El Monitor Global de Residuos Electrónicos (Global E-Waste Monitor)
(www.globalewaste.org) es un estudio internacional realizado por la Alianza Mundial para el Control Estadístico de los Residuos Electrónicos (AMCERE), formada por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Ofrece información por país, permitiendo conocer los índices de cada uno en cuanto a volumen general del país y de generación por persona.
El informe señala que en el mundo se generaron 53,6 millones de toneladas
de RAEE durante 2019, 7,3 kilogramos anuales por habitante, 21% más que en 2014. De no tomarse medidas estas cifras crecerán un 50% más para 2030, duplicando el monto en 16 años.
Se estima que entre un 50% y un 60% de los residuos generados son
almacenados en hogares y pequeñas instituciones por desconocimiento sobre el procedimiento de descarte. Solo un 10% a 15% llega a talleres de reparación y servicios técnicos, y del 5% al 10% se recicla con el fin de recuperar materiales. Se calcula que un 60% de los RAEE termina en basurales o rellenos sanitarios, sin que se les aplique un proceso adecuado de reciclaje.
Algunos datos a destacar del informe
Los residuos electrónicos mundiales –productos desechados dotados de una batería o un enchufe– sumarán 74 t en 2030, replicándose en apenas 16 años. En 2019 sólo el 17,4 por ciento de los residuos electrónicos se recogieron y reciclaron. Esto implica que, en lugar de recuperarlos y tratarlos para su posterior reutilización, se desecharon y quemaron oro, plata, cobre, platino y otros materiales recuperables de gran valor estimados en 57 mil CURSO TIC Y MEDIO AMBIENTE UNIDAD 2. Dimensión física de las TIC: producción, uso y descarte
millones USD, suma superior al producto interior bruto de la mayoría de
los países. De acuerdo con el informe, el mayor volumen de residuos electrónicos en 2019 se produjo en Asia –unas 24,9 t–, seguida de las Américas (13,1 t) y Europa (12 t), mientras que en África y Oceanía se generaron respectivamente 2,9 y 0,7 t. A título comparativo, los residuos electrónicos del año pasado pesaba el equivalente de 350 cruceros del tamaño del Queen Mary 2, y fueron suficientes para formar una fila de 125 km.
Otras conclusiones Monitor 2020
Una gestión adecuada de los residuos-e puede contribuir a paliar el calentamiento global. Se estima que en 2019 se liberarán en la atmósfera 98 t de equivalentes de CO2 procedentes de refrigeradores y aires acondicionados desechados, lo que equivale a un 0,3 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En términos per cápita, el año pasado cada hombre, mujer y niño de la Tierra generó 7,3 kg de residuos-e. Europa lidera el ranking de generación de residuos-e per cápita con 16,2 kg por persona. En segundo lugar va Oceanía (16,1 kg), seguida de las Américas (13,3 kg). Asia y África están muy por detrás con 5,6 kg y 2,5 kg respectivamente. Los residuos-que suponen un peligro medioambiental y sanitario, pues contienen aditivos tóxicos y sustancias peligrosas como el mercurio, que dañan el cerebro y/o el sistema de coordinación de los humanos. Se estima que hay unas 50 toneladas de mercurio –utilizado en monitores, PCB y bombillas fluorescentes y de bajo consumo energético– circulando en flujos de residuos-e no documentados cada año. Los residuos de 2019 se componen principalmente de pequeños aparatos (17,4 t), grandes aparatos (13,1 t) y aparatos de intercambio de temperatura (10,8 t). Las pantallas y monitores, los pequeños dispositivos de TI y telecomunicaciones y las lámparas representaron 6,7 t, 4,7 t y 0,9 t, respectivamente. Desde 2014, las categorías de residuos que más han crecido en términos de peso total son: aparatos de intercambio de temperatura (+7 por ciento), grandes aparatos (+5 por ciento), lámparas y pequeños aparatos CURSO TIC Y MEDIO AMBIENTE UNIDAD 2. Dimensión física de las TIC: producción, uso y descarte
(+4 por ciento). De acuerdo con el informe, esta tendencia se debe al
mayor consumo de esos productos en países con bajos ingresos, donde estos productos mejoran la calidad de vida. Los pequeños dispositivos de TI y telecomunicaciones han crecido a un ritmo menor, y las pantallas y monitores muestran un ligero descenso (–1 por ciento), lo que se explica por la amplia sustitución de las pesadas pantallas y monitores de tubos de rayos catódicos (CRT) por pantallas planas más ligeras. Desde 2014, el número de países que han adoptado políticas, leyes o reglamentos nacionales en materia de residuos-e ha aumentado de 61 a 78. Aunque la tendencia es positiva, aún estamos lejos del objetivo fijado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) de aumentar el porcentaje de países con legislación en materia de residuos-e al 50 por ciento.