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Guia Economía Internacional
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así que las transacciones económicas internacionales no se obstaculicen por efecto de la
inestabilidad o inadecuada dotación o manejo de recursos monetarios internos y externos.
En países económicamente fuertes, como los Estados Unidos, en donde se ha logrado una
gran productividad y se dispone de una amplia capacidad competitiva con el exterior se
explica su amplia participación en los mercados internacionales, se cuenta con una estable
moneda nacional de gran aceptación a nivel mundial. Paises como Colombia, cuya
estructura económica aún se encuentra en proceso de desarrollo, tienen una capacidad
reducida para participar con su moneda en el mercado internacional.
La capacidad de un país para participar en el comercio con otros países depende de su
capacidad para generar medios de pago de aceptación internacional a través de sus
exportaciones, y para asignarlos eficientemente para importar los bienes y servicios
extranjeros que necesita. La interacción entre la oferta y la demanda de moneda extranjera
determina la tasa de cambio, como precio de la misma, expresado en moneda nacional. La
tasa de cambio, por tanto, es el precio al cual una moneda puede ser cambiada por otra.
Así mismo, las operaciones de compra venta de moneda extranjera responde a los patrones
del sistema de mercado, de manera que, a mayor tasa de cambio, menor será la cantidad
demandada de moneda extranjera, o sea que habrá una menor tendencia a importar.
Hay muchas tasas de cambio, en Colombia, por ejemplo, hablamos de una tasa para el
cambio de pesos por dólar, pesos por franco, pesos por marco etc. En la práctica y por el
ordenamiento internacional actual que gira en torno al dólar, se utiliza una sola tasa para
fines contables y de registro de las operaciones de moneda extranjera, que regularmente
corresponde a la que establece la equivalencia con aquella moneda extranjera con la que
se efectúa la mayor cantidad de transacciones externas; por ejemplo, en Colombia cuando
se habla de tasa de cambio, se hace referencia a la cantidad de pesos que se deben utilizar
para adquirir un dólar y viceversa. Si se quiere obtener la equivalencia con otras monedas,
simplemente se utilizan tasas de cambio cruzadas; así, si, por ejemplo, se conoce cuál es
la equivalencia entre pesos y dólares y entre dólares y francos, se puede fácilmente
determinar la relación entre pesos y francos.
¿Esa equivalencia entre la moneda local y la extranjera se establece
automáticamente?
No. La teoría sobre la tasa de cambio establece dos sistemas extremos para su
determinación. Esto es, un país puede definir su moneda como inconvertible o sea que no
es libremente intercambiable con otras; para ellos establece sistemas de control de cambios
mediante los cuales el Estado autoriza o licencia toda operación que implique cambio entre
moneda nacional y extranjera. En el otro extremo, tenemos que un país puede decidir que
su moneda es convertible. Dentro de los sistemas de manejo cambiario que aceptan la
convertibilidad de las monedas se pueden identificar dos formas alternativas de
determinación de la tasa de cambio.
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situaciones de déficit o superávit de divisas que ejerzan presiones sobre los
agregados monetarios internos.
Sin embargo, es usual que los gobiernos, para dar una tendencia diferente a la que muestra
el mercado de divisas, definan condiciones que promuevan operaciones de compra y venta
de moneda extranjera, caso en el cual se hace referencia a un sistema de tasa de cambio
que no flota en una forma totalmente libre.
Se puede también hacer uso de un sistema de tasa de cambio fija, lo que significa
que la autoridad económica define una equivalencia de la moneda local con una
moneda o con un conjunto de monedas de aceptación internacional. La
equivalencia puede ser mantenida por la intervención directa del gobierno en el
mercado de divisas a través de operaciones de compra y venta de moneda
extranjera, o en caso de desequilibrios persistentes y profundos por la modificación
de dicha equivalencia.
Dentro de esta alternativa encontramos el sistema de tasa de cambio con ajustes sucesivos;
en este sistema se utiliza una tasa fija, establecida por las autoridades como la tasa oficial,
la cual es ajustada continuamente de acuerdo con cambios en las condiciones económicas
bajo las cuales se comercia con el exterior. Este sistema que es conocido como de ajuste
gradual, trata de evitar efectos desestabilizadores en la economía interna derivados de
modificaciones eventuales de gran magnitud de la tasa de cambio oficial. Se busca, por
tanto, que en países que prevén permanentes alteraciones en las condiciones económicas
bajo las cuales se comercia con el exterior, que, merecen actualizaciones considerables de
su tasa de cambio, se imprima cierta gradualidad en el ajuste que dichas variaciones
inducen en la economía como un todo.
También es posible encontrar países que fijan la equivalencia promedio de su moneda, pero
en vez de utilizar una sola tasa de cambio utilizan un conjunto de tasas de cambio, las
cuales difieren según la clase de exportación o importación. Esto es lo que se conoce como
un sistema de tasas de cambio múltiple. Con él se pretende estimular o desestimular
algunas actividades u operaciones comerciales con el exterior. Por ejemplo, para estimular
la exportación de azúcar se le puede asignar una tasa de cambio mayor que la determinada
por otras exportaciones. Asimismo, para desestimular la importación de bienes suntuarios
se les puede aplicar una tasa de cambio mayor a la de las demás compras del exterior, lo
que los hace relativamente más caros en el país.
¿Quién fija las tasas de cambio?
En general las fijan los bancos centrales o un grupo de autoridades dentro de las que se
encuentra el máximo representante del banco central. Para ello, se hace un seguimiento
permanente de la forma como evolucionan los precios relativos de los productos que se
comercian con el resto del mundo y la forma como cambian las condiciones bajo las cuales
el país comercia internacionalmente, información que le sirve a las autoridades económicas
como punto de referencia para ajustar la tasa de cambio.
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¿Qué ventaja tiene el utilizar un sistema de tasa de cambio flexible o uno de tasa de
cambio fija?
El establecer una tasa de cambio fija ayuda a superar los efectos internos derivados de
grandes fluctuaciones en las tasas de cambio de un país. Esto es realmente significativo
para los países en vías de desarrollo en donde las condiciones bajo las cuales comercian
los hacen vulnerables a cierta inestabilidad cambiaria. Asimismo, el fijar su moneda a la del
país con el cual mantiene la mayor relación comercial le facilita a un país realizar con estas
últimas transacciones comerciales y financieras puesto que se reduce la incertidumbre
sobre el valor del tipo de cambio.
Obviamente, el utilizar una tasa fija no asegura condiciones adecuadas de equilibrio
cambiario, por lo que no permite aislar las economías internas de efectos
desestabilizadores producidos por desequilibrios en otros países.
Por el contrario, una tasa de cambio flexible que asegure el equilibrio en las transacciones
externas es manejable por países que cuentan con una adecuada competitividad para
participar en operaciones comerciales y financieras con el exterior, lo que además les
asegura cierta estabilidad en su tasa de cambio. Si ellos enfrentan desequilibrios efectúan
operaciones de compra y venta de moneda extranjera a través de mecanismos de arbitraje,
para lo cual necesitan disponer de un mercado especial.
En efecto las operaciones de arbitraje obedecen a diferencias en la cotización de una
moneda en dos mercados y su función consiste en demandar las monedas donde están
baratas e incrementar la oferta donde son caras para unificar el precio de las mismas. Los
cambistas y en general las instituciones de crédito efectúan esta clase de operación, en la
medida en que la diferencia en la cotización de dos monedas en términos de otra que sirve
como base de comparación sea de tal magnitud que el transarlas les deja alguna utilidad o
ganancia.
En general, los países en vía de desarrollo no disponen de medios apropiados para realizar
ajustes en operaciones de arbitraje, y no tienen los recursos y la fortaleza económica y
financiera necesarios en la escena internacional para lograr esa cierta autonomía que
implica el manejo flexible. Por el contrario, la inestabilidad que a se través de este
sistema pueden alcanzar sus tasas de cambio, tiende a introducir riesgos en sus
operaciones con el exterior, a generar desplazamientos no deseados de factores
productivos entre sectores internos y externos considerando el poder informativo de dicha
paridad, y a promover movimientos especulativos que agudizan la tendencia al desequilibrio
cambiario.
¿Cuál sistema es el más común en la actualidad?
La mayoría de los países han asumido sistemas de convertibilidad para sus monedas que
se sitúan entre los dos extremos mencionados. Así, vemos que algunos permiten una tota
convertibilidad de su moneda en operaciones corrientes de compre y venta de bienes y
servicios en el exterior, pero imponen restricciones a las representativas de transacciones
de capital; otros, como los Estados Unidos, permiten que la tasa de cambio se determine
en el mercado de divisas, pero promueven por intervención directa la compra y venta de
moneda extranjera cuando quieren lograr una tendencia diferente.
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En Colombia, por ejemplo, se aplica una combinación de las diversas opciones en materia
de convertibilidad. Durante los últimos años se adoptó el sistema de bandas cambiarias
para el manejo de la tasa de cambio. Bajo este sistema la autoridad cambiaria determina
de antemano la trayectoria del punto medio de la banda, así como su amplitud, y se
compromete a mantener la tasa de cambio dentro de dicho corredor. La idea central del
sistema de bandas es que permite mantener algún grado de flexibilidad cambiaria y control
monetario, al tiempo que reduce la posibilidad de especulación desestabilizadora y ofrece
al sector privado una guía para prever el comportamiento futuro de la tasa de cambio.
La tasa de cambio efectiva, que hace referencia a la tasa nominal cuando ha sido
ajustada con los sobrecostos que se generan sobre las operaciones cambiarias por
aplicar tarifas, aranceles, subsidios… Se trata así de obtener una tasa que refleje
el costo efectivo de una operación de cambio de moneda nacional por extranjera.
Así, por ejemplo, para un exportador que recibe un subsidio, la tasa de cambio
efectiva será superior a la nominal. Para el caso de un importador que enfrenta
sobrecostos en forma de aranceles, la tasa de cambio efectiva incluye este
sobrecosto y por lo tanto, también será superior a la nominal.
La tasa de cambio real, que se utiliza como indicador del verdadero valor externo
de la moneda nacional, en ambientes inflacionarios en donde las modificaciones en
los precios relativos entre países tienden a afectar la competitividad de los mismos
para participar en operaciones de comercio exterior. Esta corresponde a la tasa
nominal ajustada por la relación entre los índices de precios de los países con los
cuales se comercia y el propio.
Índice de la Tasa de Cambio Nominal x Índice de Precios Externos
ITCR = __________________________________________________________
Índice De Precios Internos
ITCR: Índice de la Tasa de Cambio Real
Así, una tasa interna de inflación superior a la tasa externa tiende a reducir la tasa de
cambio real, afectando con ello la competitividad de las exportaciones y estimulando las
importaciones.
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2. Las funciones de las tasas de cambio
Las tasas de cambio desempeñan las mismas funciones que cualquier otro precio en una
economía. Sin embargo, estas son “el precio de todos los precios, o precios superiores en
la economía, en la medida que no afectan las decisiones de un solo producto o factor de
producción, sino que, por el contrario, afectan los precios de todos los bienes, servicios y
factores que se pueden comerciar con otros países. Las tasas de cambio cumplen las
siguientes funciones fundamentales.
Ligan los precios internos de una economía y los de los otros países con los cuales
este comercia. Esta función tomo notable importancia después de la Segunda
Guerra Mundial, época a partir de la cual las economías mundiales comenzaron a
mostrar tasas de inflación antes nunca vistas. En efecto, de país a país se
comenzaron a observar intensos y diversos grados de inestabilidad en sus precios
internos que modificaron su competitividad en los mercados internacionales.
Dan información que guían a los diferentes agentes económicos en sus decisiones
de consumo y producción. Por ejemplo, el hecho de que un bien que se produzca
en un país pueda ser vendido comparativamente en mejores condiciones en el
exterior, motiva a otros productores de la economía a dirigir sus esfuerzos hacia la
elaboración de esa clase de productos.
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¿O sea, que no se consideran los correspondientes a exportaciones e importaciones
de capital?
En efecto, la capacidad real de un país para participar en el comercio internacional está
determinada por la producción nacional que es susceptible de comercializarse en el
exterior. Es a través de ella que se obtienen los medios de pago de aceptación internacional
que permiten adquirir producción extranjera. Inclusive, son las perspectivas de disponer, en
un futuro, de mayor capacidad de pago en el exterior por vislumbrar mayores niveles de
producción nacional para comercializar con otros países en los próximos años, lo que
permite obtener préstamos o importar capital cuando el ahorro interno resulta insuficiente
para financiar el ritmo de actividad económica que ha alcanzado un país en un momento
determinado.
¿Y qué sucede si la tasa de cambio que se está utilizando no corresponde a un nivel
de equilibrio?
Sencillamente que esta sobrevaluada o subvaluada. En otras palabras, que la tasa de
cambio le esta asignando a la moneda nacional un valor superior o inferior al que permite
mantener debidamente saneadas las operaciones con el exterior. Si la tasa de cambio esta
sobrevaluada, los precios internos resultan altos en términos internacionales por lo que se
desarrolla una mayor tendencia a demandar en el país productos extranjeros y en el resto
del mundo a demandar menos productos de la economía en cuestión, lo que conduce a u
déficit corriente. Así mismo, si la tasa de cambio esta subvaluada, los precios internos
resultan bajos en términos internacionales; en consecuencia, se dinamiza la demanda
externa por producción nacional y se reduce la tendencia a comprar producción cara del
exterior, lo que conduce a un superávit corriente.
Obviamente, la realidad no es tan simple: el grado de respuesta, en cada país, a cambios
en los precios, o en otras palabras, las condiciones de la elasticidad-precio de la oferta y
demanda del país y del resto del mundo, son las que determinan finalmente dicho resultado.
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