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Primeramente, Leyva se muestra optimista en que la ciencia política en su pluralidad puede

alcanzar muchas cosas. En primer lugar, nos invita a transcurrir por la senda que ha tomado
la Ciencia Política hasta hoy. Nos aclara que se presenta una falta en el afianzamiento de
foros anuales para establecer la importancia como transcendencia del debate sobre la
ciencia política. Se muestra de forma fortuita que más allá, de los dilemas que se presentan
en nuestro país, la ciencia política ha sabido posicionarse, llegando así a desarrollarse y
consolidarse como una disciplina naciente sólida. Bejarano y Wills, cuentan con una
perspectiva referentemente alentadora, pues, si bien se demuestran falencias, la ciencia
política va por buen camino. A diferencia de, Rodrigo Losada, el cual considera que la
ciencia política contemporánea tiene muchos inconvenientes. En contexto, se podría pensar
como alarmante, la poca producción de textos en relación al énfasis plurilingüe, pues, al
referirse al inglés en promedio los artículos de revistas en ciencia política aluden sólo dos o
tres artículos en inglés, lo cual implica que una gran porción de estudiosos de la ciencia
política que se determinan a escribir, se desprenden aparentemente de los numerosos
progresos y mejoras en materia politológica contemporánea. Esta aparente desunión de la
ciencia política colombiana con la ciencia política contemporánea se debe a varios
componentes, entre los cuales se podrían recalcar cinco: la baja proporción de politólogos
con doctorado en Colombia, el escaso manejo de idiomas extranjeros, la aguda deficiencia
en el conocimiento de las técnicas estadísticas, la dificultad para acceder a las revistas
internacionales por su alto costo en las bibliotecas universitarias del país y que algunos
politólogos padecen un rechazo sistemático a la ciencia política cuantitativa Por otra parte,
en las revistas analizadas tampoco se presenta pista cualquiera de la relación que se
manifiesta entre articulistas y el sometimiento a sugerencias por parte de colegas y/o
críticos en referencia a los artículos expuestos. Finalmente, se haya que en relación a las
revistas consideradas sólo una comunica que somete los artículos recibidos para
publicación, a la evaluación de pares anónimos, distintos del comité editorial de la revista.
En la cuestión de las otras cuatro revistas, se señala un comité o consejo editorial, pero la
tarea de este organismo, cuando se desempeña, parece restringirse a resolver, con juicios
herméticos, cuál artículo se acopla conforme al espíritu de la revista. Lo dicho
anteriormente, no sitúa correctamente a la ciencia política en el país, sin embargo, esto no
descarta que en la producción académica colombiana concurran muchos politólogos con
contribuciones meritorias a la interpretación de los fenómenos políticos. Este autor tiene un
enfoque pesimista frente a la ciencia política actual.

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