Guia Administracion de Medicamentos

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ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS EN EL ADULTO MAYOR

Introducción
La administración de medicamentos son actividades de enfermería que se realizan
bajo prescripción médica, en las cuales la enfermera (o) debe enfocarlas a reafirmar
los conocimientos y aptitudes necesarias para aplicar un fármaco al paciente,
asimismo, saber evaluar los factores fisiológicos, mecanismos de acción y las
variables individuales que afectan la acción de las drogas, los diversos tipos de
prescripciones y vías de administración, así como los aspectos legales que
involucran una mala práctica de la administración de medicamentos.

Objetivo
Lograr una acción específica mediante la administración de un medicamento, ya
sea con fines preventivos, diagnósticos o terapéuticos.

Con el avance de la edad la integridad física se torna más frágil. Por ello, la
administración de medicinas y el monitoreo de las condiciones de salud son
indispensables dentro del cuidado de los adultos mayores disfuncionales o
dependientes.

1. Administración de medicinas
De entrada, debemos considerar que los adultos mayores son un sector poblacional
con un alto riesgo de sufrir reacciones adversas a los medicamentos debido a que
generalmente padecen más de una enfermedad y por esto mismo se ven obligados
a someterse a múltiples tratamientos. De ahí que sus reacciones dependan del
fármaco administrado y de los efectos propios del envejecimiento. Es por esto que
la administración de medicamentos se dificulta en estos casos, pues el cuerpo de
los adultos mayores, en ocasiones, ya no es capaz de procesarlos correctamente.
Por ejemplo, la absorción intestinal y las funciones de la circulación sistémica se
ven deterioradas con la llegada de la vejez, por lo cual una gran cantidad de
medicamentos pierden efectividad o incluso pueden llegar a convertirse en tóxicos.
Esto ocasiona que se acumulen sustancias químicas nocivas para la salud. A esto
hay que sumar el deterioro de las funciones hepática y renal.
Hay que decir, en este sentido, pese a que las dosis no son iguales, entre personas
jóvenes y ancianos, los medicamentos operan de una manera distinta en estos
últimos. Por ello, será común encontrarnos con reacciones adversas. Los adultos
mayores más propensos a sufrir de este tipo de reacciones son aquellos que han
rebasado los 80 años y/o que están sometidos a múltiples tratamientos.
Los trastornos más comunes inducidos por fármacos son:
• Caídas en el domicilio o en la calle
• Confusión
• Somnolencia
• Arritmias cardiacas
• Diarreas
• Incontinencia urinaria

Puntos para orientar el uso de fármacos en adultos mayores:


• Consulte a su médico en primer lugar.
• Antes de atribuir un síntoma psicológico a una enfermedad psiquiátrica, se
debe considerar la posibilidad de que el origen se encuentre en
complicaciones de las enfermedades crónico-degenerativas que padezca.
• Evaluar la probabilidad de una relación inadecuada entre el paciente y los
cuidadores.
• Otro tipo de intervenciones no farmacológicas: cambios ambientales,
terapias grupales y psicoterapia de apoyo, entre otras.

Medidas útiles a la hora de la medicación en adultos mayores:


• En caso de que el adulto mayor presente problemas de alteración en la
función intelectual o analfabetismo de algún tipo, así como problemas de
visión o sordera, se debe buscar orientación profesional a la hora de cumplir
la prescripción o receta.
• Debe evitarse a toda costa la automedicación.
• Los medicamentos deben estar etiquetados con letras grandes y accesibles
a la lectura.
• Revisar siempre la caducidad de los medicamentos.
• No se debe alterar, en ninguna circunstancia, la dosis prescrita por el médico.
• Se debe considerar que los efectos de los medicamentos se modifican con
la edad.
• Si se toma más de un medicamento, se debe cuidar que no se consuman
todos de manera simultánea.
• Escoger aquellas presentaciones farmacéuticas más fáciles de administrar.
2. Monitoreo de salud

El monitoreo de salud consiste en brindar la atención y los cuidados necesarios para


que los adultos mayores disfuncionales puedan llevar una vida íntegra dentro de su
sociedad. Algunos aspectos más relevantes dentro del cuidado del adulto mayor:

• Trastornos del sueño


• Incontinencia
• Inmovilidad
• Trastornos del equilibrio y mareo
• Caídas
• Polifarmacia y automedicación
• Aislamiento
• Trastornos del ánimo
• Trastornos cognitivos
• Duelo disfuncional
• Higiene y cuidados en general

Reglas de seguridad para la administración de medicamentos

Las reglas de seguridad se deben llevar a cabo en cada administración de un


medicamento, las cuales se conocen también como “Los cinco Correctos”:

1. Medicamento correcto
• Rectificación del medicamento (Revisar la hoja de indicación médica con la
etiqueta del empaque del fármaco.
• Rectificar la fecha de caducidad.
• Tener conocimiento de la acción del medicamento y efectos adversos. Así
como la vía de administración y la dosificación, considerando el índice
terapéutico y toxicidad.
• Rectificar nombre genérico (composición química) y comercial del
medicamento.

2. Dosis correcta

La enfermera que va a administrar el medicamento debe verificar simultáneamente


con otra que la acompañe el cálculo de la dosis exacta. Especialmente en
medicamentos como: Digitálicos, heparina, insulina, etc.

3. Vía correcta

Verificar la vía de administración según las ordenes médicas.

4. Hora correcta
Tomar en cuenta la hora de la dosis inicial, única, de sostén, máxima o mínima.

5. Paciente correcto
• Verificar el nombre en el brazalete
• Número de registro
• Número de cama
• prescripción en el expediente clínico
• corroborar con el diagnóstico y evolución del paciente.
• Llamar por su nombre al paciente (si él está consciente).

Vías de administración de medicamentos

1. Vía oral

El medicamento se administra por la boca. Es la vía más habitual, ya que es una


forma cómoda y sencilla de tomar la medicación. También es segura (en caso de
sobredosificación se puede efectuar un lavado gástrico o inducir el vómito). Como
inconvenientes destacaremos que la absorción no es rápida (el intestino delgado es
la zona de absorción más importante), que parte el fármaco puede sufrir procesos
de biotransformación en el aparato digestivo por acción de los jugos gástricos o
por inactivación hepática y la posible irritación de la mucosa gástrica. Las formas
farmacéuticas que se toman por vía oral son los comprimidos, cápsulas, grageas,
jarabes, soluciones, suspensiones y granulados. Los comprimidos son la forma
farmacéutica más empleada. La fabricación industrial de comprimidos ofrece un
gran rendimiento -es habitual encontrar comprimidoras que fabrican 500.000
comprimidos/hora, incluso más-.
En principio los comprimidos se deben tragar enteros, pero se puede en aquellos
casos en que no se haga para dividir la dosis (salvo que el comprimido sea
ranurado), sino para facilitar la administración. Nunca se deben partir los
comprimidos con recubrimiento entérico o de liberación retardada. Esto causaría
que el principio activo no se absorba correctamente o se inactive.

Comprimido recubierto

Las cápsulas también están pensadas para tragarlas enteras, pero salvo que sean
entéricas o exista información en el prospecto que lo desaconseje, se puede hacer.

¿Cómo preparo una suspensión extemporánea?: Hay que añadir agua hasta la
marca que tiene el envase, pero nunca de una sola vez. Empezaremos añadiendo
un poco de agua y agitamos. Después completamos con agua hasta la marca de
enrase.

Los comprimidos efervescentes se formulan con un ácido (tartárico, cítrico…) y un


álcali (bicarbonato sódico…) que reaccionan al disolverse en el agua generando
anhídrido carbónico que forma pequeñas burbujas que van rompiendo el
comprimido y ayudan a la disolución del principio activo o a mantenerlo en
suspensión.
Comprimido efervescente

2. Vía sublingual
El comprimido se coloca debajo de la lengua, una zona de absorción rápida, y se
deja disolver. Así se evita la acción de los jugos gástricos y la inactivación
hepática. No se traga. No es necesario tomar líquidos. Es una vía de urgencia en
algunos casos (ejemplo: nitroglicerina).

3. Vía tópica
El medicamento se aplica directamente en la zona a tratar, puesto que normalmente
se busca una acción local. La intención es acceder a la dermis (la piel se divide en
epidermis, dermis e hipodermis), algo muy influenciado por el estado de la piel. Así,
la absorción es menor en la vejez y mayor en la infancia. Las formas farmacéuticas
para aplicación por vía tópica más habituales son los polvos, soluciones, cremas,
lociones, geles, pomadas y ungüentos.

Las cremas son emulsiones. Las emulsiones son mezclas homogéneas de líquidos
inmiscibles, como el agua y el aceite. Normalmente las cremas tienen dos fases,
una acuosa y otra oleosa, mientras que las pomadas carecen de la fase acuosa, por
lo que no puede haber emulsión. Las pomadas y ungüentos están constituidos por
grasas.

4. Vía transdérmica
Es la vía que utilizan los parches transdérmicos para administrar fármacos que
pueden pasar a través de la piel.

5. Vía oftálmica
Los medicamentos se aplican directamente en el ojo. Se busca una acción local. La
biodisponibilidad es baja, pero esta vía permite alcanzar concentraciones de
principio activo elevadas. Existe absorción a nivel de la córnea. Es muy importante
que el envase no toque el ojo durante la aplicación del fármaco para evitar
contaminaciones. Pueden ser soluciones (colirios) o pomadas.

6. Vía ótica

La vía ótica está limitada a la aplicación tópica de fármacos en el oído externo. Sólo
permite una acción local. La forma farmacéutica empleada en este caso son las
gotas óticas. También, pero menos frecuentes, formas semisólidas.

7. Vía intranasal
El medicamento actúa en la mucosa nasal. Se suele aplicar en forma de pomada o
soluciones (gotas y nebulizadores). Es interesante como vía de administración en
urgencias usando un dispositivo atomizador.

8. Vía inhalatoria
La absorción del principio activo tiene lugar a través de la mucosa. Los efectos son
locales o sistémicos (generales). El medicamento se administra mediante
nebulizadores (transforman los líquidos en un vapor frío” o inhaladores. Los
inhaladores permiten el uso de polvo o de líquido. Los inhaladores dosificadores
presurizados suministran una dosis con cada pulsación

9. Vía rectal

Se administra el medicamento a través del ano. La absorción por vía rectal es buena
al ser una zona muy vascularizada por las venas hemorroidales. Además, se evita
el paso por el hígado de la sangre que lleva el fármaco desde la mucosa rectal
(evitamos el llamado “efecto de primer paso”). Se utilizan supositorios y enemas.

10. Vía vaginal

El medicamento se introduce en la vagina y la absorción se lleva a cabo a través de


la membrana lipoidea. Normalmente se buscan efectos locales. Por esta vía se
utilizan pomadas, comprimidos y óvulos vaginales. También son frecuentes los
anticonceptivos en forma de anillo vaginal. Casi siempre vienen acompañados de
un aplicador, así que es muy importante leer el prospecto para saber usarlo
correctamente.

11. Vía parenteral

El medicamento se administra mediante una inyección. Las vías de administración


parenteral más importantes son la intravenosa, intramuscular y subcutánea, pero
existen otras menos utilizadas como la intradérmica (vacunas), intraarticular,
intracardiaca, intraarterial, intratecal, peridural, etc. La vía parenteral es una vía de
urgencia. La respuesta es muy rápida.

• Vía intravenosa:
El medicamento se inyecta directamente en una vena. Se utilizan venas
superficiales o cutáneas para inyectar solamente líquidos. La distribución es
muy rápida al llegar el fármaco directamente a la sangre. Eso hace que sea
muy difícil frenar sus efectos, sean adversos o no. Es por ello que esta vía
de administración no es preferente, pero sin duda es la más rápida. Se
pueden administrar grandes volúmenes de medicamento.

• Vía intramuscular:
El medicamento se inyecta en un músculo (brazo, muslo, nalga…). El tejido
muscular está muy vascularizado, por lo que el líquido inyectado difunde
entre las fibras musculares y se absorbe rápidamente. El volumen inyectado
por esta vía es pequeño. Normalmente no más de 5 ml.

• Vía subcutánea:
El medicamento se inyecta bajo la piel. Normalmente en el abdomen. No es
una zona muy vascularizada, por lo que la absorción es lenta. Se pueden
inyectar pequeñas cantidades de medicamento (en torno a los 2 ml) en forma
de suspensión o solución. Es la vía habitual para que el paciente se
administre anticoagulantes tras una intervención quirúrgica (bemiparina
sódica o enoxaparina sódica). También se pueden administrar pellets o
comprimidos de liberación sostenida. Al utilizar esta vía de administración se
busca una absorción lenta, duradera y sostenida.

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