está él?
Haciendo un negocio rugiente, pero le pregunta a cada ángel que pasa por su
puesto noticias tuyas. Ve a saludarlo cuando puedas.

-Lo haré.

Tu padre también vino.

Su columna vertebral se convirtió en una barra de hierro.

¿Jeffrey en la Torre? ̶ Ella esperaría ranas caer del cielo primero.

No era un doble, lo prometo. Incluso le pregunté a Dmitri si estaba respirando y


parecía humano Elena no pudo encontrar las palabras para responder. Estaba
contenta de haber llamado a Jeffrey.

Se preocupa por ti, Ellie. ̶ Un tono extraño en la voz de Illium.

Mi padre... ̶ Una exhalación áspera. ̶ No importa.

El comentario rompió su parálisis. ̶ ¿Qué es? ̶ Illium nunca hablaba acerca de su


padre.

También sacudió la cabeza hoy. ̶ Jeffrey está aquí y se preocupa lo suficiente como
para mantener rastreándote.

Al menos se quedó.

Elena había dicho esas mismas palabras o similares muchas veces. Ella amaba
mucho a su brillante y efervescente madre.

Jeffrey también. Margarita siempre había sido el corazón cariñoso y risueño de su


familia, el sol embotellado en un marco delicado, su amor por su esposo y sus hijas
llevados en la manga. Pero, cuando lo peor había sucedido, ese amor no había sido
suficiente para convencerla de luchar y aferrarse a la vida.

Había olvidado a Jeffrey, Elena y Beth en su dolor por Belle y Ari. El recuerdo final
de Elena de su madre siempre sería una sombra oscilante en la pared, un zapato de
tacón alto abandonado sobre baldosas. Marguerite había elegido irse. Jeffrey había
elegido quedarse. A veces, era tan dolorosamente simple.
16
Los cielos sobre Manhattan eran de noche cuando Rafael aterrizó en el balcón fuera
de la sala de estar de él y Elena.

Luz cálida se derramó a través del cristal, dándole la bienvenida a casa. Su consorte
estaba instalada en el sofá, puliendo con amor lo que parecía ser un juego de
cuchillos para lanzar bien usado.

Levantando la vista de su tarea, levantó una ceja. ¿Por qué estás parado allí
mirando a través del cristal como un acosador espeluznante?

Él sintió que sus labios se contraían. Simplemente estaba admirando a mi consorte.


Al entrar, caminó al otro lado para presionar un beso en su nuca. ̶ ¿De dónde
vinieron?

Deacon usó mis viejas cuchillas de lanzamiento para obtener el peso adecuado para
mi nuevo par. Mantuvo los viejos almacenados como referencia. Los envió hoy para
que me hicieran compañía mientras él forja otros nuevos. ̶ Ella jugueteó con un
cuchillo entre sus dedos con una destreza que no hubiera esperado tan pronto
después de despertarse. ̶ Le dije que te enviara la factura.

Excelente. Incluso el mayor fabricante de armas con vida no puede darle cuchillos a
mi consorte. ̶ Era una promesa entre ellos ahora, su insistencia en ser el único
hombre que alguna vez le diera un cuchillo. ̶ ¿Veo una pluma azul acostada ahí?

Illium me visitó. ̶ Ella frunció el ceño cuando él rodeó el sofá para sentarse en la
mesa de café frente a ella, sus alas extendidas detrás de él. ̶ Ese idiota voló de
regreso a la casa para agarrar mi ballesta, el cuchillo enjoyado que me diste, y la
pintura de Aodhan.

Por supuesto, Illium habría salvado esa preciosa obra de arte.

Es un volador increíblemente rápido.

No me digas que no estás furioso con él por correr el riesgo.

No serviría de nada. Tu Bluebell nunca lamentará lo que hizo. ̶ El alegre y


alborotador de Illium rara vez se volvía intratable, eso no significaba que él no fuera
terco. ̶ Lo conozco desde el día en que nació. Cuando decide que un curso de
acción es el correcto, nadie puede hacer que se arrepienta; de niño, él soportaba el
castigo por esas cosas, pero no diría que lo sentía.

Ugh. ̶ Ella dejó caer la cabeza hacia atrás en el sofá, los finos mechones de su
cabello extendiéndose a través del terciopelo gris. ̶ Entonces, ¿cómo estuvo? Tu
vuelo. ¿Asustaste el miedo de cualquiera siendo el nuevo Rafael?

Sabía que ella adivinaría por qué había estado ausente tantas horas. ̶ Estuve cerca,
con un ángel mayor que permitió que las cosas se deslizaran mientras yo no estaba.
Sin excusas excepto hastío: lo he degradado y esa área del territorio ahora será
manejada por un vampiro de la edad de Dmitri que normalmente trabaja bajo
Nazarach.

Elena se estremeció ante el nombre del ángel de Atlanta. Ella nunca había tomado a
Nazarach, considerándolo cruel más allá de cualquier cosa que pudiera justificarse.

Como un arcángel que necesitaba ángeles fuertes en los que pudiera confiar para
hacer su trabajo controlando vampiros, Rafael tenía un punto de vista diferente, y
los dos habían acordado estar en desacuerdo sobre el tema.

¿Volaste tan lejos como Atlanta?

Rafael asintió con la cabeza. ̶ Tomó mucho menos esfuerzo y tiempo de lo que
esperaba. Estas alas son rápidas, incluso ahora, que ya no están en llamas. ̶
Entonces él le dijo la cosa más intrigante. ̶ Estaba casi en Atlanta cuando hablamos
de los cóndores de Elijah.

La boca de Elena se abrió. Cerrándola en un chasquido de sonido, sacudió la


cabeza, duro. ̶ ¿Me estás diciendo que contacté contigo a través de varios estados?

Tu voz era cristalina.

Me pregunto hasta dónde podríamos estirarlo. ̶ Podía ver la mente de su cazadora


trabajando furiosamente. ̶ Gran ventaja en una situación hostil. ̶ Pero, aunque sus
palabras eran prácticas, positivas, y su cuerpo parecía más sustancial que cuando
él se había ido, la sintió dentro de él, probó su pena.

Elena había apreciado sus alas, el regalo del cielo que nunca había tomado por
sentado. A menudo iban en vuelos largos sin razón, pero ella quería volar. Le había
dicho que su plan de vuelo de diez años era aprender todos los trucos de Illium para
ella poder reproducirlos con el ángel de alas azules.

Él se arrodilló delante de ella. Con sus cuchillos en su regazo entre ellos, tomó los
labios de su consorte en un beso que fue una patada en el corazón, una llave para
su alma. Mi Elena. La única mujer que viviría dentro de él de esta manera.
Su cuello era dolorosamente delgado debajo de su palma mientras él deslizaba su
mano por su nuca, su piel aún con un tenue resplandor. Pero los brazos que
rodearon su cuello eran feroces y apretadas y se encontró cambiando su abrazo
para agarrarla más duro, más cerca...hasta que una punta afilada se le clavó en el
estómago.

Rompiendo el beso, miró las armas en su regazo. ̶ Algunos hombres consideraría


esto una muy mala señal.

Es bueno que lo sepas mejor, Arcángel. ̶ Besos a lo largo de su rostro mientras él


vació su regazo de cuchillos, luego empujó la manta a un lado para levantarla en
sus brazos.

Mientras la llevaba a su habitación, dijo: ̶ Keir me arrancará el cuero cabelludo por


esto y lo dejaré.

Los ojos de Elena brillaron plateados mientras rozaba su boca sobre la de él. ̶
Necesito esto más de lo que necesito medicamentos, comida o aire.

Colocándola sobre la cama, Rafael se quitó la ropa de guerrero con eficiencia. Los
artículos descoloridos y desgastados cayeron al suelo en una pila descuidada
mientras su consorte lo miraba; su mirada contenía un hambre que era mucho más
profunda que la carne. Su consorte lo agarró por el cuello. Entre ellos pulsaba la
necesidad de arañar para reclamar el vínculo que la Cascada había intentado
romper.

Cuando él se acercó a ella, sus alas extendidas a ambos lados por encima de ellas,
ella suspiró y presionó sus palmas contra su pecho. ̶ A veces, me convenzo de que
he imaginado exactamente lo magnífico que eres, entras en una habitación y boom,
allí me caigo de nuevo.

Rafael no podía hablar, su necesidad una tormenta voraz que amenazaba con
romper su piel y derramarse por el mundo. Él la besó, derramando todo su amor,
todo su terror en eso.

Su poder posesivo y sin límites, ella tomó cada onza, exigió más. Cuando el poder
comenzó a crujir bajo su piel, el relámpago dorado luchando contra las riendas, las
tiró con fuerza bruta.

Whoa. ̶ Una sola palabra susurró contra la humedad de sus labios, las manos de
Elena acariciando sus hombros hasta sus bíceps.
Al mirar hacia abajo, Rafael vio su pecho agrietado por la energía dorada. ̶ Lo tengo
atado. ̶ Salió frío, mortal.

Ahí tienes, estas siendo todo un sexy y aterrador Rafael de nuevo. ̶ Elena trazó una
línea hacia abajo por su pómulo y su dedo salió coloreado por un rayo que se
enroscó en el dígito antes de hundirse en su piel. Temblando, envolvió ambos
brazos en él y tiró su cabeza hacia abajo.

El calor carnal quemó el frío, inundando sus vasos sanguíneos, hizo que su piel
brillara con sudor. Si aún no estuvieras curando, sería un bruto. Reclamándola así
de profundo y duro que dejaría una huella dentro de ella que nada podría borrar.

Rafael Elena se arqueó bajo las crudas palabras sexuales de su arcángel, rodeada
por la violencia crepitante de su poder.

Fue en el ardor de su beso, el áspero calor de su piel, el azul eléctrico de los ojos
una vez más atravesados con relámpagos.

¿Duele? Esos ojos estaban helados, casi crueles.

No.

Cayeron el uno en el otro, no más pensamientos de poder y caos ni nada más fuera
de ellos. Ella no sabía cuándo se quitó la ropa, solo que la piel de Rafael rozó la de
ella, sus manos acariciando su cuerpo. Ella no sentía la fuerte presión, sin embargo,
sabía que tenía que estar preocupado por aplastarla.

No era un problema que ella hubiera encontrado antes: en la cama, no había límites
entre ellos.

Llegó la claridad, con una aguda sensación de ira, porque esto era un verdadero
problema. Ella se mantuvo firme en su ira antes de que pudiera salir a la superficie,
pero cuando rompieron el beso esta vez, los ojos de Rafael brillaron con el azul en
el corazón de una llama y su pecho se agitó. ̶ Piensa en una solución, ̶ dijo en lugar
de solo romper cosas, eso habría dolido.

Así las cosas, ella lo besó con fuerza antes de decir: ̶ Tengo que estar en la cima.

Él volteó sus posiciones... y ella vio que su cuerpo estaba cubierto de zarcillos de
rayos dorados que habían caído de él.

Todo su cuerpo, a su vez, estaba plagado de grietas de oro.


Metiendo una mano en su cabello, la arrastró hacia abajo para un beso.

Poder impresionante en cada latido de su corazón, en cada toque, fuego blanco


lamia sus alas una vez más, cayó sobre su cuerpo cuando él curvó sus alas
alrededor de ella. Su posesividad oculta deshizo un nudo dentro de ella que ni
siquiera había sabido que se había formado: el miedo helado de que, sin alas, ella
ya no era la mujer de la que Rafael se había enamorado.

Estúpida. Su arcángel la había elegido cuando había sido una mortal frágil. El suyo
no era un amor quebradizo y condicional. Era para siempre y era brutal en su
necesidad.

No importaba su estado físico.

Él empujó su lengua dentro de su boca, moldeando su pecho con una mano. Ella
gimió y agarró su cabello, frotando su cuerpo contra el músculo liso del suyo. Estaba
cubierta en gran parte de su poder en este punto tanto que ya no podía saber
cuándo se hundió en él. Era electricidad sobre su piel, electricidad viva lo que sabía
tan profundamente a Rafael que no tuvo reparo en desnudarse a eso.

Tomándose un momento para jadear, la voz áspera de Rafael dijo: ̶ ¿Qué te


desconcierta? ¿El relámpago?

Y se dio cuenta de que el mismo estúpido miedo que roía al arcángel mortal la
sostenía. ̶ Si te gusta un esqueleto levemente brillante, ̶ dijo contra sus labios
húmedos: ̶ Me gusta un arcángel sexy pintado con rayos.

Su siguiente beso fue algo lento y erótico infundido con un amor penetrante. Cuando
Rafael la empujó a la posición correcta, contuvo el aliento y se dejó caer sobre él.
Su carne interna estaba resbaladiza por la necesidad e hinchada por la excitación,
sus manos apoyadas en su pecho, sosteniendo sus caderas.

Fue un deslizamiento apretado, pero ella no lo tomó lento, no podía, no la primera


vez. Su pelvis se encontró con la suya, su polla sostenida posesivamente dentro de
ella.

Ella se estremeció con un alivio tan profundo que le hizo llorar.

Rafael se sentó, acunándola contra él mientras se sentaba a horcajadas sobre su


cuerpo. Ella presionó sus frentes juntas, los dedos de Elena rozaron su mandíbula y
su mano acaricio su columna vertebral. ̶ Te amo hasta que no pueda respirar.
Solo serás tú para mí, Elena. Soy tuyo. ̶ Sus alas giraron alrededor de ella,
encerrándolos en un capullo de energía de oro blanco tan brillante que la única otra
cosa que podía ver era el azul violento de sus ojos.

Comenzaron a moverse juntos. Mucho más lento y con más cuidado del que nunca
habían tenido antes de hacerlo, pero no se trataba de sexo salvaje. Su necesidad
era mucho más visceral.

Cuando las lágrimas rodaron por su rostro, Rafael las besó.

Y cuando el enterró su rostro contra el costado de su cuello y la apretó


dolorosamente fuerte, ella acarició su cabello y besó su sien y susurró que lo
lograrían, que nada los desgarraría.

Cuando la ola rompió, lo hizo en un resplandor de oro blanco que causó


deslumbramiento de imágenes posteriores detrás de sus ojos. Aferrada a su
arcángel, Elena permitió que su poder estallar en cada célula de su cuerpo. El
miedo ya no tenía derecho sobre ella.

Aquí no. No con su arcángel.

Poder de la Cascada, frío o no, ninguna parte de Rafael la lastimaría.

Un rayo le quebró la piel y explotó por los poros.

17
La Legión
La Legión vio cómo se derramaba luz abrasadora por cada ventana de la Suite de la
torre que era de los Aeclari y vieron a los ángeles de toda la ciudad aterrizaban en
cualquier superficie disponible. En lo alto de la Torre, la Espada corrió hacia adentro
desde donde había estado parado en el balcón, y la víbora corrió con él.

En las calles, los mortales levantaron la vista y se congelaron.

Pero la Legión no se levantó, no se dirigió a la Torre. En cambio, el Primario estiró


su mente y le habló a la Espada.

Detente.

No hubo respuesta, pero treinta segundos después, la espada regresó a su balcón.


Duros, ojos oscuros aterrizaron en el Primario, que había volado en alas silenciosas
para agacharse en el borde de ese espacio.

¿Por qué? ̶ Preguntó la Espada, un dispositivo en su mano que el Primario había


aprendido que era utilizado para la comunicación. Otros en el mundo no hablaban
con sus hermanos como lo hacía la Legión. Otros no siempre estaban juntos,
incluso estando solos. Era algo difícil de entender para la Legión y lo había
entendido desde su creación.

El Primario consideró sus palabras. ̶ Elena y Rafael no tienen miedo. ̶ Lo que ató a la
Legión a los Aeclari se había vuelto más fuerte después de su regreso. El Primario
no podía escuchar sus pensamientos y no sabía qué estaban haciendo, pero él
sintió una paz visceral en este momento, una sensación de aceptación sin límites.

Entendió la alegría en su forma más pura.

Luchó para poner este conocimiento en palabras para la espada, que era tan leal a
los Aeclari como la Legión. Entonces entendió. ̶ Están en casa.

La mandíbula de la Espada se apretó, pero él asintió y comenzó a ladrar órdenes en


el teléfono. ̶ Nadie se acerca a la suite. Acordoné ese nivel hasta que escuchemos
de Rafael o Elena.

El Primario salió del balcón y volvió a su percha en el edificio. que era de la Legión.
Debemos hacer muchas plántulas, dijo a sus hermanos.

Las voces que volvieron a él eran las suyas y las de todos.

Para ella. Por Elena

Sus cosas crecientes se han ido.

Haremos más.

Aeclari. Escuchamos su canción

18
La mente de Rafael surgió de la tormenta salvaje del placer envuelta en el amor
incandescente para encontrar a su cazadora cojeando contra él, con los brazos
flojos alrededor de su cuello. Siempre, ella lo abrazaría. Incluso cuando albergaba
un poder más frío que el beso helado del invierno. ̶ ¿Elena?
Mmm. ̶ Un bostezo contra su cuello. ̶ No pensé que podrías mejorar en esto,
pastelito, pero me has demostrado que estoy equivocada. Estoy bastante segura de
que mis huesos se han derretido. También segura de que no me importa.

Con las mejillas arrugadas, Rafael le pasó la mano por la espalda. Y frunció el ceño.

Hbeebti, siéntate.

Elena besó su garganta antes de obedecer. Su cabello estaba cayendo alrededor de


su cara, sus manos sobre sus hombros, sus labios hinchados por sus demandas,
así como por las propias.

¿Qué pasa? ̶ Ella levantó el brazo y lo miró. ̶ ¿Lo estoy imaginando o me veo más
normal?

Rafael se dio cuenta de que se había perdido el cambio más obvio: ella era por lejos
más delgada de su elegante musculatura, pero ya no tenía un peso que llamara la
atención preocupada.

Todo tu cuerpo ha ganado una capa de carne, y el resplandor alienígena se ha ido


de tu piel.

¿Ojos?

Ningún cambio, excepto la falta de brillo. ̶ Una plata líquida con un toque de azul y
un toque de gris. Una mezcla de mortal e inmortal. Todo bien... pero había una cosa
crítica. ̶ No puedo sentir tu tatuaje. ̶ Pasó la mano por el área. ̶ Ni crestas, nada más
que tu columna vertebral y tu piel.

Quedándose inmóvil, ella dijo: ̶ Eso es muy raro porque yo todavía me siento como
si estuvieras acariciando mis plumas.

La sensación en realidad se ha vuelto más intensa que antes de tener sexo loco con
sabor a fuego blanco.

Gira para que pueda ver tu espalda.

Ella comenzó a desenredarse de él. ̶ No mires hasta que podamos mirar juntos.

Rafael asintió, luego se levantó de la cama y extendió una mano.


Elena se cuidó de unirse a él, su mano perfecta en la de él. Pero ella sonrió en el
instante en que sus pies golpearon la alfombra. ̶ Creo que ya no necesito las
muletas. ̶ Dos segundos después, ella demostró que esa suposición era correcta:
los dos entraron al baño juntos.

Sin dificultad para respirar, sin piernas de gelatina, ̶ dijo una vez que estuvieron
dentro.

El sexo brillante de locos ahora es mi tipo favorito.

Girando sobre sus talones para que su espalda mirara hacia el espejo de cuerpo
entero, tomó un profundo aliento y miró por encima del hombro al mismo tiempo que
Rafael se movía para que él pudiera verla de vuelta. El tatuaje ya no estaba.

Los ojos de Elena se entrecerraron. ̶ Toca esa área.

Un escalofrío la atravesó cuando lo hizo... y el contorno del tatuaje reapareció


...bordeado en fuego blanco.

La silueta fríamente ardiente se mantuvo durante un largo momento después de que


él quitó su mano, antes de desvanecerse lentamente en su piel.

Elena lo enfrentó. ̶ ¿Alguna idea?

Todo su cuerpo comenzó a brillar como un rayo de oro antes de que él pudiera
responder, un brillo tan cruel que era como una quemadura en sus ojos.

Ella ardió como una estrella antes de que la luz desapareciera sin dejar rastro.

Parpadeando entre los fragmentos de sombras y brillo frente a sus ojos, Rafael vio
que su cazadora había adquirido un nuevo tatuaje. Estaba en su sien izquierda y era
un espejo exacto de la marca de la Legión en su sien derecha, excepto que la de
ella no era de un azul brillante tocado con blanco salvaje. Era de un frondoso verde
bosque que brillaba.

¿Me creció una tercera nariz? ̶ Elena hizo una mueca. ̶ La tengo, ¿no? ¿O es un
oído extra?

Tomándola por los hombros, la giró para mirar al espejo. Con sus labios formando
un "Oh" Elena pasó los dedos sobre la marca. ̶ Los Aeclari son espejos, ̶ ella
susurró, repitiendo las palabras que la Legión le había dicho por primera vez.

Entonces sucedió de nuevo. Un rayo dorado estalló a lo largo del lado de la cara de
Elena. Cuando desapareció, también lo hizo la marca. Elena rozó sus dedos sobre
su una vez más piel prístina. ̶ Estoy fallando mientras mi cuerpo trata de encontrar el
equilibrio, me desperté demasiado temprano, antes de que todo estuviera en su
lugar, pero, por otro lado, tengo un corazón de arcángel y acceso al poder que es
tuyo por derecho.

Quizás. ̶ Él le pasó la mano por la espalda de nuevo.

Esta vez no tenía un contorno ardiente de alas en la espalda, su piel era de un


dorado oscuro y liso. ̶ Parece que esa falla se ha corregido sola. ̶ La mirada de
Elena estaba en el espejo, su voz suave. ̶ No sentí que acariciaras mis plumas.

Hbeebti.

Dedos acariciando su mandíbula. ̶ Está bien, Rafael. De verdad. ̶ Una sonrisa


decidida sobre una base de arena y pérdida. ̶ Tuve una experiencia que ningún
mortal podría jamás esperar... volé en los cielos con mis propias alas. Ahora soy un
híbrido raro quien brilla al azar. Será una nueva aventura.

La envolvió en sus brazos, su mente helada.

Si la Cascada fuera un ser vivo, la haría pedazos.

•••

Se puso en contacto con Elijah esa noche, usando la pantalla grande en su sala de
estar y de Elena.

Eli, ̶ dijo, ̶ haría esto en persona, pero no puedo dejar mi territorio todavía.

No esperaría eso, mi amigo, ̶ respondió Elijah, con sus ojos marrones dorados
calientes. ̶ Es bueno verte.

Te agradezco la ayuda que ofreciste al enviar tus pájaros y gatos. Eso es una deuda
entre nosotros.

Elijah sacudió la cabeza, los mechones dorados de su cabello brillaban incluso en la


luz artificial de la habitación donde estaba parado. ̶ Tales cosas no son una cuestión
de deuda. Sé qué harías lo mismo si la situación se invirtiera.

Hace unos años, Rafael no habría sabido si lo haría o no.

Ahora, él era un poco mortal y había construido una relación de confianza con otro
arcángel. El poder frío nacido en la Cascada podría luchar contra él cuando hiciera
tales elecciones, pero tenía demasiadas piezas de Elena en su sangre para que
tuviera éxito.

Él no había olvidado sus pensamientos anteriores sobre la divinidad. ¿Si hubiera


caído en los sinuosos susurros de la Cascada se habría convertido en un parásito
similar a Lijuan? ¿Habría ido tan lejos como para alimentarse del facsímil sin alma
de Elena?

Su garganta se elevó, la rabia le quemaba la sangre.

Sí, ̶ dijo más allá de la fealdad. ̶ Si alguna vez necesitas mi ayuda, estaré allí. ̶ Tal
generosidad y empatía no le llegaron tan fácilmente como parecían venir a Elijah,
pero era mucho más de tres mil años más joven que el arcángel sudamericano, así
que tal vez era un tipo de madurez que crecía con la edad, si las semillas estaban
presentes.

¿Has oído las noticias sobre China? ̶ La expresión de Elijah se volvió sombría.

¿Las aldeas vacías? Si. Mi maestro de espías me dará una sesión informativa
completa esta noche, regresó de China solo unas horas antes de mi regreso.

El mío voló a casa hace una semana, y él informa signos de aumento de malestar
vampírico. Se mueven de miedo ante los arcángeles que vuelan por encima, pero
ellos saben que no están bajo vigilancia constante, y la cordura cae cuando
aumenta la sed de sangre.

Veo que Neha está actualmente de guardia. ̶ Antes de llamar a Elijah, Rafael había
echado un vistazo al programa de supervisión actualizado enviado a Dmitri. ̶ No creo
que tengamos que temer la locura sangrienta desenfrenada. ̶ La Reina de los
Venenos, de las Serpientes, tenía muy poca paciencia para tal anarquía.

Fue uno de los arrepentimientos de la vida de Rafael que su amistad con Neha se
hubiera roto tan mal después de la ejecución de su hija. Sin embargo, ella no había
intentado aprovechar su ausencia, así que quizás no todo estaba perdido entre
ellos.

No. ̶ Elijah reubicó sus alas. ̶ Pero cuando hables con tu maestro de espías,
pregúntale si veía signos de actividad inusual entre los aldeanos en las zonas más
remotas. Mi maestro de espías está convencido de que los aldeanos no están
actuando como 'humanos', pero no pudo encontrar alguna evidencia de que ha
renacido.
Zombis de dos puntos, una Elena vestida con un pijama murmuró en la mente de
Rafael desde donde se sentó en el sofá envuelta en una suave manta, fuera de la
vista de la pantalla; la directora del Gremio le había enviado algunas armas más de
la tienda del Gremio, y las estaba examinando para ver si se adaptaban, mientras
pulía cualquier marca con un paño suave y agregaba aceite donde se necesitaba.

Por supuesto nuestro arcángel loco de mierda está creando cosas espeluznantes
incluso mientras duerme. Porque la espeluznante, nunca descansa.

Rafael tuvo que luchar para no dejar que sus labios se contrajeran. ̶ Voy a
transmitirte cualquier información que tengamos. Por favor, saluda de parte de mi
consorte a la tuya. Ella planea escribirle a Hannah una carta pronto.

Hannah estará encantada de saber de ella. Que estés bien,

Rafael. Elijah concluyó.

Rafael se volvió hacia su consorte justo cuando una figura de alas negras aterrizó
en el balcón exterior. Habían dejado las puertas abiertas al brillante espectáculo de
Manhattan, porque Elena sacaba fuerzas de la vista de su ciudad y el aire de la
noche fría era una cosa fácilmente remediable.

Jason, ̶ le dijo a su maestro de espías.

Padre, ̶ respondió el miembro de sus Siete que era el más difícil de leer. ̶ Es bueno
tenerte en casa. ̶ Luego, para sorpresa de Rafael, se acercó lo suficiente como para
agarrarle los antebrazos y abrazarlo de la manera en que Rafael lo había hecho con
Dmitri. Jason no era un ángel que abrazara fácilmente.

Después de separarse, Jason se volvió hacia Elena y la luz se encendió en las


líneas y puntos del tatuaje tribal que marcaba el lado izquierdo de su rostro.

Me alegro de que estés a salvo, Elena. ̶ Metiendo la mano en un bolsillo, sacó un


objeto pequeño. ̶ Vi esto en un mercado en China y lo compré para cuando
despertaras.

Un parpadeo sobresaltado antes de que Elena tomara el artículo de forma ovalada


hecho de metal que se había vuelto ligeramente verde por la edad. Era una caja
tallada, Rafael vio, el diseño elevado e intrincado, pero este era un regalo de un
maestro de espías.
Contiene un secreto. ̶ Murmuró Rafael, seguro de su conclusión.

Mmm. ̶ Elena apretó la mandíbula y se inclinó sobre la caja del rompecabezas.


Primero, ella empujó varias partes de la caja en una dirección, luego en la otra, una
por una. Cuando permaneció cerrada, aparentemente nada más que un bonito
adorno, ella comenzó a empuje en dos direcciones a la vez.

Nada.

Una mirada con los ojos entrecerrados al ángel que le había dado el regalo, un
ángel con alas de un negro suave como la noche, un ángel que vivía en el mundo
de los secretos y las sombras ̶ ¿Existe realmente un secreto o eres tú y tu arcángel
metiéndose conmigo?

Hay un secreto. ̶ Solemnes palabras de un hombre que sonreía raramente y la


mayoría a de veces a la princesa que sostenía su corazón. ̶ El truco es...

No, no me digas. ̶ Líneas en su frente, su atención ya regresando a la caja del


rompecabezas. ̶ Tú y Rafael hablen mientras yo lo descubro.

¿Vas a tomar una copa, Jason? ̶ Los ángeles del nivel de poder de Jason no podían
intoxicarse más que Rafael, pero el sabor era agradable.

Jason inclinó la cabeza. ̶ Ha sido un largo día.

Pero se iría a casa, volando aún más, algo de lo que Rafael no tenía dudas.

¿Mahiya no vino contigo en este viaje? ̶ Jason había estado entrenando a su


princesa en las técnicas de ser un espía para que pudiera acompañarlo en algunas
de las misiones al menos: la gentil Mahiya había pisado el suelo y declarado que
ella estaba destinada a ser su compañera en todos los sentidos... y que ella lo
extrañaba cuando él no estaba.

Jason no estaba poniendo una prueba contra un amor tan oculto, no después de
toda una vida de soledad. ̶ China es demasiado peligrosa, ̶ le dijo a Rafael. ̶ Mahiya
estuvo de acuerdo conmigo, ella sabe que me preocuparía por ella en un lugar así y
no desea dividir mi atención. ̶ Cogió el vaso de líquido ámbar que Rafael le tendió. ̶
Ella crece en habilidad día tras día. En el futuro, tendrás un par de jefes de espías,
no solo uno.

Tal ventaja será bienvenida. ̶ Rafael también se sirvió un trago. ̶ Acabo de hablar
con Elijah. ̶ Resumió las palabras de Eli sobre los aldeanos. ̶ ¿Notaste algún
comportamiento extraño?

19
Jasón asintió con la cabeza, mientras tomó un sorbo de su bebida. ̶ En su mayor
parte, actúan como es normal, lo esperado, pero de vez en cuando, sus cuerpos se
sacuden, como si estuvieran siendo jalados por hilos invisibles.

Te lo dije, mejores, más zombis mejorados, ̶ murmuró Elena, con la cabeza inclinada
sobre la caja del rompecabezas.

Una descripción adecuada, ̶ dijo Jason. ̶ Estos no son los muertos renacidos, sino
que sus ojos no son... lo que deberían ser. Los iris tienen un negro intenso para mí
en lugar de incluso un tono marrón muy oscuro. No el de un mortal natural de matiz.

¿Son una amenaza?

En la actualidad, parecen estar llevando a cabo sus vidas cotidianas: cultivando la


mayor parte de ellos, pero existe la posibilidad de que sea la misma infección que
tomó a Favashi, pero eso impacta a los mortales de una manera diferente. Las alas
de Jason crujieron cuando las abrió antes de volver a plegarlas. ̶ También podría
conectarse más inmediatamente a Lijuan.

Rafael sorbió su coñac mientras consideraba las palabras de Jason. ̶ Si es así,


entonces ella no se durmió, ̶ dijo al fin. ̶ Un arcángel dormido no puede impactar el
mundo a su alrededor.

He enviado agentes a todas sus fortalezas. No hay señales de ella o de su gente


más confiable.

China es una tierra vasta.

Sí, y la ha mantenido durante milenios, es posible que haya construido un escondite


mucho antes de que naciéramos. Y solo se utilizará una vez, para que nunca se
sepa.

¡Ah-ha! ̶ El grito triunfante de Elena llamó su atención.

Parte de la caja del rompecabezas había salido del centro.

Mientras miraban, ella empujó dos puntos específicos usando los bordes de sus
uñas y varias otras piezas que salieron de la caja para revelar un conjunto de
pequeños dardos de metal. La caja misma se había convertido en un soplador
desde el cual se podían disparar los dardos.

La cara de Elena era la de un estudiante maravillado. ̶ ¡Esto es asombroso, Jason!


Rafael, échale un vistazo.

Rafael examinó el objeto con interés. ̶ Un gran artesano puso meses de trabajo en
esto. ̶ Era una obra de arte y un arma.

Aceptándola de nuevo, Elena recogió un dardo con dos uñas.

Me pregunto si aún funciona. ¿Puedes tirarme una toallita desinfectante de las


cosas que dejó Nisia atrás?

Después de que Rafael lo hizo, desinfectó el soplador, luego insertó muy


delicadamente un dardo al dispositivo.

Apuntando a la pared opuesta, sopló.

El dardo voló recto y verdaderamente para detenerse repentinamente en la pared.


Pequeño como era, apenas visible. Jason lo recuperó. ̶ Creo que necesitas
envenenarlo para que sea totalmente efectivo como arma, ̶ dijo al presentarlo de
nuevo a Elena.

Voy a hacer eso por completo. Nunca se sabe cuándo un dardo secreto y venenoso
podría servir a mano. ̶ Una sonrisa brillante. ̶ Gracias Jason. Aunque... es un poco
aterrador que hayas recogido exactamente lo que hubiera deseado si lo hubiera
visto.

Soy un maestro de espías, ̶ dijo Jason. ̶ Es mi llamado notar tales cosas.

El veneno de Venom es potente.

¡Ja! ̶ Elena se rió ante la sugerencia de Rafael. ̶ Voy a preguntarle.

Colocando los dardos en una mesa auxiliar con extremo cuidado, comenzó a limpiar
y engrasar las partes móviles del dispositivo.

Jason, mientras tanto, se volvió para darle a Rafael el resto de su informe. Su gente
había descubierto más aldeas fantasmas desprovistas de vida. ̶ Todavía no hemos
encontrado ningún cuerpo. ̶ El maestro de espías también confirmó que los
vampiros estaban inquietos.

Los inteligentes han comenzado a notar que los arcángeles nunca aterrizan en
China: los ha hecho atrevidos.

Las palabras de Jason mostraron la preocupación anterior de Elijah bajo una nueva
luz. La sangre podría fluir como el agua si el gran número de vampiros creados en
China se daban cuenta de que su suelo era venenoso para la Cátedra.

Te hemos entretenido el tiempo suficiente, Jason. ̶ La tarea del maestro de espías


era desenterrar los problemas; Rafael y la Cátedra eran los encargados de descubrir
las respuestas. ̶ Es hora de que gires tus alas de vuelta a casa con tu princesa.

Inclinando su cabeza hacia Rafael, luego hacia Elena, Jason se fue tan
silenciosamente como había llegado. No fue hasta que se fue que Elena dejó la caja
del rompecabezas y dijo: ̶ No sabía que le gustaba tanto a Jason.

Es un ángel difícil de leer, incluso para mí, y lo conozco casi toda mi vida. ̶ Todos
menos los primeros años formativos que habían tejido la soledad en los huesos de
Jason. ̶ Pero nunca tomes la tranquilidad de Jason por desinterés, Cazadora del
Gremio. ̶ Corrió su mano a través de la seda de su cabello, las pequeñas plumas en
los extremos delicadas pero fuertes.

Apoyando su cabeza contra su muslo, ella dijo: ̶ Tendrás que hacer una rotación en
China, ¿no?

Sí. ̶ Su mirada podría haber estado en el brillo y las luces de Manhattan, pero era
una tierra de muerte y desaparición lo que veía en su mente. ̶ Madre intervino
durante mi ausencia y continuará cubriéndome por el momento, pero no puede ser
por mucho tiempo, o generará preguntas sobre mi capacidad para hacer todo lo que
sea requerido de un arcángel. ̶ Una vez que eso sucediera, la guerra sería
inevitable.

El hielo recorrió sus venas, el frío poder de la Cascada ansioso por la violencia.

•••

El día siguiente, Elena supo que, a pesar de su falta de alas, su ADN era
"mayormente" angelical, aunque eso era solo un resultado provisional; su ADN era
fluctuante y se transformaba de hora en hora.
Francamente, Elena, eres rara. ̶ Lucius, tranquilo y gentil, levantó las manos.

Ella rió; era reír o llorar y había llorado todas las lágrimas que tenía... ahora era el
momento de patear el trasero del futuro.

¿Es ese tu diagnóstico oficial?

Mi diagnóstico oficial es que definitivamente eres inmortal. El resto está sujeto a


cambiar. ̶ El suave amarillo de sus alas se agitó en conmoción desconocida. ̶
También tienes extrañas células brillantes dentro de ti. Ven a mirar por el
microscopio.

Caminando hacia el dispositivo, puso su ojo en el microscopio. Una célula


felizmente brillando flotó, seguida de una que parecía normal para sus ojos no
científicos.

Retrocediendo, revisó la piel de sus manos. ̶ No estoy brillando, me detuve en algún


momento de anoche.

Si eso cambia, ven directamente aquí para que pueda tomar una muestra. Necesito
ver si tus células se transforman cuando brillas.

Uh-huh. ̶ Elena no pudo evitar pensar en cómo había estado brillando en la


oscuridad en los brazos de Rafael. ̶ Dame una jeringa.

Lucius suspiró, su hermoso rostro se puso en líneas que gritaban: ̶ Concédeme


paciencia. ¿Sabes cómo usar una para extraer sangre?

Bien... No.

Simplemente pínchate y pon un par de gotas aquí, luego cierra el tapón.

Le pasó un pequeño frasco de vidrio y luego agregó dos más.

Consígueme muestras de tu arcángel también. Igualmente tiene células brillantes.

Lo que hicimos, nos cambió a los dos. ̶ Su corazón en su pecho. Su corazón en


fragmentos en su sistema. Sus mentes se encerraron en el sueño.

Al salir de la enfermería, guardó los viales en un bolsillo con cremallera de la


chaqueta de cuero negro hasta la cadera que Beth le había enviado, se encontró
atraída al balcón al final del pasillo. Alas fantasmas tiraron repentinamente de ella
de vuelta, un enloquecedor eco muscular que su cuerpo no podía olvidar.
Apretando los dientes, continuó. El balcón no tenía barandilla, y Elena no solo no
tenía alas, su estructura ósea no era lo suficientemente fuerte como para soportar
cualquier tipo de impacto real, mucho menos uno de tan alto. Ella se esparciría en
piezas.

De todos modos, ella entró por la puerta... y alzó una ceja.

¿Me convocaste?

Estabas hablando de sangre. ̶ Bajo la bruma de una lluvia vaporosa, el Primario era
una gárgola agachada, gris e inmóvil, excepto por su boca.

Curiosamente, Elena no estaba perturbada por su conocimiento. La Legión era un


zumbido en el fondo de su mente ahora, allí sin entrometerse. ̶ ¿Escuchaste?

No. Simplemente lo sentimos.

Eso no tenía sentido, pero esta era la Legión. Tener sentido no era su fuerte. ̶
Entonces, ¿alguna información sobre la situación de las células brillantes?

La sangre del padre viajó a través de la cama y fue absorbida por la crisálida. Lo
vimos. No interferimos.

Y eso fue después de que el maldito arcángel loco le hubiera dado un pedazo de su
corazón. Toda esa sangre arcángel dentro de ella cuando Rafael soltó
violentamente la energía destinada a un arcángel. Alimentado por su sangre, su
cuerpo obviamente había robado algo... ¿pero que estaba haciendo con eso? ̶
¿Cualquier otra cosa sucedió mientras nosotros estábamos durmiendo la siesta?

Justo antes de que despertaras, los filamentos que formaban la crisálida crecieron y
crecieron, extendiéndose como la seda de una araña sobre Rafael y la habitación. ̶
Sus alas de murciélago permanecieron inmóviles incluso cuando el viento le revolvió
el pelo. ̶ Antes de eso, mucho tiempo antes, pensamos que la tierra te ayudaría, así
que trajimos la tierra de tu jardín y estaba oscura y rica, y la colocamos sobre la
crisálida y el cuerpo dormido del Padre.

Elena pensó: se habían despertado en un suelo tan oscuro. Un remanente de ¿La


ofrenda de la legión? ̶ Recuerdo haber traído esa tierra a mi invernadero. ̶ Ella sonrió
al recordar las quejas de Illium sobre cómo transportar bolsas de tierra estaba por
debajo de su dignidad, pero lo había hecho de todos modos, con la condición de
que ella plantara algunas Campanillas en el suelo.
Le picaban las manos. ̶ ¿Cómo está tu jardín? ¿Puedo ir a jugar?

Bienvenida. Bienvenida. Bienvenida. Elena Ven. Ven. Esperamos.

Tanta emoción que le dolía la cabeza, pero no los censuró. Sabía que la
extrañaban, estos seres extraños a diferencia de cualquier otro en el mundo. Ella los
había extrañado a ellos también. ̶ Denme unos minutos.

El viaje a la planta baja fue la parte fácil: todo lo que tenía que hacer era conseguir
el ascensor. Incluso cruzar la hierba hacia el edificio de la Legión no tomó mucho
esfuerzo de ella, ella estaba definitivamente más fuerte después del mojo sexual
psicodélico con Rafael. Gotas finas de agua gotearon sobre su chaqueta, se
aferraron a sus pestañas, el día fresco y húmedo, hermoso para ella.

Luego llegó al fondo del muro de enredaderas que conducía a la entrada de la casa
de la Legión... y la realidad la golpeó con una bofetada.

La visita tendrá que esperar. Las cosas dolían dentro de ella, la necesidad de que la
tierra se curvara en sus dedos y en sus palmas. Me caeré y me romperé el trasero
ahora mismo.

Elena. Elena. Elena. Uno de la legión aterrizó a su lado. Ven.

Ella fue a repetir que no podía cuando se dio cuenta de que él la estaba guiando a
moverse a la derecha del muro.

Manteniendo sus preguntas para sí misma, ella lo siguió a la vuelta de la esquina y,


después de hacerlo, bajo un gran peso de viñas, allí, escondida detrás de esas
gruesas cuerdas, había una puerta que fue abierta desde el interior.

Maldita sea. ̶ Su alma floreciendo ante el calor húmedo que susurraba hacia afuera
desde la puerta, ella entró. El miembro de la Legión la siguió. Cuando ella miró,
cerró la puerta con seguridad detrás de él, lo que involucraba dos barras de hierro y
un tercer travesaño.

Lo primero que hizo fue quitarse las botas y los calcetines y acurrucar los dedos de
los pies en la hierba bajo los pies.

Lo segundo fue quitarse la chaqueta. El otoño fue bloqueado, el verano en plena


floración dentro. Ella se paró en un bosque de naranjos llenos de fruta no estacional.
Arrancando uno maduro, usó uno de sus cuchillos para cortarlo en pedazos y le
tendió un trozo al luchador de la Legión.
La Legión no necesitaba comer, pero cada vez que ella les daba comida, ellos la
aceptaban.

El luchador tomó la rebanada, la miró con intenso interés y luego se la comió.


Cascara y todo.

Sonriendo, se deshizo de sus propias cáscaras al pie de un árbol, donde se


convertirían en parte de la tierra una vez más, luego simplemente caminó,
respirando el olor a tierra y a cosas verdes en crecimiento.

Elena Ven.

Dirigiéndose hacia los dos miembros de la Legión que le habían hablado, vio un
jardín vacío y frondoso con tierra oscura. Una hilera de plántulas en macetas se
encontraba a su lado. ̶ ¿Es eso para mí?

Para ti. Lo hicimos. Para ti.

Su garganta se cerró. ̶ Gracias. ̶ Cayó de rodillas y hundió sus dedos en la tierra y


suspiró. ̶ Necesitaba mucho esto.

Tarareando en voz baja, comenzó a plantar. Ella estaba al tanto de la Legión a su


alrededor, por encima de ella.

Uno fue una presencia útil que le pasó las plántulas en macetas, mientras que otro
voló hacia abajo con una bandeja en la que descansaba una botella grande del
nuevo brebaje de Nisia, destinado a complementar las calorías IV. Elena lo bebió sin
queja.

Una vez que había plantado su pequeño jardín para su satisfacción, ayudó a
desmalezar los otros jardines en este piso, y revisó los naranjos por cualquier indicio
de actividad dañina de insectos. La Legión le trajo bayas para comer, flores para
mirar, actuando como niños pequeños emocionados de mostrarle sus cosas
favoritas. Esto era la paradoja de la Legión: eran infinitos en edad, pero a veces,
inocentes como niños.

Profundamente contenta y menos cansada de lo que esperaba cuando terminó la


jardinería, se despidió de la Legión antes de salir por la entrada secreta para volver
a la Torre. Suhani, la recepcionista, había estado lejos de su escritorio. Cuando
Elena salió de la Torre, pero ahora sonrió y la saludó con la mano, por lo que Elena
se acercó.
La sonrisa del vampiro se profundizó, pero había tristeza en el marrón de su mirada.
Suhani había visto a Elena pasar por estas puertas la primera vez, cuando el
Arcángel de Nueva York había convocado a la Cazadora del Gremio, Elena
Deveraux a su torre. Más tarde, había visto a Elena reaparecer con alas, y ahora las
alas se habían ido.

Sí, iba a ser un ajuste para todos ellos.

A punto de saludar, Elena se distrajo con el absolutamente encantador bonsái en el


mostrador de mármol negro pulido detrás del cual Suhani se balanceaba. ̶ Esto es
un glorioso trabajo. ̶ El arce rojo japonés había sido cuidadosamente diseñado en su
miniatura forma con delicadeza intrincada, el color escarlata de las hojas era
asombroso e impecable.

Oh, gracias. ̶ Suhani se sonrojó bajo el marrón bruñido de su piel, su cabello de un


color marrón oscuro que siempre llevaba en un elegante nudo. ̶ Solía hacerlo hace
cien años, luego dejé de practicar, pero tengo algunos que han sobrevivido a mi
negligencia benigna.

Elena nunca había preguntado la edad exacta de Suhani, pero sintió el peso frío y
mortal de esa edad en sus huesos. Suhani podría trabajar en la recepción, pero no
era menos que letal. También era un miembro dedicado de la revista "Traer de
vuelta la Presa del Cazador", y tenía un álbum de recortes sobre el espectáculo que
ella sacaría en cualquier oportunidad.

Tienes un verdadero talento. ¿Puedo...? ̶ Elena levantó una mano.

¡Por supuesto! ̶ Ojos brillantes y felices. ̶ Si realmente te gusta, sería un honor para
mí regalarte uno de mi colección. Tengo una sakura que ... ̶ Su sonrisa se
desvaneció cuando el Arce se disparó dos pulgadas. Justo debajo de la mano de
Elena.

Elena se echó hacia atrás. Pero el arce, creció... y creció


20
Suhani salió tambaleándose de su silla ejecutiva de cuero cuando las raíces
brotaron de la maceta de cerámica vidriada en la que había estado contenido el
bonsái.

Esas raíces cayeron al costado del mostrador y parecían estar buscando tierra, de
la cual no había nada en el mármol brillante del vestíbulo.

Eso no detuvo el árbol. Las ramas se hicieron más largas y fuertes. El tronco
engrosó y se levantó hacia el techo. Hojas expandidas en tamaño.

Cuando finalmente se detuvo, fue con un batido que envió una perfecta hoja
escarlata a aterrizar en la bota de Elena. El arce ahora se encontraba a ocho pies
sobre el mostrador. El cual no se había roto a pesar del nuevo peso masivo.

Suhani hizo un ruido sin palabras.

Elena se encogió de hombros. ̶ Lo siento mucho.

Dando la vuelta al mostrador, sus pasos rápidos y recortados debido a la


constricción de su vestido de diseñador de color rosa oscuro, la recepcionista echó
la cabeza hacia atrás para mirar el árbol. ̶ ¿Es real? ̶ Un susurro. ̶ ¿No estoy
alucinando?

Ella no estaba segura, Elena extendió la mano para tocar la raíz del árbol. Era dura
y sólida debajo de su palma. Viva.

Real.

Suhani extendió su mano, vaciló. Pero obviamente estaba asustada lo suficiente


para que ella necesitara confirmación.

Real. ̶ Un suspiro mientras la sacudía mano, sus enormes ojos en Elena. ̶ ¿Qué
hago?

Elena examinó el árbol nuevamente. ̶ Esta saludable. Es una pena dejarlo morir. Le
preguntaré a la Legión para ver si pueden moverlo. ̶ Ella hizo una mueca. ̶ Perdón
por el desastre en tu espacio de trabajo, y maldita sea, tu computadora está en el
piso con la pantalla rota. ̶ Cruzó los dedos mentales para que Suhani hubiera
respaldado sus archivos. ̶ Me aseguraré de que todo sea reemplazado.

Suhani no parecía haber escuchado; sus ojos estaban fijos en el arce. ̶ Nadie me
creerá. No me lo creo.
Elena tampoco estaba segura de creer en sus propios ojos. ¿Er, Arcángel? ¿Estás
en la torre?

La lluvia en su mente, el mar estrellado. Si. Estoy en camino a hablar con tu


Bluebell.

¿Te importaría ir al vestíbulo primero?

Estoy intrigado.

Elena volvió a mirar el árbol, tratando de entender el hecho de que ella de alguna
manera le había puesto esteroides. Entonces su nuca se erizó. Por supuesto que
Rafael no había tomado el ascensor.

Simplemente había volado al suelo y había entrado desde afuera. ̶ Entonces, ̶ dijo
sin volverse, ̶ hice algo...

Un chirrido repentino... antes de que Suhani se desplomara desmayada. La vampira


se habría golpeado la cabeza en el suelo si Elena no la hubiera atrapado, con
brazos temblorosos.

Mierda, olvidé advertirle que ibas a venir. ̶ Por haber trabajado tanto en la Torre,
Suhani permanecía deslumbrada por los ángeles.

La llevaré. ̶ Rafael cogió a Suhani para acomodarla en su silla de cuero. ̶ ¿Has


decidido que la Torre necesita más vegetación? ̶ Preguntó después.

¡Estaba en el edificio de la Legión! Ninguna de las plantas allí hizo eso. ̶ Elena se
mordió con fuerza el labio inferior.

También era un bonsái muy viejo. ¿Como puedo compensarle por esto?

Rafael levantó una ceja. ̶ Solo a ti te preocuparía tal cosa. Tú eres la consorte de un
arcángel, Elena.

¡No cambia el hecho de que destrocé su maldito y antiguo bonsái!

Dile que fue llevada en brazos de un arcángel. ̶ Pura arrogancia azul cromo. ̶ Ella te
dará cada uno de sus bonsáis a cambio. ̶ Él sacó una pluma que mostraba signos
de caída natural, la dejó caer sobre el mostrador. ̶ Allí, la deuda no solo está
pagada, sino también con intereses.
Detente, detente, tu modestia es demasiado. ̶ Elena lo fulminó con la mirada. ̶
Podrías por favor tomar esto en serio? Crecí un árbol de una miniatura.

No puedo ver cómo puedes usarlo en la batalla. ̶ Rafael se frotó la mandíbula. ̶


Quizás puedes cultivar árboles repentinos en el camino de los ángeles enemigos.
Boom, bofetada. Es en verdad un poder muy terrible.

Lo juro, estoy tan cerca de golpearte. ̶ Pero él la hizo relajarse, querer reírse de sí
misma. ̶ Sí, bien, cultivar árboles no es horrible en el esquema de las cosas. ̶ De
hecho, estaba bastante bien.

¿Te gustaría ver si puedes repetirlo?

Elena sonrió. ̶ Sí, vámonos. ̶ Miró a Suhani, que estaba empezando a volver en sí. ̶
¿Puedes decirle a uno de los sanadores que vengan a verla?

Sacudió la cabeza ante su suavidad, pero convocó al sanador. Las puertas se


abrieron sobre el médico vampiro experimentado justo antes de que Suhani se
levantara por completo a la conciencia. ̶ Lo siento mucho, Suhani, ̶ dijo Elena de
nuevo. ̶ Te encontraré otro bonsái centenario.

La otra mujer frunció el ceño, parpadeó, sus pupilas enormes.

Te desmayaste, ̶ explicó Elena. ̶ Rafael te puso en la silla para que estuvieras


cómoda.

Rafael se movió a la línea de visión de Suhani. ̶ Me agrada que no estés herida.

Enormes ojos antes de que volvieran a girar y ella se desmayara de nuevo. Elena
gimió. ̶ Eso no fue gracioso. La pobre mujer está totalmente aterrorizada de ti.

Como debería ser. ̶ Un apretón en su nuca. ̶ Suhani es un vampiro de nivel medio


quien no puede permitirse sentir nada más que temor y asombro por la humanidad
angelical.

La sed de sangre yace justo debajo de su piel.

A Elena le resultó difícil ver la antigua y adecuada Suhani consumida por la sed de
sangre, pero sabía que la compulsión existía en todos los vampiros. Los viejos y los
disciplinados como Dmitri lo habían controlado hace mucho tiempo, pero incluso
Dmitri no negaría su existencia. ̶ ¿Qué le va a pasar a Honor? ¿Ashwini? ̶ Ex
cazadores y jóvenes vampiros, ambos.

¿Están en riesgo?

Honor tiene una calma casi sobrenatural dentro de ella. Keir ha comentado al
respecto: como si fuera mucho mayor que sus años.

Sé lo que quiere decir. ̶ Elena siempre se sintió más tranquila y más centrada en
torno a Honor, su presencia un fondo profundo y contenido.

En cuanto a Ashwini, ella camina a su propio ritmo, y ninguno de nosotros puede


predecir su desarrollo, pero ella es una cazadora, con la disciplina correspondiente. ̶
Salieron a la lluvia brumosa. Rafael la rodeó con un brazo y voló llevándolos a la
entrada superior del edificio de la Legión.

¡Elena! ¡Aeclari! ¿Rafael! ¡Aeclari!

Las voces eran una tormenta que rápidamente se contuvo en un murmullo


retumbante. A pesar de su reciente visita, suspiró nuevamente ante la belleza dentro
del calor húmedo de la casa de la Legión. Las flores florecían fuera de temporada,
las vides trepaban por las paredes, la hierba crecía bajo los pies. Y cuando pidieron
la plántula de un árbol, el Primario los instó a seguirlo a la planta baja.

Elena no pudo resistir enterrar su nariz en el hueco del cuello de Rafael mientras él
los bajó, sus labios saborearon su piel. Sus ojos flamearon fuego azul hacia ella
cuando sus pies golpean el suelo.

Árboles pequeños. El Primario les mostró toda una hilera de plantas en macetas.
Para ti. Los fabricamos para tu nueva casa de cristal. Dos son frutales.

La garganta de Elena se puso gruesa. ̶ Naranja mandarina, dijo con voz ronca. ̶
Arcángel, ¿puedes colocarlo en un área despejada? ̶ Rafael pronto colocó la
maceta, mientras el Primario observaba en silencio.

Arriba, cientos de caras más se volvieron hacia ellos. Debería haber sido inquietante
mirar hacia arriba y ver todas esas caras grises mirando hacia abajo, alas de
murciélago en silencio, pero no podía tener miedo de la Legión, especialmente
cuando susurraban con entusiasmo en su cabeza.

Muéstranos, Ellie. ¿Qué es esto? Muéstranos.

No estoy segura de que haya algo que ver, ̶ murmuró. ̶ No tengo idea de cómo hice
esto la primera vez.

Considera tus pensamientos entonces, y trata de repetirlos.


Elena frunció el ceño. ̶ Solo estaba admirando el bonsái, pensando lo maravilloso
que era. ̶ Tan maravilloso como este regalo para ayudarla a repoblar su invernadero.
Ella acarició las hojas brillantes, admiración y alegría en el contacto.

No pasó nada.

La decepción la carcomió, la herida sorprendentemente brutal. Me siento como un


niño haciendo un berrinche, pero necesitaba esto más de lo que sabía.

Solo una cosa para equilibrar haber perdido mis alas. Con una piedra en el
estómago, acarició las hojas del árbol. ̶ No es tu culpa.

Las raíces de la planta surgieron de los lados de la maceta, rociándola con


suciedad. Se arrastró hacia atrás y fuera del camino antes de ponerse de pie. Del
árbol salieron diminutas flores blancas floreciendo en las ramas, formando
mandarina naranjas, gorditas y maduras.

Elegido para caber dentro de su invernadero, el árbol final no era enorme, pero sí
más alto que Rafael, sus ramas llenas de fruta.

Elena comenzó a sonreír, luego sonrió, con las mejillas doloridas.

Al otro lado del árbol, el Primario permaneció inmóvil. Cuando finalmente habló, fue
con un coro de cientos de otras voces, un sobrenatural coro. Esto, no lo hemos
visto. No en todos nuestros eones de vida.
21
Todavía emocionada por todo lo del árbol, Elena se había duchado y estaba
poniéndose ropa fresca, ropa que realmente le quedaba, porque Montgomery era un
mago, cuando su teléfono sonó. Ese mismo día, le había dado el teléfono a Vivek y
él lo cargó con el número de amigos, familiares, asociados, pero este surgió como
desconocido.

Ella respondió de todos modos. De vez en cuando, le gustaba asustar a un


desventurado telemarketing informándoles a quién habían llamado inadvertidamente
en frío. Su favorito era el vampiro que le había agradecido por llevarle de regreso a
su Ángel hace ocho años. ̶ Conocí al amor de mi vida seis meses después. Ella está
tan bien como puede estar y ella no toma ninguna mierda, y ahora tenemos un
hombrecito nuestro. Se llama Eldev en honor a ti.

Más tarde, él le había enviado fotos de su "pequeño" hombre de piel de ébano y


mejillas regordetas, la sonrisa del niño era un arma, era muy adorable.

¿Ellie?

Beth. ̶ Elena se sentó en el borde de la cama, vestida solo con sus bragas y una
blusa de tiras. ̶ Este no es tu número.

Oh, este es el teléfono de la abuela. Finalmente dejó que el abuelo le diera uno,
aunque ella sobre todo lo deja tirado alrededor acumulando polvo. ̶ La voz de su
hermana menor vacilando. ̶ Quería hablar contigo.

¿Estás con Majda y Jean-Baptiste? ̶ A diferencia de Beth, Elena encontró difícil


llamarlos abuela y abuelo, a pesar de toda la tortura y el dolor que habían sufrido,
los dos eran eternamente jóvenes y se quedarían así para siempre. ̶ Voy a ir. ̶ No
tenía sentido esconderse ahora que ya no parecía escapada del cementerio local. El
mundo haría de su estado sin alas lo que quisiera.

No, estamos en nuestra casa. ̶ La respuesta de Beth alegre.

¿Estas viniendo? ¿De verdad?

Sí, de verdad, ̶ dijo en una ola de afecto por esta dulce y bella mujer, quien había
sido la niña de Marguerite. ̶ Voy a pasar a saludar a Sara así que dame una hora
más o menos.

Voy a hornear tu pastel favorito.

Bethie. ̶ Elena respiró hondo. ̶ Ya no tengo mis alas.


¿Estás triste? ̶ Palabras suaves. ̶ Amabas tus alas.

Lo estaba. ̶ Pero ella había hecho su luto, y le había dicho a la Cascada que se
jodiera, saliendo del infierno de esta, con la capacidad de llevar las cosas a una vida
exuberante y verde.

Si Lijuan incendiaba el mundo, Elena lo devolvería a la vida. La Cascada podría ir a


chuparse eso. ̶ Ahora estoy feliz de estar en casa.

Te extrañé mucho. ̶ Un sollozo amortiguado rápidamente.

Elena tragó saliva. ̶ Estaré allí pronto. ̶ No importa qué, Beth siempre sería la
hermanita de Elena, la niña desconcertada que había agarrado su mano con la de
ella suave y rechoncha mientras acompañaban a descansar a sus hermanas y luego
a su madre.

Después de colgar, Elena llamó a Ashwini. ̶ ¿Estás libre de llevarme? Yo no creo


que deba estar conduciendo todavía, estoy un poco fuera de práctica.

Ya estoy en un auto frente a la Torre. Espera hasta que veas el auto que he elegido
para el viaje.

Los ojos de Elena se entrecerraron; Ash definitivamente se divertía jugando con sus
amigos usando su habilidad para vislumbrar fragmentos del futuro. ̶ Estas abajo.

No tardó mucho en ponerse jeans negros, una sudadera azul metálico y estampada
con el logo de la Torre, calcetines y botas. Ella todavía no estaba segura de que
hacer con su cabello más corto, pero unas pocas pinceladas y ya estaba hecho.

Agarrando su chaqueta de cuero, salió.

Encontró a Ash sentada al volante de un Cadillac rosa bebé. Las gafas de sol de la
cazadora eran de un dorado reflectante, su cabello oscuro rayado con el mismo
color, y los aros que colgaban de sus orejas un diseño indio que contaba con una
cascada de campanas.

Una chaqueta de cuero marrón sobre una camiseta negra de cuello redondo y jeans
azul oscuro completaron el atuendo.

Me siento mal vestida ahora, ̶ dijo Elena, abriendo la puerta del lado del pasajero.
¿Te haría eso, Ellie? ̶ Ashwini le pasó una caja envuelta en un papel plateado.

Sabelotodo.

Oye, ¿para qué tener el tercer ojo si no puedo usarlo para guiñar un ojo de vez en
cuando?

Sonriendo, Elena se acomodó en el asiento antes de abrir la tapa del paquete. En el


interior, encontró un par de gafas de sol espejadas teñidas de un profundo púrpura
oscuro que se veía fantástico contra el casi blanco de su cabello. También en la caja
había un par de pendientes de aro similares a los de Ash, excepto que los suyos
eran de impresionante acero batido.

Se tocó un lóbulo de la oreja. Sí, como sospechaba, la crisálida le había "arreglado"


el agujero de perforación. Luego vio que los aros estaban diseñados para
engancharse. ̶ En serio, estás empeorando en tu vejez. ̶ Murmuró, frunciendo el
ceño o no, se puso los pendientes.

Una sonrisa aguda de su amiga. ̶ Ahora estamos listas.

Ellas partieron, rugiendo.

El auto atrajo mucha atención, y Elena también. Cuando se detuvieron en una luz, el
automovilista vecino hizo una doble toma, miró detrás de ella, luego mordió su labio
inferior antes de asomarse por la ventana y gritar: ̶ ¡Bienvenida de vuelta, Cazadora
del Gremio! ¡Cualquiera que sobreviva a la jodida explosión de la casa del infierno
es una leyenda en mi libro!

Elena le dio un saludo juguetón. Ella sabía que los susurros ya habrían empezado.
Las especulaciones sobre cómo había perdido sus alas pronto se convertirían en la
actividad favorita de todos. Lo peor sería entre los inmortales. Algunos fuera de la
Torre se reirían de alegría ante su pérdida, mientras que otros la mirarían,
sospechando que no era vampiro, ni humano, ni ángel. ¿A ella le importaba? Solo si
impactaba a Rafael.

Mientras avanzaban a toda velocidad, con el viento tocando su cabello, Ashwini la


actualizó de las noticias del Gremio y otros fragmentos aleatorios de información. ̶
Ransom va a estar probablemente esperando dentro de la oficina de Sara, dijo en
un momento. ̶ El hombre ya hizo tantos recorridos lentos pasando por la Torre
desde que despertaste que Dmitri le preguntó si él quería unirse a la seguridad de la
Torre.

¿Él y Nyree ya encontraron una casa?


No me hablará durante un mes si le cuento todas sus noticias.

Cuéntame sobre la situación de Slayer entonces. ̶ Los cazadores vigilaban a los


suyos; el asesino era su gran mal, el cazador encargado de ejecutar a los que
habían cruzado una línea final.

Sara se fue con todo el equipo. ̶ Ashwini tomó una esquina con velocidad suave. ̶
Todos los cazadores de servicio activo toman la tarea en rotación, con tres de
nosotros en guardia a cualquier momento. Ya he pasado por el entrenamiento, así
como Ransom, Demarco, Hilda, Rose y Kenji. Sara desempolvó sus habilidades de
servicio activo y puso su nombre en la lista.

Esta es mi cara de no sorprendida. ̶ Sara fue nombrada directora del gremio


parcialmente porque se preocupaba mucho por su gente, todos sabían que, si todo
se iba a la mierda, Sara los protegería de ángeles enojados o vampiros enojados
hasta que las cosas se calmaron. ¿Alguno de nosotros iba a permitir que eso
sucediera?

Ashwini resopló. ̶ Como sí. Ella es demasiado importante para arriesgarse en una
cacería de Asesinos. Demarco está a cargo de la nómina y él sigue olvidando
agregar su nombre, yo creo que podría estar comenzando a sospechar.

Hombros temblando al pensar en la irritación de Sara enfrentado "al encanto" de


Demarco, Elena se reclinó más en su asiento. ̶ Yo haré el entrenamiento, también,
una vez que haya vuelto toda mi fuerza. ̶ Puede que ya no tuviera alas, pero no
había perdido su habilidad innata de cazadora para oler vampiros, como si eso fuera
así una parte profunda de ella, nada podría borrarlo.

Le dije a Sara que te ahorrara un lugar en el programa de entrenamiento.

Sigue adelante y muy pronto estarás susurrando profecías como Cassandra.

¡Ja! ̶ Una gran sonrisa. ̶ Tengo algunas otras noticias jugosas. Demarco tiene novia.

¡¿Qué?! ¿Y no lideraste eso? ̶ Demarco era guapo, no había duda al respecto, pero
parecía sacar algo de feromonas que hacía que las mujeres lo vieran solo como un
gran tipo para tener como amigo. ̶ ¿Es buena?

La Nyree de Ransom los presentó. Nunca adivinarás lo que hace para vivir.

¿Otra bibliotecaria?
Nah. ̶ Ashwini tomó el desvío hacia el estacionamiento de la sede del Gremio. ̶ La
chica es una dura artista del tatuaje culo. Tinta por todas partes. Perforada a través
de su labio superior y ceja. Tetas directamente de una tira cómica de fantasía,
músculo liso en cualquier otro lugar. Más alta que Demarco por un par de pulgadas
y sabes que no es bajito, y aquí está el pateador, ella lo arrastra hacia ella para
darle un beso cada vez que lo ve.

Deslizándose en un lugar libre, Ash apretó el freno de estacionamiento y apagó el


motor. ̶ La mujer cree que es lo más picante desde el pan rebanado. Lo mira
estupefacta cada vez, como si no pudiera creer su suerte.

Ya me gusta. ̶ Elena todavía estaba sonriendo ante la idea de conocer la novia de


Demarco cuando entró en la sede.

¡BIENVENIDA! ̶ Retumbó la multitud reunida, mientras caían globos dorados en su


cabeza y las serpentinas se fueron por todas partes.

Fue envuelta en brazos amistosos un segundo después, abrazada una y otra vez
por sus amigos y colegas, Ransom la aplastó cerca y le raspó la barba contra el
costado de su cara, susurró: ̶ Nyree está embarazada. Cinco meses.

¡Eee! ̶ Elena le devolvió el apretón. ̶ Voy a darle al bebé una chaqueta de cuero en
miniatura. No te atrevas a dejar que nadie más lo haga.

Entonces allí estaba ella: su mejor amiga. Sara la sostuvo durante mucho tiempo
antes de que ellas se separaran. Los corchos de champán aparecieron y la música
tronó, pero todo lo que vio fue los profundos ojos marrones de su amiga.

Sara se había dejado crecer el flequillo y llevaba el pelo recogido en un moño limpio
pero suave, su vestido ajustado con una vaina naranja hasta la rodilla, halagando su
cuerpo elegante, su piel oscura brillando con vida.

Su voz era áspera cuando dijo: ̶ Bienvenida de nuevo, Ellie.

No hacía falta decir nada más, ni aquí ni ahora.

Ellie. ̶ Demarco, con el pelo revuelto, le puso una copa de champán en la mano
luego hizo lo mismo por Sara. ̶ ¡Vamos ustedes dos, es hora de la fiesta!

Cuando Elena mencionó que primero tenía que llamar a Beth, Sara sacudió la
cabeza. ̶ Yo ya le dije que llegarías tarde. Le encantó la idea de la fiesta, dijo que le
daba más tiempo para hornear. Será mejor que estés lista para comer.
Así las cosas, Elena se presentó en la casa de su hermana con

Sara, Ransom, Ashwini y Demarco a cuestas. Sus amigos cazadores se quedaron


cerca de los autos, mientras Elena siguió adelante.

Beth, pequeña y con curvas, lloró y corrió hacia sus brazos. Sosteniendo a su
pequeña hermana sollozando, Elena deseaba poder retroceder el reloj y borrar el
dolor de Beth. ̶ Lo siento, Bethie, ̶ dijo cuando las lágrimas de Beth se detuvieron.

Regresaste. ̶ Beth se limpió la cara con las manos que tenían manchas de harina en
ellas. ̶ Y no elegiste irte.

A diferencia de Marguerite.

Nunca lo elegiré. ̶ Nunca dejaría a su hermana creer que no le importaba lo


suficiente para que Elena peleara por vivir.

Ahora, ¿dónde está mi sobrina favorita?

Limpiando los últimos restos de sus lágrimas, Beth sonrió y pasó la mano bajo su
vestido blanco de falda completa estampado con corazones rojos. ̶ Dile a Sara y a
los otros que entren. Maggie está atrás. Ella está muy emocionada.

Una vez dentro de la casa, los compañeros cazadores de Elena se dirigieron


directamente a la mesa repleta de productos horneados. Beth sonrió antes de tomar
la mano de Elena y llevarla a la cocina. ̶ Ahí está. ̶ Beth señaló a través de la cocina
la ventana al patio trasero, su sonrisa más suave, su corazón al aire libre.

No solo Maggie estaba jugando en el jardín trasero. Jean-

Baptiste era todo pelo de piel dorada y bañada por el sol, mientras que la piel de
Majda era de un dorado más oscuro, su cabello sostenía un poco más de color que
el de Elena. El abuelo de Elena era un guerrero, alto y musculoso, su abuela
pequeña, con corazón y hogar como núcleo.

El amor entre ellos brillaba.

Hoy, los dos estaban haciendo burbujas con su enérgica y risueña... nieta. El bebé
del bebé de Marguerite. Elena se quedó inmóvil al ver las burbujas translúcidas y
con tonos de arcoíris flotando en el aire, contra el verde oscuro de los árboles.
¿Cómo estuvo Majda después de mí?... ¿después de lo que pasó? ̶ La abuela había
sobrevivido a una pesadilla, solo para regresar a un mundo en el que su querida hija
estaba muerta.
Jean-Baptiste le había advertido a Elena que el corazón de Majda no podía soportar
otra pérdida.

No fue bueno, pero la mantuve ocupada con Maggie. ̶ Beth, tan frívola con aquellos
que no podían ver debajo de sus bonitos vestidos y maquillaje femenino, y tan
cariñosa con su gente acarició el brazo de Elena. ̶ Ella nos ha salvado a todos. Y
ella no ha olvidado a su tía Ellie, pregunta todo el tiempo por ti.

Elena se obligó a sonreír a través del dolor en su corazón. Maggie tendría la infancia
que ella y Beth no habían tenido, ella disfrutaría de las burbujas y el patio trasero,
segura en el amor de una madre que nunca, jamás habría optado por abandonarla.

Su sobrina chilló cuando Elena apareció en la puerta.

Abandonando su aparato para hacer burbujas, se dirigió directamente hacia Elena,


gritando: ̶ ¡Tía Ellie! ¡Tía Ellie! ̶ Sus brazos se alzaron a medias y Elena caminó
sobre la hierba para levantarla y hacerla girar.

Sus brazos eran lo suficientemente fuertes para esto, por amor.

¡Tía Ellie! ̶ Maggie besó sus mejillas cuando detuvo el remolino. ̶ ¿A dónde fueron
tus alas?

No sé, ̶ dijo Elena con la garganta áspera. ̶ Voy a ser una tía sin alas ahora. ¿Te
importa?

Un fuerte movimiento de la cabeza de Maggie. ̶ Eres mi favorita! ̶ Sus ojos oscuros


brillaban, su sedoso cabello negro pegado a sus mejillas, un pequeño pasador ya a
medio caerse, el otro precario, pero aguantando. ̶ ¿Quieres soplar burbujas?

Sí. ̶ Era hora de hacer nuevos recuerdos de patios y burbujas en el sol.

Elena llevó a su sobrina a donde esperaban sus abuelos. Majda la vio venir en
silencio conmovedor, su belleza desgastada y cansada de una manera que no tenía
nada que ver con la comida o el descanso. ̶ Elena. ̶ Un suave susurro de bienvenida
mientras ella ahuecó las mejillas de Elena y la besó en la frente; sus dedos
temblaban, el claro turquesa de sus ojos brillando como océanos.

Jean-Baptiste pasó su mano sobre el cabello de Elena al mismo tiempo, sus rasgos
bloqueados con un control que fue brutal.
Maggie extendió la mano para secar las mejillas de su bisabuela. ̶ Está bien Gama.
La tía Ellie está en casa ahora.
22
Las palabras de Maggie sonaron en la cabeza de Elena esa noche mientras se
preparaba para la cama. Nadie más que su sobrina le había preguntado por sus
alas. Ni sus amigos cazadores. Ni su familia. Ella había notado las suaves
palmaditas en la espalda y las suaves sonrisas, por lo que no lo estaban ignorando.
Más bien, habían elegido centrarse en la alegría de su regreso más bien que en lo
que ella había perdido.
Brazos musculosos envolviéndola por detrás, el pecho desnudo de Rafael
presionando contra su espalda, su camisola y bragas una delgada barrera entre
ellos. Él todavía llevaba sus pantalones, pero no hizo nada para ocultar el poder y la
fuerza de él. ̶ Me siento tan débil contra ti ahora.
Sus dedos se apretaron en el borde del mostrador del baño.
El peligroso azul de su mirada se encontró con la de ella en el espejo. ̶ Nunca has
sido débil, cazadora del gremio, ni siquiera cuando has estado muy herida.
Elena quería patear el gabinete. -No sé qué me pasa. Todos fueron tan maravillosos
conmigo hoy. Debería estar feliz.
Pero ella no lo era, ella estaba enojada y esa ira amenazaba con volverse hacia el
hombre que había desgarrado su corazón por ella.
La Cascada te robó las alas. ̶ La voz de Rafael sostuvo ese borde de frío poder que
lentamente se estaba volviendo familiar. ̶ Estás decidida a dejar eso en el pasado y
seguir adelante, pero tienes derecho a tu ira. ̶ El fuego blanco lamió el arco de sus
alas, la energía danzante parecía burlarse de ella.
Girándose en sus brazos, ella empujó su pecho. ̶ Ni siquiera puedo estar enojada
correctamente ¡contigo! ̶ Y eso la hizo enojar. ̶ ¡Te amo demasiado!
Estoy aquí, Elena, tanto para tu ira como para tu amor. ̶ Cerró las manos sobre sus
muñecas. ̶ Juntos. Siempre.
¡Pero no podemos ahora! ̶ La bola de plomo caliente en su estómago explotó en una
conflagración. ̶ ¡No puedo volar contigo! No puedo bailar contigo en el cielo, ¡no
como antes!
Todo había cambiado y no podían ignorar eso, no entre ellos dos. No podían
ignorarlo, no podía seguir fingiendo que lohabía superado.
Cuando te di de comer ambrosía, no sabía que despertarías como un ángel. ̶ Las
manos apretadas sobre sus muñecas. ̶ Ni siquiera sabía qué era lo que probé en mi
boca. Esperaba tener que enfrentar tu ira cuando despertaras como vampiro. Las
alas no te hacen mi amante. Siempre ha sido tu corazón, tu espíritu, tu coraje y tu
furia.

Pero construimos una vida juntos en la que podía volar a tu lado. ¡Se ha ido ahora! ̶
No más vuelos de medianoche donde jugaran juntos en el cielo. No más alas
enredadas mientras dormían.
Entonces construimos una nueva vida juntos.
¿Y si no es como antes? ¿Y si es peor?
¿Y si es mejor?
¡Argh! ¡Necesito que te enfades y pelees conmigo!
Una sonrisa de sorpresa en la cara de Rafael. Lo hizo parecer increíblemente joven.
Ella nunca podría haberlo imaginado de esta manera cuando se conocieron en el
techo de la Torre lo que se sintió como toda una vida. Había sido tan inhumano
entonces, un ser de poder y crueldad que la había hecho cerrar su mano sobre una
espada para probar un punto.
Su sangre había caído para estrellarse contra la azotea en la que estaban parados,
pequeñas pinturas brutales.
Ahora él era su amante y su eternidad... y él no sería este hombre si él no hubiera
sido tan tonto como para enamorarse de un mortal.

Bajando la cabeza, lo besó con fuerza. Tal vez ella no podía jugar con él en los
cielos, y sí, eso la cabrearía para siempre, pero ella volaría con él de esta manera.
Sus cuerpos entrelazados, sus corazones latiendo como uno. Porque él erade ella y
ella era la única que podía romperlos. Así que a la mierda la ira y la autocompasión.
Rompiendo el beso justo cuando realmente estaba empezando, Rafael la recogió, la
levantó en sus brazos y salió por la puerta del baño. Ella abofeteó sus hermosos
hombros cuando se dio cuenta de que se dirigía hacia las puertas del balcón. ̶ ¡No te
atrevas! ̶ Estaba congelando allí afuera.
No se detuvo.
¡Rafael! Solo estoy usando una camisola y bragas. ̶ Un nuevo conjunto que le
quedaba bien en su marco delgado y que le había sido había entregado porque ella
y Montgomery tenían un acuerdo tácito: podía hacer lo que quisiera con su
guardarropa, pero el cajón de la ropa interior de ella estaba fuera de los límites. ̶ Me
convertiré en un carámbano.
Tal falta de fe en mis habilidades, Elena mía. ̶ Sacudió la cabeza, una mirada de
fingida tristeza en su rostro; no había frío en él ahora, ni distancia. ̶ ¿Alguna vez mi
glamour te ha decepcionado?

Ella luchó para no reír. ̶ Tu glamour es fantástico, ̶ dijo en su mejor tono de


adoración, agitando sus pestañas al mismo tiempo. ̶ Es el mejor glamour en el
mundo. Pero todavía no quiero estar desnuda sobre Nueva York. Parte de mi
guarda esperando que la Cascada regrese para otra oportunidad.
Rafael la besó y sabía a polvo de ángel. La mezcla especial creada para Elena sola,
erótica, deliciosa y con los dedos doblados. Sus pezones se tensaron con fuerza en
pequeños puntos ̶ Eso no es jugar limpio, ̶ ella respiró contra sus labios.
Tu gusto me hace adicto, ̶ fue la respuesta áspera.
Otro beso lento. ̶ Sé que me amas, ̶ dijo después. ̶ Lo sé, sé que nunca se trató de
alas. ̶ Luchó por explicar los sentimientos que la desgarraban. ̶ Pero antes, me
sentía como un compañero. Ahora... Nunca he sido tan débil. ̶ Incluso como una
mortal, había sido más fuerte que la mayoría, como consecuencia de haber nacido
cazadora. ̶ Nunca he sido frágil, ni siquiera de niña.
Contacto visual inquebrantable, el azul cromado vivo con un rayo. ̶ Podría haberte
matado en cualquier momento durante ese tiempo. Arrancarte miembro tras
miembro sin romper a sudar.
Ella se acomodó en sus brazos, frunciendo el ceño. ̶ En serio,
¿esa es tu idea de una charla motivadora?

Has mantenido tu posición contra mí desde la primera vez que nos conocimos,
cuando yo no veía ningún valor en la humanidad y podría haberte aplastado sin
pensar en lo que yo estaba destruyendo. El poder y la fuerza nunca han sido lo que
nos hace iguales, hbeebti.
Las palabras golpearon fuerte.
Su amante era un arcángel, uno de los Diez de la Cátedra. El único ser que podría
matar a un arcángel era otro arcángel.
Elena no tenía ninguna posibilidad y nunca la tuvo. Sin embargo, lucharon juntos,
volaron juntos, lucharon contra los renacidos juntos, enviaron a Lijuan al infierno
juntos.
Me siento tonta ahora. ̶ Y la luz en el interior, como si las burbujas que había
estallado Maggie estuvieran en sus venas.
¿Podemos olvidar que esto sucedió alguna vez?
Su sonrisa era el amanecer en el horizonte... Amanecer bordeado de escarcha. La
pura violencia de su nuevo poder le partió la piel de oro cuando la besó.
Ella lo rodeó con los brazos y tomó el hielo, tomó el rayo, lo tomó. Y cuando llegaron
a los cielos nocturnos sobre Manhattan, ella no sintió ni un toque de frío, Rafael uso
su poder para protegerlos del mundo y protegerla con su calor.

Sobrevolaron una ciudad de acero, luz y color, y salieron al océano más allá. ̶
Apenas tengo ropa interior que me quede bien, ̶ murmuró contra su boca cuando
incineró su camisola y bragas antes de que pudieran caer al océano. ̶ No dejes que
esto se te suba a la cabeza, pero eres tan sexy que, en este momento, ni siquiera
me importa.
El arcángel que la sostenía era letal, sin comparación... y su sonrisa cerró los dedos
alrededor de su corazón y la dejó sin aliento. Su beso fue crudo calor y demanda
furiosa, la mano con la que recorrió su cuerpo, áspera con posesividad y caliente
con necesidad.
Un brazo musculoso la mantenía encerrada en él mientras él apretó su pecho con el
otro.
El cuerpo entero de Elena se apretó. No sentía miedo, incluso muy por encima del
Atlántico; Rafael nunca la dejaría caer. Se besaron, se tocaron, se probaron, su piel
se calentó de la fricción. El aliento llegando en pulsos duros, Rafael dijo:
¿Buceamos?
Vamos.
Los inclinó hacia abajo... y dobló sus alas, convirtiéndose en una flecha que se
dirigió hacia el agua. Elena gritó y se rio... luego jadeó maravillada mientras
chocaban con el océano encerrados en un escudo protector vivo como un
relámpago. Las piernas se envolvieron alrededor de Rafael mientras flotaban hacia
abajo y hacia abajo en la oscuridad insondable, se sentía salvaje, viva y real.
Rafael le pasó las uñas por la espalda.
Ella se estremeció con fuerza. ̶ Las sensaciones han vuelto. ̶ De una caricia íntima
en sus alas, de contacto, permitiría que solo uno estuviera en este mundo.
Una mano yendo a su nuca, la otra repitiendo el toque. Gimiendo, ella cerró las
manos sobre los arcos de sus alas y masajeó solo la presión correcta para volverlo
loco. El beso fue todo dientes y sexo esta vez, sus cuerpos calientes y sudorosos
mientras se deslizaban uno contra el otro.
Ella se frotó contra él antes de agacharse entre sus cuerpos para cerrar su mano
alrededor del grosor de su polla. Acero rígido cubierto de seda, empujó en su mano.
Ya mojada por él, besó su camino desesperadamente por su cuello mientras
continuaba atormentándolo.
Sus alas comenzaron a brillar. Su núcleo latía.
Cuando él puso sus manos sobre sus caderas y la arrastró hacia la derecha en
posición para tomarlo, ella dio la risa ronca de una mujer que sabía que ella era
irresistible para su amante. Gimiendo cuando él la empujó, ella clavó las uñas en
su carne, rodeándolo en el primer golpe.
No se estaba conteniendo.

Era un afrodisíaco incomparable.


Si alguien hubiera podido ver a través del glamour, habrían presenciado el océano
explotar con un sol escondido.
•••
Al día siguiente, Elena tomó sus cuchillos y se dirigió a una pequeña práctica de
anillo en la parte baja de la Torre: ella no necesitaba el espacio masivo del anillo
principal. Hoy no. Era hora de que volviera al entrenamiento de fuerza y descubriera
su cuerpo actual. Podía compensar los músculos débiles y los brazos temblorosos,
pero tenía que ver si su coordinación mano ojo había sobrevivido a la crisálida.
Solo llevaba diez minutos cuando Dmitri entró vestido de pantalones de cargo
negros y una camiseta negra decorada con el logotipo descolorido de una banda de
metal.
El espacio está ocupado, ̶ dijo con el ceño fruncido. ̶ Lo reservé anoche.
Vine a ver si necesitabas ayuda. ̶ Una sonrisa. ̶ Siento pena por ti ya que estás tan
flaca y patética en este momento. Elena le dio su sonrisa más falsa. ̶ ¿Quieres
actuar como mi objetivo? Estoy segura de que mejorara mi precisión al cien por
cien.

Dmitri levantó ambas cejas, luego sonrió, lento y sensual.


¿Por qué no?
Y así comenzó la sesión de lanzamiento más loca de la vida de
Elena. Dmitri era un vampiro mortalmente rápido y sus músculos permanecieron
tambaleantes, pero resultó que su coordinación ojo mano estaba bien. Al igual que
su habilidad para permanecer de pie. Diez minutos. Veinte. Treinta.
Ella arrojó una segunda cuchilla sobre los talones de la primera, después de que él
ya había comprometido su estrategia de evasión.
Se estrelló contra el hombro de Dmitri. La empuñadura tembló por el impacto.
Ambos se congelaron por un segundo tenso y silencioso. Hasta el parche mojado en
su camiseta comenzó a extenderse. ̶ ¡Mierda! ¡Sácalo ahora mismo! Honor
cometerá un maldito asesinato conmigo. ̶ Nunca había esperado anotar un golpe tan
sólido: Dmitri era demasiado rápido, también experimentado.
Te estoy consiguiendo un poco de sangre.
Elena corrió hacia el refrigerador justo afuera del ring de entrenamiento, agarró una
botella, potente como era, la infusión de sangre debería hacer que la herida sanara
en una cuestión de minutos, Mucho antes de que Honor lo viera.

Porque una cosa era amenazar al bastardo marido de un amigo, otro muy diferente
herirlo gravemente.
La empuñadura no temblaba de esa manera a menos que la cuchilla hubiera
golpeado el hueso. Dmitri había terminado de sacar el cuchillo para entonces.
Dando la vuelta, él se lo devolvió. ̶ Es solo un rasguño. Como ser picado por un
mosquito.
Cállate y bebe esto. ̶ Ella empujó la botella en su mano.
Tal solicitud. Estoy conmovido.
Zarcillos de piel y champaña envueltos alrededor de ella, chocolate decadente
hundiéndose en sus papilas gustativas al mismo tiempo. Apretando los dientes, ella
retrocedió.
¿Juegos de aroma? ¿Quieres que te apuñale de nuevo?
Habiendo terminado la mitad de la botella, la bajó y se encogió de hombros. ̶ Yo soy
el que está sangrando. ̶ Tocó el parche mojado, que había detenido su espantosa
extensión a lo último. ̶ No más tiempo mimándote, dulce Elieanora.
Eres un imbécil, ̶ dijo más allá de la avalancha de aroma de drogas, aunque sus
labios querían levantarse. El gilipollas resultaba ser el más poderoso vampiro en el
territorio de Rafael, brutal y mortal, y él acaba de decirle que él se estaba quitando
los guantes de niño.

Como un cumplido, era muy bueno.


Mierda, ahora se lo debía. Había sido amable con ella. Era un completo horror de
pensamiento. Pero no lo suficiente como para reprimir su sonrisa. Sus manos se
cerraron sobre las empuñaduras de sus cuchillas.
¿Listo para la segunda ronda, o bubby-wubby necesita otra botella?
Los ojos oscuros brillaron, el champán giró en su cabeza y Dmitri se movió.
Sus cuchillas volaban como fuego plateado, surcando el aire con precisión letal.

23
Un mes después de la sesión ridículamente divertida con Dmitri, no es que
cualquiera de ellos lo admitiera incluso bajo pena de tortura horrible, y Elena todavía
no estaba tan musculosa como le hubiera gustado. Su peso era solo del ochenta y
cinco por ciento de su normalidad, por lo que todavía se sentía un poco insustancial,
pero ya no tenía ninguna apariencia de enfermedad.
El mojo sexual había regresado dos veces más en la semana después de la sesión
de cuchillos. Su cuerpo había dejado de fallar después del segundo impulso.
Después de eso, cualquier cosa que ella hubiera logrado, lo había hecho a través
del trabajo duro con los dientes apretados.
Cuando solicitó al Gremio regresar al servicio activo, Sara dijo: ̶ Tienes que pasar el
examen físico posterior a la lesión.
Elena habría sido insultada por cualquier otra respuesta. Losmédicos del Gremio le
dieron un estado de salud limpio, aunque las grietas de rayos todavía se extendían
sobre su cuerpo varias veces, como si una mordida del poder de Rafael se hubiera
entretejido en sus huesos, el corazón en su pecho lo suficientemente fuerte como
para manejar las energías arcángeles.

Sin embargo, su estado en el árbol taxonómico continuó dando a todos ataques.


Ella era inmortal, de eso no había duda. No era casi inmortal como un vampiro, ni un
bebé inmortal como había sido antes de la crisálida, sino el equivalente a un ángel
adulto de alrededor de trescientos años.
Excepto que ella no era un ángel. Su ADN era claramente extraño y las únicas alas
de ella eran un fantasma que la atormentaba con lo reales que se sentían. A veces,
tenía que mirarse en un espejo, para confirmar que no tenía nada en la espalda, ni
arcos graciosos, sin plumas de medianoche y amanecer.
Elena luchó con eso hasta que Naasir, de todas las personas, decidió hacerle una
visita.
Soy el único de mi clase, ̶ le dijo mientras se sentaba al borde del balcón, sus pies
colgando sobre él y la plata metálica de su cabello entrecortado y golpeando contra
la rica oscuridad de su piel, el tono dorado que le recordaba a un abrigo de
leopardo.
Elena lo inmovilizó con la mirada entrecerrada. ̶ Cuéntame más sobre tu tipo único.
Soy toda oídos.
Naasir echó la cabeza hacia atrás y se echó a reír, una hermosa criatura salvaje a la
que le encantaba jugar este juego con ella. Le había prohibido a Rafael que le
respondiera la pregunta, al contarle los orígenes de Naasir o dónde encajaba en un
mundo de ángeles, vampiros y mortales; este era un misterio que ella resolvería por
sí misma.
Naasir se inclinó cerca, la plata metálica de sus ojos no era humana, y susurró: ̶ A
veces tengo la piel de un tigre.
Extendió el brazo y, cuando ella observó, su piel se volvió a rayas.
Jadeando, ella lo agarró del brazo sin pensar. Ella y Naasir no eran cercanos como
estaba con Illium, pero él no rechazó su toque. Por el contrario, se sentó con la
paciencia y sonrisa de un felino presumido.
Vine aquí porque Jessamy me dijo que ahora también eres un ser único. ̶ La mirada
penetrante, su cabeza ladeada de una manera que no era humana, no era ángel, no
era vampiro.
Antes estaba solo. Luego encontré a mi familia.
Ella sabía que él estaba hablando de Dmitri y Rafael y todos los demás. Siete.
Entonces encontré a Andi. ̶ Pura delicia al pensar en su compañera. ̶ Yo soy ser
único, pero no estoy solo. Tú no estás sola.
No, ella no estaba sola. Y ella era profunda y ferozmente amada. ̶ Gracias, ̶ ella dijo
a la criatura salvaje que había recorrido un largo camino porque la conocía y sabía
que lo necesitaba. ̶ ¿Te quedarás?
Solo hoy. ̶ Una sonrisa que era todo dientes. ̶ Iré a casa por la frontera India-China.
El silencio actual hace que mi pelaje se levante de la manera incorrecta: huelo la
construcción de la oscuridad. Espiaré por Jason.
Sí, también tengo esa sensación de picazón. ̶ Como si un volcán se estuviera
preparando para golpear, pero ninguno de los arcángeles o sus jefes espías había
encontrado nada de notar. Incluso las desapariciones inexplicadas en China se
habían detenido. Aparte de las tormentas de hielo, los disturbios geotérmicos, las
inundaciones y los enjambres de avispas.
El mundo estaba en paz.
Pero como Caliane había señalado: El ojo de la tormenta siempre está en calma.
Todos esperaban que los vientos de tormenta golpearan nuevamente.
Despidió a Naasir solo unas horas después, luego se volvió hacia su arcángel. ̶
¿Alguna noticia?
Una sacudida sombría de su cabeza antes de tomar un beso fuerte, luego se unió a
un escuadrón de ejercicio de entrenamiento. Estaba dedicando todo su tiempo libre
a ayudar a su gente a hacerse más fuerte, más preparados para lo que sea que
estuviera a punto de golpear. Elena, por su parte, luchaba contra vampiros y
ángeles fuertes todos los días: Rafael incluido, así como recoger cazas locales.
Era bueno salir, probar su cuerpo en el mundo real, agregando otra capa de fuerza.
Ella necesitaba estar lista para ponerse de pie junto a su arcángel cuando el ojo
llegara.
Una semana después de la visita de Naasir, y de que ella acabara de completar su
tercer éxito en recuperación.
Habiendo entregado el vampiro fugitivo a su ángel, Urizen, ella ahora estaba parada
en la parte superior del edificio de siete pisos propiedad del ángel y sonrió. A su
alrededor estaba un jardín que comenzaba a agacharse para el invierno, pero con
suficiente color todavía para que ella hubiera visto las enredaderas y las ramas de
los árboles desde la acera.
Urizen había estado encantado con su interés, había compartido que él
personalmente tomó cuidado del espacio.
Por favor, sube. Me reuniré contigo después de haber tratado con Ox.
¿Es ese realmente su nombre?
Peor. Él lo eligió. ̶ El ángel bajo y fornido con alas de color blanquecino cepilladas
con vetas de naranja como la puesta de sol había levantado las manos. ̶ Ahora él
trata de correr con solo diez años en su contrato, como si no entrara en el
vampirismo con sus ojos abiertos. ̶ La exasperación se transformó en fría resolución,
la crema de su tez de repente sin calidez. ̶ No disfruto castigando a mis vampiros. El
jardín será un bálsamo de bienvenida después.
Antes de entrar al mundo inmortal, Elena no había entendido que no todos los
ángeles eran crueles y despiadados.
Muchos eran como Urizen, forzados a la crueldad para controlar a los vampiros que
de otra manera salpicarían el mundo de escarlata. Porque mientras que Ox no era
un genio, era brutalmente fuerte, había venido a Elena con dientes desnudo y
manos en garras.
Un Vampiro que estaba al borde de la sed de sangre.
Con la mandíbula apretada porque había una posibilidad de que Urizen no pudiera
arrastrarlo hacia atrás, dando lugar a una orden de ejecución automática, centró su
atención en el jardín. Algunas plantas resistentes se aferraban a su follaje de otoño,
los amarillos, rojos y naranjas brillantes contra el azul del cielo despejado.
Ningún ángel volaba en ese cielo. Cualquier persona que no estuviera en servicio de
vigilancia probablemente estaba mirando el juego alado de béisbol que el escuadrón
de Illium había organizado, con Illium como árbitro. Solo jugaba si Aodhan también
jugaba.

Estaba a punto de pasar los dedos por el tronco de un árbol de cinco pies de alto
con hojas de color rojo oscuro que se desvanecían en marrón oscuro cuando
recordó que tenía que pensar "no crezcas" mientras lo hacía.
Habían pasado tres semanas desde que ella había por última vez sobrealimentado
accidentalmente un árbol, pero como estaba en un techo, decidió no arriesgarse. En
cambio, lo admiró desde lejos, recogiendo un par de hierbas de un parche de
resistentes de hojas de invierno, y trató de reducirlo, hasta que un aroma a jengibre
fresco se demoró en el aire.
Acababa de descubrir que la fuente era una pequeña planta que cubría el suelo
cuando un movimiento desde el edificio más alto a la derecha le llamó la atención.
Resultó ser un aleteo de color situado un par de apartamentos más altos que su
posición actual; lo primero que pensó fue que alguien estaba a punto de perder una
toalla que habían colgado sobre la barandilla para secar.
Entonces su cerebro juntó todas las piezas.
Elena comenzó a correr, su corazón latía en su boca. Ella sabía su voz no podía
viajar tan lejos, pero ella gritó una advertencia desesperada a quien estuviera
cuidando al niño que logró trepar por la baranda del balcón y que ahora se aferraba
a él por las yemas de sus dedos mientras sus piernas pateaban impotentes en el
aire. Tenía que estar gritando, pero nadie salió corriendo del departamento para
rescatarlo.
No había ángeles en el cielo. Urizen en el fondo de su casa. Nadie en un balcón
cercano que pudiera luchar para llegar al niño. Rafael era rápido, pero ella no tenía
idea de su ubicación actual y el niño tenía alrededor de segundos en el mejor de los
casos.
Mierda. Mierda. Mierda.
Ella tocó su mente con la de Rafael de todos modos, porque si todo salía como ella
pensaba que lo haría, tanto ella como el niño necesitarían curación. Grave curación.
¡Rafael! ¡El lugar de Urizen!
No había más tiempo.
Ella no podía volar. Pero sus huesos habían sido sentenciados como inmortales y
fuertes. Y según la historia, un inmortal de trescientos años podía sobrevivir si caía
correctamente y se aseguraba de que su cabeza no se separara de su cuello. La
decapitación sería un fastidio para su deseo de pasar la eternidad con Rafael.
Todos estos pensamientos y más pasaron por su mente en el segundo que le tomó
cruzar la mitad de la longitud del techo. El resto del tiempo, ella pasó calculando sus
probabilidades.

La distancia entre los dos edificios no era enorme. Si ella saltara en el momento
adecuado y apuntara su peso corporal perfectamente, podía ponerse en la posición
correcta para atrapar al pequeño antes de que cayera.
Rizar su cuerpo a su alrededor y sus huesos más fuertes sufrirían el impacto de la
caída.
Una de las manos del niño se deslizó de la barandilla.
Se iba a caer en cualquier momento.
El pie de Elena golpeó el borde del techo y se lanzó al aire, sus ojos nunca dejaron
al niño.
Perdió su control final justo cuando una frenética cara femenina apareció en el
balcón. Su terror hizo añicos el silencio, pero Elena apenas lo escuchó, su cuerpo
volando a través del aire. Ángulos, peso, posición, su mente de cazador lo resolvió
todo con implacable eficiencia... y un peso pequeño y chillón cayó en sus brazos, el
impulso de la captura enviándola a caer.
Joder, esto iba a doler. Malo.
Se acurrucó alrededor del cuerpo petrificado del niño mientras el aire pasaba
rápidamente sobre ellos a velocidad terminal.

24
¡Rafael! ¡El lugar de Urizen!
Rafael cambió de dirección sin dudarlo, haciendo un giro tan apretado que los
músculos de sus alas protestaron antes de que ardieran en fuego blanco y él se
moviera a velocidades que convirtieron el mundo en una mancha apenas visible.
Eso no había sido terror en la voz de Elena. Había sido la determinación acoplada
con una sensación de desesperación Él no estaba lejos de ella, pero el viaje allí se
sintió como una eternidad. Llegó al edificio de Urizen... justo a tiempo para ver a
Elena atrapar un niño que caía en sus brazos y comenzaba a descender en espiral
hacia el suelo.
Rafael voló hacia ella a la velocidad del rayo, pero sabía que no iba a lograrlo. El
peso y el ímpetu del niño la estaban haciendo caer a una velocidad catastrófica y
ella no había estado muy lejos del suelo.
Ella iba para romperse en pedazos. Pero, fuertemente acurrucada mientras estaba
alrededor del niño, ella podría salvar esa pequeña vida. Rafael sabía la elección que
ella haría si tuviera que elegir entre salvarse y salvar al niño.

El niño. Siempre el niño.


Fue a tratar de cortar debajo de ella, tratando de atraparla a ella y al niño, aunque él
sabía que el intento era inútil. Incluso las alas de fuego blanco no podían eliminar el
espacio entre
dos objetos. Su corazón gritó. ¡Elena!
Una repentina explosión de luz sobre él... y sin cuerpos ensangrentados en la calle.
Bajo como había volado, tuvo que aterrizar o estrellarse contra una pared. Cuando
levantó la vista, lo que vio lo hizo lanzarse al aire una vez más. Elena lo miraba
fijamente silencio. Incluso el niño que gritaba se había quedado en silencio,
sorprendido por el alto repentino.
Rafael. ̶ Fue un susurro. ̶ ¿Estoy levitando? Solo para aclarar, estoy bien con levitar
en lugar de ser carne picada con sabor a cazador. Ella miró hacia abajo. ̶ Uf. Incluso
si dejo de levitar ahora, este bebé estará bien y lo peor que obtendré es un tobillo
torcido.
Tierra. ̶ Su voz salió ronca. ̶ Tierra, Elena.
¿Tierra? ̶ Una ceja fruncida, una voz tensa. ̶ Arcángel, no he imaginado exactamente
nada fuera de lo de estar levitando todavía.
Respirando con calma helada a pesar de que su corazón recién regenerado era un
tambor macizo, puso su mano sobre el hombro de Elena y la empujó hacia abajo
hasta que sus pies tocaron el asfalto. La mujer que gritaba desde el balcón había
desaparecido, probablemente estaba corriendo frenéticamente por las escaleras
para llegar a su hijo.
Quien ahora estaba sonriendo a Rafael a través de una cara surcada de lágrimas,
todo ojos y cabellos oscuros, su piel marrón pálido. Extendió dos brazos regordetes
en ese momento, y Rafael lo sacó del agarre de Elena. El niño se echó a reír y trató
de alcanzar las alas delante de él.
En frente de él Elena cruzó sus brazos temblorosos. ̶ Hay gratitud por ti. Le salvo la
vida y él te aclama. Típico. ̶ Su voz tembló, sin mordisco su tono y sus pupilas
enormes.
Elena, mira por encima del hombro.
¿Mee crecieron mágicamente alas? ̶ Dijo con una sonrisa irónica antes de mirar
espalda. Ella se congeló. Su garganta se movió en un fuerte trago. Ella se giró hacia
él muy, muy
lentamente. ̶ No estaba levitando.
¡Seth! ̶ El grito desesperado de una mujer. ̶ ¡Seth!
¡Mamá! ̶ El niño se inclinó hacia su sollozante madre; él estaba sonriendo por haber
logrado agarrar las plumas de Rafael antes de que llegara su madre.
La angustiada mujer abrazó a su hijo cerca, todo su cuerpo temblaba con fuerza
suficiente para fracturarse. ̶ Gracias, gracias, gracias, ̶ dijo a través de las lágrimas. ̶
Estábamos bailando en el salón con la música y tuve que ir a la cocina para checar
el estofado. Estuve fuera por dos minutos. No sé cómo el...
¡Subí a la silla mamá! ̶ Le informó su hijo con engreimiento orgulloso.
Todos miraron hacia los asientos al aire libre en el balcón. La cara de la mujer se
volvió blanca como el hueso. ̶ Voy a tirar eso en el contenedor de basura ahora
mismo.
Limpiándose las lágrimas con el dorso de una mano, miró de Elena a Rafael,
finalmente pareció darse cuenta de quién había atrapado a su hijo. ̶ Gracias por
todo.
Me alegro de poder ayudar. ̶ La voz de Elena era más fuerte, pero Rafael vio la
rígida tensión en su cuello, la mancha oscura de sus pupilas dilatadas.
Ve, quédate con tu hijo, ̶ dijo Rafael, dando permiso a la madre del niño para correr,
él podía ver la necesidad en sus ojos. A ningún mortal adulto común le gustaba
estar cara a cara con un arcángel.
Los niños eran otra historia.
El joven Seth, sin saber que había usado una de sus vidas, así como una de su
madre, los saludó con la mano por encima del hombro de esta.

Elena esperó hasta que la pareja desapareció en el edificio antes de que ella se
acercara a Rafael. ̶ ¿Todavía esta lo que sabes sobre mi espalda? ̶ Ella susurró,
asustada de que hablar de lo imposible lo hiciera salir de la existencia.
Su arcángel asintió.
Con el aliento superficial y rápido, se atrevió a mirar por encima del hombro... para
ver sobrenaturales alas de fuego blanco eléctrico con una tormenta de rayos
dorados.
Ese rayo nebuloso, deslumbrante y vivo, pero la forma de sus alas permaneció
intacta. Ellas eran alas grandes, del mismo tamaño que había tenido antes de la
crisálida. ̶ Tócalas, ̶ ella grazno, no lista para creer que no estaba alucinando.
Tal vez se golpeó la cabeza con fuerza cuando aterrizó, ahora estaba en la...la
tierra.
Rafael hizo contacto. Elena se estremeció, la sensación se arqueó a través de sus
terminaciones nerviosas
No siento una superficie sólida. ̶ Rafael la tocó de nuevo; cuando retiró su mano,
salió cubierta de pequeños rayos que se hundieron en su piel. ̶ ¿Quieres intentar
volar?
Sí, tengo que saberlo. ̶ Al mismo tiempo, una luz brilló no muy lejos en la distancia al
mismo instante. ̶ Creo que estamos siendo paparaziados. ̶ A pesar de todo, ella se
acercó, luego extendió sus alas de tormenta. ̶ Deséame suerte. Los despegues
verticales nunca fueron mi fuerte.

Estaba a cuatro pies del suelo antes de darse cuenta de lo que había sucedido. El
pulso en su cuello se agitó, su piel estaba caliente. Hogar, Arcángel.
Volaré debajo de ti.
Ninguno de los dos tuvo que articular el motivo: Elena no tenía idea de dónde
habían venido estas alas o cuánto durarían. Pero cuando ella tomó el cielo, no sintió
miedo, solo una alegría profunda. Los acontecimientos de los últimos minutos- tan
poco tiempo - recorrieron su mente en un ciclo repetitivo.
¡No puedo creer que te haya preguntado si estaba levitando!
Gritó a Rafael una vez que estuvieron lo suficientemente arriba como para que
nadie más los escuchara.
Seré magnánimo y culparé al shock. Será un secreto silencioso entre un arcángel y
su consorte.
Riendo, barrió a la izquierda, luego de vuelta a la derecha para probar la
maniobrabilidad. Funcionan como alas de carne y hueso. Con los ojos calientes, ella
tuvo que parpadear para aclarar su visión. Me diste tu corazón, un corazón que
puede procesar violentas energías en cascada: me devolviste mis alas, Rafael.

El mar salado en su mente, enorme, frío y de Rafael. Puedo haber proporcionado la


materia prima, Cazadora del Gremio, pero fuiste tú quien tomó la decisión. Alas de
fuego y rayos podían caber en una crisálida que es demasiado pequeña.
A pesar de su desesperado deseo de volar y planear, ella fue directamente al balcón
de su Torre. Después de aterrizar a su lado, Rafael tomó su rostro y presionó el
suyo frente al de ella. Allí estaban, sin necesidad de pronunciar palabras.
Cuando entraron y bajaron al nivel de enfermería, fue para¿ toparse con Dmitri. Él la
miró y sacudió la cabeza. ̶ No abrases las paredes.
Caminando, Elena bajó la cabeza y lo besó con fuerza en los labios. ̶ Hoy, incluso
no puedes molestarme, ̶ dijo en su rostro aturdido soltándolo.
Una risa sonó desde no muy lejos por el pasillo, donde la esposa de Dmitri acababa
de salir de la oficina de Lucius. Los ojos de Honor estaban bailando. Dmitri, mientras
tanto, miraba a Elena con horror absoluto. ̶ Nunca volveremos a hablar de esto, ̶ dijo.
̶ Nunca.
Creo que podría usar un abrazo, ̶ dijo Elena a Honor.
Ustedes dos son horribles juntos y los amo a los dos. Y tus alas son un espectáculo
de ver. ̶ Con eso, Honor se acercó para consolar a su ceñudo esposo.

Mientras tanto, Rafael tenía una expresión sospechosamente suave.


Elena levantó la cabeza mientras continuaban por el pasillo.
¿Qué?
Nunca había visto esa expresión en el rostro de Dmitri en toda mi vida. Tampoco
puedo esperar para ver la expresión de tu cara cuando se sepa que besaste a
Dmitri.
Todo vale la pena. ̶ Llena de sol, destellos y malditos perritos,
Elena saltó hasta la oficina de Nisia.
La sanadora de la Torre y Keir estaban sentados en un pequeño sofá azul oscuro,
sus cabezas inclinadas sobre una pila de cuadros y notas. Un vistazo de Elena y
ellos estaban
sobre ella como una erupción, murmurando, examinando y hablando en un fluido
lenguaje que Rafael le dijo que era una variante del arameo. Fue cuando Keir
estaba a punto de tomar una lectura que sus alas que estas desaparecieron en un
silbido silencioso.
Elena trató de no entrar en pánico. ̶ Rafael, ¿cómo es mi espalda?
Tu chaqueta de cuero cuenta con dos aberturas en las alas con los bordes cerrados
como por el calor. ̶ Él la ayudó a quitarse la chaqueta. Después de lo cual, ella se
quitó la larga...camiseta con mangas que llevaba debajo. Girando su cuerpo hacia el
espejo que Nisia levantó, ella contuvo el aliento.
Un tatuaje familiar le cubría la espalda: un ardiente contorno de alas que ardía antes
de instalarse en una luz brillante debajo de su piel.
Tus alas siempre han estado presentes, ̶ murmuró Rafael, corriendo su dedo a lo
largo de los bordes y haciendo que sus dedos se doblaran. ̶ Al menos, el primer día
vi el tatuaje de fuego.
No sé cómo traerlas de regreso. ̶ Fue difícil respirar.
Ojos tan azules como el cielo de una montaña se encontraron con los de ella. ̶
¿Recuerdas cómo aprendiste a volar?
Me empujaste por un acantilado.
Nisia extendió una palma. ̶ Espera, solo espera.
No estoy seguro de que esa sea la mejor idea, ̶ comenzó Keir, pero Elena ya estaba
poniéndose la ropa de nuevo.
Con una alarma grave que marcaba sus rostros, los sanadores se apresuraron tras
Elena y Rafael mientras ella y su arcángel salieron al balcón. Cuando vio que las
alas grises de la Legión llenaban el aire, supo que Rafael los había llamado. Su
equipo personal de captura. Ella caminó hasta el borde. ̶ Estoy lista.

Sin dudas, sin preguntas; el amor de su vida la empujó a una caída mortal antes de
deslizarse hacia abajo y debajo de ella con los brazos abiertos, listo para parar su
caída.
Elena no entró en pánico, solo pensó en sus alas. Su cuerpo seguía acelerando. Y
acelerando. Mierda. Estaba a punto de estrellarse directamente contra su arcángel.
¡Necesito alas ahora!
Una llave inglesa a su espalda. Un alto brusco.
¡Si, mierda, hah! ̶ Ella se lanzó directamente hacia Rafael, riendo, y jugando como
niños salvajes alados. La Legión barrió y voló a su alrededor, sus voces en la
cabeza de Elena.
No hemos visto esto.
No sabíamos.
La crisálida no era demasiado pequeña para esto.
Eres nueva, Elena.
Somos nuevos
Estamos... feliz.

25
El tono de Caliane era helado cuando llamó a Rafael esa noche. ̶ Tú no tenías que
mantener en secreto las alas de relámpago de tu consorte. ̶ Sus ojos eran del
mismo tono que el suyo y en ese instante, eran hielo ártico. ̶ Yo no soy el enemigo.
No, madre, no lo eres. ̶ Ella había luchado por él desde su regreso. Al mismo
tiempo, ella había sido una vez un arcángel loco que lo había dejado para morir en
un campo olvidado, sus rubíes de sangre sobre la verde hierba verde.
Rafael no podía olvidar, vio ambos lados de ella. Y entonces, eligió sus palabras con
cuidado. ̶ No deseábamos hablar de eso hasta que supiéramos todo lo que había
que saber sobre el nuevo estado físico de Elena. Lamentablemente, un accidente
con un niño alteró la línea de tiempo.
Ya veo. ̶ El más mínimo deshielo. ̶ Aceptaré eso como la decisión de un guerrero de
no exponer su fuerza a todo el mundo mientras es naciente. ̶ Una ceja levantada. ̶
¿Dónde está tu consorte?
Justo aquí, Lady Caliane. ̶ Entrando en el marco, Elena inclinó la cabeza solo lo
suficiente como para ser cortés sin llamar a su propia condición de consorte de
Rafael en la pregunta.
¿Te gustaría ver mis alas más de cerca?
Aparentemente elogiada por la oferta, su madre asintió.
Las alas de Elena brotaron de su espalda en un destello de relámpagos eléctricos,
una oleada de tormenta apenas contenida. Ella se movió para que Caliane pudiera
obtener el
efecto completo.
Rafael rara vez había visto a su madre perdida por las palabras, pero hoy, Caliane
estaba en silencio hasta que ella dijo: ̶ Tú, hija mía, eres un ser de cambio. ̶ No fue
una acusación. ̶ Ciertamente, mi hijo nunca sufrirá monotonía contigo como su amor.
Su madre se despidió poco después.
Por supuesto que volaron esa noche.
Las alas de Elena brillaron contra el ébano del cielo. Me veo como una bombilla
gigante, ¿no? Una de esas que tienen en el centro de ciencias con todos los arcos
de electricidad en el interior.
Rafael sintió que sus mejillas se arrugaron. Eres extraordinaria. Tan
sobrenaturalmente hermosa que él sabía que cualquiera que mirara al cielo
quedaría hechizado. Sin embargo, tu carrera como espía podría estar fuera de tu
alcance.

Ella se echó a reír y siguieron volando. Ellos bailaron. Un arcángel y su consorte


enredando extremidades y cuerpos en una unión carnal que los hizo a ambos
enteros.
Fue cuando volvían a casa, su ropa perdida sobre el océano y Elena sostenida en
los brazos de Rafael para que su glamour la cubriera, que sus alas se ocultaron.
Frunciendo el ceño, se mordió el labio inferior. ̶ No puedo hacerlas volver.
Puede que te hayas esforzado demasiado.
Sí, probablemente tengas razón. ̶ Pero su rostro y cuerpo estaban tensos.
Al no poder darle respuestas sólidas, al no poder arreglar esto, tenía su poder
calcificante en los bordes de granito dentro de él, duro y cortante.
Después de llegar a casa, la envolvió en sus brazos y alas y la besó, hasta que no
existió nada más que los dos.
Sin aliento después, Elena tiró de Rafael al dormitorio. ̶ Yo creo que necesitamos la
segunda ronda de hoy.
Ellos cayeron juntos en la cama, con Elena acostada sobre el pecho de Rafael, su
ala sobre su cuerpo Ella le quitó el pelo de la cara. ̶ He complicado tu vida, ¿no,
Arcángel? Eres uno de los de la Cátedra, un ser acostumbrado a controlar...pero no
puedes hacer nada para controlar lo que me estaba pasando y eso está
devastándote.
Ella había probado la furia fría en su beso.
Me enfurece, la ira, ̶ le dijo, las líneas de su rostro impecables en su belleza
masculina y su voz, una cosa de muerte gélida.
Quiero romper el mundo.
Esa es la Cascada que te empuja. Quiere violencia, muerte, ira- con la mano en su
cabello, ella dijo: ̶ Lucha. Quédate conmigo Rafael.
Fríos ojos inmortales. ̶ No importa en quién o en qué me convierta, siempre seré
tuyo. ̶ Mientras él agarraba la parte posterior de su cabeza y la acercaba a un beso,
ella se dio cuenta de que nunca había hecho la promesa que ella había exigido.
•••
Mientras Rafael luchaba contra la rabia que quería echar raíces en su interior, su
consorte pasó los días siguientes probando sus alas, descubriendo su resistencia.
Debo ir a China, ̶ le dijo dos semanas después de que ella voló por primera vez. ̶ Es
mi turno para supervisar el territorio. Vienes conmigo.

Levantó la vista de donde estaba puliendo sus nuevos cuchillos, descalza y en


pijama, su cabello entrecortado escondido descuidadamente detrás de sus orejas. ̶
Si, Su Arcángel. ̶ Un tirón de sus labios. ̶ No puedo dejarte fuera de mi vista,
tampoco.
Rafael no estaba seguro de llegar a ese punto.
Mi resistencia no es tan alta como la tuya, ̶ agregó Elena mientras se quitaba la
parte superior de sus cueros, probablemente tendré que aterrizar en varios lugares,
pero si te atreves a establecer un solo pie en esa tierra envenenada, te dispararé.
No deseo ser infectado por lo que sea que Lijuan dejó atrás.
Desnudo hasta la cintura, pero con los pantalones y las botas todavía puestos, tomó
uno de sus cuchillos, probando el balance. ̶ Tienes un pedazo de mi corazón.
Puedes ser susceptible.
Si lo soy, lo averiguaremos mientras estás lleno de este fuego salvaje que puede
quemar el veneno. ̶ Ella deslizó una cuchilla en la vaina del muslo. ̶ Pero, la toxina
está codificada para arcángeles y soy un híbrido raro. Nunca pensé que sería una
ventaja.
Consigue un rasguño en tu cuerpo y te encerraré en un espacio de acero reforzado
para el resto de tu vida. ̶ No estaba seguro de no estar diciendo la verdad absoluta.

Levantándose, lo arrastró cerca y le dio un beso que fue lento,


profundo, desafiante. ̶ Me acabo de reponer. ̶ Otro beso. ̶ Sé que estás asustado. Yo
también.
Los arcángeles no se asustan. ̶ Pero él la besó de todos modos. ̶ Empaca un
vestido. Madre ha estado haciendo ruidos sobre un evento nocturno para celebrar
nuestro 'regreso triunfante'.
Elena gimió y golpeó la cabeza contra su esternón.
La ira y el miedo que le ataban las entrañas se suavizaron. ̶ Tu ángel favorito,
Tasha, estará presente.
Voy a conseguir devolverte eso. ̶ Una mirada fulminante.
Pero tu burla ha encontrado su marca, maldiciones sobre ti. Ahora tendré que
preparar un fabuloso vestido de noche para que Tasha pantalones calientes no
pueda parecer un ser tan hermoso y competente.
Eso, pensó, era lo que más la molestaba: Tasha era alguien que en realidad podría
gustarle a Elena si no fuera por el hecho de que Tasha había dejado en claro que
disfrutaría retomando donde lo había dejado con Rafael. Había sido una tontería de
parte de Tasha, sin posibilidad de éxito, pero significaba que Elena y Tasha nunca
serían amigas.
Montgomery sin duda ya ha armado un armario adecuado para ti. ̶ La mayor parte
de lo que su consorte llamaba su "ropa elegante" se había quemado en el infierno
del poder de Rafael. ̶ Hablando de eso, Maeve pregunta si nos gustaría la casa
reconstruida como estaba, o si queremos cambios.
Era una casa espectacular.
¿Qué tal una habitación especial para todos tus cuchillos?
Dijo en una pequeña broma entre un arcángel y su consorte, pero Elena se
encendió como una vela.
¿De Verdad? ¿No crees que es excesivo? Podría ser una habitación pequeña. Solo
con mucho espacio en la pared. ̶ Un ceño repentino. ̶ ¿Te estabas burlando de mí?
Un poco, pero ahora te construiré la mejor sala de exhibición de cuchillos que hayas
visto.
Los labios de Elena se torcieron. ̶ No olvides el lugar para mi ballesta.
Tendrá su propio podio con un foco dedicado.
Como debe ser. ̶ Pies desnudos y una amplia sonrisa, ella se puso de pie sobre sus
botas. ̶ Hablar de cuchillas me pone caliente.
¿Algún objeto más afilado en ti hoy? ̶ Murmuró contra su oreja.

Estás a salvo. ̶ Su boca estaba húmeda y suave sobre su pecho, su lengua


lamiéndolo en capas tiernas.
Su sangre se sentía tan fría a veces en estos días, pero nunca cuando estaba con
ella.
Con la mano presionada contra su corazón, ella amenazó con un mordisco
juguetón... luego se detuvo, su cabeza se ladeó levemente y unas pequeñas líneas
se encendieron en las esquinas de sus ojos. ̶ Pon tu dedo en el pulso en mi cuello.
Nunca he participado de este acto sexual desviado.
Hombre gracioso. Dedos, cuello.
Cuando él obedeció, ella dijo: ̶ Escucha. A tu pulso y al mío.
Como con la mayoría de los seres vivos, Rafael no era consciente de su pulso en el
curso de la vida cotidiana normal.
Le llevó un segundo sintonizarse con la sensación. ̶ Nuestros corazones laten a
tiempo. ̶ En perfecta sincronía.
No puede suceder todo el tiempo, o estaríamos constantemente fuera de tono con
nuestros alrededores. ̶ Un beso se presionó en su piel. ̶ Debe ser un efecto del
estado de reposo, me gusta. ̶ Los ojos que se alzaron para encontrar los suyos eran
de plata líquida, inquietantes e inmortales.
Pero su beso... era Elena. Mortal, valiente, indomable.

La Cascada no la tomaría, no la rompería. Rafael no estaba tan seguro de sí mismo.


Debido a que el frío gélido de su nuevo poder estaba filtrándose más y más en sus
células con cada día que pasaba.
Cuanto más él poseía de él, cuanto más se convertía en parte de él...mucho más
tenía que luchar para ser el Rafael de Elena.
Sin embargo, sin ese poder, no podría hacer suficiente fuego para derrotar a Lijuan.
Porque ella se levantaría en su reino de la muerte.
Cassandra lo había previsto. Y Cassandra nunca se equivocaba.
26
Volaron primera hacia Amanat, su plan era descansar la noche, luego ir a China en
la mañana. Porque Elena necesitaba conservar energía, después de que el jet de la
Torre aterrizó en un aeropuerto importante en Kagoshima, ella se subió a un
helicóptero para el resto del viaje a Amanat, mientras Rafael montaba el viento.
La luz del sol bailó del fuego de las alas de su arcángel mientras se movían por el
paisaje verde y montañoso de Kagoshima. Estaba lo suficientemente lejos como
para no ser afectado por las cuchillas del helicóptero, lo suficientemente cerca como
para responder si la nave sufría dificultades técnicas. No importaba con qué
frecuencia lo veía volar, sentía el mismo sentido de asombro posesivo: era suyo y
magnífico.
¿Quema?
Sorprendida, miró al piloto, sin estar segura de haberlo escuchado correctamente
por los auriculares. Una de las personas de Caliane que había vuelto con ella
después de que su dama se levantara de nuevo, le había dicho a Elena que había
pasado años volando aviones comerciales antes de cambiar a helicópteros. Su piel
tenía un tono tan profundo como el mejor chocolate negro y tan suave como la seda.

Era viejo, este. Lo suficientemente viejo como para que el vampirismo hubiera
comenzado a redefinir sus rasgos en una especie de belleza etérea que ningún
mortal jamás poseería. Lo extraño era que Dmitri era mayor, pero seguía tan afilado
como siempre. Entonces podría ser, que el cambio no fuera inevitable. Tal vez, cada
vampiro inconscientemente influía en la forma de sus rasgos.
Dmitri, por supuesto, siempre querría parecer un imbécil.
¿Quemar? ̶ Preguntó ella, mientras una familia de caballos salvajes corría a la
sombra del helicóptero en el suelo.
El fuego en las alas del Arcángel Rafael.
No. ̶ Eso no era un secreto. El pequeño Seth había tocado las alas de Rafael, la
vista captada por la cámara de un residente en un edificio cercano. Sin duda se
encontraría a sí mismo reflejado en el foco de la curiosidad infantil en Amanat,
también.
La amada casa de Caliane ya no era una ciudad dormida, y su gente había
comenzado a tener hijos. Los primogénitos ya serían niños pequeños. Las doncellas
convertidas en mucamas a menudo llevaban a un niño apoyado en sus caderas,
mientras que los guerreros y otros volaban bebés al cielo para calmarlos cuando no
dejaban de llorar.

La mayoría de los niños nacieron de mortales o vampiros jóvenes, pero dos ángeles
también habían dado a luz recientemente. Por lo que Elena sabía, Amanat era el
único lugar fuera del Refugio donde se podían ver niños angelicales.
Y eso fue porque era una ciudad cerrada. Las únicas personas que podían penetrar
su escudo eran los recibidos por Caliane.
Los ojos de Rafael se encontraron con los de ella en la distancia que los separaba y
él señaló hacia abajo.
Cuando siguió su mirada, encontró la banda local de monos saludando y gritándoles
desde sus perchas en el bosque fuera de Amanat. Riendo, ella saludó a cambio;
estaba segura de que la banda la reconoció y a Rafael.
Las criaturas descaradas ulularon y aplaudieron, y sin duda hicieron un escándalo.
Y allí, a lo lejos, estaba el escudo brillante que encerraba la joya de Amanat.
Brillaba, un azul teñido de rosa en la suave luz anterior al atardecer, espeluznante y
hermosa. Mirando ese símbolo de enorme poder, Elena fue golpeada por el
entendimiento, al darse cuenta de que Caliane podría hacerlo de nuevo,
simplemente desaparecer en el sueño, llevándose a su gente con ella.

El helicóptero comenzó a descender, el lugar de aterrizaje a poca distancia de


Amanat, pero no tan cerca como para que el ruido rompiera la paz de la ciudad.
Gracias, ̶ dijo Elena después de que estaban en el suelo.
¿Estás entrando a Amanat con nosotros?
Un leve ensanchamiento de los ojos del piloto antes de inclinar la cabeza y el
cuerpo tanto como su arnés lo permitiría. ̶ Sería un honor caminar junto a un
Arcángel y su consorte, pero haré un viaje de regreso. Aquí está mi pasajero ahora.
Caminando hacia donde Rafael había aterrizado había una mujer con rizos morenos
y piel perlada. Vampiro. Ningún humano tenía una piel así. ̶ Ella definitivamente no
es una de las doncellas de Caliane. No hay vestidos elegantes, ni vestidos bonitos
para esta mujer.
Estaba vestida con un traje de falda negra muy entubada combinada con tacones
rojos con púas, un teléfono inteligente a su oído, pero la verdadera diferencia estaba
en la sensación de peligro que se aferraba a ella.
Otro viejo. Mayor que Dmitri. Tan vieja que hizo que a Elena le dolieran los dientes.
Fue antes de mi tiempo, ̶ dijo el piloto, ̶ pero la leyenda dice que Celesta sí entró a la
corte de Caliane como doncella.

Nuestra sabia dama pronto se dio cuenta de que no tenía el temperamento para
ello. Está mucho mejor utilizada como cazadora.
Supongo que se quedó fuera de Amanat mientras la ciudad dormía.
Lady Caliane envió a Celesta a cazar antes de que se llevara al resto de nuestra
gente al sueño. ̶ Su mandíbula se apretó.
Ella también me envió lejos. Ella dijo que éramos fuertes y que sabía que
sobreviviríamos sin ella, me alegra haber crecido y volver a ella con las habilidades
necesarias para este nuevo mundo, pero no le permitiría que me dejará atrás de
nuevo.
Tal devoción... no era tan diferente de lo que sentía la gente de Lijuan. La piel de
Elena se erizó. No por la lealtad del piloto, sino por su renovada conciencia de cuán
hostil era China para cualquiera que se opusiera a su diosa: incluso cuando su diosa
hizo renacer los lamentos que se alimentaban de carne.
Ese pensamiento frío le heló la sangre, Elena saludó al piloto antes de que ella
saltara con la cabeza baja y corrió para unirse a Rafael. Celesta se había detenido a
su lado, se inclinaba profundamente. No había nada obsequioso al respecto; la
cazadora de Caliane logró infundir el acto con respeto sin obligarse a parecer débil.
La especia golpeó las fosas nasales de Elena, toques de canela entrelazados con
corteza, terrosos y espinosos. El aroma de Celesta era sorprendentemente intenso,
maduro de una manera que cubría detrás de la garganta de Elena. Arcángel,
¿tienes alguna idea de su edad?
Cuando era niño, Celesta me contaba historias de la primera corte de mi madre. Ya
en voz alta, dijo: ̶ ¿Por qué te inclinas ante mí, Celesta? Te recuerdo claramente
arrojándome a un estanque para refrescarme después de que me permití un
berrinche infantil.
Los labios de la cazadora se torcieron. ̶ Han pasado muchos años. Pensé que tal
vez, el arcángel en el que te has convertido no recordaría la altamente inadecuada
niñera que a veces te cuidaba.
No eres una mujer que alguien olvide. ̶ Rafael agarró el antebrazo de Celesta como
lo hizo con sus guerreros.
Con una sonrisa cada vez más profunda, la vampira se movió hacia el abrazo de
Rafael. ̶ Consorte, ̶ ella dijo después, con otra reverencia. ̶ Te doy la bienvenida a ti y
a Rafael a Amanat. Mi señora espera.
Buena caza. ̶ Elena inclinó la cabeza de la manera que Jessamy le había enseñado
que indicaba profundo respeto; ella sabía que a diferencia de Rafael, no podía
simplemente decidir el no inclinarse ante la mujer mortal, con un inmortal tan viejo,
podría ser contado como un insulto. Mejor que ella respondiera de una manera que
significara algo para Celesta.

Estúpida etiqueta angelical.


La sonrisa de respuesta de Celesta parecía genuina. ̶ Soy presuntuosa, pero me
complace que el niño salvaje que enseñé a atar su primer arco tenga una
compañera cazadora por consorte, ̶ dijo antes de continuar hacia el helicóptero.
¿Por qué no la he visto antes? ̶ La oscuridad terrosa del aroma de Celesta se aferró
al aire.
El asesino y corrector favorito de mi madre, creo que ese es el término mortal, ha
estado en la corte de Charisemnon hasta hace medio año.
El respeto de Elena por la otra mujer cayó en picada. ̶ Oh.
Celesta sabía que su dama necesitaría espías en los lugares más terribles cuando
ella despertara. ̶ Rafael tiró de un mechón del cabello de Elena. ̶ ¿Por qué crees que
ha esperado tanto tiempo para volver a casa?
El respeto ardió de nuevo, al doble de su fuerza original. ̶ Es oficial, soy una chica
enamorada. ̶ Sus ojos se volvieron hacia el helicóptero mientras despegaba. ̶ Ella
tiene bolas de acero si se incrusta en esa guarida y se queda-. Charisemnon había
causado la caída, matando a cinco de los ángeles de Nueva York. No contento con
eso, había creado un virus que infectó y mató a los vampiros.

Las alas de Rafael se agitaron en un susurro de sonido. ̶ Si eres buena, te diré


cuentos antes de dormir de Celesta y su cuchillo.
Mientras Elena se reía, una voz más vieja que la de Celesta entró en su mente. Ven
a casa, mi hijo. La esperanza era algo doloroso, porque nunca más volvería a
pensar en Amanat como en casa.
El último vínculo que lo unía a la amada ciudad de su madre se había roto mientras
yacía sangrando en un campo olvidado lejos de la civilización mientras su madre se
alejaba, con los pies ligeros sobre la hierba manchada con su sangre.
Estamos en camino, dijo en respuesta, porque como su cazadora había señalado
más de una vez, Caliane lo estaba intentando. Ella volvió cuerda. Y ella había sido
firme en su apoyo a Rafael desde entonces.
Sabía que la respuesta de su consorte a Caliane estaba coloreada por su propio
profundo dolor. Su madre nunca podría volver, nunca podría tratar de compensarla.
Y entonces su dura consorte era mucho más suave con Caliane de lo que Rafael
sería—Recordaba demasiado el dolor, recordaba la locura de Caliane así como
cientos sobre cientos de pequeñas tumbas.
Había ayudado a cavar esas tumbas.

Días pasados en una tarea que ningún ángel jamás quería hacer, los niños eran un
regalo.
En lugar de elevarse hacia el cielo con Elena, él la tomó de la mano y caminaron a
través de las hierbas ondulantes que separaban el área de aterrizaje de Amanat.
Elena pasó los dedos de su mano libre por las puntas de los pastos. ̶ Hay tanta
belleza aquí, ̶ murmuró ella. ̶ Que a veces, creo que Caliane tiene el derecho de
hacerlo, —Solo pon una burbuja alrededor de nuestra ciudad y desafía a cualquiera
que intente pasar.
Pero ella estaba sacudiendo la cabeza mientras hablaba.
Excepto qué ¿qué pasa con el resto de nuestra gente, los dispersos por todo el
territorio y el mundo? ¿Como ella han dejado tantos? ¿Fue por su locura?
Esto también era cierto, que mientras Elena era suave con Caliane, ella vio los
defectos de la madre. ̶ Me preocupo, Cazadora del Gremio, ̶ murmuró. ̶ Sobre que la
locura que se llevó a mi madre y a mi padre está en mi sangre.
Indeleblemente una parte de él. ̶ Hay indicios de que puede surgir gracias al
aumento de potencia, lo que puede darle vida durante una Cascada.
No te preocupes, Arcángel. Te dispararé entre los ojos si muestras signos de
delirios psicóticos inminentes. ̶ El lienzo casi blanco del cabello de Elena lamió con
rojo anaranjado mientras el sol poniente la acariciaba, sus ojos color plata líquido
quemándolo. ̶ Entonces te arrastraré a Keir. Si él no puede ayudar, nos pondrás a
los dos en el sueño. Encontraré una manera de hacerte volver.
Estoy muy seguro de ello. ̶ Levantando sus manos unidas, él besó sus nudillos,
mientras detrás de él sus alas se arrastraron sobre la hierba, dejando una danza de
fuego que no quemaba.
Hablo en serio. ̶ Ella pasó los dedos por su cabello y fijó su mirada en la de él. ̶ Yo
nunca te dejaría caer. Hacemos esto juntos.
Ella era una joven inmortal, sin poder en comparación con él... pero él sabía que ella
cumpliría su palabra, lo haría rendir cuentas, no dejaría que el frío de lo inmortal
pudiera ganar.
Siempre, ̶ dijo.
Un beso feroz antes de dirigir su atención al escudo a menos de cincuenta metros
lejos. ̶ ¿Debo?
Mi madre estará muy decepcionada si no lo haces.
Una sonrisa malvada. ̶ Además, quiero presumir. ̶ La luz salió de su espalda y entró
en los colores de la puesta del sol provocaban alas tan extraordinarias como su
consorte.
Elena, ya no son puro oro blanco y rayos. ̶ El color había comenzado a desangrarse
en el fuego. Negro en la espalda que se desvaneció en índigo, azul profundo y la
sombra susurrada del amanecer. Los mismos colores que las alas que se había
visto obligado a amputar para salvarla de más dolor, pero un rayo bailaba a través
de ellas ahora, violento y bello.
En lugar de mirar hacia atrás para ver el cambio, llevó los dedos de su mano a su
mandíbula. ̶ Sin melancolía.
Sobrevivimos. Y obtuve alas retráctiles de eso. No lo siento.
Yo tampoco. ̶ Si no hubiera hecho lo que había hecho, tomado las decisiones que
tomó, ella podría no haber regresado como su Elena, con sus propios recuerdos,
pensamientos y emociones. ̶ Pero nunca olvidaré cortarte las alas. ̶ Esa imagen lo
perseguiría para siempre.
Sé que fue una maldita pesadilla. ̶ Ambas manos en su rostro ahora. ̶ Pero esas alas
ya estaban muertas. Por lo que hiciste, pude convertirme en una mariposa. ̶ Ella
frunció el ceño. ̶ Está bien, apesto en las metáforas, pero entiendes lo que quiero
decir.
Eres una mariposa con alas de guerrero. ̶ La besó con fuerza, sosteniendo esa
imagen en su mente, de ella saliendo de una crisálida en un ser de belleza y fuerza.
La luz vivía bajo la piel de Elena cuando se separaron.
Por fin miró sus alas. ̶ Supongo que estos son mis colores y estoy decidida a
tenerlos. ̶ Con una mirada satisfecha en sus ojos, pasó los dedos a través de la
energía.

Fue así, ambos en llamas, que atravesaron el escudo y llegaron cara a cara con la
mujer que era la plantilla de la que había sido elegido.27
Caliane ya no era el antiguo despierto más antiguo del mundo: La Cascada había
estado revolviendo muchas cosas, incluidos los Durmientes que se habían acostado
latentes en lugares secretos por eones tras eones, pero ella era sin duda una de los
dos más poderosos.
Llevaba un vestido azul celeste con clips de pedrería en los hombros y mangas que
fluían hacia abajo en los puños bordados con cuidado delicado. Sus faldas flotaban
para cepillar la tierra, su cabello de medianoche agitaba suavemente a su espalda.
Al verla de esta manera, regia y elegante, nadie creería que ella era un ángel
guerrero. Su voz era reconocida en el mundo angelical, pero Caliane podía hacer
música con su espada también.
Las alas del blanco más puro que se inclinaban con gracia a su espalda eran
capaces de girar en fracciones de segundo y acelerar rápidamente en la batalla, y
sus pieles de combate estaban tan gastadas como las de él. Ella había sido su
primera maestra cuando se trataba de la espada.

Su madre era una mujer de muchas caras, la que le mostró hoy, era luminosa con
calidez materna. ̶ Mi hijo. Mi Rafael.
Él inclinó la cabeza y ella presionó sus labios contra su frente, sus manos sobre sus
bíceps. ̶ Mi corazón canta por abrazarte así, por verte de pie fuerte y vivo ante mí. ̶
Se volvió sin previo aviso para tomar la cara de Elena en sus manos. La mano de su
cazadora se apretó sobre la de él, su cuerpo rígido. Caliane se había ablandado
hacia la "consorte más inusual" de Rafael, pero no trataba a Elena como lo hacía
una madre con su niño.
Hoy, sin embargo, presionó sus labios contra la frente de Elena y dijo: ̶ Y tú, corazón
de mi hijo, me alegra verte volver a entrar en mi ciudad como guerrera una vez más.
̶ Ella alcanzó el cabello de Elena, pasando los mechones cortos entre sus dedos y
examinando la pequeña pluma al final de una.
No hay nada que desprecie más que aquellos que buscan ver a una mujer fuerte
caer. ̶ Con esa cortante denuncia, ella rompió el contacto. ̶ Ven, deben tener hambre
después del viaje. Partiremos el pan y te diré lo que ha estado sucediendo a través
del agua en China.
Eso suena horriblemente siniestro.
Más aún porque mi madre no es conocida por ser melodramática.

Caliane no hablaba con verdades retorcidas y mentiras misteriosas. Nosotros


sabíamos que esto no sería fácil: Lijuan no es un enemigo simple.
Siguieron a Caliane más profundamente en Amanat.
La ciudad de su madre tenía su propio microclima, cálido y templado, sin importar si
la nieve caía afuera. Las flores florecían en las ventanas y se arrastraban por las
paredes de piedra envejecida. Exuberantes hierbas crecieron contra los cimientos.
Vides verdes vibrantes se arrastraban a los lados de las casas, algunas floreciendo
con pequeñas flores. Los colores de Amanat olían a su aire.
Elena olfateó sospechosamente. ̶ Estoy en peligro de desmayarme por el aire
fresco. ¿Dónde están mis gases de escape, mi mezcla de olores de cocina, esa
loción especial?
Lo soportarás, ̶ dijo Rafael solemnemente.
No sé, es algo fuerte. ̶ Ella salió del camino, su intención en examinar una vid en
particular. No te preocupes. He practicado, no más accidentalmente poner árboles
con esteroides.
Caliane se detuvo, su expresión indulgente cuando se volvió hacia él.
¿Le construirás un nuevo invernadero?

Era su parte favorita de nuestra casa. ̶ Incluso más que sus armas, Elena apreciaba
sus plantas. Hoy, ella se alejó de la vid para decirle algo a una doncella pasajera... y
la vid comenzó a florecer. No en grandes ráfagas, sino en parpadeos pequeños y
secretos.
Caliane se quedó inmóvil, la absoluta quietud de un ser muy viejo. ̶ Más secretos,
¿Rafael? - Un escalofrío en el aire.
Rafael tomó una decisión en ese momento: cualesquiera que fuesen sus defectos,
Caliane nunca lo traicionaría y, por extensión, a Elena. ̶ No sabemos del todo
quiénes somos después de nuestro despertar.
Cosas así para alguien tan joven... ̶ La voz de Caliane era suave. ̶ Esto no está bien
hijo mío. El poder crece con la edad porque la edad nos templa, nos hace más
tranquilos, más capaz de sopesar nuestras decisiones. Lijuan es un buen ejemplo:
ganó demasiado poder demasiado rápido, se perdió dentro de él.
Rafael se preguntó qué diría su madre si él le contara sobre la tormenta fría dentro
de él, insidiosa, viciosa y hambrienta.
•••
Una hora más tarde, después de que él y Elena hubieran tenido la oportunidad de
"lavarse el polvo del camino”, se encontraron con Caliane en un frondoso patio
iluminado con velas en las profundidades de Amanat.
Una mesa cubierta con un mantel blanco crujiente y cargada de comida y bebida se
encontraba en el centro. La gente de Caliane había susurrado para dejarlos en
privacidad bajo un cielo azul aterciopelado salpicado de estrellas.
¿Recuerdas tu primer sabor de hidromiel, hijo mío?"
Rafael se encontró riendo, el recuerdo inesperadamente brillante. ̶ Un amigo y me
fui con una jarra hace mucho tiempo, cuando éramos niños en pantalones cortos, ̶
dijo a Elena ̶ Teníamos curiosidad acerca de esta bebida que no se nos permitía
tener.
Nadiel y yo encontramos a los niños profundamente dormidos en el jardín de otro
ángel. ̶ Su madre le dirigió una mirada severamente cariñosa y, por un instante, le
dolió el corazón por la familia que alguna vez habían sido. ̶ El hidromiel de ángeles
no es para los más pequeños.
Elena sonrió. ̶ ¿Aún lo ves? Tu amigo.
Tomamos un vaso juntos cada década más o menos.
Sigue siendo un sinvergüenza, ̶ dijo Caliane mientras tomaba asiento. ̶ Se ha unido
a mi corte, pero la mitad del tiempo cuando lo envío, simplemente estoy esperando
saber en qué calamidad es en la que ha entrado ahora.

Rafael se rió entre dientes, pero todas sus sonrisas se desvanecieron poco
después.
Un ángel antiguo, Caliane esperó a hablar hasta que Rafael les sirvió a todos una
copa y partieron el pan. ̶ Estoy segura de que tu sombra de alas negras ya te habrá
contado sobre los refugiados que han aterrizado en mis costas.
Jason dice que se portan bien y hacen grandes esfuerzos para mantener perfil bajo.
Es por eso por lo que les permití quedarse cuando comenzó el éxodo. Eso y porque
ninguno ocupaba altos cargos en la corte de Lijuan. ̶ Caliane tomó un trago. ̶ Sin
embargo, las cosas tomaron un giro interesante hace un mes. Un cortesano de alto
rango se mudó al amparo de la noche e hizo un tonto intento de mezclarse.
Un cortesano que no era lo suficientemente mayor como para que Lijuan la llevara a
donde sea que se haya ido, ¿o tan mayor que lo dejaron como espía?
Dices mis preguntas. ̶ En ese momento, Caliane era muy el Arcángel de Amanat y
no su madre. ̶ Invité a este vampiro a mi residencia en una ciudad a una hora al
norte de aquí. ̶ Frío, oscuro y profundo en su voz mientras agregaba: ̶ Amanat nunca
más abrirá sus puertas a ninguna de las personas de Lijuan.

¿Qué aprendiste?
Elena guardó silencio mientras Rafael y Caliane hablaban: la madre de Rafael era
antigua y no siempre predecible, y Rafael obtendría información de ella lo más
rápido. Y no era exactamente una dificultad sentarse bajo una noche gloriosa bajo el
cielo con su arcángel a su lado y su viaje al territorio venenoso de Lijuan como un
problema futuro.
He visto terror en muchas caras con el tiempo, ̶ dijo Caliane, y he visto la devoción
servil evidenciada por los cortesanos de Lijuan. Sin embargo, nunca he visto una
mezcla tan entrelazada de adoración devocional y terror escalofriante.
Ella abrió sus alas, luego las volvió a guardar, el sonido de plumas rozando una
contra la otra en un susurro apresurado.
Elena había retractado sus alas poco después de entrar en Amanat, no tenía
sentido desperdiciar energía justo cuando tenían avecinándose un peligroso viaje.
El cortesano no era débil y a menudo había estado en presencia de un Arcángel, ̶
continuó Caliane, ̶ pero se sacudió cuando habló, el sudor cayendo de ella, sus ojos
incapaces de encontrarse con los míos.
El ala de Rafael rozó el respaldo de la silla de Elena. ̶ Lo suficientemente asustada
como para irse de China, ¿pero cautivada con su amante?

Creo que ella adora su idea de Lijuan mientras está aterrorizada por la verdad de
ella. ̶ Caliane terminó su hidromiel. ̶ La finca del cortesano estaba en una región
rural.
La mayoría de las personas a su alrededor eran campesinos pobres. Ella no notó
mucho cuando comenzaron a desaparecer, especialmente porque la gran mayoría
eran mortales. ̶ No había una gran sorpresa allí. Incluso el arcángel de Elena no
siempre veía el valor de las vidas mortales.
Había recorrido un largo camino desde el momento en que se conocieron, pero
desde una perspectiva inmortal, los mortales eran luciérnagas, cosas bonitas que
brillaban intensamente un latido antes de desaparecer para siempre.
Entonces, ̶ dijo Caliane, ̶ los miembros de su propio hogar comenzaron a
desaparecer. Al principio, ella creía que se habían escapado, pero cuando unos de
sus empleados más confiables no regresaron de una caminata, ella decidió
investigar.
Un ángel se abrió camino en lo alto, vigilando las fronteras de Amanat.
Encontró aldeas fantasmas, su gente desapareció en medio de vivir sus vidas. Se
dejaron ollas en las estufas que se habían quemado, lavadas parcialmente
colgadas, jardines medio cosechados con la cosecha dejada para que se pudriera al
aire libre. Un biberón lleno y dejado de pie para acurrucarse, una bolsa de alimentos
podrida en la encimera de la cocina.

La recitación escalofriante levantó los pequeños pelos en la parte posterior del


cuello de Elena.
Diré esto a su crédito: no se volvió y corrió hacia la primera aldea. Ella fue a cinco
pueblos uno tras otro. Ella no encontró un hombre, una mujer o niño en casi todos
ellos.
Elena se enderezó e intercambió miradas con Rafael. ̶ ¿Casi todo?
En un pueblo, descubrió personas vivas tan demacradas que era como si estuvieran
hechas de polvo. Cuando intentó hablar con ellos, la mirada en blanco y continuaron
barajando sobre sus negocios. Las tareas que estaban haciendo parecían ser
repetitivas: movimientos familiares que no necesitaban aportes de sus mentes. Ella
dice que no lograban nada, pero continuaban repitiendo los movimientos.
La luz de las velas acarició la cara de Caliane. ̶ Me has hablado de cómo Lijuan se
alimentó de su gente durante la última batalla, cómo encontraste a uno de tus
Ángeles medio absorbido en las secuelas. Parece que ahora está haciendo esto
desde más allá al dormir.
Esto confirma que ella no está en un verdadero sueño. ̶ La voz de Rafael era
sombría. ̶ Ella debe haber ido lo suficientemente profundo como para que su poder
ya no sea detectable por el resto de la Cátedra, pero no tan profundo como para que
sea un largo despertar.

Ella se está saturando a sí misma, ̶ dijo Elena. ̶ En el peor de los escenarios. ̶


Muchas personas desaparecidas, todas absortas en su carne. ¿Qué podría hacer
cuando se levantara?
Los inconclusos pueden ser de un día en que se alimentó tanto que no pudo ya
terminar, ̶ dijo Rafael.
Los dedos de Elena se pusieron blancos como el hueso alrededor del tallo de su
copa. ̶ Podría haber estado en el otro extremo, Arcángel. Pruebas tempranas para
determinar cómo podría absorber y acumular poder a largo plazo.
Dos pares de ojos tan deslumbrantes como zafiros aplastados chocaron con los de
ella.
Si tienes razón, hbeebti, la guerra que se avecina será por mucho más que territorio.
Un arcángel que puede acumular fuerza de vida robada a otros... ̶ La mandíbula de
Caliane se apretó. ̶ Ella será un poder imparable y rapaz que consumirá el mundo.
El oscuro eco de la voz de Cassandra en la cabeza de Elena, antigua sin
comparación.
Diosa de la pesadilla.
Espectro sin sombra.
Ascendiendo a su Reino de la Muerte.

28
Elena y Rafael se fueron a China en la oscuridad horas antes de hacerse de día.
Los dos tomaron el avión a la frontera del territorio de Lijuan, luego salieron por la
escotilla especialmente diseñada.
Rafael fue primero, para que pudiera atraparla si sus alas no emergían, el oro
blanco brillante de sus plumas brillantes a la luz del sol del amanecer. El fuego
había comenzado a calmarse, sus alas mayormente sólidas hasta que él quisiera
que fueran de otra manera.
El aire helado pasó rápidamente por su rostro cuando cayó, la sensación de caída
libre estimulante hasta que la tormenta eléctrica de sus alas la detuvo. Doblándolas
hacia atrás, se dejó caer aún más, con Rafael a su lado.
Dougal necesitaba maniobrar el avión para su vuelo de regreso a Japón sin
preocuparse por atraparlos en su arrastre, y tenían que poder ver los detalles en el
paisaje.
A primera vista, todo pareció como debería ser: exuberantes campos verdes, casas
pequeñas con humo saliendo de las chimeneas, ángeles en el cielo. Cada uno de
esos ángeles reconocieron a Rafael cuando lo vieron. Los escuadrones que
actualmente patrullaban China habían sido creados a partir de soldados tomados de
los ejércitos de toda la Cátedra.
Incluyendo los dos Arcángeles anteriores de China.
La gran mayoría de la gente de Favashi había elegido quedarse cuando se les dio la
opción de quedarse o irse. Estaban decididos a dominar el territorio para su Señor.
La gente de Lijuan se había unido a los escuadrones por la misma razón. Tenía que
haber cierta tensión allí, pero este era tanto su hogar como lo era para las personas
de Favashi. Ayudó que todos fueran ángeles ordinarios. Lijuan se había llevado sus
mortales generales y comandantes con ella.
La densidad de población aumentó a medida que volaban hacia adentro. Pueblos
pequeños convertidos en ciudades.
Rafael, creo que debería aterrizar. Su cuerpo estaba comenzando a protestar por el
largo tramo en el aire sin descanso, pero una cosa había quedado clara hoy: su
resistencia había aumentado desde los niveles anteriores a la crisálida, al igual que
su velocidad.
En la colina en la distancia. Está lejos de cualquiera de las casas. Recuerda,
cualquier signo de enfermedad, y te levantas.
Elena hizo el aterrizaje sin problemas, luego se reabasteció de combustible y
bocadillos que llevaba en la mochila atada a la espalda. Fue diseñada para encajar
como la mochila de un ángel normal, al ras contra su columna vertebral. De lo
contrario sus alas habrían quemado a través de él, destruyendo sus suministros en
el proceso.

Rafael se quedó cerca, rodeando la ciudad al pie de la colina; Elena pudo ver gente
corriendo como hormigas. ¿Ese tipo de miedo? Venía del conocimiento de que un
arcángel tenía sus ojos en ellos, lo cual era el punto central de las patrullas de los
arcángeles: para recordar a los mortales y vampiros que la Cátedra de los Diez
tenía el país en su punto de mira.
El cielo crepitó con un rayo dorado que tuvo todo el movimiento en la aldea llegando
a un punto muerto tembloroso.
Poniendo las manos en las caderas levantó la vista. ¿Presumiendo?.
Una sola demostración puede evitar un derramamiento de sangre catastrófico.
Descansada, se puso la mochila y se fue con sorprendente facilidad. Como si
cuanto más usara estas alas, más fuertes se volvían. Extraño cuando no había
músculos involucrados, pero ella no iba a mirar la boca de ese caballo regalado en
particular.
Tengo una teoría sobre la Cascada, dijo una hora más tarde, mientras cruzaban una
gran parte de extensión de roca y pizarra deshabitada, que era inquietantemente
hermosa en su
severidad.
Estoy escuchando.
A veces suenas como un arcángel. Ella tuvo que forzar la ligereza, porque en ese
momento no había estado jugando. El borde frío y remoto había sido real, su nuevo
poder empujaba constantemente para borrar la humanidad interior en él.
Puede sorprenderte saber que, de hecho, soy un arcángel.
La risa de Elena contenía tanto alivio como diversión, porque ese había sido su
arcángel.
A veces, dijo antes de que ella pudiera responder, siento las células de tu corazón
adentro de mí. Pequeñas piezas de mortalidad que son tan débiles, tan vulnerables,
que deberían ser comidas por mi sangre inmortal y sin embargo aguantan.
Yo también te siento en mí. La energía destrozaba su piel cada vez menos, pero era
en el fondo, un zumbido constante de poder. Ese poder sabía a Rafael y tenía el frío
de la Cascada, pero, aunque podía acceder lo suficiente para curarse y volar, no
podía encontrar una garra en ella, diseñada como era para el cuerpo de un
arcángel.
Ella montó una corriente de aire sobre un campo dejado en barbecho para la
temporada, el paisaje lunar de rocas ahora detrás de ellos. Rafael barrió a su lado y
se deslizaron. Los tejados de una pequeña aldea donde nada se movía. Me estoy
asustando Arcángel.

Todos están en el campo. Mira.


Una línea de sombreros, cuerpos inclinados laboriosamente sobre un cultivo de baja
altura. El viento transmitió débiles sonidos de risa y conversación. Uf.
Cuéntame tu teoría de la Cascada.
Decidimos que no es sensible y no he cambiado de opinión al respecto, pero ¿y si
es impulsada por los pensamientos de los seres sintientes?
Rafael se inclinó para atrapar un giro, creando una estela para que ella la montara.
Ella lo hizo así hasta que acabó, luego se reunió con él a su lado. ¿Quién podría
tener tales pensamientos poderosos?
Sé que es una historia de fantasmas angelicales, pero ¿qué pasa con esos
antepasados durmiendo debajo del Refugio? Inmortales tan viejos que estaban más
allá del tiempo, inmortales que habían dormido durante el ascenso y la caída de las
civilizaciones, através del nacimiento de mortales y la creación de vampiros. Elena
incluso había escuchado susurrar que eran una subespecie diferente, una iteración
anterior del mundo angelical. Podría ser una especie de reinicio.
Si es así, lo hacen en un sueño tan profundo que son invisibles para nuestros
sentidos. El sol brillaba en las alas de Rafael mientras barría a la derecha. La idea
de un reinicio... Estamos actualmente en una época de gran turbulencia. Ya solo
tenemos nueve en la Cátedra. Si es un reinicio, ¿para qué seria?
Todavía no me he dado cuenta de eso. Elena buscó en el bolsillo de su chaqueta
por un par de pinzas para el cabello marrones lisas; su maldito pelo corto llegaba a
los ojos. Debería haber escuchado a Ransom y usar una diadema, pero Ugh, la
hicieron pensar en la tortura de la secundaria.
El mar volvió a su mente mientras recogía a los peores delincuentes. Hay otra
opción.
Dios, no estás sonando aterrador en este momento.
¿Qué pasa si los Ancestros son reales y esta Cascada es tan violenta porque están
despertando?
La garganta de Elena se secó. Eso no sería bueno, ¿verdad?
Se dice que son tan poderosos que construyeron nuestro mundo. Podrían
fácilmente destruirlo.
Bonita historia de fantasmas alegres. Gracias Cazadora del Gremio.
Rafael se echó a reír y volaron, observando todo a su alrededor y descansando
cuando Elena lo necesitaba. Este fue solo el primero de varios vuelos que estarían
haciendo en todo el país. Sin embargo, en ningún momento se quedarían en China.
El avión los dejaría en diferentes puntos del país. Volvería luego a recogerlos en el
aire.

De ser necesario, los dos pasarían la noche en los territorios que limitaban con
China, esos arcángeles habían estado de acuerdo, porque en realidad permanecer
en China, incluso con el fuego salvaje y desenfrenado en Rafael, era un riesgo
demasiado alto.
Fue cuando estaban llegando al punto lejano del cuadrante del día que sobrevolaron
un pueblo de silencio y quietud. No había gente en los campos. Ni perros jugando
con entusiasmo con los niños en las calles. No salía humo de los hogares incluso
aunque con la puesta de sol era un resplandor de rojos suaves y rosas exuberantes,
el mundo se había vuelto notablemente más frío.
Jason marcó esta aldea fantasma en su mapa de reconocimiento. Fue uno de los
primeros que la descubrió. La voz de Rafael era el mar en un día mordaz y frío,
fragmentos de hielo formándose en la superficie.
Ella abrazó la sensación, aceptando quién era y en quién estaba convirtiéndose.
Quiero aterrizar, mirar a mi alrededor. Cuando su expresión se convirtió en granito,
ella dijo, ya lo he hecho varias veces sin efectos nocivos.
Ninguno de esos momentos fue en un pueblo sin vida. El veneno de Lijuan puede
estar empapado en cada centímetro de tierra, cada metro cuadrado de cada hogar.
Rafael continuó rodeando el pueblo misteriosamente silencioso después de hacer
ese punto.

Pero Elena no había terminado. Creo que hay cosas debajo que uno de nosotros
necesita ver. El último vuelo de vigilancia de Jason sobre esta área fue
probablemente algún tiempo atrás. El maestro de espías tenía espías en toda
China, pero no podían verlo todo.
Si aterrizamos, lo hacemos juntos.
El abdomen de Elena se apretó. El veneno está dirigido a los arcángeles, le recordó,
desesperada por mantenerlo alejado de la tierra que ya había infectado a un
arcángel; Rafael le había dado todos los terribles detalles de cómo el contagio había
convertido a Favashi en un complemento de Lijuan. Tengo un ADN extraño que...
No Elena. No cedería por su tono. No podemos permitir que
Lijuan nos dicte más allá del sueño. Y si soy vulnerable a ella, debo descubrirlo
ahora, antes de que se levante en batalla.
Mierda. Ella no podía discutir exactamente eso, porque si Lijuan se hubiera vuelto
inmune al fuego salvaje, el mundo entero estaba putamente jodido. Vamos a
hacerlo.
Sus botas golpearon la tierra momentos después. El polvo se arremolinaba a su
alrededor mientras Rafael dobló sus alas hacia atrás. Elena retiró las suyas, y los
dos comenzaron a caminar por el pueblo acompañado del sonido de la nada. No
había vida. Ni incluso un pollo graznando o un grillo irritado.
Al ver una puerta abierta, Elena llamó. ̶ ¿Hola? No quiero hacerte daño ̶ gritó en un
chino mandarín muy básico que había aprendido en las semanas antes de su
partida. Principalmente saludos y frases como esta que ella hubiera pensado que
podrían ser necesarios.
Pero su nariz le dijo que intentar comunicarse era un esfuerzo vano: el abandono
tenía un olor apagado y a humedad que era imposible de confundir. Su sabor cubrió
la parte posterior de su garganta tan gruesa como el polvo que cubría todo a la
vista.
Ella caminó todo el camino adentro.
Olla carbonizada en la estufa. Parece que se dejó encendida hasta que el elemento
se quemó del todo.
La mesa está puesta en esta casa, respondió Rafael desde otra parte de la calle. La
comida en los platos se ha petrificado bajo el moho.
Los dos revisaron varios edificios, incluso un granero y un garaje donde un auto se
sentaba en bloques con el capó levantado, pero aparte de la inquietante falta de
personas y animales, no había nada inusual para ver. Ni cuerpos momificados, ni
indicios de entierros. Era como si todo el pueblo simplemente hubiera desaparecido
en un latido cardíaco único.

Despegando en silencio pensativo, las huellas de sus botas inmortalizadas en el


polvo hasta el siguiente viento giraron a la derecha. Su ruta de vuelo los llevaría a
nuevos territorios antes de que se encontraran con el jet. Debajo de ellos pasaron
más campos verdes y pueblos rurales. La luz se estaba desvaneciendo, pero aún no
había afectado la visibilidad. Fue por eso por lo que un movimiento inusual debajo
llamó la atención de Elena.
Hay algo extraño en esos aldeanos. Ella no podía distinguir los detalles por su
altitud actual, por lo que cayó más abajo. Todos se mueven como personas de
edad. Ningún pueblo tan grande estaba ocupado solo por ancianos.
Ella descendió un poco más... y el horror le revolvió el estómago. Caras encogidas y
demacradas. Cuerpos de hueso en una bolsa de piel. Movimientos aleatorios,
extremidades siendo arrastradas.
Aterrizamos. Rafael cayó primero, Elena justo detrás de él.
Los aldeanos arrastrándose no reaccionaron en absoluto.
Todos los que no eran arcángeles reaccionaban ante Rafael.
Elena captó la mirada de una mujer cercana. Sus globos oculares brillaban
húmedos en un marco de hueso hueco. La pena y la necesidad de prestar ayuda
abrumaron el bocadofrío de miedo. ̶ Estamos aquí para ayudar.

Ninguna respuesta.
Rafael, ¿hablas el dialecto de esta región?
Si. Viví en China hace dos décadas. Pero la mujer solo miraba sin expresión ante él
antes de pasar tambaleándose. Estaba empujando un carrito pequeño, del tipo de
cosa en la que podría llevar verduras u otros bienes que estaba llevando al
mercado.
No muy lejos de ellos, un hombre golpeaba con un martillo un trozo de madera,
como si estuviera construyendo algo. Excepto que había estado golpeando la
misma pieza de madera desde que aterrizaron. Estaba astillada, la uña hacía tiempo
que estaba incrustada.
Es como el cortesano le informó a mi madre: están haciendo mociones tan bien
aprendidas que son instinto. ̶ Una mirada ártica, el azul un cromo frío. ̶ Solo queda la
parte más primordial de sus mentes.
Elena luchó con la ética de lo que estaba a punto de decir, finalmente hizo la
elección. ̶ Comprueba, asegúrate. ̶ Ella le había pedido que nunca más invadiera
una mente mortal, pero ¿y si estas personas estuvieran atrapadas y gritaran por
dentro? La única persona que podría escucharlos era un arcángel.

No hay nada allí, ̶ dijo Rafael en cuestión de segundos, su expresión plana. ̶ Chispas
rotas de recuerdos que ya se están desvaneciendo. Sin sentido de personalidad. No
hay conciencia del mundo exterior o de otras criaturas vivientes.
Incluso una mente mortal muy dañada tiene un sentido de personalidad; aquí solo
hay una pizarra en blanco. Veré si otros son diferentes.
No lo fueron. Vampiro o humano, todos estaban vacíos.
Las náuseas retorcieron los intestinos de Elena. ̶ Si la Cascada hubiera ganado,
sería así, una cáscara vacía sin alma.
Tal abominación nunca hubiera caminado por el mundo.
Hubiera guardado mi promesa.
Si, lo hubiera hecho. A pesar de que lo habría destruido. Elena fue a rozar su mano
sobre su ala en una disculpa silenciosa cuando algo la golpeó. ̶ Arcángel. ̶ Sudor frío
a lo largo de su columna vertebral, los músculos de sus piernas de repente rígidos. ̶
¿Dónde están los niños?
Todos y cada uno de los esqueletos que los rodeaban eran adultos.

29
Los niños habrían sido demasiados débiles para sobrevivir a un drenaje tan
catastrófico sobre sus cuerpos, ̶ dijo Rafael con pragmatismo escalofriante. ̶ Una
pequeña misericordia que murieran antes de ser convertidos en conchas sin sentido
que habrían muerto de hambre.
Elena había dejado caer un cuchillo en su palma poco después de aterrizar, ahora
apretó los dedos a su alrededor. ̶ Ella tiene que morir, Rafael. ̶ Su voz tembló. ̶ No
me importa cómo lo hagamos. Si tenemos que hacer trampa, mentir, romper todas
las reglas del libro, pero el puto monstruo tiene que morir.
Si. Hoy, debemos reunir tanta información como sea posible.
Desvaneciéndose o no, revisaron todo el pueblo.
Nada más que momias temblorosas, un número que ya estaba al borde de la
inanición.
Agachada junto a un hombre en particular que estaba sentado en un rincón, con la
cabeza inclinada hacia un lado, Elena usó la linterna de su teléfono para alumbrarlo.
Y lo miró fijamente. ̶ Lleva el uniforme de batalla del ejército de Lijuan.
Gris con una sola franja roja en el lado izquierdo. ̶ ¿Volvió a casa para visitar en el
momento equivocado, quedó atrapado en una alimentación?
Rafael se agachó a su lado, sus alas rozaron el polvo y la suciedad del piso. ̶ No
solo un soldado. Un capitán. ̶ Señaló los puntos rojos en el cuello que se había
perdido por cómo la tela del uniforme se había arrugado sobre el cuerpo demacrado
del hombre.
Todos sus capitanes desaparecieron con ella. ̶ Nadie de mayor rango que un
teniente se había quedado atrás.
Rafael miró al hombre muerto. ̶ Un misterio en todo esto es cómo es capaz de
alimentarse a través de una gama tan amplia. Las aldeas fantasmas están
salpicadas por todas partes de China.
Un escalofrío en la nuca de Elena. ̶ ¿Crees que es un vector? se aferró a su cuchillo
como una manta de seguridad, incluso sabiendo que esta amenaza estaba más allá
de los cuchillos, las espadas, y las pistolas.
Un sacrificio voluntario enviado para anclar su enlace a este lugar. No hay
precedente para eso, pero tampoco existe un precedente para una consorte que
puede almacenar energía para su arcángel. Las reglas están cambiando.
Ninguno de los dos volvió a hablar hasta que estuvieron en el aire, las cáscaras
vacías de personas que alguna vez tuvieron sueños, esperanzas, miedos,
desaparecieron en la oscuridad del anochecer. Pero no volaron, flotando lo
suficientemente cerca el uno del otro para hablar. Se tenía que tomar una decisión.
Rafael, sin embargo, no mencionó de inmediato el destino de las personas de abajo.
Él dijo: ̶ ¿Recuerdas la gruesa capa de polvo en la aldea anterior? La única sin
signos de vida.
Difícil olvidarla. ̶ Había sido ceniza bajo sus pies, sus huellas de botas claras y
profundas desde el aire. ̶ ¿Por qué?
No creo que esos aldeanos hayan desaparecido. Creo que todavía están allí.
Elena empujó una mano empuñada contra su estómago. ̶ Oh, demonios. ̶ La bilis era
un gusto desagradable en su garganta.
¿Caminamos por los restos de la gente?
La voz de Rafael permaneció fría, pero su tono se suavizó.
En Nueva York, nosotros fuimos testigo de cómo las cáscaras se derrumbaron en
polvo después de que Lijuan terminó con ellas.
Un millón de insectos excavadores debajo de su piel, su cuerpo entero rebelándose
contra la malicia de tal borrado.
Espero que estés equivocado. Espero que todas esas personas aparezcan incluso
si es en renacidos. ̶ Sería mejor que saber que tanta gente había sido consumida
tan totalmente que todo lo que quedaba era polvo. Sin huesos, sin lápidas, sin
memoriales.

Yo sacare las cáscaras de abajo de su miseria. ̶ Los ojos de Rafael, sus alas
brillando con intención letal. ̶ De lo contrario, morirán de hambre. Será un paso
prolongado para todos, pero especialmente para los vampiros. El hambre tarda
mucho más en matar a uno de los creados.
La mano de Elena se apretó de nuevo, su mente destellando a las huellas
sangrientas que había visto más temprano en la noche. Las que había dejado un
aldeano al que se le habían destrozado los pies en algún momento y ahora
caminaba sobre hueso. ̶ ¿Hay alguna posibilidad de que puedan ser ayudados?
No, la chispa que es la vida se ha ido de sus caparazones. No conozco a nadie que
pueda traerlos de vuelta. ̶ Él le pasó la mano por el pelo. ̶ Le diré a uno de los
escuadrones que los vigile, que deje caer comida y sangre.
Elena luchó contra las dos únicas opciones. Rafael había elegido la vida para ella,
pero de nuevo recordó las huellas sangrientas. ̶ ¿Sienten dolor? ¿Podrán
alimentarse incluso si se les ofrece comida?
No sé la respuesta a la segunda pregunta, pero no sentí conciencia de dolor, es por
eso que repiten tareas incluso cuando esas tareas hacen que se formen ampollas o
de les rompan los huesos. ̶ Una mano ahuecando su mejilla, la yema de su pulgar
rozando sobre su pómulo. ̶ No llenaré tu mente con los gritos silenciosos de los
muertos. Les daremos una
oportunidad.
Los sollozos la atravesaron.
Ella no luchó contra ellos. Alguien tenía que llorar por los perdidos.
Rafael la envolvió en sus brazos, su corazón latía al ritmo del de ella.
•••
No fue hasta que estuvieron en el avión que notaron el punto negro en el dorso de la
mano de Elena. Rafael arrastró inmediatamente a su consorte a la habitación
privada en la parte de atrás para que pudiera desnudarse hasta la piel. Ella no
protestó por su examen resultante.
Solo ese, ̶ confirmó. ̶ Me encargaré de eso- con un susurro de fuego salvaje.
No, espera. Es pequeño todavía. Déjalo hasta que lleguemos a Japón. Quiero saber
si tengo alguna inmunidad. ̶ Elena presionó su mano sin marcar sobre su corazón,
sosteniéndolo a él de vuelta. ̶ También tengo zarcillos de fuegos salvajes dentro de
mí. Si me golpean en la batalla, tengo que conocer mis tolerancias.

Rafael apretó los dientes porque ella tenía razón. ̶ Solo hasta que el avión aterrice.
Convenido. Ahora desnúdate tú. ̶ Un trago fuerte. ̶ También necesito estar seguro.
Era su turno de cooperar.
Ni una sola mancha. ̶ Un beso presionó su columna vertebral, su cuerpo desnudo
sonrojado contra el suyo mientras ella lo sostenía con fuerza desesperada.
Él tomó su mano marcada. ̶ El punto es casi demasiado débil para verlo. ̶ Un "pop"
de fuego salvaje debajo de la piel de Elena incluso mientras luchaba contra el
impulso de eliminar la amenaza. ̶ Se fue.
Girándose, la besó hasta que a ninguno de ellos le quedó aliento.
30
Su primer vuelo al día siguiente fue sobre una gran ciudad.
Las cosas parecen lo que deberían.
No tengo vibraciones, dijo Elena desde donde voló a su izquierda.
Lijuan, sin embargo, no era la única amenaza. Cuando vio un grupo de vampiros en
un pequeño patio empedrado, sus ojos brillando rojos y sus colmillos brillando
mientras sus cuerpos temblaban, supo que solo tenía una opción. Porque ese
temblor, no era por el frío. Era una lujuria primitiva y abrumadora por la sangre.
El grupo comenzó a dispersarse en el instante en que sintieron la sombra de sus
alas, corriendo y agachándose y revolviéndose de una manera que confirmaba su
degeneración de seres pensantes a criaturas impulsadas solo por una insaciable
necesidad de alimentarse. Sin delicadeza, sin cuidado. Yugulares arrancadas y
cuerpos destripados.
Comenzó a quitarlos con precisión quirúrgica. Su consorte derribó a tres con su
ballesta.

Sus ojos estaban determinados cuando se encontraron con los de él después. ̶ Se


habían ido demasiado lejos para ayudarlos.
Ella asintió con la cabeza hacia el vampiro flaco que había clavado en una pared
con una ballesta atravesando su corazón. ̶ Aunque sabían que estabas cazando, no
pudieron resistir la tentación. Estaba a una pulgada de distancia de arrancarle el
estómago a una niña que pasaba y enterrar su rostro en la cavidad. ̶ Ella volvió a
cargar su ballesta con sombría eficiencia, con los ojos centrados de un cazador. ̶ No
sé por qué hacen eso. Muchos de ellos van por el estómago.
Rafael acabó con los vampiros que había golpeado; un solo toque de su poder y sus
cuerpos ardieron en un destello que solo dejó marcas de quemaduras en la pared y
en la calle. Una advertencia silenciosa para aquellos que siguieran el mismo camino
violento. ̶ Sin embargo, sientes tristeza al acabar con ellos. ̶ Había captado el
arrepentimiento bajo el foco. ̶ ¿Qué voy a hacer contigo, hbeebti?
Demasiado tarde para retroceder ahora, Arcángel. Estás en esto por la eternidad. ̶
Ella se ajustó la ballesta de nuevo. ̶ En realidad no siento pena por ellos. El
Vampirismo es una elección y tiene sus consecuencias. Es toda la situación
trastornada. Me está afectando.
Al menos nuestra estadía aquí es temporal.
Gracias a Dios.

Localizaron tres nidos más de vampiros llenos de sed de sangre en poco tiempo, los
limpiaron muy rápido. ̶ Es como si pudieras sentirlos, ̶ dijo Elena después de la
ejecución final.
Mis instintos tienden a llevarme en la dirección correcta, es un regalo que viene con
la ascensión. ̶ No solía tener motivos para usar esa habilidad, tales vampiros caían
bajo el control de Dmitri y era eficiente en organizar su captura y ejecución.
Su siguiente parada fue la fortaleza de la ciudad. No espero ningún problema aquí.
La ciudad está bajo la administración de uno de los cortesanos superiores de
Favashi.
Un cortesano que realmente trabaja, ¿no un adorno bonito?
Exactamente.
La fortaleza yacía detrás de una pared y era un palacio de exuberantes adornos y
mármol beige con rayas de bronce; Favashi había convertido la estructura en un
cuartel para que sus soldados y la Cátedra la utilizaran para sus fuerzas
combinadas.
Todos los vampiros, ángeles y mortales en los alrededores parecieron jadear
cuando Rafael aterrizó en el patio de la fortaleza, pero no sintió preocupación. Él y
Elena habían realizado una prueba al amanecer para confirmar su inmunidad al
veneno que había tomado a Favashi; habían aterrizado en una aldea fantasma y
Rafael se había cortado deliberadamente para que la ceniza pudiera entrar.
El Fuego salvaje estalló de inmediato alrededor de la herida.
Su cuerpo no permitiría que la infección entrara, y si Elena no tenía suficiente fuego
para combatir cualquier cosa que lograra aferrarse a ella, él podría darle lo que
necesitaba.
Caminando por el patio con su cazadora a su lado, fue recibido a mitad de camino
por uno de su propia gente, un ángel mayor que Dmitri había enviado a China como
parte de la contribución de Rafael a las fuerzas combinadas de la Cátedra.
Sire. ̶ Gadriel se arrodilló delante de Rafael, con la cabeza gacha. La espada en su
espalda tenía una empuñadura desgastada y vieja, pero Rafael no tenía dudas de
que la cuchilla estaba afilada.
Gadriel, ̶ dijo. ̶ Dime qué está pasando aquí. ̶ El ángel se puso de pie e inclinó la
cabeza hacia Elena antes de hablar. Sus ojos eran de un gris inquietante mezclado
con verde, su altura una pulgada debajo de la de Elena, su piel pálida con un borde
rosado y su cuerpo tenso y musculoso. ̶ Riva se ha vuelto errática durante la
semana pasada. Estaba haciendo un excelente trabajo al administrar la ciudad
antes de entonces.
¿Has enviado un informe a Jason?

Las líneas se encendieron desde las esquinas de los ojos del ángel. ̶ No, Sire.
Pensé darle a Riva un poco de margen de maniobra, aún llora la desaparición de
Favashi. No era simplemente un cortesano, sino uno de sus lugartenientes más
cercanos.
Habría hecho la misma elección. ̶ Rafael agarró a Gadriel por el hombro. ̶ Tiene
nueve mil años y no debe flaquear en sus deberes. Aun así, estos son tiempos
extraños. Háblame de sus acciones justo antes de la alteración de su
comportamiento.
Salió en su motocicleta para hacer un barrido rutinario de la ciudad, pero regresó
horas más tarde de lo que había indicado. ̶ Las alas de Gadriel eran de un marrón
oscuro con toques de bronce entretejidos en los filamentos y brillaban bajo la luz del
sol de la tarde. ̶ En ese momento, no pensé nada de eso. Todos necesitamos
tiempo a solas para quitarnos las telarañas. Especialmente aquí, con la constante
tensión de gritos bajo la superficie.
El acero y el fuego salvaje de Elena en su mente. ¿Crees que algo le pasó?
El capitán muerto en el pueblo fantasma carcome algo en mí. No sabemos cuántos
agentes tiene Lijuan en el mundo y qué puede hacer con ellos.

En voz alta, le indicó a Gadriel que los guiara a Riva.


Sire.
Elena había conocido a Gadriel una vez antes, en el Refugio.
Aunque recibió su nombre de un legendario pintor angelical reconocido por la
suntuosa sensualidad de sus obras, el ángel de ojos grises con cabello castaño
estaba un poco sofocado e incrustado en sus formas. Más importante aún, sin
embargo, era profundamente leal a Rafael. Ahora, ella observó todo a su alrededor
mientras él caminaba hacia adelante, su comentario sobre la "tensión constante por
los gritos" resonándole.
Lijuan podría haberse ido, pero el eco de su presencia permanecía en el aire. Eran
miradas en la parte posterior del cuello de Elena de personas en el patio, polvo en el
aire que sabía a muerte lejana, sensaciones eléctricas debajo de sus botas, como si
pequeños insectos intentaran penetrar las plantas y entrar en su torrente sanguíneo.
Favashi, pensó, había entrado en una situación difícil incluso antes de la infección.
Las sombras pasaron por encima justo antes de que salieran del patio y entraran a
la fortaleza, las alas de los ángeles que venían a tierra. Estaba fresco y oscuro por
dentro, las paredes de piedra alisadas por el tiempo. Elena sintió la edad del edificio
en sus huesos y cuando puso su mano contra la pared, la historia misma le habló.
Nada en Nueva York era tan viejo, tan entretejido en el tiempo. Gadriel los condujo a
unas escaleras de piedra mucho más estrechas que en los modernos edificios
angelicales, pero aún con suficiente espacio para acomodar las alas. Todos los
espacios en la ciudadela, ella llegó a ver, fueron construidos para los ángeles. Pero
no era un ángel quien se sentaba en el centro de la gran cámara a la que Gadriel los
llevó.
El vampiro, con su aroma de cardamomo aplastado con hielo y ondulado con una
espesa dulzura, se agarraba la cabeza entre las manos. Su piel era de ébano, su
cabello rizado y más oscuro que su piel.
Llevaba unos pantalones de cuero maltratados, junto con una chaqueta negra y una
camiseta de color marrón desteñido, y cuando levantó la cabeza, sus ojos
enrojecidos demostraron tener iris de un añil deslumbrante.
Elena apenas se detuvo de ir por la larga cuchilla apoyada contra su columna
vertebral. Viejo, este era viejo. Nueve mil años, había dicho Rafael, pero no era solo
la edad. Este era el tipo de poder que Dmitri tendría en otro milenio o dos. En cuanto
a esos ojos, apostaría su nuevo juego de cuchillos arrojadizos que no habían
comenzado de esa manera. Fue el vampirismo el que tomó lo que podrían haber
sido ojos azules o grises más comunes y los alteró a este tono sorprendente y
sobrenatural.

¿Por qué no era el segundo de Favashi?


El poder por sí solo no hace a un segundo, pero creo que él era su tercero.
Arcángel. ̶ Riva se puso de pie en un ruido de miembros. Su silla se derrumbó detrás
de él sobre la gruesa alfombra turca.
Enrojecido, se inclinó para recogerla.
Gadriel susurró al mismo tiempo.
Ha sido una era, Riva. ̶ Rafael extendió su brazo. ̶ Creo que por lo menos doscientos
años.
El vampiro agarró su antebrazo, pero los dos no se abrazaron como Rafael habría
hecho con Dmitri. ̶ No tanto tiempo cuando uno que ha vivido nueve mil años. ̶ La
voz de Riva era melodiosa y profunda, pero sus dedos temblaron antes de romper el
contacto.
Dime qué ha sucedido. ̶ Frío y oscuro poder, las palabras de Rafael no fueron una
petición. ̶ No sirve de nada mentir.
Puedo verlo.
Temblando, el vampiro pareció recuperarse con un esfuerzo consciente de voluntad.
No tuvo éxito: su rostro tembló antes de apretar la mandíbula, y aunque Elena no
podía ver sus manos porque él le había puesto los brazos detrás de la espalda, por
la tensión en los músculos podía notar que él se estaba agarrando la muñeca de
una de sus manos con fuerza viciosa.
Perdí tiempo. ̶ La columna de su garganta se movió. ̶ Al menos cinco horas. No
recuerdo dónde estuve o qué hice durante ese tiempo, pero cuando desperté... ̶ Su
voz se quebró.
En este momento, ̶ dijo Rafael, ̶ soy tu Señor. Habla.
Con todo su cuerpo temblando, Riva comenzó a quitarse la chaqueta.
Rafael, Elena murmuró mente a mente. ¿Debo salir? No se trataba de humillar al
tipo después de todo; nadie tan poderoso querría ser visto como débil, mucho
menos por la consorte de un arcángel.
Rafael habló directamente a Riva. ̶ Mi consorte pregunta si preferirías que ella
saliera.
Los ojos del vampiro se encendieron antes de inclinar la cabeza en una profunda
reverencia. ̶ No, ̶ dijo. ̶ Le agradezco su consideración, Consorte, pero soy
demasiado viejo para ser tímido en tales asuntos. ̶ Palabras pronunciadas con
cortes gracia y una confianza innata que le permitieron vislumbrar quién era cuando
no estaba bajo tanta tensión.

Sin chaqueta, Riva se inclinó para quitarse la camiseta, revelando un abdomen


surcado con fuerza muscular. Nada inusual en eso en un vampiro guerrero de su
edad; lo que era inusual eran las líneas negras que serpenteaban bajo su piel desde
el lado derecho de su abdomen, tan oscuras y extrañamente líquidas que golpeaban
incluso contra el rico tono de su piel.
Elena contuvo el aliento. ̶ ¿Se están moviendo? ̶ Pequeñas, incrementales piezas en
movimiento.
Con la cara torcida y las manos apretadas a los costados, las palabras de Riva eran
fragmentos de vidrio. ̶ Me decía a mí mismo que lo estaba imaginando, pero es una
mentira que ya no puedo tragar. Al principio, no eran más que arañazos.
Pensé que debía haberme caído de mi motocicleta y lastimarme. Creí que me había
golpeado la cabeza, y por eso no podía recordar las horas perdidas. ̶ Las palabras
de Riva cayeron una encima de la otra; Elena casi podía escuchar cómo se había
convencido de que no había sido nada, solo un estúpido accidente.
¿En qué lugar de la ciudad recuperaste la conciencia?
Preguntó Rafael, mientras Elena seguía observando las viscosas líneas negras, sus
dedos picaban por cortarlas. No podía sacar de su cabeza que las jodidas cosas se
estaban comiendo a Riva de adentro hacia afuera.

No en la ciudad, dos horas fuera de ella, con mi motocicleta caída en el suelo a mi


lado. ̶ Sus hombros cayeron. ̶ Sabía incluso entonces que todo estaba mal; esa área
no estaba en ningún lugar en mis planes para el día. ̶ Dolor en los ojos demasiado
brillantes para ser reales, misteriosos de una manera que significaba que nunca
sería confundido con un humano. ̶ Está claro que ya no soy apto para mis deberes.
Palabras pronunciadas directamente a Rafael. ̶ Debes reemplazarme. Gadriel es
más que competente, lo suficiente como para hacerse cargo. yo... Yo... Señor, no sé
qué hacer, a dónde ir.
Rafael levantó una mano parpadeando con fuego salvaje.
Existe el riesgo de que esto te mate. ̶ Una lejanía letal en él, hielo en su tono. ̶ El
fuego salvaje no es para vampiros. Sin embargo, puede ser lo único que pueda
matar lo que hay dentro de ti.
Riva se estremeció, pero asintió con la cabeza. ̶ Estoy listo.
Siéntate.
Un chasquido de la columna vertebral del vampiro. ̶ No puedo sentarme en tu
presencia.
Si logras permanecer consciente a través de esto, me sorprenderé mucho. Siéntate.

Riva todavía parecía incómodo, pero obedeció. Elena, mientras tanto, puso su mano
sobre el brazo de Rafael. Su piel estaba fría. Disminuye la intensidad: eso es un
fuego salvaje a nivel de ángel.
Rafael no respondió, pero el fuego se desvaneció hasta que solo le quemaron las
puntas de los dedos. Tocó con esos dedos la infección viva. Todo el cuerpo de Riva
se arqueó, sus manos apretaron los brazos de la silla y sus músculos se tensaron
mientras apretaba los dientes contra un grito. Fuego salvaje crujió sobre su piel,
quemándolo vivo. El olor a carne cocida golpeó las fosas nasales de Elena. Su
garganta se levantó.

31
Sacudiéndose hacia adelante por el deseo instintivo de ayudar, Elena extendió una
mano ... y el fuego salvaje saltó al dorso de su mano, un rayo de energía
impactante. El poder ardía sobre cada centímetro de ella, la superficie de su piel se
abría para mostrar las venas de oro antes de que se sellaran nuevamente.
Elena. ̶ La mano de Rafael sobre su nuca, acercándola.
Estoy bien. ̶ Su pecho se agitó. ̶ Fue una gran ráfaga.
Demasiado poder dentro de mí. La energía se arqueó desde su corazón hasta el de
Rafael. ̶ Él lo tomó sin efectos externos, y ella ya no se estaba ahogando con el
fuego salvaje. Aspirando tragos de aire, presionó su frente contra su pecho. ̶ Eso fue
extraño.
Como siempre, hbeebti, eres una amante del eufemismo.
¿Riva?
Inconsciente, pero vivo. ̶ Sus siguientes palabras levantaron cada vello de su
cuerpo. ̶ Menos mal que perdió el conocimiento antes de que el fuego salvaje saltara
hacia ti. De lo contrario, habría tenido que tomar sus recuerdos, y eso no siempre es
algo simple con vampiros tan viejos. Puede dejarlos con mentes quebradas
permanentemente.
Retrocediendo, Elena sostuvo una mirada tan fría como el corazón de la
medianoche, desprovista de humanidad o misericordia. ̶ Recuerda tu promesa,
Arcángel. ̶ Ella le había dicho que revisara las mentes de los aldeanos ayer; ¿Eso
había llevado a esto?
¿Me sostendrías a eso incluso por un vampiro que pertenece a otro arcángel?
Elena entrecerró los ojos. ̶ Mientras yo exista, no puedes caer en ese agujero negro
en particular. ̶ De un poder tan violento que trató de remodelar su alma. ̶ Nunca te
dejaré ser cruel o desalmado. Violar las mentes es un paso en el camino
equivocado.
El hielo brilló en su expresión. ̶ Este poder, me dice que estaría mejor sin tu
debilidad.
Elena cruzó los brazos y separó los pies. ̶ ¿Y qué piensas de eso?
Que, independientemente de lo que yo creía sobre mi control sobre este poder, esta
batalla acaba de comenzar. ̶ Ahuecó un lado de su cara con una mano helada y dijo:
̶ Seduce con su fuerza, me dan ganas de alterarme para albergarlo mejor.

Giró la cabeza y besó su palma, aunque su piel estaba entumecida por el frío. ̶ Solo
recuerda lo que le pasó a Lijuan.
¿Quieres ser Su Espeluznantidad?
Preferiría ser tu arcángel. ̶ Apartó la mano de su rostro y miró a Riva de nuevo, y
aunque fue con la mirada calculadora de un arcángel sopesando una amenaza, su
voz tenía un toque de calidez cuando habló. ̶ Riva estará bien, pero tenemos un
problema.
Elena deliberadamente apoyó su cuerpo contra el de Rafael, usando su propio calor
para calentarlo. ̶ Esta no es una simple infección.
No. Es demasiada coincidencia que haya intentado tomar al líder de esta ciudad, la
intención debe haber sido que creciera lo suficientemente fuerte como para
controlarlo. Como Favashi fue controlada.
¿Por qué no ir directamente al cerebro? ̶ Por horrible que fuera a considerar, un
gusano en el cerebro sería un atajo eficiente.
¿Demasiado problema para que terminara en la muerte?
Sugirió Rafael mientras abría su ala para curvarla a su alrededor, cálida y pesada. ̶
También es posible que lo que importa sea una masa crítica, no la ubicación de
esta.

¿Se sentía igual que la cosa en Favashi? ̶ Un arcángel y un vampiro eran dos seres
muy diferentes.
Una pausa, Rafael, distraídamente, le pasó la mano por la espalda. ̶ No. Ese veneno
está diseñado para los arcángeles; conduciría a la muerte inmediata de los ángeles
y vampiros ordinarios. Esto es algo más suave, pero siento la mano de Lijuan en él.
¿Planeas hablar con la Cátedra?
Debo hacerlo. Todos y cada uno de los individuos en una posición de poder en
China deben ser revisados para detectar signos de infección. Puedo usar fuego
salvaje para limpiarlo de sus cuerpos mientras estoy aquí, pero eso es una medida a
corto plazo. ̶ Sus siguientes palabras fueron difíciles.
Esperemos que se limite a los vampiros. Porque si los ángeles pueden controlarse
así, solo hay una opción: la aniquilación.
Debido a que, sin ninguna supervisión angelical, los vampiros de China
inevitablemente cederían a la sed de sangre. Ellos torturarían y asesinarían,
rasgarían y desgarrarían. Se convertirían en una horda que se extendería a los
territorios vecinos. La Cátedra ejecutaría a cada ser vivo en China, mancharía su
suelo de rojo permanentemente, para evitar ese resultado.
•••

Mátalo. Quema todo el territorio hasta el suelo. Charisemnon mordió las palabras,
pero incluso el Arcángel del Norte de África tenía una expresión sombría en su
hermoso rostro ante la idea de tal número de muertos.
Si tan solo fuera una opción viable, ̶ murmuró Astaad. ̶ No va a terminar con la
amenaza que representa Lijuan.
¿Y la muerte a tal escala? ̶ El sari de Neha era de un amarillo intenso con un rico
borde rosado y dorado y la seda susurraba mientras movía una mano en un fuerte
movimiento negativo.
Dejará una mancha en la eternidad.
Todos ustedes tienen mucho cuidado de no mirarme, murmuró Caliane con una voz
tranquila que contenía los ecos de cientos de niños llorando; eran fantasmas de los
muertos que su madre llevaba dentro y que los llevaría a su último sueño. ̶ Pero de
todos los que están aquí, soy la única que comprende el costo que conlleva acabar
con miles de vidas inocentes; no se me puede permitir que oculte mi conocimiento.
Era una verdad sombría. Alexander había matado en la batalla, al igual que Rafael y
muchos de los otros. Algunos de ellos habían asesinado a sangre fría, pero ninguno
había desatado una matanza a gran escala. Caliane había aniquilado a las
prósperas poblaciones de dos ciudades. Había salvado a los niños, pero sus frágiles
corazones se habían roto bajo el trauma.

La mayoría simplemente se acurrucó y murió. La raza angelical había luchado para


salvar esas pequeñas vidas humanas y fracasó. Las palmas de Rafael se curvaron
hacia adentro, su piel recordaba los callos que se habían formado al excavar
sepulcro tras sepulcro. No había sido en penitencia por el horrible crimen de su
madre. Nada podría ser penitencia suficiente para eso.
Tal acción es una carga que te perseguirá a través del tiempo.
Caliane habló sin autocompasión, con una directa franqueza.
La expiación es imposible. Los fantasmas de las vidas que tomé se han convertido
en mis sombras constantes. Los escucho en las horas grises antes del amanecer,
cuando el mundo está en silencio, y no tengo respuestas para ellos cuando me
preguntan por qué tuvieron que morir.
Los hombros de Rafael se contrajeron, su estómago se apretó. Esta era la primera
vez que escuchó a su madre hablar de su terrible acto, la primera vez que entendió
que no solo había salido cuerda después de su largo Sueño, sino con todos sus
recuerdos intactos.
En las líneas sombrías de su rostro, vio la verdad: su madre recordaba todas y cada
una de las almas que había condenado al océano despiadado. ̶ Pero lo que hice, ̶
continuó sin piedad para sí misma, ̶ palidecería en comparación con eliminar a la
gente de todo un territorio. No sobreviviríamos al peso de los muertos en nuestra
conciencia. La Cátedra caería y Lijuan se levantaría nuevamente de debajo de los
huesos de sus muertos.
Rafael se quedó de pie en un charco de silencio, las pantallas a su alrededor
mostraban caras inmóviles. Cada uno de los arcángeles había respondido
rápidamente a su pedido de una reunión de emergencia. Michaela lo había hecho
desde las profundidades de Hungría, la cara que había sido la musa de los artistas a
través de los siglos aún más nítida en su belleza. Ella había perdido peso. Donde
otros podrían parecer demacrados, ella parecía refinada hasta el núcleo.
Astaad había llamado desde una isla del Pacífico, con la piel húmeda y el pelo
azotado por el viento, y la barba de candado más áspera de lo habitual.
Él había sido el primero en hacer la conexión y habían hablado en privado durante
un minuto o dos. ̶ He tenido que limpiar esta isla de todos sus ciudadanos, mi propia
morada aquí está en proceso de desmantelamiento.
Resultó que las tranquilas aguas alrededor de la isla se habían vuelto violentas
hasta el punto de causar maremotos. Astaad ya había perdido a diez personas que
habían sido sorprendidas por la primera ola y no se arriesgaría. Neha, el arcángel
actualmente más cercano a Rafael había respondido a su solicitud desde la sala
que más solía usar para estas reuniones. Pero mientras usaba un sari y se sentaba
en un trono, su cabello no estaba en un elegante moño sino simplemente trenzado.
La trenza descansaba sobre un hombro, los hilos negros entrelazados con hilo de
cobre. Kohl le bordeaba los ojos. Titus, Alexander y Elijah habían aparecido todos
en el mismo momento.
Ahora, el contemporáneo más cercano de Caliane en la Cátedra, se agitó. ̶ Te
escucho, mi amigo.
El cabello dorado de Alexander brillaba a la luz del sol de la tarde donde estaba
parado, un general en reposo. ̶ Eliminar a China no es una opción viable a menos
que no podamos contener la propagación de este contagio. ̶ Nuevas líneas en su
cara, se volvió hacia Caliane. ̶ Si ese es el caso, no tenemos otra opción y debemos
soportar esas muertes en nuestras almas.
Si la Cátedra está de acuerdo, ̶ dijo Neha, ̶ enviaré un equipo médico para comenzar
los exámenes. ̶ Una pausa antes de que ella mirara fijamente a Rafael. ̶ Puedo
tomar el control de tu barrido aéreo para que puedas ayudar en el suelo, pero China
es actualmente tuya.
Me alegraría la ayuda. ̶ Independientemente de sus diferencias, no tenía ninguna
discusión con el compromiso de Neha con los objetivos de la Cátedra. ̶ Despejé a
los médicos de esta ciudadela y envié a la mitad de ellos a verificar el líder en la
próxima sede importante. ̶ También se aseguró de que tuvieran una escolta fuerte y
que esas escoltas estuvieran libres de infección. ̶ La otra mitad está en el proceso
de examinar a los asesores y asociados más cercanos de Riva.

Esperemos que esto no sea generalizado. ̶ Astaad acarició su barba de candado


húmeda. ̶ Dices que el vampiro contaminado desapareció por varias horas. Parece
que debe haber sido llevado a un lugar secreto para ser infectado. El contagio
puede no estar en el aire o en el suelo.
Estoy de acuerdo contigo. ̶ La infección de Riva había sido un acto intencionado.
Como solo Rafael tiene el fuego salvaje, ̶ murmuró Elijah, nuestras opciones son
limitadas.
El consenso final fue unánime: si los curanderos descubrían que el azote de Lijuan
solo había afectado a los vampiros que tenían ciudades y no a sus hermanos
angelicales, los vampiros serían eliminados. Los ángeles que permanecieran se
comprometerían a un chequeo una vez por semana como salvaguardia. Y si los
ángeles demostraran estar infectados...
Ninguno de ellos quería enfrentar eso, no hasta que fuera inevitable.
•••
Cuatro días después, y el recuento oficial de comandantes infectados era de cinco.
Todos vampiros. Después de que Rafael usara el fuego para erradicar el flagelo en
sus cuerpos, ordenó el éxodo de todos los vampiros que habían sido enviados al
territorio por la Cátedra. Eso incluía a los vampiros mayores de la corte de Favashi.

Toda la gente de Lijuan eligió quedarse y como eran de esta tierra, y ya leales a
Lijuan, sin necesidad de que ella los controlara de otras maneras, no había razón
para no permitir la decisión. Sin embargo, como precaución, cualquier vampiro en
una posición de poder fue degradado a un rango inferior.
Los ángeles ahora manejarían las ciudades, con Gadriel tomando el control de la
fortaleza de Riva.
La Cátedra también decidió acelerar su ciclo de rotación después de que Rafael
informara los signos de aumento de la sed de sangre. Se suponía que Michaela
debía seguir a Rafael: en realidad no estaba dispuesta a hacer un doble turno, ya
que no había podido hacer su última rotación. Titus había aceptado cubrirla. Antes
de eso, ella había convencido a Charisemnon para que tomara su lugar.
Rafael esperaba la llamada que recibió de ella la noche antes de que él y Elena
planearan hacer su último vuelo sobre China. Agotados por el largo día, los dos
acababan de ducharse en preparación para una comida tardía en sus habitaciones,
cuando sonó la pantalla de la sala de estar.
Elena se detuvo en medio de ponerse sus pantalones cortos de pijama para
arrojarle ropa. Se puso los pantalones de chándal sueltos y la camiseta, sellando las
hendiduras del ala con la facilidad de una larga práctica antes de responder a la
llamada, mientras su consorte permanecía fuera de la vista.

Necesito regresar a mi propio territorio, ̶ dijo en el instante en que la cara de


Michaela apareció en la pantalla. ̶ Eso no es negociable.
Elena, después de ponerse la camiseta y los pantalones cortos, comenzó a afilar
uno de sus cuchillos.
Lo sé. ̶ La rica piel marrón de Michaela tenía un brillo que hacía etérea su sensual
belleza. ̶ Esperaba que pudieras hablar con Lady Caliane en mi nombre.
Rafael no tenía tiempo para los juegos de la ex Reina de Constantinopla. ̶ Michaela,
ya estoy programado para turnos adicionales como resultado de mi ausencia y tuve
una buena excusa. No creo que mi madre vea amablemente el eludir este deber.
Michaela levantó una mano para frotarse la cara, la exuberante caída de su cabello
era una masa de color marrón oscuro y bronce con trazos de otros colores. ̶
Convencí a Charisemnon al insinuar que le permitiría poner sus manos sobre mi
cuerpo. Convencí a Titus fingiendo enfermedad, él es tan blando con esas cosas.
Hbeebti, puedo sentir la quemadura del láser que es tu mirada.
Si no cierra la sesión pronto, le diré que se pierda como el culo. Al diablo con la
etiqueta arcangelical: necesitas descansar y ella necesita hacer su trabajo.

A ti, sin embargo, ̶ murmuró Michaela, ̶ te diré la verdad.


Una sonrisa desvaída que en realidad logró parecer realmente cansada, pero Rafael
no se suavizó; Michaela era una maestra manipuladora con cien caras. ̶ Sé que no
vas a creer una palabra de lo que digo, ̶ agregó, ̶ no después de la última vez, así
que simplemente te mostraré. Y confiaré en que no lo usarás contra mí. ̶ Michaela
se levantó de su silla... y los costados de su vestido se dividieron sobre la curva
tensamente redondeada de su abdomen.
32
Oh. Mi. Dios.
La imprecación mental de Elena hizo eco de la conmoción de Rafael. No había
forma de que el Arcángel de Budapest pudiera estar fingiendo eso. No cuando el
resto de su cuerpo también evidenciaba signos de embarazo avanzado ahora que
sabía buscarlos. La agudeza en su rostro, el brillo en su piel, su ritmo de respiración
más lento y la forma en que su cabello parecía más grueso, incluso más
exuberante.
Todos eran comunes en los embarazos angelicales.
Agarrando el montículo con ambas manos, Michaela miró hacia abajo, su expresión
vulnerable en su suavidad. ̶ Ahora ves por qué no puedo hacer mi turno
programado.
Pareces estar cerca del término completo. ̶ Rafael se obligó a mantener la calma,
como si el que un arcángel estuviera embarazada no fuera un momento
extraordinario en el tiempo. La última vez que esto había sucedido, había sido su
madre.
Queda menos de un mes. ̶ Michaela volvió a tomar asiento, sus movimientos eran
difíciles de manejar de una forma que nunca antes había presenciado en la
impresionante y caprichosa mujer que había hecho arrodillar a los emperadores y
había llevado a otro arcángel a una carnicería cargada de sangre.
¿Por qué no estás en el Refugio? ̶ Los ángeles no daban a luz fuera de Medica;
Amanat era la única excepción a esa regla.
Confío en muy pocos con un regalo tan precioso. ̶ La cara de Michaela se
endureció. ̶ Keir lo sabe desde que lo supe, y él me atenderá. Incluso ahora, se
prepara para venir a Budapest. Los únicos que están actualmente en mi fortaleza
son aquellos que me permitirían cortarles el cuello si lo pidiera, nos defenderán a mí
y a mi bebé hasta el final.
¿Está el padre del bebé entre ellos?
Un movimiento de la mano que era muy de Michaela. ̶ El padre no tiene importancia.
Este es mi hijo, el hijo de un arcángel. ̶ Ella colocó su mano debajo de la pantalla y
él supuso que estaba acunando su vientre nuevamente. ̶ Sé que no me traicionarás
en esto, eres demasiado humano ahora. Nunca pensé que lo consideraría un
regalo. ̶ Ella exhaló con cuidado. ̶ Tu madre ha tenido un hijo. Confío en que ella
honrará mi verdad.
¿Por qué no hablaste directamente con Caliane? ̶ Una arcángel embarazada era
más débil de lo que alguna vez sería; si Rafael quisiera matar a Michaela, nunca
tendría una mejor oportunidad. ̶ ¿Por qué exponerme tu debilidad?
Lady Caliane me intimida. Tú, por otro lado, eres mi contemporáneo. ̶ Su sonrisa era
exuberante, profunda, llegó a sus ojos, y lo habría deslumbrado si él no hubiera sido
inmune a sus métodos de conseguir lo que ella quería. ̶ Incluso si te has negado a
ser mi amante.
Veo que el embarazo no ha alterado su personalidad ganadora.
Resiste la tentación de lanzar ese cuchillo a la pantalla, guerrera mía. Sería
incómodo explicarle eso a mi madre. ̶ ¿El niño está a salvo? ̶ Le preguntó a
Michaela.
Su máscara práctica se arrugó, su garganta se movió. ̶ Keir no ha percibido nada
extraño. No quedan restos de Uram. El niño en mi vientre está sano en todos los
sentidos y él es mío.
¿Un niño?
No podía esperar. Le pedí a Keir que lo averiguara por mí.
Su sonrisa era una luz naciente, real de una manera que no podía ser falsificada.
Guau. La voz de Elena tenía asombro. Ese tipo de belleza... Ella podría ser dueña
del mundo si dejara de tratar de manipular a todos.
Debo ser madre otra vez, Rafael. ̶ Un susurro. ̶ Por fin, mi dolor terminará. Él es mi
redención.

Hablaré con Caliane. No puedo prometer nada, ella tomará su propia decisión.
Entonces. ̶ murmuró Elena después de que Michaela terminara la llamada.
Ella nos está manipulando.
Por supuesto que lo hace, es el statu quo de Michaela. ̶ Elena jugó con un cuchillo
entre sus dedos. ̶ Pero ella también está súper embarazada.
Si Keir ha confirmado que todo está bien, entonces no tenemos que temer que esto
sea otra cosa más que un niño.
Su consorte se estremeció ante el recordatorio del último "nacimiento" de Michaela. ̶
No tengo argumentos en contra de que ella ya amé a su hijo, pero todo eso de 'mi
redención' me molesta por completo. ̶ Ella hizo una mueca. ̶ Tal vez es porque no
me gusta, cielos, ahora me siento como una mierda.
No, Elena. Siento lo mismo. ̶ Caminando hacia su balcón con ella a su lado, se
apoyó en la barandilla y contempló las flores nocturnas de Amanat. ̶ Está haciendo
esto por ella y no por el niño.
Supongo que es comprensible ya que una vez perdió a un niño.

El suave corazón de su cazadora estaba allí en cada palabra. Y ahora era de ella. El
suyo nunca había sido tan empático; qué compasión tenía, qué humanidad, eso
venía de ella.
El niño probablemente estará sobreprotegido hasta el infierno, ̶ dijo Elena, ̶ porque
no creo que Michaela lastime a su bebé.
Que yo sepa, Michaela nunca ha causado daño a un niño.
Rafael vio parpadear una luciérnaga. La lámpara oscura.
Ella no es la amenaza que me preocupa.
Deslizando su arma, Elena se apoyó contra la baranda junto a él, su cuerpo rozando
el suyo. Fue instinto extender su ala para cubrirla. Pasó los dedos sobre la sensible
superficie interna. ̶ ¿Estás preocupado por Uram?
Estoy seguro de que destruimos su fantasma persistente. ̶ El arcángel muerto de
alguna manera había logrado dejar atrás un "fantasma", un eco de energía que
había tratado de poseer a Michaela. ̶ Estoy más preocupado por si ella sufrió algún
daño permanente como resultado. ̶ Él sacudió la cabeza. ̶ Es una preocupación
tonta, los arcángeles no son tan fáciles de cicatrizar.
Sí, pero la carne podrida de 'bebé'... Nada de eso era normal, incluso para la
Cátedra. ̶ La preocupación atravesó la compasión. ̶ ¿Sabes lo que le pasó a su
primer hijo?

El bebé simplemente dejó de respirar un día. Tal cosa es extremadamente rara


entre los infantes angelicales: en toda mi vida, he oído hablar de solo dos casos, y el
infante de Michaela fue el segundo. ̶ Los recuerdos fluyeron por su mente, de un
pequeño féretro cargado de flores, del bello y severo silencio de Michaela... ̶ Es la
única vez desde que la conozco que recuerdo a Michaela como una criatura de
silencio helado. No habló durante un año después de la muerte de su bebé.
Hombre, eso es muy triste.
El amante de Michaela en ese momento, el padre del bebé fue encontrado muerto
dos días después del entierro de este. Había sido desollado vivo y luego decapitado.
Las manos de Elena se apretaron en la barandilla. ̶ ¿Michaela?
Nadie lo sabe, pero no exigió una investigación sobre el incidente, no mostró enojo,
no pareció sentir ningún dolor. Y aunque él había sido su amante durante medio
siglo, no asistió a las ceremonias que organizamos por nuestros muertos.
Elena tuvo la sensación de que nunca entendería a Michaela, no si vivía para ser
tan vieja como Caliane. ̶ ¿Un acto de dolor porque le recordaba a su bebé perdido?
¿O un chivo expiatorio por su enojo por no poder proteger a su hijo? También podría
ser que no lo hizo, sino que estaba demasiado atontada desde la primera pérdida
para procesar una segunda.
Solo Michaela sabe la verdad y nunca ha hablado de eso. Te digo esto, así
recuerdas que incluso con un niño, Michaela sigue siendo Michaela.
Creo que es difícil para mí ver su intenso amor por su bebé y separarlo de quien es
ella el resto del tiempo. ̶ Ella se encogió de hombros con un movimiento brusco.
Doblando su ala hacia atrás, le pasó la mano por la espalda.
¿Qué pasa?
Solo esta sensación extraña. ̶ Sus alas de energía explotaron.
Eso es mejor. Se sentía como si el rayo se acumulara debajo de mi piel.
Rafael jugó con el rayo que eran sus alas que ahora tenían todos los tonos de ella.
Medianoche y amanecer.
Te estás volviendo más fuerte. ̶ Había volado todo el día hoy y, sin embargo, tenía
un exceso de energía.
Una sonrisa tan brillante que Michaela nunca podría competir. ̶ Infierno caliente. Tal
vez ya no tenga que racionar mis horas de vuelo. ̶ Ella saltó a sus brazos y lo besó
en la cara, su alegría era un atractivo irresistible.
Sus labios se encontraron en la luz de la tormenta de sus alas.
•••
Después de una comida rápida, Rafael dejó a su consorte en un cerrado patio
exterior bañado por los rayos plateados de la luna. Planeaba hablar con amigos en
el Refugio, incluido un niño que la adoraba; había sido idea de ella que fuera solo a
Caliane. ̶ Sabes cómo te extraña.
Un corazón tan suave.
Rafael. ̶ La cara de Caliane floreció cuando entró en su jardín favorito. Se sentó en
un banco de piedra que daba a un estanque con agua tan inmóvil que era un
espejo. Su alegría al verlo fue una incandescencia abierta que eclipsó a la luna. El
corazón de Rafael se apretó. La misma mujer que lo había dejado roto y
ensangrentado en un campo olvidado también le había cantado cuando era niño,
canciones tan desgarradoras en su belleza que todo el Refugio se había quedado
quieto para escuchar.
También era la mujer que llevaba miles de almas muertas en su conciencia. ¿Los
oía en este espacio, callado y solitario? ¿Era por eso por lo que se sentaba tan a
menudo aquí? ¿Para escuchar las recriminaciones de los muertos? ¿Para recordar
sus caras?
Extendió su brazo. Ella lo tomó con una sonrisa de pura felicidad y permitió que él la
ayudara a ponerse de pie. Su vestido era de un blanco hielo brillante y fluía a su
alrededor como agua congelada mientras caminaban por los senderos del jardín.
Fue Rafael quien habló primero. ̶ Sé que te dolió hablar sobre el pasado a la
Cátedra.
No puedo fingir que no sucedió, que no hice algo monstruoso. ̶ El dolor se notó en
cada palabra. ̶ Debo dar testimonio de todas las vidas perdidas. ̶ Ella apretó su
antebrazo. ̶ Le pedí a Jessamy que trajera los registros aquí, para poder leer el
relato completo de lo que sucedió durante mi peor locura.
Muchos niños murieron y las dos ciudades se convirtieron en una tumba. Al final, el
horror había sido demasiado y la Cátedra de la época había arrasado las ciudades.
Hasta el día de hoy, no había nuevos edificios en esa tierra, el área ocupada por
pastos salvajes que prosperaban en el suelo arenoso cerca del océano.
¿Estás segura de que es la decisión correcta? ̶ Las historias de Jessamy podrían
empujar a Caliane hacia atrás por un borde oscuro.
Me persigue. Debo saberlo todo. ̶ Pasaron largos minutos antes de que ella dijera: ̶
No volveré a enloquecer de nuevo,
Rafael. Sé los signos ahora. Si aparecen, volveré a dormir.
Él creía en su resolución, pero también sabía que la locura tenía una forma de
comerse el pensamiento racional. Lo había presenciado de primera mano tanto en
su madre como en su padre.
A veces, ̶ murmuró Caliane, ̶ creo que Lijuan y yo no somos muy diferentes.
Si se hubiera limitado a las víctimas mortales, tal vez. ̶ Sin corazón, la Cátedra no
interfería en tales cosas en el territorio de otro arcángel. ̶ Pero ella ha logrado
infectar a un arcángel. Eso amenaza nuestra propia civilización.
¿Debería volver cuerda?
Entonces tendremos otra conversación. ̶ Rafael no creía que la cordura fuera una
posibilidad, no cuando Lijuan continuaba estirando sus brazos a través de China. La
cordura provenía de un largo sueño y ella estaba, en el mejor de los casos, en un
ligero sueño.
¿Dónde está tu consorte?
Ella pensó que necesitábamos tiempo a solas para ser madre e hijo. ̶ Lo que su
Elena daría para poder caminar a medianoche con su madre, hablar con ella una
vez más.
Ella tiene coraje, ̶ dijo Caliane. ̶ Lo veo y me alegro por ti de que tengas una
consorte así, aun cuando me preocupa cómo tu humanidad te cambia.

Rafael no respondió; había tomado su decisión y no tenía remordimientos y nunca


los tendría. Caería una y otra vez con Elena. ̶ Tengo otro asunto que discutir
contigo. ̶ Le contó el secreto de Michaela.
Respirando con dificultad, se detuvo en el camino. ̶ ¿Estás seguro? ̶ Las alas se
alinearon con luz contra el cielo nocturno, sus ojos una llama azul.
Si. Pude ponerme en contacto con Keir antes de venir a verte.
El sanador se había detenido en una estación de paso preparada para los viajeros
que pasaban por un territorio.
Michaela le había dado permiso para confirmar la noticia si tu o yo preguntábamos. ̶
Y el sanador no mentiría, por nadie. Caliane comenzó a caminar de nuevo, su mano
en la curva de su brazo. ̶ Me di cuenta de su cansancio y falta de interés en los
asuntos de la Cátedra, pero lo atribuí a un período de hastío como nos sucede a
muchos de nosotros a lo largo del tiempo. ̶ Rafael aún no lo había experimentado.
Incluso cuando comenzó a enfriarse antes de conocer a Elena, la empatía se
desvanecía en crueldad, pero todavía había estado interesado en el mundo.
¿Cubrirías el barrido de China de Michaela, madre?
Por supuesto, no puede arriesgarse a ningún tipo de infección. ¿Ella está protegida?
Un bebé es un gran drenaje para la energía de una madre arcángel. ̶ Una sonrisa,
una palmada en su antebrazo. ̶ Nunca me importó, pero tenía a Nadiel para que
cuidara de mí y de nuestro hermoso nene de cabello negro. Dices que Michaela
reclama al niño sola.
Recuerdos de un rincón distante de su pasado, de chapotear en un baño mientras
su madre se reía, de cómo lo había envuelto en una toalla y acercaba su cuerpo
mojado, despreocupada de su precioso vestido. ̶ Si, nadie ha revelado el secreto de
Michaela hasta ahora, ̶ dijo a través de la pesadez en su pecho, ̶ entonces creo que
ella tiene a las personas adecuadas a su alrededor.
Bien. Le hablaré de cosas que solo una madre arcángel puede entender. ̶ Levantó la
mano para quitarle el pelo de la frente, como si fuera un niño. ̶ Debemos ser
criaturas de poder mientras nuestros corazones están expuestos al mundo. Es
bueno que, entre nuestro tipo, matar a un niño sea un delito imperdonable. De lo
contrario, habría quemado el mundo hasta los cimientos para protegerte.
¿Te tomó mucho tiempo recuperar tu fuerza después de mi nacimiento? ̶ Había sido
muy joven cuando ella lo dejó roto y sangrando en ese campo verde. Tales
preguntas no le habían llegado entonces.
No, no tanto tiempo. El cuerpo de un arcángel se cura rápidamente. Pero de todos
modos tuve una herida, y la tengo hasta el día de hoy. ̶ La profundidad de su sonrisa
le dijo que estaba bastante contenta con eso. ̶ Siempre serás el bebé que mecí en
mis brazos. Cuando te duele, me duele. Y aun así quemaría el mundo por ti.
No, madre, no lo harás.
Una profunda quietud en ella. ̶ Temes mi locura incluso ahora.
El tiempo es una bestia alada para los mortales, pero para nosotros, es una marea
progresiva. ̶ Le llevaría siglos, más tiempo, aceptar que la cordura de Caliane estaba
aquí para quedarse. ̶ Has estado despierta por un latido del corazón.
¿Cuándo te volviste tan filosófico, mi joven Rafa? ̶ Un sobrenombre de la infancia
que no había escuchado durante un eón. ̶ Dejé atrás a un niño salvaje e impulsivo
que lucía su ira como una segunda piel, y regreso a un arcángel en control firme de
su mundo sino fuera por su fascinación con una mortal. ̶ La risa rompió su
inmovilidad. ̶ Entonces... Creo que el chico salvaje permanece en el hombre en el
que te has convertido. Todavía pellizcando las narices de los estirados y rígidos.
Por un instante, solo fueron madre e hijo. ̶ Según Elena, la mitad de la raza angelical
piensa que me he vuelto loco y están esperando para ver si recuperaré el sentido.
Hablaron de pequeñas cosas en los diez minutos que pasaron; de los recién
nacidos en Amanat, de las casas que se estaban reparando, de cómo su madre
deseaba que admitiera a una doncella vampiro en su Torre. ̶ Ella es una cosa
demasiado feroz para Amanat. Si desea regresar más tarde, la recibiré en casa,
pero creo que obligarla a quedarse aquí sería
asfixiarla.
Le pediré a Dmitri que organice un traslado.
Las siguientes palabras de Caliane fueron mucho más pensativas. ̶ Una cosa
extraña, ¿no es así? ¿Que el útero de un arcángel se vuelva fértil durante un tiempo
de cambio catastrófico? ̶ Levantó la vista hacia la luna. ̶ Creo que antes de que esto
termine, el mundo se alterará en más de un sentido.
Las palabras sostenían el anillo de una profecía, levantando los pelos en la parte
posterior del cuello de Rafael, pero se recordó a sí mismo que su madre no era una
vidente. Ella no era Cassandra, que una vez había soñado con que un mortal se
convirtiera en un ángel, luego se levantó para ver su sueño en un color vivo y
brillante.
Deliberadamente cambió de tema. ̶ Elena mencionó hoy que nunca ha visto una
imagen de Padre. ̶ Las que estaban en la antigua fortaleza de Lumia no contaban;
todas habían sido de la muerte de su padre como lo atestiguó un joven ángel
traumatizado. Pelo de fuego, ojos de fuego. Todos sus colores habían sido
sumergidos en el fuego de los ángeles que era su muerte.
La tristeza cubrió los hombros de Caliane como una capa pesada, pero
entremezclada con ella había una sonrisa empapada de amor. ̶ Mantengo mi retrato
favorito de Nadiel en mis habitaciones. ̶ Ella apretó su antebrazo. Dile a Elena que
se una a nosotros. Iremos a ver a tu padre.
33
Elena nunca había estado en las habitaciones privadas de Caliane. Rafael la recibió
afuera y le dijo que su madre estaba esperando dentro. No estaba segura de lo que
esperaba; lo que obtuvo fue sorprendente y a la vez no. El espacio era exquisito en
la forma de un ser que había vivido milenios tras milenios y podía elegir entre un
sinfín de culturas y diseños.
La paleta de colores era blanca y un dorado pálido en su mayor parte, las paredes
altas del pasillo en las que caminaba estaban cubiertas de un papel tapiz que le
quitó el aliento. Delicado y encantador, el diseño demostró estar cuidadosamente
pintado a mano.
El suelo no era de mármol brillante, sino una cálida y brillante madera de miel
pálida, las cortinas que colgaban sobre los grandes ventanales eran una muselina
blanca tan fina que era aire.
Era un espacio cálido y acogedor... hasta que llegabas a las puertas del piso al
techo que bloqueaban el camino al santuario interior de Caliane. Pesadas de hierro,
llevaban el emblema de dos espadas cruzadas. Elena se detuvo lo suficientemente
lejos como para poder ver la totalidad del bloque masivo de metal, y después de un
tiempo, comenzó a ver elementos ocultos dentro del diseño inicialmente audaz.
Cada una de las espadas, por ejemplo, era única, las empuñaduras con diseños
intrincados que no tenían nada en común y que de alguna manera eran
complementarias. ̶ La de mi padre. ̶ Rafael señaló a la derecha. ̶ La de mi madre. ̶ El
de la izquierda. ̶ Se quemó durante su muerte y ella rompió la suya en pedazos y la
arrojó al océano.
Una puñalada en el corazón de Elena. Ni siquiera podía comenzar a comprender lo
que le habría costado a Caliane ejecutar al hombre que amaba tan profundamente,
un amor que no había encontrado hasta un eón en su larga existencia.
Deliberadamente rozó su cuerpo contra el de Rafael mientras daban varios pasos
más. Oh. ̶ Casi me perdí todos los otros diseños. ̶ Piezas complejas que no tenían
sentido hasta que estabas lo suficientemente cerca como para ver los detalles.
Rafael tocó un panel en particular. ̶ Mi nacimiento.
Entonces vio al niño, acunado entre dos palmas, una masculina y otra femenina. Era
una imagen estilizada, el bebé no visible, excepto como curvas suaves y un toque
de alas en la parte posterior, pero puso los dedos en el panel y sonrió.
Finalmente, puedo ver fotos tuyas de bebé.

Ninguna risa de parte de su arcángel, sus ojos en dos paneles en lo alto de la


esquina derecha que parecían más brillantes que los demás. ̶ Esas no estaban allí
antes.
Entrecerrando los ojos, trató de ver lo que él veía... Su piel se tensó. Un resplandor
de luz. Un ángel que cae, con las alas rotas y el fuego lamiendo su cuerpo. La caída
de Nadiel. Justo debajo de eso había un panel con el cuerpo colapsado de otro
ángel, sus alas se arrugaron y su cuerpo se hizo añicos hasta que sus extremidades
se torcieron en la forma incorrecta.
El último encuentro de Rafael con Caliane antes de que despertara cuerda.
Esta es su historia, ̶ susurró, dándose cuenta de que estas puertas contenían la
eternidad de la vida de un arcángel. Incluso las piezas rotas y ensangrentadas. No
pensé que ella elegiría recordar eso. ̶ La mirada de Rafael permaneció fija en los
dos paneles dolorosos. ̶ A veces, Elena, no entiendo a mi madre.
Bueno, no me pidas consejos sobre cómo tratar con los padres. Has visto el estado
estelar de mi relación con Jeffrey.
Pero ella se inclinó hacia él y cuando él extendió su ala, movió la mano para rozar la
superficie interior. Y se congeló. ̶ Um, ¿Arcángel?
¿Mmm? ̶ Estaba mirando a otro panel.

¿Olvidaste mencionar la adquisición de plumas negras y moradas? ̶ Eso llamó su


atención. Mirando hacia abajo, vio las plumas negras que salían de la curva de sus
alas, como si crecieran de donde sus alas emergieron de su espalda. Esas plumas
de obsidiana se desvanecieron en índigo y un azul profundo antes de que el oro
blanco de sus alas se hiciera cargo. ̶ Parece que me has marcado una vez más. ̶ Él
encendió la otra ala, que tenía la cicatriz de bala. ̶ La parte inferior es la misma aquí.
Moviéndose, Elena tomó la parte superior de sus alas. ̶ No hay cambio arriba.
Muéstrame tus alas.
Una tormenta de fuego surgió de su espalda. Vio la medianoche y el amanecer de sí
misma, pero dentro de ella estaba su rayo dorado. ̶ Pensé que la mezcla solo iba en
una dirección. ̶ Él era uno de la Cátedra, mientras que ella había sido una bebé
inmortal cuando entró en la crisálida.
Parece que no. ̶ No parecía preocupado en lo más mínimo por eso, dobló sus alas. ̶
Mi madre acaba de preguntar si tenemos la intención de entrar o si estaremos aquí
todo el día.
A pesar de los constantes cambios que les ocurrían a ambos, sus hombros
temblaron ante la imitación de los tonos regios de Caliane. ̶ Compórtate. ̶ Girándose
como uno solo, empujaron a través de las puertas... a la luz de la luna.
Elena contuvo el aliento.
La sala de estar no tenía paredes opacas, excepto la que conducía más
profundamente a la suite de Caliane. El resto, techo incluido, era de cristal. Las
enredaderas se arrastraban sobre el techo, lo suficientemente gruesas como para
proporcionar sombra moteada durante el día. Debajo de las vides había sofás de
terciopelo blanco con patas curvas; los cojines del asiento tenían botones.
Ven, ̶ dijo Caliane, su rostro difícil de leer. ̶ Te llevaré a Nadiel.
Elena se puso a caminar al lado de la Anciana, mientras Rafael tomaba la
retaguardia. Caliane la condujo a través de otro conjunto de puertas hacia una
habitación grande. La iluminación aquí era suave en lugar de dura, las cortinas se
cerraban sobre las ventanas. La cama era un dosel formado por sábanas blancas
sobre blanco con las cortinas de la cama de un dorado pálido y la alfombra debajo
de los pies de un rico marrón.
Ahí. ̶ Caliane se movió para mirar la pared detrás de ellos... la pared que vería
cuando se despertara cada mañana.
Con el pecho apretado, Elena se volvió también.

El pintor había atrapado a Nadiel en un momento informal.


Estaba sin camisa, con las piernas cubiertas con la piel de un guerrero y la espada
en los muslos. Un trapo estaba arrugado en su mano derecha, y se estaba riendo,
sus ojos se volvieron hacia alguien a la izquierda del artista.
Caliane, debe haber sido Caliane. Había una intimidad potente en su risa, en sus
ojos. El artista había capturado un momento entre los amantes, tenía el talento
suficiente para poner ese momento en el lienzo.
El colibrí, ̶ murmuró, y no era una pregunta. Ella solo conocía a dos artistas
angelicales con regalos tan increíbles y Aodhan aún no había nacido cuando Nadiel
murió.
Sí. ̶ La voz de Caliane tenía una edad que presionaba los huesos de Elena. ̶ Pasó
de visita y, como siempre con Sharine, llevaba consigo su cuaderno de dibujo.
Nadiel estaba afuera limpiando sus armas, y yo me reía con él sobre algo u otro, y
Sharine estaba sentada allí dibujando y era algo tan normal que realmente no nos
dimos cuenta. Un año después, ella me dio esto.
A Elena le sorprendió oír que la misteriosa y encantadora
Colibrí era solo Sharine, una amiga, una contemporánea. Pero el retrato la fascinó
demasiado para seguir esa línea de pensamiento, para preguntar sobre la mujer que
tenía tanto talento y estaba tan quebrada.

Rafael le había dicho una vez que, si bien tenía los colores de Caliane, tenía los
huesos de Nadiel. Había vislumbrado esa verdad en los retratos del fuego de ángel
en Lumia, ahora veía la totalidad: la forma de la cara de Nadiel, el ancho de sus
hombros, la altura que podía ver incluso con Nadiel sentado, era un espejo de
Rafael.
Los ojos de tu padre eran verdes. Un asombroso verde atrapado entre el esmeralda
y la aguamarina. Tan claros que llamaban la atención incluso atrapados en la
pintura.
No sabía por qué nunca había pensado preguntar sobre el color de ojos de Nadiel.
Probablemente porque los ojos del padre de Rafael habían sido pedazos de fuego
de ángel en todas las pinturas que había visto en Lumia.
El hombre en esta pintura no estaba ardiendo de adentro hacia afuera. Estaba
bronceado y musculoso, sus mejillas arrugadas y su cabello revuelto por el viento de
un marrón exuberante que se desvaneció en oro en las puntas. En el lóbulo derecho
de su oreja brillaba un arete de ámbar y ella supo que era por la marca de Caliane.
Tenía una risa tan malvada en sus ojos. ̶ El amor era un dolor en la voz de Caliane. ̶
Lo conocí como un nuevo miembro de la Cátedra, pero eso fue lo que primero me
atrajo a él como hombre: su risa. Lo escuché en un mercado abarrotado y tenía que
saber quién era el que se reía con una felicidad tan abierta y descarada.

Un resplandor cubrió su rostro, sus ojos luminosos. ̶ También tenía travesuras en él.
Me hizo recordar a la chica que una vez fui, la mujer debajo del arcángel. ̶ Las
siguientes palabras que habló fueron en un idioma que Elena no entendió.
Cuando ella miró a Rafael, él negó con la cabeza. No conozco esta lengua, hbeebti.
Fue compartida entre mis padres en sus momentos privados y solo tengo un vago
recuerdo en mis recuerdos.
Realmente no necesito una traducción, supongo. El amor penetrante tenía un sabor,
una canción oculta dentro. Ella realmente lo extraña.
Su amor es de lo único que nunca dudé. Había crecido en los brazos de ese amor.
Incluso cuando no podían estar juntos, se escribían cartas, se enviaban pequeños
regalos, se hacían comentarios muchas veces al día sobre un pensamiento que
tenían que contarle al otro. La presencia constante de ese amor había facilitado que
Rafael estuviera separado de uno de los padres durante los períodos en que
Caliane y Nadiel tenían que separarse.
Porque dos arcángeles no podían coexistir en el mismo territorio durante un largos
período sin que sus energías condujeran a un conflicto inevitable. Que Nadiel y
Caliane lo hubieran logrado tanto como lo habían hecho era un testimonio de la
agonizante profundidad de su amor.
¿Te quedaste con los dos alternativamente?

Cuando era un bebé, me quedé con Caliane. Pero más tarde, después de haber
crecido lo suficiente como para comprender cómo debían ser las cosas, a veces iba
con mi padre y otras me quedaba con mi madre.
Viejos recuerdos despertaron en los rincones de su mente.
Madre, ¿recuerdas la vez que volví a casa sin pelo?
La tristeza de Caliane se fracturó en una cascada de risas sobresaltadas. ̶ Nadiel
tenía tanto miedo de mi ira que me envió ramos de flores en los días previos a tu
llegada.
Todavía tenía los ojos en el retrato, pero sus siguientes palabras fueron dirigidas a
Elena. ̶ Nuestro hijo de alguna manera se había metido en un cubo de alquitrán.
Nadiel logró limpiar su piel y sus alas, pero su hermoso cabello era una causa
perdida.
Elena sonrió y miró a Rafael. ̶ Estoy tratando de imaginarte como un niño y fallando,
a pesar de ese retrato de bebé en la puerta.
Te puedo mostrar. ̶ Caliane juntó las manos como si fuera una joven criada y no una
Antigua; su sonrisa era de puro deleite.
Tengo retratos.
Madre.
Pero tanto su madre como su consorte tenían la intención de ignorarlo. Cediendo
ante lo inevitable, las siguió por otra puerta. Y a una habitación que lo hizo gemir.

Era una galería iluminada con amor.


De él.
Como un bebé desnudo en los brazos de su padre.
Como un niño igualmente desnudo atrapado subiendo por el costado de la casa.
De niño, al menos con pantalones, probando sus alas.
Como un joven completamente vestido sentado junto a su madre mientras ella
tocaba la lira.
Y más, muchos más.
No se quedaba quieto, ̶ le dijo Caliane a Elena. ̶ Sharine hizo la mayoría de estos
después de hacer un boceto rápido mientras tramaba travesuras. ̶ Señaló la pintura
con la lira.
Ese fue el más fácil. Le gustaba escucharme cantar, así se estaría callado y en un
lugar durante ese tiempo.
Esto es increíble. ̶ Elena tenía una mano presionada contra su pecho. ̶ ¿Puedo
tomar fotos?
No. ̶ Rafael la fulminó con la mirada. ̶ De lo contrario, me pondré en contacto con tu
padre y crearé una galería pública en la Torre de tu infancia.

Una mirada de su consorte. ̶ Bien. Sé de esa manera. ̶ Volvió su atención a las


pinturas.
Caliane sostuvo sus alas con fuerza guerrera, pero sus labios eran suaves y su
rostro cálido con afecto mientras le contaba a su consorte las historias detrás de las
pinturas. Sus recuerdos eran precisos, detallados.
¿Por qué nunca supe de esta galería?
Caliane se echó a reír. ̶ Ah, esto es algo para una madre. Estabas ocupado siendo
un niño, un joven.
Rafael se sintió atraído por el retrato unifamiliar en la galería: Nadiel estaba de pie
con su brazo alrededor de un joven Rafael, mientras Caliane se sentaba frente a
ellos, pero ella estaba mirando hacia atrás con una sonrisa en su rostro, como
distraída por lo que sea que los dos acabaran de decir. Padre e hijo estaban en
medio de una risa que Rafael casi podía escuchar.
Ella tiene tales manos, Sharine. ̶ Su madre se paró a su lado.
¿Te dije que la visité? Se ha asentado bien en su nuevo papel en Marruecos. ̶ Un
toque en su antebrazo. ̶ Eso fue algo bueno que hiciste, Rafael.
El Colibrí era la mejor persona para la tarea. ̶ La Cátedra había necesitado un parte
neutral para hacerse cargo de la gestión de Lumia y su aldea circundante, y nadie
en la raza angelical tenía una mala palabra que decir sobre el colibrí.
Está fuera de la política y las alianzas.
Pero por su hijo... ̶ le recordó Caliane.
Sí. ̶ Por Illium, el Colibrí haría cualquier cosa... pero incluso Illium no había podido
retener a su madre por completo en este mundo. El colibrí existía en uno de los
suyos; ella era un instrumento roto, una hermosa pieza rota. Rafael nunca había
visto tanto de su trabajo en un solo lugar, y al hacerlo, la lloró aún más. La mujer
que había sido, había entendido la vida y el amor, entendió lo que era ser parte del
mundo. Parte de una familia. Pero la familia que había pintado con tanta ternura
ahora estaba tan astillada como la mente del Colibrí.

34
Mientras que las alas de tormenta de Elena continuaron atrayendo la atención en las
semanas posteriores a su regreso a Nueva York, la consorte de Rafael salió de eso
mucho más fácil de lo esperado: el mundo entero estaba mirando a China. No
porque hubiera sucedido nada, sino todo lo contrario. Gadriel había informado de
una repentina y misteriosa calma entre los residentes, incluidos los vampiros que
antes estaban al borde de la sed de sangre.
Nada que pueda señalar, pero... mi piel se arrastra.
Otros comandantes habían informado lo mismo. Eso podría no haber sido suficiente
para mantener distraído a la Cátedra si Michaela no hubiera causado mal genio tres
semanas después con su negativa aparentemente petulante de asistir a cualquier
reunión de la Cátedra, incluso a través de una pantalla.
El nacimiento fue difícil, ̶ murmuró Keir cuando Rafael y Elena llamaron para verificar
su bienestar. ̶ Te digo esto solo porque ella lo ha autorizado, pero debe permanecer
entre tú y Caliane.

Tienes nuestra palabra. ̶ Esto no era una cuestión de juegos o manipulación.


El bebé es fuerte, saludable, ̶ les dijo Keir. ̶ Michaela se recupera con velocidad
arcángel, pero incluso eso no es instantáneo después de un parto. ̶ Los ojos eternos
del sanador sostuvieron los suyos. ̶ Ella no se mudará al Refugio. Está convencida
de que su hijo estará más seguro dentro de los muros de esa fortaleza.
Rafael no vio motivo de preocupación real, no con Keir supervisando la salud del
recién nacido y la convalecencia de Michaela. ̶ Es inusual que un niño sea criado
fuera del Refugio, pero no es una elección inaudita: pasé gran parte de mi tiempo en
los territorios de Nadiel o Caliane.
Al principio, su mundo se había limitado a los espacios seguros detrás de muros de
fortalezas y ciudadelas. Para un niño pequeño con alas que apenas podía controlar,
había sido una vasta área de juego llena de secretos y desafíos. Había crecido bajo
la vigilancia de guerreros afilados y cortesanos altamente educados que le habían
enseñado las responsabilidades que conllevaba la libertad. Cuando se hizo lo
suficientemente fuerte como para volar por encima del muro por primera vez, Nadiel
le había regalado su primera espada, y Caliane le había enseñado a disparar un
arco.
No me preocupa la seguridad del bebé, sino su desarrollo.
Keir se pasó la mano por el cabello en un raro gesto inquieto.

Asististe a la escuela del Refugio durante muchos períodos, lo suficiente para hacer
amigos y aprender a ser un niño con otros críos. Jelena y Avi siempre sacaban a
Tasha de la escuela al mismo tiempo que Caliane lo hacía, así ustedes dos podían
ser compañeros de juego.
Tales juegos salvajes que él y Tasha habían jugado. Dos pequeños ángeles de
color marrón del sol saliendo a correr por una vasta corte. Ojalá Tasha no hubiera
sido tan tonta como para intentar interponerse entre nosotros, le dijo a Elena. Te
divertirías mucho con las historias que podríamos contarte juntos.
Dame una o dos décadas. Alas de tormenta y relámpagos rozaron las suyas en una
caricia eléctrica. Podría haberme calmado para entonces y ya no querer filetear a la
Sra. Mc-Pantalones-Calientes.
Mientras luchaba contra su sonrisa, Keir dijo: ̶ Nadiel era más laxo en tales asuntos,
pero su ciudadela era el hogar de los hijos mortales de sus soldados vampiros más
jóvenes. Nunca estuviste aislado. Me temo que este bebé será criado en una bonita
prisión.
Hay tiempo todavía. ̶ Los bebés angelicales se desarrollaban muy lentamente; el
niño no necesitara nada más que a su madre por algún tiempo.
Sí, tal vez estoy previendo problemas sin necesidad.

Después de que Keir colgó para atender al bebé, Rafael se volvió hacia su consorte.
̶ ¿Te gustaría volar? El cielo está despejado. ̶ Un cambio bienvenido después de dos
noches muy nubladas.
¿Qué tal por el sitio de Cassandra? Rafael asintió. Escuadrones de ángeles
mayores sobrevolaron el sitio varias veces al día en su camino hacia o desde otras
tareas, y enviaban un informe, pero quería poner sus propios ojos en el lugar donde
Cassandra había desaparecido con Favashi en sus brazos.
Nadie más estaba cerca cuando aterrizaron fuera de la cerca que una vez había
rodeado un sumidero de lava. Hoy, cuando caminaron para mirar a través de una de
las ventanas en la cerca, todo lo que vieron fue una hoja de blanco ininterrumpido.
Era principios de diciembre y Manhattan todavía no había visto nieve. Pero aquí,
crujió bajo sus botas, una alfombra brillante iluminada por la luz de las estrellas.
Un conjunto de alas nevadas apareció a la vista un segundo después, la lechuza
llegó a un elegante aterrizaje. Su compañero aterrizó momentos después, y los dos
pájaros miraron hacia abajo, con la mirada fija.
La extrañan, ̶ murmuró Elena. ̶ Puedo sentirlo de la misma manera que puedo sentir
sus mentes, sé que son mías por el momento. ̶ Presionó su mano contra el cristal. ̶
Espero que haya encontrado un poco de paz.
El viento se arremolinaba a su alrededor, la nieve subía. Los búhos despegaron en
un estallido silencioso, mientras Rafael y Elena permanecían en silencio. Elena
contuvo el aliento, sin estar segura de lo que quería. La última vez que Cassandra
se había levantado, casi había significado el fin de su mundo. Sin embargo, cuando
contaba, la Anciana atormentada por visiones del futuro había aparecido. Ella había
ayudado a Elena, y podría haber ayudado a Favashi.
Pero el viento se calmó tan rápido como había aumentado, dejando solo motas de
nieve pegadas a la chaqueta de cuero de invierno de Elena. ̶ Nop, eso no fue genial
para la presión arterial.
Un momento, hbeebti. ̶ Dando un paso atrás para no golpearla, Rafael tomó vuelo.
Ella observó cómo él barría el antiguo sumidero de lava desde lo alto, las lechuzas
dando vueltas con él.
¿Ves algo?
Si. Ven.
Ella se levantó para unirse a él. Su corazón se apretó. Dibujado en la nieve estaba
el cuerpo de un enorme búho blanco, con sus alas extendidas. ̶ Todavía está
parcialmente despierta. ̶ Lo suficiente para saber que habían ido a verla. Lo
suficiente para responder. ̶ ¿Deberíamos aumentar las patrullas?
No hay necesidad. ̶ Él asintió con la cabeza a los búhos que se habían sumergido
más cerca, más cerca de su querida. ̶ Si llega un día en que sus lechuzas te dejen,
lo sabremos. Sí. ̶ Las hermosas criaturas eran tesoros prestados, prestados por una
Anciana que la había visto nacer hace milenios. ̶ No es bueno que todavía esté
medio despierta, ¿verdad?
Todos estamos de acuerdo en que Lijuan también está parcialmente despierta, por
lo que las energías de la Cascada pueden estar interrumpiendo su sueño. ̶ Dedos
fríos en la columna vertebral de Elena. ̶ Esperemos que sean los únicos dos
durmientes afectados.
•••
Esa esperanza se desvaneció dos horas después, cuando Astaad convocó una
sesión de emergencia de la Cátedra. Rafael se había vestido rápidamente para la
reunión, mientras que Elena se sentó desnuda, a excepción de la manta que había
envuelto alrededor de su cuerpo.
La Cátedra respondió en cuestión de dos minutos; sorprendentemente, la cara de
Michaela estaba entre ellos. Su belleza afilada tomó el centro del escenario, pero
Rafael vio la falta de color debajo de la piel, la leve hinchazón alrededor de sus ojos.
Si alguien más se dio cuenta, lo atribuirían a haber sido despertada de un sueño
profundo.
El mundo había olvidado que Michaela había sido una vez madre; nadie la
consideraba maternal. Esperaba por el bien de su bebé que siguiera siendo cierto.
No todos eran fanáticos del Arcángel de Budapest y atacarla mientras estaba débil
podría ser una tentación.
Espero que tengas una buena razón para esto, ̶ murmuró ahora, sus palabras
cuchillas hundiéndose en carne sin protección. ̶ Las llamadas de emergencia no
deben hacerse a la ligera.
Astaad llevaba una túnica arrugada, con el pelo al viento.
Todos deben ver esto.
Su transmisión se alteró para mostrar un océano azul turquesa bajo un sol del
Pacífico; ese océano estaba agitado, el agua espumosa. Por la brusquedad de la
imagen, una de las personas de Astaad debía estar volando por encima con un
dispositivo de grabación y transmisión.
Mientras observaban, la espuma del agua se convirtió en un remolino tan poderoso
que Rafael esperaba que el ángel involucrado estuviera lo suficientemente alto
como para no quedar atrapado en su arrastre.
Astaad, mi territorio desértico está sufriendo actualmente su vigésima tormenta de
hielo. ̶ Alexander presionó dos dedos contra el puente de su nariz, sus palabras
cortadas. ̶ Tal fenómeno no es razón suficiente para...
¡Ahí!
El cuerpo entero de Rafael dejó de moverse. Porque el agua acababa de estallar
hacia arriba y hacia afuera, y Astaad había congelado la imagen.
Arcángel, ¿estoy viendo cosas o la boca de agua tiene forma de cara? Su intestino
se tensó cuando reconoció esa cara. No te lo estás imaginando.
¿Dios del agua?
Solo un arcángel arrogante. Los mortales lo han llamado por muchos nombres a lo
largo del tiempo, pero se dice que prefiere Aegaeon.
Suenas como si lo conocieras.
Tomó un breve receso de su sueño durante mi vida. Todos los de la Cátedra aquí,
excepto por mi madre, lo habrían conocido en ese momento, y es probable que lo
haya conocido durante otra vigilia.
¿Cuánto tiempo ha estado sucediendo esto? ̶ Neha, con el cabello suelto y retenido
con clips de joyas, pero su cuerpo vestido con pieles de guerrera mientras estaba
parada en una habitación con paredes de piedra roja áspera.

Tres horas más o menos, pero inicialmente, pensé que era un fenómeno climático
como el que sufrió Alexander.
Mis disculpas, Astaad, ̶ dijo Alexander, con un tono diferente esta vez. ̶ Aegaeon se
fue a dormir aproximadamente un siglo antes que yo. Había olvidado su inclinación
por el drama.
Alexander no es un fanático.
Tampoco Rafael. Si Aegaeon despertara, destruiría la vida de dos personas que
Rafael apreciaba.
¿Él tiene qué, cincuenta mil más o menos? ̶ El tono de Charisemnon fue
improvisado. ̶ No era un Anciano de la misma manera que tú o Lady Caliane
entonces.
Caliane levantó ambas cejas. ̶ ¿Es eso lo que él dijo a todos?
Siempre tuvo una extraña vanidad sobre su edad. La verdad es que nació cuando
yo era joven. Tiene una edad contemporánea con Alex y conmigo.
No sabía que decía tener cincuenta mil, le dijo Rafael a Elena. Tal vez nunca lo
intentó conmigo porque tuve uno de sus contemporáneos como madre.
El nivel general de poder de Aegaeon en comparación con la Cátedra actual es
imposible de calcular, ̶ murmuró Alexander.

Será un poder en edad y experiencia por sí solo, ̶ señaló Neha. ̶ Lo recuerdo de su


última vigilia, no disfrutó ese tiempo, no se quedó mucho tiempo, pero fue un ser
impresionante mientras caminaba por la Tierra.
Mientras tanto, Neha es fanática.
Aegaeon tenía una forma de ser con las mujeres, aunque no lo llamaría encanto.
Había sido demasiado duro para eso, demasiado imprudente.
Rafael? ¿Por qué estás tan enojado con él?
No puedo hablar de esto, Elena. No es una promesa... sino una confianza que
aprecio.
Elena no forzó el problema; ella era una guerrera, entendía la importancia de tales
cosas.
A la Cátedra le falta un miembro. ̶ Dijo Elijah, tranquilo y pensativo. ̶ Puede ser que
se nos devuelva el equilibrio.
Les informaré de cualquier signo adicional de despertar, ̶ dijo Astaad, con líneas
blancas alrededor de la boca. Astaad tenía motivos para su tensión. Si Aegaeon se
levantara, el Arcángel de las Islas del Pacífico tendría que compartir su territorio,
como Favashi había compartido inicialmente con Alejandro.

Sin embargo, Astaad estaba en una mejor posición para aferrarse al Pacífico de lo
que Favashi tenía sobre Persia, mientras que Aegaeon sin duda había gobernado
ese territorio en algún momento durante su larga existencia, la última vez que se
había despertado, había dominado las tierras que Michaela ahora llamaba suyas.
No solo eso, sino que si era tan viejo como Caliane había dicho, entonces la
mayoría de su gente tenía que estar muerta o dormida por su cuenta. Tal vez por
eso Aegaeon no había permanecido despierto durante un período prolongado la
última vez. Solo el tiempo suficiente para irreparablemente romper un precioso
regalo para la raza angelical.
Dado que todos estamos aquí, ̶ dijo Neha, con las manos en las caderas, ̶ ¿cuál es
la situación en China? Lady Caliane, has estado allí más recientemente.
Más de una cabeza se volvió hacia Michaela; ella ignoró las miradas puntiagudas.
Caliane, por el contrario, era demasiado respetada para que alguien preguntara por
qué había intervenido.
No hay nuevas infecciones entre los que vigilan el territorio por la Cátedra. Los
medios consumidos descubiertos por Rafael están todos muertos: no se
alimentarían, incluso cuando el sustento se pusiera en sus manos.

Así que nada ha cambiado realmente. Bien. ̶ Michaela cerró la sesión.


Qué bueno tener a la princesa de vuelta en el redil.
El tono de Charisemnon era puro veneno antes de que su pantalla también se
volviera negra.
Los demás lo siguieron uno por uno.
La cara de Elena estaba triste cuando él se volvió hacia ella. Cruzando la alfombra,
le pasó los dedos por el pelo.
Hicimos lo que pudimos para salvar a los aldeanos. Pero estaban condenados al
primer toque de Lijuan.
Apoyando su cabeza contra su muslo, su mano curvada sobre su nuca miró la
suave lluvia que había comenzado a caer. Manhattan brillaba más allá del velo. ̶ No
mencionaste la lechuza.
Permitamos que Cassandra duerma en paz mientras pueda.
Las dos lechuzas dormitaban en una esquina de la habitación, en una percha baja
que Dmitri había usado durante mucho tiempo, movieron sus alas en susurro como
en un sueño. ̶ Un antiguo más, la Cátedra lo puede absorber, ¿pero dos?
Sacudió la cabeza. ̶ Puede llevar al mundo a una guerra de arcángeles.

35
Sus temores resultaron infundados.
Tres días después de la reunión, el sitio de Cassandra estaba en calma y Astaad
informó lo mismo de su territorio. ̶ Es como si Aegaeon tuviera una pesadilla y llorara
en sueños, luego volvió a recostar la cabeza.
Rafael respiró en silencio ante eso. Había estado sopesando cómo compartir las
noticias del posible despertar del Anciano con las dos personas más afectadas, al
tiempo que sabía que, al hablar, devastaría sus vidas en un momento crítico. Ahora
mantendría su silencio, hablaría solo cuando se confirmara un despertar.
Los sistemas climáticos violentos también se habían asentado, incluidas las
tormentas de hielo de Alexander, así como la actividad geotérmica en el territorio de
Rafael.
Casi se siente como el preludio de un tsunami, ̶ dijo Elena una noche mientras
estaban parados sobre el edificio de la Legión después de que Elena se hubiera
pasado el día ensuciándose las manos. ̶ Cómo cuando todo se detiene y el agua se
retira y se asienta de la orilla... solo para que una gran ola regrese y golpee todo
hasta la muerte.
Tus pensamientos positivos me abruman. ̶ Rafael observó el horizonte púrpura
mientras el día caía en la noche, casi esperando ver la ola chocar.
Esa soy yo, animada como un frijol de primavera.
Relámpago bailando a través de sus alas, le arrojó una cuchilla sin previo aviso. ̶
¿Vas a decirme qué había en ese paquete de Amanat?
Rafael lanzó la hoja hacia atrás a través del aire helado de la noche. ̶ Otro retrato de
mi padre. ̶ Las palabras salieron incluso, sin emoción. ̶ Mi madre quiere que lo tenga.
Inclinando la cabeza hacia un lado después de volver a deslizar la hoja en su vaina,
Elena cruzó el espacio entre ellos.
Hey. ̶ Una mano presionó su corazón. ̶ Háblame.
Su pulso se aceleró para latir al ritmo del de ella. Ahora era completamente inmortal,
pero seguía siendo frágil en comparación con él. Quebradiza. Lijuan podría acabar
con ella de un solo golpe... Sin embargo, su Elena volaría a la batalla a su lado. El
valor estaba escrito en su alma. Tan desafiante como las alas de fuego de tormenta
que había recobrado desde la Cascada.
Mi madre recuerda todo lo bueno de mi padre, ̶ dijo, mientras su mente se llenaba
de pensamientos sobre la otra pareja de amantes. ̶ Me pregunto si ella se ha
olvidado del resto, o si elige concentrarse solo en lo bueno.
El tiempo retrocedió.
Que la amaba está fuera de toda duda. Era un gran poder y las mujeres gravitaban
hacia él, pero nunca miró a nadie más. Incluso cuando estuvieron separados
durante meses a la vez, nunca cayó en la tentación, ni siquiera las miraba, lo
presencié con mis propios ojos. ̶ Rafael atrapó un rayo en sus alas. ̶ En eso, soy el
hijo de mi padre. Solo serás tú para mí.
Con mechones de cabello casi blancos coqueteando contra su cuello, Elena
extendió la mano para pasar sus dedos por su mejilla.
Pero él también era... irresponsable. ̶ Riendo y con los ojos brillantes y no tan adulto
como debería ser. ̶ Una cosa extraña que decir de un arcángel, pero había un
infantilismo en él que puedo ver claramente cuando rememoro mis recuerdos. Me
llevaría a aventuras salvajes y todo era maravilloso, hasta que me caía y me rompía
un ala o una pierna.
Me encantaron las aventuras, me encantó el peligro. Pero molestó a mi madre y, sin
embargo, no tuvo cuidado. La amaba desesperadamente, pero no era cuidadoso
con su corazón. ̶ Rafael trató de encontrar las palabras para explicar. ̶ Siempre
estaba tomando riesgos, siempre cabalgando al límite. Cuando la locura lamió por
primera vez

su mente, los sanadores le dijeron que durmiera, que a menudo, un largo sueño
curaba lo que estaba roto.
Recuerdos, duros y fuertes en su cabeza. ̶ Los escuché discutir. Ya no era un niño, y
lo entendí. Ella le rogó que durmiera, le prometió que estaría esperando cuando
despertara. Pero mi padre se negó a ‘renunciar a la vida’. ̶ Tan terco, arrogante y
creyente que él sabía más.
Al final, la obligó a ejecutarlo. ̶ Había roto a Caliane de una manera que Rafael no
creía que pudiera curar. ̶ La mujer que conoces, no es toda ella. Faltan piezas. ̶
Siempre faltarían.
Lo vi en los retratos. ̶ Los ojos de Elena eran más grises que plateados hoy, su
corazón mortal al descubierto. ̶ Tenía un fuego dentro de ella que ahora es más
tenue, más tranquilo.
Era muy mayor cuando se conocieron. Lo suficientemente antigua como para
considerar un sueño interminable. Él la trajo a la vida, eso es lo que ella siempre me
dijo.
Deslizando sus brazos alrededor de él, Elena lo abrazó con fuerza mientras el viento
soplaba a su alrededor, trayendo consigo un escalofrío que prometía nieve no muy
lejos en el futuro distante. ̶ Desearía haberlos conocido cuando estaban juntos y
felices. Desearía que hubieras podido conocer a Jeffrey y Marguerite cuando eran
iguales.
Pero el pasado había desaparecido, dejando solo fragmentos rotos a sus pies. Todo
lo que tenían eran recuerdos y un futuro peligroso en el que todo estaba
cambiando. Incluyendo el poder turbulento dentro de Rafael que se había fusionado
en sus células.
•••
¡EL ÁNGEL CAZADOR VUELVE TRIUNFANTE!
Elena fulminó con la mirada a Demarco cuando él agitó su tableta frente a su cara
una semana después, con el titular retumbando. ̶ Llévate eso o lo usaré para la
práctica de tiro. Sus compañeros cazadores se habían asustado a la primera vista
de sus alas de tormenta, pero ahora eran viejas noticias. Por desgracia, no se
podría decir lo mismo de los periódicos y revistas locales. Estaban obsesionados
con sus alas. Un nuevo artículo cada maldito día. No era una amenaza para la
seguridad, ya que en su mayoría imprimían fotos tomadas por los ciudadanos junto
con titulares deslumbrantes como el de hoy, pero ella estaba empezando a sentirse
como el caniche premiado de Nueva York.
Demarco, vestido con su camiseta de Ángel Cazador, sus desgastados jeans
azules, y una sonrisa inteligente, comenzó a leer el artículo mientras Elena,
Ransom, Ashwini, Honor, Kenji y Rose descansaban alrededor de la mesa en la
sala de descanso del Gremio.
¡Elena Deveraux, ̶ entonó, ̶ ha regresado de entre los muertos no una sino dos
veces!

Yo no estuve muerta en ningún momento, ̶ murmuró Elena.


Estaba casi muerta.
Kenji se rió y Demarco siguió leyendo. ̶ En esta encarnación, ha enorgullecido a la
ciudad con sus alas retráctiles de tormenta...
¡Espera un minuto! ̶ Después de recostarse en su silla, Elena la arrojó al suelo al
ponerse de pie. ̶ Esas son palabras muy específicas. ̶ Palabras que ella había usado
para describir sus alas. ̶ ¿Hay una fuente misteriosa y anónima en este artículo?
Demarco parpadeó inocentemente. ̶ ¿Quieres escuchar el resto o no?
Enrollando una servilleta de papel, se la arrojó a su despeinada cabeza de cabello
rubio, mientras los demás se reían a carcajadas.
¿Dónde estaba antes de que me atacaran? ̶ Encontró ostentosamente su lugar de
nuevo. ̶ “Para aquellos que dudaban de ella, es una bofetada. Pero para los
neoyorquinos, es una confirmación de lo que ya sabíamos: nuestro ángel cazador
es imparable”.
Elena gimió, con la cabeza entre las manos. ̶ Termina con esta tortura. Por favor, te
lo ruego.
Pero Demarco fue implacable y sus otros amigos lo incitaron.

Al menos Ashwini le arrojó una barra de chocolate como premio de consolación y


ella se calmó con azúcar y cacao hasta que todo el insoportable ejercicio terminó,
completo con la misteriosa fuente anónima que no dio mucha información, pero se
sumó a la leyenda del ángel cazador.
Su cita favorita era: ̶ He visto sus alas golpear a la gente y dejarlos como una piedra.
Creo que debería agradecerte por eso. ̶ Le arrojó otra servilleta enrollada a la
cabeza. ̶ Con suerte detendrá a los que no pueden resistirse a intentar un toque. ̶ El
toque no deseado había sido incómodo en sus viejas alas y ahora era lo mismo.
No tengo idea de por qué me lo agradecerías, ̶ dijo Demarco con piedad. ̶
Agradécele a la fuente anónima.
¿Les mostré mi nueva camiseta del Ángel Cazador? ̶ Kenji se desabrochó la
chaqueta para revelar una camiseta azul cobalto con la silueta de Elena en negro...
con alas de purpurina.
Conseguí la rosa, ̶ dijo Ashwini, con los pies en la mesa y grandes aros plateados
colgando de sus orejas. ̶ Rosa brillante con el Ángel Cazador en oro y brillo dorado
para las alas. Honor y yo fuimos por la amarilla. ̶ Rose golpeó los puños con Honor.

La mía es negro con blanco. Clásico. No se ve ningún jodido brillo. ̶ El teléfono de


Ransom sonó antes de que Elena pudiera amenazar con matarlos a todos. Su duro
amigo se puso blanco como la sábana bajo su piel cobriza. ̶ ¿Ahora?
Soltó. ̶ Estoy en camino.
Se levantó tan abruptamente que su silla cayó al suelo.
¿Dónde está mi casco? ̶ Expresión maníaca, la cabeza girando de un lado a otro.
Justo detrás de ti. ̶ Elena frunció el ceño. ̶ Pero no creo que debas conducir en ese
estado. ¿Qué está mal? ̶ Todos menos Ransom se habían quedado callados y
vigilantes, un grupo de cazadores letales que esperaban entrar en acción para
ayudar un amigo.
Ransom la miró antes de extender las manos como si fuera obvio. ̶ ¡Nyree está
teniendo a nuestro bebé!
Una inhalación colectiva, luego se movieron como una máquina bien engrasada.
Demarco se hizo cargo de Ransom, empujándolo en un vehículo del Gremio; Kenji y
Rose se amontonaron en la parte de atrás. Ashwini se subió a la motocicleta de
Ransom, Honor detrás de ella, y se alejaron a toda velocidad tras el vehículo,
mientras Elena despegaba.
Nyree ya estaba en la sala de maternidad cuando llegaron al hospital y se
aseguraron de llevar a Ransom al lugar correcto. Elena nunca lo había visto tan
conmocionado, pero sus hombros se enderezaron mientras atravesaba las puertas
de la suite, su expresión brillaba a pura calma.
El resto de ellos esperaron como padres ansiosos. Elena llamó un poco la atención,
pero todas las armas que se mostraban sobre sus cuerpos mantenían a raya a los
curiosos.
O tal vez fue todo el grupo el que estaba llamando la atención.
Demarco llevaba una espada en una vaina de la columna, mientras el arma de
Ashwini colgaba de su cadera; ella jugaba arrojando estrellas alrededor de sus
dedos, la luz brillaba en los bordes brutalmente afilados.
Kenji se había sentado y comenzó a golpear un garrote entre sus puños, mientras
Rose practicaba arrojando un cuchillo simulado. Un médico que pasaba se agachó
cuando envió un misil invisible volando. Honor, mientras tanto, estaba "atrapando"
los lanzamientos de Rose y enviándolos de regreso.
¿Ya dijo él si era una niña o un niño? ̶ Demarco envolvió un brazo alrededor de la
cintura de Elena, con cuidado de mantener su antebrazo alejado de sus alas.
Elena sacudió la cabeza. ̶ Dijeron que no lo saben. Quería que fuera una sorpresa.
Voy a matarlos a todos ustedes. ̶ Sara se apresuró a la sala de espera con tacones
negros, su atuendo de hoy un vestido ajustado en ciruela profunda y su cabello
balanceándose sobre sus hombros.
Sabemos que eres mágica, jefe. ̶ Demarco, sin tener en cuenta su vida, le envió a
Sara un rápido saludo. ̶ No tenía dudas de que llegarías a tiempo. ̶ Sara lo fulminó
con la mirada.
¿Alguna noticia?
No. ̶ Honor levantó las piernas para sentarse con las piernas cruzadas en la silla de
plástico duro. ̶ El doctor dijo que, dado que es el primero de Nyree, podría llevar un
tiempo.
Pero solo dos horas después Ransom salió con una sonrisa de mierda en su rostro. ̶
Soy papá.
Lo abarrotaron de abrazos, felicitaciones y preguntas.
Después de que Sara organizó a todos ellos en orden, se colaron para ver a la
madre y al bebé en grupos de dos o tres. Nyree ya le había dicho a Ransom que
todo estaba bien. Elena entró con Demarco y Rose para encontrar a Ransom en la
cama junto a su esposa, su brazo alrededor de su espalda y su mano acariciando la
pequeña cabeza que descansaba sobre la piel de Nyree. La nueva madre parecía
un poco cansada, su piel oscura más pálida de lo habitual y sus rizos negros caían
salvajemente. Su sonrisa, sin embargo, era radiante.
Es tan pequeño. ̶ El tono de Demarco era asombroso; mantuvo sus manos
escrupulosamente detrás de su espalda. ̶ Dios, Ransom, ¿cómo vas a cargarlo sin
romperlo? ̶ No era una pregunta de burla, sino una honestamente petrificada.
Ransom volvió a pasar la yema del dedo sobre la cabeza de su hijo. ̶ No tienes idea
de mi nivel actual de miedo. ̶ Su sonrisa no se desvaneció ni una pulgada. ̶ Pero no
puedo esperar para hacer de papá.
Nyree, ̶ susurró Elena, ̶ Hiciste un humano. ̶ Con las uñas en miniatura y la piel tan
nueva que estaba húmeda.
No me lo puedo creer. ̶ La pequeña y dura esposa de Ransom presionó un beso en
el pelo suave sobre la cabeza del bebé.
Estarán todos cuidando al niño, así que comiencen a estudiar.
Un saltó colectivo de terror compartido entre ella, Demarco y Rose. La risa de Nyree
llenó la habitación. En ese instante, todo estaba bien con el mundo, el reino de la
muerte de Lijuan olvidado en el regalo de esta pequeña vida nueva. Pero las cosas
mortales y violentas se estaban despertando, incluso cuando Elena se atrevió a
tocar con un dedo cuidadoso la frágil mano del bebé.

36
¡Arcángel! ¡Tengo las mejores noticias!
Al salir al balcón fuera de su oficina para encontrarse con su consorte, Rafael fue a
preguntarle la razón de su alegría cuando un rayo cayó del cielo. Elena se apartó
del camino justo a tiempo, y el rayo golpeó el balcón a su lado.
La superficie se agrietó, las finas grietas se extendieron por todo el espacio. Más
rayos aparecieron del cielo despejado sobre los talones de los primeros y mortales
arcos de energía que podían freír las alas de un ángel y estrellarlo contra la tierra.
¡ATERRICEN! ¡AHORA! Envió el comando mental a los límites de su habilidad, vio a
los ángeles comenzar a descender para aterrizar donde pudieran. Varios miembros
de la Legión hicieron lo mismo, pero uno de ellos no pudo evitar un ataque.
Su cuerpo se desintegró.
Al menos la Legión se levantaría de nuevo, a diferencia de un ángel que fuera
golpeado. ̶ Quédate abajo, Elena. Debo ver si puedo protegerlos. ̶ Los ataques se
acercaban más rápido ahora y muchos ángeles habían estado a gran altura, no
podían bajar lo suficientemente rápido.
¡Ten cuidado! Un grito mental cuando llegó al refugio de la puerta y él se fue.
El rayo cambió de dirección para inclinarse hacia él. Permitió que un pequeño rayo
lo golpeara para poder obtener más información, absorbiendo el impacto con la
fuerza que lo convirtió en un arcángel.
Ninguna extraña energía en Cascada. Esto era simplemente mal tiempo.
Pero, por alguna razón desconocida, esbozó la violencia como un pararrayos. Tal
vez porque la energía que bailaba en su
piel era similar al rayo. Instintivamente, creando un escudo a su alrededor, similar al
que usó cuando él y Elena se sumergieron juntos en el océano, se dirigió hacia el
mar.
Cazadora del Gremio, no despegues en ninguna circunstancia. Llevas suficiente de
mi poder para atraer el rayo. No era casualidad que el primer rayo hubiera golpeado
el balcón junto a ella. Sobreviviré. Tu no lo harás. No a estos niveles.
¡No te atrevas a lastimarte!
Las alas flotaban en el océano debajo de él mientras dejaba los rascacielos y los
altos edificios de su ciudad detrás de él; el escuadrón debía haber estado volando a
casa cuando dio la orden de aterrizaje. Todos parecían ilesos, incluido un ángel con
alas de color azul salvaje.
¿Padre? La voz de Illium. Puedo unirme a ti.
No, quédate en el agua hasta que lo despeje todo. El rayo continuó golpeando su
escudo; no podía garantizar la seguridad de nadie volando a su lado.
Voló hasta que estuvo lo suficientemente lejos del escuadrón derribado para que el
agua no condujera ninguna liberación de energía hacia ellos. Cayendo lo
suficientemente cerca del mar azul que lo estaba tocando, apuntó con sus pies y
sus manos hacia abajo... y dejó caer el escudo.
El rayo lo golpeó en una explosión rapaz, atravesando su cuerpo y su piel en arcos
de fuego que arrojaron flechas al mar. El agua hirvió y surgió, la niebla se elevó en
el aire. El fuego frío lo quemó desde adentro hacia afuera, pero sabía que no
causaría un daño permanente.
Apretando los dientes, lo sacó.
Fue solo después de que el cielo se calmó por fin que se dio cuenta del estado de
su ropa. Elena no estaría feliz. ¿Se han despejado los cielos? le preguntó a su
consorte.
Sí. ¿Estás bien?

Mi ropa está un poco chamuscada, pero no sufrí daños. Estoy regresando a casa.
Les dijo a sus ángeles que era seguro subir al aire mientras se devolvía. Illium lo
encontró a medio camino. No fue una sorpresa que el joven ángel se hubiera
dirigido hacia Rafael; testarudo y leal, la Bluebell de Elena era un ángel que Rafael
estaba orgulloso de tener en sus Siete. El poder helado de la Cascada en sus venas
estuvo de acuerdo; Bluebell era un activo. No solo por su fidelidad sino por el
potencial que ardía en su cuerpo.
Rafael no luchó contra el frío cálculo de ese poder. Había comenzado a comprender
que tenía que estampar este poder con su marca en lugar de intentar atarlo. Así que
agitó sus recuerdos, trayendo el pasado a primer plano. Un pasado en el que había
llevado a un niño pequeño con alas nacientes de color azul a cuestas antes de llevar
al niño emocionado en un vuelo a través del desfiladero del Refugio.
¡Rafa! ¡Vuelo!
Illium nunca sería solo una fuente de poder para él.
Bueno, ̶ dijo el ángel a través de los vientos tranquilos entre ellos, ̶ eso fue extraño.
Rafael sintió que sus labios se contraían. No era casualidad que Illium y Elena
fueran tan buenos amigos.

Tenían una manera de tomar los eventos más espeluznantes y mortales y hacerlos
de alguna manera humanos. ̶ Parece que la Cascada simplemente estaba
respirando antes de golpearnos una vez más. ̶ Los rayos podrían haber sido nada
fuera de lo común en cuanto a su composición, pero su comportamiento había sido
claramente anormal.
Al menos parece estar manteniendo un cierto nivel y no aumentando en poder o
virulencia. Me preocuparé cuando el mar se ponga rojo como la sangre.
Si eso sucediera, todos tomaremos vino y veremos el fin del mundo desde un buen
punto de vista.
Sonriendo, Illium se despegó cuando llegaron al borde de la ciudad, y allí estaba
Elena, que venía hacia él con alas de deslumbrante luz de tormenta, con varios de
la Legión a cuestas. El rayo en sus alas parecía más fuerte, más violento.
¡Un poco chamuscado! ̶ Gritó cuando estaban lo suficientemente cerca como para
intercambiar palabras. ̶ Ya no tienes puesta la túnica y tus pantalones parecen haber
sido tijereados por un diseñador que cobra cinco mil dólares por sus habilidades de
tijera.
Su ceño se profundizó cuanto más se acercaba. ̶ ¡Y las suelas de tus botas están
humeando!

Actué como un pararrayos. Estoy sorprendido de que todavía tenga botas en


cualquier forma. ̶ Casi había esperado que explotaran de inmediato. ̶ Lo que sea que
hice, no puedo explicar su física.
Vamos a llamarlo rareza de la Cascada y dejarlo así. ̶ Su consorte voló a su
alrededor y luego regresó. Nadie, excepto Elena, se había preocupado tanto por él.
¿Lo haré? ̶ Preguntó cuando ella finalmente vino a volar a su lado una vez más, ya
que, dentro de él, el poder de la Cascada se transformó bajo la fuerza pura de su
amor, el hielo infiltrado por un zarcillo de fuego salvaje y acero, que representaba a
su cazadora, se negó rotundamente a salir. Y él lo sabía. Este cambio era
permanente, anclado en los pedazos de su corazón en su torrente sanguíneo.
No puedo ver ninguna quemadura, así que podría perdonarte por darme un ataque
al corazón cuando saliste volando con un rayo persiguiéndote.
Los inmortales no sufren ataques al corazón.
Mira de cerca. Esta es mi cara que no se ríe.
Despidiendo a la Legión, Rafael se envolvió en glamour mientras agarraba a su
consorte, para que ella también estuviera oculta del mundo. Sus alas bailaron con la
luz de la tormenta sobre él, sus labios se encontraron con los suyos como si
hubieran coreografiado el contacto.
Fue una marca dura de un beso y le retuvo el corazón.
Sintió el ruido sordo de su pulso, probó el mordisco de su miedo. Como ella lo había
calmado a veces, él le hacía lo mismo ahora.
Ella finalmente rompió el beso con un sorbo de su labio inferior. ̶ Está bien, estás
bien, ̶ dijo, pura fuerza guerrera y resolución de granito. Rafael.
Él entendió. Había convencido a la pequeña e irracional parte de ella que estaba
preocupada por el dolor de un arcángel de que él estaba bien. Podía respirar de
nuevo. Los latidos de su corazón podrían volverse normales otra vez.
Él la llevó volando el resto del camino a casa. Ella no protestó, solo envolvió un
brazo alrededor de la parte posterior de su cuello y observó cómo su ciudad se
acercaba cada vez más hasta que era acero, vidrio y vida debajo de ellos. Nadie los
vio, el glamour es una de las mejores herramientas de su arsenal.
Padre. La voz de Dmitri. Jason acaba de enviar un video inquietante capturado por
una de sus personas en China. Creo que deberías verlo lo antes posible.

Dmitri tiene más rarezas para nosotros, hbeebti, ̶ dijo en voz alta mientras reconocía
mentalmente las palabras de Dmitri.
Esta vez de China.
Oh, sí, mi emoción no tiene límites. ̶ Un tono claramente poco entusiasta. ̶ Creo que
los inmortales deberían hacer una regla: una vez que tienes cierta edad, es hora de
irse a dormir. No es una opción. Obligatorio.
Debes discutir tus pensamientos con mi madre.
A veces eres un hombre horrible. ̶ Todavía estaba con el ceño fruncido cuando él
aterrizó en el balcón frente a la oficina de Dmitri, pero lo primero que hizo fue
pasarle las manos por el pecho y brazos, luego fue detrás de él e hizo lo mismo con
sus alas y espalda.
Ileso. ̶ Con las manos en las caderas frente a él, ella asintió. ̶ Se te permite hablar
con Dmitri.
Tanta preocupación, Elena. Me preocuparé de que no tengas fe en mí.
Una tensión en su mandíbula. ̶ No te metas conmigo, Arcángel. No estoy de humor. ̶
Girándose, se dirigió hacia la puerta de Dmitri.
Fue solo cuando se vio reflejado en la superficie de cristal de la gran ventana que
estaba detrás de la oficina de Dmitri que entendió su respuesta. Su cabello estaba
chamuscado en los bordes y todavía humeaba un poco. Su pecho estaba cubierto
de vetas de humo negro y su piel se abría y cerraba en puntos aleatorios con
estallidos de rayos dorados.
El humo salía de la parte inferior de sus botas.
Sus ojos brillaban. Tan caliente que era como si tuviera una llama azul en sus iris.
Elena entró por la puerta que Dmitri había abierto; Dmitri guardó silencio
momentáneamente cuando Rafael la siguió. Rafael se quitó una pizca de túnica que
de alguna manera todavía estaba pegada a sus bíceps, y la dejó caer en la papelera
junto al escritorio de Dmitri.
Te culpo, ̶ le dijo su segundo a Elena. ̶ No pensó en freírse a sí mismo con rayos
antes de ti.
Rafael esperó a que Elena le devolviera rápidamente a Dmitri. Tenía la sospecha
furtiva de que ambos disfrutaban su animosidad el uno hacia el otro. También sabía
que, si el empuje llegaba a su fin, lucharían como una unidad endurecida por la
batalla. Esto era una diversión, nada más.
Hoy, sin embargo, Elena apretó los labios y miró la alfombra.
Frunciendo el ceño ante la inesperada respuesta, Dmitri fue a la pantalla grande en
una pared de su oficina y reprodujo la grabación que ya había dejado preparada:
olas de humo negro envolvían una aldea.

¿Un incendio? ̶ Murmuró Rafael, justo cuando la grabación se extendió. La niebla


negra emergía del suelo aproximadamente a un cuarto de milla. No se movía a una
velocidad peligrosa, pero las personas en la grabación no hicieron nada para
escapar. Cuando los rozó, se sacudieron como lo harías cuando un insecto te
estaba molestando. Estaba claro que los aldeanos creían que la niebla pronto se
retiraría o desaparecería, pero lo que sucedió fue algo completamente distinto. Una
vez que la extraña niebla se había extendido por todo el pueblo, bajó y se volvió
opaca. La cámara ya no podía ver a través del grosor de esta. No más caras. No
más agitar las manos. Nada más que una noche interminable.
Con expresión sombría, Dmitri sacó otro archivo. ̶ Esto se grabó al día siguiente. ̶ La
niebla se había disipado, pero cuando el ángel que sostenía la cámara voló para
mirar más de cerca, solo encontró silencio. Las naranjas salían de una bolsa
abandonada en la pequeña terraza unida a una casa. La puerta de un granero
abierta, sin animales adentro. Un plato de comida estaba sentado frente a la caseta
de un perro, pero ningún cachorro ladró al ángel. No había aldeanos. Sin cuerpos.
Todo un grupo tomado sin dejar rastro.

37
Elena rompió el frío silencio. ̶ Al menos ahora sabemos cómo lo está haciendo. ̶ Una
mirada a Rafael. ̶ Podría ser en conjunto con otro acólito voluntario... o tal vez está
más allá de eso.
Enviaré una alerta a los que están a cargo. Se debe advertir al pueblo de China que
se salga del camino en caso de que vea esa niebla. ̶ No hacer nada en estas
circunstancias no era una opción. ̶ Dmitri, envía la grabación a todos los de la
Cátedra, bajo mi sello.
Su segundo asintió y dirigió su atención a la tarea. Rafael, mientras tanto, le pidió a
Elena que saliera con él. Solo una vez que estuvieron al borde de la barandilla en el
balcón, su ciudad extendiéndose por debajo de ellos como una creación de juguete,
dijo: ̶ ¿Por qué permitiste que la burla de Dmitri te afectara? ̶ También le había
desconcertado a su segundo. Dmitri solo actuó de la misma manera que siempre lo
hacía con Elena porque ella daba tanto como él repartía. Simplemente dio en el
blanco. ̶ Miró fijamente el acero, el vidrio y la vitalidad de su ciudad. ̶ Esta locura
comenzó conmigo, con una mortal convertida en ángel. ¿Y si yo fuera el catalizador
de la Cascada? Toda esta muerte, oscuridad y horror, estaría sobre mí.
Se podría decir igual de fácil que Uram fue el catalizador. Rafael sintió pena por el
arcángel que había tenido que ejecutar, un arcángel que había sido una vez su
amigo, pero también sabía que había que hacerlo. Uram se había convertido en un
monstruo, uno que se atiborraba de muerte y cuyo apetito asesino nunca sería
satisfecho. ̶ Es lo que te trajo a mi vida.
Elena jugó con un cuchillo arrojadizo entre sus dedos, la tenue luz invernal que se
reflejaba en las brillantes superficies. Trato de decirme eso, pero... Soy el elemento
comodín en todo esto. Arcángeles, ángeles, mortales, vampiros, ese era el mundo
antes de mí. Ahora tenemos un ángel hecho.
Naasir estaría muy molesto por olvidarte de él.
Pero la mirada de Elena permaneció solemne. ̶ Naasir y yo deberíamos comenzar
un club para todos los que no encajan en el árbol taxonómico.
Fuiste solo el primer susurro de la Cascada, Elena mía. No el catalizador, ya que
nadie puede controlar los poderes que actualmente están destrozando el mundo,
sino la primera señal de que la Cascada había comenzado.
Elena, le permitió acercarla, le acarició la piel ... y saltó, ̶ Estás un poco electrificado,
amante, ̶ le informó, mientras continuaba con sus caricias. ̶ No sé si me gusta más
ser la primera señal de muerte inminente. ̶ Un ceño fruncido. ̶ Aun así, es mejor que
ser la causa.
Qué arrogante eres, Cazadora del Gremio, para pensar que eres la razón detrás de
un tumulto de poder como el mundo nunca ha visto.
Dios, tienes razón. ̶ Golpeó su frente contra su pecho. ̶ Debo sonar tan llena de mí
misma.
Fue a asegurarle que no había dicho en serio nada de lo que dijo, y luego se detuvo.
Sus palabras habían funcionado. No de la manera que él había querido, pero habían
atravesado el oscuro miasma que había amenazado con abarcar a Elena. Entonces
él curvó su mano alrededor del costado de su cuello y dijo: ̶ Es la maldición de la
inmortalidad. Debes estar atenta a un mayor desarrollo.
Ella echó la cabeza hacia atrás. ̶ Demonio. ̶ Ella le dio un "puñetazo" en el costado,
un toque de pluma. ̶ Además, Dmitri ahora está un punto por encima de mí. Ugh.
Has olvidado el beso.

Sus ojos se iluminaron al recordar el horror absoluto de Dmitri. Satisfacción


curvando sus labios, ella le dio un beso en el pecho, se estremeció. ̶ Sí, todavía
electrificado.
Y sucio. Ven. ̶ Se levantó en el aire cuando la noche lamió el horizonte. ̶ Puedes
lavarme la espalda.
•••
Elena se puso un pantalón de pijama gris suave después de un delicioso baño con
Rafael, completándolos con una camisa sin mangas igualmente suave en un gris
oscuro y una sudadera con capucha azul profundo, ambos diseños con aberturas en
las alas.
La sudadera con capucha tenía un unicornio plateado brillante en el pecho
izquierdo, mientras que en la parte posterior estaban impresas las palabras: Espera,
tengo que estacionar mi unicornio.
Extraño el momento en que los unicornios vagaban por la tierra.
Muy gracioso, Arcángel. ̶ Ella ya conocía ese brillo en sus ojos. ̶ Beth me consiguió
esto después de que Maggie lo eligió.
Hablando de regalos. ̶ Usando solo un par de pantalones de chándal desteñidos que
colgaban precariamente de sus caderas, Rafael sacó una pequeña caja del interior
de su casillero privado de armas.
Elena contuvo el aliento. Deslizando una mano debajo de la almohada, sacó su
pequeña caja. ̶ Te lo iba a entregar estando en la cama.
Las alas de Rafael comenzaron a brillar.
Al abrir su caja, la sostuvo. La última vez, habían sido pequeños aros ámbar
apropiados para un cazador que trabajaba. Esta vez, eran pendientes tipo botón:
una ballesta ámbar con un corazón de fuego blanco, la otra una ballesta diminuta
que debió de tomar a un artesano días fabricar. Contuvo el aliento cuando él insertó
primero uno, luego el otro a través de las orejas que había perforado hace un par de
semanas.
Ninguno de los dos habló mientras ella abría su propia caja. Un anillo porque Rafael
no era mucho para otras formas de joyería. Una banda de titanio pesada marcada
con un patrón que hacía eco de la cicatriz de bala en su ala, un trozo de ámbar más
o menos cuadrado en el centro. Una explosión de fuego blanco había quedado
atrapada en el ámbar, los bordes de oro pálido.
Lo único que no era nuevo era la palabra inscrita en el interior: Knhebek.

Rafael le tendió la mano y ella se la puso.


Un suspiro salió de ella. No sabía cuánto echaba de menos esta pequeña señal de
su enlazamiento hasta ahora. ̶ Guardé el resto del ámbar.
¿Para la próxima vez que explotemos?
Al ritmo que va... ̶ Fue entonces cuando vio un resplandor en el horizonte por el
rabillo del ojo. ̶ No mires ahora, pero creo que algo está sucediendo.
Por supuesto, ambos se dirigieron afuera. Elena se abrazó a sí misma mientras
salían al frío. Su sudadera con capucha no era para temperaturas exteriores. Rafael,
con el torso desnudo, la tiró contra él y los dos se quedaron de pie en la fría noche
de invierno mientras una luz espeluznante cobraba vida sobre el agua, de colores
rojo sangre.
Illium me dijo que al menos el mar no se estaba volviendo rojo sangre.
Ahora nos ha embrujado. ̶ Observó paralizada mientras la luz se acercaba cada vez
más. ̶ ¿Deberíamos...?
No, tu Bluebell ya ha sacado un escuadrón para el reconocimiento inicial.

Rafael seguía pensando que debía saber sobre esta luz, un leve susurro de
memoria en el fondo de su mente.
Padre, dijo Illium. El agua alrededor de la luz es clara y acabo de ver un pájaro volar
hacia ella y regresar sin efectos nocivos aparentes. La luz no viene del cielo, sino
que se eleva desde el océano.
Continúa mirando. Rafael no confiaba en nada de la Cascada. No entres ahí.
Los búhos de Elena están bailando alrededor de los colores.
Cazadora del Gremio, deberás desaparcar a tu unicornio. Parece que esto es para
ti. ̶ Le habló de los búhos.
¿Cassandra? ̶ Una tensión tranquila en su voz. ̶ Vamos a averiguarlo.
Les llevó poco tiempo ponerse algo más adecuado para un vuelo nocturno y salir.
Elena solo tomó armas mínimas, lo que para ella significaba su ballesta, los pernos
y suficientes cuchillas para montar una tienda de cuchillos.
Cuando Rafael vio cuántos otros ángeles curiosos se dirigían hacia la luminiscencia,
ordenó a todos menos al escuadrón que retrocedieran.
La obediencia fue inmediata.

Guau.
Rafael tuvo que estar de acuerdo con el susurro de Elena. Había estado vivo un eón
más tiempo que ella y nunca había visto semejante espectáculo. Lo que parecía rojo
sangre desde la Torre resultó ser una compleja combinación de colores, rojo
verdadero solo en el borde superior. Incluso allí, no era rojo sangre sino un rojo
rosado intenso.
Ese tono se desvaneció en un rosa más suave; los colores que ondulaban debajo
eran azules, verdes y dorados y tantos otros tonos que no tenía nombres para todos
ellos. Es como una aurora en el océano. Una hermosa visión lanzada desde las
profundidades.
¿Qué tan alto llega?
Rafael voló hacia arriba y hacia arriba. Tan alto como la Torre.
Girando hacia abajo para flotar junto a Elena, observó a los búhos bailar a través de
la luz y, a pesar de sus sospechas sobre la Cascada, no pudo encontrar nada
amenazador a la vista. Era una obra de arte dada vida, una canción pintada en color
y luz.
Rafael Tengo a Jessamy en la línea. La voz confiada y oscura de Dmitri. Le
pregunté si había oído hablar de este fenómeno.
Dile que parece pacífico a primera vista. Los búhos ciertamente están contentos con
eso. Puede estar vinculado a Cassandra.

Una pausa, durante la cual él y Elena volaban a lo largo de este lado de la aurora
marina. Bañadas por esa luz, las alas de Elena brillaron con una impresionante
variedad de colores, una mezcla de ella y la aurora. Cuando ella extendió una mano
cuidadosa hacia la luz, él fue a detenerla, pero ya era demasiado tarde.
La luz pintaba el lienzo de su piel, pero no se pegaba, su mano estaba intacta
cuando la retiró. Lo siento, no debería haber hecho eso, pero me sentí muy a salvo.
Una mirada a los búhos. Creo que saben que esto no es dañino.
Rafael deslizó su ala a través de la luz. Hay energía aquí. Un poder. Resonaba
profundamente dentro de él. Pero no siento malevolencia.
La aurora marina se movía constantemente hacia su ciudad.
Dmitri, ¿tienes algo?
Jessamy acaba de encontrar una referencia a un "sueño de luz y color sobre el
océano". Está en un texto antiguo que menciona vagamente a Cassandra: espera.
Pasaron treinta segundos. Aquí está la cita: “Y en ese sueño de luz y color sobre el
océano bailaron las alas del vidente. Los dos están siempre entrelazados y nunca
juntos. Uno de luz y sueños, el otro de sangre y profecías. ¿Tiene sentido para ti?
Me temo que podría.

Elena, ahora cerca de él, dijo: ̶ ¿Por qué la mirada?


Él le contó lo que Dmitri acababa de decir y la observó mientras lo hacía. Un
pequeño ceño se abrió camino entre sus cejas. ̶ Uno de luz y sueños, el otro... ̶ Una
ampliación de sus ojos. ̶ Mierda. ¿Otro Anciano despierta?
Esa parece ser la explicación inevitable.
Joder.
Sí. ̶ Aegaeon se había agitado en el territorio de Astaad,
Cassandra estaba en un sueño intermitente en el mejor de los casos, y ahora esto. ̶
Por el momento, sin embargo, no parece ser peligroso. Permitiré que nuestra gente
lo vea mientras sigan las órdenes del escuadrón.
Siluetas angelicales se alzaron de los techos, balcones y calles de toda la ciudad
mientras Elena y Rafael volaban de regreso. Una serie de embarcaciones marinas
comenzaron a avanzar hacia la luz. Dmitri y Venom estaban esperando en el techo
de la Torre y Rafael se dirigió hacia ahí, Elena a su lado.
La nieve en el techo suavizó el sonido de su aterrizaje, y la luz, cuando se volvieron
para mirarlo, permaneció tan hermosa y espeluznante.
Venom se paró junto a Elena, Dmitri junto a Rafael.

Recibí una llamada mientras Dmitri hablaba con Jessamy.


Venom deslizó sus manos en los bolsillos de su traje gris profundo. ̶ Era del
segundo de Charisemnon. ̶ Su labio se curvó ante la mención del arcángel que
había causado la caída de los ángeles al suelo por toda Nueva York. ̶ Las imágenes
del fenómeno de la luz ya se han extendido por todo el mundo. Llamó para
preguntar si creíamos que un arcángel estaba despertando.
Rafael extendió las alas y las cerró con lenta deliberación.
Esa es una pregunta muy específica.
Lo señalé. La respuesta fue que un lago remoto en su región se acaba de congelar:
dentro de él hay millones de burbujas translúcidas, los colores íntimamente similares
a nuestra aurora sobre el mar. ̶ Pasó el teléfono. ̶ Pura suerte que alguien lo haya
encontrado: un ángel mayor decidió tomar el largo camino a casa.
Wow otra vez, ̶ dijo Elena.
De hecho. ̶ El agua era una sábana brillante, las burbujas debajo prístinas y
perfectamente formadas. Aire atrapado en el hielo. ̶ ¿Saben si esto ocurrió al mismo
tiempo que la aurora marina?
Una sacudida de la cabeza de Venom. ̶ Me dio la impresión de que lo descubrieron
hace un par de días, pero lo mantuvo en silencio. ̶ No había sorpresa en su tono
comportamiento de la corte de Charisemnon. Ante tal Puedo ver por qué piensan
que los dos incidentes están conectados. ̶ Elena le devolvió el teléfono a Venom. ̶
Esos son colores distintivos en las burbujas y en la luz.
¿Cuántos Antiguos puede sostener el mundo? ̶ Dmitri cruzó los brazos sobre el
pecho. Su camisa negra ondeaba en el viento fresco que salía del agua en la
distancia.
Actualmente somos nueve. El décimo debería ser un arcángel, no un Anciano, pero
el mundo no se romperá si son tres Antiguos. ̶ Parecía recordar una lección de
historia de hace mucho tiempo en el aula de Jessamy que mencionaba una Cátedra
con tres Antiguos. ̶ Si más de esos Antiguos se despiertan causarán grandes
perturbaciones y caos a menos que perdamos varios miembros actuales de la
Cátedra. ̶ Sus poderes estarían demasiado juntos, las energías demasiado
violentas, y los viejos tendían a ponerse en su camino, no listos para este nuevo
mundo. ̶ Hará que la Cascada parezca una carrera de entrenamiento.
Elena contuvo el aliento. ̶ ¿Tan malo?
Sobrevivimos con once antes porque Madre no quería territorio y China es tan
grande que Favashi estaba muy lejos de ella. No podemos confiar ni en la falta de
deseo territorial ni en la geografía con ningún nuevo arcángel o antiguo. ̶ Su madre
era un caso único al no querer gobernar una vasta área. ̶ Has visto cuánta violencia
pueden generar dos arcángeles en la batalla. ̶ Rafael y Uram casi habían destruido
Nueva York. ̶ Ahora imagina que sucede entre más de dos arcángeles, batallas que
tienen lugar en múltiples lugares alrededor del mundo al mismo tiempo.
La mirada de Elena regresó a la aurora marina. ̶ Puedes ser un Anciano y no ser un
arcángel, ¿verdad?
Sí. Pero cualquier Anciano que despierte con fenómenos naturales como este es un
arcángel. ̶ La luz continuaba colgando sobre el mar, pareciendo ondular en el viento,
una música suave.
Sonó el teléfono de Dmitri. Él lo miró. ̶ Es Rhys.
Un general de alto rango en el territorio de Neha.
Se apartó para atender la llamada y volvió a decir: ̶ Delhi está brillando. Algún tipo
de bioluminiscencia. Rhys me está enviando imágenes.
Si todo esto es el mismo Antiguo, ̶ dijo Elena, ̶ Entonces como que me gusta ya.
Quiero decir, luces bonitas, burbujas frías en un lago, ciudades resplandecientes,
me parece bastante gentil.
Rafael miró el agua, sin estar seguro de que todo estuviera conectado a un Anciano.
̶ La bioluminiscencia me parece diferente de los dos fenómenos basados en el agua.
Rhys ha dicho un eufemismo. ̶ Dmitri volteó su teléfono en su dirección.
Parece que los extraterrestres vinieron e irradiaron todo. Elena silbó entre dientes.
Cuando el teléfono de Dmitri sonó justo cuando lo retiraba, Rafael dijo: ̶ ¿Qué
segundo es ahora?
No es un segundo, pero bien podría serlo, es ese asqueroso, Riker. No sé por qué
Michaela lo mantiene cerca. Es un hijo de puta vicioso.
También es cruelmente leal con ella, ̶ dijo Rafael cuando Dmitri se alejó de nuevo.
Su segundo solo extendió su teléfono cuando regresó: en él estaba la imagen de
una vieja ciudad europea, posiblemente Praga, respaldada por un cielo en el que se
arremolinaba una lenta espiral de estrellas. Una nueva galaxia estaba naciendo.
No fue el presagio final.
Al amanecer, Nueva York estaba bajo el control de una gran tormenta que cubría la
ciudad de hielo, y la lista había crecido para incluir intrincados círculos de cultivos en
la tierra de Titus, una tormenta de lluvia en Japón que convirtió al país en un
magenta brillante, grandes rocas de erupción en erupción fuera de la tierra en el
territorio de Alejandro, algunos a través de los pisos de los edificios, y por último,
pero no menos importante, una floración imposible de flores silvestres a través de la
congelada Siberia.
Si cada uno representara un Antiguo, o incluso simplemente un arcángel... Muerte.
Era la muerte.
38
El torbellino de hielo finalmente comenzó a descongelarse setenta y dos horas
después, pero Elena no respiraba con facilidad. No solo el frío amargo había
causado una serie de muertes, el volcán que jodidamente no debería existir había
explotado con venganza. Andreas estaba a cargo de la limpieza del desastre y su
gente aún contaba los muertos.
El territorio de Rafael no fue la única víctima de la ola de eventos catastróficos.
Cientos, quizás miles, habían sido arrastrados por las inundaciones en la India,
mientras que las plagas de langostas habían envenenado a innumerables personas
en los territorios de Titus y Charisemnon.
Un deslizamiento de tierra masivo en el territorio de Alejandro había enterrado una
aldea remota, mientras que un incendio desenfrenado había estallado en la antigua
ciudad de Xian, China.
El territorio de Michaela estaba en medio de una ola de calor mortal en las
profundidades del invierno, mientras que los cultivos de alimentos diseñados para
alimentar a muchas personas de Elijah durante los meses de invierno habían
comenzado a pudrirse y degradarse sin razón.
Con todo eso sucediendo, Elena apenas sintió el frío de la llovizna mientras
caminaba por el borde del acantilado de su tierra del Enclave. ̶ ¿Qué dijo Astaad?
Rafael pasó la mano por los mechones húmedos de su cabello. ̶ Acaba de perder
dos islas más bajo el agua turbulenta. Pocas bajas porque ya había dado la orden
de evacuación, pero un gran barco volcó al mismo tiempo en el océano. Más de
cuarenta vidas mortales tomadas por el mar.
Entumecida por la constante ola de desastres, Elena fue a preguntar por Japón
cuando su cuerpo se balanceó en una ola ondulante. Al otro lado de las aguas
cubiertas de hielo del Hudson, la Torre se movió. ̶ Arcángel, la Torre.
Está diseñada de acuerdo con las formas modernas de construcción. Se flexionará,
pero no caerá en un temblor.
Elena se sacudió cuando otro temblor golpeó, este mucho más fuerte. Despegar fue
instintivo. Ella y Rafael se dirigieron directamente a Manhattan, golpeando el borde
de la ciudad justo cuando un rascacielos en la distancia, sus ventanas de un azul
reflectante comenzaron un espectáculo impresionante y mortal. Los vidrios de las
ventanas cayeron como agua para romperse en la acera y en la calle muy por
debajo.

Las alas de Rafael se convirtieron en fuego blanco, Elena voló tan rápido como
pudo a su paso, pero ya era demasiado tarde para salvar a los peatones que habían
estado bajo el cristal cuando cayó por primera vez.
El mundo ya no temblaba cuando Elena aterrizó, toda la acera cubierta de nieve
inquebrantable creada a partir de cristales azules rotos.
Era cristal de seguridad, pero la cantidad y la velocidad habían sido catastróficas.
Corriendo hacia donde podía ver una mano extendida con las uñas pintadas de un
rosa suave, comenzó a limpiar el cristal fuera de ella. Rafael ya estaba sacando otro
cuerpo de los escombros de vidrio detrás de la mujer.
Apenas notó cortar su mano en un trozo de alambre de metal escondido en los
escombros filosos, el rojo manchando los cuadrados de azul. No fue sino hasta más
tarde, después de haber llevado a una pequeña adolescente al hospital, que se
limpió la palma de la mano al costado de sus pantalones... y recordó que un corte
que no sanaría había sido uno de los primeros signos de su "retroceso".
Con la tripa retorcida, levantó la mano para examinar el corte.
Su palma era lisa, sin marcas de nada, excepto restos secos de sangre. Incrédula,
presionó su carne. Sin hematomas, sin indicios de que se hubiera lastimado en
absoluto. Todavía lo estaba mirando cuando sonó su teléfono. Era Vivek, que la
dirigía a otra área donde alguien necesitaba ayuda.
Nueva York se construyó fuerte, pero también tenía un montón de edificios antiguos.
De todos modos, solo dos horas después, ella y Rafael se encontraron en el cielo
sobre la ciudad. ̶ No es tan malo como pensábamos al principio.
La gran mayoría de la ciudad había pasado sin efectos nocivos. Los taxis amarillos
zumbaban por las calles, intercambiando insultos con los mensajeros en bicicleta
kamikaze, mientras que los carritos de comida que habían cerrado las tiendas
después del temblor volvían a hacer un buen negocio.
Estoy más preocupado por otras consecuencias. ̶ Rafael miró el océano. ̶ Nuestros
sensores informan una perturbación en las profundidades del mar.
Como si fuera una señal, el océano comenzó a hervir... y el cielo, se volvió de un
violento moretón morado. Mientras observaban, el agua se separó como si fuera
una gran bestia de las profundidades. Sin embargo, lo que surgió de esa agua no
fue una bestia mitológica, sino un hombre delgado vestido con una túnica blanca y
pantalones negros, su cabello castaño oscuro y su piel rojiza.
Sus ojos eran de un gris deslumbrante, sus huesos perfectos.

¡Soy Antonicus! ¿Quién se atreve a despertarme?


Elena hizo una mueca ante la inmensidad de esa voz. Sin mostrar respuesta
externa, Rafael voló hacia el otro arcángel. Soy Rafael y tú estás en mi territorio.
Esta tierra no es tuya.
El antiguo lo miró fijamente, su mirada plana. Eres un cachorro. Lanzó una mano
rodeada de fuego de ángel.
Esquivando fácilmente el rayo, Rafael le devolvió el golpe con un rayo propio.
Antonicus logró evadirlo, pero chamuscó el costado de su túnica. Siseando, el otro
arcángel miró sin pestañear cuando Rafael se detuvo frente a él.
¿Por qué perturbar mi descanso, cachorro?
No deseo que estés despierto, ̶ dijo Rafael sin rodeos, sin ánimo de ser amable. ̶
Una Cascada está en efecto y está teniendo un impacto impredecible en todos los
de la Cátedra, incluso en aquellos que duermen.
Los hombros del Antiguo se anudaron, la furia distorsionó su belleza. ̶ He vivido mi
Cascada. Es mi momento de descansar.
No creo que esta Cascada en particular te permita dormir hasta que llegue a su
punto culminante.
En el mismo instante, contactó a Illium y le pidió al ángel que se uniera a él y a
Antonicus.
Estoy cansado. ̶ Antonicus miró a su alrededor con esa declaración absoluta. ̶ ¿Qué
es este lugar de acero y vidrio y torres que tocan el cielo?
Te lo explicaré. Por ahora, recientemente hemos tenido un temblor de tierra y debo
asegurarme de que mi ciudad esté segura. ̶ Rafael se dio cuenta de que había
tenido suerte, a pesar del intercambio inicial de fuego de ángel, Antonicus parecía lo
suficientemente estable. ̶ Eres bienvenido en mi Torre. Volveremos a hablar una vez
que regrese.
Antonicus no se movió, las alas de color gris carbón se extendieron en un vuelo
estacionario. ̶ Tienes ojos como los que he visto en otro ser en toda mi existencia.
Pero Caliane no tuvo descendencia cuando me fui a dormir. Ni siquiera tenía pareja.
Caliane es mi madre. ̶ Rafael cortó al Anciano antes de que pudiera hablar más. ̶ El
líder de mi escuadrón te llevará a la Torre. ̶ Asintió a Illium, que se había detenido a
una respetuosa distancia más allá de ellos.
Otro cachorro. ̶ El Antiguo resopló. ̶ ¿En qué se ha convertido el mundo si solo los
jóvenes están despiertos? ̶ Todavía estaba murmurando mientras volaba con Illium.

•••
En el mismo instante en que los temblores azotaron Nueva York, el cielo se convirtió
en una aguamarina espolvoreada de plata en las profundidades de la noche en el
Pacífico, cuando los géiseres de agua se dispararon desde una de las islas recién
sumergidas de Astaad, y los cielos se abrieron.
Fue pura suerte que él estuviera cerca en ese momento.
Según Platón, el vampiro, su filósofo más antiguo, era casi como si los huesos del
mundo hubieran cambiado, poniendo las cosas en desequilibrio. Astaad disfrutaba
hablar con sus historiadores, filósofos y científicos, apreciaba el don del intelecto,
pero no tenía paciencia con tales explicaciones en medio de una Cascada.
Necesitaba hechos concretos para prepararse a sí mismo y a su gente.
El Anciano enfurecido que salió de la isla sumergida en un rugido de sonido fue
exactamente lo contrario de Astaad.
Conocido por su temperamento y su infame harén, Aegaeon había nacido con un
arma de guerra en la mano.
Astaad también tenía un harén, pero el suyo era una familia. Sus mujeres se veían
como hermanas. Raramente llevaba mortales a ese harén, pero las pocas veces
que lo hacía, amaba y cuidaba a cada uno hasta el final de su vida, al igual que sus
hermanas. Su harén lloraba cuando una de la familia se moría.
El harén de Aegaeon, por el contrario, había sido un lugar de lujuria y ambición.
Incluso durante su breve vigilia en la vida de Astaad, muchas de sus amantes
habían muerto a manos de otra. Aegaeon había recompensado a los miembros más
mortales con sus favores mientras descartaba a los que consideraba débiles.
El sonido retumbó en la garganta del arcángel muy musculoso con la piel que
sostenía la luz del sol y el cabello de un impactante verde azulado. Sus ojos eran
del mismo azul verdoso, sus puños enormes mazos y su pecho desnudo marcado
con un remolino plateado que hacía eco del patrón en el cielo. En su mano estaba la
guadaña que se había convertido en su arma preferida, el implemento con el que
solía liberar su poder con tanta frecuencia.
Las alas que se extendían detrás de él eran de un verde más oscuro con vetas de
azul salvaje.
¡Soy Aegaeon! ̶ Rugió. ̶ ¡No debo ser molestado!
Astaad deseó no estar empapado, su túnica sucia por el trabajo que había estado
haciendo para salvar a tanta gente como pudo, pero así era como habían caído las
cosas y él era un arcángel. ̶ ¡Soy Astaad! ̶ Hizo su propio sonido de voz, porque sí,
él era capaz de eso, simplemente prefería ser más refinado. ̶ ¡Tú invades mi
territorio!

La guadaña atrapó la plata del cielo, su borde brillaba. ̶ ¿Por qué me despiertas? ̶
Los ojos de Aegaeon brillaron como piedras preciosas. ̶ ¡No estoy listo para
despertar!
Estamos en medio de una Cascada catastrófica. ̶ Astaad no tenía más respuestas
para él que esta. ̶ Es por eso por lo que tu isla está sumergida.
Aegaeon miró hacia abajo, su cabello cayendo alrededor de las líneas cuadradas de
su mandíbula, parecía notar el agua por primera vez. Un rizo en su labio. ̶ ¿No
puedes limpiar esas cosas? ̶ Una ola de la guadaña y el agua se retiró.
Prefiero ahorrar mi energía para las tierras que permanecen habitadas. ̶ Astaad no
permitiría que un intruso estableciera las reglas en sus tierras; sin embargo, haría
uso de la inclinación de Aegaeon por hacer alarde de su poder. ̶ Mi gente está
muriendo y las islas se están sumergiendo más rápido de lo que podemos
evacuarlas.
¡Muéstrame!
Cada palabra que salía de la boca del hombre provocaba dolor de cabeza.
Ven. ̶ Aegaeon voló tras él sin discutir, pero Astaad sabía que la cooperación pronto
se convertiría en agresión. Aegaeon no era un ángel que estaría satisfecho con
nada más que un territorio completo.
•••
Tan pronto como Astaad vio el primer géiser de agua en la isla, una ola de sonido
golpeó el territorio de Alexander mientras estaba parado hasta los tobillos en la
nieve. El cielo despejado se convirtió en una noche sin luna, ébano y sin fin.
Zanaya está ascendiendo, ̶ dijo a su segundo.
Al tomar el vuelo, pronto vio arenas cubiertas de nieve en la distancia de donde
emergió un espejismo de luz y oscuridad, una mujer de color a la luz de las
estrellas. Rizos plateados hasta la cintura bañados en púrpura hasta que era un
tono que no había visto en ninguna otra, piel de noche, ojos enormes orbes oscuros
que sabía parpadeaban con una luz plateada y labios para que un hombre pudiera
mirarlos y pensar en su propia perdición.
Hasta que ella te cortaba el corazón y lo freía para comerlo con su vino más
preciado.
Más baja que él por varios centímetros, Zanaya llevaba su espada en la espalda
porque, por supuesto, Zanaya se iría a dormir con una espada. Era su amante más
querida.
Su cuerpo estaba vestido con un manto corto que abrazaba cada curva y valle. Una
creación brillante a la luz de las estrellas que cubría sus senos y muslos y, sin
embargo, la dejaba más atractiva que si hubiera estado desnuda.

Sin embargo, como Alexander sabía personalmente, Zanaya era más que seductora
cuando estaba desnuda hasta la piel. Aterrizó frente a ella con una sensación de
inevitabilidad en sus entrañas.
Xander. ̶ Un ronroneo de sonido, el idioma que no había escuchado durante
milenios incluso antes de su Sueño. ̶ Nos encontramos de nuevo.
Ese es el nombre de mi nieto ahora.
Las chispas de la luz de la luna en sus pupilas se hicieron más brillantes. ̶
¿Bromeas? ¿Eres abuelo? ̶ Una lenta seducción en una sonrisa. ̶ He dormido
mucho.
Eso es cuestión de opinión, ̶ murmuró en voz baja.
Echando la cabeza hacia atrás, se echó a reír y el sonido lo envolvió como siempre,
delicioso y adictivo y Zanaya. ̶ Oh, Alexander, no me digas que no estás feliz de
verme. Estoy abatida. ̶ Estiró los brazos hacia el cielo, arqueó la espalda y clavó los
dedos de los pies en la nieve, y fue como ver a una leona despertarse al sol que
incluso ahora perseguía la repentina noche de Zanaya desde el cielo. ̶ No nevaba
en este desierto cuando me fui a dormir. ̶ Se agachó y levantó un puñado de
brillantes cristales de hielo. ̶ ¿Todavía fluye mi Nilo, o es hielo?
Ha comenzado a congelarse, ̶ le dijo al arcángel mortal y encantadora que prefería
ser llamada la Reina del Nilo sobre cualquier otro título. ̶ Estamos en una Cascada.
Eres el único antiguo que conozco que se ha despertado con tanta brusquedad,
pero hay signos de que Aegaeon también está despertando. Caliane se despertó
antes que yo.
Sin sonreír mientras se levantaba, regia y tan hermosa que nunca había
comprendido por qué el mundo consideraba a Michaela el epítome de la belleza. ̶
Dormiré, ̶ dijo, porque podría ser irritante y medio loca, pero Zanaya también era un
arcángel que había sido amada por su gente, y una vez, por Alexander.
No creo que la Cascada te permita dormir. ̶ Él cruzó los brazos con rigidez para
evitar acariciarle los hombros y los dedos, como había hecho mil veces en otra
época. ̶ Llamaré a una reunión de la Cátedra sobre ti, pero primero, tengo que
rescatar a un pueblo enterrado bajo el hielo y la nieve.
¿Por qué tan de mal genio, amante?
Soy un Anciano. Trátame como tal o...
¿O qué? ̶ Un guiño, largas pestañas cayendo como un abanico. ̶ Entonces, dime
qué has estado haciendo desde que decidí que había causado suficiente caos
durante diez vidas inmortales.

Como si no hubieran estado separados durante cien mil años. Ella se había ido a
dormir diez años después de su última pelea, mientras él todavía estaba medio
furioso y medio enamorado de ella. No a causa de él. Zanaya nunca había estado
ligada a las decisiones de los demás y era parte de por qué lo había hechizado
tanto.
Tengo trabajo que hacer. ̶ Se elevó en el aire. Ella lo siguió con una risa, sus alas
ondulantes negras con manchas de blanco plateado.
Fue entonces cuando el mundo se volvió negro de una manera que no se parecía
en nada a la exuberante oscuridad de Zanaya. El silencio que descendió fue
opresivo... hasta que fue roto por gritos que perforaron los oídos y chillaron.
¿Qué es esta cacofonía? ̶ Gritó Zanaya. ̶ ¡Ningún arcángel que conozco despierta
con tanta oscuridad!
No la conoces. Su nombre es Lijuan.

39
Neha vio el regreso de Lijuan desde un fuerte fronterizo en su propio territorio, Nivriti
a su lado. Ella y su gemela habían declarado una tregua extraña e inestable frente
al caos fomentado por la Cascada y cuando Nivriti estaba con ella de esta manera,
los tonos de pavo real de las alas de Nivriti casi tocaban el blanco y el índigo de ella,
Neha recordó todo lo que había perdido y se preguntaba si era su hora de dormir.
Todo dolía. Su corazón. Su alma.
Estaba muy cansada.
Pero ninguno de ellos podía dormir ahora, con Lijuan levantándose una vez más. La
negrura que anunciaba su despertar finalmente había retirado su presencia
sofocante de las tierras de Neha, pero se mantuvo firme en China y sus
alrededores.
¿Crees que la gente dentro ve algo de luz?
Creo que a esa le gusta mantener a su gente en la oscuridad.
El viento trajo olores a través de la frontera, hasta la cima del fuerte. Con pequeños
pelos en la nuca, Neha envió una orden mental a sus generales para que montaran
una guardia permanente en toda la frontera. No la tomaría por sorpresa, no sería un
premio que reclamar para Lijuan.
Sin embargo, incluso mientras pensaba eso, sabía que Lijuan había regresado
diferente a la Cátedra.
El Arcángel de China ya había podido volverse no corpóreo antes de su
desaparición, y ahora había regresado después de un no real sueño en absoluto,
con el poder de opacar todo su territorio del resto del mundo.
La niebla negra se cernía sobre China, solo para curvarse y encontrarse con la tierra
en la frontera. Mientras Neha observaba, un pájaro desorientado por los cambios
repentinos en el cielo voló hacia la pared de niebla. Su pequeño cuerpo cayó al
suelo un latido más tarde.
Saltando del techo del fuerte, con mechones de cabello que habían escapado de su
trenza pegada a los lados de su cara, Neha levantó sus alas para poder aterrizar
suavemente en la tierra debajo.
Nivriti ya estaba abajo. Ella siempre había hecho eso. Intentado ser más rápida,
mejor, más fuerte. No es que ya importara. Deslizando su espada desde la vaina en
su cadera, Neha empujó el pequeño cuerpo del pájaro fuera de la zona de peligro.
No lo toques, ̶ dijo cuando Nivriti se agachó, la esmeralda, el cobalto y el negro de
sus alas se extendieron detrás de ella.

No soy tonta, hermana. ̶ Palabras cortantes, la atención de Nivriti en el pájaro


muerto. ̶ Es difícil decir si las marcas de violencia en el cuerpo son el resultado de la
pared o de la caída del pájaro.
Neha se agachó junto a su hermana, con las alas superpuestas. ̶ Mira eso, Nivi. ̶
Señaló el área del ala.
Un silbido. ̶ Cortes. Sin embargo, no hay piedras en el suelo que pudieran haber
causado tanto daño.
¡Señora! ̶ Uno de los vampiros mayores de Neha corrió hacia ella, cuando él llegó
sin aliento. ̶ Un perro corrió hacia la oscura niebla y cayó donde estaba parado.
Cuando lo arrastramos por los cuartos traseros visibles, estaba cortado por todas
partes y sangrando.
¿Muerto? ̶ Tenía que saber si era posible sobrevivir.
Casi, ̶ dijo el vampiro. ̶ Le dimos misericordia.
La misericordia fue la elección correcta. ̶ Se puso de pie.
Corre la voz de que nadie debe acercarse a la frontera. Advertiré a la gente de Lady
Caliane. Si alguien cae, sáquenlo lo más rápido posible.
Sí, mi reina.

Nivriti se puso de pie cuando el vampiro corrió a acatar las órdenes de Neha. ̶
Ningún arcángel en la historia ha podido rodear su territorio.
Caliane puede hacerlo, ̶ murmuró Neha. ̶ Pero Amanat es del tamaño de un pueblo
grande. Para abarcar a China...
Ella miró la niebla oscura y se dijo que era su imaginación, que no podía ver los
rostros atrapados y gritando de los aldeanos perdidos que la miraban.
Todas esas almas encarceladas para siempre, sus dientes y uñas, las armas de
Lijuan.

40
Hablando sobre el infierno en la tierra. ̶ El murmullo de Elena hizo que Antonicus le
lanzara otra mirada clavada. Ella trató de ignorarlo. La había estado mirando
fijamente desde que ella regresó a la Torre.
Debería haber estado mirando la pantalla frente a ellos; era una transmisión en vivo
desde el territorio de Neha, de la frontera con China. El segundo de Neha la había
enviado a todos los De la Cátedra antes de que Rafael pudiera iniciar una reunión
sobre Antonicus.
El infierno es un concepto mortal. Esto es en gran medida una pesadilla inmortal.
Elena no podía estar en desacuerdo, pero esa no era la razón por la que le picaba la
nuca. ¿Por qué Antonicus sigue mirándome como si fuera un bicho nuevo e
interesante?
Él no tiene idea de lo que eres y eso es algo extraño para un inmortal. Pasó los
dedos por el fuego de tormenta de sus alas.
Tiritando internamente, Elena dijo: Basta de eso. Tengo que parecer dura para que
tu nuevo amigo no intente abrirme y examinarme.

Él no es un amigo.
Las facciones de Rafael no revelaron nada cuando se volvió hacia el Anciano, su
presencia remota de una manera que le recordaba al arcángel que había conocido
por primera vez.
Has sido muy paciente. Sin embargo, es hora de que tengamos una reunión con la
Cátedra.
No ha sido un problema, ̶ respondió Antonicus en un idioma que Rafael podía
entender. Sabía que el otro arcángel había elegido ese idioma a propósito, porque
ya debía haber aprendido el inglés moderno. Esa era una habilidad que parecía
agudizarse con la edad y el conocimiento, como si una vez que el cerebro tuviera
cien idiomas dentro, los nuevos simplemente fueran absorbidos.
Los ojos de Antonicus volvieron a Elena.
A menos que desees comenzar una guerra, ̶ dijo Rafael en el mismo idioma antiguo,
̶ tratarás a mi consorte con respeto. O ella se verá obligada a extirpar tus ojos de tu
cabeza.
Comprendiendo claramente su tono, si no sus palabras, Elena comenzó a jugar con
una cuchilla afilada entre sus dedos.
Antonicus finalmente recordó sus modales, incluso tuvo la gracia de sonrojarse.

Rafael sabía que era poco probable que el cambio durara. Los ángeles de esa edad,
arcángeles o no, tenían una tendencia a creer que la edad les daba la libertad de
descartar las reglas de comportamiento aceptadas.
Consorte. ̶ El arcángel hablaba inglés con acento líquido. ̶ Eres el ser más singular
que he visto en toda mi vida.
Supongo que no conoces a Naasir, ̶ fue la respuesta genial de Elena.
Las alas de Antonicus se abrieron en una ola de gris carbón, cerradas de golpe. ̶
¿Quién es este Naasir? ¿Es como tú? ¿Un ángel hecho?
La sonrisa de Elena fue lenta y astuta como la de Naasir.
Tendrás que preguntarle a Naasir qué es él.
Diversión cortando el hielo de su ira, Rafael tocó su mente.
¿Intentando revelar los secretos de Naasir a través de otros?
¡Nunca! Voy a encontrar esas respuestas yo misma. Solo quiero que Antonicus
golpee su cabeza contra esa pared de ladrillo en particular, también.
Sire. ̶ Dmitri entró en la oficina. ̶ La Arcángel Neha ha convocado una reunión de la
Cátedra. ̶ Palabras de cortesía perfecta que no revelaron nada de la realidad de la
relación de Rafael y Dmitri. Su segundo y amigo había conocido suficientes
Antiguos para comprender cómo manipular sus percepciones donde importaba.
Antonicus no le hizo caso a Dmitri. Los viejos a menudo eran tontos.
Estate atento a esta transmisión. ̶ Rafael indicó lo que estaba ocurriendo en el borde
de Neha. ̶ Interrúmpenos si hay un cambio importante. ̶ Con eso, llevó a Elena y
Antonicus a la gran sala preparada para estas reuniones e inició el enlace.
Antonicus retrocedió cuando vio la cara de Neha aparecer en la pantalla central, la
de Caliane en la pantalla junto a la de ella. ̶ ¿Qué es esto? ¿Has atrapado a la
Cátedra dentro de estas cajas negras? ̶ Sus alas comenzaron a brillar.
Antonicus, reconocería esa voz en cualquier lugar. ̶ Caliane, con su traje de cuero
blanco polvoriento y el cabello húmedo, sacudió la cabeza. ̶ Todavía actuando antes
de pensar, ya veo.
No tenemos tiempo para explicarte el mundo moderno, espetó Neha al arcángel
mucho más viejo. ̶ Basta decir que estos son dispositivos de comunicación.
Más caras aparecieron en las pantallas a su alrededor.
Alexander también tenía un arcángel desconocido con él. Las entrañas de Rafael se
tensaron. Cada despertar debería haber enviado una ola de color, luz o sonido en
todo el mundo, alertando a todo la Cátedras obre lo que estaba ocurriendo. En
Nueva York, aparte de los disturbios causados por el despertar de Antonicus, eso
solo había sucedido con los gritos de muerte que anunciaban el regreso de Lijuan.
A menos que... ¿Era posible que los demás se hubieran despertado todos a la vez?
Esperó a Astaad, con la columna rígida. El Arcángel de las Islas del Pacífico fue el
último miembro de la Cátedra en aparecer. Con él había un arcángel con enormes
hombros y cabello de color verde azulado. Elena, necesito que vayas con tu
Bluebell. Te quiero con él cuando le dé algunas noticias.
Elena salió de la habitación en silencio y sin preguntas, y él supo que había sentido
la urgencia latiendo por sus venas.
Después habló con Dmitri. Encuentra a alguien en quien confiemos en el pueblo de
Lumia. No, alguien en quien el Colibrí confíe. La tarea de ese individuo es
mantenerla alejada de cualquier fuente de noticias hasta que se le den más
órdenes. La madre de Illium estaba al menos lo suficientemente aislada para que
pudiera darle tiempo para acostumbrarse a este giro de los acontecimientos en sus
propios términos antes de que el mundo comenzara a atacarla.
Rafael se obligó a prestar atención cuando Alexander presentó a Zanaya, luego
cumplió con su deber presentando a Antonicus. Astaad estaba notablemente
tranquilo en su presentación de Aegaeon.

El Antiguo frunció el ceño. ̶ No tenía la intención de despertar todavía. Apenas he


dormido.
Una oleada de violencia dentro de Rafael que tenía su mano en un puño duro a su
lado. Mejor que este Anciano en particular hubiera Dormido para siempre.
Rafael, estoy con Illium. Está exhausto después de las maniobras de entrenamiento
que ha estado corriendo todo el día.
Quédate con él. No importa qué. No podía decirle a Elena por qué, esta noticia
debería ir primero a Illium.
No me moveré de su lado.
Rafael tocó la mente de Illium sin esfuerzo, todos sus Siete eran huellas
permanentes en su mente. Illium
Padre. ¿Me necesitas? Estoy con Ellie. Estaba de camino a la cama, pero ella me
atrajo con una bandeja llena de los deliciosos dulces de Sivya.
Rafael esperaba que el vínculo de Illium con Elena lo ayudara a superar esto. Tengo
malas noticias para ti. Le dio al ángel más joven la información sin intentar suavizar
el golpe, no podría hacerlo. Tu padre ha despertado.
•••

Elena supo en el instante en que Rafael le dijo a Illium lo que fuera que había
puesto ese tono mortal pero protector en su voz. Illium se congeló en el acto de
alcanzar otra tarta, de repente tan inmóvil como una estatua de mármol. Sentada a
su lado, deslizó su mano sobre una de las suyas brutalmente apretadas. No
reaccionó, su mandíbula rígida y sus alas sostenidas con precisión en su espalda.
Elena solo esperó.
Se sintió como una eternidad antes de que él dijera: ̶ Tengo que ir a Marruecos. ̶
Cada palabra era dura, llena de valor.
Elena, por instinto, dijo: ̶ Eres rápido, pero estás cansado. El avión está listo. ̶
Siempre estaba listo y esperando para despegar cuando Elena, Rafael o cualquiera
de los Siete estaban en Nueva York. ̶ Te llevará a la pista de aterrizaje privada en
Marruecos en once horas.
El gesto de Illium fue irregular, su expresión peligrosamente plana.
Rafael, Illium se dirige a Marruecos. Quiero ir con él. No había forma de que ella
pusiera a Bluebell en ese avión solo, no en su condición actual. ¿Estar ausente
causará algún un problema?
Esa era una pregunta que no había hecho después de enamorarse de su arcángel
por primera vez, pero su relación había crecido y madurado. Ya no se trataba de
luchar por su libertad y de que Rafael quisiera envolverla en algodón. Ella era su
consorte y no solo la necesitaba a su lado en ciertos momentos, sus enemigos no
dudarían en usarla para hacer un punto en su contra.
Ve, dijo. Protegerte sacará a Illium de su estupor. Aodhan volará desde el Refugio
para encontrarte en Marruecos. La situación actual con el exceso de arcángeles
mantendrá a la Cátedra distraía mientras tanto.
Los hombros de Elena se destensaron un poco. Aodhan e Illium actualmente tenían
una relación difícil, pero su amistad tenía siglos de antigüedad. Podría estar bajo
tensión, pero no se iba a fracturar en el corto plazo. Volveré tan pronto como Illium
esté bien.
El mar estrellado y besado por el hielo en su mente, el abrazo de su arcángel
peligrosamente más poderoso.
Voy contigo.
Illium levantó la cabeza bruscamente, el negro de punta azul de su cabello se
balanceó con el movimiento. ̶ Necesitas estar aquí, con el Padre.
Hemos hablado, está bien. Llamaré a la tripulación de vuelo para avisarles que
estamos en camino.
Ellie... ̶ Ojos de oro oscuro llenos de tormento y confusión.

La decisión está tomada. ̶ Ella se levantó. ̶ ¿Necesitas agarrar ropa de tu suite?


Haciendo un sonido frustrado, dijo: ̶ Esto no ha terminado, pero se fue en una
carrera.
Ella alertó a su piloto más veterano, el gruñón pero brillante Dougal, y luego se
metió en su armario para tomar un cambio de ropa para ella... y vio una bolsa de
lona completamente nueva, allí empacada y lista. Su vieja bolsa maltratada, que
había sobrevivido a muchos viajes de cazadores, había estado en la casa del
Enclave cuando explotó.
Este era un acolchadas. Ejemplar idéntico, hasta las hombreras Montgomery, te
amo más de lo que es natural.
Agarrando la bolsa y deteniéndose solo el tiempo suficiente para arrojar su
computadora portátil y algo de ropa interior, estaba en el pasillo cuando un
pensamiento la golpeó.
Rafael. Ella esperó un reconocimiento del contacto; no estaba dispuesta a distraerlo
cuando estaba discutiendo con inmortales que se aprovecharían de cualquier signo
de debilidad.

Puedes hablar, hbeebti. En este momento, los asuntos son civiles, tranquilos y fríos.
Con Lijuan despierta, no hay lugar para estos recién despertados en nuestro mundo.
No es su momento.
La piel de Elena se erizó, sus palabras le recordaron a Cassandra, que vivió
siempre fuera del tiempo. El colibrí...
Ya está hecho, interrumpió Rafael. Dmitri le ha pedido a uno de nuestros guerreros
más duros de la región que tenga una crisis emocional. El Colibrí tiene un corazón
suave: permanecerá con el guerrero aparentemente desconsolado durante el tiempo
que sea necesario. Él ha prometido llorar si ella trata de moverse.
Tenemos buenas personas. Y el Colibrí inspiraba devoción; la madre de Illium era
tan gentil, tan amable y tan rota que Elena golpearía a cualquiera que fuera malo
con ella de alguna manera. Buena suerte con la reunión.
Al ritmo que está yendo, podría estar aquí cuando regreses: Antonicus está dando
una perorata como si estuviera en un anfiteatro de discípulos, mientras Aegaeon y
Alexander rechinan los dientes y Charisemnon se queja.
Le lanzó un beso con su mente justo cuando vio el azul plateado en su visión
periférica. Illium estaba de regreso, su bolso sostenido en una mano y sus músculos
faciales tensos.
No hablaron mientras se dirigían al balcón más cercano para despegar. El viento era
una palmada gélida, los carámbanos aún colgaban de una multitud de edificios y el
Hudson era un extraño iceberg.
¡Deberías volver! ̶ Gritó Illium a través del espacio entre ellos.
¡No puedo oírte! ̶ Gritó ella con voz cantarina.
¿Cómo puedo concentrarme en mi madre si estoy preocupado por ti?
El intento de hacerla sentir culpable podría haber funcionado si no hubiera sido
consciente de que Aodhan también estaba en camino y que regresaría a Manhattan
tan pronto como Illium tuviera otro amigo de confianza a su lado. ̶ ¡Ambos nos
enfocaremos en ella! ̶ Ella se movió hacia la derecha para rodear un rascacielos.
Con las manos presionadas contra las ventanas, los empleados de una oficina
saludaron. Ella les devolvió el saludo con un rayo de felicidad incandescente. Para
perder el vuelo, a continuación, recuperarlo... Su garganta se volvió espesa, sus
ojos calientes.
Elena Aeclari. Volamos.
Innumerables números de la Legión volaron desde varios edificios para unirse a ella
y a Illium, una enigmática escolta con silenciosas alas grises. El más cercano a ella
todavía tenía las pestañas congeladas por la tormenta reciente, su cabello brillaba
con hielo. Debía haber estado sentado en una sombra que el sol no había
calentado. Ella solo sacudió la cabeza; la Legión mantenía su hogar cálido para sus
plantas, pero no parecía importarle ser congelados en estatuas.
Los seres de las profundidades se mantuvieron en alto cuando
Elena e Illium aterrizaron en la pista de aterrizaje de la Torre.
¡Hola, Mack! ̶ Saludó alegremente al hombre de mediana estatura, de complexión
fuerte, que acababa de dar la vuelta al avión, parecía que estaba haciendo un
control de seguridad.
Probablemente su décimo hasta ahora. Dougal Mackenzie estaba un poco
obsesionado con los detalles. Exactamente lo que Elena quería en un piloto.
Consorte. ̶ Los ojos oscuros se encontraron con los de ella antes de inclinar la
cabeza, su cabello de un rico caoba que se adaptaba a la cálida crema de su piel y
a los duros ángulos cuadrados de su estructura facial.
¡Escuché sobre tu fin de semana borracho en el Caribe! ¡Vamos, Mack! ̶ No había
escuchado nada por el estilo, pero provocar al vampiro se había convertido en una
vocación.
Dougal la miró con cara de piedra.
Tomando su mano, Illium la arrastró al avión. ̶ Pido disculpas por la consorte, ̶ le dijo
a Dougal, tan educado y apropiado que Elena se sintió mal por rendirse a su
impulso de sacar de sus casillas al vampiro. Dougal no podía evitar ser tan rígido.

Entonces Bluebell sonrió. ̶ La próxima vez, haremos una en las islas tropicales de
Astaad: cargada de tequila. Sin embargo, no más doncellas con ojos de ciervo. No
puedo seguir tu ritmo.
Los labios de Dougal en realidad le dieron la vaga aproximación de una sonrisa.
Elena todavía estaba boquiabierta cuando Illium la empujó escaleras arriba para
subir. Ella se movió rápidamente para que pudieran ponerse en marcha, pero en el
instante en que ambos estaban en sus asientos, lo golpeó en las costillas. ̶ ¿Tú y
Dougal realmente pasan el rato o estabas jugando conmigo?
¿Qué piensas?
Ella esnifó y cruzó los brazos. ̶ Desde que supe que tú y Andreas son amigos, siento
que ya no te conozco.
Se rió, aunque no hizo nada para disimular la intensa oscuridad en las
profundidades de su mirada. ̶ Dougal y yo hemos sido amigos desde que se unió al
servicio de Rafael. El Padre puede... ̶ Un alto repentino, seguido de labios fruncidos. ̶
Pero los secretos de Dougal no son para que yo los cuente. ̶ Un aleteo de pestañas
negras bañadas en azul.
Uno de estos días, Bluebell ... ̶ Dougal entró al avión, seguido de su copiloto. La
pequeña mujer vampiro cerró la puerta con velocidad profesional antes de meterse
en la cabina para unirse a Dougal. Los dos los tenían en el aire mucho más rápido
que con un vuelo comercial. Los ojos de Elena se dirigieron a la ventana, su mirada
buscando la Torre.
Hasta pronto, Arcángel.

41
Elena había estado trabajando en su computadora portátil durante media hora
cuando Illium asomó la cabeza para mirar la pantalla. Ella contuvo la fuerza de su
alivio ante la interrupción: Illium nunca estuvo tan dolorosamente silencioso como lo
había estado desde el despegue.
¿Qué estás haciendo tan ferozmente? ̶ Apoyó la barbilla sobre su hombro, su aliento
cálido contra su piel y los mechones de su cabello mezclándose con los suyos.
Reinar sobre mi imperio de café de sangre. ̶ En realidad, se estaba convirtiendo en
un imperio, sobre todo gracias a Marcia Blue, la vampira tímida que se le ocurrió la
idea. Aunque su gerente financiero, Jonas, también había demostrado su valía.
¿La dulce Marcia todavía está enamorada de Jonas?
El enamoramiento es mutuo, pero Marcia es demasiado cautelosa después de su
período de Contrato. ̶ El ángel de Marcia había sido una mierda cruel. La
inmortalidad no siempre otorgaba empatía. Por el contrario, solía desgastar esa
empatía, hasta que muchos inmortales trataban a los humanos y a los vampiros
jóvenes como nada más que juguetes, para ser usados y descartados.

Nunca te vuelvas como ese imbécil. ̶ Ella extendió la mano para acariciar su mejilla
con una mano mientras escaneaba un informe financiero. ̶ Quiero patearlo en la
cara cada vez que lo veo. Lástima que incluso los consortes no pueden andar
pateando ángeles gilipollas en la cara.
Te ayudaré a ocultar el cuerpo si alguna vez quieres acabar con él. ̶ Palabras
juguetonas, pero ella sintió la rígida tensión que seguía apretando su cuerpo.
Cerró la tapa de la computadora portátil, solo la había abierto para darle espacio. ̶
¿Quieres asaltar el gabinete de licores y ver si podemos emborracharte? ̶ Los
ángeles tenían un metabolismo tan alto que el alcohol no hacía nada en la mayoría.
El único ángel que había visto, incluso un poco borracho, era el joven Izzy, y en ese
momento había resultado gravemente herido por la batalla. También había estado
bebiendo la letal receta secreta de Illium.
Tomaré whisky.
Regresó con una botella de tamaño completo y dos vasos. Elena no tenía idea de si
se había vuelto impermeable al efecto del alcohol, por lo que tuvo cuidado con sus
sorbos.
Whoa. ̶ Golpeó su torrente sanguíneo con un golpe de calor.
Illium tragó su propia bebida y luego sirvió otra, hasta la parte superior del vaso de
cristal. Bebió con calma metódica y estaba a tres cuartos de la botella cuando dijo: ̶
El bastardo de mi padre está despierto.
Los músculos de Elena se congelaron. Ella no sabía nada sobre el padre de Illium,
excepto que el tema debía ser delicado. Él era tan abierto, incluso cuando hablaba
de cosas hirientes como su amor mortal perdido y el retiro de Aodhan del mundo,
que era obvio cuando no hablaba de algo. Y nunca habló sobre el hombre que lo
había engendrado.
¿Es un arcángel? ̶ Rafael había mencionado una vez que Illium tenía un Anciano
como padre, pero Elena no había hecho una conexión automática con la Cátedra.
En cuanto al Colibrí... ya había sido una pintora dotada durante el tiempo que Nadiel
y Caliane eran amantes, por lo que no era joven, pero tampoco era lo
suficientemente mayor para ser considerada una Anciana... o ella ocupaba un
puesto en el mundo angelical que era incomparable, más allá de la edad o el
tiempo.
Todos saben que Rafael es el hijo amado de dos arcángeles. Mi parentesco es un
interrogante. ̶ Su labio se curvó. ̶ Sé que él es mi padre, pero el resto de los ángeles
comenzaron a susurrar preguntas después de que el bastardo nos dejó para que
nos las arregláramos solos cuando era demasiado pequeño para volar en línea
recta. Rafael fue quien me enseñó cómo levantar una espada, cómo ser un hombre
de honor. Él fue en quien mi madre confió para proteger a su hijo. Aegaeon tomó
placer de mi madre y se fue. Ningún arcángel abandona a su hijo, eso fue lo que
dijeron los crueles. El Colibrí debe haber sido infiel, el niño es la semilla de otro
ángel.
Su mano se apretó con tanta fuerza en el vaso que se rompió.
Abandonándolo, cogió la botella de whisky y tomó un gran trago. Sus ojos brillaron
después, pero ella sabía que no era el alcohol. Era una ira tan profunda que
cortaba. Elena no lo culpó, pero no podía dejar que lo envenenara.
Claramente, tu padre y Jeffrey comparten el Gran Premio del Padre del Año.
Illium la miró por un segundo antes de comenzar a reír fuerte y profundamente.
Dolió, ese sonido. No había alegría en ello, pero tal vez hubo una liberación de
dolor. Porque cuando finalmente se detuvo, se estiró para tirar de una de las
pequeñas plumas en las puntas de su cabello.
Aegaeon es la razón por la que se inventó el premio.
Volviendo a su asiento, Illium dejó la botella de whisky y miró la nada por un
momento. ̶ El bastardo fue un buen padre mientras estuvo cerca. Me enseñó cómo
levantarme en el aire, cogió y besó a mi madre con esta audaz hambre que la hizo
sonreír y sonrojarme, me dijo que fuera valiente y que explorara como un guerrero. ̶
Él flexionó sus dedos, los curvó tan tirantes que no circuló la sangre. ̶ Pero él rompió
a mi madre con su egoísmo, y nunca lo perdonaré por eso.
Tu madre es un regalo. ̶ Un ser encantador, único y viejo. ̶ Lo que sea que hizo, no
le robó el alma.

Pero Illium sacudió la cabeza. ̶ Solo has conocido a este Colibrí. ̶ Tal pena en sus
palabras. ̶ Mi madre solía ser muy joven, Ellie. Ella me tuvo cuando tenía muchos
eones de edad, pero nunca sentí como si hubiera nacido en el ocaso de su vida. ̶
Una sonrisa embrujada. ̶ Jugaba a las escondidas conmigo a través del Refugio, y
cuando Aodhan y yo nos metíamos en problemas, nos disciplinaba con la expresión
más severa, luego nos abrazaba y besaba cuando nos poníamos tristes. Hacíamos
dulces juntos. Tiraríamos pintura a los lienzos solo para ver qué patrones surgían.
Nos colábamos en la biblioteca por la noche para leer a la luz de las velas. Ella solía
bailar con cualquier música que estuviera en el aire, esta vibrante hada que me
sentaba y miraba.
Elena no podía imaginar a la madre de Illium haciendo esas cosas. El ángel que
conocía era un talento luminoso, una artista venerada y apreciada, pero también era
etérea, existiendo en su propio mundo. A menudo, ella no parecía recordar que
Illium era un adulto, sino que lo trataba como el niño que había sido. Pero Sharine
no estaba loca, en ningún sentido de la palabra como la creía el resto del mundo.
Estaba, como había dicho Illium, rota. No, fracturada era la mejor palabra. Grietas
en su psique, grietas en sus emociones, su sentido de autolesión. Eso no le impidió
ser muy respetada y, como había demostrado desde que fue nombrada para su
deber actual, tenía la auto posesión, la inteligencia y la bondad absoluta para tomar
un lugar traumatizado por el mal.

¿Por qué ha despertado ahora, cuando mi madre está volviendo a ser ella misma
otra vez? ̶ Illium apretó los dientes. ̶ Lo mataré si la daña por segunda vez. Juro
que…
Palabras planas y mortales que no dejaban lugar a dudas.
•••
Rafael sabía que Elena era vulnerable lejos de él, pero también sabía que Illium
daría su vida por ella, y que era un ángel que muy pocos en el mundo podían
vencer. La mayoría de los que podían derrotarlo estaban preocupados por la
aparición catastrófica de tres Antiguos adicionales además del regreso de Lijuan. Si
tenían suerte, nadie notaría la ausencia de Elena.
A su alrededor, la reunión de la Cátedra continuaba sin cesar.
Había guardado silencio desde poco después del comienzo. Primero, le había dado
tiempo a Aegaeon y Antonicus para que dejaran de quejarse de ser despertados tan
sumariamente, luego le había dado tiempo al resto de la Cátedra para anunciar que
nadie les iba arrebatar su territorio. Zanaya había tenido una sonrisa divertida en
todo su rostro, sus contribuciones a la discusión eran ingeniosas granadas verbales.
En este momento, su madre estaba actualizando a los nuevos Antiguos sobre los
eventos centrales de esta Cascada.

¿Estás diciendo que Lijuan cree que ella es mejor que nosotros? ̶ Aegaeon resopló. ̶
Muéstramela y pronto perderá esa creencia.
Titus no tenía paciencia para eso. Golpeó su bastón; el trueno percusivo resultante
logró reclamar la atención de todos.
Antes de hacer promesas precipitadas, tal vez deberías ver la grabación hecha por
la gente de Neha. ̶ Él inició una repetición de la niebla negra que cubría China.
Antonicus no había prestado mucha atención mientras Rafael lo estaba viendo,
ahora lo miraba con absorta concentración. Para Zanaya y Aegaeon, parecía nuevo.
Ella es el Arcángel de la Muerte. ̶ Las facciones de Zanaya tenían una repulsión que
hizo que sus ojos de luz de estrella fluyeran hacia la obsidiana. ̶ Ahora veo esto. ̶ Se
volvió hacia Antonicus y Aegaeon. ̶ ¿No ven? ̶ Era una demanda.
Nos despertamos antes de tiempo para ocuparnos de esta amenaza. No estamos
destinados a vivir en este mundo. No es nuestro momento.
Rafael sintió un renuente gusto por la Anciana. Podría deleitarse revolviendo la olla,
pero también veía con más claridad y menos arrogancia que la mayoría de los de la
Cátedra.
¿Por qué la Cascada haría esto? ̶ Los pómulos de Michaela se cortaron contra su
piel. ̶ ¿Por qué darnos una manera de derrotar a Lijuan?

Porque la Cascada quiere el caos, ̶ dijo Rafael, repitiendo las palabras que la Legión
había sacado de las profundidades de una memoria tan antigua que comenzó antes
del nacimiento de los mortales. ̶ No hay caos en un solo poder. ̶ Hizo un gesto hacia
la imagen congelada de una China en blanco. ̶ Un ser que puede hacer esto, que
puede esconder un paisaje tan vasto como China, ya no es un arcángel. Ella está
más allá de eso, y necesitaremos todas nuestras fuerzas para derrotarla si
demuestra ser una amenaza.
¿Qué quieres decir con demuestra ser una amenaza?
Charisemnon bajó el puño sobre la ornamentada mesa frente a él, con las venas
latiendo en sus sienes y manchas rojas en su cuello. ̶ ¿No ves lo que está
haciendo?
Ella es la diosa de su propio territorio, ̶ le recordó Neha, su tono frígido. ̶ Mientras
ella permanezca en ese territorio, no podemos ni la tocaremos.
Hacer eso sería violar las leyes que mantienen la paz en el mundo, ̶ dijo Astaad. ̶ No
interferimos en un territorio que pertenece a otro.
Elijah miró a Neha. ̶ ¿Tienes más noticias de China?
Muerte. ̶ La respuesta de Neha sonó en el silencio. ̶ Todo lo que vuela a esa niebla
muere. ̶ La víbora verde adornada en su hombro se enroscó sinuosamente
alrededor de su brazo.
Tocando con los dedos su cabeza de forma triangular, dijo:

No tuvimos que sacrificar ninguna criatura. Lady Caliane y yo fuimos testigos de


cómo los animales desorientados entraban y morían.
Así es. ̶ La voz de su madre era sombría. ̶ Por lo tanto, hablar de hacer la guerra a
Lijuan es discutible por el momento. No podemos entrar en esa niebla oscura.
¡Somos arcángeles! ̶ Antonicus empujó su pecho con las alas abiertas. ̶ No podemos
ser derribados por esa niebla. ¿Qué debilidad ha penetrado en la Cátedra que
parecen presas asustadas?
Rafael. ̶ Un tic en la mandíbula de Neha, su mirada dura como una piedra. ̶ ¿Tienes
alguna grabación de lo que ocurrió en tu territorio cuando Lijuan te declaró la
guerra? No creo que nuestros hermanos despiertos nos crean hasta que les
demostremos evidencia de...
¡Esto es una tontería! ̶ Las alas de Antonicus brillaron. ̶ No necesito ver más de tus
imágenes en movimiento. Terminaré esto de una vez por todas. Me voy a China.
No tienes invitación, ̶ le recordó Caliane con una calma encomiable. ̶ Entrar en el
territorio de otro arcángel sin permiso es una violación del protocolo.
Una vez que encuentre a esta Lijuan, pediré disculpas.
Desenvainó su espada. ̶ Y si ella es una amenaza, la neutralizaré. ̶ Rafael y los
demás de la actual Cátedra intentaron convencer al egoísta Antiguo de desistir del
proyecto que no podría tener un buen final, pero se mantuvo firme.
En ese caso, ̶ dijo Rafael cuando quedó claro que Antonicus no vería la razón, ̶
¿aceptas usar un dispositivo que registre y nos transmita las imágenes? Debemos
saber lo que sucede dentro de la niebla.
Antonicus movió una mano. ̶ Siempre y cuando no interfiera con mi capacidad de
usar mis armas. ̶ Puro desprecio en la mirada que le dirigió la Cátedra. ̶ Debo tener
un día para descansar después de mi despertar prematuro. Haré el intento
directamente después.
Todos debemos ser testigos, ̶ murmuró Caliane. ̶ Neha, pediría permiso para que la
Cátedra y los Despiertos se reúnan en tu frontera para ver el vuelo de Antonicus
hacia la niebla.
Seré cortés. ̶ Neha era la reina de la India en ese momento.
Deben irse inmediatamente después del intento de Antonicus, a menos que haya
una razón para otra reunión la Cátedra. Si es así, celebraremos esa reunión en el
fuerte fronterizo.De acuerdo, ̶ dijo cada arcángel en el lugar.
Los doce de ellos.

Agregando a Lijuan y había trece arcángeles en el mundo, cinco de ellos Antiguos.


La guerra era una certeza.
42
Elena respiró hondo. El rojo anaranjado del paisaje marroquí era un abrazo familiar,
el sol la besaba con calor incluso en invierno. Se había preguntado si su respuesta a
esta tierra cambiaría ahora que conocía los horrores que habían sucedido a sus
abuelos aquí, pero no, seguía sintiéndose un poco como en casa. La melodía de las
voces de las personas,
los olores en el aire, el polvo entre los dientes al entrar la arena, nada de eso era
extraño.
¿Te duele estar aquí? ̶ Preguntó Illium mientras estiraban sus cuerpos después de
desembarcar del avión.
No. Mi sensación más fuerte en Marruecos es el amor.
Crudo, profundo y constante. ̶ El amor de Jean-Baptiste por Majda y el de ella por él.
El desesperado amor de Majda por su hija. ̶ Aquí había comenzado la historia de
Elena. ̶ ¿Cómo lo llevas?
Sus ojos brillaban aún más dorados bajo la luz de este lugar lleno de montañas y
cielo. ̶ Me preocupa el corazón de mi madre. Es tan frágil, Ellie. ̶ Con los músculos
duros como una roca, dijo: ̶ Hace mucho tiempo que dejé de tener esperanzas con
mi padre, pero ella lo ha estado esperando todo este tiempo. ̶ Extendió las alas. ̶
Retrasaría esto para siempre, pero no puedo. Mi madre merece saberlo.
El pueblo se agitaba después del lánguido momento del almuerzo cuando llegaron,
los comerciantes reabrieron sus puestos y tiendas, mientras los vecinos hablaban
con tazas humeantes en la mano. Té de menta tal vez. O café tan fuerte que era
una patada al sistema. Pero la vista más agradable fue a lo lejos, en el techo plano
de una casa de dos niveles, no muy diferente a otros en el pueblo, excepto que sus
balcones no tenían barandas.
La luz estalló en el tono brillante del cabello del ángel, como si cada hebra tuviera
incrustaciones de diamantes. Acarició la calidez de su piel. Una piel pálida tan
perfecta, pero con un brillo interno que dejaba en claro que era carne y sangre, no
una estatua. Y sus alas... Cada filamento de cada pluma parecía una construcción
de joyas.
Mirarlo era pensar en luz, belleza y una sensación de distancia innata.
Todo era verdad.
Aodhan. ̶ La voz de Illium fue ahogada. ̶ ¿Qué está haciendo aquí?
Sin responder, Elena voló hacia Aodhan con una sonrisa. Ella aterrizó primero
porque Illium estaba rezagado, a propósito.

Elena nunca podría dejarlo atrás, no en ningún planeta.


Chispita. ̶ Ella extendió las manos.
Aodhan estaba bien con su toque ahora, pero nunca lo dio por sentado. Hoy, él no
la miró con el ceño fruncido por usar ese apodo, solo cerró sus manos sobre las de
ella mientras encontraba su mirada con la extraordinaria belleza propia. Una pupila
negra con fragmentos de cristal azul
verdoso saliendo de ella. ̶ ¿Cómo está él?
Enojado, ̶ dijo mientras Illium se tomaba su tiempo para descender. ̶ Preocupado por
el Colibrí.
Illium aterrizó junto a Elena antes de que Aodhan pudiera responder. Su rostro, con
sus líneas limpias y su cálida piel dorada, estaba firme, poco acogedor. ̶ ¿Por qué
estás aquí?
Deberías estar en el Refugio ayudando a Galen y Naasir.
Sostuvo su cuerpo con un control tan feroz que a Elena le dolió presenciarlo.
Aodhan se acercó a su mejor amigo sin decir una palabra, lo abrazó, una de sus
manos acunando la parte posterior de la cabeza de Illium, su otro brazo encerrando
los hombros de Illium. Como si nunca hubiera rechazado el contacto, como si nunca
se hubiera alejado del ángel en el que más confiaba.
Illium permaneció rígido, sus alas dobladas firmemente a su espalda, pero Aodhan
no aceptaría nada de eso. Envolvió a Illium con sus propias alas y Elena estaba lo
suficientemente cerca como para escucharlo decir: ̶ Estoy aquí para ti, ̶ en un tono
tan inflexible como la piedra.
Pero Illium no se había descongelado en lo más mínimo cuando Aodhan lo liberó. ̶
Tengo que hablar con mi madre antes de...
El Colibrí salió por la amplia puerta hacia el tejado, su cabello era un río de negro
con puntas doradas en la espalda y sus alas un añil sorprendente espolvoreado con
reflejos de un tono tan pálido que era similar a la luz del sol.
El champán de sus ojos se suavizó en puro sol cuando vio a Illium. ̶ Creí que me
estaba imaginando el dolor de mi corazón; solo lo siento cuando estoy cerca de ti.
Mi bebé. ̶ Se deslizó por el tejado, la ligereza aireada de su vestido amarillo pálido
era un testimonio silencioso de su gracia.
Con solo cinco pies de altura, era la persona más pequeña en este tejado, pero
estaba radiante.
Al llegar a Illium, ella levantó una delicada mano hacia su mejilla. Se inclinó
instintivamente para hacerlo más fácil para ella, este ángel alto y fuerte que se
alzaba sobre su madre. ̶ Sí, eres tú. ̶ Alegría tan profunda que cortó a Elena.
Después de un momento, se volvió hacia Aodhan con una sonrisa tan luminosa y
feliz. ̶ Y mi bebé prestado.

Elena contuvo el aliento, pero Aodhan inclinó la cabeza de la misma manera que lo
había hecho Illium. Elena no vio tensión en su cuerpo, ninguna indicación de
incomodidad con el toque del Colibrí. La madre de Illium lo miró con el mismo amor
maternal con que había mirado a Illium.
¿Te está metiendo en problemas otra vez? ̶ Una sonrisa que era la luz de las
estrellas. ̶ Siempre supe que él era el instigador. Pero tú nunca lo admitirías, eras
inflexible en recibir el mismo castigo. Mis bebés, tan fuertes y altos.
Elena frunció el ceño; había algo diferente sobre el Colibrí hoy. Ella estaba hablando
del pasado en tiempo pasado. No era un hecho con esta encantadora mujer. Su
sentido del tiempo se había fracturado hacía mucho tiempo y, a menudo, cambiaba
de un lado a otro, a veces creyendo que Illium era un niño, otras veces
reconociendo al hombre en el que se había convertido. Hoy, a pesar de su uso de la
palabra bebé, parecía muy consciente de que estaba hablando con dos hombres
adultos.
La sonrisa de Aodhan fue algo que detuvo el corazón de Elena. ̶ Debes creerme,
Eh-ma, fui el instigador tres de cada diez veces, pero a nadie se le ocurría
señalarme con el dedo.
Cuando Elena miró inquisitivamente a Illium mientras el Colibrí se reía, dijo: ̶
Significa 'segunda madre' o 'madre que es la madre de mi amigo, pero también la
mía'. Es más que respeto. Es afecto y amor. ̶ Sus ojos brillaron por un segundo
antes de apartar la humedad. ̶ Durante los años que pasó aislándose, ella era la
única a la que se le permitía visitarlo cuando quisiera. Pintarían juntos durante
horas.
Lo puedo creer. ̶ El amor brillaba en el momento enmarcado frente a ella. ̶ ¿Tienes
la misma relación con los padres de él?
Illium sacudió la cabeza. ̶ No son tan viejos como mi madre, pero siempre se
sintieron mayores. Amables y amorosos, pero tranquilos. No son el tipo de persona
que sale a la medianoche con dos niños pequeños y mira una carrera alada por el
Refugio, o les enseña a bailar al ritmo de un bombo.
El Colibrí se movió de Aodhan a Elena. ̶ Y tú también has venido, el amor de mi
Rafael. ̶ Una voz tan cálida que se enroscó alrededor de Elena como un abrazo. ̶
¿Está bien?
Sí, Lady Sharine, ̶ dijo, usando el nombre que la madre de Illium le había dado en su
primera reunión. ̶ Piensa en ti a menudo.
El Colibrí besó a Elena en la mejilla, porque Elena también había inclinado la
cabeza para facilitar que el diminuto ángel la alcanzara.
Su aroma era suave y cálido e hizo que los ojos de Elena se pusieran calientes.
Marguerite había preferido las gardenias, pero debajo, había sido el mismo amor
incondicional.
Volveré a tu ciudad de metal, vidrio, ruido y color.
Retrocediendo, el Colibrí los miró a todos con un ojo agudo. Este definitivamente no
era el ángel que Elena había conocido por primera vez en Nueva York. Esta Sharine
estaba anclada al mundo y confiaba en su fuerza. Que ella mostrara su fuerza
suavemente no hizo ninguna diferencia.
Ahora, hijos míos, ̶ dijo en un tono que era el epítome del acero envuelto en
terciopelo, ̶ díganme por qué están aquí.
Con los huesos duros contra la piel, Illium dijo: ̶ Madre, la Cascada está despertando
a los Durmientes antes de su tiempo.
La cara del Colibrí se convirtió en un monumento vivo, inmóvil e ilegible.
Acercándose, con las alas agitadas, Illium dijo: ̶ Padre está despierto.
El silencio reinó. El desierto pareció quedarse quieto en su susurro. Los sonidos
brillantes y activos de las personas en las calles desaparecieron. Los guerreros
angelicales que habían estado realizando un ejercicio de entrenamiento en la
distancia desaparecieron de la vista.
Solo existían Illium y el Colibrí, su dolor era un cuadro.
El pánico se agitó dentro de Elena, y cuando captó la mirada de Aodhan, vio el
mismo temor en él. Las grietas ya existían dentro del Colibrí. Si este golpe las
abriera de nuevo, la rompería y destruiría a Illium. Su ira lo comería de adentro
hacia afuera, matando el corazón de su salvaje Bluebell.
Entonces sucedió algo extraordinario.
El Colibrí levantó los hombros, sujetó a su hijo con una mirada sin pestañear y dijo: ̶
¿Es por eso por lo que ese pobre líder de escuadrón ha estado fingiendo estar tan
desconsolado que no puede funcionar durante la mayor parte del día? ̶ De hecho,
sonaba como una madre que esperaba que se lo explicaran Ahora mismo.
Er. ̶ Elena nunca había visto a Illium sin palabras. Al dar un paso hacia atrás, se
rascó la nuca. ̶ Quería estar aquí, ̶ dijo al fin.
Un ablandamiento en la expresión de su madre. ̶ Siempre cuidándome, mi hijo fuerte
y hermoso. Cuando debería ser yo quien te cuide. ̶ Su mano en su mejilla de nuevo,
tan gentil.
¿Me perdonas esto, Illium?
No hay nada que perdonar. ̶ Él se volvió al toque de su mano, un hijo que amaba a
su madre.
Hay mucho, pero hablaremos de eso más tarde. Por ahora, Elena me enseñará
como tirar cuchillos.

Fue el turno de Elena de quedarse muda. ̶ ¿Mi señora Sharine?


Finalmente se las arregló.
No estoy loca. ̶ Se sacudió las faldas, su voz tan inquietante y hermosa como
siempre. ̶ Deseo aprender a lanzar cuchillos para poder hundir esos cuchillos en el
inútil pecho de Aegaeon si se atreve a mostrar su rostro aquí.
La mandíbula de Illium cayó. Aodhan parecía haber perdido la capacidad de hablar.
Elena sonrió y se inclinó en una profunda reverencia. ̶ Será un placer.

43
Rafael tuvo que leer el informe de Elena dos veces antes de que lo asimilara. La
mujer que Elena describía era el Colibrí de antaño. El que había venido a tomar el té
en la fortaleza del Refugio de su madre y se lo llevó para una tarde de pintura.
Había sido un niño pequeño con demasiada energía y ella estaba encantada con él.
Ella le había dejado sumergir sus manos en macetas de pintura y untarlas sobre
lienzos. Después, ella lo ayudó a colorear las manchas blancas, agregar más
pintura y textura, y luego, sonrió con orgullo cuando le presentó la obra de arte a su
madre.
Ese Colibrí había sido una criatura de alegría y risa.
Sin embargo, nunca había jugado con cuchillos.
Sin embargo, Elena le aseguró que el Colibrí estaba bastante cuerda, y que no
debía preocuparse. Se aseguraría de que la madre de Illium se mantuviera a salvo
mientras trabajaba su ira contra varios objetivos desafortunados de paja rellena.

También tengo que abrazar mucho a Bluebell y darle palmaditas a Chispita en la


mano. Los pobres muchachos de Sharine están teniendo problemas para procesar
este giro de los acontecimientos.
El tono de su misiva lo habría hecho sonreír si la situación en el mundo no hubiera
sido tan grave.
Menos de dos días después de que ella se fuera a Marruecos, él se elevó en los
cielos sobre el territorio de Neha, en su camino hacia el punto de encuentro
acordado en la frontera China-India. Un peso portentoso flotaba en el aire. Tantos
arcángeles en un solo lugar: era inevitable que interfiriera en el mundo.
La presión contra su piel le recordó la casa de su familia cuando Nadiel y Caliane
habían estado ambos en la residencia. A menudo, de niño, sentía que tenía el pelo
erizado.
Su propio poder se agitó y aumentó, una respuesta instintiva a la amenaza
potencial. Jason había confirmado que Charisemnon había abandonado su territorio,
al mismo tiempo que Titus. Los dos arcángeles no confiaban el uno en el otro ni una
pulgada y no abandonarían sus tierras mientras el otro estuviera en su residencia.
Rafael tenía toda la fe en el honor de Tito. No tenía ninguno en Charisemnon.

Neha ya estaba en el fuerte fronterizo y lo había estado desde que la niebla


descendió por primera vez. El resto de la Cátedra, así como los despiertos, estaban
en camino.
Antonicus había ido medio día por delante de Rafael, queriendo más tiempo para
asimilar la situación. Ahora, Rafael cayó debajo de la capa de nubes que colgaba en
el cielo nocturno.
Las estrellas brillaban sobre las nubes, pero debajo había una penumbra plomiza a
través de la cual vio alas de bronce.
Michaela, dijo en saludo.
Las alas de bronce se inclinaron en un sobrevuelo, la cara de
Michaela estalló en lo que podría haber sido una sonrisa genuina. Con una piel del
color del chocolate con leche, un cuerpo que contenía todas las curvas necesarias
para poner de rodillas a sus objetivos, y el cabello que le caía por la espalda en una
multitud de tonos dorados, la Arcángel de Budapest había sido la musa de muchos
artistas a través de las edades. Emperadores y reyes la habían adorado. Tanto los
mortales como los inmortales estaban asombrados de su belleza.
Rafael agradeció que nunca hubiera sentido el embrujo. Los amantes de la ex Reina
de Constantinopla tendían a terminar muertos y enterrados más temprano que
tarde.

La única pareja que sobrevivió fue el segundo de Astaad, Dahariel. Tal vez porque
Dahariel también era un maestro de los juegos; también resultó ser un hombre que
nunca ponía a una mujer primero: tenía otras prioridades.
Siempre había sido un acoplamiento peculiar: una mujer que exigía la obsesión de
sus amantes y un hombre tan hastiado que necesitaba actos cada vez más
extremos para sentir placer.
Rafael. El traje de bronce de Michaela tenía textura para que pareciera que estaba
envuelto en una fina capa de piedra de bronce. Si bien el escote era una curva
tranquila, había visto cómo la espalda se hundía profundamente entre sus alas.
¿Estás bien? Tan pronto después de dar a luz y, a pesar de la exquisita belleza que
solía cegar a los demás, tenía que estar exhausta.
Es bueno ser conocida como exigente y egocéntrica. Un giro de sus labios. Neha no
parpadeó cuando solicité la autorización de aterrizaje para mi jet.
Inteligente. Usar el jet la habría dejado con reservas de energía que podría usar
para ocultar su debilidad. Nada en el exterior delata tu verdadero estado físico.
He trabajado mucho para que así sea.
Los dos volaron. Michaela estaba inusualmente callada.
Rafael pensó que debía conservar aún más su fuerza, pero cuando habló, no tuvo
nada que ver con el poder o la amenaza en China. He traído a un niño a un mundo
donde reina un arcángel de la muerte sobre el territorio más grande del planeta. No
sé lo que le espera a mi hijo.
Rafael atrapó un viento, lo montó. Solo podemos vivir en el tiempo en que nacemos.
Como él había nacido en un momento en que dos arcángeles, uno viejo y otro más
joven, luchaban con la caricia de la locura.
Un indicio de una oscuridad magullada en el horizonte, lamido con llamas. Neha
había ordenado que antorchas encendidas fueran colocadas a lo largo de toda la
frontera entre China e India, como advertencia a su gente para que no cruzaran.
¡Rafael, mi amigo! La voz mental de Titus era un trueno tanto como lo era su voz
física.
Rafael miró a la izquierda. Qué bueno reunirnos, Titus. Los tres volaron sin más
conversación. Toda la conversación había sido hecha.
Antonicus había hecho su elección y hoy verían el resultado.
Aun así, después de aterrizar sobre el tejado del fuerte fronterizo, Rafael se dirigió al
Anciano y dijo: ̶ ¿Estás decidido a hacer esto incluso ahora que ves la oscuridad de
lo que enfrentas?
Sí, cachorro. No sé cómo tú haces las cosas, pero yo me aferro a mis convicciones.
Rafael pensó que esas convicciones se habían establecido con poca información
real. Pero todo lo que dijo fue: ̶ Que así sea. ̶ Antonicus no era joven; él era un
Anciano y estaba tomando esta decisión mientras miraba lo que le esperaba.
He visto pesadillas que no puedes comprender, ̶ agregó Antonicus. ̶ Una falsa diosa
salida de la nada no es una amenaza para mí.
Rafael asintió con la cabeza antes de dirigirse hacia un ángel con alas de un blanco
inmaculado. ̶ Eli, me has derrotado aquí. ̶ Él y el Arcángel de América del Sur habían
planeado volar juntos, haciéndose compañía en el largo viaje, pero luego un
terremoto había golpeado el territorio de Elijah, y había tenido que quedarse atrás
durante medio día para lidiar con eso. Cuando Rafael se ofreció a ayudar, Elijah le
había dicho que siguiera adelante, ya que Rafael tenía la intención de detenerse en
Amanat para hablar con Caliane.
Tuve suerte, mi amigo. Mi trabajo se realizó en dos horas, no medio día. Entonces
pude captar corrientes de viento tan fuertes que temí que se estuviera formando un
ciclón. Te busqué en el cielo mientras volaba, pero debes haber estado muy lejos.
Eli escaneó el tejado. ̶ ¿Lady Caliane?
Se separó para ir al palacio de Neha en la cima de la colina.
Su madre había deseado tener una conversación privada con el Arcángel de la
India. ̶ La veo ahora.
Neha vuela con ella.
Varios otros llegaron en ese instante. Incluyendo Aegaeon.
Escuché que mi hijo es parte de tu corte, Rafael, ̶ dijo, con sus plumas de un verde
marino profundo que fluía en azul y su rostro una versión más dura y más
escarpada de Illium, nadie habría acusado al Colibrí de engaño si su hijo hubiera
crecido por completo cuando Aegaeon desapareció en el sueño.
Era imposible pasar por alto que era el progenitor de Illium.
Illium es uno de mis Siete. ̶ Rafael se obligó a ser civilizado; si iba a haber una
confrontación, le correspondía a Illium.
¿Todavía es salvaje? ̶ Los ojos de Aegaeon brillaron con orgullo risueño. ̶ Siempre
jugando trucos, mi hijo.
Me disculparás. Debo saludar a mi madre. ̶ Rafael tuvo que alejarse del arcángel
antes de golpearlo. No muchas personas despertaban tanta ira primitiva en Rafael,
pero Aegaeon se situaba en primer lugar.

Tanto por lo que le había hecho al Colibrí como por lo que le había hecho a Illium.
Como si no tuvieran más importancia para él que cualquier otro ángel en su harén.
Rafael nunca olvidaría encontrar al niño travieso y risueño del Colibrí acurrucado
detrás de una caída de un montón rocas, llorando en un silencio desgarrado.
Aegaeon se había ido sin previo aviso, sin preocuparse por el pequeño corazón que
lo adoraba.
Se detuvo cerca de donde habían aterrizado Caliane y Neha.
Madre. Neha.
Neha asintió con la cabeza, pero sus ojos estaban fijos en la niebla. ̶ ¿Lo sientes?
Sí. ̶ Una fuerte sensación de opresión, un toque casi físico.
¿Está causando cambios climáticos en tu territorio?
Mis científicos meteorológicos dicen que tiene que ver con cómo la niebla está
perturbando el flujo del suelo al cielo en la tierra de Lijuan. ̶ Vestida con las pieles
desteñidas de una guerrera, habló con Rafael sin ira, su único foco era la niebla
oscura. No parecía consciente de la delgada serpiente envuelta alrededor de su
muñeca izquierda, un brazalete vivo en tonos naranja oscuro y cobre.
Caliane estaba vestida de la misma manera, excepto que tenía el pelo suelto
mientras Neha se había trenzado el suyo. Los tres se movieron al borde del techo
del fuerte. Los otros pronto se unieron a ellos.
¿Alguno de ustedes voló sobre China en su camino hasta aquí? ̶ Preguntó Neha.
No estaba en nuestra ruta, pero Zanaya y yo deliberadamente nos desviamos allí, ̶
dijo Alexander.
Hemos enviado dispositivos mecánicos que vuelan y toman fotografías por encima
de la niebla, ̶ dijo Neha, ̶ pero solo pueden recorrer una cierta distancia antes de que
se les agote la energía. ¿Vieron algo inusual durante su vuelo?
Parches más oscuros de niebla en ciertas secciones.
Parecía más gruesa, ̶ agregó Zanaya, ̶ más viscosa.
Los dispositivos mecánicos también nos enviaron esas imágenes. ̶ La cara de Neha
era más delgada de lo que Rafael estaba acostumbrado a ver, sus huesos afilados.
¿Alguien ha salido del territorio desde que descendió la niebla? ̶ La voz de Michaela,
su cuerpo sostenido con una languidez familiar donde estaba parada al lado de
Titus. ̶ Mis centinelas no han reportado a nadie en la frontera con Mongolia.
No he tenido nuevos refugiados, ̶ dijo Caliane.

Nada vivo ha cruzado esta frontera, ̶ dijo Neha. ̶ Ni siquiera un pájaro. Los de este
lado ahora lo están evitando, como si hubieran escuchado los gritos de muerte de
sus hermanos caídos. ̶ Ella señaló hacia abajo. ̶ Mi gente normalmente limpiaría eso,
pero quería que lo vieran.
La sangre de Rafael se enfrió al ver lo que esperaba: una hilera de pájaros, todos
caídos al borde de la niebla. Pequeños cadáveres que contaban una historia de
muerte fría y repentina.
¿Cuánto tiempo entre el contacto y la muerte? ̶ Preguntó Astaad, una mancha de
polvo en su túnica negra sin mangas.
Hasta donde podemos decir, es instantáneo. ̶ Neha miró a Caliane.
La madre de Rafael asintió. ̶ Los pájaros tocan la niebla y caen, ya muertos. No es
la caída lo que los mata, por lo que hemos determinado. Animales más pequeños,
incluso serpientes, han sido encontrados muertos con sus cabezas justo dentro de
la niebla y cuerpos afuera.
Suficiente. ̶ Antonicus dio un paso atrás del grupo con esa sola palabra despectiva y
extendió sus alas. ̶ Es hora de que haga lo que se debe hacerse: no soy un niño que
se asuste con las historias de fantasmas. Los veré a todos después de que regrese
de hablar con esta Lijuan que se cree una diosa incluso por encima de los
inmortales.

El Antiguo despegó. Inicialmente tenía la intención de volar a la parte de la niebla


sobre la fortaleza de Lijuan antes de que cayera, pero eso lo alejaría de la vista y
necesitaban saber qué pasaría con un arcángel que volaba a la niebla.
Antonicus finalmente acordó hacer un breve vuelo a la niebla dentro de su línea de
visión, levantarse para mostrarles que estaba bien, luego dirigirse a las coordenadas
de la antigua fortaleza de Lijuan, en eso al menos había aceptado ayuda, y llevaba
puesto un reloj que lo ayudaría a encontrar la ubicación correcta. También llevaba
una pequeña cámara en el hombro izquierdo que transmitía imágenes a una unidad
que se encontraba a un lado del techo.
Antonicus cruzó la frontera. Nadie habló. Ni siquiera cuando el Anciano llegó a la
ubicación de prueba en lo profundo del área de niebla, pero aún visible para ellos.
Levantó un brazo y Neha levantó el de ella para mostrarle que podían verlo. Eso no
había estado garantizado dada la oscuridad, pero suficiente luz de antorcha se
filtraba tan lejos para hacer que Antonicus fuera una silueta clara.
El antiguo voló hacia la niebla.
Uno.
Dos.

Tres.
Nadie miró las imágenes transmitidas; las cuales estaban siendo grabadas, podrían
reproducirse a voluntad.
Cuatro.
Cinco.
Antonicus ya debería haber surgido.
Está muerto, ̶ dijo Neha, no con frialdad, sino con la convicción de lo que creía.
Un brazo salió de la niebla, los dedos se cerraron en un puño apretado.
Fue seguido por una cabeza, luego un torso, luego alas, y de repente, Antonicus se
cernió sobre el lugar donde había entrado. Las entrañas de Rafael se apretaron
contra el fuerte golpe de alivio. Si los Antiguos podían sobrevivir a esto, tenían una
oportunidad contra Lijuan si, cuando, ella declara la guerra al mundo.
Antonicus se tambaleó, sus alas se agitaron de cierta manera luego de eso.
¿Qué está haciendo? ̶ Preguntó Michaela, pero Rafael ya estaba despegando.

Quédense aquí, les dijo a los demás. Voló sobre alas de fuego blanco a través de la
corta distancia.
Antonicus intentaba volar hacia él, pero sus alas estaban muy pesadas y estaba a
medio camino dentro de la niebla cuando Rafael lo alcanzó.
Agarrando su brazo visible, Rafael luchó para evitar que el impulso de Antonicus los
arrastrara a ambos a la oscuridad.
44
El brazo de Rafael se sacudió en la cavidad de su hombro, y luego tuvo el control, el
peso de Antonicus era menos de lo que esperaba. Rafael lo sacó. La cara del
Anciano era esquelética, sus ojos brillantes orbes infectados con líneas de líquido
negro.
Rafael había sido golpeado por la misma energía una vez, se había quedado ciego
antes de que el fuego salvaje lo obligara a salir. Al ver a Antonicus con las alas
arrugadas, movió su agarre para que el otro arcángel estuviera en sus brazos.
Él era ligero. Muy liviano. Su ropa colgaba de su cuerpo, su cabello castaño oscuro
se adelgazaba en el viento ante los ojos de Rafael. ̶ Espera.
Los arcángeles reunidos en el techo se separaron para ellos.
Rafael aterrizó en el centro, colocando a Antonicus en una lujosa alfombra azul que
Neha debió haber sacado.
Arrodillándose junto al otro arcángel, colocó su mano sobre el pecho de Antonicus y
dijo: ̶ Voy a tratar de combatir esta infección. ̶ Lanzó fuego salvaje contra el Anciano.

Los ojos de Antonicus estallaron con luz desde adentro antes de que el negro se
retirara para revelar el gris de sus iris.
Muerte, ̶ dijo el arcángel herido. ̶ Es pura muerte.
El negro líquido comenzó a arrastrarse de nuevo. Rafael introdujo más fuego salvaje
en su sistema; Antonicus se aferró a su mano mientras el rayo atravesaba su
cuerpo. Sus ojos se aclararon una vez más.
¿Qué viste debajo de la niebla? ̶ Preguntó Neha desde el otro lado del ángel caído. ̶
Las imágenes grabadas se ven borrosas por el movimiento severo. ̶ Cerró la mano
sobre la de Antonicus.
Rafael notó el contacto, notó también que la infección, o lo que sea que fuera esto,
no parecía estar cruzando. En el mismo instante, vio que las alas de Antonicus se
estaban volviendo negras desde los bordes. Las primarias del Antiguo comenzaron
a curvarse hacia adentro. Una se separó para recostarse sobre la alfombra. Favashi
había mostrado síntomas similares, aunque no había avanzado tanto. Calculó
rápidamente cuando Antonicus comenzó a hablar.
No hay vida. No hay luces, ̶ dijo con voz áspera. ̶ Muerte. ̶ El líquido negro se
arrastró sobre sus iris.
Rafael. ̶ La mano de Caliane sobre su hombro. Rafael le habló directamente a
Antonicus.

Podría matarte. El fuego salvaje es un arma contundente diseñada para atacar el


poder de Lijuan y estás atiborrado de él.
Me está matando de todos modos. ̶ Antonicus tosió y lo que salió fue una espesa
baba negra, sus entrañas se revolvieron frente a ellos.
Rafael lanzó dos rayos más de fuego salvaje en el Anciano. La segunda oleada
crujió sobre él en una violencia de oro blanco y azul eléctrico, aclarando sus ojos y
devolviendo un brillo a su piel, y por un momento, Rafael pensó que habían
derrotado la marca de muerte de Lijuan.
Luego, los signos del poder venenoso de Lijuan surgieron más rápido y más
virulentos que nunca. Cubría sus iris, corría por su piel, ardía en sus alas. Más
sacudidas de fuego salvaje no tuvieron efecto.
Titus se agachó junto a la cabeza de Antonicus y puso una mano sobre su hombro
en un agarre que le dijo al arcángel que no estaba solo. Rafael sostuvo la mano
izquierda de Antonicus mientras Neha sostenía la derecha.
Todos los demás se agacharon, sus alas se arrastraron sobre el techo polvoriento, y
juntos, vieron las respiraciones finales de un arcángel que había vivido milenios,
solo para ser derribado por una muerte que estaba más allá de todo lo que este
mundo había visto.

Se ha ido, ̶ murmuró Caliane cuando el aliento de Antonicus había terminado, sin


signos de un corazón latiendo en su pecho, y su piel con un pútrido tono verdoso.
Era un cadáver en descomposición que se extendía ante ellos en lugar de un
poderoso Anciano que había ardido de vida y arrogancia hacía solo una hora.
Debemos quemarlo, no sabemos lo que lleva en su sangre.
Las palabras de Neha podrían haber sido duras, pero fue con un toque suave el que
extendió la mano para cerrar los ojos fijos del Anciano.
¿Estamos seguros? ̶ Una pregunta suave de Michaela, que había mantenido una
comprensiblemente distancia. ̶ No necesitamos respirar ni tener corazones que latan
para vivir.
Todos lo consideraron. Frente a ellos, el proceso de licuefacción parecía haberse
detenido en el momento del aliento final de Antonicus. Sus alas eran pedazos de
tendón podrido y plumas ennegrecidas, su pecho hundido hacia adentro, pero no
había perdido nada nuevo desde su aparente muerte. O bien el proceso se había
detenido ahora, no había carne viva sobre la cual la infección pudiera festejar, o el
arcángel estaba de alguna manera luchando.
No podemos tener este cuerpo en ninguno de nuestros territorios, ̶ dijo Titus. ̶ Me
duele rechazar a un guerrero tan valiente, pero debemos cuidar a nuestra gente. No
podemos traer una fuente de infección donde pueda filtrarse de su cuerpo para
envenenar el suelo.
Rafael pensó en Naasir, en el hielo y la nieve donde había nacido. ̶ Hay islas en el
hielo antártico que no están pobladas por nadie. También son lo suficientemente
pequeñas como para que podamos erigir cercas altas alrededor y por encima de
nuestra isla elegida para evitar que los animales entren y propaguen cualquier
infección.
Lo enterraremos profundamente, ̶ murmuró Elijah. ̶ Tenemos suficiente poder para
cavar un hoyo tan profundo en la tierra que solo un arcángel vivo podrá salir por la
fuerza.
Rafael y Tito comenzaron a rodar el cuerpo de Antonicus en la alfombra en la que
había muerto, sus rostros solemnes y sus acciones tan respetuosas como podían
hacerlas.
Me pondré en contacto con uno de mis generales para encontrar grandes láminas
de plástico y cinta adhesiva, ̶ dijo Neha, y bajó a recoger los artículos ella misma, no
queriendo a nadie menos poderoso que un arcángel cerca del cadáver. A su
regreso, sellaron la alfombra enrollada en la lámina, y luego la cerraron bien con la
cinta.
Tres veces.
Nadie discutió o declaró que era exagerado.

Lo llevaré, ̶ dijo Rafael después. ̶ Soy el único que tiene algún tipo de inmunidad. ̶
Que Neha y Titus hubieran tocado a Antonicus en sus últimos momentos fue un
testimonio de su corazón y coraje.
Neha cerró la oscuridad de sus ojos con los de él. ̶ Pero parece que incluso tú no
puedes vencer este mal por más tiempo y eso me eriza el corazón.
Sin responder porque las palabras de Neha eran la simple y fría verdad, Rafael
recogió el cuerpo de Antonicus, un cuerpo hecho más pesado por la alfombra, pero
no tan pesado que él no pudiera llevarlo. ̶ Necesitaré descansar a veces, comenzó,
pero Elijah frunció el ceño.
Todos podemos ayudar con el pasaje sin riesgo de infección. Todo lo que
necesitamos son cuerdas. Si creamos una honda, ninguno de nosotros tendrá que
soportar toda la carga.
Neha agregó: ̶ Pediré que traigan la cuerda a la habitación de abajo.
Rafael bajó a Antonicus mientras esperaban. ̶ ¿Vas a quemar este edificio? ̶ Le
preguntó a Neha.
Si. He ordenado a todos menos a aquellos que traen la cuerda que evacuen. Pondré
este fuerte en llamas tan pronto como esté despejado y nos levantemos. ̶ Su rostro
estaba medio en sombras mientras giraba su cabeza hacia China. ̶ Lijuan ha
evolucionado más allá de nosotros. Los arcángeles no pueden ser asesinados por
nada más que otro arcángel, sin embargo, ella está matando a distancia con esta
niebla oscura.
Cassandra profetizó que la Cátedra por sí solo no sería suficiente esta vez. ̶ Asimiló
las caras inmóviles e inexpresivas de Zanaya y Aegaeon; ninguno de los dos había
dicho una palabra desde que Antonicus comenzó a morir. ̶ Es por eso por lo que
están despiertos.
Pero si tu fuego salvaje ha fallado, Rafael, entonces me temo que su despertar no
importará. ̶ El cabello de Caliane voló en la brisa nocturna. ̶ Esta vez, nuestro mundo
puede terminar.
•••
La explosión hirvió el cielo detrás de Rafael cuando Neha incineró el techo del fuerte
antes de derrumbar el edificio hacia el interior en un agujero que Caliane la había
ayudado a crear. Él y los demás se habían adelantado volando, con Antonicus en
una honda entre ellos. Aquellos con glamour lo usaban para ocultar el cuerpo.
Cualquiera que mirara hacia arriba vería a muchos arcángeles juntos, pero eso era
explicable dada la niebla mortal y otros incidentes catastróficos en todo el mundo.
Nadie vería un cuerpo.
Nadie sabría que un arcángel había muerto. Antonicus se había quedado dormido,
eso era todo lo que el mundo diría.
Si el final de Antonicus causaba estragos en el clima, como a veces sucedía cuando
moría un arcángel, creerían que era parte del caos reciente.
Cuando amaneció, Michaela y Astaad volaron a campos silvestres llenos de flores y
regresaron con racimos de ellas para dejar caer sobre el cuerpo de Antonicus. La
cuerda que la Cátedra había tejido era lo suficientemente apretada como para que
las flores se acumularan alrededor del cuerpo y cuando salieron de los campos, era
un ataúd cubierto de flores a su modo y no solo una tumba improvisada creada para
contener la infección.
Nadie habló mientras volaban. En el techo, se había discutidosobre dejar la mitad de
la Cátedra en la frontera con China, pero al final decidieron que no había nada que
la mitad de su número pudiera hacer para detener a Lijuan. Mejor lidiar con esto
juntos, luego dirigirse a sus territorios, para prepararse de cualquier manera que
pudieran... y llorar a todos los suyos que habían quedado atrapados dentro cuando
la niebla se arrastró por China en una marea de muerte.
Gadriel, un poco establecido en sus hábitos, pero noble de una manera tranquila, no
lo había logrado. Rafael no tenía cuerpo para llevar a casa con su familia. El ángel
no era el único que se había desvanecido en la oscuridad asesina; Rafael había
perdido demasiadas personas buenas y la guerra aún no había comenzado.
Era un riesgo asumir que nada cambiaría durante el corto tiempo que
desaparecieron para enterrar a Antonicus, pero el riesgo había sido sopesado. Los
parches más opacos vistos por los drones de Neha y confirmados por Alexander y
Zanaya parecían indicar que el Arcángel de China se estaba consolidando. Cómo
podría estar haciendo eso era algo en lo que a Rafael no le gustaba pensar.
Recordaba demasiado bien las patéticas cáscaras medio consumidas que él y Elena
habían descubierto. Lijuan se alimentaba de la vida para hacer la muerte. Había
millones de personas en China antes de la niebla. Ahora, ninguna voz penetraba en
la pared oscura y Antonicus había dicho que el paisaje estaba desprovisto de luz.
Las imágenes borrosas, teñidas de verde, captadas por la cámara usada por el
Antiguo, habían mostrado lo mismo: una pared interminable de tono negro, tan
turbia que incluso la tecnología destinada a penetrar la noche había fallado.
Rafael no quería ver lo que quedara cuando la niebla retrocediera.
Descansándose unos a otros tomando turnos con la honda para que no tuvieran que
detenerse, los once arcángeles hicieron una caminata directa a una isla de hielo que
Alexander y Charisemnon volaron para explorar.

Consciente de su estado físico vulnerable, Rafael había chequeado a Michaela


varias veces durante la caminata. Puedo pedir un descanso si lo necesitas, dijo. Le
echaré la culpa a la expulsión de fuego salvaje.
Un poco pálida bajo la suave riqueza de su piel, sin embargo, había objetado.
Debemos hacer esto si mi hijo va a estar a salvo. No soporto ningún retraso.
Entonces volaron. Se dio cuenta de que Caliane se mantenía cerca de Michaela, no
lo suficiente como para que ser notorio, pero sí lo suficiente como para prestar
asistencia si fuera necesario. Pero Michaela logró mantenerse en el aire hasta que
aterrizaron en su destino: una pequeña isla rocosa cubierta de hielo transparente.
Juntos, Zanaya y Elijah crearon el profundo agujero necesario para el entierro, luego
los once se unieron para bajar a Antonicus con las cuerdas. Se lo tomaron con
calma, ninguno de ellos deseaba simplemente abandonarlo. Una vez que la honda
tocó el suelo helado que era su tierra de descanso, dejaron caer las cuerdas en el
agujero con él.
Caliane se adelantó al borde de la tumba. ̶ Antonicus se fue de este mundo, quizás
para siempre, pero antes de irse, nos dio un gran regalo. Nos mostró al enemigo
para el que debemos estar listos para luchar, el mal que puede vencernos a todos si
no estamos listos. Por eso, será recordado para siempre en nuestras historias. Me
aseguraré de que la historiadora sepa esto, para que pueda compartirlo con la raza
angelical cuando sea el momento adecuado.
En este momento, entendió Rafael, que el conocimiento del fallecimiento de
Antonicus solo propagaría el miedo y el terror. Los arcángeles no eran
invulnerables. Esa era su leyenda y lo que mantenía al mundo en equilibrio.
Por Antonicus. ̶ Caliane levantó un puñado de roca de hielo destrozada.
Por Antonicus. ̶ Juntos, arrojaron los puñados a la tumba, luego Rafael, Titus y
Astaad colapsaron la tumba hacia adentro antes de llenarla con el material
excavado durante su creación. Dejó un surco sobre el cual construyeron un túmulo
usando rocas tomadas de otra isla pequeña y distante.
Luego, mientras Michaela y Caliane vigilaban, el resto de ellos volaron hacia un
barco de arrastre anclado a unas dos horas de la isla. Cada uno de ellos se había
puesto en contacto con sus segundos mientras aún estaban en India, obteniendo
detalles de cualquier barco que pasara por el área de la antártica más amplio en el
momento correcto.
Su objetivo ondeaba la bandera de la tierra de Elijah.
En él estaban las maderas, láminas de metal, cables y otros materiales necesarios
para construir una estación de investigación en un área diferente de este remoto
continente. Debido a lo distante que estaba el barco, no había peligro de que la
tripulación se diera cuenta de la ruta de vuelo de los arcángeles o del destino final.
Ese equipo observó con binoculares como arcángel tras arcángel aterrizaban en el
barco, antes de volar con materiales para construir una cripta que actuaría como
una jaula para la infección.
Destruiré la nave y su tripulación, dijo Aegaeon después de la última recogida.
No hay necesidad, respondió Neha. Limpié sus recuerdos. Solo saben que su
arcángel les ordenó regresar a la base y renovar sus suministros. Es mejor no dejar
ondas aquí, ni siquiera la pequeña causada por la pérdida de un barco de arrastre.
Rafael sabía que su cazadora estaría horrorizada por la elección unilateral de Neha,
pero esos mortales ahora podían vivir con seguridad. Este secreto era demasiado
grande, demasiado mortal.
Se había decidido que se cercaría toda el área de la tumba durante cincuenta millas
a la redonda. Ni barcos ni aviones.
Como acto final, marcarían la cripta con cada uno de sus sellos.
Nadie en el mundo era lo suficientemente suicida como para enfrentarse a toda la
Cátedra.
Elijah, cuyo territorio estaba más cerca de la isla de hielo, haría que su escuadrón
más confiable volara patrullas regulares sobre esa área, asegurándose de que
Antonicus permaneciera tranquilo. Titus estaba más lejos, pero también enviaría
patrullas irregulares para asegurarse de que nadie se volviera complaciente y
decidiera invadir el cementerio.
Con tantos de ellos, la cripta fue construida al anochecer.
Quemaron sus sellos en las paredes de metal en silencio.
Después de su ascensión, Rafael había elegido un marcador simple para su nombre
en la lengua angelical como su sello, pero lo había alterado para incluir a Elena en
los meses posteriores a su caída, mientras esperaba que ella despertara.
El marcador de su nombre ahora giraba alrededor de una cruz.
Aegaeon se burló. ̶ Transmites la debilidad de tu corazón.
El mundo sabe bien lo que siento por mi Elena, y no lo ocultaría. ̶ Sus palabras
tenían un juicio frío, pero Aegaeon estaba demasiado borracho en su propia
creencia en sí mismo para sentirlo.
Caliane fue la última en quemar su sello. ̶ Está hecho.
Once arcángeles se levantaron en silencio de una tumba que no debería existir.
La voz de Cassandra sonó en la cabeza de Rafael, un eco de los últimos momentos
antes de liberar el poder que había destrozado la crisálida.

El futuro se alinea.
Los caminos son elegidos.
La muerte llega.
Tal muerte, hijo de llamas.
Diosa de la pesadilla.
Espectro sin sombra.
Ascendiendo a su Reino de la Muerte.
Alas de plata. Alas de azul.
Corazón mortal. Sueños rotos.
Romper. Romper. Romper.
Un desgarro.
Una tumba.
Veo el final. Veo...
¿Era esta la tumba que Cassandra había predicho? ¿O habría más? ¿Cuántos de la
Cátedra y de los ancianos despiertos estarían vivos para cuando esto terminara?

45
Elena abrazó al Colibrí e inhaló el amor gentil que era su aroma. ̶ ¿Estás segura de
que quieres que nos vayamos?
Preguntó después de retroceder. ̶ Podemos quedarnos más tiempo.
Ah, niña. ̶ El Colibrí sonrió. ̶ Siento como extrañas a mi hijo que no vino de mi útero.
Soy bastante capaz de quedarme sola. ̶ Miró a Illium, que estaba en el extremo más
alejado del tejado teniendo una conversación en voz baja con Aodhan.
No parecía feliz, pero no hizo caso omiso del toque de Aodhan cuando el otro ángel
cerró su mano sobre la nuca de Illium. Sus alas se abrieron y se cerraron
inquietamente, su mandíbula apretada en una línea rígida.
Cuídalo. ̶ La voz del Colibrí era una melodía de tristeza que enredó el corazón de
Elena en cadenas melancólicas. ̶ El corazón de mi hijo ama demasiado y sufre
demasiado cuando está roto.
Mantendré un ojo en él. Rafael también ordenó a Aodhan que volviera a casa. ̶ Ella
volvió su atención al Colibrí. ̶ Nunca me di cuenta de lo fuerte que era, Lady Sharine,
y lo siento por eso. Esta semana me ha enseñado a no volver a subestimarla nunca
más.

Me estás halagando, pero lo aceptaré. ̶ Una chispa se infiltró en la tristeza,


desempolvó algo del hombro de Elena. ̶ Gracias por complacer mi necesidad de
sacar mi ira con cuchillos. Sé que no soy una guerrera. Tampoco soy quien era una
vez... y mi hijo, ha tenido un fantasma por madre durante demasiado tiempo. Es
suficiente.
Los hermosos ojos pálidos del Colibrí, el champán sostenido a la luz de la luna, aún
tenían una cualidad etérea, como si viera más allá del velo, pero en su voz había
determinación. ̶ Nunca pensé que agradecería a Aegaeon por nada, pero le
agradeceré por el rugido de ira que me despertó de mi propio largo sueño.
Mientras el Colibrí fue a hablar con Illium y Aodhan, Elena miró hacia la aldea y
pensó en lo diferente que se sentía la última vez que había estado allí: la gente
todavía se estremecía cuando veía alas, pero se recuperaban rápidamente y
muchos ofrecían sonrisas vacilantes.
Si caminaba con el Colibrí, no había estremecimiento, solo alegría y adoración. Los
niños corrían hacia Lady Sharine con flores agarradas en sus pequeñas y
regordetas manos, mientras que los adultos se inclinaban cuando pasaba, aunque
ella no era un ángel que exigiera tales cosas. Ella tomaría las manos pegajosas de
los niños entre las suyas y caminaría con ellos mientras hablaba con sus padres. A
veces, ella tocaba el hombro de un aldeano que se había inclinado y les preguntaba
sobre su día.

La gente de este pueblo se inclinaba no porque la temieran, sino porque la amaban.


Los escuadrones guerreros del Colibrí eran tratados con respeto y asombro. Ella
misma había elegido a cada guerrero, entre los ejércitos de la Cátedra, y ningún
ángel o vampiro elegido se había opuesto a servir durante un tiempo en lo que se
consideraba un puesto poco emocionante sin riesgos ni peligros.
El miedo aún no se había evaporado totalmente de la aldea, pero ya no era un
miasma nocivo en el aire y pensó que, si regresaba en otros seis meses, podría ser
suficiente para despejar el aire. Estas personas estaban aprendiendo que podían
confiar en que la raza angelical no era cruel, caprichosa y fea de corazón.
Tales ángeles crueles existían en el mundo, siempre existirían, pero no aquí. Ya no
más.
Ellie, es hora. ̶ La cara de Illium estaba hosca, una expresión que nunca había visto
en él.
El Colibrí ahuecó su rostro en sus manos. ̶ ¿No le sonreirás a tu madre antes de que
te vayas? ̶ Cuando Illium siguió luciendo hosco, su madre se inclinó más cerca. ̶ Te
prometo que no volveré a ser un fantasma, no debes preocuparte. No
olvides que, a pesar de todo su poder, gané la carrera.

Illium abrió mucho los ojos. ̶ ¿Te acuerdas? ̶ Una pregunta dolorosa.
Me estoy despertando, mi dulce niño. ̶ Bajando la cabeza, lo besó en la frente antes
de quitarse algo de su muñeca. ̶ Ponte esto y recuerda quién fui una vez. Volveré a
ser ella otra vez.
Illium extendió su mano en un trago duro, y su madre puso el brazalete elástico
sobre su más grande mano. Las cuentas de madera estaban mucho más separadas
en su muñeca, pero parecía que la correa era fuerte y aguantaría.
Illium abrazó a su madre, la envolvió en sus alas y la sostuvo durante mucho
tiempo, con la cara tensa en un paroxismo de esperanza. Después, dijo: ̶ ¿Llamarás
si me necesitas?
Te llamaré, ̶ prometió el Colibrí. ̶ Pero si Aegaeon se atreve a venir aquí, trataré con
él. Este es un asunto entre tu padre y yo. ̶ Ella dio un paso atrás, pero no antes de
volverse hacia Aodhan y presionar un beso en su mejilla. ̶ Vayan a casa ahora,
polluelos. Escucho lo suficiente como para comprender que una terrible oscuridad
amenaza al mundo. Y sé que Rafael necesita sus Siete y su consorte a su alrededor
en tales tiempos.
Illium miró a Elena y asintió.
Los tres despegaron como uno, con Aodhan subiendo tanto como él prefería, tan
alto en el cielo, era una estrella fugaz o una chispa de luz solar atrapada en un
objeto desconocido. Más cerca de la tierra, mortales y vampiros se reunieron
debajo, señalando y jadeando.
Se sabía que los conductores detenían sus automóviles sin previo aviso, distraídos
por la luz fragmentada que era su cuerpo en vuelo bajo el sol o la luna.
Illium miró hacia atrás por última vez después de haber volado un poco. Siguiendo
su mirada, Elena vio la pequeña figura del Colibrí en el tejado distante, la naranja
cremosa de su vestido ondeando en la brisa de la mañana. Elena levantó una mano
y el Colibrí levantó una hacia atrás. La madre de Illium se volvió demasiado
pequeña para ver un latido más tarde, su casa se desvaneció en un telón de fondo
del desierto y el cielo.
•••
Rafael observó el jet que entraba desde su posición privilegiada en un tejado
cercano, con la luz de la tarde nebulosa. Dougal estaba llevando la nave de manera
suave y constante, a pesar de los fuertes vientos que habían comenzado a golpear
el área en las últimas horas. Los científicos del clima pronosticaron vientos y lluvias
con fuerza de un huracán.
Nueva York no era la única ciudad afectada; toda la costa este estaba bajo
amenaza. También estaba nevando en Florida. Eli había regresado a casa para
encontrar la mitad de su territorio en medio de una tormenta de nieve masiva.
Michaela se había puesto en contacto con Rafael en pánico porque estaba teniendo
problemas para luchar contra los vientos en su propio territorio para llegar a su hijo,
pero se había calmado lo suficiente como para poder abrirse paso.
No había tenido noticias de los otros arcángeles, pero sabía que todos eran aptos
para lidiar con cosas mortales, peligrosas e inesperadas, la Tierra en caos. Neha
tenía lo peor de todo, todo su ejército en constante vigilancia para asegurarse de
que la niebla no se moviera a través de su frontera.
Aunque lo que haré si nos invade, no lo sé, ̶ le había dicho a él y a Caliane antes de
que todos se separaran después de enterrar a Antonicus; con sombras debajo de
sus ojos, se había frotado la frente.
Elena mía, te he extrañado. Tales palabras simples para el dolor crudo dentro de él.
Casi la había perdido recientemente para hacer fácil tal separación.
Puedo verte. Su felicidad llegó en un baño de acero fundido contra su mente.
Planeo saltar en tus brazos y besarte estúpidamente, así que prepárate.
Sintiendo que sus labios se curvaban de una manera que solo su cazadora podía
engendrar, despegó y fue paralelo al descenso del avión desde una corta distancia.
Podría haberse acercado mucho más, pero a Dougal le preocuparía atraparlo en el
arrastre del avión y quería que el piloto se concentrara en un descenso seguro.
Porque en ese cuerpo de metal estaba la eternidad de Rafael.
Todo cambió en un tercio del camino a través del descenso. Los fuertes vientos
comenzaron a retorcerse en embudos mortales.
Un tornado recién nacido giró a un pequeño avión estacionado cerca del hangar; el
avión se volcó contra la pared del hangar, la fuerza de este rompió la nave en
pedazos. Un segundo tornado golpeó un avión mucho más grande que acababa de
terminar de desembarcar a sus pasajeros y tripulación, todos los cuales eran
soldados con base en el Refugio que Rafael había llamado a casa.
El jet fue empujado a mitad de camino por la pista donde se estrelló contra otro
tornado; el enorme cuerpo de metal gimió al voltearse sobre su espalda con una
chispa de metal sobre el asfalto. ¡Dougal, aborta el aterrizaje! El piloto tenía una
mejor oportunidad de evitar los tornados si volaba directamente hacia el aire libre:
los embudos mortales parecían enfocados dentro y alrededor del aeropuerto.
¡Es muy tarde, Señor! La voz mental de Dougal era débil: el vampiro no era tan
fuerte como cualquiera de los Siete de Rafael, pero había ganado suficiente poder a
lo largo de los siglos para poder responder a Rafael en lugar de simplemente
escuchar. ¡El avión no tendrá suficiente elevación! Ya está temblando como si fuera
a desmoronarse.

También era demasiado tarde para que Elena, Aodhan e Illium salieran volando del
avión. El viento los golpearía en el asfalto antes de que pudieran ganar ventaja
hacia el cielo. El punto era discutible, en cualquier caso, nadie abandonaría a
Dougal y su copiloto.
¿Cuál es el plan, Arcángel? La voz de Elena, tranquila y confiada.
Probemos el temple del poder de esta Cascada. Alcanzó de nuevo la mente de
Dougal. Corta toda la energía. Libera los controles.
Un segundo. Dos. Entonces Está hecho. El avión ahora es un planeador.
El viento azotaba su rostro y los fragmentos de escombros cortaban sobre sus
brazos desnudos, Rafael voló hacia debajo del objeto masivo. Iba rápido, pero él era
un arcángel.
Coincidiendo con su ritmo vertiginoso, puso sus manos entre el tren de aterrizaje.
Esas manos parecían ridículamente pequeñas en comparación con la vasta
estructura de metal, pero esto no se trataba del tamaño físico. Se trataba de poder.
Rafael soltó el suyo con una intención concentrada que dio forma a su expresión.
Un rayo dorado besado con un zarcillo del calor de Elena serpenteó a través del tren
de aterrizaje y a lo largo de la parte inferior de las alas. Nunca había hecho esto con
una máquina tan grande, pero una vez había ayudado a aterrizar una nave afectada
mucho más pequeña. Luego, simplemente usó su fuerza: una tolva de un solo
asiento no era un desafío.
Pero incluso un arcángel no podía soportar el peso de un jet de tamaño completo.
Por eso había creado la red de energía. Sus músculos se tensaron mientras
canalizaba su fuerza a través de esa red, convirtiéndola efectivamente en una parte
de su cuerpo. Un tornado se dirigió hacia ellos, enojado y negro. No había forma de
evitarlo. Pero no escuchó gritos de pánico en su mente, ni exclamaciones. Su gente
y su consorte confiaban en él para hacer esto.
Alcanzó a la Legión. Mientras lo hacía, sintió un sabor dentro de él que era Elena.
Sin prestarle mucha atención, porque ella era bienvenida cada vez que lo deseara,
él arrebató el poder de la Legión de una manera que nunca había hecho.
Somos el depósito, habían dicho los seres antiguos cuando emergieron de las
profundidades. Intentamos pasarlo al Padre, pero Padre aún no está listo.
Ahora ese poder fluía hacia él y era diferente de la energía de la Cascada. Era
dolorosamente vieja y sabía al frío abrazo del océano y la marcha interminable del
tiempo. Un recordatorio de que la Legión había dormido eones bajo el mar, y
durante gran parte de ese tiempo, habían estado como muertos. Pero ahora,
estaban despiertos y susurraron en su mente.

Rafael Aeclari. Vemos el espejo. Damos.


El poder suspiró en su sangre, luego, bajo su mando, se extendió hacia afuera a lo
largo del marco que ya había construido, solo que esta vez continuó hasta que todo
el avión quedó encerrado en una red de energía arcangélica que rechazó cualquier
intento de destrucción.
Volaron directamente hacia el tornado.
Con los músculos apretados, Rafael mantuvo el avión estable mientras los vientos
intentaban arrancarlo, incluso mientras buscaban colapsar sus alas. Pero sus alas
estaban ondulando fuego blanco y el viento no pudo encontrar ningún agarre.
Calma súbita, el centro mismo del embudo enojado.
La furia del viento nuevamente en cuestión de latidos, vicioso, violento y exigente.
Su túnica fue arrancada de su cuerpo.
Algo pequeño y afilado se estrelló contra su caja torácica. Hizo caso omiso de la
lesión menor, su enfoque inquebrantable. Por encima de él, el avión gruñó, pero se
mantuvo unido cuando salieron por el otro lado.
Pequeños tornados continuaron arrasando con el aeropuerto que los rodeaba. La
única misericordia fue que este era un aeropuerto privado para uso de la Torre y
este era el último vuelo que entraba o salía hoy. Todos los demás aviones estaban
actualmente libres de tripulación y pasajeros. Andreja, guíame. Los escombros que
se arremolinaban lo cegaban y confundían.
Está justo encima de la pista, Señor. La voz de Andreja era cristalina; El ángel era
mucho más poderoso de lo que la mayoría de la gente pensaba. Veo el contorno del
avión dorado brillante. También hay luz proveniente del interior. Si continúa bajando
por la pendiente actual, tendrá mucho espacio.
Andreja lo mantuvo actualizado hasta que Rafael estuvo lo suficientemente cerca
del suelo para ver el asfalto.
Dougal había bajado las ruedas cuando comenzó el proceso de aterrizaje, y aunque
el espacio debajo no era suficiente para que Rafael se parara en toda su altura,
sería suficiente si doblaba las rodillas.
Incluso abajo y estable, no soltó el avión. Manténganse abordo. Permanecieron
dentro de un remolino gris aullante de polvo, escombros y furia.
Mierda, Arcángel. Y me impresionó que Bluebell volcara un helicóptero. La voz de
Elena era pura vida dentro de él, un estallido de luz alegre. Recién le dije eso y está
fingiendo estar de mal humor, pero sus ojos son enormes y sigue mirando por la
ventana y luego frotando esos ojos solo para mirar de nuevo. Aodhan está
completamente descompuesto.

Sus palabras eran tan normales, una parte tan importante de su vida que sus
mejillas se arrugaron a pesar de los vientos que surgieron violentamente a su
alrededor. Un arcángel debe tener algunos trucos bajo la manga, dijo, justo cuando
la voz de Andreja le vino a la mente.
Sire. Un tornado masivo se está construyendo en el extremo de la cola del avión.

46
Rafael miró en esa dirección, solo pudo ver el fondo de la violenta rotación de
viento, tierra y restos de aviones. Va a hacer mucho ruido, advirtió a todos en el
avión mientras enviaba aún más poder al escudo de energía que había creado
alrededor del avión.
La luz comenzó a salir por encima de él y al principio pensó que había perdido el
control. Pero no, el caparazón que había erigido mantenía su molde. ¿Elena?
Sí, estoy brillando a lo grande. Sucedió mientras aterrizábamos también. ¿Activando
la energía parcial?
No he alcanzado tu energía. Necesitaba la cantidad masiva que tenía la Legión. ¿Te
sientes enferma o herida?
No. Solo soy un palo incandescente. Un beso que sintió. Lo resolveremos más
tarde. Concéntrate en mantenerte con vida para que no tenga que patearte el culo.
Una vez más, ella se preocupaba por él cuando, de todos ellos, él era el que tenía
más probabilidades de sobrevivir. Incluso si un tornado lo levantara y lo estrellara
contra la tierra a una velocidad terminal, no sería terminal para él. Su cuerpo se
volvería a unir tarde o temprano.
Illium también sobreviviría. Su recuperación sería mucho más larga, pero ahora era
lo suficientemente viejo y fuerte como para lograrlo. Aodhan era igual. Dougal y su
copiloto, sin embargo, no soportarían. Probablemente sus cabezas serían
arrancadas de sus cuerpos por el impacto y, como vampiros, eso sería todo para
ellos.
En cuanto a Elena... Era mucho menos frágil de lo que había sido antes de que la
Cascada intentara robarle el alma, pero seguía siendo un ángel joven. Su cuerpo no
duraría estando en pedazos.
Así que se aseguraría de que no llegara a eso.
Mirando hacia el asfalto, se ancló. El asfalto se agrietó a su alrededor cuando su
energía se hundió en la tierra y se clavó en la piedra tan lejos que formaba parte del
manto del planeta. En sintonía con el escudo, evitó que el avión se moviera cuando
el tornado golpeó.
Pedazos de restos de avión golpearon con fuerza contra los costados de la nave,
pero nada atravesó el caparazón que había creado con su poder. Un poco de
escombros lo golpeó en la pierna, y fue entonces cuando se dio cuenta de que
había olvidado crear un escudo a su alrededor.
Solo tomó un pensamiento.

Un rugido de ruido, polvo y nada. Entonces... Un silencio abrupto. Andreja. Estado.


Estoy escaneando los cielos y el paisaje. No veo más tornados.
Todo está tranquilo.
Rafael absorbió la energía que protegía el avión dentro de sí mismo, vertiendo una
gran cantidad de nuevo en la Legión, algunos de los cuales habían caído donde
estaban cuando él garró su poder. No tenía deseos ni necesidad de llevar tanto
poder en su propio cuerpo, no cuando el rayo de la Cascada ya era tan violento. Se
los agradezco.
Somos tuyos, susurraron setecientas setenta y siete voces. Este poder es tuyo.
Dentro de él, la energía de la Cascada se asentó de nuevo con una frialdad familiar
que se quedó solo con un zarcillo de fuego y acero. Bájense del avión, les dijo a los
que estaban dentro.
Ya fuera de debajo del avión, se elevó en el aire justo cuando las nubes se abrieron.
Una lluvia fuerte comenzó a cortar desde su derecha, golpeando su piel en cientos
de fragmentos afilados y fríos.
La marca de la Legión en su sien se encendió.

La puerta del avión se abrió por fin, y Elena salió corriendo.


Estaba flotando justo afuera, la arrastró desde la parte superior de las escaleras
hasta sus brazos. Ella se aferró a él con una carcajada, la tormenta eléctrica de sus
alas brillante contra la pesadez gris del mundo lluvioso. Un segundo después, ella
metió las manos en su cabello, bajó su cabeza hacia la suya y lo besó
estúpidamente.
•••
Más tarde, se pararon con Dmitri y vieron las imágenes de las cámaras del
aeropuerto y de un observador de aviones que había estado estacionado en un
lugar "secreto" que los entusiastas compartían solo entre ellos.
La Torre los dejaba en paz porque nunca trataban de romper los límites del
aeropuerto y se comportaban bien. Este observador había estado grabando el jet
que entraba, completando con comentarios.
La Torre 1 está a punto de aterrizar, ̶ dijo alegremente. ̶ Como, esa no es la señal de
llamada real porque la Torre no anuncia cuáles de sus aviones están en el cielo,
pero puedo decir que este es el número 1 debido a esa pequeña marca en la cola.
Significa que una de las personas importantes debe estar a bordo. No puedo
esperar ... ¡Joder!

Las imágenes se tambalearon mientras se enfocaba en un tornado que había


aparecido de la nada. Giró la cámara de un lado a otro cuando apareció otro, luego
otro.
¡Oh cielos! ¿Cómo va a evitar eso el piloto? ̶ El miedo recorrió sus palabras. ̶ Ese
avión va a ir directo a ese tornado. Oh hombre, oh hombre... ̶ Sus palabras
murmuradas en un terror frío que casi podían sentir, hasta que su voz volvió a
chirriar.
¡Rafael! ¡Que me jodan! ¡Nadie va a creer esto!
Había captado el instante en que la energía de Rafael se arrastró por todo el avión y
la convirtió en un faro brillante en la pesada oscuridad gris. El avión pronto fue
oscurecido por los tornados y la suciedad y los escombros en el aire, solo para
reaparecer en parches cuando Rafael lo trajo a tierra.
A través de todo, hubo un silencio asombrado que terminó con: ̶ ¡Ese es el jodido
Arcángel de la jodida Nueva York! ¡Apesta para todos los cretinos que intenten
atacar nuestra ciudad, especialmente a ti, Zhou Lijuan! Elena soltó una carcajada. ̶
Me gusta este chico. ̶ Tenía que reír o su corazón podría explotar, no podía creer
que Rafael hubiera hecho eso. Al ver las imágenes y el tamaño del avión por encima
de su cabeza, ver el poder absoluto involucrado en el aterrizaje... Su pulso
retumbaba.
Por supuesto que sí, ̶ murmuró Dmitri, pero sus palabras no tenían su mordisco
habitual. Estaba demasiado concentrado en la segunda grabación que se había
comenzado a reproducir, esta de las cámaras de vigilancia en el aeropuerto. Vivek
había unido las imágenes para proporcionar una narración continua.
Los tornados habían surgido sin previo aviso, enormes remolinos de viento, tierra y
escombros voladores que se habían convertido en metralla. Las heridas de Rafael
ya se habían curado, pero Elena iba a ver su sangre manchando su piel por un
tiempo. Andreja, en la torre de control de tráfico aéreo, evitó por poco que le
cortaran la cabeza cuando parte de un ala rota se estrelló contra el cristal de su
recinto.
Resultó que eso había ocurrido cerca del comienzo de las cosas; luego continuó
comunicándose tranquilamente con Rafael.
¿Por qué está Andreja en esa sala de control? ̶ Dijo Elena a Dmitri. ̶ Imagine que
una mujer tan imperturbable estaría en la Torre.
No conoces a Andreja. ̶ Dmitri se cruzó de brazos. ̶ Tiene siete mil años y ha
decidido que está de vacaciones este siglo. Y le gustan los aviones.
Elena lo pensó y se dio cuenta de que cuando se había vivido tanto tiempo,
descansar un siglo para relajarse no era gran cosa. ̶ Por suerte para nosotros,
decidió vacacionar como controladora de tráfico aéreo.

De todos modos, infórmale que todo el tiempo de vacaciones se cancela hasta que
la Cascada haya pasado. ̶ Los ojos de Rafael estaban en la pantalla. ̶ No tienen
sentido los tornados. Parecía ser posible que su avión aterrizara cuando
aparecieron.
Parece alinearse con los informes que llegan desde otros territorios, ̶ dijo Dmitri. ̶
Eventos climáticos devastadores en todo el lugar. Inundaciones repentinas en Chile.
Gran deslizamiento de tierra en Turquía. Remolinos en un lago en Suiza: las
víctimas fueron importantes allí. La cosa se tragó múltiples embarcaciones de
placer.
Elena se frotó las manos arriba y abajo de los brazos. ̶ El ritmo del caos se está
acelerando. ̶ Como un concierto que se eleva a un inevitable crescendo: la guerra.
•••
Cuando Rafael y ella finalmente llegaron a su suite, fue para encontrar a él Primario
esperándolos en el balcón cubierto de noche. Una gárgola paciente que se
agachaba en el borde, con el pelo goteando. Deslizando la puerta y derramando luz
sobre el balcón, Elena dijo: ̶ Sabes que eres bienvenido a esperar adentro.
El Primario se levantó de sus cuclillas.

Elena se quedó inmóvil cuando él salió a la luz. ̶ Tu segunda forma, ̶ susurró,


recordando las palabras que el Primario había dicho sobre lo que se sintió como si
hubiera pasado hace una vida.
Los ojos del Primario permanecían de ese color pálido, pálido con un anillo de vívido
azul alrededor de los iris que hacían eco del color de los ojos de Rafael, pero su piel
había adquirido un tono que no era gris o pálido. Estaba muy vivo. Y su cabello, era
de un negro intenso, del color de los cielos de medianoche. La sombra del cabello
de Rafael.
Sucedió hoy. ̶ El Primario levantó la mano para mirar atrás.
No he estado a todo color por... ̶ Una inclinación de su cabeza. ̶ Por eones
interminables. Desde el último Aeclari.
¿Están tus hermanos iguales? ̶ Si su arcángel estaba perturbado por el extraño eco
de los colores de él, no lo demostró.
El Primario se tomó un tiempo para responder. ̶ Ellos son ellos mismos. Solo el
Primario es de los Aeclari. ̶ Sus pupilas oscuras se destiñeron repentinamente en
ondas de plata. Hasta que la plata se encontró con el azul y los dos se fusionaron,
con el azul fluyendo hacia la plata en los bordes. Las pupilas resurgieron del mar
azul plateado.

Elena se puso las manos en las caderas. Espeluznante pero bonito.


Mira sus alas.
Elena no había prestado mucha atención a las alas de murciélago del Primario, las
alas de la Legión nunca parecían cambiar. Aparentemente, esa regla ya había
terminado, porque las alas anteriormente grises del Primario tenían un borde de oro
blanco que rozaba hacia adentro de un púrpura intenso antes de desvanecerse en
gris.
Tienes piezas de los dos, ̶ dijo Rafael.
Vislumbramos el espejo y el espejo nos cambió a nosotros. ̶ El Primario cayó sobre
una rodilla. ̶ Vengo a ofrecerle al Padre el poder que es suyo. Hoy, tomaste solo un
porcentaje y nos devolviste el exceso.
Una vez nos dijiste que, si Rafael tomaba el poder, tendrías la opción de quedarte
en el mundo como seres separados, o regresar a las profundidades, ̶ Elena dijo. ̶
¿Sigue siendo cierto?
Una pequeña vacilación. ̶ Las cosas han cambiado. Sentimos las energías oscuras
subiendo y subiendo. Queremos darte no solo el poder que tenemos para ti, sino el
poder que nos hace a nosotros.

El corazón de Elena se heló.


Las alas de Rafael rozaron las de ella cuando las extendió,su rayo bailando sobre
sus plumas antes de regresar a ella.
¿Qué significará eso para ti?
No lo sabemos. Podemos morir, ̶ dijo el Primario sin ninguna indicación de miedo o
angustia. ̶ Podemos regresar a las profundidades para comenzar de nuevo.
La idea de una ciudad sin la presencia agazapada de la Legión, su hogar verde
abandonado y vacío, era un anatema para Elena. Su corazón se rebeló con tanta
fuerza contra la idea que no podía hablar.
En este momento, no necesito para nada el poder, ̶ dijo Rafael. ̶ Prefiero tener mi
Legión presente y con toda su fuerza. Se está preparando una batalla y necesitaré
tantos luchadores experimentados como pueda reunir.
El Primario se puso de pie. ̶ Los últimos Aeclari no fueron como tú. ̶ Parecía estar
luchando por desenredar los recuerdos tan viejos que estaban más allá del tiempo. ̶
Tú eres... nuevo.
Tú... rompes patrones.
Bueno. Probablemente sea por eso por lo que no soy energía de crisálida y Rafael
no se ha convertido en un villano insensible. ̶ Estaba jodidamente orgullosa de que
su arcángel tomara la decisión que acababa de tomar, especialmente cuando sentía
el poder frío de la Cascada que continuaba revolviéndose en su sangre.
Había obtenido un control considerable sobre él, pero se necesitaba una feroz
voluntad para no escuchar sus siniestras promesas.
Lijuan las había escuchado. Y ahora Lijuan era un poder monstruoso que podría
gobernar todo el mundo. Ser bueno, ser honorable, no parecía tener ningún premio
en esta lucha inmortal hasta la muerte.
Con los brazos cruzados, Elena miró al cielo. ̶ No sé qué carajos quiere la Cascada.
Reequilibrar el mundo, ̶ dijo el Primario, como si eso fuera evidente.
Cuando ambos lo miraron, él le devolvió la mirada durante un largo momento
mientras las voces susurradas se acumulaban en la parte posterior de la cabeza de
Elena. La Legión, hablando entre ellos.
Lo hemos recordado, ̶ dijo el Primario. ̶ No sabemos desde cuándo. No sabemos de
quién.
Esa fue una declaración bastante razonable dada su edad y cuántos recuerdos
llevaban en sus mentes.

Dinos, ̶ ordenó Rafael.


El Primario se tomó su tiempo para hablar, un ser tan antiguo que había estado
presente en el primer fin y el segundo comienzo de la humanidad angelical. ̶ El
poder crece. Los arcángeles crecen. Se necesita un equilibrio para evitar que el
mundo se rompa.
Elena frunció el ceño. ̶ Espera un segundo. Todo este aumento de poder es parte de
la Cascada. No sé qué parece para ti, pero me parece a mí que es la Cascada la
que está causando el rompimiento.
Las lechuzas de Cassandra volaron más allá del balcón con alas nevadas, su
belleza silenciosa captó toda su atención por un momento antes de que se
perdieran de vista. ̶ Es una paradoja, ̶ admitió el Primario, luego pareció tener
dificultades para encontrar las palabras. ̶ Demasiados durmientes. Demasiado poder
almacenado. La tierra gime. Debe ser liberado.
Un susurro de sonido, Rafael recolocando sus alas... un sonido que sus propias alas
nunca volverían a hacer. La punzada de tristeza fue inesperada y visceral. Tragando
con fuerza contra ella, Elena se recordó a sí misma que tenía jodidas alas retráctiles
como un superhéroe de cómic. No solo eso, sus alas eran llamas con relámpagos.

Su arcángel habló en el pequeño silencio. ̶ ¿La Cascada se dispara cuando el


poder reunido de los Durmientes en el mundo rebasa un cierto umbral?
Las voces en la parte posterior de la cabeza de Elena nuevamente, la Legión
entablando una furiosa discusión antes de que el Primario asintiera. ̶ Viento, lluvia,
temblores, hielo, es una liberación.
Como un volcán que suelta un poco de vapor. ̶ Elena golpeó su bota en el suelo. ̶
Por supuesto, entonces la parte superior vuela y todos mueren.
Sí, ̶ dijo el Primario. ̶ Esta vez, la parte superior explotará. El equilibrio será
encontrado de nuevo.
Elena y Rafael le hicieron más preguntas, pero eso fue todo lo que tenía que darles. ̶
Increíblemente, todo eso tenía sentido, ̶ le dijo a Rafael mientras se preparaban para
acostarse. ̶ Quiero decir, en una carrera de inmortales donde algunos de ustedes
continúan creciendo en poder, las cosas se saldrán de control sin un interruptor de
seguridad incorporado.
Especialmente cuando aquellos de nosotros con más poder somos casi imposibles
de matar... ̶ Con el torso desnudo y descalzo, Rafael caminó para pararse junto a la
puerta abierta del balcón, contemplando la noche. ̶ Dejarnos continuar en esa
trayectoria sin control y eventualmente nos convertiremos en poderes destructores
del mundo que se aniquilarán unos a otros.
Admirándolo mientras caminaba más cerca, Elena besó su columna vertebral, justo
donde sus alas crecían fuera de su espalda. ̶ No me gusta a dónde va esto.
Pero creo que debemos enfrentarlo. La única forma de que el poder se vuelva a
liberar en el sistema, y para que las cosas vuelvan a estar en equilibrio, es que
algunos de nosotros muramos. ̶ Eso fue lo que Rafael no se había dado cuenta
durante tanto tiempo, como Elena había dicho, una raza de inmortales no podía
seguir para siempre sin consecuencias. ̶ Y la única forma de que muera un
arcángel...
...es a manos de otro arcángel. ̶ Elena se movió para mirarlo de espaldas a la
noche. ̶ ¿La jodida Cascada está creando un club de lucha inmortal? ̶ Furia vibró en
su voz. ̶ Pero ¿qué obtiene si Lijuan gana y todos ustedes están muertos?
Piensa en la cantidad de poder que la muerte de la Cátedra y los Antiguos liberarán
nuevamente en el sistema. ̶ Ola tras ola tras ola impactante. ̶ Explica por qué no
tenemos leyendas de más Arcángeles Durmientes. Para ser una raza de inmortales,
parece que hemos perdido innumerables Cátedras anteriores sin dejar rastro.
Espera. Espera. ̶ Elena se frotó la frente. ̶ ¿Qué sucede con todos los 'regalos' de la
Cascada después? Tu fuego salvaje, los terremotos de Titus, todo lo demás. Tu
madre vivió una Cascada y no es muy poderosa. ̶ Hizo una pausa, cerró los ojos por
un segundo mientras luchaba por ordenar sus pensamientos. ̶ Bueno, lo es porque
se llevó a toda una ciudad con ella a Dormir y ahora protege a Amanat con un
escudo, pero no tiene un poder ofensivo violentamente loco. Lo mismo ocurre con
Alexander.
La suya fue una Cascada ‘normal’. ̶ Él ahuecó el costado de su cuello, acariciando
con el pulgar la delicada piel de allí. ̶ Sin embargo, la pregunta permanece. Quizás
la Legión lo sepa.
Pero la Legión no tenía más respuestas para ellos. Dormimos después de la
Cascada del Terror. Un sueño tan profundo que cuando despertamos, ninguno de
los viejos arcángeles caminaba por el mundo.
Elena pasó las manos sobre su pecho. ̶ Supongo que encontraremos la respuesta
después de patear el trasero de Lijuan. ̶ Pero en sus ojos estaba el mismo
conocimiento oscuro que lo perseguía: que el fuego salvaje no había sido suficiente
para salvar a Antonicus.
Su única arma contra el veneno de Lijuan había fallado.

47
Rafael fue convocado a una reunión de la Cátedra solo tres horas después.
Elena se despertó cuando él se movió, lo acompañó hasta el espacio de reunión
después de ponerse un chándal. Rafael, por el contrario, vestía sus pieles de
guerrero: las conversaciones con la Cátedra nunca eran cosas simples,
especialmente ahora. El hombre que la había sujetado contra su pecho desnudo, su
ala, su manta, tuvo que ceder el paso a un arcángel listo para la guerra.
Neha estaba transmitiendo en vivo desde la frontera con China. La brillante luz del
sol brillaba en los techos más cercanos a la frontera... en el lado de Lijuan.
La niebla se estaba retirando.
Está sucediendo en todo el territorio, ̶ dijo Neha, su voz cortada y precisa. ̶ Lady
Caliane, Michaela, Alexander y yo hemos tenido a nuestros escuadrones dirigiendo
patrullas cerca de las regiones fronterizas y todos informan lo mismo. La niebla ha
comenzado a retirarse hacia el centro.

La imagen en la pantalla cambió cuando la transmisión cambió a un avión no


tripulado que volaba directamente sobre una sección ahora despejada de niebla.
Mostraba los bordes de un pequeño pueblo.
Un típico pueblo fronterizo, ̶ les dijo Neha. ̶ Principalmente casas de soldados fuera
de servicio. Lijuan y yo nunca mostramos enemistad la una hacia la otra, pero sería
una tontería de nuestra parte no tener soldados posicionados a lo largo de nuestras
fronteras.
Rafael, ¿tienes soldados a lo largo de la frontera con Elijah?
Sí. Como él tiene los suyos en el otro lado.
A veces, ella olvidaba cuántas capas había en las relaciones entre los arcángeles.
La amistad, cuando llegaba, era un proceso largo y complicado.
Las casas están vacías, ̶ continuó Neha mientras el dron escaneaba el área
inquietantemente inmóvil; ni siquiera una planta rodadora soplaba en el viento. ̶
Debe haber llamado a sus soldados a una ubicación central. Inesperado ya que ella
sabe que tengo una fuerza propia, pero como dije, Lijuan y yo nunca hemos ido a la
guerra.
Michaela irrumpió, con voz aguda. ̶ ¿Dónde están las esposas, esposos, amantes,
hijos, sirvientes, mascotas? Esto no era una guarnición. Estaban en casa.

La piel de Elena se heló. Miró de nuevo la escena que se desarrollaba frente a ellos.
Absoluta y completa quietud. Un pueblo completamente abandonado. No tenía
sentido de la vida en absoluto. Es posible que haya llamado a familias enteras a un
comando de base, ̶ dijo Titus, su voz mucho más sombría y tranquila de lo normal.
Posible, pero improbable. ̶ Charisemnon curvó su labio. ̶ Ella era mi aliada, pero no
uso lentes de color rosa cuando se trata de ella. A Lijuan no le importarían las
mascotas y los sirvientes mortales. Deberían estar presentes.
Necesitamos más información. ̶ Elijah sonaba como el general que había sido una
vez. ̶ Un pueblo fronterizo abandonado puede explicarse como un retiro estratégico.
Los animales podrían haber huido desorientados durante la niebla.
Eli tiene razón. ̶ El tono de Rafael era tranquilo, medido... pero el fuego salvaje se
arqueó sobre sus dedos fuera de la vista de la pantalla. ̶ ¿Es posible cambiar de
vista?
Sí, ̶ confirmó Neha. ̶ Sin embargo, todas las vistas fronterizas muestran lo mismo.
Tendremos que esperar hasta que la niebla se retire más hacia el interior.

Nadie habló en el ínterin.


La primera persona en aparecer en el metraje lo hizo en una azotea cuadrada como
las que Elena había visto en la India durante una cacería. Ella misma había dormido
en un techo así durante el calor del verano y, por un segundo, pensó que se habían
entrometido con un pobre imbécil que estaba tratando de cerrar los ojos bajo la
extraña noche de niebla. Aunque tenía que estar helado allí arriba, dormir en el
techo no era una actividad invernal y la niebla debía haber provocado que las
temperaturas bajaran aún más.
Entonces el avión no tripulado voló más cerca.
Se le revolvió el estómago.
El hombre que yacía debajo de la delgada sábana era una cáscara. Su piel era
pergamino marrón oscuro sobre los pómulos anchos y las mejillas huecas, las
cuencas de los ojos hundidas en sus conchas negras, sus mechones eran hierba
seca que volarían en el próximo viento.
La niebla continuó retrocediendo.
Los cuerpos llegaron más rápido ahora. Caído en las calles, había más tumbados
en los tejados, varios simplemente sentados debajo de un árbol. Gente que no tenía
horror en sus rostros. Las personas que simplemente habían estado siguiendo sus
vidas cuando una diosa oscura les quitó esa vida.
Elena atrapó el borde de lo que parecía ser un parque infantil casero creado con
estacas y cuerdas de bambú y columpios de neumáticos viejos. Ella quería mirar
hacia otro lado, con su enojo en aumento, pero se obligó a mantenerse en su lugar.
Ella daría testimonio. Ella lo recordaría.
No había cuerpos. Ninguno.
Un viento frío sobre su piel. Rafael, ¿dónde están los niños? No habían visto un solo
niño vivo o muerto.
Temo la respuesta, Cazadora del Gremio.
Elena también lo hacía, la garra del miedo se apoderó de su corazón.
La niebla dejó de retroceder.
Esperaron diez minutos, pero la barrera se había asentado en un nuevo punto y allí
permaneció. Los pilotos de drones de Neha comenzaron a explorar las áreas
expuestas con mayor profundidad: cuerpos momificados dentro de las casas, tanto
humanos como animales, todo disecado. Plantas, comida, incluso una gran araña
que colgaba en la esquina de una casa.

Neha ordenó a uno de los operadores de drones que usaran el dron para tocar el
cadáver arrugado de lo que podría haber sido un gato. Se derrumbó en polvo al
primer contacto.
Abandonaré ese dispositivo en el territorio de Lijuan una vez que hayamos
terminado, ̶ ordenó Neha. ̶ De hecho, aterricé todos los dispositivos en el lado de la
frontera de Lijuan. Los volveremos a volar desde ese punto. Si su energía falla,
enviaremos nuevos dispositivos. No deseo que nada de ese territorio entre en el
mío.
Elena no culpó a la Arcángel de la India. No tenía idea de cómo Neha había logrado
mantenerse tan sensata y racional. Tener esa pesadilla en tu frontera tenía que ser
jodidamente aterrador. Al menos Michaela se vio amortiguada por una extensión
masiva de territorio relativamente deshabitado en Mongolia: en el último equilibrio de
territorios, el país se había dividido entre Lijuan y Michaela, y los residentes se
habían mudado principalmente a China o Rusia.
Alexander también compartía una frontera masiva con China, pero su gente también
tendía a vivir más adentro de la frontera, por la misma razón. Mejor estar más cerca
de tu arcángel y distante de uno vecino, parecía ser el pensamiento. Solo Neha
tenía una frontera con China que era habitada, probablemente como resultado de la
relación amistosa a largo plazo entre las dos arcángeles.

La población allí no era cargada, pero tampoco era


minúscula.
Se está alimentando de nuevo. ̶ La voz de Rafael, fría y remota, de una manera que
levantó los pequeños pelos de su nuca... pero el fuego salvaje, continuó bailando
sobre sus dedos. ̶ Y, dada la profundidad de la tierra expuesta por la niebla en
retirada, ella ya es monstruosa en su poder.
Miles de personas, Elena se dio cuenta de que Lijuan ya se había alimentado de
miles. Tal vez decenas de miles si algunas de las otras áreas fronterizas hubieran
estado más pobladas.
Puertos, pensó de repente, las fronteras oceánicas de China albergaban prósperas
ciudades portuarias... tanta vida, tanto combustible para Lijuan.
El horror era un sabor ácido en su lengua. Rafael, solo se alimentaba de unas pocas
personas cuando estaba en Nueva York y era casi invencible. Estaba diciendo lo
obvio, pero tenía que decirlo, tenía que sacar el horror de su cabeza.
Al menos tenemos una advertencia. Extendió la mano, un acto que nunca hacía
cuando hablaba con la Cátedra.
Fuego salvaje se arqueó entre ellos cuando ella deslizó su mano sobre la de él, y
hacía frío, mucho frío. Ella apretó su agarre, apretó la mandíbula y lo aceptó. Lo
admitió. Rafael contuvo el aliento al mismo tiempo. Su piel se calentó, su ala
rozando la tormenta de relámpagos de la suya.
En otra pantalla, vio a Elijah girarse para dejar un beso en los rizos negros de
Hannah cuando ella también se paró junto a su arcángel.
A diferencia de los mechones peinados a mano de Elena y la vieja sudadera del
gremio, Hannah llevaba un elegante vestido azul a rayas verdes y su cabello estaba
trenzado en un patrón complicado y encantador entrelazado con gruesos hilos
dorados.
La consternación era una densa oscuridad en la cara de la única otra consorte viva
de la Cátedra. Fue entonces cuando la golpeó: ¿Es el Colibrí la consorte de
Aegaeon?
No. El apretón de Rafael se hizo más fuerte, su voz un látigo. El arrogante tonto
nunca entendió el tesoro que le había sido ofrecido.
¿Lady Caliane?
Caliane asintió ante la pregunta de Neha. ̶ El escuadrón de Tasha está en la
cubierta de un barco que ordené mover cerca de la frontera del puerto y sus
máquinas de drones están a punto de llegar a tierra. Ah, ser joven y comprender
rápidamente un mundo nuevo. ̶ Giró la cabeza. ̶ Avi, deseamos ver a través de los
ojos de las máquinas.

La transmisión se cortó en estática antes de cambiar a una vista del océano. Agua
chapoteando contra una orilla, barcos levantados en bloques en un patio cercano,
en proceso de reparación. Las redes se arrugaban en la arena. Cestas apiladas en
un muelle donde un pescador de poca monta podría recogerlas para arrojarlas a un
bote.
Un cambio de vista a un dron diferente. Elena apretó sus entrañas. Lo que
acababan de ver no había sido más que el borde más pequeño de un gran puerto.
Cientos de contenedores estaban listos para ser cargados en enormes barcos que
esperaban en las aguas profundas contra las cuales se había construido el puerto.
Grandes arrastreros de pesca se sentaban junto a los portacontenedores. Las
grullas se arquearon sobre su cabeza, todas inmóviles y silenciosas a la luz del sol.
No se movían carretillas elevadoras u otros vehículos en el área de contenedores.
De día o de noche, ningún puerto importante estaba tan tranquilo. Alguien siempre
estaba recibiendo o enviando algo.
El piloto de drones voló más profundo en la ciudad.
Los únicos sonidos que captaron los sistemas del dron fueron el caer de las olas y
un golpe sordo que sonó como si un trozo de madera suelto golpeara el costado de
metal de un barco.

El dron se concentró en un gran almacén adornado con caracteres chinos. Tenía


enormes aberturas a cada lado donde se habían levantado las puertas enrollables.
Es un mercado de pescado como en nuestro propio puerto, Rafael tradujo en
silencio para ella.
El lugar ruidoso y concurrido donde los dueños de restaurantes y comerciantes
llegaban temprano en el día para ofertar en subastas de pescado y regatear por las
capturas más frescas. Por supuesto, algunos otros lugareños también siempre
entraban, a menudo se podían obtener las "sobras" de los precios comerciales.
El dron voló dentro del mercado.
Los cuerpos yacían por todas partes. Detrás de los grandes mostradores llenos de
una mezcla de pescado podrido y disecado, en los amplios pasillos, cerca de
paletas apiladas con cajas listas para los camiones refrigerados que tenían que
estar esperando, bajo una escala central masiva que el mercado debía haber
utilizado para sus subastas más vistosas.
A diferencia de las aldeas, estas personas tenían miedo cuando murieron.
Sus cadáveres estaban acurrucados contra las paredes o acurrucados en bolas en
el suelo, abrazados y con los rostros retorcidos.

Elena no se dio cuenta de que estaba llorando hasta que la humedad rayó sus
mejillas. Dejó caer las lágrimas: algunas cosas estaban más allá de la política o los
juegos de poder. El cuerpo disecado de un perro pequeño yacía acunado en el
regazo de una mujer encorvada protectoramente sobre su mascota. La boca de una
mujer estaba abierta en un grito cuando extendió una mano en un pedido inútil por
ayuda.
Elena se echó a llorar. ̶ Vuelve allí.
Caliane no dudó en dar la orden al operador de drones a pesar de la abrupta forma
en que Elena había hecho su demanda. ̶ ¿Qué ves con tus ojos de cazadora,
consorte?
Esa mujer. ̶ El rostro de Elena ardía caliente y luego frío ̶ lleva puesto un portabebés.
Los que usan los mortales y los vampiros jóvenes en el frente para que el bebé
pueda estar contra su corazón.
El operador de drones se acercó a las órdenes de Caliane, pero no había un niño
muerto en el portabebés. La mano extendida de la mujer adquirió un nuevo
significado terrible.
Se llevaron a su hijo. ̶ La voz de Michaela, tensa por la ira.
El dron salió volando del mercado. Su ojo mecánico pronto descubrió evidencia
inquietante de más niños perdidos: canicas abandonadas afuera de una tienda, un
sonajero tirado en la calle, pelotas sentadas en las cunetas, un zapato pequeño y
brillante que se ahogaba en un charco, una mochila caída al suelo.
Luego, los drones golpearon lo que debería haber sido una ciudad portuaria muy
poblada.
Silencio.
Cuerpos.
Un reinado de la muerte.
48
Elena sintió como si hubiera envejecido quinientos años cuando Neha y Caliane les
dijeron a los operadores de drones que se retiraran.
No podemos hacer nada en este instante, ̶ dijo Caliane al fin, con líneas de tristeza
talladas en sus rasgos. ̶ Lijuan permanece dentro de sus fronteras y no tenemos
forma de penetrar la niebla.
Esperaremos, ̶ fue el consenso.
Elena logró guardar silencio hasta que la Cátedra desapareció de la habitación. ̶
¿Cómo pueden decir que todavía tiene derecho a su territorio? ¡Mira lo que ha
hecho! ̶ Su voz tembló, sus músculos se contrajeron.
Estas son nuestras leyes, Elena. ̶ La mandíbula de Rafael era tan dura como la
piedra, sus ojos metálicos en su lejanía. ̶ De otra forma la guerra sería una
constante y el mundo estaría inundado de sangre.
Dando un grito, Elena se volvió y pateó una pared. ̶ ¡Titus y Charisemnon han
estado luchando por siempre! ¡Y cazamos a Uram!

Un conflicto entre dos arcángeles es algo muy diferente a que la Cátedra interceda
en otro territorio. ̶ Un rayo agrietó su piel, pero sus ojos estaban helados. ̶ Uram violó
una ley mucho más fundamental antes de que se decidiera la orden de caza, lo
sabes. Esa ley está por encima de todas las demás, pero no se aplica aquí. La
locura de Lijuan no es del tipo para la que fue escrita.
Ella sabía que él tenía razón. Eso solo lo empeoró. No importaba cuán fea y horrible
atrocidad hubiera cometido Lijuan, si el resto de la Cátedra violaba sus fronteras en
un ataque marcial, desestabilizarían permanentemente la estructura de poder del
mundo. Una vez que a un arcángel se le asignaba un territorio, era suyo para
gobernar como mejor le pareciera.
Sin excepciones, excepto por la que hizo caer a Uram.
Mientras Lijuan mantuviera su maldad limitada a su territorio, la Cátedra no podría
tocarla sin abrir una puerta que nunca más podría cerrarse. Porque lo que se había
hecho una vez, incluso si se hacía en circunstancias exigentes, podía hacerse una y
otra vez; ningún arcángel podría estar seguro de su estado, por lo que todos harían
la guerra para aferrarse a su derecho a gobernar.
Sabes que los mortales son los perdedores cuando los arcángeles luchan. ̶ Acero
afiló la voz de Rafael. ̶ Sería su aniquilación.

Ella se dirigió hacia él. ̶ ¿Crees que estoy enojada contigo?


¡Argh! ̶ Agarrando su cabello en sus puños, ella se levantó para besarlo fuerte y
profundo antes de volver a patear la pared. ̶ Estoy enojada con Lijuan. Si ella se
hubiera contentado con el territorio de mierda más grande del mundo, no estaríamos
mirando cuerpos momificados y buscando bebés perdidos.
Yo diría que, si el Primario está en lo correcto sobre el desencadenante de la
Cascada, puede que todo haya terminado de esta manera independientemente. ̶ El
cabello de Rafael despeinado por sus dedos, sus labios húmedos por su beso. ̶
Podría haber sido Uram si hubiera logrado mantener oculta su traición de sangre.
Elena pensó en los cuerpos desnudos y violados que el arcángel muerto había
desechado como basura, las extremidades amputadas insertadas en los lugares
equivocados, los brillantes globos oculares sostenidos en manos ahuecadas, y
empujó una mano con puño contra su intestino. ̶ O Charisemnon.
La enfermedad corre desenfrenada. ̶ Rafael asintió. ̶ Sí, la Cascada habría
encontrado una mente receptiva de una forma u otra. ̶ Ojos de azul prusiano,
violentos en su pureza, cerrados con los suyos. ̶ Antes de ti, podría haber sido yo.
Pensó en el frío arcángel que la había hecho cerrar la mano sobre una cuchilla, y vio
su sangre gotear al suelo, un arcángel que había visto a los mortales como nada
más que peones para ser usados, olvidados, y tolerados con fuerza.
Es algo aterrador de considerar, ¿no es así? Todos tenemos un monstruo dentro de
nosotros Elena, todos y cada uno de los arcángeles del mundo. Es la otra cara de
ese poder cegador.
La apoyó contra la pared, con las manos apoyadas a ambos lados de su cabeza. Él
era grande, siempre lo había sido, pero era solo en momentos como este que ella
realmente se daba cuenta de eso, se daba cuenta de que él era mortalmente fuerte,
mucho más fuerte que ella.
Pero su relación no se construía sobre líneas tan básicas.
Nunca me rompiste incluso cuando pudiste. ̶ Ella no estaba dispuesta a permitirle
que creyera mentiras tan oscuras sobre sí mismo porque las semillas tóxicas
echaban raíces y se enterraban. ̶ No me robaste la mente.
Jugué contigo como lo hace un gato con un ratón.
Este ratón tiene garras, en caso de que lo hayas olvidado.
Tenía una cuchilla en su yugular antes de que él se diera cuenta. Usando chándal o
no, ella nunca iba a ninguna parte sin un cuchillo o diez. ̶ Yo fui quien te disparó, te
lastimó.
Un parpadeo lento... seguido de una sonrisa tan devastadora que la dejó sin aliento.
̶ Admito esta ronda, Cazadora del Gremio.

Deslizando la cuchilla, Elena supo que la batalla estaba lejos de terminar. Lo


tratarían por eones todavía. Los dos padres de Rafael se habían vuelto locos. No
era una historia fácil de soportar. ̶ Hombre inteligente.
Rafael se apartó de la pared, se desnudó hasta la cintura y luego se quitó las botas;
ninguno de los dos se había molestado en ponerse calcetines. ̶ Creo que es hora de
que entrenemos de nuevo.
Con la sangre caliente, Elena levantó una ceja. ̶ ¿Alrededor de todo este equipo
ridículamente caro?
Un encogimiento de hombros. ̶ Lo haremos una regla.
Cualquier daño al equipo es una pérdida automática que requiere la pérdida de una
prenda de vestir.
El hombre solo llevaba pantalones.
Sus senos se hincharon; su clítoris muy cerca hizo un baile.
Seguro que sabes cómo hablarme sucio, Arcángel. ̶ Se quitó los tenis y se colocó
frente a él. ̶ Las paredes, el piso, el techo no cuentan, ̶ agregó. ̶ Solo el equipo.
Aceptado. ̶ Él siguió sus sutiles movimientos cuando ella dejó caer una cuchilla en
su mano. Habían resuelto las reglas hace mucho tiempo: ella conseguía las armas
que quería mientras él permanecía con las manos desnudas. Era la única forma de
luchar contra un arcángel.

¿Un poco vacilante hoy, hbeebti?


Sigue hablando basura y mira cuántos agujeros te hago.
Lanzó una cuchilla con precisión, pero él la evadió con un esfuerzo impecable y se
estrelló contra la pared opuesta, a unas pulgadas de distancia de una pantalla de
comunicación. Rafael se abalanzó para agarrar su brazo con el mismo movimiento,
pero ya estaba bailando fuera del camino.
En el proceso, ella derribó un pequeño aparatejo. Ella no sabía lo que hacía, pero
tenía muchas luces parpadeantes. O tuvo hasta su desafortunada caída. ̶ Mierda. ̶
Se quitó la sudadera ante la lenta sonrisa de Rafael y la arrojó a la esquina con sus
zapatillas. Ahora estaba bajando a su camiseta sin mangas y pantalones de
chándal.
Las bragas no parecían importantes en ese momento.
Ven, ̶ dijo, para reiniciar el combate.
El maldito arcángel astuto hizo un movimiento que significaba que tenía que lanzar
una cuchilla o ser derribada con fuerza. La cuchilla terminó temblando en una
pantalla de comunicación. La que había tenido recientemente la cara de
Charisemnon. Sintió un placer momentáneo en eso antes de que su arcángel
levantara sus manos con las palmas hacia arriba. ̶ Las reglas son reglas.

Elena entrecerró los ojos. ̶ No quieres ganar. Solo quieres que pelee contigo
desnuda.
Una sonrisa lenta, tan lenta que la hizo resbalar entre los muslos. ̶ Afuera. ̶ Un
movimiento de cabeza hacia su camiseta sin mangas.
No estaba dispuesta a bajar fácilmente, Elena sonrió y se quitó los pantalones
deportivos. Su suelta camisilla de dormir solo rozaba la parte superior de sus
muslos. El abdomen de Rafael se tensó, todo el músculo ondulante que quería
lamer, su excitación rígida contra sus pantalones. ̶ Ven, murmuró ella mientras él
todavía estaba distraído... pero su arcángel obviamente tenía prioridades que
involucraban desnudar su trasero.
Se giró hacia ella sin previo aviso, llegando a una velocidad que nadie podía evitar...
excepto que Elena lo hizo. Un minuto estaba justo en su camino, la única forma de
evadirlo era que bajara e intentara barrer sus alas, y al siguiente, estaba a dos pies
a la izquierda.
Ambos se congelaron. Se miraron fijamente.
Elena parpadeó.
¿Viste eso?

Más concretamente, no lo vi. ̶ Rafael se lanzó hacia ella de nuevo, a la misma


velocidad.
Elena se encontró agachada en la parte superior de una plataforma rodante, como
un maldito murciélago casi desnudo. Se cayó en el instante en que se dio cuenta de
lo que estaba haciendo. ̶ Ouch, ̶ dijo cuando aterrizó en la alfombra, sus alas
crepitando con un rayo a cada lado de ella.
Al acercarse a la carretilla para mirarla, Rafael levantó los labios. ̶ ¿Sabías que tu
camisilla favorita es tan vieja que es transparente? ̶ Él extendió una mano.
Tomándola, lo arrastró encima de ella en lugar de dejar que la levantara. Ella tuvo
éxito porque había enganchado su pie alrededor de su tobillo al mismo tiempo. Se
sostuvo en sus manos antes de aplastarla.
Podría romperte los huesos. ̶ Un ceño oscuro, pero el calor de él era un beso en
todo su cuerpo excitado.
Nah. Tus reflejos son demasiado rápidos. ̶ Presionó un beso húmedo en su músculo
pectoral y rápidamente, ya no se trataba de jugar, si es que alguna vez lo había
sido. ̶ Te deseo. Te necesito. ̶ Era un doloroso anhelo dentro de ella, debajo de la
diversión momentánea de su sesión de entrenamiento. ̶ Todo lo demás puede
esperar.
Sus alas comenzaron a brillar. Su beso era puro sexo crudo, la mano que él empujó
bajo su camisilla, posesiva y áspera en su pecho. Elena lamió su lengua contra la de
él incluso mientras separaba los cierres de sus pantalones. Quería su polla dentro
de ella, quería encerrarse a su alrededor, quería reafirmar la belleza de la vida
después de toda la muerte, todo el mal.
Levantando uno de sus muslos en el instante en que ella había liberado el grosor de
él, él empujó mientras la miraba a los ojos. Su espalda se arqueó, sus manos se
aferraron a su cuerpo, y sus ojos nunca dejaron los de él. Envolviendo su otra pierna
alrededor de su cintura, ella lo abrazó con fuerza mientras la golpeaba contra la
alfombra, cada golpe duro, profundo e implacable.
No fue gentil. No fue distante. No fue lo más mínimo frío.
El sudor resbalaba sobre sus cuerpos. Su garganta sabía a sal y a Rafael. Su
gemido mientras se conducía profundamente dentro de ella antes de que su cuerpo
se pusiera rígido no era nada inquietante o extraño. Era la vida despojada hasta el
núcleo. Al igual que la forma en que sus músculos internos se apretaron
convulsivamente a su alrededor cuando comenzó a tener un orgasmo, los músculos
de su cuerpo eran hermosos bajo el brillo del sudor.
El placer la destrozó.

Luego se derrumbó sobre ella, su aliento caliente contra su cuello y su cuerpo


pesado. Apenas podía respirar, pero a quién le importaba eso cuando Rafael estaba
acariciando el costado de su cuerpo y moviéndose ligeramente en ella mientras
ambos salían de las réplicas. ̶ Creo que tengo una quemadura de alfombra en mi
trasero, ̶ dijo cuando pudo volver a hablar.
Sus hombros temblaron bajo sus manos.
Y durante unos segundos más robados, no pensaron en Lijuan o en la muerte o en
el hecho de que Elena se había vuelto más rápida que un arcángel.

49
Una ducha de un minuto para ocultar la evidencia de su rapidito de los sabelotodos
en la Torre, un cambio en la ropa de combate adecuada, luego bajaron al gran anillo
de entrenamiento sin ventanas en un piso inferior. ̶ Vivek estableció un sistema de
grabación aquí por si queremos reproducir ciertos movimientos, descubrir
debilidades. ̶ Se dirigió a la caja de control y encendió el sistema. ̶ Quiero pruebas.
Los dos comenzaron como de costumbre, pero de vez en cuando, Rafael la
apresuraba a toda velocidad arcangélica. Su cuerpo reaccionó para sacarla del
camino las primeras cinco veces. La sexta vez, la habría estrellado contra una pared
si él no se hubiera apartado.
No importaba cuántas veces lo intentaron después de eso, no funcionó.
Siete veces, ̶ dijo Elena, con las manos sobre las rodillas y la camisilla de ejercicio
pegada a su cuerpo, aunque el fuego de tormenta de sus alas nunca se desvaneció.
̶ Puedo hacerlo siete veces seguidas antes de que falle.
El problema es que no puedes controlar cuándo sucede.
Sí, no siento nada. Simplemente me vuelvo loca. ̶ Ella se puso las manos en las
caderas. ̶ Invitemos a los demás a ver las imágenes con nosotros. ̶ Sus personas de
alto rango necesitaban saber cómo podría reaccionar si se sobresaltaba en la
batalla. La idea de desaparecer y dejar caer en la mierda a un compañero de
combate la hizo rechinar los dientes, pero en este punto, todo lo que podía hacer
era advertirles que podría suceder.
Primero, necesitas dormir más, ̶ dijo Rafael. ̶ Esto puede esperar unas horas.
Illium, Dmitri, Janvier, Ashwini y Honor demostraron estar en la Torre cuando
despertó. Rafael se reunió con ella en la sala de entrenamiento y volvieron a ver las
imágenes antes de pedirles a los demás que se unieran a ellos.
Elena fue quien localizó a Honor: la otra mujer no estaba lejos, acababa de terminar
una sesión con Suyin en un área de entrenamiento más pequeña. Como siempre
cuando Elena se encontraba con la arquitecta, sintió un golpe visceral. El cabello
brillante de color blanco hielo, los pómulos afilados, la sorprendente inclinación
hacia arriba de sus ojos, Suyin podría haber sido Lijuan en otra vida.
Excepto que la mirada de Suyin contenía un dolor magullado que Lijuan nunca
comprendería. ̶ Ellie, ̶ dijo con una sonrisa suave que no desterró la tristeza que la
ensombrecía.

Elena luchó contra el impulso de abrazarla. Suyin era un ángel intensamente


privado, su pena y dolor contenidos y apretados. ̶ Estás mucho mejor que la última
vez que te vi. ̶ La mujer responsable de algunas de las mejores arquitecturas de la
raza angelical tenía el tipo de comprensión instintiva del movimiento que hacía a
atletas y bailarines talentosos.
Eres amable. ̶ La edad de Suyin presionó contra la piel de Elena con un poder que
era poco común; Elena siempre se preguntaba si Lijuan había torturado y
encarcelado a su sobrina no solo porque Suyin conocía los secretos de la fortaleza
de Lijuan, sino porque había visto a Suyin como un posible rival.
Sé que tengo un largo camino por recorrer. ̶ La voz de Suyin era una melodía
inquietante, su acento era el de un viejo que hablaba una nueva lengua. ̶ Como
parte de eso,
ahora debo hacer ejercicios de vuelo con el escuadrón de Jurgen.
Ella está aprendiendo a luchar y es buena en eso, ̶ murmuró Honor mientras seguía
a Elena por el pasillo después de que Suyin se había ido. ̶ Pero nunca será una
guerrera. No está en su naturaleza.
Elena pensó en Astaad. El Arcángel de las Islas del Pacífico que prefería la
literatura a las espadas, preferiría debatir un punto antes que comenzar una guerra,
pero empujado hacia la pared, respondería con mucha fuerza.
Para Suyin, ̶ continuó Honor, ̶ se trata de nunca volver a estar indefensa cuando
surja el mal.
Luego estaban en el gran anillo de entrenamiento, y todos pronto estaban viendo las
imágenes. Nadie habló en la primera vista. Illium ralentizó la reproducción para la
segunda visualización y una cosa quedó clara. ̶ No estás desapareciendo y
reapareciendo, Ellie. Tus alas se están transformando en fuego blanco y te estás
moviendo a una velocidad invisible a simple vista.
Gracias por el trozo de tu corazón, Arcángel.
De absolutamente nada, hbeebti.
Sé que volaste a una velocidad imposible una vez. ̶ Dmitri, con los brazos cruzados,
miró a Rafael. ̶ Ese día que Elena se derrumbó. Eso no era solo las alas de fuego
blanco. Fue más. Lo hice en otra ocasión, otra vez, cuando Elena estaba en riesgo. ̶
Rafael frunció el ceño, mientras un rayo le crujía en los brazos. ̶ Parece que ese
nivel de velocidad también se dispara inconscientemente.
Entonces Elena no está haciendo nada nuevo, ̶ señaló Dmitri.
Ella está haciendo exactamente lo que tú haces, pero en micro ráfagas. Siete micro
ráfagas para ser precisos.

A Elena no le gustaba a dónde iba esto. ̶ Parece que he robado un poco de tus
habilidades dadas de la Cascada. ̶ Y necesitaría todo lo que tenía cuando Lijuan
buscara pelea. Porque la Reina de los Muertos lo haría, de eso Elena no tenía
dudas.
Soy tuyo, Cazadora del Gremio. ̶ Sin dudarlo, nada más que un sentimiento de amor
tan profundo que era su roca. ̶ Te daría cada gota de sangre en mi cuerpo si
tuvieras necesidad de eso.
Está bien, ̶ dijo Ashwini alegremente mientras miraba su teléfono, su cabello
recogido en una larga cola de caballo y su lápiz labial un fucsia oscuro. ̶ De todos
modos son espejos.
Todos la miraron, pero ella estaba concentrada en escribir un mensaje.
Un divertido Janvier movió suavemente uno de sus pendientes colgantes. ̶ Cher.
¿Hmm? ̶ Ella deslizó su teléfono y pareció notar todos los ojos en ella por primera
vez. ̶ Lo siento, esa era Sara escribiendo sobre una cacería. Quería saber si podía
ayudarla. Dije que podía, ¿ya que hemos terminado aquí?
Ash, ̶ dijo Elena muy deliberadamente, ̶ ¿qué quieres decir con espejos?

¿Huh? ̶ La otra cazadora frunció el ceño. ̶ Oh, eso. ̶ Un encogimiento de hombros. ̶


Ni idea. A veces las palabras simplemente salen de mi boca.
Elena sabía que no tenía sentido presionarla. La última vez que las palabras
salieron de la boca de Ashwini, tuvieron un evento geotérmico en el estado de
Nueva York. ̶ ¿Puedes mantener tus sentidos entrenados para cualquier otra pista
sobre todo el asunto del espejo?
Ashwini asintió, pero Elena sabía que no habría respuestas rápidas. Y necesitaban
esas respuestas pronto, porque la situación en China empeoraba. Esa noche,
recibieron un reporte de Neha que decía que la niebla se había alejado más para
revelar aún más muerte, y más signos de niños desaparecidos.
Después de eso, el informe de que el sumidero de lava de Cassandra se había
abierto nuevamente era casi una buena noticia. No hubo terremoto, ni murmullos de
pájaros. Un escuadrón que pasaba había tropezado con el agujero brillante en la
nieve en su camino a casa, el rojo anaranjado de la lava era una joya en un lecho
blanco.
Habrá una guerra, ̶ le dijo Rafael mientras estaban parados dentro de la cerca, junto
al calor del sumidero, mientras la nieve caía en copos delicados. ̶ Esto no puede
terminar de otra manera: Lijuan no se atiborra por placer. Incluso si la ignoramos,
hay demasiados arcángeles despiertos y ahora Cassandra se agita.
Sus ojos brillaron con el calor reflejado de la lava. ̶ Nuestras energías comenzarán a
chocar. Es una ley de la naturaleza, no se puede detener.
¿Crees que Lijuan vendrá aquí? ̶ El Arcángel de China estaba obsesionada con
eliminar a Rafael. Él era el único que la había lastimado, y parecía seguir siendo el
único que tenía un arma incluso ligeramente efectiva contra ella.
Si lo hace, la Cátedra está de acuerdo en que todos vendrán aquí para ayudar a
defender la ciudad. ̶ Miró hacia el cielo sin luna. ̶ Saben que, si caigo, ellos también
lo harán y la noche oscura de Lijuan se extenderá por todo el mundo.
Elena se agachó para mirar la lava que se movía lánguidamente debajo. ̶ ¿El mismo
trato si ella apunta a otro territorio?
Sí. No importa a quién ataque, es una amenaza para todos nosotros.
Una lechuza de ojos dorados barrió la lava... y en la mente de Elena se despertó
una vieja presencia pesada y cansada. Hija de mortales, murmuró Cassandra. Mira
el mar de Atlas. La muerte llega.
¿Cassandra?

Pero el Anciano se había ido.


Con una piedra en el pecho, se puso de pie y le dijo a Rafael lo que había dicho la
Anciana. ̶ No sé lo que significa Mar de Atlas.
Su expresión ya sombría se volvió letal. ̶ Es un nombre antiguo para el Atlántico.
Tengo escuadrones patrullando eso y cualquier otra frontera y ahora tenemos ojos
en el cielo.
¿Y si ha descubierto una manera de hacer que todo su ejército no sea corpóreo? ̶
La boca de Elena se secó. ̶ Todos los muertos, todo ese poder que ha aspirado
hacia arriba ... ¿Qué pasa si se trata de ocultar su fuerza de asalto?
Si ella puede hacer eso, entonces ha ganado la guerra antes de que comience.
•••
Al día siguiente amaneció sin signos de amenaza en el horizonte, pero Rafael tomó
la advertencia de Cassandra en serio: ordenó vigilancia adicional en el este, en el
agua y en el cielo. Acababa de revisar su estrategia general de fronteras con Dmitri
cuando Neha convocó otra reunión de la Cátedra.
Las cosas habían cambiado en China.

Hemos comenzado a ver personas vivas debajo de la niebla en retirada, ̶ informó el


Arcángel de la India antes de cambiar a la transmisión de un avión no tripulado.
Las personas delgadas con rostros conmocionados tropezaban con los restos
momificados que cubrían las calles. El horror marcó las expresiones de muchos,
mientras que otros estaban con los ojos en blanco y perdidos.
Fue Elijah quien señaló que todos los sobrevivientes eran jóvenes y, aparte de su
bajo peso, saludables. ̶ Las mujeres están en edad fértil, los hombres son lo
suficientemente jóvenes como para ayudar a criar a esos niños.
Ha dejado suficientes sobrevivientes para repoblar su país, murmuró Caliane. ̶ Si
esto es locura, es una con astucia.
Y, aun así, no sabían lo que les había sucedido a los niños.
La niebla sobre China desapareció al día siguiente. Se había ido sin dejar rastro en
cuestión de segundos. Los vuelos de aviones no tripulados sobre el centro del país
descubrieron varias ciudades aún vivas... pero con poblaciones mucho más
pequeñas.
Solo había un problema: los guerreros, los luchadores, estaban peligrosamente
limitados en número. Nada con lo que un arcángel pudiera esperar defender su
territorio.

Ella sabe que nadie se atreverá a entrar, ̶ mordió Alexander.


No con la muerte que dejó en las fronteras y lo que les sucedió a Favashi y
Antonicus: la amenaza de un contagio es demasiado grande.
¿Sus fronteras? ̶ Preguntó Astaad a los arcángeles afectados.
¿Su gente está a salvo?
Neha fue quien respondió. ̶ Si. Si estaban en el aire, fueron confinados dentro de la
niebla, ̶ Su mandíbula se apretó. ̶ No he podido contactar a ninguno de los míos que
estaban ayudando a cuidar el país.
También he perdido gente. ̶ La ira de Rafael fue algo frío y duro. ̶ ¿Alguno de
ustedes ha logrado iniciar la comunicación con los suyos dentro del territorio de
Lijuan?
Silencio.
Se habían ido muchos ángeles fuertes. Era una pérdida catastrófica si se considera
la tasa de natalidad angelical y cuántos de esos guerreros habían tenido mucha
experiencia.
Ella ha comenzado la guerra a entonces. ̶ Alexander, su voz recortada. ̶ Matando a
muchos de los nuestros cuando fueron colocados en China por la Cátedra y se
habrían marchado a su regreso, es una declaración de guerra.

La mano de Rafael se cerró mientras pensaba en Gadriel. El ángel le había


enseñado a Rafael, de cuatrocientos años, cómo usar un hacha de batalla, su
paciencia tranquila e imperturbable no se desanimaba ante la ira que Rafael llevaba
dentro. Toda esa madurez, toda esa vida acababa de desaparecer, destruida tan
totalmente que sus padres ni siquiera tendrían un cuerpo para enterrar. ̶ Estoy de
acuerdo con Alexander. Esto es la guerra.
Nadie en la raza angelical discutiría contra la decisión de la Cátedra: la terrible
pérdida de vidas mortales y vampíricas ya había comenzado a tener un impacto.
Los inmortales no carecían de alma, no podían ignorar las muertes mortales a tal
escala. ¿Pero las vidas angelicales perdidas? Remacharía en casa el terrible golpe
final.
No podremos elegir el campo de batalla. ̶ Caliane, sus ojos de fuego azul. ̶ Ella ha
envenenado su tierra para asegurarse de que no podamos invadirla. Su próximo
acto será elegir dónde se posicionará. Prepárense para la guerra.

50
Cazadora del Gremio, dijo Rafael la tarde del día siguiente, la picadura de
bienvenida del invierno en sus brazos desnudos; había elegido combinar una túnica
blanca sin mangas con el marrón oscuro de sus pantalones duros, pero con
cicatrices de batalla e igualmente marcadas botas negras. Estoy volando a la lava.
Venom informó movimiento inusual.
Espérame. Acabo de regresar de una sesión de combate cuerpo a cuerpo con Eve.
Ya en el techo de la Torre, Rafael esperó hasta que vio unas alas de tormenta
despegar de uno de los balcones antes de que saliera al cielo. Y, aunque no le
había dicho nada para alertarla de su presencia. Ella levantó la vista.
¿Cómo está tu hermana? ̶ Preguntó una vez que estuvieron a la misma altitud.
Todavía está un poco enojada conmigo, pero será buena, creo. ̶ Solemnes ojos
buscaron en su cara. ̶ Jason, ¿tuvo suerte?
No. ̶ Su maestro de espías se había negado a creer que toda su gente, todas las
personas de Jason habían sido asesinadas muy cruelmente. ̶ Ni una palabra, ni
siquiera de un espía menor en las cocinas. ̶ Un vampiro tan insignificante en el gran
esquema de las cosas que no le habría costado a Lijuan nada el permitirle vivir.
Maldita sea.
Rafael estaba en silencio, su ira era una ola negra.
Volaron hasta que la lava brilló de color naranja en un mar blanco.
Venom los vio aterrizar con su mirada protegida contra la nieve brillante. Luz
reflejada. Cortado como una víbora y del mismo tono verde vivo, él sabía que sus
ojos de vampiros inspiraban miedo y fascinación, a menudo en el mismo individuo.
Padre, Elena. ̶ Él movió su cabeza hacia el sumidero de lava, la fina lana de su
suéter verde oliva abrazando sus hombros y sus piernas vestidas con pantalones de
cargo negros, sus botas desgastadas. ̶ Ha comenzado a burbujear. Extraño al
principio, aumentó establemente en la última hora. Aunque él y Elena habían visto
las burbujas desde arriba, su consorte presionó su cara a una de las ventanas en la
cerca.
No puedo escucharla, pero ella tiene que estar cerca de...
Un torrente de voces dentro de la cabeza de Rafael. Elena hizo una mueca al
mismo tiempo.

Aeclari. Retransmitimos por la Espada. Él dice estas palabras: inexplicable


perturbación oceánica a una hora de Manhattan hacia el este.
Rafael no sintió sorpresa, solo una fría determinación.
Dirígete a la ciudad, ̶ ordenó a Venom. ̶ El enemigo puede estar en nuestra puerta.
Elena se elevó en el aire con él cuando Venom corrió hacia su Bugatti, estacionado
en la nieve como un tigre agazapado.
¡Ve! Elena dijo. Haz lo del fuego blanco. Te seguiré.
Lijuan puede haber logrado robar en nuestra ciudad en su estado no corpóreo. Dejar
a Elena sola en esas circunstancias no era algo que él alguna vez tolerara hacer.
Nos volaré a los dos. Barriendo debajo de ella, extendió los brazos.
Ella retrajo sus alas y cayó.
Él la atrapó, pensó en fuego blanco, y de repente, sus alas no fueron nada físico, el
mundo era borroso. Mientras volaba, contactó a Dmitri y obtuvo exactamente la
dirección de su segundo. Él y Elena pronto estuvieron sobre el agua; se desaceleró
cuando se acercaban a la ubicación del sospechoso.
¡Ahí! ̶ Su cazadora señaló hacia abajo.

El agua subió y fluyó de una manera que hablaba de un gran cuerpo debajo.
Liberando a Elena de sus brazos con una advertencia mental, sus alas estallaron en
su espalda para sostenerla en un vuelo estacionario. Rafael entrecerró los ojos y
disparó un rayo de poder en el centro del área sospechosa.
El rayo golpeó algo antes de llegar al agua. La explosión resultante envió grandes
piezas de metal volando en todas las direcciones.
¡Eso fue un submarino! ̶ Elena, con la ballesta afuera, señaló una distintiva pieza
flotante ̶ ¿Cuándo consiguió un puto submarino?
Supongo que ha estado reuniendo armas y herramientas desde la última batalla.
Ningún cuerpo flotaba desde abajo. Rafael no se contuvo con ese golpe; los
cuerpos eran propensos a desintegrarse en pedazos pequeños. Tampoco sostuvo
de vuelta con las bolas de fuego que envió al cielo: una al este, una al oeste, una al
sur, uno al norte. Cada uno detonó para cubrir un área masiva.
Los gritos rompieron el aire antes de que el cielo ondeara... para revelar un ejército
alado formado en forma de ve, con la punta delgada manejada por Xi, el más
confiable general de Lijuan, y el extremo ancho tan distante que Rafael no podía ver
el final.
Eso no es un ejército, es un jodido continente. La voz sorprendida de Elena, su
ballesta armada y lista.
Ella no tiene la intención de perder esta vez. Lijuan había traído una fuerza
invencible en la historia angelical, una fuerza tan grande que Rafael no podía
comprender cómo la había construido sin el conocimiento de nadie.
Tenemos que retirarnos. Mechones entrecortados del cabello de Elena azotaron su
rostro. Ella tiene todas las ventajas aquí.
Convenido. Rafael ya no era un niño, para ser incitado a luchar sin estrategia o
pensamiento. Ven.
Elena voló a sus brazos.
Una mente masiva se estrelló contra la de Rafael cuando él y Elena abandonaron el
área con alas de fuego blanco.
¡ABAJO! SOY LA MUERTE. YO SOY TU REINA.
Expulsando a Lijuan con el frío y cruel poder de la Cascada que no sabía nada de
misericordia, Rafael voló. Dmitri, el ejército ahora debería ser visible para los ojos en
el cielo. No creía que Lijuan desperdiciara el poder manteniéndolos ocultos ahora
que habían sido descubiertos, no había razón para que ella lo hiciera, no con tantos
escuadrones a su disposición.
Lo tenemos. Una pausa embarazada. Joder, Rafael. ¿De dónde sacó todos esos
combatientes?
No tengo respuestas Lo que sí sabía era que Manhattan tenía menos de una hora
para prepararse y enfrentar a un enemigo tan vasto que ningún arcángel podría
haberse preparado para ello. Ni todo el ejército de Rafael, un ejército extendido por
todo el territorio era menos de una décima parte de esa fuerza.
Inicia los planes de batalla, ordenó a su segundo, Rafael y sus Siete no se habían
sentado en sus laureles desde el primer asalto de Lijuan. Inicia la primera línea de
defensa.
Esas defensas no eran misiles de largo alcance o bombas. Para contar, las batallas
de arcángel contra arcángel tenían que llevarse a cabo sin armas a gran escala,
incluyendo cualquiera que haya adquirido sus objetivos desde lejos.
Era para proteger al mundo de la aniquilación, porque los arcángeles podrían
sobrevivir a armas tan violentas, pero todos los demás morirían.
Al menos Lijuan parece estar cumpliendo con las reglas de la guerra, ̶ dijo Rafael
mientras llegaron al borde de la ciudad.
No vi señales de tecnología avanzada aparte de los submarinos. ̶ Como habían sido
utilizados para el transporte en lugar de como armas, los submarinos eran
aceptables.

Que mal, ̶ murmuró Elena. ̶ Quería usar un misil de tierra aire de largo alcance y
explotarlo en su cara. ̶ Ella levantó la vista.
Hay que ir.
El fuego se arqueó sobre sus cabezas mientras volaban a la ciudad, los arqueros
habían tomado posición arriba en los tejados habiendo encontrado las armas listas y
esperando por ellos en cajas de acero con la marca de la Torre que se habían
colocado en puntos clave en toda la ciudad. La primera ola de flechas en llamas no
tenía esperanzas de alcanzar el ejército de Lijuan.
Las flechas fueron una advertencia... y una distracción.
Elena miró por encima de su hombro. ̶ Se acerca, ̶ murmuró ella. ̶ Ninguna de
nuestras naves fue atrapada hasta donde puedo ver. Dmitri debe haber golpeado la
alerta tan pronto vio la interrupción.
Bien. ̶ No quería que su propia gente quedara atrapada afuera con el enemigo
cuando la línea de combustible que habían tendido en el océano se incendiara. Esa
línea de combustible se curvaba alrededor de todas las rutas oceánicas a
Manhattan, porque siempre era a Manhattan a donde Lijuan regresaría si decidiera
declarar la guerra contra Rafael.
Manhattan sostenía su Torre. El símbolo de su gobierno.
Destruyéndola, ella golpearía salvajemente los corazones de su pueblo.
En la actualidad, la línea de combustible no era más que inocuas boyas de azul
desvaído flotando en el agua. Toda la línea se había mantenido firmemente anclada
al océano y a los pisos del río hasta que Dmitri golpeara los interruptores para
liberarlos. Era la Legión quién había puesto la línea, resultó que las criaturas que
durmieron en lo profundo por miles de años en realidad no necesitaban respirar.
Mechones del cabello de Elena besaron el costado de su rostro. ̶ ¿Cuánto tiempo
esperamos?
Hasta que su ejército esté justo sobre la línea de combustible.
Porque algunos de los ángeles enemigos estarían volando bajo, y la línea de fuego
se encendería en furiosas explosiones verticales. Una vieja técnica de las guerras
luchadas antes de que Rafael naciera.
Odio la idea de ángeles crujientes, pero sé que estos quieren matarnos y
esclavizarnos. ̶ Los ojos de Elena estaban resueltos cuando se encontraron con los
suyos, sangrando de plata gris. ̶ Sin piedad. Cualquiera con ella ha visto su
verdadero rostro, visto sus asesinatos consumiendo a miles, y aun así eligen
seguirla.
Si vacilas, hbeebti, recuerda a los niños perdidos.

Con los pómulos afilados contra su piel, dijo: ̶ Vamos a patear la psicópata en el
culo.
Aterrizó en el techo de la Torre desierta. La gente de Rafael solo se retiraría hacia
adentro cuando no hubiera esperanza de mantener la línea, pero,
independientemente de ello,
múltiples cajas de acero se sentaban cerca de los bordes del techo. Cada una
estaba llena de armas de corto alcance, misiles, arcos y flechas, ballestas y otras
armas que podían usarse con orientación de línea de visión.
Los dos se dirigieron a la sala de guerra rediseñada desde donde Dmitri dirigía las
operaciones de batalla. Donde antes la sala de guerra había estado separada del
nido, los dos ahora estaban integrados. Todo el piso era un espacio único con vidrio
espejado templado en todos los lados, dando a su segundo una vista de trescientos
sesenta grados de la ciudad.
Para asegurarse de que Dmitri no necesitaba caminar por el suelo para obtener esa
vista, en el centro del espacio se cernía una pantalla que se curvaba completamente
en una sola pieza.
Dmitri podía pasar por debajo de la pantalla, tirar de ella hacia abajo para que
estuviera en su línea de visión y ver todo en una sola rotación, acercándose y
alejándose según fuera necesario.
Pequeñas aberturas construidas en las paredes de vidrio podían abrirse a voluntad
para disparar armas directamente desde la sala de guerra. El espacio también
contaba con una gran mesa plana a la izquierda, en la que Dmitri podía ejecutar
tácticas de batalla como él prefiriera, así como un completo centro electrónico a la
derecha que cambiaría automáticamente a generadores si debía cortarse la fuente
de alimentación principal de la torre.
Llamé a Lady Caliane, ̶ dijo Dmitri cuando entraron.
Bueno. ̶ Su madre ya habría alertado al resto de la Cátedra para que se dirigieran a
Nueva York.
Pero Dmitri sacudió la cabeza, su expresión era tan negra como la camisa a medida
que usaba, llevaba las mangas dobladas hacia atrás. ̶ Hay un gran problema en la
India.
Caminando hacia el centro electrónico, señaló una pantalla que transmitía imágenes
que tenían a Rafael frunciendo el ceño, porque lo que vio no era un problema sino
un regalo.
Los niños. ̶ La esperanza iluminó la voz de Elena. ̶ ¿Están corriendo a través del
bor...? ̶ Su voz se quebró con un borde irregular en el mismo instante en que Rafael
se dio cuenta de la verdad repugnante.
Rafael, esos niños tienen colmillos. ̶ Columna rígida, una cara blanca.

51
Rafael sabía que su cazadora podía manejar su rabia. Hoy necesitaba cuidar a
alguien más primero. Dmitri, no necesitas mirar esto.
Estoy lidiando con eso. Una voz firme, aunque la expresión de su segunda era de
piedra. Mi Misha está a salvo de este infierno y me gusta pensar que tuvo una
segunda oportunidad en la vida como yo. Pero te agradecería si matas a la perra,
bien muerta para que ella no le haga esto a ningún otro niño nunca más.
Es una promesa, mi amigo. Rafael apretó el hombro de Dmitri antes de mirar de
vuelta a la fealdad en la pantalla. ̶ Estos niños no son simplemente vampiros, han
sido cambiados de una manera similar a los renacidos. Ojos enrojecidos y carne
sosteniendo un tinte verdoso que hablaba de putrefacción, su locomoción era
rápida, un deslizamiento como los cangrejos, estos inocentes ya estaban muertos,
reanimados solo por el poder de Lijuan.
La mano de Elena se apretó alrededor de un cuchillo. ̶ ¿Son infecciosos?

Eso parece. ̶ La voz de Dmitri se mantuvo en calma; El segundo de Rafael se había


cerrado, alejando su ira violenta para poder funcionar.
Rafael buscó la mente de Honor. Pido disculpas por la intrusión. Él no estaba
acostumbrado a hacer tal contacto con la esposa de su amigo más cercano. Dmitri
te necesita. Ven a la sala de guerra.
Honor no tenía la capacidad de responderle, pero Rafael sabía que llegaría pronto,
estaría aquí ya que Honor amaba a Dmitri tan intensamente como Ingrede lo había
hecho alguna vez. Ingrede había conocido un mortal marido y padre. Honor conocía
a un vampiro mortal con cicatrices en su alma. Dmitri las amaba a las dos y siempre
lo haría.
Todo un grupo llegó a la primera ola, ̶ le decía Dmitri a Elena.
Los combatientes en servicio se congelaron.
Como lo hice la última vez, con el pasajero del crucero. ̶ La voz de Elena era áspera,
su cuello se mantuvo rígido. ̶ Lijuan contaba con el aborrecimiento de la gente de
dañar niños.
Cerrando la mano sobre su nuca, Rafael la masajeó suavemente. ̶ ¿Qué tan malo
es?
Los niños nunca debían convertirse en vampiros, y mucho menos en abominaciones
como las que Lijuan había creado. Todos y cada uno de los ángeles del mundo lo
considerarían su vergüenza personal que se hubiera cometido tal atrocidad.
Hay miles de ellos, Lijuan debe haberlos tenido en silencio e inmóviles en los
bosques cerca de la frontera, o en los sótanos de las casas. ̶ Dmitri trajo otro
conjunto de imágenes en movimiento que mostraban a los niños atacando tropas de
tierra vampíricas y escupiendo a los combatientes angelicales que se acercaban
demasiado.
Ninguno de los adultos estaba haciendo nada más que defenderse.
Tienes razón: transmiten la enfermedad. ̶ El escupir, la forma en que los niños
intentaban arañar a alguien cercano era diseñado no para matar sino para infectar.
Eso es de la invasión inicial. ̶ La atención de Dmitri cambió hacia el hombro de
Rafael, el hielo de su calma crujiendo con una flexión de su mano.
Sin hacer preguntas, Honor fue directamente a su esposo y envolvió sus brazos
alrededor de él con feroz tensión. Dmitri la sostuvo muy fuerte, con la cabeza
doblada, su mejilla presionó la de ella por un segundo largo y tenso.
Elena levantó la vista hacia Rafael, con una comprensión dolorosa en sus ojos.
Dmitri dijo una vez que había sido padre.
Fue amado por sus hijos. La pequeña Misha había caído por el camino cada vez
que veía a su papá.

Tragando con fuerza, Elena no dijo nada más, honrando la lealtad de Rafael a su
amigo.
Frente a ellos, Dmitri y Honor se separaron, pero Dmitri mantuvo la mano de Honor
en la suya mientras sacaba otro conjunto de imágenes. ̶ Esta es la toma actual.
Amarillo y naranja lamieron la pantalla.
Los escuadrones angelicales de Neha estaban incendiando la frontera. Varios de los
guerreros endurecidos estaban llorando. Porque ejecutar un niño incluso cuando
ese niño se había convertido en algo monstruoso no era una cosa fácil. Neha
también estaba en medio de la batalla, su cara manchada de hollín y el sudor
corriendo por el cabello en su frente, mientras usaba su habilidad nacida en la
Cascada para crear fuego acelerando sus esfuerzos.
No había rastros de lágrimas en su rostro, pero el Arcángel de la India estaba
intentando llevar a los niños de regreso al territorio de Lijuan en lugar de terminar
con su existencia.
Incluso el conocimiento de que esos pequeños cuerpos eran carne podrida
mantenida unida por la infección no era suficiente para sofocar el rechazo primario
de matar a un niño.
Un zumbido, Dmitri mirando su teléfono. ̶ Rhys acaba de confirmar que Lady Caliane
está ayudando a Neha.

Las entrañas de Rafael se apretaron. La repulsión de mi madre por dañar a un niño


de nuevo es tan fuerte que los dejará comerla viva antes de levantar una mano para
ayudarse a sí misma.
Ella entiende lo que está en juego. Elena se movió para que el costado de su cuerpo
rozara el suyo. Tenemos que confiar en ella para no rendirse a sus pesadillas.
Rafael dijo que no estaba seguro de que el estado mental de su madre fuera lo
suficientemente fuerte. ̶ Lijuan eliminó a Neha y a mi madre de la pelea. ̶ Ninguna de
las dos podía dejar la India para que no fuera invadida por los infectados. Lijuan
seguramente tuvo más renacidos escondidos cerca. Los adultos más fuertes serían
la segunda ola, después de que los niños traumatizaran y debilitaran a la guardia
fronteriza.
También ha eliminado a Alexander y Michaela, ̶ dijo otra voz familiar.
Rafael miró al hombre de rasgos afilados y musculoso cuerpo superior quien había
venido junto a Dmitri en una silla de ruedas manual. Vivek Kapur le pasó una hoja
de papel, el marrón oscuro de su piel brillando con salud. ̶ Un envío desde la
frontera con Persia. Niños renacidos saliendo por ahí también. Lijuan no parece
haber apuntado a la frontera con Michaela, pero ella se fue a ayudar a Alexander.

Con sus territorios conectados por tierra, no tiene otra opción.


Sino logran detener el flagelo en la tierra de Alexander, los infectados se
arrastrarían infectando una vasta área geográfica. ̶ ¿Elijah?
No hay informes adversos en este momento, ̶ dijo Dmitri. ̶ No hay informes del resto
de la Cátedra, pero no ha pasado mucho tiempo desde que envié mi mensaje.
Un susurro negro en el borde de la visión de Rafael. ̶ Jason, dijo. ̶ ¿Qué has oído?
Respiración un poco irregular, muy inusual para Jason, su maestro de espías dijo: ̶
He acabado de recibir un informe de una de mis personas en el territorio de
Charisemnon. Nidos de renacidos en todas sus tierras, matando, infectando y
arrasando.
Honor habló por primera vez, con la frente arrugada. ̶ ¿Pensé que todo la Cátedra
tomó precauciones?
Lijuan es un operador inteligente. ̶ Dmitri miró sin ver una pantalla en blanco. ̶
Apuesto que los renacidos fueron introducidos de contrabando durante su "sueño" y
alguien ha estado alimentando los cabrones en el ínterin.
Esas cosas se alimentan de sangre y carne viva. ̶ La mano de Elena era blanca
como el hueso en el mango de su espada, su muslo presionado contra el suyo y el
fuego de tormenta de su ala enredada con sus plumas. ̶ Y no pueden hacer renacer
a otros de la nada.
Rafael consideró su punto. ̶ El guardián o los guardianes deben haber cazado
lugareños con sigilo durante un largo período, para que las desapariciones no se
notaran.
Vivek Kapur quien se había inclinado sobre una tableta en su regazo, ahora sacudió
la cabeza. ̶ El artículo no en uno sino en tres periódicos locales diferentes informa
una erupción de desapariciones en sus áreas en el último mes.
Sus dedos volaron por la pantalla con ágil velocidad. ̶ Parece que cada conjunto de
desapariciones se atribuyó a algo diferente: un vampiro lleno de sed de sangre, una
inundación repentina, un grupo de leones devoradores de hombres. No puedo
encontrar ningún artículo que vincule los tres incidentes.
Un músculo hizo tictac en la mandíbula de Dmitri. ̶ Alguien no ha estado haciendo su
trabajo. ̶ Porque si Dmitri hubiera notado esas desapariciones, Rafael habría sido
informado de ellas. ̶ Entonces Charisemnon está fuera. ̶ El arcángel tendría que
contener la amenaza de renacidos en el continente africano antes de que pudiera
prestar cualquier ayuda. ̶ Y también lo está Tito. ̶ Los dos arcángeles no eran de
ninguna manera aliados, pero esto no se trataba de sus diferencias. Se trataba de
un mundo que conspiraba acabar con todos ellos.

Los vampiros no podían alimentarse de renacidos.


Necesitaban mortales. Y el mayor secreto de la humanidad angelical era que
también necesitaban mortales.
Ella conoce el peligro, sabe que los renacidos son una plaga que podría extenderse
en todo el mundo, ̶ dijo Elena, con las cuchillas en ambas manos ahora, como si ella
pudiera apuñalar a Lijuan en el corazón en ese mismo momento. ̶ ¿De qué sirve ser
diosa de un mundo moribundo?
Ella habrá creado una zona protegida dentro de su territorio, dijo Rafael, todo el plan
genocida de Lijuan repentinamente helado en su mente. ̶ Ella tiene la intención de
ganar la guerra, luego matar a los renacidos y repoblar el mundo con aquellos leales
a ella. Es tentador llamarla loca, pero no está enojada. Ella solo está borracha de
poder.
La primera ola del enemigo está casi en la línea de fuego.
Dmitri acercó la imagen mostrada en otra pantalla. Se estaba transmitiendo desde
un dispositivo montado discretamente en un rascacielos de babor. Ese dispositivo
era uno de una multitud. Desprovisto del velo proporcionado por los poderes de su
arcángel, la gente de Lijuan no podría moverse sin ser visto en su ciudad.
Rafael captó un toque de azul plateado en la esquina de la pantalla antes de que
desapareciera y supo que Illium estaba allí con su escuadrón, haciendo la llamada
cuando los arqueros dispararían de nuevo. Ni Dmitri ni Rafael interferirían. Illium era
un comandante de escuadrón experimentado, la decisión tenía que ser hecha en el
campo de batalla.
Las flechas dispararon todas a la vez medio minuto después. Una cascada de fuego
se arqueó en la masa de combatientes enemigos que se dirigían a la ciudad, pero
un solo conjunto de precisión apuntaba a las boyas flotantes de combustible.
El impacto contaminaría el agua, pero eso no podría evitarse: si Lijuan tomaba
Nueva York, millones morirían.
Si ganaba, su gente limpiaría el agua.
Las flechas volaron en silencio a sus destinos. Los arqueros de la boya habían sido
elegidos porque podían disparar con una precisión casi imposible. Tres del equipo
eran Cazadores del Gremio, un mortal que competía en tiro con arco como deporte,
el resto una mezcla de ángeles y vampiros. Como nadie podía predecir si todos los
arqueros estarían en la ciudad en cualquier momento, el equipo de tiro podría estar
formado desde el doble del número necesario.
Las puntas de flecha se estrellaron contra las boyas mientras el enemigo estaba
enfocado en la ardiente amenaza desde arriba, las pieles de boya diseñadas para
perforarse bajo tal impacto. Las llamas se dispararon con fuerza explosiva... y los
ángeles cayeron gritando de los cielos, sus alas destruidas.

Todos los músculos del cuerpo de Rafael se apretaron.


Había sido testigo de la caída, había visto los cuerpos rotos y las alas rotas de sus
heridos y muertos. Ver a cualquier ángel caer en picado desde el cielo era una vista
repelente, pero estos guerreros alados habían venido a asesinar a su pueblo.
Una mano fuerte y ligeramente callosa se deslizó entre las suyas. Él curvó sus
dedos sobre la suya mientras ella se curvó sobre la de él, y juntos, vieron al ejército
de Lijuan llegar a detenerse más allá del ardiente muro de fuego, una vista
impresionante, pero no suficiente para ser un elemento disuasorio una vez que
podías verlo.
Viniendo más, sin embargo, que la pared, era una lluvia interminable de flechas
encendidas.
Illium se hizo cargo de la producción de flechas y creó un arsenal masivo para que
sus arqueros pudieran continuar durante días, con un conjunto descansando
mientras el otro disparaba. Esos hombres y mujeres eran duros hasta el hueso,
dispararían hasta que sus manos sangraran y luego las envolverían y dispararían
nuevamente.
Los luchadores de Lijuan vacilaron fuera del alcance de las flechas. Varios
guerreros cayeron al agua, yendo al rescate de los ángeles quemados. Los ángeles
no podían ser fácilmente matados por el fuego, a menos que se hubieran quemado
hasta los huesos. Entonces, sin previo aviso, todo el ejército cambió de rumbo hacia
el cielo, una gran masa de poder y violencia.

52
Los cobardes están abandonando a sus heridos. ̶ Dmitri escupió las palabras. ̶
Desmoronará la moral entre sus tropas.
No, ̶ murmuró Rafael, ̶ están demasiado dedicados a ella. Ella es su diosa y los
quemados considerarán sacrificio hundirse en el piso del océano hasta que puedan
ser recuperados. Los que tienen suficiente superficie de ala flotaran para sobrevivir.
La mayoría morirá.
Elena contuvo el aliento. ̶ ¿Pensé que los ángeles no podían ahogarse?
¿Tan gravemente heridos? Es posible. Especialmente si sus pulmones están
quemados y ellos son jóvenes.
La idea de ángeles quemados y sangrantes hundiéndose impotentemente en el
océano mientras se ahogaban en cuestión de horas o días, tuvo el estómago de
Elena amenazando con rebelarse. ̶ ¿Podemos ayudarlos? ̶ Ella tuvo que hacer la
pregunta, no pudo abandonar su humanidad.
El Rafael que la miró era el arcángel mortal con el poder corriendo frío y duro por
sus venas. Pero el Rafael que le respondió fue el hombre que la amaba, ̶ Si
podemos hacerlo con seguridad, haremos flotar balsas en las que puedan subir.
Gracias, Arcángel.
Me mantienes humano, Elena. Me impides convertirme en Lijuan. Nunca pares de
hacer tales solicitudes. En voz alta, dijo: Debemos prepararnos para la próxima ola.
Dmitri presionó un dedo contra su oreja. ̶ Ashwini tiene a su equipo en posición.
Cortos lanzacohetes listos.
¿Alguna señal de armas similares entre las tropas de Lijuan?
Preguntó Elena.
Desafortunadamente, sí. ̶ Dmitri se acercó a un grupo particular de luchadores.
Lanzacohetes sobre espaldas angelicales, pistolas de asalto atadas al frente, eso
era solo el comienzo.
El satélite también está captando una tonelada de movimiento bajo el agua, ̶ Vivek
añadió. ̶ Ella tiene más submarinos, y apuesto a que están llenos de suministros,
personas y armas.
Su maldad aprendió de la última batalla.
No, habrá sido Xi, ̶ murmuró Rafael. ̶ Siempre ha sido el hombre más inteligente de
su arsenal, aunque solo es peligrosamente poderoso cuando ella está cerca.

Elena casi había olvidado que Lijuan podía compartir el poder con sus tropas.
Eso explica cómo logró la táctica no corpórea: debe haber compartido
temporalmente ese poder con todo su ejército.
Nadie tuvo que decirle que era una mala noticia que Lijuan fuera lo suficientemente
fuerte como para difundirse a sí misma.
Los buzos están en posición, ̶ dijo Dmitri.
Rafael reubicó sus alas. ̶ ¿Pueden ver la nave submarina?
Dmitri habló a través de un micrófono que sujetaba al cuello de su camisa, con la
cabeza oscura inclinada escucho la respuesta. ̶ Negativo. El agua está turbia.
Puedo usar satélites para... ̶ comenzó Vivek.
Rafael sacó una mano. ̶ No. Nos atenemos a las reglas de la guerra. No las violaré y
pisaré el camino para convertirme en Lijuan. Si los submarinos atacan, ellos se
convertirán en un juego justo a cualquier distancia. Antes de eso, los buzos deben
poder verse entre ellos. Línea de visión, esa es la ley.
El orgullo hizo que Elena se llevara sus manos juntas a la boca para besarlas.

A lo lejos, la lluvia de flechas continuó. ̶ Necesito ir a relevar a un arquero.


Esa fue su tarea asignada durante la fase inicial de asalto; ella no era experta al
nivel, pero era lo suficientemente buena como para asumir el control por períodos
cortos para que pudieran descansar.
Ojos tan azules como un prístino lago de montaña se estrellaron contra los de ella,
relámpagos vivos en sus profundidades y en la marca de la Legión en su sien.
Mantente a salvo, hbeebti.
Eso va doble para ti, Arcángel. Iba a estar haciendo algo increíblemente peligroso
muy pronto.
Llegó a su posición con dos minutos libres y recogió el disparador de donde el
arquero lo había dejado. Su preferencia era la ballesta, pero ella había
perfeccionado sus habilidades de tiro con el arco después de la última batalla
porque a esta distancia y con el elemento fuego añadido, las flechas especialmente
diseñadas funcionaban mejor en la tarea.
El calor ardía contra ella en todas las direcciones, eliminando el frío del invierno.
Delante de cada arquero había una pequeña olla en llamas en la que encendían sus
flechas.

El sudor goteaba por la cara de Elena; estaba contenta de haberse tomado el


tiempo para encontrar una goma para el cabello y tirar de su cabello hacia atrás en
una cola corta.
Extrañaba la facilidad de trenzar su cabello para mantenerlo fuera del camino, y ya
estaba dejando crecer los hilos. Aunque sobre todo... ella no podía seguir viendo a
Belle en el espejo. Cada vez que se daba la vuelta y veía los mechones más cortos
sin previo aviso, recordó el deleite de Belle el día que se había peinado y recortado
a esa longitud. Le dolía demasiado tener un recordatorio constante de su hermana
mayor bailando, salvaje, a menudo impaciente pero siempre amorosa.
Alcanzó otra flecha. Al igual que con los otros arqueros, ella llevaba un carcaj sobre
su espalda, los vampiros jóvenes o los aprendices del Gremio lo rellenaban
continuamente. Elena captó la mirada del aprendiz que completó su carcaj sin entrar
en el camino y casi pierde su enfoque. Pero su cuerpo sabía qué hacer y ella lo hizo
sin pausa.
Su flecha voló.
No debería haberse sorprendido de ver a Eva. Su hermana ya no era una niña. Se
dirigía a los dieciséis años y era una de las mejores aprendices del Gremio a pesar
de su diminuto tamaño. Pero Eva también era la bebé de toda la familia.

Ella tomó otra flecha, la sumergió en llamas y disparó.


¿Cuándo finaliza tu turno? ̶ llamó de nuevo a esta hermana que llevaba una espada
larga en una vaina de muslo. Nadie tomaría a Eva desprevenida como Slater Patalis
había tomado la familia desprevenida de Elena, a Belle, Ari y mamá, no tenían
ninguna posibilidad. Eva lograría tener una oportunidad.
En cuanto a la primera hija de Jeffrey por su segundo matrimonio, ella se quedó
fuera del camino del mundo inmortal, por lo que tal vez permanecería a salvo. Elena
esperaba una vida agradable y elegante para Amy, una persona que se refugiaba
en riqueza y privilegios. Una vida de debutante, un esposo corredor de bolsa y un
hogar digno de una revista.
Mucho mejor que la sangre, la muerte y el dolor.
¡Treinta minutos! ̶ Eva gritó sobre el zumbido de las flechas disparando.
Los pernos de la ballesta también se estaban preparando para la siguiente fase. El
sonido de ellas cuando fueron recogidas y colocadas cerca de donde serían
utilizadas era una constante.
Entonces soy un observador con un equipo de vigilancia en tierra hasta que me
toque volver aquí ¡de nuevo!

La vigilancia terrestre barrería para cualquier luchador terrestre o renacido que


Lijuan lograra traer a la ciudad. Si esas burlas de la vida lograran difundir su
infección...
Elena apretó la mandíbula y sacó otra flecha. Apuntando, estableció la punta en
llamas. Disparó.
Y esperó, su corazón un nudo.
•••
Rafael se elevó por encima de la torre, observando la batalla global. Él se cambió en
pieles descoloridas de un marrón bronceado y llevaba dos espadas cruzadas sobre
su espalda debajo de sus alas, así como protectores en el antebrazo. La batalla
entre dos arcángeles nunca llegó a tales cosas, pero él podría necesitar que
intercediera en nombre de sus otros luchadores.
En este momento, el muro de fuego mantenía a raya las fuerzas de Lijuan.
Cualquiera que intentara sobrevolarlo, era impactado con cañones antiaéreos de los
tiradores posicionados cerca de la línea de flotación para tal posibilidad. Pero el
diluvio fue el comienzo: Lijuan tenía una fuerza tan masiva que podía decir que
planeaba asaltar la ciudad sin tener en cuenta sus propias bajas, hasta que sus
arqueros no pudieron recoger suficientes de ellos para mantener la línea.

Dmitri, ¿cómo va la evacuación?


El puerto y sus alrededores están despejados. Podemos retroceder al primer punto
sin dejar a nadie atrás.
La operación se había completado más rápido de lo que Rafael había esperado,
pero entonces, Dmitri, Galen y Venom habían estado trabajando en el plan de
evacuación durante meses, incluso mientras Rafael yacía sin responder al lado de
Elena. Su gente iba a ser trasladada fuera de Manhattan con precisión clínica.
Rafael había usado su voz mental para ordenar a aquellos que aún no deberían
moverse que se mantuvieran en su lugar hasta que se les diera la orden de irse.
El caos reinaría si toda la población intentara irse de una vez.
Al final resultó que, el mayor problema había sido hacer que la gente se fuera. De
nuevo los neoyorquinos querían pelear. A cualquier persona con una habilidad
relevante se le estaba asignando un trabajo en los equipos que Venom tenía en el
suelo. Los obstinados simplemente estaban siendo recogidos y arrojados en
camiones de transporte de personas. No había elección, no esta vez. Cualquiera
que quedara sería comida para los renacidos, una forma de propagar la infección.
Manten la línea, dijo Rafael, capaz de ver que el diluvio aún no era crítico. Diles a
los artilleros que se preparen. Una masa más pesada de lanzacohetes en la línea de
visión y las armas antiaéreas serían su segunda línea de defensa, que se pondría
en funcionamiento mientras que los arqueros y artilleros cercanos se retiraban a un
lugar seguro. Prepara las redes para desplegarse. La idea de Naasir, saliendo de
algo que había hecho durante la última batalla.
Nueva York era una ciudad de rascacielos. Lo que significaba que tenía muchos
puntos donde podría conectar redes enrolladas creadas con cables translúcidos
fusionados con fragmentos de vidrio muy afilados.
Ningún mortal o inmortal podría haber tejido esas redes sin cortar sus dedos en
pedazos. Era una máquina que había emprendido la tarea peligrosa.
En el tiempo transcurrido desde la última batalla, la gente de Rafael había adjuntado
en silencio las redes en formas que las hacían parecer como si estas fueran parte
de los edificios elegidos. Un borde ornamental, o una tubería adicional de aire
acondicionado, incluso la extraña gárgola de piedra reemplazada por un simulacro
de hueco.
Todas las redes estaban motorizadas. Un comando electrónico y se extenderían a
través de una gran área de la ciudad, creando una red letal que cortaría y destruiría
las alas de los ángeles que volaban hacia ellos. A menos que la luz golpeara una
red a la perfección, las trampas eran todo más que invisibles.
Todas las tropas aladas de Rafael habían sido informadas de sus ubicaciones. Él
tenía fe absoluta en que ninguno los habría traicionado con el enemigo.
Hecho. La voz clara de Dmitri. También he activado las trampas explosivas en las
áreas de aterrizaje proyectadas.
Rafael tenía los ojos en el agua, por lo que vio una explosión un segundo antes de
que Dmitri dijera: Uno de nuestros buzos logró llegar a un submarino, plantó los
explosivos por todas partes.
Vio a través de un ojo de buey: la cosa estaba llena de renacidos.
Rafael esperaba que las finas redes en su lugar a través de las bocas del Hudson y
el East Rivers evitaran que los restos flotaran en su ciudad. Las piezas más grandes
de los renacidos infectados podrían mantener fuera, mejor. ¿Algún sobreviviente?
Desconocido, pero tenemos el área bajo vigilancia constante.
Los escuadrones de Lijuan rompieron la formación de combate, dispersándose en
una conducta desordenada. No esperaban un ataque desde abajo. Falta de
imaginación de Xi, pero el general no estaba acostumbrado a pelear en una frontera
acuática. Nadie había atacado a China en miles de años.
Otra explosión en el agua, seguida de una tercera.

¿Se escaparon nuestros buzos a tiempo?


Están a salvo, confirmó Dmitri. Estamos recogiendo al menos tres submarinos más,
pero han comenzado a disparar al agua a su alrededor. Cañones de corto alcance.
Sin misiles.
Diles a los buzos que se retiren. No quería perder personas experimentadas cuando
había pocas posibilidades de éxito. Enredaremos la nave en las redes debajo de la
línea del agua. Esas redes se habían activado cuando Lijuan y su ejército fueron los
primeros avistados, ahora estarían ondulando en silencio e invisibles en la fría
oscuridad.
Las redes no eran lo suficientemente fuertes como para detener a los submarinos,
pero los ralentizarían. Dándole a Dmitri más tiempo para encontrar posibles
soluciones.
Rafael. El tono de Dmitri era agudo. Los vuelos comerciales programados que
despegaron del territorio de Charisemnon vienen en esta dirección en general, iban
a diferentes ciudades, pero ahora están alterando sus rutas de vuelo para dirigirse a
Nueva York. Los pilotos han ignorado todos los intentos de comunicación.
La realización fue instantánea. Charisemnon nunca renunció a su alianza. El
Arcángel del Norte de África y el Arcángel de China se las habían jugado desde el
comienzo: no había forma de que los aviones enemigos, probablemente llenos de
renacidos, pudieran despegar del territorio de otro arcángel sin que este fuera
consciente de ello.

Charisemnon los había traicionado a todos. Advierte a Titus, luego alertar al resto de
la Cátedra.
Titus era un guerrero honorable, no esperaría un cuchillo en la espalda durante una
lucha catastrófica para salvar a su gente del flagelo de los renacidos. Charisemnon,
sin embargo, no dudaría en golpear esa espada. Si no podían advertirle, Titus nunca
vería venir el golpe mortal.

53
Mientras Dmitri luchaba por contactar a un miembro de confianza de la corte de
Titus, Rafael dirigió su atención a los demás de sus Siete en la ciudad. ¿Informes de
Lijuan desde el avistamiento anterior? Tenían que estar en alerta constante ante la
posibilidad de que el Arcángel de China volviera a ser no corpórea con parte de su
ejército.
Su ciudad nunca vería venir la emboscada.
Aodhan y Venom, ambos ubicados a una buena distancia del puerto, no habían
captado ninguna señal de su presencia en sus sectores, pero Illium dijo: Creo que
está en el centro de su ejército, tres detrás de Xi. El escuadrón de Jason identificó
que lo mejor de la élite está volando en un patrón protector a su alrededor.
Jason respondió en el mismo instante para señalar el escuadrón de élite.
Rafael se levantó más alto y lo vio de inmediato: el patrón que se estaba volando no
era solo protector, era el de una guardia de honor en los tribunales antiguos y
tradicionales. Podría ser un doble farol, Xi era lo suficientemente inteligente como
para orquestar eso, pero Rafael decidió que no lo haría. Lijuan era demasiado
consciente de su estado para ser tan astuta en esta manera en particular.
Se dirigió hacia el agua.
Las fuerzas de Lijuan lo vieron mientras aún estaba en este lado de la línea de
fuego, las flechas silbaron hacia él, junto con lanzas de energía disparadas por lo
más poderoso de las fuerzas de Lijuan. Evitó los ataques de energía, se alejó de las
flechas. No estaba dispuesto a revelar más sobre su propio poder que lo necesario.
Su tarea era comprometer a Lijuan, medir su poder.
Esto no era una batalla. Era la guerra y esta era solo la primera escaramuza.
Alas de fuego de tormenta brillante debajo de él al pasar el rascacielos en el que
Elena se arrodillaba con un arco en la mano. Sintió que su mente tocaba la suya, su
beso mental vibrante con la vida que corría tan desafiante y fuerte en su cuerpo.
Cruzó la línea de fuego.
Una horda de ángeles de Lijuan, corrió hacia él con espadas desenvainadas, gritos
de batalla desgarrando el aire.
¿Te esconderás detrás de tu gente? Transmitió el comentario ampliamente, así que
golpearía la mente de cada luchador angelical, cada individuo en los submarinos.
¿Eres tan débil?

¡SOY UNA DIOSA! Una explosión de crepitante obsidiana entrelazada con la


perlada luz gris de las estrellas pasó por encima de su hombro. Apenas evitó el
granizo de obsidiana solo cayendo precipitadamente. Entonces, Xi había logrado
comunicarse con ella sobre tácticas después de todo, porque esa guardia de honor
había sido una finta.
Recalculando rápidamente sus opciones, Rafael no respondió con su propio ataque
a pesar de las voleas que venían de sus luchadores. Xi estaba en la vanguardia,
disparando rayos en las alas de Rafael. No brillaba la luz de las estrellas por los
golpes de Xi, pero la obsidiana era una sombra de Lijuan, una confirmación visual
de que, a diferencia de las habilidades que poseían los Siete de Rafael, el poder de
Xi venía de su arcángel.
En lugar de convertir sus alas en fuego blanco, Rafael se esforzó por evitar los
tornillos, cuanto menos supieran, mejor.
Mientras lo hacía, trató de descubrir la posición de Lijuan, pero no había señales de
ella. Se había desvanecido dentro y fuera del estado no corpóreo durante la última
batalla, pero parecía que ahora podía mantenerlo sin pausa.
¿Por qué no estaba entonces en Nueva York?
¿Por qué no estaba ella matando a sus arqueros?
El aire en sus pulmones se convirtió en hielo. Esta vez, ella había hecho lo
impredecible. Él transmitió una advertencia a todo su ejército. Moviliza a todos los
arqueros, a todos los artilleros, mira ¡hacia el cielo!
Hinchado de poder, Lijuan había hecho exactamente lo que temía y mantuvo parte
de su fuerza de asalto oculta incluso mientras exponía el resto. El retraso en el
ataque tenía que significar que la sección interrumpida estaba llegando a una
posición privilegiada, pero tenían que ser letales cerca de eso por ahora.
Tenía que hacer algo para igualar las probabilidades.
Incinerando a los luchadores frente a él de un solo golpe, recurrió al fuego salvaje
dentro de él y lo liberó no en un rayo masivo sino en una espesa propagación de
explosión con él como el centro.
Estática llenó el aire.
Lijuan puede haber ganado un poder enorme, pero como había visto con Antonicus,
su marca de muerte no era completamente inmune al fuego salvaje. Incluso si el
efecto era solo temporal, le daría a su gente suficiente conocimiento de que podrían
reposicionar sus fuerzas, defender su hogar.
El fuego salvaje se extendió y se extendió... y crujió violento azul y oro blanco
cuando golpeó a la fuerza enemiga, despojándolos de su capa no corpórea.

El aire se llenó de fuego cuando todos sus combatientes en los tejados cercanos
comenzaron a disparar a los guerreros enemigos ya heridos por la guadaña
reluciente del fuego salvaje. Su poder demasiado extendido para matar, pero había
causado un daño importante.
Un buen número cayó gritando, sus alas destrozadas por pernos de ballesta o balas
o en llamas.
Joder, Arcángel. La voz de Elena, horror en cada sílaba.
Se giró... y vio su ciudad rodeada por un ejército de tal magnitud que tenía que ser
cada ángel fuerte vivo en la tierra de Lijuan. Miles sobre miles de ellos. Tantos que
su mente luchó por comprenderlo.
Un cambio en el punto de vista y entendió por qué el ataque aún no había llegado,
por qué los escuadrones se habían movido muy lentamente para emboscar a
Manhattan. La mayoría de ellos estaban ocupados transportando enormes
portadores de metal.
Esos transportes tenían que contener las fuerzas vampíricas de Lijuan... y
renacidos.
Dmitri, llama a toda nuestra gente a casa. Esta era una pelea a muerte; y
necesitaban a todos. Nimra, Nazarach, Augustus, todos ellos. Era un riesgo tirar de
sus personas de todo el territorio, pero a diferencia de la última vez, no pensaba que
Lijuan fuera a tratar de comerlo en pequeños bocados. No, ella tenía la intención de
tomar New York, y luego gatear por su tierra.
Diles a Galen y Naasir que envíen a nuestros no combatientes en el Refugio a Eli al
Refugio fortaleza. Estarán protegidos por la gente de Eli. Fue una decisión que él y
Elijah había hecho cuando el eventual ascenso de Lijuan se hizo inevitable: si Lijuan
elegía atacar a América del Sur, Galen y Naasir y sus equipos se habría hecho
cargo de los no combatientes de Eli, permitiendo que sus guerreros se dirigieran a
casa.
Hoy, eran los guerreros de Rafael quienes volarían hacia la batalla. Incluso cuando
Rafael enviaba las órdenes, se abría camino a través de la masa de luchadores
alados. Su espada sangraba en rojo, pero su objetivo era el arcángel con cabello
blanco y alas de una delicada paloma gris que se elevaba muy por encima de la
ciudad, sus dedos pinchando con un poder inquietantemente hermoso que
devastaría cualquier cosa que tocara.
Tenía que atacar ahora, mientras podía verla. Un guerrero enemigo cortó su espada
hacia abajo en el ala de Rafael... y se convirtió en fuego blanco sin la voluntad
consciente de Rafael. La espada atravesó sin causar cualquier daño:
desequilibrando al guerrero enemigo.
Cortando la cabeza del otro ángel, un chorro de sangre tibia golpeo su rostro, Rafael
escaldó a los combatientes enemigos restantes a su alrededor con su poder de
arcángel, luego se elevó alto, el fuego se convirtió en una esfera letal en su mano.
Su explosión inicial se cruzó con la de Lijuan y el choque reverberó en un masivo
boom de sonido que se extendió por toda la ciudad.
Vio a algunas personas caer, con las manos sobre las orejas, pero sus arqueros
aguantaron.
Lanzó la esfera oculta del fuego salvaje en su otra mano en la inmediata secuela, su
objetivo su ala. Ella no esperaba la respuesta rápida y su golpe encontró su marca.
Gritando mientras el fuego arrasaba parte de su ala antes de que pudiera volverse
no corpórea, se vengó con furia.
Su muerte de obsidiana golpeó el costado de un edificio, rompió vidrios y destruyó
una esquina. Como si un gigante hubiera mordido el rascacielos. Aprovechando su
falta de estrategia alimentada por la ira, él arrojó más fuego salvaje en fuegos más
pequeños pero rápidas esferas, solo entonces se dio cuenta de que el fuego salvaje
había adquirido una débil opalescencia. No tan fuerte como lo había visto en las
piezas rotas de la crisálida, pero presente.
Un pedazo del corazón de Elena, incrustado para siempre en su poder. La segunda
esfera golpeó la pierna de Lijuan. Fuego salvaje quemó sobre ella, y en el
resplandor despiadado, vio los huesos esqueléticos de su rostro desvanecerse
fuera.
¿Por qué no se estaba volviendo no corpórea? ¿Era posible que el incendio forestal
hubiera evolucionado para evitar que cambiara de forma? ¿O había usado tanta
energía para ocultar su ejército masivo que ella había quemado esa habilidad en
particular?
Cualquiera que fuera la razón, eso no le impidió acosarlo bajo una lluvia de estrellas
obsidiana. Pero, herida como estaba, su puntería estaba desviada.
Sus guerreros cerraron filas delante de ella antes de que él pudiera apuntarla de
nuevo. Rafael los chamuscó fuera de la existencia, pero siempre había más
dispuestos a poner sus vidas y cuerpos en la línea para proteger a su diosa, un
muro de carne y sangre de fidelidad sin sentido.
El último fue un escuadrón que voló con la precisión de un equipo experimentado,
toda la unidad giró alrededor de Lijuan en un solo latido, luego todos cayeron como
uno, justo en el centro de la lucha.
Rafael ya no podía atacarla sin golpear a su propia gente. Ella, sin embargo, tenía el
mismo problema: no podía atacarlo sin matar a un equipo de clase mundial propio.
Estaban en un estancamiento.
Utilizando la calma, escaneó la zona de batalla. La línea de fuego estaba fuera y sus
arqueros habían retrocedido. No fue una sorpresa ver que la gente de Lijuan había
tomado el puerto, con sus números tan gigantescos, había esperado esta primera
derrota.

Ángeles heridos yacían en los tejados de toda la ciudad, con las alas arrugadas y
cuerpos ensangrentados. Los sanadores y los médicos de campo atendieron a los
heridos de Rafael, mientras guerreros de ojos duros vigilaban a los heridos de Lijuan
para asegurarse de que no se unieran al ataque.
Volvió su atención al escuadrón enemigo que rodeaba a su diosa. Estoy dispuesto a
aceptar un alto el fuego el tiempo suficiente para que los dos podamos recoger a
nuestros heridos. Parte de su gente había caído en lo que ahora era territorio
enemigo.
Había enviado deliberadamente su mensaje para que afectara a todas las mentes
cercanas. Para que su gente supiera la elección que hiciera. Si él podía
desmoralizar su ejército, lo haría. Mientras esperaba una respuesta, les dijo a dos
de sus guerreros que se dejaran caer desde el aire, despejando su línea de visión...
luego envió a otro de los escuadrones de ella fuego salvaje. Los incineró. El enorme
contenedor que estaban llevando cayendo hacia sus muertes cuando se estrellaron
contra la implacable calle muy por debajo.
La distancia no amortiguó por completo la fuerte destrucción de su pérdida. Desde
el cielo, era una caja de juguetes derramando pequeñas muñecas rotas. La mayoría
yacía inmóvil, pero extrañamente uno gateó, lamentable y lento.
El equipo de Ransom lo tiene, le dijo Dmitri, y él sabía que cientos de metros abajo,
un grupo de cazadores se estaba acercando a los rastreadores.

Rafael ya se estaba moviendo para destruir un segundo transporte, pero las fuerzas
de Lijuan que habían visto lo que estaba sucediendo, cayó precipitadamente para
evitar su ataque. Lijuan se levantó del nudo de su gente al mismo tiempo para
atacarlo una vez más.
Su ala estaba muy dañada pero no era un ángel verde en su primera batalla. Ella
casi lo atrapa.
Él le arrojó fuego salvaje en una descarga implacable hasta que ella volvió a caer en
la protección. El sudor le goteaba por la espalda. Podía parecer que estaba
ganando, pero no lo hacía. Había usado tanto fuego salvaje que, en cascada o no,
su cuerpo tenía problemas para generarse lo suficiente como para mantenerse al
día.
Mucho más tiempo y se vería obligado a usar fuego de ángel común, que no tenía
gran impacto en Lijuan. Como había temido después de no poder curar a Antonicus,
incluso su fuego salvaje no funcionaba como lo había hecho en la última batalla.
Entonces, realmente la lastimaría.
Justo ahora, cuando ella se había levantado, él había visto señales de que su
cuerpo ya había detenido la progresión del fuego salvaje en su ala, lo mismo para el
daño a su pierna.

Si Lijuan decidiera esperar, ella ganaría por defecto. Al menos había dado a su
gente un poco de respiro al estrellar ese transporte. Las tropas de Lijuan estaban
siendo más cautelosas, y aquellos con los transportes se habían retirado detrás de
los combatientes y cambiado de dirección para regresar al puerto.
Aodhan, Illium, Jason, ¿pueden llegar a un transporte? Eran los únicos tres ángeles
en su equipo con la fuerza suficiente para sacar el metal masivo de las
construcciones.
La respuesta de los tres fue negativa. Jason estaba luchando contra un avance en
su flanco izquierdo, Aodhan a su derecha, mientras que Illium estaba en primera
línea. Alguna retirada y los escuadrones de Lijuan caerían sobre los arqueros y
tiradores en una sangrienta masacre.
Izzy está cerca de la de las once en punto. Era Elena en su cabeza.
Rafael había incluido a su consorte en las comunicaciones como una cuestión de
curso.
Derribó una franja de guerreros enemigos, algo sobre dos de ellos considerándolos
extraño, pero no tuvo tiempo de detenerse y pensarlo antes de que él los borrara de
la existencia. Sé que es tu favorito, hbeebti, dijo en las secuelas, pero Izzy es un
ángel bebé sin la capacidad de encender una vela con su poder, mucho menos que
arrojar rayos de energía.

Por eso tiene un lanzador de misiles, respondió su cazador pacientemente. Ash le


enseñó a dispararlo el mes pasado e insistió en que lo llevara a la batalla.

54
Rafael encontró a Izzy en el caos de la batalla. No es de extrañar que el joven Ángel
volara ligeramente torcido. Esa arma tenía que ser pesada, incluso usada sobre su
pecho Izak, lanza tu misil hacia el portaaviones directamente delante de ti.
Jurgen e Imani, protejan a Izak.
Los dos ángeles mayores, sus pieles ya sangrientas del combate rápidamente
flanquearon al más joven. Quién, para su crédito, reaccionó con suave precisión.
Levantando el lanzador en la posición correcta sobre su hombro mientras se
mantenía flotando un poco tambaleante, ignoró a los guerreros enemigos gritando
que venían hacia él y disparó.
Esos guerreros se estrellaron contra las espadas dobles de Jurgen y el martillo de
guerra de Imani. Una cabeza salió volando, una cara fue aplastada... y el transporte
fue arrancado de las manos angelicales por el poder del golpe del misil. Izak salió
volando hacia atrás desde el impulso, pero fue detenido por el cuerpo de dos de la
Legión que lo detuvieron de golpe.
Los arqueros se apresuraron fuera del camino del transporte mientras se
precipitaban hacia un edificio, solo para que una de sus personas operara una grúa
masiva para golpearlo al aire libre usando una enorme bola de hierro que colgaba
de una cadena muscular.
Dicha bola luego giró enojada a través de un pesado grupo de combatientes
enemigos.
Los combatientes de babor de Rafael claramente ya habían recibido la orden de
retirarse cuando la grúa entró en funcionamiento. La gente de Lijuan los persiguió,
pensando que eran un verdadero retiro. La grúa los derribó como bolos.
Huesos aplastados, caras pulverizadas, pulpa roja lloviendo del cielo.
Usar las grúas de la ciudad como armas furtivas había sido idea de Galen. Uno
realmente no miraba las grúas. Eran parte del paisaje. La sorpresa solo funcionó
una vez, pero había funcionado muy, muy bien. Múltiples grúas habían llegado en
línea al mismo tiempo, y lograron atrapar a las fuerzas de Lijuan sin preparación,
aplastando a cientos en cuestión de minutos.
Los generales de Lijuan se elevaron en el aire, por encima del alcance de las grúas,
sus manos rodeadas de obsidiana.
¡Desalojen! Rafael ordenó a los operadores de grúas.
Los hombres y mujeres literalmente se zambulleron de las cajas de control, todos
los operadores alados por esta misma razón. El poder de obsidiana golpeó las grúas
sobre los talones de sus inmersiones. Rafael no sabía si alguno de los operadores
lo había logrado.
Rafael, estamos empezando a perder gente. La voz de Dmitri, tan firme como
siempre. Estaba en modo batalla. Hay demasiados jodidos de ellos.
Lo sé. Sus fuerzas habían hecho una gran cantidad de daño, pero ninguna ciudad
podría enfrentarse a un ejército enemigo de este tamaño. Era incomprensible. ¿Has
escuchado del segundo de Eli?
Están en camino.
Pero no llegarían por lo menos en otro día. Elijah probablemente vendría adelante,
pero incluso entonces, le llevaría horas. La ciudad de Rafael iba a estar muerta por
entonces. Tenía que encontrar una manera de retrasar a Lijuan, detener este asalto
frontal por completo. Él y su gente necesitaban tiempo para reevaluar sus planes. Ni
siquiera en el peor de los casos de simulaciones de escenarios si hubieran
imaginado un ejército de esta magnitud.
No tenía sentido acaparar el poder cuando Nueva York estaba al borde de una
derrota catastrófica.
Con la decisión tomada, ordenó a todos sus combatientes cercanos que colapsaran
sus alas y bajaran. No todos pudieron desenredarse lo suficientemente rápido, pero
sí lo suficiente como para que él tuviera una apertura.
Exhalando, liberó todo el fuego salvaje en su cuerpo y le dio forma como una lanza,
luego lo arrojó con cálculo táctico al escuadrón que encerraba a Lijuan.
La cáscara de un ángel que alguna vez vivió cayó del núcleo en ese mismo
instante... justo cuando el fuego salvaje cortaba la protección como si fuera
mantequilla. Golpeó al centro. Y encontró su objetivo.
El grito de Lijuan fue una sierra aserrada en su cabeza.
Apretando los dientes mientras ella reapareció por fin, ardiendo en un fuego salvaje,
levantó las manos como para lanzar más. Ella corrió, dirigiéndose a la zona del
puerto mientras sus combatientes se reunían a su alrededor en lealtad suicida. Él
los siguió, aplastándolos con furia arcángel, pero tuvo que regresar cuando un gran
escuadrón enemigo atravesó la línea del frente para acercarse a una azotea llena
de arqueros.
Él voló el escuadrón del cielo, pero Lijuan estaba fuera de su alcance para
entonces, los luchadores de ella cayendo sobre su gente en hordas caóticas para
evitar que la siguiera.
Aceptaré tu oferta de un alto el fuego para reunir a nuestros heridos. La pesadilla de
voz de Lijuan, inundada de gritos y alaridos suplicantes de los muertos.

Ambas partes se retirarán, respondió Rafael. Un escuadrón de cada lado viene


adelante para recoger los cuerpos. Su gente yacía
rota por toda la ciudad, también.
Y se había quedado sin fuego. Nada más podría realmente tocar a Lijuan.
Estoy de acuerdo. Ira en cada palabra, pero le había hecho el suficiente daño para
que ella se escabullera para lamer sus heridas.
Esperó a que ella ordenara a sus tropas que se retiraran antes de dar a los suyos la
misma orden. Como se esperaba, el ejército de Lijuan se retiró al vecindario por la
zona del puerto. La gente de Rafael había colocado explosivos en esos barrios
enteros mucho antes y lanzaría esas trampas una vez que las tropas terrestres de
Lijuan comenzaran a gatear hacia adelante, porque sus fuerzas no habían logrado
destruir a todos los transportes.
Al menos cinco habían aterrizado.
Podía esperar que los renacidos hubiera estado en los que él e Izak habían
destruido, pero sabía que no tendrían tanta suerte. La Cascada quería destrucción y
destrucción se obtendría. Pero Lijuan no encontraría ningún puerto seguro en su
ciudad. Para ella, toda Nueva York tenía dientes.

Sus arqueros y tiradores se mantuvieron en posición mientras el resto de su gente


se retiraba. Rafael también esperó hasta que el ejército de Lijuan estuvo lo
suficientemente lejos como para que no pudieran realizar un ataque sigiloso
mientras les daba la espalda. Cuando Elena voló para unirse a él en su vuelo de
regreso a la Torre, vio un toque de rojo pegajoso a un lado de ella. No su sangre. De
alguien más.
Ángel enemigo, dijo ella, habiendo visto su mirada. Alguien le cortó la cabeza en el
cielo y él sangró sobre mí mientras caía. Su voz era sombría mientras ella
continuaba. Perdimos dos arqueros en el techo en el que estaba. Dos más están
mal heridos.
Cuatro. No era un gran número... a menos que hubieras considerado cuánto tiempo
esta guerra probablemente enfurecería, y cuán pocas personas tenía su lado en
comparación con las de Lijuan.
Con eso en mente, cambió la próxima reunión de estrategia a la enfermería. Él
podría curar suficientes guerreros para que sus fuerzas pudieran mantener la línea
hasta que llegara el ejército de Elijah.
Delante de ellos, el Primario aterrizó en el edificio de la Legión. Rafael había visto
los luchadores de alas grises en medio de la batalla. Si uno caía, otro se levantaba
en su sitio. Eran la mayor ventaja de Rafael. Setecientos setenta siete guerreros que
no podían ser asesinados. Excepto...
Algo está mal, Cazadora del Gremio. ̶ Se dejó caer en un rápido descenso.
El Primario estaba agachado sobre una de sus personas que yacía de espaldas
sobre el suelo, con una mano agarrándose el pecho mientras tosía líquido negro de
su boca.
¿Qué es esto? ̶ Hasta donde Rafael sabía, la Legión era invulnerable a enfermedad.
Muerte, ̶ dijo el Primario con una voz que contenía un coro de cientos. Él sacó su
espada y, mirando a los ojos del otro luchador, cortó el filo directo a través del cuello
del otro, separando la cabeza del cuerpo.
El cuerpo no se disolvió en polvo como la Legión siempre lo hacía cuando caían en
batalla. Comenzó a licuarse en un lodo nocivo que hizo que el Primario buscara a
Rafael. ̶ Debe terminar con esto, Padre, ̶ dijo mientras Elena aterrizaba junto a
Rafael.
Rafael incendió al luchador de la Legión muerto con fuegode ángel... pero partes del
cadáver aún se movían después.
Infiernos. ̶ Elena le tocó el brazo... y una lamida de fuego salvaje lo sacudió incluso
mientras jadeaba. El fuego salvaje sabía a ella. A vida desafiante.
Usó una gota de lo que ella le había dado para eliminar las últimas piezas del
cadáver antes de mirar al Primario. ̶ ¿Lo sientes regenerándose?
El primario sacudió la cabeza. ̶ Su cuerpo fue consumido. Ahora somos setecientos
setenta y seis en carne.
Lo siento. ̶ Elena colocó su mano sobre el hombro del Primario, su expresión
cubierta con dolor. ̶ Sé que han estado juntos por eones.
Ladeando la cabeza para mirarla, el Primario dijo: ̶ No está perdido. Él es parte de
nosotros. Solo su cuerpo ha sido destruido.
Rafael nunca había entendido el nivel al que se encontraba la Legión unida, pero se
alegró de escuchar que no habían perdido permanentemente uno de sus propios. ̶
¿Fue golpeado por el poder de Lijuan?
No. Fue mordido por uno de sus luchadores angelicales.
¿Mordido? ̶ Elena empujó un mechón de cabello suelto con impaciencia detrás de la
oreja. ̶ ¿Como un vampiro?
El ángel hundió los dientes en el brazo. ̶ El Primario indicó la zona de sus bíceps. ̶
Otros también han sido mordidos, pero ninguno de los míos.

Rafael despegó sin previo aviso en el mismo instante en que Elena dijo: ̶ ¡Rafael!
¡Ve! ̶ Su despegue golpeó a Elena y al Primario en posiciones planas en el techo,
sus alas de fuego blanco.
Aterrizó en el balcón de la enfermería en cuestión de segundos y corrió adentro.
¡Señor! ̶ Nisia lo miró con ojos desesperados desde su posición arrodillada en una
cama. Contenía a Andreja, de cabello castaño y ojos azules, sus alas un poco más
oscuras en tono marrón que la rica caoba de su cabello. El ángel alto y musculoso
estaba retorciéndose y luchando contra las manos de Nisia que buscaban sujetarlo
para intentar curarla.
Su pierna desnuda estaba ensangrentada por una lesión, pero eso no fue lo que
atrapó la atención de Rafael. Una negrura fea tosió de la boca de Andreja, dura
contra la crema de su piel.
Colocando su mano sobre el esternón del ángel, Rafael golpeó con la gota más
pequeña posible del fuego salvaje que Elena le había dado.
El fuego salvaje lastimaba a Lijuan, no estaba hecho para los viejos ángeles. El
lienzo duro de la túnica de combate de Andreja se desintegró en una explosión
quemada donde la había tocado. Ella gritó, alta y agonizante, antes de colapsar.

La marca de mordisco visible en la carne en descomposición de su brazo crujió con


fuego salvaje. Eso no impidió que Nisia pusiera sus manos sobre el ángel. ̶ Ella está
viva. Laric, termina de coser a tu paciente y luego atiende la pierna de Andreja.
El sanador más joven asintió, su cabeza desnuda hoy. Aunque él continuaba
usando una capa sobre sus alas dañadas, su capucha se había caído en el caos de
tener que lidiar con tantos pacientes gravemente heridos. Era la primera vez que
Rafael había visto el grueso y profundo castaño rojizo de su cabello tocado por la
luz.
Esté atento a la infección y dime si regresa, ̶ dijo Rafael, atrapando un vislumbre de
alas de tormenta en su visión periférica. ̶ ¿Dónde están los otros que entraron con
mordeduras?
Había cinco en total y pudo expulsar el veneno negro de todos ellos, a una
velocidad que le dio la esperanza de que el fuego salvaje pudiera causar a Lijuan
daño significativo. Andreja ya estaba consciente y sentada erguida para la vez que
llegó al último de los mordidos.
Señor, ̶ ella gruñó después de que él terminó, su voz contenía la cadencia y el ritmo
de su tierra natal de hace mucho tiempo en lo que ahora era el extremo más alejado
del territorio de Michaela. ̶ En el interior, la oscuridad, se come al alma. Quiere
devorar y dominar.

Laric se movió en silencio para ayudar a Andreja, arrodillándose frente a ella para
que él pudiera comenzar a trabajar en la herida abierta en su pierna. Ella miró hacia
abajo de su cabeza, luego movió su mano para poner sus dedos debajo de su
barbilla, inclinado su cabeza.
Espera, hbeebti, dijo cuando sintió a Elena ponerse rígida a su lado. Andreja no es
un ángel cruel.
Hoy, observó las cicatrices rosa oscuro que cubrían el blanco de la cara de Laric.
Estaban justo debajo de la línea del cabello hasta la garganta y más lejos. De su
rostro, solo una sección alrededor de su ojo izquierdo y pómulo era liso y sin
marcas. Sus hombros se habían puesto rígidos por las acciones de Andreja, sus
manos inmóviles sobre su carne.
Gracias, pequeño, ̶ dijo el ángel femenino con una sonrisa lenta que no tenía
piedad, pero algo que tenía el color arrastrándose debajo de la piel de Laric antes
de que agachara la cabeza y comenzara a trabajar en su pierna nuevamente.
Tienes manos gentiles.
Ooooooh. Con eso, Elena tiró de Rafael y lo sacó de la enfermería.
¿Ella acaba de sacudir a Laric? ̶ Preguntó afuera, una sonrisa curvando sus rasgos.

Él podría hacerlo mucho peor. ̶ De una edad que ella vio debajo de la piel, Andreja
cuidaría el cuerpo y el corazón del ángel herido. ̶ Por lo que he visto, a ella no le
importa ser quien inicie un cortejo, pero no coaccionara o lo forzara si Laric indica
que no acepta sus atenciones.
Espero que tenga la oportunidad de averiguarlo. ̶ La sonrisa de Elena se
desvaneció, el pequeño momento de felicidad muriendo bajo el peso de la guerra. ̶
Lo que dijo sobre el efecto de la mordida... La muerte no es el objetivo, ¿verdad? Si
sucede, es como parte de un proceso para un tipo de estado renacido.
Me temo que tienes razón. ̶ Él pasó el dorso de su mano sobre su mejilla. ̶ Elena, mi
fuego salvaje no se está regenerando lo suficientemente rápido como para repeler a
Lijuan si ella ataca de nuevo hoy.
Un endurecimiento en las esquinas de sus ojos.
La besó antes de que ella pudiera hablar. No tengo excusas. Sin su Elena a su lado,
no hubiera querido luchar por el mundo, no habría querido salvarlo. Prefiero caer
como Rafael que ganar como un títere de la Cascada.
Sus labios temblaron cuando se separaron. ̶ Prefiero morir como Elena que vivir
como una sombra.

Entonces, estamos de acuerdo. ̶ Presionando su frente contra la de ella, la envolvió


en sus alas.
Un instante de amor robado de la oscuridad que se arrastraba susurrando en su
puerta.
55
Tenemos que reconsiderar nuestros planes, ̶ dijo a su gente sólo unos minutos
después, todos se reunieron alrededor de la mesa de estrategia de Dmitri en la sala
de guerra. Sobre esa mesa había una reconstrucción tridimensional completa de la
zona de batalla.
Junto a Aodhan, Illium, Dmitri, Venom, Jason y Elena estaban Vivek Kapur, los
miembros de la Guardia de Elena, así como Sara Haziz. Si bien no era parte de la
Torre, Sara representaba a todos los cazadores en el suelo y necesitaba el
conocimiento que estaba siendo discutido aquí.
Su esposo, Diacon, era un cazador brutalmente calificado, pero él era un mejor
fabricante de armas. Estaba trabajando sin parar en un taller más abajo en la Torre,
junto a un equipo que había seleccionado a mano. Su tarea era reparar todas las
armas rotas a medida que entraban, descartar lo que no se podía arreglar y crear
otras nuevas.
La última persona en la mesa era Suyin, quien estaba aquí para ofrecer cualquier
idea de lo que pudiera sobre su tía.
El tamaño de su ejército lo cambia todo, ̶ acordó Aodhan, el brillo de los filamentos
de sus alas estaba veteados de rojo óxido y su cabello húmedo. ̶ Nunca he visto o
escuchado de eso.
Me lo perdí. ̶ Jason rara vez mostraba sus emociones, pero hoy, sus hombros
estaban agrupados, su columna vertebral rígida. ̶ No puedo entender cómo. Yo
personalmente confirmé los números que te di. Esos eran los únicos luchadores que
tenía en sus varias fortalezas.
Podría tener una respuesta, ̶ dijo Vivek Kapur. ̶ Es raro como la mierda. ̶ Levantó la
tableta que tenía en su regazo. ̶ He estado mirando la batalla desde todos los
ángulos, tratando de alimentar a las computadoras con suficientes datos para que
podamos comenzar a predecir sus movimientos.
Rafael tenía generales perfeccionados para eso, y él tenía a Dmitri. Su segundo. Su
cerebro era una trampa de acero cuando se trataba de estrategias de batalla. Pero
no estaba dispuesto a menospreciar a un hombre así de inteligente.
¿Qué descubriste?
Mucho, y me refiero, un mucho de los combatientes no se parecen a combatientes
entrenados, ̶ él dijo. ̶ Los ángeles están casi todos en forma, pero estos no tienen el
aspecto de guerreros afilados. ̶ Apareció un conjunto de imágenes en su tableta.
Ponlo aquí, ̶ dijo Dmitri, tocando algo al lado de la mesa.

Se abrió una gran pantalla desde el techo, directamente encima de la mesa.


Dame un segundo. ̶ Los dedos de Vivek se movieron sobre su tableta. ̶ Ahí.
Rafael vio lo que el joven vampiro había querido decir en el instante en que puso los
ojos en las imágenes.
Lo conozco. ̶ Jason señaló a un ángel con su espada levantada y dientes desnudos,
mostrando el blanco de sus ojos.
Bibliotecario junior en un tribunal menor. No tiene habilidades de combate. ̶ Señaló a
otro ángel, se quedó inmóvil. ̶ Ella es un guerrero entrenado, pero pertenece a Titus.
Todos se quedaron en silencio por largos momentos.
Parece que podemos encontrarnos peleando con amigos, ̶ dijo finalmente Rafael. ̶
Advierte a sus escuadrones, y recuerda, es poco probable que actúen en su libre
albedrío. ̶ La gente de Titus estaba notoriamente dedicada a su arcángel. ̶ Hagan
por ellos lo que esperaríamos que hicieran por nosotros si se invirtieran nuestras
posiciones y nosotros fuéramos los que están siendo controlados.
No estoy seguro de que estén realmente vivos, ̶ aventuró Vivek, su rostro pálido
debajo de su piel morena. ̶ Sé que lo ven, pero... Aquí. ̶ Arrojó otra imagen.

Mostraba un ángel con alas de color marrón claro moteado hundiendo sus dientes
en el brazo de Andreja, que estaba en el proceso de golpearlo con la bola con púas
de la estrella de la mañana en su cabeza. Un mazo se balanceaba de su otra mano,
que se disparó en camino a aplastar las costillas del mordedor.
Habla sobre los ojos psicópatas. ̶ Brazos cruzados sobre su pecho y pies puestos
aparte, Elena miró el rostro del mordedor. ̶ No hay nada allí.
Ella tenía razón. El luchador parecía muerto, la falta de expresión era extraña.
Sus ojos son negros. ̶ Illium se paró junto a Elena, con sus alas solapándose
ligeramente, pero ninguna energía saltó de las alas de Elena a las de Bluebell. ̶ Casi
nadie en el mundo, mortal o inmortal, tiene ojos de negro puro, pero yo me enfrenté
a otros luchadores con los mismos ojos. No puedes distinguir pupila del iris.
Rafael recordó su propia sensación de inquietud acerca de dos de los ángeles
enemigos. Eso habían sido los ojos, se dio cuenta, demasiado negros, demasiado
planos.
Vivek vomitó imagen tras imagen de guerreros con los ojos en blanco, sus miradas
negras. Jason identificó a la mitad de ellos como pertenecientes a arcángeles
distintos de Lijuan. Era una pequeña misericordia que aún no se hubieran
encontrado cara a cara con uno de los suyos.
Vivek, ̶ murmuró Elena, ̶ ¿puedes encontrar más imágenes de la bibliotecaria junior
que Jason señaló? Quiero verla en la batalla.
Debería ser factible. Este software de grabación facial es excelente, pero necesita... ̶
Sus palabras un murmullo mientras trabajaba.
Jason se agitó de nuevo, sus alas crujieron mientras se acercaba a la pantalla. ̶ Yo
ni siquiera entiendo cómo está ella aquí. ̶ Señaló a un ángel femenino cuyos senos
sobresalían de los costados de su armadura mal ajustada. ̶ Ella dio a luz a un niño
dos meses atrás, y eso fue solo una semana antes de que China se oscureciera.
Ella estaba destinada a descansar y recuperarse, luego volar al Refugio con el bebé
en compañía de un sanador.
Sara Haziz habló por primera vez, su tono duro. ̶ Sus senos están llenos de leche.
Un bebé angelical prematuro necesita un contacto casi constante con su madre para
tener alguna posibilidad de supervivencia. ̶ Rafael había estado vigilando en la
guardería cuando era joven observando a las madres preocupadas acunar a sus
bebés nacidos antes de tiempo en su piel desnuda.

La tengo. ̶ Vivek reemplazó las fotografías en la pantalla con una grabación.


El ángel bibliotecario sin entrenamiento de combate cortó y seccionó sus oponentes
sin pausa. Sus movimientos eran fluidos, su tiempo de reacción era el de un
guerrero bien entrenado. Su expresión, sin embargo, nunca cambió. Ya fuera que
golpeara o que recibiera un golpe, el vacío en blanco de sus ojos era una constante.
Rafael miró las imágenes, luego pensó en los ángeles que había visto en la
enfermería y lo que su consorte había dicho después. ̶ Creo que los renacidos ya
están entre nosotros.
Eso es imposible. ̶ Illium sacudió la cabeza. ̶ Ella crea renacidos con los mortales.
Estos son ángeles.
Charisemnon fue capaz de impactar a los inmortales, argumentó Dmitri. ̶ Es posible.
Excepto por la reunión en la India, ̶ murmuró Jason, Charisemnon se ha quedado
encerrado en su palacio durante meses. Mis espías lo vislumbraban de vez en
cuando, pero él nunca apareció afuera, incluso dentro de sus propios terrenos.
Rafael recordó ese informe, pero como Michaela se había acostumbrado tan
hábilmente a esa ventaja, los inmortales muchas veces decidían retirarse del
mundo. Charisemnon había estado disponible para la Cátedra y, al ser así, había
cumplido sus obligaciones. Su sociabilidad o falta de ella no había sido motivo de
preocupación para sus compañeros arcángeles.
Lo hicieron juntos. ̶ Era una certeza en la sangre de Rafael.
Lo que sea que creó esta abominación de muerte y vida, involucra tanto a
Charisemnon como a Lijuan.
El arcángel de la enfermedad y el arcángel de la muerte.
Su 'regalo' se volvió hacia él la última vez, ̶ dijo Elena. ̶ ¿Crees que se habría
arriesgado a eso?
Él se recuperó. Si vuelve a suceder, sin duda cree que se recuperará.
Eso podría haber sido un error de cálculo, ̶ dijo Ashwini, sosteniendo una estrella
arrojadiza ausente en una mano.
Podría ser que su habilidad lo mate esta vez, no directamente, pero debilitando su
cuerpo de maneras que no son visibles en la superficie. Si yo fuera de la Cátedra,
no me gustaría luchar contra Titus con menos que mi fuerza estuviera completa.
Esa es solo tu esperanza, querida, ̶ dijo Janvier arrastrando las palabras, ̶ o nuestros
sueños se harán realidad, ¿Y Charisemnon se pudrirá desde dentro?
Guardando la estrella arrojadiza, Ashwini hizo una mueca.
No puedo decirlo.

Izak permaneció en silencio y asombrado junto a ellos.


Incluso si Charisemnon muere, ̶ dijo Rafael, ̶ el daño ya está hecho. El y Lijuan han
creado una plaga sobre inmortales.
Elena levantó la cabeza y él supo que había hecho la conexión con la historia que
La Legión le había contado de la Cascada del Terror. Un arcángel había creado una
plaga en ese entonces también. Como resultado, un ángel envenenado había
elegido dormir con la esperanza de que pudieran estudiar el veneno y despertó para
descubrir que un nuevo pueblo había nacido en su ausencia. Un pueblo que sostuvo
su salvación.
La toxina creada en ese entonces todavía vivía en las células de cada ángel y
arcángel. Solo purgando a la humanidad a ciertos intervalos podrían detenerse de
convertirse en monstruos nacidos de sangre. Los vampiros fueron el subproducto
accidental de esa purga.
Padre. ̶ El tono tranquilo pero potente de Jason. ̶ Acabo de ver una pequeña parte
de la batalla en el dispositivo de Vivek. ̶ Le devolvió la tableta al vampiro. ̶ Parece
que cada escuadrón de luchadores renacidos está dirigido por un luchador vivo.
¿Qué pasa si matas a ese líder? ̶ Murmuró Illium. ̶ ¿Están conectados a él de alguna
manera? ¿Es él, o ella, la fuente de sus habilidades marciales?

Es posible. ̶ Como era posible el hecho de que todos podrían haber sido impresos
en la misma fuente: Xi era un guerrero experto y no tendría reparos en abrirse a su
diosa. ̶ En cualquier caso, informa a todos los escuadrones para que intenten sacar
al líder. ̶ Si no hace nada más, al menos confundirá al grupo. ̶ Advierte a tu gente
que eviten ser mordidos por el otro bando a toda costa, en el suelo o en el cielo. Si
eso significa una pierna rota o una herida de bala, que lo tomen.
Todos asintieron.
Avisaré a los curanderos que usen protocolos de riesgo biológico en las víctimas de
mordeduras. ̶ Vivek se escabulló para hacer la llamada.
Tenemos renacidos ordinarios en el suelo. ̶ Esto de Dmitri, que se había alejado por
un momento, un dedo se presionaba contra su oreja. ̶ Uno de mi equipo de
reconocimiento los vio arrastrando los pies por un contenedor sobreviviente.
Las líneas de fuego de la ciudad están listas, ̶ dijo Janvier.
Ashwini y yo sacamos a nuestros equipos, los revisé por última vez antes de que se
desatara el infierno. Da la palabra y las llamas se elevarán al mismo tiempo que se
abre el suelo.
Destruir su propia ciudad era una decisión que ningún arcángel tomaba a la ligera,
pero Rafael había autorizado esta destrucción para salvar el resto de su territorio.
Perderían dos rascacielos, dañarían gravemente parte del área del puerto, pero la
destrucción haría casi imposible que los renacidos en el suelo llegaran a su lado.
Las tropas de Lijuan sin duda tomarían represalias volando con los renacidos a
través, pero sería una invasión mucho más lenta que las hordas de infectados
fluyendo a las calles de Manhattan. ̶ Si estoy en batalla, Dmitri hará la llamada.
Dmitri asintió brevemente, pero todavía tenía un dedo en la oreja, su concentración
intensa. ̶ Las tropas de Lijuan están arrojando a sus heridos en una gran pila, ̶ dijo
antes de partir.
Tres segundos después: ̶ V, alimenta las imágenes del cuadrante ocho.
Habiendo completado su llamada a los sanadores, Vivek reaccionó de inmediato.
Dieciséis cámaras diferentes en vivo llenaron la pantalla.
Pantalla completa en la cámara siete. ̶ Dmitri señaló la alimentación en el extremo
izquierdo.
Montones de cuerpos retorciéndose y gritando, uno encima del otro.
Ángeles con las alas medio quemadas o cortadas.

Los cuerpos rotos pero vivos de los combatientes terrestres que habían sobrevivido
al contenedor que Izak había enviado al suelo cayendo en picado.
La masa de carne quemada y sana, retorciéndose, las alas destruidas, hizo que un
calor oscuro y furioso se arrastrara sobre la piel de Rafael. Había visto muchas
cosas terribles en la batalla, pero nunca este tipo de insensibilidad de un líder hacia
sus propias tropas.
Todos están heridos. ̶ La voz tranquila de Aodhan no tenía nada más que calma,
pero Illium se movió para pararse con su ala rozando la del otro ángel. ̶ No hay
nadie entero en esa pila. Nadie que pueda sanar rápidamente.
Dmitri hizo una pregunta en el micrófono de su solapa y recibió una respuesta.
Aodhan tiene razón: están llevando a los heridos con alas y extremidades
funcionales a otra área.
Otro ángel cayó sobre la pila desde arriba, su cuerpo ensangrentado se deslizó
bajando por el montón de carne para terminar en la parte inferior con su ala restante
untada de rojo oscuro... y negro. Algunos de los que estaban en la pila no estaban
vivos, no como todos menos Lijuan entendía la vida. Ellos eran renacidos.

Un sonido ahogado atrajo su atención hacia Suyin, tan silenciosa hasta ese instante
que casi la había olvidado, aunque ella estaba parada junto a Elena. Sus manos
agarraron el borde de la mesa, el blanco hielo de su cabello una cascada líquida
mientras se inclinaba adelante.
Nuestra línea familiar era de honor. ̶ Su voz tembló.
Guerreros, eruditos y un arcángel que causaba mucho orgullo.
No somos esto. Ella no es nosotros. ̶ La agonía contorsionó sus rasgos. ̶ Mis
recuerdos de los momentos después de que desperté esta vez son borrosas, pero
tengo un vago recuerdo de una conversación entre Xi y mi tía mientras se pararon
sobre mí.
Un surco entre sus cejas, esas cejas negras en contraste con el blanco de su pelo. ̶
Dijo palabras que no tenían sentido para mí: 'Tus tropas no morirán, Xi. Conténtate,
porque se convertirán en mí, su diosa.
Oh, joder, Arcángel.
Ven y quédate conmigo, Elena. Su ira era un caldero en sus entrañas, frío y mortal.
Necesito recordar por qué no puedo simplemente volar ahora e intentar detener esta
atrocidad.
Su cazador se deslizó hacia él y se puso de pie para que parte de su espalda rozara
su pecho, alas de fuego de tormenta desafiantes con vida contra él. La atraparemos.
Acero y fuego salvaje en su mente. Ella no puede hacer esto y ganar.

Un movimiento en un lado de la cámara se alimentó antes de que Lijuan apareciera


a la vista, tan elegante y regia como siempre.
Su ala se está arrastrando. ̶ La voz de Suyin se estabilizó, con una triste alegría. ̶ La
lastimaste.
No es suficiente si ella es capaz de caminar. ̶ Había gastado mucho más fuego
salvaje del que él había usado en la última batalla, pero hizo mucho menos daño.
Arreglada con un vestido gris niebla que se oscurecía a negro en los bordes y
seguía la forma de su cuerpo hasta que estalló en ondas desde la cintura, ella era
una emperatriz en su porte y en la elegancia de sus rasgos. Ninguna mascara
esquelética se mostraba a través de su piel perlada, ni pesadillas en sus
inquietantes ojos pálidos. Incluso sus alas, gris y suave, eran tan hermosas que el
daño a la izquierda parecía una abominación.
Un silencio cayó sobre el mundo.
56
Al detenerse frente a la montaña de heridos, Lijuan sonrió con una gentileza que
Rafael recordaba de hace mucho tiempo, cuando era un niño sosteniendo la mano
de su padre mientras visitaban la corte de Lijuan.
Una vez me dio un plato de dulces, se encontró compartiendo con Elena. Luego me
dijo que era libre de correr por el laberinto de su jardín mientras ella y mi padre
hablaban, y que no debía hacer trampa volando para mirar el laberinto por encima.
Elena sacudió la cabeza. ¿Qué le ocurrió a ella?
La codicia y la ambición. Lijuan siempre se había irritado por no ser la más anciana
y más fuerte en la Cátedra. Recuerdo a mi padre riéndose y diciéndole que no
deseara ser mayor, que conocía a muchos viejos locos. La ironía de la declaración
de Nadiel haciendo eco a través del tiempo.
En pantalla, Lijuan se arrodilló junto al cuerpo roto del último ángel que había sido
tirado en la pila; mientras observaban, ella le echó el pelo hacia atrás en humildad.
La cámara tenía suficiente definición que cuando Vivek hizo zoom, vio asombro,
asombro y alegría en el rostro del ángel caído. Sus labios formaron las palabras, mi
señora.

Lijuan murmuró algo que lo hizo intentar inclinar la cabeza mientras la sangre
goteaba de una esquina de su boca. Lijuan le tocó el pelo otra vez antes de
levantarse. Con las manos a los costados, echó la cabeza hacia atrás y...
Oscuridad.
Mierda. ̶ Vivek se dirigió a una computadora y comenzó a trabajar con manos
frenéticas. ̶ Yo no lo entiendo. Las cámaras dicen que están transmitiendo, todas las
funciones son óptimas.
Es la niebla. ̶ Jason, sin parpadear mientras miraba la oscuridad. ̶ Ella creó una mini
niebla.
Despierta uno de los drones en miniatura que tenemos en el área, ̶ ordenó Dmitri. ̶
Obtén una vista aérea.
Voy a pilotar, ̶ se ofreció Illium, y Vivek cruzó el controlador, pero Ashwini dijo: ̶
Espera, ̶ antes de que pudieran activar el dron. ̶ La niebla se desvanece en los
bordes.
No lo veo, ̶ murmuró Suyin, pero eso era de esperar. Ella no había experimentado el
tercer ojo de Ashwini.
Cinco segundos después y las formas comenzaron a aparecer en la oscuridad,
siluetas que tenían poco sentido, pero por la forma de Lijuan, ella estaba en la
misma posición que había sostenido cuando la oscuridad descendió por primera
vez. La montaña de carne, sin embargo, se había hecho más pequeño, y parecía
seguir encogiéndose mientras observaban. Lo último de la niebla susurró fuera de
existencia.
En lugar de una montaña de combatientes heridos yacía un montón de cuerpos
desprovistos de cualquier indicio de vida. Su carne era similar al papel, sus rostros
torcidos en un rictus de bocas jadeantes y ojos muy abiertos. Solamente... No había
ojos. Sólo huecos que suplicaban la redención.
Los dedos de los cadáveres, rígidos y secos, se congelaron en giros enroscados,
aunque pocos extendieron la mano hacia Lijuan como pidiendo clemencia... o
pidiendo la bendición de su diosa. Plumas despojadas de color flotaban en el aire,
perdidas de los cuerpos de los ángeles que habían sido despojados de la vida, de la
carne.
Un silencio misterioso se cernió sobre toda la escena.
Lijuan bajó los brazos y pareció suspirar. Sus alas brillaban, su rostro exquisito en el
perfil cuando se volvió hacia un lado. En ese momento, ella era la Elena más
encantadora que había visto. Su cabello era una capa de hielo brillante, sedoso y
saludable. Sopló en una suave brisa para revelar las líneas perfectas de la cara de
ella.
La misma brisa también levantó más plumas en el aire. Ellas rodearon a Lijuan en
un halo suave que brillaba con el poder reflejado en sus alas.

Lijuan levantó la vista hacia las plumas. Sonrió


El suyo no es un poder que pueda igualar, Cazadora del Gremio.
Escuchar a Rafael decir eso sin rodeos, hizo que la roca de su corazón se aplastara
más duro. Eso es porque no te alimentas de la vida de los demás. Ella cerró su
mano en la suya, este arcángel letal que nunca haría por sí mismo lo que Lijuan
recién había hecho. Lucharemos con ella con honor y con nuestra gente a nuestro
lado, no marchitas en cáscaras.
Oh, joder. ̶ Las palabras mordidas de Vivek volvieron su atención a la pantalla.
Las momias se estaban desmoronaron en polvo bajo el resplandor naranja oscuro
del atardecer. Todos excepto una capa de cuerpos en los bordes inferiores...
quienes intentaban arrastrarse y alejarse del montículo.
El cerebro de Elena no podía entenderlo. Nadie que se viera así debería ser capaz
de moverse. Las alas de los rastreadores eran trozos de carne sin plumas que se
rizaban hacia adentro, sus huesos parecían rotos o parcialmente desintegrados.
Cuando ella luchó para no devolver su última comida, los dedos de uno se
rompieron debajo de él mientras intentaba arrastrar los restos de su cuerpo hacia
adelante. Su rostro estaba casi desaparecido, hundido, sus ojos perdidos.
Caminando por la pantalla, Xi comenzó a decapitar a los "sobrevivientes" uno por
uno, con eficiencia clínica. Fue un acto de misericordia por parte de un comandante,
excepto que no se podía llamar así, no cuando Xi había apoyado a Lijuan en todo
esto. No le tomó mucho tiempo decapitar a todos los rastreadores y volver a su
posición junto a su diosa.
Lijuan envió el poder en una ola lánguida, desintegrando los restos en polvo.
Ese polvo se elevó en el aire.
Los dedos de Vivek se pusieron rígidos sobre las ruedas de su silla. ̶ Todos vamos a
estar respirando eso.
Elena se llevó una mano a la boca y salió corriendo de la habitación.
Nadie dijo una palabra cuando regresó después de vaciar su estómago. Rafael la
rodeó con el brazo mientras Sara le pasaba una botella de agua. Mientras bebía,
ella vio que no era la única con una cara blanca. Además, Izak y Suyin también
faltaban.
Ambos volvieron para recibir sus propias botellas de agua.
Elena extendió una mano libre para tomar la de Izzy. Él la dejó, acurrucada
subrepticiamente a un lado de ella. Ella amaba a su arcángel aún más de lo que él
dejaba que el joven ángel lo hiciera, aunque las alas de Izzy tenían que estar
peligrosamente cerca de tocarse con las suyas.
¿Qué me perdí? ̶ Su voz salió ronca, con la garganta en carne viva.
Ese comandante inclinándose sobre una rodilla ante Lijuan, le dijo su mejor amiga a
ella, mientras Illium le dijo algo a Suyin que hizo que el fuerte dolor en su expresión
se suavizara. Confiar en Bluebell para comunicarse con una mujer tan herida que no
tenía fe en nadie.
Los dos se fueron juntos, ̶ agregó Ashwini. ̶ La reina y su caballero.
Así es exactamente como Xi se ve a sí mismo, ̶ dijo Dmitri, sus pómulos afilados
contra su piel bronceada. ̶ ¿Tuviste suerte al obtener otro visual sobre ellos, V?
Todavía no. ̶ Vivek tenía los ojos entrecerrados, sus labios apretados sin sangre
mientras él trabajaba. ̶ Podría ser el momento de activar un rastreador. ̶ Una
repentina rigidez.
Las cosas parecen bichos y son súper sigilosos, pero tienen un campo de visión
mucho más estrecho.
Sugiero un nuevo nombre, ̶ murmuró Aodhan. ̶ Bicho.
Sí, bichos. ̶ Vivek tardó otros dos segundos. ̶ El insecto está en movimiento.

Al principio, todo lo que vieron desde la posición baja del insecto fueron las
ventanas de los edificios opuestos y el extraño ángel volando bajo. ̶ Su ejército no
está todo en uniforme esta vez, ̶ dijo Elena, ese hecho solo ahora se estaba
registrando.
Rafael se agitó. ̶ ¿Está uniformada toda nuestra gente?
Sí, ̶ confirmó Dmitri. ̶ Si no están uniformados, están usando brazaletes que
significan su lealtad. ̶ Miró a Illium. ̶ Bluebell, llama a tus líderes de escuadrón para
que vuelen con extras mientras estamos en el alto del fuego. No quiero las bandas
accesibles a las tropas de Lijuan.
Fue solo cuando Illium salió que ella vio que Aodhan tenía la mano doblada
brutalmente en un puño. ¿Qué pesadillas recordaba Sparkles, pensó? ¿Qué fealdad
había despertado esto?
Su partida dejó a Aodhan y Suyin uno al lado del otro, y la imagen que crearon fue
sorprendente: la brillante belleza de Aodhan contra el blanco hielo de su piel y
cabello. Una sinfonía de fría luz de las estrellas y el corazón del sol.
¿No hay tiempo para hacer uniformes para un ejército tan grandioso? ̶ La voz
melaza de Janvier, lenta y suave, pero el verde bayou de sus ojos era tan duro
como el jade.

Ashwini le pasó la mano por la espalda. Todos ellosintentando consolarse el uno al


otro.
La falta de marcas podría ser a propósito, una forma de causar confusión en la
batalla. ̶ Dmitri señaló.
Jason abrió sus alas y las volvió a cerrar. ̶ Podríamos darle la vuelta, usar su falta de
uniformes contra ella.
Asintiendo, Rafael dijo: ̶ Informa a Naasir sobre la situación para que pueda utilizarlo
tan pronto como llegue. Se dirigirá al territorio enemigo.
Escuché de él justo antes del alto al fuego, ̶ dijo Dmitri. ̶ Él y Galen deberían estar
aquí por la mañana. Ayudaron a la gente de Elijah a mover a los vulnerables hacia
el refugio en la fortaleza más central. Jessamy y todos los bebés y niños están allí,
junto con la mayoría del equipo Médico. Keir está desaparecido, dijo estar en el
territorio de Michaela.
Elena pensó de nuevo, se dio cuenta de que la fortaleza más central del Refugio era
la de Favashi. Su gente ciertamente no tenía lealtad a Lijuan o Charisemnon. Keir
debe estar con el hijo de Michaela.
Si lo conozco, ya se fue con el bebé, respondió Rafael. Él estará dirigiéndose al
Refugio por rutas aisladas. Michaela no querría a su hijo en su territorio cuando
Lijuan está infectando y presentando la amenaza de una plaga.

¿Estará a salvo? Estaba cruzando una distancia masiva en medio de una guerra.
Supongo que viaja solo con el niño, dijo Rafael. Él no debería llamar la atención,
especialmente porque otros no combatientes huirán al Refugio por seguridad. Y Keir
es más duro de lo que parece, este no es el primer niño que él ha llevado a puerto
seguro.
En la pantalla, el bicho de Vivek finalmente vio a Lijuan y Xi. Los dos parados en
una gran plaza parecida a un jardín que Elena reconoció de sus vuelos sobre la
ciudad. Era un parque semiprivado creado para trabajadores de negocios, un
refugio verde brillante en los meses de verano y un bonito lugar para tomar aire
fresco en invierno.
Sin embargo, hoy, a pesar de los ricos tonos pintados en la nieve por el sol
poniente, el parque era un lugar de sombras.
En el centro se agitaban múltiples vampiros; ellos estaban construyendo algo con
materiales que deberían de haber traído consigo en uno de los submarinos. ̶ ¿Qué
es eso? ̶ Se inclinó más cerca de la pantalla.
Lo reconozco, ̶ dijo Rafael. ̶ Es el trono de jade de la fortaleza en la montaña que
Lijuan a menudo usaba como refugio. Lo vi en una visita con mi padre.
Desapareció hace cientos de años, se considera una reliquia perdida, ̶ Jason
murmuró.

Lijuan debe haberlo guardado. ̶ Dmitri escaneó la escena frente a ellos. ̶ Parece que
está ocupada por el momento. Voy a poner algunas cosas en juego. Janvier, Ash.
Los dos salieron con Dmitri. Junto con Naasir, los tres lideraban la Sección de
"ataque furtivo" de las fuerzas de Rafael. Habían entrenado múltiples equipos
pequeños en el tiempo transcurrido desde la última batalla, y fueron la razón por la
cual la ciudad estaba tan bien preparada. Venom y Holly eran parte de su grupo.
Puedo ver las imágenes, ̶ dijo Vivek. ̶ Enviaré una alerta si veo algo que indique la
preparación para un ataque.
¿Tienes más de esos bichos? ̶ Illium, después de haber regresado del balcón, se
paró junto a la silla de ruedas de Vivek.
El hombre cazador asintió. ̶ Los sembré en todas las partes que pude. Los bichos
son bastantes tontos en el departamento de cerebro y tienden a caerse de los
edificios y ser aplastados, pero nadie los nota mucho. ¿Dónde necesitas ojos?
Quiero obtener un recuento real de sus fuerzas.
Sara y Venom se acercaron para unirse a ellos. ̶ Sería bueno si pudiéramos separar
los números de apoyo aéreo y terrestre, dijo Sara, ante el asentimiento de Venom.

Mientras los cuatro trabajaban en eso, Suyin y Aodhan decidieron reunirse a sus
escuadrones. Ambos escuadrones estaban en el aire, manteniendo la guardia.
Rafael se quedó en la sala de guerra para hablar con Suyin mientras ella se
colocaba su armadura, mientras Elena salió al balcón con Aodhan.
Con las espadas gemelas que llevaba en una vaina doble en el centro de su
columna vertebral, sus pieles gastadas y constitución musculosa, era un guerrero
afilado cuya belleza era brillante en la última luz del sol. Pero más allá de todo eso,
él era su amigo. Entonces ella extendió su mano.
Él cerró la suya sin dudarlo, con la palma caliente. ̶ Illium no es tan estable como
aparece. El despertar de su padre lo dejó mal.
No le sorprendió que Chispita estuviera más preocupado por Bluebell que por él
mismo. ̶ ¿Te está hablando de eso?
Una mandíbula apretada, los bíceps desnudos de Aodhan amontonándose. ̶ Es la
persona más terca que conozco.
Soltando su mano, se preparó para despegar. ̶ Pero como el Colibrí señaló: ̶ No soy
imbécil.
Su despegue fue perfecto, los filamentos brillantes en sus alas ardieron. Suyin
despegó con un susurro más tranquilo poco después. En esta luz, la plata opaca de
su armadura parecía casi el mismo bronce que las primarias que bordeaban la
nieve...blanca de sus alas.
No todos los ángeles usaban armadura, pero era un movimiento inteligente de
Suyin, dado su nivel de entrenamiento. Diseñada para el ángel, presentaba una
coraza que se ajustaba exactamente a la derecha, un protector para el cuello,
protectores para los muslos, protectores para las piernas integrados en sus botas y
protecciones para los antebrazos.
La propia "armadura" de Elena estaba integrada en sus cueros, todo triplicado y
reforzado. Le gustaba la libertad de movimiento que ofrecía. ̶ ¿Suyin está bien? ̶ le
preguntó a Rafael mientras él se paraba detrás de ella.
La persigue el conocimiento de que ella es de la misma línea de sangre que Lijuan.
¿Qué capacidad oculta para el mal, se pregunta, ella lleva dentro?
Retrayendo sus alas, Elena se recostó contra su pecho y atrajo el calor masculino
de su aroma. ̶ Que compartan casi la misma cara debe hacerlo aún peor. ̶ Sería
como ver una versión de terror de ti mismo.
Le dije que todo se reduce a las elecciones. Como la que Lijuan hizo de asesinar al
mortal que despertó en ella lo que tú haces en mí. ̶ Brazos ya alrededor de ella, él
besó su sien.

Frente a ellos, su ciudad estaba inquietantemente tranquila.


Los centinelas se paraban en los tejados alrededor de todo el perímetro, con
arqueros y tiradores en espera. Elena vio a un médico despegar de una azotea y
dirigirse a otra. A vendar heridas que no necesitaban un viaje a la enfermería. ̶
¿Sabes cuántos perdimos? ̶ pregunta difícil de hacer; la única pregunta que no
podía hacer era si alguien a quien conocía ya se había ido.
Seis por ciento de nuestra fuerza total. ̶ Las alas de Rafael quedaron aplastadas con
un resplandor mortal. ̶ No parece un gran número contra un enemigo tan masivo,
pero para ser nuestra primera batalla proyectamos una pérdida del uno por ciento
como el máximo. ̶ Aunque él estaba hablando en porcentajes fríos, su mano se
apretaba contra su abdomen.
Estos no eran solo números para Rafael.
Con la garganta gruesa y los ojos calientes, Elena deslizó su mano sobre la suya y
la sostuvo. Permanecieron en silencio cuando cayó la noche del primer día de una
guerra que acababa de comenzar.

57
Lijuan lanzó su siguiente asalto al amparo de la noche.
Gracias a sus observadores, vivos y electrónicos, Manhattan estaba lista.
Escuadrones de ángeles vestidos de negro habían salido a los cielos en absoluto
silencio solo diez minutos después de que los insectos de Vivek recogieran los
primeros signos de preparación en su campamento.
Todos los participantes para esta operación habían sido elegidos porque sus alas
eran naturalmente oscuras. Cada ángel se fue solo, como si se dirigiera a la Torre...
pero usó la noche sin luna para desaparecer en las nubes.
Jason lideraba al equipo.
Una vez en el cielo, los escuadrones hicieron barridos silenciosos en un patrón de
espera sobre la zona de ataque prevista de Dmitri. Cuando un ángel necesitaba un
descanso, volaba una corta distancia y se dejaba caer en una azotea.
Nadie del lado de Lijuan pareció darse cuenta: ángeles solitarios por toda la ciudad,
enemigos y amigos, estaban cayendo o despegando. Aparte de los que tomaban un
descanso, el equipo de Jason se mantuvo en alto.
¡Ahora Jason! Rafael envió la orden cuando las fuerzas de Lijuan se levantaron en
masa desde su base por el agua; había esperado hasta que estuvieron lo
suficientemente altos como para que el aterrizaje suave no fuera posible.
Las redes eran finas, negras e invisibles en la oscuridad a medida que cubrían el
cielo. Él supo el instante en que hicieron contacto los luchadores alados de Lijuan
porque las formaciones de combate colapsaron en el caos, los ángeles cayeron
descontrolados desde el cielo mientras sus alas se enredaban en redes que
cortaban y los hacia sangrar.
Con sus redes desplegadas con éxito, el equipo de Jason emergió de los cielos
sobre las líneas enemigas, y el cielo crujió con un rayo negro. El poder de Jason era
enorme en comparación con la mayoría de los ángeles y envió su energía
directamente al corazón de las fuerzas desorientadas de Lijuan, mientras que otros
ángeles en su equipo usaron una línea de lanza lanzagranadas para volar
suministros enemigos y equipos terrestres.
Aodhan proporcionó un respaldo violento desde este lado. Rafael, mientras tanto, se
enfrentaba a Lijuan. El equipo de Jason no había hecho esfuerzo por enredarla en
redes; dado su poder, habría sido un desperdicio. Ella era suya para neutralizar.
Pero si bien su fuego salvaje se había regenerado hasta cierto punto, no había
tenido ni de lejos lo suficiente como para enfrentarse a un arcángel que tan
recientemente se había alimentado de la fuerza de vida de al menos cien personas.
Girando sus alas a fuego blanco, se movió rápidamente dentro y fuera de posición
que sus disparos se volvieron locos, chocando con edificios desprovistos de
residentes o trabajadores.
Paso a paso se las arregló para atraerla más allá de su fuerza de asalto nocturno y
fuera sobre el agua. Ahora más allá de las líneas enemigas, la llevó alto, donde
ninguno de los ángeles de ella podría interferir.
Su siguiente intento de golpearlo se estrelló contra el agua. Causó que el agua
burbujeara y salpicara, pero el océano era lo suficientemente vasto como para
absorber la energía sin daño. Su furia por evitar sus ataques hizo que su rostro se
volviera esquelético por un momento inquietante...antes de que se diera la vuelta sin
previo aviso y se dirigiera directamente a Manhattan.
Rafael disparó, apuntando a sus alas.
Ella se volvió no corpórea justo antes de que el fuego salvaje la alcanzara. Rafael
juró bajo su respiración... excepto que parecía que Lijuan no había cambiado de
ubicación cuando ella fue a no corpórea. El fuego salvaje se fracturó dentro de la
forma inquietantemente translúcida del arcángel, con la boca abierta en gritos de
dolor.
Su cuerpo reapareció.
La ira una máscara fría en sus rasgos, ella cambió de posición para llover su propio
poder hacia él en una gran extensión que no pudo evadir por completo. Un rayo lo
golpeó con fuerza en el hombro, dándole vueltas. Pero ya había arrojado la bola de
fuego en su mano y se estrelló contra la punta de su ala derecha.
Solo quedaban gotas de fuego dentro de él, y Lijuan se estaba curando frente a sus
ojos.
Él voló directamente hacia ella, deslizando sus espadas mientras lo hacía. Cuando
ella respondió con un aluvión de golpes venenosos, no hizo ningún intento de
esquivarlos. Ya había sido golpeado. Él lidiaría con el daño después.
Tenía que detenerla antes de que ella tomara su ciudad.
Las hojas de obsidiana a la luz de las estrellas se estrellaron contra él con fuerza
brutal, el veneno se extendió debajo de su piel en un tobogán aceitoso. Lijuan se
echó a reír al ver sus espadas, los dos lo suficientemente cerca ahora para que ella
hablara en voz alta. ̶ Tú deberías haberla matado cuando te lo dije. ̶ En su voz el
susurró de miles de fantasmas, sus ruegos lastimosos en las fauces de su terrible
diosa. ̶ Ahora eres un poco mortal y débil con...

Rafael cortó con una cuchilla afilada su cuello y la otra en sus muslos. La sangre
brotó y sus manos volaron para sostener su cabeza contra su cuello.
Una pierna cayó al océano, mientras que la otra colgaba medio cortada.
Consiguiendo poner su mano sobre su muñón, envió lo último de su incendio
forestal directamente en su torrente sanguíneo.
Ella chilló de verdadero dolor, la agonía del sonido a lo largo de sus terminaciones
nerviosas.
Con los ojos rojos y la sangre invadiendo la mano que tenía alrededor de la
garganta, envió una explosión que lo atrapó a quemarropa. Su visión vaciló, pero la
vio girar y volar hacia su base de operaciones. Ya venían sus luchadores hacia
Rafael, listo para interceptarlo.
Sus alas se volvieron pesadas con la oscuridad que se extendía sobre ellas. No
pudo hacer que se convirtieran en fuego blanco. Incluso su habilidad para crear
fuego de ángel se había aplastado.
El océano aguardaba abajo; si se caía, se había acabado. Las fuerzas de Lijuan lo
tomarían a él. Y ella se alimentaría de un arcángel.

Padre. Jason cayó del cielo, Jurgen con él. Cayendo a ambos lados de Rafael, los
dos ángeles de alas oscuras literalmente lo arrastraron en el aire, mientras Andreja
cubrió su retirada con una ametralladora.
Corre, Rafael ordenó y ella los siguió, disparando al enemigo. Todo el camino.
El resto del escuadrón sigiloso de Jason apareció a su alrededor.
Todos ellos llegaron a un lugar seguro, con la mayoría del escuadrón dividiéndose
para volver a la línea del frente. Déjame en el techo del edificio de la Legión y ve,
Rafael ordenó, incluso cuando la oscuridad comenzó a arrastrarse por su visión.
Aquí es cuando Xi lanzará un ataque secundario, mientras cree que estamos en
nuestro punto más débil.
Padre, argumentó Jason, ¿por qué el edificio de la Legión y no la enfermería?
Porque Elena me está esperando allí. Junto a su Legión. Ve. Jason y Jurgen lo
llevaron al tejado y luego despegaron. Pero no estaban felices por eso, era obvio
incluso a través de su campo de visión cada vez más estrecho.
Ojos de plata líquida sobre él, el cabello casi blanco de Elena barrido por el viento
alrededor de su cabeza, y su expresión decididamente ferozmente. ̶ Mierda,
Arcángel, te ves como una mierda. ̶ Cortando sus pieles para exponer su pecho,
presionó ambas manos a su piel. ̶ Si esto no funciona, te voy a matar.
No pasó nada. El mundo colgaba en equilibrio.
Las cosas negras están tratando de arrastrarse sobre mi piel.
Rompe el contacto. ̶ Él levantó la mano y le cogió la muñeca.
No, espera. ̶ Ella clavó las uñas en su piel cuando él la habría movido. ̶ ¡Ja! Las
estupideces no pueden controlarse.
Antes de que pudiera preguntar a qué se refería, el fuego salvaje opalescente
contenido en el cuerpo de Elena se sacudió contra el suyo en una explosión salvaje
que tuvo su espalda arqueada mientras él apretó la mandíbula e intentó no gritar. El
fuego salvaje fue implacable tortura a través de sus venas, a lo largo de sus alas, en
sus ojos mientras comía el veneno de Lijuan.
Elena nunca rompió el contacto con su piel. Podía escuchar su voz en su cabeza y
aunque no pudo adivinar las palabras a través del aullido de la batalla que estaba
teniendo lugar en su cuerpo, fue un recordatorio de que no era solo el Arcángel de
Nueva York.
Era el amante de Elena...y su amado.

Fue solo cuando su cuerpo se estrelló contra la superficie dura del techo que se dio
cuenta de que se había levantado parcialmente. Su respiración agitada mientras el
fuego salvaje continuaba disparándose por sus venas en puñaladas afiladas, abrió
los ojos. ̶ ¿Cómo se ve? ̶ Sus sentidos permanecieron aturdidos por el doble golpe
que había recibido, primero de Lijuan, luego de Elena.
Un golpe tan cruel para una cantidad tan pequeña.
Sin embargo, Lijuan había sobrevivido golpe tras golpe tras golpe con poco efecto.
Ojos despejados. ̶ Rompiendo el contacto, ella lo observó con intenso cuidado
mientras él se colocaba de pie.
En posición vertical, flexionó las manos y vio que sus venas eran un fuego salvaje,
una red resplandeciente de medianoche y amanecer que fluía hacia el verde vivo.
Moviéndose para ir detrás él, Elena pasó las manos sobre sus alas.
Limpio, ̶ pronunció, justo cuando el encantador y extraño fuego salvaje bajo su piel
se desvaneció y se asentó. ̶ No hay señal del veneno. ̶ Exhalando en un
estremecimiento, presionó su cabeza a su espalda. ̶ Mierda. No puedo creer que
funcionó. No después de lo que me dijiste sobre Antonicus.
Yo tampoco. ̶ Había sido una apuesta desesperada cuando estuvo en claro que
Lijuan planeaba atacar.

Podría ser que tienes un nivel de inmunidad debido a los restos de fuego salvaje
siempre dentro de tus células.
Quizás. ̶ Miró hacia donde la batalla había estallado una vez más, la deslumbrante
luz del poder de Aodhan contra la obsidiana de uno de los generales de Lijuan. ̶ Nos
he comprado un poco de tiempo antes de que Lijuan se levante nuevamente. Puede
que baste para que mi fuego se regenere por completo.
Dmitri, informe.
Los soldados de Lijuan están recogiendo otro montón de cuerpos para que ella se
alimente, pero aparte de eso, parecen estar agazapados en una formación
defensiva. Aodhan y Jason están lidiando con un pequeño ataque aéreo, y Venom
está limpiando uno en el suelo sin pérdida de territorio.
La Legión, que había estado vigilando la azotea durante la trasferencia comenzó a
susurrar en su mente. Rafael Aeclari.
Nosotros damos.
Rafael encontró los ojos del Primario y sacudió la cabeza.
Aún no. Puedo recuperarme sin eso esta vez. ̶ No sabía si su cuerpo se había
desarrollado lo suficiente como para sostener tanto el poder en cascada como las
energías de la Legión.
Dame el poder solo cuando no haya otra opción, cuando este seco de poder, y
estemos a punto de perder la guerra.

Entendemos. Una lluvia de susurros. Sostenemos. Esperamos.


Creíamos que la Cascada del Terror era lo peor que podía ocurrir al mundo. ̶ El azul
en los ojos del Primario parecía brillar. ̶ Estuvimos equivocados. Esta es la Cascada
de la Muerte y podría acabar con inmortales y mortales por igual.

58
Resultó que los pequeños ataques aéreos y terrestres habían sido nada.
Solo un engaño.
Una hora después del tenso silencio que siguió, los renacidos aparecieron en la
oscuridad, todos abriéndose camino hacia el lado de la frontera de Rafael. Alertado
por su equipo de vigilancia, Venom estaba en posición con un equipo de vampiros y
Cazadores del Gremio: un equipo que incluía a la esposa de Dmitri, Honor. Estaban
armados con lanzallamas, listos para ofrecer una calurosa bienvenida a cualquier
renacido que cruzara a través de sus trampas explosivas.
Un escuadrón juvenil entrenado y dirigido por Miuxu proporcionó apoyo aéreo
asegurándose de que los renacidos no pudieran atravesar huecos en la línea
defensiva.
Un solo individuo infectado podría llevar a un número de muertos en cientos o miles.
Ella ha descubierto una forma de proteger a su propia gente, dijo Illium en un
momento cuando él y Rafael estaban despiertos y de guardia en la sala de guerra.

Del equipo principal de la Torre, Vivek y Elena necesitaban dormir más. Vivek había
apretado los dientes y desapareció cuando llegó el momento, al igual que Elena,
frustrada o no, ella lo aceptó como el costo de ser funcional en la batalla. La había
besado en su hombro desnudo cuando la dejó en la cama antes; diez segundos
después de que su cabeza golpeara la almohada y ella ya estaba medio dormida.
Ahora, vio lo que Illium había notado en la fuente de vigilancia: Los renacidos de
Lijuan estaban bordeando a sus propias tropas, con los ojos fijos en la línea del lado
de Rafael. ̶ Me pregunto... ̶ Le pidió a Illium que ampliara una sección del metraje. ̶
¿Lo ves?
Un silbido de aliento. ̶ Todos los soldados enemigos en el camino de los renacidos
tienen la negrura en sus ojos. Ya están infectados.
Señor. ̶ Uno de los técnicos de vigilancia mortal levantó el mano justo cuando Dmitri
regresó a la habitación después de tomar un breve descanso para ducharse y tomar
un vaso de sangre. ̶ Tenemos movimiento en la nueva montaña de carne.
Resultó ser Xi, llevando el cuerpo ensangrentado de su amante en sus brazos. Luz
de fuego parpadeó sobre ellos y sobre los rostros de los sanos que se habían unido
a los heridos en la pila de carne, sus rostros brillaban con adoración. La gente de
Rafael había cortado el enemigo de la red eléctrica de la ciudad, pero el otro lado no
solo tenía antorchas, sino las luces que se escapaban de la energía generada por
los submarinos.
Esta vez, Lijuan no ofreció amabilidad ni teatro, solo se alimentó.
¿Pudiste ponerte en contacto con Honor? Preguntó Rafael cuando la niebla negra
descendió.
Con los brazos cruzados sobre su camiseta gris piedra, Dmitri asintió brevemente.
Una rápida llamada de minutos. Ella dijo que no te preocuparas, que los renacidos
no los atravesarían...y, oh, le gustaría un lanzallamas personal para su próximo
cumpleaños. Un fuerte batido de su cabeza. ¿Por qué amamos a esas jodidas
mujeres tan valientes?
Compartieron una mirada de comprensión. Antes de Elena, Rafael no sabía lo que
era el frío agarre del miedo, y antes de Honor, Dmitri había estado bastante
contento de existir dentro de un caparazón emocional impenetrable.
En la pantalla, la niebla comenzó a levantarse. Lijuan volvía a estar de pie... pero
ella estaba siendo ayudada por Xi, su rostro retorcido de dolor y un lado de su
cuerpo arrastrándose.
Dmitri vio las imágenes sin piedad ni perdón en su expresión.
Consigue meter suficiente fuego directamente en su torrente sanguíneo y la perra
podría morir.

No funcionará mientras pueda alimentarse. ̶ Ya, los nuevos heridos estaban siendo
tirados sobre los restos desmoronados del último montículo. Polvo soplado en el
aire, los muertos nada más que células secas.
Padre.
Informa, Venom.
Ashwini atravesó las líneas enemigas y está reportando un enjambre masivo de
renacidos dentro de un almacén, listos para ser desatados.
Rafael consideró el mejor uso de sus recursos. Dile que nos avise cuando el
enjambre esté a punto de ser liberado. Los quemaremos desde el cielo antes de que
logren acercarse a las tropas de tierra. Puedes sacar a los rezagados.
Se volvió hacia Illium y le explicó la situación. ̶ ¿Tienes el aceite preparado? ̶ A
veces, las viejas formas funcionaban bien.
Listo y esperando. ̶ Illium pasó una mano a través de su cabello negro de punta
azul. ̶ Prepararé mi escuadrón. No creo que Lijuan espere mucho más tiempo para
liberar ese enjambre. La enfureciste al ganar la última escaramuza.
No fue una victoria, Bluebell, ̶ dijo sombríamente. ̶ Como mucho, nos compré un día.

No había forma de ganar contra un enemigo que podía ignorar todas las heridas. El
Arcángel de China podría reclamar la victoria simplemente agotándolos hasta la
debilidad y desesperación.
•••
Elena estaba poniendo cuchillos en las vainas de sus antebrazos cuando el mundo
se encendió en la distancia. Saliendo al balcón cubierto de nieve desprovisto de
búhos, observó el calor rozar el cielo antes del amanecer, los rizos amarillos
oscuros y brillantes. Sobre el infierno volaron ángeles dejando caer lo que ella sabía
que eran grandes "Bombas" de petróleo.
Galen había diseñado las cubiertas para que mantuvieran su forma hasta que se
cayeran de cierta altura Todo lo que necesitabas después era una fuente de fuego,
que los arqueros estaban felices de proporcionar.
Y el enemigo ardería.
La idea de que alguien, renacidos incluidos, se quemaran vivos no era algo que le
sentara bien en sus entrañas, pero estaban luchando por la supervivencia de cada
hombre, mujer y niño que llamaba a este territorio su hogar.
Un enorme pájaro alado voló a través de su visión. Su corazón dio un salto. Rafael,
yo solo vi un cóndor. Otro alado a través del frente del balcón, luego otro.
Elijah ha llegado.
El instinto la hizo mirar hacia arriba, justo a tiempo para ver a su arcángel despegar
del techo de la Torre. Los rayos dorados del sol naciente golpearon los filamentos
de oro blanco en sus plumas, ninguna señal aparente del fuego blanco.
Demasiada energía utilizada.
Muy poco tiempo para recuperarse.
Ven, Elena mía. Hannah está con él.
Elena salió del balcón. Los dos se unieron en el aire justo cuando ella distinguió una
mancha en el horizonte. El ejército de Elijah. La esperanza era una llama de vela
dentro de ella. Seguramente esto igualaría un poco las probabilidades.
¿Es seguro para ti salir de esta manera? Ella montó un viento útil. ¿Lijuan no lo
aprovechara?
Ella permanece incapacitada. Tu amigo cazador Demarco pudo poner los ojos en
ella, el muñón que llené con fuego salvaje no se está curando tan rápido como el
resto del cuerpo de ella.

Las tripas de Elena se congelaron; ella sabía que Demarco entraría en territorio
enemigo, pero todavía fue un shock escuchar que estaba en el corazón del peligro.
¿Quién más está detrás de las líneas enemigas?
Janvier, Holly, Ashwini y el resto del equipo de francotiradores de Demarco.
Entraron a través del sistema de túneles.
Esos túneles no estaban en ningún mapa, excepto aquellos guardados en un
casillero de la Torre seguro y en la mente de cada miembro del equipo senior de la
Torre. Todos están locos.
La preocupación golpeó un tambor en su sangre. ¿Naasir? El más astuto de todos y
el reconocido líder del equipo de sigilo.
Él está en la ciudad, haciendo lo que mejor sabe hacer.
La mancha en el cielo comenzó a tomar forma. La luz del amanecer resplandeció en
el oro del cabello de Elijah y brillaba sobre el negro de Hannah. A medida que se
acercaban, Elena sintió que sus ojos se ensanchaban. Ella siempre había visto a
Hannah en vestidos elegantes, su cabello en estilos muy elegantes. Hoy, la consorte
de Elijah llevaba una simple túnica marrón y pantalones, un atuendo similar a las
pieles de combate.
Una espada estaba envainada y atada al costado de un muslo. Herméticamente
trenzado a su cráneo, su cabello había sido envuelto en un nudo en la parte
posterior de su cabeza.
No sabía que Hannah podía pelear.
No lo olvides, Elena mía, Hannah ha vivido muchas vidas mortales y ella ha sido
consorte de un arcángel que alguna vez fue general. ̶ El ánguló las alas en señal a
Elijah, quien a su vez ánguló las suyas.
Pero tienes razón en que ella nunca ha sido una guerrera de corazón, sin embargo,
Hannah siempre ha entrado en la batalla como una que ayudará a los guerreros
caídos. Ella ha llevado a innumerables heridos a un lugar seguro, con vendajes
suficientes para sostenerlos juntos para sobrevivir, trabaja junto a los médicos que
intentan salvar a los caídos.
Bien capaz de ver a Hannah haciendo todo eso, Elena levantó una mano para
saludar la compañera consorte. La otra mujer le devolvió el saludo. Cóndores y
otras aves aladas de presa bailaron frente a la pareja arcángel, varios vinieron a
barrer a Elena y Rafael.
Cuando los cuatro se encontraron, fue varios latidos por delante del ejército de
Elijah. Ese ejército se extendió detrás de él en una ola de alas y debajo de él en un
barrido de vehículos pesados. Rafael le había dicho que Elijah llegaría más tarde de
lo esperado porque había elegido que viajaran todos en conjunto en lugar de volar
con sus tropas aéreas. Dividir a los dos seria arriesgarse a dejar las fuerzas
terrestres sin apoyo aéreo si Lijuan decidía apuntar sus ojos en esa dirección.

Eli. ̶ Rafael agarró el antebrazo del otro arcángel mientras Elijah hacía lo mismo para
él.
Elena intercambió un abrazo con Hannah.
Tus alas, Ellie, ̶ susurró la otra mujer. ̶ Estoy asombrada. ̶ A pesar de las palabras
asombrosas, las líneas de tensión estropearon la oscuridad normalmente suave de
la piel de ella.
Solo he podido traer la mitad de mi ejército, mi amigo. ̶ El Arcángel de América del
Sur miró hacia atrás y luego debajo de él para tomar a ese ejército. ̶ Todos aquellos
que estaban lo suficientemente cerca de tu frontera como para llegar a tiempo.
Que hayas venido, es un acto de amistad que nunca olvidaré.
Mi intención era traerlos a todos, ̶ continuó Elijah, ̶ pero Lijuan fue inteligente de una
manera que no predije.
Intercambió una sonrisa tensa con Hannah. ̶ Mi gente tuvo éxito en detener la
mayoría de los intentos de ingresar un solo renacido para comenzar un nido.
Nunca esperábamos atrapar a todos, ̶ dijo Rafael. ̶ Creo que la única razón por la
que no he tenido noticias de ninguna infestación en mi territorio es porque Lijuan no
se molestó con tal estratagema aquí. Su plan siempre fue tomar Manhattan, luego
soltar sus criaturas.

Elijah asintió con la cabeza. ̶ Los pocos nidos que pasaron no son el problema: mis
equipos son capaces de eliminarlos. Charisemnon, sin embargo... ̶ Los ojos de
Elijah se enfriaron lo suficiente como para causar piel de gallina en la piel de Elena,
sus alas cubiertas con luz. Las empuñaduras de las espadas que llevaba cruzadas
en la espalda brillaban con joyas.
Hannah le había dicho una vez a Elena que esas joyas eran parte de la gran horda
que Caliane había regalado a Elijah antes de su ascensión, en agradecimiento por
la lealtad de Elijah y su servicio valiente
Si bien nunca he confiado plenamente en Charisemnon, ̶ dijo ahora, ̶ nuestros
territorios han hecho comercio entre ellos durante siglos. Fui complaciente, porque
nunca El arcángel utilizó el comercio como puerta trasera para un ataque. No es una
acción de integridad o valor.
Eso suena ominoso, Arcángel. ¿Hemos hecho algún intercambio con Charisemnon?
Le he pedido a Dmitri que lo verifique. En voz alta, Rafael dijo:
La culpa no es tuya. Tienes razón al decir que esas cosas están debajo de la
Cátedra. ¿Qué hizo él?
Usó su acceso como socio comercial para propagar enfermedades. ̶ Los pómulos de
Elijah filosos contra el calor de su piel cepillada por el sol. ̶ Bien escondidos dentro
de sus envíos recientes se hallaron insectos infectados con la misma enfermedad
que mató a un vampiro en tu territorio e hizo que los ángeles cayeran del cielo.
Alas de exuberante crema con un rubor de durazno en las primarias sosteniéndose
sin esfuerzo, Hannah recogió el hilo.
Nuestra gente en los puertos están capacitados para tratar todos los envíos con
tinturas contra insectos.
Elena supuso que por "tinturas", Hannah debía significar fumigación.
Muchos de los envíos también fueron revisados personalmente. ̶ Elijah presionó sus
labios juntos. ̶ Pero encontrar cosas tan minúsculas e ingeniosamente ocultas...
Una sacudida de la cabeza. ̶ Creemos que tenía agentes en mi territorio que
recuperaron los insectos de sus escondites y los mantuvieron a salvo hasta el asalto
de Lijuan contra Manhattan. Se están extendiendo como una plaga, y la enfermedad
es mucho más virulenta que la última vez.
Ya hemos perdido cien vampiros. ̶ Los ojos de Hannah brillaron. ̶ Un vampiro debe
ser mordido muchas veces para morir, pero su veneno incapacita con solo tres o
cuatro mordiscos, dejando a la víctima indefensa para aplastar o aniquilar a las
criaturas.
He ordenado a la otra mitad de mi ejército que evacue una gran área infestada, y
que luego quemen la tierra con fuego.
Elijah miró hacia atrás mientras su ejército aéreo se detuvo flotando a una
respetuosa distancia; las tropas terrestres lo siguieron. ̶ Si tienes contenedores del
territorio de Charisemnon y están misericordiosamente sin abrir, destrúyelos de
inmediato.
Lo haré, mi amigo. ̶ Rafael comenzó a girarse. ̶ Ven, te llevaré a donde tu ejército
puede establecerse.
Dirigieron sus alas hacia Manhattan.
Dmitri dice que hemos recibido diez envíos recientes de Charisemnon.

59
La declaración de Rafael congeló las venas de Elena. Su ciudad no podía manejar
una infestación, no con Lijuan a la vuelta de la esquina.
Luego los labios de su arcángel se curvaron en una sonrisa mortal. Todos aquellos
envíos se encuentran en un buque de carga anclado lejos de la costa y tripulados
por personal de la Torre. Tu amiga con el tercer ojo le dijo a Dmitri que no pensaba
que tuvieran buen "feng shui".
¿Feng Shui? ¿Ash dijo eso? Elena se echó a reír, el alivio fue una dulce oleada. ¿Y
él la escucóo a ella?
Todos hemos aprendido a escuchar lo que sale de la boca de Ashwini. Dmitri puso
en cuarentena los contenedores a una distancia tan alta de la costa que no hay
posibilidad de que los insectos pudieran aterrizar incluso si se liberan.
¿Vas a ordenar que exploten ese barco?
Puede esperar hasta que podamos quemarlo en cenizas, eliminando cualquier
riesgo de insectos sobrevivientes Condujo a las fuerzas de Elijah a un rascacielos al
lado de Central Park. Un equipo supervisado por Elena y el arquitecto de Rafael,
Maeve, había convertido el lujoso edificio en cuarteles en un período increíblemente
corto. Ayudó que toda la operación hubiera sido planificada previamente como parte
de su estrategia de guerra: Central Park siempre había estado en el marco. Por el
momento, se estaba utilizando para reunir las fuerzas de Rafael, pero también había
mucho espacio para la gente de Elijah.
Las líneas de suministro con suficiente capacidad para sostener a ambos ejércitos
estaban funcionando sin problemas, con múltiples cajas de seguridad en su lugar.
Un número de ángeles fuertes leales a Rafael estaban a cargo de alimentar y
proteger esas líneas. No era solo cuestión de comida y agua, sino de armas y
equipos de reemplazo.
Una guerra, ̶ había dicho Galen en un momento, ̶ se puede ganar o perder con el
suministro.
Los escuadrones de Elijah comenzaron a aterrizar, mientras sus tropas terrestres
llenaron las calles que conducían al parque central. Las fuerzas de Nueva York
acababan de aumentar de tamaño por una margen considerable... pero incluso
combinados, sus números eran una fracción del de Lijuan.
Que todavía mantuvieran la ciudad era un milagro.
Un hecho aún más claro cuando ella, Elijah, Hannah y Rafael salieron a un balcón
debajo de la sala de guerra. Dmitri había venido aquí para discutir una estrategia
con el escuadrón de élite de Andreas. Una pluma de delicado topacio cayó a la
deriva cuando ese escuadrón despegó antes de llegar a Dmitri.
Sire. ̶ Dmitri inclinó la cabeza.
Elena casi se equivoca ante la inesperada formalidad. Entonces ella lo entendió. Era
debido a Elijah, una muestra de respeto de un segundo a su arcángel. Cuando él no
era un imbécil, Dmitri era aterradoramente agradable.
A decir verdad, Elena quería que él hiciera un truco de olor o disparara un sarcástico
comentario: significaría que las cosas volvían a la normalidad y podrían atacarse el
uno al otro sin preocuparse por la diosa de la muerte creadora de zombis acampada
en su puerta.
Hoy, Dmitri se volvió para indicar la zona de batalla actual. Los incendios
continuaban ardiendo en la distancia, mientras en el cielo se libraba una batalla
alada mientras las fuerzas de Lijuan intentaban detener las gotas de aceite.
En esta etapa, no hemos perdido más luchadores alados, ̶ le dijo a Rafael, ̶ aunque
unos pocos están heridos. Varios de los tripulantes de tierra fueron quemados
cuando llegaron también cerca de las llamas para acabar con un renacido, pero
todos son vampiros.
Elena comenzó a respirar de nuevo. Muchos de sus amigos del Gremio estaban allí
abajo. Otros estaban en equipos de arqueros o tiradores colocados en los tejados.
Un pequeño y seleccionado número, a estas alturas, estaría sentado quieto y
silencioso en nidos de francotiradores justo en el grueso del territorio enemigo.
Demarco era uno de ellos.
A Elena le dolía el estómago. Habían planeado esto, se recordó a sí misma. Durante
el reconstruir después de la última batalla, habían creado escondites secretos
accesibles a través de "ejes de servicio" ocultos dentro de los edificios. Esos ejes
vinculados directamente con el sistema de túneles, para que su gente pudiera entrar
de forma segura en territorio enemigo y luego realizar estragos desde el interior.
Cada uno de los nidos tenía una clara visibilidad del paisaje exterior.
Como si la hubiera escuchado, Dmitri dijo: ̶ Uno de nuestros francotiradores pudo
sacar un poderoso vampiro general en el caos después de la última escaramuza.
Nadie se percató. Fue arrojado al montón de carne.
Ese comentario requirió una explicación de los horribles hábitos alimenticios de
Lijuan. Hannah levantó una mano temblorosa hacia su boca y se envolvió en el
abrazo de Elijah, quien la sostenía en sus brazos como signo de afecto. El Arcángel
de América del Sur estaba rígido mientras la abrazaba, vetas de rojo furioso en sus
pómulos.

Recibimos un nuevo informe de la India, ̶ dijo Dmitri mientras la pareja intentaba


digerir la horrible información.
La corriente de niños infectados no se detiene. Es como si Lijuan convirtiera a toda
la población infantil de su territorio... o lo que sea en los que estos niños se han
convertido. ̶ Tenía el cuello rígido y un tic en la mandíbula.
No son vampiros o renacidos, pero si una amalgama.
La luz exhibió un par de alas en la distancia, justo antes de un rayo que brillaba
como piedras preciosas destrozadas golpeara contra un escuadrón de luchadores
de Lijuan.
Aodhan, pensó Elena, justo cuando uno de los ángeles de su escuadrón tomó un
golpe y comenzó a descender en espiral desde una altura catastrófica. Si su cabeza
se separara de su cuerpo...
Alas de luz destrozada en su visión.
Aodhan había atrapado al ángel que caía. Elena exhaló... justo cuando otro rayo, de
color cobre brillante, vino de la otra dirección. Iba a chocar con Aodhan. No había
forma de que pudiera fallar: no podía moverse lo suficientemente rápido con el peso
del otro ángel en sus brazos.
Elena no fue consciente de correr o volar, pero de repente estaba en el aire a su
lado. Ella se estrelló contra él, su cuerpo actuando por viejo conocimiento aprendido
de cientos de cacerías.

El rayo de poder chamuscó las puntas de su cabello cuando pasó para estrellarse
contra el lado de un rascacielos. Sopló las ventanas en una cascada de cristal,
algunas de las pequeñas piezas cuadradas golpeando a Elena. Pequeñas joyas que
fueron diseñadas para no cortar pero que lastimaron de todos modos a esa
velocidad.
Aodhan ya había pasado al ángel herido a otro luchador, se estaba volviendo para
disparar contra el enemigo. Elena salió de la zona de batalla. Sparkles necesitaba
luchar, no preocuparse por protegerla. Ella aterrizó detrás de una fila de tiradores en
una azotea.
Mirando hacia la Torre, dijo: Lo siento, Arcángel. El terror debió de haberlo agarrado
cuando se dio cuenta de lo que había hecho, dónde estaba. Estoy bien, sin daño.
El mar se estrelló en su mente, la sal salina un beso familiar. estoy seguro de que
acabas de salvar la vida de Aodhan: el miedo escalofriante es un precio que pagaré
sin quejas. Ese rayo vino de Philomena, uno de los pocos generales de Lijuan quien
no depende del poder de su amante. Ella es lo suficientemente fuerte como para
haber terminado con él con ese duro golpe.
Le temblaban las manos cuando se echó el pelo hacia atrás. Pensar que podrían
haber perdido a Aodhan tan rápido...Como estoy aquí de todos modos, dijo,
forzando la calma porque cualquier otra cosa podría ser mortal en la batalla, le daré
un descanso a alguien.

Al escanear los tiradores, notó a uno que se movía un poco más lento que los otros
y lo golpeó en el hombro.
Hiraz. ¿Quieres un descanso?
Sí, consorte. ̶ El sudor goteaba por sus sienes, se dio la vuelta y la dejó tomar su
posición. Llevaba una camiseta verde camuflaje y pantalones cargo negros. Era la
primera vez que veía al vampiro mayor en algo más que una camisa de botón y
pantalón de traje. La camiseta se había oscurecido, estaba pegada a su piel.
Las dos cosas que no habían cambiado eran el anillo de bodas en su mano derecha
y el corte experto de su cabello, actualmente negro con rayas de bronce. Se había
despertado de la crisálida con la noticia de que su amante, Jenessa, se le había
propuesto.
Él había aceptado con la condición de que esperaran para casarse hasta diez años
después de la transición de ella al vampirismo. Mientras tanto, usaría el anillo de
bodas que ella había elegido en su dedo anular derecho en lugar de su izquierdo.
Elena no creía que Jenessa cambiara de opinión, pero a Hiraz le gustaba pensar
primero en la mujer que había salvado de una vida en la calle, y no solo en su
propia necesidad.
Después de recuperar el aliento, dijo: ̶ Mi reemplazo fue gravemente herido poco
después de tomar su posición.

Así que efectivamente había hecho un doble turno. Eso puso la velocidad continua y
precisión de su disparo en una luz completamente diferente. ̶ Descansa un poco, ̶ le
dijo a él.
Puedo reemplazarte por un tiempo.
Volveré pronto. Solo necesito un impulso de sangre.
Cambiando a una posición agachada, él salió de la zona de fuego vivo.
Elena ya había comenzado a eliminar a los combatientes enemigos con disparos de
precisión del arma tierra-aire quecpodía hacer tantos disparos individuales como de
ráfaga. No era su favorita, pero se había entrenado porque sabía que la usaría
durante la batalla. Se había asegurado de actualizar ese entrenamiento en el
instante en que se recuperó lo suficiente después de la crisálida.
Dado que ella era una fuente de energía de respaldo "limitada" para Rafael, Dmitri
había luchado mucho para que se mantuviera a salvo en la Torre y fuera de los
combates. Elena había retrocedido muy fuerte. Eso no era quien ella era, y no tener
la consorte y el "ángel cazador" MIA fuera del campo de batalla desmoralizaría a su
gente.
Rafael había estado de acuerdo con ella.
Su arcángel entendía lo que la impulsaba, pensó mientras apuntaba a un ángel
enemigo que apuntaba su ballesta a las alas de sus luchadores.

Él ya había herido gravemente a uno; el ángel solo estaba vivo porque Aodhan
había logrado otro rescate aéreo. Antes de hoy, no sabía qué tan rápido podía volar
chispitas: su velocidad tendía a ser eclipsada por la de Bluebell.
Jódete, gilipollas.

Ella disparó. Su tiro golpeó al ángel enemigo en el ojo, exactamente como ella había
planeado. Gritando, giró en el aire mientras el rojo sangraba por su cara. Ella lo
golpeó dos veces más, destrozando sus propias alas.
Él cayó.
Parte de ella siempre lloraría la caída de un ángel, pero no podía lamentarse. No
cuando había venido a esta ciudad como parte de una fuerza de ataque, y no
cuando sus ojos habían sido de un azul ordinario en lugar del negro feo que
marcaba las marionetas de Lijuan. No era como si Rafael hubiera ido a China a
pelear. Lijuan era quien había venido aquí y todos estos luchadores de ojos claros la
habían seguido por elección propia.
Un enorme sonido demoledor, fragmentos de concreto volando en el aire. Algo
golpeó la mejilla de Elena con tanta fuerza que la sangre goteó por su piel. Miró
hacia atrás para ver un agujero humeante en el centro del techo. ̶ ¿Qué carajo fue
eso?
¡Estate atenta!

Su cabeza se levantó bruscamente ante la advertencia... para ver un rayo de cobre


brillante dirigiéndose directamente hacia ella. Ella se puso de pie... y se encontró en
el techo de la torre, su aliento jadeando y su corazón tronando por la velocidad de
su vuelo. Rafael ya estaba por encima de su posición anterior, sus alas de fuego
blanco.
¡Estoy a salvo! le gritó mentalmente, mientras la frustración enojada la corroía. Ella
no era el tipo de mujer que abandonaba a sus compañeros soldados y huía del
peligro. ¡Ella se quedaba y luchaba! ¡A la mierda esta habilidad que no la dejaba
elegir!
Elena. Una sola palabra que contenía el corazón de Rafael.
Philomena dirigió sus golpes hacia Rafael, pero Rafael era un arcángel, Philomena,
un simple ángel, incluso si era experimentada y vieja. El azul penetrante de su fuego
angelical golpeó al general de Lijuan en un lado de su cuerpo y eso fue todo.
Ella se desintegró de adentro hacia afuera.
El fuego de ángel fue diseñado para matar arcángeles; Los ángeles ordinarios no
tenían ninguna posibilidad.
Rafael luego lanzó un fuego de ángeles a través de una pesada línea de
escuadrones enemigos viniendo hacia ellos y el cielo brilló por un largo momento
antes de que las cosas se calmaran abajo. Las fuerzas de Lijuan no se retiraron,
pero se volvieron más precavidas, más cuidadosas.
Regresa, Arcángel. Eres nuestra única esperanza cuando Lijuan se levante. No
puedes darte el lujo de lesionarte. Si el enemigo lograba disparar a alguna parte de
su ala mientras estaba en su forma física, tendría que estar en tierra hasta que
volviera a crecer. Podría volver a crecer más rápido que antes, la Cascada lo llenó
de poder, pero no sería de inmediato.
Hay tantos de ellos, respondió. Nuestra gente está agotada.
Lo sé. Pero si te caes, todos caemos.
Un poder verde plateado quebró el cielo en ese momento, y Elena se puso
rígida...hasta que se dio cuenta de que venía de su lado. Me olvidé de Elijah. Su
sonrisa era ciertamente maníaca.
Rafael no respondió hasta que aterrizó a su lado en el techo de la Torre. ̶ Eli es de la
misma opinión que tú. ̶ Él dobló sus alas hacia atrás, su piel brillando con
transpiración. ̶ Él ayudará a nuestras fuerzas mientras yo acumulo mi energía para
enfrentar a Lijuan.
Miró fijamente la zona de batalla. ̶ Él es un buen hombre. No muchos generales, y
menos arcángeles, se pondrían en la posición de ser asistentes.

Sí, lo es. ̶ Apoyando su cabeza contra sus bíceps, dejó que su ala se superpusiera a
la suya, la energía que bailaba entre ellos una caricia familiar para ahora. ̶ Tengo
que ser más cuidadosa de donde me pongo si han comenzado a apuntarme.
También había sucedido en la última batalla, pero esta vez Lijuan había parecido
tan obsesionada con Rafael que todo el ejército se había olvidado de Elena. Lástima
que el lapso de memoria no hubiera durado. ̶ No quiero poner en riesgo a nuestras
tropas.
Una puerta golpeó detrás de ellos, Dmitri entró corriendo.
Titus está herido, ̶ dijo, un teléfono sostenido a su oído.
Todo el cuerpo de Elena se tensó.
¿Qué tan mal? ̶ Preguntó Rafael al mismo tiempo.
Una pausa mientras Dmitri escuchaba a la persona al otro lado de la línea. ̶ Él no
está incapacitado, pero estará abajo durante al menos un día. ̶ Otra pausa. ̶
Charisemnon también está abajo. Titus lo hirió al mismo tiempo que fue herido.
Exhalando por un estremecimiento, Elena se inclinó hacia adelante con las manos
sobre las rodillas.
Bien, ̶ dijo Dmitri secamente, guardando el teléfono. ̶ Tzadiq dice que Titus causó
terremotos masivos a través del territorio de Charisemnon, incluido uno que barrió la
tierra bajo un porcentaje significativo de las tropas de tierra de
Charisemnon.nHerido como está, Charisemnon no podrá avanzar mucho mientras
Titus esta abajo.
Tzadiq, Elena recordó cuando se levantó de nuevo a su altura máxima, era el
segundo de Titus, y el padre de Galen.
La camiseta de Dmitri se apretó contra sus pectorales mientras ponía sus manos en
sus caderas. ̶ Yo finalmente logré obtener una actualización sobre Astaad y
Aegaeon. Charisemnon consiguió meter sus insectos en el territorio de Astaad. Está
evacuando a los que no han sido mordidos para limpiar las islas, y colocando a los
infectados en una sola isla de cuarentena además de quemar todo hasta el suelo y
las rocas. Aegaeon está ayudando.
Elena había visto fotos de las tierras de Astaad, muchas de ellas exuberantes y
tropicales. Cómo debía herir al arcángel destruir deliberadamente toda esa belleza,
toda esa vida. Como debió de haber lastimado a Elijah dar la orden de quemar sus
tierras. ̶ ¿Qué pasa en Australia? Era la franja más grande del territorio de Astaad.
Infectada. ̶ La mandíbula de Dmitri se endureció. ̶ Pero también es donde basa un
buen porcentaje de su ejército: están quemando las áreas más cercanas a los
puertos y pastoreando a los no infectados hacia adentro. Los infectados están en
cuarentena en varios pueblos pequeños.

El enemigo ha envenenado nuestro mundo para ganar esta guerra, ̶ dijo Rafael y su
voz era el frío de la Cascada. ̶ Si no los detenemos aquí y ahora, sus plagas de la
muerte cubrirán el planeta.

60
El humo sobre la ciudad finalmente comenzó a disiparse después del atardecer,
cuando los renacidos de Lijuan dejaron de intentar cruzar la frontera. Algunos de los
cadáveres macabros aparentemente tenían una apariencia de poder mental
primitivo, porque captaron una pista y comenzaron a agacharse al otro lado de la
línea de restos ennegrecidos que marcaban dónde se habían quemado sus
hermanos.
Los escuadrones de Lijuan retrocedieron al mismo tiempo.
Ahora, la luna un foco en el cielo, Elena se sentó en el borde del balcón con las
piernas colgando a un lado, Illium a su lado. Rafael estaba en el cielo con Elijah,
dándole al otro arcángel la disposición de la tierra.
Naasir está detrás de las líneas enemigas, ̶ le dijo a Illium.
Nadie lo vio entrar en la ciudad, pero Rafael le ha hablado.
Me lo imaginé cuando vi a Galen en el cielo.
¿Sabías que Galen trajo una maldita catapulta en pedazos? Se está estableciendo
arriba en un tejado, listo para arrojar a la gente de Lijuan.

Tiene sentido, ̶ dijo Illium. ̶ Lijuan tiene un montón de viejos vampiros y ángeles en
sus fuerzas Las catapultas son intimidantes y algo que temen. ̶ Tomó un trago de la
botella de vodka en su mano, luego le pasó la botella. Elena tomó un sorbo, el calor
se extendió como fuego a través de su sistema.
Luchamos juntos en la última gran batalla del día.
¿Cuánto tiempo crees que durará esta pausa?
Me preocupa más por qué se han retirado. ̶ Tomó la botella de ella, pero no bebió, el
viejo oro de sus ojos se centró en la distancia, donde las tropas de Lijuan estaban
haciendo algo que no podían entender.
El enemigo finalmente había comenzado a pisotear los insectos de Vivek. La
mayoría de los drones también estaban abajo. La gente de Lijuan no había
encontrado las cámaras ocultas en las fachadas de los edificios, sobre techos o en
farolas, pero muchos de esos edificios, y cámaras habían sido dañadas durante las
batallas. Como resultado, había puntos ciegos.
Elijah los lastimó bastante, ̶ señaló. ̶ Estaba arrojando fuego de ángel alrededor
como si fuera un dulce.
Es una cuestión de recursos, ̶ murmuró Illium. ̶ Lijuan tiene una brumadora cantidad
de luchadores que seguirán sus órdenes sin vacilación. Ella, o sus generales,
podrían simplemente seguir enviando ola tras ola de gente Y Philomena no era su
única luchadora naturalmente poderosa.
Incluso Elijah y Rafael no podrían contener a toda esa masa de luchadores, no si
ellos pululan. Nadie más que Lijuan podría matar a ninguno de ellos, pero el ejército
podría hacer daño y apoderarse de la ciudad, sitiar la Torre.
Sí, entiendo tu punto. ̶ La luz plateada de la luna brilló en el océano en la distancia. ̶
¿Hemos vigilado las otras vías fluviales de Nueva York? ¿No está enviando gente al
agua para que puedan acercarse sigilosamente a nosotros?
Tenemos equipos de buceo que verifican dos veces los sensores. Nada. Ellos no
están en el agua. Y no están en el cielo, a menos que...
El horror revolvió el estómago de Elena. ̶ Oh, mierda.
Illium se puso de pie de un salto, levantándola al mismo tiempo, el Vodka
abandonado, entraron corriendo a la sala de guerra.
¡Vivek! ̶ Dijo Illium. ̶ ¿Cuánto se ha alimentado? ̶ La cabeza de Vivek se levantó de
su foco en la pantalla de una computadora.
Dos montañas de carne, ̶ dijo, ̶ y están construyendo otra al parecer. No sé cuántos
cuerpos. Muchas alas en el último lote.
Un ceño fruncido. ̶ Pero ella seguía cojeando después de ello.

Muestra las imágenes.


Una mujer con un precioso vestido hecho de innumerables tonos de gris...las faldas
se movían contra sus piernas con una brisa pasajera.
Dos piernas completas. Y ella ya no arrastraba ninguna pierna, la cojera solo era
una cosa de movimiento. Elena salió corriendo de la habitación, su mente buscó la
de Rafael. ¡Rafael! ¡Nosotros creemos que existe la posibilidad de que Lijuan se
haya alimentado lo suficiente como para poder hacer no corpóreo a un montón de
sus tropas!
El mar se estrelló en su mente, el sabor de la sal afilada contra su lengua. ¡Elena, si
estás en el cielo, déjate caer! ¡TODOS LOS COMBATIENTES, DESCIENDAN!
Se escuchó la orden hacia toda la tropa justo cuando descendió en el balcón más
cercano. El cielo sobre su cabeza crujió con un disparo incandescente de oro blanco
con azul abrasador, el precioso fuego salvaje que iba al vacío para tratar de
desenmascarar a Lijuan. Si estaban equivocados...
¡Illium, Andreas, Nimra, Nazarach muevan sus escuadrones al East River!¡Lijuan
está a medio camino de la Torre! Elijah ha activado sus escuadrones de descanso y
se unirán a ti! Galen, Aodhan, ¡tomen el puerto! Equipos de tierra en descanso:
regresen a sus posiciones Venom, prepárate para un nuevo asalto de renacidos.

El cielo se llenó de alas sobre los talones de las órdenes de Rafael.


Elena se elevó en el aire lo suficiente como para poder ver lo que estaba pasando.
La batalla estaba cerca, mucho más cerca que en el primer frente. Lijuan con las
piernas definitivamente regeneradas y fuertes, era extraño lo rápido que lo había
hecho, estaba rociando el cielo con fragmentos de obsidiana a la luz de las estrellas
que eran despiadados en su belleza.
Rafael estaba bloqueando el rocío con fuego salvaje, mientras Elijah intentaba
golpearla a ella con fuego de ángel.
A su alrededor, sus tropas estaban muy superadas en número; la mayoría no había
estado cerca del sitio cuando llegó la orden. Incluso la gran mayoría de la Legión no
llegaría a tiempo. Lo que significaba que Rafael y Elijah estaban bajo ataque, no
solo de Lijuan sino de una gran parte de su ejército.
Se perfilaba como una masacre.
Mientras tanto, las tropas que habían descendido cerca del puerto se habían alzado
de nuevo con furia sangrienta. En el frente había tres generales cuyo poder era el
de la obsidiana de Lijuan. Galen y un cansado Aodhan estaban en el aire, pero los
números que llegaban a ellos eran catastróficos.
Necesitaban a Rafael o Elijah, pero ninguno de los arcángeles podría separarse de
la lucha contra Lijuan.

Elena voló hacia el techo de la Torre. Levantando un casillero de armas específicas,


ella recogió un lanzagranadas. El disparo no llegaría lejos, pero no necesitaba que
fuera lejos.
No si podía hacer que esto funcionara.
Levantando la cosa hasta su hombro, se levantó de nuevo en el aire.
Centrándose en Rafael y la amenaza letal de Lijuan, dejó que su ira y la
preocupación se elevara para llenar su garganta, su necesidad de estar a su lado
como un pulso en la boca.
No pasó nada.
Rafael apenas esquivó ser atravesado por la energía venenosa de Lijuan. Ella
estaba lanzando enormes chorros de pernos en lugar de uno a la vez, porque El
Arcángel de China no tenía que conservar su energía. Ella podría desperdiciarla
tanto como quisiera.
Y Elena todavía estaba demasiado lejos para ayudar.
¡Piensa Elena! ¿Por qué había funcionado con Aodhan, pero no con Rafael?
Porque él es un arcángel, niña. La voz era vieja, cansada y pesada con el sueño. No
puedes interferir en las guerras de los arcángeles.

Eso es una mierda, dijo Elena, no teniendo el tiempo o la inclinación para asustarse
por la reaparición de Cassandra. ¿Si hubiera sido una jodida batería habría
interferido no? Pero gracias por el consejo.
Dispuesta a creer que la Cascada podría ser tan arbitraria, se centró en Illium en su
lugar. Tan rápido como era, había superado a su escuadrón y estaba a punto de
volar directamente a la línea de fuego, tenía casi un cien por ciento de posibilidades
de ser malherido antes de que el resto de los guerreros lo alcanzaran.
No mi Bluebell, pensó, dejando que todo su miedo y enojo se unieran en un nudo
duro en sus entrañas. Su aliento se quedó en su garganta cuando apareció a su
lado.
¡Ellie!
¡Cúbreme! ̶ Ella se zambulló frente a él mientras él rompía el cielo a su alrededor
con su poder, alejando a los posibles asaltantes. No era tan bueno como si ella
saliera al lado de Rafael, pero fue lo suficientemente bueno.
Ignorando los rayos de muerte, que la Maldita Reina de los Muertos les estaba
tirando, ella disparó el lanzagranadas.
Lijuan la ignoró. Por supuesto que lo hizo. Ella no prestaba atención a las cosas
mortales. O a un angelito.

Elena bajó en el mismo momento, gritándole a Bluebell que hiciera lo mismo. El


aerosol venenoso de Lijuan voló sobre ellos para estrellarse contra los edificios a
sus espaldas Y la granada fue directamente al pecho de Lijuan...o lo hubiera hecho
si ella no la hubiera golpeado con la mano en el último momento. Pero no todo
estaba perdido. Porque la cosa explotó cuando su mano se conectó con ella. Tomó
su mano y una sección de sus costillas con ella, mientras quitaba parte de la cara
para revelar la estructura inferior esquelética.
Elena disparó nuevamente mientras la perra estaba distraída, y esta vez, apuntó a
la mitad inferior del cuerpo de Lijuan. La granada golpeó el costado de su cadera y
amputó su muslo.
Rafael golpeó a Lijuan con fuego al mismo tiempo, apuntando a la herida abierta.
El Arcángel de China se volvió no corpórea.
Elena tuvo un momento de esperanza, pensando que había dado media vuelta y
había corrido. Pero el cielo estalló con fragmentos de obsidiana a la luz de las
estrellas un momento después... justo encima de los escuadrones entrantes. Ángel
tras ángel cayó, incluso cuando Rafael y Elijah atacaron a una Lijuan materializada.
Ella estaba sangrando y mirándola de lado, su cara parecía sacada de una película
de terror, pero tenía suficiente poder para hacer una descarga de regreso antes de
que volara hacia sus tropas.

La mitad se envolvió protectoramente a su alrededor como una escolta, mientras


que la otra mitad continuó luchando.
Pero con Illium, Andreas, Nimra y Nazarach, todos aquí con sus escuadrones
altamente entrenados, junto con dos arcángeles, la ventaja estaba ahora de su lado.
¡Arcángel, Galen y Aodhan necesitan respaldo!
!Eli ve a ellos¡ ¡Necesito aclarar el desorden en el suelo! Venum, los equipos de
tierra ya están abrumados en el babor y Jason se está ocupándose de una
escaramuza al oeste.
Fue entonces cuando Elena vio los movimientos de deslizamiento a continuación.
Aterrizando en el techo más cercano, abrió los casilleros de armas hasta que
encontró un lanzallamas.
Rafael los golpeó y usó su poder para quemar esas cosas antes de que pudieran
meterse más profundo en Manhattan, pero había un montón de ellos.
Mientras él se ocupaba de grupos más grandes mientras la batalla se extendía por
encima en un choque de espadas, ella voló entrando y saliendo a través de huecos
y callejones, quemando a los solitarios, escabulléndose. Vio a ángeles caídos
mientras volaba, envió sus coordenadas a Dmitri para organizar el rescate, mientras
ella tostaba a los renacidos que trataban de llegar a esos ángeles.

¡Date prisa! ̶ Gritó en el micrófono de su cuello. ̶ Hay demasiados ángeles heridos


¡Los renacidos se dirigen directamente hacia ellos! ̶ A Elena le pareció que estaban
actuando con resolución y planificación.
Están siendo guiados. La voz de Rafael en su mente. Busca un vampiro jefe en
cada grupo.
Elena cambió de foco. Ahí. Ella voló sobre el bastardo y lo volvió una llama. No le
gustaban sus gritos, pero él tuvo que morir, cuando él lo hizo, ella vio cosas saliendo
de él y alejándose rápidamente. Se le heló la sangre. Rafael, ¡están trayendo los
insectos!
Un soplo de frío en su mente que casi podía sentir. Esta parte de la ciudad está
ahora infectada dame un momento mientras me ocupo del asalto aéreo: no tiene
sentido acumular poder para luchar contra Lijuan si toma la ciudad sigilosamente.
Elena tuvo que alejarse del fuego furioso de su poder mientras él rastrillaba fuego
de ángel a través de las tropas de Lijuan.
Las cenizas cayeron como lluvia del cielo. Ella trató de no pensar en lo que estaba
respirando, pero el asalto mortal de Rafael logró su resultado previsto. La gente de
Lijuan se retiró en masa.
Elijah había logrado el mismo resultado en el puerto.

La siguiente orden de Rafael a las tropas terrestres y aéreas fue evacuar a sus
heridos y crear una línea de fuego que abarcara una gran parte de la ciudad. Tan
pronto como se hizo eso, el área libre de su gente, Rafael empezó hacer llover el
infierno en el área infectada. Vigilando de pie un rascacielos justo detrás de el
resplandor de la línea de fuego, Elena observó y sintió que las lágrimas le
quemaban la garganta y los ojos.
Nueva York estaba en llamas y esa perra de Lijuan era responsable y su amigo
plagador de enfermedades. La única misericordia fue que toda la ciudad había sido
evacuada de civiles. ̶ Nos levantaremos de nuevo, ̶ se prometió a sí misma y a toda
su gente.
Otra mujer estaba parada no lejos de ella, su cabello a la luz de la luna bailaba en el
calor de los vientos y su armadura brillando a la luz del fuego. ̶ Es una verdad
horrible aceptar que la persona que más odio en este mundo, la persona que es mi
peor pesadilla está mucho más allá de mí en el poder, que nunca podré hacerle
daño.
Pero lo intentarás de todos modos, ¿no? ̶ A veces, tenías que luchar contra los
monstruos incluso si sabias que fracasarías, como una asustada y traumatizada
niño de diez años, la vieja Elena había luchado contra Slater Patalis mientras que la
sangre de Ari y Belle era rica en su aroma a hierro que le tapaba la garganta.

Sí. ̶ El murmullo de Suyin fue un voto suave, el peso de su presencia una pesadez
portentosa. ̶ Hasta la muerte.
Tomó patéticamente poco tiempo borrar la ciudad tan querida de Elena. El fuego de
ángel no solo arrasó edificios, dejando una humeante ruina roja de tierra, sino que
se comió los renacidos y los insectos que trajeron con ellos. ¿Tenemos que
preocuparnos por el equipo de tierra que Venom está manejando? Le preguntó a su
arcángel mientras ella se tragó las lágrimas por su ciudad.
No. Él aterrizó junto a ella, con sus alas brillantes y sus ojos astillados como los
glaciares de la Antártida. No ha habido informes de insectos allí, no creo que
puedan ser controlados. Incluso Lijuan no se arriesgaría a liberarlos tan cerca de su
propia gente.
Debajo de ellos, la parte perdida de su ciudad ardía.

61
Una vez que las víctimas del enfrentamiento fueron contadas, Rafael descubrió que,
juntos, él y Elijah habían perdido un escuadrón completo de fuertes y poderosos
guerreros. La ira ardía en él, pero era una cosa fría y dura. No pudo darse el lujo de
estar caliente, ceder ante el dolor que le mordía la garganta. Perder guerreros en la
batalla era algo que no se podía evitar. Pero nunca había perdido tantos tan
rápidamente.
El rostro de Elijah mostró la misma tensión y rabia.
Los cuerpos muertos envueltos en sábanas yacían en el frío abrazo de una morgue
instalada en un almacén. Era una necesidad de la que Nisia se había ocupado en
silencio cuando la batalla comenzó.
Todos y cada uno de los luchadores aquí, Rafael se prometió a sí mismo, mientras
llevaba a uno de los caídos él mismo, tendría un entierro con todos los honores.
Ellos volverían a casa en el Refugio.
La siguiente reunión que celebró, con todas sus personas mayores y Elijah que no
estaba de guardia o peleando en pequeñas escaramuzas, era brutal en su
severidad. Ahora que sabían que Lijuan podría volver a convertir parte de su ejército
en no corpóreo si tuviera suficiente combustible, tenían que estar listos para un
ataque desde cualquier punto.
Toda mi ciudad está sembrada con máquinas que vigilan.
Rafael saludó a Vivek Kapur. ̶ Pero no podemos estar atentos a lo que no podemos
ver. E incluso si pudiéramos, las imágenes serían demasiadas para que incluso un
equipo las supervisara constantemente.
Los ángeles y vampiros reunidos alrededor de la mesa de estrategia de batalla de
Dmitri se separaron de la silla de ruedas de Vivek.
Algunos de los guerreros de Elijah lo miraron con curiosidad, pero eso era de
esperarse. Era raro que se hiciera un vampiro cuando tenía tales lesiones tan
terribles.
Cuéntanos de tus máquinas, ̶ dijo Rafael.
El vampiro, ridículamente joven en términos inmortales, no se inmutó al ser el foco
de tanta atención poderosa. ̶ La cuadrícula de vigilancia cubre casi la ciudad entera:
las únicas brechas son donde las fuerzas del Arcángel Lijuan han destruido las
cámaras, los drones o los bichos.
Sacó un pequeño "bicho" de su bolsillo y lo puso sobre la mesa como referencia. ̶
He podido configurar el sistema centrado en el cielo para que emita una advertencia
para cualquier movimiento lo suficientemente grande como para ser un ángel, pero
todavía necesito ojos extras para mirar cada alerta y verificar si es un amigo o un
enemigo.
Los heridos, ̶ sugirió una de las guerreras de Elijah. ̶ están angustiados por caer al
comienzo de la batalla: vigilar al enemigo, les dará a ellos la vida.
Elijah, con nuevas líneas talladas alrededor de su boca, miró a Vivek. ̶ ¿Pueden los
guerreros heridos hacer esta tarea?
Mientras tengan su vista, ̶ dijo Vivek. ̶ También tengo otro trabajo que solo necesita
oír, no ver: pude reprogramar nuestros espías electrónicos para escuchar dialectos
que normalmente solo escucharía entre los residentes mayores del Territorio del
Arcángel Lijuan. No sé si el ruido escapa a esa cosa invisible que ella hace, pero no
puede hacer daño escuchar, y pensé que muchos de sus generales y comandantes
no son exactamente jóvenes...
Las miradas dirigidas a Vivek por la gente de Eli no eran curiosas esta vez: estaban
evaluándolo.
Ya veo por qué convertiste a este hombre, Rafael, dijo Elijah. Él es un activo.
Aún no puedes robarlo, Eli. Él está bajo contrato.
También pensé en tratar de programar un sistema para alertarnos de áreas de aire
muerto sin pájaros, ̶ continuó Vivek, sin darse cuenta de los juicios en torno a él, ̶
pero con todas las peleas, los únicos pájaros que aún están en la ciudad son tuyos,
Arcángel Elijah.
Incluso los búhos de Elena habían desaparecido, tal vez porque su dama se estaba
moviendo. La discusión siguió, pero no importaba cómo lo miraran, no tenían forma
de moderada ventaja principal de Lijuan. ̶ La única razón por la que logramos
mantenernos en el último ataque, ̶ dijo Rafael, fue porque ambos estábamos lo
suficientemente cerca para responder rápidamente.
Y porque tu consorte puede hacer algo que nunca he visto hacer a nadie. ̶ Elijah le
sonrió a Elena, que estaba en silencio junto a su antiguo némesis, Galen. Su sonrisa
de respuesta fue enigmática.
Una mujer debe tener sus secretos. ̶ Cambiando su discusión a lo que ellos podían
controlar, utilizaron la batalla de disposición en la mesa de Dmitri para planificar
movimientos de tropas, pero el hecho duro fue que no tenían suficiente gente, no
cuando se enfrentaban con el tamaño del Ejército de Lijuan.
¿Cómo los está alimentando? ̶ Todos se volvieron hacia Vivek. Se sonrojó bajo el
marrón oscuro de su piel, al darse cuenta de que había interrumpido a dos
arcángeles y a sus personas más importantes, pero para su crédito, se mantuvo
firme. ̶ El Arcángel Lijuan tiene demasiadas personas por allí para que haya habido
suficiente comida en los submarinos.
Entonces, ¿cómo los está alimentando?

Los ángeles no necesitan comer tanto como los mortales, ̶ dijo Rafael, pero estaba
ceñudo. ̶ Los ángeles heridos, sin embargo, necesitan comida para tener suficiente
energía para recuperarse.
Bueno, eso lo explica, ̶ murmuró su consorte. ̶ Ella solo se come a sus heridos. ̶
Todos miraron a Elena esta vez. ̶ ¿Qué?
Ella levantó las manos. ̶ Es la verdad.
De hecho, ̶ dijo Elijah. ̶ Eso deja sangre para los vampiros no heridos. Así que debe
tener una reserva de mortales que se hayan mantenido alejados de la lucha.
Un segundo. ̶ Dmitri agarró la siempre presente tableta de Vivek y sacó a colación
algunas cosas. ̶ Esto llegó justo antes de que se desatara el infierno, uno de los
francotiradores informó haber visto a un pequeño grupo de 'mortales asustados' ser
conducidos a un edificio. Estaban vestidos como granjeros. Saludables, pero solo
unos cincuenta en número.
Cristiano, un vampiro poderoso en el equipo de Elijah, sacudió la cabeza. ̶ Eso no es
ni de lejos lo suficiente para la cantidad de vampiros que tiene en sus fuerzas
terrestres.
Además, ella todavía tiene que alimentar a los mortales y Venom me dice que no
dejaste comida atrás cuando evacuaste esa área.

Su plan era tomar esta ciudad en una violenta oleada: mucha comida y sangre
entonces. ̶ El coraje de la gente de Rafael había detenido su avance, pero estaban
agotados y habían perdido demasiados.
Cerró los ojos con los de plata líquida de su cazador con el que no tenía secretos. Si
no la detenemos, hbeebti, Lijuan se alimentará de nuestro pueblo.
•••
La lucha durante los siguientes dos días fue brutal. Lijuan todavía estaba abajo,
posiblemente como resultado de haber sido gravemente herida dos veces en rápida
sucesión, pero sus generales y comandantes estaban decididos a no dejar que eso
los parara. Incluso más de ellos ahora estaban disparando el poder de obsidiana de
Lijuan desde sus manos.
Cuando Elijah recibió un golpe en el pecho con un rayo, todos entraron en pánico,
pero se convirtió en un punto claro en cuestión de segundos ya que mientras la
energía era mortal para un ordinario ángel, no incapacitaba a un arcángel. Sus
huellas tampoco fueron contagiosas. Elijah pronto pudo sacudirse los efectos.
La ley de que solo un arcángel podía matar a otro arcángel seguía siendo una ley
inmutable. Sin embargo, muchas de las personas mayores de Lijuan ahora podrían
terminar miembros de las tropas de Nueva York en un solo ataque lo que significaba
que tanto Elijah como Rafael tenía que estar ahí afuera, desgastados por una
batalla constante mientras Lijuan descansaba.
Las aves rapaces de Elijah eran luchadores viciosos que habían abierto agujeros en
las alas angelicales y arrancando ojos, pero ni ellos ni la Legión pudieron ni siquiera
subir las probabilidades cuando Lijuan estaba alimentándolos con el poder a nivel
casi de un arcángel al escalón superior de su ejército. Sacar a Rafael y Elijah del
campo de batalla y sería un baño de sangre.
No voy a sacrificar a la gente, ̶ le dijo Rafael a Elena en la breve pausa entre una
batalla y la siguiente. ̶ No voy a permitir que se eliminen como piezas prescindibles
en un tablero de ajedrez.
Sabes que estoy de tu lado. ̶ Si ganaba la guerra caminando sobre los cuerpos de
su pueblo, perdería la mayor batalla: seguir siendo Rafael.
Ella también estaba cansada, pero se quedó en primera línea junto a su gente, a
veces con los equipos de tierra luchando contra los renacidos, otros con aquellos en
los tejados, con sus alas retraídas y su cabello escondido debajo de una gorra
tejida, el enemigo no podía encontrarla. El tinte permanente hubiera sido mejor, pero
había descubierto que no se pegaba.
La energía que se arqueaba a través de sus alas ocasionalmente también le
sacudía el pelo y, poof, no más tinte.
Ayer, ella había estado incesantemente con Venom mientras cortaban un enjambre
de renacidos. Hoy, ella estaba disparando un arma de tierra a aire. Cuando tres
escuadrones de Lijuan lograron abrumarlos con números, como un enjambre en la
azotea, disparó el arma a quemarropa hasta que se quedó sin proyectiles, luego la
arrojó a un lado y fue por sus cuchillos.
Las cuchillas eran armas de combate cuerpo a cuerpo, no había lugar para la
aprensión.
La sangre roció su rostro, pero continuó con un enfoque implacable, imágenes de
Zoe y Maggie estaban en su corazón.
Si la ciudad cayera, las niñas pequeñas terminarían convirtiéndose en presas de
Lijuan y sus fuerzas. Una brecha momentánea entre dos conjuntos de alas y vio que
Hiraz estaba atrapado detrás de los soldados enemigos, su espada moviéndose con
velocidad borrosa. Pero incluso un espadachín habilidoso no podía aguantar eso
mucho tiempo.
Si no obtenía pronto algún refuerzo seguridad, estaba muerto.
Ella apuñaló a uno de sus asaltantes en el ojo, lanzó una cuchilla que golpeó en el
globo ocular del segundo atacante.
Una cosa que había aprendido durante todo esto, no importaba si era un vampiro o
un ángel, odiaban tener una espada en el ojo. Los dos que había atacado tenían los
ojos negros muertos, pero incluso gritaron y se sacaron los cuchillos, el líquido
putrefacto negro verdoso goteaba bajando por sus mejillas.
Elena había visto suficientes ángeles renacidos ahora por lo que no se inmutó.
Como la pérdida de un ojo condujo a una pérdida de coordinación, ella fue capaz de
abrir la garganta a uno, mientras que un arquero que había estado luchando a su
lado usaba una pequeña guadaña para cortar la cabeza del otro.
Los arqueros eran especialistas de élite. Pero resultó que cuando tenías cientos de
años para convertirte en un especialista, adquieres algunas otras habilidades en el
camino.
Cayendo y rodando mientras una combatiente enemiga se balanceaba hacia su
propia garganta, ella deslizó sus cuchillas por la parte posterior de sus tobillos,
cortando el tendón de Aquiles de cada pie, Cayó al suelo con un grito, pero ella ya
se estaba moviendo, segura de que el arquero la acabaría. Hiraz estaba luchando
contra tres ángeles ahora, y él estaba perdiendo. La sangre goteaba de su brazo y
su mejilla estaba abierta en rodajas.
Elena pasó un cuchillo por el ala del ángel más cercano mientras pateaba fuera en
la rodilla de otro, dándole a Hiraz suficiente espacio para empujar su espada en el
estómago del tercer ángel y girar. Pero aquel cuya ala había herido no estaba abajo;
se dio la vuelta con determinación en sus ojos en blanco...y ella vaciló. ̶ Gadriel.
Los inquietantes ojos gris verdosos habían desaparecido, su piel teñida de rosa
sostenía un tinte verdoso, pero era el sólido ángel mayor que ella y Rafael habían
visto por última vez en China. Todo su ser se rebeló contra verlo convertido en esta
abominación.
Con los dientes desnudos, balanceó su espada hacia su cuello.
El instinto se hizo cargo. Agachándose, ella golpeó una cuchilla en sus entrañas,
luego corrió directamente para golpear a Hiraz, sacándolos a ambos del techo.
Había sido una acción decidida y ella logró frenar su descenso, aunque el peso del
vampiro era más de lo que podía soportar. Lo lograron, pero con un par de
moretones, pero sobrevivieron aterrizando en el balcón un par de pisos más abajo,
Hiraz volvió corriendo al interior del edificio sin decir una palabra. Ella sabía lo que
estaba planeando...subir un conjunto de escaleras internas de escape de incendios
y subir detrás de los atacantes.
Elena tuvo la misma idea. Levantándose en el aire, fue a unirse a la lucha llegando
a las tropas de Lijuan desde atrás, pero ya era demasiado tarde. Otro enjambre de
las tropas se dirigía hacia ellos. ¡Mierda! Ella no tenía la habilidad mental para
decirle a su gente que se retirasen y tenían que retirarse.
No podían ganar esto, no con tantos luchadores viniendo hacia ellos. Sería una
matanza.

Rafael estaba involucrado en un combate pesado contra múltiples escuadrones y al


menos cinco de los generales de Lijuan. Elijah estaba abajo con un ala herida que
tomaría un par de horas mínimo para sanar.
Limpiándose el sudor y la sangre de la cara con el antebrazo, miró
desesperadamente alrededor, y vio a Galen. El maestro de armas de Rafael estaba
en la vanguardia de los luchadores en el techo. Se movía como un rayo, su cabello
rojo con sudor húmedo y dos espadas bailando en sus manos como si no pesaran
nada cuando ella sabía que eran pesadas como el infierno.
Dejándose caer junto a él, se enfrentó a un asaltante y gritó:
¡Fuerza masiva entrante! ¡Tenemos que retirarnos!
Galen era un guerrero, y la luz de la batalla brillaba en su palidez, casi translúcida:
ojos verdes, pero también era un ángel muy inteligente. Cortó las cabezas de los
dos ángeles con los que había estado luchando, para luego terminar con el que ella
había asumido, él siguió su mirada hacia el camino donde se dirigían los nuevos
escuadrones.
Al abrir la boca, emitió una orden con una voz que se transmitió a través de toda la
azotea, ella sabía que él podía hacer eso, lo había escuchado hacer lo mismo en el
Refugio.
Luego de que le había estado gritando a un grupo de niños recalcitrantes que se
pusieran en fila. Aunque los niños habían obedecido de inmediato, no parecían
asustados lo más mínimo; más bien habían estado sonriendo mientras trataban de
mantener la postura correcta del ala.
La vista había recorrido un largo camino para hacer que Elena entendiera a
Jessamy, cuán amable y de corazón suave, podría haberse enamorado de este
ángel bárbaro.
¡Retrocede! ̶ Ordenó. ̶ ¡Comienza la maniobra defensiva alfa! Elena continuó
luchando junto a Galen mientras el resto de su gente retrocedía detrás de ellos; ella
cambió sus cuchillas por una cuchilla larga que otro luchador en retirada golpeó en
su mano. La suya se había perdido en otra escaramuza más temprano ese día.
Todos tenían sus tareas asignadas en esta maniobra y la suya era sostener la línea
y comprar tiempo a su gente. Los vampiros y otros dos Cazadores del Gremio en el
techo serían llevados a la siguiente posición segura más cercana por los ángeles
que estaban lo suficientemente fuertes, pero antes de que los Cazadores del
Gremio se fueran, tenderían una pequeña trampa para las tropas de Lijuan.
Gadriel, con el ala dañada y el estómago sangrando, de repente estaba frente a ella
de nuevo. Le ardían los ojos mientras balanceaba la espada afilada y mortal de su
arma sobre su cuello, separando la cabeza del cuerpo. Gadriel había muerto en
China. Esto era nada más que Lijuan abusando del cadáver de un honorable
guerrero. Ella lo recordaría como había sido una vez, no como esta monstruosidad.

¡Corran! ¡Todos correrán al final! ̶ Gritó uno de los líderes del escuadrón de Lijuan
mientras aterrizó en el techo, con la cara ensangrentada y los ojos ardientes por la
furia de la batalla:
tenía ojos color avellana normales, lo que significaba que había elegido esto,
elegido caminar con Lijuan. ̶ ¡Seremos sus dueños!
Elena introdujo un cuchillo en el fondo de su garganta la siguiente vez que abrió su
gran boca. Ella y Galen ya estaban cayendo del borde del techo incluso él
gorgoteaba y luchaba para quitar el arma. Los dos hicieron un retiro apresurado,
siguiendo al resto de su gente. Varios guerreros de Lijuan volaron tras ellos, pero
Jason cayó del cielo para marcar un rayo negro en el espacio, cortándolos por la
mitad y haciendo retroceder a otros que los habrían seguido.
Al igual que con todos los Siete de Rafael, estaba cansado y desgastado, pero
lucharía hasta el final.
El boom llegó segundos después, los explosivos plantados en el techo por Rose,
uno de los expertos en demolición del Gremio, y fue con tanta violencia que el
colapso resultante absorbió a varios ángeles que habían intentado volar. El polvo y
la piedra volaron en el aire, pequeños pedazos de metralla golpearon la parte
posterior del cuello de Elena y quedaron atrapados en la energía de sus alas antes
de ser escupidos.

Ella hizo un aterrizaje brusco, la vibración atravesó todo su cuerpo. Lo primero que
hizo fue mirar a su alrededor para ver si Hiraz había salido de adentro del edificio.
Ahí. El vampiro estaba sentado contra la pared, con los ojos fijos en la pared
colapsando del edificio frente a ellos. Su expresión era sombría, la mirada
compartida por muchos de los que lo rodeaban.
Elena entendió el por qué. Estaban perdiendo.
Este no era el primero de sus edificios que había caído en manos de la gente de
Lijuan. Elijah fue herido. Rafael estaba exhausto. Los Siete estaban llegando al
borde de su resistencia. Dmitri había llegado al campo de batalla con su espada,
una mortal amenaza en un esfuerzo por dar un descanso a los demás, pero el
enemigo era demasiado grande en número.
Y Lijuan aún no había resucitado.
Otro escuadrón enemigo se elevó en el aire detrás del polvo del colapso,
dirigiéndose directamente hacia ellos, y la batalla comenzó de nuevo.
62
Rafael sintió la ondulación de la fuerza explosiva a través del aire, y supo que su
gente había detonado otro edificio. No estaban destruyendo todos los edificios
mientras se retiraban.
Algunos habían quedado enteros pero llenos de explosivos en espera de que la
gente de Lijuan se estableciera y la detonación demorada tomara cientos de ellos a
la vez.
Pero con cada sonido, cada llamada a la retirada, el apretón de Lijuan alrededor de
la ciudad se apretaba. Toda su gente luchaba hasta el límite: no podía pedir nada
más de ellos. Los gatos depredadores de Elijah acechaban al enemigo en toda la
ciudad y sus aves rapaces luchaban en escuadrones antinaturales formados por el
conocimiento de tácticas.
Deacon y su equipo de reparación habían abandonado su taller para eliminar una
oleada de renacidos en un rincón inesperado de la ciudad. Janvier y Ashwini habían
inundado un alijo de armas enemigas con agua de mar y lo hicieron parecer un
accidente, mientras Holly se las había arreglado para burlar y llevar a un par de
renacidos directamente a una sección no infectada del ejército de Lijuan. Demarco y
otros de los francotiradores habían volado sigilosamente la cabeza de más de un
miembro de alto rango de las fuerzas de Lijuan, cronometrando sus asesinatos para
perderse en la masa de heridas de batalla.
Dmitri había cortado un escuadrón entero que había tenido la desgracia de aterrizar
en la azotea donde estaba luchando, sus armas se veían borrosas. Naasir estaba
en lo más profundo del territorio enemigo y había ensuciado con éxito el suministro
de agua principal del enemigo redirigiendo el alcantarillado hacia ella. Venum había
decapitado renacido tras renacido, su ropa manchada de sangre, Galen no había
dejado de pelear desde su llegada. Aodhan, Jason e Illium habían olvidado dormir.
Su Legión había caído una y otra vez solo para levantarse y luchar con coraje
inquebrantable, pero incluso ellos no podían compensar la disparidad masiva en
números.
Las fuerzas de Lijuan habían comenzado a cerrar la ciudad en sus garras, la batalla
ahora estaba siendo librada en dos frentes principales.
Desvió una lluvia de obsidiana de uno de sus generales, y devolvió el golpe con
fuego de Ángel. El general colapsó bajo sus alas y salió de debajo de la bola azul
eléctrica. Se estrelló contra otros dos luchadores más allá de él; murieron sin tener
la oportunidad de gritar.
Otro rayo se dirigió hacia él, pero Rafael no se agachó. Si lo hiciera, ese rayo
golpearía a una masa de su propia gente. En cambio, fue a desviar el poder con
fuego de ángel...cuando algo sobre la energía que venía hacia él lo tenía
respondiendo con fuego salvaje en su lugar. Sus instintos habían entendido lo que
tardó un momento en procesarse: esta obsidiana tenía una luz estelar penetrante y
encantadoramente brillante.
Los dos poderes impactaron en un choque de luz y sonido que resonó a través de
su cabeza. ¡Lijuan está despierta! ¡Bajen, bajen, bajen!
Él envió un pulso de fuego salvaje en un círculo de trescientos sesenta grados
solamente segundos más tarde. Los combatientes enemigos murieron en un solo
aliento, y el aire onduló a metros de él. Pulsó más fuego salvaje en esa dirección.
Lijuan brilló y se enfocó, y a pesar de la cantidad de fuego salvaje que había
gastado, ella no parecía herida.
La lluvia de fuego que ella le envió fue viciosa.
Elijah se había reincorporado a la batalla solo unos minutos antes, estaba más
fresco que Rafael, pero el otro arcángel se quedó atrás. Rafael sabía que la acción
iba en contra de todos los huesos en el cuerpo de Elijah, pero habían aceptado esto.
Rafael y su ciudad no podían darse el lujo de perder su único respaldo arcángel.
Elijah tenía que mantenerse alejado de Lijuan, como con Antonicus, no tenía
defensas contra su particular marca de muerte.
La voz de Elijah en su mente. Yo me ocuparé de sus generales.
Fuego verde plateado estalló alrededor de Rafael.

Tu ciudad se está cayendo. Las frías palabras tenían un sabor que solo podía
describir como muerte, los gritos de los perdidos en la terrible sinfonía de la voz de
Lijuan. Ríndete ahora y solo te causaré un poco de dolor cuando te absorba.
A Rafael no le gustó que le confirmara que tenía razón en su suposición de que
Lijuan no tenía la intención de matarlo a él y a Elijah directamente. Tan poderosa
como era ahora, ¿Cuánto más se volvería una vez que se alimentara de dos
arcángeles?
Advirtió a Eli de su intención, incluso cuando dirigió un ataque de fuego salvaje a su
corazón.
Desviándolo con un movimiento de su mano que disparó fragmentos de obsidiana a
estrellarse en todas direcciones, ella sonrió. Entonces, eliges el dolor. Que así sea.
Uno de los fragmentos lo golpeó en el hombro y lo hizo girar. Usando el movimiento
en lugar de luchar contra él, disparó un amplio arco de fuego salvaje. Lijuan no pudo
evitarlo, ya que él no había podido evitar su ataque. El fuego salvaje la golpeó
alrededor del plexo solar, haciendo que su cuerpo se inclinara hacia adentro y que
su piel brillara desde dentro Pero ella se mantuvo firme, mientras él sostenía el
suyo.
Podía sentir su veneno abriéndose camino a través de los huesos de su hombro,
pero el fuego salvaje en su cuerpo estaba luchando contra la virulencia. Esto no
duraría mucho más tiempo, no si seguían luchando a este nivel. Si se quedaba sin
fuego, eso sería todo.
Los tornillos de la ballesta golpearon el hombro de Lijuan.
Ella se volvió y sacó un mano. ̶ ¡Conoce tu lugar! ̶ Suyin voló de nuevo para
golpearse contra el costado de un edificio, sus alas se arrugaron y el rojo cubrió la
luz de la luna de su cabello, pero ella le había comprado a Rafael un tiempo
precioso.
Envió dos arcos más, uno horizontal y otro vertical. Lijuan se movió justo a tiempo
para que el punto de cruce de los arcos no golpeara su cara. En cambio, ella tomó
el golpe vertical en un lado del cuerpo y el horizontal en el corazón. Rafael no vio lo
que sucedió después porque se estaba ahogando en una lluvia de luz estrellada de
obsidiana.
Levantó un escudo de fuego salvaje. Comenzó a doblarse casi de inmediato.
Su cuerpo, agotado por la lucha constante contra sus representantes en los últimos
dos días, luchó por producir más fuego salvaje y fracasó.
Lijuan embistió hacia él en el mismo instante, sus manos se extendieron incluso
cuando su fuego salvaje crujió bajo su piel en un esfuerzo por agarrarse. Si ella lo
tocaba con esos manos, ella golpearía su veneno contra él a quemarropa.

Barriendo bruscamente a la izquierda, liberó el escudo y el fuego volvió a él. Lijuan


se detuvo, luego se giró para ir a buscarlo nuevamente. Reuniendo hasta lo último
de su fuego salvaje en su mano, lo sostuvo en una bola brillante. Ven acércate por
todos los medios, dijo. Nos encontraremos y veremos quién sobrevive.
Una leve vacilación, sus alas frenándose. Luego ella sonrió y levantó las manos y él
supo que pronto sería enterrado bajo una lluvia de muerte. Él arrojó el fuego salvaje,
manipulando la energía para que se extendiera y la encerrara. Fue la más delgada
de las barreras, pero bloqueó su energía por un momento o dos.
Él sacó sus dos espadas. Quedaba una cantidad limitada de fuego salvaje en su
sistema, pero tenía que demostrarle que, aunque fuera así, podría acercarse lo
suficiente a Lijuan para hacer lo que había hecho antes: enviar la energía
directamente a su torrente sanguíneo.
Arrancando la delgada barrera de fuego salvaje, lo miró con iris tan pálidos que
parecía ciega, su rostro inquietantemente encantador y el blanco hielo de su cabello
una caída de seda.
Vendrás a mí, ella dijo con una voz llena de fantasmas. Al final, todos vienen a mí.
La obsidiana de la luz estrellada bordeó sus manos, su energía malévola era más
poderosa en comparación. El brazo izquierdo de Rafael ya estaba entumecido, su
cuerpo perdía la batalla con el veneno que había logrado meter dentro de él.
Pero él la enfrentó sin miedo: lucharía hasta el final para salvar a su gente. Su
Elena.
Arcángel.
Su consorte en su visión periférica, el fuego de tormenta de ella escondido en la
sombra del edificio más cercano. Luego voló hacia adelante y hacia la luz.
Frente a él, Lijuan sonrió. Qué lindo de tu Consorte presentarse a sí misma. Me
ocuparé de ella después de ti. Una pena que no pueda atraparla en mi museo del
ala.
Ella estaba jugando con él ahora. Tomándose su tiempo antes de matarlo. Pero sin
regalarle algo a ella, ya que no se dio cuenta de que Elena almacenaba poder para
él. Él y su consorte había llevado a cabo una acción similar en la última batalla, pero
Lijuan debía haber asumido que todo el poder provenía de él.
Para ella, su consorte era un mortal mayor y un ángel bebé.
No había amenaza en absoluto.
El fuego salvaje lamió sus globos oculares, bailó en su cabello.
Ella se estremeció y pareció apretar la mandíbula. La sangre goteaba de la esquina
de su boca. Su poder estaba teniendo un impacto, pero no lo suficientemente
rápido.

Ella ya estaba levantando las manos, preparada para golpearlo.


Una repentina sonrisa antes de que ella bajara las manos. No eres una amenaza,
dijo en un tono de risa. Te absorberé de la manera más placentera para mí, luego
me alimentare de tu consorte.
Ella se lanzó hacia él, como si se sumergiera en los brazos de un amante.
Arcángel, aquí voy.
Extendió sus espadas en el mismo instante en que Lijuan se detuvo en el otro
extremo y se rio. ¿Qué pueden hacerme las heridas de espada ahora?
Sosteniendo su mirada, ella sonrió, burlándose con una cara cubierta de piel de
luna, se empujó deliberadamente sobre las cuchillas, lo que les permitió hundirse en
su carne. Soy una diosa. Me levantaré y me levantare, y me elevaré en mi reino de
muerte.
Su consorte le tocó el tobillo con la mano. Y el fuego salvaje que había crecido
dentro de ella en los últimos dos días lo sacudió en línea directa. Quería ir hacia el
veneno en su hombro, pero lo empujó todo por las espadas hacia Lijuan.
Sus cuchillas bailaban con oro blanco y azul con una opalescencia de medianoche y
amanecer que cambiaron a un inesperado verde salvaje, y luego regresaron.

El grito de Lijuan amenazó con perforar sus tímpanos, un millón de muertes ocultas
dentro de él. En su rostro, vio los fantasmas de las innumerables personas que ella
había matado, su carne transformándose demasiado rápido para retenerla en la
mente.
Sus huesos faciales se volvieron esqueléticos a la derecha entonces, la carne
retrocedió, antes de que ella fuera la encantadora Arcángel de China una vez más.
Una mujer a la que una vez respetó y de la que buscó consejos.
Pero ese arcángel sabio se había ido, perdido en la locura de Cascada, que había
creado este monstruo. Algún día, Rafael podría llorarla, a la Lijuan que había sido
una vez, pero no sería hoy. Hoy, lucharía por la vida no solo de su pueblo y el de
Elijah, si no por la supervivencia del mundo.
Las manos de Lijuan se convirtieron en sangre mientras intentaba arrancarse de las
espadas que siguió empujando contra ella mientras ella intentaba alejarse, hasta
que por fin ella disparó un río de obsidiana de luz estrellada por las espadas,
usándolas como conducto mientras él las sostenía.
Él rompió el contacto con las empuñaduras, y ella se retorció.
Él lanzó una advertencia a los ángeles directamente en el camino de las espadas
que caían y las cuchillas golpearon la calle de abajo sin dañar a nadie de su gente.
En frente de él,
Lijuan se estaba desgarrando por los cortes, el fuego salvaje literalmente la dividía
en pedazos, el borde de verde desafiante provocaba quemaduras abrasivas a lo
largo de las lesiones. Pero incluso cuando sintió un destello de esperanza, su luz de
obsidiana la envolvió, como si sellara las grietas. Cuando Elena le arrojó otra
espada, él se movió para cortar la garganta de Lijuan, mientras más pudieran
lastimarla, más tiempo ganarían para que el fuego salvaje se regenerara. Ese verde
viviente mortal no era suyo o de Elena, sino que estaba formado por una
combinación. Si su combinación de fuego salvaje podía hacer tanto daño ahora
cuando solo había tenido poco que hacer para contribuir al ataque, ¿qué tanto daño
podría hacer si combinaban su fuego salvaje con toda su fuerza?
Él cortó en rodajas...pero Lijuan ya no estaba allí. Una vez más, ella se había ido
haciéndose no corpórea para escapar de un golpe mortal, debía haber tenido una
reserva de energía en reserva por tal contratiempo. Echando la cabeza hacia atrás,
Rafael rugió con furia. Ella volvería. Y no les quedaba nada, no más ases bajo la
manga.

63
El agotamiento pendía sobre las fuerzas de la Torre y de Elíjah. Elena podía ver a
ambos grupos de tropas mientras caminaba por un nevado Central Park a lado de
Hannah.
Algunos miembros de sus fuerzas combinadas estaban sentados y descansando
con los ojos cansados pero abiertos, mientras que otros tenían la cabeza inclinada
hacia atrás y los ojos cerrados. Había caído otra pausa, excepto por breves
escaramuzas aquí y allá.
La causa de la calma pareció ser un agotamiento similar por parte de Lijuan.
Inesperado dados sus números, pero Xi había enviado todas sus fuerzas a la batalla
como uno, en lugar de descansar por grupos y enviarlos uno tras otro.
Perdiendo esta vez, Lijuan también había desvanecido sus poderes. Incluso Xi ya
no estaba disparando los rayos de obsidiana.
Elijah y Rafael habían considerado seguir adelante, obligando al ejército de Lijuan a
cansarse para continuar, pero los números estaban en contra de ellos. Sus fuerzas
estaban incluso más cansadas que las de Lijuan, y tanto Rafael como Elijah estaban
al borde de la resistencia.

Elijah había tenido que extraer energía de la red eléctrica de la ciudad, creando
cortocircuitos por toda la ciudad. Había sido un alcance desesperado por el poder
mientras él intentó mantener a raya a los generales supervivientes más peligrosos
de Lijuan. Apenas recuperado de su lesión, Elijah había tomado al menos diez de
ellos mientras Rafael luchó contra Lijuan.
Como resultado de la posición de Elijah, todavía tenían al menos cinco escuadrones
de combatientes quienes de otra manera hubieran caído bajo el asalto.
Pero incluso si Rafael y Eli robaban la energía de toda la red de la ciudad, no tenían
suficiente energía restante entre ellos para demoler las fuerzas de Lijuan. Harían
daño severo... pero habría una línea plana de energía después.
Manhattan sería una presa indefensa para una Lijuan saturada de energía.
Era mejor que todos se recuperaran en preparación para su regreso, esta vez,
tenían una mejor idea de sus vulnerabilidades. Especialmente cuando se trataba de
la brillante nueva ...hoja verde que resultó de la combinación del fuego salvaje de
Rafael y el de Elena. Eso había lastimado a Lijuan.
Ahora, en este tenue instante donde podían respirar, Hannah estaba haciendo las
rondas. Su gente esperaba esto de ella, y sus caras se iluminaban cuando ellos la
veían. Parecían ganar una energía fresca cuando ella colocaba su mano en la de
ellos o les hablaba por un momento o dos.
Elena no tenía la misma relación entre ella y la gente de Rafael, pero tenían una
relación propia, guerrero a guerrero.
Le contaban sobre sus heridas y le hacían preguntas sobre las pérdidas generales
de la guerra. Ella no les mentía a ellos, ella y Rafael habían acordado que dirían la
verdad a sus tropas.
Su coraje no merecía nada menos.
Lo único que no compartirían era el estado agotado de Rafael. Ángeles, vampiros,
mortales, todos necesitaban creer que su arcángel era muy poderoso. Rafael nunca
con anterioridad había estado tan agotado. Incluso cuando había caído con Elena
en sus brazos esa primera vez, lo había hecho como un ser de poder que había
asesinado a un enemigo.
Estamos resistiendo contra probabilidades imposibles, ̶ dijo a uno de los soldados
de mayor rango después de su actualización. ̶ Nadie podría haber esperado que
Lijuan trajera todo su país a la batalla con ella.
Estaba a punto de empeorar, aunque esperarían para compartir las noticias hasta
después de que estuvieran seguros. Las fuerzas de Rafael habían podido
neutralizar los aviones que habían despegado del territorio de Charisemnon, lo que
parecía una vida atrás, pero su sistema de vigilancia había recogido señales de
barcos que se dirigían hacia Nueva York. Esos barcos "comerciales" llevaban la
marca de Charisemnon, y habían estado rondando las aguas internacionales antes
de la guerra.
Lijuan estaba a punto de obtener aún más refuerzos, o las naves estaban llenas de
insectos que se habían convertido en una plaga. Rafael estaba actualmente
encerrado en la torre con Dmitri y Galen, así como con Elijah y su gente más
importante, en un esfuerzo para encontrar una manera de
sacar esos barcos de la ecuación. Porque si aterrizaban...
Su teléfono sonó. ̶ Si me disculpas, ̶ dijo después de una rápida mirada. ̶ Es mi
hermana Eve.
Un vampiro tan viejo que su rostro era etéreo en su belleza dijo: ̶ ¿la pequeña
guerrera? Ella es valiente.
Sí, lo es. ̶ Alejándose, recibió la llamada. ̶ Estás bien. ̶ Había perdido el rastro de Eve
en el caos de la batalla, había tenido un puño apretado alrededor de su corazón
desde que su intento de comunicarse con su hermana fue enviado al correo de voz.
He estado ayudando en la enfermería del Gremio. ̶ Un ligero temblor en las
palabras.
Trabajo duro, ̶ dijo Elena suavemente, porque debajo de la valentía, Eve
permanecía siendo una niña en medio de la peor guerra que el mundo hubiera visto.
̶ ¿Todos tus amigos están bien? ̶ No podía preguntar por los suyos, no estaba lista
para manejarlo si las noticias eran malas. Ransom, Demarco, Rose, Kenji y muchos
más de sus amigos del Gremio estaban en el campo de batalla. Nadie habría
protestado si Ransom fuera a un lugar seguro con su esposa y su bebé recién
nacido, pero él dijo: ̶ Estoy luchando por el futuro de nuestro hijo. Nyree lo entiende.
Eve inhaló en el otro extremo de la línea, el sonido un poco tembloroso. ̶ Una amiga
mía tiene un brazo roto, otro tiene moretones, pero nada peor que eso. Lo siento me
perdí tu llamada, se volvió un poco caótico aquí después de que un enjambre de
renacidos llegara, tengo un montón de mensajes tuyos, de Amy, mamá y papa.
Papa. Jeffrey nunca había sido papá para Eva. No como había sido alguna vez para
cuatro niñas pequeñas que se reían encantadas cuando las empujaba en un
columpio.
¡Más alto, papi! ¡más alto!
Ecos del ayer, conmovedores y hermosos.
Ese mismo hombre había bailado con una de sus hijas en el piso de la sala,
mientras otra hija tomaba fotografías con su amada cámara, y el bebé de su familia
jugaba en la esquina.
Marguerite a menudo se había sentado en un lugar soleado en la sala de estar,
haciendo esto o aquello con la máquina de coser, hasta que Jeffrey la sacaba de su
pequeño cuarto de costura y la llevaba a la luz del sol. El lugar favorito de Elena
había sido el banco de la máquina de costura. Su madre la había molestado ese
día, diciéndole que un día, ella sería demasiado grande para sentarse allí y tendrían
que reforzarlo, pero Marguerite ya se había ido hace tiempo cuando Elena alcanzó
ese tamaño.
Hoy, su papá era el padre de Eve, y ella no creía que él alguna vez se hubiera reído
con sus dos hijas más jóvenes. Las hermanastras de Elena habían crecido con un
hombre muy diferente al que había amado a Elena, Beth, Ari y Belle.
¿Como están ellos?
Bueno. Amy y mamá son voluntarias en un almacén que está empacando
suministros para nosotros, y mi padre está involucrado en transportarlos a
Manhattan.
Elena no lo sabía, pero tenía sentido. Jeffrey Deveraux tenía tentáculos en cada
área de negocios en la ciudad. Si alguien conocía la logística del suministro, era el
padre de Elena.
¿Pero está fuera de Manhattan? ̶ Su padre era un brillante hombre de negocios,
duro como un clavo en la sala de juntas, pero su tipo de batalla no involucraba
cuchillas, pistolas ni lanzallamas.
Sí, está con mamá y Amy en Nueva Jersey. ̶ Eve exhaló lentamente. ̶ Les dije que
deberían ir más lejos. Las cosas están mal aquí.

Lo sé. Pero la cuestión es que, Eve, si caemos, no importa cuán lejos vayan. Lijuan
se propagaría como un virus por toda la tierra. ̶ Creo que probablemente se sentirán
mejor si se quedan y ayudan en la lucha como pueden.
Casi escuchó a Eve tragar. ̶ Sí, eso es lo que dijo Amy. Ella dijo que podría ser una
mierda al sostener una espada y probablemente vomitaría si tuviera que cortar la
cabeza de un vampiro, pero que ella era muy buena asegurándose de que los
suministros fueran exactamente empacados como deberían serlo hasta que se
agotara todo el espacio. La pusieron a cargo de un área completa de suministros.
Tu hermana es dura a su manera. ̶ Se volvió así después de darse cuenta de que
Jeffrey nunca amaría a su madre tanto como había amado a Marguerite. Eso había
creado un núcleo duro y enojado dentro de Amy que Elena no estaba segura de que
alguna vez se derritiera, pero esa claridad de visión provenía de una naturaleza dura
y pragmática.
Amy siempre me protegió cuando éramos pequeñas. Ella nunca retrocede de los
matones y dice que Lijuan es solo un matón muy poderoso.
Tu hermana tiene razón. ̶ No por primera vez, Elena deseaba tener una relación con
Amy, pero no estaba dispuesta a empujar hacia donde no la querían.
Un ruido de fondo antes de que Eve dijera: ̶ Mejor me voy.
Hay muchos heridos: los sanadores y los médicos nos necesitan a todos nosotros
para que podamos correr y agarrar las cosas necesarias y hacer mandados, para
que puedan concentrarse en su trabajo. ̶ Una pausa. ̶ Ellie, no te lastimes, ¿de
acuerdo? ̶ El temblor había vuelto. ̶ No puedo perder a mi hermana mayor más
grande.
Elena presionó la palma de su mano contra su abdomen y apartó el calor de sus
ojos. ̶ Yo tengo planes para patear el trasero de Lijuan, ̶ dijo...pero ella no hizo
promesas de que terminaría esto con vida. Ella no podía. Después de que Eve
colgó, se tomó un par de segundos para encontrar sus pies nuevamente, luego
llamó a Beth. Resultó que ella estaba con Gwendolyn y Amy en el almacén de
suministros. También con ellos estaba Majda. Elena sabía que el esposo de Beth,
Harrison, estaba actuando como un chico de los recados en la Torre. Ese era más
difícil de lo que sonaba. Había estado corriendo sin parar durante días y, para su
crédito, no se había quejado ni una vez.
En cuanto a Jean-Baptiste, ella le había hablado solo un par de horas antes. ̶ El
abuelo está bien, ̶ le dijo a su abuela cuando Majda entró en la línea. ̶ Solo está
cansado. ̶ Como vampiro altamente experimentado, estaba a cargo de uno de los
equipos de tierra bajo el mando general de Venom.
¿Y tú, corazón de mi corazón? ̶ Palabras suaves, con cuidado infinito. ̶ ¿Cómo
estás?
Actualmente tengo botas nuevas porque un ángel imbécil apuñaló un agujero a
través de mis favoritas y estoy molesta.

Era algo tan insignificante ser irritada por eso, pero ella se aferró a ello. Necesitaba
ser mezquina ahora mismo, necesitaba que algo de eso se sintiera normal y no una
cuestión de vida o muerte. ̶ Probablemente conseguiré una ampolla.
El tono de Majda mantuvo una sonrisa cuando respondió.
Que esa sea tu mayor preocupación hoy, azeeztee.
Elena apretó el estómago contra la ola de recuerdos. Suaves manos en su cara.
Una mujer riendo a la luz del sol. El aroma de las gardenias. Labios presionados
contra su frente.
¿Maggie?
Ella había logrado decir. La última vez que Elena escuchó de ella. Beth había
decidido mantener a su hija con ella antes que enviarla lejos más adentro del
territorio. ̶ Sabes que los padres de Sara todavía estarán felices de tenerla hasta
que esto termine. ̶ Ya tenían a su cargo a Zoe; ya que ambos, Sara y Deacon
estaban en combate y la pequeña Zoe familiarizada con sus voladores, chiflados,
pero amorosos abuelos, había sido la mejor opción.
Nuestra pequeña Maggie está con nosotros, ̶ confirmó Majda.
Creo que, para nosotros, para Beth, es la elección correcta.
Pase lo que pase, esta niña siempre sabrá lo que es ser amada por su madre. ̶ En
su voz vivía un grueso recuerdo, piezas apreciadas de la niña que había dejado
para mantenerla a salvo.

Maman vivió una vida alegre durante muchos años, ̶ le recordó Elena a su abuela. ̶
Y ella te recordó con amor toda su vida. ̶ Nunca había oído a Marguerite decir algo
negativo sobre la madre que la había dejado despertarse sola en una antigua iglesia
parisina. ̶ Creo que ella siempre supo que regresarías si podrías.
Cuídate, Elena, ̶ susurró Majda. ̶ No podría soportar sobrevivirte como yo he
sobrevivido a mi hija y mis dos nietas.
Elena colgó la conversación con un bulto pesado en el pecho que tuvo que respirar
rápidamente cuando vio a un joven guerrero dirigiéndose hacia ella. El ángel
femenino tenía un brazo vendado, lo que significaba que ella había sufrido una
lesión bastante significativa. Joven para los estándares de la Torre, todavía tenía
doscientos cincuenta años.
¿Herida de espada profunda? ̶ Elena asintió ante la herida.
No, consorte. Peor aún. Uno de los ojos muertos me atrapó con un cuchillo. ̶ Una
exhalación de sus fosas nasales, sus labios apretados. ̶ No puedo creer que le haya
permitido hacer eso, pero logré cortar un trozo de su ala, así que salvé mi honor un
poco al menos.
Tomamos los que podemos conseguir, Ahayl. Personalmente, estoy muy orgullosa
de tomar un ojo con un lanzagranadas.
En realidad, había sacado todo el lado de la cara de un ángel, pero el hijo de puta
había sido tan fuerte que sobrevivió y se fue volando hacia el territorio de Lijuan.
No es que le sirviera de mucho, Lijuan parecía tener solo una solución para sus
heridos: se los comía. Por otra parte, ese ángel en particular había sido viejo y
experimentado. Podría ser que Lijuan le empujara algo de poder para acelerar su
curación. Ciertamente estaba haciendo algo para mantener a sus generales adentro
del juego incluso después de que sufrían heridas graves, y todos habían visto que
ella podría compartir el poder.
Elena se preguntó como los generales no se enfermarían al conocer la fuente de
ese poder. ¿Los muertos gritaban en sus cabezas como gritaban en la voz de
Lijuan?
Ahayl asintió con la cabeza. ̶ Esa es una buena victoria. ̶ Luego se fue, su
conversación habiendo cumplido su propósito: contacto con la consorte. Las tropas
sabían que Rafael no podía estar mucho en el suelo, pero eso estaba bien porque
Elena era su corazón y ella estaba con ellos.
Echando a un lado el dolor del pasado, Elena continuó. Ella arregló la vaina de un
vampiro para que quedara bien colgada de su espalda. Ella ayudó a afilar los
cuchillos de un Ángel mayor que no hablaba mucho. Y le dijo a guerrero tras
guerrero que a ellos les iba bien, que su arcángel estaba orgulloso de su espíritu y
coraje.

Andreas también estaba en el parque, más sucio y con los bordes más ásperos que
nunca. Lo había visto.
Espadas gemelas curvadas como guadañas cruzaban su espalda bajo el ámbar gris
de sus alas, ella solo podía ver las empuñaduras sobre sus hombros, pero lo había
visto trabajando con esas espadas brillantes en la batalla.
Como ella lo había visto usar los cuchillos de caza que llevaba en las fundas de los
muslos. Al igual que con la mayoría de los ángeles en el parque, su túnica de cuero
no tenía mangas, independientemente de la nieve y el frio. ̶ Lucharemos hasta la
muerte por Rafael, ̶ le dijo cuando sus caminos se cruzaron, el pálido verdoso
avellano de sus ojos sin parpadear. ̶ Mejor morir con honor a su servicio que ser un
esclavo de Lijuan.
Era un sentimiento que escuchó articulado de cien maneras diferentes ese día. La
misma canción cantaba en su alma.
Moriría en libertad junto a su arcángel mil veces más que cambiarlo incluso por un
día más con la correa de Lijuan. Si la muerte es nuestro destino, Arcángel, pensó,
entonces te veré en el otro lado.

64
Rafael logró traer todos sus Siete a la discusión después de que Elijah y su gente se
fueron para prepararse para su parte en lo que estaba por venir. Solamente Galen y
Dmitri se pararon con él en la sala de guerra, todos los otros en el Altavoz.
No quería que todos regresaran a la ciudad de esta manera, les dijo después de que
habían hablado de tácticas y estrategias, conscientes de que no solo eran sus Siete
en la línea de fuego, sino sus mujeres.
Holly: con una mente rápida y un significativo entrenamiento bajo su cinturón,
estaba detrás de las líneas enemigas, mientras que Honor, una cazadora
perfeccionada bajo su preferencia por actividades académicas, luchaba junto a
Venom.
La Andrómeda de Naasir se había quedado en el Refugio con la Jessamy de Galen.
Ambas mujeres morirían antes de permitir que el daño llegara a los preciosos hijos
de todos los guerreros que habían volado para luchar en las diversas batallas que
se desarrollaban alrededor del mundo. Si el enemigo volteaba sus ojos hacia el
Refugio, Naasir y Galen estarían lejos de las mujeres que tanto amaban.

En cuanto a Jason, su princesa era más dura de lo que parecía.


Mahiya estaba trabajando en la enfermería. Resultó que ella había estudiado en
silencio con los sanadores de la Torre en los años después de que quedó claro que
Lijuan se elevaría nuevamente, era lo suficientemente hábil ahora para que ella
pudiera encargarse de heridas leves, dejando a los sanadores libres para
concentrarse en los más críticos.
Luego estaba su consorte.
La había visto por última vez con una mancha de sangre seca en la cara y un corte
en el cuero reforzado de su chaqueta donde una espada se había acercado
peligrosamente a su cuello. Sabía que ella estaba en Central Park en este
momento, entre las tropas. Él se preguntó si se había dado cuenta de lo real que era
a su manera, no en el modo distante de una emperatriz, pero en la forma tranquila y
capaz de una reina guerrera.
Ella cabalgaría con él a la batalla hasta el final.
Arcángel. Como si la hubiera conjurado pensando en ella, el cálido acero de la voz
de Elena llenó su mente y de repente, el poder en sus venas se sintió un toque
menos frío, un poco más humano. ¿Tienes un poco de tiempo? Creo que a nuestras
tropas les haría bien verte.
Estaré ahí pronto.

Volvió su atención a sus Siete. ̶ Tienen sus tareas. Descansen si son capaz,
coloquen lo que puedan y preparen a sus luchadores para lo que se avecina. ̶ Sería
la batalla más terrible de todas, de eso estaba seguro.
Vivek había logrado colar más de sus insectos en el área de Lijuan, y las imágenes
que habían regresado a ellos, aunque hubieran sido dispersas, mostraban un
montículo de carne de tamaño imposible. Muchos de los ángeles y vampiros
estaban apenas heridos, y sin embargo se habían sentado en su lugar, listos para
ser consumidos por su diosa. No todos tenían los ojos muertos que hablaban de
falta de libertad.
No puedo entender por qué la siguen incluso después de haber visto en lo que ella
se ha convertido. ̶ La voz tranquila de Aodhan, el ángel hablando desde una
posición centinela cerca del puerto. ̶ Ya no es una cuestión de lealtad. Es una
cuestión de honor.
El más bello de sus Siete, con su piel una cosa luminosa, sus mechones de cabello
como diamantes rotos, dijo: ̶ Padre, si te hubieras convertido en algo como ella
ahora, no habría permanecido leal. Habría entendido que el arcángel que amaba, el
arcángel a quien había jurado lealtad se había ido.
Hubiera llorado tu muerte, y luego habría luchado para terminar con el horror en el
que te hubieras convertido.
Es por eso por lo que eres uno de mis Siete. ̶ Sus hombres no eran seres sin
voluntad, no lo seguirían sin pensarlo. ̶ A Lijuan nunca le han gustado demasiadas
fuerzas a su alrededor.
Había una excepción a esa regla: Xi.
La capacidad de Xi para pensar por sí mismo, así como su historial anterior de velar
por sus tropas fueron la razón por la cual la actual devoción servil del general
sorprendió a Rafael No sabía si Lijuan había hecho algo a Xi que lo llevó a seguirla
incluso cuando ella se alimentaba de combatientes que él había prometido liderar
con integridad y cuidado, o si siempre había tenido esa debilidad dentro de él, pero
la pregunta era discutible en cualquier caso.
Se enfrentaban a un ejército que se había tragado la píldora venenosa y creía
apasionadamente que Rafael y el resto de la Cátedra eran una amenaza para Lijuan
porque no la aceptaban como su diosa. Y, después de todo lo que habían ya hecho,
no tenían más remedio que seguir a Lijuan hasta el final.
Porque eran los vencedores quienes escribirían la historia.
Voy a encontrarme con Elena en Central Park, ̶ dijo. ̶ Dmitri, tómate un descanso. ̶
Su segundo había estado en batalla o en la sala de guerra sin parar. ̶ Trace puede
cubrirte mientras descansas. ̶ El vampiro había estado en India cuando las
hostilidades empezaron. Los vuelos habían aterrizado a raíz de lo que sucedía en la
tierra de Neha, los cruces marítimos eran un riesgo lento y traicionero. Sin embargo,
Trace lo había logrado, llegó a casa a tiempo para unirse a la batalla anterior.
Es uno de los pocos hombres en los que confiaría el puesto. Dmitri pellizcó el
hombro de su camiseta, bajó la cabeza para olerla. ̶ Necesito una ducha al menos.
Esos ojos muertos liberan sangre podrida y apestosa cuando son decapitados.
Mantendré el control aquí hasta que llegue Trace, ̶ ofreció Galen, su cabello rojo
desordenado alrededor de su cabeza y rayas de hollín en sus brazos. ̶ Ve a bañarte.
Tú apestas.
No eres exactamente una rosa fragante, bárbaro, ̶ murmuró Dmitri.
Un resoplido de los altavoces. ̶ No me hablen de malos olores hasta que te hayas
cubierto con carne de renacidos medio frita. ̶ La voz lánguida de Venom. ̶ Tu esposa
arrojó una granada en un nudo de ellos que se escabulló hacia nosotros como
cangrejos incluso mientras estaban en llamas.
Dmitri sonrió de una manera que habría sorprendido a aquellos que nunca habían
visto el hombre bajo el mortal vampiro milenario. ̶ Esa es mi Honor.
Cuando sus Siete comenzaron a hablar entre ellos, se tomaron uno o dos minutos
para alimentar sus almas, Rafael caminó hacia el balcón y observó su ciudad
maltratada.
El humo serpenteaba hacia el cielo desde las áreas donde se habían eliminado
grupos de renacidos y a la izquierda había una gran cicatriz en el paisaje, estéril y
negro.

Fue una pequeña bendición que el incidente de los insectos no se hubiera repetido.
Con toda probabilidad, Charisemnon solo podía hacer tantos a la vez antes de que
su capacidad se agotara. Hasta donde Rafael sabía, el único de ellos cuyo poder de
la Cascada era ilimitado era Lijuan, y eso porque se alimentaba de otros. La
curación de Rafael y la creación de la enfermedad de Charisemnon tenían un límite.
No es que ninguno de ellos tomara este último hecho por sentado. Un grupo de
soldados heridos no hizo nada durante todo el día, pero hicieron zoom acercándose
a cualquier enemigo sospechoso y observaron los movimientos en las calles por
pequeño que fueran. Habían descubierto múltiples renacidos y tres agentes de sigilo
vampíricos, pero nada de insectos.
Extendiendo sus alas, despegó hacia el cielo polvoriento y lleno de humo.
Le llevó tiempo llegar a su destino. Sus tropas estaban dispersas por todas partes
de la ciudad; cada vez que veía un grupo en una azotea, o reunido en la calle, él
aterrizó y les habló. No podía hablar con todos y cada uno de los miembros del
ejército, pero sabía que sus palabras viajarían a través de las filas. Importaría que él
se preocupara lo suficiente como para que hablara con los dos líderes, de los
vampiros junior y el escuadrón senior.

Levantándose en el aire después de una breve parada para hablar con una joven
unidad terrestre, envió un mensaje a su ejército. Tienen coraje y tienen corazón.
Esta es nuestra ciudad y nunca la entregaremos. Pero por ahora, si pueden,
descansen.
Debemos estar listos para atacar cuando la batalla comience de nuevo.
Vio movimiento en varios tejados, notó que varios artilleros se acostaban sobre sus
armas y comenzaban a estirar sus hombros. La Torre ya había enviado la misma
instrucción, pero era diferente viniendo de su arcángel. Sabía que la supervisión se
mantendría constante, que nadie caería en un profundo descansar, pero cualquier
descanso era algo bueno.
Llegó a Central Park cinco minutos después.
Las conversaciones que siguieron fueron muy parecidas a las que había tenido en el
viaje aquí. Todos sabían que su estado era grave, pero nuevamente, no se habló de
la derrota.
Hablaron solo de escaramuzas ganadas, o ideas que tenían para las futuras
operaciones.
Los escuchó a todos.
Encontró al joven Izak sentado en el suelo nevado con varios de su escuadrilla. El
ángel estaba profundamente dormido con la cabeza apoyada contra un árbol y las
alas dobladas alrededor de su cuerpo como una manta.

Rizos amarillos caían sobre su frente, haciéndolo parecer un niño perdido, pero Izak
no era un niño.
Incluso en su descanso, tenía su espada a su lado. Sangre seca en el rojo hierro,
recubría las suelas de sus botas y se rociada sobre sus plumas. Esas plumas eran
de un rico crema en su mayor parte, excepto por el tercio inferior de cada ala, allí, su
coloración era crema moteada de azul oscuro, similar al huevo de un pájaro
pequeño.
Hoy, manchas de óxido rojo se unían al azul y crema.
Quiero encontrar una manta y envolverla sobre él. ̶ El susurro de Elena fue seguido
por el roce de su ala contra la de él, su fuego de tormenta arqueándose a través de
sus propias Plumas en una caricia eléctrica. ̶ Sé que necesito tratarlo como un
guerrero, pero él siempre será Izzy para mí.
El mundo entero se calmó. La nieve comenzó a caer, suave y delicada.
Rafael se giró, ahuecó su mejilla e hizo lo que había estado ansioso por hacer todo
el día pasado.
Bajando la cabeza, la besó. Nunca había amado antes de ella y nunca lo haría
después, no había un después de Elena para él.
Mi amor por ti es la verdad más profunda de mi existencia.
Primavera, verano, otoño e invierno, pasaría todas las estaciones de mi vida
contigo.

Rafael, ella colocó la palma de su mano contra su corazón, su cazadora le devolvió


el beso con un amor que fue feroz y desafiante y para siempre. Cuando llegue
nuestro invierno, iré a dormir en tus brazos con una sonrisa.
Un resplandor los rodeó mientras se besaban en la nieve que caía, sus relámpagos
dorados bailando sobre su piel y su fuego de tormenta posesivo sobre sus alas.
Hola, Arcángel. ̶ Habló contra sus labios.
Frotó la yema del pulgar sobre la piel fría de su mejilla. ̶ Hola, cazadora mía.
A su alrededor, su gente sonreía y continuaba con sus tareas.
Solo para que estemos claros, hbeebti, no he superado el hecho de que volaste
directamente en una batalla entre arcángeles.
Una sonrisa estalló en su rostro. ̶ Pero lo hice con un lanzagranadas, ̶ ella dijo con
orgullo. ̶ Admítelo, esa fue una gran idea de mi parte. ̶ Sus ojos pasaron por encima
de su hombro. ̶ Hablando de eso, maldición, Imani es buena con el martillo de
guerra, No tiene modales cuando va a golpear a un enemigo en la cabeza.
Rafael sintió que sus labios se contraían. ̶ Las reglas de la guerra son diferentes de
las reglas del hogar o la sociedad educada. Si recuerdas, tu guía de etiqueta tenía
un capítulo completo sobre tales situaciones "desviaciones aceptables de la norma".
Probablemente estaba haciendo la-la-la y tratando de ahogar tu voz entonces, ̶ ella
admitió, impenitente. ̶ Después de que termine esta guerra, me la puedes volver a
leer.
Poniéndose uno al lado del otro, continuaron hablando con su gente: incluyendo a
una Imani que tenía su cabello rizado fuertemente trenzado hasta el cráneo y estaba
vestida con una armadura de color negro desgastado que presentaba placas en
capas para brazos y protección para el cuello. ̶ Eres joven y necia, ̶ una mirada
aguda a Rafael, ̶ puedes exponer tus brazos. ̶ Los labios exuberantes se fruncieron
en una cara de piel rojiza de belleza deslumbrante. ̶ Yo prefiero mantener mis
extremidades.
¿Imani le tiene miedo a alguien?
¿Cómo me la describiste una vez? Ah, sí. Una gran dama que no tiene tiempo para
la mierda de cualquiera. Esa es Imani. Rafael quería sonreír. Siempre me gustó por
eso.
Debería haberlo adivinado. Una mirada de risa. Tienes una debilidad por cierto tipo
de mujeres.
Rafael a veces pensó que debía haberse enamorado de Elena la primera vez que
se puso cara a cara con él, aunque había sido una simple mortal y él un arcángel.

Más tarde, después de que se cambiaron de Imani, ella dijo:


¿Por qué la mayoría de ustedes no usan protección para el brazo y el cuello?
Tal armadura tiene poco impacto en alguien que lucha con un arma pesada como
un martillo de guerra, pero el peso y la rigidez añadidos provocan una reducción
menor en la velocidad para aquellos que usan un arma más ligera. ̶ Y en una batalla
entre inmortales incluso esa reducción minúscula podría significar la vida o la
muerte.
Lo tengo, ̶ dijo Elena de inmediato. ̶ O todos lo usan o ninguno de ustedes lo hace.
Llegaron a un escuadrón reunido un momento después, y su atención cambió.
Cuando finalmente despegaron de Central Park, fue a la oscuridad pesada. Las
llamas parpadeaban contra el cielo nocturno, mientras tanto su pueblo como el de
Lijuan las encendían para la luz y para el calor. La energía de extracción de Elijah
de la red de la ciudad había volado los circuitos críticos en muchas áreas. La Torre
en sí tenía grandes generadores, pero había decidido priorizar el uso por parte de la
enfermería y el equipo técnico de la Torre.
El lado de Rafael también tenía linternas y lámparas de alta potencia listas, baterías
almacenadas en todo el lugar. No mostrarían nada de eso en este momento, sin
embargo. Que el enemigo creyera que el ejército de Rafael también estaba ciego en
la oscuridad. Todo el tiempo, Naasir y su equipo se arrastraron en territorio
enemigo, su tarea era causar tanta destrucción como fuera posible. Ya era hora de
que llevaran la guerra a la puerta del enemigo.

65
Las explosiones llegaron a las tres de la mañana. Advertido por Naasir, Rafael
estaba en lo alto del cielo cerca del frente principal, mientras que Elijah había
tomado la otra mitad de la ciudad. Sus tropas estaban preparadas y listas para
moverse usando la noche nublada y sin luna como escudo. Diez escuadrones
veteranos habían llegado a los tejados cerca del territorio enemigo.
Otros observaron para asegurarse de que la gente de Lijuan no estuviera haciendo
lo mismo.
Elena se había unido a uno de los equipos de arqueros y tiradores. Ella le había
dado todo, y ya casi había regenerado en su totalidad el fuego salvaje, pero tenía
poco con lo que trabajar en él: las constantes batallas contra los representantes de
Lijuan habían cobrado su precio, su cuerpo luchaba por producir fuego salvaje a una
velocidad lo suficientemente rápida como para mantenerse al día con el gasto.
Que así sea.
Seguía siendo un arcángel, uno más hábil en estrategia y táctica de lo que Lijuan
ignoraba en sus delirios de divinidad, ella podría ser empujada a tomar imprudentes
decisiones. Si ella se levantaba hoy, no sería con toda su fuerza: se toparía con el
fuego salvaje suyo combinado con el de Elena, usándolo en un ataque que
convertiría a Lijuan en una criatura gritando sin sentido.
Independientemente de la amenaza planteada por Lijuan, no podrían lanzar el
asalto hoy, tenían que encontrar una manera de paralizarla a ella o a su ejército o
sus tropas y las de Elijah no tendría posibilidades de pelear por su supervivencia.
Otra gran batalla y su gente sería masacrada, las calles inundadas de sangre.
Una bola de fuego golpeó el cielo nocturno mientras que las ventanas del primer
edificio estallaron con la gran explosión de sonido. Muchas de las tropas de Lijuan
se habían acostado en ese edificio. Murieron en una lluvia de calor y cimientos
desmoronados. Otro edificio explotó en el mismo momento, luego un tercero. Rafael
rasgó el cielo con fuego de ángel después, cortando la masa desorientada de
combatientes que intentaban escapar de la metralla de los edificios.
Más explosiones iluminaron la noche en territorio enemigo, estos finamente
atacados. El equipo de Naasir estaba explotando las tuberías restantes que traían
agua limpia, y estaban interrumpiendo las líneas del alcantarillado para que la
suciedad fluyera hacia el campamento enemigo. Un pequeño equipo de demolición
se había encargado de destruir las carreteras que salían de la zona del puerto.
Su objetivo era atrapar a las tropas terrestres de Lijuan y aniquilar las aladas. Los
arqueros de Rafael golpearon ardientemente a cualquiera que escapara del fuego
de ángel que ardía en el cielo. Sus tropas comenzaron a avanzar, escuadrones
aterrizando en los tejados en una ola de muerte silenciosa, mientras los equipos de
tierra empujaban camino a través de los escombros, eliminando al enemigo en cada
lado a medida que avanzaban.
La lluvia de obsidiana comenzó a golpearlos minutos después, pero ya era
demasiado tarde. Habían recuperado gran parte de lo que habían perdido. Rafael no
contuvo su fuego de ángel, su intención era eliminar a tantos generales de Lijuan
como pudiera. De repente los altos dirigentes salieron del camino a una velocidad
precipitada.
¡Arrodíllate ante tu Diosa!
La vio entonces, más alto en el cielo que él.
Su cara era esquelética, y parecía que le faltaba un lado del cuerpo. Su vestido
batía contra el aire vacío donde su muslo debería haber estado, y arriba, la tela
estaba siendo succionada contra su costado; su caja torácica faltaba parcial o
completamente. Nada de eso le impidió llover la muert
desde el cielo a través de una vasta, muy vasta área.
Preciosos fragmentos brillantes de obsidiana con luz de estrellas que estaban llenas
de dolor y horror.

Tenía la intención de guardar su fuego hasta que pudiera meterlo en su cuerpo,


pero cientos de personas morirían si él no la detenía.
Extendió su fuego salvaje en un escudo a través del cielo. La lluvia mortal golpeó y
se disipó, pero Lijuan no había terminado. Ella arrojó otro aluvión. Su escudo
aguantó. Justo.
Podría estar herida, pero su poder era algo terrible.
En lo que sea que Lijuan se hubiera convertido, ella se estaba haciendo más fuerte
con cada día que pasaba. Incluso a plena potencia, no podía esperar derrotarla, no
en una lucha directa como esto se había convertido. No cuando podía extender su
ataque a través de tal área devastadoramente grande.
Él podría continuar, enfureciéndola hasta que se equivocara para poder acercarse lo
suficiente e inyectarla con su fuego salvaje, pero el precio de su elección sería
grave, tan grave que dejaría cientos de tumbas.
Él no tenía elección. ¡Retirada! ordenó. ¡Retrocedan!
Incluso mientras daba esa orden, moldeó las últimas gotas de fuego en su cuerpo
en pequeños gránulos, luego los disparó a través de su escudo. Había tomado un
preciado segundo extra de tiempo, pero así de pequeños los gránulos, tan
pequeños que eran casi invisibles contra su lluvia de obsidiana con luz estrellada,
pasarían por la brecha entre una ráfaga de lluvia y la siguiente.

Lijuan no se había movido desde que esto comenzó; esperaba que eso fuera cierto
por otro segundo.
Dos de los gránulos quedaron destrozados por la caída de fragmentos, pero los
otros cinco golpearon el corazón de Lijuan.
Un rayo la iluminó desde adentro. La sangre goteaba de su boca.
Rafael no lo tomó por una ventaja de ningún tipo. La única razón por la que él logró
tanto con tan poco fue porque ya estaba herida. Pero herida o no, tenía mucha
potencia de fuego en ella. Ella lo apuntó solo con la siguiente oleada.
Su escudo se derrumbó, el fuego se disipó bajo la lluvia de negro. Rafael no tenía a
dónde ir que no pusiera a sus tropas en la línea de fuego. Un escuadrón angelical
se retiraba debajo de él. Él usó fuego de ángel para interrumpir la luz de las estrellas
de obsidiana.
No pudo eliminar o desaparecer el veneno de Lijuan, pero fue
lo suficientemente fuerte como para enviarlo fuera de curso.
Los fragmentos se estrellaron contra los edificios a ambos lados del escuadrón;
ellos salieron volando del peligro momentos después. Eran las tropas terrestres de
las que tenía que preocuparse ahora, estaban demasiado profundos en territorio
enemigo. Les tomaría tiempo retirarse a terreno seguro. Incluso si la red
subterránea de túneles sobrevivía a las detonaciones aéreas, habían sido diseñadas
para operativos solitarios, no para grandes cantidades de tropas.
Lijuan se echó a reír y el sonido era incongruentemente encantador. ¿Por qué
peleas así? Un tono de reprensión en su voz mental, casi del arcángel que había
sido una vez. Tú tienes solo el poder en tu carne. Soy una diosa. Tengo el poder de
mis personas. Otra lluvia de dolor y muerte vestida de belleza.
No le quedaba nada. Sin fuego salvaje, sin fuego de ángel. Nada más que sus
espadas, con las que intentaría desviar algunos de los fragmentos, para que sus
tropas terrestres pudieran tener una probabilidad ligeramente mayor de un retiro
seguro.
Cuerpos grises de repente llenaron el cielo frente a él.
Su Legión recibió un golpe tras otro, cada cuerpo cayendo flácidamente a la tierra
mientras el negro del veneno los comió de adentro hacia afuera.
Un rayo de bronce cayó del cielo en el mismo instante, apuntando directamente a
Lijuan, uno la golpeó directamente, quemando grandes extensiones de carne del
lado sano de su cuerpo plagado de fuego salvaje. Ella gritó y apuntó su poder de
fuego arriba, pero la persona allí era invisible contra el cielo cubierto de humo.

Rafael reconoció ese rayo, pero tampoco pudo ver a Michaela. Enfurecida, Lijuan
disparó otra lluvia de negro a la Legión, fragmentos venenosos que bloquearon con
sus cuerpos. Michaela golpeó a Lijuan con otro golpe directo, este logrando destruir
un ala. La cara de Lijuan se desvaneció, luego su cuerpo ondulo y ella se fue, sin
duda para alimentarse de nuevo.
Rafael había sobrevivido a la escaramuza, pero el daño causado fue catastrófico por
primera vez, vio la desesperación en los rostros de su pueblo. Les había costado
mucho ingenio, habilidad y sangre ganar ese terreno. Solo para que Lijuan lo
recuperara en cuestión de minutos.
Elena vuela conmigo. Necesitaba a su consorte de una manera que no tenía nada
que ver con guerra o poder, y su gente había herido a las fuerzas de Lijuan lo
suficiente como para que no persiguieran a los soldados en retirada, solo mantenían
su lado de la línea.
Alas de tormenta se elevaron desde uno de los tejados.
Vamos a recuperar esa tierra. ̶ dijo ella cuando lo alcanzó. ̶ Lo hicimos una vez, lo
haremos de nuevo.
No, Cazadora del Gremio. Sabes tan bien como yo que las explosiones delataron
una de nuestras únicas ventajas, la gente de Lijuan incluso estará rastreando
cualquier edificio a la vista por trampas explosivas. ̶ Solo esperaba que Naasir,
Janvier, Ashwini, Demarco, Holly y los demás lo lograran.

No es la pérdida de territorio lo que me preocupa, es lo que esa pérdida le está


haciendo a nuestra gente.
Las caras lo miraban desde los tejados e incluso aquellas que habían logrado
aferrarse a la esperanza, la esperanza tenía un borde desigual. ̶ Acaban de ver a su
arcángel completamente derrotado. Si la Legión no hubiera intervenido y recibido los
golpes por mí, no estaría aquí hablando contigo ahora.
Estás herido. ̶ El tono de Elena era agudo. ̶ Ella te golpeó.
Dos veces, ̶ le dijo. ̶ Una vez en el hombro muy cerca de mi cuello, y la segunda al
lado de mi caja torácica. Me está carcomiendo.
El fuego salvaje... ̶ comenzó Elena.
Rafael la interrumpió sacudiendo la cabeza. ̶ No queda nada, estoy fuera de poder y
sé que me diste las últimas gotas en ti. ̶ deliberadamente rozó su ala sobre la de
Elena mientras la luz obsidiana estrellada de Lijuan cavaba canales de agonía en
las costillas y el hombro.
Estaría en la misma forma que Antonicus si no fuera por el hecho de que los dos
golpes habían sido desviados y su capacidad para generar fuego salvaje parecía
venir con una limitada inmunidad. Pero eso solo retrasaría el proceso, no lo
detendría. Ya el negro veneno intentaba llegar a su corazón, todos los canales
apuntaban en esa dirección.

•••
Un par de minutos después, con el estómago lleno de náuseas, Elena se levantó en
un balcón alto de la Torre y miró hacia el cielo para ver una reunión similar a una
que había tenido lugar durante su primer encuentro con Rafael. Dos arcángeles en
el cielo, uno con alas de oro y blanco, el otro con plumas brillantes de bronce.
Michaela incluso estaba vestida con un traje de manga larga como lo había estado
hace mucho tiempo. Cuando el Arcángel de Budapest aterrizó en el balcón con
Rafael, el traje resultó ser de color verde oscuro con un ligero brillo. Su cabello era
la misma caída de seda que le caía por la espalda, su cara era asombrosamente
hermosa. El color chocolate con leche de su piel era rico a pesar de la oscuridad de
la noche, sosteniendo una calidez que Elena siempre había pensado en desacuerdo
con el borde mordaz de su personalidad.
Hoy, sin embargo, no hubo sarcasmo, ni curvatura en el labio.
Michaela solo asintió con la cabeza a Elena, su mirada se entrecerró ligeramente al
ver las alas de fuego de tormenta de Elena, antes de volverse hacia Rafael. ̶ Vi
informes de esta ciudad, supe que tenía que venir.
¿Qué pasa con tu territorio? ̶ Preguntó Rafael sin ninguna señal de dolor en su voz,
aunque Elena sabía que tenía que ser tortuosa. ̶ ¿los niños con la infección de los
renacidos?

Si ella gana esta guerra, no importará que mi territorio esté limpio de infección. ̶ Una
gravedad en la presencia de Michaela que Elena nunca había sentido, lo repentino
que era sentir que esta mujer era un arcángel. ̶ Si vencemos a Lijuan aquí, entonces
tenemos una oportunidad de salvar mi territorio.
Has tomado una decisión difícil. ̶ Rafael inclinó la cabeza en un reconocimiento
entre iguales. ̶ ¿Tu bebé?
Un endurecimiento de sus rasgos. ̶ La Cascada me dio la capacidad de crear
construcciones de poder que sobreviven fuera de mi cuerpo. Le construí a Keir un
escudo que lo protegiera a él y a mi bebé, dice que se mantuvo hasta que estuvo
cerca del Refugio. Están seguros.
Elena se encontró exhalando un aliento que no había sido consciente de contener.
La idea de Keir y un recién nacido esquivando la muerte acechando al mundo había
sido una horrible.
Mi poder hizo daño a Lijuan, ̶ dijo Michaela. ̶ ¿Es posible que pueda ayudar a la
victoria?
Para sorpresa de Elena, Rafael asintió. ̶ Mi fuego salvaje en ella probablemente
aumentó el impacto, pero mis sentidos curativos te leen diferente, sigue habiendo
una impresión dentro de ti de la vida que acabas de dar, se está desvaneciendo,
pero aún no se ha ido.

Y Lijuan era una criatura de la muerte.


Bueno. Te ayudaré a acabar con ella, luego volveré a casa.
¿Cuál es la situación de tu lado?
Elena sabía que Rafael tenía que tener esa información crítica, pero el pánico arañó
en ella, el veneno se lo estaba comiendo de adentro hacia afuera. Ya podía ver el
borde rastrero de la negrura en un ala.
Mala, ̶ dijo Michaela brevemente, su rostro más sombrío de lo que Elena lo había
visto. ̶ Cuando me fui, Alexander y Zanaya intentaban llevar a los renacidos a un
único valle para poder quemarlos con fuego. ̶ El verde vivo de los ojos contemplaron
la ciudad humeante a su alrededor, el humo aun elevándose hacia el cielo desde las
detonaciones anteriores. ̶ Le dije a Alexander que era más importante estar aquí en
donde ganamos o perdemos el mundo. Pero él ve el venir aquí como abandonar sus
personas. Es un tonto.
Elena no describiría al Arcángel de Persia como un tonto, pero ella tenía que estar
de acuerdo con Michaela en que la imagen a largo plazo tenía que tener prioridad.
Los niños...Es difícil. ̶ Michaela parpadeó rápidamente, moviendo la garganta. ̶
Todas nuestras tropas están severamente desmoralizadas por tener que reducir a
quienes estamos programados para proteger. Seguía viendo a mi bebé, seguía
pensando que cada niño era el corazón de otra mujer.
Elena no podía imaginar el horror de enfrentar a un niño infectado tras otro niño
infectado. Se había congelado cuandose enfrentó a un solo niño infectado durante
la última batalla, una chica vestida con ropa de verano que había salido de un
crucero infectado. La idea de tener ese momento de pesadilla se repetía en un bucle
continuo...La bilis cubrió la parte posterior de su garganta.
El cielo retumbó con una explosión masiva de sonido sin previo aviso, una enorme
fuerza abrumadora que fue un puñetazo redondo a un lado de su cabeza, las orejas
de Elena saltaron, su cabeza resonando con fuerza. ¿Arcángel, ¿qué demonios fue
eso?
Los ojos del tono azul más violento en este mundo sostenían los de ella. Un
arcángel ha muerto.
66
A medida que la piel de Elena se heló ante las palabras de Rafael, el cielo comenzó
a llenarse con nubes preñadas de nieve. Eso no sucedió con Uram. Había muerto
en una explosión de luz blanca pura que iluminó toda la ciudad antes de que
desapareciera, no quedaba rastro del Arcángel de Sangre.
El impacto nunca es el mismo, dijo Rafael. Me dijeron que solo una hora después de
La muerte de Uram, mientras ambos estábamos inconscientes, comenzó a llover
por todo el mundo. No se detuvo por tres días.
Elena se dio cuenta de que nunca habían hablado de esto. Ese tiempo ya había
pasado cuando se despertó de su largo sueño. Toda la cosa de "Soy un ángel"
había tomado toda su atención, Uram dejó un mal recuerdo a los anales de la
historia.
¿Cuál de nosotros será? ̶ Los pómulos de Michaela eran como cuchillos contra su
piel, sus alas sostenidas con feroz tensión.
Aparte de ti y Lijuan, Titus y Charisemnon son los únicos dos actualmente en batalla
entre ellos.

El pecho de Elena se endureció hasta convertirse en granito.


Titus era uno de sus arcángeles favoritos. Ella no podía soportar la idea de que él se
fuera de este mundo.
No lo sabremos hasta que las noticias se filtren fuera del territorio. ̶ Rafael se movió
de modo que su ala tocó la de Elena. ̶ Hasta entonces, debemos creer que Titus ha
tomado un enemigo del mundo.
Elena vislumbró de nuevo el negro que se extendía en el ala de Rafael y de repente
nada más era importante; ella tenía que llevar a Rafael a alguna parte privada.
Debes estar cansada, ̶ le dijo a Michaela, cambiando deliberadamente a un ligero
tono de formalidad para mantener la etiqueta angelical en este tipo de situación.
A ella le importaba el culo de un mono volador la etiqueta, su corazón un caos
latiendo descontrolado, pero tenía que hacer las cosas de ese modo cuando se
trataba de ángeles poderosos acostumbrados a ciertos modos de comportamiento. ̶
Por favor, ̶ dijo, ̶ has uso de una de las suites en la Torre. Parece que las tropas de
Lijuan están contentas por el momento con mantener su territorio en espera a que
ella se levante de nuevo. Tendremos un poco de tiempo al menos.
Gracias, consorte, ̶ dijo Michaela con una sinceridad que era casi real. ̶ Pero si no te
importa, Rafael, me gustaría hablar con tu segundo para ganar una mayor
comprensión de cómo se libra esta batalla, y del enemigo que ataca.
Elijah también se encontrará contigo en la sala de guerra, ̶ dijo Rafael después de
un momento.
Los tres se separaron después de mostrar a Michaela la sala de guerra. Elena llamó
la atención de Dmitri, luego usó la "lengua silenciosa" de Laric detrás de Michaela
para poder pasar el mensaje completo. Las esquinas de sus ojos se tensaron ante
la noticia de que Rafael resultó herido, pero él se movió suavemente para
interceptar a Michaela para que ella y Rafael pudieran escapar.
Dmitri tenía una sensualidad oscura en él incluso cuando no lo intentaba, y Elena
vio a Michaela reaccionar con un ligero ablandamiento. Su comentario inicial tenía
un tono de ronroneo, ̶ Mejoras con la edad, Dmitri.
Y tú te vuelves más deslumbrante, ̶ respondió con una lenta sonrisa que tomarías
como real si no lo hubieras visto sonreír a Honor.
Elena aprovechó la oportunidad y arrastró a Rafael.
Ella casi le arrancó la parte superior de su ropa en el instante en que estuvieron en
sus habitaciones. El cuero estaba agrietado, manchado y abollado, quemado en
algunos lugares, desgarrado en otros. Cuando se pegó a sus hombros por un
momento frustrante, ella usó un cuchillo para cortarlo.

Joder, joder, joder. ̶ Su hombro izquierdo estaba casi todo negro y gotas de la
oscuridad habían comenzado a deslizarse por su costado hacia su corazón. La caja
torácica era más grande que la extensión de su mano, y estaba enviando zarcillos
letales a su corazón también.
Me temo que no estoy de humor, hbeebti.
Voy a matarte en un segundo. ̶ Pero su mano fue gentil mientras revisaba el área
alrededor de su caja torácica, luego más arriba.
Él agarró su muñeca cuando ella habría tocado la carne ennegrecida. ̶ No, Elena No
podemos correr el riesgo de que salte hacia ti. Actualmente estás desprovista de
fuego salvaje y Lijuan se están volviendo más poderosa; no conocemos las
propiedades de este veneno.
Con la mandíbula apretada, ella asintió. ̶ No ha llegado a tus ojos. ̶ El azul era
dolorosamente claro, el color intenso. ̶ Tu cuerpo lo mantiene a raya.
No. Está creciendo, simplemente más lento que antes debido a la profundidad del
golpe inicial. Esta vez ella pudo meter mucho veneno en mí.
Elena quería discutir con él, quería decirle que estaba equivocado, que el veneno no
estaba arrastrándose sobre su cuerpo en una onda tóxica, pero ella no pudo
hacerlo. El veneno estaba decidido a arañar su corazón, a comérselo.
La amputación, ̶ dijo, ̶ puede ser la mejor opción.
Todo el ser de Elena se rebeló ante la idea de que Rafael fuera brutalizado en tal
camino, pero ella asintió. Como arcángel, podía curarse de una amputación, y eso
eliminaría el veneno mortal. ̶ Estarás lisiado en el campo de batalla.
Sí. ̶ El reconocimiento de un guerrero. ̶ Dejamos la infección de la caja torácica, y
quitamos el hombro. Todavía puedo pelear sin un brazo y un hombro.
Con el corazón helado, ella lo miró a los ojos; él estaba firmando su sentencia de
muerte. Ese parche en su caja torácica continuaría carcomiéndolo. Y luchando
contra Lijuan como desesperadamente estaban haciendo, significaba que no tendría
tiempo ni recursos para defenderse y sanar. ̶ Juntos, ̶ le recordó en un susurro
áspero. ̶ Tomas lo que necesites. ̶ Su cuerpo era una batería miserable en el mejor
de los casos, pero todavía estaba generando gotas de fuego salvaje.
Cuando ella presionó su mano contra una parte clara de su pecho, una
lastimosamente delgada línea de fuego salvaje crujió teñido con una opalescencia
de medianoche y amanecer de ella a él. Tal vez le había comprado a su arcángel
otros treinta minutos.
Él cerró su mano sobre la de ella. ̶ Juntos.

Elena quería envolver sus brazos alrededor de él, aferrarse firmemente para
siempre, pero con la infección desenfrenada en su cuerpo, ella sabía que él no lo
permitiría. Entonces ellos simplemente se quedaron allí, exhaustos, enamorados y
decididos, hasta que una voz entró en su mente.
Aeclari.
Tanto ella como Rafael se volvieron hacia las puertas del balcón. No fue una
sorpresa ver al Primario parado afuera, enmarcado por un Manhattan que se veía
dolorosamente oscuro contra la noche.
La nieve cayó en copos suaves para recostarse contra su cabello, sus hombros,
este ser de las profundidades que ahora caminaba por el mundo.
Ella y Rafael caminaron juntos para abrir esas puertas, pero cuando hizo un gesto al
Primario para que saliera del frío, él sacudió la cabeza. ̶ Es hora. ̶ En su voz vivieron
cientos de otros, todos sus hermanos, incluidos aquellos cuyos cuerpos había sido
envenenados.
La columna vertebral de Elena se puso rígida.
Rafael se quedó inmóvil. ̶ No perderé a mi Legión.
Necesitas todo lo que podemos darte, lo que llevamos por ti y la energía que nos
hace a nosotros. ̶ Los ojos del Primario, las pupilas oscuras contra un raro azul
plateado sostenían los ojos de Rafael. ̶ Necesitas el poder, y puedes hacer más que
esta Legión. ̶ Desvió su mirada hacia el parche negro en el hombro de Rafael. ̶ No
estamos destinados a sobrevivir a nuestros Aeclari.
El calor quemó los ojos de Elena. Cuando la Legión llegó por primera vez, habían
sido una espeluznante masa de grises.
Seres tan distintos que no podía comprenderlos. Ahora, eran sus amigos. Extraños,
viejos e infantiles a la vez. Le daban plantas en macetas, y volaban con ella a veces
sin otra razón que la querían. Habían construido una casa verde y exuberante en el
centro de Manhattan, una casa llena de vida.
¿Es la energía que te hace solo del cuerpo? ̶ Susurró ella. ̶ Una vez que...pases la
energía, ¿se perderán también sus mentes y recuerdos? ¿Alguna vez pueden volver
a venir?
El Primario inclinó su cabeza hacia un lado. ̶ No sabemos.
Nunca hemos dado lo que nos hace. Somos de la tierra, así que tal vez volveremos
a crecer de las semillas de nuestra energía que queda en el mundo. O tal vez
moriremos una verdadera muerte.
Las lágrimas cayeron de sus ojos. El Primario la miró con una extraña quietud. ̶
Nunca hemos tenido lágrimas derramadas por nosotros. ̶ Su voz era cientos a la vez
en su mente, y ella estaba de acuerdo con eso hoy.

Dando un paso adelante ella lo abrazó con fuerza. Su cuerpo era frío, y ella no sintió
latidos del corazón, sin aliento. Sin embargo, la Legión estaba profundamente viva
como Lijuan nunca lo estaría. ̶ Prometo vigilar tu casa hasta tu regreso.
Sus brazos vacilaron, pero la rodearon. ̶ Puede que nunca regresemos. ̶ No era una
denuncia fría, sino una advertencia silenciosa.
No lo creo. ̶ Ella no podía; su corazón ya se estaba rompiendo. Pensar en la Legión,
única y diferente y setecientos setenta y siete, desapareciendo para siempre de este
mundo...Ella no podía soportarlo.
El Primario sostuvo su mirada cuando ella retrocedió. ̶ Este es nuestro propósito.
Nosotros fuimos creados para ser la mano derecha de los Aeclari, para levantarnos
cuando se levanta la oscuridad, y caer cuando sea necesario. Estamos contentos
con nuestro destino. Es...honor.
Rafael extendió un brazo en el camino de los guerreros, y el Primario lo agarró.
Después de otra pequeña pausa. ̶ Eres mi Legión y siempre serás mi Legión.
Mientras exista, eres bienvenido en mi territorio, en cualquier forma que elijas tomar.
Padre. ̶ El Primario inclinó la cabeza. ̶ Consorte, debes unirte con el Padre. ̶
Limpiándose las lágrimas con una mano a pesar de que su nariz ya estaba tapada y
más lágrimas ardían en sus ojos, Elena curvó su mano alrededor de la parte
superior del brazo no infectado de Rafael.
El Primario colocó su mano libre sobre el corazón de Rafael.
Rafael. Elena, Aeclaris. Te damos lo que es tuyo. Era su voz y era la voz de la
Legión, tantas notas diferentes en las palabras, tantas personalidades diferentes,
hasta que fue una canción salvaje.
Un solo organismo con muchas partes.
Ella escuchó al que había estado tan fascinado por la stachys Byzantina
aterciopelada que ella había tenido en su invernadero y él se había emocionado al
recibir una plántula que ella había hecho crecer para él. Escuchó al que había
estado probando diferentes tonos de piel en el dorso de su mano, para ver si le
gustaba alguna más que ser gris. Ella oyó el que siempre aparecía en este balcón
por la noche, para decirle buenas noches. Y otros, tantos otros, cada uno un
recuerdo específico en su mente.
Elena.
Aeclari.
Rafael.
Aeclari.
Es tiempo.

Se cernían más allá del balcón en interminables filas de alas silenciosas. Estás
dentro de nuestra memoria. Los Aeclari de la Cascada de la Muerte. El Aeclari
que...nos amaba.
Esto no es un adiós, dijo Elena en respuesta. Solo hasta la próxima.
Siempre serán nuestra Legión. La voz de Rafael llegó a sus oídos con cada potente
palabra. Recuerden este lugar. Recuerden su casa.
Elena Aeclari. Rafael Aeclari.
Miles de susurros, construyendo un crescendo hasta que Rafael jadeó cuando una
sacudida pasó del Primario a él y luego a Elena. Su espalda se inclinó, sus venas se
encendieron desde adentro y el fuego de tormenta en sus alas se convirtió en un
infierno, aunque había recibido solo un pequeño porcentaje del poder que había
penetrado en Rafael. Ella reconoció este poder.
Era de sangre y de oscuridad, una tormenta roja.
La primera vez, lo había tomado como algo que quería controlar a Rafael, pero
ahora ella entendía. La sangre era vida tanto como la tierra era vida. Era poder
arraigado en los elementos más bajos, para ser moldeado por el portador.

Por encima de ellos, el cielo nevado comenzó a ponerse rojo sangre en un eco de la
tormenta de sangre que la había aterrorizado lo que se sintió como toda una vida.
Un rayo dorado rompió esa tormenta de sangre, y en medio de ella, de repente
entendió. El conocimiento se vertió en ella, el conocimiento de milenios guardado
por la Legión.
Su cerebro no era lo suficientemente vasto como para comprender ni siquiera una
sola vida mortal. Valia la pena, pero no era necesario; solo necesitaba comprender
pequeños fragmentos. De alguna manera, el Primario se había asegurado de que
esos fragmentos estuvieran a la vanguardia de lo que les dio a ella y a Rafael.
Mostramos, la Legión susurró. Mostramos. Mostramos. Espejos Aeclari son espejos
Aeclari son vida. Aeclari son el canal. Aeclari
. . . te amamos.
Lo último se dijo en tono de sorpresa, como si nunca hubieran amado en todos los
milenios de existencia. Luego la Legión desapareció, sus cuerpos colapsaron en
polvo, como lo hacían cuando morían en la batalla, solo para levantarse
nuevamente.
Pero esta vez, aunque tanto ella como Rafael esperaron, no se levantaron.
La mano de Elena tembló contra su boca, un sollozo le atrapó la garganta.

La Legión se había ido.


Igual que el veneno negro en el hombro de Rafael, su ala y su caja torácica. Sus
ojos brillaban desde adentro cuando se volvió hacia ella, sus alas cubiertas de luz.
Cerrando sus brazos y alas a su alrededor mientras ella lloraba por los seres
antiguos que podrían haberse borrado de la existencia, dijo: Tus ojos son plata
liquida y el fuego baila bajo tu piel. Tus alas están llenas de tantos relámpagos, que
ardes.
Su voz era áspera y ella sabía que él también lloraba. De repente está demasiado
tranquilo en mi cabeza. La Legión se había convertido en parte de ellos, un
murmullo que estaba allí sin ser intrusivo.
La mía también.
Se abrazaron mientras el dolor se asentaba en sus corazones y huesos, una
memoria que nunca se desvanecería.
Cuando finalmente se separaron, Elena bajó la mirada hacia su brazo y vio el
relámpago dorado. Le rompió la piel en un río de oro fundido, solo para sellar la
herida una y otra vez.
Es como lo que le pasó a Illium. ̶ Demasiado poder empujando en su cuerpo, poder
que había sido destinado a Rafael.
Rafael pasó los dedos de una mano sobre su antebrazo. ̶ Sin embargo, él habría
muerto si no lo hubiera tomado, mientras que tú lo sostienes con facilidad. ̶ Pulsó
con la intensidad de lo que había dentro de él.
No te sientes como en la tormenta de sangre. Un poco como eso, pero no igual. ̶ No
tan distante, como carente de emoción.
Sin embargo, por encima de ellos, el cielo se arremolinaba en un rojo oscuro que
bañaba Manhattan en una luz macabra.
Es un poder frío, oscuro y profundo.
Como el océano donde duerme la Legión.
Sí. ̶ Disparó un rayo de luz en las nubes de tormenta de sangre. El cielo estalló con
oro, ahogando a Manhattan en brillantez por un largo momento. ̶ Un pequeño
esfuerzo dado el poder dentro de mí, y la pantalla puede causar que Lijuan vacile.
Como todavía brillaba como una bombilla, ella entendió su punto. ̶ La energía ya
comenzó a convertirse en un fuego salvaje. ̶ Era la única forma en que su cuerpo
podría haber luchado contra el veneno.
Rafael asintió con la cabeza. ̶ Pero incluso si estuviera lleno de fuego salvaje, me
temo que no sería suficiente. ̶ Su rostro era líneas de pura belleza, un arcángel en la
cúspide de su poder. ̶ Ella se ha levantado una y otra vez después de alimentarse.

Lo que nos mostró la Legión... ̶ Su mente luchó por comprender el concepto, de


repente pudo apreciar la dificultad que la Legión había tenido para describir el
fenómeno.
Fue un momento de claridad cegadora, ̶ dijo Rafael, ̶ pero ahora se desliza fuera de
mi alcance como un sueño medio recordado.
Elena echó la cabeza hacia atrás y respiró hondo el aire frío sobre la teoría de que
no pensar en ello traería el concepto a la superficie. ̶ Me siento tan poderosa. ̶ Su
piel continuó abriéndose, pero nada dolía; ella se sintió mejor que en toda su vida. ̶
Creo que estoy borracha.
¿Te gustaría enviar una bola de fuego al cielo? ̶ Ella escuchó la sonrisa en su tono.
Bajando su mirada del cielo hacia él, esta criatura de poder y belleza, ella sonrió
más allá de la angustia.
Todavía eres un poco mortal.
Tengo pedazos de tu corazón dentro de mí, hbeebti. Siempre seré un poquito
mortal. ̶ Volvió a mirar el cielo ensangrentado. ̶ La sangre no es malvada. La sangre
corre en nuestras venas, La sangre es vida.
Nos dieron la suya para que pudiéramos luchar por la nuestra.

Ella no podía mirar hacia donde había estado el Primario, el dolor demasiado crudo
y fresco. ̶ La Legión eran guerreros, Elena mía, y dieron su existencia por sus
Aeclari. Honraremos eso.
Elena flexionó sus manos, enfocándose en la energía que iluminaba sus venas y no
en la pérdida que dolería durante mucho tiempo por venir. ̶ Mejor vamos a ver a
Dmitri, a ver si él sabe algo más sobre ese boom que escuchamos.
Salieron juntos del balcón. Mientras lo hacían, ella se preguntó cómo se vería contra
el cielo nocturno. Sin camisa y hermoso, Rafael brillaba casi demasiado para mirar,
y estaba pintado con ríos de oro líquido. Yo espero que alguien tome una foto,
pensó Rafael. Nunca vamos a ver esto de nuevo.
Él se rió y él era su Rafael, incluso si había una oscuridad más intensa en él ahora,
la oscuridad de un antiguo poder que había encontrado el hogar en sus venas. Esto,
pensó, era permanente. Llevaría la huella de su Legión por toda la eternidad.

67
Dmitri les echó un vistazo a los dos y encontró un par de gafas de sol de algún lado.
Elena tuvo que reír. El vampiro tenía una clase de humor a veces que se parecía
mucho al de ella. No es que alguna vez fueran a ser amigos. Era una ley tácita de la
naturaleza.
Su risa huyó con la siguiente palabra de Rafael. ̶ ¿Titus?
No hay noticias. ̶ Dmitri se quitó las gafas de sol y las puso sobre una mesa de
computadora. ̶ Lo que sea que él y Charisemnon hicieron, logró volar todas las
comunicaciones de esos territorios al mundo exterior. Nadie de otro territorio ha
volado allí y de regreso para transmitir la información.
Con ojos oscuros, Dmitri agregó: ̶ Nuestras propias comunicaciones son incompletas
en el mejor de los casos.
Creo que Lijuan o su gente hicieron un poco de daño deliberado en algún momento.
¿Hemos perdido nuestros ojos de ese lado?
-Vivek todavía tiene algunos. Se trata de lo que esperarías. Ella se está preparando
para alimentarse de nuevo, aunque no podemos ver la montaña de carne, los
insectos fueron aplastados.
Dmitri sacó un mensaje en una pantalla cercana. ̶ Envié a Vivek a dormir después
de que Michaela se fue con Elijah. No está destinado a estar despierto y en la silla
por tan largos tramos todavía.
Dile a tu amigo que deje de actuar tan humano. Es molesto.
No me atrevería a meterme en el medio de tu relación especial y la de Dmitri,
hbeebti. Palabras ligeras, pero se aseguró de que su ala continuara tocando la de
ella, el resplandor saliendo de sus cuerpos, un testamento silencioso del sacrificio
de setecientos setenta y siete seres excepcionales.
Dmitri señaló movimiento en la pantalla. ̶ Los heridos están siendo transportados en
esa dirección. Podrían ser llevados a una enfermería, pero mi corazón frío y muerto
tiene otros pensamientos.
¿Qué pasa con los barcos? ̶ Preguntó Rafael. ̶ Es la posible tropa o transporte de
renacidos?
Definitivamente viene por aquí. ̶ Dmitri indicó un mapa en otra pantalla; eso tenía
varias líneas punteadas en él. ̶ Estamos actualizando esto a medida que obtenemos
cualquier dato: se ha fragmentado a medida que las comunicaciones continúan
fallando por todo el mundo.

¿Supongo que no podemos volar un avión y hacer algunos agujeros en la nave


usando lanzagranadas? ̶ Elena se cruzó de brazos, con los pies bien abiertos. ̶
Quiero decir, no hay reglas sobre cómo llegar en una batalla, ¿verdad? Lijuan usó
submarinos.
Pensé en eso, ̶ dijo Dmitri, ̶ pero está por delante de nosotros.
Minimizando las imágenes del territorio enemigo, levantó otra imagen.
Era de las ruinas de un avión, con las alas rotas y el fuselaje roto por la mitad
mientras yacía en el asfalto. Elena reconoció el trabajo de pintura. ̶ ¿Dougal, y los
otros? ̶ Ella susurró.
Hasta donde yo sé, los aviones estaban vacíos. ̶ Una mirada a Rafael. ̶ Las
imágenes fueron entregadas personalmente por una de las personas de Jason. No
quise interrumpir lo que estaba sucediendo que te hacía girar el cielo en el color de
un buen vino de sangre.
Xi debe haber enviado un equipo sigiloso al amparo de la oscuridad. ̶ Rafael sonaba
genial, lúcido. ̶ ¿Golpeó todos nuestros aviones?
No tengo un informe del aeropuerto secundario, pero las posibilidades son altas.
Tuve que sacar protección de ambos aeropuertos cuando vimos el tamaño del
ejército de Lijuan: Fue por eso qué les dije a todos los pilotos y tripulaciones del
campo de aviación que evacuaran a una vivienda a corta distancia.
Hiciste la llamada correcta. No teníamos forma de saber que los barcos estaban en
ruta.
¿Atacaron a los civiles cercanos? ̶ Elena estaba profundamente consciente de la
vulnerabilidad de sus amigos y familiares.
No, fue un ataque dirigido.
Lijuan puede estar enojada, pero ella sigue siendo una diosa en su mente, ̶ Rafael
murmuró. ̶ Las diosas no ganan batallas atacando a los débiles.
Ella lo hizo y está haciendo cosas horribles a su gente.
Pero ellos son su gente, Elena. Para ella, eso significa que le pertenecen, que
puede hacer con ellos lo que desee. ̶ Rafael miró una vez más las imágenes de los
aviones rotos. ̶ ¿Cuáles son las posibilidades de que Xi lance un asalto importante
durante las horas de oscuridad que quedan?
Naasir ha estado merodeando por ahí y se las arregló para recoger algo al nivel de
charla. Junto con lo que estamos obteniendo de los espías tecnológicos de Vivek,
yo diría que es de bajo a insignificante. Mi sensación es que están esperando que
los refuerzos lleguen. Con eso y Lijuan a plena potencia, eso es todo. Juego
terminado en un solo golpe.
Eso es exactamente lo que haría si dirigiera la sala de guerra de Lijuan. ̶ Rafael
miraba más allá del cristal, hacia los fuegos en los diversos tejados. ̶ Debemos
hacer el asalto antes de que estén listos, pero cuando nuestra gente no esté tan
agotada. Mientras tanto, debo pensar en cómo podemos matar a un arcángel que
parece estar volviéndose verdaderamente inmortal.
•••
Primero, sin embargo, los dos volaron sobre su lado de la ciudad y aterrizaron en
esos tejados y calles más cercanas de donde habían perdido terreno. Se reunieron
con las tropas que habían quedado tan desmoralizadas por esa pérdida y cuyas
caras ahora se iluminaron al ver el poder quemándolos a ambos.
Los ojos de Izzy casi se le salen de la cabeza. Al acercarse, extendió un dedo en el
brazo de Elena, flotando.
Continúa, ̶ dijo. ̶ Pero debo advertirte que no tengo idea de lo que sucederá.
Los guerreros a su alrededor parecían aún más intrigados. Izzy no se inmutó. ̶ Soy
parte de tu Guardia, Ellie. Tu poder no me hará daño. ̶ Tocó con el dedo una sección
de su piel que contenía afluentes de oro líquido. El oro giro alrededor de su dedo por
un segundo antes de regresar a ella y continuar en su negocio.

Él dejó caer su mano, su sonrisa era algo bello. ̶ ¿Ves? Tu poder saber que soy yo.
Palmeando su mejilla porque en serio, él era el ángel adulto más adorable que
conocía, ella dijo: ̶ Siempre y cuando no robes la última porción de pizza como lo
hiciste la última vez. Entonces todas las apuestas se cancelan.
Mientras sus amigos se reían y lo golpeaban en la espalda, el cielo seguía
arremolinándose en rojo sangre, y Elena sabía que el poder en las venas de Rafael
se estaba acumulando, convirtiéndose en una parte permanente de sus células.
Más tarde, de vuelta en la suite, su primer objetivo era estar limpia.
Tengo tierra encima de tierra, ̶ murmuró, pero no era una verdadera queja. A ningún
soldado le importaba estar limpio cuando esos pocos minutos podrían significar la
caída de su ciudad. Esta vez fue un lujo.
Tan pronto como se desnudaron, Rafael la levantó en sus brazos, sus alas un rayo y
fuego alrededor de ellos, y la llevó directamente al baño. El vapor se elevó desde lo
alto.
Lo juro, Montgomery tiene mejores espías que Jason. ̶ Suspiró cuando Rafael la
bajó a la bañera antes de seguirla. Era un lugar donde a menudo jugaban, pero no
hoy. Hoy, se trataba de fregar la tierra mientras sus alas se rozaban y sus piernas
se tocaban.
Luego, saltaron a la ducha para un enjuague final. Ahí fue cuando Rafael la levantó
por las caderas y la inmovilizó contra la pared. Se juntaron en una furia ardiente y
dura, un momento robado en la víspera de una batalla donde todo podría ser
ganado... o perdido.
Sin juegos previos, sin burlas, solo la cruda necesidad de ser uno.
Cojeando contra él después de eso, ella suspiró cuando él le dio un beso en el
hombro. Tomaron un largo segundo más para estar juntos, para encontrar fuerza el
uno en el otro antes de separarse y comenzar a secarse.
No se vistieron con ropa de combate completa, sino que se vistieron lo suficiente
como para poder llegar al campo de batalla en cuestión de segundos si fuera
necesario. Limpios, listos, ellos se acostaron en la cama, la cabeza de Elena sobre
el pecho de Rafael y sus alas extendidas sobre él en un baile de relámpagos,
mientras él ahuecaba su nuca con su mano, su pulgar acariciando distraídamente.
Hablaron sobre Lijuan y sobre el conocimiento que la Legión había tratado de
darles, intentando dar sentido a un caleidoscopio destrozado de recuerdos. Elena se
durmió en algún momento; su cuerpo exhausto todavía se sentía muy mortal a
veces. Cuando despertó, fue a una luz rojiza que entraba por las puertas del balcón
que habían dejado sin cortinas toda la noche.
Rafael permaneció en la cama con ella ya despierto, su brazo libre doblado detrás
de la cabeza de él mientras miraba al techo. Su otro brazo todavía estaba envuelto
alrededor de ella. Él era cálido y fuerte y olía a hogar, y el brillo del poder ardía en
su piel.
Espejos y canales, ̶ dijo, retomando su conversación como si ella no se hubiera
dormido en medio de ella. ̶ Recapitulemos nuestros pensamientos, hbeebti: Los
espejos reflejan objetos y luz, pero cierto tipo de espejo también puede hacer que la
luz sea más fuerte, enfocándolo.
Elena bostezó, su cerebro estaba borroso. ̶ Dame un minuto para echar un poco de
agua sobre mi cara. ̶ Le tomó más de cinco, pero se sintió renovada cuando regresó
al cuarto. ̶ ¿Qué hora es? ̶ Había sido suficiente tiempo para que su propio brillo
desapareciera, aunque sus venas se convertían en oro líquido de vez en cuando sin
advertencia.
Siete de la mañana.
Ella asomó la cabeza por las puertas del balcón. A lo lejos había un cielo gris que
podría significar que estaba lloviendo, pero directamente arriba... ̶ Rafael, el cielo de
tormenta de sangre todavía se arremolina sobre la Torre. ̶ Un ciclón de movimiento
lento con un corazón rojo tan oscuro que era negro.

Lo sé. ̶ La voz de Rafael estaba un poco ausente. ̶ Decidí dejar que el enemigo se
preguntara qué me está pasando exactamente.
Excelente plan malvado. ̶ Volviendo a la cama, tomó una posición con las piernas
cruzadas frente a él. ̶ ¿Qué tal un experimento? Tírame un poco de poder.
Cuando lo hizo, la energía se hundió en ella, solo para liberarlo de nuevo al instante
en que ella hizo contacto. Supongo que es un efecto reflejo de alguna manera, pero
no creo que a eso se refiriera la Legión.
Presionó sus dedos contra sus sienes y cerró los ojos. ̶ Yo tengo imágenes
fragmentadas de explosiones masivas, de poder reduciéndose en un solo punto... y
un sentido de las cosas que se está haciendo... más grande. ¿Tiene sentido?
La Legión quiere que hagamos algo que aumente el poder.
Rafael se sentó, la sábana se acumulaba en su cintura y su pecho desnudo una
seducción.
Pero no importaba cómo lo abordaran, no pudieron encontrar la verdad oculta en las
enigmáticas palabras de la Legión, o en los recuerdos que el Primario había
intentado transmitirles. Lo único que era indiscutible era que incluso ahora, solo el
fuego salvaje era lo único que podía dañar a Lijuan. Si hicieran lo que habían hecho
antes, desperdiciarían el sacrificio de la Legión por ningún resultado final. Sin
embargo, no hacer nada no era una opción.
Cuando se levantaron poco después, Elena comió, luego voló a través de la línea
del frente para relevar a un artillero que se había quedado despierto toda la noche. ̶
Me tomaré el día, ̶ le dijo. ̶ Descansa un poco, y también necesitas sangre. ̶ El
hombre estaba demasiado pálido, su rostro más delgado de lo que era normal.
Cuando protestó que estaba bien, ella señaló que él sería inútil como un artillero si
se desmayaba en medio de un tiro.
No me desmayo. ̶ Brazos cruzados, ojos entrecerrados, afrenta en cada respiración.
Dios, los vampiros de cuatrocientos años podrían ser tan irritables. ̶ Entonces hazlo
por mí. ̶ ella dijo. ̶ Necesito sentirme útil.
Consorte, nadie podría pedirte más. ̶ Desdoblando los brazos, su expresión seria. ̶
Luchas a nuestro lado todos los días.
A pesar de su respuesta, sus palabras lo convencieron de tomar el descanso. Ese
hecho, dirigió su atención a otro vampiro. ̶ Tú también. ̶ Señaló con un dedo. ̶
Tómate un tiempo mientras las cosas están tranquilas. Todo se irá al infierno antes
que más tarde.
Dejando su arma, el vampiro experimentado con quien Elena jugaba póker
regularmente, la olisqueó. ̶ Ellie, ¿te duchaste? Elena agitó la mano de su cuerpo
hacia la otra mujer. ̶ Huele mi frescura a limón. Tú también puedes tener este aroma
si te vas antes de Su Maldad despierte.
Me fui.
Al ver que otros que habían tomado un descanso llegaban para aliviar al resto de la
guardia nocturna se instaló en su lugar. Ya estaba lloviendo en este lado de la
ciudad, pero la fina llovizna no penetró su chaqueta o pantalón. Había subido a este
techo después de aterrizar más abajo en un balcón invisible para las fuerzas de
Lijuan. En ese momento, ella había retraído sus alas y se cubrió el cabello debajo
de un gorro de punto negro.
Las fisuras de energía no solían ocurrir en su rostro, así que, si mantenía ajustada la
gorra tejida y sus manos en sus guantes, nadie del lado de Lijuan debería
descubrirla. Si eso cambiara, ella regresaría a la Torre.
Ella estaba aquí para ayudar, no para atraer el peligro de sus tropas.
Rafael, mientras tanto, estaba en una reunión con Elijah y Michaela. Los tres
arcángeles necesitaban hacer planes estratégicos sobre la mejor manera de utilizar
sus energías en batalla. Por un lado, aunque estaba claro que Michaela podía
lastimar un poco a Lijuan, sus ataques tendrían más impacto si esperaba hasta que
Rafael ablandara la diosa de los zombis con fuego salvaje.
No podían permitirse el lujo de desperdiciar ninguna ventaja.
Una extraña calma se cernía sobre la ciudad. Un tirador hacia un disparo desde el
lado de Lijuan de vez en cuando, y el lado de Rafael tomaba represalias, pero en su
mayor parte, las cosas eran inquietantes en su quietud.
Todos esperaban la última batalla.
68
Rafael estaba de pie en el techo de la Torre bajo el cielo nocturno sin luna, viendo a
su consorte volar a casa después de un largo día como artillero, cuando él recibió
un mensaje inesperado de Aodhan. Padre. A menos que mis ojos me engañen,
Titus se dirige hacia ti.
Dada la posición actual de Aodhan, esa era la dirección equivocada para que el
Arcángel de África del Sur hubiera volado a Nueva York, pero entonces, debía haber
sabido o adivinado que Lijuan controlaba el otro enfoque. Las comunicaciones no se
habían vuelto problemáticas hasta mucho después del asalto inicial de Lijuan.
Continúa mirando, ordenó Rafael. Informa si algo parece desagradable.
Se levantó del techo de la Torre, sus alas cortaron el aire frío de la noche. Eli, es
posible que Titus pueda estar acercándose a la ciudad. ¿Podrás estar de centinela
mientras yo me dirijo hacia allí?
Considéralo hecho.

Inclinó sus alas para que su trayectoria de vuelo se cruzara con la de Elena. Ven,
hbeebti. Podemos estar a punto de dar la bienvenida a un viejo amigo.
Su rostro se iluminó cuando él compartió la noticia.
El aire nocturno era frío sobre sus cuerpos mientras volaban, pero solo las alas de
Elena brillaban contra el negro. Las fisuras de energía en su piel se habían detenido
alrededor del mediodía, al mismo tiempo que el brillo comenzó a desvanecerse de
su cuerpo.
Sus células habían absorbido las energías, haciéndolas suyas. Ellos serían más
fuertes de lo que habían sido cuando los tambores de guerra volvieron a sonar.
Una presencia sombría en la distancia que se movió en grandes alas, un ángel en
vuelo.
¡Bien conocido, mozalbete! ̶ Retumbó una voz familiar no mucho después.
Mi viejo maestro, es bueno verte. ̶ Se agarraron los antebrazos en el camino de los
guerreros.
Titus, estás herido. ̶ Los ojos de Elena estaban en la férula en el otro brazo de Titus,
el vendaje envuelto alrededor de ella, polvoriento de sus viajes. Rafael sabía que
debía haber sido una herida muy mala para que Titus hubiera permitido que lo
entablillaran.
El excremento de ese perro de un Arcángel se estaba pudriendo desde el interior al
final. Su aliento era asqueroso y pútrido, pero recibió un golpe de suerte, ̶ murmuró
Titus, el volumen de Titus, fue un auge bajo. ̶ Lo rompió en guijarros. Es curativo,
pero voy a tener un solo brazo durante algunos días.
Ese no fue el único daño. El generalmente casi negro de la piel de Titus era rosa
bebé en un lado de la cara cuando inclinaba la cabeza, aunque su ojo se había
escapado de la herida. Todo sanará, Rafael tranquilizó a su cazadora, consciente de
sus sentimientos por el arcángel. Su cuerpo se ha centrado primero en la peor
herida. El daño facial es superficial.
Es difícil ver herido a Titus de todas las personas.
Sí.
Vuelas fuerte, ̶ dijo Rafael en voz alta, consciente de que eso era lo que le
importaría a este generoso y honesto arcángel en cuyo ejército había sido una vez
un verde recluta.
Yo también disparo bien. ̶ La sonrisa de Titus era un corte blanco en su rostro. ̶ Vi un
barco en mi vuelo aquí. Estaba lleno de esa suciedad infecciosa que mi otrora vez
sabio amigo Lijuan llama renacidos. Ahora están en el fondo del océano.

Titus, creo que quiero besarte.


La declaración de Elena hizo que Titus abriera los brazos.
Riendo, la consorte de Rafael entró en ellos y plantó un beso en la mejilla ilesa del
otro arcángel. ̶ Tus alas... ̶ Titus miró el brillante fuego de tormenta. ̶ Las cosas
nuevas no son siempre buenas, pero esto me gusta.
Vamos, ̶ dijo Elena. ̶ Necesitas descansar, comer. Volaste un largo camino.
Hubiera estado aquí antes, pero tuve que limpiar ese portador de la enfermedad,
ese traidor de honor, esa pústula putrefacta, fuera de la faz de esta tierra.
¿Charisemnon está muerto? ̶ Preguntó Rafael, porque no podían permitirse errores
en este punto. ̶ ¿No hay duda?
Ni una, joven cachorro. Eliminé su ser lamentable de la existencia con fuego de
ángel. ̶ Se instaló para volar junto a Rafael. ̶ No pude traer a mi ejército, ellos
habrían sido demasiado lentos y habría dejado a mi gente sin ayuda en la lucha
contra la plaga renacida.
No lo esperaría, Titus. ̶ Que el otro arcángel hubiera venido, herido y directamente
desde el campo de batalla, era más que suficiente.
Entonces, ¿quién más lo ha hecho?

Elijah y Michaela.
Es una daga hermosa, pero conoce su deber. Y Elijah siempre ha sido un buen
hombre. ¿Qué excusa ofrecen los demás? ̶ No esperó a que respondiera antes de
retumbar: ̶ ¡Si estoy aquí, deberían estar aquí! ¡Tuve que pelear con otro Arcángel
para hacerlo!
Señor, puedo estar alucinando esta vez, dijo Aodhan, pero Astaad simplemente
cayó fuera de las nubes Él tiene otro ángel con él. Una pausa irregular. Es Aegaeon.
Rafael se detuvo. ̶ Es posible que tengamos más compañía.
Se volvió, mirando los cielos hasta que vislumbró las alas del Arcángel de las Islas
del Pacífico. Un profundo negro de donde crecían fuera de su espalda, las alas de
Astaad se desvanecieron en un gradiente para palidecer hasta el gris en las puntas,
lo hacía muy difícil de ver contra el cielo nocturno. Solo la palidez de su piel lo
delató.
El ángel que volaba a su lado tenía un color mucho más llamativo.
¡Astaad! ¡Te tomaste tu tiempo! ̶ Gritó Titus cuando los dos estaban lo suficiente
cerca. ̶ ¿Te bañaste en tierra en tu camino aquí?
Astaad, su perilla no tan ordenada como de costumbre y la túnica y pantalón marrón
oscuro en lugar de su blanco preferido, sonrió con la facilidad de un hombre
acostumbrado en su larga vida a las maneras de Titus y bien capaz de defenderse. ̶
Veo que Charisemnon tuvo algunas lamidas.
¡Ja! Deberías haber visto al perro mestizo cuando terminé con él. ̶ Titus agarró los
antebrazos con Astaad, mientras que Rafael le dio la bienvenida a Aegaeon quien,
por necesidad política en este momento, tenía que ser uno de los de la Cátedra, no
el joven arcángel que una vez había tenido el cuerpo de un pequeño niño de alas
azules con el corazón roto en sus brazos.
Astaad luego se volvió para saludar personalmente a Elena.
Mele envía lo mejor que puede. Ella está en casa, a salvo en una isla libre de
contaminación nociva.
El resto del viaje pasó rápidamente, pero aterrizaron en la Torre para encontrar que
Neha y Caliane los esperaban. La cara de Neha estaba manchada de tierra y
cansada de una manera que Rafael nunca la había visto, sus cueros verdes oscuros
polvorientos. Caliane llevaba más viejas pieles blancas, el color ahora más cercano
a un amarillo pálido donde no estaba manchado de suciedad y hollín.
Tanto su madre como Neha tenían el cabello en trenzas en la parte posterior de sus
cabezas, espadas en la cadera. Neha se hizo cargo del grupo de aterrizaje. ̶
Entonces, fue Charisemnon quien murió. Bien. Aquellos que traicionan a la Cátedra
están mejor como fragmentos olvidados de polvo. ̶ En ese momento, Neha era una
reina guerrera, una que tenía salpicaduras de sangre vieja en sus cueros.
Nos enteramos de la situación en sus tierras, ̶ dijo Astaad a Neha en su voz
tranquila y elegante. ̶ Es un horror lo que tu gente ha enfrentado.
La boca de Neha se convirtió en una línea dura. ̶ Mis tropas sobrevivirán a esto, y
luego, encontraremos un camino a seguir. Por ahora, los he dejado para venir aquí,
así podemos terminar esto para siempre. Nunca más un arcángel se atreverá a usar
niños como carne de batalla.
Es una violación que no será perdonada u olvidada, ̶ agregó Caliane, el eco de
pesadillas en sus ojos. ̶ Pero hijo mío, ¿no me digas que Alex nos ha defraudado?
Él lucha para salvar a su gente, ̶ dijo Rafael, porque podía entender la elección de
Alexander, incluso si no estaba de acuerdo; le habría arrancado el corazón si
hubiera tenido que abandonar Nueva York en la misma situación.
No importa si gana la batalla allí si se le deja luchar contra Lijuan solo. ̶ Caliane
frunció los labios. ̶ Hablé con él personalmente antes de estas nuevas formas de
comunicación dejaran de funcionar y dejó en claro que la guerra debía ganarse
antes de que pudiéramos comenzar a pelear batallas menores.

Elena habló en el pequeño silencio que siguió a las palabras de Caliane. ̶ ¿Supongo
que ninguno de ustedes hundió un barco lleno de renacidos?
Todos menos Titus sacudieron la cabeza.
Ah bueno, Arcángel. Uno de cada tres no está mal.

69
La sala de guerra ardía con tanto poder que los pequeños pelos de los brazos de
Elena se enderezaron. Vivek ni siquiera se acercaría al nudo de la ira de los
arcángeles, ̶ La Cátedra es jodidamente aterrador como grupo, ̶ le murmuró a Elena
cuando ella vino a buscar información para la discusión.
Tienes mi premio de bolas de hierro para este siglo.
Fue mientras caminaba de regreso a la Cátedra que el mar salino se estrelló en su
mente Alexander acaba de ser visto entrando al territorio, junto con Zanaya.
Todos los arcángeles del mundo pronto estarían en Manhattan.
Cuando llegó el momento, los dos se excusaron para dar la bienvenida al Arcángel
de Persia y el Antiguo recién despertado. Zanaya, impresionante de una manera
que te abofeteaba en la cara y luego te envolvía con gracia sensual, le dio a Elena
una mirada.
Una mortal convertida en ángel, ̶ dijo, con los labios suaves y llenos, y su cuerpo
revestido de una simple envoltura negra que apenas le rozaba los muslos. ̶ Qué
extraordinaria. Y tales alas.

Una declaración como esa podría hacerse o perderse en el tono, y la lírica


acentuada voz de Zanaya solo tenía asombro aturdido. Elena se sintió un poco
como un error interesante, pero ninguno que los Antiguos quisieran aplastar. Ella fue
a felicitar a Zanaya por su espada, que era de un metal serio, no un juguete bonito,
cuando su mirada fue atrapada por una luz ondulante más allá. ̶ La aurora del mar
ha vuelto.
Los labios de Zanaya se levantaron. ̶ La leyenda de Qin, así lo llamamos en cuentos
infantiles. Una vieja ¿Se levantará, crees?
Lo hace o no, ̶ espetó Alexander. ̶ Debemos prepararnos para la batalla.
Dejando la hermosa belleza de la aurora marina para jugar en el agua, ellos
entraron en la sala de guerra. ¿Crees que Lijuan intentará atacar a este Qin? Elena
preguntó a Rafael.
Sería una locura de su parte. Su aurora puede jugar allí, pero no significa que
duerme directamente debajo.
Dejé mi territorio invadido por renacidos para venir aquí.
Alexander se encontró con el azul violento de la mirada de Caliane a través de la
mesa de estrategia de Dmitri. ̶ Debemos terminar esto aquí y rápido.
Amigo, no tiene idea, Elena murmuró a Rafael media hora después, mientras
Aegaeon habló sobre cómo podrían tomar a Lijuan si todos trabajaban juntos.

Está acostumbrado a luchar contra enemigos comunes, e incluso la experiencia en


India no puede cambiar la impronta establecida por milenios. Rafael asintió a Dmitri
quien abrió la pantalla desplegable hacia abajo. ̶ Antes de continuar, todos deberían
ver esto.
Fue una repetición de sus últimos dos encuentros con Lijuan. La repetición fue
entrecortada, el material se combinó en varias cámaras de vigilancia y espías, pero
contó una historia escalofriante.
¿Ese es el fuego con el que la golpeaste en el pasado?
Preguntó Astaad, ojos oscuros atentos y manos apoyadas en el borde de la mesa;
sus bíceps estaban agrupados, el músculo liso de él evidente por primera vez desde
que Elena lo había conocido.
Sí, ̶ confirmó Rafael. ̶ Y esto, ̶ otra mirada a Dmitri, ̶ es cómo se reabastece de
combustible y se levanta de nuevo, llena de poder.
La montaña de carne apareció a la vista, retorciéndose de vida. Dmitri había elegido
el metraje de la primera alimentación, ya que era la más clara. Mostró a Lijuan
pasando de herida a un resplandor saludable mientras su gente se marchitaba en
momias disecadas. Los otros arcángeles no dijeron nada durante mucho tiempo
después de que el último cuadro parpadeó.

Fue Zanaya quien rompió el silencio, su impresionante rostro solemne dentro del
marco de cabello plateado lavado con morado. ̶ ¿Puede este ser en el que ella se
ha convertido asesinado?
Todo lo que podemos hacer es intentarlo. ̶ La silenciosa declaración de Caliane
tenía resolución. ̶ La única otra opción es jurar lealtad a la diosa que cree ser y mirar
el mundo mientras se ahoga en la muerte.
Su apetito nunca será satisfecho, hija de mortales. Ella se alimentará... alimentará...
alimentará su reino de muerte.
Elena se tambaleó ante la vieja voz que había entrado en su cabeza sin previo
aviso. Los vestigios del sueño permanecían en el tono de Cassandra, pero solo eran
restos. La Anciana estaba despierta o muy cerca de ello.
Elena. El mar chocando en su mente, las olas de sal poderosas.
¿Qué fue eso?
Cassandra acaba de despertarse. Dio un paso discreto hacia atrás de la mesa,
luego otro. Déjame ver si puedo hablar con ella.
Los ojos de Rafael se movieron sobre su cabeza. Sus lechuzas te esperan en el
balcón. Ve. Me aseguraré de que nadie en la Cátedra se dé cuenta.

Elena se escapó para unirse a los hermosos pájaros nevados con ojos dorados,
mientras Rafael se quedó con los otros arcángeles. Hannah, la única que
probablemente habría notado su retirada, estaba con los miembros heridos del
ejército de Elijah.
Profecía mía. Un roce de pensamiento contra ella que parecía una sonrisa. Tú
destino alterado. Estás completa.
El corazón de Elena se apretó ante la alegría abierta en la voz de la Anciana.
Gracias por la ayuda en el camino. Cassandra había llegado al final. Elena no
retrasó su demora en hacerlo contra ella, para cambiar la mente de un ser tan viejo
se requería un cambio tectónico.
¿Supongo que no puedes darnos un aviso sobre el final de la batalla? Un camino u
otro, terminaría la próxima vez que Lijuan se levantara. Después de eso, no tenían
más ases en el hoyo, no más Legión, no más poder.
Los hilos están demasiado enredados. Un suspiro. En el centro hay un espejo que
distorsiona las imágenes en el otro lado. No puedo ver lo que será. Solo veo un
caos de posibilidades. Veo la muerte. Veo la vida. Veo una burla de ambos.
Elena se calmó. El espejo. ¿Hay algo especial al respecto?

Una larga pausa, pero no creía que Cassandra se hubiera ido, no cuando los búhos
blancos arreglaban sus plumas en el borde del balcón.
El espejo cambia lo que se le da, dijo finalmente Cassandra. No refleja la verdad,
pero no miente. Él es... un canal.
Elena hizo la pregunta de diferentes maneras, trajo a Rafael a la discusión, también,
pero eso era todo lo que la Antigua podía decirles. Cassandra suspiró ante ella, la
mente se desvaneció una vez más.
Elena se encontró con los ojos de Rafael mientras regresaba a la sala de guerra, el
interminable azul un shock familiar. ¿Crees que ella se unirá a nosotros para la
batalla? Cassandra ya había alterado su patrón de comportamiento una vez, al
actuar para ayudar a cambiar el futuro.
Los antiguos son difíciles de predecir. Incluso si lo hace, puede que no sea
suficiente para equilibrar las escalas de poder.
Elena asintió, con la mandíbula apretada. Porque esta vez, la Cascada podría
haberse superado a sí mismo al darle a un jugador una habilidad aparentemente
inmejorable.
¿Cómo podrías ganar contra un enemigo que podría regenerarse rápidamente?

... le pasó a Antonicus, ̶ decía Neha cuando Elena se reunió en silencio al grupo. ̶
Simplemente ser un Anciano, con energías poderosas, no te protegerá. ̶ Sus ojos
estaban enfocados en Aegaeon. ̶ No seas un tonto arrogante.
Las fosas nasales del Anciano se dilataron, el azul verdoso de su cabello de seda
líquida alrededor de su rostro duramente guapo. ̶ Recuerda con quién hablas, niña.
Yo era un gobernante antes de que alguna vez fueras un pensamiento.
El padre de Illium es un gilipollas. No podía ver cómo su brillante, hermoso, y amado
Bluebell había venido de este hombre.
Sí, bien, las plumas azules salvajes tenían definitivamente su origen en Aegaeon,
las vetas de color azul en el predominantemente tono verde mar de las alas del
Antiguo era idéntico al de Bluebell, pero esa parecía ser su única contribución. ¿Qué
demonios pudo el Colibrí ver en él?
Aegaeon era conocido por su habilidad para seducir a las mujeres. Me han dicho
que, al principio, a menudo era un hombre diferente con el Colibrí, como tú dices
que es Dmitri cuando está con honor.
Lo negaré hasta que esté triste en la cara si le dices esto a Dmitri, pero no hay
comparación. Es un príncipe en contraste con este pomposo trasero.

A pesar de todas sus poderosas personalidades enfrentadas, la Cátedra logró


coincidir en un plan de batalla para cuando la luz del amanecer tocaba el cielo.
Elena había hecho lo más sensato y se fue a la cama a descansar un poco para
poder estar en su mejor momento cuando amaneciera. Así las cosas, ella regresó a
tiempo para escuchar su decisión.
Lo primero fue algo que Rafael ya había hecho: comenzar la batalla en sus
términos, no en los de Lijuan. ̶ El cansancio de nuestras tropas ya no es una
desventaja. No cuando los tenemos a todos ustedes. ̶ Miró alrededor de la mesa,
sus manos apoyadas en el lado y sus alas cuidadosamente sostenidas a su
espalda. ̶ Incluso con los números absolutos a su disposición no pueden superar el
poder de diez arcángeles, cuatro de ellos antiguos.
Sus siguientes palabras fueron frías de poder, exigiendo atención. ̶ Si hay riesgo de
que ser tomado por el enemigo y el rescate es poco probable, haremos lo que debe
ser hecho. No podemos saber qué tan fuerte se volverá si se alimenta de un
arcángel.
Aegaeon golpeó su puño sobre la mesa, esparciendo los marcadores que acababan
de colocar fuera mientras discutían el plan de batalla. ̶ ¿Realmente crees que ella se
atrevería a cruzar esa línea?
Ella convirtió a los niños en vampiros infectados, ̶ escupió Neha. ̶ No hay línea que
ella no cruzará.

Nadie tenía nada que decir a eso.


Dos horas hasta que ataquemos. ̶ Rafael se apartó de la mesa y se levantó por
completo en su altura. ̶ Prepárense para la batalla.

70
Titus fue glorioso de ver. El arcángel del sur de África tenía plantados sus pies
calzados con botas en el suelo a este lado del frente, sus alas extendidas de par en
par y su coraza dorada brillaba incluso a través de las nubes nevadas y su tenue luz
de la mañana. El "tatuaje" igualmente dorado que se había formado en su piel solo
era visible al ver sus hombros gruesos y musculosos e igualmente impresionantes
bíceps.
Su rostro tosco y de mandíbula cuadrada estaba enmarcado en una mirada que
desafiaba al otro lado a dispararle cualquier cosa.
El hombre era hermoso, y también un poco arrogante, pensó Elena con una sonrisa.
Estaba en una azotea cercana, su ballesta apuntaba a uno de los que estaban en el
otro lado que pudiera intentar sacar las alas de Titus.
Ella disparó justo cuando vio una mano moverse para presionar el gatillo. Más
ballestas y pistolas dispararon a su alrededor.
Un rugido de sonido, el gruñido de Titus elevándose hacia los cielos mientras
levantaba su brazo ileso como el de su férula. Y llovió en el infierno.

El camino se levantó bajo los pies del enemigo, crujiendo y ondulando como si fuera
un río. Los edificios se sacudieron con fuerza. Vidrio que había sobrevivido a las
detonaciones anteriores destrozado. El terremoto pareció continuar para siempre,
enviando ángeles al cielo... Las mariposas perturbadas de un árbol. El polvo
empañó el paisaje, flotando hasta que opaco aún más los cielos grises y turgentes.
Hielo, duro y penetrante, durmiendo desde las nubes en ese mismo instante, golpeó
los ángeles que se habían ido. Neha no pudo controlar totalmente el área afectada,
por lo que su lado también recibió una dosis de frío gélido, pero estaban preparados
para ello. Ropa, guantes, gorra, Elena estaba vestida para el corazón del invierno.
Los mini tornados aullados golpearon a los ángeles del otro lado en los talones del
hielo, derribándolos como fichas de dominó. Zanaya no estaba jugando. Tampoco
Alexander: cada trozo de metal en el suelo del lado enemigo comenzó a licuarse
incluso cuando los ángeles cayeron. Alexander no podía afectar cosas que no
tocaban el suelo, por lo que las armas en poder de los combatientes sobrevivirían,
como cualquiera que estuviera almacenado en edificios o cajas que los protegiera
de contacto con la tierra.
Pero Alexander no estaba apuntando a las armas de todos modos.

Al principio, todo lo que Elena vio fue una boca de incendios que se derritió,
rociando agua en todos lados... pero luego los edificios que aún estaban en pie
comenzaron a temblar, cuando las varillas de metal comenzaron a temblar y fallar.
Los combatientes de tierra levantaron la vista hacia esos edificios que se
balanceaban precariamente, sus ojos enormes.
Las olas se levantaron del agua al otro lado, chocando con la orilla y lavando
vampiros y ángeles renacidos y caídos antes de que las olas los succionaran y
retrocedieran con una fuerza inmejorable, llevando a cualquiera que estuviera en
tierra al mar. Astaad y Aegaeon tuvieron que tener cuidado con lo lejos que
empujaron las cosas, porque demasiada agua y se lavaría su propio lado, pero los
dos parecían haber calculado todo muy bien.
Habían tenido a Caliane esperando para crear un escudo para proteger los suyos,
pero no fue necesario. A Michaela le habían dicho que se quedara atrás, que
mantuviera su poder en reserva para un ataque directo contra Lijuan, mientras Elijah
colgaba al fondo, su trabajo era proteger su flanco hasta que se avistara a Lijuan, en
caso de que el Arcángel de China decidiera hacer otra emboscada no corpórea.
Rafael esperó a Lijuan.
Al igual que con todos los poderes arcángeles, la Cátedra no podía seguir así sin
cesar, pero cuando el suelo dejó de temblar y la lluvia y el hielo se detuvieron, y los
tornados también lo hicieron, los mares se retiraron, las fuerzas de Lijuan estaban
en desorden.
Los edificios habían colapsado en formas derretidas directamente de una pintura de
Salvador Dalí. Los caminos ya no existían.
Una gran parte de las tropas terrestres había desaparecido en el océano, al igual
que un gran número de ángeles que habían sido golpeados hasta el suelo. Sin
embargo, sus números significaban que quedaba un vasto ejército.
Lucharon con furia devota.
Los generales sobrevivientes de Lijuan dispararon oleadas de fuego de obsidiana,
cada uno apuntando ellos mismos a un arcángel. Después de haber herido a Elijah,
sabían que podían deshabilitar la Cátedra; sacar suficientes arcángeles y Nueva
York perdía cualquier ventaja que tuviera al lanzar el ataque ahora, antes de que
Lijuan estuviera lista.
Rafael había planeado sembrar el cielo con fuego salvaje para tratar de
desenmascararla, pero la batalla en vivo tenía una forma de interferir con los planes
estratégicos; demasiados combatientes propios luchaban en demasiadas
elevaciones diferentes en el cielo.

Elena envió una oración a cualquier dios real para que Lijuan no se hubiera
alimentado lo suficiente como para no ser corpórea.
Sus oraciones no fueron escuchadas.
Elena acababa de disparar a las alas de un ángel enemigo que intentaba golpear las
alas de Aodhan cuando Lijuan apareció sin previo aviso detrás de Zanaya. Eso
también puso al Arcángel de China en el punto más alejado de Rafael. ¡Arcángel!
Incluso cuando reaccionó para llegar a ese lugar, Lijuan agarró a Zanaya por los
brazos y mordió su cuello. Zanaya se retorció con un gruñido, intentando alcanzar
su espada y patear hacia atrás con los pies mientras aparecían mini tornados
alrededor de Lijuan... pero luego su cuerpo pareció ralentizarse, sus reacciones se
endurecieron.
Los tornados se desvanecieron
Lijuan estaba chupando la vida de un Anciano y haciéndolo a una velocidad viciosa.
Elena deseó que su cuerpo fuera allí, para ayudar a Zanaya, pero la velocidad aún
no funcionaba con los arcángeles.
Aunque Rafael llegó al lugar del ataque en cuestión de segundos, con sus alas de
fuego blanco puro, Lijuan se volvió no corpórea nuevamente antes de que pudiera
golpearla con fuego salvaje... y Zanaya cayó del cielo, sus alas se arrugadas y su
cuerpo mucho más pequeño de lo que debería haber sido. Alexander la atrapó a
medias, acunándola cerca mientras él la llevaba hacia la Torre.
El corazón de Elena latía con fuerza. Arcángel, ¿cómo la encontramos? Ella podría
estar en cualquier elevación, en cualquier ubicación. Siempre antes, ella había
tenido un solo objetivo. Ahora ella tenía muchos. Rafael no podía extender su fuego
tan amplio sin desperdiciar el arma que podría detener a la Reina de la Muerte.
El fuego salvaje rodeó sus manos. Debo permanecer a la misma distancia de tantos
de la Cátedra como puedo.
Lijuan apareció al lado de Alexander.
Rafael lanzó fuego descontrolado en su dirección sin una sola vacilación. Eso la
golpeó, chisporroteando energía a través de su sistema, pero se volvió no corpórea
un latido más tarde. Y Rafael se dio cuenta de que alimentarse de Zanaya había
hecho lo que temían; se había sobrealimentado.
¡Gracias por traerme tanto PODER! La voz una risa mental de Lijuan, una especie
de delicia femenina que era inquietante en su facsímil de inocencia.
Esta vez apareció detrás de Neha, pero Galen, cercano, compró al Arcángel de la
India un momento al reaccionar cortando su espada hacia abajo del cuello de Lijuan.
Ella lo apartó y el maestro de armas muy pesado se estrelló contra un edificio, pero
ese retraso menor le dio a Neha un segundo crítico para girar.
Golpeó con el borde curvo de una cuchilla kukri, y logró un corte profundo a través
de la mejilla de Lijuan.
Una solapa de piel y carne golpeó su mandíbula, un agujero rojo húmedo donde la
mejilla de ella debía estar. La sangre brotó... Luego desapareció.
La herida se había cerrado para el momento en que Rafael lanzó fuego salvaje en
su dirección. Ella se rio y se fue antes de que el fuego la golpeara, y el rayo explotó
en un grupo de combatientes, tomando varios de ambos lados.
La ira de Rafael era algo frío con un corazón de fuego. Este siempre fue su final.
Tal vez ella tenía la intención de "absorber" la Cátedra uno por uno, pero se los
habían servido a ella en una bandeja. Ella no tenía que considerar nada más allá
que su impulso de alimentarse. Ciertamente no le importaba que sus tropas
murieran bajo las olas de poder arcángel. Tendría más personas una vez que
poseyera el mundo. Mortales, vampiros, ángeles, todos eran desechables para ella.
¿Galen? ¿Estás bien?

Unos pocos huesos rotos, pero no lo suficiente como para sacarme de la batalla. Ve
hacia Astaad Él es el más vulnerable en este momento.
Astaad estaba luchando solo contra tres de los generales de Lijuan. Parecía que
había recibido un golpe de lluvia de obsidiana en su antebrazo derecho.
El brazo arrastrado, entumecido y posiblemente carcomido con infección, pero
continuaba luchando, sacando un general cuando Rafael voló hacia él. Esta vez
cuando reapareció Lijuan, Rafael estaba lo suficientemente cerca como para
golpearla, pero, aunque su rostro se contorsionó ante el golpe de fuego salvaje, la
estructura inferior esquelética brillando en foco, todavía podía ir a no corpórea.
No volvió a aparecer durante cinco largos minutos, sin darle a él ni a Galen
cualquier forma de predecir sus acciones.
Cuando lo hizo, estaba detrás de Astaad una vez más.
Tenía a Michaela junto a él, pero, aunque ella reaccionó rápidamente, su rayo de
bronce estrellándose contra el hombro de Lijuan, Lijuan arrastró a Astaad cerca... y
ambos desaparecieron.
Rafael, joder.
Sí, Cazadora del gremio. Estamos en problemas.

Ambos arcángeles reaparecieron en el cielo momentos después, no muy lejos de


donde ella había tomado primero a Astaad.
El Arcángel de las Islas del Pacífico estaba luchando, pero tenía la cara enterrada
en su cuello y ya, Astaad parecía demacrado, sus alas flácidas. Tú no eres NADA
más que forraje para una diosa. Mírame alimentarme. ¡Conóceme como tu superior!
Rafael lanzó una bola de fuego salvaje. Mis disculpas, mi amigo, le dijo a Astaad,
que estaba en la línea directa de fuego.
La cara del otro arcángel se relajó, como agradecida.
El fuego salvaje los golpeó a ambos. Gritando, Lijuan liberó a Astaad. Ella fue otra
vez no corpórea cuando el cuerpo de Astaad cayó, destrozado por el fuego. Nadie
estaba lo suficiente cerca como para atraparlo. El Arcángel de las Islas del Pacífico
se estrelló para yacer roto en una azotea. Jason aterrizó a su lado un segundo
después. Está vivo, informó a Rafael el maestro de espías. Su cuerpo ha perdido
casi toda su carne, pero sus ojos son lúcidos.
En lugar de matarlo, el fuego salvaje pareció haber mejorado un poco el daño que
Lijuan había hecho. Ponlo a salvo. Tan indefenso como estaba ahora Astaad, Lijuan
podría volver para acabar con él. Eli, protege a Astaad y Jason.

El Arcángel de América del Sur tomó una posición de escolta, y el general hizo algo
inteligente. Él comenzó a disparar su poder erráticamente a su alrededor, donde
golpearía a las tropas enemigas o iría al aire libre. Lo que hizo casi imposible que
Lijuan apareciera cerca, o tendría que arriesgarse a ser golpeada por uno de los
rayos de Elijah. No le haría mucho daño, no como estaba ahora, sino que el retraso
mientras lidiaba con la conmoción le daría tiempo a Rafael para ahogarla en un
fuego salvaje.
Tiradores y soldados armados con lanzallamas ya habían comenzado a tender
abajo fuego alrededor de la Torre.
Nuevamente, Lijuan podría sobrevivir a eso, pero podría estar vulnerable por un
momento. La guardia de la Torre se detuvo solo el tiempo suficiente para que Jason
llegara con Astaad y Elijah para despejar el área, antes de comenzar de nuevo.
Elijah continuó disparando a su alrededor mientras regresaba a la batalla, pero el
Arcángel no podría mantener eso sin parar, especialmente cuando luchaba contra el
ejército de Lijuan.
El fuego de obsidiana ahora estaba en erupción no solo de las manos de los
generales, sino de otros. Lijuan tuvo que hartarse para alimentar a tantos
subordinados.
Titus fue el siguiente objetivo de Lijuan, pero reaccionó con velocidad guerrera para
aplastar su brazo entablillado en su cara. La sangre brotó y ella se fue. Solo para de
repente estar detrás de Aegaeon. Rafael gritó una advertencia. El padre de Illium
ignoró la lluvia de obsidiana que venía de sus fuerzas y cortó ambas cuchillas hacia
atrás en su estómago, retorciéndolas.
Lijuan se volvió no corpórea cuando su vestido se empapó de rojo, incluso cuando
Aegaeon recibió una gran cantidad de golpes de los generales y comenzó a caer
con sus alas destrozadas. Aodhan se estrelló contra él, frenando su descenso lo
suficiente como para llevarlo a un aterrizaje más suave en una azotea. Había sido
un riesgo por parte de Aodhan ya que se podría haber infectado, pero parecía que el
fuego de los subordinados no era infeccioso. Solo el de Lijuan.
Dejó a Aegaeon en la azotea, donde el Anciano logró llegar a una posición cerca de
los arqueros. Aunque los generales le habían hecho un daño significativo, él
continuó luchando, mientras su cuerpo trataba con la obsidiana. El coraje nunca
había sido el problema de Aegaeon. No muy lejos en la distancia, Neha destruyó
tres de los generales de Lijuan en un solo golpe de precisión con el verde vivo de su
látigo de veneno.
¡Rafael! ¡Estate atento!
Bloqueó los fragmentos de obsidiana a la luz de las estrellas que caían sobre él
desde el cielo solo para que Lijuan repitiera el ataque una y otra vez. No podía
permitir que ninguno de los fragmentos impactase en él, no ahora que ella se había
alimentado de dos arcángeles, tenía que desperdiciar un valioso poder manteniendo
el escudo.

Ella estaba tratando de cansarlo. Y enormemente hinchada de poder, estaba


teniendo éxito. Entonces Michaela cambió de posición sin previo aviso y terminó
cara a cara con Lijuan. El Arcángel de China obviamente había tenido la intención
de aparecer detrás de Michaela. Sin dudar, sin pensar, Michaela golpeó a Lijuan con
su poder a quemarropa.
Rafael apuntó al Arcángel de China con una sacudida masiva de fuego salvaje al
mismo tiempo.
Golpeó todo su sistema, convirtiendo su piel en un patrón roto ligeramente, pero ella
no estaba cerca de caer. Ella dirigió una lluvia de fragmentos de estrellas de
obsidiana directamente en Michaela antes de volverse no corpórea nuevamente.
Michaela cayó y el veneno de Lijuan se estrelló contra un rascacielos que ya estaba
medio destruido.
¿Por qué la puta perra no morirá? ̶ El grito de frustración de propias alas.Michaela
rompió el aire.
Pero no tenían tiempo para la discusión, para la frustración, porque Lijuan
reapareció detrás de Alexander. Ella tenía su boca en su cuello antes que alguien
pudiera reaccionar, pero ella había hecho un error de cálculo. Illium estaba justo al
lado de Alexander y cortó uno de los brazos de Lijuan antes de que ella tuviera
alguna advertencia de lo que estaba por venir.

Cuando la extremidad cortada cayó al suelo, se separó de Alexander con un sonido


que era diez mil gritos en sus mentes. Y se fue a no corpórea de nuevo.
¿Alexander?
Estoy un poco más débil, pero ella no recibió mucho, apenas un sorbo.
Sudorosos y sangrientos, siguieron luchando. Rafael no se sorprendió lo más
mínimo cuando Lijuan reapareció con todo un brazo solo cinco minutos después.
Esta vez, ella no intentó alimentarse: apuntó un rayo directamente a Illium, con la
cara envuelta en malevolencia.
Illium se retorció con velocidad, pero incluso la agilidad de Bluebell no fue suficiente
para evitar el golpe que atravesó la punta de un ala y comenzó a extender su
negrura sobre su ala en un rápido aumento. Illium no era un arcángel. Su cuerpo no
tenía defensas. Rafael estaba demasiado lejos de él y Lijuan ahora estaba
descargando su poder contra sus tropas en un granizo despiadado que mataría y
destruiría si él no la detenía.
Levantó un escudo de fuego salvaje.
A pesar de recibir un golpe catastrófico, Illium hizo lo imposible. Se fue derecho a
Lijuan y golpeó su espada favorita, Lightning, a través de su corazón. Ella y la
espada desaparecieron incluso cuando su ala se ennegreció, pero hubo un
parpadeo en su desaparición esta vez. Él tenía el corazón en sí, el daño lo
suficientemente malo como para que la mayoría de los arcángeles hubieran ido a
Anshara mientras se curaba.
¡Ve a Elena! Rafael le dijo al ángel, consciente de que no podía bajar su escudo e ir
a Illium cuando Lijuan podía regresar en cualquier momento.
No sabía si Elena podía lanzar fuego salvaje por su cuenta a cualquiera que no
fuera Rafael, pero era la única oportunidad de Illium. Elena, Illium ha sido golpeado.
Lijuan regresó en una crueldad de la obsidiana estrellas.

71
Con el pulso en su boca, Elena estaba lista para Illium.
Sangriento por el chorro cuando le cortó el brazo a Lijuan, su pelo negro con punta
azul mate enredado en sudor, cayó con fuerza. Una de sus alas estaba casi
completamente negra en este punto, la infección ganando terreno con cada
segundo que pasaba.
Elena le tocó su mano incluso antes de que él recuperara el equilibrio. Fuego fatuo
chispeó sobre su piel en un guante protector, pero ninguno pasó de ella a él.
Córtala. ̶ Illium le entregó su otra espada, el filo de un brillo mortal. ̶ Para la
propagación. Ahora Ellie.
Elena apretó la mandíbula y tomó la espada. No tenía sentido discutir. Su ala
volvería a crecer. No sobreviviría si el veneno llegaba a su torrente sanguíneo.
Usando una mano enguantada de fuego salvaje para mantener el ala ennegrecida
lejos de su espalda, ella cortó. La cuchilla era afilada, atravesó las plumas, el hueso
y el tendón como si fueran mantequilla.

La columna vertebral de Illium se puso rígida, pero no gritó. Elena tampoco lloró,
incluso mientras quitaba la mitad de una de las alas más bellas del mundo.
Se aseguró de cortar lo más cerca posible del borde interior, quitando un claro de
dos pulgadas del ala sana para asegurar que nada del veneno entraría en su
sangre.
El ala ennegrecida y muerta cayó al tejado.
La incineró con su poder.
Estás sangrando, ̶ dijo Elena mientras le devolvía la espada.
Se detendrá pronto. ̶ Su rostro estaba pálido pero marcado por líneas de
determinación. ̶ Corta el ala sana. No puedo luchar con eso tirando de mí fuera del
centro.
Esta vez fue más difícil, porque no había nada de malo en esa ala, sus plumas de
un azul vivo bordeado con filamentos de plata, pero ella sabía por qué él estaba
haciendo la elección.
Illium era letal con una espada en el aire o en el suelo, pero un centro de gravedad
desordenado lo haría torpe, más fácil de matar.
Hecho. ̶ Su voz sonó ronca.
Moviéndose para mirarla, sus ojos se dilataron, pero su resolución inquebrantable,
tocó sus dedos en su mejilla. ̶ La pérdida del ala es una lesión de batalla previsible,
Ellie.
Crecerán de nuevo. Solo tendré plumas de pato esponjosas y estaré abajo por un
tiempo, pero soy muy fuerte. No tomará mucho tiempo.
Él incineró su ala restante, como si fuera capaz de decir cuánto le dolía verla allí
tirada, separada de su cuerpo. ̶ No estoy seguro de si te hará sentir mejor, pero la
primera vez que sucedió esto, mis plumas volvieron a crecer aún más bonitas. ̶ dijo
con una mueca.
No. ̶ Ella lo empujó en el pecho. ̶ Eso no me hace sentir mejor.
Pero extrañamente, lo hizo. Había sido mucho más joven entonces, y había salido
bien.
Su espalda era una máscara de sangre cuando ella lo revisó nuevamente, pero la
primera herida ya había dejado de sangrar y no había signos de ninguna otra
infección. Por un segundo, pensó que vio un tenue resplandor, similar a lo que
sucedió con las alas de Rafael cuando se sentía letal o cuando se desbordaba de
poder.
Luego, un escuadrón completo de combatientes de Lijuan aterrizó en la azotea y
ellos no tuvieron más tiempo. Elena levantó su ballesta, Illium cortó con su espada,
e intercambiaron sonrisas antes de lanzarse a la batalla.
Elena estaba en el borde del edificio, acababa de derribar a un ángel enemigo
cuando vio uno de los rayos venenosos de Lijuan caer directamente sobre Galen,
que estaba en el aire al otro lado de su techo. Ella estaba a su lado antes de que
ella se diera cuenta, empujándolo fuera del camino. El rayo la golpeó, sacando todo
el aire de sus pulmones.
Todo su cuerpo estalló en fuego salvaje, encerrándola en la luz.
El rayo de Lijuan se disipó.
Práctico, pero usó el poder. Ella voló de regreso a su azotea justo cuando Illium
terminó de sacar el último asaltante.
Agarrando una ballesta de un luchador enemigo caído, la levantó en una postura de
tiro a su lado, y apuntó hacia arriba. No lejos de ellos, ella vio a Michaela
deliberadamente poner su cuerpo en el camino de un rayo que de otro modo
hubiera golpeado y deshabilitado a Jason.
El Arcángel de Budapest se encogió de hombros y siguió adelante, volando para
enfrentarse a un general que había inmovilizado un escuadrón. Resultó que los
verdaderos colores de algunas personas eran realmente sorprendentes.
Nunca más volvería a mirar a Michaela de la misma manera.
Elena vio a Rafael golpear a Lijuan en el maldito centro del pecho, el fuego salvaje
volviendo sus venas eléctricas, pero el maldito monstruo no solo se había curado
devastadoramente rápido del golpe mortal del corazón de Illium, ella se mantuvo
capaz de volverse no corpórea cuando apareció esta vez Michaela, ni el arcángel ni
nadie a su alrededor pudo interferir antes de que Lijuan desapareciera, tomando a
Michaela con ella.
Reapareció menos de un segundo después, a solo un metro del borde de la azotea
de la casa de Elena, flotando sobre el aire despejado con Michaela en sus manos.
¡Fuego! ¡Fuego! ¡Fuego! ̶ Gritó Illium y todos los tiradores soltaron sus flechas o
tornillos o armas de fuego en el Arcángel de China.
Varios golpearon a Michaela, pero Elena sabía que un arcángel podría sobrevivir a
eso. Sin embargo, sino separaban a Lijuan de su cuello, estaría muerta o cerca de
estarlo muy pronto. No es que Michaela estuviera aceptando esto acostada, ella
había creado un collar de energía bronce alrededor de su cuello que parecía repeler
los intentos de Lijuan, e intentaba hundir a Lijuan en su fuego de bronce.
Con la cara helada de furia, Lijuan fue a poner su mano directamente sobre el
corazón de Michaela.
Tomando un respiro, Elena se detuvo por una fracción de segundo, exhaló... y
disparó. Su rayo atravesó el ojo de Lijuan, haciéndola retroceder, ambas manos
volando hasta su cara.
Rafael golpeó el ojo herido con fuego salvaje al mismo tiempo, metiéndolo
directamente en la sangre de Lijuan. Lijuan brilló y luego reapareció y Elena pensó
que la tenían, pero ella desapareció por completo al siguiente segundo... incluso
cuando Michaela cayó, cayó, cayó. No había nadie en su camino que pudiera
atraparla, nada que la detuviera del impacto catastrófico en la calle de la ciudad muy
por debajo.
Confiando en Illium y los demás para detener a las tropas enemigas, Elena retrajo
las alas y saltó del tejado, solo para volver a abrir sus alas cuando estaba casi en el
suelo. Ella estaba al lado del arcángel caído pocos segundos después del impacto.
Michaela se veía increíblemente hermosa incluso ahora, con las piernas rotas
debajo de ella, los huesos que perforaban su traje brillando húmedamente a la luz, y
su cuello en un ángulo repugnante, sus brazos como cerillas que alguien había roto
en piezas.
La sangre se extendió por debajo del abanico de su cabello, una alfombra escarlata
sobre el asfalto.
Pero aún peor era el rastro negro que era un sol creciente alrededor de su corazón. ̶
Lijuan te metió su veneno. ̶ A quemarropa.
Los ojos verdes de gato sostenían los de Elena. Destellos de fuego iluminaban los
iris del arcángel.
Elena levantó la vista.
El cielo estaba en llamas sobre ellos, mientras Neha desataba la otra cara de su
habilidad para crear hielo. Incluso desde tan lejos, se sintió como si el calor besara
la piel de Elena a través de su ropa.
Mi hijo, ̶ Michaela susurró y apenas era comprensible. ̶ El sanador... él será amable.
¿Keir? ¿Quieres que Keir sea el padre adoptivo?
Sí. ̶ Sonidos de traqueteo en su garganta. ̶ Dile...Dile...No lo hice enviar...para
dejarlo. Mi...hijo. Proteger...
Lo haremos. ̶ Elena quería cerrar su mano sobre la de Michaela, pero los huesos del
arcángel estaban destrozados. Cuando levantó la vista de nuevo, para ver si Rafael
podría ayudar, lo encontró en una batalla campal contra Lijuan.
El fuego continuo ardiendo en los ojos de Michaela cuando Elena se volvió hacia el
arcángel. Una súbita ferocidad los iluminó. Su voz vino a la mente de Elena ahora,
la sensación de ella un perfume sensual. Pero las palabras que pronunció eran
duras con resolución, aunque su voz también se desvaneció allí.
Necesito que levantes mi mano y la lleves a mi pecho, encima de la infección. Una
tos burbujeó en sangre. Una vez que haga lo que hay que hacer, llévame a un sitio
que sea un lugar seguro.
Elena no tenía idea de qué demonios estaba hablando Michaela, pero levantó una
mano destrozada, sin parpadear cuando los huesos se sacudieron, y la colocó en la
posición correcta. ̶ Estás a unas dos pulgadas de la parte superior de la infección.
El fuego de bronce surgió de los dedos de Michaela.
Elena cerró los ojos reflexivamente contra el repentino brillo. Cuando ella los abrió
de nuevo, los ojos de Michaela estaban cerrados, su cuerpo flácido... y la mayor
parte de su pecho se fue, cortado por su propio poder. Elena podía ver el brillo de
los huesos, la textura esponjosa de un pulmón.
Y sangre, mucha sangre.
Con el estómago revuelto, Elena, sin embargo, miró cuidadosamente la enorme
herida. No había signos de infección, todo el negro cortado. Junto con la mayoría de
las costillas y órganos internos de Michaela, parte de una cadera, y una sección de
la pelvis.
Ellie. ̶ Polvorientas botas negras golpeando a su lado, las alas de Jason en su
visión. ̶ La llevaré a la enfermería.
Elena asintió bruscamente. ̶ Creo que su cuello está roto.
No, ̶ dijo Jason después de agacharse para examinar a Michaela más de cerca. ̶ No
está roto. Está casi separado de su cuerpo.
Tragando con fuerza, Elena dijo: ̶ Estaba hablando.

Ella es un arcángel. ̶ Él tomó a Michaela en sus brazos.


Elena no le preguntó si Michaela sobreviviría; mientras no quedara nada de la
infección de Lijuan, el Arcángel de Budapest volvería. Dada las lesiones masivas,
sin embargo, lesiones que se habían sumado a haber dado a luz no hace mucho
tiempo, podría llevar mucho tiempo.
Ella voló como escolta de Jason hasta que estuvieron en territorio amigo, luego él
fue hacia adelante y ella voló de regreso a la zona de batalla. El cielo seguía lleno
de fuego. Neha estaba intentando quemar las tropas de Lijuan desde el cielo.
De pronto pensó en Laric, marcado por su tiempo atrapado en un cielo de fuego.
Ella esperaba que estuviera en la enfermería lejos de cualquier ventana. Y ella
esperaba que las llamas no le trajeran pesadillas a Caliane y Rafael.
Cuando se acercó, vio que Aegaeon estaba justo al lado de Neha, parecía estar
protegiéndola para que pudiera
concentrarse en su fuego. En el resplandor rojo anaranjado de sus alas, apareció un
azul tan puro como el de Illium. Mientras ella miraba, arrasó con un escuadrón
entero con una guadaña de poder verde mar.
Al menos el bastardo es útil, ̶ murmuró antes de disparar una ballesta a través del
ala de un luchador angelical que estaba a punto de empujar su espada en las tripas
de Andreas.

El líder del escuadrón levantó una mano en agradecimiento antes de cortar con sus
cuchillas y quitar la cabeza de otro luchador alado. Rodeada de batalla, no pudo
tomarse un segundo para buscar a Rafael en el cielo, pero ella podía sentirlo muy
arriba, intercambiando golpe tras golpe con Lijuan.
Lijuan, quien podría sanar de cualquier lesión.
El miedo trató de apretar sus garras alrededor de su corazón.
Apretando los dientes, se lo quitó y siguió luchando.
•••
El sudor goteaba por la espalda de Rafael y le humedeció el pelo. Su fuego salvaje
se estaba agotando rápidamente. Iba a necesitar abastecerse de Elena de nuevo
muy pronto, pero en el momento en que lo hiciera, era porque estaban en el final del
juego. No había más poder después de eso y Lijuan parecía imparable.
Se había cargado deliberadamente de Elena antes de que comenzara la batalla, no
la totalidad de lo que ella sostenía, pero lo suficiente como para que sus energías se
combinaran para crear el tinte verde...tinte del fuego salvaje. Sin embargo, dado que
se había alimentado de dos arcángeles, Lijuan parecía impermeable a todo eso.

No muy lejos de él, Caliane recibió una ola masiva de ataques venenosos de las
tropas de Lijuan. Su madre cayó a una azotea sostenida por la gente de Rafael, ella
tenía las alas maltratadas y sus huesos destrozados.
¿Madre?
Sobreviviré a esto, hijo mío. Pero estoy fuera de la batalla. Su mente cortada en
piezas ante esa declaración.
Justo cuando Lijuan se volvió no corpórea nuevamente. Había hecho suficiente
daño para que ella no pudiera soportarlo por mucho tiempo, pero incluso un
segundo era demasiado largo. Esta vez ella apareció lo suficientemente cerca de
Elijah para apuntarlo con su luz obsidiana de estrellas.
El Arcángel de América del Sur no pudo evitarlo, pero Rafael estaba lo suficiente
cerca como para golpearle tanto a él como a Lijuan. El cuerpo de Eli se sacudió
cuando el fuego salvaje atravesó el veneno en su sistema y comenzó a combatirlo,
mientras los ojos de Lijuan se iluminaron con fuego salvaje antes de gritar y disparar
a Rafael.
Galen atrapó a Elijah mientras caía y lo bajó a un tejado. Un destello muy por debajo
atrapó la mirada de Rafael, la cara de Venom se contorneó en calor cuando estalló
un lanzallamas sobre una horda de renacidos justo encima de él.

Rafael no tuvo tiempo de ver a Eli o de ayudar a Venom: Lijuan no se había ido a no
corpórea después de herir a Elijah, y él lanzó una descarga tras otra hacia ella. Su
cuerpo quemaba el oro blanco y azul del fuego salvaje besado con verde, pero ella
no desapareció. En cambio, ella corrió de Rafael y directamente hacia Neha. El
Arcángel de la India evitó sus rayos, pero su estrategia de evasión la puso bajo un
granizo de lluvia de obsidiana disparado por Xi y otro general.
Neha bajó.
Aegaeon intentó cortar a Lijuan con su guadaña verde mar, pero solo pareció
irritarla. Se las arregló para evitar ser golpeado, lo que significaba que Rafael
todavía tenía otros tres arcángeles amigos en el cielo con él. Entonces una mente
con un peso tan fuerte como la de Caliane tocó la suya.
Me estoy quedando sin poder. Alexander, sus palabras pronunciadas en el instante
entre un ataque y el siguiente. Nunca en toda mi existencia me acerqué tanto hasta
el borde. Aegaeon no lo admitirá, pero debe estar igual.
Rafael atrapó a Lijuan una vez más, justo cuando ella se preparó para golpear a
Alexander. Girando, envió su poder a Rafael en su lugar. ̶ ¡No puedes matarme! ̶ ella
rugió cuando el fuego arrasó sus venas... y no la destruyó.
La lluvia de obsidiana a la luz de las estrellas que ella le envió era una pared.
Levantó un escudo de fuego salvaje, pero amenazaba con ceder bajo la presión casi
inmediatamente.
Arcángel. La mano de Elena sobre su pantorrilla, el fuego salvaje de su cuerpo
entrando en el suyo.
Usando algo de ese poder para disipar el de Lijuan mientras Elena se separaba
para tomar posición a su lado, vio la razón por la que no estaba bajo un ataque
secundario. Una explosión de energía violeta había roto el cielo para estrellarse
contra Lijuan. Una mujer con cabello de color lila, su vestido verde pálido y sus ojos
imposibles de ver desde aquí, estaba golpeando a Lijuan con un golpe tras otro.
Otra figura más delgada se unió a ella, y sus ojos eran visibles para Rafael. Qué
antes había sido marrón, ahora eran fuego líquido. Como si la llama que hubiera
limpiado a Favashi de la infección se hubiera convertido en parte de ella. Su poder
nacido en la Cascada se rumoreaba era que tenía control sobre los vientos, pero fue
fuego líquido lo que se envolvió alrededor de Lijuan, tratando de quemarla hasta los
huesos.
Del otro lado del campo de batalla vino otro rayo masivo de energía, este,
sosteniendo la conmovedora belleza de la aurora marina.
Alexander disparó a Lijuan al mismo tiempo, la plata de sus alas brillaba por las
explosiones de energía iluminando el cielo.
Rafael disparó más fuego salvaje a Lijuan, incluso cuando a su lado, Elena usó la
ballesta para derribar un volante que había venido hacia ellos. Quería decirle que se
fuera de regreso a un tejado donde estaría más segura, pero ningún lugar era
seguro en la guerra. Y si esto era el final, entrarían en él juntos.
Entonces Lijuan logró lo imposible y se separó del combinado ataque.
Alexander disparó tras ella.
Lijuan hizo un movimiento impredecible a la izquierda.
Elena se movió en el mismo instante para disparar a las alas de uno de los
generales de Lijuan que levantaba la mano para dispararles.
El rayo de energía plateada de Alexander llegó directamente a Elena.

72
¡Elena! ̶ Rafael se estrelló contra ella, y el rayo lo golpeó mientras los dos estaban
conectados... Pero no hubo dolor.
Rebotó en él y cuando lo hizo, cambió de forma para convertirse en un fuego
salvaje. Oro blanco y azul.
Medianoche y amanecer.
Lijuan evitó ese golpe para hacer llover su propia violencia contra él.
Incluso mientras lo bloqueaba, la mente de Rafael estaba corriendo. Pero fue su
consorte quien gritó: ̶ ¡Un espejo que es un canal! ¡Diles a todos que nos lancen su
poder!
Rafael tomó la mano de su consorte. ̶ Desplázate, ̶ le dijo, sabiendo que los
convertiría en objetivos. Pero también sabía que su gente los protegería al final. ̶
¿Lista?
Siempre, ̶ dijo, como si no estuvieran a punto de arriesgar sus vidas.
Disparen contra mí, Rafael les dijo a los arcángeles sobrevivientes. ¡No lo duden!
¡Dispárenme!

Fue Alexander quien obedeció primero, el brillo metálico de sus alas parpadeando
en la distancia mientras disparaba directamente a Rafael. Luego vinieron Favashi,
Titus y Aegaeon. Cassandra y el ángel de la aurora marina dispararon al mismo
tiempo. El poder combinado era una cosa enorme y antigua, y lo sorprendió con su
fuerza. Pero Rafael y Elena se mantuvieron firmes bajo la barrera, y el espejo en el
que se convirtieron juntos rebotó toda la energía hacia Lijuan.
Se convirtió en un fuego salvaje que la envolvió. Tanto fuego que llenó su boca
iluminó sus ojos, se convirtió en su piel, quemando en su cabello. Pero aun así no
murió.
Golpeando en ella con más y más, a su alrededor, sus tropas golpearon la lluvia de
obsidiana en los arcángeles para tratar de derribarlos, y la gente de Rafael se
defendió con sangre y furia.
Vio a Jason eliminar un apoderado, Aodhan otro, Galen un tercero antes de tomar
un golpe de espada en el pecho que lo hizo tambalearse y caer. Jason vino en su
ayuda y un sangriento Andreas retomó la pelea de Galen.
La batalla se libró.
En el centro del vórtice de poder, Lijuan era una misteriosa masa de fuego salvaje.
Echó la cabeza hacia atrás, gritó y estalló en un fuego salvaje desde su boca hasta
marcar el cielo. Fue entonces cuando dos de las tropas de Lijuan lograron
estrellarse contra Aegaeon. El padre de Illium había estado en el proceso de
disparar más energía a Rafael. Se fue de par en par.
El poder vicioso de un Antiguo golpeó a Elena antes de que Rafael pudiera
empujarla fuera del camino.
¡ELENA!
Nunca tendría un recuerdo claro de los momentos que siguieron. Ahí había
demasiado poder en el aire, demasiado miedo en su corazón. Él solo sintió la
energía fluir violentamente hacia su cuerpo desde el de ella. Lanzó el poder a Lijuan
casi instintivamente, aunque sus ojos buscaban a Elena a través del resplandor de
la luz alrededor de ella.
Estoy aquí, Arcángel. Un poco sin aliento, pero definitivamente era la voz de su
cazadora. Sus dedos se apretaron sobre los de él.
Su corazón tronó cuando los otros arcángeles dejaron de disparar, el cambio
repentino de presión haciendo estallar sus oídos, se giró para ver la nueva bola de
fuego que se había estrellado sobre Lijuan. Se extendió sobre ella como con los
demás... pero este fuego salvaje era diferente. Tenía un corazón verde tan brillante
que era el beso de la primavera, la exuberante hierba bajo tus pies, el susurro de un
árbol en plena floración.

Ese verde atravesó la boca de Lijuan, sus ojos se filtraron hacia las células de ella.
Las hojas estallaron sobre su piel, solo para acurrucarse y morir. Su cabello se
convirtió en vides que se ennegrecieron y se cayeron. Más hojas estallaron en su
rostro antes de ser destruidas.
Pero debajo de todo, su piel se estaba volviendo verde constantemente.
Um, Arcángel. ¿Recuerdas cuando hice crecer ese árbol en el vestíbulo?
Él buscó a su consorte de nuevo... Y la vio. El resplandor de la energía se había
desvanecido para revelar a una Elena cuya ropa estaba chamuscada, mal. El cuero
negro se había vuelto de una extraña plata verdosa en el plexo solar, donde había
tomado el golpe extraviado de Aegaeon.
Se extendió desde ese punto en tonos más claros hasta el marrón chamuscado en
los bordes de sus hombros y muslos, enroscados alrededor de su cintura. Pero sin
piel que se mostrara y por lo que él podía ver de su cuerpo no estaba dañada.
Sus ojos estaban fijos en Lijuan.
Él siguió su mirada.

Lijuan estaba gritando silenciosamente mientras las hojas brotaban de su boca.


La vida, ̶ murmuró Rafael. ̶ A pesar de todos los esfuerzos de la Cascada, todos los
esfuerzos de inmortalidad, eres vida cruda, desafiante, hbeebti. Y ella es la muerte. ̶
Las dos no podrían existir juntas en el mismo ser.
Las raíces brotaron del cuerpo de Lijuan y, aunque se marchitaron, dejó agujeros en
ella. El fuego salvaje se infiltró aún más en ella hasta que Lijuan fue un ser de puro
fuego salvaje hasta que se convirtió en una explosión de luz blanca abrasadora.
El brazo de Rafael voló para protegerse los ojos, incluso cuando acercó a Elena.
La explosión del fuego salvaje pareció durar para siempre, y cuando terminó, solo
pudo ver manchas blancas frente a sus ojos. Pero podía sentir a Elena en sus
brazos, el pelo suave contra él y su fuerte agarre.
¿Puedes ver? ̶ Su voz, apagada y distante, como si sus oídos hubieran tomado un
golpeteo.
Apenas. ̶ Un minuto después, las manchas comenzaron a despejarse por fin.

No había Lijuan en el aire.


Miles de brillantes hojas verdes cayeron a la tierra bajo una suave lluvia.
Dios, no me digas que la convertí en hojas y que se va a juntar y convertirse en un
árbol zombie.
Risas desconocidas en sus mentes, una vieja voz que decía: Hija, ella está muerta.
No hay una línea futura para ella. Termina aquí.
¿Esta segura? le preguntó a Cassandra.
Su línea de tiempo ha sido cortada permanentemente. Ella se detiene para siempre.
Se acabó. ̶ Elena exhaló un escalofrío. ̶ Realmente se acabó.
Antes de que pudiera responder, vio un fuego dorado que se alzaba desde un tejado
para golpear a Xi. El general más confiable de Lijuan había estado a un metro de
Elena, su espada levantada y sus ojos rojos de lujuria de batalla, pero murió allí, de
un solo golpe de Illium.
Ya no era capaz de crear el fuego de obsidiana, cada vez más generales de Lijuan
cayeron en manos de la gente de Rafael y de los otros arcángeles. Sus hermanos
de ojos muertos literalmente cayeron, chocando con la tierra o sobre los tejados sin
control.
Cientos, miles, de muñecas rotas sobre su ciudad.
Él y Elena volaron hacia el luchador caído más cercano en silencio.
El olor pútrido era una ola nociva en el aire antes de aterrizar. Su cuerpo ya
parcialmente descompuesto, el brazo del ángel caído se pudrió frente a ellos.
Elena sacó su ballesta. ̶ Asciende.
Rafael se elevó hacia el cielo para ayudar a acabar con los que continuaban
luchando. Eso no tardó mucho. Sin su arcángel, incluso miles de guerreros no
podrían vencer a siete arcángeles, la mayoría de los cuales eran Antiguos. Los que
lo intentaron murieron.
Los que depusieron las armas y no mostraron signos de infección les fue dado un
pasaje seguro fuera de Nueva York. En las guerras de arcángeles, el vencedor
siempre mostraba piedad.
Son soldados de infantería, ̶ le dijo a Elena un día después mientras veían lo último
de las tropas partir, había tomado mucho tiempo porque cada uno fue revisado en
busca de infección. Pero todos aquellos con el veneno negro en ellos estaban
muertos, y era una causa del feo olor que flotaba sobre la ciudad. Él y los otros
arcángeles habían trabajado horas extras para incinerar los cuerpos, pero el olor
tardaría en disiparse, incluso con los vientos marinos que Aegaeon había agitado.
Si esos soldados de a pie seguían a Lijuan por miedo o por lealtad, deben vivir con
su elección por la eternidad; y no será olvidado. Dondequiera que pisen, serán
conocidos como aquellos que decidieron jurar fidelidad al Arcángel de la Muerte.
¿Adónde irán?
Con Lijuan muerta y como lo demuestra la forma en que cayeron los de ojos negros,
lo más probable es que China ya no esté infectada con la oscuridad que impacta
inmortales y casi inmortales, pero incluso si es así, estas personas no tienen otro
puerto seguro. Ellos irán allí. Y esperarán a su nuevo arcángel. Lo que ese arcángel
haga con ellos es la elección de ese arcángel.
Los dos no se movieron hasta que el último luchador no fue más que un lejano
difuminar. Múltiples escuadrones estaban siguiendo a esas tropas, y esos
escuadrones permanecerían alerta hasta que recibieran la noticia de que los restos
del vencido ejército había desembarcado en China.
Su siguiente tarea fue ir a un área privada especial de la enfermería con el resto de
la Cátedra, y considerar el daño catastrófico a tantos arcángeles.

Zanaya parecía muerta, su cuerpo momificado y sus ojos encogidos en sus


cavidades. Astaad estaba en mejores condiciones, con más carne en los huesos,
pero aun así insensible.
Caliane estaba herida, pero se recuperaría, al igual que Neha.
Elijah estaba peor. Aunque el fuego salvaje de Rafael había detenido la propagación
de la infección en el campo de batalla, no la había disipado. Entonces Eli había
hecho la misma decisión que Michaela, aunque en su caso, se amputó un brazo, el
hombro, así como parte de su corazón.
Él estaba en el Anshara, el profundo sueño curativo donde su cuerpo podía hacer
reparaciones. También Caliane. El Anshara no siempre podía ser retenido. Michaela
también estaba en un estado propicio para la curación, pero en su caso, era más
profundo que el Anshara; ella parecía estar muerta, pero su cuerpo no se
descomponía.
Rafael hizo que su madre se mudara a una suite de la Torre donde estaría protegida
mientras ella se curaba. Hannah pidió llevarse a Elijah con ella.
Tenemos un lugar seguro para estos momentos, ̶ dijo, con la cara llena de
preocupación y desasosiego apretado con determinación al mismo tiempo. ̶ Y creo
que ningún arcángel estará haciendo la guerra en cualquier momento pronto.

No, todos estaban demasiado maltratados, sus tierras en caos. Los ángeles de ojos
muertos de Lijuan podrían haber caído del cielo, pero su renacimiento parecía
haberse convertido en una especie permanente en el planeta. Se necesitaría un
esfuerzo coordinado para eliminarlos, y para erradicar los insectos portadores de
enfermedades que Charisemnon había creado. Los dos barcos llenos de renacidos
aún en el océano era un asunto más fácil: Rafael los eliminaría después de que esta
reunión terminara.
Las tropas de Eli se fueron con su cuerpo herido dos horas después de que el
ejército de Lijuan partiera de la ciudad.
Se trata de nosotros, ̶ dijo Rafael a Titus, Alexander,
Favashi, Aegaeon, Cassandra y Qin.
Su consorte había llamado a Qin el hombre más hermoso que había visto en su
vida, y Rafael tuvo que estar de acuerdo con la evaluación. El antiguo era alto y
delgado, con cabello negro sedoso que le llegaba hasta los hombros bajo una lluvia
de ónix, sus ojos muy inclinados del mismo tono, pero estriados con un tono que
hizo eco de su aurora marina.
Sus alas eran blancas donde crecían en su espalda, pero para cuando llegaba a las
plumas primarias, eran de un color rosa oscuro delicado. Antes de que eso llegara
una miríada de tonos de acuarela, las alas de Qin eran una "fotografía de enfoque
suave" según Elena. Por el contrario, sus pómulos eran cuchillas de afeitar, creando
huecos en sus mejillas, pero no era un arcángel duro. Su rostro tenía una suavidad
dolorosa, especialmente los ojos que siempre estaban en Cassandra.
Eli se recuperará, al igual que Caliane y Neha, ̶ dijo Rafael.
Si te vas a quedar, Lady Cassandra, tendremos una Cátedra completa de diez hasta
que sepamos si Astaad o Michaela sobrevivirán y se levantarán de nuevo. ̶ Michaela
debería haber estado enfrentando el mismo tiempo de recuperación que Elijah, pero
no se sabía si era porque había dado a luz recientemente o debido a que Lijuan la
había herido, que no había mostrado signos de incluso una curación menor,
mientras que el cuerpo de Elijah había comenzado a tejerse junto.
En cuanto a Astaad y Zanaya, nadie tenía idea del proceso de recuperación, o si la
recuperación fuera incluso posible para aquellos arcángeles de quienes Lijuan se
había alimentado; el que ningún ángel ordinario hubiera sobrevivido era una mala
señal, pero los arcángeles eran arcángeles porque tenían más magnitudes de
poder. La peor posibilidad era que el poder de Astaad y Zanaya significara que no
morirían... pero tampoco despertarían, atrapados para siempre en un horrible limbo.
Por esa misma razón, ¿era posible que Antonicus no estuviera muerto y se acostara
en su estado medio consumido por la eternidad?

Sacudiéndose de esa perspectiva fea porque no era bueno bailar en lo desconocido,


captó la mirada de Cassandra. ̶ ¿Te quedarás?

73
Cassandra, cuyos ojos eran de una inquietante verde espuma mar mezclado con
índigo y azul cuando no los estaba rasguñando, le sonrió con tristeza. ̶ Los nudos de
caos se han desenredado. Veo caminos despejados de nuevo. ̶ Una lágrima rodó
por su cara. ̶ Seré un arcángel loco si me quedo.
Avanzando, tocó con las manos las mejillas de Elena. ̶ Tal gloria que eres, profecía
mía Me despertaré de nuevo la próxima vez que cambies el mundo.
Un beso presionó la mejilla de Elena antes de que Cassandra se acercara a Rafael. ̶
Niño de llamas, qué tan fuerte te has vuelto. Y todavía... ̶ Ella presionó una mano
contra el corazón de él. ̶ Tu corazón es un poco mortal. ̶ Ella sonrió, como si eso le
agradara, pero la sonrisa contenía una terrible tristeza. ̶ Es hora de que duerma. No
me molesten, niños, por al menos mil años. Quizás entonces, esté lista.
Se giró para caminar hacia Qin y se limpió las lágrimas que corrían por sus mejillas. ̶
Mi Qin.
Rafael y los demás miraron hacia otro lado mientras ella bajaba la cabeza sobre el
pecho del silencioso arcángel y él la abrazó. Al lado de Rafael, los ojos de su
cazador brillaban húmedos.
Las faldas de Cassandra agitaron el aire y cuando levantaron la vista, ella ya no
estaba en los brazos de Qin. ̶ Llevaré conmigo a los rotos, ̶ dijo. ̶ No pueden
encontrar un lugarseguro para dormir. Lo encontraré por ellos.
¿Se despertarán? ̶ Preguntó Alexander, surcos que marcaban los lados de su boca. ̶
¿Zanaya, Michaela y Astaad?
El cabello color lila de Cassandra voló hacia atrás en la brisa que entraba por las
puertas del balcón. ̶ Eso, no lo sé, ̶ dijo.
Algunos futuros aún no están escritos.
Rafael se encontró con sus ojos atormentados, se preguntó si serían agujeros
sangrientos cuando la volviera a ver. ̶ Le pediré a mi gente que se prepare para
escoltar a Michaela, Zanaya, y Astaad. ̶ Envió las instrucciones mientras hablaba.
No mucho después, vieron a Cassandra caminar hacia el borde del balcón. Sus
lechuzas blancas despegaron en una sinfonía de silencio. Una mirada atrás, la
caricia de una vieja, vieja mente, entonces Cassandra las siguió. Detrás de ella iba
Jason, con Astaad en sus brazos, Aodhan, con Michaela, y Andreas, con Zanaya.
Una guardia de honor voló detrás de ellos.
Alexander corrió hacia el borde del balcón sin previo aviso, con alas de plata
extendidas para el vuelo. Tomó a Zanaya de Andreas antes de que alcanzaran los
límites de la ciudad. El comandante del escuadrón se retiró para regresar a sus
otros deberes.
Necesito llevarla a su lugar de descanso, le dijo Alexander a Rafael, pero no me
consideres fuera de la mesa.
Me aseguraré de que se escuche tu voz.
Nueve entonces, ̶ dijo Rafael después. ̶ Tres de los cuales están incapacitados.
Con Eli, podría ser por meses, mientras que Caliane volvería a subir en unos días o
semanas, dependiendo de cuánto daño había sufrido. Neha estaría levantada
incluso un poco antes.
No sé quién soy. ̶ Favashi levantó las manos y en su piel jugó el lento y sinuoso
resplandor de lava. ̶ No sé en qué me he convertido.
Eres un arcángel, ̶ dijo Aegaeon rotundamente. ̶ No puedes descansar mientras el
mundo arde.
Rafael no estaba de acuerdo en cómo se había entregado el mensaje, pero
Aegaeon estaba en lo correcto. La Cátedra necesitaba a Favashi para ponerse al
día.
Su rostro se tensó sobre huesos que eran demasiado prominentes, pero inclinó la
cabeza. ̶ No volveré a China.

Visitaré China, ̶ dijo Rafael. ̶ No se esperará que otros miembros de La Cátedra


vayan allí hasta que Elena y yo confirmemos que no está infectado.
Todos asintieron a su alrededor.
Mantendré mi territorio y Eli sostendrá el suyo, ̶ continuó Rafael. ̶ Voy a mantener
una vigilancia sobre el territorio de Eli en el interior, para que la sed de sangre no se
levante entre los vampiros.
Nadie discutió con eso tampoco. Tenían mayores problemas.
Acabo de preguntarle a Alexander y él continuará sosteniendo el suyo, y él está
dispuesto a ayudar a quien se haga cargo del de Michaela hasta su regreso.
También está el territorio de Astaad. Los generales de Neha y Caliane se
encargarán de los suyos por el corto tiempo en que las dos estarán en el Anshara,
aunque la gente de Neha necesitará nuestra asistencia para acabar con el flagelo
de renacidos.
Tomaré las tierras de Michaela, ̶ dijo Aegaeon. ̶ No deseo estar despierto, pero dejar
el mundo con solo ocho arcángeles en este momento es inaceptable, y soy lo
suficientemente honorable como para no robar las tierras de Astaad cuando ha
caído en la batalla.

Rafael miró a Qin, este Anciano que no había dicho una palabra a ninguno de ellos
desde su llegada. ̶ ¿Aceptas vigilar las tierras de Astaad?
La cara de Qin se retorció. Miró hacia donde Cassandra había desaparecido. ̶ No
quiero vivir en un mundo sin ella, ̶ dijo con una voz meliflua que era como música. ̶
Pero este es un deber de los arcángeles. Me quedaré solo hasta que otro se eleve y
tome mi lugar.
Rafael inclinó la cabeza. ̶ Titus, Favashi, ¿pueden trabajar juntos en África?
Sería un honor trabajar con un arcángel que se preocupa por su gente. ̶ Titus dijo
con un movimiento de cabeza dirigido a Favashi. ̶ África es una tierra grande y que
hierve de la humanidad que dejó las cosas en un desastre pútrido. Tu ciudad está
en ruinas, Rafael, pero tú eres más afortunado que yo.
Te ayudaré a ti y a cualquier otra persona que lo necesite.
Habían acudido en su ayuda en un momento crítico, y él nunca lo olvidaría. ̶
¿Favashi?
Favashi, sus ojos un flujo de lava, sonrió. ̶ Sí, estaría encantada de tener a Titus por
vecino. ̶ Luego se derrumbó, con los huesos líquidos.

La voz de Cassandra llenó sus mentes incluso cuando Elena atrapó al antiguo
Arcángel de China. Lo siento, niños. Estaba demasiado débil para levantarse, pero
esta era su batalla y su tiempo.
Ella debe volver a su sueño.
Rafael pudo ver los huesos de Favashi a través de la piel que se había vuelto
translúcida, fuego bajo su piel. Los otros vieron lo mismo. La cara de Aegaeon se
tensó, pero incluso él sabía que no había lucha contra esto. Recogiéndola en sus
brazos, Rafael llamó a Andreas y le dijo que se dirigiera en la misma dirección que
Cassandra y los demás habían ido.
Cassandra te está esperando.
Ella está demasiado ligera, ̶ fue todo lo que dijo el ángel guerrero antes de irse con
Favashi.
¿Ocho en La Cátedra? ̶ Gruñó Aegaeon. ̶ ¿En este momento?
Cinco hasta que los tres que están en curación del sueño regresen. Los vampiros se
volverán locos por las tierras.
Rafael sabía que era una preocupación válida. ̶ No tenemos que preocuparnos por
China, ̶ les dijo. ̶ La mayoría de la población vampírica está muerta. ̶ Muy pocos de
las tropas terrestres de Lijuan habían sobrevivido a la guerra.
Tendremos que coordinar vuelos de arcángeles sobre India y Japón. Titus, tendrás
que manejar África por tu cuenta ahora, pero asistiremos según sea necesario.

Lo necesitaré, ̶ dijo Titus sin rodeos. ̶ Es una tierra grande y está plagada de
renacidos.
Está decidido, ̶ dijo Rafael dos minutos después de recibir de Alexander el acuerdo
a sus decisiones. ̶ La Cátedra ha hablado.
El cielo se rompió con una lluvia negra y brillante solo un cuarto de hora después.
Eso borró el olor a muerte, hizo que los edificios destruidos fueran hermosos por
largos momentos y lleno de charcos brillantes las calles de la ciudad.
Y destruyó una pared de la enfermería de la Torre cuando una herida Suyin se
estrelló a través de ella para elevarse hacia el cielo. Rafael atrapó sus ojos
desconcertados mientras ella se levantó hacia arriba, pero no había nada que él
pudiera hacer.
Suyin, demasiado gentil, demasiado poco probada, estaba ascendiendo.
La energía bailaba sobre su piel, en el hielo brillante de su cabello, fluía hacia el
cuerpo de ella.
La Cátedra se la comerá viva.
Todavía no, Cazadora del Gremio. El mundo está en demasiado caos. Ella tendrá
tiempo.

La ascensión era impredecible. Podría llevar horas o días.


Suyin aterrizó en frente al resto de la Cátedra esa noche. La lluvia aun cayendo en
todo el mundo.
Tienes el norte de África, ̶ dijo Aegaeon sin dar un momento para que Suyin
respirara su nueva realidad.
Pero Suyin mostró su columna vertebral. ̶ No. Tomaré China.
Determinación inquebrantable en sus ojos. ̶ Mi linaje la destruyó. Mi linaje la curará.
No voy a discutir sobre esto.
Parece una elección adecuada, ̶ dijo Titus. ̶ No estoy en desacuerdo con eso.
Nadie lo hizo, aunque Rafael advirtió a Suyin sobre la posibilidad de que quedase
veneno. Sus labios se torcieron. ̶ Si queda veneno, no me hará daño. Soy de la
sangre de ella.
•••
Titus y Qin se fueron poco después, volando bajo la lluvia de Suyin. Alexander ya
había dicho que se iría directamente del sumidero de lava de Cassandra. Aegaeon
se volvió hacia Rafael y Elena cuando solo él y Suyin quedaban. ̶ Deseo que mi hijo
venga conmigo. Creo que está a tu servicio.
La espalda de Elena se puso rígida, pero mantuvo la boca cerrada porque había
visto el brillo peligroso en los ojos de Rafael.

Tu hijo es su propio hombre, ̶ dijo con la mayor cortesía.


Debería desearlo para ir contigo, no lo retendré a sus votos jurados.
Aegaeon inclinó la cabeza con una sonrisa.
Te lo agradezco. Lo veo en la azotea, hablaré ahora con él.

¿Por qué dijiste eso? ̶ Elena le siseó a Rafael en el instante en que el otro arcángel
se fue: Suyin estaba lejos de ellos, al borde del balcón. ̶ ¡Illium no quiere eso!
He advertido a tu Bluebell, Elena. Y le he dicho que, si él elige irse, lo
perseguiremos. ̶ Sus labios se curvaron. ̶ Estaba más calmado por lo último.
También entiende que, si le digo que no a Aegaeon, me hago un enemigo de él. Si
su hijo dice lo mismo...
Es solo un asunto familiar. ̶ Suspirando, Elena se apoyó contra él. ̶ ¿Cuándo voy a
entender bien esta política angelical?
Él acarició la línea de su columna, el fuego de tormenta de sus alas se desvaneció y
se debilitó.
Eres joven, hija de mortales. ̶ Incluso sus alas necesitaban recuperarse después de
esta batalla.
Ella le dio un codazo, pero él no lo sintió.

A lo lejos, Aegaeon despegó con un fuerte golpe de sus alas. No pudieron ver su
rostro desde tan lejos, pero Illium se volvió y les dirigió un saludo.
Sonriendo, Elena le devolvió el saludo.
Caminaron hacia Suyin. Los ojos magullados sostuvieron los de ellos, la mano que
ella levantó crepitó con un poder de color negro que brillaba como un diamante
brillante. ̶ ¿Está ella en mí? ̶ susurró. ̶ ¿Soy su legado?
No. ̶ Elena sostuvo la mirada de Suyin, segura en el fondo de que tenía que parar
esa línea de pensamiento aquí y ahora o eso se comería a Suyin viva. ̶ Esto es tuyo
y solo tuyo.
Soy arquitecta. ̶ Ella se miró las manos sin comprender. ̶ No soy un guerrero afilado
en la batalla. No debería ser de la Cátedra
El mundo necesita reconstrucción. ¿Quién mejor que un arquitecto para comenzar a
reconstruir?
Las palabras de Rafael se asentaron contra la piel de Elena, se sintieron bien. Sí, el
mundo necesitaba constructores ahora, creadores.
No tengo guardia, nadie leal a mí. Un arcángel no puede gobernar sin un segundo.

Enviaré una guardia contigo, ̶ dijo Rafael. ̶ Estarán a tu lado hasta que encuentres tu
propia gente.
Suyin, aún desorientada, decidió quedarse en Nueva York por tres días adicionales
para instalarse en su piel, antes de dirigirse a China.
Acababa de irse a su habitación para pasar un tiempo sola, reflexionando sobre el
cambio cataclísmico en su vida, cuando una luz dorada comenzó a emanar de la
dirección de los Catskills. ̶ Cassandra se está despidiendo, ̶ murmuró Rafael.
Los dos vieron la extraña puesta de sol hasta que el ultimo parpadeo desapareció
del cielo. Las alas de Elena fueron con ellos, desapareciendo con un estallido
audible que hizo que le
dolieran los oídos. Rafael jadeó en el mismo instante y cayó sobre una rodilla Sus
alas brillaron por un segundo, luego se asentaron, sólidas y fuertes.
La marca de la Legión en su sien ardió antes de quedarse callada.
Elena se dejó caer a su lado, su mano en su ala y sus pulmones luchando por
jadear aire. ̶ Arcángel.
El rayo dorado de la Cascada se ha ido, ̶ dijo, su respiración inestable, ̶ cómo la
parte de lo que nos dio la Legión.
Su corazón se apretó. ̶ ¿Tal vez la parte que los hace?

Esa es mi esperanza, hbeebti. ̶ Él flexionó su mano. ̶ El poder de la tormenta de


sangre permanece.
¿Puedes hacer que tus alas se conviertan en fuego blanco?
Una pausa antes de que sus alas se transformaran en llamas
puras. ̶ Si y... ̶ El azul envolvió su mano. ̶ Todavía puedo sanar.
Así que ahora sabemos lo que sucede a los poderes de superhéroes después de
una Cascada ̶ su voz tembló. ̶ Mis alas venían del rayo dorado. Y ahora mi espalda
se siente rara.
Rafael se levantó, con la mandíbula apretada. Si el mundo hubiera tomado sus alas
nuevamente, él lo haría salvaje. Lo que descubrió fue que las hendiduras de su
chaqueta donde habían surgido sus alas estaban brillando... del mismo tono que
hacía cuando estaba enojado o lleno de poder.
Tienes un pedazo de mi corazón, Elena, ̶ murmuró. ̶ Ese corazón está lleno de
células arcangélicas. Esas células pueden curar casi cualquier lesión, cualquier
daño, cualquier mutación si ningún otro poder extraño se interpone en el camino. Y
el poder de la Cascada dorada se ha ido.
Elena contuvo el aliento. ̶ ¿Qué estás diciendo, Rafael?

Necesito ver tu espalda. ̶ Envolviéndola en sus brazos, la llevó volando hacia la


privacidad de su suite y entre los dos arrancaron las vainas del brazo, luego su ropa.
Su espalda desnuda era perfecta, excepto por dos líneas brillantes donde las alas
surgían de la espalda de un ángel.
Rafael tocó con su dedo una.
Elena se estremeció tanto que fue un escalofrío.
¿Duele? ̶ Preguntó.
No. ̶ Se movió inquieta sobre sus pies. ̶ Sólo... sensible. Mucho.
¿Tienes ganas de rascarte como nunca lo has hecho antes?
¡Querido señor, sí! ¡Argh!
La esperanza estalló en certeza. ̶ Estás en la primera etapa del crecimiento de las
alas.
Elena guardó silencio durante mucho tiempo. ̶ Estás seguro, dijo al fin.
Sí, pero vamos a Nisia.
La sanadora se tomó un minuto de su pesada carga de trabajo para confirmar el
diagnostico de Rafael. ̶ Puedo ver la leve cresta de dos trozos en desarrollo, ̶ dijo
después de examinar de cerca la espalda de Elena. ̶ Te daré un aceite para la
picazón.
Antes de que se fueran, ella tomó sangre para que Lucius pudiera volver a realizar
pruebas de ADN.
¿Voy a tener plumas de pato esponjosas pronto? ̶ Elena le preguntó a Rafael
después de que estaban de nuevo en su suite y él le había frotado con el aceite
celestial. El alivio fue tan genial que fue orgásmico; en ese momento, se alegró de
haber dormido el tiempo en que crecieron por primera vez sus alas.
Me temo que sí. ¿Echarás de menos las alas de energía?
Los ojos de Elena estaban húmedos cuando se volvió hacia él.
Fueron increíbles y me llevaron al cielo... pero Rafael, volveré a tener mis propias
alas, plumas que se pueden acariciar, plumas que puedo darles a Zoe y Maggie.
Entonces lloró, más bien de alegría que de pena.
Más tarde, miraron hacia su ciudad en ruinas. Al menos el setenta por ciento de los
edificios habían sido gravemente dañados o totalmente destruidos. Incluso la Torre
no había escapado ilesa, pero el edificio de la Legión no había sufrido ni un
rasguño.
A Elena le dolía el corazón mirarlo, pero ella cumpliría su promesa. Ella lo
mantendría a salvo para cuando la Legión regresara. Seres tan antiguos no podían
simplemente dejar de existir.
La mano de Rafael se cerró sobre la de ella, cálida y fuerte.
¿Qué pasa ahora, Arcángel?
Caminamos hacia el futuro.
Juntos.
Siempre.

Consecuencias
Elena se puso una capa para proteger sus delicados ramales. Illium todavía tan
enojado debajo de su alegría de vivir, pensó que era una gran idea y compró una de
plata cubierta de diamantes de imitación que amenazaba con dejarlos a todos
ciegos. El solo se rió y la hizo girar como un villano de la película B.
Elena se quedó con la negra de cazadora.
De repente, las capas estaban de moda en su ciudad maltratada.
La picazón la hizo querer arrastrarse por las paredes, pero había demasiado que
hacer. Rafael le frotaba el aceite y continuaron. La vida continuó. Habían tenido
suerte, tan jodidamente afortunados.
Todos sus amigos y familiares más cercanos habían logrado sobrevivir. En honor a
su victoria y porque era un nombre de la familia de Nyree, Ransom y Nyree
finalmente se decidieron por un segundo nombre para su hijo: Viktor.
Hudson Viktor Winterwolf.

Gran nombre para un pequeño amigo, pero Elena tenía la sensación de que el niño
se convertiría en él. En cuanto al otro recién nacido en su mundo, Riker les dijo que
Michaela había nombrado a su hijo Gavriel, en honor a su padre. El pequeño Gavriel
estaba a salvo con Keir, amado y protegido, su parentesco oculto. Tantos ángeles
habían muerto en la batalla que nadie lo cuestionó cuando Keir dijo que estaba
criando a un huérfano de la guerra.
En otras noticias, Galen y Naasir habían regresado al Refugio, mientras que Aodhan
estaba con Suyin como su segundo temporal.
Debo darle esta oportunidad de extender sus alas, ̶ había dicho Rafael.
De vez en cuando, a medida que pasaba el tiempo, se formaba una especie de rayo
de color del amanecer a través de las alas crecientes de Elena, mucho más débiles
que el poder de la Cascada, pero un rayo de todos modos.
Nadie tenía idea de lo que eso significaba, aunque Keir tenía una teoría. ̶ Tú eres el
único ángel viviente cuyo corazón está formado por células arcangélicas. Un pedazo
de ti es un arcángel. Y cuando terminó, la Cascada dejó regalos en todos los
arcángeles que aún no eran Antiguos.

A Elena realmente no le importaba mientras sus alas siguieran creciendo. Illium la


había superado a ella, pero ella había esperado eso. Bluebell podría no haber
ascendido al final de la Cascada, pero su poder se estaba volviendo tan fuerte que
la asustaba por lo que auguraba para su futuro.
Cuando se trataba de ella, Lucius le dijo que sus células estaban "casi" de vuelta a
las de un ángel normal. ̶ Excepto por el extraño resplandor. Pero Rafael también
tiene algunos, así que siguen siendo compatibles.
El significado de sus palabras realmente no penetró hasta que Nisia la llamó a su
oficina un mes después, después de que Rafael había regresado de ayudar a Titus
a lidiar con el problema de renacidos en su territorio masivo. No era un problema
que sería resuelto rápidamente, pero todos los de la Cátedra que estaban activos y
funcionales estaban ayudándose el uno al otro.
¿Recuerdas lo que dije sobre el súper parásito? ̶ Preguntó el sanador.
La mano de Elena voló hacia su abdomen, todos los pensamientos de alas
momentáneamente olvidados. ̶ Ni siquiera menciones eso.
¿Súper parásito? ¿Con qué tipo de horrores te has estado divirtiendo en este
tiempo, Nisia?

Con cara de póker, el sanador dijo: ̶ Fetos, Señor.


Ya veo. ̶ Los labios de su arcángel se torcieron. ̶ Tienes formas tan maternales.
No la animes, ̶ murmuró Elena. ̶ Ella me dijo que el hijo de un arcángel sería un
súper parásito. Pero no tenemos que preocuparnos por nada de eso por mucho
tiempo. Soy demasiado joven.
Nisia tosió en su mano. ̶ Sí, sobre eso...
Elena tragó saliva. Duro. ̶ No más bromas sobre el feto parásito.
La crisálida te cambió. ̶ La mirada de Nisia era firme. ̶ Curas más rápido, eres más
resistente, con huesos más fuertes. Ya no eres un recién nacido. ̶ Ella sonrió con
una malvada sonrisa.
Probé la compatibilidad. Es perfecta. Posiblemente podrías quedar embarazada de
Rafael.
Un estrangulado sonido de ahogo escapó de la garganta de Elena. Rafael, el
demonio, le dio una mirada triste. ̶ ¿Estás tan aterrorizada de nuestro adorable
pequeño parásito?
No me hagas apuñalarte. ̶ Cruzando los brazos sobre el pecho, miró fijamente a
Nisia. ̶ ¿Necesito, ya sabes, tomar anticonceptivos?

Resultó que la mayoría de los ángeles no se molestaban porque su tasa de


natalidad era muy minúscula, pero como se había demostrado que la fertilidad
angelical aumentaba a raíz de una catastrófica pérdida de vidas, como la que
ocurrió en la guerra, Nisia la enganchó con una pequeña olla de hojas secas de un
verde vivo a rayas con azul que vino de una planta que solo crecía en el Refugio.
Una hoja al día mantendría alejado al bebé.
Fue solo una vez que los dos estuvieron solos en el húmedo calor del Edificio de la
Legión, las manos de Elena en el suelo mientras arreglaban, que ella miró a Rafael
y dijo: ̶ ¿No te importa? ¿Que no esté lista aún para un niño?
Una flor dorada se desplegó a una nueva vida en la mano de Rafael. ̶ Nunca te
esperé, Elena. ̶ Agachándose a su lado, extendió las alas sobre la hierba y flores, él
colocó la flor detrás de su oreja. ̶ Un hijo mío era tal materia lejana que nunca se me
pasó por la mente. Tenemos eternidad, hbeebti. No hay prisa.
Sentándose, enganchó sus manos cubiertas de tierra sobre sus rodillas y admitió la
oscura verdad que era un nudo en su pecho. ̶ No sé si alguna vez estaré lista. Cada
vez que imagino un bebé, pienso en Belle, en Ari. ̶ Sus ojos ardían, un fuego de
maleza que la escaldaba de adentro hacia afuera. ̶ Nuestros padres los amaban
tanto, pero no pudieron protegerlas.

Sentado frente a ella, con los pies acomodados a ambos lados de las caderas,
Rafael colocó una mano en su pantorrilla.
Conocí el terror cuando te amé. ̶ Su agarre se apretó. ̶ No puedo imaginar la
profundidad de ese terror si tuviera un hijo.
Elena se estremeció, cambió el tema de conversación porque este era uno que le
daba demasiado miedo, golpeaba demasiado profundo. ̶ Parece que el rayo del
amanecer en mis alas no va a desaparecer.
Alas de medianoche y amanecer con relámpagos que los atraviesan. Tu Bluebell
estará celoso.
Riendo suavemente, cambió de posición para arrodillarse junto a la parcela
ajardinada de nuevo. ̶ Pásame esa plántula.
Había encontrado un stock de ellas listas para plantar. La Legión las había cultivado
para su invernadero, pero ella las plantaría aquí.
La construcción de la casa de ella y de Rafael en el Enclave ya no era una prioridad,
no cuando gran parte de la ciudad había sido destruida. Por ahora, vivirían en la
Torre y este lugar lleno de recuerdos de la Legión sería su invernadero.
Yo los extraño colgando solo mirando, ̶ dijo mientras retiraba suavemente la plántula
de la maceta.
-¿Crees que hemos resuelto su enigma? ¿Conocemos el significado completo de
Aeclari?

Con la plántula liberada de la maceta, Elena la sostuvo en sus manos mientras


pensaba. En la edad de la Legión. En su inocencia. En su conocimiento. De cómo
eran de la vida, de cultivar cosas verdes y...
Su boca se abrió.
Inclinando la cabeza hacia atrás, ella miró fijamente...la plántula que estaba
sembrando y arriba. Rafael tuvo que quitarla de sus manos y ponerla en el suelo.
Los dos se sentaron allí en silencio, mientras la plántula se convertía en un alto
rosal lleno de gloriosas flores del color de la sangre fresca.
Los pétalos flotaban desde arriba, pesados con aroma y suaves como el terciopelo.
Y en las nacientes alas de Elena se arquearon los rayos del alba.
Cerrando los ojos, se dejó caer sobre la hierba y dejó caer los pétalos sobre ella.
Cuando se detuvieron, fue porque un arcángel con ojos tan azules como el hielo del
Ártico estaba inclinado sobre ella, su ala extendida en una magnificencia de oro
blanco, y allí, alrededor de la cicatriz de bala en la parte inferior, un estallido de
medianoche y amanecer. El resto de sus plumas había vuelto a su tono habitual,
pero el beso de la mortalidad permaneció alrededor de ese lugar.

Ella pasó los dedos sobre él.


El cabello más oscuro que el corazón de la noche cayó sobre su frente mientras
bajaba sus labios a los suyos. Se besaron bajo una suave lluvia de pétalos que era
una cosa de la vida, de crecimiento, de belleza en la terrible oscuridad. El mundo
estaba gravemente herido, sangrando en muchos lugares, los vampiros habían
comenzado a agitarse en la sed de sangre, y la Cátedra tenía dos Antiguos que no
deseaban estar despiertos, así como un nuevo arcángel completamente sin
entrenamiento para sus deberes.
Era un gran desastre.
Y sin embargo... ̶ Arquitectos, constructores, cultivadores, susurró contra los labios
de Rafael. ̶ Podemos arrebatarle la vida al horror.
Su boca se curvó en una sonrisa pecaminosa y juvenil que no le daba a nadie más. ̶
Cuidado, Elena mía. No deseas tentar al súper parásito.
Golpeando su pecho con las manos, ella lo fulminó con la mirada. ̶ Voy a lavarte la
boca con jabón.
Él se echó a reír, su arcángel fuerte, hermoso y letal... y un poquito mortal, la risa
aún en su boca cuando la besó de nuevo. Lo último que ella vio antes de que cayera
sobre él, fue pétalos del color de la sangre fresca en su ala...y el brillo de la vida en
la marca de la Legión en su sien.
Aeclari
Fin.

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